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1 La historia y sus diversas maternidades Sandra L. Jaramillo R. Co-directora e investigadora de la Corporación Estanislao Zuleta de Medellín. Correo electrónico: [email protected]

La Historia y Sus Diversas Maternidades

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Un articulo acerca de distintas concepciones de maternidad a lo largo de la historia

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1 La historia y sus diversas maternidadesSandra L. Jaramillo R. Co-directora e investigadora de la Corporacin Estanislao Zuleta de Medelln. Correo electrnico: [email protected] 2 Resumen Aprovechandolagrancontroversiageneradarecientementeporlapropuestadeuna Clnica de la Mujer, resulta pertinente investigar sobre el concepto de la maternidad a lo largodelahistoria,yaquedichapolmicahaestadocargadamsdeemocionesyde fundamentalismosreligiososquedeverdaderosargumentos,teniendoencuentaquela maternidadnosetratadeunadeterminacinnaturaldelasmujeresnideunefecto instintivo, sino por el contrario del ejercicio libre de un deseo personal. Palabras Clave: historiade la maternidad; familia; Clnica de la Mujer; instinto natural, feminismo.

3 La historia y sus diversas maternidades Para mi amorosa madre, de una hija afortunada. El amor maternal es slo un sentimiento humano. Y es, como todo sentimiento, incierto, frgil e imperfecto. Elisabeth Badinter I RecientementesehadadoenMedellnunagrancontroversia,pueslaadministracin municipal, en el marco del cumplimiento del Plan de Desarrollo Local, ha querido poner en marcha la Clnica de la mujer, la cual, entre muchas otras cosas, atender la sentencia delacorteconstitucionalquepermitelainterrupcinvoluntariadelembarazoentres casos:peligrodemuertedelamadre,embarazoproductodeunaviolacinypeligrode malformacindelfeto.Durantelosaos2009y2010laprensalocalynacionalse pronunci al respecto y organizaciones feministas han entrado en polmica con aquellas quedesdeprincipiosreligiososdefiendenlavidabiolgicaaultranza.Noobstante,ha sidollamativoobservarquedichapolmicaestmscargadadeemocionesquede argumentos y que priman los descalificativos antes que las explicaciones. Medelln, una ciudad que en los ltimos aos le ha apostado fuertemente a la cultura, a la lectura, a la escritura, ha de prepararse para ser una ciudad ms debatiente, una ciudad en laquelasdiferenciasseempiecenadirimirporloscaminossimblicosdelapalabra, antes que por los caminos reales de la violencia fsica o verbal. Ello sera muy conveniente nosloparaloatinentealtemadelasmujeressinoparalaculturapolticanuestraen general,puesdiceEstanislaoZuletaquelasociedadcolombianaseramenosviolentasi aprendiera a coexistir con los conflictos, tratndolos con las herramientas simblicas de la palabra, antes que con las reales de la eliminacin, efectiva o figurada, del otro. Perotododebateexigeunascondicionesentrelascualessecuentaladisposicindelos debatientes a una escucha efectiva, lo que slo es posible si se trata de personas que no se creen poseedoras de una verdad absoluta. Pero otras condiciones que exige un debate son lastericasyparaabordareltemadelaClnicadelamujerbienvaldralapena considerar la idea de que la maternidad no es una determinacin natural de las mujeres, niunefectodeinstintosnaturales,sinolaconsecuenciadellibreejerciciodeundeseo personal. II La condicin de madre es la definicin privilegiada de la mujer a lo largo del tiempo, no obstante, darun vistazo a la historia y percibir que a travsde ella se dejan ver maneras muy disimiles de entender y vivir la maternidad, as como dismiles son las concepciones y prcticasquesehantenidosobreelamor,lainfancia,lapaternidad,elmatrimonioy todos los asuntos propios de las relaciones humanas, nos permite matizar esa afirmacin Ponencia presentada en el Foro de la Clnica de la Mujer, celebrado en Medelln el 23 de febrero de 2011 en el auditorio del Paraninfo de la Universidad de Antioquia. 4 primera de que la mujer y la maternidad son indesligables. Ver a lo largo de la historia de la humanidad y, en particular, de la historia de las mujeres la diversidad y la plasticidad que adoptan las vidas concretas, nos evita asumir esa imprecisa idea de que las cosas han sido siempre como son en la actualidad, lo que de paso genera un efecto negativo y des-politizador:considerarloactualcomonaturaleimpedirelsentidodelaposibilidad,es decir, la visin de que las cosas pueden ser de otra manera y que son los actores sociales quienespuedenhacerrealidadloqueannoexiste.Adems,lahistoricidaddelo humano(tantoenloqueataealahistoriasocialcomoalahistoriasubjetiva)ysu subsecuente plasticidad, son una demostracin fehaciente de que no se est determinado por lo biolgico y, as, nociones como instinto, naturaleza humana o genes para el amor, para la sexualidad o para la bondad son totalmente impertinentes. Considerar a las mujeres sujetos histricos es una conquista de la segunda mitad del siglo XX,puesantesdeesemomentonosehabaninstauradocomoagentessociales protagonistas de la aventura humana. Hoy sabemos que la posicin de las mujeres en la sociedad, as como sus hbitos y sus representaciones se han modificado en el devenir del tiemporespondiendoacambiosqueseoperanenlasmentalidades,valgadecir,enel conjunto de ideas comunes que tiene una poca particular y que determina coordenadas dentrodelascualessedanprcticasycostumbresdiversas,aunquetodasellasenel espectro que permiten los paradigmas que una sociedad especfica construye,siendo slo seres excepcionalmente revolucionarios los capaces de ir ms all de esos paradigmas para valorar, pensar o actuar parcialmente de forma distinta a la que su tiempo impone. Vidas revolucionariasymuchasvecesannimasalasquelesdebemos,enbuenamedida,los cambioshistricosquesevanproduciendo,ycambiosquesedandeformaestructural, aunqueenlneasdecontinuidadydiscontinuidaddediversalongitud,esdecir,la historicidad de las mujeres est interrelacionada con la de otros agentes sociales como los nios, los jvenes, los ancianos, as como con la historicidad de las relaciones humanas o lossentimientos(elamor,lamuerte,lafamilia,etc.)Peroenesahistoricidadpodemos encontrar aspectos en los cuales hay lneas de continuidad que vienen desde la Ilustracin y se sostienen en el siglo XXI, de la misma manera que se presentan otros aspectos en los que se han producido claras discontinuidades en un momento dado. III TomandodelamanoaElisabethBadinter,1laantroplogafrancesa,nospermitiremos referenciar cuatro hitos histricos que muestran cambios que en relacin a la maternidad sehandado,valelapenaaclararqueestorespondeespecficamentealahistoriade Francia,peropuedesermuyesclarecedorparapensarlahistoricidaddelaexperiencia maternaengeneral,adems,estosuotroscambiospodrantambinpercibirseen sociedadesque,comoenelcasodelanuestra,estnreferenciadasporlahistoriade Occidente,loqueno pretendeolvidarquehaymaticesodatosespecficosdecadauna. Mostrar estos hitos nos permitir ver que la maternidad responde a sentimientos o deseos o intereses, ms no a instintos naturales que biolgicamente dispongan a las mujeres para ello, pues el cuerpo es una condicin para la maternidad (verdad que la ciencia empieza a desafiar) pero no una explicacin causal para la misma. 1 Badinter, Elisabeth (1981). Existe el amor maternal? Editorial Paids. Barcelona. 5 Dmoslelapalabraanuestraautoraparavolveraloshitoshistricosanunciados: Situviramosquetrazarlacurvadelamormaternaldecuatrosiglosaestaparte tendramosunasinuosidadconpuntosfuertesantesdelsigloXVIIyenlossiglos XIXy XX, y puntos dbiles en los siglos XVII y XVIII. Es probable que a partirde 1960hubieraquevolveracurvarlalneahaciaabajo,sealandociertoreflujodel sentimiento maternal clsico, y haceraparecer simultneamente el comienzo de una lnea nueva: el amor del padre.2 Tres protagonistas tiene la historia de la maternidad: el hijo, el padre y la madre, incluso podemos hablar en algn momento de un nuevo protagonismo: el de la mujer. Segn la sociedadentiendaunosyotrosprocederlamadre,puesella noesmsqueotrosujeto histricoqueactuarysentirenladireccinquelasociedadletrace,auncuandose trata de una criatura que ha salido de su propio vientre. La muy reciente historia de las mujeres nos ha dejado ver con un poco ms de detalle la antigedady,sobretodo,lasituacinquevivanlasmujeresdeesasdossociedades capitalesdeOccidente:GreciayRoma.Algunoshablandelno-lugarparaellas,otros resaltanlano-palabrasuya,coincidiendoambosenlanegacin,esdecir,lamujerdela antigedad est negada. No es ms que un vientre que se refugia en el gineceo durante el da y que slo podr departir con otros vientres. Un vientre sin alma que trae criaturas al mundo sobre las cuales ejerce el hombre una paternidad, en caso de que a discrecin as lodecida,ysloenelcasodedarsedichapaternidad,ellatendrqueocuparsedelos cuidadosmaterialesynutricios,mientraseslquiendecidesobrelaeducacinqueel nuevoserrecibir.Aspues,desdelaantigedadhastalosalboresdelaIlustracinla historiailuminaunodelosprotagonistas:elpadre,yelloporquerepresentaelvalor supremodelaautoridado,comodiramoshoy,delautoritarismo,valorencarnado exclusivamenteporl,quieneselrepresentantedelmonarcaalinteriordelhogar. BadinterdicequehastaelsigloXVIIencontraremosunpuntoaltoenelsentimiento materno, pero tal vez la atencin que esas madres de la Antigedad deparaban a sus hijos eraproductodelmiedo,delasumisinydelainerciaqueimplicabanopoder representarse otras posibilidades de ser. Perodurantedossiglos,laconductadelasmadresoscilamenudoentrelaindiferenciayel rechazo3.FueronlossiglosXVIIyXVIII,yaunqueesadistanciaqueempezarona evidenciarlasmadresparaconloshijoseradiferencialsegnelestratosocialalque perteneca la mujer, es visible una tendencia general cuya primera expresin estuvo en la entrega, cada vez ms difundida, de los hijos a las nodrizas para que fueran ellas quienes les dieran el pecho y les prodigaran los cuidados que requeran en los primeros aos. Las aristcratasolasnuevasburguesasacudananodrizassofisticadasqueenalgunoscasos cohabitaban con ellas, mientras que las esposas de comerciantes y hasta las campesinas se servandenodrizasenclenquesypobresqueenmuchoscasosvivanenparajeslejanos. Era frecuente que la entrega de los bebs se hiciera inmediatamente despus del parto y enunagrancantidaddecasoslosniosnoregresabanalosbrazosdesusmadres,pues loscuidadoserantanprecariosquelamortalidadinfantilalcanzabaaltsimas proporciones: 2 Ibd. 3 Ibd. 6 1780:EllugartenientedepolicaLenoirconstatanosinamarguraquesobrelos veintinmilniosquenacenporaoenParsapenasmilsoncriadosporsus madres. Otros mil, privilegiados, son amamantados por nodrizas en la casa paterna. Todoslosdemspasandelsenomaternoaldomiciliomsomenoslejanodeuna nodrizaasueldo.Sonmuchoslosniosquemorirnsinhaberconocidonuncala miradadesumadre.Quienesregresenunosaosmstardealacasafamiliar descubrirn a una extraa: la que los dio a luz.4 Razones para explicar esta prctica abundan: lo econmico, lo psicolgico, lo social, pero tambinloshechosdejanverpocasintencionesdelasmadres,ydelospadres,para dedicar tiempo, esfuerzo, amor y sacrificio a sus cras. Pero era imposible que las madres delaFranciadelXVIIpudierantenerunarelacincercana,clidaycargadade sentimientosdeternuraparaconsushijos,porquelaconcepcinquedelosniosse tenaeramuydistintaalaactual.LosniosdelsigloXVIInoerannielcentrodela familia, ni el centro de la sociedad y hasta se podra pensar que se estaba ms preparado para su muerte, por los altos ndices de mortalidad, que para su vida. Se trataba del nio malo,delnioquesuscitabamiedo,delnioestorbo,delniojugueteo,comopasaba con las mujeres de la Antigedad, del nio nada. Aspues,noesinculparaunauotramujerporelplidosentimientomaterno,sino considerar que eran las lgicas imperantes en la sociedad de la que hacan parte y, como a todosnospasa,esimposiblepensar,actuaryvalorarporfueradeloscontornosquela mentalidad de una poca depara: en el ideal mundano de la poca nada es menos distinguido quedemostrarmenosamor porloshijos5.Adems,lasprcticasdesprendidasdelasmadres paraconsushijoseransecundadasporlospadresyporlasociedad,porejemplo,no emergan reproches de los vecinos haca una madre que contrataba una nodriza, ms bien era esto visto por todos como una prctica normal, como normal se vean la prctica que hoy nos parece maltratadora e inhibidora del desarrollo fsico de los pequeos: fajar a los nios,noobstante,nodrizasymadreslaconsiderarondurantemuchotiempouna prcticaapropiadaparasusaludy,depaso,lesdejabaliberadasdelapermanente atencindelcroy les permitaocuparsedeltrabajo;lafajafueunsmbolodeopresin para el hijo y de libertad para la madre. Prcticas, sentires y relaciones que slo pueden entenderse si se consideran inmersas en la mentalidad de una sociedad especfica. Lo que no impide ver que muchas de esas muertes tempranaspudieronevitarseconcuidadosyatencionesesmeradas,yenestojustifican algunosautoresllamarinfanticidiosesasprcticasdeabandonodelosnios.Talvez algunas mujeres se vean obligadas a entregar a sus hijos al cuidado de nodrizas porque a ello les obligaba la pobreza, otras lloraban la muerte de los hijos y haba quienes pudieran justificarseporsuignorancia,peroelhechodequeestoocurrieraconfamilias acomodadas habla de la baja importancia que para madres y padres tenan los hijos. El desarrollo de las ciudades y las ofertas y posibilidades que ellas empezaron a deparar a las mujeres: cultura, sociabilidad, educacin, ocio, entretenimiento, mundanidad, incidi en estos cambios, pues las que habitaban la ciudad empezaron a sentirse ms atradas por 4 Ibd. 5 Ibd. 7 dichasofertasqueporlaslaboresmaternasquedesempeaban,as,algunasfamilias empezaronaverseafectadas.Notanrpidoseprodujeroncambiosenlasmadres campesinas,puesaunquetampocoenellaselhijotenaunlugarprivilegiado,no contabanconlascondicionesmaterialesyculturalesquelaspusieranendinmicas alternativas. En los salones (esos espacios residenciales de algunas aristcratas o burguesas enlosqueregularmentesellevabanacaboencuentrossocialesdondetenalugarla msica,lacrticaliteraria,lasdiscusionesfilosficasy polticas,espaciosalosquesolan acudir personas del mundo intelectual y artstico que fueron posibilidad para que algunas mujeres accedieran a discursos diversos) encontramos buenos ejemplos de mujeres que se empezaban a desprender de sus deberes familiares y dotaban su vida de cotidianidades y sentidosdiferentes,algunasdeellasllegaronaconcretaruntrabajointelectualconel apoyodefilsofoscercanos,otrassequedaronenlafrivolidad,riesgoquetieneel conocimientocuandonoseponealserviciodeunaprctica(accin,escritura, magisterio). No obstante, los hurras a esta emancipacin deben sosegarse hasta considerar la otra cara delamoneda,pueslaespontaneidaddelasprcticasculturalesdelasmujeresdelSiglo XVIInohabadejadotiempoparaofreceranmaternidadesalternativasyloscambios quedespuntaronpasaroncuentaaloshijosabandonadosasusuerte,muchos simplemente moran y quienes se criaban miraban con desconcierto la soledad a la que debanenfrentarse.HenryJamesnospresentaensucuentoLamadreunodeesos vstagos de madre indolente. PeronuevoscambiossevernafinalesdelSigloXVIII,cambiosfuertesdementalidad queseobservanyaenellugartenienteLenoirrecientementecitado,puesalgohaba empezadoacambiarsilpodasentiramarguraporlosaltosndicesdemortalidad infantil. Ese proceso sutil a travs del cual se va transmutando la atmosfera ideolgica de unasociedad,esefectodeprcticasydiscursosqueempiezanapenetrarmuydiversos campos de la cotidianidad y que no son orientados por nadie en particular sino efecto de ideasfuerzaquesegeneran,muchasvecesenvocesannimas,yqueconsiguen resonanciasquelasamplanylasfortalecen.Badinterledaunlugardeterminanteen estoscambiosalospeligrosdemogrficosqueimplicabalaaltamortalidadinfantildel Siglo XVII, pues el capitalismo emergente requera una robusta poblacin que sirviera de fuerzadetrabajo,loqueademsfuecoherenteconelhumanismoilustradoyla sensibilidad que sobre la existencia de hombres y mujeres concretos empez a tejerse. Ahora, revertir la mortalidad infantil slo era posible si las madres regresaban al hogar y se ocupaban de atender directamente a sus hijos, dndoles la leche materna, cuidndoles del frio, del hambre y de la enfermedad. Pero para entonces muchas mujeres alcanzaban satisfactoriasrealizacionesensusaventurascallejerasyaquellosdiscursosquebuscaban recuperarlasmadrestuvieronqueaplicaringentesesfuerzos,entreellosestuvoelde Rouseeau,quienentonodeobjetividadacudiademostrarlanecesidadmutuadel vnculo madre-hijo, ella para liberar sus pechos de la leche que le produce dolor, l para sobrevivir; adems de prometer a las buenas madres la fidelidad de sus maridos y el amor desushijos.Hubodiscursosdetodotipo,unosinvitabanaunretornoalanaturaleza, otroshacanpromesasdefelicidadyotros,msdesesperados,optaronporproferir amenazas. Fue toda una cruzada contra el desorden y el goce. Imperceptiblemente Eva cede 8 su puesto a Mara. La curiosa, la ambiciosa, la audaz, se metamorfosea en una criatura modesta y razonable, cuyas ambiciones ya no desbordan los lmites del hogar.6 Impedirlamortalidadinfantilimplicabatambinunanuevavaloracindelnio, llegandoaconvertirseenpromesa,soberano,centrodelafamilia,esdecir,siel protagonista de la Antigedad fue el padre, en el siglo XVIII la luz de la historia ilumin alhijo,apartirdeentoncesloscariosyternurasenlafamiliaestuvieronpermitidosy fueron promovidos. La mujer devino madre por un deber que le profera la sociedad y se abra paso el siglo en el que ella sera proclamadacomo reina, como ama () del hogar. Mujer-madre, mujer-Mara, mujer-referente moral. La corona la devolvi a la casa, tal vez sunarcisismodefminalatraicionypagconsupropialibertad.Empero,estareina necesitaba un edecn y eso lo supli el padre que vino a completar la armnica familia nuclear.ElSigloXIXordenclaramenteelmundo:sumajestadelnioenelcentro,el padre en la calle, bien sea realizando su vida en diversas dimensiones, bien sea condenado a un trabajo enajenador cuyo nico beneficio era el de permitirle ser proveedor, y ella, la madre, en el hogar tomando las ms inmanentes decisiones caseras. Un orden clarsimo quefavorecalaavanzadadelcapitalismo,pueslareinadelhogarexigaalpadrede familia cumplir con preceptos morales que lo disciplinaban y lo concentraban de lleno en eltrabajo,impidiendoqueenlacalleseperdieraenazarososcaminosquele desordenaran la disciplina laboral: la dulce vida conyugal es un mito burgus.7 Lamaravilladelahistorianosloesquenospermitareconocerlaplasticidadhumana sino tambin que nos ayuda a entender que ninguna poca ha logrado hacerse al sistema devaloresideal,pueselserhumanoesunacriaturamuyimperfecta.Asqueestaremos lejos de visiones teleolgicas de la historia que crean que avanzamos de la indolencia de lasmujeresdelossalonesalamaravillosamaternidaddelamadecasasiconsideramos que las mujeres del Siglo XIX no lograban convencerse plenamente de que en su funcin de madres estara la felicidad completa. Lahistoriarecientedelasmujeresy,sobretodo,laemergenciadelfeminismohan conducidoaquedesdelasegundamitaddelsigloXXhastaelpresentelamaternidad hayaencontradonuevamenteunacurvaencada.Otravezlacallefueunpolode atraccin para las mujeres, pero esta vez no slo salieron para gozar de sus ofertas sociales yculturales,tambinsalieronparaejercerunafuncinpblica,paraorganizarse,para devenir en sector social y para modificar radicalmente la sociedad. Estanislao Zuleta llama nuestraatencinaldecirnosquehayrevolucionesqueocurrenenundaypueden recordarse a travs de una fecha precisa, pero que tambin hay revoluciones que ocurren imperceptiblementealolargodemuchosaos.Esassonlasmsfuertes,esassonlas revolucionesdelascostumbres,delasmentalidades.Aesteltimotipoderevolucin pertenece la de las mujeres y el hondo cuestionamiento de la cotidianidad, del poder, de la democracia que implic. De esta manera entra nuestraltima protagonista: la mujer, lamujera secas, ese ser tan indeterminadocomocualquiersujetomodernoqueyanocuentaconunDiosquele 6 Ibd. 7 Ibd. 9 defina su destino y su moral, la mujer que ya no se sabe quin ser y para quien el destino de madre no es imperativo. Estanuevamujereslaqueporprimeravezenlahistoriahumanaencarnauna maternidad por deseo, ya no ser madre por miedo, ni por deber moral, ahora lo ser slo cuandoelladeseeycuantasveceslodesee;ysereldeseoelquenosgaranticela permanencia de la humanidad, pues aunque haya cada vez ms sociedades que propicien mltiplesrealizacionesalasmujeresdosificandosudeseoentreobjetosdiversos,la maternidad sigue siendo atractiva para ellas porque es una de las vas para dar a luz una obra creativa que les permita permanecer en el mundo ms all de s y eleve el narcisismo de quienes han sido capaces de dejarle un buen hijo o hija al mundo.