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1 La Gruta n.461 La Gruta 461 461 461 461 461 Mayo de 2015 BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 3532 [email protected] www.umbrales.edu.uy Familia y discipulado ...Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén... alguien le dijo a Je- sús: “¡Te seguiré adonde vayas!”. Jesús le respondió: “...el Hijo del hom- bre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Y dijo a otro: “Sígueme”. El res- pondió: “Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”...“Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”. Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”. Lc 9,51-62 de los obispos sobre la Sínodo familia Sínodo familia 2015

La Gruta 461

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Boletín de mayo de 2015

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1La Gruta n.461

La Gruta nº nº nº nº nº 461461461461461Mayo de 2015

BOLETÍN del SANTUARIO NACIONAL de La Gruta de Lourdes

Avda. de las Instrucciones 2223. MONTEVIDEO - Uruguay. Tel.: 2222 [email protected] www.umbrales.edu.uy

Familia y discipulado

...Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén... alguien le dijo a Je-sús: “¡Te seguiré adonde vayas!”. Jesús le respondió: “...el Hijo del hom-bre no tiene dónde reclinar la cabeza”. Y dijo a otro: “Sígueme”. El res-pondió: “Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre”...“Deja quelos muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios”.Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de losmíos”. Jesús le respondió: “El que ha puesto la mano en el arado y mirahacia atrás, no sirve para el Reino de Dios”.

Lc 9,51-62

de los obispos sobre la

SínodofamiliaSínodofamilia

2015

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ActualidadActualidadActualidadActualidadActualidadActualidadActualidadActualidadActualidadActualidad

El lunes 20 de abril la Junta Departamen-tal de Montevideo le entregó el Premio“Montevideanas” a María Josefina Plá, co-nocida figura de la Iglesia uruguaya, con-siderada como un símbolo de amor y soli-daridad para con los más pobres.María Josefina viene de una familia profunda-mente católica y vinculada a la política; su pa-dre fue suplente en el senado de otro históricodirigente católico, Juan Pablo Terra. Consiguióel título de abogada en 1973, el día antes de laintervención militar de la Universidad; luego hizola defensa legal de los trabajadores despedi-dos por la huelga contra el golpe. En 1975 co-menzó su vinculación con la parroquia SantaGema asesorando a cientos de personas endiferentes temas legales siempre en forma ho-noraria, ganándose el apodo de “abogada delos pobres”. Terminó por dejar su cómoda casaen el centro para asentarse entre los más hu-mildes en el barrio Flor de Maroñas. Allí formóuna comunidad eclesial de base, donde losvecinos se reunían para los problemas del ba-rrio, para rezar y preparar bautismos; se llamó“comunidad Germán” por el primer niño queentró en la casa. María Josefina siguió siendosoltera por una motivación interior profunda: esuna laica “consagrada” a Dios con los votosreligiosos; quiso hacer de su vida una entregatotal a Dios y a los hermanos, en especial alos menos favorecidos y amados. A pesar deeso crió tres chicos. Había entrado en contac-to con su madre que vivía en un rancho condiez hijos y el marido preso. Apoyó a la familiade diversas maneras hasta que la madre fueencontrada muerta en Playa Ramírez y enton-ces se hizo cargo de sus tres hijos más chi-cos (entre ellos una niña con parálisis cere-bral). En 1981 fue una de las fundadoras del

María Josefina Plá

SERPAJ (Servicio Paz y Justicia de Uruguay).Desde 1991 a 2001 asumió la asesoría jurídicaen la obra del p. Cacho en Aparicio Saravia yCasavalle. También fue abogada de AEBU yformó parte del MOVIDE contra los desalojosy para la construcción de viviendas populares.Su labor de más de tres décadas en los ba-rrios periféricos y marginales le mereció el pre-mio capitalino como mujer montevideanadestacada y ejemplar. En sus palabras deagradecimiento el pasado 20 de abril, frente auna numerosa concurrencia en la Intendencia,expresó con Violeta Parra su “gracias a la vida

que me ha dado tanto” y a Dios “con el Magní-

ficat de María”. Todo lo atribuyó a su fe cristia-na, “pero no una fe tan solo recibida y conser-

vada, sino siempre recreada y recibida como

una nueva revelación en la historia concreta”.

Añadió: “también agradezco el don de vivir con

pasión todas las cosas que hice a lo largo de

mi vida, pero muy especialmente la capacidad

de disfrute de las cosas más pequeñas y apa-

rentemente insignificantes. En la Iglesia fue

mi aprendizaje de la fraternidad y la solidari-

dad de cada día”. Terminó diciendo: “el camino

aún no ha concluido. Como decía el obispo

mártir argentino Enrique Angelelli: ‘hay que

seguir andando nomás’. Dios me ha dado la

gracia de reconocer la vida allí donde nadie la

busca ni la espera. Otro mundo es posible.

Nuestra contribución es un granito de arena

en el inmenso universo y sin embargo si no lo

ponemos, faltará”.

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Sínodo de los obispos sobre la familia

Preguntas

¿Te sorprende la radicalidad de Jesús?

En tu vida ¿cuáles son los motivos que te impidenseguir más de cerca a Jesús?

Tu familia ¿te ayudaa acercarte a Jesús?

Familia y discipulado

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Cuando estaba por cumplirse el tiempode su elevación al cielo, Jesús se encami-nó decididamente hacia Jerusalén y en-vió mensajeros delante de él. Ellos par-tieron y entraron en un pueblo deSamaría para prepararle alojamiento.Pero no lo recibieron porque se dirigía aJerusalén.Cuando sus discípulos Santiago y Juanvieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieresque mandemos caer fuego del cielo paraconsumirlos?”.Pero él se dio vuelta y los reprendió.Y se fueron a otro pueblo.Mientras iban caminando, alguien le dijoa Jesús: “¡Te seguiré adonde vayas!”.Jesús le respondió: “Los zorros tienen suscuevas y las aves del cielo sus nidos, peroel Hijo del hombre no tiene dónde recli-nar la cabeza”.Y dijo a otro: “Sígueme”. El respondió:“Permíteme que vaya primero a enterrara mi padre”.Pero Jesús le respondió: “Deja que losmuertos entierren a sus muertos; tú ve aanunciar el Reino de Dios”.Otro le dijo: “Te seguiré, Señor, pero per-míteme antes despedirme de los míos”.Jesús le respondió: “El que ha puesto lamano en el arado y mira hacia atrás, nosirve para el Reino de Dios”.

Lucas 9,51-62

* En el texto evangélico, Jesús está en cami-no a Jerusalén. Lucas nos muestra la firme de-cisión de Jesús de ir a Jerusalén, en cohe-rencia con su enseñanza, aunque este ca-mino hacia Jerusalén va a conducir a Jesús ala muerte.

* Los mensajeros enviados por delante a pre-parar el camino no fueron bien recibidos porlos samaritanos. El espíritu de venganza seapodera de Santiago y Juan. Piensan en unmesianismo espectacular y poderoso, capazde arrasar todo lo que se oponga. No han en-tendido que la actitud de Jesús es de mise-ricordia y no de destrucción. Jesús apareceaquí como defensor de la no-violencia. Pococaso hemos hecho los países cristianizados

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Del Salmo 37

NNNNN

que, a lo largo de la historia, hemos causadomiles y miles de muertos, a veces en nombredel mismo Dios.

* De camino a Jerusalén, Jesús se encuen-tra con 3 discípulos, con los que se muestramuy exigente. En la marcha hacia el reino deDios, Jesús pide una entrega total. El quemira atrás o hacia otros intereses, no vale parael reino. Jesús pide una gran libertad. No quie-re seguidores con el corazón partido.

* Llama la atención el hecho que los tres queponen obstáculos al llamado de Jesús lo ha-cen con motivaciones familiares: necesidadde un hogar, sepultar los familiares o despe-dirse de ellos. Jesús no afloja en sus exigen-cias, tampoco cuando son motivos fuertescomo los de la familia que nos hacen dudar.

* Este llamado fuerte, cosa bastante normalen el estilo de Jesús, no es algo propio de loscuras o de los monjes o de las monjas: así por

mucho tiempo se leyó este texto. El llamadoes para todos los discípulos. Tal vez por esoel Evangelio insiste tanto en las dificultades deorden familiar que oponemos a su llamado.

* Entre otras podríamos recordar estos “bue-nos motivos” que nos distraen frente al segui-miento de Jesús: no tengo tiempo, tengo quepensar en mi familia, cuando uno educa bien aa sus hijos ya es mucho....

* En este tiempo de Sínodo tal vez debería-mos repensar estas posiciones: Jesús nosinvita a tener una mirada más ancha, a consi-derarlo a Él también como parte de nuestra fa-milia, a entrar en la cuenta que escucharlo aÉl no nos perjudica en el amor a nuestros fami-liares.

* Y si nos hemos protegido con estas motiva-ciones particulares, por lo menos podríamosintentar una nueva educación con nuestros hi-jos, apostando al Evangelio.

o te exasperes a causa de los malos,ni envidies a los que cometen injusticias,porque pronto se secarán como el pastoy se marchitarán como la hierba verde.

Confía en el Señor y practica el bien;habita en la tierra y vive tranquilo:que el Señor sea tu único deleite,y Él colmará los deseos de tu corazón.

Encomienda tu suerte al Señor,confía en Él, y Él hará su obra;hará brillar tu justicia como el soly tu derecho, como la luz del mediodía.

Descansa en el Señor y espera en Él;no te exasperes por el hombre que triunfa,ni por el que se vale de la astuciapara derribar al pobre y al humilde.

Domina tu enojo, reprime tu ira;no te exasperes, no sea que obres mal;porque los impíos serán aniquilados,y los que esperan al Señor, poseerán la tierra.

Un poco más, y el impío ya no existirá;si buscas su casa, ya no estará;pero los humildes poseerán la tierray gozarán de una gran felicidad.

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Sínodo de los obispos sobre la familia

15. Las palabras de vida eterna que Jesús dejóa sus discípulos comprendían la enseñanzasobre el matrimonio y la familia. Esta ense-ñanza de Jesús nos permite distinguir tres eta-pas fundamentales en el proyecto de Dios so-bre el matrimonio y la familia. Al inicio, está lafamilia de los orígenes, cuando Dios creadorinstituyó el matrimonio primordial entre Adán yEva, como sólido fundamento de la familia. Diosno sólo creó al ser humano hom-bre y mujer (cfr. Gén 1,27), sinoque los bendijo para quefueran fecundos y se multiplica-ran (cfr. Gén 1,28). Por esto, “aban-donará el hombre a su padre y asu madre, se unirá a su mujer yserán los dos una sola carne”(Gén 2,24). Esta unión, dañada porel pecado, se convirtió en la for-ma histórica de matrimonio en elPueblo de Dios, por lo cual Moi-sés concedió la posibilidad deescribir un acta de divorcio (cfr. Dt

24, 1ss). Dicha forma era predominante en tiem-pos de Jesús. Con su venida y la reconcilia-ción del mundo caído gracias a la redenciónque Él obró, terminó la era inaugurada conMoisés.

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Familia y discipulado

La familia en el proyecto salvífico de Dios

Como en cada número del Boletín, publicamos en estas páginas algunos extractos del Documen-to Final del Sínodo de 2014, para que podamos conocer la reflexión de nuestros obispos y seguircon ellos en la oración y en la vida un camino de renovación en la atención de la Iglesia a lasfamilias. En los números introductivos, los obispos nos hablan de la familia en el proyecto salvíficode Dios.

16. Jesús, que reconcilió cada cosa en sí mis-ma, volvió a llevar el matrimonio y la familia asu forma original (cfr. Mc 10,1-12). La familia yel matrimonio fueron redimidos por Cristo (cfr.Ef 5,21-32), restaurados a imagen de la Santí-sima Trinidad, misterio del que brota todo amorverdadero. La alianza esponsal, inaugurada enla creación y revelada en la historia de la salva-ción, recibe la plena revelación de su significa-

do en Cristo y en su Iglesia. De Cristomediante la Iglesia, el matrimonio y lafamilia reciben la gracia necesaria paratestimoniar el amor de Dios y vivir lavida de comunión. El Evangelio de la

familia atraviesa la historia del mun-do desde la creación del hombre aimagen y semejanza de Dios (cfr.Gén 1, 26-27) hasta el cumpli-miento del misterio de la Alianzaen Cristo al final de los siglos conlas bodas del Cordero (cfr. Ap

19,9; Juan Pablo II, Catequesis

sobre el amor humano).

17. “A lo largo de los siglos, la Iglesia no hadejado de ofrecer su enseñanza constante so-bre el matrimonio y la familia. Una de las ex-presiones más altas de este Magisterio la pro-

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puso el Concilio Ecuménico Vaticano II, en laConstitución pastoral Gaudium et Spes, quededica un capítulo entero a la promoción de ladignidad del matrimonio y la familia (cfr.Gaudium et Spes, 47-52). Define el matrimo-nio como comunidad de vida y de amor (cfr.Gaudium et Spes, 48), poniendo el amor en elcentro de la familia, mostrando, al mismo tiem-po, la verdad de ese amor frente a las diversasformas de reduccionismo presentes en la cul-tura contemporánea. El “verdadero amor entremarido y mujer” (Gaudium et Spes, 49) implicala entrega mutua, incluye e integra la dimen-sión sexual y la afectividad, conformemente aldesignio divino (cfr. Gaudium et Spes, 48-49).Además, Gaudium et Spes 48 subraya el arrai-go en Cristo de los esposos: Cristo Señor “saleal encuentro de los esposos cristianos en elsacramento del matrimonio”, y permanece conellos. En la encarnación, Él asume el amorhumano, lo purifica, lo lleva a plenitud, y donaa los esposos, con su Espíritu, la capacidadde vivirlo, impregnando toda su vida de fe, es-peranza y caridad. De este modo, los espososson consagrados y, mediante una gracia pro-pia, edifican el Cuerpo de Cristo y constituyenuna Iglesia doméstica (cfr. Lumen Gentium, 11),

de manera que la Iglesia, para comprender ple-namente su misterio, mira a la familia cristia-na, que lo manifiesta de modo genuino”(Instrumentum Laboris, 4).

18. “Siguiendo las huellas del Concilio Vatica-no II, el Magisterio pontificio ha ido profundi-zando la doctrina sobre el matrimonio y la fa-milia. En particular Pablo VI, con la EncíclicaHumanae Vitae, puso de relieve el vínculo ínti-mo entre amor conyugal y engendramiento dela vida. San Juan Pablo II dedicó especial aten-ción a la familia mediante sus catequesis so-bre el amor humano, la Carta a las familias(Gratissimam Sane) y sobre todo con la Ex-hortación Apostólica Familiaris Consortio. Enesos documentos, el Pontífice definió a la fa-milia “vía de la Iglesia”; ofreció una visión deconjunto sobre la vocación al amor del hombrey la mujer; propuso las líneas fundamentalespara la pastoral de la familia y para la presen-cia de la familia en la sociedad. En particular,tratando de la caridad conyugal (cfr. Familiaris

Consortio, 13), describió el modo como los cón-yuges, en su mutuo amor, reciben el don delEspíritu de Cristo y viven su llamada a la santi-dad” (Instrumentum Laboris, 5).

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PPPPParábolas de HOarábolas de HOarábolas de HOarábolas de HOarábolas de HOY - Y - Y - Y - Y - YO SOY EL PAN

DE VIDA. EL QUE VIENE A MÍ…

Y después de la multiplicación de los panes, yhaber comido hasta saciarse, lo buscaron y lepreguntaron: “¿Qué signos haces para que vea-

mos y creamos en tí? ¿Qué obra realizas?”

Jesús les contestó: “¡Mi Padre les da el verda-

dero pan del cielo¡” Y le dijeron: “¡Señor, da-

nos siempre de ese pan!”. Jesús les respon-dió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a

mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí

jamás tendrá sed”.

Esta semana he tenido dos reuniones de ado-lescentes. No pude escapar a la seducción deeste texto. Quedé sugestionado por una inevi-table asociación entre Jesús y estos meno-res. Una quincena tenía entre los 13 y los 15años, y el otro grupo de una decena de inte-grantes, entre los 17 y los 25 años de edad.De entrada los percibí como hambrientos ysedientos. No podía creer que me prestarantanta atención. No lo sentía como algo normal.Algunos hechos de los informativos me esta-ban preocupando ya sobremanera. Chiquilinesque, caminando por la ciudad, se encuentrancon otros, y, sin más, comienzan una violen-cia tan imprevisible e impredecible de puños,patadas y golpes, hasta causar la muerte. Sentílos puños, las patadas y, entre los desmanes,pude ver esos rostros adolescentes descargan-do una rabia casi animal. No podía creerlo. Unasensación contradictoria me invadió hasta laslágrimas. “¡No son ellos! ¡No son los mismos!

¡No puedo creerlo! ¡Un misterio!” Por un ins-tante me trasladé al Califato de Medio Oriente,pero abandoné enseguida la idea. Volví a laexpresión de Jesús: “Yo soy el pan de Vida. El

que viene a mí jamás tendrá hambre; el que

cree en mí jamás tendrá sed”. Recuperé losrostros de los adolescentes de mi parroquia(no de Medio Oriente) sino del “Medio Pobre”,y vi un hambre y una sed infinita. ¿De qué? Mepregunté. Y Jesús me pegó: “¿Cómo… y tú no

lo sabes?” Se me acumulaban los recuerdosde mi adolescencia y las Palabras de Jesús.Dos claves: la Familia y Jesús. “¡Danos siem-

pre de ese pan!” le pidieron a Jesús. No hayvida sin ese pan, no es Vida sin ese pan…Volvió la misma respuesta: “Yo soy el pan de

Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre;

el que cree en mí jamás tendrá sed”. Con ra-zón Jesús se llevó a la multitud a un descam-pado, a la montaña. Les hizo probar el ham-bre, la sed, la soledad, la impotencia. Recuer-do cuando ayunaba los viernes, que olfateabala presencia de una panadería a cinco cuadras.Recuerdo en las escaladas de las montañas,a veces sin agua, la sed se agudizaba de talmanera que cualquier sendero me recordabalos torrentes de agua. Y ¿quién no probó algu-na vez la soledad? ¡Qué falta la de una familia,para tener firmeza y constancia en la vida!Y volvieron los rostros de aquellos adolescen-tes tan atentos. Una atención tan exigente queme parecieron pedir nuevamente pan, agua,compañía. Tomé la Biblia en mano y me quedódecirles: “¡Aquí está todo! Está Jesús el ami-

go verdadero que los invita a seguirlo. Juntos

no habrá soledad. Ustedes son mis amigos”.

“Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí, ja-

más tendrá hambre; el que cree en mí, jamás

tendrá sed”. Y me acordé también de aquelchiquilín que por ser hiperactivo lo derivaron auna profesional que curó el aula y la hora declase, pero al chiquilín lo transformó en “zombi”.Solución rápida y eficaz antes que tratar a todauna familia o una sociedad. Jesús hizo una sín-tesis maravillosa: “Yo soy el pan de Vida. El

que viene a mí jamás tendrá hambre; el que

cree en mí jamás tendrá sed”. Una síntesisdonde la compañía es una comida, “venir a mí”es lo mismo que “comerme”, y “creer” es lomismo que “beber de mí”. Y así el crecimientolibre está guiado y asegurado.

Rodolfo Bonci

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Oraciónde San Bernardo a la Virgen

Martes 9 de juniode 2015

a las 18 hs. en eldespacho parroquial:

formación de losvoluntarios del día 11.

AAAAAmén.

FelicesFelicesFelicesFelicesFelices PascuasPascuasPascuasPascuasPascuas dedededede ResurrecciónResurrecciónResurrecciónResurrecciónResurrecciónTiempo de Pascua: Abarca los 50 días que van desde la

Solemnidad de la Pascua (5 de abril) a Pentecostés (24 de mayo).

Es seguramente el tiempo más largo e importante del año litúrgico.

En el transcurso de este tiempo, la liturgia invita a los cristianos a ale-grarse por la Resurrección de Jesús, a encontrarlo en las celebraciones,

sobre todo dominicales, a afirmar la esperanza de nuestra resurrección

después de la muerte. Es un tiempo oportuno para recordar a nuestros

difuntos que ya viven con Dios. Y para vivir, movidos por el Espíritu, como

criaturas nuevas, discípulos y misioneros del Señor Resucitado.

BBBBBajo tu protección

nos acogemos,

Santa Madre de Dios;

no deseches las súplicas

que te dirigimos

en nuestras necesidades,

antes bien, líbranos siempre

de todo peligro,

¡oh Virgen gloriosa y bendita!

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios;

para que seamos dignos de recibir

la gracia de nuestro Señor Jesucristo.