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La historia de Ernani
Hace años, cuando era joven, trabajé en una pequeña empresa de ingeniería.
Y allí conocí a un joven llamado Mauro. Él era un grandulón al que le agradaba hacer
bromas a los demás, siempre con escenas que ridiculizaban a la víctima.
Y estaba también, el “polo opuesto” Ernani, que era un poco mayor que el resto del grupo.
Siempre taciturno, inofensivo y apartado, Ernani acostumbraba almorzar sólo, en un rincón de la
sala, bastante apartado del grupo.Él no participaba de las bromas que hacíamos después del almuerzo, al terminar la comida, Ernani siempre salía al patio y se sentaba a meditar solitario, debajo de un árbol lejano.
Debido a ese comportamiento, Ernani era el blanco natural de la mayor parte de las bromas
y burlas del grupo. A veces encontraba un sapo en su olla, o un
ratón muerto en su sombrero. Y lo que encontrábamos más increíble es que siempre
aceptaba todo sin enojarse, ni molestarse y sin protestar.
En un fin de semana, Mauro decidió ir a pescar a un lago. Antes, nos prometió que, si le iba bien en la
pesca, nos daría un poco de los frutos de la pesca a cada uno de nosotros.
A su regreso, nos alegramos cuando vimos que había capturado unos
Peces dorados enormes.
Mauro, mientras tanto, nos llevó a un rincón y nos dijo que tenía preparada una buena broma
para Ernani. Mauro había dividido los peces, armando paquetes con una buena porción para cada uno de nosotros. Pero, “la pieza” programada para Ernani era que le
había separado los restos y menudencias de los peces en un paquete de apariencia
Mayor al del resto del grupo.
“¡Va a ser muy gracioso cuando Ernani abra el “regalo” y se encuentre con
espinas, escamas, piel y vísceras!”, nos dijo Mauro, quien ya se estaba divirtiendo y saboreando la broma.
Mauro distribuyó todos los paquetes en la hora del almuerzo.
Cada uno de nosotros, cuando iba abriendo su paquete y encontraba una bella porción de
pescado expresaba: “¡gracias!”
Intencionalmente dejó para el final, el paquete más voluminoso de todos,
destinado para Ernani.
Todos nosotros ya estábamos casi reventando de las ganas de reír, mientras que Mauro mostraba un aire especial, de gran satisfacción. Como siempre, Ernani estaba sentado sólo, en el lugar más alejado
de la mesa. Mauro entonces le llevó el paquete y lo colocó a su lado, y todos
quedamos a la expectativa de lo que iba a suceder. Ernani no era una persona de muchas palabras. Él hablaba tan poco que, muchas veces, ni se sentía que estuviera cerca. En tres años, él
probablemente no había dicho ni cien palabras.Por eso, lo que sucedió nos tomó por sorpresa.
Ernani tomó el paquete con firmeza y lo levantó despacio, con una gran sonrisa en el
rostro. Entonces, notamos que sus ojos Tenían un brillo que nunca antes habían mostrado,
además de algunas lágrimas furtivas.Por algunos momentos, su nuez de Adán se movió
para arriba y para abajo, hasta que él pudo controlar su emoción y empezó a hablar:
“Yo sabía que usted nunca se iba a olvidar de mí”, le dijo a Mauro con la voz quebrada
por la emoción. “Yo sabía, que usted es un grandulón al que le gusta hacer bromas, pero siempre
supe que tenía un gran corazón”.Él tragó saliva en seco nuevamente,
y continuó hablando, esta vez, hacia todos nosotros.
“Yo sé que no he sido muy participativo con ustedes, pero nunca fue por mala intención.
Saben… tengo cinco hijos en casa, y una esposa inválida, que hace cuatro años que está en cama. Y estoy consciente de
que ella nunca más va a mejorar.A veces, cuando ella se siente mal, tengo que
pasar la noche despierto, cuidándola. Y la mayor parte de mi salario lo empleo
En sus médicos y las medicinas.
Mis niños hacen todo lo que pueden para ayudar, pero ha sido difícil poner comida
para todos en la mesa. Ustedes tal vez encuentren raro
que yo vaya a comer mi almuerzo sólo, en un rincón… Es que me avergüenzo,
porque la mayoría de las veces no tengo nada para poner en mi sándwich, únicamente las dos
rebanadas de pan, o como el día de hoy, que sólo tenía una papa en mi cacerola.
Pero quiero que sepan que esta porción de pescado representa, realmente, mucho para mí.
Probablemente mucho más que para cualquiera de ustedes, porque hoy
a la noche, mis hijos… cenarán bien”
Él secó sus lágrimas con las manos. “Hoy a la noche mis hijos van a tener,
realmente una cena, después de algunos años de malpasarse con café aguado y pan duro…”
y él comenzó a abrir el paquete…
Habíamos prestado tanta atención a Ernani, mientras que hablaba, que ni habíamos
notado la reacción de Mauro. Pero ahora, todos percibimos su aflicción y
preocupación cuando saltó e intentó sacar el paquete de entre las manos
de Ernani. Pero era demasiado tarde.
Ernani ya había abierto el paquete y estaba, ahora, examinando cada pedazo de espinas, cada porción de
piel, escamas y vísceras, levantando cada cola de pescado.
Este suceso tendría que haber sido muy gracioso, pero nadie rió. Todos nosotros quedamos cabizbajos. Y la peor parte fue cuando Ernani, intentando sonreír, dijo
lo mismo que todos nosotros habíamos dicho anteriormente: “¡Gracias!”
En silencio, uno a uno, cada uno de los compañeros tomó su paquete y lo puso delante de Ernani, porque
después de muchos años, nosotros habíamos, de repente, comprendido quién era Él realmente.
Una semana después, la esposa de Ernani falleció.
Cada uno de nosotros, de aquel grupo, pasó entonces a ayudar a las cinco criaturas. Gracias al gran espíritu de lucha que los
pequeños poseían, todos progresaron mucho:
Carlitos, el más joven, se convirtió en un importante médico.
Fernanda, Paula y Luisa pusieron su propio y exitoso negocio: ellas producen y venden dulces
y salados para panaderías y supermercados.El mayor, Ernani Junior, estudió ingeniería;
y hoy es Director General de la misma empresa en la que Ernani, mis compañeros y yo trabajábamos.
Mauro, hoy jubilado, sigue haciendo bromas;
pero son de un tipo muy diferente: él organizó nueve grupos de voluntarios que
distribuyen juguetes para chicos hospitalizados y las entretienen con juegos, historias y otras
actividades.
A veces, convivimos por muchos años con una persona, para entonces percibir que no la
conocemos.Nunca le prestamos la debida atención; no demostramos ningún interés por sus cosas;
ignoramos sus ansiedades o sus problemas. Solo nos resulta una cara conocida.
Debemos procurar conocer a fondo a las personas que conviven el día a día con nosotros y mantener siempre
viva, en nuestras mentes, las enseñanzas de Jesucristo:
“Como Yo os he amado, os pido que también os améis unos a otros”
Juan 13:34
Constantemente me viene a la mente la historia de Ernani, misma que me ayuda a evitar ser un poco
como lo fuimos Mauro, mis compañeros y yo.Si éste fuera tú caso… por favor, hay tiempo
de cambiar sin dolor. “Pongámonos en los zapatos del otro” esto es llegar a madurar en la vida.
Yo únicamente sé que la historia es real ysé que sirve como lección para la vida.
¡Que pases un espléndido día! Y… No olvides que no hay que juzgar a nadie por su apariencia,
debemos conocerle primero.viernes, 21 de abril de 2023viernes, 21 de abril de 2023
07:39:40 p.m.07:39:40 p.m.