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LA IDENTIDAD DE GÉNERO El tema de las presentes jornadas (el género y la identidad de género), es un tema que ha despertado siempre muchas confusiones. Por eso, lo primero que vamos a hacer es explicar una serie de conceptos diferentes: Sexo. Los seres humanos nacemos con un determinado sexo. La presencia de determinado cromosoma X o su ausencia, durante nuestro periodo de formación en el vientre materno hace que se desarrollen determinados órganos reproductores y genitales. Nacemos con un sexo, macho o hembra, y ese nos viene determinado por factores biológicos. Género: El hecho de que una persona nazca hombre o mujer, no significa demasiado. Al vivir en un contexto social, aparece un nuevo concepto: el género. El género es el significado social de cada uno de los sexos. Es un conjunto de valores, roles, expectativas, incluso maneras de relacionarse y sentir, en función del sexo biológico, y que es propia de cada sociedad. Se basa fundamentalmente en convenciones y estereotipos. Es “lo que significa ser hombre”, o “lo que significa ser mujer”. Decía Simone de Beauvoir que “no se nace mujer: llega una a serlo” La identidad de género es la explicación de lo masculino y de lo femenino. El género es movible, maleable, ya que es social. El sexo, es biológico, permanece; el género, es social, se modifica. Ni siquiera es compartido por todos los miembros de una misma comunidad, pero siempre hay una concepción dominante. Esto es importante, porque ante este aspecto cultural, los individuos podemos hacer intentos de “parecernos” a la norma dominante o “diferenciarnos” de la norma dominante. El género sigue las mismas reglas que todos los demás aprendizajes sociales. Por eso es tan importante el papel de los padres. Los padres son primeros modelos activos y pasivos. Activos en la manera que aleccionamos, que “decimos las cosas”. Pasivos en la manera en la que nos comportamos, y que nuestros hijos ven y asumen como normal. Cabe aquí decir que en principio, el patrón de género dominante en una sociedad no tiene que ser malo por si mismo. La construcción de la identidad pasa por un proceso de priorización, de “dar valor”, como decíamos antes, a lo externo (lo que la sociedad considera que es lo propio de un sexo) o a lo interno (lo que yo considero que es propio de mí). Este será el eje principal

La Identidad de Género

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Descripción de los procesos de identidad de genero para padres de alumnos de 12-16 años

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LA IDENTIDAD DE GÉNERO

El tema de las presentes jornadas (el género y la identidad de género), es un tema que ha despertado siempre muchas confusiones. Por eso, lo primero que vamos a hacer es explicar una serie de conceptos diferentes:

Sexo. Los seres humanos nacemos con un determinado sexo. La presencia de determinado cromosoma X o su ausencia, durante nuestro periodo de formación en el vientre materno hace que se desarrollen determinados órganos reproductores y genitales. Nacemos con un sexo, macho o hembra, y ese nos viene determinado por factores biológicos.

Género: El hecho de que una persona nazca hombre o mujer, no significa demasiado. Al vivir en un contexto social, aparece un nuevo concepto: el género. El género es el significado social de cada uno de los sexos. Es un conjunto de valores, roles, expectativas, incluso maneras de relacionarse y sentir, en función del sexo biológico, y que es propia de cada sociedad. Se basa fundamentalmente en convenciones y estereotipos. Es “lo que significa ser hombre”, o “lo que significa ser mujer”. Decía Simone de Beauvoir que “no se nace mujer: llega una a serlo”

La identidad de género es la explicación de lo masculino y de lo femenino. El género es movible, maleable, ya que es social. El sexo, es biológico, permanece; el género, es social, se modifica. Ni siquiera es compartido por todos los miembros de una misma comunidad, pero siempre hay una concepción dominante. Esto es importante, porque ante este aspecto cultural, los individuos podemos hacer intentos de “parecernos” a la norma dominante o “diferenciarnos” de la norma dominante.

El género sigue las mismas reglas que todos los demás aprendizajes sociales. Por eso es tan importante el papel de los padres. Los padres son primeros modelos activos y pasivos. Activos en la manera que aleccionamos, que “decimos las cosas”. Pasivos en la manera en la que nos comportamos, y que nuestros hijos ven y asumen como normal. Cabe aquí decir que en principio, el patrón de género dominante en una sociedad no tiene que ser malo por si mismo. La construcción de la identidad pasa por un proceso de priorización, de “dar valor”, como decíamos antes, a lo externo (lo que la sociedad considera que es lo propio de un sexo) o a lo interno (lo que yo considero que es propio de mí). Este será el eje principal de casi todo nuestro papel como padres: entender, apoyar, y confiar.

La identificación de género comienza en edades tempranas. Alrededor de los dos años de edad los chicos y las chicas ya son capaces de categorizarse y sentirse dentro de determinado rol de género. Son capaces de sentirse “diferentes” entre sí, distintos de otros individuos, pero iguales que los de su mismo sexo. Este proceso continúa, teniendo “periodos críticos”, como por ejemplo la adolescencia, donde a los cambios corporales se unen una extremadamente fuerte presión social (de todo tipo, parental, de compañeros iguales, cultural, mediática). Nunca serán tan fuertes los estereotipos como en esta etapa, ni nunca serán tan débiles los jóvenes individuos para poder enfrentarse a ellos como en esta etapa.

La identidad de género es una parte importante que forma parte y ayuda a crear el autoconcepto. Todo lo que hacemos lo hacemos con un peso muy importante de nuestro autoconcepto, de tal manera que un autoconcepto muy negativo nos condicionará cualquier cosa que hagamos.

Una inadecuada identidad de genero está muy presente en los transtornos de la alimentación (Anorexia y Bulimia). Tanto es así, que hasta hace aproximadamente unos 30 años se consideraban trastornos casi exclusivamente femeninos. La idealización de lo “femenino”, y la creencia de la “feminidad” va asociada a una imagen corporal

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determinada, junto con un deseo absoluto de cumplir con ese canon, de ajustarse a esa norma, y una muy mala percepción y valoración de sí misma (hasta el punto de caer en la dismorfia corporal, es decir, la percepción alterada e irreal de su propio cuerpo y la incapacidad de verlo tal como es, y no “tal como debería ser”).

Del mismo modo, confundir la identidad de género con el rol sexual puede llevar a sufrir determinados problemas. Es común encontrarse con estereotipos asociados al rol sexual únicamente basados en el género: “como eres una mujer tienes que…” “en la cama, los hombres no…”.

El estilo de relación a través de los estereotipos masculino o femenino puede desembocar en posiciones peligrosas si se asocia que uno de los sexos debe relacionarse de una manera determinada. Todas las culturas llevan implícito un sistema de relación que establece roles diferenciados para hombres y para mujeres, en el que especifican quien domina/es dominado, agresividad/pasividad, control/sumisión.

El papel de los padres: