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LA IMPORTANCIA
DE IR A CLASE
Recopilación de relatos breves sobre el
absentismo escolar
Alumnado de 1º, 2º y 3º de ESO
I.E.S. RAFAEL DE LA HOZ. Córdoba
El conjunto de relatos breves que se recogen en esta
publicación escolar es el resultado de una actividad más
de las tutorías lectivas desarrolladas en el curso escolar
2009/2010 en el I.E.S. RAFAEL DE LA HOZ de Córdoba.
El objetivo de la actividad era que el alumnado
conociera el concepto de “absentismo escolar”, sus
causas, sus efectos y los fenómenos que lo rodean, así
como que tomara conciencia de la importancia de asistir a
un centro educativo en el periodo de la escolaridad
obligatoria. En resumen: prevenir en ellos el absentismo
escolar.
Esta actividad se desarrolló con el alumnado de 1º,
2º y 3º de ESO.
La actividad se inició viendo un breve vídeo en el que
una técnico municipal de un ayuntamiento de un pueblo
madrileño explicaba qué es el absentismo, cuáles son las
competencias del área municipal de Educación en esta
materia, cómo se actúa ante una situación de absentismo,
cuáles son sus causas y sus consecuencias, cuál es el
papel de los padres y de los amigos y, por último, cuáles
son las medidas preventivas que pueden adoptarse1. A
continuación se vio un breve reportaje emitido en
Televisión Española sobre el absentismo escolar grabado
en el C.P.E.I.P. Antonio Gala, de Córdoba2. Por último,
1 http://www.youtube.com/watch?v=wisTSOHNRTg&feature=youtube_gdata
2 http://www.rtve.es/mediateca/videos/20091018/lucha-contra-absentismo-escolar/607365.shtml
repasamos cómo se actúa en nuestro instituto ante una
situación de absentismo escolar.
Con estos previos como elemento motivador se pidió
a cada alumno y a cada alumna que redactara una breve
historia sobre este tema. El resultado es el que puede
verse a continuación: textos mejor o peor hilvanados,
más o menos brillantes, pero en los que nuestro alumnado
proyecta su visión del mundo, sus preocupaciones, los
valores asimilados, los temores, las soluciones idealizadas
al problema del absentismo escolar. En ellos podemos
reconocerlos uno a uno, intuyendo sus capacidades, su
historia escolar, su situación actual y hasta vaticinando
su futuro.
Están todos y todas (bueno, la verdad es que falta
una chica a la que no pudimos vincular). Pero, a pesar de
todo, es en esta presencia casi completa en la que este
sencillo trabajo escolar quiere convertirse en una
metáfora del deseo de que no exista absentismo escolar
en nuestro centro y de que todos los alumnos y alumnas
encuentren en él su sitio.
Algunos de los trabajos fueron seleccionados para
presentarlos a un concurso de relato corto organizado
por el Equipo Técnico de Absentismo Escolar de la zona
Centro de la ciudad, concebido como una acción de
prevención de este problema. Cuatro de ellos resultaron
premiados y aparecen destacados.
111ºººAAA
CLARA, LA NIÑA ENFERMA
Una mañana de verano en 1942, en un pueblo no
muy grande, había una niña llamada Clara, de 6 años de
edad, que era muy traviesa. Un día cayó enferma. Su
madre, llamada Patricia, estaba trabajando y no pudo
cuidarla.
Al día siguiente la niña empeoró y tuvieron que
operarla. Después de un mes la niña ya estaba casi
recuperada y empezó a pensar en el colegio, en sus
amigos, si la habrían extrañado, si volvería a seguir el
ritmo de sus compañeros. Clara, angustiada por tener
que dar lo que sus compañeros habían dado empezó a
llorar. Su madre la escuchó y fue a su cuarto. Le dijo
que no se preocupara que todavía tenía que descansar.
Después de dos semanas la niña estaba
totalmente recuperada, pero su madre por no verla
llorar le dijo que tenía que recuperarse. El colegio
llamó a la casa para informarse del estado de la niña.
La madre contestó que dentro de dos días estaría allí.
Después fue a decírselo a su hija. Clara se puso a
llorar porque no quería ir. Patricia le dijo que tenía
que ir o repetiría curso.
Milagros Ares Méndez, 1º A
EL ABSENTISMO DE CLARA
Clara era una niña muy aplicada y estudiosa y sus
amigos también. Con el tiempo sus amigos fueron
cambiando; sacaban malas notas y faltaban cuando
ellos querían.
Clara, convencida por su amigos, hizo lo mismo.
La madre de Clara ya estaba enterada. Hizo de
todo para que cambiara de actitud pero nada le sirvió.
También habló con el instituto para ponerle un
remedio a la situación pero tampoco sirvió de nada.
La madre habló con Clara y le dijo que no se tenía
que dejar influenciar por su amigos sino ser ella
misma.
Y desde ese mismo día Clara fue retomando sus
estudios como antes.
Miriam Ares Méndez, 1º A
LA CHICA QUE IBA A CLASE
Érase una vez una niña a la que no le gustaba
estudiar. Un día su amiga iba hacer la rata y la invitó a
hacerla. Ella aceptó. Pero Paula no sabía los problemas
que eso conllevaba. Empezó a faltar uno y otro día,
pero en el instituto donde estudiaba Paula
sospecharon y llamaron a sus padres por teléfono.
Los padres pasaron de la niña, ésta siguió faltando.
Entonces los Servicios Sociales cogieron a la niña y la
metieron en un reformatorio hasta que sus padres
salieran de la cárcel. La niña se arrepintió y no lo
volvió a hacer más.
Silvia Berlanga Cabello, 1º A
UNA HISTORIA DE UNA NIÑA
Una niña no fue al instituto porque tenía
problemas familiares. Todos los amigos de la niña la
veían muy cambiada en su forma de ser, su carácter,
su personalidad; todo le cambió. Ellos, como la
querían tanto, pues se preocupaban por ella al ver
como estaba y la niña les contestaba muy mal. Natalia,
la mejor amiga de esa niña, le daba bastantes
consejos para que no estuviese mal por los problemas
de sus padres. Los problemas de los padres eran que
discutían mucho. A la niña le dolía mucho lo que
escuchaba, pero al final todo se arregló y terminaron
las cosas muy bien y la niña ya no lo hizo más.
Selene Berzosa Vargas, 1ºA
CASO SIN JUSTIFICAR
Este es el caso de una niña del colegio
“Maimónides” llamada Cristina, de 15 años.
Un día faltó a clase. Sus amigos vieron que no
estaba y les pareció raro porque, que ellos supieran,
no estaba mala ni le pasaba nada.
Así pasó varios días, hasta que una de sus
compañeras la pilló, pero Cristina le dijo a su amiga:
“Venga, mujer, por una día no pasa nada”. Entonces su
amiga se quedó callada.
Un día llamaron a sus padres. No cogían el
teléfono. Dejaron de llamar porque seguían sin
cogerlo.
Se dedicaba a estar en la calle, fumando y
muchísimas cosas más feas, hasta a estar con su
novio.
Pasaron semanas y semanas y seguía sin venir. El
profesor no se dio cuenta pero en un momento, cuando
estaba la clase medio vacía, se dio cuenta. El profesor
pasó ese día, pero el siguiente, ya no.
Llamaron a sus padres. De casualidad lo cogieron
los padres de Cristina, les explicó todo lo que había
pasado pero a los padres de Cristina les contó que ella
había faltado más que sus compañeras. Cristina, al día
siguiente, llegó al colegio casi bebida. Estaban allí los
padres, le echaron la más gorda de las broncas, pero
como estaba casi bebida se fue a casa. Allí, en casa,
aparte de echarle más bronca le dijeron: “Como
vuelvas a faltar a clase pierdes todo, y, aparte, estás
castigada hasta que yo me acuerde”.
Laura María Calero Moreno, 1º A
CONSECUENCIAS DEL ABSENTISMO
ESCOLAR
Francisco era un niño de 13 años,
aproximadamente, que se sentía un poco discriminado
por los gustos que tenía (música clásica, estudios,
etc.), mientras que a los otros niños les gustaba la
música heavy, tenían el pelo largo y jugaban a
videojuegos.
Un día, pensó que si hacia lo mismo que ellos
tendría más “amigos”. A la semana siguiente decidió
hacer eso que ellos hacían, reír de lo que ellos se
reían, jugar a lo que ellos jugaban.
Días después, vio que los “amigos” se escapaban
del colegio en horario escolar y pensó: ”No he llegado
hasta aquí para rajarme ahora”. Así que los imitó.
Hasta que no lo pillaron no se dio cuenta de que
estaba perdiendo todo por lo que había luchado.
Carlos Carrasco Carmona, 1º A
EL PROBLEMA DE HUGO
Esta es la historia de Hugo, un niño de Córdoba.
La historia ocurre en 2009
A Hugo le gustaba el colegio hasta que sus amigos
Rafa, Christian y Jorge le dijeron que se fuera con
ellos a la calle. Entonces Hugo les hizo caso, y se fue a
la calle así día tras día. Entonces el instituto llamó a
su casa y su padre, Álex, cogió el teléfono y le dijeron
que Hugo estaba faltando mucho.
Cuando Hugo llegó a casa y su madre, Carmen, le
castigó durante un mes sin salir y lo llevaban a la
puerta del instituto para que no se escapase. A los
padres de los otros niños también los llamaron y les
pusieron los mismos castigos.
Al cabo del mes los padres dejaron de llevarlos y
los niños volvieron a faltar. Los padres pasaron del
asunto y Asuntos Sociales vino a quitarles los niños.
Al final, los niños convencieron a la asistenta
social para que no los llevaran a un centro de menores.
Los niños ya no faltaron nunca más al colegio y se
sacaron unas carreras.
Alejandro Carillo Morales, 1º A
LAS MALAS INFLUENCIAS
Todo ocurrió en Granada, cuando un chico de tan
sólo 12 años se mudó a Granada.
Él era de Córdoba. Antes de mudarse estaba en
sexto curso. Aprobó con unas notas buenas (un
notable y algún que otro sobresaliente).
Era su primer día de instituto. No conocía a nadie
y como muchos alumnos estaba nervioso. A la semana
siguiente ya había conocido a un chico, pero que ya
había repetido por lo que ya estaba acostumbrado.
Miguel, el amigo de Juan, le preguntó que si se
quería ir con él y unos cuantos amigos más. Jose le
dijo que de acuerdo, que ya era hora de conocer a más
personas. Cuando acabaron las clases Jose y Miguel se
fueron a sus casas y quedaron para ir con aquellos
chicos. Jose comió rápidamente y fue al parque donde
quedó con su amigo. Al llegar Miguel le dijo: “Hola,
Jose, mira, estos son mis amigos”. Se llamaban
Manolo, Alex, Jorge y Sandra. Jose le dijo que estos
chicos eran de mucha más edad que ellos y que
tendrían unos quince años. Miguel, riéndose, le dijo:
“Mejor juntarte con estos chicos, no con niños
pequeños. Además son del instituto. Los verás a
menudo”. Jose sonrió y le dijo que vale, que no pasaría
nada por juntarse con chicos mayores.
Al mes, los amigos quedaron y Jose les dijo que
vale, pero ellos dijeron que no iba a ser por la tarde si
no a la hora del instituto. Jose se preguntó que eso no
sería buena idea pero, ¿quién no ha hecho una cosa
así, una, aunque fuese una vez en su vida? Al día
siguiente todos se fueron a la calle y Jose estaba muy
nervioso por lo que habían hecho. Al llegar su madre le
dijo que dónde había estado, que del instituto habían
llamado. Él le prometió que nunca más se iba a juntar
con ellos. La madre tuvo una charla con él porque
desde que se estaba juntando con esos chicos había
bajado mucho las notas.
Cuando le entregaron las notas a Jose sacó bienes
y dos notables. El chico, arrepentido de lo que hizo,
prometió que nunca más faltaría, a menos que fuese
muy grave porque las notas siempre son lo primero.
Christian Casaucao Andújar, 1º A
¡UN CAMBIO DE VIDA!
Había una vez un “niño diez” en el instituto que se
llamaba Borja. Estudiaba todos los días tres horas.
Sacaba sobresalientes. El primer trimestre de
segundo de E.S.O. conoció a una pandilla de amigos.
La pandilla empezó a pensar un plan.
La pandilla le empezó a amenazar con que si no se
iba por la mañana con ellos de botellón le pegarían una
paliza, así que el niño, por miedo, dijo que sí. A partir
de la mañana siguiente fue de botellón y empezó a
bajar las notas, suspendió todas las materias.
Los profesores llamaron a casa para informar de
que no asistía al instituto, los padres dijeron que
llegaba a casa con olor a alcohol y le contestaba a su
padre.
La patrulla de la Policía lo vio con su pandilla
beber alcohol e informaron al centro y a los padres.
Al final cumplió los 16 años y ya no quería estudiar
más.
Se metió a trabajar de albañil y se arrepintió
muchísimo a los pocos años.
¡ASÍ QUE RECORDAD: NO HAGAIS LA “RATA”,
OS ARREPENTIRÉIS !
Rafael Castro El Mrebbej, 1º A
AQUELLA CHICA TAN REBELDE
Era una chica, que se llamaba Nerea, con muchos
problemas, y sus padres ya estaban hartos de ella
porque se tiraba sin ir al instituto semanas y semanas.
Prefería quedarse en la calle fumando con sus amigos
y con su novio y robando cosas de las tiendas. Sus
profesores llamaban a sus padres todos los días para
decirle que su hija no iba al instituto y los padres de
Nerea les respondían que ya les daba igual porque por
más que se lo decían no servía para nada. Pero a los
profesores no les daba igual e intentaron quedar con
los padres de Nerea.
Al día siguiente vinieron los padres de Nerea y lo
mejor que pensaron entre todos fue que o iba al
instituto o la metían en un internado. Los padres de
Nerea se lo comunicaron a ella pero Nerea no hizo
caso. Vino a su casa la Policía y la llevaron a un
internado muy lejos de sus amigos y su novio. Al poco
tiempo fue cambiando y reaccionando y ya como veis
es profesora de Tutoría. Y sus padres y sus
profesores estaban muy contentos de ella.
Bouchra Chahdi Hormat-allah, 1º A
UN GRAN PROBLEMA
El día en que empieza nuestra historia era un
miércoles de enero del año 2.007.
La historia comienza en casa de un niño algo
peculiar llamado Alfonso. Éste se acababa de levantar
y su madre le había preparado el desayuno. Cuando se
lo tomó se fue al instituto pero antes de entrar pensó
en el gran número de clases que no le gustaban y al fin
decidió marcharse y no entrar. Estuvo toda la mañana
por los alrededores del instituto, cuando era la hora
de salir del “insti” llegó a su casa y cuando su madre le
vio le preguntó que qué tal el día a lo que Alfonso no
supo responder. Al final, la madre, Margaret, acabó
llamando al instituto y le dijeron que no había ido a
clase.
Alfonso se sintió tan mal que prometió que no se
repetiría más, y así lo hizo.
Ángel Cubillo del Rio, 1ºA
MARY, LA NIÑA QUE DEJÓ DE IR AL
INSTITUTO
Mary era una niña que trabajaba y estudiaba
mucho en el instituto y todos se metían con ella.
Los demás chicos fumaban y se iban de botellón y
ella, cansada de que siempre la insultaran, decidió
hacer lo mismo que ellos. Se maquilló y se puso ropa
guapa, cogió su cartera y se fue a la calle, y en vez de
irse para el instituto se fue con un grupiuto de nenes
y nenas. Así transcurrieron semanas y los profesores,
preocupados, llamaron a su casa. Los padres salieron a
buscarla y la pillaron fumando con unos amigos.
Los padres se enfadaron mucho y le dieron una
charla y así Mary dejó el absentismo.
Azahara Cuevas Jurado, 1º A
EL SÍNTOMA DE ELVIS
Érase una vez, en una ciudad que se llamaba
Córdoba y había un instituto llamado IES Rafael de la
Hoz. Los profesores de ese instituto se extrañaban
de que un niño llamado Elvis faltase dos semanas
seguidas. El director del instituto llamó a sus padres.
Los padres dijeron que Elvis, el niño, les decía que iba
al instituto pero el niño les mintió. Los padres de Elvis
le dijeron que si no iba al instituto iban a cambiar las
cosas. Elvis, el niño, recapacitó y reflexionó.
Entonces, el niño, atemorizado, fue al instituto. Ahora
no era faltar al instituto sino que el niño estaba
empeorando en los estudios. Los profesores llamaron
a su casa y los padres de Elvis le dijeron al niño que si
no estudiaba que iban a cambiar las cosas. El niño no
recapacitó y siguió igual. Entonces, el niño reventó y le
dijo a su madre que si podía hablar con ella. Habló con
ella de los problemas que tenía y los solucionó.
Luis Diez Bueno, 1º A
UN SUEÑO
En Málaga y en una época actual había una niña
que se llamaba Dorotea. Era una niña mayor, que tenía
10 años, estudiosa, tenía padres y abuelo. Se le había
muerto la abuela.
Dorotea tenía el pelo rubio, llevaba gafas rojas,
se ponía uniforme, la camiseta amarilla, la falda roja y
zapatos negros. Dorotea no tenía amigos. Cuando la
recogió su madre, María, y su padre, Antonio, Dorotea
llegó a casa llorando. Su madre le preguntaba lo que le
pasaba y Dorotea le dijo a su madre que ella no tenía
amigos ni amigas.
Un día Dorotea llamó a sus padres para irse del
colegio. Al día siguiente no volvió jamás al colegio.
Cuando pasó una semana se cambió de colegio. La
profesora Dulcinea llamó a Dorotea para presentar a
los niños y niñas. Al día siguiente Dorotea tuvo muchos
amigos y amigas. En el recreo se juntaba con dos niñas
y cuatro niños.
Áurea Mª Díaz Ferreira, 1º A
NO ESTAS SOLO
Había una vez una familia que estaba muy unida.
El padre era un empresario muy conocido en el mundo
y su familia era muy millonaria, pero todo no estaba
bien. El hijo empezó a decirle a su madre que no
quería ir al colegio. Pasaron muchos días y el niño
seguía sin ir al colegio. Su madre le llevó al médico y el
médico le dijo que tenía un problema que se llamaba
absentismo escolar. La madre no sabía cómo decírselo
a su marido. Por la noche, hablando en su cuarto, se lo
dijo y se puso triste, pero la vida no se terminaba, el
padre lucharía para curar a su hijo.
Una vez, el padre tuvo que irse del país para
resolver un problema de su empresa. Fue en un avión
privado, la madre le había pagado al que conducía el
avión para que se estrellase, el piloto saltaría con un
paracaídas para no morirse.
Ya había pasado todo el plan de la madre y el padre se
murió. El niño no se había enterado de nada pero él se
imaginaba algo.
La madre, por fin, le curó al niño.
Pasó mucho tiempo de la muerte del padre el niño
ya era un hombre. Ella se enamoró de un hombre y
ellos fueron muy felices, pero el hijo no estaba de
acuerdo porque él sabía que su madre había matado a
su padre e inventó un plan para vengar la muerte del
padre.
Él planeó matar a su novio cortando los frenos del
coche y la madre también murió, de tristeza, y el hijo
se quedó solo.
Diego Duque Flores, 1º A
ABSENTISMO ESCOLAR
Había una vez un niño llamado Rafael que vivía en
un conocido pueblo de Córdoba, Montilla.
Rafa era muy vago y no le gustaba ir al instituto.
Un día cuando su madre estaba dormida cogió la
mochila y se fue al instituto. Cuando su madre
despertó, se puso a limpiar la casa y cuando iba al
cuarto de Rafa vio que los libros no se los había
llevado. Su madre llamó al instituto y preguntó si
había llegado. Los profesores les dijeron que llevaba
unos días sin ir.
Cuando Rafa llegó a casa le dio dos besos a su
madre, fue a su cuarto a soltar la cartera y guardar
los libros en la cartera para que su madre no se diera
cuenta de que no había ido al instituto. Los libros no
estaban donde los dejó, Rafa se asustó y se fue al
comedor donde estaba su madre. Sin decir nada se
puso a comer. Su madre lo miraba con muy mala cara
pero Rafa comía como si no pasara nada. Su madre le
dijo que cómo le había ido en el instituto, a lo que
contestó que muy bien, habían jugado y visto películas.
Su madre le cogió del brazo, le llevó al salón y le
enseñó los libros. Rafa le dijo que qué quería decir con
eso. Su madre le contestó que estaba faltando al
instituto. Lo castigó dos meses sin salir y haciendo
tareas.
Rafa le dijo a su madre que no lo haría más y así
fue. Desde ese día Rafael va al instituto sin faltar ni
un día.
Antonio Gamero Ruz, 1º A
LA HISTORIA DE EMMA
Era en un pequeño pueblo. Una niña llamada Emma
que era muy vaga y siempre suspendía todos los
exámenes vivía en Torre del Mar, que era un pueblo
de Málaga. En su colegio, Atapuerta del Sol, estudiaba
ella pero por supuesto ella no hacía nada.
Cuando una mañana se levantó vio que si se
quedaba en casa haciéndose la mala no iría al colegio.
Su madre le preguntó que qué le pasaba y ella
respondió que le dolía la cabeza, aguantándose las
ganas de reír.
Cuando pasó un tiempo ya por fin fue al colegio y
al llegar el director le preguntó que por qué había
faltado todo ese tiempo y le dijo que había estado
mala con dolor de cabeza. Pero al ver que el profesor
se lo tragaba se le escapó una risa muy mala y él la
descubrió. El castigo que le puso era limpiar la clase
durante un mes y lo cumplió.
Cuando el castigo terminó supo que no tenía más
remedio que estudiar y nunca más lo hizo repetir.
Jorge Gómez-Rico Gómez, 1º A
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Marta Ambrosia era una chica de 12 años.
Ella era simpática y amiga de sus amigos de paseo.
Jugaba en el recreo y hacía todo como una chica
normal.
Cuando pasó al instituto, los dos primeros meses
le iba tod muy bien, pero cuando regreso de las
vacaciones de Navidad todo se le empezó a complicar.
En su clase había unas chicas un poco bordes y
que se metían con todas aquellas chicas que no eran
como ellas . Marta pasaba de ellas, hasta que un día
las vio saltar la valla del colegio. Aquellas chicas
estaban escapándose del instituto, y le dijeron a
Marta si quería irse con ellas. Marta les respondió que
no sabía, y que si se escapaba se enteraría su madre y
no quería, así que no fue.
Al día siguiente aquel grupo de chicas le dijeron
durante todo el día a Marta que era una “gallina” y una
cobarde. Cuando Marta lo oyó se enfureció y le dijo
que hoy después del recreo se escaparía con ellas. Y
así lo hizo: se escapó con aquellas chicas. Desde
aquel momento no asistía al instituto, se escapaba y
toda su vida dio un cambio radical. Ella ya no sabía lo
que hacía, simplemente se fastidió la vida por un
grupo de chicas que no valían la pena.
Carmen Lacalle Quebrajo, 1º A
CÓRDOBA 26 DE ENERO DEL 2010
El niño iba al colegio. Iba a leer una historia. Un
niño lo leía a sus compañeros. Sus compañeros se
rieron de él, así que se escapó del colegio.
Los profesores se dieron cuenta, avisaron a los
padres, hablaron con él y el niño cambió. Al final
fueron al colegio.
Vivía cerca del colegio así que quedaron para ir al
colegio y antes de leer la historia sus compañeros le
pidieron perdón.
Jorge Lastre Belloso, 1º A
NO FALTA AL COLEGIO
Esto era un 9 de enero donde un niño faltaba
mucho al colegio y en el colegio dijeron que qué
pasaba, que no iba casi nunca al colegio, y resulta que
el director se mosqueó y llamó a los padres y les dijo
que qué pasaba, que no iba al colegio casi nunca y la
madre le dijo que era porque estaba cuidando de su
hermano chico porque ellos estaban trabajando. El
director le dijo que eso no era problema de ellos que
la obligación de niño era ir al colegio.
Al día siguiente también faltó y el director le dijo
al jefe de estudios que le iban a dejar otra
oportunidad, el jefe de estudios dijo: “Como no venga
mañana llamamos a los Asistente Sociales”. El
director le dijo que sí.
Al siguiente día tampoco se presentó el niño al
colegio y el jefe de estudios le dijo al director que
llamara a los Asistentes Sociales y así lo hizo el
director y llamó a los Asistentes Sociales.
Los Asistentes Sociales se presentaron al día
siguientes en la casa y no le abría nadie la puerta.
Resulta que en ese momento llegó la madre y hablaron
con ella y las cosas se solucionaron y ya iba todos los
días al colegio.
Cristian López Pintor, 1ºA
WILFREDA, UNA NIÑA ESPECIAL
Había una vez una niña a la que no le gustaba ir al
instituto. Se llamaba Wilfreda y tenía trece años.
Una mañana, la llamaron sus amigas para irse de
fiesta. Ella, como no quería ir al instituto, les dijo que
sí, y se fue con ellas. Estuvieron toda la mañana fuera.
Un día las pillaron fuera y sus padres les regañaron.
Ella, como pasaba de todo, no hacía caso a nada.
Nunca iba al instituto, ni estudiaba, ni siquiera
llamaba para preguntar las tareas. Hasta que una
tarde, los padres de Wilfreda le dijeron a la niña que
la iban a internar. Al final, consiguieron que la niña se
sacara una carrera.
Patricia Mesa Abad, 1º A
YO Y MI EX-AMIGO
Hola, me llamo Rafa y tengo un amigo llamado
Francisco, que sólo le veo por la calle porque no va al
colegio. Dice que estudiar es un aburrimiento y que no
sirve para nada, y yo me pregunto:
- ¿Qué trabajo tendrá de mayor? ¿Limpiabotas?
¿Tocando el acordeón en la calle? ¿O pedirá dinero
como un vagabundo?
Así que, al final, he decidido hablar muy
seriamente con él. Llegué a su casa y subí a su cuarto.
Empezamos a hablar. Le dije:
- ¿Sabes qué pasa si no estudias?
- No
- ¿Sabes que si no estudias no tendrás trabajo?
- Sí
- ¿Sabes que si no trabajas no tendrás dinero?
- Sí
- ¿Sabes que si no tienes dinero no tendrás una
vida decente?
- ¿Sabes que digas lo que digas no voy a estudiar?
Además, vete ya que me estas cabreando.
Ese día decidir no ser su amigo. Hoy veinte años
después he vuelto a encontrarme con Francisco. No lo
reconocía. Me dijo:
-Tío, mi vida es una mierda. Trabajo doce horas
diarias y gano una miseria. Sólo estudiando podría
tener un mejor puesto. Por los viejos tiempos, ¿tú me
ayudarías?
-Piensa cuando yo te dije que estudiaras y mírate
ahora…
-Ya pero…
-No sé…
-Por favor…
-Bueno vale.
Y consiguió que le ascendieran y volví a ser su
amigo. ¡Ah!, y aprendió una buena lección.
Rafael Moreno Serrano 1ºA
NUNCA MÁS
En mi instituto, una vez -bueno... ¡una vez, no!
¡Unas cuantas veces!-, había una niña que se llamaba
Saray. No hacía caso. Los profesores le advertían que
llamarían a sus padres a la próxima que no asistiera al
instituto. La niña parecía sorda, porque no hacía caso.
Los profesores cumplieron con su deber, y llamaron a
su casa. No lo cogía nadie, los profesores, asustados,
fueron a su domicilio y encontraron a la madre
enferma en la cama y a Saray cuidando de su
hermana pequeña.
Le preguntaron que dónde estaba su padre, y ella
sin ningún problema, contestó:
- Mi padre está trabajando y, como
comprenderás, tendré que cuidar a mi hermana, pues
mi madre está mala.
Los profesores le dijeron que no debería faltar
más al colegio, si no llamarían a Asuntos Sociales y
podrían ayudarle inscribiendo a la pequeña en una
guardería. Saray aceptó, y claramente sus padres
también. Saray cumplió su promesa y nunca volvió a
faltar al instituto sin ninguna razón justificada.
Inmaculada Peinado Gutiérrez, 1º A
ABSENTISMO ESCOLAR Esto era un adolescente que llegó nuevo al
instituto. No hacía amigos porque no hablaba. Se
sentía mal porque no quería ir al instituto. Sus padres
le obligaron a ir a vender al mercadillo por la mañana y
por la tarde. El adolescente aceptó.
Pasó una semana y los profesores y alumnos se
preocuparon.
Al adolescente, pasada la semana, le gustaba ir a
vender al mercadillo, por ahora. Pero cuando pasó un
mes el niño se planteaba volver al instituto. Estaba
harto del mercadillo y se lo dijo a sus padres pero no
le dejaron.
Del instituto llamaron a su casa pero cuando veían
que era eso colgaban.
Pasaron tres meses. El adolescente estaba harto
y fue al instituto a contar lo que le pasaba y el centro
contactó con la policía. La madre tuvo que dejar que el
adolescente fuera al instituto.
Cuando llegó todo el mundo le preguntó que qué le
pasaba, que le echaban de menos.
El adolescente hizo amigos y valoraba más el
instituto. Así empezó a estudiar y terminó la
Secundaria y aprobó el Bachillerato.
Jorge Rallo Muriel, 1º A
JUAN, EL NIÑO QUE NO QUERIA IR
AL COLEGIO
Érase una vez un niño. Él iba al colegio contento y
alegre. Le encantaba aprender y estudiar. Pero todo
empezó el 21 de enero de 1930.
- Buenos días madre, dijo Juan.
- Buenos días cariño, dijo la madre. Estarás
contento, ya estás en quinto de Primaria.
- Claro, en este curso vienen alumnos nuevos, dijo
Juan.
Juan era un niño de pelo castaño, de ojos azules
claros, delgado, alto, piel blanca, nariz pequeña y
labios delgados y estrechos.
Juan, ya había desayunado y se dirigía al colegio. Él
era amigo de todos y quería hacer buenos amigos con
los cinco alumnos nuevos. Ellos se llamaban: Pablo,
Rafa, Andrés, Antonio y Roberto y los cinco tenían
cara de chulos.
- ¡Hola! ¿Qué tal? ¿De dónde venís? -dijo Juan.
Uno de ellos contestó:
- Somos de Francia y nos trasladamos a España
por problemas familiares, dijo Pablo.
- ¡Ah! Francia, mi país favorito -dijo Juan.
- Bueno, ¿nos puedes dejar en paz ya?, dijo
Pablo.0
- Claro, si necesitáis algo, llamadme -dijo Juan.
Por ahora todo iba bien, pero a la semana siguiente
hubo el primer examen y el primer problema.
- ¡Juan! -dijo la profesora- has sacado un
sobresaliente en el examen, como siempre, muy
bien.
Acabaron las clases y se dirigió para el recreo.
- ¡Juan! Hemos oído que has sacado un
sobresaliente -dijo Pablo.
- Sí, ¿no es genial Pablo? -dijo Juan en tono
irónico. ¿Sabes?, nosotros hemos suspendido y
te vamos a decir una cosa: como apruebes otra
vez te juro que vamos los cinco a por ti y te
arruinaremos la vida -dijo Pablo.
- Será broma -dijo Juan.
- No, no es ninguna broma, así que vete
preparando
Desde aquel instante Juan iba menos a clase hasta
que llegó un día en el que ya no iba nunca al colegio por
miedo. El tutor llamó a su casa y su madre le dijo que
estaba enfermo y que mañana iría.
- Hijo, ¿qué te pasa? ¿Por qué no quieres ir al
colegio?
- Porque unos de mi clase me quiere pegar -
contestó Juan.
- ¡Anda ya! ¿por qué te iban a hacer eso? -volvió a
preguntarle la madre.
- Pues porque les caigo mal.
- ¡Basta ya de pegos! Venga y prepárate que
mañana vas al colegio -dijo su madre.
Al día siguiente,
- ¡Juan! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué no has
venido? Te has dejado muchos exámenes sin
hacer -dijo Pablo.
- Sí, dijo desanimadamente Juan.
- Ya sabes, no les digas a nadie nuestra promesa
-le dijo Pablo.
Alejandro Roldán Sánchez, 1º A
EVOLUCIÓN DESDE EL 2009 AL 2016
Ciudad de Córdoba, año 2009. David y su grupo de
amigos eran unos niños inteligentes y simpáticos. Pero
lo bueno acabó pronto.
En el segundo curso de E.S.O se dieron por
vencidos; no querían estudiar, empezaron a fumar y...
dejaron de ir al instituto.
Esta historia es un claro ejemplo de la vida de
muchos estudiantes de todo el mundo... estudiantes
que dejan de estudiar de forma injustificada, sin
razón alguna, sólo porque no les da la gana. Los únicos
que los pueden arreglar son los profesores, padres y
psicólogos. Los profesores informan a los padres y
éstos a los psicólogos.
Ciudad de Córdoba, año 2012. Todo se había
arreglado hasta que un día faltó, al siguiente no, al
otro también, hasta que iba una vez por semana. ¡Oh,
no!
Ciudad de Córdoba, año 2016. David dejó de
trabajar a causa del absentismo, y ahora es uno más
de la cola del paro.
Miguel Ruiz Quiralte, 1º A
(SIN TÍTULO)
Esto era un chico que entró nuevo al instituto. El
chico era algo rebelde y siempre faltaba al instituto.
Poco después entró una chica que era muy lista y
siempre acudía al insti. La chica, al conocer al chico,
comenzó a sentir algo por él y el chico al enterarse se
lanzó a ella. Comenzaron todo por un rollete y luego
las cosas fueron a mayor...
La chica comenzó a faltar mucho al instituto al
igual que el chico. Los profesores comenzaban a
sospechar que la chica faltaba a clase porque el chico
la obligaba.
La chica comenzó a juntarse con chicos que no
conocía. Comenzaron a darle a probar cigarros, alcohol
y drogas.
Los chicos que la chica conoció nuevos ya estaban
fichados por la policía y uno de ellos ya había estado
en un centro de menores.
Comenzaron a tomar medidas muy drásticas
porque los chicos comenzaron a entrar drogas al
instituto. Los profesores llamaron a los padres de la
chica y les informaron de todo lo que estaba pasando
y que iban a tomar medidas muy fuertes. Los
profesores llamaron a Asuntos Sociales para que
tomaran medidas con el chico.
Al chico lo llevaron a un centro de menores y allí
estará hasta que sea mayor de edad.
Y la chica ha sido expulsada del instituto una
semana y ha sido puesta en rehabilitación.
Angie Lorena Tejeda Tangarife, 1º A
CAMBIO
Había una vez una niña que se comportaba muy
bien en su casa y en su instituto. Un día sus amigos se
fueron con otros niños y niñas de otros barrios pero
ella no se fue con ellos.
Al día siguiente, como todos sus amigos se fueron
con esos niños, ella decidió ir también con ellos.
Empezó a cambiar mucho, en su aspecto, su
carácter, su comportamiento...
Una mañana esos niños le dijeron que se fuera con
ellos en horario de clase a la calle y la niña le dijo que
sí y se fue con unas amigas de su clase. Los
profesores se dieron cuenta y llamaron a sus padres.
La niña recibió varias llamadas de su padre pero la
niña no lo cogió.
Al llegar a su casa, la niña se fue directamente
para su cuarto porque ya sabía lo que le iba a pasar.
Su padre le dijo que se levantara de la cama y la
niña dijo que no.
Su padre le tiró de la cama y la niña, ya llorando,
se levantó y salió de su cuarto, pero al salir de su
cuarto su padre le empezó a pegar.
La niña, llorando, se fue al salón.
Por la noche los padres le dijeron que no se
juntara más con esos niños y la niña dijo que sí.
Al día siguiente los profesores le dijeron lo mismo
pero la niña no los escuchó.
Siguió faltando a clase sin razones.
Los padres ya no encontraban remedio y llamaron
a Asuntos Sociales.
Al final se la llevaron a un reformatorio de niños.
Wang Qi, 1º A
111ºººBBB
EL ABSENTISMO
Hace cinco años, en Córdoba, había un niño que se
llamaba Pedro y era un buen estudiante. Pero sus
amigos no, y como siempre estaba con ellos pues se
acostumbró a ser como ellos. No estudiaba ni tampoco
iba al instituto. Su madre lo pilló y habló con él y le
contó su historia.
A ella le pasó lo mismo. Al principio era muy buena
estudiante pero sus amigos no. Empezó a contestar a
los profesores, suspendiendo y no yendo al instituto.
No iba nunca. Cuando tenía 16 años se salió del
instituto y empezó a ir con chicos y todo eso. Se
quedó embarazada, se arrepintió y estuvo buscando
trabajo y no encontraba nada porque no tenía el
Graduado. Se tuvo que sacar el Graduado para
encontrar así un trabajo. Actualmente está muy feliz.
Yasmina Abselam Enfed-Dal, 1º B
CONSECUENCIAS DE LOS AMIGOS
Hace cinco años, en Córdoba, un joven de unos 13
años no era nada sociable. Al cabo de un tiempo se
echó unos amigos que le hacían hacer cosas que no
debía. Estas cosas le llevaron al absentismo escolar.
El chaval dejó de ir a clase y de hacer los
deberes. Poco a poco se fue acostumbrando y llegó el
tiempo en el que no iba a ninguna clase o se escapaba
del instituto.
Su madre pensaba que su “niño” iba a clase
normalmente, ella estaba contenta ya que su hijo tenía
amigos, pero no sabía las consecuencias y el precio que
su hijo pagaría por esos amigos.
Un día su madre salió temprano del trabajo y se
encontró a su hijo en un parque hablando con sus
amigos en hora de clase.
A los días, ya que su madre casi nunca estaba en
casa y no podía contestar el teléfono ya que los
Servicios Sociales la tenían amenazada con quitarle a
su hijo, llegaron éstos y se llevaron al chaval a un
internado en el que lo volvieron a enderezar y él
aprendió la lección.
Andrés Felipe Betancurth,1º B
EL ABSENTISMO.
En muchos institutos hay absentismo. El
absentismo es cuando un alumno falta días y días a
clase.
En una escuela había un chico llamado Pepe que
llevaba tiempo sin ir al instituto. Ni sus padres lo
sabían, pues su hijo se iba por ahí con otros
compañeros que faltaban también.
En este caso los Servicios Sociales, que es una
organización que ayuda a que los alumnos no falten
más a clase, llegaron a la casa de Pepe. Pepe estaba
cabreado con sus padres. Pero la gente de los
Servicios Sociales le hizo a comprender que si seguía
faltando a clase y sin estudiar ni hacer nada, no iba a
ser nada en su futuro.
Pepe se prometió a si mismo que nunca más
volvería a no ir a la escuela menos en el caso de que
estuviese malo.
Ángel Calleja Castillo, 1º B
EL ABSENTISMO
Esto trata sobre unos padres que no querían
llevar a su hijo al colegio.
Carla y Miguel, padres de Javier, no querían llevar
a su hijo al colegio porque ellos no pudieron ir. A
Javier le gustaría ir al colegio.
Para poder ir al colegio decidió escaparse de casa
y dejó una nota. Sus padres estuvieron razonando y
decidieron dejar a Javier que fuese a la escuela.
El hizo muchos amigos y sacaba buenas notas;
pero se empezó a juntar con una gente que no le
convenía, se siguió juntando con esos nenes.
Pasaron dos meses y él seguía juntándose con
ellos. Los nenes le insultaban e hicieron que
suspendiese los exámenes; pero se dio cuenta de que
no debería de juntarse con ellos porque iba muy mal.
Al cabo de los años, se sacó la carrera y tuvo un
trabajo. Desde entonces no se juntó más con gente
mala.
Cristina Campos Herencia, 1º B
FALSOS AMIGOS
Roberto era un chico estudioso, educado, y
siempre sacaba buenas notas. Pero tenía muy poca
relación con sus compañeros de clase. Sabía que era
porque estudiaba y sacaba buenas notas. Empezó a
imitar lo que hacían sus compañeros, a fumar,
responder mal a los profesores, dejar de lado los
estudios...
Se juntó con un grupo de amigos que eran de los
peores del instituto. Empezó a irse del instituto
entre clases o en el recreo.
Cada vez iba a más y faltaba a clase sin
justificación. Una semana no asistió ni un día. El Jefe
de Estudios llamó a su madre para decir lo que
ocurría. Finalmente él recibió su bronca con amenaza
incluida. Curiosamente no faltó más.
Guillermo Cañete Zamorano, 1º B
CARLOS Y SU MERCADILLO
Estamos en Córdoba, un 16 de junio de 2009.
Carlos estudia en un instituto cercano a su barrio. Él
disfruta en clase pero sólo asiste de miércoles a
viernes. Sus profesores le regañan y amenazan del
problema de no asistir a clase. Tiene 15 años y estudia
2º de E.S.O. Trabaja con sus papás en un mercadillo y
no tiene tiempo de asistir a clase. Él siempre estuvo
faltando a clase. Cuando va a clase disfruta de sus
compañeros en clase.
Un día llamaron a los Asuntos Sociales. Después
de pasar por los juzgados, al final, asistió a clase y no
repitió ningún curso más. Se saco la E.S.O., el
Bachillerato y la Universidad. Ahora, estudia en la
Universidad y espera un gran futuro después de todo.
Rafael Casaucao Andújar, 1º B
ARREPENTIMIENTO
Era una chica que se llamaba Marta. Vivía en
Barcelona. Era estudiosa y sacaba buenas notas.
Tampoco era muy lista, pero sí buena estudiante.
Un día llegó Antonio, un alumno nuevo. Era de
Burgos y era muy simpático. Día a día, fue haciendo
amigos. Ella se hizo muy amiga de él.
Antonio era un desastre en las clases. Sacaba
muy malas notas. Sólo asistía un día o dos a la semana.
Poco a poco Marta fue empeorando. Los profesores no
sabían qué hacer. Él la fue convenciendo de que el
colegio era una tontería.
Conforme iban pasando los días, Marta faltaba
más, e incluso llegó a asistir a clase tan sólo dos días
de la semana por lo que su tutor empezó a sospechar.
Al final era lo que él esperaba: un caso de absentismo
escolar.
Ahora Marta vive bajo un puente y se arrepiente
de hacerle caso a Antonio.
Javier Chacón Invernó, 1º B
EL NIÑO QUE SE ESTROPEÓ
Hace seis años un niño llamado Iván salió del
colegio con muy buenas notas. Todos sus profesores
creían que tenía un gran futuro en el mundo. Era
estudioso, trabajador y muy listo.
Cuando llego al instituto empezó a juntarse con
gente que no le convenía. Sus padres se lo decían una
y otra vez que no debía juntarse con ellos pero pasaba
y empezó a suspender exámenes y a pasar de todo.
Suspendía las asignaturas pero él seguía pasando de
todo. Entonces empezó a fumar, a beber y a faltar al
instituto.
El director de su instituto llamó a sus padres y
les preguntó que si su hijo iba al instituto. Ellos
contestaron que sí iba pero él les contestó que no iba
y que empezaban a sospechar que tenía absentismo
escolar. Un día lo siguieron a ver qué hacía y vieron
que se iba con sus amigos a bares, discotecas, fumaba,
bebía alcohol y consumía bastantes drogas.
Fue empeorando y al final no encontró trabajo en
ningún lado porque no tenía el graduado en E.S.O. Y
a base de mucho esfuerzo se pudo sacar el Graduado
pero ya era bastante mayor. Tenía 22 años y todavía
le faltaba su carrera, se deprimió de tal manera que
dejó de estudiar y con 38 años murió porque las
drogas le habían afectado al corazón.
Francisco Javier de la Fuente Jordán, 1º B
UN FINAL FELIZ
Esto era un chico que se llamado David y que
era un alumno que estudiaba mucho y sacaba
buenas notas (entre 8 y 10).
Un día otros niños le ofrecieron una calada a
un pitillo. Él, por la presión de grupo, la aceptó.
Empezó a relacionarse con ellos y empezó a
no ir a clase. Le mentía a sus padres.
El director se interesó por él y se lo
comentó a sus padres y les dijo que había bajado
en las notas, que faltaba demasiado y que en las
clases contestaba a los profesores.
Sus padres se le dijeron y le castigaron sin
salir, y volvió a coger asus compañeros y supo
volver a sacar buenas notas.
En este caso se le pudo ayudar a tiempo a
ser bueno y limpio moral y espiritualmente.
Octavio de León Porras, 1º B
ABSENTISMO
Absentismo escolar: la ausencia no justificada a
los centros docentes de niños, adolescentes en edad
escolar y alumnos en general.
De especial consideración es aquel absentismo
escolar reiterado que se produce en la educación
escolar obligatoria puesto que una ausencia reiterada
atenta al derecho a la educación al impedir un
progreso del alumno y por tanto el avance en su
formación escolar.
Blanca Mª Díaz López, 1º B
ALBERTO
Erase una vez un niño que se llamaba Alberto. Él
no quería ir al colegio. Todos los días Alberto se
quedaba en su casa durmiendo y no iba al colegio. Sus
padres le decían que tenía que ir al colegio para
aprender. Alberto comprendió lo importante que era
ir al colegio.
Desde ese día Alberto iba a la escuela.
Esther Mª Gómez, Adán, 1º B
UNA NIÑA QUE INCUMPLE LAS
REGLAS
Día 12 de enero del 2009 en el I.E.S Rafael de la
Hoz, Córdoba.
El día 12 de enero llega una niña de Madrid. Era
una niña llamada Sara que era muy estudiosa pero
empezó a juntarse con niños que no se tenía que
juntar porque no hacían nada. Pasados unos días Sara
empezó a faltar a clase, los profesores empezaron a
preocuparse y su tutora llamó a sus padres y les
preguntó que si estaba en casa y su madre le dijo que
no.
Sara, cuando llegó a casa, iba muy contenta y la
madre le preguntó:
– ¿Has ido hoy al instituto?
– Sí, ¿por qué?
Y su madre le dijo:
– Me han llamado del instituto diciendo que no
habías ido, ¿por qué lo has hecho?
– Mamá, es verdad, he hecho la rata, lo siento.
La madre le perdonó y todo empezó a ir bien y la
madre se puso muy contenta.
Laura Luque Jiménez, 1º B
LOLA Y EL ABSENTISMO ESCOLAR
Yo me llamo Ana y os voy a contar lo que le pasó
hace unos meses a mi amiga Lola.
Lola era mi mejor amiga, pero cuando empezamos
1º de ESO Lola empezó a juntarse con gente que no le
convenía hasta que dejó de hablarme y a faltar a clase
constantemente. A mí me parecía raro ya que Lola
nunca faltaba a clase.
Unos días después me puse enferma y fui al
médico. Por el camino me encontré con Lola y a sus
nuevas amigas en el parque. Yo fui a hablar con ella y
le dije:
- Lola, esa gente no te conviene, eres totalmente
distinta a cuando te conocí.
Le estuve hablando de lo que pasaría si seguía con
el absentismo.
Lola no me hizo caso, hasta que la expulsaron.
Lola dejó de juntarse con esa gente y ahora me lo
agradece.
-Tú sí que eres una verdadera amiga, Ana.
Beatriz Marín Santacruz, 1º B
UN CASO APARTE
En Madrid hay un chico llamado Mario. En su
instituto se ríen y se meten con él. El pobre chico sólo
tiene un amigo, Alberto.
Mario tiene un cierto retraso mental y
especialmente se meten con el por eso: Todos los días
llega a su casa con ganas de llorar y de morirse.
Alberto intentaba defenderlo y siempre lo apoyaba.
Mario, un día por la mañana, salió de su casa con
esperanza de que ese día fuera mejor que los demás.
Al llegar al instituto había una pandilla de chulos y
empezaron a pegarle. Mario pasó de ir al instituto y
ese día se saltó las clases. Lo malo es que eso se volvía
a repetir una y otra vez constantemente.
Los profesores lo veían raro pero lo dejaron
pasar porque se creyeron las justificaciones falsas.
Un día su madre notó algo raro, llevaba días sin saber
nada de los profesores y su hijo llevaba sin llevar
tareas varios días. La madre decidió ir al instituto a
ver lo que pasaba y los profesores le dijeron que su
hijo llevaba días sin ir a clase pero que ella lo había
justificado. Ella lo negó. La madre y los profesores
hablaron con el niño y el explicó por qué faltaba. Su
madre lo entendió y decidió mandarlo a un centro
especializado.
Lucía Martín Morales, 1º B
MANOLO Y LA IMPLICACIÓN DE SUS
PADRES
Manolo era un chico que vivía en un barrio no muy
digno de la ciudad y tenía problemas familiares. Sus
padres se estaban separando pero él no contaba nada
porque era muy tímido.
Dejó de ir al colegio durante unos días.
El profesor conocía a todos los chicos y sus
necesidades y cuándo alguno de ellos presentaba
dificultades, pero Manolo -que así se llamaba este
chico- era bastante tímido y no se daba a conocer.
Habitualmente, cuando hay absentismo escolar en
los alumnos es debido a problemas familiares aunque
también hay casos excepcionales en los que los
alumnos hacen “la rata” aunque no es el caso de
Manolo ya que en su caso el estado mental de su
madre no era bueno ya que estaba en proceso de
separación.
Pasaron algunos días y los profesores tomaron
cartas en el asunto y siguieron el protocolo escolar.
En primer lugar, llamaron a sus padres para ver qué
problemas había. En el caso de Manolo se pudo
solucionar ya que sus padres pusieron de su parte
para solucionar el problema de absentismo de Manolo
y dejaron a un lado sus problemas familiares y se
centraron más en la educación de Manolo.
P.D. En casos de otros niños no se pueden solucionar
los problemas porque nadie se implica en este
problema y acaban abandonando el colegio y en un
futuro pensado que desaprovecharon el tiempo y la
oportunidad de tener unos estudios.
Azahara Merchán Tena, 1º B
EL NIÑO ARREPENTIDO
Esto le pasó a un niño que era de Córdoba. El niño
nunca iba al colegio porque era muy vago y perro pero
al cabo del tiempo se fue dando cuenta de que estaba
perdiendo facultades para ser algo en el futuro y
también a sus amigos porque estaba menos rato con
ellos y entonces decidió ir al colegio y estudiar.
Entonces le dijeron su padre y su madre que iba a
tomar una buena decisión.
Francisco Mora López, 1º B
CULPA DE LOS ABUELOS
Había una vez un niño que vivía con sus abuelos
porque sus padres fallecieron en un accidente. Sus
padres siempre quisieron que fuera todos los días al
colegio porque los padres querían que tuviera buena
educación.
Esta vez este niño no tuvo culpa de no ir al
colegio. Esta vez eran los abuelos los que no querían
que el niño fuera al colegio porque ellos pensaban que
es una tontería ir al colegio y que no hacía falta leer
ni escribir... Porque los abuelos decían que ellos son
muy felices sin leer ni escribir, que es mejor que el
niño jugara y que se divirtiese y que no hacía falta ni
leer, ni escribir...
Laura Morales Sánchez, 1º B
¡¡ARREPENTIDA!!
Esto era una niña llamada Saray Montaño. Era de
raza gitana.
Un día ella quiso hacerse nuevas amigas. No
quería estar siempre con las mismas...
Empezó a juntarse con Nayara, Yumara.... Eran
también de raza gitana y no iban nunca al instituto.
Siempre se iban a otros institutos a molestar o se
iban a robar por las tiendas.
Ella, al juntarse con esa clase de niñas, empezó a
faltar al colegio. Pasó una semana, dos, tres... y la
tutora, al ver que Saray no iba, llamó a su familia para
ver si se habían mudado o ella estaba mala...
Llamaron a su casa y su madre le dijo que ella no
sabía nada, que Saray le decía que iba al instituto,
cosa que era mentira.
La madre le dijo que así no llegaría a ninguna
parte pero ella no echaba cuenta...
Pasaron los años y Saray cumplió 18 años estando
en 3º de E.S.O. Y se tuvo que ir del instituto.
Ella ahora está trabajando de camarera ya que no
pudo sacarse el título, y todas las noches dice
llorando: “Si no me dejara llevar por mis amigas
estaría en un buen puesto de trabajo·
Yaiza Oliva Andamoyo, 1º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Un niño llamado Antonio que vivía en Córdoba, no
solía ir al colegio porque decía que en el colegio se
aburría y que no aprendía nada.
Sus padres no se percataron si iba o no iba al
colegio. Con el tiempo los padres cada vez estaban
más preocupados por su hijo y los profesores estaban
también muy preocupados. Pensaban hasta que el niño
se había ido de ese colegio pero a partir de un poco
menos de dos semanas los profesores llamaron a los
padres del niño y éstos le dijeron a los profesores que
ellos creían que iba al colegio todos los días y, aunque
los padres pasaban de su hijo, el niño les decía que se
iba al colegio todos las mañanas.
A los padres les dio por hablar con el niño y le
preguntaron que por qué faltaba tanto a clase. El niño
se puso nervioso, no sabía cómo explicárselo a sus
padres. Los padres desde entonces están más con su
hijo apoyándolo en todo. Al niño lo convencieron para
que asistiera a clase y así aprender. El niño,
convencido, iba al colegio todos los días y venia del
colegio muy convencido.
Mª Lourdes Pacheco Ferrezuelo, 1ºB
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Un niño llamado Pedro no iba nunca a la escuela. Tenía
12 años pero no tenía padre ni madre porque los
atropelló un coche, pero sí tenía a sus abuelos.
Los abuelos tenían una tienda y no podían atenderlo
mucho con los estudios. Los abuelos, preocupados,
llamaron al orientador del instituto y les dijo que les
iba a ayudar. El muchacho empezó a estudiar y ahora
es médico y muy estudioso.
Miquel Paños Tobajas, 1º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Esta historia trata de un niño llamado David que
vivía en una zona marginal de Córdoba.
Él se dejaba influir por los demás, se juntaba con
un grupo de niños que nunca iban al colegio. Los padres
ya tenían denuncias. Entonces, como David se dejaba
influir por los demás, salió perjudicado. Los
profesores se enteraron y llamaron a sus padres. El
niño volvió al colegio y nunca más faltó. La madre le
castigó un mes sin salir a la calle y le contó que ella de
pequeña también faltaba a clase. Se iba todos los
lunes y los viernes a un parque. Una vez la pilló la
policía y llamaron a su casa y la llevaron al instituto.
Por lo visto ella pasó mucha vergüenza cuando la
bajaron del coche de policía y la vieron todos sus
compañeros.
Por eso ella no quiere que su hijo sea igual que ella
era …
María Pérez Sánchez, 1º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Esta es la historia de un amigo mío, un gran amigo
mío. Siempre solíamos ir juntos al colegio. Hasta que
un día empezó a decirme que no quería ir al colegio,
Así estuvo unas dos semanas. Después, empezó a
juntarse con gitanos y desde entonces está todo el
rato metido en problemas. Yo intenté ayudarle, pero
no me dejaba, hasta llegó a robar y no iba al colegio.
Su madre no lo sabía, hasta que un día, gente de los
Servicios Sociales fueron a su casa y la llevaron al
juazgado. Cuando él se dio cuenta, era demasiado
tarde. Desde entonces decidió portarse bien con su
madre y hacerle todo el caso que ella quisiera. Y
desde entonces se lleva bien con todo el mundo.
Daniel Cristian Plastin 1º B
ABSENTISMO ESCOLAR
Esto sucedió en París (Francia).
Había una vez un niño llamado Pablo. Pablo iba
bien en el instituto, hasta que empezó a juntarse con
un grupito que no le convenía.
Su abuelo llamó a su madre para preguntarle cómo
estaba Pablo. Cuando se enteró de lo ocurrido no se lo
pensó dos veces y cogió el primer avión hacia París.
Cuando llegó fue directamente a hablar con Pablo.
Su abuelo le contó que él no pudo estudiar porque
tenía que ayudar a sus padres y por eso no sabía
sumar, restar ni leer. Pablo comprendió
perfectamente lo que su abuelo le había contado.
Pablo dejó de juntarse con ese grupito y desde
entonces los estudios le van mejor que nunca.
José Luis Ponferrada Bueno, 1º B
ABSENTISMO ESCOLAR
Pedro era un niño de 12 años muy normal: sacaba
buenas notas, le gustaba el fútbol...
Él era un buen estudiante, no un empollón, pero sí lo
suficiente como para sacar buenas notas.
Un día Pedro se encontró con unos amigos suyos en la
calle y éstos le ofrecieron un cigarrillo. Pedro aceptó
el cigarrillo con un poco de miedo, pero a la vez con
ganas de probar algo nuevo.
Al día siguiente Pedro no era el mismo: suspendía los
exámenes, le faltaba al respeto a sus profesores... Y
lo peor: dejó de asistir a clase, y un día, un policía, lo
pilló fumando en la calle en horas de clase.
Entonces sus padres lo llevaron a un internado y allí
recapacitó sobre el tabaco y el absentismo escolar y
prometió que nunca más iba a fumar ni a faltar a clase
porque se lo digan unos compañeros.
Belén Rivas García, 1º B
EL ABSENTISMO
Esta historia trata sobre unos padres que no
querían llevar a su hijo al colegio.
Carla y Miguel, padres de Javier, no querían llevar
a su hijo al colegio porque ellos no pudieron ir. A
Javier le gustaría ir al colegio.
Para poder ir al colegio decidió escaparse de casa
y dejó una nota. Sus padres estuvieron razonando y
decidieron dejar a Javier que fuese a la escuela.
Él hizo muchos amigos y sacaba buenas notas;
pero se empezó a juntar con una gente que no le
convenía. Se siguió juntando con aquellos nenes.
Pasaron dos meses y él seguía juntándose con
ellos; los nenes le insultaban e hicieron que
suspendiese los exámenes, pero se dio cuenta de que
no debía de juntarse con ellos porque iba muy mal.
Al cabo de los años, se sacó una carrera y tuvo un
trabajo, desde entonces no se juntó más con gente
mala.
Andrea Santos Alcaide, 1º B
ABSENTISMO ESCOLAR
Érase una vez un niño que se llamaba Miguel. Este
chico estudiaba mucho e iba a clase. Él tenía siempre
unas notas muy buenas, pero un día conoció a unos
chicos muy divertidos y quiso ser sus amigos y al final
fueron amigos. Desde aquí empezó el problema,
porque se juntaba mucho con ellos ya que no le
hablarían a él y un amigo suyo le dijo que tenía que ser
guay y salir a la calle y dejar de estudiar tanto. Y así
lo hizo, tenía notas bajas y no iba a clase, pero lo más
importante era una falta sin justificar y así seguía
faltando y acumulaba faltas sin justificar.
Un día estaban en la calle Miguel y sus amigos y
era horario de clase, y un policía los vio y les preguntó
que por qué no estaban en clase y al averiguar que no
habían ido a clase, los llevó a la casa correspondiente
de cada uno. Al llegar a la casa de Miguel lo entró su
madre a su casa y le riñó. Le dijo que ir a clase es muy
importante porque si no iba no sabría hacer nada, no
tendría un buen futuro y tendría una vida muy mala y
al explicarle la madre el por qué tenía que ir a clase él
se convenció y fue a clase. Sus notas subieron y lo
aprobaba todo y encontró mejores amigos y esas
personas fueron amigos suyos, ya que le respetaban
en que estudiase y fue muy feliz y nunca más faltó a
clase.
Rafael Santos Merina, 1º B
ANTES SOLO QUE MAL ACOMPAÑADO
Había un chico llamado Octavio, al cual no le
gustaba el fútbol ni ningún tipo de deporte que el
considerara violento. Hasta que un día lo cambiaron de
clase.
En su nueva clase había de todo, pero como en
todas las clases siempre hay algún que otro “chulito”
éste influyó tanto en Octavio que faltaba a clase, se
pasaba todo el día jugando al fútbol y a deportes que
él consideraba violentos; ahora tenía una mirada
penetrante, no era amigo de sus amigos...
Sus amigos (o lo que él creía que eran...) le
propusieron fumar. El dijo que si, aún siendo
consciente de las consecuencias. Tras la primera
calada, unos policías vieron a Octavio fumando.
Octavio intentó huir, pero no pudo por culpa del humo
del tabaco. Sus amigos huyeron. Afortunadamente no
era demasiado tarde para Octavio y pudo volver a ser
el chico que era antes, bueno ahora esta menos
“empanado”.
David Tapia Herrador, 1º B
RELATO SOBRE EL ABSENTISMO
Había una vez una niña llamada Isabel. Ella era
muy estudiosa y responsable. Tenía una madre y un
padre que la querían mucho.
Ella iba todos los días a la escuela mientras su
padre iba a trabajar. Su trabajo estaba muy lejos y
tardaba dos horas en llegar a él.
Un día que Isabel volvía a casa oyó murmurar por
su padre. Cuando llegó a su casa su padre no había
llegado. Ella y su madre se preocuparon. Poco después
un hombre llegó a la casa y les dio la mala noticia de
que su padre había muerto.
Desde aquel momento Isabel tuvo que dejar la
escuela y ponerse a trabajar para llevar dinero a su
casa.
Eduardo Vargas Espinar, 1º B
MADRE E HIJO UNIDOS POR UN
ERROR
El día 26 de enero del 2008, en un pueblo de
Córdoba, en el colegio Santa Fe, un niño de primero de
E.S.O se encontraba con problemas de absentismo
escolar.
Este chico, Federico, tenía unos amigos bastante
problemáticos, sin embargo, él no era así.
Todo comenzó una mañana cuando Federico y sus
amigos iban hacia el colegio, uno de ellos empezó
decir:
- ¿Por qué no hacemos la rata? Es que el colegio
es muy aburrido.
Uno de los amigos dijo que no quería problemas
así que fue en dirección al colegio. Federico y los
demás fueron a un lugar donde no los viera nadie.
Federico estaba bastante preocupado por que su
madre llegara a cas antes que él, por que llamaran a su
casa los profesores...
Su madre llegó un poco antes y dio la casualidad
de que dejaron un mensaje de voz en el contestador
que decía:
- Perdone, soy el tutor de Federico y él y unos
cuantos amigos han faltado al colegio. Queremos
saber qué le ha ocurrido. Por favor, infórmenos
cuanto antes. Gracias y perdone por las molestias.
Federico, cuando llegó a su casa, fue enseguida a
la mesa y mientras comían su madre le preguntó cómo
le fue en el colegio. Bastante nervioso decidió
contarle la verdad. La madre le comprendió y le contó
una historia bastante parecida. Federico prometió a
su madre que no lo volvería a hacer más y de4sde
ahora están más unidos que nunca.
Tania Vivar Segura, 1º B
222ºººAAA
UN DESEO
Os voy a hablar de una historia triste, pero con
final feliz. El absentismo en esta historia es sobre lo
injustos que pueden llegar a ser los padres con lo
hijos en torno a la educación.
Esta historia trata sobre una chica que desde
muy pequeña quería ir al colegio pero como era pobre
no se lo podía permitir. Ella, con toda su ilusión, se
lo pidió a la madre, pero la madre muy agresiva le
gritó y le dijo que no. La niña lloraba todos los días
porque no se cumplía su deseo de ir a un colegio y
aprender muchas cosas. La niña iba todos los días a
escondidas a la casa de una señora que le daba libros
para leer y ella se los llevaba a su casa y tenía cuidado
de que no la viesen, porque si no su madre le diría de
que nada sirve ir al colegio porque es una estupidez y
lo que debería de hacer es cuidar de la casa y después
la madre agarraría el libro y lo tiraría a la basura.
Cuando sus padres salían y le decían a la chica que
se quedara en casa ella con todo justo lo cumplía pero
al rato se ponía a leer los libros. La niña, ya cansada
de estar en su casa leyendo libros, decidió ir al
colegio a conocerlo y ver cómo los otros niños
aprendían muchas cosas y, de repente, la profesora la
vio que estaba mirando por la ventana y decidió
llamarla para que entrara dentro de la clase. Allí la
niña le explicó por qué no le dejaban ir al colegio.
Entonces la profesora decidió hacerle unas preguntas
a la niña de lo que sabía... ¿Por qué no te dejan ir al
colegio? Y la niña respondió que no la dejaban porque
le tenía que ayudar a su madre en la casa y también
cuidar de sus hermanos. La profesora le dijo:
- Bueno, yo hablaré con tu madre y le diré que
es muy importante ir al colegio y aprender
muchas cosas, así que no te preocupes, verás
como hablo con ella y te deja ir al colegio.
La profesora fue a la casa de la niña y se
encontró con la madre y hablaron las dos juntas de lo
importante que es ir al colegio y la madre rompió a
llorar porque decía que no tenía ni dineros para
llevarla al colegio y la profesora le dijo que no se
preocupara porque ella misma iba a llevar a su hija al
colegio y la madre le dijo:
- Muchas gracias por llevar a mi hija al colegio.
Al día siguiente la niña, muy contenta, se fue con
la profesora al colegio y allí conoció muchos amigos y
aprendió mucho.
Almudena Adrián Vega, 2º A
DÍAS DE CALLE
Era una mañana bastante laboriosa para una
madre de dos niños donde uno de ellos no daba nada
más que problemas. Tenía que llamarlos para ir a
clase, pero sus hijos no iban al instituto.
Jonathan Jesús, de 14 años, y Umberto, de 13, se
marchaban a la calle con su amigo Gerardo.
Eran las 8:20 cuando llamó Gerardo al timbre.
Jonathan Jesús y Umberto bajaron y escondieron las
carteras en el cuarto de la limpiadora.
Umberto, Gerardo y Jonathan Jesús se fueron
por la calle que llevaba al parque más cercano a sus
casas. Pasaron por un bar en el que había una señora
de unos 50 años más o menos. Estaba sentada en la
terraza con el bolso en una silla. Un robo bastante
fácil pensó Jonathan Jesús.
-Umberto ¿ves a esa señora de ahí?
-Sí, contestó Umberto
-Ve y llévate el bolso
-¿Qué? pero es el bar de José. ¿y si se lo dice a
mamá?
-¡Venga ya!, si ni siquiera te va a ver.
Entonces Umberto fue hacia la silla, agarró el
bolso y empezó a correr. La mujer se levantó y
empezó a gritar. De repente Jonathan Jesús y
Gerardo llegaron por detrás de la señora y la
empujaron. Se fueron corriendo hacia el parque.
Cuando llegaron había un hombre de unos 30 y pico
años.
- ¿Cuánto dinero hay en el bolso?
- 57 euros y 27céntimos, y un botón.
- Dámelo.
Jesús se acercó al hombre y le dio el dinero.
Entonces se dio la vuelta y vino con Gerardo y
Umberto.
- Déjame el móvil, le dijo Jonathan a Gerardo.
Jonathan le dio a Gerardo el polen que acababa
de comprar y le dijo:
- Ve haciendo un porro mientras llamo a las
chicas.
Jonathan llamó a unas chicas que había conocido
hacía unos días en un botellón. Las chicas llegaron a
los cinco minutos después de llamarlas.
- Umberto ¿ves esas tías? Te dejo que elijas a
una, le dijo Jonathan.
Umberto llevaba un rato fumando y hablando con
las chicas cuando llegó un coche de Policía al parque.
Estaban buscando a los chicos por el robo y la
agresión. Entonces salieron corriendo antes de que les
diese tiempo a bajarse del coche y se escondieron.
Ismael Álvarez Abselam, 2ºA
UNOS DÍAS MALOS
El absentismo escolar, como saben, no siempre es
culpa del alumno, a veces es culpa del entorno del
alumno, como en este caso.
Había un niño que vivía en un pueblo, pero por
circunstancias familiares tuvo que cambiarse a una
ciudad en la que tendría que ir en otro colegio. A él le
encantaba ir al colegio y era muy estudioso. Pero
cuando pasó el tiempo sus compañeros ya no
aguantaban que siempre él fuera el mejor de la clase.
Entonces sus compañeros le empezaron a molestar
gastándole bromas pesadas, no dejándolo tranquilo,
etc. A él, como le encantaba ir al colegio, no dejaba de
ir y no le importaba que cada día sus compañeros le
molestasen, pero poco a poco el niño fue cansándose
ya que las bromas cada vez eran más pesadas, así que
empezó a faltar a clase un día, otros dos días, tres
días y así sucesivamente. Claro, faltaba poniendo
excusas, diciéndole a su madre que se encontraba
malo. Llegó una semana en la que su profesor, que le
tenía mucho aprecio, se dio cuenta de que esta
situación ya no era normal, ya que el niño no le había
dicho la verdad por miedo a que sus compañeros le
hicieran algo peor. Gracias a que su profesor le ayudó
se terminó por fin su pesadilla, porque descubrió la
verdad de la situación. Reunió a los niños para
explicarles la gravedad de lo que habían hecho con su
compañero y así terminó el absentismo del niño.
Ruth Barrientos Ester, 2º A
PROBLEMAS DEL ABSENTISMO
ESCOLAR
Érase una vez un niño de 12 años que se saltaba
las clases y un día le pilló su madre y se lo llevó a
casa. Le habló del absentismo escolar y que ella pasó
por eso y no quería que su hijo pasase por lo mismo y
el niño le explicó que le pegaban todos los días y los
profesores pasaban de él, así que era mejor que no
fuera, pero su madre le dijo que iba a hablar con esos
niños y así solucionaron el problema y el niño volvía a
rendir en el colegio, a un nivel bajo pero rendía.
David Bermejo Sánchez, 2ºA
UN NIÑO SIN FORMACIÓN
Es la historia de un niño que no iba al colegio
porque tenía problemas familiares y no lo llevaban al
colegio porque sus padres pensaban que tenía sentido
porque ellos no habían ido nunca.
Eran gitanos y trabajaban en el mercadillo,
vendiendo ropa. El niño, de mayor, también trabajaría
allí, no sabría nada y cuando trabajara lo engañarían y
no sabría devolver el dinero que sobrara. Vivían en
barrios marginales en Málaga. Allí los niños estaban
todo el día en la calle y no iban al colegio porque no
había dinero.
El niño de pequeño no fue a la escuela. Fue ya de
mayor y pudo tener un trabajo bien pagado.
Azahara Calvo Bellido, 2º A
UNA MUERTE Y EL ABSENTISMO
ESCOLAR
Había una familia formada por cinco miembros de
los cuales cuatro eran menores. La madre murió en el
último parto del último hijo.
Iban a los centros educativos frecuentemente
mientras el padre trabajaba. El padre trabajaba de
camionero. Por culpa de sus adicciones sufrió un
accidente mortal. Por beber más de lo normal se había
quedado dormido en el camión. Entonces los hijos se
quedaron solos y con deudas. Este motivo hizo que los
menores se ausentaran del centro educativo, que los
niños dijeron de estaban enfermos. Desde entonces el
centro educativo acudió a los Asuntos Sociales, estos
fueron a la casa y descubrieron lo que había pasado.
Pilar Campos Herencia, 2ºA
SAMUEL
Había una vez un niño. Tenía 15 años. Se
llamaba Samuel. Su padre acababa de fallecer. Su
madre no trabajaba, era su padre el que lo hacía.
Entonces Samuel dejó de estudiar y empezó a faltar
a clase. Tenía que ayudar a su madre y no tenían
dinero.
Samuel empezó a alejarse de los estudios y
empezó a fumar, ya que sus nuevos amigos fumaban.
Samuel ya tenía 17 años y seguía sin estudiar. La
gente no le quería para trabajar sin el Graduado y
esos amigos que le habían alejado de todo ya le habían
traicionado. Estaba solo y también había dejado a su
familia. No tenía futuro ya que no estudió. Lo veía
todo negro; pero un día apareció una luz. Había un
hombre que pasaba siempre por el portal en que él
dormía. Se llamaba Esteban y era un pastor. Él quería
ayudarle a que volviera a estudiar y saliera de esa
vida.
Un día Esteban se sentó a hablar con Samuel
y él se lo contó todo. Esteban llevó a Samuel a su
iglesia y le presentó a todos los jóvenes. Se hizo
amigo de todos y empezó a ir siempre. Allí le daban de
comer, ropa, para dormir, de todo. Los jóvenes de allí
hablaban de cómo les iba en los estudios y a Samuel le
volvieron las ganas de estudiar gracias a Esteban y a
los jóvenes.
Ahora Samuel es feliz, está estudiando, ha
vuelto con su familia, tiene amigos de verdad y no
para de agradecérselo a Esteban que fue su ángel de
la guarda.
Andrea Domínguez Huertas 2º A
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Era una mañana como otra, Carmen se levantaba,
desayunaba y se iba a trabajar. Llevaba algún tiempo
trabajando cuidando a una mujer enferma. Empezaba
su jornada a las 8 de la mañana y terminaba a las 3 de
la tarde. Como no tenía Graduado Escolar no podía
trabajar en otra cosa.
Cada día se acordaba de los días que había
malgastado en el instituto, y las cosas que le decía su
madre. Ella, sin embargo, no le hacía caso, pasaba de
todo, iba al instituto cuando le daba la gana y cuando
le parecía hacía la “rata” y se iba con su novio y se
pasaba toda la mañana allí en casa de su novio.
Él era el típico chulo de barrio que pasaba de
todo. A ella le parecía un buen chico pero no era así y
en poco tiempo se lo acabó demostrando. Llevaba
como casi cinco meses con él, y no sabía que el vendía
droga hasta que un día paso lo inesperado. Se lo
encontraron muerto en su domicilio. La policía dijo que
fue un ajuste de cuentas. Carmen lo pasó muy mal, al
poco tiempo se dio cuenta de que estaba embarazada
y decidió buscar un buen trabajo, pero claro, no tenía
Graduado porque a los 16 se quitó del instituto y se
puso a limpiar escaleras pero no ganaba nada de
dinero como para alimentar a su bebé, así que su
madre le ayudó a buscar un trabajo cuidando a una
mujer, por lo menos ganaba más que limpiando
escaleras.
Al final optó por sacarse el Graduado para poder
alimentar a su bebé y tener un sitio donde vivir
porque no iba a depender de su madre siempre. En la
E.S.A. conoció a un buen chaval. Él le ayudó a sacarse
el Graduado y acabaron siendo novios y se casaron al
poco tiempo. Ahora ella tiene un buen trabajo, ha
criado ya a su niña y es muy feliz.
Azahara Fernández Expósito, 2ºA
Tercer premio en la categoría de Primer ciclo de
ESO en el concurso de relato corto organizado por
el Equipo Técnico de Absentismo Escolar de la zona
Centro de Córdoba.
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Este caso de absentismo escolar fue el día 8 de
enero del 2010.
En la barriada del Guadalquivir una niña llamada
Belén, de 13 años de edad, faltó a clase porque todos
sus compañeros de clase iban a faltar por algún
motivo. En esos colegios e institutos son frecuentes
estos casos. A veces también si están en el instituto
pueden faltar a algunas clases. Mientras se están
paseando por el instituto, los profesores no dicen
nada.
Los padres no la dejaron que faltara a clase porque
a ellos les hubiera gustado estudiar pero se tuvieron
que poner a trabajar con 15 ó 16 años, por eso ellos
quieren que estudie para que tengan un trabajo digno.
Y ella, como no necesita nada y tiene de todo, su
trabajo es sólo estudiar. Pero cuando llegó el día ese
que faltaban todos los de su clase, ella tampoco fue,
sin que lo supieran sus padres.
Patricia González Romero, 2º A
ABSENTISMO ESCOLAR
Había una familia en Valencia, donde estaba
casado un hombre llamado Ricardo y una mujer
llamada Dolores. Ellos llevaban ocho años casados y
tenía una niña cuyo nombre era igual a su madre. El
padre era un trabajador, un barrendero.
Un día al padre le echaron del trabajo y no pudo
encontrar trabajo en ningún sitio. El padre y la madre
discutían todo el día por la misma razón. Al mes
siguiente se divorciaron, un cubo de agua de agua fría
cayó sobre la pequeña Dolores. El problema era que su
madre nunca trabajó y era analfabeta, y así era difícil
encontrar un trabajo.
Un día, su madre, preocupada por el alquiler le
dijo a su hija que fuese a un supermercado y que
ayudara a las personas a llevar el carrito de la compra
y de esta manera cogiera limosna. Así fue faltando a
clase para trabajar como un vagabundo.
La directora se dio cuenta y llamó a su madre. La
madre le explicó el propósito y el problema. La
directora se preocupó por la alumna y sus estudios.
Así que la quiso ayudar. Al final su madre trabajó
como limpiadora en el colegio y la pequeña Dolores
siguió con sus estudios.
Javier Josué Jarrín Carriel, 2º A
EL INTERNADO
Había una vez una niña llamada Claudia de unos 14
años que no quería ir al instituto. La madre le obligaba
a ir, pero ella insistía diciendo que no.
La madre tenía dos hijas más que eran menores
que Claudia. Ella, cuando le decía a la madre que se iba
al instituto, se iba con las amigas a otro sitio. La
madre no podía hacerse cargo de su hija. Claudia
faltaba todos los días al instituto y daba un mal
ejemplo a sus dos hermanas pequeñas.
La asistenta social habló con la madre y decidió
ingresar a Claudia en un internado para que pudiera ir
al instituto todos los días. Claudia aprendió la lección
y volvió a su casa, empezó a esforzarse y a darle un
buen ejemplo a sus hermanas. Al final, Claudia se sacó
el Graduado, sus hermanas siguieron su ejemplo y sus
padres están orgullosos de sus hijas.
Laura Jurado Antúnez, 2º A
ABSENTISMO ESCOLAR
Érase una vez un niño que sacaba muy buenas
notas, hasta que cuando llegó al instituto fue
perdiendo el interés por estudiar.
Un día le dijo a su madre que quería dejar los
estudios porque no le interesaban los temas, y la
madre le dijo que si no estudiaba lo iba a tener muy
difícil para encontrar trabajo como le pasó a ella y
todavía no tiene y viven del dinero del padre.
Después de esa conversación el niño decidió
terminar los estudios. Desde ese día aprueba los
exámenes y la madre está muy orgullosa de él.
David Jurado de Priego Morcillo, 2ºA
OPORTUNIDADES DESAPROVECHADAS
Cuando su padre murió, su madre se sumió en las
sombras, consumía drogas y bebía en exceso. Sus dos
hijos, estaban desatendidos, comían mal, si es que
comían, y vestían siempre la misma ropa. Pero lo peor
de todo quizás fue que no asistían al instituto, ya que
lo de la comida y la ropa lo podían solucionar con eso
de la recogida de ropa o los comedores sociales. En
ese momento los hijos no se dieron cuenta, faltaron al
instituto y dijeron: “¡Somos libres!”.
Pero cuando sus mejores amigos se graduaron,
ellos sintieron compasión por ellos mismos. Sintieron
que nunca podrían ser hombres de provecho.
Entonces, cuando se dieron cuenta de que no podrían
formar una familia por no poder mantenerla (a menos
que su pareja trabajase), pensaron que desperdiciaron
una gran oportunidad, una oportunidad de estudiar y
ser alguien el día de mañana.
Hoy están estudiando en la E.S.A., y esperan ser
alguien, simplemente que más tarde que los demás.
Diego Llamas Nuflo, 2º A
EL ERROR DE SANTIAGO
Era un día tranquilo como otro cualquiera. Estaba
Santiago en la cama acostado, medio dormido, cuando
su madre, Isabel, llamó a su hijo. Éste dijo que no
quería ir al instituto. La madre le obligó a ir. Santiago
hizo creer a su madre que iba al instituto pero no era
así, hacía la “rata”.
El director del instituto llamo a Isabel diciendo
que por qué no iba al instituto. Ella dijo que no quería
ir al instituto pero que ella le obligaba.
La madre, furiosa, estaba esperando a Santiago.
Este vino del “instituto”. Isabel le dijo que si se lo
había pasado bien en el instituto. El dijo que sí.
Entonces la madre le pegó una galleta. Él, con toda la
cara, le contestó diciendo que se iba de casa.
Santiago cogió su maleta y se fue y nunca más
volvió a saber nada de él. Éste acabó con 21 años
debajo de un puente y a los 25 en la cárcel por robar
comida porque no tenía nada de comer.
Todo esto le pasó por no ir al instituto.
Rafael López Guijo, 2º A
UNA VIDA DE ENSEÑANZA
Esta historia que voy a contaros sucedió en
Córdoba durante el año 2008.
Una adolescente llamada Lucía a la que no le
gustaba estudiar porque desde su infancia había sido
obligada a trabajar y, aunque en el fondo quería ir al
colegio, imitaba a sus amigas faltando a clase. Cuando
se hizo mayor, tuvo un hijo al que no podía ayudar con
las tareas.
Ella sufría, y en ese momento se dio cuenta de lo
arrepentida que estaba por no haber estudiado. Antes
de que su hijo creciera, se sacó el Graduado Escolar, y
ya podía ayudar y enseñar a su hijo. Al paso de los dos
o tres años, su hijo empezó a tener malas amistades y
su madre se enteró de que faltaba a clase más que
iba.
Una mañana, Lucía, llevó a su hijo al colegio, y lo
obligó a entrar al centro. Tras una larga discusión, la
madre le explicó a su hijo lo importante que era
estudiar y de lo mucho que se arrepentiría si lo
dejaba, lo que había sufrido con él y que también él
tendría hijos. Este recapacitó y también convenció a
sus amigos. Al final todos se sacaron la ESO,
estudiaron una carrera y continuaron enseñando esta
historia a sus futuros hijos.
Marta Luque Carrasco, 2º A
EL INTENTO DE VOLVER AL PASADO
Todo sucedió en Valencia (España), sobre el año
1983. Yo todavía no había nacido, pero el saber de
esta historia se lo debo a un gran amigo: mi abuelo, un
hombre ya muy mayor, de unos 91 años, que todas las
tardes me cuenta sus grandes hazañas de la vida, pero
aquel día me contó la gran historia de un niño llamado
Carlos.
Carlos tenía 14 años, era un niño bastante
conflictivo. Llevaba unos tres años sin hacer nada en
el colegio, se llevaba mal con sus compañeros e incluso
les amenazaba y pegaba constantemente, y de los
profesores..., bueno,... de los profesores, mejor no
hablar... Pasaban los años y él no se daba cuenta, pero
el tiempo era su gran enemigo si seguía con esa
actitud. Pero desgraciadamente él no se dio cuenta y
pasó lo que tenía que pasar, aunque no fuera lo
correcto.
Y es que Carlos era un chavalote con nueve años
más, y por las desgracias de la vida no tenía padres,
no tenía trabajo ni el dichoso “paro” que saca a mucha
gente de apuros...
No tenía nada en propiedad, se vio en la calle. Si
hubiera estudiado, todo sería de otra forma y podría
ganarse la vida, pero los errores del pasado nunca se
pueden arreglar por mucho que quieras.
Carlos deseo lo imposible, que era volver al pasado
y tener una actitud positiva, pero como era de saber
no lo consiguió...
Y esta historia me hizo abrir bien los ojos y
darme cuenta de muchas cosas, e intenté arreglarlas
ya que todavía tenía el suficiente tiempo de hacerlas.
José Luis Ramos Santisteban, 2º A
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Esto era una niña de 14 años a la que no le
gustaba el instituto.
Ella se llamaba Tania Alexandra Rodríguez.
Estudiaba en el instituto Rafael de la Hoz. Vivía en la
ciudad de Córdoba, en Fátima.
Ella tenía mucho dinero. Era muy caprichosa y
todo lo que le pedía a sus padres se lo daban.
A ella nunca le gustó el colegio porque al tener
dinero se creyó superior a los demás y se confió en
eso.
Los primeros días, o sea, en el primer trimestre,
le iba muy bien en el instituto. Hasta que se juntó con
una compañera que nunca venía al instituto. Se
hicieron muy buenas amigas y cuando faltaba una,
faltaba la otra. Se iban por ahí a la calle con otras
compañeras de otros institutos.
Sus padres confiaban en que iba al instituto.
Una vez llamaron del instituto a su casa. Contestó
su padre. El profesor le preguntó al padre que por qué
faltaba tanto su hija al instituto. Él le contestó que
ellos no sabían que no iba.
Ella, siempre que volvía al instituto, no llevaba
justificaciones de por qué faltaba. Le dijeron que si
no las traía avisarían a los Servicios Sociales y tendría
muchos problemas.
Liceth Khaterine Rincón Rodríguez, 2ºA
EL ABSENTISMO ESCOLAR
Érase una vez un niño muy estudioso que sacaba
muy buenas notas.
Estaba pasando de curso sin problemas pero
cuando llegó a 3º E.S.O. comenzó a juntarse con unos
niños no muy adecuados para él porque fumaban, se
portaban muy mal en el colegio, incluso en la calle,
faltaban mucho a clase y no justificaban las faltas,
pero a él le gustaba juntarse con esos niños.
Él estaba empezando a faltar a clase igual que sus
amigos. Cuando llegaba al colegio los profesores le
preguntaban por qué había faltado y él no contestaba.
Los profesores decidieron llamar a su casa y sus
padres no le daban una buena explicación. Mandaron a
los asistentes sociales para que fueran a su casa.
Fueron a su casa y estuvieron hablando con sus
padres. Ellos tampoco le daban una explicación, los
asistentes sociales tomaron la decisión de que le
daban una oportunidad más.
Pasaron los días y el niño seguía faltando y no lo
justificaba. Los asistentes sociales se llevaron al niño
a un centro de acogida.
Jesús Risco Salinas, 2ºA
LA VIDA EN LAS MARGARITAS
Juan y María formaban una familia muy
responsable. Juan tenía un buen trabajo y María
también. Tuvieron un hijo y a los pocos años se
mudaron a Las Margaritas. A los pocos días
empezaron las discusiones. El niño iba al colegio
cuando tenía 11 años e iba a pasar a Secundaria, a
1ºde ESO. Los primeros días faltó. A la madre la
echaron del trabajo y al padre también, y se enganchó
al alcohol. Era un borracho, sí. La madre se quedó con
el niño pero no tenía bastante dinero como para llevar
a la familia y se separaron. El niño se quedó con la
madre. Faltaba a clase, no iba porque los demás niños
se metían con él y le amenazaban. Cuando la madre
ahorró suficiente dinero se mudaron y recobraron su
vida y el padre y la madre se casaron de nuevo.
Antonio Rodríguez Ríos, 2ºA
LA HISTORIA DE LA JUVENTUD EN EL
SALVADOR
Jhon vivía en El Salvador, nunca había ido al
colegio porque su madre no le dejaba y le decía que
tenía que trabajar. Estuvo muchos años trabajando,
unos cinco, hasta que Asuntos Sociales le quitó la
custodia del niño a la madre. Empezó a ir al colegio a
los 10 años, pero como era tan listo no le costó
ponerse al nivel de sus demás compañeros.
Anteriormente tuvo problemas familiares, pero esto
no le impidió seguir con sus estudios.
Desafortunadamente a los 13 años se metió en una
banda que trapicheaba con droga y se llamaba CALLE
18. Empezó más tarde con la extorsión, blanqueo de
dinero, asesinatos...
A los 15 años asesinó a un militar y al cabo de dos
meses cumplió condena. A los 18 salió de la cárcel y
fue condenado a la pena capital de muerte por
diversos cargos que incluían: extorsión, homicidio
premeditado, trapicheo con droga...
Desde entonces Jhon descansa en paz en un
cementerio.
Alberto Ruiz Muñoz, 2ºA
UN CAMBIO DE CIUDAD.
Esta historia trata sobre un niño llamado David.
Vivía en Sevilla pero por motivos de las circunstancias
del trabajo de su padre se tuvieron que mudar a
Madrid.
Entraba a 3º E.S.O en un instituto grandísimo y
raro para él, acostumbrado al de toda su vida con
todos sus amigos. El primer día de clase estaba
aislado de todo el mundo, pero las semanas fueron
pasando.
Un día se presentaron un grupo de chicos a él
para que se incorporase al grupo y no estuviera más
tiempo solo. El tiempo fue pasando y en las primeras
notas sus padres lo fueron notando, pero no le dieron
mucha importancia debido al cambio de ciudad,
instituto y los nuevos amigos para él. A mediados del
segundo trimestre faltaba mucho a clase y los días
que acudía siempre llegaba sin justificaciones de por
qué faltaba tanto. Llevaba ya cinco faltas acumuladas
y los profesores decidieron llamar a su casa para ver
qué le ocurría.
Citaron ese mismo día a sus padres, tuvieron una
larga conversación con ellos y ellos estaban decididos
a que su hijo acudiera cada día a clase.
Ya que no pudieron tener una solución adecuada
tuvieron que llamar a los asistentes sociales y
explicarle la situación.
Al día siguiente, a primera hora de la mañana,
estaban debajo de su portal para ver a dónde se
dirigía el chico. Al doblar la esquina de su casa vieron
como el chico se alejaba con un grupo de más chicos
que se dirigían a una especie de descampado con una
grandísima nave abandonada. Los asistentes
decidieron que esto no podía seguir así, sus padres no
estaban lo suficientemente atentos con el chico así
que los padres se hicieron responsables para que el
chico no faltase más a clase.
Marta Torrico Jiménez, 2º A
222ºººBBB
LA FALTA AL COLEGIO
Hace dos semanas, una alumna del I.E.S Rafael de
la Hoz, de Córdoba, tuvo un gran problema con una
chiquilla llamada Rocío de 2º B. El problema es que
hizo la rata desde las 8:30 hasta las 12 y cogieron a
las 12 y saltaron al colegio para entrar a clase.
Saltaron las chiquillas llamadas Yaiza, Rocío y Silvia
después de estar en el I.E.S Gran Capitán y ponerse
allí a pegar voces y en vez de entrar por la puerta,
saltaron y se metieron en el recreo y las pillaron y las
expulsaron una semana.
Daniel Alba Romero, 2º B
UNA NIÑA QUE SUFRÍA ABSENTISMO
ESCOLAR
Un día, una niña llamada Laura, tenía muchos
problemas con todo el mundo. Ella se dejaba llevar por
todo las personas.
Un día fue al colegio y allí estaba su amiga Ana.
Ella era una mala influencia para Laura. Ana le dijo a
Laura que si quería hacer la rata con ella; ella le dijo
que sí.
Eso fue algo rutinario para ella. Empezó a faltar a
clase. Los profesores se pusieron en contacto con los
padres para informarles.
Al final estuvieron hablando con la niña. Cuando
terminó el curso la cambiaron de colegio. Ahora la niña
es acompañada por su madre hasta que toca la
campana para que no pueda salir y hacer la rata con
sus amigas. Ella ahora tiene muy buenas notas y es una
de las mejores en clase. Es muy feliz es este
instituto.
Ana Belén Alguacil Jiménez, 2º B
LAS MEMORIAS DE UN PROFESOR
Día 7
- Venga, Alejandro, levántate. Tienes que ir al
colegio -decía su madre.
Alejandro tenía 15 años y era un alumno muy
aplicado en sus estudios.
Ya estaba harto de los abusos y de los chantajes
de sus compañeros para que les dejara los deberes.
- Ah, ¡vaya empollón eres!
Así todos los días. Se levantaba sin ánimo para ir
al colegio ya que por culpa de sus compañeros sufría
abusos e insultos que hasta llegaron a ser agresiones
muy duras...
Pasaron las semanas y él no se atrevía a decirles
nada a sus padres ni a sus maestros por miedo a las
represalias de los compañeros.
Se levantaba con el mínimo esfuerzo para ir al
colegio. Como siempre, se lavaba la cara, desayunaba,
cogía la cartera y se ponía en marcha...
Esa mañana decidió por el camino que se iba a
enfrentar al problema y contárselo a todo el mundo
para que no se repitiera. Se lo contó a sus padres, a
sus profesores...
Ahora es profesor de instituto. Ya no tiene
miedo. Se acabaron los temores...
Tania Alonso Ureña, 2º B
LÁGRIMAS DE FUEGO
Querido diario:
Hola, soy Maribel y vivo con mis padres. Soy
morena, como es mi padre, la nariz chata y pecas,
como mi madre, y me pusieron Maribel como la abuela
de papá. Mi padre es genial, me lleva de paseo en
coche y al cine... He empezado a escribir porque no
puedo dormir. Mamá llora y papá le grita. Estoy
asustada pero mañana se terminará porque como papá
no quiere que vaya al instituto pues puedo dormir todo
lo que quiera. ¡Ay, Dios mío!, he oído un grito de mi
madre y después llorar a mi padre. Me voy a acostar,
por si acaso.
Hola, soy Maribel, tengo ahora 20 años. Al día
siguiente de lo ocurrido el cuerpo sin vida yacía al lado
de mi padre también muerto. Corrí hacia la puerta de
mis vecinos pidiendo auxilio, vino la Policía y a mí me
llevaron a un internado, ahora estoy trabajando de
limpiadora por culpa de mi padre...
Ana Jesús Benito Linares, 2º B
EL ABSENTISMO
Era una gran familia rica, con un niño prodigio y
una niña atleta que le iba muy bien, una madre
ejecutiva y un gran empresario como padre. Un día por
una mala decisión se arruinaron. Los padres se
separaron y el niño, que se llamaba Alberto, cada vez
iba menos al colegio porque según él estaba deprimido
y sólo iba un día por semana al colegio. Por las
mañanas se dedicaba a robar y hacer el gamberro y a
beber alcohol y drogarse.
Sus padres pasaban de él y del colegio. Este niño
de pequeño era prodigio y apuntaba muchas y buenas
maneras, pero con los años se fue dejando y sin ir al
colegio, y a los 24 años era un “yonki” que se drogaba
sin parar y hace unos meses se murió de sobredosis y
todo por el absentismo escolar.
Luis Miguel Calomarde Caballero, 2º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR: MI
HISTORIA
Córdoba, 20 de enero de 2010.
Hoy hace un año que estoy en el correccional. El
motivo: el absentismo escolar.
Todo comenzó el 20 de enero de 2009, hace
justo un año. Ese mismo día decidí quedarme en mi
casa en vez de ir al instituto. Mi amiga llamó sobre las
11:30 a la hora del recreo y me dijo que los de
Asuntos Sociales habían estado en el instituto porque
ella los vio cuando salió al servicio.
Hablaban con el director y él les decía que
llevaba varios días sin ir y que me habían visto por la
calle.
Decidí irme de mi casa porque sabía que me
echarían la bronca. Mi madre llamó a mi casa y me dijo
que no me fuese porque iba a ser peor y que esperara
a que llegase. Yo me fui y ese fue mi peor error.
Estando en la calle vi a un grupo de chicas que
también habían faltado a clase. Estaban fumando y
leyendo revistas. De repente recapacité y decidí
volver a casa. Volví porque pensé que me volvería igual
que ellas y que no aprovecharía mi vida laboral.
Cuando llegué a mi casa mi madre me dijo que al
día siguiente vendrían a por mí y que por haber hecho
esa tontería pasaría una larga temporada en el
correccional.
Bueno, esta es mi historia. Espero que nunca
hagáis lo que yo hice porque por querer aparentar lo
que no era estoy alejada de mi familia, amigos, etc.
Azahara Gutiérrez Lorente, 2º B
HACERSE RESPETAR PERO HACERSE EL
MAL
Un nene llamado Óscar, pero al que le dicen “el
tablas”, estaba un día con sus amigos en el patio. Como
todos le pegaban pues se le ocurrió saltar la valla y lo
hizo. Pero le salió mal porque unos de sus amigos se
chivó a los profesores de que “el tablas” había
saltado.
Tablas fue llamado por asistentas sociales por su
problema de absentismo y él siguió porque quería
hacerse respetar, y lo único que conseguía era
perjudicarse a él mismo, que era un buen estudiante.
Al poco tiempo, como seguían las burlas, él volvió
a tener absentismo porque hizo la rata y volvió a ser
pillado. Ya le avisaron las asistentas sociales de que a
la siguiente lo meterían en un correccional de menores
por el juzgado.
Sus padres estaban preocupados por él porque ya
no era el mismo. Antes era muy cariñoso pero por
querer ser popular se estaba haciendo el mal por
dentro y eso era malo.
Más adelante le metieron una paliza y él ya
cambió totalmente. Desde ese día empezó a fumar.
Seguía teniendo absentismo pero fue un poco más
listo y no lo pillaron hasta las 2 semanas y ya las
asistentas sociales le llevaron al juzgado y fue
castigado muy fuertemente porque le metieron en el
correccional hasta los 18 años.
En ese tiempo salía muy pocos días para ver a su
familia y estaba muy, pero que muy, arrepentido y ya
no volvió a hacer nada que le perjudicara a él aunque
le hiciera popular y él se quedo a los 18 con sus padres
y sin estudios por haber hecho eso en esos días y él
estaba muy arrepentido, pero ya “lo hecho, hecho
está”.
Rafael Jurado Ruso, 2º B
DOS MESES SIN IR AL INSTITUTO.
Esto pasó el año pasado, en un instituto llamado
San Álvaro, situado en el Cerro (Sector Sur).
Todo esto ocurrió por dos niños y una niña que no
iban al colegio porque decían que no tenían ganas de
levantarse temprano. Como los padres pasaban de los
niños ellos les decían que no querían ir al colegio
porque no tenían nada de ganas de asistir.
A los padres les daba igual que fuesen o no al
colegio, y entonces los niños, desviaban las llamadas
de sus padres a sus teléfonos. Cuando el orientador
llamaba a la familia para saber qué es lo que había
pasado, lo cogían los niños y se hacían pasar por los
padres. Los niños y la niña faltaban casi todos los días.
El orientador empezó a sospechar, porque no era
normal que esos niños no fuesen a clase durante dos
meses. Entonces, un día que los niños le dijeron a los
padres que “iban a ir al colegio” (todo eso era
mentira), el orientador se presentó en la casa de los
niños sin saber nada los padres. El orientador llamó al
porterillo, y los padres le abrieron. Él preguntó a los
padres que dónde se habían metido estos niños.
Entonces, los padres, para no meterse en problemas,
les dijeron que no sabían nada de dónde se habían
metido, que los niños les habían dicho que se iban al
instituto.
Entonces, al ver que los padres no sabían dónde
estaban, el director, el orientador,... llamaron a los
juzgados. Los niños fueron y, al ver el juez que les
daba igual, los metió en un Centro de Menores.
Hoy día, todavía siguen en el Centro de Menores.
Marta León del Río, 2º B
EL CHAVAL QUE NO VA AL INSTI
Antonio era un chaval que tenía problemas con su
familia. Esta familia era de Córdoba.
El chaval tenía casi todos los días problemas con
sus padres.
Una mañana se dirigía al instituto y cuando iba a
entrar le dijeron sus amigos:
- Antonio, ¿te vienes?
- Pero si tenemos clase, dijo Antonio.
- Da igual.
A Antonio se le pasaron sus padres por la cabeza,
pero dijo:
- Da igual, vamos, colegas.
La profesora, al notar que no estaba Antonio,
decidió llamar a sus padres y les comentó que no fue a
clase ese día. La madre, muy enfadada, decidió hablar
con Antonio.
Cuando Antonio llegó a casa la madre le dio una
cachetada y Antonio se avergonzó tanto que no volvió
al faltar nunca más a clase.
Sergio López Navas, 2º B
LA AUSENCIA DE JUAN
Juan es mi mejor amigo. Yo lo intento convencer
pero él dice que no, que no va al colegio. Sus padres se
preocupan, pero él les dice que va. Es mentira, no va,
pero mientras está en la calle ellos creen que está en
el colegio.
Hasta hoy, 1 de agosto de mil novecientos
noventa, que han llegado los de Asuntos Sociales a su
casa y se lo han llevado, y quieren meter a sus padres
en la cárcel.
Tras varias tardes intentando convencerlo Juan
se armó de valor y le dijo al juez que les hacía creer a
sus padres que iba a clase.
Al final todo salió bien, le devolvieron la custodia
a sus padres, mientras que cada semana revisaran su
asistencia al colegio.
Javier Martínez Torronteras, 2ºA
LO MALO DE NO IR AL INSTITUTO
En Córdoba, 25 de Septiembre de 2009.
Hola, me llamo Juan. Tengo 14 años y estoy en un
Centro de Menores desde los 12. Aquí me siento muy
solo porque no tengo a mis padres ni a mis amigos.
Esto ocurrió porque no iba al instituto. Me iba con mis
amigos. Los profesores se dieron cuenta de que tenía
muchas faltas injustificadas y llamaron a Asuntos
Sociales. Mis padres no sabían que hacía la rata hasta
que los llamaron de Asuntos Sociales. A mis padres les
quitaron la custodia y me llevaron a un Centro de
Menores. Ahora me siento muy triste de no tener a
mis padres. Por eso me arrepiento de no haber ido al
instituto.
Álvaro Molina Morín, 2º B
LOS MIEDOS DE JORGE
Un niño, llamado Jorge, vivía en Badajoz. No iba al
instituto porque sus compañeros de clase le
amenazaban y le pegaban. Él le decía a sus padres que
se iba al colegio, pero en realidad se iba a dar una
vuelta hasta la hora de volver.
El niño se sentía muy culpable de mentirle a sus
padres pero tenía mucho miedo y no sabía qué hacer.
Al final, los profesores llamaron a su casa y los padres
les dijeron que no sabían nada y que su hijo salía para
el colegio todos los días.
Cuando el niño volvió ese día a casa los padres
hablaron con él y Jorge les contó toda la verdad. Sus
padres lo entendieron pero se enfadaron con él por
haberle mentido.
Decidieron trasladarse a Córdoba y empezar una
nueva vida.
Ahora, Jorge está en el IES Blas Infante, tiene
muy buenos amigos y le va muy bien.
Beatriz Ortega Belmonte, 2º B
Primer premio en la categoría de Primer ciclo de ESO
en el concurso de relato corto organizado por el
Equipo Técnico De Absentismo Escolar de la zona
Centro de Córdoba.
UN DÍA EN MI VIDA COTIDIANA
Aquella mañana no tenía ganas de levantarme así
que me quedé durmiendo un poco más. Al rato me
llamó un amigo mío que tampoco pretendía ir y me
pareció buena idea porque para quedarme en casa
mejor salir con los amigos.
Estuvimos toda la mañana dando un paseo y
cuando volví a casa me enteré de que habían llamado a
mi casa y era de mi instituto. Aquello era peligroso, ya
era la décima vez, y Asuntos Sociales iba a intervenir.
Cuando vinieron me hicieron muchas preguntas y
me dijeron: -”Esto es sólo un aviso, esta vez sólo
habrá una multa pero la próxima vez te separaremos
de tus padres para siempre”
Aquello me asustó mucho y desde entonces no he
vuelto a faltar y han mejorado mucho mis notas.
Luis A. Ponferrada Lendínez, 2º B
LOS AMIGOS DE JUAN
Juan era un chico normal, que tenía una familia
normal y una vida normal. Tenía doce años casi para
cumplir trece, y a esa edad acababa de entrar al
instituto. Estaba en primero de ESO y en su clase
había varios repetidores que al no interesarle las
clases hacían la rata los días que querían.
A Juan le caía muy bien un repetidor llamado Luis,
era el típico vacilón que interrumpía todas las clases y
nunca hacia las tareas.
Un día le propuso a Juan hacer la rata y este, sin
pensar los problemas que le podía traer, aceptó y dos
días después, al salir de su casa, llamó a Luis y éste le
dijo que fuera a su casa y allí pasarían la mañana
mientras todos estaban en el instituto: A él le pareció
bien y así fue.
Tras varios días haciendo la rata, al llegar a su
casa, sus padres le dijeron que habían recibido una
llamada del instituto y que decía que llevaba varios
días sin ir a clase. En ese momento Juan comprendió
que lo que había hecho no estaba bien y entonces
habló con sus padres para intentar solucionar el mal
hecho. Así fue como Juan comprendió que hacer la
rata no era bueno.
Federico Rodríguez Romero, 2º B
UNA MALA IDEA
Esto sucedió en Córdoba, el año pasado. Me llamo
Gonzalo y esto fue lo que pasó:
Un día me dirigía al instituto cuando me encontré
con mis amigos, que no tenían intención de ir al
instituto. Lo mucho que intenté resistirme fue en
vano.
Fui con ellos a la calle, por ahí. La gente nos
miraba porque íbamos con las mochilas a cuestas. Eran
las 10:30 cuando no sabíamos qué hacer, al cabo de un
rato nos cruzamos por una tienda de la que salieron
dos policías. Nos conseguimos escapar uno de mis
amigos y yo.
Unas horas más tarde, sobre las 14:30 nos
dirigimos al instituto, al cual llegamos a la hora de
salir y nos fuimos cada uno a nuestras casas como si
nada hubiera pasado.
Al llegar a mi casa... -¡maldito el día en el que
nací!-, allí estaban los policías hablando con mis
padres. Luego me enteré de que cogieron a mis
“amigos”.
Robin Sabalete Senzier, 2ºB
LO QUE HACE UN PADRE POR SU HIJO
En algún lugar de España, en 1997, un viernes, en
la escuela de Antonio, había varios niños que no iban a
la clase.
Una tarde no tenía nada que estudiar y se
encontró con esos chicos, ellos le dieron a probar
tabaco y al día siguiente tenían excursión. Él se fue
con ellos a hacer cosas malas y el profesor, al ver que
un chico tan listo como él no iba a clase, se extrañó.
Llamaron a su casa y lo cogieron los padres que creían
que él estaba en clase pero no era así. Llamaron a su
móvil pero no lo cogía.
Cuando llego a casa le castigaron pero él seguía
sin ir a clase. Se escapaba en los recreos. Lo llevaron
a un psicólogo y hablaron con él. No le hizo ni caso
pero al final su padre habló con él y lo solucionó. Le
dijo que si seguía así, de mayor sería un desgraciado y
nadie querría juntarse con él porque sería un pobretón
sin estudios. Cuando todo se solucionó, los compañeros
le volvieron a decir que si quería quedar y él les dijo
que no, que no quería ser un desgraciado. De mayor,
cuando su padre murió, él le agradeció todo lo que le
había dicho y ahora era un abogado muy famoso.
Rafael Santiago Ramírez, 2º B
ROSA Y SUS JUNTAS.
Alrededor del día 20 de Febrero en el
Instituto de Educación de Secundaria San Álvaro que
está en la barriada del Cerro (cerca del Polígono
Guadalquivir), se encontraba estudiando una niña
llamada Rosa. Ella antes era muy responsable, pero se
empezó a juntar en el barrio de “Los Vikingos” y Rosa
se revolucionó, comenzó a faltar a las clases, no
respetaba a sus padres, se volvió agresiva con los
maestros, etc.
El I.E.S. San Álvaro informó a los padres de
que su hija Rosa estaba faltando mucho a clase. Los
padres hablaron con Rosa para que cambiara de
juntas, y como vieron que al tiempo ella no había
cambiado pues los de Asuntos Sociales tramitaron su
caso.
Azahara Secilla Cruz, 2ºB
LAS MALAS JUNTAS PARA EL
ABSENTISMO
Hace dos meses unos niños llamados Alex, Lucía,
Juan y Antonia iban para el instituto y empezaron a
hablar sobre lo aburrido que solía ser el instituto.
Cuando entraron al instituto se encontraron a
unos niños que le preguntaron si habían hecho la rata.
Alex y Lucía le dijeron que no, que le daba miedo. Los
niños intentaron convencer a todos ellos para que se
fueran con ellos a hacer la rata. Alex y Lucía lo
estuvieron pensando y le dijeron que estaban de
acuerdo, que por un día que no fueran al instituto no
pasaría nada. Juan y Antonia no sabían pero
terminaron convenciéndolos, y al final, en vez de
entrar, se fueron con los niños. Intentaron no
encontrarse con la policía ni conocidos y por ello se
fueron lejos.
Al final del día pensaron que estaban mejor en la
calle que en el instituto y empezaron a faltar
continuamente. Ya a los profesores les extrañó y
llamaron a los padres. Los padres discutieron con ellos
pero siguieron haciendo la rata.
Los profesores acabaron llamando a la Policía. La
Policía, al pillar a los niños en la calle en horario
escolar, los llevó a su casa. Alex, Lucía, Juan y Antonia
decidieron que las juntas que tenían no eran las más
adecuadas. Y dejaron de juntarse con ellas. Y los
padres les perdonaron por esa vez con la condición
que no lo volvieran a hacer más.
Fátima Vaquero Castaño, 2º B
UNA MALA INFLUENCIA PARA ANA.
Hace un año yo tenía una amiga que se llamaba
Ana. Ella siempre tenía problemas familiares. Un día
fue al colegio y allí estaba su amiga Rebeca, que era
una mala influencia para ella. Rebeca le dijo a Ana que
quería saltarse el colegio con ella. Ana como era una
niña que se dejaba llevar por la gente le dijo que sí.
Ana tenía miedo de que alguien la viera. Ana se
empezó a juntar más con Rebeca, y hacia todo lo que
hacia ella. Saltarse las clases comenzó a ser algo
rutinario para ella. Los profesores al ver que faltaba
tanto, se pusieron en contacto con sus padres. Ella
pasaba de los profesores y de sus padres y sólo le
hacía caso a Rebeca. Sus padres no sabían qué hacer
con Ana. Al final Ana le estuvo contando a su madre lo
que pasaba, que ella se sentía mal por los problemas
que había en casa. Cuando acabo el colegio Ana fue
cambiada de colegio, sus padres discutían menos y
Ana cambio y todo fue bien.
Lidia Vaquero Lucena. 2ºB
333ºººAAA
HISTORIA DE ABSENTISMO ESCOLAR
EN PUEBLOS DE MARRUECOS
Voy a contar una historia real. Es decir, que
sucede en la actualidad en Marruecos, y en especial en
pueblos pequeños.
En una familia que tiene dos niños, un niña y un
niño, la niña estudió hasta Primaria y al terminar a sus
12 años tuvo que salir y no tenía muchas opciones:
quedarse en casa o trabajar en un taller de costura, o
si los padres se lo permitieran podría seguir
estudiando la secundaria. Pero sus padres no le
dejaron seguir, ella no tenía más remedio que
quedarse en casa, pero el niño estudió Primaria y a los
12 años tenía muchas opciones, entre ellas seguir
estudiando la secundaria. Pero él no quiso estudiar, o
mejor dicho, no le han ido bien los estudios y empezó
a trabajar.
Quiero dar mi opinión sobre esto. Yo lo que no veo
justo es que a los chicos o los niños les dejen seguir
estudiando y a las chicas no les dejen estudiar y
tengan que quedarse en casa, hasta que las chicas se
casen y tengan sus hijos y sean amas de casa y su
marido trabaje.
Pero esto no pasa en Marruecos en general sino
en pueblos y donde no hay sitio o institutos para
estudiar.
Imane Azouau Loulouh. 3º A
¿ACABARÁ CON FINAL FELIZ...?
Esta historia que voy a contar es toda verdad:
Comenzó el día en que él nació, con un padre de
raza gitana y una madre castellana. Su nombre es
Daniel conocido como “el canijo”. Sus padres se
separaron. A su padre lo metieron en la cárcel y al
poco tiempo murió. Él comenzó a estar en la calle con
tan sólo 9 añitos, con 4 hermanos más. Ha robado, ha
buscado comida y dineros para poder comer, vivir...
Ellos han estado siempre en la calle sin saber leer,
escribir, contar, convivir... Su madre siempre ha
pasado de ellos, no les ha obligado a estar en el
colegio, cuando es su obligación hacerlo para que el
día de mañana tengan algo de qué vivir, no como ella
que su vida es estar en la calle disfrutando con los
hombres y pudiendo vivir bien y sus hijos que duermen
en casa de los demás debido a que ellos no quieren
estar con ella porque no sabe tratarlos, aconsejarle,
quererlos... Buscan el cariño en la calle porque en su
casa no se lo dan.
Su vida es sólo estar en la calle y metidos en las
drogas. Mi opinión de esto es que algún día esté bien,
su futuro sea bueno y que si algún día tiene hijos que
les aconseje como su madre no le aconsejó a él.
Noelia Banderas Vidal, 3º A
EL ABSENTISMO
Era un niño que nunca había ido al colegio porque
sus padres no se habían ocupado de él.
Los padres no querían que el niño fuera al colegio
pero el niño sí quería.
El niño siempre que había colegio estaba en la
calle. Cuando cumplió 18 años decidió que quería ir al
colegio y se apuntó a unos cursos por la tarde y los
profesores le dijeron que era muy listo que por qué no
había ido al colegio antes. El chico dijo que sus padres
no le daban importancia al colegio. Él pensó que quería
trabajar para ser algo en la vida.
Al final, el niño fue maestro de Educación Física y
estaba muy contento.
Marta Bernier Vázquez, 3º A
EL ABSENTISMO DE RAÚL
Raúl era un niño estudioso, sacaba buenas notas,
pero un día un amigo suyo le dijo que si le apetecía ir a
un sitio con él. Raúl aceptó pero le preguntó que a qué
hora. El otro chaval le dijo que a las 8:30. Entonces
Raúl se extrañó y le dijo:
- Pero, si a esa hora hay colegio.
- No importa sólo será un rato.
- Vale, pero sólo un rato.
A la mañana siguiente se encontraron en la
esquina del colegio.
- Hola, Raúl, ¿preparado?
- ¿Preparado para qué?
- Ya te dije ayer en el colegio que hoy iríamos a
ese sitio que te dije.
Entonces los dos muchachos partieron rumbo a su
destino. Al cabo de unas horas, más o menos a las
15:00, la hora de salir del colegio, los profesores
llamaron a los padres.
- ¿Por qué no ha venido Raúl al colegio?
- No lo sabemos, se supone que ha ido al colegio
como todos los días, pero si no ha ido será
porque tiene algo más importante que hacer.
Los profesores alucinados con lo que los padres
habían dicho se creyeron que estaban de broma.
Raúl llegó a su casa a las 4 de la mañana y al sonar
el despertador dijo:
- No tengo ganas de levantarme, pero iré a la
esquina a ver si está mi amigo.
De nuevo se encontraron y volvieron a ir a ese
sitio, así todos los días hasta que el colegio tomó
cartas en el asunto y llamó a los Servicios Sociales.
Los padres y él pasaron de todo hasta que Raúl acabó
en un Centro de Menores porque el juez lo determinó
necesario. Ahora los padres se arrepienten, pero ya
es demasiado tarde.
Rafael Briceño Molina, 3º A
LA RUTINA DE ERICK
La clase de 2º B era una clase normal; tenía las
mejores notas de todo el instituto y los profesores
estaban muy contentos con esta clase.
Tres mese después de empezar el curso escolar,
llegó un chico nuevo a clase. Era diferente a los
demás. Tenía la cara llena de piercings, y vestía muy
distinto al resto. Erick no quería estudiar. En los
cambios de clase, les contaba historias a sus
compañeros, historias de delincuentes.
Su clase estaba muy sorprendida con él. Erick
faltaba mucho a clase. Los profesores se extrañaban
un poco pero no ponían medios para solucionarlo.
Él salía de su casa todas las mañanas con la
mochila y se despedía de su madre; pero en vez de
irse al colegio, iba a casa de un amigo suyo, que estaba
solo. Luego se iban junto a un parque, en el que se
pasaban la mañana fumando porros, un poco inquietos
por si llegaba la policía; aunque ya tenía varias
denuncias por temas de drogas.
Con esta rutina, Erick se sentía mal consigo mismo
y cada cierto tiempo iba al colegio; pero se había
acostumbrado tanto a estar en la calle, que apenas
estaba unas horas y después se saltaba las vallas o
intentaba salir por donde pudiese.
En Mayo, los profesores decidieron tomar cartas
en el asunto y llamar a sus padres, aunque Erick siguió
sin ir. Entonces los profesores decidieron ir a más y
llamaron a Asuntos Sociales.
Una educadora fue a casa de Erick y vio que su
familia era normal, pero Erick cometía muchos delitos.
Tras unos pocos de juicios, creyeron que lo mejor
para Erick era un correccional. Allí, Erick aprendió a
convivir y a que no se puede desperdiciar el tiempo.
A día de hoy, Erick ya se ha sacado el Graduado y
está empezando un ciclo para preparar su futuro.
Nadia Cantarero Mangas, 3ºA
EL ABSENTISMO DE MIGUEL
Córdoba, año 2000, Miguel era un chico de 13
años muy inteligente y educado. Su padre se llamaba
Vicente, tenía 47 años y trabajaba de obrero, y su
madre se llamaba Lola, tenía 42 años y era ama de
casa.
Miguel siempre sacaba buenas notas hasta que un
día vio cómo Vicente maltrataba a Lola. Miguel no
sabía qué hacer y se fue a su habitación a pensar.
Cuando salió se dio cuenta de que no había nadie en
casa y cuando su padre volvió, Miguel dijo:
- ¿Y mamá?
Vicente le contestó:
- Lamento decirte que está muerta
Miguel se fue a su habitación y todo cambió.
Al año siguiente, cuando estaba en 1º de
secundaria, suspendió todas las asignaturas y acumuló
3 expulsiones en todo el curso.
Día 15 de septiembre, comienza el nuevo curso,
Miguel no está en clase y estuvo así todo el año.
A mí me pareció extraño, lo primero que pensé
fue que se cambió de instituto, pero eso era falso, el
día de recuperaciones vi que Miguel estaba en la lista
de suspendidos, así que me di cuenta de que era un
caso de absentismo escolar. En el año 2005, cuando
tenía 18 años, la policía se llevó a su padre por el caso
de maltrato, Miguel se fue a Las Palmeras y se
convirtió en narcotraficante. Durante esos años,
Miguel vendía droga y era muy difícil detenerle.
En el año 2007 fue el narcotraficante más
buscado de Córdoba. Tan solo al año siguiente,
durante una persecución, mi jefe mandó a todas las
unidades para que iniciaran persecución, incluido yo.
Miguel iba a 200 Km/h, se salió de una curva y sufrió
un accidente. Ahora está en la cárcel. Yo entiendo que
haya sufrido absentismo escolar y una de las causas
son conflictos familiares, como ha tenido Miguel.
Además, éste es el mayor caso de absentismo escolar
que puede haber en familias de barrios normales, no
siempre es sólo en familias de barrios conflictivos o
chabolas, aunque en barrios normales hay pocos casos.
Lo peor del absentismo escolar es que puede
destrozar los sueños en los que quiere trabajar un
menor de edad, como por ejemplo Miguel, que quería
ser médico y desde aquel momento que surgió aquel
conflicto familiar no pudo llegar a serlo y se convirtió
en lo que estaba haciendo, es decir, vender droga
ilegal.
Creo que tardará algo en salir porque tiene que
pagar lo que ha hecho: sus multas, devolver el dinero
de la droga vendida, etc.
Pero el absentismo también tiene solución, al
principio es el director del colegio quien manda cartas
a los padres, después tenemos que ser nosotros, los
policías, los que intentamos parar las faltas de
asistencia injustificadas de ese alumno y si sigue igual
va al juzgado. Si el alumnado es menor de 16 años y
está faltando a más de este punto se multa a los
padres con 2000 euros o incluso se ponen penas de
cárcel.
Álvaro Cassani Rodríguez 3º A
UN NIÑO QUE NO ASISTE AL
COLEGIO
La historia trata de un chaval llamado Pepe que
nos cuenta cómo fue su vida en el colegio cuando era
pequeño.
Nos cuenta que de pequeño faltaba mucho al
colegio, porque no era un niño muy estudioso y no le
gustaba mucho ir al colegio y prefería irse en la horas
de colegio a la calle con su amigo Juan, es decir, hacer
la “rata”.
Los profesores intentaban convencerle de que
viniera al colegio, pero Pepe seguía sin hacerles caso a
sus profesores y los profesores decidieron que Pepe
era un niño “absentista” y tomaron medidas para que
el niño viniese al colegio. Entre todos decidieron que
lo mejor sería cambiarle de colegio y buscarle un
profesor particular para que se sintiera mejor en el
colegio para hacer los ejercicios.
Al cabo de un año el niño fue trasladado a otro
colegio y el niño ya no fue nunca un niño “absentista” y
Pepe consiguió sacarse el título de la E.S.O y ya no
volvió a hacer más la “rata”.
Jesús de Toro Páez, 3º A
SÓLO QUIERO LO MEJOR PARA TI
Me arrepentí de hacer lo que hice. Mírame, sólo
soy una ignorante que no sabe nada fuera de este
barrio. No sé hablar adecuadamente y la gente se ríe
a mis espaldas. Aunque crean que no lo sé, lo sé. No
entiendo de la vida, no sé Matemáticas y pueden
engañarme fácilmente con el tema del dinero, y de
hecho lo hacen, se puede decir que me timan mucho.
Y... ¿acaso te crees que sé leer? ¿O que he aprendido
a escribir?, porque esta carta la está escribiendo
otra persona que no soy yo.
Por no ir al colegio me he perdido muchas
emociones, experiencias y sobre todo amigos. No he
podido aprender a relacionarme con la gente. Y eso es
lo último que yo quiero para ti, no pierdas esta valiosa
oportunidad que te brinda la vida. Ahora pensarás que
estoy loca, pero con el tiempo te darás cuenta de que
esto es necesario para ti y te arrepentirás cuando ya
sea tarde.
Que tú hayas tenido la mala suerte de tenerme
como madre no quiere decir que te tengas que
convertir en mi reflejo, en una persona como yo, sin
meta alguna en la vida, o sin enseñanza ni educación
ninguna.
Por eso y más cosas debes de ir al colegio. Todo
esto lo digo porque te quiero.
Ángela Escudero Benavente 3ºA
Primer premio en la categoría de Segundo ciclo de
ESO en el concurso de relato corto organizado por el
Equipo Técnico de Absentismo Escolar de la zona
Centro de Córdoba.
ANDREA, UNA NIÑA FELIZ
En Córdoba vivía una familia muy rica, en una casa
enorme, con un jardín precioso.
Allí vivían los padres de Andrea y ella. Andrea,
quince años, larga melena rubia, una joven guapísima,
la cual vestía siempre con las mejores marcas.
Pero aunque viviera allí y tuviera tanto dinero, ella
no era feliz.
Parecía una familia normal pero en realidad no lo
era. Su padre le pegaba a su madre casi todos los días
pero su madre no quería denunciarlo.
A veces había llegado hasta a golpear a Andrea
sólo por defender a su madre. Entonces ella para
fastidiarlo decidió no ir más al instituto, aunque su
padre se lo negara.
El padre la llevó al instituto pero ella se quedó
fuera con los más “talegueros” de allí. Ellos decían que
el instituto no servía para nada y ella les hizo caso.
Hacía todos los días lo mismo, se quedaban en un
plaza fumando y bebiendo.
Cuando llevaba una semana sin ir al instituto
llamaron a casa, pero nadie cogió el teléfono. Cuando
pasaron dos semanas los asistentes sociales fueron a
su casa. El padre aparentó ser un hombre normal,
hasta que Andrea decidió hablar y les contó todo.
Llamaron a la policía porque la madre decidió
denunciarlo por su hija.
El hombre estuvo apenas una semana en la cárcel,
ya que su estado social era muy alto y pudo pagar.
Al mes tenía una orden de alejamiento y él no se
volvió a acercar a ellas.
Verónica Gallardo Lozano, 3º A
FALTA A CLASE
Una mañana en la que Jesús tenía que ir al
instituto quedó con dos compañeros más para saltarse
las clases. Su intento de saltárselas fue fallido porque
cuando se dirigían para casa de una de sus compañeras
que estaba sola y así pasar la mañana allí se encontró
con su abuelo. Al ver a su nieto saltarse las clases, el
abuelo empezó a contarle que cuando tenía su edad, él
y sus amigos también lo habían hecho pero por culpa
de ello no pudo sacar los estudios y así no tener un
buen puesto de trabajo y no haber estado toda su
vida trabajando en el campo pasando fríos, lluvias, ...
Al contarle esa historia lo comprendieron y Jesús
y sus dos compañeros volvieron a clase y no faltaron ni
una sola vez más a clase por ese motivo.
José Alberto González Romero, 3º A
HÉCTOR
Hola, soy Héctor, y era uno de los muchos niños
que no iba al instituto. A la actitud de esos niños se
les pone el nombre de absentismo escolar.
Yo, desde pequeño, como todos los niños iba a la
escuela, era un niño con buenas notas hasta que llegué
al instituto y durante 4º de ESO me empecé a juntar
con gente que no debía. Esto me impulsó a no ir a
clases haciendo creer a mis padres que sí iba. Cuando
me escapaba del instituto me iba con mis supuestos
amigos a dar vueltas o a no hacer nada.
Un día mandó una carta a mis padres el director
del instituto, donde ponía que su hijo no asistía a
clases. Mis padres me lo dijeron y se enfadaron
mucho conmigo pero yo no los escuché, hasta que vino
una mujer a hablar conmigo acerca de por qué no
quería ir al instituto. Estuvimos hablando un buen rato
y me hizo recapacitar de que no siempre voy a tener a
mis padres y que en el futuro si no tengo unos
estudios no voy a hacer nada. Me separé de todas las
malas influencias que me rodeaban y seguí mis
estudios aunque iba un año retrasado que el resto de
mis compañeros.
Ahora, con 25 años, soy profesor de
Matemáticas.
Claudia González Urbano, 3º A
UN DÍA EN LA ESCUELA
Eran las siete y media de la mañana. Los gritos de
la asistenta social rebotaban en las paredes de
hojalata de la chabola.
- Manoli, Manoli, despierta al niño.
Al cabo de unos 10 minutos Manoli le abrió la
puerta. Manoli tenía un camisón, las ojeras
ligeramente marcadas y ojos hinchados y tenía las
lagañas aún en la cara, probablemente de haberse
levantado hace poco.
- ¿Qué haces aquí?, preguntó Manoli.
- Vengo a despertar a Carlitos.
- Todavía no es la hora, respondió con cierto
desánimo.
Carla, la asistenta social, entró en la chabola sin
seguir hablando con Manoli
- Carlos, despierta, vamos, es la hora de ir al
colegio.
Carlos era un niño de unos 10 años muy inteligente
pero desaprovechado por las circunstancias en que
nació.
Carlos se levantó y fue a lavarse la cara. Cuando
terminó salió junto a Carla al colegio.
Cuando llegaron al colegio el profesor ya estaba
allí.
- Perdone, profesor, dijo Carlos.
- Sí, discúlpelo, se ha levantado un poco tarde,
respondió Carla.
Hoy era un día duro para Carlos porque tenía
Matemáticas, Lengua, Inglés, Francés, Ciencias
Naturales y Ciencias Sociales, y no le gustaba nada.
A Carlos se le habían vuelto a olvidar las tareas y
recibió una nueva regañina del profesor.
Pero daba igual, a él le gustaba ir al colegio.
Cuando terminó el colegio volvió a su casa donde
hizo todas las tareas y se acostó con la esperanza de
que mañana sería un nuevo día.
Juan Manuel Guillén Lebrón, 3º A
¡LLAMADA DE ATENCIÓN!
Pasaba de ir al instituto. ¿Qué me podían enseñar
allí?
Nadie me aguantaba. Yo tampoco les aguantaba a
ellos. Prefería quedarme en casa viendo la televisión.
Total, mis padres no me decían nada. No les
importaba, no se preocupaban por mí. Mi madre era
alcohólica y mi padre era un narcotraficante.
A veces, me hubiera gustado que me llamasen del
instituto para ver cómo hubiesen reaccionado mis
padres, saber si me regañarían o no...
Pero un día pasó, llamaron y no me dijeron nada,
no me riñeron, me hubiese gustado que lo hubieran
hecho. Sólo quería llamar la atención para que mis
padres me diesen el cariño que necesito. No lo
conseguí, decidí ir al colegio.
Todo era distinto, sabían de mi situación. Me
trataron muy bien, cada uno de los profesores fue
como un padre para mí. Se lo agradeceré siempre.
Ahora le digo adiós al absentismo escolar.
María Cristina López Llorente, 3º A
UNA SOLEADA MAÑANA
Una soleada mañana en la ciudad de Córdoba,
David estaba desayunando y a la misma vez estaba
pensando en qué tipo de día le tocaba hoy. David era
un chico de 15 años, estatura media, ojos claros, cara
redondeada y decidido a lo que iba a hacer: la rata.
Así pasó un día tras otro que decidió junto con su
amigo Antonio hacer la rata con él. Así pasaron
semanas y David había hecho la rata siete veces en un
mes. Del instituto llamaron a su casa, y su madre no le
riñó, a ella le daba igual, y David seguía haciendo la
rata, eso ya no estaba en manos del instituto sino en
manos de la Junta de Andalucía, ésta llevo a sus
padres a juicio.
David finalmente acabó en un correccional, por
culpa de sus padres y aprendió la lección. Sus padres
acabaron pagando una multa y unos cuantos meses de
cárcel. David no volvió a faltar al colegio.
Alfonso Luque Carmona, 3ªA
COMO CADA MAÑANA
Como cada mañana Andrés se levanta temprano.
Como cada mañana Andrés coge la mochila y no
desayuna.
Llega temprano al instituto pero en la puerta ya
están ellos, como cada mañana. Él comienza a correr,
muerto de miedo, hacia la misma parada del autobús
con el objetivo de ser libre, como cada mañana.
Se baja en la parada de siempre, perdida en la
sierra, como cada mañana. Sube la misma cuesta de
siempre para llegar al mirador, como cada mañana.
Empieza a llorar y golpear todas las cosas que
encuentra, como cada mañana y grita:
- ¡Ayuda!
- ¡Ayuda!
- ¡Ayuda!
- ¿Por qué a mí?
Pero nadie responde.
José Manuel Martínez Muñoz. 3ºA
EL TEMOR DE ASISTIR A CLASE
Era un lunes como cualquiera, menos para Carlos,
ya que este día empezaría su calvario puesto que era
el chico más listo de la clase al cual sus compañeros le
hacían burlas, molestaban e incluso llegaban a pegarle
pues este chico deseaba que llegara el viernes lo más
rápido posible, ya que podría estar en su casa
haciendo lo que más le gustaba sin que nadie le
molestara.
Al tiempo, Carlos, harto de estar huyendo de sus
compañeros de clase decidía hacer caso al dicho que
dice: si no puedes con tu enemigo, únete a él y decidía
vestir como ellos, meterse con otros alumnos, no
hacer las tareas que mandaban los profesores, y se
fue integrando poco a poco con los compañeros de su
clase.
Pasado el tiempo Carlos ya se había acostumbrado
a ser como ellos. Había decidido no estudiar más,
quería ser un chico duro como sus amigos pues un día
decidieron no asistir a clase con sus compañeros pues
quedaron en un punto del barrio y no tomaron rumbo
al colegio sino que se fueron al parque del barrio y los
amigos de Carlos sacaron una bolsa con una hierba
verde que decían que era para fumar pues le dieron a
probar y éste la probó. Estuvieron toda la mañana en
el parque fumando y metiéndose con la gente que
pasaba hasta que llegó la hora del recreo y éstos
decidieron irse a la valla del patio del recreo a reírse
de los que estaban dentro. Pasados unos minutos un
coche de la policía les vio junto a la valla y los policías
bajaron del coche y los detuvieron, los introdujeron
en el colegio y llamaron a sus padres para hablar con
ellos.
Los amigos de Carlos pasaban de que sus padres
les echaran la bronca pero Carlos estaba muy
asustado pero lo hizo, actuó como sus compañeros y
no hizo caso a sus padres. A la semana siguiente
decidieron seguir haciendo la rata y no ir al colegio y
esta vez fueron a peor: perseguían a los alumnos de
otros colegios y se burlaban de ellos y les pegaban
Carlos se sentía en la cumbre del mundo pues esto le
hacía creer que era mejor que los demás y siguió
realizando esta acción de absentismo escolar muchas
más veces.
Un día en el colegio, el orientador decidió tener
una charla con Carlos de por qué había cambiado tan
radicalmente y empeorado sus notas de una manera
increíble. No se podía explicar por qué había dejado
de ser un alumno ejemplar y sin futuro en la vida.
Carlos pensó unos instantes en por qué había dejado
de ser como era escondiéndose tras una máscara de
una persona que no era. Por este motivo decidió
contarle todo al orientador y le dijo que estaba
cansado de tener que empezar cada día en el colegio
con miedo y temor a que le realizaran burlas, bromas
de mal gusto e incluso le pegaran y por eso decidió
unirse a ellos pero sentía que estaba arrepentido, que
él quería volver a ser como antes, quería tener un
futuro estable y decidió volver a cambiar con la ayuda
del psicólogo y desde entonces sus notas subieron
impresionantemente y estaba integrado con sus
compañeros, ya no se reían de él. Era un chico con una
vida perfecta, pensaba él, ya que le iba bien los
estudios y nadie se burlaba de él ni lo trataban
diferente.
John Edwin Montoya Roncancio, 3º A
NUNCA ES TARDE
A mis 30 años estoy en casa, aburrido, solo...
No tengo trabajo, tampoco puedo leer un libro
porque no sé. De pequeño no podía jugar a videojuegos
porque requerían lectura, y por llevar la vida que no
debía ahora no tengo amigos...
A los 13 años decidí dejar de ir al instituto para
salir por ahí con los amigos.
Cogía mi cartera y desaparecía toda la mañana,
desaprovechando los años más útiles de mi vida.
Yo sólo pensaba en divertirme y hacer amigos
pero ahora esto no me resulta nada divertido.
Como he dicho antes no tengo trabajo, tampoco
amigos porque aquellas amistades acabaron mal, ahora
la mayoría de ellos no tienen nada...
Y yo no quiero vivir así.
Dicen que nunca es tarde para conseguir lo que se
quiere, así que voy por las noches a una escuela para
mayores. Quiero sacar mis estudios, que por tonto, un
día perdí, y quiero conseguir un trabajo y rehacer mi
vida.
Sé que lo conseguiré, costara trabajo pero vale la
pena.
Laura Mora Rubio, 3ªA
CUIDA TUS AMIGOS
Un chico de Madrid, llamado Cristian, iba todos
los días al instituto y nunca faltaba, hasta que un día
se empezó a juntar con los camorristas del instituto.
Él empezó a fallar en los estudios. Antes era un
chico ejemplar en los estudios y ahora unos de los
peores. Cristian y sus amigos salían a la calle y
cometían hurtos y vandalismo, con lo cual se metía en
líos con frecuencia. En una ocasión la policía lo detuvo
y lo llevaron a su casa. Sus padres le echaron la
bronca pero a él le daba igual todo. Él siguió
realizando todas estas cosas y además ya no iba al
instituto, faltaba un día si otro no. Del instituto
llamaron a su casa para ver lo que pasaba. Sus padres
y el instituto hablaron con él seriamente, y él no
cambiaba, seguía así.
A los tres meses los de Asuntos Sociales fueron a
su casa y se lo llevaron a un centro, sus padres no
pudieron hacer nada.
Andrés Paredes Ramírez, 3º A
RAFA Y SU GRAN ERROR
Suena el despertador a las 7:30. Rafa se levanta,
desayuna, se viste y coge la cartera, sale de su casa a
llamar a Raúl. Cuando van de camino al instituto
piensan:
- Rafa, ¿Y si hacemos la rata?
- Venga, tío, que le den al instituto, vámonos al
parque con Fernando y sus amigos.
Los chavales se van al parque con sus colegas y
empiezan a beber, a fumar marihuana y demás cosas.
En ese momento pasa un coche patrulla por la zona y
el policía se baja a preguntar:
- Chicos ¿qué hacéis que no estáis en el instituto?
- Agente, no sea plasta
El policía se dispone a intervenirlos cuando se dan a la
huida.
En el instituto preguntan por ellos y llaman a sus
casas:
- Hola, somos del instituto, su hijo no ha asistido
a clase, ¿por qué motivo?
- ¿Cómo? Si ha salido con la cartera. Tranquilo, ya
se enterara cuando llegue.
A las 15:00 se disponen a volver a casa cuando se
encuentran a un profesor.
- Chicos, ¿por qué no habéis ido a clase?
- Porque no teníamos ganas
- Eso no está bien
- Bueno si tú lo dices…
- Claro no faltéis mañana yo os cubro las espaldas
por lo de hoy.
- ¡Gracias tío!
Al llegar a casa les cayó la más grande y no
volvieron a hacer la rata.
Pedro J. Ponti Muñoz 3º A
COMO UN DÍA NORMAL
Era viernes, salí de mi casa con la mochila medio
vacía, mi madre ni sospechaba, era un día normal para
ella.
En mi portal me esperaban mis amigas, también
con la mochila medio vacía; repito, era viernes y... no
teníamos ganas de ir a clase.
Todas nos fuimos a casa de una amiga, su madre
trabajaba y la casa se quedaba sola hasta las 4, era
perfecto, un gran plan.
Tuvimos que esquivar algunas calles por las que
pasaba gente que nos podía reconocer.
¡Por fin llegamos a casa!, todo estupendo,
prometimos que esto se tenía que repetir.
Salimos a las 14:30 para a las 15:10 estar en casa
como si nada hubiera pasado.
Llegué a mi casa contenta y saludé a mi madre,
ella me dijo:
- ¿Cómo te ha ido en el instituto? ¿Alguna
novedad?
- No, todo bien mamá, como siempre...
- ¿Seguro que como siempre?
- Sí, mamá.
Estuve hablando con ella y me dijo que por qué
había faltado, habían llamado a casa… Todo se reveló.
Ya nunca lo volveré a hacer, el castigo fue
ejemplar.
Lucía Sancho Rodríguez, 3º A
LA NIÑA QUE HACÍA LA RATA
Este texto trata de una niña que vivía con su
abuela porque sus padres se habían separado y la niña
no quería vivir con ninguno de los dos.
La niña solo quería estar con su abuela, que era
una mujer mayor de 80 años. Los padres de la niña le
dieron la custodia de la niña a la abuela, y la niña a
partir de ahí empezó a vivir con ella.
La abuela siempre llevaba a su nieta al colegio
pero un día se cayó la abuela subiendo las escaleras de
su portal y la mujer ya no podía llevar a su nieta al
colegio.
La niña, como quería que la abuela la llevara y no
podía, decidió a partir de ese día irse con sus amigas.
Un día decidieron hacer la rata. A raíz de eso dejó de
ir al colegio, porque casi todos los días hacían la rata.
Los maestros la pillaron, y llamaron a su abuela. La
abuela le dijo a los maestros que su nieta era
imposible que estuviera haciendo la rata con lo que le
gustaba el colegio.
Un día decidió el abuelo perseguir a la nieta y se
dio cuenta de que era verdad, que la niña no iba al
colegio. La abuela habló con la niña y le dijo que si no
quería ir al colegio que no fuera pero que no hiciera
más la rata. A partir de ahí la niña se quedaba todos
los día durmiendo en su casa. Los maestros al ver que
la niña ya no iba a clase decidieron hablar con Asuntos
Sociales, para que ellos hablaran con los abuelos y con
la niña. Como todas las tardes hablaban con ella, la
niña decidió otra vez ir al colegio, y a partir de ahí la
niña empezó a estudiar y acabó siendo enfermera.
Lidia Secilla Cruz, 3º A
EL DÍA DE MAÑANA
Había un muchacho de 16 años que no quería ir al
instituto porque sus padres le obligaban a no ir. Sin
estudiar y sin saber nada, se quedó como un miserable
analfabeto, y solo.
Con el transcurso de los años el muchacho ya se
ha hecho hombre y viejo. Como no estudiaba nada se
quedó para siempre como una persona incordiante y
maleducada. Además, como no se alimentaba bien no
se cuidaba ni por su salud. Se quedó como un zombi
hiperactivo.
En este caso se le quedó también la cara como un
tonto babeante, apenas pronunciaba bien sus palabras.
Incluso fumaba demasiado y tomó drogas en las calles.
Rafael Valentín Zurita, 3º A
333ºººBBB
ABSENTISMO
En 2009, en el I.E.S Rafael de la Hoz, sucedió un
caso grave de absentismo. Un chico llamado Pedro
empezó a faltar uno o dos días a la semana, hasta que
llegaba a faltar semanas enteras al instituto. Pedro
nunca justificaba las faltas y el instituto no sabía qué
hacer. Dos compañeros de clase le comunicaron al
director del instituto la calle donde vivía. El instituto
llamó a Asuntos Sociales para comunicarle el caso de
este chico.
Al día siguiente acudieron a casa de Pedro, le
comunicaron que si seguía con esa actitud le meterían
en un reformatorio. A las dos semanas Pedro seguía
faltando al instituto y los de Asuntos Sociales
acudieron a la vivienda para llevarse a Pedro a un
reformatorio. Allí Pedro intentó asesinar a un guardia
que se resistió y por ello a Pedro le cayeron 10 años
más.
Antonio Bazán García 3º B
LA VALENTÍA DE SUSANA
En un pequeño barrio de una gran ciudad, los
habitantes adolescentes, independientemente de la
clase social que fuesen, tenían que compartir
instituto, debido a la escasez de estos centros en la
ciudad.
Susana, una alumna ejemplar de este instituto,
inexplicablemente empezó a dejar de asistir a clase y
en consecuencia a bajar las notas de una forma muy
notable, procediendo los tutores del centro a
informar a sus padres que tras una investigación
descubrieron que su hija sentía miedo de ir al
instituto, porque su hija se sentía acosada por una
compañera conflictiva, que tras el conocimiento del
centro y de sus tutores comenzaron una gran tarea de
educación y preparación especial con esta niña que
acabó dándose cuenta de que la agresividad no era el
mejor camino para llegar a un buen futuro, y gracias a
la rapidez de reacción del centro y la valentía de
Susana al delatar a esta compañera le dio tiempo a
acabar el curso de manera satisfactoria aprobando
todas las asignaturas, y consiguió que su compañera se
concienciara y se preocupara de su formación.
Zoraida Cobos Gay, 3º B
ABSENTISMO
En un día de invierno, Javi estaba listo por la
mañana a las ocho para ir a su colegio, Picasso, en
Córdoba. Él salía de la puerta, después a la calle y a
continuación, después de unos minutos, llegaría a la
puerta del colegio para quedarse ahí con sus amigos
mientras que tocaba el timbre señalando que
comenzaba una asignatura en cada clase y grupo.
Él se quedó fuera del colegio hablando con sus
amigos. A las 11:30, en el recreo se quedaría en el
borde para estar hablando con todos sus amigos que
estaban dentro del colegio, comiéndose el bocadillo de
todos los días.
Javi tenía 14 años recién cumplidos.
El director salió de donde estaba porque estaba
viendo a Javi hablando con los niños del colegio. Fue
enseguida para pedirle que se fuera y que dejara a sus
amigos que estaban dentro del colegio Picasso. Así
Javi seguiría haciendo lo mismo día tras día. A las
tres saldrían todos del colegio. Javi se iría a su casa
después de hablar.
Cuando llegó a su casa, su madre le vio y le dijo
que a dónde había ido y por qué tardo tanto en venir.
Él le dijo que había estado en el colegio. La madre se
extrañó pues el ya había dejado de ir al colegio. Con el
tiempo, cuando él tendría 19 años, desearía haber ido
al colegio y poder tener trabajo y ganar dinero.
Pedro Entrenas García, 3º B
ABSENTISMO
En Casablanca (Marruecos), un niño llamado Yosef
no iba al colegio todos los días porque no le gustaba
levantarse temprano. La profesora siempre pasaba
lista. Sus padres no sabían que Yosef no iba al colegio
porque su padre estaba detenido por las drogas y su
madre estaba siempre trabajando.
Un día, la madre de Yosef se dio cuenta que
Yosef no se había levantado para ir al colegio. Algunas
veces el niño se iba a la casa de su abuela y dormía
allí.
La profesora estaba muy preocupada por él.
Siempre llamaba a su casa y no le respondía nadie.
Otro día llamó la profesora a su madre y le dijo que
si sabía que su niño no iba al colegio. La madre no lo
sabía y le contestó a la profesora:
- Vale, hablaré con él.
La madre le preguntó a su hijo:
- ¿Cómo va el colegio, hijo? Bien, va bien, mamá.
- ¿Has ido hoy al colegio?
- No, porque llegué tarde.
Después de la cena la madre habló con Yosef y él
comprendió la importancia de ir al colegio y estudiar
Mahdi Gannour Gannour 3º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR.
Me llamo Samara. Soy una chica normal; bueno, lo
era.
Yo era estudiosa y normalmente me llevaba bien
con mis padres. Procedía de una familia rica. Mi padre
era médico y mi madre tenía una floristería, pero
incluso en las mejores familias hay problemas.
Todo esto empezó el 14 de noviembre por la
mañana. Yo estaba preparándome para ir al instituto.
Mis padres se estaban peleando, como siempre. Yo
estaba cansada de escucharlos día y noche, así que me
fui.
Cuando iba caminando pensé que la mañana no
podría empezar mal, pero me equivoqué. De repente,
Lola y su grupo de amigas, se pusieron delante de mí y
me dijeron las mismas cosas de siempre, pero esta
vez Lola dijo algo diferente, algo que me hizo pensar.
Me dijo: “Deja de ser una pringada y vente con
nosotras”
Entonces yo no tenía mucho tiempo para pensar
qué debía hacer: ir al colegio y no defraudar a mis
padres o vivir la vida. Pensé que sólo sería un día, pero
me volví a equivocar. Ya empecé a faltar muchas
veces. Tantas veces que mis profesores empezaron a
sospechar y llamaron a mis padres.
Mis padres, cuando se enteraron, me castigaron y
no volvieron a confiar en mí.
Ahora estoy repitiendo curso y nadie confía en
mí, sólo por hacer esa estupidez.
Ana Belén García Martínez, 3º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR.
Una niña que estudiaba la E.S.O. empezó a
faltar en febrero continuamente. El motivo era que
desde que iba al instituto sus compañeros empezaron
a criticar a los que les parecían diferentes. Desde
entonces ella tuvo que soportar sus críticas, hasta
que se cansó. Los profesores llamaban a su casa a
menudo, y ella tenía que aguantar las amenazas de sus
padres.
A la niña le parecían menos las amenazas de sus
padres que las críticas, ya que en su casa podía huir
de ellas escondiéndose en su habitación. Para la niña el
simple hecho de ir al instituto era un castigo y, como
sus padres no la dejaban en paz, se fue de su casa
para quedarse en la de su mejor amiga.
Sus padres nunca estaban y pudo pasar
desapercibida. La chica le contó su situación a su
amiga y esta le abrió los ojos sobre los problemas que
podía causar, pues, podían llamar a la policía y no sabía
qué pasaría si la encontraban. La chica, asustada,
acabó volviendo a casa y al colegio para no causar
problemas.
Jéssica González Huertas. 3º B
ABSENTISMO
En 2004, un problemático niño gitano de Córdoba
llamado Pedro, se dedicó a faltar injustificadamente a
su instituto ya que no tenía ganas y lo veía una
pérdida de tiempo. Poco a poco acumuló faltas a clase
y acabó por convertirse en un problema de absentismo
escolar. Más tarde, otros alumnos de su clase
llamados José Luis y Alfonso empezaron a faltar
también y a quedar con Pedro por las mañanas.
El problema ya era grave y parecía que no tenía
una solución ya que los chicos andaban esquivando
siempre a la policía hasta que un día los de Servicios
Sociales fueron a llamar a cada uno a sus casas.
Al final los tres jóvenes acabaron en un
reformatorio y cuando Pedro fue mayor de edad
acabó en la cárcel por apuñalar a uno de sus antiguos
compañeros de clase, el cual sólo había dicho donde
vivía al director del instituto.
Ricardo Lorite Silvares, 3º B
HISTORIA SOBRE UN CASO DE
ABSENTISMO
Episodio 1: Un día de colegio.
Érase una vez un día de colegio en el que Alberto
iba todos los días como era habitual.
Su mejor amigo y compañero era Daniel. Todos los
días se quedaban en la biblioteca a estudiar juntos.
Su colegio era uno como otros del año 1999, en el
barrio de la Avenida Barcelona (Córdoba) y en él le iba
muy bien.
Sus padres, Marina y Samuel, eran unos padres
que tenían a su hijo muy bien educado, pero tampoco
eran muy estrictos.
Episodio 2: Mi nueva pandilla.
Un día llegó un niño nuevo a su clase, pero éste se
veía que era de mala familia, pero a él no le importaba
porque aunque sea de familia así, no hay por qué
despreciarlo.
Empezó a hacerse muy amigo de él. El niño, que se
llamaba Javier, le presentó a otros amigos.
Alberto empezó a salir con estos chicos y empezó
a dejar los estudios de lado.
Episodio 3: Ya no voy al colegio.
Alberto empezó a dejar de ir al colegio, ya no
quedaba con su mejor amigo Daniel para ir juntos a la
biblioteca.
La maestra, que se llamaba Carmen, empezó a
llamar a los padres para que supieran que su hijo no
iba al colegio, y que si era porque estaba malo.
Los padres le dijeron a la maestra que no estaba
malo y que hablarían con él para ver lo que pasaba.
Los padres trabajaban todo el día, entonces no se
podían hacer mucho cargo de él.
Episodio 4: No me importan los estudios
Los padres le preguntaron a su hijo que por qué
no iba al colegio y éste les contestó que era porque ya
no quería estudiar más. Su padres le dijeron que tenía
que estudiar para poder trabajar, pero él no les hacía
caso de lo que le decían.
Él veía cómo su amigo sacaba los estudios
mientras él no hacía nada, pero decía que estaba
viviendo la vida.
Episodio 5: Recogiendo basura
Alberto tenía ya 20 años y tenía que buscar un
trabajo como fuera.
La cosa se complica, ya que no tiene ningún tipo de
estudios.
Mientras, su amigo David, trabajaba de abogado.
Al no tener estudios, lo único en lo que podría
trabajar era recogiendo chatarras en la basura.
Los apdres le daban consejos, pero él nunca los
cogía.
Episodio 6: Estudiando a los 30 años
Alberto reflexionó a los 30 años, porque veía que
sin estudios no podía trabajar en casi nada y que
recogiendo chatarras no le daba para comer, vestirse,
etc.
Empezó a estudiar y a sacarse la ESO. Cuando se
la sacó encontró trabajo en un taller de mecánico.
Entonces comprendió que era muy importante
sacarse los estudios.
Encontró novia y tuvo hijos. Entonces él le decía a
sus hijos que estudiaran, o si no les pasaría igual que a
él, que no encontrarían trabajo.
Rocío Lucena Tabares, 3º B
EL PASO DEL TIEMPO
¿Absentismo? Carlos era la primera vez que
escuchaba esa palabra, pero tenía qué hacer un
trabajo sobre lo que era. Pero ¿cómo haría un trabajo
de algo que no sabía qué era, ya que ese día, lunes, 23
de enero, había faltado a clase? Bueno, ese lunes,
martes, miércoles... y hoy jueves decidió pasarse por
clase, ya que tocaba Educación Física, su asignatura
favorita.
Carlos se tiró las dos primeras horas pensando
qué hacer con el trabajo. Pero se le ocurrió una genial
idea: preguntarle al “empollón”, Felipe.
Felipe era un niño que se sacaba el curso con
muchas dificultades, pero siempre acababa aprobando
gracias a su esfuerzo.
Carlos le preguntó que qué era el absentismo.
Felipe muy gustoso se lo explicó y Carlos,
entusiasmado, decidió hacer un buen trabajo, algo que
en el trimestre pasado ni se le pasó por la cabeza.
Él era guapo, inteligente para sus cosas
(maquinitas, móviles, videoconsolas,...), pero ¡qué
pereza le daba ir a clase! Además, el no iba a ser
profesor, ni médico, ni nada de nada. El sería el crack
del fútbol, el próximo Cristiano Ronaldo.
El tiempo pasó y Carlos creció. Ahora tiene 30
años, una mujer y una niña de 2 meses que necesita
muchas cosas. Pero él apenas saber leer con claridad y
no tiene ni trabajo, ni título de Secundaría.
Pero hoy, 23 de enero, ha decidido ir a una
entrevista de trabajo. Es en una empresa de trabajo
para cuidar enfermos. Tendrá que trabajar 18 horas
para ganar apenas 600 euros y eso si consigue llegar a
superar la entrevista.
Al entrar se encuentra con su jefe, una cara
conocida. Al oír su nombre se le vienen millones de
recuerdos de su infancia. Su nombre es Felipe. Sí, “el
Felipe”, “el empollón”. Director de una empresa. Es
normal, con lo que estudiaba... Y él ¿en qué se ha
convertido? En nada, y todo por dejarse influenciar
por sus amigos y no ir al colegio.
Pasar de todo le ha traído problemas y ahora
recuerda y sabe contestar la pregunta que se hizo.
¿Qué es el absentismo?, es fracaso garantizado,
problemas más adelante, son palabras sinónimas. Y que
él conoce.
Por cierto, si les interesa: Carlos hizo el trabajo...
pero nunca lo entregó ni lo expuso ¿Saben por qué?:
como todos los demás días decidió faltar...
Almudena Marchal Serrano, 3º B
Segundo premio en la categoría de Segundo ciclo de
ESO en el concurso de relato corto organizado por el
Equipo Técnico de Absentismo Escolar de la zona
Centro de Córdoba.
EL ABSENTISMO ESCOLAR
La historia que voy a contar se remonta al año
2000 y ocurrió a un compañero del que hoy por hoy no
sabría decir su paradero.
Este compañero, y amigo, se llamaba Javier,
Javier Domínguez, ex-alumno del instituto Miraflores.
Javier y yo entramos a la vez en el instituto. No nos
conocíamos, pero a las dos semanas del curso ya
éramos uña y carne. Compartíamos todo: amigos,
aficiones, sentimientos, hobbys, etc. Éramos la
amistad perfecta, no había nada que nos parara. Fue
uno de mis mejores momentos en la adolescencia.
Además me iba muy bien en el instituto, aunque Javi
no podía decir lo mismo que yo. Digamos que le
costaba un poco sacar adelante sus estudios y, aunque
lo intentaba, no podía. Poco a poco, su madre le iba
castigando más y más y, poco a poco, Javi estaba más
y más preocupado; yo también estaba preocupado por
él.
El tiempo pasó volando y en nada llegaron las notas.
Yo estaba contento... pero Javi no tanto, su tutor le
dijo a su madre que su esfuerzo era insuficiente y que
tendría que repetir curso. Me sentí fatal.
El verano pasó rápidamente y yo ya estaba en 2º
de ESO y me resultó extraño que muchos días al
principio del curso Javi no asistía al instituto. Hablé
con él y me contó la verdad: engañaba a su familia y no
iba a clase... Tiró la toalla. Yo le encontré raro,
diferente. No era el Javi de los primeros días.
Pasaron los meses y Javi pasaba del instituto y el
director del centro llamó a casa de Javi para contar lo
que estaba ocurriendo: “Javier Domínguez es un caso
de absentismo escolar, señora”. La madre de Javier
movió cielo y tierra para que su hijo asistiera a clase.
Era en vano. Una de las características de Javi era su
cabezonería.
Los asistentes sociales se llevaron a mi fiel amigo a
un reformatorio. Desde el día en el que me despedí no
he vuelto a saber nada de él.
Ahora hago un llamamiento a todas las personas en
general y a los jóvenes absentistas cabezas-huecas de
que este no es el camino. GRACIAS.
Víctor Martín Morales, 3º B
EL ABSENTISMO
Érase una vez un niño llamado Rafa al que no le
gustaba ir al colegio. Un día Rafa decidió no ir al
colegio. La profesora cada día pasa lista y le pone
falta a los niños que faltan. Rafa va al colegio 3 veces
a la semana y la profesora siempre le dice que no
falte a clase porque pueden venir a su casa para
hablar con sus padres. A Rafa le da igual lo que le
diga la profesora y sigue faltando a clase.
La profesora empezó a ver que venía menos y que
iba a tener problemas graves. A los padres de Rafa
les daba igual que su hijo no fuera a clase. Pasaron
meses y meses y aparecieron los de Servicios Sociales
en su casa y hablaron con él y sus padres para aclarar
el asunto del absentismo escolar.
Rafa, cuando cumplió 16 años, se fue del colegio y
cuando pasó un año se dio cuenta de lo importante que
es ir a la escuela.
Mi comentario: Siempre hay que ir al colegio y
preocuparse por el futuro. Nunca faltes, es bueno
aprender.
María Martínez García de Vinuesa, 3º B
EL AVISO
Había una vez en la barriada de “Las plazas” un
caso de absentismo por parte de una familia que tenía
dos niños. Uno se llamaba Antonio y la otra, que era
una niña, se llamaba Elena. Era un caso muy
importante porque el niño no asistía a clase.
Los padres vivían de trabajar en el mercadillo y
cuando necesitaban ayuda se traían al niño, y el niño
faltaba a clase por ayudar a sus padres y también se
iba con sus colegas por ahí ya que éstos tampoco iban
al colegio.
Mientras tanto, la niña era muy estudiosa, no se
perdía ni un día de clase y su hermano la intentaba
convencer para que no fuera, pero ésta se negaba
rotundamente.
El niño se dedicaba a robar y ya le había cogido
muchas veces la Policía. Éste no asistía a clase porque
tenía dificultades a la hora de estudiar y como era
muy perro ni se preocupaba en resolver los problemas.
El niño prefería irse por ahí hasta que un día pasó
algo. Estaban en su casa cuando… llamaron a la puerta:
- Hola.
- ¿Qué queréis?
- Somos de los Servicios Sociales y venimos a
hablar con vosotros.
- Pero, ¿qué pasa? ¿Hay algún problema?
– Nos han llamado del I.E.S Cárpato y nos han
avisado de una serie de faltas de su hijo Antonio
Marín Costa.
– Bueno, lo siento, no se volverá a repetir.
– Eso esperamos, porque si no nos tendremos que
llevar a sus hijos a un centro de acogida.
– Vale, vale, tranquilos, no se va a volver a
repetir.
– O.K. adiós.
– Venga, adiós.
Este aviso asustó mucho a los padres y al niño
pero al tiempo se empezó a olvidar. El niño estuvo
acudiendo a clase durante una semana más o menos
incluso el instituto le facilitó el trabajo y todo, pero
eso no sirvió para nada.
A las semanas el niño ya empezó a faltar, pero sus
padres no lo sabían, hacía como el que iba al colegio
pero antes de llegar al colegio se iba con sus colegas a
fumar porros. Como empezó a faltar otra vez, el
director del instituto llamó a los padres del niño y les
dijo que estaba empezando a faltar habitualmente
otra vez. Los padres se lo comunicaron al niño, pero
éste, no le hizo caso, siguió faltando al colegio y
trabajando con su padre.
El director del instituto se hartó y decidió llamar
a los Servicios Sociales. Éstos se presentaron en la
casa y, como ya lo avisaron, se llevaron al muchacho y
también a la niña que no tenía culpa de nada, pero por
culpa del muchacho separó a una familia.
Jesús Montes Martínez, 3º B
ABSENTISMO
Esta historia empieza el 17 de enero, cuando Juan
falta por primera vez a clase. En este caso, Juan soy
yo. Os contaré mi historia.
Yo iba al colegio a eso de las ocho y media, como
de costumbre. Por desgracia, tuve un pequeño
problema y llegué tarde. Esperé callado en la puerta
junto a los “pasotas” (así les llamo yo). Entonces les oí
hablar:
- Eh, ¿por qué no pasamos y nos vamos por ahí a
pasar el rato?
- Bueno, de todas formas ya hemos perdido una
clase....
- Además tengo ganas de probar ese videojuego
nuevo que está en el centro.
Yo también tenía ganas de probar ese juego y no
pude resistirme. Les dije que si podía ir con ellos.
Asombrosamente, Rodrigo, Gerardo y Tatiana
aceptaron.
Ese día falté, lo malo es que por una causa o por
otra, el martes también falté, el miércoles, el jueves,
el viernes y así hasta el jueves de la semana siguiente.
En ese tiempo me metí en el mundillo de fumar, de
beber, de no importarme mis estudios..... No era
precisamente un estudiante brillante, pero sí aspiraba
a una gran carrera. Pero eso se tenía que acabar de
alguna forma. Esa forma fue que mi tutora llamó a mis
padres. El viernes que los llamó, cuando volví a casa,
no parecían disgustados, es más, no daban gesto
alguno de molestia, parecía que no se habían enterado
de la palabra que les dijo mi tutora: absentismo
Pero después de un tiempo, tras la comida, mis
padres se pusieron en acción. Me estuvieron
regañando casi dos horas, y me hicieron prometer que
no volvería a faltar. Pero mentí. Volví a faltar una y
otra y otra vez...
Hasta que ya no fue mi profesora, sino Asuntos
Sociales los que tomaron cartas en el asunto. Después
de esa visita yo retomé mis estudios. Claro que ya no
era igual, no era un buen estudiante para los
profesores, ni tampoco un hijo ejemplar para mis
padres. Los amigos que tenía los perdí y los nuevos
pasaron. No olvidaré mi experiencia. Todo se echó a
perder por una sola palabra: absentismo.
Rosa Moriana Pedregosa, 3º B
ABSENTISMO ESCOLAR
En el año 2005, en el colegio cordobés “Antonio
Bazán”, ubicado en el barrio de Las Palmeras, ocurrió
un grave caso de absentismo escolar. Un niño de 15
años, llamado Juan López, llevaba, nada más y nada
menos, que dos meses seguidos faltando, sin ningún
motivo y sin cumplir su obligación de ir al centro
escolar.
Todo ocurrió el pasado mes de enero de ese año,
cuando el chico empezó a faltar día sí y día también.
Los profesores y alumnos ya empezaron a sospechar
de que se trataba de un caso de absentismo escolar. A
los ochos días, el director del colegio, el señor
Fernández, llamó a su casa y al no encontrar
respuesta, se apresuró a telefonear a los Servicios
Sociales, para que se presentaran en su casa.
Cuando se presentaron en ella, no había nadie y
tuvieron que seguir investigando. Poco tiempo
después, el director se enteró de que había sido
denunciado, pero no sabía por quién. Había sido el
padre de Juan, que era de raza gitana y que lo
denunció por tener que obligarle a ir al centro. La
familia, que vivía en una chabola, no quería que su hijo
recibiera clases. Por lo visto, la “rata” no la “hacía” el
hijo, sino los padres que, en cierto modo, no querían
que su hijo recibiera atención.
Emilio Navarro González, 3º B
CARTA PREVENTIVA
Hola, señor y señora García. Soy Carolina, la
mejor amiga de su hijo Cris. Les escribo para
contarles lo que está ocurriendo. Yo conozco a Cris
desde hace un par meses y al principio todo iba bien
porque era un chico modelo, estudioso, pero algo le
ocurrió. Siempre me recogía en la esquina de mi casa
para ir al instituto pero el 3 de septiembre no vino a
por mí. Era extraño, porque si hubiera estado
enfermo habría avisado, pero él no lo hizo. Días antes
lo noté un tanto raro.
Yo fui al instituto pensando que quizá llegara
tarde pero no vino a clase ni ese día, ni el siguiente, ni
al otro... Pero una tarde, cuando salí a hacer unas
compras lo vi sentado en el banco del parque
fumándose un cigarrillo y bebiendo alcohol con unos
chicos que yo nunca había visto. Mi reacción no fue
otra que ir a preguntarle qué era lo que le pasaba, que
por qué hacia esto. Y él me respondió:
-¡A ti que te importa! ¡Ni que fueras mi madre!
¡Quiero que me olvides, tía!
Yo, llena de furia, pero a la vez también de
tristeza, me fui llorando a mi casa y no hice más que
darle vueltas a la cabeza pensando en qué podía hacer.
Sólo me quedan ustedes, señores García. Si realmente
les importa su hijo y no quieren perderlo deberían
hacer algo al respecto porque los profesores, sus
amigos y, en especial, yo, estamos muy preocupados y,
posiblemente, el director en un par de días se ponga
en contacto con Asuntos Sociales. ¡Por favor, hagan
algo al respecto!
Firmado: Carolina.
Padres y madres: ofrezcan libertad a sus hijos,
pero no demasiada, porque en este micro relato se
demuestra lo que ocurre cuando le das demasiada.
Como decía el refrán: le das la mano y te cogen el
brazo.
Pablo Ortega Romero, 3º B
CINCO MINUTOS MÁS
Me llamo Joaquín y ahora os voy a contar mi
historia tal y como la viví.
Todo empezó una noche en la que echaban mi
película favorita en la televisión, pero un poco tarde, y
mi madre no paraba de repetir:
- Hijo, ¡acuéstate ya!, que mañana no tendrás
cuerpo para ir al colegio.
- ¡Déjame! -contesté yo- ¡qué me levantaré!
Acabó la película y me acosté tarde muy tarde
porque la película tardó demasiado.
De repente, un ruido:
- ¡Levántate, Joaquín!, que me voy a trabajar.
- ¡Sí, sí! Vete tranquila, sólo cinco minutos más y
me levanto
- Bueno, adiós, contestó mi madre.
Me desperté y vi que entraba mucha luz por la
ventana y me pareció raro ya que cuando iba al colegio
es día estaba aún oscurecido. Miré el reloj y eran las
11:00 de la mañana y ya que había faltado las tres
primeras horas me vestí y me fui al centro comercial
a pasar la mañana.
Cuando volví a casa estaba más contento que
nunca, así que volvería a faltar al día siguiente
Era el 21 de febrero de 2009 y ya hacía veinte
días desde mi primer día sin colegio y mi madre sin
enterarse ya que en el colegio di un número
equivocado.
Una tarde en la que estaba yo con mi madre
llamaron al timbre y ella se asomó por la mirilla y vio a
una mujer y creyó que era de publicidad, abrió la
puerta y preguntó:
- ¿Es la señora Martínez?
Y respondió:
- ¡Sí, yo misma!
- Venimos a avisarle de que su colegio, es decir,
el de su hijo Joaquín, lleva un tiempo sin verlo
Mi madre, sorprendida, la escuchó y yo estuve
tembloroso, hasta que se fue.
Me echó una buena bronca y me castigó sin
entretenimiento y además ahora ha pedido un cambio
de horario en su trabajo de herrera para llevarme al
instituto y yo me he dado cuenta de que será muy
divertido no ir al colegio pero que al fin y al cabo es
por mi bien y me arrepiento de todo.
Fernando Risco Salinas. 3º B
EL ABSENTISMO ESCOLAR.
Esta historia trata de una niña que se llamaba
Cristina.
Con tan sólo tres años empezó el colegio con sus
amigos y amigas que también se veían en el parque.
Cada mañana se levantaba con una sonrisa nada más
pensar que asistiría a la escuela. Aún recuerdo que
llegaban los sábados y los domingos y se ponía tan
triste...
Pasaron muchos años y a la niña, muy educada,
muy estudiosa, todo le iba bien. Empezó el instituto y
la cosa fue a peor... Se le quitaban las ganas de ir, no
estudiaba, sólo pensaba en sus cosas y sólo deseaba
salir a la calle. Aunque la cosa empeoró, ella seguía
asistiendo a su instituto sin ningún problema.
Pero ya hubo un momento que, empezó a ver a sus
amigas en el parque con la cartera, y que le decían:
¿Para qué vas? Si nunca hacemos nada... Entonces ella
también empezó a faltar a clase... Para ellas era
divertido pasarse las horas muertas en un parque con
la cartera...
La cosa, al cabo de los días, llegó a más, bebían,
fumaban y ellas decían que así se aprovechaba el día.
La madre de Cristina la notaba muy rara, llegaba
oliendo mal y se le notaba un tanto desmejorada. Un
día, llegó y sin que se diese cuenta su hija, llamó a su
instituto. Le dijeron que estaba faltando
constantemente pero que no habían dado parte del
suceso porque una amiga de ellas las encubría pero
que los Servicios Sociales no tardarían en llegar a la
puerta de su casa. Su madre se quedó sin palabras, no
entendía ese cambio radical de su hija en unos años.
Decidió hablar con Cristina de buenas para que le
contara la razón de sus hechos. Le dijo que al parecer
le daban envidia sus amigas, pero que al fin y al cabo
quiere su porvenir y su bienestar al ser mayor, pero
que lo sentía mucho y que no quería ser así.
Se pusieron de acuerdo y la chica prometió
cambiar y así lo hizo. Tiene veinticinco años y es juez.
Mónica Sanmartín Rubiano, 3º B
EL QUE PASABA DE TODO
Hola, soy David, tengo 15 años y soy de Sevilla.
A mí no me gusta el instituto, así que me salto las
verjas cada vez que puedo. Las clases son muy
aburridas y me duermo. Me han expulsado muchas
veces por formar muchos líos pero me da igual.
Sólo soy libre cuando salgo del instituto.
Mi madre me dice que la tengo amargada, pero yo
paso de ella. Todas las noches llego a mi casa a las
doce y pico de la noche, pero no me importa. Ya, por
aburrimiento, no me llevo ni los libros y, a veces, ni la
cartera.
Estoy harto de que mi madre me trate como a un
niño chico, diciéndome lo que tengo que hacer, y lo que
menos me gusta que me diga es que estudie y que vaya
al instituto. Llego al instituto una hora más tarde,
porque yo no soy de madrugar y menos para el
instituto. No aguanto a los profesores y sólo voy para
“liarla” con mis colegas.
En Educación Física no hago nada y me siento en
el banco. Los profesores ya me han dicho de todo, que
siga estudiando, peor paso.
Así pasaron los años hasta que cumplí los 18 años
y quería sacarme el carnet del coche y sin Graduado
no se podía. Ahora me arrepiento de todo y quiero
empezar de cero y hacer mi vida.
Ana María Santos Alcaide, 3º B
CAMBIO DE RUTINA
Un día un chaval llamado José iba a su instituto
Rafael de la Hoz.
Él era un alumno excelente de 4º de ESO que
estaba en su último mes del primer trimestre. Tenía
buenos amigos y se llevaba bien con todo el mundo.
Mientras iba al colegio se encontró con un gran amigo
de su infancia que se llamaba Luis.
-¡Hey, José! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo te va?, dijo
Luis.
-Pues... Bien, aquí, yendo al instituto ¿Y tú?
-Pues yo hace tiempo que no voy al instituto, no le
veo utilidad ¿Por qué no te quedas aquí y hablamos?
-No, tengo que irme ya, voy a llegar tarde.
-Bueno, pero ¿para qué te sirve ir? ¿Acaso
quieres ser de mayor alguien que vista de traje y sea
rico? No necesitas ir para ser algo de mayor.
-Sí, pero si me quedo aquí mis padres se
enteraran y me castigaran sin “play”.
-Bueno, quédate aquí solo un día.
-Vale, me quedaré.
Pasaron muchos días y José no volvió a ir al
instituto y sus padres se enteraron, pero no hicieron
nada, al final.
José consiguió con enchufe trabajar de albañil y
ahora todos los días lamenta no haber ido al instituto.
Alejandro Solano Pérez 3º B
EL ABSENTISMO
Un abuelo y su nieto se encontraban en una casa
en el campo un domingo por la mañana. El nieto le pidió
a su abuelo que le contará una historia y se sentó en
el sofá y el abuelo comenzó a narrar...
Érase una vez un niño llamado Lucas, un chico muy
estudioso y obediente, que siempre sacaba las
mejores notas de la clase. Lucas vino nuevo a ese
instituto y ni ahora ni antes tenía amigos. Siempre
estaba solo y necesitaba amigos.
Unos compañeros de su clase, no muy buenos, se
ofrecieron a hacerle compañía.
Lucas cambió mucho, dejó de estudiar y empezó a
fumar con sus compañeros.
Un día éstos le dijeron a Lucas que se fuera con
ellos por la mañana y el contestó ¿pero no hay que ir a
clase? Y sus compañeros le dijeron que, total, por un
día...
Lucas pensó que solo sería un día y se fue con
ellos. Pero ese día se repetía, y se repetía una y otra
vez. Los padres de Lucas se dieron cuenta de que
había cambiado y acudieron a hablar con la directora
del instituto. La directora les comunicó que Lucas no
iba a clase y se dio cuenta de que era absentismo.
Los padres estaban angustiados y guardaban la
esperanza de que volviera el antiguo Lucas. Decidieron
cambiarle de colegio con el fin de que olvidará todo
aquello y apreciase lo que tenía.
Mª Soledad Vivar Segura, 3º B
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EL NIÑO QUE NO CONSIGUIÓ EL
ÉXITO
Manolo faltó a clase y se fue a la calle. Lo
castigaron por faltar y porque robaba por culpa de
las drogas y no logró sus éxitos.
Juan Manuel Hurtado Sillero, Aula Específica
UN NIÑO QUE FALTA AL COLEGIO
Luis es un niño que sus padres no lo tienen
controlado. Tiene 14 años. Falta muchos días y meses
al colegio. Un día llegó la policía a su casa y lo
detuvieron, por no ir al colegio. El escarmiento le
sirvió para toda la eternidad y no faltar.
Sergio Martínez Pistón, Aula Específica
EL CHICO MALO DE MI BARRIO
Érase una vez un niño que no quería ir al colegio.
Se llamaba David. Vivía en mi barrio y siempre estaba
haciendo el gamberro, hasta que un día lo llevaron a un
colegio de menores y se buscó a unos amigos que
habían aprendido a ser buenas personas. El niño le
pregunto qué hacían y le dijeron: “Estamos haciendo
un trabajo sobre la igualdad”. El niño quería ser como
ellos y se juntó con ellos y se volvió buena persona y
nunca se portó mal.
Cristina Pedrosa Bueno, Aula Específica