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La historia del cine, su narrativa y sus correlaciones con su desarrollo
tecnológico en los siglos XIX y XX
Cristhian Andrés Cortés Camargo1
Mauricio Rivera Henao2
Resumen
El presente artículo, resultado de un ejercicio de investigación, muestra el cambio
que se ha evidenciado en la reflexión de la narrativa audiovisual, a partir del avance
técnico en los dispositivos del cine desde el siglo XIX hasta el XX, un período de tiempo
que permite reconstruir la línea histórica de su desarrollo y transformación.
Este texto se divide en cuatro partes, la primera titulada: Historia del cine,
antecedentes y narrativa; plantea el origen de la fotografía y las primeras imágenes en
movimiento que lograron fundar el cine en el siglo XIX. La segunda parte se posiciona
en el siglo XX como: Tecnología-narración, cine clásico; expone cómo la tecnología
ha logrado modificar las formas de narración, transformándola en la herramienta más
importante de toda una industria. La tercera categoría: Tecnología-narración, cine
moderno; explica conceptos clásicos con relación a lo narrativo, y al mismo tiempo se
muestran los avances técnicos de algunos artefactos y la evolución de contenidos. Por
último: Tecnología-narración, cine posmoderno; se presenta como una etapa de
liberación para el cine, de tipo más abstracto a la hora de establecer funciones narrativas;
1 Estudiante del Programa de Comunicación Social-Periodismo, Universidad Católica de Pereira. Correo de contacto [email protected] 2 Asesor del presente trabajo de investigación, magister en Diseño y Creación Interactiva. Docente Universidad Católica de Pereira. Correo de contacto [email protected]
en la que además la tecnología comienza a ocupar un lugar preponderante en los estudios
cinematográficos gracias a la llegada del cine digital.
Palabras claves
Tecnología, narrativa, cine, siglo XIX - XX.
Abstract
The present article is the result of an investigative exercise that pretends to show
the changes that the reflection of the audiovisual narrative has been through, starting
from the technical advance in cinema devices from the 19th to the 20th century. This
allows to see and build a historical line of its evolution.
This text is divided into four parts, the first entitled History of cinema,
background and narrative, raises the origin of photography and the first moving
images that in the nineteenth century succeeded in founding the cinema. The second part
was positioned in the twentieth century as Technology-narration, classical cinema; it
exposes how technology has modified the narrative forms and transformed them into
the most important tool of an entire industry. The third category, Technology-
narration, modern cinema, explains concepts of classic thought based on the narrative,
also the technical advances of some artifacts and the evolution of contents. Finally:
Technology-narration, postmodern cinema, it develops as a stage of liberation for
the cinema that it is more abstract when it comes to narrative functions. On the other
hand, technology begins to lead the film studios thanks to the advent of digital cinema.
Keywords
Technology, narrative, cinema, XIX - XX century.
Introducción
El Cine, considerado ante el mundo como el séptimo arte y uno de los mejores
inventos creados por el hombre, muchas veces es percibido como un objeto de
entretenimiento; pero en sí va más allá de entretener. Y es que desde sus orígenes se ha
caracterizado por ser parte del acervo cultural que permitió al hombre acercarse a una
perspectiva de reconocimiento visual de épocas, con lo cual ha logrado retroalimentar la
cultura. Además, el cine está estructurado técnicamente por una variedad de dispositivos
tecnológicos que permitieron tanto su creación como su producción.
Gracias a estos nuevos mecanismos de producción, se fueron diseñando y
renovando las estrategias audiovisuales, en sí un cúmulo de experiencias que trajeron
consigo la modernización de los instrumentos de trabajo. Esto, a su vez, le abrió el
camino a nuevos horizontes a la hora de segmentar las diferentes funciones que cumple
la narrativa cinematográfica. Para reconocer esto es importante establecer la influencia y
la estructura que ésta cumple e identificar su origen en la narrativa literaria −que se puede
remontar al siglo IX a.C.−, con lo cual podemos observar la trayectoria histórica del cine
hilada con aquél tipo de narración.
La narrativa, en sus diferentes formas, permite que algunos componentes de la
historia, se desarrollen a partir de la relación causa-efecto. En este sentido, “la narración
puede ser una forma fundamental para que los seres humanos comprendamos el mundo”
(Bordwell & Thompson, 1995, pág. 74). La narrativa cinematográfica utiliza el “relato”
como medio para contar una historia, en la que es necesaria la presencia de hechos,
personajes y sentimientos que buscan ser transmitidos de forma coherente, sea a partir
de una acción lineal o no, en tipos de estructuras temporales que a su vez definen el
relato.
Para poder comprender la función narrativa en el cine, es importante identificar
inicialmente aquellos dispositivos tecnológicos que en el siglo XIX dieron origen a la
fotografía: el Taumatropo, el Daguerrotipo, el Fotograbado, entre otros, que van a
permitir el surgimiento del cine y su desarrollo más completo en el siglo XX. En éste
proceso se pueden reconocer tres etapas: el cine clásico, el cine moderno y el cine
posmoderno.
Historia del cine, antecedente y narrativa
Los primeros inventos que comienzan a hacer posible el origen de un amplio
mundo cinematográfico, surgen en el año de 1824 cuando el británico John Ayrton Paris
inventa un dispositivo llamado Taumatropo, el cual permite a una imagen estática generar
movimientos simples. El objetivo de Paris con este invento era problematizar la
persistencia de la visión en la retina del ojo humano. Este aparato óptico dio origen en
los años siguientes a múltiples variantes como: la Heliografía (1829), el Calotipo (1830)
y el Zootropo (1834), este último inventado por William Horner, quien construye un
instrumento con mayores capacidades para realizar movimientos cíclicos, con lo cual
logra producir la ilusión óptica de una sola figura en movimiento.
Años más tarde los pioneros de la fotografía querían pasar al siguiente nivel, y fue
el francés Louis Daguerre quien en 1839 establece el Daguerrotipo como su objeto a
representar la semejanza del mundo en relación con la profundidad y los detalles logrados
desde los dispositivos mecánicos. La tecnología fue además la inspiración para Joseph
Niépce, quien en 1891 inventa las técnicas del fotograbado y la litografía, con lo que
obtiene por vez primera en el mundo, copias de imágenes realistas con procesos técnicos
que servirían de fundamento para lo que posteriormente sería la cámara fotográfica.
1891 fue un año importante para la industria cinematográfica, porque es cuando
uno de los ayudantes de Thomas Edison, William Dickson, diseña el Kinetoscopio, un
dispositivo utilizado para la visión individual de la película, más no para su proyección.
Era una caja grande que contaba con un telescopio ubicado en la parte superior, razón
por la cual se dice que era únicamente individual.
Además Dickson diseñó una cámara que hacía películas en 35 mm, un nuevo
dispositivo que Edison quería explotar combinándolo con su fonógrafo (inventado en
1870 para reproducir discos). Sin embargo, éste creía que las películas eran una moda
pasajera, de allí que no desarrollara un sistema para proyectarlas en pantalla; a diferencia
de los Hermanos Lumière, quienes en 1895 crearon el cinematógrafo, un artefacto que
permitió a un grupo de personas visualizar en conjunto una película. Éste lograba plasmar
una ilusión óptica más directa, puesto que podía generar 16 fotogramas por segundo
mediante una manivela. El aparato logró proyectar en El Gran Café de París la primera
película llamada La Llegada del tren a la estación. Es importante aclarar que los hermanos
Lumière no inventaron el cine, pero contribuyeron a darle una forma más específica.
Hasta el momento el cinematógrafo fue el invento más importante para la
industria. Inicialmente fue creado para proyectar la imagen en un formato de 35 mm,
impulsado por Edison y Dickson.
Pero el formato también era conocido por su relación dimensional 1.37:1 (son las
proporciones del cuadro de la imagen, esto quiere decir que el cuadro mide 1.37 x 1 es
decir que un lado es 1.37 más grande que el otro. En otras palabras, la relación
dimensional es un estilo del cine para anotar cuánto mide la longitud de alto x altura)
con cuatro perforaciones a los lados de cada fotograma, y un ancho de 22 x 16 mm de
alto. Al mismo tiempo, los Lumière querían diseñar su propio formato, así que
comenzaron a experimentar con fotogramas, haciéndoles perforaciones más grandes y
redondas a las del tamaño estándar. En algunos aspectos esto les funcionó, lo que les
permitió aumentar el nivel de proyección sobre el negativo en que se rueda la imagen,
mejorando así la calidad de sus películas.
Las modificaciones al formato realizadas por los Lumière fue algo propio de sus
producciones, pero otros en la industria mantuvieron el formato de 35 mm, donde
únicamente se redujo un poco la relación dimensional a 1.33:1 con 4 unidades de ancho
por 3 unidades de alto (4:3). Dichas medidas permitieron ocupar todo el espacio de la
cinta negativa que había entre dos filas de fotogramas. En general, el espacio entre
imágenes fue más estrecho, pero esto fue una ventaja ya que cualquier película trabajada
en 1.33:1 podría visualizarse en cualquier otro cinematógrafo sin alterar los estándares de
la imagen proyectada.
Ahora bien, el cinematógrafo por otro lado fue un instrumento de filmación que
permitió desarrollar un sistema formal narrativo, ya que las primeras películas que este
producía eran extremadamente simples, tanto en la forma como en los estilos. Al hablar
de estilos, se lo hace con relación a las técnicas y los elementos adecuados que utilizan
los cineastas para lograr un efectivo lenguaje narrativo, y así poder darle una estructura
coherente a un film.
Gracias a los estilos narrativos, los personajes se pueden sustentar como agentes
de la causa y efecto en una narración. Estos podían ser representados por personas,
animales o cosas. Sin embargo, la validación del personaje como un todo logró aumentar
la importancia de su rol en las películas. Por su parte, la inclusión del sonido ambiente
transformó la estética del cine al ofrecer nuevas posibilidades, tales como perfeccionar el
montaje a partir de la sincronización con la imagen, lo que permitió generar no solo
imágenes visuales sino también sonoras. Esto es de gran relevancia, pues “el sonido
permite a los personajes exteriorizar sus sentimientos, mostrar sus intenciones o incluso
dar aviso” (Gaudreault & Jost, 1995, pág. 35).
Más allá de las nuevas experiencias visuales que trajo consigo el cinematógrafo, en
1896 surge el primer metraje de vídeo ancho en un formato de 70 mm (2.20:1), el cual
requería un proyector especial llamado Mutoscope, creado en 1894 por Herman Casler.
Por su parte, el ilusionista y cineasta George Méliès, crea nuevas técnicas de producción
por esta misma época. Además de haber sido un hombre muy ingenioso, sus talentos
como mecánico le ayudaron a crear más adelante un aparato similar al cinematógrafo,
que incluía una rampa helicoidal (movimiento de rotación).
Para Marcel Martín (2002), el cine es el primer arte que aseguró con tanta plenitud
el dominio del espacio. Las producciones hechas con el cinematógrafo comenzaron a
tomar fuerza después del montaje escenográfico (espacio plástico), utilizado por primera
vez por George Mèliés, quien buscaba recrear lo existente o la ficción según el contexto
de su producción.
Martín (2002, p. 144) expresa que la función principal del montaje es comunicarle
al espectador una determinada analogía. Existen por tanto dos tipos de montajes: el
primero, montaje narrativo, es el que relata una acción a partir de los acontecimientos;
del montaje narrativo se derivan cuatro variantes: montaje lineal (acción única relatada a
partir de un orden cronológico); invertido (las acciones no se relatan desde un orden
cronológico); alternado (relato simultáneo de varias acciones) y paralelo (relato
alternando con varias acciones, conduce al espectador a crear una relación). El segundo
tipo es el montaje expresivo, consistente en una yuxtaposición de planos que tienen como
fin expresar un sentimiento o una idea a través del encuentro de dos imágenes, en donde
el montaje puesto en cada una de ellas es un medio para contar varios fragmentos de la
historia.
Hay que tener en cuenta también que Mèliés pasó de utilizar una narración simple,
a realizar narraciones más largas, gracias a una secuencia de fotografías desarrolladas cada
una en un plano diferente, excepto a la hora de generar transformaciones, lo cual se hacía
por medio de cortes secos (corte brusco en una escena para pasar a otra).
Después de las grandes obras que se encontraba realizando George Mèliés, gracias
a sus instrumentos de trabajo, para 1898 el cine había avanzado lo suficiente como para
volver a retomar los fotogramas a base de celuloide, ya que en 1868 no fue posible su
completo desarrollo. Este material comienza a ser utilizado de forma positiva por los
cineastas, en tanto sirvió para movilizar el rollo a través de otros dispositivos de
reproducción. Además, posibilitó que la imagen fuera expuesta a la luz sin necesidad de
utilizar cuartos oscuros.
La evolución que tuvo el material para trabajar los fotogramas no causó en aquel
momento cambios en el formato de la pantalla. Los directores continuaron trabajando
los fotogramas a cuatro perforaciones, manteniendo así el formato estándar de 35 mm
(1.33.1). Por otra parte, en esta misma etapa, las linternas mágicas también se modificaron
gracias al adicionamiento de la obturadora, manivelas y otros mecanismos, que pasaron
a ser nuevos y mejorados proyectores de imágenes en movimiento.
Según Francisco Doménech (2011), “el celuloide comenzó a utilizarse como
soporte de películas, sustituyendo a las placas metálicas, revolucionado así la fotografía y
dando paso al nacimiento del cine”. En el año de 1900, los inventores comienzan a
trabajar de forma independiente, debido a que muchos países tomaron la decisión de
crear sus propias cámaras, basadas en el cinematógrafo. De esta manera, el cine fue
estableciendo ramas de producción y de distribución. Las productoras más importantes
se encontraban en los Estados Unidos y en Francia.
Tecnología-narración, cine clásico
Claudio Celis (2008) argumenta lo siguiente:
Los primeros estudios se encontraban principalmente en los Estados de Nueva York
y Nueva Jersey (incluido el estudio de Thomas Edison). Durante las primeras dos
décadas del siglo XX, estos estudios sirvieron de cuna para el modo de representación
que luego se convertiría en el fundamento del cine clásico: aquí se produjeron los
experimentos cinematográficos de Porter como de Griffit, que terminaron
constituyendo un lenguaje narrativo fundamental para la historia del cine. (pág. 15)
El cine clásico comienza a posicionarse en el siglo XX como una etapa de
cambios, tanto en aspectos tecnológicos como narrativos, ya que en 1903 los directores,
por medio del cinematógrafo, comienzan a desarrollar películas con un enfoque más
pintoresco y/o de acontecimientos llamativos. Es por esta razón que Edwin Porter −uno
de los inventores que trabaja para el estudio cinematográfico de Edison−, decide crear
un filme llamado: The great train Robbery, desarrollado sobre la base de una acción lineal –
temporal. Con esta película se puede evidenciar cómo la narrativa va construyendo una
historia con un grado mayor de complejidad, que le exige al espectador aumentar su
espectro de comprensión e interpretación a partir de la lógica que determina la película.
De esta forma, para 1904 la narrativa se ha convertido en fundamental para la
industria del cine, en la medida en que se consolida como una nueva estrategia de
creación. La importancia del tiempo en la narración comienza a tener una correlación de
dependencia para la historia; el tiempo es vago, además de ser percibido por un público
que desconoce el tiempo de su reproducción, aunque aquél no deja de ser guiado por un
hilo conductor que se encuentra coordinado por un tiempo determinado.
En este orden de ideas, se puede introducir una triple idea del tiempo
cinematográfico: el tiempo de la proyección (duración de la película), el tiempo de la
acción (duración diegética de la historia, es el tiempo al que pertenecen los personaje) y
el tiempo de la percepción, siendo la impresión de duración que tiene el espectador sobre
toda la película, según lo explica Martín (2002, pág. 226). Finalmente, el tiempo de la
proyección comienza a quedarse corto a la hora de contar la historia, y así fue como el
estadounidense David Griffit −en el año de 1908− logra darle a las películas una duración
de 15 a 30 minutos, lo que permitió que la narrativa pudiera desarrollarse a partir de un
rango de complejidad más avanzado con base al contenido.
Por otra parte, este director comienza hacer un uso efectivo de los diferentes
planos cinematográficos, como el plano medio, en el que se encuadra desde la cabeza a
la cintura, pues es la distancia adecuada para mostrar elementos puestos en escena y la
relación entre dos personajes; y el plano medio corto, que encuadra al personaje desde la
cabeza hasta la mitad del torso, con lo que se aísla a un personaje del entorno que lo
contextualiza para centrar la atención sólo en él. Esto lo hace con el fin de poder expandir
el contexto histórico que rodea al personaje, de tal forma que en un solo plano se pueda
incluir varios elementos, y de este modo ahorrar la extensión de contenidos en la
filmación.
Ahora bien, en 1909 la industria continúa manejando el formato en 1.33:1, ya que
la buena calidad y estabilidad que éste ofrece a las imágenes logra ser un beneficio para
la proyección de otros planos, como el plano americano (encuadra desde la cabeza hasta
las rodillas); el plano entero (encuadra la figura entera del personaje); el plano general
(muestra con detalle el entorno que rodea al personaje u objeto); y el gran plano general
(encuadra un gran escenario contextualizando el lugar donde se puede desarrollar la
historia) (Feldman, 2004, pág. 50).
Durante este período, la gran mayoría de películas violaban la forma lineal de
creación. Estas técnicas de carácter experimental eran utilizadas, sobre todo, por la
mayoría de directores de Hollywood, y lo hacían para crear relaciones espaciales y
temporales coherentes dentro de la narración.
Dziga Vertov fue uno de los cineastas innovadores de la época y también pionero
del cine experimental, quien en 1916 comienza a ensayar con sonidos, imágenes en
movimiento, montajes en fonogramas y palabras. Por esta misma época, la industria
cinematográfica seguía desarrollándose al incluir una de las técnicas más importantes que
permitió a los cineastas de todo el mundo transformar el cine de blanco y negro por uno
a color. El Technicolor fue un procedimiento químico-fotográfico, que a partir de 1935
pudo utilizarse correctamente gracias al avance técnico del cinematógrafo; aunque en este
período de tiempo continuó funcionando bajo el formato clásico de 35 mm.
Alrededor de 1920, Vertov descubre las capacidades que tiene el ojo humano para
registrar los planos cinematográficos, lo que lo lleva a experimentar con la filmadora los
diferentes ángulos y movimientos que se podrían hacer de un plano en similitud a la
perspectiva visual humana. Fue para 1923, cuando Vertov reclama por un cine más libre
de la actuación, motivo por el cual se dedicó a la reconstrucción de sucesos. Así, en su
afán por cambiar la perspectiva de un cine clásico, Vertov utilizó el método agit-prod,
cuyo objetivo fue representar la revolución política y levantar conciencia a través de este
método. Romaguera y Alsina (1989) lo explican de la siguiente manera:
Este método de cine directo, llevó a que a menudo los personajes se convirtieran en
los propios guionistas, mientras los operadores de cámara la empuñaban como armas.
Dio lugar a filmes-informes o de fiscalía, dentro del conjunto de actividades de la Agit-
prod (agitación y propaganda). La innovación técnica de las cámaras ligeras de 16 mm,
se fue implantando entre los reporteros, facilitando tanto su movilidad como que
pudieran pasar casi desapercibidos mientras filmaban. (pág. 3)
Luego Vertov realizó una variedad de experimentos en sus producciones, con los
cuales pudo dar sustento a la no-narrativa, es decir, una forma de expresión surgida a
partir de la narrativa tradicional, aunque ambas relacionadas a la hora de buscar el cómo
contar una situación. Pero la no-narrativa se diferencia en que no necesita recurrir al
relato para darle sentido a la película. Además del cine, es un modelo narrativo utilizado
para el genero documental y la propaganda.
Si bien la forma tradicional de narrar una historia cuenta con su propia estructura
y estilo, en este caso, debe decirse que la no-narrativa no fue la excepción, puesto que se
estructuró de la siguiente manera: La forma categórica es cuando un film divide un tema en
partes o categorías según el nivel de importancia o lo que el director quiere evidenciar
directamente al espectador. La forma retórica presenta una argumentación y expone
pruebas que la apoyen. Su objetivo es organizar la película, de forma tal que el público
capte la idea que el director quiere presentar sobre el tema abordado. La forma abstracta
utiliza las posiciones de la cámara, los encuadres y el sonido, como método de atracción
al público y así poder lograr su atención hacia cualidades importantes del film. Es
importante relacionar lo abstracto y lo no lineal, dado que no siguen un orden
predeterminado para lograr sus objetivos audiovisuales. Y por último, la forma asociativa
utiliza la yuxtaposición (asociación) de imágenes conectadas de forma libre, para sugerir
una emoción o un concepto al espectador (Bordwell & Thompson, 1995, pág. 102).
Al implementarse la no-narrativa como una nueva opción estratégica para narrar,
el mundo del cine continuó con sus avances técnicos y a finales de los años veinte la
tecnología sonora dio el siguiente paso en su desarrollo, gracias a las inversiones que
realizaron las compañías de Hollywood. El dispositivo tecnológico que alguna vez
Edison utilizó para generar musicalización en el cine mudo, fue la motivación para
sincronizar discos con las imágenes cinematográficas, lo que dio nacimiento al primer
proyector de acompañamiento sonoro.
En 1930, la cabina de sonido evoluciona a cajas más pequeñas que sólo cubrían el
cuerpo de la cámara; aun así, muchos cineastas continuaron utilizando algunas de las
formas de estilos narrativos para el cine mudo. Las influencias narrativas que este invento
permitió dieron lugar a la existencia de un narrador en las historias. Este podría ser
indirecto, utilizando voces en off o subtítulos, o directo a través de los actores. Asimismo,
con la implementación de un narrador el relato se convertiría en un relato doble.
Ahora bien, Marcel Martín (2002) clasifica los diferentes aportes del sonido
surgidos a partir de la renovada cabina: La impresión de realidad (le genera credibilidad a
la imagen); la continuidad sonora (sonidos independientes del montaje); el empleo
normal de la palabra que suprime al cine mudo (libera a la imagen permitiéndole dedicarse
a su papel expresivo); el silencio como valor positivo (el silencio puede marcar con
tensión los momentos dramáticos); y la elipsis del sonido (resumen de escenas en
compañía del sonido). Además, está el sonido diegético, es decir, aquel que se desprende
de los personajes al hacer un gesto o provocar ruidos con algún elemento puesto en
escena, con el objetivo de dar a entender algo, como por ejemplo el estado de ánimo o
una reacción ante una situación determinada, por lo que se manifiesta de forma natural
(pág. 119).
Con la llegada del cine sonoro, el formato de proyección a 1.33:1 estaba sufriendo
algunos inconvenientes, ya que la banda de sonido necesitaba ser introducida en alguno
de los dos negativos, y para que esto fuera posible, se debía por una parte reducir el
espacio utilizado para la imagen, con lo cual quedaría de un formato 1.25:1 (35mm), y
por el otro, los fotogramas debían expandir el tamaño de las perforaciones. En este caso,
el formato solo fue utilizado hasta 1931 por algunos cineastas. Con el fallo que tuvo el
formato anterior en la industria cinematográfica, para 1931 las salas de cine optaron por
utilizar nuevamente el 35 mm con relación dimensional 1.37:1, posicionándose hasta
1952 como el formato estándar en todo el mundo.
El cine y sus avances técnicos seguían entonces en ascenso, pero en 1939 el
mundo se enfrentó a los estragos sufridos por la segunda guerra mundial, lo que causó
que muchos artistas y cineastas se mantuvieran al margen de crear cualquier contenido,
debido a que la libre expresión podría causar muchos problemas en tiempos de guerra.
Para mediados de los años cuarenta todo volvió a ser posible, lo que permitió que nuevas
experiencias surgieran e incentivaran la creación audiovisual y cinematográfica. Javier
Pardo (2012) nos contextualiza a este respecto:
El 6 de agosto de 1945, una bomba atómica cayó sobre Hiroshima y tres días
más tarde otra sobre Nagasaki; con ello Japón se rindió al cabo de una semana y las
grandes potencias armamentistas vencedoras se lanzaron a la era nuclear, lo que sirvió
al cine para la recreación mediante la ciencia ficción en ambientes contaminados y
angustiosos, destruidos por las guerras nucleares y presididos por feroces. (pág. 17)
Tecnología-narración, cine moderno
El Cine Moderno, surge bajos dos lemas estéticos e ideológicos: mostrar una
realidad objetiva del ser humano, y no hay nada más objetivo que el sujeto, su
condición de sujeto insatisfecho, pues no siempre el ser humano alcanza el objeto
deseo, llámese amor, fortuna o éxito como lo mostraba el cine clásico. El segundo
lema del cine moderno es el concepto del cine autor. La validación del director como
autor único del film. (Gutiérrez C., 2014)
El cine moderno nace en Europa en la mitad del siglo XX que, a diferencia del
cine clásico, está estructurado por una narrativa no lineal, razón por la cual en él no se
cumplen con formalidad los esquemas tradicionales de un film. En esta época, la imagen
comienza a ser autorreferencial, implicada y comprometida, por ello se incluyen −dentro
de los recursos del cine moderno− el uso del plano secuencia, así como el uso a
profundidad de campo, además de algunas técnicas expresionistas y surrealistas, en busca
de romper las convenciones objetivas.
La técnica del expresionismo, surge en Alemania como una corriente artística que
busca expresar la voz del artista y/o cineasta, con el fin de desahogar sus
inconformidades. En este caso, esas inconformidades tenían que ver con el tratado de
Versalles y las cuestiones políticas sobre este; utilizando así el expresionismo como una
fuente de consuelo para revelar la angustia y la soledad que sentían las personas. Por su
parte, el cine surrealista se caracteriza por el uso de la metáfora audiovisual y el uso de
planos a profundidad; donde la poesía y las artes plásticas vienen siendo los componentes
más importantes que conforman esta rama. Cabe resaltar, que estas dos técnicas tienen
mucha semejanza a las producciones realizadas por Dziga Vertov.
En esta etapa el cine presenta directores que, después de la segunda guerra
mundial, proponen estrategias de contenido que se alejan de las formas tradicionales de
narración, como se dijo anteriormente, ‘no lineal’. En otros palabras, la narrativa moderna
busca hacer evidente el dispositivo cinematográfico, al poner en evidencia sus texturas,
sus ruidos y sus huellas; es decir, es un cine que pasa de lo psicológico a lo plástico
(Martin, 2008).
En este sentido, el cine comienza a ser indisoluble de la modernidad. Esto es algo
que se da en el momento en que se comienza a experimentar con la narrativa
cinematográfica, lo cual representa un ciclo en el que las producciones son aceptadas de
forma positiva por el público, pero al mismo tiempo sus contenidos comienzan a
influenciar la cultura conservadora de una sociedad.
De un modo general, se pueden señalar algunas razones que ligan al cine con la
modernidad. Está, como ya se lo señalaba, el contexto de la Segunda Guerra Mundial,
aunado al desarrollo técnico del cine en el período de posguerra, todo lo cual posibilitó
un cambio profundo en la experiencia del tiempo y el espacio. Además habría que tener
en cuenta también el cambio en el ámbito demográfico −de una población rural a una
urbana− en el que hasta cierto punto contribuyó la cultura cinematográfica, dado que el
cine logra agrupar a una diversidad de personas en un solo espacio y momento, dando
paso a un fenómeno multitudinario. En asuntos laborales, el avance de la tecnología y el
de los dispositivos permitieron el crecimiento de esta industria, con sus cadenas de
montaje y de perfeccionamiento de las máquinas; es decir que trajo consigo la demanda
de mano de obra especializada.
Fue a partir de 1952 que los avances técnicos permitieron el verdadero nacimiento
de los formatos panorámicos, cuando el inventor estadounidense Fred Waller, quien por
medio del documental, promociona este tipo de formatos a través del Cinerama. Este
avance consiste en una pantalla curvada a 146 grados, en la que se proyectan de manera
sincronizada tres proyectores trabajando a 35 mm cada uno, utilizando 26 fotogramas
por segundo y seis perforaciones por cada uno de ellos, en un formato total de 2.59: 1
(Konigsberg, 2004, pág. 374).
En aspectos narrativos, estas pantallas les facilitan a los directores el poder crear
películas utilizando otro tipo planos cinematográficos al permitirles expandir la filmación,
de tal forma que fue posible la inclusión de mayores contenidos a través del espacio y el
montaje. Esto era algo completamente novedoso y, a grandes rasgos, cautivó a los
espectadores al encontrarse ante una narrativa que logró integrar tiempos y espacios
diferentes en un solo lugar a través del montaje.
Otro de los logros que obtuvo el cine para su beneficio, fue cuando en 1960 se
crearon las lámparas HMI, de luz blanca, que generaban un menor consumo de energía.
Los estudios de cine comenzaron entonces a utilizar este tipo de luces para los espacios
plásticos, mejorando sustancialmente la calidad visual de las películas.
Sin embargo, en los años 60 muchos cineastas no contaban con el suficiente
presupuesto para realizar producciones de gran magnitud como las del Cinerama. Debido
a esto, surge en 1961 el Techniscope como un procedimiento de filmación que se utilizó
en algunos estudios cinematográficos, pues era posible implementarlo con el
Technicolor, logrando así proyectar una imagen en semejanza al formato de las grandes
productoras, aunque con una menor calidad.
Finalmente, en el campo cinematográfico en este período que denominamos
modernidad, la competencia es algo que se hace visible a partir del momento en que las
industrias crean o mejoran un dispositivo técnico. En este período el afán por mejorar el
negocio conduce a que el cine busque a toda costa las herramientas necesarias para
satisfacer a un público ansioso de nuevos contenidos. Algo que, por supuesto, termina
por favorecer al campo comercial y de consumo.
Tecnología-narración, cine posmoderno
Al tiempo que se iban empleando estas nuevas estrategias –algunas de tipo
técnico−, se comienza a evidenciar la integración entre elementos tradicionales del cine
clásico y algunos componentes del cine moderno, dando paso así a la posmodernidad.
Revolucionar la sociedad por medio del arte, era un medio para la crítica y la expresión,
creyentes en la razón. La posmodernidad también hizo mella en este sentido,
desencantada por aquel arte revolucionario, promulgó un arte en el cual todo estaba
permitido y era accesible a todo el mundo. El cine, también fue parte de este proceso.
Inicio con el siglo XX, la llamada época clásica, luego se fue inclinando hacia lo
moderno, y en la década de los años 70 dio un nuevo paso, hacia lo posmoderno.
(Vásconez & Falconí, 2010, pág. 2)
La posmodernidad, en términos cinematográficos, surge en 1975 como una
superposición de estrategias de orden narrativo y descriptivo, que depende de las
interpretaciones que realice el espectador a la película. Además, en esta época el cine se
enfoca más en la estética y busca explorar las emociones, situaciones y características que
pueda ofrecer un film a través de lo tecnológico y lo narrativo.
En otras palabras, el cine posmoderno es la época en que el cine puede explotar
en gran medida las estrategias de producción, ya que en esta etapa la gran parte de los
dispositivos tecnológicos cuentan con un buen nivel de desarrollo técnico, lo cual le
permite al director ir más allá del relato convencional de los personajes y de la lógica
determinada por algunas estructuras de tiempo y espacio.
Lo anterior representa la ruptura, por así decirlo, con los esquemas lineales de la
narrativa. A esto se le puede añadir el avance tecnológico logrado alrededor del año de
1976, cuando las expresiones del sonido se modifican con el Dolby Stereo −una
posibilidad para muchas producciones de acceder al sonido estereofónico−, lo que
permite lograr un sonido más natural, proveniente de cada fuente grabada en la
producción. Es pertinente aclarar que es gracias al formato en 35 mm (1.37:1) que el
Dolby Stereo pudo incluir dos pistas de sonido independientes.
Fue entonces en 1983, cuando el inglés John Alcott presentó el Súper
Techniscope. A diferencia del formato tradicional (Techniscope), con éste se vuelve a
filmar en negativo como en la época del cine mudo. La razón para volver a utilizar este
método, es que ahora el espacio que se encuentra reservado para el negativo, es empleado
para incluir la pista de sonido durante la exhibición, con lo cual se aprovecha por
completo el negativo trabajado en 35 mm del formato clásico (1.33:1).
Hacia finales de la década del 80 se desarrollaron una serie de softwares con el
objetivo de mejorar las técnicas visuales a base de computadoras, aunque éstas en esta
época eran utilizadas únicamente para estudios científicos, no sería un obstáculo para que
el cine se fuera apropiando de estas tecnologías, poco a poco, para sus propios usos.
El Inthsvisión Software abrió las puertas a la industria del diseño por ordenador.
Así como también lo fueron las tecnologías Avil y Protools que evolucionaron la manera
de trabajar el cine, puesto que ambas permitieron con sus desarrollos tecnológicos el
nacimiento del cine digital, aun cuando estos programas fueron inicialmente rechazados
por aquellos directores fieles al celuloide, quienes se negaron a trabajar aliados a una
computadora. En consecuencia, el software se fue adaptando cada vez más al cine, de tal
modo que permitió la flexibilidad de trabajo y el ahorro de tiempo, y así, poco a poco, se
fue perfeccionando y posicionando en el campo cinematográfico. Asimismo, los
formatos cinematográficos que en su momento sirvieron para darle un uso estético y
narrativo a la imagen, para este tiempo ya se habían modificado para trabajar de la mano
con el cine digital.
En los años siguientes, el uso progresivo de los soportes digitales para filmar una
película, hizo que las salas de cine se vieran en la necesidad de adquirir nuevos sistemas
de proyección. Esto representó un problema para quienes aún manejaban los grandes
formatos de 70 mm (2.20:1). Si una película no era filmada sobre un formato digital, no
se producía en digital; una muestra más de que el cine es un campo con continuas mejoras
tecnológicas. Es importante anotar que la primera película con efectos digitales fue Tron,
en el año de 1982. Sin embargo, es en 1990 cuando el cine comienza a experimentar un
proceso de transición del soporte análogo al digital; y para 1992 las películas en 70 mm
desaparecieron por completo con el nacimiento del sonido digital, el cual incluyó más
pistas de sonido en la película de 35 mm.
Finalmente, a finales de los noventa, películas como Star Wars (1999) y Matrix
(1999), comienzan a hacer un uso extensivo de esta nueva tecnología. Pero con la llegada
de las cámaras digitales, la tecnología informática y sus infinitas posibilidades, los
cineastas comienzan a preocuparse por la coherencia del desarrollo narrativo a través de
los nuevos diseños visuales. Por esta razón, el cine digital se da de dos maneras: la
primera, en la que el espacio de filmación expande sus límites, gracias a las paredes verdes
que configuran dicho espacio de una manera extraordinaria por medio de la edición,
además de mejorar los instrumentos puestos en escenas (montaje); y segundo, los
directores logran ampliar su potencial imaginario por medio de los instrumentos de
trabajo.
Vicente Castellanos (2012) expone lo siguiente en su artículo, Narrativas cinematográficas en
la era digital:
Asistimos a un estética visual que crea otras formas de organización del relato
cinematográfico y, por tanto, distintos impactos emocionales en el espectador. Estas
diferentes experiencias en la producción y recepción cinematográficas nos conducen
a un nuevo híbrido de tipo analítico en el que es necesario articular las teorías del cine
y la retórica con los estudios de la informática, para comprender, ya en la particularidad
de cada película, las consecuencias cognitivas y culturales. (pág. 29)
Metodología
Esta investigación se realizó bajo los lineamientos de un análisis de algunas fuentes
primarias y otras secundarias de información en un ejercicio exploratorio de recopilación,
lo que permitió configurar algunas de estas fuentes como herramientas teóricas para la
comprensión e interpretación del objeto de estudio aquí abordado.
Tal y como se pudo observar en el desarrollo argumentativo del presente escrito,
algunas de las principales fuentes provinieron de los productos creados por los expertos
en la temática del cine, tales como Los Hermanos Lumière (1895), Georges Méliès (1896-
1903) y Dziga Vertov (1929).
Sin embargo, las fuentes secundarias permitieron la elaboración de un análisis
entre narrativa y tecnología, a través de la historia: David Bordwell y Kristin Thompson
(1995), André Gaudreault y Jost Francois (1995), Marcel Martin (2002), Vicente
Castellanos Cerda (2012), Claudio Celis (2008) y Martha L. Gutiérrez Correa (2014). A
partir de estos autores se pudo consolidar un conocimiento pertinente respecto a las
relaciones de la historia del cine y su narrativa con los desarrollos tecnológicos en
diferentes períodos de tiempo, para de esta forma estructurar el artículo en cuatro
categorías: la primera, Historia del cine, antecedentes y narrativa; la segunda, Tecnología-narración,
cine clásico; la tercera, Tecnología-narración, cine moderno; y por último, Tecnología-narración, cine
posmoderno.
Resultados
Como resultado general se resalta la forma en que la tecnología ha participado en
las modificaciones que se han dado en la narrativa del cine, las cuales han estado
relacionadas con los acontecimientos ocurridos entre los siglos XIX y XX.
La tecnología que dio origen al cine en el siglo XIX, se encuentra estrechamente
vinculada con un tipo de narrativa simple y sencilla, debido en parte a que los primeros
directores centraron su interés en proyectar solamente imágenes en movimiento, después
de todo esto era lo que permitían los desarrollos tecnológicos de la época. Pero fue
entonces con la llegada de un cine clásico, donde la narrativa se posiciona como un todo,
en la medida en que el avance técnico de las herramientas de trabajo otorga a los
directores la posibilidad de contar una historia sustentada desde otros estilos narrativos.
Mientras que con la modernidad empieza a tener lugar la experimentación con el uso de
la narrativa y al mismo tiempo con los nuevos dispositivos. De alguna forma, el objetivo
principal en este momento era el de satisfacer los intereses de un público cada vez más
diverso y exigente, razón por la cual se buscaba salirse de lo convencional.
Los cambios provocados por la modernidad logran abonar el terreno para la época
posmoderna, en la que por medio de la tecnología se explora y mejoran al máximo las
herramientas de trabajo que logran facilitar la creación de contenidos y al mismo tiempo
el manejo de la narrativa cinematográfica.
Por su parte, la industria cinematográfica, cada vez más fortalecida, fue creando
nuevas estrategias audiovisuales que se adaptaban al pensamiento de la época. Esto
permitió al cine evolucionar nuevamente en cuestiones de contenido, donde la libre
expresión se fue apoderando de la pantalla grande. Nuevas formas de pensar fueron la
entrada para la diversidad de estrategias audiovisuales y al mismo tiempo para la
economía, lo que sentó las bases para que en la etapa posmoderna se diera con mayor
facilidad el cambio de lo análogo a lo digital, donde la tecnología se posiciona como la
herramienta de creación audiovisual más significativa.
Con referencia a lo anterior, Guilles Lipovetsky y Jean Serroy (2009) exponen en
su libro La pantalla global, cultura mediática y cine en la era hipermoderna, el siguiente paso que
da la industria cinematográfica, gracias a la evolución del cine digital en una época
posmoderna:
La transformación hipermoderna se caracteriza por afectar en un movimiento
sincrónico y global a las tecnologías y los medios, a la economía y a la cultura, al
consumo y a la estética. El cine sigue la misma dinámica. Precisamente cuando se
consolidan el hipercapitalismo, el hipermedio y el hipercosumo globalizados, el cine
inicia su andadura como pantalla global. (pág. 22)
Conclusiones
El presente trabajo permite concluir que el cine ha logrado dejar una huella en la
historia universal, gracias en gran parte, a los inventos desarrollados en el siglo XIX y
XX, propiciados por inventores pioneros que impulsaron a toda una industria, así como
también aportaron conocimientos técnicos y teóricos a otros campos de la cultura
humana. Además, los resultados anteriormente expuestos demuestran que el cine no sólo
se estructura a partir de componentes tecnológicos y narrativos, sino que además su
desarrollo depende del tiempo y de la evolución social.
Vimos entonces que la historia del cine se puede agrupar en tres etapas
importantes −cine clásico, moderno y posmoderno−, cada una de las cuales tiene sus
características particulares, de acuerdo a su nivel de desarrollo tecnológico e innovaciones
narrativas. A la par con esto, se fue consolidando una industria y un medio
cinematográfico, gracias a la llegada de nuevos cineastas-artistas que contribuyeron en
cada una de estas tres etapas con las herramientas necesarias, que finalmente le
permitieron al cine avanzar hacia un campo más vigoroso tecnológicamente.
Por ende, el medio cinematográfico es una industria que aprovecha al máximo las
oportunidades que brinda la tecnología, con el fin de mejorar sus elementos de trabajo y
sus formas de producción en el transcurso del tiempo. Por su parte, la narrativa
cinematográfica ha demostrado ser de una gran riqueza para la creación de múltiples
contenidos.
Para finalizar, puedo concluir que desde el ámbito profesional este artículo da la
oportunidad, a la presente y futuras generaciones de estudiantes de Comunicación social-
Periodismo, de poder conocer en términos históricos los orígenes y las bases que le
subyacen a toda una élite audiovisual; lo que, en últimas, permite conocer e identificar a
grandes rasgos la transformación de la narración a través de los diversos dispositivos
tecnológicos.
Referencias bibliográficas
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Castellanos Cerda, V. (2012). Narrativas cinematográficas en la era digital: Sucker
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