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Science & Society, Vol. 84, No. 2, Abril de 2020, 261-275
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LA INTENSIDAD DEL TRABAJO Y LA FORMACIÓN DE VALOR: UNA
INTERPRETACIÓN SUGERIDA*
A. Sebastián Hdez. Solorza y Alan A. Deytha Mon
Introducción
Este artículo propone una formalización simple del concepto gasto de fuerza de trabajo de Marx
considerando el comúnmente concepto olvidado de intensidad del trabajo. Sigue el estudio formal
de Ioannides y Mavroudeas (2010, 2011) del rol de la intensidad del trabajo en la formación de
valor y plusvalor. El artículo busca llegar a dos tipos de lectores: 1) académicos marxistas que ya
están familiarizados con los conceptos, aunque no están especializados en la teoría económica
marxista, y 2) estudiantes y público en general quienes ya están familiarizados con la teoría
económica marxista pero buscan aclaración o explicaciones sencillas de los conceptos como
tiempo de trabajo, intensidad del trabajo, plusvalor absoluto y plusvalor relativo. El concepto
crucial de gasto de fuerza de trabajo se define en la sección 1; en las secciones 2 y 3 se explican
las teorías del valor y plusvalor respectivamente. Se le prestará especial atención al incremento de
plusvalor en términos relativos a causa de un incremento en la intensidad del trabajo.
Gasto de fuerza de trabajo
Marx inicia el capítulo 1 de El Capital introduciendo el concepto de mercancía: “riqueza de las
sociedades en las que domina el modo de producción capitalista” (2010, 45). Después de esta
introducción Marx procede a analizar la intercambiabilidad de las mercancías y llega a las
conclusiones de que “primera, que los valores de cambio válidos de la misma mercancía expresan
la misma cosa, y segunda, que el valor de cambio es un modo de expresión (o forma fenoménica)
de un contenido que debemos distinguir de él” (2010, 47). De acuerdo con Marx, la propiedad
común en todas las mercancías no se encuentra en los elementos materiales o sus posibles usos,
sino lo que subyace es trabajo humano en abstracto. Si nosotros
hacemos abstracción de su valor de uso, abstraemos también los componentes y
formas corpóreas que hacen de él un valor de uso…[ya no pueden] verse como el
producto del trabajo del ebanista o del albañil o del hilandero o de cualquier otro
trabajo productivo determinado. Con el carácter útil de los productos del trabajo se
desvanece el carácter útil de los trabajos representados en ellos y, por ende, se
desvanecen también las diversas formas concretas de esos trabajos; éstos dejan de
distinguirse, reduciéndose en su totalidad a trabajo humano indiferenciado, a trabajo
abstractamente humano. (2010, 48, énfasis añadido)
Esta sustancia común no sólo es un elemento físico que las hace iguales sino, más importante, es
un elemento social. Esto es así porque el trabajo humano en abstracto es distinto históricamente y
Marx se refiere al trabajo humano desempeñado en una sociedad capitalista.
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A pesar de la heterogeneidad en los tipos concretos de trabajo, Marx afirma que el trabajo
abstractamente humano significa la “mera gelatina de trabajo humano homogéneo, de gasto de
fuerza de trabajo sin relación a la forma de este gasto” (2010, 48). Pero aquí debemos hacer una
pausa y preguntarnos cuáles son las diversas formas de gasto de fuerza de trabajo. Los teóricos
marxistas rápidamente saltan a igualar gasto de fuerza de trabajo con tiempo de trabajo y esto se
debe en gran medida al trato inmediato que hace Marx del tiempo de trabajo socialmente necesario
como magnitud del valor. Sin embargo, cuando él explica este concepto, él insiste que el gasto de
fuerza de trabajo debe ser uniforme. Para que exista esta uniformidad, el gasto de fuerza de trabajo
realizado debe ser la fuerza de trabajo social o gasto social de fuerza de trabajo. Esto requiere que
el gasto de fuerza de trabajo sea realizado “con el grado social medio de destreza e intensidad de
trabajo vigentes en el momento” (2010, 49, énfasis añadido). Por tanto, el gasto de fuerza de trabajo
tiene dos componentes constitutivos adicionales y, por consiguiente, es una totalidad de tres
elementos que la integran: 1) tiempo de trabajo, 2) intensidad del trabajo, y 4) destreza del trabajo.
Marx define la magnitud del valor como el tiempo de trabajo socialmente necesario y únicamente
utiliza el tiempo de trabajo (e.g., horas de trabajo) para medirlo, pero él lo hace únicamente porque
él considerado que el tiempo de trabajo se desempeña junto con la destreza e intensidad del trabajo
promedio/social. Después Marx dice que el trabajo complejo cuenta como “trabajo simple
multiplicado, una cantidad dada de trabajo complejo debe considerarse igual a una mayor cantidad
de trabajo simple” (2010, 54) pero él no habla explícitamente sobre la intensidad del trabajo en el
capítulo 1 de El Capital.
Se puede construir una explicación del gasto de fuerza de trabajo usando las afirmaciones de Marx
en el resto de El Capital, especialmente los capítulos 15, 16 y 17.
El gasto de fuerza de trabajo es el esfuerzo total de un trabajador. Tal esfuerzo total es el resultado
de la combinación de tiempo de trabajo, intensidad del trabajo y destreza. Debido a que la cuestión
principal abordada en este artículo es la intensidad del trabajo, nos enfocaremos en la formación
de gasto de fuerza de trabajo como la relación cuantitativa entre tiempo de trabajo e intensidad del
trabajo; la destreza se considerara de la misma manera en que hizo Marx, i.e., como un escalar
dado que simplemente multiplica al gasto de fuerza de trabajo simple.
La formación cuantitativa de gasto de trabajo está dada por el tiempo de trabajo como su aspecto
por extensión y la intensidad del trabajo considerada como su aspecto por grado. Para tomar a la
destreza en cuenta necesitaríamos 1) calcular el gasto de fuerza de trabajo con el tiempo de trabajo
y la intensidad del trabajo y 2) multiplicar esto por 1 para el trabajo simple y por x para el trabajo
complejo (donde x>1 muestra cuántas veces más complejo es ese tipo de trabajo comparado con
el trabajo simple). Sin embargo, con la simplificación previa –tomando la destreza del trabajo
como dada– reducimos el análisis a uno basado en dos variables constitutivas.
Así, el gasto de fuerza de trabajo se define como la combinación de tiempo de trabajo e intensidad
del trabajo. Si la intensidad del trabajo es constante a lo largo del tiempo de trabajo, entonces el
gasto de fuerza de trabajo es meramente la multiplicación entre ambos. La Figura 1 ilustra esto
geométricamente con un rectángulo donde el tiempo de trabajo es la base, la intensidad del trabajo
es la altura y el área es el gasto de fuerza de trabajo. Mientras mayor sea el tiempo de trabajo (base)
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o mayor sea la intensidad del trabajo (altura), mayor será el gasto de fuerza de trabajo (área). Por
ejemplo, si el tiempo de trabajo es de 10 horas y la intensidad del trabajo es 1, entonces el gasto
de fuerza de trabajo será igual a 10.
Figura 1. Gasto de fuerza de trabajo
Podemos colocar el gasto de fuerza de trabajo en un plano Cartesiano donde el eje horizontal es el
tiempo de trabajo y el eje vertical corresponde a la intensidad del trabajo. Entonces uno puede
graficar una figura de acuerdo con los puntos dados por la combinación de las dos variables. Esto
significa que la intensidad del trabajo podría no ser constante a lo largo de todo el periodo de
trabajo y se formarían múltiples rectángulos. En ese caso, el gasto de fuerza de trabajo se vuelve
la suma de todas las áreas que representan las diferentes intensidades de trabajo a lo largo del
periodo dado. La Figura 2 ilustra un caso donde la intensidad del trabajo es 0.8 durante 4 horas,
luego aumenta a 1.2 por 5 horas y finalmente regresa a 0.8 para la última hora, i.e., el gasto de
fuerza de trabajo de 10 en una jornada laboral de 10 horas.
La definición general de gasto de fuerza de trabajo es el área debajo de la función definida entre
el tiempo de trabajo y la intensidad del trabajo, que es lo mismo que la integral definida de esta
función. Pero nos mantendremos trabajando con los ejemplos geométricos simples y nos
mantendremos con la representación más simple por propósitos pedagógicos.
Figura 2. Intensidad del trabajo variable
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La explicación del gasto de fuerza de trabajo cuando la intensidad del trabajo no es abordada en
este artículo y permanece como un tema de investigación para el futuro. Sin embargo, lo
mencionamos para mostrar la simplificación que hace Marx en cuanto a la intensidad del trabajo
en El Capital. Esta simplificación es doble. Primero, él considera que la intensidad del trabajo es
constante, así que el gasto de fuerza de trabajo es la multiplicación entre el tiempo de trabajo y la
intensidad del trabajo promedio. Segunda, él considera la intensidad del trabajo igual a 1, lo cual
reduce una variable de dos dimensiones a una con sólo una dimensión, medida únicamente por la
extensión en tiempo. Por ejemplo, si el tiempo de trabajo es de 10 horas y la intensidad del trabajo
es 1, entonces el gasto de fuerza de trabajo es 10 y no necesitamos pensarlo como la combinación
de tiempo de trabajo e intensidad del trabajo, sino simplemente como tiempo de trabajo.
Geométricamente esto significa reducir el gasto de fuerza de trabajo de una superficie a una línea.
Esta simplificación le permitió a Marx avanzar utilizando únicamente el tiempo de trabajo. Sin
embargo, si se omite la intensidad del trabajo se vuelve imposible entender su impacto en la
formación de valor.
Valor
En la sección anterior dijimos que la manera en que pasó de gasto de fuerza de trabajo a tiempo de
trabajo socialmente necesario es una de las razones fundamentales para que los marxistas realicen
“una separación silenciosa del tiempo de trabajo de la otra dimensión del gasto de fuerza de trabajo:
la intensidad del trabajo” (Ioannides y Mavroudeas 2011, 112). No obstante, no es la única causa.
Los académicos marxistas también suelen pasar por alto la simplificación explicada previamente
y, consecuentemente omitir la lógica de este tema para la teoría del valor. En la subsección C,
“Intensificación del trabajo”, en el capítulo 15 de El Capital afirma que cierta cantidad de tiempo
de trabajo podría contar como una cantidad diferente debido a una mayor intensidad del trabajo.
Para Marx una intensidad del trabajo más alta
impone a la vez un mayor gasto de trabajo en el mismo tiempo, una tensión
acrecentada de la fuerza de trabajo, un taponamiento más denso de los poros que se
producen en el tiempo de trabajo, esto es, impone al obrero una condensación del
trabajo en un grado que es sólo alcanzable dentro de la jornada laboral reducida. Esta
comprensión de una masa mayor de trabajo en un período dado, cuenta ahora como
lo que es, como una mayor cantidad de trabajo. Junto a la medida del tiempo de
trabajo como "magnitud de extensión", aparece ahora la medida del grado alcanzado
por su condensación 86. La hora, más intensiva, de la jornada laboral de diez horas
contiene ahora tanto o más trabajo, esto es, fuerza de trabajo gastada, que la hora,
más porosa, de la jornada laboral de 12 horas. (2010, 412)
Las diez horas pueden contar como doce horas porque en el mismo espacio temporal el trabajador
gastó la misma cantidad de fuerza de trabajo. ¿Cómo podría contar como 12 si la medida por
extensión del trabajo fuera la única que existe? Si omitimos la intensidad del trabajo, esta ecuación
se vuelve imposible. Es a causa de la combinación de tiempo de trabajo e intensidad del trabajo lo
que da como resultado algo diferente de ambos que x tiempo de trabajo puede ser igualado a z
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tiempo de trabajo. La implicación lógica es la siguiente. La cantidad de tiempo de trabajo no puede
ser igualada a la cantidad de valor salvo que consideremos que el tiempo de trabajo desempeñado
fue realizado con la intensidad del trabajo promedio/social/vigente –como hizo Marx. De cualquier
manera, con o sin esta simplificación, el valor no es simplemente el tiempo de trabajo, es el gasto
total de fuerza de trabajo (incluyendo la intensidad del trabajo).
Si consideramos que la intensidad del trabajo promedio/social es igual a 1, entonces el tiempo de
trabajo es igual a la cantidad de valor. Si, en una rama de la economía la intensidad del trabajo es
mayor que el nivel social/promedio, entonces contaría como 1+x. Por ejemplo, si la intensidad del
trabajo en el sector de la minería fuera 20% mayor al promedio/social, entonces cada hora de
trabajo en ese sector contaría como 1.2 horas promedio/sociales.
Usando el ejemplo geométrico anterior, la Figura 4 muestra un rectángulo con área igual a 10 para
explicar una jornada laboral de 10 horas y una intensidad del trabajo igual a 1. Si la intensidad del
trabajo aumenta a 1.2 y mantenemos el tiempo de trabajo constante, obtenemos un rectángulo
mayor de área 12 (10 unidades de área del rectángulo original y 2 unidades del nuevo rectángulo
que se forma encima de ese).
Siguiendo a Marx, si fuéramos a transformar la superficie de 12 unidades del rectángulo del sector
de la minería en una línea, la única manera de hacerlo sería considerar la base del rectángulo como
si hubiera crecido de 10 a 12 (multiplicación de la base y la nueva altura =10 × 1.2) i.e., como si
cada hora de trabajo de la minería contuviera 1.2 horas promedio/sociales.
Figura 3. 1 hora de trabajo con una intensidad del trabajo mayor al promedio cuenta como
1+x horas de trabajo social
Respecto al valor unitario no hay problema porque Marx es muy claro en cuanto a esto:
La intensidad creciente del trabajo supone un gasto aumentado de trabajo en el mismo espacio de
tiempo. La jornada laboral más intensa toma cuerpo en más productos que la jornada menos intensa
del mismo número de horas. Con una fuerza productiva incrementada, sin duda, la misma jornada
laboral suministra también más productos. Pero en el último caso baja el valor del producto
singular, porque cuesta menos trabajo que antes, mientras que en el primer caso se mantiene
inalterado, porque el producto cuesta tanto trabajo antes como después. El número de los productos
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aumenta aquí sin que bajen sus precios. Con su número aumenta también la suma de sus precios
(2010, 524)
El valor unitario es el cociente entre valor total (gasto de fuerza de trabajo) y producto. Primero,
incrementa el numerador por la cantidad creciente de gasto de fuerza de trabajo. Segundo,
incrementa el denominador aumentando el producto. Debido a que ambos incrementos son iguales,
entonces los dos incrementos se cancelan entre sí y el valor unitario de las mercancías permanece
sin cambios.
Plusvalor
La explicación de Marx de las dos maneras de incrementar el plusvalor es bien conocida y
ampliamente comprendida por los académicos marxistas, especialmente los economistas. No
obstante, la explicación previa puede facilitar esta comprensión. Adicionalmente, la inclusión de
la intensidad del trabajo en la explicación simplifica significativamente la comprensión sobre
cómo se relaciona con el plusvalor y podría contribuir a finalizar el debate sobre la manera en que
genera plusvalor (i.e., si es absoluto o relativo).
Una de las contribuciones más importantes de Marx al conocimiento económico es el
descubrimiento del plusvalor. Cuando los capitalistas usan la fuerza de trabajo de los trabajadores
en el proceso de producción, necesitan que estos últimos realicen cierto gasto de fuerza de trabajo
y les retribuyen con el valor de su fuerza de trabajo. Si los capitalistas logran extraer más fuerza
de trabajo que la que dan de vuela a los trabajadores, entonces reciben un excedente –la diferencia
entre el gasto de fuerza de trabajo de los trabajadores y el valor de su fuerza de trabajo es el
plusvalor. La cuestión crucial aquí es el uso de la fuerza de trabajo, el cual determina cuánto gasto
de fuerza de trabajo logran extraer los capitalistas de los trabajadores. Marx dice que
el uso de esa fuerza de trabajo sólo está limitado por las energías activas y la fuerza
física del trabajador. El valor diario o semanal de la fuerza de trabajo es muy diferente
del desempeño diario o semanal de esa fuerza, al igual que la comida que necesita un
caballo y el tiempo que puede llevar al jinete son bastante distintos. La cantidad de
trabajo por la cual el valor de la fuerza de trabajo del trabajador es limitado no
constituye en modo alguno un límite a la cantidad de trabajo que su fuerza de trabajo
puede realizar. (1969, 10)
Para continuar con la explicación debemos recordar primero la división que hace Marx de la
jornada laboral, que es en realidad la división del gasto diario de la fuerza de trabajo. Marx llama
trabajo necesario a la extensión de la jornada laboral que usan los trabajadores para reemplazar el
valor de su fuerza de trabajo y plustrabajo a la extensión restante de la jornada laboral que
desempeñan plenamente gratis para los capitalistas (trabajo impago). Con la comprensión de las
secciones anteriores, podemos ver inmediatamente que el trabajo necesario y el plustrabajo se
refieren en realidad a la porción del gasto de que fuerza de trabajo que los trabajadores usan para
reemplazar lo que necesitan para seguir trabajando y al exceso de fuerza de trabajo por encima de
esa porción lo que no reciben de vuelta y que es apropiado por los capitalistas, respectivamente.
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De esta manera, el trabajo necesario y el plustrabajo no son una línea, sino una superficie que
puede cambiar ya sea que varíe el tiempo de trabajo o la intensidad del trabajo.
La Figura 4 ilustra cómo se divide el gasto diario de fuerza de trabajo en trabajo necesario y
plustrabajo.
Figura 4. División del gasto diario de fuerza de trabajo
En la figura 4 se divide el gasto diario de fuerza de trabajo en dos partes iguales. Por ejemplo, si
la intensidad del trabajo es igual a 1 y el tiempo de trabajo es de 10 horas, entonces el gasto de
fuerza de trabajo es igual a 10 y tanto el trabajo necesario como el plustrabajo son iguales a 5.
Ahora podemos presentar la explicación de Marx sobre cómo incrementar el plusvalor en términos
absolutos y relativos. La comprensión de ambas maneras de incrementar el plusvalor se sigue
fácilmente de la comprensión previa del gasto de fuerza de trabajo en términos de su extensión
(tiempo de trabajo) y de su grado de aplicación (intensidad del trabajo).
Mientras que no está disputado que incrementos en el tiempo de trabajo producen plusvalor
absoluto, sigue bajo debate si los incrementos en la intensidad del trabajo generan plusvalor en
términos absoluto (e.g., Catephores, 1989; Foley, 1986; Hudson, 2001; Joosung, 1999) o en
términos relativos (e.g., Itoh, 1988; Philp et al., 2005; Mavroudeas y Ioannides, 2011). Después
de que se explique brevemente el plusvalor absoluto, procederemos a una explicación más
detallada de la generación de plusvalor relativo, así como en la elaboración de una prueba general
simplificada de que la intensificación del trabajo genera plusvalor en términos relativos.
Plusvalor absoluto
Aumentar el plusvalor en términos absolutos significa aumentar el gasto de fuerza de trabajo por
su elemento extensivo. La Figura 5 ilustra cómo crece el plusvalor en términos absulos a causa de
un incremento en el tiempo de trabajo.
Marx, siguiendo su supuesto de intensidad del trabajo igual a 1 y consecuentemente usando sólo
una línea (la base del rectángulo) explica cómo el plusvalor crece al prolongar la jornada laboral
de b a c. Por tanto, el plustrabajo incrementa en el segmento de línea bc. Si tomamos la intensidad
del trabajo en cuenta, el razonamiento es el mismo, con la diferencia de que el plustrabajo crece
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en la nueva superficie formada por la multiplicación entre el nuevo segmento de línea bc y la
intensidad del trabajo (altura) que se mantiene constante.
Figura 5. Plusvalor absoluto
Por ejemplo, si la intensidad del trabajo es igual a 1 y el tiempo de trabajo aumenta de 10 a 12, y
la división previa del gasto de fuerza de trabajo era de 5 para el trabajo necesario y 5 para el
plustrabajo, entonces la nueva división es 5 para el trabajo necesario y 7 para el plustrabajo.
Plusvalor relativo
Incrementar el plusvalor en términos relativos es ligeramente más complejo de explicar, pero
gracias a la conceptualización previa del gasto de fuerza de trabajo sigue siendo sencillo.
Hay dos posibles maneras abstractas de producir plusvalor relativo. La primera corresponde a un
incremento en la productividad del trabajo en el sector que produce medios de consumo. La
segunda corresponde a un incremento en la intensidad del trabajo. El primer caso es ampliamente
conocido y no debatido, mientras que el segundo sigue bajo debate. Explicaremos brevemente el
primero y después elaboraremos sobre el segundo.
1. Generación de plusvalor relativo mediante incrementos en la productividad del trabajo en el
sector que produce medios de consumo (tiempo de trabajo e intensidad del trabajo constantes).
Marx explica transparentemente el caso en el que tiempo de trabajo y la intensidad del trabajo
permanecen constantes, mientras que la productividad del trabajo es variable. El aumento en la
productividad del sector que produce medios de consumo reduce el trabajo necesario porque ahora
se necesita menos gasto de fuerza de trabajo para reproducir el valor de la canasta de consumo de
los trabajadores. Consecuentemente, la nueva porción liberada del gasto de fuerza de trabajo se
añade al plustrabajo.
En la Figura 6 observamos que el área por encima del segmento ab era el trabajo necesario previo
al incremento en la productividad. Sin embargo, el aumento en las fuerzas productivas del trabajo
en el sector que produce medios de consumo reduce el trabajo necesario al área formada por el
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segmento ab’; por consiguiente, el área dada por el segmento b’b se vuelve una suma adicional de
plustrabajo.
También debemos percatarnos que este caso, a diferencia de la generación de plusvalor absoluto,
mantiene constante el gasto de fuerza de trabajo. La cantidad previa de gasto de fuerza de trabajo
se divide de manera distinta, más plustrabajo y menos trabajo necesario.
Figura 6. Plusvalor relativo debido a un incremento en la productividad del trabajo
La prácticamente atención plena de Marx a este caso puede conducir a los lectores a pensar que el
incremento en la productividad es el único posible para producir plusvalor relativo. Creemos que
la atención excesiva de Marx a este caso se explica por su simplificación de la intensidad del
trabajo a lo largo de El Capital, lo cual limita su capacidad de explicar plenamente el caso de la
intensidad. Por esta razón él también se refiere a la intensidad en una presentación que no es
general, sino meramente en ejemplos dispersos. Sin embargo, para probar que los incrementos en
la intensidad del trabajo generan plusvalor relativo debemos proporcionar más que ejemplos y
construir una interpretación general. Para hacerlo, prestaremos mucha atención a la definición
general de plusvalor relativo.
En el capítulo 16 (“Plusvalor absoluto y relativo”) Marx resume lo que son el plusvalor absoluto
y relativo, y él también menciona la diferencia entre ambos. Él explica:
Suponiendo que la fuerza de trabajo se paga por su valor, nos enfrentamos a esta
alternativa: dada la productividad del trabajo y su intensidad normal, la tasa de
plusvalía sólo puede elevarse mediante la prolongación real de la jornada laboral; por
otro lado, dada la duración de la jornada laboral, ese aumento sólo puede efectuarse
mediante un cambio en las magnitudes relativas de los componentes de la jornada
laboral, es decir, trabajo necesario y plustrabajo; un cambio que, si los salarios no
caen por debajo del valor de la fuerza de trabajo, presupone un cambio en la
productividad o en la intensidad del trabajo. (2010, 512)
Mientras que el plusvalor absoluto se define como el resultado de la prolongación del elemento
extensivo (tiempo de trabajo) del gasto de fuerza de trabajo, la generación de plusvalor relativo se
define como la alteración de sus dos componentes –trabajo necesario y plustrabajo– de tal manera
que el plustrabajo se vuelva más grande en relación con el trabajo necesario, mientras que el
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elemento extensivo del gasto de fuerza de trabajo (extensión total de la jornada laboral) permanece
constante.
De nuevo, la producción de plusvalor relativo es el resultado de una reducción relativa de la
fracción necesaria del gasto de fuerza de trabajo. En otras palabras, la parte necesaria del gasto de
fuerza de trabajo se reduce a comparación del total, que es lo mismo que decir que se vuelve más
pequeña a comparación con la parte excedentaria del gasto de fuerza de trabajo.
Por tanto, a única manera de entender a plenitud el efecto de la intensidad del trabajo sobre el
plusvalor es remover la simplificación de Marx para la intensidad del trabajo. La pregunta es cómo
un incremento en la intensidad del trabajo reduce el trabajo necesario respecto al plustrabajo.
2. Generación de plusvalor relativo mediante incrementos en la intensidad del trabajo (tiempo de
trabajo y productividad del trabajo en los bienes de consumo permanecen constantes). La primera
cuestión que debe notarse es que, a diferencia del caso anterior, los incrementos en la intensidad
del trabajo aumentan el gasto de fuerza de trabajo. Esto también ocurre en la formación de
plusvalor absoluto, pero no debe confundirse con ella con base en esta similitud. El plusvalor
absoluto se define por un incremento en el elemento extensivo (tiempo de trabajo) mientras que el
elemento de grado (intensidad del trabajo) permanece constante. Aquí estamos explicando el caso
opuesto al plusvalor absoluto, donde el elemento extensivo (tiempo de trabajo) del gasto de fuerza
de trabajo permanece constante, mientras que el elemento grado (intensidad del trabajo)
incrementa.
En la Figura 7 vemos un incremento de la intensidad del trabajo de b a c y el consecuente
incremento en el gasto de fuerza de trabajo. La intensidad del trabajo incrementa de b a c
incrementa el área del rectángulo que representa el gasto de fuerza de trabajo. Por ejemplo, si la
intensidad del trabajo aumenta de 1.0 a 1.2 y el tiempo de trabajo permanece constante en 10 horas
(como en los ejemplos anteriores), entonces el gasto de fuerza de trabajo aumenta de 10 a 12 (como
en el ejemplo del plusvalor absoluto).
La pregunta relevante sigue siendo la misma: ¿cómo un incremento en la intensidad del trabajo
reduce el trabajo necesario a comparación del plustrabajo? Si el trabajo necesario permanece
constante la respuesta es casi obvia. El área de arriba (bc=2=0.2×10) se vuelve plustrabajo. El
trabajo necesario permanece igual a 5 y el plustrabajo aumenta a 7. Por lo que el trabajo necesario
previamente representaba 5/10 del gasto de fuerza de trabajo y ahora representa 5/12, que es lo
mismo que decir que la tasa de explotación crece de 100% (=5/5) a 140% (=7/5).
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Figura 7. Plusvalor relativo a causa de una intensidad del trabajo incrementada (trabajo
necesario constante)
De nuevo, el incremento en el gasto de fuerza de trabajo no debe a conducirnos a la idea de que
esto significa un incremento absoluto del plustrabajo. Podría no ser fácil entender esta idea con el
ejemplo previo porque mantuvimos el trabajo necesario constante, pero si removemos este
supuesto entonces se vuelve muy claro que un incremento en la intensidad del trabajo significa
formación de plusvalor relativo.
En el ejemplo previo mantuvimos el trabajo necesario constante (posiblemente porque el descanso
de los trabajadores sería suficiente para que continúe trabajando en las mismas condiciones), pero
esto no es el caso general. Una intensidad del trabajo mayor implica un mayor gasto de fuerza de
trabajo y el trabajador podría requerir más que sólo descanso para mantener el nuevo ritmo de
trabajo, i.e., es altamente probable que el trabajo necesario también incremente. En ese caso el
plusvalor sólo crecería si la magnitud del incremento en el trabajo necesario es menos de la mitad
del aumento en el gasto de fuerza de trabajo.
Como en el ejemplo previo, la intensidad del trabajo crece de 1.0 a 1.2 y consecuentemente el
gasto de fuerza de trabajo aumenta de 10 a 12. Ahora la diferencia es que no mantenemos el trabajo
necesario constante. Digamos, por ejemplo, que el trabajo necesario aumenta de 5 a 5.5, lo cual
significa que el plustrabajo aumenta de 5 a 6.5. Esto implica que el trabajo necesario se reduce a
comparación con el gasto total de fuerza de trabajo de 5/10 a 5.5/12 y consecuentemente la tasa de
explotación crece de 100% a 130%. Aun cuando el trabajo necesario aumenta, el incremento en el
plustrabajo es mayor, por lo que se genera plusvalor en términos relativos.
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Figura 8. Plusvalor relativo a causa de un incremento en la intensidad del trabajo (trabajo
necesario variable)
En el ejemplo anterior el incremento del trabajo necesario captura 25% del incremento total del
gasto de fuerza de trabajo. Sin embargo, este incremento podría capturar una fracción mayor del
incremento total en el gasto de fuerza de trabajo. Esto aclara la proposición de que el plusvalor
sólo aumentará si la magnitud del incremento del trabajo necesario es menor a la mitad del
incremento del gasto de fuerza de trabajo. Digamos, por ejemplo, que el trabajo necesario aumenta
de 5 a 6, entonces el aumento del plustrabajo también es 1, lo cual significa que el cociente de
trabajo necesario y gasto de fuerza de trabajo permanece constante (primero 5/5 y después 6/6) y
consecuentemente la tasa de explotación sigue siendo 100%. Si el crecimiento total del gasto de
fuerza de trabajo se divide sólo en dos partes, la única manera en que el trabajo necesario se vuelve
menor comparado con el plustrabajo es si el incremento del trabajo necesario es menos de la mitad
del crecimiento del gasto de fuerza de trabajo.
Si el aumento en la intensidad del trabajo provoca que el trabajo necesario crezca más de la mitad
de la magnitud del incremento total del gasto de fuerza de trabajo, entonces incluso sería
perjudicial para los capitalistas hacer esto, porque el plusvalor disminuiría en lugar de aumentar.
Por esta razón, los incrementos en la intensidad del trabajo usualmente se ven acompañados por
reducciones en el tiempo de trabajo, para que el desgaste de los trabajadores no provoque un
aumento significativo en el trabajo necesario, permitiendo que el plustrabajo aumente más en
términos relativos. Por ejemplo, si el trabajo necesario y el plustrabajo fueran igual a 5 y los
capitalistas, después de la combinación de factores consistentes con una reducción de la jornada
laboral de 10 a 9 horas y un incremento en la intensidad del trabajo de 1 a 1.2, lograran mantener
el trabajo constante, entonces el gasto de fuerza de trabajo crecería de 10 a 10.8 (=9×1.2) y el
plustrabajo aumentaría de 5 a 5.8. Por tanto, el trabajo necesario se movería de representar 50%
del gasto total de fuerza de trabajo a representar 46.29% y la tasa de explotación crecería de 110%
a 116%.
Ambos casos explicados en esta subsección cumplen con la definición general de plusvalor
relativo. Cuando aumenta la productividad de los bienes de consumo o se reduce el trabajo
necesario, ambos componentes de gasto de fuerza de trabajo son alterados de tal manera que el
plustrabajo se vuelve una fracción mayor del gasto de fuerza de trabajo. En el segundo caso, el
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incremento de la intensidad del trabajo causa (en general) una alteración positiva de los dos
componentes de la fuerza de trabajo, pero el plustrabajo crece más comparado con/relativo al
trabajo necesario y, por consiguiente, crece el plusvalor.
Conclusión
El razonamiento construido a través de este artículo nos permite entender el concepto fundamental
de gasto de fuerza de trabajo para la formación de valor y plusvalor. Adicionalmente permite
probar que incrementos en la intensidad del trabajo producen plusvalor relativo.
* Agradecemos a los réferis anónimos por sus profundos comentarios y sugerencias. La
responsabilidad de cualesquiera errores sigue siendo nuestra.
REFERENCIAS
Catephores, George. 1989. An Introduction to Marxist Economics. New York: New York
University Press.
Ioannides, Alexis, and Stavros Mavroudeas. 2010. “Work More or Work Harder? The Duration
and Intensity of Work in Marx's Capital.” Science & Society, 74:1, 85–102.
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