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describir la importancia de la inteligencia emocional
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“INTELIGENCIA EMOCIONAL EN EDUCACIÓN PRIMARIA, UNA NECESIDAD
EN EL LOGRO DE COMPETENCIAS EMOCIONALES”
INTRODUCCIÓN
Educar en tiempos actuales, se ha vuelto una tarea ardua, tanto para el docente
como para el padre de familia, ya que al dar una educación basada
principalmente en el desarrollo cognoscitivo del niño, como enseñarle a leer,
matemáticas o lenguas extranjeras, está siendo insuficiente. Las cuestiones
emocionales se están dejando de lado, y son necesarias en su formación dado
que el ser humano es considerado biopsicosocial. Se requiere nuevas
enseñanzas para hacer frente a los retos y situaciones de la vida cotidiana, y
para ello se propone una educación emocional, desarrollando habilidades sobre
las emociones con la finalidad de mejorar el bienestar personal y social,
ayudándoles a los niños a ser autónomos, competentes, responsables y
solidarios.
Las emociones forman parte del desarrollo integral del individuo, a ellas
subyacen la personalidad, el carácter, los sentimientos y la educación emocional
se ocupa de estos aspectos . Actúa como una forma de prevención, en el sentido
de prevenir problemas como consecuencia de perturbaciones emocionales, es
bien sabido que a veces tenemos pensamientos autodestructivos o
comportamientos inapropiados por falta de un control emocional, pudiendo esto
conducir, en ciertas ocasiones, al consumo de drogas, anorexia, violencia,
angustia, ansiedad, estrés, depresión, suicidio, etc., comportamientos que cada
vez es más común ver en nuestros niños y jóvenes.
Para la educación emocional es necesario desarrollar la inteligencia emocional y
su aplicación en diferentes situaciones de la vida, fomentando actitudes positivas,
y habilidades sociales. Factores para el desarrollo personal y social.
En su obra Daniel Goleman “La Inteligencia Emocional” en 1995, habla de cómo
esta inteligencia nos permite tomar conciencia de nuestras emociones,
comprender los sentimientos de los demás, tolerar presiones y frustraciones
naturales de la vida, y adoptar una actitud empática y social.
Las emociones comienzan desde los primeros días del recién nacido y van
desarrollándose y transformándose a lo largo de su vida. Los niños en la etapa de
la escuela primaria que van de los 6 a los 12 años de edad, se encuentran en la
etapa de desarrollo conocida como niñez intermedia (Papalia, Olds y Feldman,
2012). El niño a esta edad tiene mayor capacidad para explicar y describir lo que
le sucede, para dar a conocer sus ideas, sus pensamientos y sus emociones. Su
lenguaje es más complejo y comprenden mejor como usarlo, por tanto son
capaces de adquirir herramientas sociales y emocionales que le permitan obtener
competencias para la vida.
El enfoque de competencias para la vida se trabaja en la Reforma Integral de la
Educación Básica que contempla una formación integral de los alumnos, cuya
finalidad es el desarrollo de cinco competencias, lo cual significa que la escuela y
los docentes, a través de su intervención y compromiso, generan las condiciones
necesarias de contribuir de manera significativa a que los niños sean capaces de
resolver situaciones problemáticas que les plantea su vida y su entorno.
Las cinco competencias básicas con que trabaja el nivel básico son:
1.Competencia para el aprendizaje permanente, 2.Competencia para el manejo de
la información, 3.Competencia para el manejo de situaciones,4 Competencias
para la convivencia y 5.Competencias para la vida en sociedad, mismas que se
trabajan en el currículo a través cuatro campos formativos: Lenguaje y
Comunicación, Pensamiento Matemático, Exploración y Conocimiento del mundo
natural y social, Desarrollo personal y para la convivencia.
Para comprender, una competencia es la capacidad de responder a diferentes
situaciones, e implica un saber hacer (habilidades) con saber (conocimiento), así
como la valoración de las consecuencias de ese hacer (valores y actitudes).
Secretaría de Educación Pública (2011). En un campo formativo determinado se
encuentran el conjunto de habilidades a desarrollar en el niño. Por ejemplo en el
de Desarrollo personal y para la convivencia tiene como finalidad desarrollar que
el estudiante aprenda a actuar con pensamiento crítico, que construya relaciones
interpersonales de respeto mutuo, así como la educación de las emociones.
Para fomentar estas habilidades emocionales en las escuelas se necesitan
profesionales, con conocimientos en el desarrollo infantil y del área educativa y es
precisamente el psicólogo educativo quien trabaja a través de cuatro direcciones
básicamente: en primer lugar, a la institución educativa, en segundo lugar, a los
profesores técnicas preventivas, delimitación de proceso de aprendizaje,
conocimientos en Psicología del desarrollo y en tercer lugar a los padres
relaciones padres-centro, comprensión y conocimiento de sus hijos, adquisición de
habilidades; Por último, al alumno promover la salud mental, dirección y
evaluación de paquetes de intervención, facilitar las relaciones sociales y el
funcionamiento de los grupos.(Moreno, 1989)
Actualmente resulta necesario buscar personal y herramientas necesarias para
hacer frente a las problemáticas que enfrenta nuestra sociedad y particularmente
a los niños de edad escolar, pues cada vez es más común ver niños irritables,
estresados con las múltiples tareas que deben cumplir, deserción escolar, suicidio
infantil, conductas agresivas con compañeros, maestros, y a veces hasta con sus
mismos padres, niños que presentan problemas de aprendizaje muchas veces no
por un daño físico sino por falta de atención de sus padres o niños que enfrentan
el divorcio de sus padres.
Vemos como se concede mayor importancia al área cognitiva del niño, se les
enseña a los a sumar, restar, leer, a escribir; pero no se les enseña a reconocer
sus emociones, a comunicarlas, a conducirlas, a comprender a los demás, a
resolver conflictos, esta parte del alumno no se ha tratado en las instituciones
como un área específica de fortalecimiento para beneficio no solo del niño sino de
la sociedad en general, aún y cuando entre los objetivos de la RIEB(Reforma
Institucional de Educación Básica) está el enseñar al niño a expresar las
emociones sin violencia y respetar las expresiones de sentimientos, ideas y
necesidades de otras personas. Es tiempo de que el área emocional del ser
humano recobre valor en nuestra sociedad y la escuela es una vía para lograrlo.
La escuela que es una institución formadora y dentro de su Reforma Educativa
tiene en sus planes de trabajo contribuir al desarrollo físico, social y emocional de
los niños, reconociendo las distintas dimensiones del desarrollo humano de una
forma integral para la vida. La Inteligencia Emocional, a través de la educación
emocional, representa una alternativa no solamente a los profesores sino
también a padres de familia para formar seres con hábitos, valores, respeto hacia
los demás y hacia ellos mismos, aspectos que encajan la dimensión psicosocial
del niño.
Para comprender esta alternativa, primero debemos describir todo sobre
inteligencia y emoción, sus antecedentes y sus conceptos; qué nos ofrece la
Inteligencia Emocional y plantearnos cuál sería su beneficio de una educación
emocional en el niño. Además dejar en claro cómo intervendrá el psicólogo
educativo en la introducción de esta teoría en la educación primaria.
La hipótesis planteada en esta investigación es la siguiente: un niño que conoce
de emociones es un niño que funciona y se desarrolla mejor intelectual, emocional
y socialmente.
Se plantea que al incluir como materia estructurada la educación emocional al
igual que ocurre con las habilidades cognitivas como español o matemáticas,
enseñándoles habilidades personales y sociales que la teoría de la Inteligencia
Emocional plantea, se prepara a los niños a desarrollar conductas adaptativas y
positivas a fin de gestionar las exigencias y desafíos de la vida diaria, y mejoraría
el manejo de las emociones, la empatía y las destrezas de relación interpersonal.
Y como consecuencia disminuirían los problemas escolares.
Las principales bases teóricas para la presente investigación se encuentran en
los fundamentos de la Teoría de la Inteligencia Emocional, cuyo antecedente
más reciente lo constituye el apoyo teórico más reciente y lo encontramos en la
teoría de “Inteligencias Múltiples” de Howard Gardner, quien plantea en su obra
que las personas tenemos siete tipos principales de Inteligencia que nos
relacionan con el mundo y son: Inteligencia lingüística, lógica matemática, musical,
viso-espacial, kinestésica, interpersonal e intrapersonal.
El término Inteligencia Emocional fue utilizado por primera vez por los psicólogos
Peter Salovey y John Mayer (1990), definido como la habilidad para percibir,
evaluar, comprender y expresar emociones, y la habilidad para regular estas
emociones que promueven el crecimiento intelectual y emocional.
Daniel Goleman fue quien popularizó la Inteligencia Emocional en 1995, en donde
desarrolla desde el punto de vista fisiológico como social la importancia de utilizar
positivamente nuestras emociones y orientarlas hacia la eficacia del trabajo
personal y las relaciones con otras personas.
Las relaciones sociales en el ser humano representan un factor importante para su
sano desarrollo, así es como para la teoría psicosocial Erickson (2012), el
individuo va conformando su personalidad a través de 8 etapas a lo largo de su
vida, cada una de ellas debe enfrentar una crisis con características especificas; el
niño de primaria se encuentra en una etapa de Laboriosidad vs inferioridad en la
que tendrá que aprender habilidades culturales o enfrentará sentimientos de
incompetencia.
En la edad de 6 años el niño comienza de acuerdo con Erickson (1982), a
importarle la opinión que tienen demás sobre él, de su capacidad para el trabajo
productivo, formándose una imagen de sí mismo; La autoestima para Goleman
(1995) es una aptitud básica y personal para tener éxito y bienestar psíquico. Se
necesitarán habilidades emocionales para desarrollar esta área.
Para Lawrence Shapiro (1997), el niño se beneficia de la formación de
capacidades emocionales y sociales mediante el juego. Que el C.I es de igual
importancia que desarrollar un coeficiente emocional alto.
Los cambios en el mundo en que vivimos son inevitables, pero lo que si podemos
hacer es buscar soluciones que nos permitan avanzar en la educación, en el
desarrollo del niño como un ente biopsicosocial, buscar a la luz de las teorías que
ofrezcan un cambio que beneficie al niño y la sociedad de la que forma parte.
En el marco del Plan de Estudios de la Reforma Educativa para la Educación
Básica 2011 se trabaja en el desarrollo de campos formativos entre ellos el que
nos compete para esta investigación es la del Desarrollo Personal y para la
Convivencia, el cual implica manejar armónicamente las relaciones personales y
afectivas para desarrollar la identidad personal y, desde ésta, construir identidad y
conciencia social.
Las condiciones para establecer relaciones interpersonales armónicas y
constructivas serán, en todo caso fomentar la autoestima, la autorregulación y la
autonomía, que llevan a la toma de decisiones, del conocimiento y cuidado del
propio ser para beneficio de uno mismo y de la sociedad en la que vivimos.
Es necesario dejar en claro los objetivos que persigue esta investigación siendo el
primero, el definir y aportar elementos que permitan aclarar el concepto de
educación emocional, por qué se necesita desarrollar la inteligencia emocional en
los niños de primaria.
Se detallará el beneficio de desarrollar estás habilidades emocionales en el niño
de primaria como una medida preventiva a los diversos problemas sociales que
afectan al alumnado.
Otro punto es analizar el currículo de primaria de la RIEB, el campo formativo de
Desarrollo Personal y para la Convivencia en específico, para buscar o en su
defecto insertar los conceptos de la teoría de Goleman.
Por último objetivo sin ser menos importante es reconocer el trabajo del psicólogo
educativo en la introducción de los principales postulados de la Inteligencia
Emocional en la educación primaria.
En suma el objetivo del trabajo lo constituye el argumentar debidamente por qué
se requiere una educación emocional en las escuelas, proponiendo la teoría de
Goleman como principal eje para su enseñanza. Buscar estrategias que permitan
desarrollar habilidades sociales y emocionales en los niños.
En el primer capítulo se analizarán los principios teóricos de la Inteligencia
Emocional, desglosando cada uno de sus componentes para llegar a su
conformación como tal, pasando por una revisión histórica de los mismos.
En el segundo capítulo se hablará del desarrollo del niño en la edad comprendida
de 6-12 años. Se describen las capacidades físicas, sociales, emocionales y
mentales que se esperan de los niños en edades comprendidas de los 6 a los 12
años. Marcando énfasis en el desarrollo psicosocial a la luz de la teoría de Erick
Erickson.
Al hablar de educación y escuela es imprescindible estudiar el currículo de
primaria en la nueva Reforma Educativa y lo abordaremos en el tercer capítulo.
Se indagará en el mapa curricular de primaria, para conocer los campos
formativos en que se basa la enseñanza, en la formación de las diferentes
competencias enfatizando en el desarrollo personal y social. Se destacará la
importancia de la presencia del psicólogo educativo en el desarrollo de
competencias.
Por último en el capítulo cuatro se destacan las conclusiones a las que se llegó
después de estudiar las habilidades de la teoría de Goleman si sirven en las
competencias socioemocionales del niño y si es factible la intervención del
psicólogo educativo en la educación emocional.
Se aportarán sugerencias para padres y maestros para desarrollar en el niño las
competencias de la Inteligencia Emocional
CAPÍTULO I
1 Antecedentes teóricos
En el presente capítulo se analizarán los fundamentos teóricos de la Inteligencia
Emocional, y para una mejor comprensión de la misma se comienza desglosando
sus componentes: Inteligencia y Emoción. Llevándonos a los pilares de estos
constructos comenzando en una breve revisión histórica, para terminar
conceptualizando dichos términos.
Inteligencia, su concepto se ha ido construyendo a través de la historia de la
humanidad, pues la idea que pertenece meramente a lo cognitivo ha quedado
atrás; así como el supuesto de que una persona inteligente es aquella que posee
títulos académicos asegurando con ello el éxito. Ha adquirido un nuevo significado
que la describe como una habilidad más global, que abarca distintas habilidades
en el ser humano.
Emocional, área importante y muchas veces olvidada en el desarrollo humano,
vivimos pensando y vivimos sintiendo emociones constantemente; el estado de
ánimo influye en nuestras acciones siempre, pero a veces llegamos a creer que el
pensamiento no tiene que ver con las emociones, que son cosas totalmente
diferentes, pero la realidad es que no, un pensamiento nos puede provocar
angustia, alegría, bienestar en fin un sin número de emociones y de la misma
forma una emoción de tristeza por ejemplo nos provoca tener la misma clase de
pensamientos.
Inteligencia y emoción, son dos conceptos independientes pero que se relacionan
entre sí, que han logrado a través de la historia de la psicología una serie de
bases teóricas para conformar lo que es hoy la teoría de Goleman. Se presenta
un recorrido sobre la evolución de los conceptos, mencionando a sus principales
teóricos y uno de ellos lo es psicólogo suizo Jean Piaget que no solamente nos
dice qué es la inteligencia sino también nos proporciona información sobre el
desarrollo cognitivo del niño y de sus procesos mentales, así como también nos
habla de la relación entre las emociones y la inteligencia.
1.1 Conceptos de Inteligencia
La palabra Inteligencia proviene del latín “intelligentia”, es una palabra compuesta
“intus” (entre) y “legere” (escoger). (Larousse 2009). De acuerdo con lo descrito en
la etimología, un individuo es inteligente cuando sabe elegir la mejor opción entre
muchas posibilidades para la resolución de un problema.
Por mucho tiempo se ha estudiado el concepto de inteligencia y por muy diversas
disciplinas. Se ha considerado como una adaptación del sujeto al medio que se
encuentra; también se ha dicho que es la capacidad de pensar en forma abstracta.
Se ha medido la capacidad intelectual a través de test que abarcan el desempeño
del individuo en distintas áreas, la verbal, matemático, viso-espacial y la en
resolución de problemas.
Para Wechsler (1982), la inteligencia es un instrumento para alcanzar el éxito,
pues la considera como una capacidad global de un individuo para actuar de
acuerdo con un fin determinado, para pensar de forma racional y mantener
relaciones útiles con su medio. También habla de la conducta inteligente que va
más allá de la suma de habilidades que se pueden poseer, sino que también
cuenta cómo se estructuran y además de que se encuentra influenciada por
factores emocionales como la motivación.
Así las controversias entre las distintas teorías de inteligencia han ido
aumentando, pero en general podemos definir la inteligencia como la capacidad
mental de entender o comprender las cosas. También como el conjunto de
habilidades desarrolladas por el ser humano para recibir información, analizarla,
comprenderla, almacenarla y saberla aplicar en una determinada circunstancia.
1.2 Los primeros estudios sobre inteligencia
Las primeras investigaciones nos llevan a Paul Broca (1996), quien descubrió en
qué área del cerebro se encuentra el lenguaje; él pertenecía a la corriente
psicológica de la frenología en su época, ellos pensaban que dependiendo del
tamaño del cráneo eran sus habilidades intelectuales, a ellos se les debe la
ubicación de las diferentes áreas de las funciones cerebrales. Además de ubicar
otras áreas como de la personalidad y del amor entre otras, sin embargo hoy en
día se le considera una pseudociencia. (Garrison, 1996)
Alfred Binnet, afirmó que no se podía evaluar la inteligencia basándose en
atributos físicos como el tamaño del cráneo; Él introdujo el concepto de edad
mental, utilizó un criterio estadístico para medir la inteligencia y lo llamo cociente
de inteligencia, fue el primer test de inteligencia llamado de Satanford-Binnet, con
el objeto de identificar a los sujetos que podían seguir una escolaridad ordinaria y
distinguirlos de los que requerían una educación especial.
En 1912 William Stern psicólogo alemán, observa que a medida que aumentaba la
edad cronológica la variación de las edades mentales aumentaba de modo
proporcional, de este modo elaboró una fórmula para deducir el coeficiente
intelectual. 100 x edad mental / edad cronológica = C.I
A principios del siglo XX durante la Primera Guerra Mundial, los test psicométricos
cobraron fuerza, las escuelas los tomaban como vía para determinar el desarrollo
intelectual de los estudiantes, y el concepto de inteligencia o aptitud escolar
alcanzó gran aceptación.
En el afán de concretar, de dar un significado al comportamiento cognitivo, de
encontrar su naturaleza y dar solución a algunos problemas de su época, llevaron
a sus investigadores a crear los test psicométricos para calificar las diferencias
individuales, mediante diferentes tareas tratar de identificar los rasgos, factores o
dimensiones que las determinan; Así quisieron dar un término cuantitativo que les
permitiera evaluar la inteligencia humana y así es como surgen las pruebas
psicométricas.
Sin embargo hasta aquí observamos que las pruebas psicométricas no nos dicen
nada de los procesos que subyacen a la conducta inteligente, solamente
proporcionan un valor numérico a la capacidad intelectual, mientras que el acto
inteligente es más complejo, es la acción en sí, es una estructuración en la que se
ven involucrados diversos factores: ambientales, genéticos, físicos y psicológicos.
1.3 Inteligencia según Piaget
Ante este nuevo acontecimiento de otorgar un valor numérico a las capacidades
cognitivas, surgieron otras investigaciones una búsqueda por conocer la
naturaleza del acto inteligente y de cómo se estructura el pensamiento. Y es así
con Jean Piaget pedagogo suizo, quien realizó investigaciones sobre el
funcionamiento y desarrollo intelectual, aportando al mundo de la ciencia su teoría
del desarrollo cognitivo; En el prefacio de su libro Psicología de la
inteligencia Piaget (2009) dice que pese a la abundancia y el valor de los trabajos
realizados en la materia, la teoría psicológica de los mecanismos intelectuales se
halla en sus comienzos y que el esclarecimiento de dichos mecanismos
intelectuales es el objetivo de su investigación.
Según Piaget (2009), el desarrollo cognoscitivo se da principalmente mediante
tres principios interrelacionados: 1.Organización, que es la integración del
conocimiento dentro de un sistema para captar el ambiente por medio de
esquemas, que son una creación de una representación mental cada vez más
precisa de la realidad que ayuda sentir y actuar, por ejemplo un bebe aprende un
esquema el de succionar el seno materno, después aprende otros nuevos
esquemas como el chupón o el biberón.
2. La Adaptación que de acuerdo con Piaget es el término de cómo una persona
maneja la información nueva, para ello necesita de dos pasos: asimilación y
acomodación, por medio de ellos se va reestructurando cognitivamente el
aprendizaje a lo largo del desarrollo humano; La asimilación es la incorporación
de los objetos en los esquemas de la conducta; El término de acomodación se
entiende que son los cambios a una estructura cognoscitiva existente para incluir
nueva información. Un ejemplo es cuando el bebé se da cuenta que para
succionar el biberón debe utilizar la lengua y boca de diferente forma de succión
del seno materno, debe acomodarse para incluir un nuevo esquema; 3. Equilibrio,
es la búsqueda constante de un balance entre los elementos cognoscitivos dentro
del organismo y entre éste y el mundo exterior.
En el proceso de adaptación al medio se da a través de la conducta que se
compuesta a su vez por dos aspectos esenciales estrechamente
interdependientes: uno cognitivo y otro afectivo. Según Claparede (citado por
Piaget, 2009), los sentimientos asignan un objetivo a la conducta, en tanto que la
inteligencia se limita a proporcionar los medios (la técnica). Es entonces la
conducta es un intercambio entre el mundo exterior y el sujeto cuando existe la
necesidad de buscar el equilibrio entre sus dos mundos.
Para Piaget “La vida afectiva y la cognoscitiva aunque distintas son inseparables”
(2009, p.16), explica que ambas son parte de la conducta, que actúan y se
interrelacionan entre sí, aún en las matemáticas puras no se puede dejar de
razonar sin experimentar ciertos sentimientos y a la inversa.
La teoría de Piaget guarda cierta relación con la de Darwin pues en ambas se
habla de la adaptación del sujeto al medio como una forma de aprendizaje, de
evolución, de cómo se estructuran los conocimientos, además de que los dos
manejan los conceptos de sentimientos e inteligencia de forma independiente
pero que se relacionan entre sí, más adelante se expondrá el punto de vista de
Darwin con respecto a los sentimientos.
Lo que si queda claro es que desde entonces se otorgaba igual importancia al
mundo afectivo como al cognoscitivo, como piezas claves en la vida personal y
social del sujeto, para su aprendizaje necesita de ambas. Con esto podemos decir
que Goleman tiene razón al plantear que de nada sirve tener un coeficiente
intelectual alto si no se sabe manejar el mundo de los sentimientos y
probablemente no obtenga el mismo éxito en la vida si no se manejan estas
destrezas.
Inteligencia es definida por Gardner (2012) como un potencial biopsicologico para
procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver
problemas o crear productos que tienen valor para una cultura.
Para terminar las definiciones sobre inteligencia recurrimos a Goleman (2012),
quien diferencia dos formas de conocimiento que interactúan para construir la vida
mental. Una la mente racional, es la forma de comprensión de la que somos
conscientes: más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capaz de
analizar y meditar. Y existe a la par otro sistema de conocimiento, impulsivo y
poderoso, aunque a veces ilógico y es la mente emocional.
Como hemos visto los estudios sobre la inteligencia han sido numerosos, sin
embargo en la actualidad no existe una descripción que nos aclare la naturaleza
de lo que llamamos inteligencia. Sin embargo si podemos decir que su concepto
ha sido ampliado al considerar otras habilidades humanas siendo una de ellas la
Inteligencia Emocional.
1.3 Emoción y sus antecedentes filosóficos
De la misma forma en que el concepto de inteligencia ha sido tema de estudio, así
también las emociones han dado lugar a diversas investigaciones en la historia de
la humanidad ya que en cada momento de la vida del ser humano se
experimentan toda clase de emociones, siendo difícil definirlas, pues cómo
describir la emoción que produce un atardecer, la llegada de un hijo, la pérdida de
un ser querido, y así existe y siempre ha existido una diversidad de situaciones
que nos hacen emocionarnos. Lo que ha hecho que diversas disciplinas se han
dedicado a su estudio.
Desde la antigüedad la emoción ha sido tema de reflexión, Sócrates afirmaba
“Conocete a ti mismo”, lo que podemos entender como una alusión al mundo
interno del ser humano de sus sentimientos y emociones.
Otro ejemplo de ello es en Ética a Nicómaco (Citado por Goleman, 2012, p. 18)
Aristóteles plantea que las pasiones bien ejercidas, son sabias porque guían el
pensamiento, los valores y la subsistencia; Para él, el problema no son las
emociones sino en la conveniencia de la emoción y su expresión.
Para Bisquerra (2000), la Edad Media fue una etapa en la que se tenía una idea
negativa de la existencia, pesimista, en el que las emociones positivas no tenían
cabida. La mayoría de las teorías medievales ligaban las emociones a las
pasiones, apetitos y deseos, considerándolas como algo que se debía controlar.
Desde la tradición filosófica, en general, se ha identificado a la emoción con la
metáfora del amo y el esclavo. El amo es la razón y el control que se contrapone
al esclavo, que son las emociones y las pasiones. El dualismo mente-cuerpo está
presente en esta metáfora.
Descartes señala que la unión entre el cuerpo y la mente se concentra en el
cerebro, más concretamente en la glándula pineal. Según Descartes, en este
punto reside el alma y es a la vez dónde están ubicadas las emociones, definidas
como alteraciones pasivas resultado de los espíritus animales que activan el
cuerpo.
1.4 Enfoque evolucionista sobre las emociones
Acerca de la naturaleza de las emociones existe la teoría de Darwin en la que
intenta explicar que las emociones son formas expresivas evolucionadas que
cumplieron o cumplen una función adaptativa y de supervivencia; Darwin
intentaba probar que existen esquemas de comportamiento congénito para las
emociones más importantes, como la alegría, la tristeza, la indagación y el miedo.
Martin (2004). Otros autores refieren a las emociones que denotan significados
diferentes de una cultura a otra, y en el mismo sujeto de un momento a otro y que
es imposible encontrar una correspondencia entre situación y emoción.
De acuerdo con Darwin se confiere a las emociones un carácter hereditario y
funcional. Basándose en diversas observaciones empíricas, las expresiones
emocionales se manifiestan de la misma manera en niños y adultos, incluso en
sujetos de grupos culturales diferentes. En su estudio, Darwin nos muestra que
las expresiones de las emociones son importantes para el bienestar del género
humano y que la represión de estas emociones puede provocar delimitaciones,
teniendo en vista que a través de las expresiones emocionales se transmiten
muchas veces nuestros pensamientos de manera más verdadera que nuestras
palabras. Ello señala que las conductas expresivas emocionales desempeñan su
función social, teniendo en cuenta que ayudan a la preparación de la acción, a la
vez que transmiten una comunicación. (Perrinat 1998, p.228)
Entendemos así que la corriente evolucionista tuvo interés en el estudio de las
emociones partiendo de dos enfoques: el genético (estudio de la herencia de las
emociones) y el social (función social de las emociones).
1.5 El enfoque del psicoanálisis y sus seguidores
Algunos otros trabajos fueron fundamentales para la comprensión de las
emociones, entre ellos no podríamos dejar de citar Freud que con su perspectiva
psicoanalítica estudió sobre la ansiedad, la depresión y la angustia; Para Freud la
clave de la salud era el conocimiento de sí mismo y la disposición para enfrentar
los dolores y paradojas inevitables de la existencia humana. (Citado por Gadner.
2010, p. 286).
Ya mediados del siglo XX, el concepto de emoción va tomando relevancia, y es
así con el nacimiento del enfoque humanista, donde se empiezan ya a formular
teorías que resaltan la importancia de las emociones como parte de la
conformación de la personalidad del individuo, son vistas como necesidades
afectivas y sociales, pues estudian al ser humano como un todo. Sus máximos
representantes son Carl Rogers y Abraham Maslow, confían en que las personas
pueden dirigir sus vidas y fomentar su propio desarrollo emocional.
Este enfoque defiende que cada persona tiene la necesidad a sentirse bien con
ella misma, experimentar las propias emociones y crecer emocionalmente. Poner
barreras a este objetivo básico puede llevar a comportamientos desviados.( Frager
y Fadiman 2010).
Para Gadner (2010), las emociones forman parte de la naturaleza humana y se
encuentran en lo que él llama inteligencia personal, y su función principal es el
acceso a la propia vida sentimental, la gama propia de afectos o emociones.
La vida emocional es un ámbito que al igual que las matemáticas y la lectura
pueden manejarse con mayor o menor destreza y que requiere un conjunto de
habilidades, la aptitud emocional es una meta-habilidad y determina lo bien que
podemos utilizar cualquier otro talento, incluida en el intelecto puro. (Goleman
2012, p.56)
1.6 Estructura de la emoción
Hay tres componentes en una emoción: neurofisiológico, conductual y cognitivo.
Lo neurofisiológico se manifiesta en respuestas como taquicardia, sudoración,
vasoconstricción, hipertensión, tono muscular, rubor, sequedad en la boca,
secreciones hormonales, y respiración. Todo ello son respuestas involuntarias que
el sujeto no puede controlar, sin embargo se pueden llegar a prevenir con técnicas
de relajación.
Mediante el comportamiento del individuo se puede inferir que tipo de emociones
experimenta al observar sus expresiones faciales, el lenguaje no verbal, el tono de
voz, volumen, ritmo, movimiento del cuerpo, todo ello aporta señales sobre el
estado emocional.
El componente cognitivo o sea pensante, o una vivencia subjetiva es lo que a
veces se denomina sentimiento. Sentimos enojo, miedo, alegría y muchas otras
emociones, nuestra mente hace que califiquemos un estado emocional y le demos
un nombre, el poner etiquetas a las emociones queda al dominio del lenguaje,
pero muchas veces decimos: no sé qué me pasa, esto puede llegar a ser un
obstáculo en nuestras vidas en el manejo de diversas situaciones. De ahí que es
necesaria una educación emocional encausada a un mejor conocimiento de las
propias emocione, y un dominio del vocabulario emocional. (Bisquerra, 2003).
Según Goleman (2012), tenemos un repertorio emocional y cada emoción juega
un papel singular; Del repertorio emocional menciona que Paul Ekman, de la
Universidad de California de San Francisco propone familias básicas de
emociones: La ira, tristeza, temor, placer, amor, sorpresa, disgusto y vergüenza de
las cuales se desprenden las demás.
1.7 El cerebro emocional
Shapiro (1997) explica que el sistema límbico del cerebro está funcionalmente
asociado con los aspectos emocionales, y que está formado por el neocortex, el
tálamo, el hipocampo y la amígdala.
La amígdala es la especialista para los aspectos emocionales, es la encargada de
enviar mensajes urgentes a cada parte del cerebro: provoca la secreción de las
hormonas que facilita la reacción de ataque o fuga, moviliza los centros de
movimiento y activa el sistema cardiovascular, los músculos y los intestinos. Las
señales adicionales que llegan desde la amígdala indican al tronco cerebral que
dé al rostro una expresión de temor, que acelere el ritmo cardiaco, eleve la presión
sanguínea y disminuya la respiración.
Joseph LeDoux, un neurólogo del Centro para la Ciencia Neurológica de la
Universidad de Nueva York, fue el primero en descubrir el papel clave que juega la
amígdala en el cerebro emocional. (Goelman.2012, pag. 34)
Vista desde diferentes enfoques, el estudio de la emoción transcendió eras y en
la actualidad es considerado un tema destacado en el ámbito científico, siendo
enfocado desde su utilidad en generar el bienestar para los individuos; Para
comprender la Inteligencia Emocional, era necesario hacer un breve repaso para
comprender el fenómeno emocional a lo largo del tiempo.
Hasta aquí se explicó brevemente los conceptos de emoción e inteligencia, ya
que no es nuestra finalidad adentrarnos en sus orígenes biológicos o fisiológicos,
pero son parte de este sujeto biopsicosocial núcleo del estudio, no pueden dejar
de ser mencionados; En el siguiente apartado se encuentran los orígenes de la
Inteligencia Emocional, que es el punto de referencia central en el presente
trabajo para mejorar las competencias personales y sociales en el niño.
1.8 Nacimiento de la Inteligencia Emocional
Por su parte Louis Thurstone, psicólogo estadounidense, consideraba que la
inteligencia se compone de siete diferentes factores: comprensión verbal, fluidez
verbal, fluidez numérica, visualización espacial, memoria asociativa, rapidez
perceptual y razonamiento. (citado por Gadner, 2010, p.49).
Las teorías más recientes conducen al desarrollo de una nueva perspectiva de la
inteligencia, en la que se tienen en cuenta otros aspectos más allá de los
puramente racionales, como los factores emocionales. (Pérez Castrejón, 2007).
Entre las teorías actuales se encuentra la de Robert Sternberg, psicólogo
estadounidense, quien adopta una visión multifacética de la inteligencia, distinta e
independiente: la analítica, que es la que adquirimos y desarrollamos al recibir una
educación académica; la práctica, se explica como aquel tipo de conocimiento
que desarrollamos cuando socializamos con otros individuos; y la creativa, que
hace referencia sobre los dotes intelectuales que le dan valor a un individuo, que
es lo que hoy llamamos talentos. (Sternberg, 2000). Considera que es más
importante saber cuándo y cómo usar esos aspectos a los que llama inteligencia
exitosa, que simplemente tenerlos.
En esta línea de estudio surge en 1983 la obra de Howard Gadner, “Estructuras
de la Mente” (2010), cuya teoría explica que la inteligencia cognitiva abarca una
serie de aptitudes que no solemos considerar. Y que el poseer una inteligencia es
más bien decir que se tiene un potencial que podemos utilizar o no; En su obra
describe siete clases de inteligencias: la lingüística y lógica matemática; la
inteligencia musical; la espacial; la cinestésicocorporal; y dos formas de
inteligencia personal: una que se dirige a los demás y otra que apunta hacia la
propia persona, estando relacionadas con aspectos socio-emocionales. Estos dos
últimos tipos de inteligencia son los que se relacionan con la capacidad de las
personas para adaptarse eficazmente a las situaciones afectivas y sociales que
se presentan a lo largo de su vida. Y son las que nos interesan particularmente en
la investigación.
1.9 Inteligencias Personales
Según Gadner (2010), la inteligencia intrapersonal está relaciona con los
aspectos internos de la persona en el examen y conocimiento de sus propios
sentimientos. Existe una capacidad para efectuar discriminaciones entre los
sentimientos, darles un nombre, desenredarlos y utilizarlos a modo de
comprender y guiar la conducta.
La inteligencia interpersonal se construye a partir de sentir distinciones entre los
demás. Para Gadner es la “habilidad para notar y establecer distinciones entre
otros individuos y en particular entre sus estados de ánimo, temperamentos,
motivaciones e intenciones” (2010, p.288). En su forma más elemental la
inteligencia interpersonal comprende la capacidad del niño para discriminar entre
los individuos a su alrededor y para descubrir sus estados de ánimo.
Para Gadner (2010), el “yo” está constituido por una amalgama de factores que
emergen de la formación del conocimiento intrapersonal y el interpersonal del
sujeto. Entonces “el sentido del yo lo refiere como el equilibrio que logra cada
individuo y cada cultura, entre los impulsos de los sentimientos internos y las
presiones de otras personas” (2010, p.291).
Así las inteligencias personales son capacidades que requieren un procesamiento
de información, uno va hacia afuera y otra hacia adentro. La condición de
conocerse a sí mismo y conocer a otros es parte de la condición humana y debe
de investigarse igual que se estudia la capacidad de conocer objetos, sonidos y
formas. Deben ser parte del repertorio intelectual humano.
El nacimiento de las inteligencias personales comienza entonces, cuando el niño
crea su primer lazo afectivo con quien lo cuida, ayudado por la atracción
igualmente intensa que la madre siente por su hijo. Alrededor del año el pequeño
comienza a experimentar un cambio, es sensible a los cambios pues se perturba
si su madre se separa de él o si percibe que un extraño es una amenaza a su
vínculo. Según Gadner (2010), si por alguna razón el lazo no se forma
adecuadamente, si se rompe de forma abrupta y no se repara pronto, el infante
recibe señales de profundas dificultades para la habilidad posterior de un individuo
para conocer personas, educar hijos. El vínculo inicial entre el niño y quien lo
cuida representa la base para asegurar que las inteligencias personales tengan el
comienzo debido.
En su investigación Gadner identifica etapas en el conocimiento personal, en cada
una de ellas es posible identificar ciertas características importantes en el
desarrollo de la inteligencia intrapersonal y del mismo modo resalta otros factores
esenciales para que crezca la inteligencia interpersonal. Dichas etapas son: el
infante; El niño de dos a cinco años de edad; El niño en edad escolar; Niñez
media; Adolescencia y Un sentido maduro del yo.
Todas estas etapas nos muestran cómo es que se va desarrollando el
conocimiento personal durante el ciclo de la vida, donde las relaciones sociales y
afectivas participan en conformación de nuevos aprendizajes. Más adelante se
abordará el periodo del niño en edad en escolar, pues es la que corresponde para
fines del presente trabajo.
Cabe destacar que la teoría de las inteligencias múltiples nació como una
reacción contra lo que se entiende por inteligencia y la manera en cómo era
medida.
Inteligencia Emocional
El primer uso del término de Inteligencia Emocional se le asume a Wayne Payne
en su tesis doctoral “El desarrollo de la inteligencia Emocional”. En él, Payne
plantea el problema entre emoción y razón, y propone integrar emoción e
inteligencia de tal forma que en las escuelas se enseñen respuestas emocionales
a los niños. (Citado por Mayer, Salovey y Carusso, 2000). Este artículo, uno de los
primeros sobre inteligencia emocional que se tiene referencia que habla de la
educación de la Inteligencia Emocional. En este sentido se puede decir que desde
los inicios de la teoría manifestaba una orientación educativa.
El término aparece desarrollado por primera vez en 1990 en un artículo publicado
por Peter Salovey y John Mayer. Extremera y Berrocal (2004). Ellos describían la
Inteligencia Emocional como la habilidad para percibir con precisión, valorar y
expresar la emoción.
A mediados de la década de 90, siguiendo los pasos de la teoría de Salovey y
Mayer, el psicólogo Daniel Goleman (profesor de la universidad de Harvard)
populariza y difunde el concepto de "Inteligencia Emocional" a través de su libro,
el cual muestra la importancia del CE (Coeficiente Emocional) en la vida diaria,
incluso sobreponiéndose al CI (Coeficiente Intelectual).
Como vemos la Inteligencia Emocional nace de la preocupación de diversos
investigadores por comprender y mejorar la parte afectiva del ser humano, de
reconocer su importancia en el desarrollo del individuo en sus diferentes áreas, en
su ámbito personal como social y en su aprendizaje; En el siguiente capítulo se
expone la teoría de Inteligencia Emocional y sus principales postulados.