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UBICACIÓN Y TEMA DE LA AED 201O
La Iglesia de Monterrey sigue haciendo su historia, gracias a una
participación muy entusiasta que ha venido creciendo entre los distintos
agentes de la pastoral.
Le damos gracias a Dios porque se pudieron realizar entre los años 1998
y 2001, aquellas Asambleas Diocesanas que culminaron con el
Primer Sínodo Diocesano y que posteriormente nos ofreció la riqueza de un Plan de Pastoral Orgánica 2002-
2005.
En un punto intermedio a este Plan, el 28 de Abril del año 2003, después de que fue
aceptada la renuncia de D. Adolfo A. Card. Suárez Rivera, que de Dios goce, el Señor nos
permitió recibir a un nuevo Arzobispo Dn. José Francisco Card. Robles Ortega, quien dio
continuidad y culminación a dicho Plan Orgánico.
Posteriormente, se dispuso todo lo necesario para la realización del
siguiente Plan Diocesano que continuaría marcando el rumbo de
nuestro quehacer pastoral.
Y en Diciembre del 2005, se llevó a cabo la Asamblea Eclesial Diocesana, que nos permitió obtener el nuevo
Plan Diocesano 2006-2010.
Este es el Plan Diocesano que precisamente estamos culminando y que nos ha ayudado para lograr una mayor conciencia de un trabajo más
organizado y poder implementar nuevas estructuras en la Arquidiócesis.
Como por ejemplo, el realizar las Asambleas Diocesanas año con año, así como las Asambleas de Zonas Pastorales, Decanales y Parroquiales.
Hoy día hay cada vez más Parroquias que elaboran sus programas anuales, y hemos
avanzado en tener resultados más concretos a través de las evaluaciones que se realizan sobre el quehacer pastoral de nuestra Arquidiócesis.
Este Plan Diocesano se vio favorecido por el Documento de la Quinta
Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que se
realizó en Aparecida, Brasil.
Un documento que ha aportado un camino discipular y misionero muy claro y profundo y que nuestra Arquidiócesis
ha sabido aprovechar para encontrar nuevos caminos de luz, en la búsqueda
de la Salvación y la Santidad de nuestros pueblos.
Hoy día tenemos mucha necesidad de hacer una Pastoral de Conjunto y bien Organizada que dé respuesta a la difícil situación que vive nuestra
Patria, no sólo en la degradación social que hoy vivimos, sino también en otros grandes problemas
que enfrenta nuestro mundo como una Globalización mal entendida, una Informática mal utilizada y una Posmodernidad mal vivida, y que
requiere que el Evangelio se encarne en la sociedad parea iluminar todas estas situaciones.
Esta Asamblea se ubica entonces ante una realidad muy concreta y la Iglesia
debe prepararse para dar una respuesta salvadora y liberadora ante
estas corrientes que confunden y distraen al ser humano y que lo alejan
de Dios.
El Documento de Aparecida nos dice, que es a través de la Parroquia, donde
descubriremos nuevas estructuras pastorales y logremos una conversión
personal y pastoral en nuestras comunidades:
“La conversión personal despierta la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de
la vida. Obispos, Presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos
llamados a asumir una actitud de permanente conversión pastoral, que implica escuchar con atención y discernir lo
que el Espíritu está diciendo a las Iglesias (Ap. 2,29) a través de los signos de los tiempos en los que Dios se
manifiesta” (DA # 366)
Por eso, nos dice también: “Las Parroquias son células vivas de la Iglesia y el lugar privilegiado en el que la
mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de la comunión eclesial” (DA # 170)
“(Las Parroquias) Encierran una inagotable riqueza comunitaria porque en ellas se encuentra una inmensa
variedad de situaciones, de edades, de tareas. Sobre todo hoy, cuando la crisis de la vida familiar afecta a tantos
niños y jóvenes, las Parroquias brindan un espacio comunitario para formarse en la fe y crecer
comunitariamente” (DA # 304)
El documento de Aparecida nos invita para que “las Parroquias sean Centros de irradiación misionera en sus propios territorios” (DA # 306).
Este documento está dejando, sin duda, un gran aporte a la Pastoral de
la Iglesia, y sobre todo marcando caminos muy claros en la acción
discipular y misionera de la misma.
Es muy importante tenerlo como referencia, sin olvidar desde luego el resto del Magisterio y sobre todo que
el primer fundamento para el quehacer pastoral y eclesial son las Sagradas
Escrituras.
Por todo esto, nuestra Asamblea Eclesial Diocesana 2010, desea
reflexionar y profundizar en este reto de la RENOVACIÓN
PARROQUIAL con el siguiente TEMA:
“LA ARQUIDIÓCESIS DE MONTERREY, GUIADA POR EL ESPIRITU SANTO, PLANEA LA MISIÓN Y
EVANGELIZACIÓN DE LA IGLESIA, PARA PROFUNDIZAR EN LA CONVERSIÓN PASTORAL Y RENOVACIÓN DE LA PARROQUIA, Y ASÍ TODAS
LAS PERSONAS Y LOS SECTORES DEL PUEBLO DE DIOS SEAMOS DISCIPULOS-MISIONEROS DE
JESÚS”.
Un tema sin duda, que nos invita a poner todo nuestro esfuerzo, para que en los aportes que
hagamos mediante las actividades que tenemos programadas, sintamos cómo el
Espíritu Santo sigue conduciendo a la Iglesia y que el amor de Dios se siga extendiendo por todos los lugares donde aún no lo conocen.
La participación de Ustedes, es sumamente importante , para que se viva la comunión y
participación de una sola Iglesia que la conformamos Ministros Ordenados,
Consagrados y Consagradas y laicos y laicas.
Y como ya lo dijimos en la Oración, le pedimos a Dios por el éxito de esta Asamblea Eclesial Diocesana 2010.
Muchas Gracias.