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EL ROL POLÍITICO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Los diversos estudios que ponen énfasis en el rol político que cumplen los medios de comunicación pasan actualmente por la intersección de tres ejes que resultan vitales para su cabal comprensión: el ejercicio de la Ciudadanía, la reforma del Estado, y los modelos sociales que operan como contexto. El ejercicio de la ciudadanía está definido por el conjunto de mecanismos, tipos de relaciones, deberes y derechos que se construyen, se articulan y se operacionalizan para hacer posible una participación plena y una cada vez mejor calidad de vida de todos los individuos en una determinada sociedad. En el caso de la comunicación esta dimensión implica no sólo el derecho a estar informado sino también a la libertad de expresión, libertad que conduce en consecuencia a la tarea de abrir, ampliar y consolidar las posibilidades de acceso al manejo y propiedad de frecuencias, señales de emisoras de radio y televisión, así como al uso del internet y otros soportes de la comunicación. Este ejercicio resulta válido en la medida que se reconoce a los medios de comunicación su más amplia condición de bienes de servicio e interés público, lo que otorga el marco indispensable para que puedan acceder a ellos no sólo las empresas privadas y los gobiernos sino también, y en especial, diversas instituciones de la sociedad civil. La reforma del Estado se asume como el programa y el conjunto sistemático de acciones que deben diseñarse, realizarse y supervisarse con la participación activa de los ciudadanos y de sus instituciones para adaptarlo a las necesidades y demandas de las sociedades en un momento determinado y a las perspectivas del desarrollo económico y social. El modelo social se constituye en el tipo de sociedad que se propone y construye una determinada colectividad en un proceso a más largo plazo, condicionado o determinado cada vez en mayor medida por el contexto internacional que le sirve de marco. En esa perspectiva actúan hoy en nuestros países los procesos de globalización de apertura de mercados, de desarrollos tecnológicos que, en el universo de la comunicación, provocan la expansión y acelerada transformación de las industrias audiovisuales, de la prensa y de los demás medios de comunicación. El rol político en los medios adquiere -cada vez más- una transversalidad que rompe con las antiguas dicotomías con las cuales se definía las funciones o niveles de la comunicación. Lo político se “apropia” de una agenda que va más allá de la propaganda o de la información para insertarse en el conjunto de las diversas instancias de la vida social. Ni la economía, ni la educación, ni la cultura y/o el entretenimiento más elemental están en capacidad de reclamar ya las viejas autonomías. Dicho de otra manera, la comunicación sólo puede ser entendida y asumida desde las distintas matrices que operan como intersecciones. En ellas lo político cumple un rol fundamental. Walter Neira Bronttis Director

La información internacional en la prensa latinoamericana

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EL ROL POLÍITICO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los diversos estudios que ponen énfasis en el rol político que cumplen los medios de comunicación pasan actualmente porla intersección de tres ejes que resultan vitales para su cabal comprensión: el ejercicio de la Ciudadanía, la reforma delEstado, y los modelos sociales que operan como contexto.

El ejercicio de la ciudadanía está definido por el conjunto de mecanismos, tipos de relaciones, deberes y derechos que seconstruyen, se articulan y se operacionalizan para hacer posible una participación plena y una cada vez mejor calidad devida de todos los individuos en una determinada sociedad. En el caso de la comunicación esta dimensión implica no sólo elderecho a estar informado sino también a la libertad de expresión, libertad que conduce en consecuencia a la tarea de abrir,ampliar y consolidar las posibilidades de acceso al manejo y propiedad de frecuencias, señales de emisoras de radio ytelevisión, así como al uso del internet y otros soportes de la comunicación. Este ejercicio resulta válido en la medida que sereconoce a los medios de comunicación su más amplia condición de bienes de servicio e interés público, lo que otorga elmarco indispensable para que puedan acceder a ellos no sólo las empresas privadas y los gobiernos sino también, y enespecial, diversas instituciones de la sociedad civil.

La reforma del Estado se asume como el programa y el conjunto sistemático de acciones que deben diseñarse, realizarse ysupervisarse con la participación activa de los ciudadanos y de sus instituciones para adaptarlo a las necesidades y demandasde las sociedades en un momento determinado y a las perspectivas del desarrollo económico y social.

El modelo social se constituye en el tipo de sociedad que se propone y construye una determinada colectividad en unproceso a más largo plazo, condicionado o determinado cada vez en mayor medida por el contexto internacional que lesirve de marco. En esa perspectiva actúan hoy en nuestros países los procesos de globalización de apertura de mercados, dedesarrollos tecnológicos que, en el universo de la comunicación, provocan la expansión y acelerada transformación de lasindustrias audiovisuales, de la prensa y de los demás medios de comunicación.

El rol político en los medios adquiere -cada vez más- una transversalidad que rompe con las antiguas dicotomías con lascuales se definía las funciones o niveles de la comunicación. Lo político se “apropia” de una agenda que va más allá de lapropaganda o de la información para insertarse en el conjunto de las diversas instancias de la vida social. Ni la economía,ni la educación, ni la cultura y/o el entretenimiento más elemental están en capacidad de reclamar ya las viejas autonomías.Dicho de otra manera, la comunicación sólo puede ser entendida y asumida desde las distintas matrices que operan comointersecciones. En ellas lo político cumple un rol fundamental.

Walter Neira BronttisDirector

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Profesor investigador del Departamento de Comunicación delInstituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Dirección: Av. Eugenio Garza Sada 2501 Sucursal de correos “j”64849 Monterrey, Nuevo León, México.

Teléfono: (528) 3582000 Fax: (528) 3284198E-mail: [email protected]

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En su encuesta sobre unanueva agenda para la investi-gación de la comunicacióninternacional Rota yRodríguez (1995) muestranque los temas sobre el flujode noticias entre los países esconsiderado aún como vitalpor la mayoría de los acadé-micos de esta área en el mun-do entero. Muchos de losencuestados mencionaron lanecesidad de evaluar la for-ma en que los medios inter-nacionales influyen cada vezmás en la opinión pública yen la toma de decisiones so-bre diferentes asuntos inter-nacionales (p.23). Otros des-tacaron la necesidad de ana-lizar la creciente concentra-ción de poder en el campo dela comunicación internacio-nal y sus concecuencias.

El continuado predominio delas agencias transnacionales

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de noticias (AP, UPI, REUTERSy AFP) en las regiones del ter-cer mundo puede considerar-se un ejemplo de dicha con-centración del poder. Estepredominio nos obliga a se-guir tomando en cuenta lasdimensiones del contenido yla dirección de los flujoscomunicacionales.

El rol de las noticias interna-cionales en el movimientohacia la globalización podríatambién relacionarse con laspreocupaciones actuales delos investigadores de la co-municación internacional.Aunque muchas de las discu-siones sobre la globalizaciónse centran en las nuevas tec-nologías y en los flujos demensajes audiovisuales, lasnoticias internacionales sonsin duda una parte integraldel nuevo orden mundial. Losflujos informativos juegan unpapel esencial en la construc-ción de un aldea global; cier-tos eventos seleccionadospor los medios informativostransnacionales son conoci-dos y «experimentados» si-multáneamente por millonesde personas alrededor delmundo.

En un artículo recienteVincent (1997) sugiere quelos flujos internacionales denoticias son limitados y pocobalanceados a pesar de lasmejoras que ha habido en losúltimos años:

Una preocupación mayor si-gue siendo que en el conteni-do de la prensa continúa re-flejándose una concentraciónhacia los Estados Unidos o

Europa. Un ejemplo claro deello es que las agencias denoticias norteamericanasmanejan el 80% de las noti-cias internacionales enLatinoamérica y en muchospaíses un porcentaje de lasnoticias nacionales y regiona-les también es controlado porellas. (p.178)

En sus propuestas hacia undebate con mayor sentidosobre el futuro del Nuevo Or-den Mundial de la Informa-ción y la Comunicación(NOMIC), Vincent mencionacomo fundamental la meta delograr un mayor balance en elflujo de noticias medianteuna distribución más equita-tiva en los recursos, riquezasy poder. Argumenta tambiénla necesidad de un «adecua-do monitoreo de los flujos decomunicación» por ambaspartes: académicos y comu-nicadores (p.181).

De acuerdo con Vincent, losestudios sobre los flujos in-ternacionales de noticias hansido dominados por los aca-démicos norteamericanos:«Esta literatura aún carece defundamentos teóricos y tien-de a ser metodológicamentecruda, con poca experimenta-ción de hipótesis» (p.188).Agrega que una mayor inves-tigación sobre los flujos denoticias debe llevarse a cabo,tanto en el nivel micro de lospaíses como en el nivel macrode comparaciones regionales(p.188), Nuestro estudio bus-ca retomar esta propuestaponiendo un especial énfasisen los medios latinoamerica-nos.

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Latinoamérica y el Caribe(462 millones de habitantes)son regiones subdesarrolla-das que tienen muchos pro-blemas económicos y socia-les. A pesar de ellos juegan unrol dinámico en el campo dela comunicación. La mayoríade los países tiene importan-tes sistemas de medios y al-gunos de ellos, como México,Brasil, Venezuela y Argentina,son importantes exportado-res de programas de televi-sión a muchas partes de laregión e incluso a otras par-tes del mundo (Asia, Europay Rusia).

Salwen, Garrison y Buchman(1991) mencionan que Amé-rica Latina tiene un buen nú-mero de periódicos con pres-tigio regional e incluso inter-nacional:

Muchos de los mejores perió-dicos son publicados en lasnaciones más grandes de estaregión, incluyendo México,Brasil y Argentina. Algunos deellos han ganado reputaciónpor retar desafiantemente agobiernos autocráticos. Sinembargo, la mayoría estánconducidos por la demandadel mercado y su interés esproveer a sus lectores con no-ticias, entretenimiento y be-neficios, como cualquier otraindustria (p.271).

Los periódicos de los paísesmás importantes de Latino-américa satisfacen los crite-rios que Merrill propone parala identificación de los perió-dicos prestigiosos: tienen unaamplia cobertura nacional, sepreocupan por la interpreta-

ción de los acontecimientos,tienen un diseño gráfico dig-no, son serios (sin sensacio-nalismo) y son imparciales eimaginativos (Salwen et al.,1991, p 275).

Muchos estudios han docu-mentado la cobertura deLatinoamérica o países espe-cíficos en la prensa norteame-ricana (Gozenbah, Arant yStevenson, 1992; Larson,McAnany y Storey, 1986; Lo-zano, 1989; McAnany, 1983;Sonntag, 1989; Wallis y Baran,1990).

Las conclusiones de Larsonet al. (1986) acerca de la co-bertura de América Latina enlos noticieros televisivos nor-teamericanos son ilustrativasde los resultados obtenidospor la mayoría de los estu-dios:

«No es una exageración el de-cir que cada latinoamericanodebería preocuparse al saberqué poco específica es la vi-sión sobre su país que se di-funde en las noticiastelevisivas en los EstadosUnidos. Si ponemos comoejemplo a México, éste erasólo una tierra de pozos pe-troleros, inmigrantes a puntode brincar la frontera con Es-tados Unidos o volcanes enerupción y temblores. La sen-sación caricaturesca presen-tada por la visión de Latino-américa que se deriva sola-mente de las noticias de tele-visión es inquietante, espe-cialmente si asumimos doscosas: primero, que Latino-américa es un área de signifi-cante interés para las políti-

cas de Estados Unidos; y se-gundo, un público informadoes un elemento importantepara el proceso de creación depolíticas a través de la región».

En contraste, los estudiosacerca de las noticias interna-cionales en la prensa de Amé-rica Latina son escasos. Unestudio pionero fue realizadopor el Centro Internacional deEstudios Superiores de Perio-dismo para América Latina(CIESPAL) en 1962. El proyec-to de CIESPAL consistió en unanálisis de contenido de dossemanas en 28 periódicos dia-rios en 19 países de Latino-américa. Asímismo, estudiólas mismas dos semanas en elNew York Times, Le Monde,The Times e Izvestia, para ha-cer comparaciones con laprensa de Europa y la socia-lista (CIESPAL, 1967).

Los resultados de este estu-dio descriptivo señalaron al-gunas tendencias en la pren-sa latinoamericana que con-tinúan siendo relevantes hoyen día:1) Una débil cobertura encada periódico particular deLatinoamérica sobre otrospaíses latinoamericanos, apesar de la interdependenciaentre esos países y sus pro-blemas en común.2) Una casi total dependenciade todos los diarios en tresagencias de noticias interna-cionales: UPI, AP (79.3% detodas las noticias internacio-nales) y AFP (13.4%).3) Una tendencia a mostrartrivialmente los eventos ocu-rridos en otros países latinoa-mericanos.

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Desde 1962 a la fecha no hahabido estudios de similaresmagnitudes acerca de los flu-jos internacionales de noti-cias en la prensa deLatinoamérica. El estudiomás cercano fue uno realiza-do por la UNESCO y laInternational Association formedia and CommunicationResearch (IAMCR) que inclu-yó tres países latinos: Argen-tina, Brasil y México.

En dicho estudio Stevenson yCole (1984) encontraron quela premisa de no tomar encuenta la región local no erauna constante en ningúnperódico incluido en el análi-sis:

«Los medios mexicanos pre-sentan mayor atención aLatinoamérica que a cual-quier otra parte; los mediosde Zambia dan mayor espacioy tiempo a África (...). en pro-medio, cerca de la mitad delas noticias extranjeras en losmedios del tercer mundo seoriginan en la región geográ-fica local» (p. 37).

Las noticias de la región localfueron las que tuvieron ma-yor énfasis; las noticias de lospaíses industrializados deEuropa fueron los segundosen atención. Las noticias enlos periódicos del tercer mun-do acerca de otras regionesen desarrollo fueron casi in-visibles.

De acuerdo con los resulta-dos de Stevenson y Cole, fueel tercer mundo el que domi-naba las noticias del tercermundo y no el primero, inclu-

yendo a Argentina y Brasil.Por otro lado, en las noticiasde prensa mexicana fueronsimilares en número las delprimer y el tercer mundo(p.44).

En lo que respecta a las noti-cias negativas, encontraronque la mayoría de las notasinternacionales eran acercade política, sin importar laregión. La cobertura de acci-dentes y desastres fue simi-lar en las noticias acerca delprimer y el tercer mundo(pp.45-47). Sreberny-Mohamadi(1990) llegó a una conclusióndiferente con la misma basede datos. Para ella «las noti-cias en todos lados parecendefinirse como un evento ‘ex-cepcional’ siendo los sucesosimprevistos y las catástrofesnoticias válidas donde quie-ra que ocurran» (p.13). Notodos los académicos inter-nacionales de comunicaciónestán de acuerdo con el pun-to de vista crítico que los de-fensores del NOMIC mencio-nan acerca de quitar la «men-talidad de terremoto y violen-cia» en las noticias extranje-ras sobre el tercer mundo.Wallis y Baran (1990, p. 184),apoyan la noción del NOMICsobre la necesidad urgente deque haya más noticias acer-ca de países en desarrollo. Sinembargo parecen adoptar lavisión tradicional de prestarmás atención a las noticiasnegativas cuando se trata decubrir Latinoamérica.

«Algunos editores de informa-ción internacional deberíanaceptar que la cobertura deCentro y Suramérica es me-

nos que satisfactoria. Es unaparte del mundo donde losdictadores militares han idoy venido (a pesar de que al-gunos se han quedado) y don-de las naciones se han hechode grandes deudas externas(pero una de ellas, Brasil, seestá convirtiendo en el mayordistribuidor de armas a lospaíses del tercer mundo) don-de la confrontación armadaha sido una constante de losochenta (Falklands/Malvinas,Granada, Nicaragua, Panamáy demás), una parte del mun-do que provee de drogas a Es-tados Unidos y Europa Occi-dental. Nadie podría decirque esas áreas no son de in-terés, que éstas no son dignasde atención general paraaquellos que quieran conoceracerca del mundo.»

En lo que se refiere a la de-pendencia de los países lati-noamericanos de las agenciasnoticiosas de Occidente,Sreberny-Mohammadi señalaque «la metodología ha pro-bado ser cruda para distin-guir la fuente de temas emer-gentes» (p.13). Las noticiaspor lo gneral no especificanla fuente en que se originan.Como consecuencia, las noti-cias atribuidas a las «cuatrograndes» han sido subestima-das y el grado de dependen-cia en ellas no ha sido confia-ble.

Finalmente, Stevenson y Cole(1984) y Sreberny-Mohammadi(1990) señalaron el estrechorango de tópicos destacadospor la prensa alrededor delmundo: tópicos sobre escán-dalos y actores como políti-

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cos, guerra y asuntos econó-micos, además de deportes.Las notas sobre accidentes ydesastres no ocuparon gran-des espacios en ninguna par-te del mundo (Stevenson yCole, 1984, p.44).

En un análisis de contenidode varios de los principalesnoticieros televisivos latinoa-mericanos, García Núñez deCáceres (1997) encontró queEstados Unidos recibía lamayor cantidad de tiempo enla cobertura internacional. Lainformación acerca de los Es-tados Unidos en los noticie-ros de Colombia, Brasil, Vene-zuela, Bolivia, Argentina, Perúy Chile fue más prominente ybalanceada que las noticiasacerca de otros países lati-noamericanos, los cuales re-cibían la mayor coberturadespués de los Estados Uni-dos. Deportes, política, de-sastres naturales y acciden-tes fueron los cuatro tópicosque recibieron la mayor aten-ción en los noticieros.

Confirmando los resultadosde la Sociología de la Produc-ción de Mensajes (News-making) y los estudios socio-lógicos de los medios acercadel predominio de los actoresoficiales o políticos en lasnoticias, la UNESCO/IAMCRencontró que entre el 25 y60% de todos los actores enlas noticias internacionalesfueron figuras políticas(Sreberny-Mohammadi, 1990,p.12). En un estudio paralelosobre la cobertura de los ser-vicios de cable de ocho dife-rentes regiones del mundo,Weaver y Wilhoit (1984,

p.153) encontraron que lospolíticos fueron los actoresmencionados con mayor fre-cuencia en las noticias. «Estosresultados paralelos sugierenuna vez más, que lo que des-tacan las agencias de noticiasoccidentales, es también dealguna forma lo que esdesatacado en los sistemasde prensa de muchos países»(p.176). García Núñez deCáceres (1997) confirmó estoen su estudio de siete noticie-ros latinoamericanos: 74% detodos los actores en las noti-cias internacionales fueronpolíticos (p.74).

El resto de los estudios acer-ca de noticias internacionalesen la prensa latinoamericanatienden a ser microestudiosacerca de periódicos particu-lares en países individuales.En 1982, Rota y Rota (1987)realizaron un análisis de con-tenido en las noticias interna-cionales publicadas por losperiódicos líderes de la Ciu-dad de México. Ellos encon-traron que sólo cuatro cate-gorías de los tópicosenglobaban el 73% de todaslas noticias internacionales.Esas fueron las mismas cate-gorías detectadas por el estu-dio de la UNESCO/IAMCR:deportes, gobiernos extranje-ros y políticas, economía, fi-nanzas y relaciones laborales,guerra y cuestiones de defen-sa (p.171). Aunado a esto,90% de todos los temas denoticias internacionales fue-ron proporcionados por orga-nizaciones de noticias cuyabase está en los Estados Uni-dos o Europa Occidental: «Unextremadamente alto porcen-

taje de información que vie-ne de las fuentes de noticiasnorteamericanas indica unclaro nivel de dependencia dela prensa mexicana en algu-nas, reprochablemente ho-mogéneas, fuentes de infor-mación» (p.171). Rota y Rotatambién determinaron que lacobertura de los Estados Uni-dos y la Europa Occidental enlos periódicos más importan-tes de la ciudad de Méxicosumó el 55% de toda la infor-mación internacional. Lasnoticias acerca de Latinoamé-rica representaron el 30% detodas las noticias internacio-nales, mostrando con ello undesbalance más marcado queel detectado tres años atráspor el estudio de la UNESCO/IAMCR sobre este país.

Después de esta revisión dela literatura, podemos con-cluir que las noticias interna-cionales en la prensa latinoa-mericana han sido estudiadasescasamente. Los resultadosde los pocos estudios regio-nales muestran que la pre-ocupación de Vincent (1997)acerca de la continua necesi-dad de un flujo más balancea-do de noticias a través de unadistribución más justa de losrecursos y el poder, es aúnválida en los medios noticio-sos de América Latina.

Nuestras preguntas de inves-tigación en este estudio serelacionan con los argumen-tos, preocupaciones y resul-tados discutidos arriba:¿Cuánta atención le propor-cionan los periódicos selec-cionados a las noticias inter-nacionales? ¿Existe una ten-

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AFP y REUTERS)? ¿Muestranuna mayor diversificaciónque en los sesentas y ochen-tas?

MÉTODO

Muestra de los periódicos

Este estudio se basa en unanálisis de contenido de algu-nos de los periódicos másimportantes de Argentina,Brasil, Chile, República Domi-nicana, México y Nicaragua.Además la muestra incluyódos periódicos españolespara comparar la cantidad y

tipo de cobertura de las noti-cias internacionales de laprensa latinoamericana conla prensa de un país indus-trializado, cultural e históri-camente próximo a la región.

Los periódicos fueron selec-cionados por estar entre losde mayor circulación y pres-tigio en sus respectivos paí-ses (excepto el caso de Bra-sil, donde sólo se pudo incluirun periódico regional). El cua-dro siguiente muestra el nom-bre de cada periódico, su re-gión de origen y su circula-ción declarada.

NOMBRE, PAÍS DE ORIGEN Y CIRCULACIÓN DE LOSDIARIOS INCLUÍDOS EN EL ESTUDIO

Diarios Ciudad País Circulación

Clarín Buenos Aires Argentina 800,000 (entre semana)1’500,000 (domingos)

La Nueva Providencia Bahía blanca Argentina 37,500

Zero Hora Porto Alegre Brasil 141,000 (entre semana)260,000 (domingos)(certificada)

El Mercurio Santiago Chile No disponible

Listín Diario Santo Domingo República No disponibleDominicana

Excélsior México D.F. México 200,000

El Norte Monterrey México 138,878 (entre semana)(certificada)154,451 (domingos)(certificada)

La Tribuna Managua Nicaragua No disponible

El País Madrid España 532,887 (certificada)

Vanguardia Barcelona España 239,462 (certificada)

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Tiempo de la muestra

Siguiendo la tradición de aná-lisis de contenido de la pren-sa mundial como el llevado acabo por la UNESCO/IAMCRen 1979 (ver Sreberny-Mohammadi 1990) este estu-dio estuvo basado en una se-mana cronológica y una com-puesta. La semana cronoló-gica fue seleccionada paraanalizar la cobertura interna-cional en una semana naturalde la prensa latinoamericanay así detectar énfasis y ten-dencias generales.

La semana compuesta fue in-cluida para compensar unposible rompimiento de lospatrones normales de la co-bertura internacional de no-ticias por algún evento ex-traordinario. La semanacronológica fue del 12 al 18 demayo de 1997. La compuestase extendió de finales demayo hasta principios de ju-lio (19 y 27 de mayo; 4,12, 20y 28 de junio y 6 de julio).

Equipos de investigación

El proyecto fue realizado porinvestigadores y tesistas dediferentes países latinoameri-canos pertenecientes al Gru-po de Trabajo de Estudios dePeriodismo de la AsociaciónLatinoamericana de Investi-gadores de la Comunicación(a iniciativa del investigadorJosé Marques de Melo) con elapoyo del programa de Maes-tría en Comunicación del Ins-tituto Tecnológico y de Estu-dios Superiores de Monterrey(México). Se contó con equi-pos de investigación en

Monterrey y México (Méxi-co), en Barcelona (España) enValparaíso (Chile) y en Austin(Estados Unidos).

Cada equipo de investigaciónrecibió un paquete de instruc-ciones generales describien-do el método de la muestra,las categorías de análisis, lahoja y el manual de codifica-ción.

Cada uno fue responsable dela recolección de los datos delos periódicos asignados aellos. El proyecto fue coordi-nado por José Carlos Lozano.

Unidades de análisis y cate-gorías principales

La noticia internacional fue launidad de análisis. Noticias,reportajes, notas breves, en-trevistas, columnas editoria-les que tenían que ver coneventos ocurridos fuera delpaís de origen fueron inclui-das en la definición de noti-cia internacional. Cartas delos lectores, obituarios, infor-mación pagada, cartones po-líticos y noticias internacio-nales en secciones del perió-dico como Deportes, Entrete-nimiento, Cultura y Turismofueron excluidas. Situacioneso eventos en otros países re-lacionados explícitamentecon asuntos o actores nacio-nales fueron consideradoscomo «noticia nacional» y nocomo internacional. Todoslos individuos o institucionesseñalados explícitamente enlas noticias internacionalesfueron incluidos en la defini-ción de «actores de la noticiainternacional».

No hubo muestreo de las uni-dades de análisis. Todas lasnoticias internacionales y susactores, en cada una de lascatorce ediciones de cadadiario fueron codificadas. Lasvariables analizadas fueron:origen de la noticia, país men-cionado, tamaño de la nota,fuentes, tópico y género de lanoticia internacional.

Trabajo de campo

Dos pruebas piloto fueron lle-vadas a cabo para elaborarun sistema de codificaciónque pudiera ser útil y signifi-cativo para encontrar las di-ferencias y tipos de énfasis enlos tópicos y tendencias en lamuestra de periódicos. Ade-más se llevaron a cabo trespruebas de confiabilidad paraasegurar que el manual decodificación fuera lo suficien-temente claro en el criterio decodificación. La confiabilidadreportada para todas las va-riables fue al menos de 80.

Los equipos de investigaciónfuera de México codificaronsus periódicos y capturaronsus datos en archivos de ho-jas de cálculo. El equipo deMonterrey (además de codi-ficar y capturar sus respecti-vos diarios ) fue el encarga-do de recibir vía correo elec-trónico todos estos archivos,unirlos en una sola base dedatos y procesarlos estadís-ticamente.

Noticias internacionales

La atención dedicada por losperiódicos que componen lamuestra hacia las noticias in-

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aternacionales no fue homogé-nea. En promedio los diariosincluían aproximadamenteveinte noticias por día, peroel rango oscilaba de sóloocho historias en el diario ar-gentino Nueva Provincia a 36en el periódico mexicano ElNorte. Es interesante resaltarque algunos periódicos loca-les publicados en provinciacomo El Norte en Monterrey,México y Vanguardia en Bar-celona publicaban más noti-cias internacionales que losdiarios nacionales editadosen las capitales de paísescomo Argentina, Nicaragua yChile. La cobertura interna-cional fue mayor en los dia-rios mexicanos y españoles ymenor en los periódicos loca-les de Brasil y Argentina y elperiódico nacional de Chile.Sorprendentemente, el ListínDiario, de República Domini-cana (un país muy pequeño)dedicó mayor espacio a lasnoticias internacionales quepaíses más grandes como Es-paña, Argentina y Chile. Encontraste con 1979 (Sreberny-Mohammadi, 1990, p.10), ElClarín y Excélsior fueron losmás bajos en el número denoticias internacionales, de20 y 39 en ese año a 13 y 32respectivamente 18 años des-pués.

Origen de las noticias inter-nacionales

Todos los periódicos, excep-to Zero Hora de Brasil y ElNorte de México, publicaronmás noticias originadas enpaíses latinoamericanos queen cualquier otra región. Loshallazgos de investigaciones

previas relativas a que la ma-yoría de las noticias interna-cionales se generan en paísesindustrializados (principal-mente Estados Unidos) auncuando hablen de otras na-ciones, no fueron replicadosen este estudio. En El Clarínde Argentina, 37% de las noti-cias internacionales prove-nían de otras naciones lati-noamericanas, en contrastecon sólo un 11% originado enlos Estados Unidos. En ElMercurio de Chile el porcen-taje fue 25% de Latinoaméricay 8% de Estados Unidos. Enlos periódicos mexicanos, noobstante la proximidad y laexistencia de un conveniocomercial entre México y Es-tados Unidos (TLC) la proce-dencia era aproximadamenteigual para ambas regiones. Elperiódico Excélsior de la ca-pital mexicana publicó másnotas generadas en otros paí-ses latinoamericanos que enlos Estados Unidos, y en ElNorte, publicado en el nores-te mexicano en donde existemucha relación comercialcon Estados Unidos, el 27%de sus noticias internaciona-les provenía de los EstadosUnidos contra el 24% de otrospaíses latinoamericanos.

Noticias internacionales quemencionaban regiones o paí-ses del mundo

En este acápite se estudió noel origen de las noticias ex-tranjeras, sino el porcentajede éstas que se refería a cadaregión o país. Es decir, si enel acápite anterior una notasobre Panamá originada enEstados Unidos se clasifica-

ba como procedente de esteúltimo país, en esta oportu-nidad se clasificó como Amé-rica Latina. Los resultadossugieren que las conclusio-nes de CIESPAL en 1962 acer-ca de la débil cobertura dela región en cada periódicolatinoamericano en particu-lar no eran válidas en 1997,por lo menos en los diariosanalizados. Nuestros datoscoinciden más bien con losresultados de Stevenson yCole acerca de la importan-cia de las noticias originadasen la región geográfica localen los medios del tercermundo. De acuerdo con am-bos investigadores, la cober-tura de las regiones localesen 1979 dominaba la informa-ción de los periódicos deltercer mundo (incluyendoArgentina y Brasil). En la ma-yoría de los periódicos lati-noamericanos la informaciónsobre la región era bastantealta (entre el 22 y el 48% deltotal). En el Excélsior deMéxico, La Tribuna de Nica-ragua y Listín Diario de Re-pública Dominicana, de he-cho, se publicaban más no-tas sobre América Latina quesobre cualquier otra regióno que sobre Estados Unidos.En los dos diarios de Argen-tina, y en El Mercurio de Chi-le las noticias acerca de paí-ses latinoamericanos ocupa-ba el segundo lugar despuésde la región europea, lo quedemuestra un interés soste-nido en la región congruentecon los hallazgos deStevenson y Cole. Llama laatención que la informaciónsobre Europa obtenga el pri-mer lugar del espacio en los

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diarios argentinos y en el chi-leno y el segundo (antes queEstados Unidos) en ListínDiario y Excélsior. Raíces his-tóricas, culturales y econó-micas pudieran explicar esteénfasis (además de la cober-tura de las agencias AFP,REUTER y EFE en la prensade la región), pero queda cla-ro que la supuesta hegemo-nía de las noticias sobre Es-tados Unidos en la prensalatinoamericana no era pa-tente en 1997, en la muestrade periódicos analizados. Enlos periódicos españoles Eu-ropa ocupa el primer lugaren cobertura por obvias ra-zones, aunque es de resaltarque América Latina ocupa enambos más del doble de es-pacio que el concedido a losEstados Unidos, otra eviden-cia más contra las afirmacio-nes simplistas sobre el pre-dominio norteamericano enlos flujos informativos.

La cobertura de otras regio-nes del tercer mundo (Asia,Africa, Oceanía) en la prensalatinoamericana, como en elestudio de 1979 llevado acabo por la UNESCO, fue lamás baja, aunque en la mayo-ría de los diarios la informa-ción sobre Asia fue relativa-mente fuerte (entre el 12 y el30% del espacio total de infor-mación internacional). A pe-sar de esto último, queda cla-ro que fuera del interés porla propia región geográfica, elinterés noticioso se centraprincipalmente en lo que su-cede en los países industria-lizados de donde son lasagencias transnacionalesmás utilizadas.

Tópicos en las noticias inter-nacionales por diario

En general la mayoría de lasnoticias en todos los diariosse refería a política nacionaly noticias de crisis (conflictosviolentos, levantamientos,actividades guerrilleras y trá-fico de drogas). Otras noti-cias de crisis como crisis in-ternas, corrupción en la vidapolítica y demás tuvieron unespacio prominente en lamayoría de los periódicos.Mientras que el tópico demayor mención (política na-cional de otros países) coin-cide con los resultados de laUNESCO para 1979, el segun-do y tercero muestran unatendencia a resaltar las noti-cias sobre crisis, validandocon ello las preocupacionesdel NOMIC. Las actividadesdiplomáticas y/o políticasentre países también ocupa-ban un espacio considerableen los diarios analizados. Elhecho de que la informacióninternacional privilegie tantolas actividades de políticanacional de otros países ma-tiza en cierta medida las acu-saciones del NOMIC y del im-perialismo cultural sobre elsupuesto predominio de no-ticias negativas en y sobrepaíses en desarrollo. De he-cho, si sumamos los porcen-tajes de los tópicos conside-rables «negativos» podríamosadvertir que oscilaban entreel 24 y el 46% con sólo un dia-rio llegando hasta el 52% (LaTribuna de Nicaragua). El Mer-curio de Chile, y Vanguardiade Barcelona, Zero Hora deBrasil, y el Listín Diario deRepública Dominicana eran

los periódicos con mayorcantidad de noticias «positi-vas» o «neutras». Los diarioscon mayor cobertura de tópi-cos negativos (aunque sin lle-gar al 50% del espacio total)eran los dos mexicanos y ElPaís de España. Así, podemosadvertir que las preocupacio-nes del NOMIC sobre el domi-nio de la información negati-va sobre la positiva o neutralno era tan evidente en la pren-sa latinoamericana de 1997,por lo menos a nivel cuanti-tativo y general.

Tópicos de las noticias inter-nacionales por región de ori-gen

Esos porcentajes de informa-ción positiva o negativa no sedistribuían, sin embargo,equitativamente entre las di-ferentes regiones y países,sino que se concentraban enlos países en desarrollo, loque mostraba que las denun-cias del NOMIC seguían sien-do desafortunadamente váli-das a fines de los noventa.

El 66% de las noticias acercade África fueron negativas, asícomo un 54% de las referen-tes a Asia y 51% de las relati-vas a Latinoamérica. En con-traste, sólo 14% de Canadá,25% de Europa y 36% de Esta-dos Unidos fueron negativasen su cobertura. Estos resul-tados, por lo tanto, confirmanlas preocupaciones de mu-chos investigadores en elcampo de la comunicacióninternacional acerca de lapermanencia de desbalancescualitativos en las noticiasinternacionales que favore-

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cen a los países industria-lizados. Los lectores de losperiódicos analizados teníanmás probabilidades de reci-bir noticias de conflictos, cri-sis, corrupción, violencia,guerrilla y tráfico de drogasde otros países latinoameri-canos o de naciones asiáticaso africanas, que de tópicospositivos o neutrales.

Porcentaje de noticias inter-nacionales atribuidas a cadaagencia informativa

En 1962 el estudio de CIESPALencontró una fuerte depen-dencia de todos los diarioslatinoamericanos en tresagencias transnacionales denoticias: UPI y AP (79.3%) yAFP (13.4%). A finales de lossetenta Beltrán y Fox (enVincent, 1997, p.178) conclu-yeron que las agencias norte-americanas de noticias mane-jaban el 80% de las noticiasinternacionales en AméricaLatina. En nuestro estudioencontramos una situaciónmás diversificada, sin un cla-ro predominio de las «cuatrograndes». El Clarín (Argenti-na), El Mercurio (Chile), ListínDiario (República Dominica-na), El Norte y Excélsior (Méxi-co) atribuyeron sus noticiasextranjeras a una variedad deagencias (incluyendo sus pro-pios corresponsales o envia-dos en el caso de El Clarín, ElMercurio, Excélsior y El Norte).De cualquier forma, compara-dos con los diarios españoles(casi el 60% de sus noticiasinternacionales fueron escri-tas por sus propios corres-ponsales o enviados) los pe-riódicos latinoamericanos

fueron más dependientes delas agencias internacionales.La Tribuna (Nicaragua) y ZeroHora (Brasil) fueron los dia-rios latinoamericanos menosdiversificados en sus fuentes.Los periódicos argentinos ymexicanos tuvieron el mayornúmero de noticias atribuidasa más de una agencia, mos-trando con ello una tendenciapositiva a combinar diferentesfuentes en una sola nota. Decualquier forma, las «cuatrograndes» además de la agen-cia española EFE tuvieron:85% de las noticias internacio-nales en La Tribuna, 59% enListín Diario y 52% en El Mer-curio. Solamente uno de losperiódicos de la muestra, ElClarín de Argentina, tuvo unporcentaje representativo denoticias internacionales re-portadas por sus propios co-rresponsales o enviados. Enconsecuencia, a pesar de quese ha visto una mejoría en ladiversificación y uso de lasfuentes de noticias, aún siguehabiendo una fuerte presenciade las ahora «cinco grandes».

CONCLUSIONES

El presente análisis de conte-nido se propuso determinarla atención prestada por ochodiarios latinoamericanos ydos españoles a las noticiasinternacionales, el interés porsu propia región o por otrasregiones del mundo, los tópi-cos con mayor cobertura y sugrado de dependencia enagencias transnacionales denoticias.

Los resultados sugieren quelos diarios incluidos en la

muestra dedicaban conside-rable atención a las noticiasextranjeras, con un porcenta-je de veinte noticias por día.La mayoría de los diarios la-tinoamericanos prestaronmayor atención a otros paí-ses de la región que a los Es-tados Unidos; sin embargotres diarios prestaron mayoratención a Europa que a otrospaíses del área.

Estos resultados sugierenque las preocupaciones delNOMIC y el Imperialismo Cul-tural sobre el predominio delas noticias acerca de los cen-tros o metrópolis y la pocaimportancia a otros paíseslatinoamericanos no eran deltodo válidas en 1997. De he-cho, los resultados del pre-sente estudio son similares alos obtenidos en 1979 del es-tudio de la UNESCO porStevenson y Cole (1984): lasnoticias extranjeras origina-das en la misma región sonmás comunes que las noticiasextranjeras originadas en paí-ses industrializados. Las re-giones con menor atención,de cualquier manera, fueronotras regiones del tercer mun-do como África y Asia, un re-sultado similar al hallado porStevenson y Cole. Esto haceque la exigencia del NOMICsobre la necesidad de un flu-jo de información más balan-ceado sea todavía un temaválido y relevante.

Las noticias internacionalesen los periódicos latinoame-ricanos y españoles se refie-ren principalmente a la polí-tica nacional y a noticias so-bre crisis. En principio, se

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debe buscar dar una imagenmás neutral acerca de los paí-ses involucrados, para des-pués promover la disminu-ción de imágenes indeseablesque el NOMIC y muchos aca-démicos internacionales handetectado. Los resultadosapoyan las premisas delNOMIC acerca de que las no-ticias internacionales sobre eltercer mundo reflejan unatendencia negativa. Solamen-te un 24% de todas las noti-cias sobre Europa y 36% detodas las noticias acerca deEstados Unidos fueron nega-tivas. En contraste, 66% detodas las noticias sobre Áfri-ca y 51% de todas las noticiassobre Latinoamérica fueronnegativas. Estos resultadosmuestran la tendencia de losperiódicos latinoamericanosa presentar a los paísesindustrializados de una ma-nera más protagónica que lospaíses en desarrollo.

La cobertura internacional deotros países latinoamerica-nos, por otro lado, no pareceser la adecuada para las me-tas propuestas sobre la inte-gración económica y políticade la región. Sólo hubo unpequeño 3% de noticias quetenía que ver con acuerdoscomerciales e integracióneconómica entre países lati-noamericanos. El espacio de-dicado a actividades diplomá-ticas y políticas entre paísesfue más alto para Europa o Es-tados Unidos que paraLatinoamérica.

En general, los periódicos la-tinoamericanos parecen te-ner una diversificación de sus

fuentes de información inter-nacionales en comparacióncon los sesenta y setenta,pero aún parecen dependerde pocas agencias transna-cionales como AFP, EFE y AP.Siguen lejos de alcanzar elporcentaje de cobertura in-ternacional realizado por co-rresponsales propios de pe-riódicos publicados en paísesindustrializados como Espa-ña y Estados Unidos.

Tanto el rol de los periódicoslatinoamericanos en el movi-miento globalizador de la re-gión, como la formación delproceso de toma de decisio-nes y la opinión pública rela-cionada con el contexto inter-nacional esperan ser concre-tados. Por lo pronto, las evi-dencias surgidas de análisisde contenido como el presen-tado aquí sugieren que losperiódicos latinoamericanoscontinúan siendo centralesen la diseminación de las no-ticias acerca de su propia re-gión y acerca del mundo. Des-afortunadamente, su rol noparece ser tan positivo comola región pudiera necesitar,aunque parece existir unatendencia lenta pero detec-table hacia su mejoramiento.

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Diputado, Presidente de la Comisión de Radio, Televisión yCinematografía, de la H. Cámara de Diputados de México.

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Ponencia presentada por elDiputado Javier Corral Jurado,Presidente de la Comisión deRadio, Televisión y Cinemato-grafía de la H. Cámara de Di-putados, en el Simposio Inter-nacional «Mediamorfosis XXI»celebrado en el Instituto Tec-nológico y de Estudios Superio-res de Monterrey el 24 de fe-brero de 1999.

El momento en que se verifi-ca el foro no puede ser másoportuno pues en los últimosmeses se ha abierto una dis-cusión que esperemos pron-to se convierta en un debateserio y de altura, sobre el pa-pel que desarrollan los me-dios de comunicación ennuestro país, y fundamental-mente sobre la necesidad deactualizar nuestro marco ju-rídico en materia de liberta-des de expresión e informa-ción y de derecho a la infor-mación.

Lo que en realidad acontecees que el desarrollo vertigino-so de los medios de comuni-cación, producto por un ladode los avances científicos y laaparición de las nuevas tec-nologías, y por otro de la li-beralización de la economíay la aparición de una compe-tencia real, nos han adverti-do no sólo de la sociedad dela información en que vivi-mos, sino de la influencia realque ejercen sobre ella y elpoder por el que compiten losmedios masivos de comuni-cación con los tradicionalesactores del proceso políticoen México.

Coincido con el Doctor JavierEsteinou Madrid en el senti-do que «estos se han conver-tido en el centro del podercontemporáneo de nuestraNación». De haber sido instru-mentos de difusión relevan-tes en los 20’s, de convertir-se en el cuarto poder políticoa partir de los 60’s, comocorresponsables del poder,en la década de los 90’s sehan transformado en el vérti-ce del poder actual.

Más aún, han llegado a impo-nerle a la Nación una agendapropia.

El funcionamiento de los me-dios ha atravesado la opera-ción práctica de todas las ins-tituciones sociales básicaspara la dirección del país, algrado que ha sustituido enalgunos periodos o reubicadoen otros a los órganos de ad-ministración social más débi-les o que están en crisis de fun-cionamiento y legitimación.

Ante la baja de credibilidadde muchas de nuestras insti-tuciones, la capacidad de in-fluencia y seducción de losmedios ha construido nuevascredibilidades y hegemoníasbasadas en estrategias demercado a partir del rating.

«En el espacio de relaciónsimbólica que permanente-mente producen los aparatoscotidianos de comunicaciónentre emisores y colectivida-des es donde diariamente seconstruye o destruye mentaly afectivamente al Estado y ala sociedad mexicana. Porconsiguiente podemos afir-mar que en la sociedad mexi-cana de la década de los no-venta, cada vez más, las ba-tallas políticas o sociales seganan o se pierden en losmedios de comunicación co-lectivos y no en otras áreasde las contiendas sociales».1

En otras palabras, a partir delas grandes capacidades per-suasivas que han conquista-do los medios sobre los cam-pos de conciencia de los au-ditorios, las verdades mediá-ticas sustituyen cada vez másal resto de verdades sociales,incluyendo a las jurídicas, éti-cas y morales.

Por ello mismo, atrás queda-ron como métodos reconoci-dos que buscaron y conquis-taron el voto, el mitin en laplaza de armas, el volanteo enlos lugares concurridos, lasvisitas casa por casa, elperifoneo abierto por las ca-lles; la comunicación ahoraes a distancia, mediática, y así

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como se ha sustituido el con-tacto personal con los ciuda-danos en la conquista delvoto, también se empieza aconfundir la comunicaciónpolítica con la publicidad y sesustituye la propuestaprogramática que debe darlecontenido al voto por la pro-ducción de imágenes estric-tamente publicitarias.

Frente a este contexto, y porlas circunstancias específicasdel arreglo institucional quedurante muchos años ha ope-rado entre el poder políticodel régimen priista gobernan-te y un sector de los medios,sobre todo en la radio y la te-levisión, es comprensible yjustificable que se diera unenorme esfuerzo por parte delos partidos políticos porconquistar mayores espaciosy mejores tiempos en radio ytelevisión para la difusión desus mensajes.

Sin duda la reforma electoralde 1996 tuvo avances signifi-cativos en la relación estric-ta ente medios y partidos,dentro del proceso de transi-ción política y la democracia,pues introdujo el derecho deaclaración de los partidos,coaliciones y candidatos enradio y televisión2; y amplióla obligación de que los tiem-pos de Estado destinados alos mensajes de los partidospolíticos se transmitan en ho-rarios de mayor audiencia.3

Además, los lineamientos ge-nerales aplicables en los no-ticiarios de radio y televisiónrespecto de la información o

difusión de las actividades decampaña de los partidos po-líticos que acordaron los par-tidos en el seno del consejogeneral del IFE, constituyeronun intento de avanzar pero enlos tres casos señalados, es-tamos ante normas jurídica-mente imperfectas, puestoque ninguna obliga su cumpli-miento al no señalarse losmecanismos a través de loscuales se puede ejercer elderecho en el caso de la acla-ración, además de circunscri-birlo a las campañas; ni seprevé una instancia y una fa-cultad encargada de hacercumplir a los concesionarios«referente a los tiempos demayor audiencia». Esto a lavez está aparejado con la au-sencia de instrumentos ymecanismos confiables y pú-blicos, independientes de lospropios medios, que nos per-mitan medir y conocer su au-diencia, circulación y pene-tración real en la sociedad. Yen el caso de los linea-mientos constituye en reali-dad una carta de intenciónque puede o no ratificarse,pues no tiene ningún caráctervinculatorio.

Sin embargo, es indiscutibleque por sí mismos constitu-yen un avance, que obligahoy a los legisladores a per-feccionarlo.

Lo inadmisible sería que elacceso plural, equitativo ydemocrático a la radiodifu-sión, que la objetividad, cali-dad uniforme en el manejo dela información, que el dere-cho de réplica, que el manejoequitativo de los tiempos de

transmisión, la importanciade las noticias, la responsabi-lidad de los medios de comu-nicación electrónicos, que laespecificación de las informa-ciones noticiosas de aquellasque son pagadas, es decir lasgacetillas, que el respeto a lavida privada, en suma, quelos lineamientos generales deradiodifusión del IFE comoexigencia del derecho a estarinformado, se reduzca en tér-minos de nuestro proceso detransición democrática, a unmero asunto de relación en-tre los partidos y los mediosde comunicación y no se bus-que, o lo que es peor, se re-nuncie a hacerlo a toda la so-ciedad.

Sería penoso y autodes-tructivo para el propio régi-men de partidos y estaría in-completa nuestra transición,si la lucha por la equidad y elacceso democrático a mediosfuese un pastel sólo reparti-ble entre nosotros los queparticipamos en política par-tidaria. La lucha por el acce-so democrático a la informa-ción y por lo tanto a los me-dios debe tener como motivofundamental al ciudadano. Elciudadano es el sujeto esen-cial de la democracia, y eldestinatario final de la comu-nicación, es la razón de ser deuna y de otra.

La disponibilidad de la infor-mación es un asunto clavepara la democratización. Unsistema de privilegios en ladisponibilidad de ésta es unsistema que no puede llamar-se democrático. Hay que re-cordar que el control de la

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información es una de las for-mas más importantes del po-der.

La construcción de la demo-cracia pasa por la vida coti-diana, trasciende sensible-mente al mero momento delsufragio porque en todo mo-mento debe contar y reque-rir del ciudadano para laestructuración de los órga-nos y las decisiones del po-der. Los medios y no los par-tidos están presentes con suoferta cultural cotidiana-mente.

Por eso muchas constitucio-nes en el mundo saben que«solamente un ciudadanobien informado puede ser unciudadano democrático»4 «Lademocracia se alimenta y dehecho depende de que losciudadanos puedan normarsu criterio y realizar juiciosinformados sobre los temascentrales de su vida y la delpaís»5.

Ya lo decía el filósofo y políti-co Efraín González Luna, que«la conciencia clara es un ele-mento fundamental para eljuicio correcto. Y la opiniónpública hace las veces de con-ciencia de la comunidad, y estan importante para las nacio-nes como la conciencia paralas personas. Por ello requie-re siempre de estar informa-da a la luz de verdades lumi-nosas. Sin opinión públicadebidamente informada, lasociedad está a la deriva; secoloca como un trágico datode supervivencia, resto delsufragio en que se pierde laesencia personal».6

Los ciudadanos requieren in-formación, análisis y opinio-nes -en ese orden- para poderdecidir por sí mismos y, so-bre todo, para poder discer-nir su propio interés en unambiente crecientementecomplejo. Sin medios profe-sionales dedicados a satisfa-cer las necesidades de infor-mación de la ciudadanía lademocracia acaba siendo unaimposibilidad. Por eso, sinceder ante la intimidación, oal linchamiento público, de-bemos reafirmar con hondasconvicciones que se trata deun tema de la Nación, que laauténtica democratización deMéxico, que la reforma inte-gral del Estado tiene comocondición sine qua non la ne-cesaria democratización delos propios medios de comu-nicación. Y que por lo tantoel debate sobre el papel quedesempeñan y la actualiza-ción de su marco jurídico nopodrá ser silenciado, porquese equivocan quienes preten-den advertir que se trata delcapricho de una persona o deun partido, desconociendoque estamos ante un impulsosocial postergado por más deveinte años.

En la búsqueda de una refor-ma legislativa los preceptosde libertad y límites debenestar claros, ninguna ley bas-ta por sí misma para garanti-zar su aplicación, es necesa-rio desandar un largo caminode duplicidades, contradic-ciones, vacíos y ambigüeda-des.

Las viejas prácticas de condi-cionar la libertad de expre-

sión y fomentar la censurafavoreciendo la aplicación del«criterio y discrecionalidad»de funcionarios ante la com-placencia de quienes tienenpara sí el privilegio de losmedios de expresión, debenquedar excluidos.

El derecho a la informacióntiene una sustancial significa-ción si hablamos de la forma-ción de la opinión pública yaque ésta deberá fundamen-tarse en la pluralidad de lainformación, en unos mediosmasivos, vehículos procura-dores de la opinión y el diálo-go de la sociedad y un Esta-do custodio del interés públi-co. Condiciones que en el pre-sente están lejos de ser unarealidad.

De nada serviría un derechoa la información enmarcadoen nuestra Constitucióncomo un derecho fundamen-tal, si para ejercerlo se debesolicitar permiso a la autori-dad o si se dispone de instru-mentos legales ambiguos yparciales que fácilmente pue-dan ser aplicados para escon-der la verdad o la opinión di-vergente de los intereses dela autoridad.

La reglamentación constituyeun instrumento primordialpero su aplicación deberá es-tar lo más lejos posible de lopolítico y administrativo, y deser competencia exclusiva delos medios involucrados o dela autoridad gubernamental.Su vigilancia y operación de-ben ser asunto de una instan-cia autónoma que pueda, demanera responsable, apelar

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para su cumplimiento al pro-pio poder legislativo, a la au-toridad administrativa, aloperador del medio o al pro-fesional de la comunicación.

La procuración de justicia enel ejercicio de un derecho nodebe depender de ningunainstancia gubernamental,pues la información es másque un dato administrativo ojurídico, es base fundamentalde la cultura en su sentidomás amplio.

El debate sobre este concep-to en nuestro país se ha de-sarrollado más en términospolíticos que jurídicos, por lanaturaleza misma del asuntoy los intereses que afecta ade-más de una larga historia deautorregulación que al pre-tender normarse desata unfalso enfrentamiento entre li-bertad y derecho, o lo que eslo mismo, enfrentar comoenemigos irreconciliables a lalibertad con sus límites.

De ahí pues, que muy lejos deintentar coartar las libertadesde expresión y de informa-ción, lo que debemos buscares el establecimiento de re-glas transparentes para queel Estado cumpla con su res-ponsabilidad de garantizarambas libertades junto con elderecho a la información pú-blica, y que los ciudadanospuedan ejercerlo.

En materia electoral hemosavanzado hasta prácticamen-te resolver el grave problemaque representaba contar conorganismos electorales enmanos del gobierno; en res-

puesta a una demanda social,la organización y calificaciónde las elecciones ya no estábajo el control gubernamen-tal a través de la Secretaría deGobernación. Hemos avanza-do a tal grado que de iniciarcon una institución descen-tralizada del poder público,ahora existen organismos au-tónomos y ciudadanizadosque imprimen confiabilidad alos procesos electorales.

Igualmente hemos avanzadoen la conformación de un con-junto de instituciones diver-sas en materia de tribunaleslaborales y agrarios, en mate-ria de Derechos Humanos,hasta la creación misma de laComisión Nacional de Dere-chos Humanos, a través de lacual se ha logrado la promo-ción, desde fuera del gobier-no, de una cultura de respetoy promoción de nuestras ga-rantías individuales. El si-guiente paso es lograr la com-pleta autonomía de esa insti-tución, como ya se ha logra-do con el IFE.

Así es como paso a paso he-mos ido hacia una normali-dad democrática, como par-te de la transición política enla que nos encontramos.

Pero en este momento, cuan-do hablamos de globali-zación, de revolución digitaly de nuevas tecnologías decomunicación, nos damoscuenta que nuestra transiciónpolítica no alcanza todavía alos medios, frente a lo cual,algunos de ellos postulan unaespecie de excepción jurídi-ca, llegando a formular el

principio que -como piedraangular de su filosofía de laimpunidad- «no hay mejor leyque la que no existe»7 o lo quees peor, «la ley de imprenta esperfecta porque no se apli-ca»8.

Quiero a propósito de estapremisa, citar las palabras deldoctor Ernesto Villanueva,quien, gracias a su trabajo enmateria del Derecho de la In-formación, ha establecido ennuestro país las bases para elestudio de la materia, a par-tir de fundamentos jurídicosdel derecho comparado:

«El mundo del fin de siglo yde milenio encamina sus pa-sos en forma recurrente ha-cia la democracia, de la cualla información no podría, enmodo alguno, ser ajena. Porel contrario: la democraciahabrá que entenderla como elgobierno del pueblo en liber-tad. Esta sociedad de la liber-tad puede florecer, sin embar-go, si existe viva una culturade la información, fundada enel pluralismo, la veracidad, laimparcialidad y la equidad.Pero darle tales improntas ala información requiere dealgo más que la voluntad co-tidiana de los sujetos univer-sales de la información. Esnecesario traducir tales afa-nes libertarios y los valoresdemocráticos en normas dederecho vigente y, comple-mentariamente, en valoresdeontológicos»9.

Y es que no está por demásreiterar que sólo el derechopuede brindar seguridad a lalibertad.

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En ese sentido, las libertadesde expresión e información ysus derechos conexos cons-tituyen instrumentos idóneospara preservar el Estado dederecho y favorecer las prác-ticas democráticas porquegeneran contrapesos frente alejercicio del poder. Más aún:constituyen una polea detransmisión de conocimien-tos para que los individuospasen de la condición de súb-ditos a ciudadanos.

El dato esencial de este deba-te es que en una democraciaque en verdad se precie deserlo no puede haber poderesimpunes, ni poderes limita-dos. En tal sentido, corres-ponde al legislador adecuar aun marco jurídico el desarro-llo acelerado en materia decomunicación.

Es necesaria esa certidum-bre jurídica para que los ciu-dadanos puedan ser más li-bres.

Lo importante de este deba-te es no confundir o contra-poner a la ética con el dere-cho. Hoy en México las tradi-cionales instancias que siem-pre se han opuesto a esta le-gislación, se han encargadode establecer esa confusión,abonando al retraso jurídicopor el que atraviesa la mate-ria.

El propio Presidente Zedilloafirmó ante los empresariosde los medios electrónicosque hoy la sociedad está pre-guntándose en dónde radicael contrapeso frente al indu-dable poder que ejercen los

medios de comunicación, aquién le rinden cuentas. Serefirió al sensacionalismo que-expresó- busca una falsa ren-tabilidad. Describió cómo losmedios confunden los asun-tos públicos con los privados,cómo recurren al escándalopara atraer lectores, radioes-cuchas o televidentes. Lo queasombra del discurso presi-dencial es que teniendo tanclaro el diagnóstico yerre to-talmente en el remedio. Pues-to que propone únicamente laautorregulación de los pro-pios medios de comunica-ción.

Tal propuesta, dice MiguelÁngel Chapa, «es engaño outopía, pues requiere madu-rez en la sociedad, como laque falta en un crucero muyconcurrido cuando fallan lossemáforos y la circulaciónqueda a cargo de los intere-sados».10

Luis Rubio lo plantea de ma-nera magistral: «Dentro y fue-ra del gobierno las vocesjustificadoras del inmovilis-mo -y de las peores tradicio-nes de los medios en sus re-laciones con el poder- llevanvarias décadas reduciendo surespuesta a las más elemen-tales propuestas de discusióndel tema, a una frase por de-más ilustradora de la culturade la ilegalidad que cubre to-davía tan vastas zonas denuestra sociedad: es preferi-ble la impunidad ante todoexceso en la gestión de los ór-ganos informativos que elriesgo de caer en la arbitra-riedad al tratar de ajustar susactividades a las normas pro-

pias de un estado de derechomoderno».11

El Presidente Zedillo dice queel Estado no puede imponer-le principios éticos a loscomunicadores. Y tiene ra-zón, pero agregamos, el Esta-do no puede imponerle prin-cipios éticos a nadie. Perodesconoce que a lo que elEstado no puede renunciar esa su obligación constitucionalde establecer reglas que pro-curen el equilibrio y protejana la sociedad.

El derecho a la información seencuentra fundamentado enel artículo 6 de la Constitu-ción General de la República,en virtud de la adición de1977, misma que establece:«El derecho a la informaciónserá garantizado por el Esta-do». Este derecho, sin embar-go, no ha podido ser garanti-zado.

Las disposiciones jurídicasque norman la actividad de lacomunicación social existen-tes -que a la fecha están for-malmente vigentes- se en-cuentran en ordenamientosinoperantes, no tanto por loañejo de su promulgación (laLey de Imprenta data de1917) sino por su falta de apli-cación y consecuencia con larealidad normada.

La normatividad de las liber-tades de expresión e informa-ción y del derecho a la infor-mación cuenta en México conel respaldo del marco interna-cional establecido por la Or-ganización de las NacionesUnidas y la Organización de

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Estados Americanos, por loque cualquier propuesta quese desarrolle deberá contem-plar lo que ya es norma mexi-cana y debe ser aludida en losconsiderandos de la norma-tividad.

Continuar con la inoperanciade derechos tan fundamenta-les como los establecidos enel Pacto Internacional de De-rechos Civiles y Políticos de1966 y ratificado por el Sena-do en 1980 y publicado en1981 y la Convención Ameri-cana sobre Derechos Huma-nos de la OEA, de 1969, apro-bados por el Senado en 1980y publicado en 1981, colocaal Estado en el incumplimien-to de una responsabilidad lla-mada a garantizar tan impor-tante derecho civil.

De ahí que hoy enfrentamoscomo país una penosa reco-mendación de la ComisiónInteramericana de DerechosHumanos de la OEA, que porprimera vez en la historia desus informes anuales sobre lasituación que guardan los de-rechos humanos en el conti-nente, hace a una Nación, yen la que en su capítulo diez,numeral 670, urge al EstadoMexicano a «que promueva larevisión de la legislación re-glamentaria de los artículos 6y 7 de la Constitución mexi-cana en una forma abierta ydemocrática, a fin de que lasgarantías consagradas en losmismos tengan vigencia efec-tiva».12

Dentro de los fundamentos dela recomendación, en el nume-ral 187, la Corte

Interamericana de DerechosHumanos manifiesta: «La liber-tad de expresión es una pie-dra angular en la existenciamisma de una sociedad demo-crática. Es indispensable parala formación de la opiniónpúbica. Es también condiciónsine qua non para que los par-tidos políticos, los sindicatos,las sociedades científicas yculturales y en general, quie-nes deseen influir sobre la co-lectividad puedan desarrollar-se plenamente. Es, en fin, con-dición para que la comunidada la hora de ejercer sus opi-niones, esté suficientementeinformada. Por ende, es posi-ble afirmar que una sociedadque no está bien informada noes plenamente libre»13

No legislar en la materia nosólo constituye un incumpli-miento jurídico sino unairresponsabilidad social quelos poderes constituidos de-ben valorar antes de tomar ladecisión de establecer o noreglas claras para el debidoejercicio de los derechosconstitucionales de las liber-tades de expresión e informa-ción y del derecho a la infor-mación.

Puedo afirmar que todo loanterior encuentra sentido enlos proyectos legislativos quehoy se encuentran en revi-sión.

• Cumplir con el compromi-so adquirido de generar lasnormas secundarias al man-dato establecido por los Con-venios Internacionales cele-brados por México y aproba-dos por el Senado.

• Dar marco y garantías al tra-bajo profesional del informa-dor al establecer la cláusulade conciencia -para que losperiodistas no sean obligadosen sus medios a difundiraquello que sea contrario asus creencias o a sus códigoséticos- el respeto al secretode sus fuentes informativas,a la integridad de su trabajoprofesional y el acceso a lainformación de interés públi-co.

Otro de los temas morales estransparentar las reglas de larelación Estado-medios gene-rando con ello mayor credi-bilidad en ambas institucio-nes. El gasto público en me-dios de comunicación debetener criterios claros y prove-nir de recursos contenidos enpartidas presupuestales es-pecíficas y estar sujetos a lasdisposiciones orientadas alcontrol y fiscalización del gas-to público.

Que la contratación de publi-cidad o inserciones satisfagarequisitos mínimos en losmedios, tales como la certifi-cación de tiraje, circulación ycobertura. No contar entrelos accionistas o propietariosdel medio con familiares has-ta cuarto grado en línea direc-ta y hasta segundo grado enlínea colateral de cualquierservidor público de la depen-dencia o entidad relacionadodirecta o indirectamente conla contratación.

Igualmente establecer lasnormas de operación y am-pliar la tarea de los medios degobierno a medios de servi-

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sociedad tenga una participa-ción activa. Esta es unareconversión fundamentalpara el desarrollo democráti-co del país.

El tema central es la obliga-ción del Estado de garantizarel acceso a la información,que los expedientes y asun-tos gubernamentales dejende ser privados y en muchoscasos secretos. No es posibleque México siga compitiendoen medio de la globalidad,cuando ni siquiera se tieneacceso a los archivos oficia-les; es bochornoso que atreinta años de la matanza deTlatelolco estemos todavíaayunos de lo que realmentepasó, por la inexistencia delegislación en la materia.

Nosotros estamos de acuer-do en que debe existir unainstancia plural para la res-ponsabilidad compartida dela vigilancia y arbitraje de losasuntos relacionados con lasgarantías de los derechosfundamentales de libertad deexpresión e información ydel derecho a la información.Se ha propuesto al respectoun Ombudsman de la Infor-mación a partir de un insti-tuto.

Hay una tendencia mundial aincorporar a la sociedad en lavigilancia y aplicación de laley. En muchos países ya exis-ten estas instancias, pues sonmecanismos no punitivos,pero sí eficaces y prácticospara la defensa moral de losciudadanos frente al Estado ylos medios de comunicación.

¿Cómo podría ser este Insti-tuto? Podría tomar el caminoque recorrió IFE o quedarseen su primera parte, como unórgano desconcentrado de laadministración pública fede-ral.

Es importante que esta ins-tancia desarrolle, en el ejer-cicio de sus funciones, obje-tivos muy claros:

*Promover el respetoirrestricto a las libertades deexpresión y de información,y procurar la defensa y vigi-lancia del derecho a la infor-mación de todos los mexica-nos, mediante la promociónde una cultura de legalidad yresponsabilidad.

* Asesorar e informar a la so-ciedad en general, respecto ala naturaleza, alcances y res-ponsabilidades de las liberta-des de expresión e informa-ción y del derecho a la infor-mación; estimular contenidosen los medios, conciliar losintereses de los actores, im-pulsar una mayor concienciade responsabilidad y compro-miso, conocer las quejas quese presenten para resolver lascontroversias entre los me-dios, la sociedad y el Estado.

En todo esto se ha pensadocuando se revisa el proyec-to presentado en abril de1997; nadie quiere coartar lalibertad de expresión, esosimplemente es imposible, laConstitución determina cla-ramente sus límites y garan-tías. El problema real es quehay quienes -aun en esta na-ciente democracia- no quie-

ren asumir frente a la socie-dad ninguna responsabili-dad.

En resumen: la transición po-lítica, la transición democrá-tica de fin de siglo no es posi-ble si carecemos de seguri-dad jurídica en materia demedios de comunicación. Loanterior únicamente puedeser posible a través del esta-blecimiento de mecanismosque obliguen a que ocurranprocesos transparentes, tan-to en el otorgamiento de con-cesiones de radio y televi-sión, como en la vigilancia dela aplicación de los reglamen-tos que regulan las activida-des en materia de comunica-ción, evitando al mismo tiem-po la existencia de monopo-lios. (En realidad lo que cons-tituye una verdadera amena-za a la libertad de expresiónno es un proyecto legislativoque por lo demás ni siquierase ha terminado de revisar,sino la gran concentración demedios en unas cuantas ma-nos).

Establecer reglas claras dota-rá de seguridad a los actoresdel proceso de comunica-ción. Que no sea el Poder Eje-cutivo Federal el quediscrecionalmente goce detantas facultades. Por ejem-plo, en los nuevos títulos deconcesión de radio, la Secre-taría de Comunicaciones yTransportes se reserva enforma expresa el derecho derevisarla cada cinco años. Esole arrebata certeza jurídica alos concesionarios, quienesen algunos casos prefierendejar de invertir.

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Actualmente pisamos un te-rreno donde impera la insegu-ridad jurídica. Es necesarioque nuestra mirada esté diri-gida por un marco jurídicoque al mismo tiempo sea elcamino para hacernos ciuda-danos más libres, para que lademocracia en el nuevomilenio sea un ejercicio y noun objetivo inalcanzable.

1. Javier Esteinou Madird.

Espacios de Comunicación,

UIA, UNESCO.

2. Artículo 186 del Cofipe.

3. Artículos 44, 46 y 48 del Cofipe.

4. Artículo I de la Constitución de la

República Federal de Alemania.

5. Luis Rubio, Reforma, 9 de junio de

1998.

6. «Humanismo político» volumen I.

7. Declaración de diversos miembros

de la Sociedad Interamericana de

Prensa, en desayuno con legislado-

res, 27 de enero de 1999, Camino Real,

México D.F.

8. Idem.

9. Derecho Comparado de la Informa-

ción, Comisión de RTC, Cámara de

Diputados y UIA.

10. Periódico Reforma 5 de octubre

de 1998.

11. Ante el Presidente de la Repúbli-

ca, el 7 de junio, en la entrega de los

premios nacionales de periodismo.

12. Informe anual 1998, CIDH de la

OEA.

13. Idem.

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Los autores son profesores investigadores de la Escuela deComunicación Social de la Universidad Central de Venezuela

Dirección: Ciudad Universitaria, Caracas 1040

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Durante este último tiempo eltema de la cultura se ha esta-do moviendo. Aunque estemovimiento ha girado en tor-no a los nombramientos delConsejo Nacional de la Cultu-ra y poco en relación a suresignificación en el climanuevo que está presente en elpaís. Ya tenemos a los «con-ductores» de las políticas cul-turales, a sus gestores. Aho-ra hay que abrir espaciospara la discusión y la confor-mación de los «paradigmaspolíticos de la acción cultu-ral». Requerimos entonces demodelos, no sabemos si nue-vos, pero sí de miradas am-plias que abarquen las trans-formaciones que está asu-miendo la vida toda en el país.Desde la crisis económicahasta los desplazamientosque ha tenido la política pro-fesional, pasando por las nue-

vas sensibilidades, hacen dela constitución de políticasuna asunción de pluralidadde fomas desde las cuales sevan a traducir esos cambiosy desplazamientos. Comoapuntaba en cierta oportuni-dad García Canclini: «A fin desalir de los tratamientos me-ramente descriptivos o buro-cráticos de la política cultu-ral, hay que encarar el deba-te sobre las concepciones ylos modelos que la organi-zan».

En estos momentos estamosávidos de participación. Portodas partes y en cada rincónde la institucionalidad delpaís, sea esta oficial o priva-da (hasta mixta) hay la urgen-cia de la necesidad de inter-venir en lo público comoaquella cosa que nos pertene-ce y que sentíamos se noshabía ido de las manos. Deja-mos el largo y tedioso boste-zo de tanto tiempo y voltea-mos, todos sin excepción,hacia la Asamblea NacionalConstituyente como escena-rio para discernir nuestrasculpas y «darle un nuevo rum-bo republicano a Venezuela».Un signo nuevo de la culturanuestra que se está convir-tiendo en «cultura política delvenezolano». Ojalá que perdu-re y que no sea «sueño de unanoche de verano».

Estamos aquí frente al proce-so de reunión de una Asam-blea Constituyente. Las pre-guntas ahora son: ¿Qué papeldebe jugar la cultura dentrode la definición de la vida po-lítica y ciudadana? ¿Tendráalgo que decir la cultura den-

tro de un nuevo esquemaconstitucional? ¿Seguiremosrepitiendo lineamientos paraun tiempo pasado, para untiempo «que no es como an-tes»? La retórica del pasadoy del presente, sin contar conindicadores serios y científi-cos que nos sirvan de guía,¿podrá tener existencia hoy?

En los momentos que corren,en donde la cartografía cultu-ral tradicional se ha despla-zado hacia nuevas fronterasculturales, requerimos deindicadores que nos hablen yque sepamos leer acerca delas propuestas que aquellosagentes y pacientes de la cul-tura están ampliando/soñan-do para cada uno de los sec-tores en donde ellos se sien-ten involucrados por pensa-miento y acción. Surge la ne-cesidad de preguntarles des-de la gestión de la cultura,desde el aparato burocráticoen donde se gestionan laspolíticas, acerca de esas po-líticas culturales que se de-ben implantar y para ello serequiere de la pesquisa decampo mediada por la riguro-sidad científica del instru-mento a emplear.

Estas notas e ideas no inten-tan otra cosa que ayudar a unproceso de reflexión necesa-rio sobre el tema de la cultu-ra. Quienes escribimos estodeseamos apuntar una repre-sentación que requeriríacomplementarse con otras.Nuestra perspectiva parte deltrabajo de campo en dondequisimos averiguar lo parti-cular para luego ir a lo gene-ral. Desde esa micro-porción

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de la realidad (lo particular)inferimos sobre la poblacióncultural del país (¡tamaño de-safío intelectual!). No pode-mos preguntarle a todo elmundo. Requerimos enton-ces de una fuente de partici-pación del público (calificadoo no) y surge así la encuestacomo instrumento de medi-ción entre lo global como pro-blema y lo particular tambiéncomo problema. Pensar loparticular para seguir pen-sando los problemas.

¿Cuál es la noción teórico-con-ceptual que se debe asumirsobre la cultura y que debeestar presente en el procesoconstituyente? ¿Cuáles son laspropuestas de carácter globalque debe contemplar la nuevaconstitución en el área de lacultura? ¿Qué políticas cultura-les deben priorizarse en cadasector específico? Estas sonlas tres preguntas que nos lle-varon a estudiar la cultura enel proceso constituyente quese abre al país.

Del repertorio de cuestionessurgidas en la investigaciónqueremos destacar aquellasque creemos son las más sig-nificativas para dar luz y con-formar una agenda culturalconstituyente.

1. LA CULTURA COMO CON-CEPTO Y REALIDAD «BISA-GRA»

Todos los estudios actuales -de carácter renovado- reco-nocen que la conformaciónde la llamada «cultura-hoy» eshija de los grandes postula-

dos ideológico-filosóficos quedieron forma a la modernidaden el sentido ilustrado del tér-mino, pero que ahora desco-nocen como si fuera un hijonatural. Esta cultura-hoy hasido el resultado de la expan-sión masiva de la escola-rización, de las grandes in-dustrias culturales, de las re-gionales y locales estructurasde comunicación y de la apa-rición de una cultura de ma-sas de base industrial. A loque estamos asistiendo es auna reorganización de la cul-tura a partir del desarrollotecnológico e industrial queson fruto de esa modernidad.

Esta necesidad que tenemosde formular definiciones paratodo, en el ámbito de la cul-tura es como buscar una agu-ja en un pajar. El esfuerzo quehiciera cierta vez GeorgeBalandier de levantar un cen-so acerca del concepto de cul-tura dio muestras de unas 250definiciones y condujo al finaldiciendo que todavía no exis-te ni definición ni teoría de lacultura a la que se pueda unoadherir sin ninguna clase dereticencias.

El planteamiento se hace pre-sente en la investigación. Se-gún el orden jerárquico de larespuesta afirman losencuestados:En primer lugar: la cultura estodoEn segundo lugar: es educa-ciónEn tercer lugar: es diversaEn cuarto lugar: la cultura eslibre y es un mecanismo decambio socialEn quinto lugar: cultivo de

valores; servicio público; pro-ceso socializador; proceso di-námico; la cultura es indepen-diente de todo proceso consti-tuyente; y no tiene nada quever.

Pareciera que hay contradic-ciones, pero hilando fino noes así. Cuando se afirma quela cultura es educación, culti-vo de valores, procesosocializador, estamos asu-miendo evidentes procesosde gestación de un nuevo su-jeto social, de una nueva ciu-dadanía. Las diferencias sehacen visibles en el mecanis-mo para los cambios. Unospiensan -la dirigencia de laburocracia cultural actual-que los cambios (tanto dementalidad como de gestión)vendrán a partir de la nuevaconstitución. Los otros, quedentro de la investigación sonla mayoría, se inscriben enuna línea más antropológica,incluso estructural y socioló-gica. Estas últimas acepcio-nes no tienen que ver con elproceso político actual queestá viviendo el país, estánmás enclavadas en los senti-dos y resultados de la propiacultura como «proceso vitaldel hombre».

¿Es posible unificar esas dife-rencias? Creemos que sí. Se-ría el momento de encarar elproceso constituyente parainiciar un diálogo sobre eltema, para romper diferen-cias y exclusiones, para acer-carnos a realidades bien con-cretas y para entender quehoy la cultura (su produccióny disfrute) está transitandopor otros medios que tienen

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que ver más con lo social dela gente y su cotidianidad. Deahí nuestra tesis de una polí-tica cultural como políticasocial.

La otra ausencia que estánevidenciando las respuestases la no consideración de loscircuitos masivos-industria-les de la producción cultural:las industrias culturales, elsector de la informática y lastelecomunicaciones comoelementos a tomar en cuentaen una conceptualización dela cultura. Es la idea de com-prensión teórica sobre el sen-tido de industria cultural quees la forma como el mercadoha concentrado sus esfuerzosde producción-distribución-circulación-consumo de lasformas simbólicas agregadas,pero antes sistematizadaspor los media. Es la apuestapor un pensamiento no nega-tivo sino más bien de com-prensión de lo que pasa al in-terior de esas formas domi-nantes y hegemónicas de in-dustrialización de la cultura.

Es el entender que las indus-trias culturales son hoy elprincipal recurso con el quecuenta una inmensa mayoríade gente en nuestro país paraacceder a una diversidad debienes culturales, a un cono-cimiento (aunque sesgado enocasiones, manipulado enotras) recíproco de la reali-dad, a la construcción de unimaginario común para la di-versidad de experiencias yademás para la constituciónde la ciudadanía de este tiem-po. Por ello es imprescindibleen la cultura del «aquí y aho-

ra» comprender los procesoscomunicacionales masivos einsertarlos en el hacer cultu-ral.

2. DE LA POLÍTICA A LASPOLIÍTICAS CULTURALES

Hay que redefinir el panora-ma tanto formal como con-ceptual. Para ello se hace ne-cesario estar claro en la ideade una política cultural en de-mocracia y que sea aplicabletanto a la sociedad política(gobierno y partidos políti-cos) como a la sociedad eco-nómica (empresas, fundacio-nes, mecenas). Así apuntaría-mos que las políticas cultura-les para la democracia, enpalabras del chileno José Joa-quín Brunner, «son -en un sen-tido más general- inevitable-mente políticas formales. Per-siguen arreglos institucio-nales más que difundir con-tenidos cognitivos a la socie-dad. Persiguen crear y multi-plicar las estructuras de opor-tunidades (mercado, sistemasde elección, pluralidad deofertas, variedad de los con-sumos) y al mismo tiempo,impedir (mediante contra-balances, procedimientos,formas de control, medidasde competencia, apertura decierres, etc., que esas estruc-turas de oportunidades seanobjeto de cierre social o ideo-lógico o de cualquier otra for-ma de manipulación mono-pólica».

Ahora bien, ¿qué tipo de polí-tica cultural plantearon losencuestados de la investiga-ción? ¿Qué componente del

circuito cultural se está pri-vilegiando en relación al con-texto y modelo cultural exis-tente en el país? ¿Qué mode-lo cultural sale a relucir ennuestro ambiente? Las res-puestas en orden jerárquicopor la frecuencia de coinci-dencia en las políticas pro-puestas fue como sigue:

1º - Llevar la cultura a las ins-tituciones educativas2º - Financiamiento y subsidiode la cultura3º - Regulación de los mediaen perspectiva cultural4º - Promoción de valores cul-turales reales y afirmativos - Incentivar en la cultura larelación cultura-Estado - Fomentar la cultura popu-lar5º - Democratización de lacultura6º - Promover la cultura local - Asegurar y profundizar laintervención del CONACcomo ente rector de la políti-ca cultural - Generación de una políti-ca de seguridad social para elactor cultural - Diseño de políticas cultu-rales masivas hacia los secto-res mayoritarios del país7º - Eliminación del CONAC ycreación de un ministerio dela cultura - Política de creación decooperativas culturales parael desarrollo de políticas cul-turales sectoriales8º - Intervención del Estadoen todo el quehacer culturaldel país - Legislar en función depolíticas culturales. Generarleyes que impacten el queha-cer cultural del país

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- Transformar y convertira las instituciones culturalesdel Estado en fundacionesculturales y dotarlas de esamanera de una mayor flexibi-lidad en cuanto a la creacióny circulación del hecho cultu-ral - Darle jerarquía de «polí-tica de Estado» al hecho cul-tural

- Creación de nuevos cen-tros de proyección de la cul-tura - Gestación de proyectosculturales nuevos e inéditos - Diagnosticar el sectorcultural del país a través deun «inventario nacional cultu-ral»: un censo cultural.Entonces, podemos agruparlas políticas culturales apun-

tadas como propuestas y di-señar un «mapa de propues-tas de políticas culturales».(Ver cuadro).

De la configuración de esemapa cultural de propuestasde políticas culturales deacuerdo a nuestra investiga-ción resaltan algunos aspec-tos sobre los cuales quere-

MAPA DE PROPUESTAS DE POLÍTICAS CULTURALES

Política cultural de acuerdo Propuesta de política cultural Orden a componentes jerárquico

En el nivel de los agentes • Financiamiento y subsidio de la cultura 2 • Generación de una política de seguridad social para el actor cultural 6

En relación a los medios • Fomentar la cultura popular 4de producción • Promover la cultura local 6

En relación a los canales • Regulación de los media en perspectiva cultural 3de comunicación • Crear mecanismos nuevos e intensificar los existentes 7

en el ámbito de la difusión cultural

En relación a los públicos • Diseño de políticas masivas hacia los sectores mayoritarios 6 • Democratización de la cultura 5 • Llevar la cultura a las instituciones educativas 1

En relación a las instancias • Eliminación del CONAC y creación de ministerio de la cultura 7organizativas • Creación de cooperativas culturales para el desarrollo de 7 políticas culturales sectoriales

• Intervención del Estado en todo el quehacer cultural 8 • Legislar en función de políticas culturales. Generar leyes que 8

impacten el quehacer cultural del país • Transformar y convertir a las instituciones culturales del Estado en fundaciones y dotarlas de mayor flexibilidad en cuanto a 8 creación, difusión y circulación del hecho cultural

• Asegurar y profundizar la intervención del CONAC como ente 6 rector de la política cultural • Incentivar en la cultura la relación cultura-Estado 4 • Dar jerarquía de «política de Estado» al hecho cultural 8 • Promoción de valores culturales reales y afirmativos 4 • Creación de nuevos centros de proyección cultural 8 • Gestación de proyectos culturales nuevos e inéditos 8 • Diagnosticar el sector cultural del país a través de un «inventario 8 nacional cultural»: un censo culturalPolítica en y frente almercado NINGUNA

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mos enfocar la atención y quemerecen una breve reflexión:

1) Llama la consideración ellugar que ocupa el siemprediscutido tema del finan-ciamiento y subsidio a la cul-tura. En ese sentido mucho seha hablado y pensado al res-pecto y pocas luces hemosencontrado. De todas las dis-cusiones públicas que se handado nos parece interesantela opinión del joven bailarín,coreógrafo y docente de dan-za Luis Viana. Decía: «A mí elsubsidio me parece una figu-ra que yo rescato. La políticade subsidios, con todo lopaternalista, es avanzadí-sima. Que el Estado genereuna política de apoyo a susartistas, me parece funda-mental, pero también deberíahaber un control que en estecaso no se vería como censu-ra sino como supervisión delos proyectos».

El tema del presupuesto parael hacer cultural es vital, perotambién es clave la evalua-ción y seguimiento de los pro-yectos. Inclusive, habría queconsiderar la «legitimidad»del hecho cultural en relaciónal subsidio o financiamientoen base a coordenadas talescomo:a) Democratización y descen-tralización (como puntos deacceso a la cultura); b) La po-tencia de producción cultu-ral; c) Aspectos de calidad,trascendencia y valores cul-turales; d) Consideración entorno a la producción nacio-nal vs. externa; e) Orientaciónde los subsidios hacia los cir-cuitos culturales: los aspec-

tos de concentración y demultiplicación de la actividadcultural; f) Relación del sub-sidio con la actividad cultu-ral: complejidad de la produc-ción, agentes que intervie-nen, resultado final...

2) Aquellas propuestas quefueron señaladas en relacióna los medios de producciónse interrelacionan. Se planteael fomentar la cultura populary la promoción de la culturalocal . Aquí entramos eninterrogantes como: ¿qué eslo popular? ¿qué es lo local?Esas interrogantes tienen queser abordadas frente a cues-tiones como: la avasallantepresencia de las industriasculturales de la informaciónentretención y las telecomu-nicaciones; la globalizaciónde esas mismas industriasculturales y la mundializacióncultural que introducen; losprocesos de «glocalización»que están sufriendo las cultu-ras populares y locales; losprocesos de desterritoria-lización que se hacen presen-tes desde la mundializacióncultural; y la idea de lo «po-pular» y de lo «local» queasientan las industrias cultu-rales.

3) La propuesta de regular alos medios ¿no será por lacompetencia y el uso que deellos hacen las audiencias?Este tema debe hoy ser anali-zado a la luz de nuevos plan-teamientos que asuman notanto la consideración de quécosa hacen los medios conlos perceptores, sino másbien qué hacen los públicoscon los medios y entender/

ver cómo los seducen, les sonútiles, cómo los integran asus rutinas como prácticassociales de cotidianidad. Estavisión debe partir desde laconsideracion de los mediacomo instrumentos tecnoló-gicos que son, hasta los con-tenidos que ellos difunden yque impregnan los distintosespacios de vida cultural.

En la investigación no hayninguna otra consideraciónen torno al papel de los me-dios, lo cual nos está apun-tando que los gestores cultu-rales y los actores del queha-cer cultural encuestados si-guen manteniendo la re-flexión y la acción sobre polí-ticas culturales de una mane-ra o forma «elitista» dirigidatanto a los circuitos como alas propias acciones cultura-les. En ese sentido irrumpeuna interrogante más: ¿nohabrá ceguera de los dirigen-tes culturales ante el creci-miento y uso de las industriasculturales al ignorar el lugarque empezaban a ocuparpoco a poco los productos deesas industrias en el tiempolibre de la población?

4) En respuestas como llevarla cultura a las institucioneseducativas (en primer lugardel conjunto de las propues-tas) es difícil determinar dequé se está hablando. Quizássea la necesidad de orientara los públicos jóvenes y for-marlos para ser nuevos públi-cos, para el futuro. Pero ca-bría preguntarnos para quétipo de disfrute cultural. Qui-zás en la propuesta esté pre-sente la idea/concepción de

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«educar» a los jóvenes en nue-vas alternativas culturalesfrente a aquellas considera-das «subculturales» o de poco«valor cultural». Si cruzamosesta respuesta con algunas delas que se dieron para otroscomponentes de las políticasculturales a lo mejor pode-mos sacar el agua clara. Aun-que todo lo que podamos «es-pecular» serán meras sospe-chas. Nos gustaría creer queesa propuesta tan referida tie-ne que ver con la «formación»de los públicos para las varia-das formas de productos cul-turales y con la educación deesos públicos para el actocreativo en sí, sea éste del sig-no que sea. Duda: ¿Y los queno acceden a la educaciónformal institucionalizada, quéocurre con ellos? Como sim-ple dato de referencia hemosdescubierto, según un análi-sis de Josefina Bruni Celli(IESA), en 1995, de un totalde 4.608.200 jóvenes en eda-des comprendidas entre 15 y25 años, 1.116.266 (24.22%), niestudiaban ni trabajaban,además que de ese total dejóvenes 623.699 (13.5%) se en-contraba en estado de exclu-sión social y económica.

Más claras, o confusas, segúnsea el caso, están las otrasdos propuestas de política, esdecir: democratización de lacultura (en quinto lugar) y di-señar políticas culturales hacialos sectores mayoritarios delpaís (ocupando el sexto lu-gar). En relación a la propues-ta de democratizar la culturaestaría implícita la idea de ladifusión de productos y ges-tiones culturales con carácter

democrático; con la expan-sión a todos los públicos ycon la llegada de productosculturales a la diversidad deconsumidores sin menospre-ciar a ningún segmento depúblico y con la necesidad deorientar la diversidad de cir-cuitos culturales con varia-bles formas de operar. Y tam-bién tendría que ver con losmecenas y cada vez más re-queridos procesos de descen-tralización cultural en rela-ción a las gestiones, presu-puestos de financiamiento/subsidios y una referencia alos propios productos cultu-rales en sí.

Pero, no únicamente es nece-sario democratizar la políticacultural, afirman los encues-tados, sino que plantean lanecesidad de diseñar políticasmasivas hacia los sectoresmayoritarios del país. ¿Es queacaso hoy por hoy hemosorientado las políticas de ges-tión y creación hacia sectoresminoritarios y privilegiadosde la sociedad? ¿Tenemosindicadores que nos hablende hacia dónde se orientanlas políticas culturales enconcordancia con las audien-cias? ¿Sería un indicador elconocimiento de hacia dóndevan los dineros del Estadopara la cultura en el estudiode grupos, referencias y espa-cios geográficos? Quizás ayu-de lo que nos dijera GarcíaCanclini cuando afirma que«Las políticas culturales másdemocráticas y más popula-res no son necesariamnetelas que ofrecen espectáculosy mensajes que lleguen a lamayoría, sino las que toman

en cuenta la variedad de ne-cesidades y demandas de lapoblación».

5) Dentro del componenteque hace referencia a «las ins-tancias institucionales de or-ganización» surge entonces lapolítica cultural frente a esasinstancias. Aquí es dondehubo mayor cantidad de re-ferencias/propuestas: onceen total, aunque solamentedos -incentivar en la cultura larelación cultura-Estado y pro-moción de valores culturalesreales y afirmativos- ocuparonlugares privilegiados de jerar-quía, ambas el cuarto lugar.

La recurrencia al nombrar enel conjunto de propuestasdentro de este componente alCONAC, ya sea para transfor-marlo en Ministerio de la Cul-tura o para que legisle y cum-pla su papel como rector cul-tural, y además asegurar suintervención como órganodel Estado en la organización-orientación-garante delfinanciamiento del circuitocultural público nos está ha-blando de la necesidad deque él a lo mejor no está cum-pliendo con el objetivo con elque nació.

Siendo este tipo de políticauna de las más importantes,porque es desde la instanciaorganizativa de donde partenlas propuestas de políticacultural, vemos como todaslas referidas están orientadashacia la consideración de lacultura en su promoción yhasta en su gestión desde laperspectiva exclusiva del Es-tado, inclusive algunas de las

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nte propuestas son bien explíci-

tas al plantear el darle unajerarquía de política de Esta-do al hecho cultural e incen-tivar la relación cultura-Esta-do. Habrá que preguntarse eneste tiempo por los modelosde gestión que se van confor-mando, por la irrupción de un«paisaje cultural distinto», sino se requerirá propiciar lainterlocución participativa deotros circuitos y agentes cul-turales distintos a los del Es-tado. Exitosas experienciasexisten en nuestro contextoal respecto. Otra interrogan-te: ¿Lo público es sólo com-petencia del Estado?

6) Ninguna propuesta en yfrente al mercado. El términomercado como que suena feocuando se refiere al ámbito dela cultura. Se suele decir que«lo cultural no es un produc-to, o como un producto, quetiene que ser exhibido en elestante de las mercancías».

¿Qué sucede ante el mercado,el mercado cultural? Quizássea el hecho de no entenderal mercado como espacio derelaciones socio-culturales, yno sólo conformado por va-lores de cambio. Esa instan-cia que denominamos merca-do es el lugar o espacio estra-tégico en donde se cumple elvalor exhibitivo del productocultural y en donde los con-sumidores (ciudadanos antesy además...) sienten realmen-te que están participando dealguna manera en la vida pú-blica. En la perspectiva deuna política cultural ante elmercado requerimos de unaconceptualización distinta

que de antemano no juzgue almercado y que descubra nue-vas relaciones entre Estado ymercado, incluso entre elcreador y el gestor cultural yel mercado.

El mercado nos convoca alconsumo. ¿Algún problemaen esa convocatoria? ¿Prejui-cios? simplemente recordarque los ciudadanos somostambién consumidores.

3. UNA PLURALIDAD DE PO-LÍTICAS CULTURALES

No hay una única política cul-tural, el plano de las políticasculturales (así en plural) esvariado. Dentro de los distin-tos circuitos culturales, aménde contar con los componen-tes que los conforman y queya explicitamos antes nosencontramos con áreas o sec-tores culturales los cuales seasocian unos con otros den-tro de la sociedad y confor-man la cultura. Cada sectorde la cultura posee unas ca-racterísticas diferenciadorasdel resto, es lo que podría-mos llamar el lenguaje desdeel cual se muestra la acccióncultural específica. Desde eselenguaje circulan significadospropios que configuran elproceso de reconocimiento yde resignificación cultural.

A partir de lo que hemosapuntado, y siempre desde elresultado de nuestra investi-gación, veamos inmediata-mente el conjunto de políti-cas culturales que se plan-tean para cada uno de los sec-tores considerados dentro

del amplio ámbito de la cul-tura. Las respuestas de losencuestados parten de labase de cómo intervenir en elarea específica y formular asílas políticas culturales deacuerdo a sectores específi-cos:Cine.-- Financiamiento y subsidios- Reforma de la actual Ley decine- Consolidación del CONAC- Crear espacios de distribu-ción del cine nacional- Copiar reformas de otrospaíses para lograr el despun-te del cine nacional como in-dustria- Vincular la televisión al cinenacionalDanza.-- Seguridad social al artista- Definir los estudios formalesde danza- Implementación de infraes-tructura- Creación de talleres de dan-za- Mecanismos de proyeccióntanto nacional como interna-cionalGestión cultural.-- Fortalecimiento del CONAC- Apoyo estatal a la cultura- Apoyo a instituciones de in-vestigación culturalLiteratura y edición.-- Subsidio al área- Ampliación de la BibliotecaNacional- Mecanismos de masificaciónde la culturaMúsica.-- Políticas de mejoramientoeducativo del área- Subsidios- Creación de festivales- Involucrar a los media enplanes de difusión

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Cultura popular.-- Creación del sistema nacio-nal de escuelas de formaciónde cultura popular- Políticas para las etnias in-dígenas- Incentivar la investigaciónsobre cultura popular- Difundir las manifestacionesindígenasTeatro.-- Rescate y preservación delos actuales espacios teatra-les- Ordenamiento del aparatocultural del Estado- Creación del Instituto Autó-nomo de Teatro- Subsidios- Creación de política de me-cenazgoArtes plásticas.-- Subsidios- Respaldo al artista comocreador- Crear nuevos centros de for-mación en el área- Definir los perfiles de losactuales museos- Promover las obras urbanasFotografía.-- Crear una escuela superiorde fotografía- Crear una fototeca nacional- Política de conocimiento yexpansión del área

EPÍLOGO

Hemos repetido muchas ve-ces que hoy las cosas hancambiado. En el país se estánviviendo cambios que no sonde ahora, aunque sea en estemomento cuando ellos hanreventado o se han hechodemasiado explícitos... Ensentido general ha habidocambios del orden cultural

porque si no, cómo explicarlos acontecimientos que esta-mos viviendo. Entonces, eltema de la cultura debe serabordado como un tema prio-ritario acerca del orden devida que empieza a perfilar-se en Venezuela. La cultura esun tema político y como taldebe asumirse. Compete atodos plantearlo y ver cómola cultura se va disolviendoen lo político, económico ysocial del país. Estamos vi-viendo transfiguraciones im-portantes en nuestras exis-tencias como venezolanos yellas se están manifestandoen diversos planos de la vidapública.

En estos cuarentitantos añosde vida democrática en Vene-zuela no todo debe ser echa-do por la borda, hay aspectosque merecen ser rescatadosy otros sometidos al debate,formularles interrogantespara ver qué tal funcionaríanen este ciclo nuevo en el quenos insertamos y que ademáscoincide con el nacimiento deun nuevo milenio. El desafíoes inmenso.

Luego, se trata de definir elcarácter general de nuestraspolíticas culturales con eseambiente de cambios quepresenciamos y que nos toca-rá vivir con mayor profundi-dad aún. Políticas culturalesque estén conectadas direc-tamente con el país que que-remos, con la instituciona-lidad que deseamos y que seharán posibles con los suje-tos sociales bien dispuestosa encarar al país y hacerloconcreto. El asunto es filosó-

fico, político y ético... es cul-tural.

¿Venezuela requiere de unmodelo cultural distinto?¿Qué papel deben jugar loscreadores, los gestores y lagente como público/audien-cia? ¿Se deben redefinir, entérminos de políticas cultura-les, la acción de los distintoscircuitos culturales? ¿Los dis-tintos circuitos culturalesdeben engarzarse uno conotro y no permanecer aisla-dos en perspectiva de políti-cas culturales? ¿Habrá quepriorizar algún componentecultural, por lo tanto una po-lítica cultural determinada,por sobre los otros?

Sobran las interrogantes. Oja-lá que estas ideas, productode la investigación llevada acabo, y que debiera extender-se al resto del país, sirva paradarle otra mirada al tema dela cultura en vísperas de unproceso constituyente quedebe considerar a los valoresdemocráticos, de respeto a ladiferencia y de no exclusióncomo principios culturalesno discutibles. Allí reside elefecto de estos años de demo-cracia que vivimos y que he-mos heredado.

ANEXO

La investigación en cuestión tiene

como características (Ficha Técnica)

las siguientes:

• Encuesta de Opinión Calificada

• Se planteó como Objetivos Genera-

les los siguientes:

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*Determinar la percepción

del valor de la cultura dentro de un

proceso de cambio político

*Indagar las propuestas bási-

cas, bajo la forma de políticas cultu-

rales, que debe contemplar la nueva

Constitución de Venezuela;

*Determinar las políticas cul-

turales específicas en áreas definidas

del hacer cultural.

• En cuanto al método: para lograr

los objetivos generales planteados se

empleó una encuesta exploratoria de

opinión calificada, la cual consistió en

obtener opiniones de expertos del

entorno cultural de Venezuela. Se se-

leccionaron, según criterio de impor-

tancia y significación, sesenta perso-

nalidades relacionadas con las si-

guientes áreas culturales: gestión

cultural, artes plásticas, danza. cul-

tura popular, cine, literatura y edi-

ción, música, fotografía, teatro.

• Los resultados se presentaron en

forma jerárquica, de acuerdo a las fre-

cuencias obtenidas por las catego-

rías, en los distintos órdenes de res-

puestas dadas a las preguntas formu-

ladas.

• Entrevistadores: estudiantes del

quinto semestre, segundo periodo de

1998, del curso de sociología de la co-

municación de la Escuela de Comu-

nicación Social de la UCV.

• Fecha del trabajo de campo: abril

de 1999.

• Contamos con la asistencia del es-

tadístico Ricardo Meza y de la estu-

diante de sociología Marisela Pareira.

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a Reforma delEstado y

mecanismos decoordinación socialAlgunas aproximaciones

a su estudio

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Profesor y Licenciado en Ciencias de la Educación,Universidad Nacional de Córdoba, Argentina.

Actualmente cursa el Programa de Maestría en Gobierno yAsuntos Públicos en FLACSO - Sede Académica de México.

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«Los hombres y mujeres de hoytenemos la percepción de queel mundo ha cambiado. Mien-tras la historia nos señala ycomprueba la importancia denuestra especificidad local,nos enfrentamos a la sospechade que algunos procesosglobales están cada vez máspróximos y que, en algún sen-tido, sus elementos tambiénestán presentes en nuestrassociedades. Pero sobre todoadvertimos la punzante inquie-tud de que la forma en queentendimos el mundo no esahora suficiente para descri-birlo y para formalizar dimen-siones que advertimos comoenormemente importantes eigualmente borrosas».

René Millán

INTRODUCCIÓN

El trabajo procura analizar lasimplicancias que tiene la re-forma del Estado en su rela-ción y vínculo con la sociedadcivil. El proceso de reformaactual parece desarticular elorden establecido y con ellolos lazos sociales que lo sos-tienen y le dan fundamento.Esto nos lleva a preguntarnospor la forma en que estos seconstituyen, cómo se expli-can y cuáles son los mecanis-mos que en este proceso decambio permiten y posibili-tan la coordinación de acto-res individuales y colectivos.

El problema de la coordina-ción social adquiere relieveen el contexto presente, dadoque las demandas societalesno son satisfechas por el Es-tado como en épocas pasa-das. En esta dirección se ha-bla en los ámbitos informati-vos y académicos del surgi-miento del sector social o ter-cer sector, compuesto princi-palmente por asociacionesciviles y fundaciones, dandolugar a la estructuración orevisión de la trilogía Estado-sociedad-mercado. Este mis-mo planteo lo encontramosconvergente en quienes diri-gen fundaciones (Baquard)así como los principales inte-lectuales latinoamericanos(Lechner) y europeos(Luhman, Messner).

De esta manera, podríamospreguntarnos ¿Cuáles son lasprincipales explicaciones quese han dado y ofrecido? ¿Enqué teorías nos apoyamos?

¿Qué diferencias existen en-tre coordinación social y po-lítica? ¿El creciente auge de lacoordinación social mejora oafirma los fundamentos queestructuran y ordenan la so-ciedad en cuanto a pertenen-cia, comunidad y responsabi-lidad? ¿Es la reforma del Es-tado la consecuencia de nue-vos lazos sociales o estosnuevos lazos sociales sonconsecuencia de la reformadel Estado? ¿Son estos lazossociales el despliegue de unproceso de transferencia dela responsabilidad de «hacer»gobierno?

PLANTEAMIENTOS DELPROBLEMA

Aspectos generales

La etapa modernizadora hatraido consigo un aceleradoproceso de cambio que provo-ca fenómenos de disgregacióny fragmentación. La articula-ción de estos resultados a laluz de los procesos de refor-ma del Estado iniciados en ladécada de los 70 trae sobre síla desorganización de las for-mas de agregación social quedieron lugar, entre otras co-sas, a la conformación del Es-tado de bienestar. Pero tam-bién tiene como emergentediversos y múltiples fenóme-nos que surgen desde la socie-dad civil como es el caso deorganizaciones ecologistas, dederechos humanos, fundacio-nes de carácter social.

Lo expresado adquiere espe-cial relevancia en tanto, cuan-do estos desajustes de la vida

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social aparecen, estos po-drían surgir y por lo tanto serexplicados, como la conse-cuencia directa de la inefi-ciencia política. Los procesosde globalización aceleran lamodernización de las socie-dades latinoamericanas a ungrado tal de diferenciación ycomplejidad que el Estadoencuentra dificultades cre-cientes para representar yregular la diversidad de losprocesos sociales. Las diná-micas sociales se desplazanasí del Estado al mercadocomo la nueva instancia decoordinación de la vida so-cial. «Va surgiendo al menosen el mundo urbano, una nue-va sociabilidad y nuevos ima-ginarios colectivos que debi-litan la referencia al Estado ya la política como destinata-rios de las demandas socia-les. Las modalidades de re-presentación se vuelven aúnmás precarias, sin que crista-licen nuevas formas organiza-tivas» (Lechner, 1996).

N. Luhman, desde la Teoría delos Sistemas, nos dice que,aunque la sociedad se en-cuentre diferenciada, ella de-bería ser pensada como uni-dad, debiendo mostrar la in-tegración de sus componen-tes. El proceso de diferencia-ción funcional, característicode la modernización, da lugara que ciertas áreas de la vidasocial (economía, derecho,ciencia, educación, política)desarrollen racionalidades ydinámicas específicas confor-mando «subsistemas funcio-nales» relativamente cerra-dos y autorreferidos. Estosoperan de acuerdo con sus

códigos funcionales y por lotanto, sólo asimilan «mensa-jes» externos en la medida enque son traducibles a la lógi-ca interna del susbsistema.

La inquietud corre por el ca-rril de qué pasa cuando estoscampos o «subsistemas» de lavida social adquieren unaprogresiva y creciente auto-nomía, desarrollando de ma-nera individual sus raciona-lidades propias y poniendoen suspenso la «unidad» de lasociedad. Podríamos pregun-tarnos ¿no será acaso que laintervención política en lavida social no conlleva ningu-na utilidad significativa, o enel peor de los casos, la afectanegativamente? ¿o no seráque la política se encuentradesbordada? ¿Qué sucedeentonces con la reproducciónde un orden social, de un or-den colectivo?

En esta dirección Lechnerseñala que la «política demo-crática ya no dispone de losmedios adecuados para ope-rar como eje organizativo dela vida social. La vida en so-ciedad exige, sin embargo,instituciones y procedimien-tos de coordinación».

El mismo autor profundiza enun escrito posterior realizadocon otros autores (Lechner etal., 1999), un mayor avancesobre el tema en cuestión.«Por más que se reconozcaque en el contexto mundialglobal, mercado y democra-cia han quedado como las ins-tituciones de mayor solidez,no se puede dejar de obser-var que por debajo de ellas o,

mejor dicho, en sus mismasestructuras anida una contra-dicción que atañe a los finesmismos de la modernidad.Por una parte hacen avanzarprocesos de diferenciacióneconómicos, políticos y so-ciales que en su propia lógi-ca aumentan las opciones yposibilidades de acción delos grupos sociales dentro decada uno de los subsistemasque abarcan estos ámbitos dediferenciación. Por otra par-te, como numerosos autoreshan hecho notar en la biblio-grafía reciente, las institucio-nes encargadas de coordinardiversos subsistemas, es de-cir, los que caracterizan al sis-tema social que los integra, sehan vuelto impermeables a lavoluntad o intenciones de de-cisión de los agentes socialesy políticos».

Sin alejarnos de estas ideas yautores podríamos estar si-tuándonos en lo que Lechnerdenomina el «descentramien-to de la política» o «la pérdi-da de la centralidad de la po-lítica» y del Estado en tantoinstitución de producción desentido social. Dice Lechner«ya no hablamos de un prima-do de la política en tanto ins-tancia privilegiada de repre-sentación, regulación y con-ducción de la vida social».

El proceso de reforma del Es-tado y el corrimiento de unasociedad centrada ha llevadopaulatinamente a una mayordiferenciación funcional en elorden sistémico y societal fa-cilitando la expresión de unacomplejidad social acusada.Según Millán, esta compleji-

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dad presupone un mayor gra-do de heterogeneidad estruc-tural y «el entorno se abre yse dispone en forma másabierta a un número mayorde posibilidades de organiza-ción, aunque no hay una ins-tancia que alinee esa diversi-dad. Resulta útil establecerlas condiciones de lacentralidad estatal en un con-texto de diferenciación ycomplejidad, así como lasconsecuencias para la coor-dinación» (Millán, 1999).

El descentramiento en elcampo del gobierno

La tesis de descentramientode la política pareciera poten-ciar, según nuestra visión, esadiversidad que refiere Milláncomo resultado de estos des-plazamientos y progresivasconformaciones de estructu-ras societales.

En el campo del gobierno ylos asuntos públicos, objetode nuestro estudio y forma-ción actual, Boisier expresaque «se observa el desplieguede arriba hacia abajo, desdeel aparato central del Estadoa segmentos desconcen-trados o descentralizadosubicados en diferentes esca-lones territoriales (regiones,provincias, comunas) sin queal mismo tiempo acompañeeste proceso con la creacióny difusión del conocimientopertinente, sin el cual la trans-ferencia de responsabilidadde hacer gobierno queda ba-sada en el peregrino y falsosupuesto de que tal cuestiónsupone sólo una operaciónde reducción a escala, y no

cambios estructurantes inva-lidantes del conocimientousado para respaldar las ac-ciones en el escalón superior(gobierno nacional). Se des-conoce que a medida que sedesciende en la escala terri-torial de gobierno las jurisdic-ciones territoriales, vistascomo sistemas, se tornanmás y más abiertas y, en nopocos casos, más y más com-plejas. Dos característicassuficientes para requerir unconocimiento pertinente y nosimplemente la aplicación delconocimiento genérico».

En el pensamiento del autorello viene a cuenta de los pro-cesos de descentralizacióncomo factores de incrementode la gobernabilidad del sis-tema al permitir la difusióndel conflicto por el poder, queen sistemas centralizados seagota en torno a la lucha porescasas posiciones. Ahora,¿no es acaso la descentraliza-ción un desbordamiento delas formas institucionalescentralizadas que contribuyea poner en «tela de juicio» elsistema político?

Temas de investigación

Más adelante damos cuentade los mecanismos de coor-dinación propuestos. La coor-dinación política se enlazaríacon este planteo en cuanto aque la coordinación jerárqui-ca del Estado comienza a en-frentar serios obstáculos. Enesta dirección, la agenda deissues sobre los cuales pare-ce centrarse la investigación(Lechner, et al., 1999) gira entorno a tres áreas de estudio:

1. La observación de los pro-cesos de reforma del Estadodesde 1970 hasta la actuali-dad se han constituido en unvasto escenario de reformu-lación de las reglas de juegoque articulan al Estado conlos actores sociales. La modi-ficación de los patrones dedesarrollo ha llevado a unacreciente tendencia de con-flictos sociales y políticos queno han encontrado estructu-ras de articulación definiti-vas, sino más bien situacio-nes de flujo constante de ac-tores y procesos.

La velocidad de los cambiosy la emergencia de procesosde nuevo tipo rebasan la es-tabilidad y permanencia delas instituciones. Frente aesta realidad el ciudadano, elpolítico y el burócrata, perso-najes-tipo ideales de la demo-cracia moderna de mercado,multiplican sus roles, cam-bian sus polaridades y susfunciones, y se muestrancrecientemente incapaces decerrar el círculo que teórica-mente debería definir su me-canismo de coordinación.Pero también se puede decirque la búsqueda de certidum-bre y simplificación de losmecanismos de interacción ycoordinación social ha sidouno de los principales objeti-vos perseguidos por el Esta-do y que hoy la realización deeste objetivo está en cues-tión.

Entonces, ¿qué hacer cuandolos Estados nacionales dejande producir los marcos es-tructurales que les han dadosostén?

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2. Otro de los temas es el re-ferido a la función del Estadoy otras instituciones en laproducción de tiempo. Lapregunta es ¿cuál es el futurode la política y del Estado?¿Cuál será el modo de organi-zación y articulación del Es-tado y la sociedad?

3. El Estado como funciónmoderna ha jugado la funciónde construir y constituir lasoberanía de las decisiones,así como de proporcionarmotivos, símbolos, proyectos,fechas que dan garantía deuna unidad nacional. En estesentido «el Estado es uno delos grandes constructores deltiempo histórico de la moder-nidad. Se establece, de estamanera, una concatenaciónde pasado, presente y futuro».

REFORMA DEL ESTADO YCOORDINACIÓN SOCIAL

Sus implicancias

Los cambios que escurridiza-mente se encierran en la ex-presión «reforma del Estado»han trastocado los hilos deestas cadenas de producciónde sentido, de manera tal quela incertidumbre respecto demúltiples fenónemos se apo-dera de las conciencias de losactores. Estos, a su vez, mo-difican las rutinas a las que elsentido del tiempo las habíaacostumbrado y alteran opierden los parámetros decertidumbre tradicionalmen-te producidos por el Estado.

Si bien en muchos casos elretiro del Estado ha implica-

do dislocamientos y conflic-tos sociales importantes, esposible percibir que, ahí don-de el Estado procuraba bie-nes o servicios que ya no pro-vee, han aparecido mecanis-mos o formas de coordina-ción no estatales o desesta-talizables que pueden llegara formar parte de una articu-lación societal de producciónde bienes públicos. Nosotroscreemos que en varios casosnacionales se ha procuradoidentificar estos mecanismosque han servido para favore-cer una descarga o un despla-zamiento de antiguas respon-sabilidades del Estado. Tal esel caso de las organizacionessociales de solidaridad, de losprogramas que el Estado hasabido aplicar basándose enestos mecanismos, etc.

Boisier y otros han definidosociedad civil de la siguientemanera:

«Puede decirse que la socie-dad civil está configurada porel conjunto de organizacionessociales cuyas finalidades nose asocian a la preservacióndel orden y de la seguridad(propio de la sociedad mili-tar) ni a la imposición de unorden moral (propio de la so-ciedad religiosa) ni a la crea-ción de riqueza (propio de lasociedad mercantil) ni a laobtención del poder y a laconsecución del bien común(propio de la sociedad políti-ca, Estado incluido). Por tan-to las organizaciones de lasociedad civil no persiguenfines genéricos, sino objeti-vos particulares al grupo quese auto-organiza para ellos.

Pero tal vez el elemento que«cruza» horizontalmente a lasorganizaciones de la socie-dad civil es el hecho que nose definen en función del po-der, entendiendo éste como elcontrol asimétrico de un re-curso socialmente escaso».

Tal definición tiene sudireccionalidad y sentido entanto las preguntas que sur-gen, y que nos formulamos eneste orden de cosas, son deltipo ¿cómo se estructuran loscampos de acción prácticosy simbólicos ante la perspec-tiva generada por la reforma,y sobre todo por el «retiro»del Estado? ¿Qué papel juegaallí la institucionalidad políti-ca? ¿Cuál es el futuro de es-tas formas de coordinaciónante la pérdida de centralidaddel Estado? Esta pérdida decentralidad ¿es pasajera o esel síntoma de una transiciónhacia nuevas formas de orga-nización política?

La coordinación social: susmecanismos

Partiendo de esquemas desa-rrollados por Dirk Messner,Lechner (1997) presenta losmecanismos de coordinacióncomo un problema crucial enla actual reorganización delas sociedades latinoamerica-nas. Para ello propone tresdimensiones a través de lascuales estos se estructuran:

• La coordinación política secaracteriza por seri) centralizada: el Estado es elúnico núcleo rector o, por asídecirlo, el vértice de la pirá-mide societal desde la cual se

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ordena el conjunto de proce-sos sociales,ii) jerárquica: las decisionesson tomadas y comunicadaspor las autoridades políticaso administrativas legítimas através de los procedimientoslegales establecidos,iii) pública: la coordinaciónpolítica remite (como funda-mento y destinatario) a la ciu-dadanía y su ejercicio en elámbito público yiv) deliberada: la coordina-ción responde a propósitosy criterios fijados de antema-no.

En este caso, sobre la base desu posición como centro je-rárquico de la sociedad, elEstado articula la vida socialmediante una coordinaciónpolítica. Hasta el día de hoynuestra concepción de la co-ordinación social se encuen-tra marcada por la forma es-pecífica de la coordinaciónpolítica, la que comprende:i) la regulación: en tanto or-dena legalmente las relacio-nes entre diferentes procesosy actores y resuelve posiblesconflictos,ii) la representación: en tan-to representa las ideas predo-minantes acerca del ordensocial, ofreciendo una imagensimbólica de la «unidad» de lavida social mediante la cuallos diferentes actores se sien-ten pertenecientes a una mis-ma sociedad yiii) la conducción: en tantoencauza las diferencias socia-les en una perspectiva com-partida respecto al futuro. Lainstitución más conocida dela coordinación es la planifi-cación.

• La coordinación social me-diante el mercado: el éxito delneoliberalismo responde a ladecepción generalizada acer-ca de la coordinación políti-ca. La coordinación a travésdel mercado se caracterizapor ser:i) descentralizada: suponeque la diferenciación de la so-ciedad conlleva la aboliciónno sólo de un centro único,sino de cualquier centro, ii)privada: la coordinación yano remite a la ciudadanía y,por lo tanto, a alguna idea de«bien común», sino a la rela-ción entre individuos en tan-to propietarios privados,iii) horizontal: el debilita-miento de la jerarquía esradicalizado al punto de ne-gar toda relación de domina-ción, sustituyéndola por unasecuencia de acuerdos entreiguales acerca de intercam-bios entre equivalentes; yiv) no intencionada: tomandoal mercado por un paradigmadel equilibrio espontáneo deintereses, la coordinación so-cial es concebida como el re-sultado no intencionado, au-tomático, de la interacciónsocial.

La estrategia neoliberal tieneéxito en tanto ajuste estruc-tural de los países latinoame-ricanos a las nuevas condicio-nes nacionales (diferencia-ción) e internacionales (glo-balización), mas fracasa en supropósito fundamental de re-organizar la coordinación so-cial en torno a la racionalidaddel mercado. Sin embargo, laexpansión de la sociedad demercado genera un dinamis-mo poco común en la región,

estableciendo una mayorcomplejidad difícil de coordi-nar desde una instancia cen-tral. Aun así, la reconversióneconómica sólo es posible yviable si puede apoyarse enuna serie de institucionesnuevas y específicas de la so-ciedad de mercado, como en-tidades reguladoras, comisio-nes antimonopolios, agenciasde desarrollo regional, agen-cias de protección al consu-midor y sobre todo redes deseguridad social.

• La coordinación social me-diante redes se entiende comola coordinación horizontalentre diferentes actores inte-resados en un mismo asuntocon el fin de negociar y acor-dar una solución. El auge delas redes durante años recien-tes responde, según vimos, ala creciente diferenciación dela sociedad. Donde la vidasocial se expresa en una den-sidad significativa de actores,la coordinación social ya nopuede estar entregada exclu-sivamente a un ordenamien-to jerárquico. A la inversa, lasredes operan satisfactoria-mente sólo donde existe unapluralidad representativa delos intereses y las opinionessociales. El fortalecimientode los actores sociales y susorganizaciones no significaempero una estrategia desuma cero que perjudique alpropio Estado. La coopera-ción entre los diversos acto-res de la vida social y econó-mica requiere la intervencióndel Estado, pues una premi-sa básica de la coordinaciónmediante redes radica en labúsqueda de un cierto equili-

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brio entre sociedad y Estado.¿No será que ambas juntaspueden posibilitar una trans-formación de la política?

LA COORDINACIÓN SO-CIAL: PROBLEMAS A EN-FRENTAR Y DESAFÍOS AC-TUALES

La coordinación social enArgentina

Parece ser éste el debate másrelevante que se están dandolas organizaciones no guber-namentales, fundaciones, ins-tituciones diversas en Argen-tina en el sentido de otorgarsustento y legitimidad a lasacciones que en la presentedécada potencian su queha-cer organizacional e institu-cional. Los planteos y análi-sis más tradicionales sobre larelación Estado-Sociedad pa-recen abrirse a nuevoscuestionamientos. La dicoto-mía que plantea el surgimien-to del mercado y la democra-cia como las institucionesmás sólidas, abre la ventanaa la configuración de una lí-nea «societal» o «cívica» deno-minada «Tercer Sector».

Los mismos protagonistasponen en cuestionamientolos patrones de vinculaciónimperantes hasta el momen-to. «Estas organizaciones hansido consideradas como ele-mentos marginales de unasociedad dominada por elgobierno y las grandes em-presas. Hasta hace pocosaños se creía que el gobiernopodía y debía cumplir todaslas tareas sociales importan-tes y que el papel de estas

organizaciones, si acaso lotenían, era complementar losprogramas oficiales o añadir-les algunos componentes es-pecíficos». (Biquard, 1998).

En el caso de Estados Unidos,son parte de una vida social yno solamente son el más gran-de empleador sino que ade-más ejemplifican y cumplen elcompromiso fundamental delos norteamericanos: ser ciu-dadanos responsables dentrode la comunidad».

Tales influencias se estánacrecentando también en elhemisferio sur a través de lascolumnas que actualmentelos diarios destinan a analizarel tema1, los debates acadé-micos de las universidadespúblicas2, así como la crea-ción de recientes posgradosen la temática3. Todos estosfactores rinden cuenta, en unorden empírico, de las prin-cipales preocupaciones defondo de distintos actores (in-telectuales, académicos, asícomo de distintas organiza-ciones; universidades, cen-tros de investigación y me-dios de comunicación) sobrelas derivaciones de los proce-sos de reforma del Estado ylos mecanismos de coordina-ción social.

En esta dirección, también hacomenzado a cobrar una ver-dadera fuerza la constituciónde grupos solidarios, asícomo también el abordaje dela solidaridad como materiade estudio. En el caso argen-tino, ello es consecuencia di-recta del aumento y fortale-cimiento del Tercer Sector en

el país. «Nadie quedó afuerade esta tendencia. Los estu-dios son organizados desdetodos los sectores: el Estadonacional, municipalidades,gobiernos provinciales, enti-dades privadas y organizacio-nes sin fines de lucro» (Clarín,14-12-98). En este caso, la RedSolidaria, la Asociación CivilLa Huella dictan cursos devoluntariado. El Centro deOrganizaciones para la Comu-nidad (CENOC), dependientede la Secretaría de DesarrolloSocial de la Nación, estáenmarcada dentro del Progra-ma Nacional de Voluntariadoy ha dictado cincuenta cursosen todo el país para tres milpersonas. En el orden muni-cipal, el Programa Social delGobierno de la Ciudad deBuenos Aires, capacitó a 366personas desde 1997. Ade-más puede mencionarse loscasos de la Cruz Roja Argen-tina, en cuanto a la capacita-ción de primeros auxilios y laFundación Desida, para laprevención primaria y la lu-cha contra el Sida.

En este sentido, bien expresaRené Millán que «las socieda-des no sólo generan expecta-tivas, sino que están en posi-ción de estructurarlas socialy temporalmente. Tal capaci-dad facilita horizontes de co-ordinación» (Millán, 1999).

Problemas a enfrentar y de-safíos actuales:

Dirk Messner ha expresadolas exigencias que deberánsatisfacer los sistemas de co-ordinación en las sociedadesmodernas:

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1. La creciente fragmentaciónde la sociedad y de los pro-cesos destinados a la solu-ción de problemas societalesgeneran una demanda deinternalización frente a loscrecientes efectos externos.

2. La división del trabajo y ladiferenciación de la sociedadhacen aumentar la necesidadde cooperación y coordina-ción entre grupos de actores,instituciones y subsectoresde la sociedad.

3. La tendencia hacia la dife-renciación social y a la divi-sión del trabajo requiere a lavez una mayor autonomía departe de los subsistemas fren-te al Estado con el fin de mo-vilizar sus potenciales decreatividad y compensar através de la organización y lacoordinación independientesla pérdida de capacidad coor-dinadora del Estado.

4. La complejidad de las pro-blemáticas existentes (porejemplo: cambio de clima,volatilidad de los mercadosfinancieros) implica una ne-cesidad de definición colecti-va de las dimensiones de losproblemas y de los desafíospolíticos.

5. De la dimensión temporalde la coordinación social (porejemplo: desarollo de siste-mas energéticos o educati-vos) se desprende una de-manda de perspectivas y vi-siones a mediano y largo pla-zo que sirvan de orientacióna los actores sociales.

6. Las tareas de previsión so-

cial para las futuras genera-ciones y el alcance, por ejem-plo, de los desarrollos tecno-lógicos (como energía nu-clear, tecnología genética)generan una necesidad deminimizar riesgos.

Las transformaciones de lasociedad aquí expuestas en-frentan al Estado con tresproblemas determinantesde coordinación y conduc-ción:

- Problemas de complejidad: lasoberanía del Estado y lospotenciales de acción del mis-mo se ven socavados tantopor unas relaciones causalescada vez más complicadas araíz de la diferenciación de lasociedad y de la economía,como también por lasomnipresentes tendenciasglobalizadoras.

- Problemas de merma de po-der: la creciente capacidad deorganización de los actoressociales desemboca en laaparición de influyentes sec-tores particulares, grupos deintereses orientados hacia ladistribución (asociaciones decabildeo) que «acosan» al Es-tado y limitan sus márgenesdisponibles para la toma dedecisiones. La capacidad deorganización de la sociedadamenaza revertirse en un blo-que de la coordinación polí-tica que se orienta en los re-querimientos del conjunto dela sociedad.

- Problemas de motivación yejecución : las tendenciasdiagnosticadas a la individua-lización, la fragmentación y la

falta de solidaridad desembo-can en la disolución del espí-ritu cívico al tiempo que dis-minuye la disposición a obe-decer al Estado, generandotendencias a la desintegra-ción social.

Podemos decir que la rela-ción de conflicto que se plan-tea entre las exigencias a lossistemas de coordinaciónmodernos y las limitacionesa la capacidad coordinadoradel Estado es lo que actual-mente se percibe como una«crisis de la política» o una«crisis del Estado».

CONCLUSIONES

Sin lugar a dudas que la re-ducción de las funciones delEstado ha producido una re-estructuración de la socie-dad, sus actores y sus funcio-nes. En otras palabras, la re-forma del Estado ha abiertola puerta a múltiples formasde coordinación, algunas delas cuales hemos procuradopresentar aquí.

Si bien este trabajo dista mu-cho de justificar la ausenciade una instancia general decoordinación, ello no obstade «poner en evidencia antela gente la importancia de laorganización y del esfuerzoconjunto y directo en el en-frentamiento a los propiosproblemas; su potencialidaden la gestación de liderazgosde base; el entrenamiento dela población con menores re-cursos en las prácticas degestión, por circunscritas queestas sean» (Vilas, 1996).

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Uno bien podría preguntarsey plantear a modo de hipóte-sis de trabajo futuras, si anteel desbordamiento del Estadofrente a las demandas socia-les o la creciente conflic-tividad social que genera laaplicación de ciertas políticasde mercado ¿no será acaso eltercer sector una manera deprocurar un mejoramientodel carácter de nuestra socie-dad?¿ en qué medida el desa-rrollo de este sector puedeacercarnos al concepto decomunidad en un «mundocada vez más urbano y anó-nimo? ¿puede constituirseésta en un mecanismo de co-ordinación que mejore el sen-tido de pertenencia y respon-sabilidad hacia nuestros pro-blemas e instituciones? ¿cuáles la relación de estos nuevoslazos con la «sociedad de re-des» a la que se refiere DirkMessner?

Nota: Este texto corresponde a laPonencia presentada por el autoren el marco del Primer EncuentroRegional “Comunicar lasInstituciones: un diálogo abiertoentre las organizaciones socialesy el mundo de la comunicación”,organizado por la FundaciónWalter Benjamin-Ciencias de laComunicación y la FundaciónKonrad Adenauer, los días 19 desetiembre al 1º de octubre de 1999en la ciudad de Buenos Aires,Argentina.

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periodismo públicoy ciudadanización

democrática

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Profesor investigador de la Facultad de Comunicación Social dela Universidad Pontificia Bolivariana.

Dirección: Circular 1ª con Carrera 70Ciudad Universitaria de Laureles

Apartado aéreo 56006, Medellín, ColombiaTeléfono: (574) 4159015 Fax: (574) 4118656

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Un hombre de las viñas habló,en agonía, al oído de Marcela.Antes de morir le reveló susecreto: La uva -susurró- estáhecha de vino. Marcela PérezSilva me lo contó y yo pensé:si la uva está hecha de vino,quizá nosotros somos las pa-labras que cuentan lo que so-mos.

Eduardo Galeano en El librode los abrazos

INTRODUCCIÓN

En las consideraciones si-guientes intentaremos mos-trar un trabajo de reflexión yanálisis en torno a los retos yposibilidades que tiene el pe-riodismo público. A través deuna caracterización del con-texto político actual en don-de la crisis de la política setoma como crisis de repre-

sentación, vemos que unaopción de refundar la políti-ca y democratizar el ejercicioperiodístico se encuentra enla propuesta concreta de Vo-ces Ciudadanas, proyecto encurso e impulsado por la Es-pecialización en PeriodismoUrbano de la Facultad de Co-municación Social de la Uni-versidad Pontificia Boliva-riana.

La legitimidad política hacambiado de sentido y de di-rección, ya no se encuentraen los espacios tradicionalescomo los partidos, los gre-mios, los sindicatos, etc. aho-ra pasa por el meridiano delos medios. Se ha operado undesplazamiento que, desde elejercicio periodístico, es im-portante tomar en cuentadado el lugar que éste ocupaen la representación, en elimaginario de los ciudadanos.

A través de un recorrido teó-rico, tomando la concepciónclásica como referencia, reco-rremos el camino que nospermita pensar en el valorpotencial del periodismo pú-blico como formador demicroesferas públicas.

CONTEXTO POLÍTICO DE LAOPCIÓN

La pérdida de centralidad dela política se constituye enuno de los procesos más sig-nificativos del entramado ycomplejo mundo contempo-ráneo. La crisis de ésta es unhecho transversal a todas lassociedades de finales de si-glo, constituyéndose en un

reto que deben afrontar lasdemocracias, particularmen-te la colombiana. Pero todoindica que mientras esto ocu-rre, los medios de comunica-ción experimentan una valo-ración y dimensionamientocomo ejes estructurantes yposibilitadores de la acciónpolítica, además de ser nue-vos escenarios de legitimi-dad, representación y recono-cimiento social y cultural.

La política está cada vez másvinculada en su definición yrenovación a la comunicaciónpolítica. La reiteración y sig-nificación que ha adquiridoésta es correlativa a la crisisde la representación políticaque atraviesa la sociedadmundial y que se ha traduci-do como búsqueda de reco-nocimiento de actores e inte-reses específicos. Aludimos ala representación como unode los aspectos fundamenta-les de las democracias mo-dernas.

En esta dirección, EdgarMorin expresa: «Hoy en día sehan hecho laxas, imprecisaslas fronteras o el ámbito delo político. La política ha im-pregnado todos los proble-mas de la sociedad y se hadejado impregnar por ellos»1.La crisis está ligada a la pér-dida de sentido de la políticao de sus horizontes humanis-tas, colectivos o públicos. Eneste sentido, la refundaciónde la política como forma debuscar y construir el futuropor parte de una colectividadestá apoyada en dinámicas yestructuras comunicativasque promuevan y potencien

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la democracia como la opciónde orden social y político máscompatible con la conviven-cia civilizada y ciudadani-zante.

Las sociedades contemporá-neas dentro de su compleji-dad social y política de cre-ciente y envolvente protago-nismo del mercado en la ge-neración de nuevas sociabi-lidades, de redefinición dellugar del Estado respecto a lasociedad, de progresiva frag-mentación de las identidadescolectivas, están viviendo unproceso de massmediatiza-ción progresiva. Sin embargolos medios en su propia cons-titución y dinámica se hallanafectados por las condicionesque definen el contexto pero,a la vez, son determinantespara el ritmo y la direcciónque tomen éstas.

En este sentido, una dimen-sión de la crisis -además dela ya mencionada, la pérdidade centralidad de la política-,es la de un clima situacionalde malestar en la representa-ción política que nos remitede una manera más específi-ca a la crisis de la forma yactores tradicionales de laacción política.

Tal es el caso de los partidospolíticos que han sido por ex-celencia las instancias de me-diación entre los ciudadanosy el Estado. En Colombia, par-ticularmente, los partidos nohan tenido, como teórica-mente se espera, un pie ancla-do en la sociedad civil y otroen el Estado. Históricamenteestos siempre han anclado su

existencia en el Estado y deespaldas a la ciudadanía. Lospolíticos no representan sinoque se autorrepresentan, for-mándose una compleja red deexpresiones sectoriales quetrasladan a la esfera públicala disputa de intereses priva-dos. Esta corporativizaciónde la política significa un de-clive de ella misma como es-cenario estratégico de de-liberación, tratamiento y de-cisión de aquellos asuntosque son de interés general, osea del interés público y nolos asuntos de interés parti-cular-corporativo.

Todo este panorama se cons-tituye en un referente signifi-cativo para dimensionar lacomunicación como escena-rio de la trama social y políti-ca y de ciudadanización de-mocrática. La democraciaencuentra en los medios yestrategias de comunicaciónla opción de vigencia ysustantivación, y estos a suvez representan una posibili-dad de formación y ejerciciode libre expresión política, deformación de opinión públicademocrática y de control ciu-dadano sobre el poder políti-co. Si bien nuestro plantea-miento lo hacemos en el ám-bito del deber ser, no debié-ramos ahorrarnos la pregun-ta: ¿están capacitados paraasumir a la altura de sus res-ponsabilidades y funcionesciudadanas los medios decomunicación?

El proyecto de periodismopúblico y específicamente laestrategia de voces ciudada-nas se enmarca en la perspec-

tiva de potenciar la delibera-ción ciudadana como expe-riencia y actitud democráticavinculada con los interesescomunes que existen en unacomunidad política y la deci-sión común de ejecutar aque-llas cosas que conciernen a laexistencia del conjunto socialorganizado.

LA PRIMERA VIDA O ELMUNDO DE LO PRIVADO

La vida humana ha tenido enla cultura occidental una lar-ga tradición en cuanto a mi-rarla como vida teórica o vidapráctica. Las perspectivas sehan concentrado en una vi-sión contemplativa o especu-lativa de la razón o una visiónde la vida ligada a la acciónsustentada en la racionali-dad.

En este sentido, la praxis hu-mana, es decir, la vida prácti-ca de las personas en parti-cular ha sido inscrita dentrode dos dimensiones que handominado el pensamientopolítico occidental desde elmundo clásico: vida privaday vida pública. HannahArendt hace esta distinciónen su célebre libro La condi-ción humana2. Estas dos esfe-ras de la vida práctica comoningún otro aspecto de la rea-lidad social y política handominado el interés filosófi-co de la reflexión y el análisisoccidental.

La relación entre estos dosmundos es fluida, dinámica ycambiante. Se activa un jue-go dialéctico que establece

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un vínculo histórico entreellos. Si bien cada una de es-tas esferas se caracteriza y seestructura en principios dife-rentes igual habría que decirque la una ratifica su sentidorespecto a la otra.

Los griegos fueron una socie-dad con una diferencia cuali-tativa inconmensurable, perosin duda esa distinción teóri-ca y práctica entre un mundoprepolítico y un mundo polí-tico se va a constituir en unparadigma de valor transver-sal en las sociedades desdeentonces.

La vida privada es el ámbito,la territorialidad de una espe-cie de primera vida en tantoen ella las preocupaciones,las acciones, la labor y el tra-bajo se orientan a la preser-vación y mantenimiento de lavida. La casa, el oikos, seconstituye en una esfera desuficiencia, de allí laoikonomía (economía) y larazón práctica se desplieganhacia la consecución de losintereses individuales o lasuficiencia en la solución delas necesidades materialesque permitan el manteni-miendo de la vida individual.

Desde esta lógica, la vida pri-vada es un «mero vivir», comodiría Aristóteles, respecto a lavida pública que se articulaen un proyecto colectivo del«bien vivir». La esfera domés-tica se contrapone a la vidapolítica de la polis, fundamen-talmente porque en ella elprincipio constitutivo de lasrelaciones entre sus compo-nentes es la desigualdad en-

tre ellos. El pater famili estápor encima de todos en cuan-to a derechos, reconocimien-tos y autoridad. La verticali-dad en las relaciones es na-turalizada por la concepciónde ser un mundo entre impa-res donde el padre, el señor,el esposo siempre está porencima del hijo, el esclavo ola esposa.

En esta esfera entonces, lacaracterística es lo prepolí-tico de las relaciones, en lamedida en que hace muy cer-cana a la bios animal domina-da por la búsqueda perma-nente de satisfacer las nece-sidades básicas y de repro-ducción biológica y materialdel grupo familiar. Además,en el mundo de lo privado eluso recurrente de la fuerza seconvierte en el mecanismocohesionador del grupo,como también el factor enque se sustenta la obediencia.La razón de la fuerza niega laposibilidad de un entramadode relaciones sustentada enla palabra, el acuerdo, el con-senso, la amistad, la concor-dia, la alteridad.

El sentido vertical o de domi-nación que predomina enesta esfera no da ocasión auna relación comunicacionalque active un sentido comúno un interés común entre laspartes. Por consiguiente, esdeducible que el discurso enél tiene una suficiencia par-cial en tanto que hay un sen-tido instrumental de la pala-bra y no un propósito comu-nitario o consensual. La au-tarquía entonces se convier-te en la actitud que caracteri-

za el mundo de lo privado.Pero hacia afuera del oikos sehalla el punto de partida dela vida activa de los hombreslibres, aquellos que eran due-ños de sí mismos.

LA SEGUNDA VIDA O ELMUNDO DE LO PÚBLICO

El existir humano no se ago-ta en sus búsquedas, en susrealizaciones y satisfaccionesprimarias y animalescas. El«mero vivir» como llamóAristóteles a la vida en elmundo del oikos, no es sufi-ciente para desarrollar plena-mente las expectativas y po-sibilidades humanas. Loshombres en nuestra multidi-mensionalidad antropológicademandamos muchos tiposde vidas que el mundo priva-do se hace insuficiente parasatisfacerlas por sus estre-chos marcos. Las demandasy posibilidades de la vida des-bordan los límites que lascoordenadas del mundo natu-ral establecen. Sin embargo,es en él donde los hombrescomenzamos nuestra subjeti-vidad para proyectarla almundo exterior social que esel puente entre la esfera pri-vada y la esfera pública.

La bios politikos, o segundavida desde la concepción clá-sica griega, aparece porque elhombre es mucho más quevida animada, porque inclu-yéndola se hace insuficiente ybusca trascenderla moral-mente hacia un «bien vivir». Elhombre es un animal políticoporque hace conciencia deese bien vivir como asunto

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colectivo, tanto en su realiza-ción como en su búsqueda.

Así, la vida política implica unacto de desvelación del poderhumano, de despliegue comolo diría en Filosofía de la rea-lidad histórica3, IgnacioEllacuria. La insuficiencia denosotros mismos nos proyec-ta en la vida hacia los otros,es con estos que actualiza-mos nuestra esencia humana,es decir, es la alteridad don-de adquirimos conciencia denuestro propio yo.

La dimensión política así pen-sada, se constituye en un es-calamiento diferenciador delhombre como arquitecto desu propio destino. Pero, ade-más la capacidad del hombrepara la organización políticano sólo es diferente sino queestá en directa oposición a laorganización natural, cuyocentro es el hogar, la familia,el oikos. Y en ella acentúa ladiferencia entre lo que essuyo, lo que pertenece a lavida privada y lo que se hacecomún a todos los igualescomo portadores de palabra,voluntad y conocimiento deaquello que es reconocidopor todos.

La política es la esfera deaquello que es común en don-de se despliega y ratifica lanaturaleza comunicativa delhombre. Éste sale de su inte-rioridad cósmica por ser ca-paz y necesitado de lenguaje,haciendo del verbo la condi-ción fundante del mundo. Nohay mundo sin el hombre yno hay hombre sin vida co-municada.

La esfera pública, por consi-guiente, se hace la territoria-lidad de la diversidad, a laque cada uno llega con su es-pecificidad para expresarseen lo que es, lo que la convier-te en un espacio para la apa-rición. Nora Rabotnikof a pro-pósito establece comparati-vamente las coordenadas fi-losóficas que hay entre la es-fera de lo público y la esferade lo privado:

1. Lo que es de interés o deutilidad común a todos, queatañe al colectivo, que con-cierne a la comunidad y porende la autoridad de allí ema-nada vs. aquello que se refie-re a la utilidad y al interés in-dividual.2. Lo que es visible y se desa-rrolla a la luz del día, lo mani-fiesto y ostensible vs. aque-llo que es secreto, reservado,oculto; y3. lo que es de uso común,accesible a todos y por lo tan-to abierto, vs. aquello cerra-do, que se sustrae a la dispo-sición de los otros4.

Ahora bien, la acción y el dis-curso se constituyen enton-ces en los elementos estruc-turantes de la vida pública.El poder humano se susten-ta en la capacidad de tejer re-laciones con los otros. Surgede estar juntos y desaparececuando los hombes se sepa-ran, forzada o voluntaria-mente. Hannah Arendtconceptua sobre esto comouna experiencia colectiva yno individual. La acción y eldiscurso constituyen unaunidad edificante del mundopúblico.

Suponemos, entonces, que laacción es la capacidad de co-menzar, de crear iniciativas,de forjar sentido al mundopreexistente. El hombre es elcomienzo de todo porque loque existe sólo adquiere sen-tido por él. Representa unaruptura con la reproducciónnatural, animalesca, de sub-sistencia, de mecanización;por consiguiente es una aper-tura en sí y para sí del hom-bre hacia los demás.

La esencia humana racionalse hace patética en esta dis-posición y ella se da a travésde la palabra, el argumento.Lo público escenifica la op-ción suprema de los hombresen su capacidad de actuali-zarse y reconocerse. Así, enlo público los hombres setrascienden hacia los otros yse asocian a la realización delos bienes humanos superio-res. Es en donde ellos puedenperfeccionar su propia condi-ción, es decir, la vida segúnla razón.

Por lo tanto la acción y el dis-curso como elementos diná-micos permiten crear identi-dades vinculantes que cons-tituyen las comunidades so-ciales y políticas, siendo es-tas asociaciones de interesescomunes en donde se actúaen torno a las cosas prácti-cas, es decir, aquellas cosasque la comunidad de parespuede realizar por sí misma,las cosas que hay que concre-tar para el «bien vivir».

La comunidad política o lavida pública se funda en elmismo principio de la amis-

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tad utilitaria, los intereses co-munes. La acción política searticula a la existencia y pre-servación de la comunidadorganizada en torno a losprincipios de isonomía (igual-dad ante la ley) e isegoría (li-bertad de palabra). Y dichaatención tiene como plano deejecución el presente y comohorizonte el futuro de la mis-ma; se trata entonces de unaspecto de la vida prácticacon carácter prospectivo sus-tentada en el realismo políti-co, es decir, decisiones con-certadas sobre aquello que esrealizable como interés co-mún.

En la trama de la vida públi-ca se advierten dos dimensio-nes: así como el oikos es el dela vida privada, en ésta enprimera instancia se recono-ce un ámbito material o físi-co: el espacio público de lasciudades, de la nación, su so-beranía, su biodiversidad. Yen segunda instancia, los re-ferentes colectivos: los senti-dos de pertenencia, las repre-sentaciones simbológicas, lastradiciones, la cultura. Porello, en esta esfera el sujetopolítico que expresa connota-damente esta dimensión es elciudadano como artífice de lavida pública en y por su ca-pacidad o disposición a aso-ciarse con otros en torno aintereses comunes.

En la segunda vida, los ciuda-danos dotados de capacidadde acción y de discurso exte-riorizan su potencial creativoy asociativo a través de pro-yectos políticos y culturales.«La política tiene en lo públi-

co su espacio privilegiado»5.El ciudadano entonces seconstituye en el agente socialy cultural de la participacióncon la deliberación y decisióncomún instaurándose la de-mocracia como el régimen demayor participación.

LA DEMOCRACIA O LAPOLIFONÍA DE VOCES PÚ-BLICAS DELIBERANTES

La deliberación común con-cierne a lo que debe y puedehacerse para alcanzar los fi-nes sociales futuros y la racio-nalidad democrática que ladebe acompañar nos empujaa ser consecuentes con lo quese ha decidido.

El régimen político democrá-tico está sustentado en elprincipio de la razón pública.Ésta en particular, emerge enaquellos ámbitos en dondelos sujetos como los objetosde referencia tienen un carác-ter convergente hacia las co-sas de interés común. El re-conocimiento, la visibili-zación de la existencia de in-tereses comunes se ha cons-tituido en los últimos tiemposen uno de los ejes máspropositivos y dinamizadoresde refundación de la políticaen clave democrática. Siendoesta situación quizá una delas de mayor significación enel rol de relegitimación quepuede y está jugando la co-municación.

Sin embargo en gala de discu-sión es pertinente pensar silo que ocurre es, como loplantea Habermas pensando

a la opinión pública, que losactores sociales «renuncian»a sus posiciones e interesesparticulares, sectoriales, declase, de género, para «elevar-se» hasta el interés general opúblico o, en su defecto, larazón pública, la opinión pú-blica se construye por loscaminos del reconocimientode los intereses comunes par-ticulares, de sectores, de in-dividuos.

Para pensar la democracia esinevitable considerar el valorde la deliberación como ejer-cicio y actitud propia del su-jeto político por excelencia: elciudadano. Y viceversa, elciudadano es pensable comosujeto de autonomía, libre deexpresión, responsable y ra-zonable, deliberante sobrelas condiciones y situacionesque permiten la preservacióno la construcción de la comu-nidad política. El deber de ci-vilidad se constituye en elfundamento para la vigenciade la razón pública.

El deber de civilidad es unadisposición del ciudadano,partiendo de la libertad depalabra e igualdad ante la ley,a participar con otros en tor-no a lo común a todos y dis-posición de tomar en cuentalas opiniones de los demás yparticipar activamente parallegar a decisiones sensatas yecuánimes.

Además, ese deber de civili-dad debe tomarse como lacapacidad y voluntad de ar-gumentar las propias opcio-nes así como la actitud dehacer partícipe a los otros de

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esa justificación para que elconsenso sea razonable y noarbitrario6.

Por consiguiente, la democra-cia es una opción paradig-mática en donde los ciudada-nos pueden ordenar, concer-tar, disciplinar la deseabi-lidad individual dando lugara un derecho común, comoexpresión de un espacio yunas garantías que permitie-ron la visibilización de distin-tas expresiones y voces queconfiguran una opinión públi-ca. Es decir, la razonabilidadbusca el interés común comoexpresión más viable, y no elbien general o interés generalque son opciones más abs-tractas.

Desde esta perspectiva, reco-nociendo el lugar que ocupanlos medios de comunicaciónen el entramado social y polí-tico contemporáneo, estos seconstituyen en una opción dedemocratizar, ampliar, elevarcualitativamente las condi-ciones de los ciudadanos encuanto a su razonabilidad porun lado, y de incluir los asun-tos de interés común en laagenda informativa, por otro.

La vigencia de la democraciacomo la forma de gobiernobasada en la decisión sobera-na de los ciudadanos presu-pone la expresión libre de losmismos. El desplazamientohacia los medios para hacery pensar la política es uno delos signos más sobresalientesde la relación entre la socie-dad massmediatizada y la re-volución tecnológica en cur-so. Nos hallamos en un con-

texto de desdibujamiento ydeslegitimación de los cana-les tradicionales de expresiónciudadana, los partidos polí-ticos, los sindicatos, las agre-miaciones, a tal magnitud quela presentación y reconoci-miento político se ha trasla-dado desde la esfera públicatradicional hacia los mediosy la deliberación ciudadanacomo presupuesto de la de-mocracia va siendo susti-tuida por la agenda medial.

Justamente en esta atmósfe-ra la comunicación políticaexpresada en el periodismopúblico inscribe su propues-ta de construcción y forma-ción de una cultura políticaen clave democrática, la cualsupone una opinión públicadeliberante y actuante. Porconsiguiente, esta opción, elperiodismo público, conllevauna racionalización críticadel tratamiento tradicionalque la información ha tenidoy también redimensiona elsentido y valor de los ciuda-danos como fundamento dela relación opinión pública-democracia.

EL PERIODISMO PÚBLICO OEL CAMINO DE CIUDADA-NIZACIÓN DE UNA AGENDAPÚBLICA

El malestar en la representa-ción política y la pérdida dela centralidad de ésta en lassociedades de hoy configuranla crisis que sorportan lassociedades políticas de finesde siglo. Crisis que en su con-junto puede expresarse comode legitimidad política siendo

cada vez más notoria la nece-sidad de ésta de sustentarseen términos comunicativos.

El periodismo público hacemucha más referencia a lasformas de pensar y hacer po-lítica que propiamente a lasformas de hacer periodismo.Sin embargo, las relacionesde interdependencia entre elperiodismo y la política soncada vez más notorias y de-cisivas para la democracia ypara la formación de una cul-tura política deliberante,participativa, propositiva ycrítica.

Desde esta óptica, el periodis-mo público implica unareconceptualización tanto delperiodismo en sí mismocomo de lo público en su con-cepción tradicional dominan-te. Una nueva racionalidadperiodística y política sirvende sustento filosófico yepistemológico al periodismopúblico. Vayamos por partes.

En primera instancia, el perio-dismo público es una críticaa la concepción de la opiniónpública heredada de la ilus-tración, una opinión susten-tada en la razón. El periodis-mo público concibe la opi-nión pública como la socie-dad dividida de opinionesparticulares en las que se ex-presan intereses en conflicto.

«Voluntad general» era la ma-nera de asociar y definir laopinión pública. El carácterpúblico de la opinión ya no seidentifica con «voluntad gene-ral». El periodismo públicoparte de la idea que la socie-

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flicto de intereses sino lo con-trario, una amalgama de rela-ciones conflictivas de intere-ses que deben visualizarse ytramitarse ciudadanamente,es decir, públicamente. Parapoder pensarse y comunicar-se intereses comunes. Loanómico no es que existanconflictos, radica, contraria-mente en no reconocer queexisten y que existiendo seniega la sociedad cuando eslo que la reafirma.

El periodismo público es unaopción de comunicación po-lítica en la medida en que suobjetivo es propiciar la crea-ción de esferas públicas sus-tentadas en y expresando opi-nión pública como manifesta-ción de comunidad de intere-ses. Por lo tanto, la visi-bilización, la tramitación y elreconocimiento de esas vo-ces, sentires, lecturas e ideasde los ciudadanos sobre losasuntos de interés común yla perspectiva de que estostengan la posibilidad de inci-dir en la toma de decisiones.

Se deduce entonces que esteperiodismo trasciende la idearestringida de la actividad enfunción meramente informa-tiva para colocarse en un pla-no de formación y acción ciu-dadana. Habermas lo planteacomo «acción argumentativapública»7. Se propone unarefundación de la política porel sendero de ciudadanizar laagenda de asuntos públicos,en donde el ciudadano pue-da superar su consideraciónnominal y recuperar una con-dición sustantiva.

Los medios de comunicacióncomo los fuertes escenariossociales y culturales de lavida cotidiana son por exce-lencia espacio donde es po-sible hacer converger las múl-tiples voces que sustentan ladiversidad que constituye lopúblico. La legitimidad hacambiado de sentido y per-tenece hoy más a los mediosde comunicación que a lospolíticos. La política se ha vis-to obligada a transformarseen política-provocación, polí-tica-seducción, política de co-municación. El proyecto deperiodismo público apunta aesa zona de convergencia dela información, la política y lacomunicación: la democraciacomo lo desarrolla en su con-cepción sobre la comunica-ción política DominiqueWolton8.

Decimos entonces que el pe-riodismo público puede cons-tituirse en una estrategia quevisibilice voces que han esta-do por distintas razones des-conectadas de los procesosde decisiones, como igual-mente una propuesta de tra-mitar y transformar democrá-ticamente conflictos de inte-reses que se tornan de pre-ocupación social para am-plios sectores de la sociedad,pero igualmente por esto,busca la construcción de con-sensos básicos como expre-sión de la activación ciudada-na de la deliberacion sobre laagenda de temas. Problemasque comprometen el futurode la comunidad.

La concordia es lo que hayque concretar para el «bien

vivir» y exige participación enla elaboración de juicios sobreasuntos de interés común, to-mar decisiones comunes yparticipar en la ejecución deaquello que decidieron. De allíjustamente que este periodis-mo signifique un compromisode repolitización en el hori-zonte de una ética ciudadana.

VOCES CIUDADANAS O LAACCIÓN PÚBLICA DEL PE-RIODISMO

La experiencia de Voces Ciu-dadanas que actualmente seviene desarrollando enMedellín es una propuestaconcreta de periodismo pú-blico que desborda la concep-ción teórica del liberalismosobre la información, funda-mentalmente respecto al as-pecto tan recurrido y polémi-co de la objetividad.

Esta concepción sustentadaen el edificio de la clásicatriada Emisor-Mensaje-Recep-tor plantea además la idea deuna relación casi mecánicaante el hecho de informar y laformación de opinión pública,es decir, subyace una sobre-valoración de la informacióncomo insumo suficiente y au-tomático para la aparición delciudadano con criterio derazonabilidad y deliberaciónfrente a la realidad.

Voces ciudadanas busca ha-cer coincidir a ciudadanos ymedios masivos de comuni-cación en la definición y tra-mitación de una agenda públi-ca. No siempre coinciden losciudadanos comunes y los

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medios en cuanto a los asun-tos de interés común. Porello, en torno a ejes temáticosproblemáticos y sensibles aamplios sectores de la socie-dad se organiza la participa-ción a través de mecanismoscomo:

1. Investigación periodísti-ca que permita un conoci-miento que cualitativamentecree condiciones contex-tuales, amplias, plurales so-bre un aspecto o un tema deinterés urbano. La adopciónde temas como parte de laagenda ciudadana en dondeel periodismo pase de aque-lla postura simplista de pre-sentar noticias a un nivel máspropositivo y deliberativo.

2. Informes periodísticosque permitan activar un diá-logo público sobre el temaconvocante. Una buena infor-mación activa, motiva las po-sibilidades ciudadanas de in-terés sobre un tema que lostoca de manera directa o in-directa. La información perio-dística sustentada en una in-vestigación seria se constitu-ye en un aporte de educacióncívica y con ello una posibili-dad más cercana de una ciu-dadanía más intensa.

3. Sondeos abiertos y convo-cados por distintos mediosde comunicación hacia lospobladores que residen en laciudad, que buscan construirun panorama de percepcio-nes acerca del tema en cues-tión. Se hacen desde pregun-tas abiertas que permiten unmayor despliegue de las vo-ces que participan.

4. Llamadas telefónicas: lí-neas telefónicas abiertas paraque los convocados llamen aofrecer su lectura sobre untema o problema. La recep-ción de estas llamadas permi-te, por el tipo de datos adicio-nales que se reportan, levan-tar un perfil de los ciudada-nos que, cruzado con las per-cepciones, crea un cuadrobásico para el ejercicio delperiodismo público y , en par-ticular, su acción sustentadaen una legitimidad con unabase social de apoyo impor-tante.

5. Conversaciones ciudada-nas en torno al eje temático.Ocasión para el encuentrodeliberativo en donde la re-flexión colectiva sobre eltema de interés público seña-lado cohesiona al grupo te-niendo como punto de refe-rencia un informe periodísti-co, una pregunta, un video,una afirmación que proble-matice el tema y provoque lapuesta en escena, los discur-sos (representaciones, posi-ciones, ideas, etc.) de los dis-tintos asistentes. Se trata decrear un espacio en donde elciudadano se reconozca in-terpelado, identifique losacuerdos y las distancias,pero a la vez, con la modera-ción periodística pueda tras-cender las denuncias, males-tares, diagnósticos y pase aun plano propositivo de po-sibles salidas o propuestas ainstancias gubernamentales,periodísticas.

6. Entrevistas en profundi-dad: con esta estrategia selogra una mayor claridad, tan-

to sobre el tema como delperfil de los ciudadanos, alpermitir identificar con máselementos de juicio las ten-dencias de opinión en unasunto de interés público.

Voces ciudadanas, por consi-guiente, se constituye en unametodología de periodismopúblico que busca fortalecerciudadanamente tanto al pe-riodismo como la dimensiónde lo público. Es una propues-ta que busca el equilibrio in-tenso entre los ritmos de lainformación y los procesosde participación ciudadana através de estas piezas que sehan señalado.

Como no se trata de un ejer-cicio académico desintencio-nado, se busca trascendercon las autoridades munici-pales a través de una presen-tación, la agenda ciudadanacomo una opción de ciuda-danizar la vida en la ciudad,en donde el diálogo y laconcertación entre autorida-des y ciudadanos, facilitadapor los medios, permitan unaopción de refundar la políti-ca y con ello poder susurrarcomo el hombre del viñedo yapostar a que somos las pa-labras que cuentan lo quesomos.

1. MORIN. Edgar. Fronteras

de lo político. Revista de Oc-

cidente Nº 168, 1993.

2. ARENDT, Hannah. La con-

dición humana. Barcelona, Ed.

Paidós, 1993.

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3. ELLACURIA, Ignacio. Filosofía de la

realidad histórica. Editores UCA, San

Salvador, 1990.

4. RABOTNIKOF, Nora. Lo público y

sus problemas: notas para una

reconsideración. Revista de Occiden-

te. IFF, UAM, México.

5. URIBE de H. María Teresa. Ética y

política. Estudios políticos, Nº 1, IEP,

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6. CAMPS, Victoria. El giro ético de la

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Colombiano, Medellín, 1998.

7. HABERMAS, Jürgen. Historia y crí-

tica de la opinión pública Ed. Gusta-

vo GIli. Barcelona, 1991.

8. WOLTON, Dominique. Las contra-

dicciones de la comunicación políti-

ca. Ed: Comunicación política. Ed.

Gedisa. Barcelona, 1998.