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“La Historia Económica hoy, entre la Economía y la Historia”, a celebrarse en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad Universitaria, D.F., del 27 al 29 de octubre de 2004. SIMPOSIO 13. “¿Vehículos de la modernización económica? Los transportes en México, siglos XIX y XX”. Mtro. Martín Ramos García. Doctorado en Humanidades-Historia. UAM-I. [email protected] ¿La libre concurrencia o las contratas? una lucha por establecer un tipo de desarrollo en el transporte público de la ciudad de México en las primeras décadas del siglo XIX.

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“La Historia Económica hoy, entre la Economía y la Historia”, a celebrarse en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ciudad Universitaria, D.F., del 27 al 29 de octubre de 2004.

SIMPOSIO 13. “¿Vehículos de la modernización económica? Los transportes

en México, siglos XIX y XX”.

Mtro. Martín Ramos García. Doctorado en Humanidades-Historia. UAM-I. [email protected]

¿La libre concurrencia o las contratas? una lucha por establecer un tipo de

desarrollo en el transporte público de la ciudad de México en las primeras

décadas del siglo XIX.

Page 2: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

INTRODUCCIÓN

Los estudios relacionados con los medios de transporte se refieren a la

primera parte del siglo XIX mexicano como una época donde la imperfección y

el atraso se conservaron, siendo éste uno de los obstáculos para el desarrollo

económico y social del país. Esta idea también se aplicó a la ciudad de México,

por lo que desde las primeras investigaciones sobre la ciudad se llegó a

expresar que con respecto “… al desarrollo industrial y a los adelantos en los

medios de comunicación, circunstancias que, en lo que respecta a la ciudad de

México, no se registraron durante este período” 1 Si bien esto es cierto en lo

general, aún son pocas las investigaciones que tenemos que nos expliquen el

por qué de este atraso y son menos las investigaciones que se han dedicado a

los estudios de caso como serían los medios de transporte urbano. De las

primeras investigaciones sobre la ciudad de México sólo un trabajo trata el

tema del transporte pero éste se refiere al inicio del transporte ferroviario

vinculándolo con el crecimiento de la ciudad 2. De los pocos trabajos que han

tratado el tema del transporte urbano en México todos han tocado el tema

desarrollándolo en lo general. Por lo que existe un hueco en este tema y más si

consideramos que no tenemos un estudio sobre el transporte público de la

ciudad de México para la primera mitad del siglo XIX que nos explique el

porqué de esta “falta de desarrollo”.

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Esta presente investigación pretende dar un aporte al tema considerando un

análisis de caso el de los “Coches de Providencia” para lo cual daré un mayor

peso a los elementos institucionales, ya que considero que en el

funcionamiento, administración y control de los servicios públicos y en

particular el de nuestro caso de estudio (los carruajes), el Ayuntamiento de la

ciudad de México jugó un papel muy activo, el cual estuvo fuertemente

determinado por dos elementos: la noción de Policía Urbana, y las

concepciones de gobierno local emanadas de la Constitución de Cádiz.

Por Policía Urbana entenderemos “el ámbito fluctuante de competencia del

gobierno local, donde se articulan algunas de las dimensiones más

importantes de la vida de la ciudad; infraestructura material y abasto, orden

público y jerarquía social” 3 El Ayuntamiento de la capital en nuestro periodo

de estudio además de tener una visión global de la ciudad, utilizó sus

prerrogativas que iban más allá de las mencionadas en las leyes, ya que le

consideraba el encargado de velar por el “bienestar común”. El otro elemento

que influyó en las prácticas de gobierno fue la redefinición de la competencia

de los poderes locales a partir de la Constitución de Cádiz, pues la legislación

secundaría de ésta otorgó atribuciones a los ayuntamientos sobre cuestiones

del gobierno local. Todo lo anterior propició que el Ayuntamiento de la ciudad

de México se considerara como el garante del “ bien común” y para su

cumplimiento llegó a usar sus prerrogativas legales y extralegales, a lo que

llamaremos aquí “metacontrato” 4 , de esta manera el Ayuntamiento

desempeño un papel más activo en el funcionamiento, administración y control

de los servicios públicos y en especial en nuestro caso de estudio.

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Desde el establecimiento del servicio de los coches de alquiler, llamado

de “Providencia”, se favoreció en su otorgamiento a un solo particular,

quien prácticamente tenía un monopolio en sus manos, lo cual propició

afectaciones a las casas de carrocerías y casas de alquiler quienes obtenían

ingresos de dicha práctica. El uso de los derechos de exclusividad de la

“contrata” (una especie de concesión), provocó que las casas de

carrocería, así como otros habitantes de la capital, tuvieran que ejercer

el alquiler como contraventores para lograr obtener algunos ingresos.

Durante los primeros años de servicio de coches de alquiler se mantuvo

esta lucha contra los contraventores para ejercer la exclusividad por

parte del contratista.

A raíz del conocimiento de la Constitución de Cádiz y de su aplicación,

aunada con las nociones de policía urbana, las autoridades municipales

favorecieron la defensa del “bienestar común”, es decir el que todos los

habitantes tienen los mismos derechos, y en nuestro caso de estudio

todos los habitantes podían alquilar sus coches con sólo cubrir los

requisitos que las autoridades señalaban, ésto propició también

enfrentamiento con las autoridades superiores al Cabildo, quienes querían

seguir ejerciendo un control sobre las actividades de la capital..

Page 5: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

1.CAMBIOS EN LA CIUDAD

Para la segunda mitad del siglo XVIII en la ciudad de México los gobiernos

ilustrados llevaron a la practica proyectos encaminados a mejorar la ciudad

imponiendo un concepto de ciudad más bella y racionalizada, para lo cual las

actividades de la población que estuvieran afectando la belleza, la higiene, la

seguridad y la libre circulación deberían ser modificadas. Las obras que se

llevaron a cabo fueron “ una faceta de la lucha por las calles, que se libró en

este siglo entre el Estado y las clases altas por un lado y el pueblo por el otro .

Para las autoridades y para la élite, las calles deberían dejar de ser un territorio

dominado , de hecho , por las clases populares y por sus actividades, para

volverse un vistoso decorado arreglado conforme a las leyes de la belleza, de

la higiene, de la seguridad, de la eficacia y de la razón...” 5. De esta manera

observamos el espacio de la ciudad y principalmente el de las calles estaba

siendo disputado. Una de las medidas que tomaron varios gobernantes fue la

de reordenar el espacio urbano lo que les permitiría tener más posibilidades

de lograr un control sobre la población. En 1778 al virrey Bucareli ordenó que

se pusiera fin a los escándalos que tenían lugar en las pulquerías por lo que

éste indicó que los alcaldes vivieran en sus respectivos barrios; Los alcaldes

eran sólo siete y evidentemente no podían darse abasto para sus tareas 6. Dos

años más tarde en 1780 el virrey Martín de Mayorga, creó una nueva categoría

de funcionario: los alcaldes de barrio. Comisionó al oidor Baltasar Ladrón de

Guevara para que elaborara una nueva división de la ciudad, es así que en

1782 se crearon ocho cuarteles mayores subdivididos en cuatro menores cada

uno .

Page 6: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

Otra manifestación del afán reformador del espacio urbano se practicó en el

transporte , así tenemos que el presidente de la Junta de Policía Don Francisco

Antonio Crespo, llegó a expresar que las casas de carrocería tenían la mala

costumbre de mantener en las calles donde estaban ubicados “ los forlones,

coches y cupés que para su aseo y compostura“7. Esta situación había

ocasionado quejas contra lo prevenido en las ordenanzas, por lo Don Antonio

Crespo que mandó que dentro de un determinado tiempo “descombren calles

y metan dentro de la carrocería todo lo que incomode” 8 y agregaba que por

reincidencia se les aplicara la pena correspondiente .Estas acciones estaban

encaminadas a permitir principalmente la libre circulación y se deberían quitar

por lo tanto todas aquellas actividades que la entorpecieran 9; otras medidas

que se tomaron para lograrlo fueron:

La prohibición de dejar animales sueltos por las calles.

Bañar a los caballos y mulas en la misma vía pública.

Mandó envenenar a los perros que estuvieran libres después de las doce de la

noche.

Se intentó controlar a los vendedores ambulantes.

Se exigió un permiso otorgado por el Ayuntamiento a todas aquellas

actividades relacionadas con las diversiones públicas.

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2. EL INICIO DEL SERVICIO PÚBLICO DE CARRUAJES

El establecimiento de los coches de alquiler en la ciudad de México data

del año de 1793 cuando el señor Don Manuel Vicente Valdés; quién fue

impresor del gobierno virreinal y autor de la Gazeta de México, propuso un

proyecto al Virrey Conde de Revillagigedo, para colocar una casa de alquiler

de “coches y Cupés decentes”, que estarían situados en algunos parajes

públicos para fletarlos a precios cómodos. 10 Este proyecto lo eligió inspirado

en uno establecido en España, un año antes por la Corte de Madrid, el cual

fue concedido al señor Don Francisco Tolosa 11. Este proyecto fue considerado

de gran utilidad por lo que su reglamentación sirvió en la ciudad de México para

elaborar uno propio tomando los puntos más importantes de la Real Cédula de

14 de septiembre de 1792, que se aprobó en España para el mencionado

servicio. El señor Valdés adaptó varios puntos en la elaboración del llamado

“Reglamento para el establecimiento de Coches de Providencia” entre los que

destacaremos aquellos que mencionan las características del servicio: el

primero de ellos dice que los coches deberán ser cerrados y decentes; su

fabricación podría indiferente pues no había tiempo para su construcción

uniforme; para su mejor identificación se propuso que los coches deberían

estar pintados de color verde y numerados, los cocheros tendrían que estar

uniformados con una casaca y calzón de color azul; el servicio daría inició el

15 de agosto de 1793. Para su mejor funcionamiento se situarían diariamente

en parajes públicos distribuidos de la siguiente manera:

“ dos de estos coches en la calle del Portal de Mercaderes con inmediación a

la esquina del Cartel de Comedias, dos en la plazuela del convento de Santo

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Domingo, dos en la calle del Palacio Arzobispal, y los dos restantes en la casa

del despacho principal que es el número 12 de la calle de Zuletas” 12. El

servicio inició con ocho coches con el propósito de irlos aumentando según

como la demanda lo hiciera necesario.

En otro punto se estableció el horario de servicio que era de las siete de la

mañana hasta la una de la tarde y de las tres de la tarde hasta las nueve de la

noche, en dicho horario sólo se consideraron dos horas para que los cocheros

y animales comieran y descansaran a semejanza de como se hacía en Madrid

. El prestar este servicio tuvo como una de sus finalidades hacer más cómodo

el traslado dentro de la ciudad para las personas que podían pagar, quienes

además entraban en la categoría de “decentes”. Los coches eran colocados

en la plazuela del Colegio de Niñas los días que había comedia para poder

conducir a sus casas a los espectadores de la misma cuando ésta terminase,

también estarían listas para dar el servicio en el traslado de los espectadores

de las corridas de toros , avisando al público de las otras paradas con

anterioridad del nuevo lugar habilitado. Otro punto importante señalaba que

para prestar el servicio por horas se necesitaba una autorización quedando

prohibidos las prácticas de los dueños de varios carruajes y en especial las

casas de carrocería que se dedicaban también a rentarlos pero por días. Para

esta nueva modalidad se estableció una cuota de cuatro reales por una hora y

que los recorridos no excedieran de una legua, en caso contrario se

aumentaría el costo si el destino de los pasajeros estuviera más allá de las

garitas como eran los paseos de la Piedad, la Viga, el Peñón , Tlaxpana y la

Romita; de esta manera podemos observar que al inicio del servicio

contemplaron recorridos dentro y fuera del perímetro de la ciudad .

Page 9: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

En otro punto del reglamento se hablaba de la forma en que los cocheros

cobrarían el servicio: para este propósito se elaboraron recibos impresos

equivalentes al costo del pasaje por horas y medias horas que se deberían

entregar a los pasajeros cuando éstos los abordasen teniendo que depositar

el importe en una “ arquilla pequeña de metal”; por la cantidad de cuatro

reales podrían subirse hasta cuatro personas y si alguna llevase un criado se

debería informar al cochero y el criado se transportaría en la parte posterior

del coche conocida como tablita.13. Además se estableció en el reglamento que

el servicio no debería prestarse a personas “ indecentes y que se presenten

con trajes asquerosos (ni ) tampoco para conducir enfermos a los hospitales...

y mucho menos para conducir cadáveres” 14. Lo cual muestra que el servicio

no estaba destinado a todo el público sino solamente a personas que podían

pagarlo, además de ser consideradas “decentes” tomando en cuenta

principalmente su presentación y viendo la calidad de sus trajes; también se

mencionaba que los cocheros no deberían solicitar propina a los pasajeros

debiendo mostrar siempre la debida “sumisión y cortesía, que cuantos tomen

los coches son por aquel tiempo sus verdaderos amos” 15. También indicaba

que los cocheros no deberían correr ni galopar teniendo que respetar los

bandos de gobierno, evitando así molestar a los vecinos, perjudicaba los

empedrados o maltratar los coches mismos.

Al poco tiempo de establecido el servicio se mandó ordenar a los alcaldes de

barrio y en especial en el cuartel mayor número seis, prevenir a las patrullas

para que cuidaran

los carruajes de no ser molestados por gente de la “plebe” ya que habían

tenido la noticia del “... atrevimiento de burlar a los cocheros y a las

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personas que los ocupan dichos coches, hasta el caso de haberles tirado lodo”

16 , por lo que las autoridades tenían que aprehender , corregir y castigar a los

infractores, y se llegó a ordenar en especial al sargento mayor de la plaza para

que previniese a las patrullas y cuidasen del cumplimiento de la mencionada

determinación . Y para ampliar su difusión se tenía que pegar la orden en

ciertos lugares visibles para que los infractores no alegaran ignorancia. En

esta primera etapa del funcionamiento del transporte público por medio de

carruajes, ésto se situaron en el centro de la ciudad para dar mayor servicio a

las personas acomodadas, ya fuese cuando salieran de paseo o para

transportarlas cuando terminaran las funciones del Teatro, lo cual además de

propiciar dificultades en ciertos lugares de la ciudad ya que se afectaban las

actividades de la población al circular intensivamente por las calles, también

colocaba como contraventores a los dueños de las casas de carrocerías y

alquiladurías17, quienes realizaban esta actividad para allegarse más recursos .

Uno de los primeros conflictos se dio cuando el señor Antonio Valdés

manifestó que a él se le había otorgado la contrata como un privilegio

exclusivo, teniendo en varias ocasiones que apelar a las autoridades para que

quitasen a los contraventores; una de sus quejas formales fue presentada en

el año de 1800 donde expresaba : “ El Exmo. señor Virrey Conde de

Revillagigedo se sirvió servirme privilegio exclusivo para establecer dichos

coches en consideración y ahorros que al público resultaba por su medio,

consiste esta gracia en que mis coches y no otros, se fleten por menor, esto es

por horas y medias horas...” 18 pero a pesar de éstas y otras quejas los

contraventores ya fuesen particulares , de las casas de carrocerías o de

alquiladurías continuaron circulando, pues era una forma de subsistencia.

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3.. LA LIBRE CONCURRENCIA EN EL TRANSPORTE PÚBLICO.

Para el año de 1813 con la elección del nuevo Ayuntamiento se consolidaron

cambios en el servicio de los coches de Providencia, dejando atrás la práctica

de otorgar permiso a un particular por medio de una contrata, se permitiría a

cualquier individuo poner su coche en alquiler. El nuevo reglamento

especificaba que “ es libre a cualquier vecino de esta capital el poner coches

de providencia en los parajes que elija” 19. Por supuesto era indispensable que

cumplieran con ciertos requisitos. Con todo esto las nuevas autoridades

municipales eliminaban la posibilidad de que solo algunas personas se

beneficiaran del control exclusivo del ramo y así evitar que siguiera

funcionando un monopolio.

Para retomar el control del ramo de coches las autoridades municipales

establecieron en el nuevo reglamento una serie de artículos que les permitiría

establecer una mejor administración y mayor control, ya que pedían a todos

aquellos solicitantes que deseaban poner en alquiler su coche que se

presentaran ante la junta de policía , para indicar el número de coches que

pretendían poner a circular así como el lugar donde estarían colocados. Por su

parte la autoridad municipal otorgaría una licencia por un año, cobrando 50

pesos anuales, los cuales podían ser pagados en partes iguales, cada tres

meses. 20

En otros artículos del reglamento se estableció que los coches y sus mulas

deberían estar en buenas condiciones además de tener colocado el número

correspondiente para su mejor identificación; además se estableció un horario

Page 12: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

de servicio en las plazas y plazuelas que iba del alba hasta las once de la

noche.

En los siguientes artículos del reglamento consideramos que se manifiesta la

intención de que el servicio siguiera siendo elitista, al negar el ascenso a

cualquier persona que no estuviera bien vestida al igual que si se presentaba

descalza o con trajes asquerosos; solo sería para transportar personas

“decentes”. Tampoco deberían tratar de introducir equipajes voluminosos que

incomodaran, ya que de intentarlo se les negaría el servicio. Otra medida de

control se especifico en el artículo 13 del reglamento donde se menciona que

el día primero de cada mes se presentarían los coches ante el diputado de

policía para reconocer si estaban en buenas condiciones y poder así seguir

circulando. En otro artículo se prohibía a cualquier persona poner coches en las

calles o plazas para su alquiler y si lo llegasen a hacer tendrían como pena

una multa de 50, pesos que aumentaría al doble por la segunda ocasión y por

la tercera vez se perdería el coche con todo y mulas. Esta medida pretendía

disminuir los muchos fraudes que se cometían ya que se sabía de las

dificultades que pasaron los anteriores contratistas con las casas de alquiler y

los talleres de carrocería que al ver menguados sus ingresos en los años

difíciles por los que pasaban, estas carrocerías practicaban el alquiler de sus

coches de manera clandestina. Esta practica fue constante en los años

anteriores a pesar de que las contratas especificaban que eran exclusivas, (es

decir un monopolio ) evitando a cualquier otro introducir por ley alquilar sus

coches.

En otra parte del nuevo reglamento las autoridades de policía establecieron las

condiciones en que deberían presentarse los cocheros, debido a que casi

Page 13: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

cualquier persona podía desempeñarse como tal, pues solo se tenía que llegar

a un acuerdo con el dueño del coche, por lo que las autoridades en el artículo

14º del mencionado reglamento se especifico, que para ejercer desde ahora

este oficio se debería ser práctico “ y no aprendices (además) hombres de

conducta regular, sin vicio de embriaguez, no viejos inútiles y de ridícula

persona, (así como) faltos de fuerzas” 21 . Agregaba que estaban obligados a

“tratar con comedimiento” a las personas que solicitasen sus servicios de lo

contrario se les castigaría con varios días de grillete en las obras públicas y si

reincidían los días de castigo irían aumentado En otros artículos se

especificaba como deberían conducir los coches además de no solicitar

propina.

Otra medida de control de la administración municipal fue el hecho de

establecer un cuidador que estaría todos los días en la plaza mayor para velar

por el buen funcionamiento y evitar así los fraudes que se pudieran realizar

(véanse esquemas 1 y 2) . Para el sueldo del cuidador se solicitaría medio real

a cada coche además de un real al mes para los que hagan el barrido diario

del sitio . En el mes de abril de 1813 se inició el registro de las licencias, en

un primer listado encontramos que aparecen más de cien solicitudes en un

lapso de tiempo que va de abril de 1813 a mayo de 1815 22.

Page 14: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

ESQUEMAS 1 Y 2

DIAGRAMAS DE ORGANIZACIÓN DEL SERVICIO DE COCHES DE

PROVIDENCIA

DE 1793 A 1812 EN 1813

175 COCHES CIRCULANDO CONPERMISO

CUIDADADOR

COMISIÓN DE COCHES DE POLICIA

COMISION DE POLICIA

TESORERÍA

AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

VIRREY

30 COCHES CIRCULANDO CON

PERMISO

CONTRATISTA

COMISION DE POLICÍA

AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD DE

MÉXICO

VIRREY

FUENTE: REGLAMENTOS DE COCHES DE PROVIDENCIA VARIOS AÑOS

Page 15: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

4. EL RESTABLECIMIENTO DE LA LIBRE CONCURRENCIA.

Después de proclamada la Independencia y durante el proceso de

instalación de las nuevas autoridades, la primera interesada en ver la situación

de los coches de Providencia fue la comisión de Hacienda del Ayuntamiento,

quién unida con el regidor encargado del ramo, previeron que estaba por

acabarse el tiempo otorgado a la contrata asignada al coronel Bustamante.

Esta contrata inició en el año de 1819 y terminaba en 1824 . Las autoridades

consideraban que debido a la nueva situación política del país se debía

cambiar de sistema de organización por lo que expresaron : “...el gobierno

supremo del Estado que es la autoridad que en el día reasumido aquellas

facultades a lo menos mientras no se establezca la superioridad de las

prefecturas que ha mandado crear la ley orgánica provisional del mismo” 23.

Esta declaración nos permite resaltar el interés de las autoridades locales por

el curso de sus ramos, pues desde un primer momento consideraron que este

servicio urbano estaba dentro de su ámbito de gobierno.

La comisión de Hacienda del Ayuntamiento hizo un análisis del sistema que se

adoptaría para los coches de Providencia, por lo que revisó la situación del

mismo durante el gobierno español y manifestó que las contratas “estaban en

contradicción con los principios de libertad y franqueza, que verdaderamente

caracterizan a nuestras nuevas instituciones políticas” 24. En su revisión la

comisión resaltó el reglamento del año de 1813, y afirmó que el interés

particular afectó su curso y que el sistema de contratas se llevó acabo con

menoscabo de la causa pública. Como ejemplo presentó las condiciones

establecidas en la contrata de 1819 otorgada al coronel Bustamante, quién

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además de cobrar 200 pesos por cada coche, solicitaba medio real para el

administrador; cobraba multas con una gran arbitrariedad , llegando a

embargar a todo aquel que contravenía las condiciones que estableció a su

voluntad.

Entre los puntos sobresalientes de la nueva propuesta de organización

que proponía la comisión de Hacienda estaban los siguientes : que toda

persona que deseara poner coches en los sitios públicos lo podría hacer

obteniendo el permiso de la comisión de Ayuntamiento encargada del ramo; se

proponía también rebajar de 16 pesos a 10 el pago de cada coche suprimió el

medio real que pagaban al administrador y el sueldo de éste sería pagado por

los fondos del Ayuntamiento; además se nombraría a un guarda que ayudaría

al buen funcionamiento del servicio.

En otra parte de su exposición la comisión de Hacienda exponía las ventajas

que traería para los ingresos de los fondos públicos los cambios propuestos y

señalaba las ganancias extras que obtenía el contratista, entre las que estaban

el pago de 4 pesos diarios por cada coche, resultándole 9,600 pesos anuales

además del medio real cobrado para el sueldo del administrador 25. Esto hacia

que, deducidos los 5,500 pesos que pagaba al Ayuntamiento , el contratista

obtenía una ganancia anual de 4,100 pesos, sin contar el cobro de multas y

otras atribuciones que se tomaba.

Estos y otros argumentos dieron fuerza a la propuesta de la comisión de

Hacienda para que se impulsara el cambio de un sistema de contratas a uno

de libre concurrencia que administraría el Ayuntamiento y que además de

mejorar el servicio , aumentaría los fondos públicos. 26

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El nuevo sistema propuesto empezó a funcionar el 1º de enero de 1826, para

lo cual se solicitó a todos los interesados que deberían presentarse con el

regidor comisionado que era Don Agustín Cerda, debiendo además pagar sus

derechos en la Tesorería. 27. Más adelante se elaboró la cartilla de policía para

el servicio público y en ella se ratificaba que todo aquel que deseara poner

coches lo podía hacer. En la cartilla de ese año se describían las

características exigidas a los coches: de ornato, así como de comportamiento

en la conducción de los coches, en horarios por cubrir y lugares donde se

colocarían, también señalaba las multas para los contraventores que iban

desde 50 pesos hasta la confiscación del coche. En lo que respecta a la

administración se indicaba que tenía la tarea de vigilar el buen servicio, lo cual

comprendía desde la revisión mensual de todos los coches hasta el

comportamiento de los cocheros, teniendo también que resolver todo incidente

que se presentase durante las horas de servicio. Para el auxilio del

administrador se pagarían dos celadores por cuenta del Ayuntamiento.

En este reglamento también se introducirán cláusulas para evitar que el

administrador colocase carruajes de su propiedad aprovechándose de su

puesto:

“ para que su cuidado sea el más exacto, se prohíbe que el administrador

ponga coches en algunos de los sitios o plazas de la capital, en la inteligencia

de que luego que se sepa que falta a este artículo directa o indirectamente se

le separará del empleo” 28 .

La anterior reglamentación representaba un triunfo para e Ayuntamiento en lo

que respecta a su “soberanía” , pues logró restablecer bajo su jurisdicción y

administración todo lo relacionado con éste ramo.

Page 18: “La Historia Económica hoy, entre la Economía y la

A pesar de que el Ayuntamiento estableció la libre concurrencia como sistema

para el ramo de coches de Providencia, continuaron manifestándose los

conflictos, tanto con los particulares como con las autoridades superiores. Los

particulares querían obtener más ganancias incumpliendo el reglamento,

mientras que las autoridades consideraban como parte de sus atribuciones el

intervenir en el ramo.

Las manifestaciones de conflictos en este ramo representó también una lucha

donde se defendían o ampliaban atribuciones para incidir en el desarrollo de

este medio de transporte.

El transporte urbano en la ciudad de México tuvo dos visiones para su

desenvolvimiento : una bajo la jurisdicción del cabildo de la ciudad de México y

la otra bajo el apoyo de las autoridades del gobierno nacional. En la primera se

tuvo un lento crecimiento y se llegó a establecer una comunicación

especializada y regular hacia los lugares de recreo las poblaciones vecinas ; y

la segunda fue favorecida por el gobierno nacional con el otorgamiento de

concesiones a empresarios relacionados con actividades comerciales que

introdujeron un medio de transporte más moderno “el ferrocarril urbano”.

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CONCLUSIONES

El impulso para establecer un transporte público por medio de carruajes tuvo la

intención de ampliar los servicios de la ciudad para los ilustrados.

El Ayuntamiento de la ciudad de México a lo largo de la primera mitad del siglo

XIX mantuvo una disputa frente a sus instancias superiores ya sea el gobierno

del Distrito Federal, Departamental o con el Ejecutivo, por conservar sus

atribuciones (“soberanía local”) y en el caso de los carruajes se manifestó

como una lucha jurisdiccional por otorgar las contratas.

El gobierno de la ciudad de México a partir de las elecciones municipales de

1812 desempeñó un papel más activo en la administración de los servicios y en

particular en el transporte público(carruajes) ya que cambió de un sistema de

contratas; que se consideraba un privilegio exclusivo ( un monopolio) a uno de

libre concurrencia, donde todos los ciudadanos que desearán intervenir lo

podrían hacer siempre y cuando cumplieran con los requisitos que la

administración local determinase; además en este nuevo sistema el

Ayuntamiento estableció una administración que llevaría un control del servicio

y a una lucha por establecer un tipo de desarrollo en el trasporte urbano.

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El desarrollo del transporte urbano tendrá dos manifestaciones : una bajo la

jurisdicción del cabildo de la ciudad de México y la otra bajo el apoyo de las

autoridades del gobierno nacional; en la primera se tendrá un lento crecimiento

donde también se llegó a establecer una comunicación especializada y regular

hacia las poblaciones vecinas ; y la segunda favorecida por el gobierno

nacional con el otorgamiento de concesiones a empresarios relacionados con

actividades comerciales y que en la segunda mitad del siglo XIX tuvieron un

apoyo más decidido a raíz de la introducción de los ferrocarriles.

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Notas

1 Alejandra Moreno Toscano..Introducción. p.17 El subrayado es mío 2 Vidrio C. Manuel “Sistemas de transporte y expansión urbana : los tranvías” en Alejandra Moreno Toscano coord.. Ciudad de México : Ensayo de construcción de una Historia. SEP-INAH, México,, 1978, pp. 201-216 otros trabajos pineros relacionados con el tema son: Ernesto de la Torre Villar, “La capital y sus primeros medios de transporte: prehistoria de los tranvías “ Historia Mexicana , Col. Méx. IX:2 (34, octubre-diciembre) , México, 1960. p.215-248 y “El Ferrocarril de Tacubaya” Historia Mexicana , Col. Méx. IX:3 (35, octubre-diciembre) , México, 1959 , p.377-393 3 Ariel Rodríguez Kuri, “Gobierno local y empresas de servicios : la experiencia de la ciudad de México en el Porfiriato “ en Sandra Kuntz Ficker y Priscilla Connolly coordinadoras , Ferrocarriles y obras públicas , Instituto Mora , Col. Mex, Colegio de Michoacán, UNAM, p. 166, 4 Ibíd.,pp.166-169 5 Viqueira Albán, Juan Pedro ¿Relajados o reprimidos? diversiones públicas y vida social en la ciudad de México durante el Siglo de las Luces. México, FCE, p. 232 6 Ibíd., p.233 7 Archivo Histórico de la ciudad de México (AHCM) Ramo Coches de Providencia, Vol. 4200, exp. 1, 20 de noviembre de 1782 8 Ibíd. 9 Confróntese con Lombardo de Ruiz, Sonia comp., Antología de textos sobre la Ciudad de México en el periodo de la ilustración (1788-1792), INAH, (colección científica Nª 113,(Fuentes Historia Social), México,1982, p. 16. 10 AHCM, Ramo Vehículos Coches de Providencia , volumen 4200, expediente 6. 11 Don Francisco Tolosa propuso dicho servicio a imitación del que existía en Francia donde se llamaron Coches Fiácres. 12 AHCM , Ramo Vehículos Coches de Providencia ,volumen 4200, expediente 6. 13 Ver figura número I 14 AHCM, Ramo Vehículos Coches de Providencia , volumen 4200, expediente 6. artículo 13 del mencionado reglamento 15 Ibíd.. 16 Ibíd. exp. 6 foja 32. 17 Para el año de 1781 hemos localizado la dirección de 16 carrocerías y para el año de 1792, 21 alquiladurías, AHCM, Coches de Providencia, Vol. 4200, exp. 1 y 3. 18 AHCM, Coches de Providencia, Vol. 4200, exp. 11, 14 de junio de 1800. (el subrayado es nuestro) 19 AHCM, Coches de Providencia. VOL. 4200, exp. 52, art. 1 , reglamento del año de 1813. 20 Ibíd. art. 2 y 3. 21 Ibíd. art. 15.

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22 AHCM, Coches de Providencia, Vol, 4200, Exp. 50 23 I bíd. exp. 93 24 Ibíd. 25 Ibíd. 26 Ibíd. En el documento consultado aparecen como miembros e la comisión de hacienda : “ Manuel Wenceslao B., Alonso, Fagoaga”. 27 Ibíd. También se publicó un bando el 24 de diciembre de 1825, relativo al cambio de sistema de funcionamiento de los coches de alquiler. 28 Ibíd. exp.92 , reglamento de 31 de diciembre de 1825, Art. 22

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Resumen de la ponencia:

Desde el establecimiento del servicio de los coches de alquiler, llamado de

“Providencia”, se favoreció en su otorgamiento por medio de una contrata a un

solo particular, quien prácticamente tenía un monopolio en sus manos, ésto

propició afectaciones a las casas de carrocerías y casas de alquiler quienes obtenían

ingresos de dicha práctica y los habitantes que deseaban obtener ingresos por este

medio.. A raíz del conocimiento de la Constitución de Cádiz y de su aplicación,

aunada con las nociones de policía urbana, las autoridades municipales

favorecieron la defensa del “bienestar común”. En las siguientes décadas las

autoridades municipales por un lado, y los particulares con las autoridades

superiores por el otro, lucharon por establecer un tipo de desarrollo del transporte

de la ciudad de México.

..