LA INVESTIGACIÓN MILITANTE - Uba

LA INVESTIGACIÓN MILITANTE EN EL CONTEXTO EDUCATIVO Y SOCIAL

POSTDOCTORADO EN INVESTIGACIÓN COHORTE I (2015) Página 1



Universidad Bicentenaria de Aragua Publicación correspondiente a la serie de libros y revistas arbitradas del

Decanato de Investigación, Extensión y Postgrado de la Universidad Bicentenaria de Aragua (DIEP-UBA)

DIALOGOS DEL POSTDOCTORADO Volumen 1 No 6 - Abril 2015

DIRECTORA Dra. Antonia Torres V (UBA)

COMITÉ EDITORIAL Dra. Crisálida Villegas G (UBA) Dra. Magdelina Lartiguez (UBA)

Dra. Nancy García (UBA) Dra. Luisa A. García (UNESR)

ASISTENTE EDITORIAL MSc. Sandra Salazar

DISEÑO DE PORTADA Dra. Marioxy Morales

DIAGRAMACION Y COMPILACION Dra. Alicia Uzcátegui de Lugo Dra. María Teresa Hernández

Dra. Marioxy Morales FORMATO ELECTRONICO

MSc.Nohelia Alfonzo e-mail: [email protected]

Fecha de Aceptación: Diciembre, 2014 Fecha de Publicación: Abril, 2015

Se permite la reproducción total o parcial de los trabajos publicados,

siempre que se indique expresamente la fuente.

© UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

Depósito Legal: pp200202AR286

ISSN: 1690-0685

Reservados todos los derechos conforme a la Ley



INDICE GENERAL

pp.

PRESENTACIÓN…………………………………………………………….. 4

FUNDAMENTO SOCIO-FILOSOFICO DE LA INVESTIGACIÓN MILITANTE. DRA. DAISY MEZA………………………………………….

9

LA EPISTEMOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN MILITANTE. DR. JUAN RODRÍGUEZ………………………………………………………….

15

INVESTIGACIÓN MILITANTE Y CAMBIO SOCIAL. DRA. NUBIA ACUA…………………………………………………………………………..

27

HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN MILITANTE. DR. JOSÉ CHIIRINOS……………………………………………………………………

33

INVESTIGACION-ACCION PARTICIPANTE. EN TORNO A LA INVESTIGACIÓN MILITANTE. DRA. ALICIA RAMÍREZ……………….

41

INVESTIGACION MILITANTE EN EDUCACION. DRA. ALICIA LUGO. 49

INVESTIGACIÓN MILITANTE Y PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO EN LA UNIVERSIDAD. DRA. CRISÁLIDA VILLEGAS………………….

56

INVESTIGACIÓN MILITANTE. UTOPIA EN LA FORMACION DEL INVESTIGADOR DOCENTE. DR. JOSÉ ROMERO…………………….

63

LA INVESTIGACIÓN MILITANTE COMO INVESTIGACIÓN-ACCIÓN. PARTICIPATIVA EN LINGÜÍSTICA APLICADA. POSIBILIDADES Y DESAFIOS. DRA. AUDY CASTAÑEDA…………………………………..

71

LA EVOLUCION DE LA MILITANTANCIA EN LA EDUCACION MATEMÁTICA. DR. CESAR GARCÍA…………………………………….

83

INVESTIGACION MILITANTE: TENDENCIAS Y PRÁCTICA EN EL ÁMBITO DE SALUD. DRA. ROSANA SILVA…………………………….

90

LA INVESTIGACIÓN MILITANTE VS SALUD. UN SIGNIFICADO SOCIO-TRANSFORMADOR. DRA. MARIOXY MORALES…………….

97

INVESTIGACIÓN MILITANTE. UNA SENDA POR TRANSITAR EN ENFERMERIA. DRA. BETTY RUIZ……………………………………….

104

LA DIALECTICA CRÍTICA COMO MIRADA MILITANTE. DRA. LAURA SAVINO………………………………………………………………………..

109

LA INVESTIGACIÓN MILITANTE EN LAS CIENCIAS POLÍTICAS. DR. BENNY MÁRQUEZ……………………………………………………..

115

PRIVACION DE LIBERTAD Y EJERCICIO DEL DERECHO DESDE LA INVESTIGACION MILITANTE. DR. JESÚS RAMOS………………...

128

INVESTIGACIÓN MILITANTE Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA. DR. ELÍAS QUIJADA………………………………………………………..

135

LA APROPIACIÓN COMUNITARIA DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA. UNA VISIÓN DESDE LA INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN CON CRITERIO SOCIAL. DRA. INGRID NEDERR…………………………….

138

INVESTIGACION MILITANTE Y LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN. DRA. MARÍA HERNÁNDEZ……

147

FIGURA 1. LA INVESTIGACIÓN MILITANTE……………………………. 157



PRESENTACIÓN

Volumen I, Número 7, Año 2015

Nuevamente, el Decanato de Investigación, Extensión y Postgrado

se complace en ofrecer a la comunidad académica y al público en

general, las reflexiones generadas por los participantes del primer grupo

de Estudios Postdoctorales en Investigación, relacionadas con el

Seminario: Investigación Militante, facilitado por la Dra. María Nicer.

Sus compiladoras, las doctoras Alicia Uzcáteguí de Lugo, María

Teresa Hernández y Marioxy Morales invitan a los lectores a sumergirse

en la lectura de este número que tiene como propósito mostrar distintos

puntos de vistas respecto a La Investigación Militante en el Contexto

Educativo y Social, a fin de expresar como se concreta en la teoría y la

praxis. En tal sentido se destacan en negrillas las categorías que emergen

como características de esta novedosa manera de investigar y que se

consolida en el gráfico presentado a manera de conclusión y que fue

elaborado, a manuscrito, magistralmente por la facilitadora del

mencionado Seminario.

En la secuencia de los artículos presentados, se parte de la idea,

que la investigación es un proceso sociohistórico, ya que la selección de

los temas, la forma de abordar el análisis de la realidad y el uso de los

resultados del quehacer científico dependen de las circunstancias

sociales, económicas y políticas-ideológicas en las que se desarrolla el

trabajo de indagación.

Desde la perspectiva de los autores, se evidencia que el investigador

o investigadora militante, se ofrece así mismo como sujeto de síntesis de

la experiencia. La investigación militante no trabaja a partir de un conjunto



de saberes propios respecto al mundo, ni cómo debieran ser las cosas,

por el contrario, la única y dificultosa condición del militante investigador

es la de permanecer fiel a su “no saber”.

No obstante, requiere de fuentes de divulgación y comunicación

como una estrategia de articulación e intercambio entre los integrantes de

un colectivo, quienes deciden desarrollar acciones comunes, manteniendo

la identidad de los participantes y desarrollando una cultura que supone

nuevas formas de ver y entender el mundo que nos rodea. De ahí los

aportes que las TICL pueden hacer a la investigación militante.

La figura del militante investigador intenta distinguirse del

investigador académico, pero también del militante político, del humanista,

del alternativo o del simple comprensivo, con énfasis en el intelectual,

como el que hace justicia, en tanto adecuación de lo que existe respecto

de los horizontes de racionalidad del presente.

Así en la primera parte, la Dra. Daisy Meza plantea el fundamento

socio-filosófico de la investigación militante, en tal sentido discute los

aportes del marxismo, el feminismo, así como de la visión compleja-

transcompleja a esta postura investigacional. El Dr. Juan M Rodríguez por

su parte, plantea la epistemología de la investigación militante señalando

que esta se sustenta en un pensamiento crítico y en la filosofía política,

que promueve la participación de las comunidades.

Por su parte, la Dra. Nubia Acua refiere que la investigación militante

es una nueva forma de asumir la indagación de la realidad social desde el

compromiso con su transformación, por esto propone vincularla a las

practicas investigativas universitarias como opción frente al cambio social.

En este proceso plantea una breve historia de este tipo de investigación

que el Dr. José Chirinos amplia, con base al trabajo de Pudual (2011),

aludiendo a un marco de configuraciones asociadas con los tipos de



militancia. Finaliza esta parte, la Dra. Alicia Ramírez de Castillo quien

asocia por sus semejanzas y diferencias la investigación acción

participante en torno a la investigación militante.

En la segunda parte, la Dra. Alicia de Lugo plantea las posibilidades

de la investigación militante en educación, como condición ineludible para

la construcción del conocimiento desde el colectivo, que asume el

compromiso de participar en toda acción dirigida a concretar el proceso

investigativo, signado por la resignificación de las concepciones y

prácticas de convivencia.

La Dra. Crisálida Villegas, por su parte, genera una reflexión dirigida

a la búsqueda de un camino para el desarrollo de investigaciones que

emerjan del colectivo, del interés y de las necesidades de los grupos, para

generar las soluciones respectivas. Se promueve la convivencia de los

grupos sociales y las personas del contexto universitario con miras a la

transformación y el desarrollo local, por tanto ha de considerarse una

alternativa de investigación que supone el compromiso de los

investigadores.

El Dr. José Luis Romero en su artículo señala que formar un

investigador docente desde la militancia, requiere de un desaprender–

reaprender del hecho investigativo, demandando cambios curriculares

que partan de la realidad de sus actores y conlleve hacia un profesional

que investigue acerca de su propia didáctica, para transformarla en

beneficio del colectivo.

La Dra. Audy Castañeda plantea la investigación militante asociada

con la investigación acción participativa, contrastándola con los tipos de

investigación predominantes en la Lingüística Aplicada en Venezuela,

finalmente expone algunas ventajas y desafíos al emprender la



investigación militante, enfatizando la necesidad de considerar sus

aspectos éticos.

Finaliza esta parte, el Dr. Cesar García, que en su artículo hace

una similitud entre la evolución de la investigación militante y los avances

de la educación matemática, especialmente a partir del momento en que

el país se vio involucrado en el proceso de reforma de la matemática

moderna. En tal sentido, asume a los docentes y estudiantes en

formación en la carrera, como militantes de la matemática.

En una tercera parte, la Dra. Rosana Silva presenta aspectos que

caracterizan y dieron origen a la Investigación Militante, su relación con el

paradigma socio crítico y la investigación acción participativa. Así como

las nuevas visiones que ofrece esta visión investigativa en su posibilidad

de aplicación al área de salud comunitaria.

La Dra. Marioxy Morales, expresa que en la investigación militante el

sendero a seguir se asume sobre la marcha en el proceso. Por ello, la

considera un tipo de investigación adecuado al área de la salud que

permita dar respuesta a las comunidades, donde se engranen

socialmente la teoría y la práctica.

Concluye esta sesión, la Dra. Betty Ruiz, quien en su planteamiento

reconoce la investigación militante como una vía diferente de explorar el

conocimiento diferenciándola de la investigación acción, aun cuando en

su andar se apoya en esta alternativa. Así mismo, la considera una

alternativa para emancipar a la profesional de enfermería, que considera

aun colonizada intelectualmente.

En un cuarto aparte, la Dra. Laura Savino basa su artículo en la

dialéctica crítica y revolucionaria, como la mirada de la investigación



militante sobre los procesos sociales y económicos, y particularme a

temáticas propias del Derecho. El Dr. Benny Márquez traza el enlace

entre la investigación militante y la politológica, que obedece a una

identidad parcial, habida cuenta de la posibilidad de asumir la experiencia,

como construcción de una realidad política relativizada a un contexto de

variables al cual se concreta.

Por su parte, el Dr. Jesús Ramos Bello vincula de la investigación

militante con la acción de privación de libertad y el ejercicio del Derecho,

en el marco de las transformaciones que la actual sociedad requiere, en

los sistemas de interrelación que las personas despliegan por una razón

u otra. Para concluir este espacio, el Dr. Elías Quijada plantea las

convergencias entre la investigación militante, basada en acciones

colectivas, en una investigación participativa más allá de la academia y la

comunicación comunitaria como alternativa de los nuevos tiempos.

En el último segmento del libro, la Dra. Ingrid Nederr se refiere a la

aplicación de los principios de la investigación militante en la búsqueda de

investigaciones con criterio y pertinencia social. En tal sentido sugiere que

la triada: realidad, transformación y pensar-hacer fundada en la acción y

en correspondencia con otra triada: dialogo, consenso y participación,

permitirá la apropiación comunitaria de la ciencia y tecnología, así como la

emancipación de la comunidad. Finalmente, la Dra. María Teresa

Hernández, plantea los aportes que las tecnologías de la información y

comunicación pudieran hacer a la investigación militante, en cuanto a la

intercambio con grupos de interés, incluso a nivel mundial. Reconoce que

es un modo de producción de conocimientos, donde su aplicación tiene

mejores resultados en pequeñas comunidades rurales o urbanas

mediante una visión ideológica y política, con la cual se pretende la

movilización de alguna clase relegada en la defensa de sus intereses.



FUNDAMENTO SOCIO-FILOSOFICO DE LA INVESTIGACIÓN

MILITANTE

Dra. Daisy Meza

Introducción

Disertar acerca de la investigación militante implica un recorrido no

solo por las teorías del conocimiento sobre las cuales se sostiene esta

visión de pensamiento y en algunos casos metódica para determinados

y determinadas autores y autoras, sino además, requiere comprenderse

que es también el producto socio- histórico y político representado por los

movimientos sociales que datan del siglo XX.

De aquí que el propósito del ensayo sea desarrollar un proceso

interpretativo de lo que histórica y conceptualmente ha significado la

investigación militante como opción de los grupos socioculturales

organizados para resolver algunos problemas fundamentales presentes

en la era de la contemporaneidad.

Por ello se sustenta la discusión en la visión epistemológica de la

transcomplejidad a partir de la cual se hace posible desarrollar juicios

reflexionantes sobre la realidad. Desde esta perspectiva epistemológica el

ensayo se apoya en la metódica hermenéutica. Se presenta así, una

discusión que explica lo militante a partir de las visiones de pensamiento

socio-filosófico que la respaldan, y que dieron respuestas de esta

tendencia en los movimientos sociales, tomando como referencia puntual,

los movimientos feministas como parte de una militancia como

investigadora social.

Movimientos Sociales y la Investigación Militante

Entre los movimientos sociales que han dado origen a la

investigación militante, se pueden mencionar los movimientos culturales



indígenas en sus luchas históricas por ser reconocidos como otredad y en

la búsqueda de participación política. También se destacan los

movimientos obreristas que reclaman reivindicaciones sociales y un trato

equitativo que erradique la pirámide social que ha jerarquizado los

derechos sociales como jerarquizada está la sociedad.

Así mismo vale mencionar, los movimientos feministas que desde

principios del siglo XX ya anunciaban la necesidad de las mujeres lograr

ser reconocidas y visibilizadas en sus lugares sociales en la historia y que

tuvieron su génesis en las luchas de las mujeres obreras socialistas

alemanas, en el reclamo por sus reivindicaciones y que fueron inspiración

para otros movimientos feministas de Europa y América Latina. Estos

movimientos, hoy por cierto en Venezuela se han fortalecido por

establecer compromisos nacionales y mundiales para mejorar y erradicar

las desigualdades de género.

Tampoco pueden obviarse los movimientos afrodescendientes que

en algunas latitudes del mundo tienen más fuerza que en otras, según

sean los casos discriminatorios de orden étnico, pero que en esencia

recogen un solo propósito que se dirige a la dignificación, respeto y

reconocimiento de las diferencias socioculturales que definen a este

sector de la población.

Así mismo, están presentes los movimientos urbanos o etnias

urbanas que como los punketos, metaleros, emos, rastafary, entre otros,

que intentan levantar voces de protesta al orden establecido o status quo

y así presentar otra propuesta organizativa social. Al igual que los

movimientos ecologistas en sus denuncias por el imperativo de un nuevo

planeta signado por el respeto de la diversidad biológica. Ahora bien,

ninguno de estos movimientos sociales surgieron al vacío, pues muchos

de ellos, tuvieron sus bases en la teoría marxista y otros se han

sustentado en la visión epistemológica de la transcomplejidad, en ambos



casos, estos movimientos han sido entendidos como militancias de

agrupaciones comprometidas con una visión político social en la

búsqueda de un bien común.

La Investigación Militante. Su Pensamiento Socio-Filosófico

Al revisar las visiones de pensamientos socio-filosóficos que han

sustentado la investigación militante, no se puede dejar de lado al

marxismo, teoría social que según Lefebvre (2000:8), “se opone a la

concepción individualista del mundo”. Tal oposición responde entonces a

un rechazo contundente a la subordinación inmóvil e inmutable de

algunos grupos sociales sobre otros, que es concebida por el marxismo

según el mismo Lefebvre (obt.cit) “como la explotación del hombre por el

hombre”.

Así, desde esta teoría del conocimiento, se deja al descubierto la

realidad histórica marcada por una lógica de contradicciones sociales en

la actividad humana, que en el caso del marxismo, la expresa desde la

concepción obrerista en las luchas entre proletariado y burguesía. Pero

que a mediados del siglo XX se reconfiguran con los postmarxismos, en

los que se reconocen, no sólo las contradicciones sociales de la

explotación del hombre por el hombre con la visión obrerista, sino que

trasciende a otros territorios sociales en los que también están presentes

la explotación y las desigualdades como lo son lo relativo a los grupos

indígenas, afrodescendientes, las mujeres y todos aquellos que impliquen

un concepto basado en lo diferente.

Ahora bien, es importante destacar como el marxismo, genera las

primeras contribuciones a la teoría de la investigación militante por sus

preocupaciones sobre lo que Lefebvre (2000:11) define como “la

conciencia y la libertad no solo del individuo sino del colectivo” a partir de

lo cual se busca vencer las visiones jerárquicas de lo societal.



El marxismo visto como teoría del conocimiento científico social,

maneja el concepto de militancia desde la perspectiva que Lefebvre (ob.

cit) plantea con los principios de síntesis y unificación dados por el

materialismo dialéctico. Principios estos que permiten develar que en toda

construcción científica social, debe estar presente la unidad de propósitos

de un colectivo como unidad en la diversidad. Por ello se plantea que el

marxismo es quizás la primera teoría del conocimiento que hace posible

el pensamiento de la inclusión, compromiso y visión política en la

investigación. Su influencia en América Latina ha estado dada desde los

años 60 con los movimientos de la Teología de la Liberación, los

movimientos de Liberación Nacional de los Pueblos y los movimientos de

Liberación de los Oprimidos con las teorías de Paulo Freire y Fals Borda.

Es importante destacar que de éste, se han derivado otras formas de

abordajes de la investigación militante, entre las cuales vale mencionar el

feminismo como teoría social emancipadora de un modelo cultural que

como bien lo señala Carosio (2010:15) “afianzó y desvalorizó los saberes

tradicionales de las mujeres, excluyéndolas de la ciencia oficial e

instituyendo como norma lingüística y primacía los valores masculinos

como centro de la construcción teórica” y en los cuales según lo

planteado por el autor citado “se les presentan como naturales y propios

de lo humano y científico”

La militancia feminista comienza entonces con los movimientos

sociales de las mujeres alemanas de inicios del siglo XX y se extienden

hasta hoy convirtiéndose en teoría emancipatoria y explicativa del orden

social que invisibiliza la lógica de lo femenino y sus grandes

contribuciones sociales. Sus búsquedas, son a partir de las inclusiones,

la erradicación de las inequidades sociales y una nueva propuesta

enunciativa que conduce a la reconfiguración conceptual y lingüística en

la investigación científico social.



Al revisar estas dos epistemes o teorías del conocimiento, podemos

encontrar las similitudes de estas con la visión compleja–transcompleja,

ya que estas epistemes, también reclaman las inclusiones negadas por la

modernidad y al igual que los movimientos feministas que surgen en el

seno de organizaciones que conciben el conocimiento en red. Su riqueza

al igual que las dos teorías del conocimiento anteriores para sustentar el

carácter militante de la investigación social está, dada en que se basa en

la hermeneusis como opción en la cual, no se niega nada, por el contrario

lo trans-complejo hermenéutico, es incluyente pero supera al marxismo y

al feminismo porque no es confrontador sino reconciliador, que no implica

consensos invisibilizadores, sino disensos en acuerdos sobre la base de

las diferencias.

Por eso se argumenta a partir de lo trans-disciplinario y lo

complementario pero rescata la militancia desde el hacer en la acción, la

transformación, la dialogicidad, la subjetividad y el trabajo en equipo que

busca el bien colectivo. Además recupera la dialéctica marxista en la

búsqueda del constante cambio que genera en el o la militante, el

compromiso de vida en su contexto por lo que cree.

Reflexiones Finales

Es imposible cerrar una discusión socio histórico, político, ideológico

y cultural como lo es la investigación militante, cuando detrás de esta se

encuentran estatutos epistemológicos de teorías del conocimiento que

aún están vigentes y que han dado y siguen dando respuestas a los

movimientos sociales del mundo en sus luchas.

Por ello, después de un recorrido, tal vez no tan intenso por las

contribuciones dadas por cada una de las tres teorías del conocimiento

abordadas sobre la investigación militante, coincido con las disertaciones



de la Dra. María Nicer, facilitadora del Seminario que dio origen a este

ensayo, en cuanto a entender la militancia como un voluntariado,

compromiso, hacer en la acción, participación, transformación, intereses

populares, vinculación del sujeto que pertenece a un contexto, metódica

dialógica y visión ideológica y política.

Esta metódica, según la ponente, advierte sobre un sujeto que

investiga desde la subjetividad en un movimiento social que concibe la

realidad como compleja– transcompleja y que además no se encarcela en

una metodología única, recatando aun investigador o investigadora

sentipensantes, influenciado o influenciada por razones políticas,

culturales e ideológicas sostenidas en los disensos. Coincido además en

que la militancia implica, investigarse, entrevistarse y confrontarse uno

mismo para comprender las realidades transcomplejas, crear nuevos

códigos, categorías o formas conceptuales enunciativas que den paso a

las transformaciones sociales pertinentes.

Referencias

Carosio, A. (2010). El Saber de las Mujeres. Los Estudios de Género y de las Mujeres en Venezuela. Valencia: UC- APUC

Lefebvre, H. (2000). El Marxismo. Editorial Universidad de Buenos Aires: Bovadavia.



LA EPISTEMOLOGIA DE LA INVESTIGACIÓN MILITANTE

Juan M. Rodríguez

Introducción

La investigación científica es una actividad que exige un constante

y permanente proceso de reflexión y revisión; los aportes sucesivos de

todos aquellos que, generación tras generación, han reflexionado sobre

los objetivos de la ciencia, sus éxitos, sus fracasos, y sus nuevas

manifestaciones.

En el campo de las Ciencias Sociales, el intenso dinamismo y

constante reto intelectual que la dinámica del mundo exige, ha llegado a

generar nuevas formas de conocer y de interpretar la realidad, entre las

cuales aparece la investigación acción participante, que en algunos casos

se designa como investigación militante porque está orientada hacia el

logro de una transformación social real y concreta, y que por ende está

marcada por una visión ideológica.

Es una forma de investigación de campo que obliga a una unión

estrecha entre ideología, teoría y práctica, que resulta compleja porque

enfrenta factores sociales y estructuras de poder establecidas por la

construcción social. Las raíces teóricas fundamentales de tal forma de

investigación surgieron en los primeros años del siglo XX en EEUU, pero

fructificó principalmente en los países subdesarrollados de América

Latina, y de allí se extendió a otros países en todos los continentes,

logrando un reconocimiento mundial como disciplina científica en el último

cuarto del siglo pasado, cuando la visión propuesta por esta nueva vía de

investigación había demostrado ya un importante impacto social.

Esta disciplina se caracteriza por exigir un proceso intenso de

involucramiento entre los investigadores y fenómenos dinámicos,

cambiantes, vivos, activos, con los cuáles no se puede iniciar una



aproximación prejuiciada y conservadora, e incluso esta forma de

investigación implica una cierta ruptura con la institucionalidad.

Es un verdadero compromiso, una real militancia en la búsqueda

del cambio y la transformación social, que se define como trascendente a

todas las organizaciones e instituciones establecidas. Este último caso

surge de una serie de problemas creados y/o mantenidos desde las

organizaciones e instituciones tradicionales, por lo cual la acción militante

posee la tendencia a desligarse de toda estructura establecida que

fomente el estatismo o la inequidad social.

Esta novedosa aproximación a la realidad y fenomenología de lo

social, es la que se describe en las siguientes líneas, pues consideramos

que estamos obligados a debatir, conocer y reflexionar todas las nuevas

propuestas que la sociedad actual está generando como posibles vías de

producción del conocimiento y del desarrollo del pensamiento.

Epistemología de la Investigación Militante

Toda disciplina científica debe definir sus bases conceptuales y

teóricas, para que sus hallazgos y propuestas posean una validez que

ayude a enriquecer las estructuras del acervo cultural y del conocimiento

y la Investigación Militante no es la excepción. En este aspecto, el

concepto de la acción política para el logro de una sociedad con mayor

participación y equidad, no es un concepto tan reciente; ya el

pensamiento de Smith, Mill, Proudhon, Tolstoi y Kropotkin, desde las

trincheras de la filosofía política, ya hablaban sobre la importancia de la

acción práctica y efectiva para el logro del cambio social.

Pero desde el punto de vista de una forma de investigación, según

Fals Borda (uno de los principales teóricos de esta modalidad de

investigación) el estadounidense Lewin en la década de 1940 fue el

primero en considerar el concepto de la Investigación-Acción. El propio

Fals Borda considera que el gran aporte teórico de este pensador fue



totalmente desvirtuado y anulado por las estructuras de poder vigentes en

su propio país.

Es en América Latina, ante sus profundas crisis políticas y sociales

derivadas del subdesarrollo, las dictaduras de extrema izquierda y

derecha, y sobre todo el problema de la dependencia económica y el

neocolonialismo ejercido por el ajedrez político de las superpotencias

existentes en las décadas del 70 y del 80 del pasado siglo, fue el caldo de

cultivo para que esta nueva modalidad investigativa surgiera con creces y

se manifestara. Gracias al aporte del pensamiento de Freire, junto a los

demás autores y la acción decisiva de Fals Borda, nuestra región será la

que dará un nuevo impulso a la investigación acción participante, siendo

esta participación la acción militante.

La efervescencia del pensamiento dialéctico marxista influye en el

pensamiento crítico; la visión social y pedagógica de Freire ofrece una

base teórica para una educación orientada hacia la equidad y la

emancipación. No debemos olvidar sobre todo la concepción de Gramsci,

cuyas ideas revisionistas dieron pie a un pensamiento que obliga a

investigar las condiciones de las comunidades, detectar sus problemas

endémicos, e iniciar una acción efectiva para sus soluciones, pues no es

aceptable un pensamiento reflexivo, político, y crítico sin una praxis social

que resuelva los problemas.

Por la importancia del pensamiento de Freire en la filosofía

Latinoamericana, y sobre todo como un teórico en el desarrollo de la

militancia en la investigación, explicaremos algunos de sus aportes, según

como lo desarrollaron Bard Wigdor y col (2015) en su Ponencia titulada

Investigación Militante Como Praxis Emancipadora:

“(…) Desde el exilio, a fines de los años sesenta, Paulo Freire inicia un proceso de reflexión de las prácticas pedagógicas–situaciones concretas- de manera de posibilitar la inserción de los hombres y mujeres en el proceso histórico como sujetos, su “liberación”. En este contexto, el proceso de transformación es



dialógicamente concebido, como una dinámica permanente donde todos aprenden a ejercitar el diálogo y el poder. El supuesto básico de la teoría de la acción dialógica freiriana es la “intercomunicación”. Desde una perspectiva dialógica, destaca el autor, no es posible hablar de actor en singular, ni de actores en general, sino de actores en intersubjetividad. Afirma: “Creo que una de las mejores cosas que podemos experimentar en la vida, hombres y mujeres, es la belleza en nuestra relaciones, aun cuando esté salpicada, de vez en cuando, de desacuerdos que simplemente comprobaban que somos personas”(Freire, 2009: 85).

También se caracteriza dicha acción investigativa por enfrentar las

estructuras de poder y las organizaciones políticas que impiden la

participación colectiva, o se encargan de establecer condiciones de

inequidad o discriminación. La investigación militante posee una profunda

naturaleza crítica, y por lo general no utiliza los partidos u

organizaciones establecidas, porque históricamente son canales de la

injusticia social, fomentan el control o manipulación de las causas

sociales, y como consecuencia no facilitan el empoderamiento de los

ciudadanos.

Por ello, la epistemología de la investigación militante se nutre de

un pensamiento crítico, el llamado comúnmente pensamiento

revolucionario, y por ello hay una concordancia entre la teoría y la praxis

que define a la investigación militante como una acción efectiva que se

alimenta de la participación colectiva. La participación es por parte de

los ciudadanos, que participan en un plano igualitario: hombres y mujeres

poseen los mismos derechos, y resuelven sus carencias y dificultades a

partir de esta visión. Las comunidades son respetables per se, el

investigador debe acercarse a ellos sin prejuicios ni paradigmas

preconcebidos.

Tampoco debe existir la dicotomía entre conocimiento y saber, sino

que ambas posiciones son válidas. En términos epistemológicos, el doxa

de las comunidades debe coexistir con la episteme académica. Debe

establecerse una relación dialógica, y debe crearse una comunicación



de tipo intercultural; es una visión humanista que busca trascender los

prejuicios y las formas de discriminación social concebidas por el

pensamiento científico tradicional.

Este aspecto es realmente importante, pues enfrenta a la

investigación militante con las estructuras de poder existentes en los

ámbitos académicos, y que están influenciados por el pensamiento

epistemológico que representa formas de discriminación: la ciencia

creada por los europeos es la real y verdadera y es conocimiento, las

tradiciones de los pueblos no europeos son barbarie, ignorancia,

superstición y constituyen un saber de tipo doxa, sin validez científica.

El entorno científico tiende a repetir estas formas de discriminación

justificadas intelectualmente, y ello es una de las críticas principales de la

investigación militante. Las bases de este pensamiento, descansan

especialmente en el positivismo de Comte. El positivismo es muy

importante y exitoso como base epistemológica para la ciencia

experimental en el laboratorio, y para el desarrollo de la tecnología. Pero

cuando se aplica a la realidad social y humana, es una forma de

pensamiento utilizada para la discriminación y el dominio político-

económico.

Se produce entonces un círculo vicioso, que nos aleja del

verdadero proceso real de comprensión de lo social. La reflexión

epistemológica surge justamente de la necesidad de construir una

episteme más integradora y comprensiva, que revise los paradigmas y

los contextos, para corregir la tendencia peligrosa a repetir procesos

metodológicos, a no comprender la dinámica social, y a mantener

posturas estáticas que no resuelven los problemas planteados. Las

mismas autoras citan al pensador Horkheimer quien ya advertía que las

posibilidades de previsión de la ciencia están condicionadas, no por su

rigurosidad sino por las estructuras y circunstancias sociales de su época.



El positivismo, y en realidad toda forma de institucionalidad de las

ciencias sociales, estaba orientada a un control social y al establecimiento

de estructuras de poder, especialmente en los países capitalistas; la

ciencia se hizo principalmente teórica y dogmática, conservadora y por

ende, totalmente discriminatorias. Por ello, no existió durante mucho

tiempo una epistemología totalmente adaptada a las realidades y

necesidades colectivas. Así como se deseaba evitar el cambio social y el

pensamiento crítico acerca de la inequidad existente, se intentó que la

ciencia fuese una herramienta para el control y manipulación de la

naturaleza en sí misma.

Por supuesto, todo este pensamiento contribuyó a una

deshumanización y despersonalización en las ciencias sociales. La

ciencia positivista reduce a los sujetos al concepto de objetos de estudio y

exige la desconexión entre ambos: sujeto es el investigador, objeto aquel

que es estudiado. No es de extrañar que tal separación produjera

sociedades injustas y problemas graves en la injusticia social.

Contra ello actúa el pensamiento humanista, integrador, dialógico e

intercultural de la investigación acción participante y militante. La

investigación militante es producto de una intensa pasión reflexiva, y de la

necesidad de enfrentar tales modelos discriminatorios, por ello, la

intensidad de la investigación-acción, primero, de la Investigación–acción

participante y su derivación lógica, la militante.

Desarrollo Actual de la Investigación Militante

La investigación militante ha logrado conseguir un reconocimiento

importante, como modalidad de investigación. Posee, una base

epistemológica coherente que ha decidido centrarse directamente en la

acción social directa y efectiva, En realidad, la praxis es lo que más

caracteriza a esta acción investigativa, pues justamente nació de una

visión crítica ante la investigación tradicional que no se traducía en una



solución de las crisis sociales o de la inequidad, sino que más bien las

estimulaba.

La acción militante enfrenta las creencias preconcebidas, y además

se nutre de una visión intercultural y respetuosa ante los pueblos

marginados por las estructuras de poder vigentes en la cultura occidental.

Al respecto, la investigadora Botero nos dice en su Artículo Investigación

Y Acción Colectiva (2012:33): “

Sustentar las militancias epistémicas o las militancias en la investigación conlleva a entablar la discusión propiamente dentro del campo del conocimiento de las ciencias y hacer una crítica a la subordinación que se ha establecido entre saber y conocimiento; consecuentemente, cuestiona el poder que se establece bajo la grilla de las representaciones que nominan, controlan, legislan, sistematizan, clasifican y etiquetan la realidad. Las relaciones coloniales del poder no se limitan sólo al dominio económico-político y jurídico-administrativo de los centros sobre las periferias, sino que poseen una dimensión epistémica y cultural. Cabe señalar, que el mundo occidental estableció el binarismo entre conocimiento y saber, adjudicándole al primero el estatuto de cientificidad y al segundo la producción de las comunidades consideradas bárbaras, ignorantes, guiadas por el sentido común e incivilizado. Las teorías fronterizas, postmarxistas, postcoloniales y descoloniales aportan a la comprensión de las epistemologías de la diversidad como post-desarrollo cuando se fundamentan en el conocimiento vivo de comunidades que no fueron incluidas por el sistema dual capitalista-socialista, pensamientos ancestrales y populares que se avivan de una generación a otra re-existiendo y resistiendo a la homogenización de la cultura.…En contraposición…han permitido defender el pensamiento propio en defensa de la diversidad cultural y de las fuentes de vida de los territorios que habitan señalando conocimientos que instauran éticas ecológicas en lucha por los derechos de la naturaleza... Hablamos de epistemologías en plural a partir de las prácticas de conocimiento no occidentales medicinales, políticos, ecológicos que han pervivido en los márgenes de la matriz de la modernidad/postmodernidad.

Esta extensa cita muestra que la investigación acción militante se

centra en la interrelación dialógica, en la cual la visión epistemológica se



amplia y se enriquece; la visión se amplía a través del intercambio de

saberes y/o conocimientos, y este diálogo intercultural genera procesos

nuevos de comunicación y de conexión intersubjetiva.

Por ello la investigación militante exige una ruptura con las ideas

preconcebidas, para permitir un proceso de desarrollo mutuo. Los

resultados de la acción militante son definitorios, pues surge de las

mismas comunidades, o mejor aún, de la participación real, objetiva y

directa de la acción investigadora, que rompe todas sus barreras y

permite acceder a nuevas vías de interpretación y solución de los

problemas.

Resulta particularmente interesante la propuesta de una

epistemología totalmente integradora que intenta superar todas las

dicotomías del eurocentrismo, y sobre todo de las conceptualizaciones

positivas, capitalistas, y de carácter discriminatorio. La superación de las

dicotomías utilizadas para justificar ideológicamente las estructuras de

poder, dominación y control social, parece ser una condición sine qua non

para el desarrollo de una epistemología distinta, que exija un nuevo

espacio entre todas las corrientes aceptadas dentro de los estudios

filosóficos.

La gran apertura que posee la investigación militante ante todos los

problemas humanos, y sobre todo el hecho de que esta modalidad le ha

dado una voz a quienes no la poseían, ha favorecido su aceptación y

sobre todo su expansión. Las organizaciones supranacionales, sobre todo

la ONU y la OEA, han aceptado a esta forma epistemológica para los

estudios de la realidad social. Los estudios sobre la condición humana,

los estudios de género, la revisión de los procesos económicos a nivel

mundial, el debate político, los derechos humanos, la descentralización y

los estudios interculturales, son el campo de acción propio de los

militantes, y la aceptación de sus logros y de su validez. Ingrassia (2004)

plantea que:



… el trabajo de investigación militante es asistemático porque trata de acumular y socializar herramientas, procedimientos y operaciones sin jerarquizarlas o normativizarlas. Los criterios de pertinencia y eficacia de cada herramienta sólo pueden ser establecidos de manera local y singular. La investigación militante es una práctica no prescriptiva: no indica lo que hay que hacer sino que produce, registra y reelabora diferentes modos de actuar que pueden ser apropiados, recombinados y transformados para adaptarlos a las situaciones en las que se despliegan nuestra labor militante.

Al respecto, Rahmann y Fals Borda, dos de los más reconocidos

pensadores de esta forma de investigación, han aceptado que esta vía de

investigación posee una inherente estructura epistemológica, y que

abarca áreas como la filosofía política, la antropología, la psicología, y

sobre todo una concienciación que se genera desde las propias

comunidades. Pero, como bien señalan estos pensadores, la

investigación militante es revolucionaria, libre, iconoclasta e

independiente, que implica por ello una visión humanista integradora y

totalmente alejada de las estructuras de poder e instituciones sociales

tradicionales.

Plantean que el modelo de la investigación acción participante y

militante tiene como futuro inmediato un gran proceso de crecimiento y

desarrollo; hay todavía muchas injusticias y discriminación en el mundo, y

por ello es muy importante educar y concienciar en todos los continentes

acerca de esta modalidad epistemológica. Por todo esto, podemos

plantearnos que estamos en presencia de una nueva forma de

democratización, que facilita un verdadero proceso de participación y de

transformación social, que ayude realmente a construir una sociedad en la

que predomine la equidad, en lugar de estructuras de dominación y

discriminación. La investigación militante puede constituirse en una vía

clara de y en una forma efectiva de solución y acción colectiva.



Conclusiones

La investigación militante es una visión epistemológica que

trasciende las concepciones tradicionales. Esto implica un

enriquecimiento del pensamiento epistemológico y metodológico, y ello

nos da esperanzas de poder generar estructuras cada vez más

adecuadas, más perfectibles, para llevar a cabo una nueva forma de

investigación.

Existe una forma certera de solucionar y/o de debatir problemas

importantes para comunidades y grupos específicos. Ampliamos la visión

humanista, al incluir grupos que el pensamiento epistemológico

convencional había marginado. Esta forma de investigación les da una

nueva presencia, una nueva voz, que por lo tanto está a favor de una

dignidad esencial que no se había permitido que se manifestara. Por ello,

la investigación militante reivindica visiones filosóficas integradoras que

no habían abandonado el terreno teorético para convertirse en praxis.

La investigación militante participa de las nuevas tendencias

epistemológicas que buscan la integración de conocimientos y saberes,

de la transdisciplinariedad, y del pensamiento complejo, que se

manifiestan en un proceso de praxis, cuya principal característica es una

concreción y solución de problemas, a partir de organizaciones colectivas.

La ampliación de la participación de los individuos y de los ciudadanos,

con una concienciación más amplia y efectiva, constituyen una nueva

forma de empoderamiento que se orienta a un nuevo proceso de

democratización.

La acción militante construye una ontología práctica, con

repercusiones directas en el campo socio-cultural. La nueva

manifestación enfrenta las antiguas etiquetas, reconoce una visión

humanista ampliada, en un plano de igualdad y sobre todo transmite un

concepto de realidad ontológica concreta y activa.



Por supuesto, hemos desarrollado en las líneas anteriores la visión

optimista sobre la Investigación Militante. No debemos negar que los

factores de poder existen, que hay patrones culturales de discriminación y

de opresión, que las estructuras de poder incluyen también el campo

académico, y que aunque hay una paulatina superación de condiciones

sociales de injusticia, existe todavía en todo el planeta, estructuras de

discriminación, explotación, persecución y exterminio.

No podemos creer que una acción militante será la solución a todos

los problemas, sólo podemos aplaudir la existencia de nuevas formas de

interacción filosófica, y sobre todo sus consecuencias directas en la

sociedad, generando procesos de concienciación que auguran nuevas

vías para la búsqueda del conocimiento.

No sabemos hasta dónde los cambios sociales que ha impulsado la

investigación militante, la misma existencia de la transdisciplinariedad y la

apertura epistémica parecen ser una promesa para el crecimiento de esta

nueva forma de investigar, pero toda la vigencia y pertinencia dependen

de los nuevos actores sociales, y sobre todo de la interacción dialógica

entre investigadores e individuos.

El reto está ante nosotros, la realidad de los cambios sociales del

mundo globalizado y los impulsos del siglo XXI nos obliga a abandonar el

área segura de la academia y a interactuar con la realidad, pues en ella

late la vigencia, la fuerza, el poder y el llamado de una nueva forma de

aproximación a la verdad.

Referencia Barg Wigdor, G y col (2015). Investigación Mi-Litante Como Praxis

Emancipadora. Reflexiones Desde El Trabajo Social. Documento On Line

Botero, P. (2012).Investigación Y Acción Colectiva “IAC”. Una Experiencia De Investigación Militante. Revista UTOPÍA Y PRAXIS LATINOAMERICANA, 17, Universidad del Zulia, Venezuela

Ingrassia, F. (2009). Investigación Militante: Algunas Hipótesis de Trabajo. Documento On Line,



Rahmann, S y Fals Borda, O (2015) La Situación Actual y Las Perspectivas De la Investigación- Acción Participativa en el Mundo. Revista Comunicación. Documento On Line



INVESTIGACIÓN MILITANTE Y CAMBIO SOCIAL

Dra. Nubia Acua

Introducción

Cuando se hace referencia a investigación militante por lo general se

asume como investigación-acción participativa por cuanto implica la

participación y concientización de la comunidad con miras a la solución de

problemas sociales. No obstante, la verdadera esencia de la investigación

militante va más allá.

En tal sentido es un espacio de cuestionamiento del estado de las

cosas, de las practicas, de las formas de vida, de los grupos y/o

instituciones, mediado por un compromiso (militancia) con lo que es de

todos y para todos que desde situaciones particulares desafían injusticia,

exclusión, invisibilización, que los interpela, creando una nueva

socialidad. De ahí que el propósito del artículo fue sistematizar el producto

de una revisión documental en internet acerca de la investigación

militante.

Los Significados de la Investigación Militante

La investigación militante se vincula a la construcción de una nueva

forma de trabajo para potenciar la transformación en un grupo dado.

Según el Colectivo Situaciones (2003), la investigación militante “es una

forma de investigación es tanto posición ético-política, que tiene como

presupuestos el compromiso con la transformación social y la

consideración del otro como compañero de lucha” (p.2).

Se asume como una forma de intervención política más compleja y

certera. No como una metodología, si no como un esfuerzo, una

búsqueda de cómo hacer que la teoría apoye la práctica o como la



práctica apoya la teoría. Busca asociar dos maneras de dar cuenta de

lógicas sociales y personales de compromiso: militancia (hacer) y

académica (pensar), articulando, implicancia, pensamiento, afectación y

acción. De ahí que parte, de las preguntas: ¿Por qué?, ¿Para qué del

conocimiento? y ¿Desde donde se hace teoría?

Este tipo de investigación se preocupa por los compromisos

militantes ya sea de derecha o de izquierda, humanitarios o religiosos,

además de los compromisos profesionales. Así los movimientos de base

de obreros, campesinos e indígenas, como los grupos vecinales y

poblaciones, han sido los que han tenido prioridad durante los años

sesenta. En los últimos años se constata un desplazamiento hacia las

organizaciones de base urbano-marginales y a la atención de grupos

heterogéneos en los que se percibe algún potencial organizativo, como

organismos no gubernamentales y entidades de la Iglesia.

Para Cortes (2009), el movimiento actual de investigación militante

se fundamenta “en principios de democracia directa aspirando a una

investigación sin objeto ni sujeto, donde los participantes tengan peso

como productores de conocimiento imaginarios y prácticas políticas”

(p.168). Es heterogéneo, diverso y se asocia también con la investigación

acción, investigación activista, etnografía participativa o investigación en

co-labor. No obstante comparte un conjunto de nociones comunes que

según Malo y col (2009), son las siguientes:

1. Tienen una fuerte inspiración materialista, es decir en lugar de

remitirse a interpretaciones del mundo sacada de libros, constata estas

con la realidad concreta y, a partir de ahí procede de lo concreto a lo

abstracto, siempre para volver a lo concreto y a la posibilidad de su

transformación. Así la absoluta primacía otorgada en todas las

experiencias a la acción y a las prácticas.



2. La crítica de toda teoría que pretende falsamente enunciarse

desde un lugar neutro. De ahí que asume un pensamiento siempre

situado, desde los grupos con los cuales se piensa.

3. La certeza de que toda producción de conocimiento afecta y

modifica la subjetividad de aquellos que participan en el proceso de

investigación.

4. Por otro lado según Rahmann y Fals Borda (1991), otros

elementos comunes son identificar la prioridad concedida a los objetivos y

al proceso sobre cualquier tipo de método formalizado. Así según los

autores citados “Por encima de cualquier método, están las operaciones

reales que el proceso de investigación militante es capaz de poner en

marcha” (p.35).

5. Busca la unidad entre la reflexión y la práctica socio-política.

De ahí su carácter emancipador y su talante de transformación social.

6. Se fundamenta en el análisis de la estructura (estudiar el

fenómeno social en su complejidad) y de la coyuntura (forma de

manifestación de la lucha de poder en una sociedad especifica en un

momento determinado).

Evolución Histórica de la Investigación Militante

La investigación militante surge como malestar por la investigación

académica, que separa el pensar, ser y hacer. De acuerdo a Pudal

(2011), se pueden distinguir etapas en la evolución de la investigación

militante, las cuales son:

La primera, la heroica que se centra en el activista obrero

particularmente en el militante comunista, va desde 1.945 hasta mediado



de los años setenta. Su principal representante es Annie Kriegel,

comunista francesa.

La segunda denominada del militante retribuido, se ubica entre

1975 y 1990 y se caracteriza por la investigación obrera desde EEUU

hasta Italia y la rama francesa, ligadas a teorías como el marxismo y la

sociología de la denominación con Bourdieu, Marx, Durkheim y Weber.

En América Latina la investigación militante se inicia en 1977 con

Freire, Borda y Bosco, propuestas que según Gajardo (1983) dejaban

explícitamente de lado el compromiso político partidista. Por su parte

Rahmann y Fals Borda (ob cit) señalan que trabajo inicial se caracterizó

por la tendencia activista y dogmática que fue posteriormente

reemplazada por la reflexión y una relación horizontal, verdaderamente

dialógica, que implican presunción de conciencia avanzada por parte de

los investigadores.

Señalan los autores que en este segundo periodo también

descubrieron la necesidad de honestidad en la relación con las

comunidades. Así como un compromiso ideológico implícito para

contribuir a la praxis colectiva del pueblo. En Venezuela la investigación

militante fue impulsada por un grupo de intelectuales Acosta, Briceño y

Lenz (1978) quienes hacen replanteamientos radicales del problema de la

práctica-teoría y en la producción de conocimientos al servicio de los

sectores marginados.

La tercera etapa denominada de los nuevos militantes

distanciados, que se extiende entre 1990-2005. Se caracterizó por una

triple novedad: las militancias estudiadas (racismos, indocumentados,

sindicatos, homosexuales, entre otros); redes de investigadores y teorías

americanas de los movimientos sociales. Representantes de esta época

pueden considerarse a Ion (1997) quien señala que “El modelo militante



se encuentra actualmente en crisis, está completamente relacionado con

las características particulares del espacio público nacional” (p.20).

Así como Collovald (2002) citado en Pudal (2011) quien señala que

la militancia no se explica por la militancia…” (p.179). Para esta autora sin

negar las mutaciones de la militancia las disposiciones al compromiso no

depende directamente de las formas de pertenencia social. “Son

impulsadas por el encuentro entre las dinámicas de las trayectorias

sociales y de las oportunidades construidas socialmente y políticamente,

ofrecidas a las aspiraciones, proyectos o ideales… para realizarse

(p.194).

La cuarta fase estudia la ampliación de las militancias estudiadas,

asume nuevos desafíos: el desinvolucramiento, el letargo militante, la

consideración de los aspectos psicológicos y sociológicos del

compromiso. A la militancia preferentemente estudiada hasta ahora: el

activista obrero, los nuevos sindicalismos, las nuevas causas y el alter

mundialismo, se añaden estudios acerca de las militancias olvidadas.

Esta etapa se propone llevar a cabo análisis procesuales de la

militancia y/o tratar de identificar dentro de la actividad militante fases en

las que se alternan momentos desintegrados y momentos en la

preparación de las retribuciones y como hasta su búsqueda conscientes,

constituye una de las dimensiones de la acción militante.

Conclusión

Es evidente que hay una evolución desde la investigación militante

tradicional que se proponía iluminar al proletariado, formar los cuadros

obreros, elevar su consciencia. Hoy se da un tipo de militancia diferente

que se podría llamar militancia dialógica, que hacen despertar cuadros

obreros con capacidad crítica, sea frente a la política o a la producción, de



articulación y movilización social, además de evidenciar formas creativas

y algunas veces heroicas de organización productiva y política.

Desde este punto de vista y considerando que en la sociedad actual

la Universidad necesariamente debe transformarse para adaptarse a los

nuevos requerimientos de contribuir con conocimiento aplicable en el

mejoramiento de la calidad de vida de la población, se debe potenciar la

investigación militante como una opción grupal, participativa, activista,

pero sobre todo comprometida con las minorías. De ahí que es imperativo

un proceso de diálogos y debates sobre su potencia en el contexto social

contemporáneo.

Referencias Colectivo Situaciones (2003). Causas y Azares. Dilema del Nuevo

ProtagonismoSocial.Disponible:http//eipcp.net/transversal/0406/colectivossituaciones/es

Cortes,M (2009). Etnografías Made in USA: Rastreando Metodologías Disidentes. Revista Miradas,Encuentros yCríticas Antropológicas. USA: University of North Carolina

Deville, A ycol (2004). NocionesComunes. Experiencias yEnsayos entreInvestigación y Militancia. Madrid: Traficantes de Sueños.

Dietrich, H (2005). Apuntes sobreInvestigación Militante. Disponible libertaddepalabra.blogspot.com. Consulta 2014, agosto 20.

Gajardo, M (1983). InvestigaciónParticipativa.Propuesta y Proyectos. Disponible: www.cee.iteso.mx/BE/Revista CEE/t_1983_1_03.pdf

Malo de M, M y Ávila, D (2013).Investigación Militante. Pensar las Luchas. Practicar la Teoría. Video Sección1 del Curso Verdades Nómadas. Teorías y Practica de la Investigación Militante. Disponible: nociones comunes wordpress.com

Pudal, (2011). Los Enfoques Teóricos y Metodológicosde la Militancia. Revista de Sociología 25 pp17-35

Rahman, A. y Fals Borda, O. (1991). La Situación Actual y las Perspectivas de la Investigación-Acción Participativa en el Mundo. Acción y Conocimiento. Bogotá: CINEP

Rojas, R. (1999). Teoría la Investigación Militante. México: Plaza y Valdes, SA de C.V.

http://www.cee.iteso.mx/BE/Revista%20CEE/t_1983_1_03.pdf



HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN MILITANTE

Dr. José Chirinos

Introducción

La historia sobre la militancia asociada con las ciencias sociales

alude a un marco de configuraciones estabilizadas relativamente en un

período si se quiere largo, como lo serían: los tipos de militancia; tipos de

investigadores, maneras de elaborar una problemática a partir de unas

preguntas.

De ahí que el ensayo presenta la historia de la investigación militante

producto de un estudio documental con base a los aportes de Pudal

(2011) Se pudo visualizar cronológicamente cuatro divisiones

diferenciadas entre sí por razones didácticas, como lo serían la

configuración heroica centrada en el obrero, la del período del militante

retribuido, la del militante distanciado o los nuevos militantes y por ultimo

una ampliación de las militancias estudiadas.

Configuración del Activista Obrero o Paradigma del Militante Heroico

Esta configuración asociaba una visión macro histórica,

correspondería a los años comprendidos entre 1945 y 1975, tomaba

como referencia el paradigma labroussiano y las clases sociales como

actores de la historia y es así como este movimiento fue tomado en

cuenta para importantes tesis de la historia.

Comprende el lapso entre la historia de la huelga hasta los mineros

de carmaux e igualmente la historia del movimiento socialista y obrero

en la ciudad de Toulon y los gresdistas, simpatizantes de Julis Guesde



quien fue un político socialista, arquetipo del militante pobre. El grupo

social es visto como héroe colectivo y sus representantes más

sobresalientes eran los grupos militantes. Es evidente el apoyo de

intelectuales con el movimiento obrero, por eso se dice de la importancia

otorgada al activista obrero.

Las biografías de militantes ocuparan un lugar de entrada

determinante, en contradicción con el paradigma labroussiano y las

escuelas de los anales, pues estos desconfiaban de ese género

biográfico, como por ejemplo, la de Maurice Dommanget entre las dos

guerras, la cual es la más representativa de las biografías, otra seria el

dicctionaire biographique du mouvemet Ouvrier Francais, la cual es la

obra colectiva más destacada en la comunidad de historiadores, los

cuales estaban políticamente divididos pero a su vez unificados por su

empatía con el movimiento. Igualmente las páginas de la historia de los

obreros con su movimiento, fueron representadas por muchos dirigentes

emblemáticos, destacándose las múltiples diferencias políticas entre ellos.

Configuración del Militante Retribuido

Seguidamente se produjo el cuestionamiento de los mitos o el

militante retribuido (1975-1990) como segunda configuración y es asi

como podemos observar en esta el desplazamiento de la problemática

central de manera cognitiva, científica y política, afectando

progresivamente al paradigma establecido hasta el momento y el mismo

ha seguido múltiples derroteros, variables dependiendo del país, pero que

al final parecen seguir el mismo camino.

Este movimiento es visto como una tendencia que coloca en

entredicho el substancialismo y la reificación de los colectivos propios de

estos trabajos de historiadores, asimilando el paso de la historia social de

lo macro a lo micro, el cual no se reduce al grupo social, ya que también



afecta otras categorías de análisis que debieron ser deconstruidas, que

eran vinculadas con la reificación de los actores colectivos, como el

militante, el adherente, la adhesión, el partido u organización y la

dirección de tal agrupación.

Analizando a la clase obrera se ha determinado que muchos

trabajos han ayudado a recuperar la construcción del grupo obrero a

través de una historia menos substancialista en una perspectiva

sociogenética, referida al trabajo de Edward Palmer Thompson, the

making of the working class (1963) y que desde el punto de vista

metodológico solo fue comprendida en Francia, cuando se logró reunir

todas las condiciones intelectuales para su recepción. Aquí las

interpretaciones de los análisis anteriores fueron modificadas por esta

nueva perspectiva, ya que el cambio es notable debido al aporte de otras

ciencias sociales, que inspiraron a los historiadores a través de sus

problemáticas y métodos.

Además porque estuvo relacionado con un problema en la sociedad

francesa como lo fue el feminismo, el análisis de control social y el

problema de inmigración. Sin embargo este desplazamiento de la

problemática no determino la imposición de otro paradigma histórico

unificado, todo lo contrario más bien permitió la multiplicación de los

puntos de vista o de las escalas de análisis, presentándose la posibilidad

de resaltar algunos puntos claves, como sería la biografía colectiva o

investigaciones acabadas acerca de los brigadistas franceses que

combatieron a la España Republicana, los sacerdotes obreros o los

activistas de la juventud obrera cristiana, las mujeres militantes, entre

otros.

Sin embargo, esta toma de posición realista genero tensiones e

igualmente los trabajos realizados de Rougerie Jacques referido a la

comuna de Paris o partidarios de la comuna, para empañar la imagen



ideal de los partidarios de la comuna. Se puso al descubierto un pueblo

más heterogéneo y menos revolucionario que aquel soñado y pensado

hasta ese momento.

Sin embargo obras biográfias de militantes sustituyeron a las

anteriores para finalizar con el análisis de las lógicas de agregación de los

militantes que acompaño a los obreros en una nueva opción. Esto

ocasiono que los obreros se sintieran indiferentes ante este movimiento

que pretendía representarlos y se daban a la tarea de relacionarlos con

propósitos más extremos, fascismo o frente nacional. Es así como este

desplazamiento de la problemática toma otra dirección y se inserta en la

historia de la evolución de los análisis sociológicos, de la movilización y

de la representación, en donde la ideología del altruismo está en el

activista obrero o en la misma militancia en general, lo que a su vez ha

sido cuestionado progresivamente.

El militante es visto en su grado más alto de compromiso y de

altruismo capaz de sacrificar su vida a costa de una represión multiforme,

ubicado entre los diferentes paradigmas predominantes para la época

como lo serían el olsoniano, el de la sociología de las retribuciones de la

militancia, o el de una reflexión sociológica acerca de los fenómenos de

delegación política.

Al verse descubierta una ruptura entre la militancia y los motivos

expuestos por los militantes, así como entre los militantes y sus grupos

representantes, provoca un desplazamiento de la problemática e

interrogantes entre las contradicciones inherentes a la militancia. Ahora

bien el desplazamiento en sus dos vertientes origino un sin números de

investigaciones históricas y sociológicas en lo que respecta a lo social del

compromiso militante y de los intercambios que anteceden a los

encuentros entre individuos comprometidos y los partidos o sindicatos.



Es así como muchos estudios sociológicos, entrevistas, encuestas

han analizado los mecanismos y las condiciones en que se pudiera

legitimar a un personal político obrero el cual no estaban legitimado

legalmente. Este mismo desplazamiento dio pie a ciertos naufragios,

como lo serian la analogía económica que transformo de una manera total

al militante, de forma que este es ahora un ser interesado y calculador,

cambiando de una manera notoria a su organización por la de una

empresa.

Otro aspecto sería los que hicieron ver a los intelectuales de la

época comprometidos con el movimiento obrero como unos fracasados o

desclasados, ya que para este momento se mueven en función de

beneficiarse de las ventajas que ofrecen los puestos a los cuales tendrían

accesibilidad. Todo esto conlleva a que todos aquellos que decían

llamarse militantes o revolucionarios pasaron a ser hombres comunes y

corrientes animados por el deseo imaginario de regenerar al hombre. La

historia, por otro lado, hizo su trabajo ya que aquellos episodios gloriosos

como es el caso de los brigadistas internacionales, ahora son solos

recordados como movimientos diplomáticos totalitarios de la época.

También se dice que este movimiento en su segunda fase,

focalizado en el obrero militante, ocurrió en Francia en el mismo

momento que decaen las luchas colectivas, produciéndose paralelamente

una crisis de confianza en esa militancia, esto acompañado del descenso

del partido comunista y el terror estalinista que promovieron la

desacreditación política de los militantes

Nuevos Militantes Distanciados

En la tercera configuración llamada la nueva militancia, ocurrida a

partir de los años 90, los movimientos sociales y nuevos investigadores

son totalmente diferente a las anteriores, ya que se conjugan tres



problemáticas, como serían las militancias estudiadas, las de los

investigadores que los estudian y por último la de las teorías utilizadas.

De aquí en adelante el conjunto de luchas pasa a ser objeto de

investigaciones, tesis y trabajos universitarios, constituyéndose redes de

investigadores, con la característica particular que se centraban en la

política e igualmente de manera simultánea aparecen nuevas referencias

teóricas referidas básicamente a las teorías americanas de los

movimientos sociales, sociológicos, surgiendo numerosos estudios y

debates.

Todo lo cual trae como consecuencia que esta teoría pierda su

carácter estructural, conservando su importancia debido a que no dejo de

lado los factores contextuales que favorecían las acciones militantes,

apareciendo numerosos estudios que hacían referencia a los anteriores y

al modo de analizar en Norteamérica, bien sea desde el punto de vista de

la diferencia en la acción y sus lógicas o como también de las condiciones

de las movilizaciones colectivas.

Los jóvenes investigadores establecieron la diferencia con el período

anterior ya que adquirieron una identidad científica propia y se desligaron

de la generación antecesora conformada por cientistas políticos,

historiadores, ligados a las teorías dominantes de los años 60 y 70. Esta

diferencia tuvo dimensiones político-científicas, lo que llevo a un

desplazamiento hacia la derecha, manifestándose desde lo sociológico

en los usos del individualismo metodológico como paradigma de ruptura

frente al sicologismo.



Ampliación de las Militancias

Finalmente, en lo que se conoce como una cuarta configuración, se

plantea una especie de reorganización de los estudios franceses que lejos

de enfrentarlos y radicalizarlos dio más bien pie a combinaciones y

alianzas entre los nuevos investigadores y los anteriores. Se analiza

comparativamente las diferentes épocas de la militancia o lo que es lo

mismo se busca asociar la sociología de las carreras al estilo americano,

con las trayectorias biográficas en vez de oponerlas. Igualmente se trató

de asociar el método individualista y el método sociológico, en pocas

palabras se trata de realizar una sociología de la dominación clásica,

deslastrada de su uso mecanicista y de su legitismo.

Conclusión

Para concluir se propone efectuar análisis procesales de la

militancia, para lograr identificar momentos alternantes entre el desinterés

y las percepciones de las retribuciones que constituyen una de las

dimensiones de la acción militante. Es así como el objeto de análisis es

tomado de las interacciones para tratar de entender por parte de los

actores la combinación de lo no reflexivo con lo reflexivo y la evaluación

de los costos y de las retribuciones de la militancia.

Los investigadores tratando de entender el compromiso militante se

han abocado al estudio de los períodos y de las lógicas de

desinvolucramiento y es por eso que surgen muchas interrogantes dentro

de las cuales podemos nombrar ¿cómo estudiar los efectos de procesos

históricos de individualización y no de individualismo sobre las prácticas

militantes.

Después de los estudios efectuados acerca de las diferentes etapas

de la militancia, surgieron nuevos estudios sobre la militancia olvidada con



la finalidad de obtener información de las diferentes militancias, como lo

serían: la de izquierda, del centro, de derecha e incluso la católica y los

compromisos populares con sus respectivas asociaciones, todo esto

obligo a que el lugar central fue tomado ahora por las filiaciones y las

continuidades.

Se puede decir, que estamos en presencia de la última configuración

militante, la cual se podría llamar como la reconfiguración o acumulación

de logros de las anteriores. Es de hacer notar que se observa cierta

homologación entre las dos primeras y las dos últimas.

Referencia Pudal, B (2011). Los Enfoques Teóricos y Metodológicos de la Militancia.

Revista de Sociología Nº 25 pp 17-35 Paris Francia.



INVESTIGACION-ACCION PARTICIPANTE. EN TORNO A LA INVESTIGACIÓN MILITANTE

“todo proceso educativo debe partir de la realidad que rodea a cada individuo”. Paulo Freire (1969).

Alicia Ramírez de Castillo

Introducción

El artículo en lo que a investigación acción participante y con

especificidad a la investigación militante se refiere, es solo una

aproximación del horizonte intelectual que comprende esta área del

campo de la investigación, inscrita dentro de la metodología cualitativa

que normalmente maneja la academia. Sobre todo cuando consideramos

que este tipo de indagación va dirigido, casi siempre a sectores de base

popular, en países de Latinoamérica, en mayor direccionalidad hacia la

formación educativa de estas poblaciones, casi siempre discriminadas y

desmejoradas en sus condiciones de vida.

Se puede aproximar a que la investigación acción-participativa,

militante, es un mecanismo de acción popular en una perspectiva para

transformar y mejorar un fenómeno social con el fin de humanizar dicha

realidad; implicando pensamiento, acción y praxis. Se considera a Kurt

Lewin como su creador en 1946.



Disquisiciones en torno a la Investigación -Acción Participativa

Según Fals Borda (1981) la Investigación-Acción Participativa se

relaciona más con una actividad de investigación propia de la base

popular sobre su realidad, que con una acción receptiva de

investigaciones realizadas por intelectuales ajenas a estas. En la

investigación-acción participativa, el científico social se enfrenta a la

necesidad de compartir los objetivos y los métodos mismos con la base

social. Ya no es investigación para" las masas, sino que surge de la base

social misma".

Según Alberich (2007), se puede definir como un método de

estudio y acción que busca obtener resultados fiables y útiles para

mejorar situaciones colectivas, basando la investigación en la

participación de los propios colectivos a investigar. Que así pasan de

ser objeto de estudio a sujeto protagonista de la investigación,

controlando e interactuando a lo largo del proceso investigador (diseño,

fases, devolución, acciones, propuestas) necesitando implicación y

convivencia del investigador externo con la comunidad a estudiar. Según

Pinto (1986:7) la investigación-acción participativa se define como:

Una actividad cognoscitiva con tres vertientes consecutivas: es un método de investigación social que mediante la plena participación de la comunidad informante se proyecta como un proceso de producción de conocimientos; es un proceso educativo democrático donde no sólo se socializa el saber hacer técnico de la investigación, sino que se constituye en una acción formativa entre adultos y es mecanismo de acción popular en una perspectiva para transformar la realidad y humanizada.

Todo con una direccionalidad en su gran mayoría hacia la

educación popular. La investigación participativa se ha ido introduciendo

paulatinamente dentro de los ámbitos académicos y no formales desde

los años 70, fomentados en gran parte, por las ideas de Paulo Freire y por

los movimientos de educación base en Brasil. Surge como un reto a las



explicaciones de los métodos puramente cuantitativos y a la posición

positivista que impera en todo Latinoamérica en diversas formas.

Implicancias de la Investigación-Acción Participativa

Es un enfoque investigativo y una metodología de investigación,

aplicada a estudios sobre realidades humanas, así lo manifiesta Rojas

(2008), como metodología hace referencia a procedimientos específicos

para llevar adelante una investigación - estudio científico diferente a la

investigación tradicional.

La novedad puede ubicarse en el sentido e implicación de las dos

palabras que acompañan la primera (investigación) acción-participación.

No es solo investigación, ni solo investigación participativa, ni solo

investigación–acción, implica la presencia real, concreta y en interrelación

de la Investigación, de la acción, y de la participación. En

investigación orienta un proceso de estudio de la realidad o de aspectos

determinados de ella, con rigor científico.

La acción es entendida no solo como el simple actuar, sino como

acción que conduce al cambio social estructural; esta acción es llamada

por algunos de sus impulsores, praxis (proceso síntesis entre teoría y

práctica), la cual es el resultado de una reflexión - investigación continua

sobre la realidad abordada no solo para conocerla, sino para

transformarla; en la medida que haya mayor reflexión sobre la realidad,

mayor calidad y eficacia transformadora se tendrá en esta. La

investigación y la acción se funden creadoramente en la praxis, tal y

como lo acota el autor en comento.

Referencia Histórica en Latinoamérica

La investigación cualitativa en los países latinoamericanos se

remonta a la época precolombina en la cual se utilizaban las tradiciones

orales y la comunicación descrita por los códices y jeroglíficos de grupos

indígenas. Durante la conquista, los primeros redactores-etnógrafos, del



mundo occidental, como Bernal Díaz del Castillo o Bartolomé de las

Casas, describieron con gran detalle al nuevo mundo desde sus

perspectivas.

La investigación participativa se ha ido introduciendo

paulatinamente dentro de los ámbitos académicos y no formales desde

los años 70, fomentados en gran parte, por las ideas de Paulo Freire y por

los movimientos de educación base en Brasil (Torres 1985). Surge como

un reto a las explicaciones de los métodos puramente cuantitativos y a la

posición positivista que impera en todo Latinoamérica en diversas formas

(Fals Borda 1981a; 1981b).

En la tradición latinoamericana existe de acuerdo a Barba (1992)

una gran influencia del neo marxismo (Freire y Gramsci, principalmente),

de la Teología de la Liberación y de un grupo de autores latinoamericanos

que teorizan a partir de las prácticas de educación popular y de las

prácticas de investigación cualitativa, rebasando dichas prácticas, la

elaboración teórica. La mayor parte de la producción teórico-metodológica

se ha hecho alrededor de la educación no formal.

La investigación-acción aspira al desarrollo permanente de

comunidades autocríticas y autogestionadas, de los procesos productivos

de bienes, servicios y conocimientos. En este último aspecto, se aspira

que mujeres y hombres de los sectores populares se conviertan en

científicos sociales, en productores de conocimientos, de teorías,

metodología y técnicas, así como del dominio de la dirección de los

citados procesos.

En la investigación-acción participativa confluyen una serie de

corrientes de pensamiento científico social cuya preocupación común es

que el conocimiento que posee la gente que vive una realidad concreta se



convierta en la fuerza motriz de transformaciones individuales y

colectivas, materiales y culturales. Ellas coinciden que mediante la

interacción de igual a igual, entre sujetos (los investigadores y la

población) se forja una idea más clara sobre las maneras de mejorar la

calidad de vida, siendo los pobladores quienes toman en sus manos la

dirección y la conducción de ese proceso.

Son muchos los personajes que han contribuido y que enriquecen

en la actualidad la investigación-acción participativa. Por ejemplo, en los

años 40, Kurt Lewin, un sicólogo social judío alemán emigrado en los

Estados Unidos, salió del consultorio privado y poniendo su conocimiento

al servicio de procesos de democratización en el medio urbano sentó los

fundamentos de este tipo de investigación. El educador brasileño Paulo

Freiré aportó desde los años 60 con la idea que la teoría y la práctica

liberadoras germinan en cada ser humano mediante procesos de

concientización.

Se hace oportuno hacer referencia a título de ejemplificación

representativa en Latinoamérica, el ciclo de la investigación acción

participativa en las escuelas de Fe y Alegría, tal y como lo refieren Ortiz y

col (2008), como movimiento de educación popular para la transformación

social adelanta investigaciones educativas que utilizan el procedimiento

metodológico de la Investigación acción participativa, donde se parte de la

observación de la realidad para generar una reflexión permanente sobre

nuestra práctica con el fin de transformarla.

De igual forma sostienen que el proceso de la investigación acción

se ha convertido en un medio para la autoformación permanente con el

que aspiran enriquecer el saber pedagógico en el ámbito de una

educación emancipadora que opta por los sectores desfavorecidos de

nuestro continente. Estableciendo las relaciones entre las ideas de Fals

Borda en torno a la investigación acción participativa y la educación



popular, donde se prioriza la problematización y la reflexión sobre la

práctica para su transformación, en pro de una sociedad más digna.

Referencia a la Investigación Militante

Sustentar las militancias epistémicas o las militancias en la

investigación conlleva a entablar la discusión propiamente dentro del

campo del conocimiento de las ciencias y hacer una crítica a la

subordinación que se ha establecido entre saber y conocimiento;

consecuentemente, es necesario sustentar las epistemologías de la

diversidad como conocimiento que cuestiona el poder que se establece

bajo la grilla de las representaciones que nominan, controlan, legislan,

sistematizan, clasifican y etiquetan la realidad.

Para Botero (2012), la investigación militante se encuentra

atravesada por la construcción de memorias y narrativas colectivas en

contextos próximos a quienes se articulan a la práctica de reflexión-

participación-creación-acción. Ésta parte de la pregunta “porqué y para

qué del conocimiento” y desde donde se hace teoría señalando las

implicaciones políticas, históricas, ecológicas y culturales como condición

de identidad en el pensamiento latinoamericano. Así mismo, indica pensar

“en y desde” la situación, particularmente, pensar y actuar con quienes

estamos afectados, comunidades autoras y co-actuantes hacia un tipo de

práctica investigativa capaz de articular implicancia, pensamiento,

afectación y acción.

Siguiendo a Botero (ob.cit.), la investigación militante se distancia

tanto de las militancias de izquierda como de la investigación meramente

académica o universitaria. “La militancia de izquierda- es tan exterior,

enjuiciadora y objetualizante como la investigación universitaria”. Es

necesario establecer su distinción entre el militante político (que funda su

discurso en algún conjunto de certezas), del militante investigador (que



organiza su perspectiva a partir de preguntas críticas respecto de esas

certezas).

Más que asumir la postura de un intelectual orgánico que puede

formular preguntas e interpretaciones para accionar en el mundo, la

militancia en la investigación significa construir conocimiento desde lo

colectivo para ampliar los sentidos colectivos asumiendo la teoría como

contra-poder que re-cuenta versiones plurales de mundos políticos,

económicos, sociales, culturales, históricos, ambientales.

Desde una perspectiva epistémica, para la autora en referencia,

consecuentemente, la investigación militante hace resistencia epistémica

manteniendo el debate con las ciencias, aún indisciplinándolas, ganando

autoridad y capacidad de convocatoria a una realidad posible que está

siendo, creando referentes de actuación en el encuentro con aquello que

ha sido y ha habitado el mundo.

A Título de Concreción

Se pudiera afirmar que la Investigación–acción participativa desde

una perspectiva de acción militante, tiene una connotación especial, es

decir, en el ámbito investigacional, constituye ésta un tipo de proceso

investigativo, especial y donde el investigador o investigadora se

involucran directamente, buscando encontrar solución a problemas

sociales, sin dejar de ser una investigación, como lo es para la academia

y con especificidad en Latinoamérica.

De las disquisiciones, que se han presentado, se puede apreciar

que hay una direccionalidad hacia: investigación propia de la base popular

sobre su realidad, basando la investigación en la participación de los

propios colectivos a investigar; mecanismo de acción popular en una

perspectiva para transformar y mejorar el fenómeno social con el fin de

humanizar dicha realidad; implicando pensamiento, acción y praxis.



Referencias Alberich, T. 2007). Investigación-Acción Participativa y Mapas

Sociales. Ponencia. Noviembre. https://www.uji.es/bin/serveis/sasc/ext-uni/oferim/forma/jorn/tall.pdf

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Pinto Contreras, R.(1986). La Investigación Participativa en la Educación entre Adultos. CEMIE. Costa Rica.

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http://amauta-international.com/iap.html

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INVESTIGACION MILITANTE EN EDUCACION

Dra. Alicia de Lugo

Introducción

A través del tiempo se han generado diferentes formas para

producir el conocimiento, las cuales están dirigidas a brindar respuesta a

las situaciones que se presentan en las distintas dimensiones en las

cuales se desarrollan las sociedades del mundo actual. De allí que el

conocimiento se origina desde distintas posturas, creencias y realidades

que pretenden llegar a convertirse en el saber científico. Entre estas

maneras de llegar al conocimiento esta la investigación denominada

militante.

Ahora bien, si ubicamos este tipo de investigación en el campo

educativo se podría entender que esta se encamina al abordaje de las

situaciones que ocurren en las comunidades las cuales están implicadas

en la transformación social, esto con el propósito de mejorar la calidad de

vida y lograr interacciones humanas basadas en los principios de

honestidad, solidaridad, respeto, democracia y justicia. La investigación

militante tiene sus orígenes en las ideas que surgen como resistencia a lo

establecido en el campo de estudio en las ciencias sociales, generando

una nueva manera de llegar al conocimiento y acercarse a una realidad

con todas las implicancias que esto conlleva.

De allí que el artículo se centra en la revisión crítica de un tipo de

investigación que aun esta incipiente en nuestro país, y que quizás sea

prudente utilizar en el campo educativo con el propósito de aportar al

desarrollo del país. Conscientes que esta acción genera preocupaciones

desde el punto de vista epistemológico a lo cual quizás no se pueda

ofrecer una respuesta concreta, tal inquietud abarca además el aspecto

metodológico de la investigación. De allí que se realizó una búsqueda



documental para soportar las ideas expuestas en cuanto a la

investigación militante en la educación.

Otra Forma de Concebir la Investigación

Desde el punto de vista de la investigación se ha escrito hace

siglos atrás, esto como resultado de las inquietudes que han surgido en la

sociedad para abordar situaciones que requieren de una respuesta

concreta hacia la resolución de situaciones que de una u otra manera

afectan el convivir de la humanidad.

En consecuencia, se investiga en los campos de la política,

economía, psicología, sociología, educación, entre otras, sin embargo,

existen diferentes formas de abordar la realidad para su estudio y producir

conocimiento, tal como se planteó desde Sócrates, Platón y Aristóteles

hasta los inicios del siglo XXI donde surgen otras formas de concebir la

investigación, tal es el caso de la investigación militante.

Al respecto la investigación militante de acuerdo a Escobar (2003)

parte de las interrogantes del por qué, para qué y el cómo del

conocimiento, asimismo se establece que la condición para el desarrollo

de este tipo de investigación es la presencia en los contextos propios

donde se desenvuelve la situación a estudiar de un colectivo de

investigadores.

Por su parte Fals Borda, (1981), señala que desde la investigación

militante se interroga en cuanto a pensar “en y desde” la situación

abordada, quienes están afectados, donde las comunidades sean

autoras y coautoras, hacia un tipo de práctica investigativa capaz de

articular antagonismos, pensamientos, afectaciones y acciones.

Se plantea una nueva forma de lograr el conocimiento que

considera la aproximación a las realidades alejándose de los rituales que



desde el positivismo se han dado al proceso investigativo, más aun se

deja establecido que a partir de la investigación acción participante

presentada en eventos internacionales desde la década de los años 70,

se ha dado cabida a investigaciones donde la participación de quienes se

involucran en lo investigado es imprescindible.

Al respecto, Jaramillo (2009) señala que mediante la investigación

acción participante Fals Borda pudo exponer la necesidad de vincular la

práctica disciplinar y el trabajo comunitario enmarcado en la observación,

estrategias educativas y la acción del investigador militante desde donde

se construye el conocimiento, con el colectivo para reinventar y

redescubrir la realidad en la cual se exponen diferentes situaciones en el

quehacer de dicho colectivo.

Desde la perspectiva de este tipo de investigación el conocimiento

es situado, es decir, devela como un colectivo mira la situación en un

aquí y un ahora, desde una visión distinta de la racionalidad, de un nuevo

imaginario que permite la creación de constructos para explicar la

realidad en ese aquí y ahora. Aquí priva el compromiso de los

investigadores con la causa social, con base a la situación en estudio. En

palabras de Haber (2011), la militancia en la investigación significa

construir conocimiento desde lo colectivo para ampliar los sentidos

sociales asumiendo la teoría como contra-poder que re-cuenta versiones

plurales de mundos políticos, económicos, sociales, culturales, históricos,

ambientales, entre otros.

Por su parte, Botero (2012), plantea que sustentar las militancias

epistémicas o las militancias en la investigación conlleva a entablar la

discusión propiamente en el campo del conocimiento y hacer una crítica

a la subordinación que se ha establecido entre saber y conocimiento;

consecuente, es necesario sustentar las epistemologías de la

diversidad como conocimiento que cuestiona el poder que se establece



bajo la inconveniencia de las representaciones que nominan, controlan,

legislan, sistematizan, clasifican y etiquetan la realidad.

Asimismo la autora precitada afirma que la investigación militante se

distancia tanto de las militancias de izquierda como de la investigación

meramente académica o universitaria, esto basado en que la militancia

de izquierda es tan exterior, enjuiciadora y objetualizante como la

investigación universitaria. De tal manera que en el discurso de la autora

se expone que es preciso diferenciar entre el militante político que

fundamenta su discurso en un conjunto de certezas, del militante

investigador quien organiza su perspectiva a partir de preguntas críticas

respecto a dichas certezas.

En consecuencia, en la investigación militante es condición

ineludible la construcción del conocimiento desde el colectivo que asume

el compromiso de participar en toda acción dirigida a concretar el proceso

investigativo. Por ello cada investigación militante esta signada por la

resignificación de las concepciones y prácticas de la convivencia, ir

más allá de la homogenización del conocimiento. Dicho conocimiento en

la investigación militante se valida y legitima con base a las acciones que

se van sucediendo en la medida que desde el colectivo se avanza en la

construcción y reconstrucción de una realidad dada. El colectivo

situaciones (2002) plantea que la investigación militante requiere de

cuatro condiciones:

1. El carácter de la motivación que sostiene la investigación.

2. El carácter práctico de la investigación (elaboración de hipótesis

prácticas situadas).

3. El valor de lo investigado sólo se dimensiona en su totalidad en

situaciones que comparten tanto la problemática investigada como la

constelación de condiciones y preocupaciones.



4. Procedimiento efectivo: su desarrollo es ya resultado, y su resultado

redunda en una inmediata intensificación de los procedimientos efectivos.

Con base a lo expuesto, la investigación militante podrá ser

realizada en escenarios que respondan a las condiciones presentadas,

esto con el propósito de lograr la transformación social como fin último del

proceso investigativo.

Por su parte, Escobar (2003), afirma que en la investigación

militante el conocimiento parte de todos los participantes como

interlocutores necesarios para despejar los lugares de comprensión de la

realidad de las problemáticas que afectan a las personas de manera

diferente. En este sentido, cada uno participa rompiendo su propia

garantía de tener la razón o la verdad. Se reconoce la posibilidad de

complementariedad en las versiones de mundo para avanzar al logro del

conocimiento. Este se expresa en la experiencia que parte desde lo

sencillo para llegar a la profundidad del conocimiento.

Una Mirada a la Investigación Educativa

Las corrientes filosóficas en el siglo pasado dieron origen a las

diferentes formas de concebir al hombre, la historia, la racionalidad y el

conocimiento, en este recorrer fue necesario ir adoptando nuevas formas

de adquisición del conocimiento que fuesen pertinentes a la realidad del

ser humano, que en este siglo XXI exige el desarrollo de investigaciones

desde los colectivos y la complementariedad metódica que permita

ofrecer respuesta a las situaciones ante las cuales se enfrenta la realidad

actual.

Específicamente a partir la investigación educativa se abordan los

estudios de esta realidad desde el enfoque positivista hasta el enfoque

integrador transcomplejo, referido este a según la UBA (2006), a la

integración de los postulados de las teorías de la transdisciplinariedad y

la complejidad, donde lo cualitativo, lo cuantitativo y lo dialéctico se

complementan para el estudio de la realidad en el campo educativo.



Ahora bien, considerando a la investigación militante en el campo

educativo con base a las consideraciones ya señaladas, se puede

comprender la utilidad de la misma al discurrir las investigaciones desde

el punto de vista colectivo; sin embargo; preferimos asumir la realidad

educativa desde el enfoque o los enfoques que se considere pertinente en

un momento dado y donde lo epistemológico, ontológico, metodológico y

filosófico puedan armonizar de tal manera que se ofrezca una respuesta

adecuada ante la realidad estudiada.

En este orden de ideas, la investigación educativa tiene

características particulares con base a los diversidad de los objetivos y

fines que pretende, las característica de las situaciones que aborda para

su estudio, así como la multiplicidad de métodos que puede utilizar, lo

cual hace que desde el campo educativo sea más compleja la tarea del

investigador o colectivo de investigadores. En tal sentido, podría la

investigación militante acompasarse para aborda la educación en

cualquier escenario que sea pertinente con base a las consideraciones

que esta asume.

Discurso Conclusivo

Desde tiempos remotos el hombre ha cumplido la tarea de dar

respuesta a los fenómenos sociales y naturales que se presentan a lo

largo de la vida en el planeta, esto ha conllevado a contar con diferentes

enfoques para la construcción de conocimiento desde la investigación.

Uno de estos enfoques se basa en la relación del objeto conocido y el

sujeto que conoce, el cual se fundamenta en el positivismo y otros

cimentados en la importancia de la investigación para ofrecer respuestas

pertinentes a la realidad social, así como en la participación activa de

aquellos que intervienen en el proceso investigativo.

De allí que la investigación militante se presenta como una manera

de abordar la realidad en un escenario y momento dado, donde el



investigador se involucra totalmente en el proceso de producción de

conocimiento. Esta forma de estudiar las situaciones reales exige

reconocer que no es suficiente una sola mirada para abordar la realidad

actual, en tal sentido es necesaria la construcción colectiva del

conocimiento. Finalmente, es preciso exponer la necesidad de profundizar

en el estudio de la investigación militante, esto con el fin de tener la

oportunidad de experimentar nuevas maneras de explicar, interpretar y

analizar la realidad, acción esta que de una u otra manera debe orientar la

transformación de la sociedad y lograr calidad de vida.

Referencia Botero, P. (2012). Investigación y acción colectiva –IAC–Una

experiencia de investigación militante. Colectivo situaciones (2002). Prologo sobre el método. Disponible en:

http: //www.nodo50.org/colectivosituaciones/artículos 15.htm. (consulta agosto 20 de 2014).

Escobar, A. (2003). Mundos y conocimientos de otro modo. Revista Tabula Raasa No.1, enero-diciembre 2003

Fals Borda, O. (1981). Sociología de la liberación, Bogotá, Siglo XXI, Carlos Valencia Editores

Haber, A. (2011). Nometodología Payanesa: Notas de Metodología Indisciplinada, Revista de Antropología, n° 23, 1er Semestre, pp. 9-49.

Jaramillo, J. (2009). Orlando Fals Borda: Una sociología sentipensante para América Latina (antología). Bogotá. Siglo del hombre Editores.

UBA (2006). La investigación: Un enfoque integrador transcomplejo. Revista del Decanato de Investigación Extensión y Postgrado de la Universidad Bicentenaria de Aragua



INVESTIGACIÓN MILITANTE Y PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO

EN LA UNIVERSIDAD

Dra. Crisálida Villegas G

Introducción

La investigación militante no ha sido entendida de acuerdo a sus

verdaderas potencialidades en un marco que intente integrar la academia

y los movimientos sociales. Desde este punto de vista, es un tipo de

investigación en que el conocimiento debe ser útil para un colectivo en un

tiempo determinado. Implica pensar y actuar con las comunidades en un

tipo de investigación capaz de articular reflexión-participación-creación-

acción mediante memorias y narrativas colectivas en contexto próximos.

La idea es que se realicen investigaciones que además de ser útiles para

la academia, lo sean para los sujetos con quienes investigamos.

El concepto de investigación por lo general esta privatizado al interior

de la universidad, por lo que no permite intervenir la realidad, las

narrativas que se producen son acríticas, sólo para responder a las

infinitas manifestaciones de poder de la academia. De ahí que es

necesario emprender acciones tendentes a transformar esa práctica de

investigación académica.

Mover una práctica requiere reflexión, en este sentido el artículo

plantea la investigación militante para generar un proceso de construcción

colectiva de pensar y actuar que oriente la transformación de la

investigación universitaria. Las ideas que se presentan es producto de

una búsqueda qué viene realizando la investigadora comprometida con un

proceso de cambio de la investigación en la Universidad Bicentenaria de

Aragua. El artículo se estructura en cuatro partes: generalidades de la

investigación militante, nacimiento en América Latina, vías de acción y

reflexiones finales.



Generalidades de la Investigación Militante

Dietz y Mateos (2010) plantea que el termino investigación militante es

extensible a coaliciones entre diferentes tipos de actores sociales,

políticos y/o académicos involucrados en procesos de transformación

societal. También puede denominarse activista, entendida como un

hacerse preguntas y contestarlas en un colectivo. Implica un proceso de

búsqueda de soluciones, de ideas que si bien no son definitivas, ya que

en algunos casos sólo se logra entender y formular problemas. No

obstante, es el inicio de intervenir la realidad, porque a partir de aquí se

incita la acción.

De acuerdo a Cortés (2009), son iniciativas de investigación

colaborativas concebidas como espacios de intervención política “(p.170).

Requiere posiciones conscientes en la geopolítica del conocimiento para

mejorar las condiciones sociales. La colaboración aparece así como la

instancia dialéctica tanto del proceso investigativo como de sus resultados

políticos, al transformarse métodos, sujetos locales e investigadores.

El conocimiento que se genera es situado. Hay muchos lugares

desde donde mirar la realidad y hay que mostrar desde cual perspectiva

se mira, por eso el conocimiento siempre será parcial y situado. Un

conocimiento que se valida con las acciones en lo que va sucediendo. Así

se construye conocimiento pertinente para la vida. Esto significa según

Botero (2012) “que los dominios disciplinares requieren contextualizarse a

la compresión de todos en las situaciones particulares en que se está

afectando, de la misma manera que los contexto transforman los saberes”

(p.42).

El conocimiento parte de todos los participantes como interlocutores

necesarios para despejar los lugares de compresión de la realidad de las

problemáticas que afectan a las personas de manera diferentes. Entre sus

principales características esta que plantea un compromiso claro con los

sectores más desfavorecidos, que de acuerdo a Pudal (2011) está ligado



a la motivación que sostiene la investigación, su carácter práctico y su

procedimiento que es en si ya un resultado, que redunda en una

intensificación de los procedimientos.

Según Villegas (2005) tiene un marcado carácter educativo,

constructor de ciudadanía, participativo y relevante para las personas que

forman parte de la situación y ayuda a la transformación de sus

condiciones de vida. Tiene, así mismo una clara voluntad de trabajo

grupal. Lo colectivo se ejemplifica con las múltiples voces dialógicas que

frente a los hechos evidencia posiciones y relaciones de disputa con los

discursos oficiales, institucionales, legales e ilegales, en las cuales la

misma universidad es un campo de lucha social que crea posibilidades de

transformación.

La tarea del investigador según Juris (2007) citado por Arribas (2014)

es acompañar, aprender acompañando y siendo acompañado, abriendo

un espacio de reflexividad dialógica. Esto implica pasar de la relación

sujeto/objeto de investigación a un dialogo de reflexividades.

Nacimiento en América Latina

De acuerdo a Leyva y Speed (2008), en América Latina a finales de

los años cincuenta Fanón (1963) abrió un camino a la reflexión acerca de

la investigación descolonizada. En los años setenta con la Primera

Declaración de Barbados (1971) por la liberación de los Indígena, un buen

número de líderes indígenas reclamaron el derecho de no ser tratados

como objeto de estudio y que las investigaciones manifestaran un

compromiso por la liberación de estos pueblos.

De ahí surgieron distintas propuestas para llevar a cabo un trabajo

riguroso a la vez que comprometido política y éticamente. Entre ellos la

educación popular del brasileño Freire (1970), la investigación acción

participativa del colombiano Fals Borda (1986), la observación militante

basada en un enfoque socioeducativo formulado por los brasileños Miguel

y Rosiska Darcy.



En la actualidad es evidente que las quejas que dieron origen a este

tipo de investigación son comunes en muchas comunidades de los

diferentes estados del país que constantemente son intervenidas por

universitarios que por varios motivos, entre estos el Servicio Comunitario,

las visitan buscando información, pero muy pocas veces le devuelven los

resultados, o se comprometen con sus pobladores en acciones que

generen cambios y transformaciones en sus condiciones de vida.

De ahí que pareció pertinente reflexionar acerca de la investigación

militante como una alternativa en las universidades venezolanas y

particularmente en la Universidad Bicentenaria de Aragua que está en un

proceso de transformación institucional que le permita acentuar su

acercamiento a la comunidad. Todo esto en un proceso de investigación

comprometida, endógena, dialógica, transdisciplinaria, colectiva, activa,

que promueva la convivencia con las personas que pertenecen al

contexto universitario con miras a promover el desarrollo local.

En este tipo de investigación tanto investigadores y co-

investigadores deben ser personas sentipensantes, término acuñado por

Fals Borda(ob cit) para definir al hombre que combina la razón y el amor,

el cuerpo y el corazón, actuaciones y sentimientos para poder enfrentar y

superar los obstáculos de la vida. En tal sentido se discuten algunas vías

que pudieran orientar su accionar.

Vías de Acción

. Si bien la idea es que tanto las preguntas de investigación como el

camino a seguir deben surgir del colectivo, del interés y necesidades de

los sectores claves y grupos establecidos al interior de las comunidades

se asumen algunos principios que pueden orientar su búsqueda. Así

Borda (1986) plantea que deben respetarse la autenticidad, el anti

dogmatismo, la devolución sistemática de los resultados, equilibrio entre

acción y reflexión, entre otros. Por su parte, el Colectivo Precarias a la



Deriva (2004), plantea un procedimiento que con algunas modificaciones

incluye lo siguiente:

-Hablar, moviéndose en colectivo. Implica recorrer ambientes

diversos: sociales, espaciales, temporales de los circuitos de investigación

cotidiana, pero no en solitario, interpelando a otros, permitiéndose mirar y

mirarnos con nuevos ojos. Lo planteado implica cambiar el lenguaje

científico por uno más cercano a la comunidad, uno que permita claridad y

revele la transparencia del mensaje llevado a todos.

-Grabación y Narración, con la idea de discutir colectivamente lo

percibido, todo esto con un fin formativo-comunicativo-producir-elaborar-

circular-difundir.

-Talleres y Asambleas a partir de lo gravado y narrado. Es

imprescindible reunirse para ordenar, discriminar, detectar problemas

comunes, identificar puntos de potenciales acciones a seguir. La manera

como se escriba depende con quien estamos investigando y para qué. De

acuerdo a Botero (2012):

...en este procedimiento no hay capacitación más bien encuentros donde exponemos experiencias, reflexiones y decisiones… La metodología se construye en encuentros, agendas y compromisos como… creación de escenarios…convocantes para los diferentes grupos participantes los cuales parten de la libertad para encontrarnos desde aquello que nos produce un sentido como un proceso de enamoramiento de lado y lado que abre espacios… en los cuales todos tenemos la oportunidad de ir aportando desde los propios lugares de acción… (p.39)

Lo planteado posibilita la articulación de multimétodos, propuesta en

la cual viene trabajando la investigadora desde hace algunos años

(Villegas y col, 2010). Métodos variados de acuerdos a la situación, entre

estos la investigación-acción, la investigación participativa y más

recientemente la etnografía colaborativa y practica situada. Al respeto

Rapport (2008), señala que “la etnografía colaborativa trata de construir



espacios de debates académicos utilizando talleres colectivos u otras

dinámicas grupales en tanto metodología investigativa “(p.3031).

Reflexiones Finales

Esta alternativa de investigación militante esta imbricada con el

conocimiento situado que supone el compromiso de los investigadores

(pluralidad de investigadores académicos) buscando unirse con los

colaboradores locales asumidos también como miembros plenos de la

investigación en pos de la transformación mutua.

Esto implica como condición básica un trabajo serio sobre el colectivo

mismo de investigación. Es decir es necesario investigarse a sí mismo,

modificarse, reconfigurarse en las experiencias, revisar los propios

valores, criticar permanentemente las ideas y lecturas propias. De ahí que

si se investiga en colectivo la transformación no es individual, se modifica

la manera de percibir el mundo del grupo, se producen subjetividades e

idearios propios.

Para la universidad la alternativa de investigación militante se podría

identificar con un conjunto de iniciativas que persiguen producir

conocimientos y saberes desde las propias prácticas de transformación,

desde su interioridad, para potenciar e impulsar esas mismas prácticas en

un proceso virtuoso de la práctica a la teoría y de esta a la práctica, en

ocasiones impulsado por el encuentro singular entre sujetos diferentes y

en otras ocasiones a partir de la iniciativa de personas que participan de

la realidad que se pretende pensar. De ahí que la producción de

conocimiento es inseparable de la producción de nuevos sujetos.

Referencias Arribas, A (2014). Lógicas emergentes de acción colectiva y prácticas

colaborativas de investigación. Apuntes para una Antropología junto y con los movimientos Sociales. Gazeta de Antropología 30 (1). Disponible www.gazeta-antropologia.es/?p=4454. Consulta 2014, julio 20.

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INVESTIGACIÓN MILITANTE UTOPIA EN LA FORMACION DEL INVESTIGADOR DOCENTE

Dr. José Luis Romero Polanco

Introducción

El tema investigación militante ha sido objeto de diversos estudios.

En ese sentido el artículo presenta las dimensiones epistemo–

gnoseológico de la investigación militante y su vinculación con el proceso

de formación del investigador docente, elaborado mediante una revisión

bibliográfica. Desde este nivel de pensamiento, presenta como ejes

direccionadores: la militancia o el militante en la investigación,

dimensiones epistemo–gnoseológicas de la investigación militante y el

investigador docente desde la militancia.

La Militancia o el Militante en la investigación

En ese sentido, parafraseando a Botero (2012:33), la investigación

militante tiene su origen desde de los planteamientos de la Educación

Popular (Paulo Freire y Joa Bosco Pinto), y de la cual nace la

Investigación Acción Popular (Orlando Fals Borda) donde se vincula la

reflexión de-coloniales en la investigación. Estas teorías, aportan a la

investigación militante la necesidad de pensar desde el lugar de

afirmación de las comunidades en la construcción del conocimiento.

Visto así, la investigación militante funda el conocimiento desde lo

colectivo, desde el punto de vista de Fals Borda (1980:36) parte de

disyuntivas bien puntuales: ¿por qué y para qué del conocimiento? Lo que

conlleva a pensar y actuar con quienes estamos afectados, comunidades

autoras y co-actuantes hacia un tipo de práctica investigativa capaz de

articular implicancia, pensamiento, afectación y acción.



Al respecto, desde la óptica de Botero, (2012:37) “la militancia en la

investigación significa construir conocimiento desde lo colectivo para

ampliar los sentidos colectivos asumiendo la teoría como contra-poder

que re-cuenta versiones plurales de mundos políticos, económicos,

sociales, culturales, históricos, ambientales.”

Así, entiendo que desde los planteamientos anteriores, que en esa

visión de conocimiento, él no esta pensado desde lo disciplinar ni de

marcos metodológicos, pues es el colectivo quien va a ir dándole forma a

la manera como ellos van a conseguir develar las realidades. Otro

planteamiento al respecto, es el planteado por el Colectivo Situaciones

(2012) quienes establecen que: el militante investigador organiza su

perspectiva a partir de preguntas críticas respecto algún conjunto de

certezas.

Infiero que desde este planteamiento, la investigación

necesariamente es envestida de la militancia, en el compromiso social,

donde sujeto y objeto hacen investigación al mismo tiempo, dentro de los

movimientos sociales y supongo que sí hace desde la

transdisciplinariedad se puede acercar a la posibilidad de ver la realidad

desde procedimientos transcomplejo.

En ese sentido, la investigación militante posee un vínculo de

relaciones, desde allí puede verse como: una investigación compromiso,

para el hacer colectivo, por medio del voluntariado dialógico y la

participación acción para la transformación.

Dimensiones Epistemo-Gnoseológicas de la Investigación Militante

La Investigación Militante tiene variados puntos de encuentro con

algunos métodos de Investigación cualitativa específicamente la

Etnografía propuesta por Martínez (1999) y también con la Investigación



Acción Participativa de Lokpez (2001:21) entre otros. ¡Claro¡ no

olvidemos que estas coincidencias radican en que estas se sitúan en la

perspectiva epistemológica´post-positivista siendo su enfoque el

cualitativo.

Sin embargo algunos de los puntos de desencuentro residen en que

no tienen el mismo contexto, propósito y corriente de pensamiento.

Entonces, al visionar la investigación militante a partir de la dimensión

teleológica, el objeto de estudio, sería la transformación de la realidad. En

cuanto al modo de conocer, se apoya en la convicción de un conocimiento

situado que devela la forma que un colectivo está participando en la

realidad, definiendo cuales son las relaciones que tienen con la cosa

política, con los activistas – militantes y con él mismo objeto, posicionados

en el mundo en un aquí y en un ahora.

En relación al plano axiológico, evita emitir juicios de valor sobre las

observaciones, sustentándose en valores tales como la colaboración, la

corresponsabilidad, el respeto, la convivencia y la empatía, para estudiar

las realidades culturales. Así, la dimensión ontológica o realidad son los

contextos en los cuales viven, conviven, y colaboran los distintos

movimientos sociales. Por ello se asume desde la corriente del

pensamiento pragmático.

Desde la dimensión gnoseológica la vinculación entre los

investigadores y lo investigado o mejor dicho sujeto – sujeto – contexto.

En este sentido, Fals Borda (ob.cit) desde la Investigación comprometida

aporta lineamientos conceptuales relacionados con que el investigador

militante debe tener la connotación de ser sentipensantes, es decir, que

sienta y piense lo investigado ya que el compromiso está relacionado con

los sentimientos pues desde las emociones él está íntimamente ligado a

la afectividad. Lo que marca una ruptura con los investigadores de otras

tendencias epistemológicas. Así, en el hecho investigativo de la



Investigación Militante, el investigador es un actor más que asume una

acción de co-laborar, donde el investigador es a su vez un co-

investigador y por lo tanto la investigación acontece a medida que estos

concuerdan.

El Investigador Docente desde la Militancia

Es importante sintetizar que en Venezuela, la sociedad en general

demanda y exige de las universidades de formación de docentes, un

egresado que esté consciente de la deuda social y la corresponsabilidad

en la que están involucrados para generar por medio de los procesos

educativos respuestas y soluciones a los distintos problemas que

confrontan las comunidades.

No obstante, las políticas de investigación y docencia que orientan

sus diseños curriculares, resultan una teleología fría, enmarcada en la

inoperancia de seguir un proceso signado en el cumplimiento de roles,

tendentes hacia procedimientos tradicionales de segmentación del

conocimiento lo que ha propugnado el pensamiento fragmentario,

evidenciándose desde la cotidianidad en las aulas de clases y en sus

prácticas pedagógicas una separación entre la teoría y la praxis, donde se

fomenta el parcelamiento del conocimiento en menoscabo de la

transdisciplinariedad del saber. Lo cual resulta como limitante del

pensamiento al momento de sus prácticas de investigación en contextos

de hecho social - pedagógico, generando un saber y un hacer

descontextualizado y separado de otros saberes.

Una investigación sin participación ni militancia en los procesos

investigativos de las realidades humanas. Ello, en palabras de Villegas

(2012:6) demanda: “repensar los supuestos sobre los cuales han

descansado los paradigmas de investigación, a los fines de responder de

manera acertada a las demandas de la nueva realidad”. Visto así, se



requiere de una formación docente guiada por la transversalidad, la

complementariedad, la transdisciplinariedad y la complejidad de las

realidades, del conocimiento y el saber.

Es decir, por procesos transcomplejos, que a mi juicio, implican

cultura de saberes en conjunto, migrando de las fronteras de una

disciplina a otra y por ende entre saberes, es ver y vivir la investigación

como un todo en el cual: lo singular-plural, lo efímero-sólido, las

incertidumbres–certidumbres se complementan, es decir, en

reconciliación de posiciones antagónicas.

Desde esta lógica asumo la transcomplejidad como dimensión

epistemológica para la formación de un investigador militante, como una

visión de mundo que emerge para dar múltiples posibilidades de

reentender, reconceptualizar y resignificar la realidad y el conocimiento e

invita a sostener un encuentro dialógico desde una perspectiva

transdisciplinar ante el hecho de redimensionar lo educativo –

investigativo ya que esta yunta, debe ser asumida desde el punto de vista

de la complementariedad.

En ese orden de ideas, formar al investigador docente desde la

militancia, requiere de un desaprender – reaprender del hecho

investigativo desde los niveles macro (sistema educativo) meso (el

proceso de formación) a lo micro (el hecho investigativo - investigador).

Desde esta lógica: se demandan cambios curriculares que partan de la

realidad de sus actores.

Es decir, la transdisciplinariedad en el proceso de formación en

investigación con los contenidos de las distintas unidades curriculares del

plan de estudio. La cual transcienda las aulas para convertirse en una

herramienta para innovar, descubrir y transformar su práctica pedagógica.

Que conlleve hacia un profesional que investigue primero sobre su propia



didáctica, para retroalimentarla y reprogramarla, en beneficio del

colectivo. Ello significa refundar su pensamiento y por ende a pensar -

actuar en una práctica investigativa capaz de vincular implicancia,

pensamiento, afectación y acción ello sustentado en un conocimiento

desde lo colectivo.

Igualmente exige asumir la formación docente a través del desarrollo

de capacidades para investigar, las cuales le permitan redescubrir y

reentender su entorno de manera consciente para poder dar repuesta a

las innumerables interrogantes que pueda encontrar y aún más poder

transformar la realidad y así formar un egresado cuya formación como

investigador docente desde la militancia le permita unir sin disgregar, hilar

e interpretar realidades disfuncionales pero sustancialmente humanas.

Que se vea y actúe en el hecho investigativo, no como un experto

poseedor de la verdad única, unívoca sino como un actor más que asume

una acción de co-laborar, de co-investigar: en, desde y para el colectivo

en beneficio de ello.

Por consiguiente, formar investigadores-docentes desde la

militancia, invita además de los cambios curriculares, a un cambio desde

el yo como educador-investigador, ya no más el pretender enseñar

investigación, es asumir otra postura en la didáctica y en la utilización de

las estrategias metodológicas, es un desaprender–aprender del

conocimiento anterior.

En otras palabras, es facilitar el aprendizaje de la investigación, pues

es necesario una investigación como proceso creativo y flexible, como

acción humana. Esta visión de facilitar el aprendizaje de la investigación

exige igualmente asumir una nueva perspectiva de la formación, dirigida

al desarrollo del concepto de equipo de trabajo, donde la realidad a

investigar sean los contextos en los cuales viven y conviven como parte

de movimientos sociales.



En definitiva, Investigador-docente desde la militancia capaz de

hacer de la educación y la investigación una práctica social de calidad,

pues se convertirá para él en la herramienta fundamental para coadyuvar

transformar en colectivo los problemas que la realidad les presente.

Reflexiones de cierre

El contexto educativo como hoy se presenta en el siglo XXI, no deja

de ser un gran desafío para las instituciones de educación universitaria,

así como para sus docentes, quienes acostumbrados a trabajar desde la

disciplinariedad, con verdades únicas y unívocas, les es difícil comprender

una realidad signada por la diversidad y la incertidumbre presentes tanto

en los variados contextos como en los procesos de construcción del

conocimiento. Lo que conlleva a que tanto individuos como sociedades,

se les dificulte encontrar soluciones viables para el logro de las

transformaciones sociales, conforme a la dimensión y a la complejidad de

los problemas actuales de cada colectivo social.

Desde ese nivel de pensamiento, referirse al rol del docente como

investigador es ubicarse en la educación del siglo XX, es ver al educador

cumpliendo con roles para su desempeño, observándose un paralelismo

donde se fomenta la disciplinariedad, el parcelamiento del conociendo lo

cual lo separa significativamente de un ideal de formación desde la

transcomplejidad. Es evidenciar a la educación y por ende los procesos

de investigación enmarcados en procesos disciplinares signados por

teorías y metodologías preestablecidas.

En contra parte, no veo la voluntad política, institucionales ni

personales para un repensar, reconceptualizar y resignificar el hecho

investigativo, formando un investigador docente que construya



conocimiento desde lo colectivo donde se asuma la teoría construida a

partir de versiones de mundos plurales.

Un Investigador docente desde la militancia, que viva, sienta y

piense la investigación desde el compromiso social, que haga

investigación desde la co-laboración, que sea un coinvestigador lo que

marcaría una ruptura con el investigador enmarcado en las tendencias

tradicionales. Soñar no cuesta nada y la utopía existe pero…. podemos

transitarlas hacia realidades que tengan como norte el bienestar colectivo.

Referencias

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LA INVESTIGACIÓN MILITANTE COMO INVESTIGACIÓN-ACCIÓN PARTICIPATIVA EN LINGÜÍSTICA APLICADA

POSIBILIDADES Y DESAFIOS

Audy Y. Castañeda C

Introducción

La renovación de la investigación en las ciencias sociales debe empezar por una revisión lo más desprejuiciada posible

del quehacer del investigador. Con una mirada infantil,

debemos emprender la tarea de repensar todo lo pensable,

demoler los edificios que guardan los falsos secretos

de los investigadores, y asumir posiciones libres.

(Hiernaux-Nicolas, D., 1999: 291)

En este artículo relaciona la Investigación Militante con la

Investigación Acción Participativa (IAP) en el área de Lingüística Aplicada,

para examinar sus posibilidades y desafíos. Para ello, se hace referencia

al enfoque de investigación socio-crítico, identificándose los rasgos que

caracterizan al investigador militante.

Posteriormente, se contrasta la investigación militante con los tipos

de investigación predominantes en la Lingüística Aplicada en Venezuela.

Finalmente, se examinan algunas ventajas y desafíos al emprender la

investigación militante, enfatizando la necesidad de considerar sus

aspectos éticos.

Enfoque Socio-Crítico: El Investigador Militante

Como docente de lengua extranjera, inicié mi trayectoria

investigativa dentro del paradigma positivista, con los métodos propios de

la Lingüística Aplicada, que aún hoy en día persisten abrumadoramente,



tal y como señalé en un artículo titulado “Evolución epistemológica de la

investigación en el área de Lingüística Aplicada a la enseñanza del inglés

como lengua extranjera en Venezuela”. Posteriormente, en los ámbitos de

la maestría y del doctorado, conocí el paradigma interpretativo, y con ello

la denominada genéricamente como investigación cualitativa.

No es sino hasta 2014 cuando escucho por primera vez el término

Investigación Militante, lo cual me llevó a indagar sobre sus orígenes,

fundamentos y características. Es por ello que en esta sección procuro

indagar sobre los fundamentos teóricos de la Investigación Militante, que

se ubican dentro del enfoque socio-crítico. Koetting (1984:296) identifica

tres enfoques o paradigmas de investigación: (a) positivista; (b)

interpretativo; y (c) socio-crítico. De estos, para efectos de este ensayo,

centraré mi atención en el paradigma socio-crítico.

El interés de investigar en el paradigma socio-crítico consiste en la

liberación y la emancipación, para criticar e identificar el potencial de

cambio. La naturaleza de la realidad estudiada es constructiva, múltiple,

holística, y divergente, de manera que sujeto y objeto de la investigación

están interrelacionados; es decir, se influyen uno a otro por la relación y el

compromiso con la liberación humana. No existe un propósito por las

generalizaciones, pues privilegia el contexto y el tiempo, así como los

valores, los cuales influyen en la solución del problema, la generación de

teorías, los métodos de indagación y de análisis. La teoría y la práctica

son indisociables, según Latorre et al (1996:44) con una relación

dialéctica según la cual “la práctica es teoría en acción”.

Pérez Serrano (1998) describe al paradigma socio-crítico como

aquel que parte de la idea de que la investigación no es neutral, de que

no es posible obtener conocimientos imparciales, y por lo tanto, de que la

ciencia no es neutral. Pérez Serrano (1998) ubica a los investigadores de



la llamada Escuela de Frankfurt entre los pioneros de este enfoque.

Además, incluye a otros especialistas como Appel y Habermas.

Según esta orientación, quien investiga debe ser un militante, para

así permitirse la autorreflexión, todo con el ánimo de propiciar la

liberación humana. Se propone entonces el cambio social, lo cual exige

que quien investiga asuma un compromiso por lograr dicho cambio y la

liberación de la opresión.

Las exigencias propias de este paradigma involucran la

participación colaboradora de todas las personas involucradas,

investigador e investigado, para que tomen decisiones sobre cómo van a

transformar su realidad. Quien investiga debe formar parte de la

comunidad. El conocimiento se da por la interacción de puntos de vista

subjetivos con el contexto histórico-cultural en el que se encuentra.

Además, los beneficiarios de la investigación son a su vez

corresponsables del diseño, recolección e interpretación de la

información, pues la idea es llegar al conocimiento de cómo la gente

interpreta las estructuras sociales, en un afán por desarrollar actividades

comunes, en el contexto de sus organizaciones. La interacción social

con los aspectos externos al sujeto que produce el conocimiento viene a

ser un elemento clave.

El paradigma socio-crítico exige que quien investiga se involucre de

manera comprometida con la solución a los problemas y situaciones que

detecte a través de su estudio, pero no por cuenta propia, sino con la

aprobación y colaboración de las comunidades, grupos, o personas que

estudia. Esto podría ser algo difícil para los investigadores novatos, o

para quienes, por sus características personales, podrían ser percibidas

por la comunidad como excesivamente foráneos. Tal vez quien investiga

intente llegar a estudiar un grupo o una comunidad, y a pesar de pasar



por todos los ritos de pasaje y todas las rutinas necesarias para entrar y

pertenecer al grupo, no lograrlo.

Lo anteriormente expuesto se ve reforzado con las propuestas de

Habermas (1984), quien demuestra la imposibilidad de que la ciencia sea

una actividad libre de valores. La ciencia, propone este autor, es una

actividad social impregnada de los valores que portan quien la desarrolla,

valores e intereses que a menudo se confrontan. Es inevitable que sujeto

y objeto de la investigación interactúen, influidos por sus propios

contextos y experiencias previas. Es tiempo, considero, de estudiar la

realidad postmoderna con ideas sobre cómo se adquiere el conocimiento

donde la incertidumbre y la subjetividad son realidades ineludibles.

Conocer, a mi modo de ver, no es construir a partir de principios,

sino más bien orientarse en una comprensión heredada de la realidad,

haciéndola más consciente, sustentando en esta nuevos conocimientos o

revisándola, pero abandonando, en todo caso, la inviable pretensión de

prescindir de ella. El conocimiento, entonces, es un proceso de continua

corrección, precisión y ajuste, que sigue un proceder no lineal.

En otro orden de ideas, Denzin y Lincoln (1994), describen la

evolución histórica de la investigación cualitativa, identificando entre

varios períodos uno que denominan post-experimental, en el cual subyace

el paradigma participativo o cooperativo, como una forma de reivindicar

una investigación más activa, participativa y crítica, hacia la búsqueda de

un conocimiento más contextual, que se interese por situaciones

particulares y responda a problemas locales específicos, para así

contribuir al desarrollo de una sociedad democrática y libre. Además, la

comunidad investigadora debe ejercer un rol más reflexivo, considerando

las implicaciones éticas, sociales y políticas de su quehacer investigativo

como acto y discurso moral.



Dichas consideraciones sobre la participación y la reflexión

conducen a considerar la Investigación-acción Participativa, como un

enfoque de Investigación Militante, por su interés por la construcción

colectiva de saberes y el compromiso por la transformación social. En

este ensayo no hago distinción entre la Investigación Acción Participante

y la Investigación Militante, por dos razones:

-Mi ámbito profesional es en el contexto educativo, son maneras de

abordar la realidad educativa con la idea de elevar su calidad y propiciar

la mejora continua.

-Existe una variada terminología, dependiendo del área

geográfica donde se desenvuelven los teóricos y proponentes de modos

de investigar dentro del paradigma socio-crítico (action research en el

mundo anglosajón, recherche-action para los franceses, investigación

participativa en Latinoamérica); sin embargo el énfasis es en el

compromiso militante en defensa de los más desfavorecidos, de allí que

adopto la denominación Investigación Acción Participativa propuesta por

Fals Borda1.

Rasgos del Investigador Militante

En razón de lo hasta ahora expuesto, enmarcado en el enfoque

socio-crítico, se puede caracterizar al investigador militante por los

siguientes rasgos: curiosidad, sistematicidad, autocrítica, consciencia de

su posición ideológica y compromiso con el beneficio de otros.

1 En Cartagena Colombia en 1977, tuvo lugar el Simposio Mundial de la Investigación Activa. Dos volúmenes recogen esa experiencia ambos publicados bajo el título de: “Crítica y Política en ciencias sociales”; se recogen las experiencias del modelo de investigación acción. Así, se hace referencia a la investigación participativa (Hall, 1983 y De Shutter 1985) y a la investigación militante (Lanz 1980 y Peresson 1983), hasta llegar al uso del término integrado que Orlando Fals Borda proponía como investigación acción participativa. (Citado por Mendoza (2002).



Con las caracterizaciones anteriormente enumeradas, cabe señalar

que a través de la investigación militante se busca que el conocimiento

colectivo tenga utilidad social inmediata. Esto se evidencia claramente

en documentos oficiales venezolanos relativos a la actividad de

investigación, en particular cito el elaborado por el Ministerio del Poder

Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias (2011), titulado

“Necesidades de Investigación 2011: Definición de Áreas”. Allí, con la

intención de “orientar, apoyar y promover la generación de conocimiento y

tecnologías” (p. 1), se establecen ocho áreas prioritarias para Venezuela:

ambiente, energía, telecomunicaciones, política y sociedad, educación,

vivienda, hábitat y desarrollo urbano, salud colectiva, y seguridad y

soberanía alimentaria.

En el área de educación, que es donde me desenvuelvo, se aspira

“Transformar el sistema educativo nacional para la generación de

ciudadanas y ciudadanos comprometidas y comprometidos con la

comprensión crítica y la transformación de la realidad individual, colectiva

y nacional hacia la emancipación” (p. 2). Esto se hace posible a través de

diversas formas de investigación, entre las cuales la investigación

militante es pertinente y necesaria.

Investigación Militante vs Investigación en Lingüística Aplicada

En este apartado establezco una dicotomía entre la investigación

militante y la investigación en Lingüística Aplicada, por varios motivos. El

primero es que la investigación en Lingüística Aplicada en Venezuela ha

estado supeditada a estándares propios del paradigma positivista, dadas

las características de las publicaciones periódicas reconocidas en nuestro

país, orientadas a temáticas multidisciplinarias dentro de las cuales la

Lingüística Aplicada aparece tímidamente al lado o incluida dentro de

disciplinas tales como la Sociología, la Psicología, o las Ciencias de la

Educación.



El segundo motivo, relacionado con el anterior, es que la

investigación en Lingüística Aplicada tiene como finalidad la acumulación

de conocimientos sobre la enseñanza de lenguas y sobre la comprensión

de la realidad educativa, ya sea para verificar teorías lingüísticas

derivadas de otras áreas del saber tales como la Sociología, la Filosofía,

la Psicología, cuando asumen el papel de ciencias auxiliares de la

Lingüística, o para aplicar métodos didácticos derivados de dichas teorías.

Como puede apreciarse, esta finalidad no comparte ningún elemento en

común con el objetivo de la Investigación Acción Participativa, que no es

otro que aportar información que guíe la toma de decisiones y los

procesos de cambio para la mejora de la realidad educativa.

Existen numerosas problemáticas en torno a temas controversiales,

relacionados con la multiculturalidad, el bilingüismo, los procesos de

asimilación a una cultura extranjera, y en el caso particular del inglés,

relativos a la hegemonía ideológica que acompaña al aprendizaje de esta

lengua extranjera. Estos temas, sin embargo, tienden a discutirse fuera

del ámbito de la Lingüística Aplicada, y más bien, se sitúan en el área de

la Educación, y en Venezuela, en las Ciencias Sociales.

Al respecto, en las pocas publicaciones venezolanas en Lingüística

Aplicada persiste la perspectiva estructuralista, que ha convergido con un

enfoque positivista, y ha influido notablemente sobre cómo se concibe

epistemológicamente la investigación en esta área de conocimiento, y es

responsable, como lo señala Candlin (2000) del “anonimato consistente,

si no la invisibilización, del aprendiz” (p. xiii).

Con esto Candlin quiere decir que la Lingüística Aplicada se ha

interesado más en estudiar el lenguaje como una abstracción que se

analiza y categoriza como un reflejo de las propiedades generales y

atemporales del sistema lingüístico, dejando a un lado al aprendiz y su

devenir entre la mente, el lenguaje y la cultura, negándose así la



posibilidad de comprender cómo cada persona usa el lenguaje para

diferenciarse unos de otros, o para resistirse y reconstruir su percepción

del mundo, a través del auto-descubrimiento y la transformación social.

Por ello, la investigación militante resulta de gran interés para

generar cambios dentro de la actividad investigativa y la praxis educativa

en cuanto a la enseñanza de lenguas, cambios que a mi juicio, permitan

la transformación de la educación hacia la calidad y la mejora continua, a

través de algunas áreas de aplicación de la investigación acción

participante, enumeradas por Sundín Esteban (2003: 164): Estudios

diagnósticos de necesidades educativas, Formación permanente del

profesorado, Desarrollo curricular, Introducción de nuevas estrategias de

enseñanza y aprendizaje, Evaluación de programas, Innovación

educativa, Análisis institucional y Cambio de actitudes.

Estas áreas han sido estudiadas desde líneas de investigación

sobre Educación, pero no necesariamente profundizadas desde la

Lingüística Aplicada. Una revisión realizada por Blanco (2000), sobre las

tendencias de la investigación por parte de profesores de inglés en la

década de los noventa, evidencia un predominio de los estudios de tipo

descriptivo (79,06 %), seguido por los llamados ideológicos (11,64 %), y

los de corte interpretativo (9,3 %). Los ideológicos, según el autor citado

pueden considerárseles dentro del paradigma socio-crítico, fueron un total

de cinco, tres de ellos tratan sobre racismo y sexismo en el idioma inglés.

Potencialidades de la Investigación Militante: Calidad y Mejora

Continua

La investigación militante, según Hurtado León y Toro Garrido

(2007), permite:

1. Sistematizar y mejorar la realidad concreta en la que se

desenvuelven los beneficiarios de la investigación.



2. Posibilitar la transformación y cambio de la realidad social.

3. Reflexionar sobre la praxis.

4. Redimensionar las tareas y replantear los objetivos que se

pretenden alcanzar

En el ámbito educativo, la investigación militante hace posible una

sinergia formación-investigación-acción que conduzca a una mejora

continua, y por ende, a una educación de calidad, al propiciar la

investigación sobre la praxis educativa, mejoras en el desempeño

docente, así como la reflexión sobre la propia acción. Como lo señala

Pérez Serrano (1998:199), la investigación-acción constituye un elemento

clave en la formación y en el perfeccionamiento permanente; es capaz de

unir la teoría y la práctica en la resolución sistemática de los problemas.

Desafíos en la Investigación Militante

Algunos desafíos se refieren al investigador militante, en cuanto a

sus capacidades para ingresar a una comunidad determinada y llegar a

formar parte de la misma, establecer contactos con las personas

beneficiarias de la investigación y poder trabajar en equipo, con apertura

mental, sistematicidad y conciencia de la alteridad. Lewin (1946) citado

por Pérez Serrano (1998:203) insiste en “la formación y el

perfeccionamiento de los prácticos en valores, actitudes y habilidades al

servicio del cambio social”.

En la formación de futuros docentes de inglés, al menos en lo que se

refiere al programa de cursos de la especialidad en la UPEL, no se

evidencia orientación hacia lo social en ninguna de las asignaturas,

agrupadas bajo áreas de conocimiento muy específicas, propias de la

Lingüística Aplicada: adquisición de la lengua inglesa, gramática, fonética,

lingüística y literatura. Apenas algún tímido proyecto de Servicio

Comunitario asoma cierto interés por una pequeña comunidad, por



ejemplo, niños en edad pre-escolar, pero más hacia la didáctica del inglés

a través de juegos y música.

Otros desafíos se relacionan con los basamentos de la investigación

militante, en particular con la validez de los conocimientos adquiridos a

través del diagnóstico participativo, planificación, ejecución, evaluación y

sistematización por parte del equipo conformado por investigadores y

beneficiarios (sujeto-objeto de la investigación en relación protagónica y

dialéctica).

En este sentido, cabe destacar las tres formas de validez que

propone Waterman (1998), para la investigación-acción: (a) validez

dialéctica, relativa a tensiones al articular la práctica, la investigación y la

teoría; (b) validez crítica, responsabilidad moral, intenciones, acciones,

implicaciones éticas, y consecuencia de acciones y teorías; y (c) validez

reflexiva, exploración, reconocimiento y explicitación de la perspectiva del

quien investiga.

Consideraciones Finales

En este ensayo se consideró a la investigación militante como

investigación-acción participativa, sus potencialidades y desafíos. Aunque

no he propuesto un cambio radical en cómo se investiga en Lingüística

Aplicada en Venezuela, sí he destacado, siguiendo los planteamientos de

Blanco (2000), la necesidad de que se diversifiquen los métodos de

indagación en esta disciplina, para poder dar respuestas a problemáticas

sociales sentidas y palpables, que inciden sobre cómo aprendemos a

convivir con la alteridad, respetando y considerando al otro, y a

empoderarnos como ciudadanos protagonistas de los procesos de cambio

en el país.



En este sentido, propongo que la investigación militante sea un

posible enfoque para actividades como el Servicio Comunitario en las

universidades, pues el Artículo 4 de la Ley de Servicio Comunitario del

Estudiante de Educación Superior lo define como actividades que

desarrollarán los futuros profesionales universitarios “en beneficio de la

comunidad, para cooperar con su participación al cumplimiento de los

fines del bienestar social, de acuerdo con lo establecido en la Constitución

de la República Bolivariana de Venezuela” (p. 1).

Además de las bondades de la investigación militante y sus

desafíos, considero primordial señalar que, siendo una actividad de

indagación que involucra personas, han de considerarse algunos

aspectos éticos, tales como el consentimiento informado de los

participantes, quienes tienen el derecho de saber qué tipo de

investigación se va a realizar con ellos, así como las posibles

consecuencias de dicho estudio.

También debe asegurarse la protección de la identidad de los

participantes en la investigación, para evitar daños a las personas debido

a la divulgación de información confidencial o embarazosa. Además,

deben tomarse precauciones sobre si se ha de revelar o no la intención

de realizar una investigación, para garantizar una colaboración sincera y

voluntaria de los participantes. Ya que la investigación militante procura la

transformación de la realidad desde la perspectiva de los involucrados,

podría asumirse que los participantes saben qué se investiga, cómo, para

qué y por qué, pues ellos, junto con los investigadores, construyen

conocimientos colaborativa y protagónicamente.

Referencias Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela (2005). Ley

de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior. Caracas: Gaceta Oficial N° 38.272 del 14-09-05.



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LA EVOLUCION DE LA MILITANTANCIA EN LA EDUCACION MATEMÁTICA

Dr. César M. García R

Introducción

Las ideas, más que lo ideológico, la curiosidad, el tesón y la

preocupación de los investigadores por lograr nuevos descubrimientos

llevan al hombre a producir nuevos constructos, por lo que lo

gnoseológico es su camino y la dimensión ontológica es su campo de

acción. En ese sentido, se afirma que lo ideológico tiene su propio

contenido, sus propias leyes de comportamiento, desarrollo y generación

de conocimientos. En consecuencias, la riqueza o pobreza de una

sociedad de científicos no depende de la riqueza o pobreza económica

sino de lo espiritual, de sus conocimientos y de su constancia.

Lo anterior trae a colación que significar la importancia de una

investigación es resaltar lo relevante investigado en beneficio de la

sociedad o en particular de la comunidad a la cual se debe. En este

sentido la propuesta de investigación militante. La cual según Pudual

(2011) atraviesa por fases en su evolución las cuales asumí para hacer

una semejanza con la educación matemática, considerando militantes

aquellas personas (docentes y discentes) responsables de su avance

como disciplina. De aquí que el artículo presenta la evolución de la

militancia en Educación Matemática.

Nociones de Militancia

Según Fals Borda(1975), vivir, no se hace sólo como hombre sino

como individuos preparados para los estudios y la crítica de la sociedad

que nos rodea y el mundo circundante, para lo cual las herramientas de

trabajo son los enfoques, las teorías, las metodologías y las técnicas con



las que generaciones de investigadores han intentado interpretar la

realidad en las diferentes épocas, llegando, en muchos casos, a no

desconocer el impacto social, político y económico que sus trabajos

producen en los diferentes estratos de la comunidad.

Así se tiene, que la evolución de la militancia es de vieja data,

pero sí limitamos tal evolución al área de la Educación Matemática,

coincidimos por lo señalado por González (2014), al afirmar, que ésta

comienza en el año 1961 con la celebración de la Primera Conferencia

Interamericana de Educación Matemática, a la que asistieron los

siguientes militantes activos: Jesús Salvador G; el matemático argentino

Manual Balanzat, quien trabajó desde 1961 hasta 1962 como profesor de

Análisis Matemático y Análisis Funcional, asignaturas dictadas por

primera vez en la Universidad Central de Venezuela.

Desde entonces, los diferentes eventos han servido como caldo de

cultivo para la evolución de la militancia, especialmente a partir del

momento en que nuestro país se vio involucrado en el proceso de reforma

de la enseñanza de la matemática forzada por el influjo de la revolución

matemática del momento.

Es así, como la evolución de la militancia, particularmente, en la

segunda mitad el siglo pasado, y lo que va del siglo XXI, en el que el

protagonista es el profesor de matemática, también incluye como militante

a los discentes que en su momento estudian matemática. Siendo que, la

investigación militante abarca todos los grupos: de derecha, de izquierda,

religiosos, humanistas, sociales. La única condición estriba en que se es

militante en educación matemática, si la militancia está en función de ser

docente o estudiante.



Evolución de la Militancia en Matemática

Según Pudal (2011), en este caso, quien escribe como

investigador, que es la vez militante, como docente de matemática, se

involucra ya que el análisis del tema emerge de su mundo real, hábitat del

militante y de la disciplina, cuna de formación del militante. Por lo tanto,

en el marco de las configuraciones definidas por el autor citado, se

describe la evolución de la educación matemática adaptándola, así se

tiene que en lugar de configuración se aplica la expresión fase.

Fase de Concreción.

Esta fase se centra en el activista docente revolucionario por

convicción en el campo de la matemática, y en su biografía adherida ésta

a la historia de la comunidad científica universitaria generadora de

conocimiento y movida por el deseo de contrarrestar la imposición de un

modelo denominado movimiento de la matemática moderna.

Fase Cromática del Militante Retribuido.

Al principio de este período, y casi simultáneamente con la

imposición del modelo matemático, antes citado, e importado desde el

Imperio por el gobierno de turno, surgen los malestares, las

preocupaciones y emergen las protestas silenciosas en las diferentes

universidades del país donde se aplicó por primera vez dicho modelo

matemático. Lo que trajo como consecuencia desinterés del militante

docente y deserción por parte del militante discente, arrastrando ambos,

un cuestionamiento continúo durante una década y cuya producción de

nuevos profesionales en cualquiera de las carreras universitaria en el

campo de la Ingeniería era precaria.

Un hecho importante, lo tenemos a partir del reparo que se le hace al

modelo en cuestión al presumir desinterés del militante marcada durante

la primera década de su aplicación y que Pudal (ob. Cit: 2), le denomina



“retribuido” con el significado de “palabra capaz de disipar el idealismo de

los estudios de la primera (década) a un utilitarismo débil”.

Por supuesto, que el desinterés militante docente siempre está

presente en el desenvolvimiento de su trabajo a causa de los pocos

incentivos académicos, entre otros. Pero en el caso de los militantes

estudiantes es aún más agudo el desinterés por los estudios del área de

Matemática. Ocurre lo contrario de los que sostiene Pudal (ob. cit), al

afirmar, que el “desinterés militante” es común en la ciencia política, que

en sociología y la historia, puesto que el militante abandona

progresivamente el “mito” de la llamada clase obrera en beneficio de los

estudios universitarios.

Esta fase se denomina cromática porque los militantes, en todo

caso, los docentes y discentes y los profesores de la educación

matemática, sin tomar en cuenta su posición política. Por otro lado, el

imaginario militante, del cual habla Pudal (ob. cit) se refiere, en este caso,

única y exclusivamente a los militantes discentes, dada la importancia de

la existencia de los campus universitario, condicionados por la premisa

“sin estudiantes no hay universidad.”

Fase de captación de la militancia activa.

Se refiere al proceso de inscripción de los nuevos militantes

estudiantes en carreras universitarias en el área que contienen

asignaturas en la que en algún momento se dictan a distancia. Por otro

lado, es el reclutamiento de los militantes docentes para que se casen y

se comprometan con la revolución de la Educación Matemática.



Fase de la evolución de la militancia.

La fase de la evolución de la militancia en la educación matemática

presenta algunas características, que conjuga las fases anteriores:

- Son numerosos los trabajos que dan fe del gran esfuerzo

realizados por los militantes investigadores a los largo de la segunda

mitad del siglo XX, y lo que va del siglo XXI.

-Capta la militancia que culmina sus estudios en matemática con

méritos académicos

-Amplía la matrícula de los militantes estudiantes y define el límite

permitido por el presupuesto universitario asignado por el gobierno

-Actualmente el militante discente en educación matemática es

considerado como objeto de estudio en trabajos de investigación

-Se crean comunidades científicas que avalan a la educación

matemática como una disciplina.

Las investigaciones realizadas en educación matemática y

presentada mediante ensayos, trabajos de grados, tesis doctorales,

seminarios, charlas, jornadas, dan cuenta de la historia social cromática

de los militantes marcando explícitamente a los diferentes grupos

militantes comprometidos con el movimiento revolucionario en educación

matemática.

Finalmente, como sostiene Pudal (ob. cit), existe una historia

edificante que describe los diferentes acontecimientos investigativos con

participación de los militantes activos y retraídos durante la revolución

matemática en el seno de la Educación Matemática.

La evolución de la educación matemática según González (2014), es

uno de los indicadores que se tienen en cuenta para apreciar el grado de

avance hacia la consolidación como campo disciplinario de pleno



derecho, de un determinado ámbito de producción de conocimientos y

saberes. Es que la comunidad de personas que asumen como su asunto

primordial de interés indagatorio a los procesos y productos que tienen

lugar en dicho ámbito, cuenten con un espacio de formación avanzada y

continúa, que se aboque específicamente a los asuntos ubicables en el

mencionado ámbito.

Esto en el caso de la educación matemática puede ser apreciado en

1974 cuando en el Instituto Pedagógico de Caracas se funda el primer

´postgrado en Enseñanza de la Matemática de América latina, y 2012,

cuando el Consejo Nacional de Universidades autoriza el funcionamiento

del Doctorado en Educación Matemática de la UPEL, primero en su tipo

en Venezuela.

Reflexiones Finales

Es imposible, en cualquier trabajo de investigación evitar el

mimetismo-intelectual puesto que es siempre necesario, referir lo presente

al pasado. Esto es, todo lo que se diga en un trabajo de investigación

debe estar fundamentado por lo dicho por otros autores sobre el mismo

tópico. Fue esta la idea que permitió realizar el ensayo acerca de la

evolución de la militancia en educación matemática en el período 1961-

2012.

Se inició con el señalamiento de la celebración de la Primera

Conferencia Interamericana de Educación Matemática cerrando el ciclo

en diciembre de 2012 cuando se aprobó la creación del Doctorado en

Educación Matemática en la UPEL-Maracay.

Para ello, se considera por igual al militante docente y al militante

discente, quienes se captan: los primeros por concurso, contratación y

generación de relevo; los discentes por inscripción en las diferentes



universidades que realizan estudios en matemática. Siendo estos últimos,

considerados en las diferentes investigaciones en Educación Matemática

como objeto de estudio.

Referencias Fals Borda, O. (1976), Por la Praxis: El Problema de como Investigar

la Realidad para Transformarla. 36ª ed. Diciembre, España. González, G. (2014), Notas acerca del Doctorado en Educación

Matemática. Núcleo de Investigación en Educación Matemática “Dr Emilio Medina” (NIEM).Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Núcleo Maracay).

Pudal, B. (2011). Los enfoques teóricos y metodológicos de la militancia. Revista de Sociología, Nª 25 pp. 17-35.



INVESTIGACION MILITANTE: TENDENCIAS Y PRÁCTICA

EN EL ÁMBITO DE SALUD.

Dra. Rosana Silva

Introducción

El presente ensayo tiene como finalidad disertar respecto a algunos

aspectos que caracterizan y dieron origen a lo hoy denominado

Investigación Militante; su relación con el paradigma socio crítico y la

investigación acción participación, así como las nuevas visiones en

materia de investigación social. Se destacan en el desarrollo del mismo

algunos antecedentes históricos y epistemológicos que designan su

aparición, la definición y descripción de algunos de sus aspectos

puntuales y, finalmente su relación y uso en el ámbito de salud

comunitaria.

Premio a la Investigación Militante

Antes de hablar de la investigación militante se hace necesario abordar

elementos teóricos que le dan sustento ontoepistémico, como la teoría

social de Marx, quien nacido en una familia judía y convertido al

cristianismo para evitar la discriminación en la Europa del siglo XIX, tomó

conciencia a temprana edad de las tensiones entre grupos sociales

propias de la época.

Se enfrentó a las miserias y privaciones de los trabajadores industriales

que vivían en las ciudades en expansión, y pudo constatar este

tratamiento inhumano de aquellos que eran dueños de la nueva

tecnología y de las fábricas, situación está que lo llevo a deplorar el

capitalismo como forma de explotación del hombre por el hombre. Esta

vivencia lo condujo más adelante a generar la teoría social denominada

Materialismo Histórico. Al respecto, Campbell (1999) destaca:

La particular versión de Marx del positivismo se ha denominado “Materialismo Histórico”. Es histórico en tanto en cuanto las



generalizaciones científicas que intenta establecer tratan del curso de la historia humana. Cree que la historia es un proceso de evolución a través del cual las sociedades pasan por varias etapas, destruyendo cada etapa a la anterior, pero constituyéndose sobre ella (p. 142).

Desde esta perspectiva, los movimientos sociales a través de la historia

luchan por generar transformaciones que respondan a las necesidades de

la población, para ello el conflicto generado entre la realidad y lo deseado

conlleva a romper esquemas, estructuras y patrones sociales para

generar nuevos que los sustituyan. El mismo autor señala que según la

concepción de Marx:

La historia debe considerarse como un proceso en el que el vacío que existe entre el mundo externo y el espíritu que lo experimenta, que implica la “alienación” del sujeto que lo recibe en la realidad externa, se supera por los intentos con éxito que se hacen progresivamente para comprender y, por lo tanto, cambiar el mundo a través del ejercicio de la razón (p143).

A la luz de estos planteamientos, Marx hace de la historia un proceso

dialéctico en el cual las contradicciones reales, propias del conflicto social,

deben delinearse a partir delas circunstancias materiales de cada etapa

del desarrollo social en su contexto particular.

La esencia del enfoque Marx se centra en la pretensión de que la

naturaleza de cualquier sociedad y su forma de desarrollo derivan del

modo en que se obtienen los bienes materiales a través del trabajo

(alimento, vivienda, educación, vestido, entre otros). Para Marx, la

producción de medios para mantener la vida es la base de toda estructura

social, del conflicto social y del cambio, de revolución.

Término que será objeto de la auscultación crítica y permanente en

diversos escenarios sociales y por diversas disciplinas, para llevar a

transformaciones que se inician en el pensamiento, en la manera de ver el

mundo, la vida y la sociedad, para luego cristalizarse en realidades que



deberían encaminarse al desarrollo, al progreso y el bienestar de las

personas.

La Investigación Militante

Este tipo de investigación tiene sus orígenes a mediados de los años

70, cuando se cuestionan los aspectos teóricos y metodológicos que

guían la investigación, surgiendo estudiosos de la problemática social y,

especialmente latinoamericana, comprometidos con el estudio de las

causas populares. Uno de ellos es el Colombiano Fals Borda, quien inicia

un proceso de crítica a los métodos tradicionales empleados en la

investigación social ligados a las perspectivas paradigmáticas positivistas

dominantes en la época. Sobre esto, Rojas (1999:67) señala que:

El grupo de trabajo de Fals Borda busca la unidad entre la reflexión y la práctica sociopolítica a fin de que el método de Investigación militante (investigación acción) se fundamente teórica e históricamente. Se trata, en síntesis, de que las ciencias sociales ya no sirvan en América latina a los intereses imperialistas y oligárquicos, sino que se conviertan en ciencias que analicen la problemática latinoamericana desde una perspectiva distinta, a fin de generar un conocimiento crítico que permita la concientización de los individuos sobre su realidad histórica.

Partiendo de estas premisas, la investigación y el investigador, deben

acercarse e insertarse en el escenario donde ocurren los fenómenos

sociales y relacionarse con los sujetos o grupos con un enfoque dialógico,

crítico, integrador y transformador, donde como investigadores

interactuamos con la realidad, fomentando la acción y participación de los

grupos en pro de las transformaciones que requieren para garantizar su

desarrollo. Bajo esta mirada, Rojas (ob.cit) destaca:

El método de investigación militante tiene como premisa fundamental la exigencia teórico-histórica de que el investigador se incorpore activamente a la realidad social que estudia a fin de poder conocer las diversas contradicciones y elementos esenciales, cómo



han surgido, cuáles son sus manifestaciones principales, cuál es la tendencia de su desarrollo futuro (p. 67).

Ante esta realidad, el término militancia pierde el sentido

estrictamente político que quizás se asoma ineludiblemente en nuestra

mente y se asocia a movimientos sociales que luchan por defender una

causa, un pensamiento, una ideología, una forma de vida, una cultura. En

este sentido, el investigador pone su conocimiento al servicio del interés

popular e indaga sobre lo que cree, participa en las áreas de interés

donde se siente parte, en una co-labor con los sujetos que pertenecen al

contexto.

Esta investigación comprometida, desde lo colectivo, desde el

dialogo, utiliza el método de Investigación acción participación para

diagnosticar con la gente las realidades sociales y con ellos plantear

alternativas viables de transformación que propicien el desarrollo y el

bienestar colectivo. Al respecto, Pudal (2011) refiere.

De ahora en adelante, el conjunto de nuevas luchas pasa a ser objeto de estudios, de tesis, y de informes de investigación…las luchas humanitarias;…las luchas en torno a problemas específicos (el SIDA, las cuestiones homosexuales, la prostitución, la homofobia). (p.26)

De esta manera, se amplía el interés del investigador por nuevas

reivindicaciones sociales en razón de los nuevos tiempos y de las

transformaciones que subyacen en los aspectos ontoepistemológicos y

metodológicos de las diversas disciplinas, en especial aquellas cuyo razón

de ser es el bienestar biopsicosocial de las personas.

Investigación Militante Participativa y Salud

Al hablar de la investigación militante, Botero (2012) afirma que ésta

“se encuentra atravesada por la construcción de memorias y narrativas

colectivas en contextos próximos a quienes se articulan a la práctica de



reflexión-participación-creación-acción” (p. 36). Considerando esto, las

disciplinas relativas a la salud y, en especial las dirigidas al cuidado en el

ámbito comunitario, se enfrentan a nuevos compromisos, rompiendo

viejos esquemas que ya no dan respuestas a las demandas sociales para

dar paso a modelos holísticos, humanísticos, donde la pluralidad, la

multirreferencialidad y la complejidad se manifiestan de manera irrefutable

En este sentido, la investigación en materia de salud comunitaria o

preventiva, requiere que el investigador de salud (médico, enfermera,

odontólogo, psicólogo, entre otros) se inserte en el escenario social del

sujeto objeto de cuidado y, a partir de la valoración y diagnóstico en el

terreno, con la gente que vive la problemática que afecta o pone en riesgo

su salud, se propongan estrategias y acciones concretas que finalmente

conlleven a las transformaciones a que haya lugar para el desarrollo de la

vida plena.

De allí, que la investigación-acción- participación como fundamento

teórico y como metodología permite obtener conocimientos colectivos

para transformar una determinada realidad social, siendo indispensable la

participación voluntaria y comprometida de los que experimentan el

fenómeno como una totalidad.

A la luz de ello, las políticas de salud del siglo XXI apuntan a promover

hábitos saludables, a la participación activa de la población en las

situaciones que atentan contra su bienestar, al empoderamiento de las

redes sociales para lograr una asistencia con calidad y calidez acorde a

sus necesidades, valores y cultura.

Así como también promueve la formación de profesionales que

puedan atender las necesidades de las comunidades desarrollando

programas de salud preventiva que permitan el logro de la calidad de vida

y salud con un enfoque de género, etnia y ecológico que respete los

valores y cultura de las personas, familias y grupos. Cabe destacar aquí lo



señalado por Urbaneja en el I Congreso Venezolano de Salud Pública

(1995)

La acción comunitaria en salud debe plantearse como prioridad, la necesidad de impactar sobre las desigualdades e inequidades en condiciones de vida y salud, desarrollando un proceso de cambio de las concepciones y prácticas sanitarias para la toma de decisiones en la formulación de políticas, planes y programas para dar respuesta a esta situación (p. 84).

Estas decisiones son fundamentales para direccionar acciones que

conduzcan a fortalecer las redes ambulatorias y hospitalarias con una

visión de integralidad, globalizante del proceso salud-enfermedad como

un hecho multifactorial y multicontextual, a fin de organizar estas

respuestas considerando las necesidades y saberes colectivos y la

participación de la gente en la transformación de su realidad y en la

construcción de valores en materia de salud.

A manera de cierre

La Investigación Militante, aunque pareciera un término nuevo, es

un modo de ver la producción de conocimiento científico en el ámbito

social que viene gestándose desde los años 70 y que guarda una

estrecha relación con la ruptura paradigmática que sufre la ciencia para

dicho periodo epocal. Emerge de la necesidad de romper con viejos

esquemas alejados de las necesidades sociales y de la gente, para

asumir el reto como investigadores de insertarnos en la realidad social y

valorar los diversos movimientos que en esta se producen como una

forma de militancia que busca la esencia ontoepistémica del fenómeno

vivido

Desde el punto de vista metodológico, la investigación militante es

considera para algunos autores sinónimo de investigación acción

participativa, y asume dicho método en el desarrollo de estudios en el

escenario social. En este sentido, permite obtener conocimientos



colectivos para transformar una determinada realidad social, siendo

indispensable la participación voluntaria y comprometida de los que

experimentan el fenómeno como una totalidad.

Por otra parte, este tipo de investigación se asocia fácilmente con el

estudio de las realidades en materia de salud, que hoy por hoy, tras los

cambios de un modelo biomédico a uno integral (holístico) y las

tendencias internacionales que promueven el empoderamiento social y la

valoración de las necesidades de salud en su contexto, direccionan tanto

la formación del recurso humano en salud como la política sanitaria a nivel

nacional e internacional.

En este sentido, la investigación con la gente y para la gente tiene

un espacio privilegiado que apenas empieza a explorarse con mayor

profundidad, lo que genera la incorporación de docentes, investigadores y

diversos profesionales en estos escenarios para contribuir en el camino

de la transformación social en el saber y en el hacer.

Referencias

Botero, P (2012). Investigación y acción colectiva: una experiencia de Investigación Militante. Revista Utopía Y Praxis Latinoamericana. Vol 17.num 57. Universidad del Zulia. Venezuela.

Campbell, T (1999). Siete teorías de la sociedad. Cátedra teorema. 5ta edición. Madrid

Pudal, B (2011). Los enfoques teóricos y metodológicos de la militancia Revista de Sociología, núm. 25

Rojas, R (1999). Teoría e Investigación Militante. Ediciones plaza y Valdez. México

Zárraga, P (1995). Memorias del I Congreso venezolano de salud Comunitaria. . Biblioteca de Salud Pública y Comunitaria. Universidad Yacambú. Barquisimeto. Venezuela.



LA INVESTIGACIÓN MILITANTE VS SALUD. UN SIGNIFICADO SOCIO-TRANSFORMADOR

Dra. Marioxy Morales

Introducción

La Investigación Militante también llamada por Benasayag (2000)

como Investigación Acción Participación articula la investigación y la

intervención social con los conocimientos, el hacer y las necesidades de

las comunidades locales; dándole prioridad a los saberes prácticos

fundamentados en teorías. Los saberes en la investigación militante parte

del diálogo interpersonal y de un procedimiento que va de los elementos

concretos a la totalidad abstracta y luego nuevamente a lo concreto para

generar acción; basado en el paradigma de la objetividad dando paso a la

reflexividad y a la dialogicidad.

En la investigación acción participación, la acción es un proceso que

contribuye a la transformación de la realidad, por ende debe ser colectiva

para garantizarse una nueva realidad. De este modo, la praxis social

transformadora es al mismo tiempo objeto de estudio y resultado de la

investigación acción participación.

Umbrales de la Investigación Militante

La investigación militante, es una perspectiva científica e ideológica

que representa una propuesta metodológica para el cambio social; que

promueve, apoya y facilita los procesos de transformación en las

estructuras sociales. Fals Borda (1957: XI) destaca que el método

científico es una actitud mental, que resulta:

…indispensable para poder sentar aquellas bases firmes que permitan simultáneamente, en lo posible, construir una teoría social a salvo de resquebrajaduras y conducir trabajos empíricos que no malgasten, por desorientación teórica o por



falta de hipótesis de trabajo, los recursos investigativos disponibles.

Por lo antes señalado, está fundamentada en cimientos

epistemológicos y metodológicos importantes a resaltar, ya que

aproximan al investigador al contexto social y a las diferentes maneras de

vincularse con el conocimiento. Entre los principios epistemológicos se

distinguen:

1. Parte de la realidad y la interpreta como una totalidad. Cada

situación social es asumida como componente del todo. Por esto para

investigar y actuar en una realidad el proceso del pensamiento discurre de

lo abstracto a lo concreto; más, sin embargo se contrapone a la reducción

del mundo real a una sola dimensión; ya que considera lo vivencial,

interdisciplinario y dialógico.

2. Se destaca la dimensión histórica de las organizaciones,

estructuras, procesos y sujetos; re contextualizando a las culturas

populares, para fortalecer su identidad y sentido de pertenencia, es decir,

conocer su propia realidad, participar de la producción del conocimiento y

tomar postura al respecto, para crear y fomentar una conciencia histórica

colectiva. Aunado a esto, la relación investigativa es sujeto-sujeto. Esta

horizontalidad de la relación persona a persona genera la dialogicidad;

recuperando lo humano en las personas y su capacidad de tener una

nueva mirada. Se pretende no sólo transformar a los seres humanos sino

a la realidad.

3. Debe existir una concatenación evidente, tangible, reflexionada y

crítica entre la teoría y la práctica; para evitar lo señalado por Freire

(1996) “la teoría, separada de la práctica, se transforma en simple

verbalismo, y la práctica separada de la teoría, no es más que activismo

ciego”. En la investigación militante la práctica, es la acción hacia la

transformación a través de la participación popular. Para lograr unir el



conocimiento científico y el saber popular, en un tercer conocimiento

crítico, nuevo y transformador ya que la ciencia popular es una ciencia

comprometida con la causa popular y que parte de la lógica del pueblo.

Por lo antes mencionado, para la interpretación metodológica es

necesaria la participación popular. La comunidad muestra su realidad

sentida la cual es preponderante sobre la percibida, por esto, la

comunidad tiene que estar presente durante los procesos de

investigación−educación−acción. Los pre señalados procesos no pueden

ser considerados independientemente, es necesaria su imbricación

porque representan la compleja realidad social. Se exige la participación

de todos primordialmente para la toma de decisiones, porque el beneficio

de la investigación se transfiere a la comunidad.

Es también esencial la vinculación, la relación, el compromiso del

investigador, con la comunidad, sus problemas, intereses ideológicos y/o

políticos para entender e interpretar sus inquietudes, o sea, vivir con el

pueblo. Se trata de construir un tipo de lógica y de pensamiento diferente,

para que, con todo el rigor de la ciencia, sea capaz de pensarse desde el

punto de vista de las clases populares. Tal como lo sugiere el Plan de la

Patria 2013-2019 en Venezuela, el cual es un proyecto político y sobre

todo una acción o práctica concreta vinculada a movimientos y grupos

populares.

Mirada desde la Salud y las Ciencias Médicas

La investigación militante implica, desprenderse del discurso y ser

protagonista, no solo en la teoría, sino también en la práctica. Partiendo

de esto entonces me pregunto ¿Qué salud necesita la población? ¿La

qué se aprende en las Universidades o la que vive la comunidad?

Primeramente es necesario destacar que en Venezuela existen un

conjunto de políticas sociales y educativas que permiten vincular la



investigación-educación-acción; representadas como eje transversal en

las distintas carreras universitarias y a lo largo de estas.

De ahí que es menester referir lo planteado por Freire (1996), “No

hay enseñanza sin investigación, ni investigación sin enseñanza”. Por

esto resulta complicado trabajar desde el escritorio, desde lo institucional,

sin el hacer. El hacer y el convivir motiva a seguir y a repensar las

prácticas que se utilizan en la práctica médico-comunitaria, la que se tiene

y las que nos gustaría tener.

Por lo antes mencionado Rebellato (1989) destaca que “los sectores

populares suponen una nueva identificación, reformular la propia

identidad operando una transformación de sí mismo. La lectura y

transformación de la realidad, hecha ahora junto a los sectores populares,

lleva consigo una ruptura epistemológica y analítica (…). Por lo tanto

requiere que el profesional encuentre un espacio colectivo en el que

pueda analizar y reflexionar estas prácticas conflictivas”

La práctica médico-comunitaria, muy poco impacta en las

comunidades porque a pesar de que la universidad la apalanca desde la

extensión universitaria, es netamente asistencialista nada preventiva,

ociosa en su contenido crítico, con un muy débil afán de brindar salud,

sólo aporta algunas prestaciones, en el mejor de los casos, bien hechas.

Esto ocurre porque a pesar de que está escrito en el currículo, no hay

tiempo de reflexionar acerca de las prácticas, de los modos de abordar los

determinantes sociales en conjunto y de cada comunidad en su contexto,

de sentir junto al vecino o vecina el problema. No hay tiempo de pensar

en causas sociales de la enfermedad, de variables económicas, políticas,

migratorias o de clase.

Lo hegemónico e invasivo de la teoría y la práctica que exige el perfil

de formación de los profesionales de las ciencias relacionadas al área de



la salud, sobre todo los médicos, subyugan al sujeto al bagaje de saberes

que trae, a sus creencias, a su espíritu; obviando la opinión del otro, para

un dialogo en igualdad de condiciones. La salud-enfermedad-atención-

cuidados, son procesos que se diagnostican, encuestan y se destacan en

función a las incidencias, pero desde lo colectivo, analizando las

características de la población.

Las ciencias de la salud, los médicos, las enfermeras en esta época

deben inclinarse a repensar su técnica, su ética, su moral. A despojarse

de lo biologicista puro y extremo; dejar de asumir que la tecnología puede

sola contra la enfermedad. Por esto la medicina debe ser comunitaria –

social, así como lo plantea el quinto objetivo histórico del Plan de la Patria

2013-2019.

Es necesario repensar crítica y objetivamente la formación del

médico, de los distintos contextos donde se insertará y ejercerá, de

manera de mejorar la calidad de vida de todos en el país. Es menester

humanizar las áreas de la salud, dar participación a la comunidad como

protagonista de su proceso de salud y de su derecho a la salud. Que se

piense como un actor más, dentro del entramado de la atención primaria,

y no como un protagonista exclusivo y excluyente. Conformar equipos

genuinos que no sientan que la asistencia preventiva es un hecho

estadístico, cuantitativo, sino lo primordial.

En la investigación militante vinculada con el área de la salud, el

método que debe prevalecer tal como lo destaca Quintana (1988:351) es

su método integrativo. Así también lo presenta Ander-Egg. (1986:35)

llamándola Sociología de la Liberación; y consta de las siguientes fases:

1. Reconocimiento de un problema

2. Demanda de ayuda por parte de una comunidad, de un grupo o

de un individuo. No existe intervención sin la participación de los

interesados.



3. Primer diagnóstico de la situación

4. Definir los objetivos de la intervención

5. Negociar un contrato entre los intervinientes, aquellos que toman

parte en el asunto, sean profesionales o aquella otra categoría que

conocemos como usuarios y que el preferimos llamar participantes

6. Desarrollar la intervención

7. Movilizar los recursos

8. Evaluar

9. Conclusión de la intervención por acuerdo mutuo entre todas las

partes

A Manera de Conclusión

La investigación militante es un viaje abierto, que se sabe de dónde

se parte pero no donde finaliza, el sendero a seguir se asume sobre la

marcha de la investigación.

La investigación militante también considerada como una

investigación acción participación reconoce la ruptura con la relación

sujeto (investigador) —objeto (investigado) y reconoce la relación sujeto-

sujeto produciendo un proceso de coinvestigación, en el que distintos

sujetos, con saberes diversos, se relacionan según criterios éticos. Por su

parte, los sujetos exteriores a la comunidad o realidad social que se

investiga deben funcionar como dinamizadores, pero nunca

determinantes.

Desde este punto de vista, es una opción con muchas

potencialidades en el área de la investigación en salud para poder dar

respuesta a las comunidades y pensar en otro tipo de salud donde

realmente se evidencie lo preventivo y no lo curativo, donde se engranen

socialmente la teoría con la práctica.



Referencias Alvarado P. Luis E. (2008). Estudios Pedagógicos XXXIV, N° 1: 157-172.

Ensayos Investigación Colectiva: Aproximaciones Teórico-Metodológicas. Collective Research in the Teacher Formation http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-07052008000100009

Benasayag, M y Sztulwark, D. (2000). Política y situación. De la potencia al contrapoder, Ediciones De mano en mano, Buenos Aires. Fals Borda, O. (1957). El hombre y la tierra en Boyacá. Bogotá, ediciones documentos colombianos. Fals Borda y Villasante, P (1993). Investigación-Acción-Participativa, Documentación Social, 92, Madrid. Freire, P. (1996). Pedagogía de la autonomía. Editorial Paz e Terra SA. Traducción al español, Sao Paulo 2004. Galeano, E. (1998). Patas arriba, la escuela del mundo al revés. Editorial Siglo XXI. Quintana, J.M. (1988): Pedagogía Social. Madrid, Dykinson. Rebellato, J.L. (1989). Intelectual radical. Editores: extensión UDELAR, Nordan comunidad, EPPAL. Montevideo. Pág. 52.

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INVESTIGACIÓN MILITANTE. UNA SENDA POR TRANSITAR EN

ENFERMERIA

Dra. Betty Ruiz

Introducción

Discurrir acerca de la investigación militante, exigió de mí un gran

esfuerzo, ya que las lecturas realizadas previamente indujeron a la

orientación pertinente del tema, pero mi emocionalidad se interpuso en su

asunción; porque creo en la transformación del hombre, de la comunidad,

de los saberes que emancipan. Así como en la igualdad de los derechos

que fortalecen la dignidad y en especial la justicia que coadyuva a la

superación de los que se consideran subordinados, dominados. No

obstante, en dicha revisión documental, identifiqué un sesgo ideológico

que tiene inmersa una concepción y asunción del poder por parte de

quienes pretenden transformar.

Desde esta perspectiva, es relevante reconocer la investigación

militante como una vía diferente de las otras maneras de explorar el

conocimiento; inclusive diferenciándola de la investigación acción, aún

cuando en su andar se apoya en esta alternativa. Es desde el

compromiso del militante que podrán alcanzarse las transformaciones del

colectivo, la estimulación de sus motivaciones particulares en pos de la

construcción en colectivo y el surgimiento en consecuencia del liderazgo

que guie el cambio social tan anhelado.

Desde lo descrito, este papel exigió una hermeneusis profunda la

cual se concibió desde tres aspectos que denominé: La Investigación

Universitaria y los Saberes Populares una Vinculación Transformadora;

La Transformación Social a Plenitud, una Utopía y La Investigación

Militante en Enfermería; de allí se derivaron algunas ideas conclusivas y

por consiguiente se incluyeron las referencias bibliográficas de rigor.

La Investigación Universitaria y los Saberes Populares. Una

Vinculación Transformadora

Sumergirse en la investigación militante, exige para su desarrollo la

vinculación de la investigación universitaria con los saberes populares de

tal forma que surja una sinergia que permita la declaración de los asuntos

que preocupan al colectivo donde se pretende investigar. De allí que,

considero apropiado reflexionar sobre “la mezcla del pensamiento erudito

y pensamiento experimental es uno de los mayores obstáculos para el



espíritu científico. No se puede completar una experiencia que no se ha

recomenzado por sí mismo en toda su integridad” (Bachelard, 2004:157).

Además, “el primer síntoma de la certeza científica, es que puede

ser revivida tanto en su análisis como en su síntesis” (Bachelard ob cit:

157). Hecho que, revela el significado de volver a las comunidades desde

las instituciones universitarias como bastiones para acompañar la

transformación del colectivo. Desde esta perspectiva, surge un ejercicio

rizomático que permite al investigador sentir con el cerebro y pensar con

el sentimiento, sólo así puede comprender la realidad de su entorno

desde el diálogo real donde la investigación sin objeto, atraiga al

militante (investigador) para pertenecer al mismo conjunto en una diáfana

maniobra de apertura, de inmanencia.

Por consiguiente, la actitud mental es relevante cuando existe un

compromiso social desde el hacer científico para alcanzar la

transformación. Desde la rigurosidad y responsabilidad de ese hacer,

puede exhibirse la orientación de los derroteros requeridos para una

transformación inminente y necesaria del país (Vanegas, 2008),

observando una profunda coherencia entre la reflexión científica y el

hacer de la realidad, lo esencial.

Ahora bien, durante la heurística de los documentos que versan

sobre investigación militante, no puedo pasar desapercibida la distinción

entre la investigación acción y la investigación enunciada, “ que es aquella

realizada por cuadros científicos dentro de marcos partidista y sujetos a

las pautas y necesidades de su respectiva organización” (Fals, 1978: 28 ).

Cuestión que en pleno siglo XXI deja al descubierto que los cambios en

Latinoamérica, aun cuando aparentemente están signados por la buena

intención, no se logran todavía.

Quizás, continúe vigente la contradicción entre la teoría, el

conocimiento y la participación en transformaciones radicales del orden

social. Habida cuenta que, la existencia de un abismo entre la

investigación universitaria y tal vez la subestimación de la intelectualidad

con relación a los saberes populares podría haber soslayado la

posibilidad de estimular la transformación en Venezuela a través de la

investigación-acción.

Emerge entonces, la posibilidad de la participación de los líderes de

las regiones más deprimidas en un esfuerzo mancomunado, donde los

militantes conozcan la importancia de sí, pertenezcan al contexto,

capaces de transformar su visión ideológica y política desde un diálogo



verdadero donde el compromiso y el hacer vayan de la mano; ubicados

en la realidad de su presente que los exalte a la intervención real para

una transformación verdadera, de tal forma que la “ recuperación crítica

de la historia se hace con la participación del saber popular en un proceso

de lucha social al que se ha incorporado orgánicamente el intelectual”

(Rojas, 2009: 233). Sólo así, podrían producirse los cambios desde el

sentipensar.

La transformación social a plenitud. Una utopía

Escribir acerca de este aspecto, resulta interesante dada la

confrontación del sueño con la realidad. Podemos, vislumbrar como

podría evolucionar un colectivo desde la intervención de los militantes en

lo que conciben como prioritario, no obstante la realidad denota que los

actores participantes, cada uno de ellos “persigue sus propios intereses,

relacionados con sus propias interpretaciones desde la experiencia social

en su ámbito local o nacional y en el mundo. Es sobre esta base que

establece ciertas alianzas y no otras” (Mato, 2007: 75). A partir de esta

premisa, la confrontación de ese colectivo con su entorno y realidad

social, deviene en algo más profundo, de mayor significación porque:

Una teoría de la sociedad para que la transformación social sea algo más que un sermón dominical ha de apropiarse de toda la fuerza inherente a los momentos de resistencia, de la facticidad, a menos que se conforme con ser un sueño impotente, un sueño cuya impotencia vuelve a redundar en favor del poder de lo existente (Adorno, 2001: 57). Por consiguiente, para que esta transformación social sea plena, ha

de fortalecerse a través del trabajo en equipo de los militantes, donde la

solidaridad sea el punto de encuentro. Así como la cohesión para el

compromiso, le conceda coherencia en la búsqueda de la metamorfosis

que los haga libres. Ahora bien, a través de la militancia, se reconoce lo

social, la cultura de sociedades en las que se requiere impactar en

determinado momento, se exige legitimar ciertas prácticas a través del

poder político que se nutre del discurso que se transforma en un

acontecimiento.

En consecuencia, surge la esencia, se enuncia la realidad, lo cual

permite la identificación de elementos comunes que coadyuvan a recordar

el origen para deconstruir y transformar entonces la sociedad y la vivencia

de formar parte del todo pero también ser el otro, el colonizado, el no



incluido pero con la esperanza de llegar a ser diferente; siendo ello lo que

considero una utopía.

Aun cuando estoy convencida que la realidad transformadora puede y

debe ocurrir, también es cierto que por otro lado se maneja el discurso

político que somete, no obstante promocionarse como un discurso

liberador; sin embargo, al final sólo se cambia de colonizador desde la

compenetración con el otro y el manejo de la emocionalidad del que se

considera colonizado.

La Investigación Militante en Enfermería Es importante destacar en este apartado, que en los documentos

revisados no encontré aspectos significativos que enuncien un trabajo de

enfermería desde la investigación militante. Sin embargo, puedo aseverar

por la experiencia vivida, que los profesionales de enfermería son

colonizados intelectualmente y aun cuando se han llevado a cabo

ingentes esfuerzos por transformar esta realidad, no se alcanza la

superación de este hecho.

A pesar de ello, considero que en la profesión existen una gama de

elementos que le son inherentes para hacer un ejercicio desde esta

modalidad de investigación, tales como: el compromiso, la solidaridad, la

disciplina, el conocimiento puesto al servicio del colectivo, que bien

podrían expresar un punto de partida, ya que no se trata de cambiar de

colonizado a colonizador; sino comprender la realidad del otro, con el otro,

en la búsqueda de la transformación social que en conclusión debe ser el

norte de la investigación militante.

Algunas ideas conclusivas

Una vez desdibujadas las líneas gruesas acerca de la investigación

militante, ahondando en los criterios que esta maneja, creo que puede

lograrse una profunda metamorfosis de la sociedad; siendo necesario

desde mi sentipensamiento una profunda escisión de lo ideológico y de lo

netamente partidista por una verdadera asunción de la persona inmersa en

su contexto, en busca de la resignificación de su existencia que gira en

torno a la descolonización real y no sólo al cambio de colonizador y

manejo del poder. Pues nada resulta más honroso, que colocar al servicio

del colectivo el saber que enriquece en un trabajo mancomunado desde lo

verdaderamente dialógico, desde el compromiso y muy especialmente el

respeto al otro.



Es útil, establecer la diferencia sutil entre la investigación acción y la

investigación militante, en esta última la visión política del investigador

constituye el eje central; sin embargo ello no le desvaloriza la

intencionalidad de su compromiso con la verdadera transformación de la

realidad social objeto de estudio. La militancia, se reconoce en lo social, la

cultura de las sociedades que impactan en determinado momento y que

van a legitimar prácticas tangibles desde el poder político que se nutre del

discurso transformado en un verdadero acontecimiento.

Repensar, desde la academia la transformación desde la certeza de

la compenetración con el otro, con el distinto, conducirá a comprender la

sociedad donde se milite desde la honestidad, el respeto y el deseo real

por esa transformación.

Referencias Adorno, T. (2001). Epistemología y Ciencias Sociales. Madrid:

Ediciones Cátedra ( Grupo Anaya S.A.). Bachelard, G. (2004). La Formación del Espíritu Científico. Vigésima

quinta edición en español. México: Siglo XXi editores S.A. de c.v. Fals, O. (1978). El Problema de Como Investigar la Realidad para

Transformarla: Por la Praxis. 2da. Edición. Bogotá: Ediciones Tercer Mundo.

Mato, D. (2007). Cultura, Comunicación y Transformaciones Sociales en Tiempo de Globalización. Disponible en http://biblioteca virtual.Clacsoorg.ar/ar/libros/campus/mato/intro mato.pdf

Rojas, J. (2009). La Construcción de La IAP: una exploración en la obra del autor. Análisis Político N° 67. Bogotá Septiembre-Diciembre, pags. 224-234

Vanegas, S. (2008). Orlando Fals Borda, el Legado del Hacer Ciencia. Universitas humanística N° 66 Julio/Diciembre. Bogotá

http://biblioteca/



LA DIALECTICA CRÍTICA COMO MIRADA MILITANTE

Dra. Laura Savino Introducción

El acto mismo del conocimiento es la introducción de la

contradicción. Desde este punto de vista, la dialéctica es un método de

razonamiento, de dialogo y discusión, por lo que puede asumirse como

una mirada en consonancia con la investigación militante. De ahí que, el

ensayo aborda algunas argumentaciones acerca de la dialéctica crítica

como mirada militante

En términos metodológicos, es producto de un estudio documental

que para lograr su propósito responde las siguientes interrogantes: ¿Qué

es una investigación militante? ¿Interviene la dialéctica crítica en la

investigación militante? ¿Cuál es el lenguaje de la investigación militante?

¿Qué tópicos aborda la investigación militante en el campo del Derecho?

Investigación Militante

La investigación militante fue impulsada por intelectuales

venezolanos y brasileños como Miguel Darcy y Rosiska Darcy, sin

embargo su originen se encuentra a partir de los planteamientos de

Paulo Freire y Joa Bosco Pinto desde el punto de vista de la Educación

Popular. Paralelamente nace la Investigación Acción Participante con

Orlando Fals Borda y se vincula la reflexión de la descolonización del

conocimiento aportando al campo de la investigación militante, la

necesidad de pensar desde el lugar de afirmación de las comunidades.

La investigación militante está ligada a las preocupaciones y

experiencias cotidianas del investigador que se involucra con la realidad

a intervenir. El militante investigador es un personaje que se hace

interrogaciones de sentidos ideológicos que responden a su visión del

mundo En el desarrollo de la investigación militante cada participante



enfrenta su realidad, estudia los elementos que la componen, analiza los

factores que la caracterizan, interpreta las situaciones concretas y trata

de transformar los procesos sociales. Según Borda (1999) en la

investigación militante:

Sus fundamentos teóricos tienen como origen, la consideración de insertar un elemento que permita el acercamiento a una realidad en la que se mantiene como guía de la investigación, el conocimiento al servicio de los intereses populares, con la intención fundamental de transformar la sociedad en general (p.34).

El proceso produce conocimiento a través de la dialógica

pensamiento- acción. Una vez que el investigador enfrenta su realidad e

interpreta sus situaciones. Según Colectivo Situaciones (2003) “la

investigación militante se desarrolla bajo las formas del taller y la lectura

colectiva, de la producción de las condiciones para el pensar y la difusión

de textos productivos, en la generación de circuitos fundados en

experiencias concretas de lucha, con el estudio y entre núcleos de

militantes investigadores”(s/p).

La metodología y la técnica para la investigación se construyen

orientadas hacia los estratos populares y es con ellos con quienes se

diseñan los pasos a seguir en la aplicación del método. Según Devillé y

otros (2004): Por encima de cualquier método, están las operaciones

reales que el proceso de investigación militante es capaz de poner en

marcha. La investigación militante es, en este sentido, siempre, un viaje

abierto, que sabemos de dónde y cómo parte pero no adónde nos llevará

(p.35).

La dialéctica critica como mirada militante

La palabra dialéctica procede del griego dialegomai, que significa

diálogo, conversación, polémica. Es la manera de llegar a la verdad



mediante la discusión y la lucha de opiniones, tratando de descubrir

contradicciones en las argumentaciones del interlocutor. El método

dialéctico proporciona al hombre la posibilidad de comprender los más

diversos fenómenos de la realidad. Al discutir los fenómenos de la

naturaleza, de la sociedad y del pensamiento permite descubrir sus

verdaderas leyes y las fuerzas motrices del desarrollo de la realidad.

En otro orden de ideas Heráclito es el principal filósofo de la

dialéctica del pensamiento. Platón ofrece en sus diálogos un ejemplo de

la aplicación de la dialéctica con los cuatro estados mentales:

imaginación, creencia, razón discursiva e intelección. Hegel aplica el

término dialéctica a su lógica centrada en el devenir, la contradicción y el

cambio. Marx consideró a la dialéctica crítica y revolucionaria aplicándola

a los procesos sociales y económicos.

La dialéctica-crítica como método de investigación, muestra su

carácter riguroso, reflexivo y teorizante. Covarrubias (2002) establece sus

características cuando señala su andamiaje categorial conlleva una

concepción onto/epistemológica cuyos contenidos básicos son los

siguientes:

_ Los objetos reales son síntesis de multiplicidad de incidencias de

la totalidad, son totalidades concretas.

_ La síntesis de incidencias es contradictoria y contradictorios son

en sí los objetos reales.

_ La contradictoriedad constitutiva de lo real lo mantiene en

perenne mutación.

_ La síntesis incidencial es también síntesis de multiplicidad de

temporalidades diferenciales incidentes y constitutivas del tiempo del

objeto concreto que es una temporalidad unitaria.

_ Los objetos de investigación se construyen a partir de las

preocupaciones investigativas del sujeto y de su intencionalidad; el objeto



de investigación es distinto de los objetos reales aunque éstos se vean

aludidos en aquél.

_ El proceso de apropiación teórica se realiza por medio de la

apertura de la razón, ejercitadora de la lógica de descubrimiento.

_El conocimiento no es más que un medio para activar

direccionalmente los procesos reales y es ahí, en los resultados en donde

se conoce la objetividad de lo construido cognitivamente como discurso

sustantivo.

Sólo la dialéctica concibe simultáneamente la especificidad y la

unidad de la cosas y las une entre sí por medio de la lógica concreta,

mostrando cómo la unidad dialéctica del pensamiento y del mundo,

incluye la especificidad y la totalidad. El conocimiento posee una relación

con el sujeto cognoscente y por esta razón, todo conocimiento esencial

está relacionado con la existencia.

El Lenguaje en la Investigación Militante

El lenguaje es uno de los vehículos más importantes de la condición

humana del hombre, no es algo propio del sujeto, sino que es una

construcción social necesaria para establecer y comprender los códigos

de comunicación y valoración de la realidad de esa sociedad a la que el

sujeto es inherente.

Así, según Covarrubias (2009:20) “el lenguaje en tanto constructo

cultural, se vuelve propio y particular para un grupo de personas,

materializa la percepción que del espacio posee el grupo, expresa las

formas adoptadas por la naturaleza y determina las interacciones con el

hombre”

En el lenguaje se muestra el carácter dialéctico del sujeto

cognoscente, pues si la realidad es cambiante, el lenguaje que la expresa



lo es también, Con el lenguaje, la sociedad forma esquemas

sociolingüísticos que programan al sujeto para su vida cotidiana. En la

investigación militante el lenguaje científico es cambiado por uno que

permita claridad y llevarlo a todos, cercano a la comunidad.

La Investigación Militante en el Campo del Derecho

El rango de aplicaciones de la investigación militante en el campo

del derecho, va desde la educación sexual entre jóvenes, hasta la

prevención del consumo de drogas, bebidas alcohólicas, pasando por

programas de desarrollo carcelarios y de reinserción del penado a la

sociedad, entre otros. Buscando con esto la movilización de alguna clase

marginada, así como la defensa de sus intereses, desde la visión y con la

participación de los mismos grupos.

Conclusión

Una propuesta metodológica como la investigación militante puede

contribuir a transformar a los sujetos sin formación específica en la

investigación, en observadores cuidadosos de sus acciones. En este

sentido plantea la solución de problemas específicos constituyendo

una respuesta al problema de conocer y manejar la realidad concreta.

Esta opción es en sí un paso que se ubica dentro de una praxis social,

caracterizada principalmente como investigación cualitativa

En la investigación militante se construyen las categorías de análisis

en la realidad a partir de las experiencias y acciones. Además se crean

condiciones para la generación de conocimiento preciso y profundo a

través de la transformación de procesos sociales.

El proceso de comunicación a través del diálogo es el procedimiento

imprescindible en el modo de producción de los conocimientos. Esta frase



contiene ya la concepción fundamental de la dialéctica, de que todo en la

naturaleza está en un constante estado de cambio y que este se produce

a través de una serie de contradicciones. El hombre es dialéctico en sí

mismo y en su relación con los demás; en ese diálogo existencial ambos

son transformados.

El futuro abierto, en constitución, es determinable, por lo tanto puede

ser determinado desde el presente hacia escenarios con intenciones

diversas, incluso antagónicas En este sentido, la dialéctica-crítica trata de

potenciar al ser-sujeto como condición del pensar; de ese pensar abierto y

atento a la condición de movimiento y del tiempo como proceso. El

lenguaje trasmite e internaliza en los sujetos las interpretaciones y

construcciones que ha realizado una experiencia concreta, de allí su

intervención en la investigación militante.

Referencias Borda, M. (1999). La Investigación Militante. México. Covarrubias, F.( 2002) La generación histórica del sujeto individual.

México: SEP-UPN. Devillé. A. y col.( 2004). Nociones Comunes. Experiencias y Ensayos

entre Investigación y Militancia. Madrid: Traficantes de Sueños Dietrich, H. (2003). Sobre el Término Investigación Militante. Buenos

Aires.Disponible en: www.exargentina.org http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Mirada-Dialectica-Critica-Como-Mirada/5881036.htmlhttp://es.wikipedia.org/wiki/Etnograf%C3%a_activista

ColectivoSituaciones(2003) Disponible:http://eipcp.net/transversal/0406/colectivosituaciones/es http://www.comminit.com/node/150220


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LA INVESTIGACIÓN MILITANTE EN LAS CIENCIAS POLÍTICAS

Dr. Benny J, Márquez F

Introducción

El ámbito de la dialéctica y el relativismo, se convierten en factores

determinantes del quehacer investigativo, al punto de las tendencias que

los miembros de la comunidad academicista o no decidan asumir para

afrontar las realidades y el contexto temporo espacial en el cual les

corresponda actuar o coactuar, dentro de esa particularidad se hace

posible que frente a las premisas de la investigación académica

tradicional, se presente la investigación participativa en su expresión

paradigmática de la investigación militante.

La investigación militante se presenta como una construcción social,

no academicista, en la cual las rigurosidades y formalidades metódicas

quedan sustituidas, por elasticidades y relativismo, que permiten que la

coincidencia multisubjetiva facilite la construcción y explicación de una

realidad que en su propio sustrato se relativiza a un lugar, momento o

circunstancias específicas.

El enlace entre la investigación militante y la politológica, obedece

a una identidad parcial, habida cuenta de la posibilidad de asumir la

experiencia como consustancia de la construcción de una realidad política

relativizada a un contexto de variables al cual se concreta. Esto permite

cuestionar la generalidad de argumentos apriorísticos reconocidos como

formales por la comunidad científico académica.

Es claro, que la materialización de la forma y la aproximación de

fondo de la coinvestigación militante, asume la aplicabilidad de

instituciones estructurales de las ciencias políticas, al comprender la

colectivización como una dimensión ideológica de esta, y las variantes de



interacción colectiva en la creación y ejercicio del poder como

determinantes para la construcción y teleología del proceso investigativo

en comunes referentes interespecificos de las disciplinas tratadas.

El carácter de militante, coloca una etiqueta que relativiza la

multisubjetividad investigativa y deja por sentado que la particularidad de

la coinvestigacion, no sirve necesariamente de referente para idénticos

supuestos que otras latitudes y circunstancias se pudiesen presentar. El

tema del artículo, en este sentido, se relaciona con la materialización de la

investigación militante en el ámbito de las ciencias políticas, asumiendo la

congruencia que las dos reflejan en el espectro de dar cabida a la

vivencia y la experiencia, corroborando la vigencia de la investigación

militante en el campo de las ciencias políticas. Metodológicamente se

trata de una investigación documental, de modalidad dogmática.

La estructura del artículo se integra en seis contenidos: la

investigación militante. Un modelo de investigación participativa, el punto

conector entre la investigación militante y la investigación de las ciencias

políticas, los factores determinantes en la investigación militante en el

ámbito de las ciencias políticas, conclusiones y sugerencias.

La Investigación Militante. Un Modelo de Investigación Participativa

El quehacer investigativo a lo largo del tiempo ha demostrado un

marcado dominio de las técnicas, medios y procedimientos relacionados

con un contexto tradicional, fundamentado en cánones de corte técnicista,

en los que los elementos formales se convierten en piedras angulares

para la cristalización de la mecánica y teleología del proceso investigativo.

Frente a esa concepción y ante el posible dinamismo dialectico prototípico

del entramado científico, se presenta como una antítesis, la denominada

investigación participativa, orientada a criterio de Aguilar Morales (2006) a

“Una crítica a las teorías del desarrollo… a las ciencias sociales



tradicionales y…a la politización de todos los sectores en esta década”

(p.3).

Supone entonces una clara adecuación a las premisas kantianas de

cuestionar las verdades científicamente preelaboradas, en lo que respecta

a lo que debe entenderse como cinética de las potencialidades del lugar o

momento y claramente una contraposición a la forma de entender y

argumentar sobre los procesos de una sociedad y las posibles formas de

ideologización que pudiesen sustentar las corrientes de pensamiento,

como factor determinante para el estructuralismo y sistematicidad de tales

procesos.

Este tipo de investigación responde al contenido de un estamento

político que le sirve de sustrato, en esta predomina la praxis y la

colectivización por encima de la individualidad, como principio

determinante. De allí que las ideas sirvan fundamentalmente de premisas

para adecuar las dinámicas y mecánicas que orienten la contextualización

del proceso investigativo, habida cuenta de convertirse en la base de

direccionamiento de la aportación de este.

La investigativa participativa se convierte en un nivel de construcción

que por su naturaleza suele ramificarse en modelos que dentro de su

contexto común suelen segmentarse atendiendo a especificidades a las

que se predetermina el proceso de búsqueda cognitiva, habida cuenta de

la fijación sobre una realidad y la postura asumida frente a esta por el

investigador participante.

En ese sentido, se presenta la denominada investigación militante,

que a criterio de Aguilar Morales (2006) su contenido se sitúa en las

ciencias de la conducta, que supone los procesos de acción, interacción e

integración de las personas en el ámbito de las estructuras que se

diseñan para su organización y funcionamiento. Botero (2012) señala: “La



investigación militante se encuentra atravesada por la construcción de

memorias y narrativas colectivas en contextos próximos a quienes se

articulan a la práctica de reflexión-participación-creación-acción” (p.36).

Al atender a lo expuesto se destaca una serie de particulares que de

manera concreta caracterizan a este tipo de investigación.

Lo fundamental se determina en que lo colectivo, se convierte en

sustituto de lo individual, siendo notorio que el proceso de construcción

investigativa, requiere la intervención multisubjetiva, al punto que la

vivencia compartida de varios es la que permitirá como denominador

común la generación de nuevos argumentos de conocimientos

explicativos sobre esos procesos de cointervención.

En el mismo orden se asume que su materialización se sustenta en

un cuadrante integrado y correlativo, en el cual la reflexión se matiza

como la forma de un pensamiento común que explica por denominador

las apriorísticas y aposterioristicas de la realidad y a la vez sobre la

dinámica social se cuestiona, interroga o busca su sustrato en un orden

contextual.

Se presenta la participación, que se concreta en una actuación

permanente de coinvestigadores, que formando parte de una realidad o

proceso relacional, conocen a través de la vivencia las peculiaridades de

estos, los patrones y los símbolos que de ellos se derivan como

consecuencia del propio código y contexto en que se matiza la realidad

tratada.

Asimismo, surge el componente creativo, que no se ajusta a las

rigurosidades académicas y formalismo tradicional, sino que supone la

adopción de una metódica, determinada por la vocación del colectivo

social que se ajusta a la proyección teleológica a la que ha sido

direccionada el propio proceso investigativo.



En lo relativo a la interacción, es fundamental que la apriorística

interrogante o cuestionante de la realidad en estudio y la aposterioristica

que se matiza en el propio proceso investigativo, parta de una

coactuación tendenciosa a explicar y recomendar patrones para su

reorganización, partiendo de una intervención subjetiva conjunta, en la

cual la permanencia en la praxis o vivencia, contribuyan a que los

coautores, en claro dominio del fenómeno puedan entenderlo y explicarlo

en su propia lingüística y adoptarse a una flexibilización metódica que

atienda a criterios de mayor elasticidad y particularidad, que a una

estructura de rango universal.

En esencia pernocta una variante en la investigación militante, pues

según Rancieré (2002) esta no trabaja: “a partir de un conjunto de

saberes propios sobre el mundo, ni sobre cómo debieran ser las cosas.

Muy por el contrario, la única y dificultosa condición del militante

investigador es la de permanecer fiel a su no saber” (s/p). Así según la

premisa expuesta la investigación militante no requiere de desarrollo

intelectual apriorístico de los coinvestigadores.

De allí que no se presenta como una producción racionalista, sino de

naturaleza vivencial al punto que la multiplicidad subjetiva, entiende lo

que vive por que vive la experiencia no porque intelectual y racionalmente

sabe lo que vive. Eso evidencia que se trata de una dinámica en la cual

los intervinientes no requieren posturas de carácter estrictamente

científico formal.



El Punto Conector entre la Investigación Militante y la Investigación

de las Ciencias Políticas

Como punto conector se debe establecer la aplicabilidad de la

investigación militante en las ciencias políticas, para ello se hace

necesario fijar el grado de logicidad, identidad y congruencia que estas

pueden guardar atendiendo a la sustancia y finalidad que cada una

representa, de allí que se haga pertinente conceptuarlas y concretar con

base a sus contenidos los posibles hilos conectores que faciliten la

coinvestigacion dentro de esa interespecificidad disciplinaria.

Para reconocer el contenido de la investigación en las ciencias

políticas de corte conductista debe asumirse lo esgrimido según Bobbio

(2005) que indica: “ciencia empírica de la política o a la ciencia de la

política conducida según la metodología de la ciencia empírica

desarrollada” (p.218). Según esta acepción de la investigación y de las

ciencias políticas, es clara que la producción de conocimientos se

relaciona con la vivencia de los actores políticos, aun cuando dejando

claro que por tratarse de una disciplina del quehacer humano esta debe

ajustarse a una metodología de tal arraigo.

En tanto la investigación militante se vincula con la construcción de

gramáticas colectivas que según Botero (2012) pasan: “desde las

prácticas de mundos alternativos se construye una lógica invertida: de la

emancipación del conocimiento sobre la realidad, al reconocimiento de la

realidad y las experiencias como posibilidad de ampliación y horizonte

teórico para la acción” (p.37). En este tipo de investigación no se requiere

un desarrollo intelectual científico apriorístico, pues solo se hace

fundamental que la vivencia sobre la realidad se tenga como cierta.

Es claro que la diferencia o contraste se fundamenta, en que la

investigación política conductista se supedita en una metodología



científica en tanto que la militante trabaja con una libertad al punto que el

no saber, no obliga al empleo efectivo de una metodología, que se ajuste

a patrones clásicos. En lo que respecta al hilo coincidente se tiene que

ambas consideran que la vivencia, praxis o experiencia se presenta como

fundamental, para la articulación de una investigación, con la concreción

subjetiva, objetiva y mecánicas de cada particularidad.

Los Factores Determinantes en la Investigación Militante en las

Ciencias Políticas

Se debe partir de que el contenido de la investigación militante se

relaciona con factores determinantes de las ciencias políticas, como lo

son las políticas de resistencia, las políticas del lugar, la producción del

conocimiento con apuestas políticas, la acción política y las relaciones

global-local.

Política de la Resistencia.

El marco de la investigación militante y la de politología convergen

las políticas de la resistencia de las que Kuussito (1999) aduce: "Las

políticas de la resistencia son mucho más que transformar el poder, tienen

que ver con cambiar y crear un nuevo conocimiento" (p. 18). Se considera

que en esta realidad lo principal es la modificación de la estructura de

poder, mas supone cambiar el concepto tradicional de lo liberal de lo

individual por una concepción de orden colectivo.

Se considera entonces que se pretende por esta vía la configuración

de un nuevo conocimiento que se relaciona con una vocación de sustituir

esquemas clásicos por transformadores en concepciones y contenidos de

distinto sustrato, o en la aparición de otras argumentaciones y

explicaciones sobre algo producto de una vivencia, que puede incluso

contravenir a dogmas preexistentes.



Políticas de Lugar.

En la estructuralidad de la investigación militante de orden

politológico se conciben como factores determinantes las políticas de

lugar, que Escobar, y Hacourt (2002) señalan: “en cuanto defensa del

lugar (en la era global) implican resistencia, reapropiación,

reconstrucción y reinvención; en últimas, la creación de nuevas

posibilidades de ser en el lugar y ser en redes globales” (p. 3).

Se entiende dentro de este ámbito que en la investigación militante,

existe resistencia a que los enfoques tradicionales se mantengan en el

tiempo. Es conveniente que se convalide el conocimiento coinvestigado,

se genere una sobre construcción del todo y del algo así como una

invención ampliada de lo creado por otro, es necesario el uso de un prefijo

re que supone la interacción multisubjetiva como un elemento estructural

y constante.

Se atiende a que las luchas de los movimientos sociales sobre las

políticas del lugar son determinantes en la investigación militante política,

estas según Escobar (2005) se corresponden a: “acciones políticas

basadas-en-lugar, que se caracterizan por la vinculación identidad-

cultura-territorio” (p. 139). Así este factor permite relativizar cada

investigación a un proceso témpora espacial que por tanto podría

discernir de otros. De allí que estos junto al pensamiento y acción humana

pueden corresponder a un contexto significante y significado de carácter

particular con validación en una realidad de tinte circunstancial.

Producción de Conocimiento con Apuestas Políticas.

En el caso de la investigación militante en el ámbito de las ciencias

políticas esta suele vincular la producción de los conocimientos a la

especialidad del área temática. Flórez (2007) destaca: "si ese saber está

interesado en la tarea {política) de tender puentes con otros

saberes, tendrá que aceptarse y declararse, ya no parcial, sino



parcializado" (p. 93). En ese orden se asume que en la investigación

militante politológica se parte que su producción supone una mezcla de

experiencias y vivencias de coinvestigadores que sirven para generar el

todo de un producto integrado de multidimensionalidad.

Acción política.

La articulación de la investigación militante politológica, supone una

acción política en la cual el lugar articula la coinvestigacion, esto según

Garzón (2007) es una “Construcción social en la que se ponen en juego

proyectos colectivos, es entenderlo también, como constituido por

relaciones de poder y antagonismos…las prácticas surgidas en el lugar y

dirigidas a la construcción de éste adquieren carácter político” (p.35).

Al ser este tipo de producción de carácter colectivo como premisa

esencial se tiene que las luchas por dominio de liderazgos de grupos y la

contraposición de intereses, se ponen de manifiesto en la generación de

acciones de organización desde lo micro con proyección hacia una

configuración macro estructural.

En lo que respecta al componente de acción política que puede

trascender en la investigación militante se tiene que Escobar (2005),

aduce a que sus cometidos: “contribuyen a democratizar las relaciones

sociales, a debatir las visiones de la naturaleza (como los debates sobre

la biodiversidad), a desafiar las tendencias actuales tecnocientíficas

(como la agricultura transgénica y los organismos genéticamente

modificados OGM)” (p. 140).

Se atiende con esta construcción a suprimir el orden liberal

individual, por la concepción de grupo, sirviendo para cuestionar los

dogmas predefinidos o generar un reaccionamiento a las verdades

científicas universales por otras relativas a un lugar o momento.



Relaciones Global Local.

En la construcción de la investigación militante politológica se debe

considerar el nexo entre lo local y lo global, de lo que Escobar y Harcourt

(2002) aducen "los movimientos sociales actúan en redes a nivel local y

transnacional, con el doble objetivo de defender sus lugares y transformar

las relaciones sociales de desigualdad que estos encierran" (p. 5).

Los movimientos sociales se deben articular directamente con

instancias de participación de un lugar y de agrupación colectiva, siendo

claro que lo endógeno de un lugar y su identidad interna es fundamental

para definir la generación de conocimientos, superando las adversiones,

contrariedades o limitaciones predefinidos en dogmas previos.

Por su parte el flujo de las relaciones en el marco de una

investigación política militante es expuesto por Garzón (2007) que señala:

“El poder es relacional, por lo tanto, no se encuentra sólo en lo global o

sólo en lo local, sino en las redes que se tejen entre estos dos ámbitos”

(p.25).

Se considera que el poder dentro de los colectivos parte de una

relación, en la cual unos factores se convierten en más determinantes que

otros, siendo claro que lo global y local de la filosofía de acción de los

movimientos que elaboran esa producción es determinante para lograr en

efecto que exista una secuencia lógica e idéntica de la comunidad

coinvestigativa que se inscribe en esa tendencia.

Descentralización de la producción de conocimientos.

En la dinámica de la investigación militante de corte politológico

señala Montenegro y Pujol (2003) que “hay fundamentos parciales,

producto de conocimientos situados y fijaciones momentáneas que nos

permiten guiar una acción política hacia la transformación de situaciones

que son vistas, desde posiciones concretas, como problemáticas” (p. 10).



En este tipo de investigación los conocimientos dependen de una

realidad localizante relativa, que se ajusta a un lugar y momento dado, lo

que conduce a comprender con enfoque divergente lo que anteriormente

se asumía con otro argumento.

Por su parte de esta vertiente de producción de conocimiento se

corresponde una coepistemologia la cual de acuerdo con Flórez (2007)

refiere: “Si asumimos que las construcciones (ontológicas) están ancladas

en un lugar particular, la tarea (epistemológica) de definirlas, más que

relativa, será siempre limitada…por aquello que somos" (p. 93). La

postura epistémica frente a la investigación se relativiza o subjetiviza a los

valores, prejuicios y convicciones de los coinvestigadores conforme a una

identidad de grupo.

Conclusiones y Sugerencias

En el dinamismo de la producción de conocimientos se presenta la

denominada investigación participativa que dialécticamente se opone a la

tradicional en la que lo intelectual se presenta como determinante para la

construcción de una explicación sobre la realidad. Es un estudio

reaccionario frente a las verdades universales aceptadas para los

distintos lugares y momentos, para proponer un prototipo en el que el

cuestionamiento y presentación de nuevos conocimientos particulares es

determinante dados en un lugar o momento.

En lo concreto se presenta una investigación paradigmática de

naturaleza militante en la cual la coinvestigacion es un derivado de la

multisubjetividad que coincide en la producción de un conocimiento

común, contextualizado, parcializado o localizado en un determinado

lugar o momento. Se concuerda que la investigación militante se acerca al

contenido de la investigación de las ciencias políticas de carácter



conductista al correlacionarse a la experiencia o vivencia común que

influye en la producción de conocimientos de carácter interespecificos.

La investigación militante se relaciona con una política de

resistencia, que conduce a sus promotores a reaccionar contra la

imposición de tendencias investigativas académicas tradicionales, se

atiene a la política de un lugar que significa que cada espectro espacial

puede generar conocimiento distinto a otros incluso frente a idénticas

realidades.

De igual manera la investigación militante se relaciona con

elementos de acción política, que permiten que las relaciones de poder y

antagonismos entre miembros de grupos puedan incidir en la conducción

de la teleología del proceso investigativo, en el cual los deferentes y

aferentes de una relación global y local puedan contribuir en que lo

particularizado de lo local pueda trascender a lo global. Se debe sugerir

que la investigación militante en el ámbito de las ciencias políticas genere

una relativización de conceptos que puedan someterse a una verificación

en tiempos y lugares para su fundamentación trascendental.

Referencias Aguilar-Morales, J. E. (2006) La investigación participativa. México:

Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. Bobbio, N (2005) Diccionario de Política. México: Siglo XXI, S.A Botero, P (2012).Investigación y acción colectiva "IAC". Una

experiencia de investigación militante Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 17, núm. 57, abril-junio, 2012, pp. 31-47, Universidad del Zulia Venezuela

Escobar, A. y Harcourt, W. (2002). Lugar, política y justicia: las mujeres frente a la globalización, en Desarrollo, núm. 45. Bogotá: Autores.

Escobar, A. (2005). Más allá del tercer mundo. Globalización y diferencia. Bogotá, Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH).

Flórez, J. (2007), Tácticas de des-sujeción: disensos, subjetividad y deseo en los movimientos sociales. Relaciones de género en la red 'proceso de comunidades negras del Pacífico colombiano

[ tesis de doctorado]



Garzon, M (2007) El lugar como política y las políticas de lugar. Bogotá: Instituto de Estudios Sociales Contemporáneos (Iesco), de la Universidad Central

Kuusisto, A. K. (1999), Politics of place and resistence: the case of Northern Ireland", en Nordia Geographical Publications, vol. 28, núm. 2, disponible en: http://www.uta.fi/laitokset/yhdt/esittely/henkilokunta/julkaisuluettelot/anna-kaisa.kuusisto-arponen.pdf, Consultado en: 12-09-2014.

Montenegro, M. y Pujol, J. (2003). Conocimiento situado: un forcejeo entre el relativismo construccionista y la necesidad de fundamentar la acción. Revista Interamericana de Psicología, vol. 37, núm. 2

Ranciere, J (2002). El Maestro Ignorante. Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual. Barcelona: Laertes,



PRIVACION DE LIBERTAD Y EJERCICIO DEL DERECHO DESDE LA

INVESTIGACION MILITANTE

Dr. Jesús Ramos Bello

Introducción

La Privación de Libertad y el Ejercicio del Derecho, poseen una

estrecha vinculación e inclusive innegables conexiones científico-técnicas

que ameritan el desarrollo y acompañamiento eficaz y eficiente de teoría y

práctica en virtud de la correspondiente, necesaria y urgente producción

de conocimiento, que logre la comprensión cabal desde lo complejo y

transcomplejo del entramado relacional que implica y/o supone esta

circunstancia social.

Así, colocar la realidad de la investigación militante al servicio de

este vínculo, es importante desde el punto de vista de las

transformaciones que la actual sociedad requiere, en el marco de los

sistemas de interrelación, que las personas desplegan por una razón u

otra.

En ese sentido, se está frente a una perspectiva que ha de permitir

moverse en la cotidianidad e incertidumbre de un sujeto y sus

circunstancias, pero desde la investigación comprometida, activa y

activista de otro sujeto, que complejiza el saber y el hacer de las

subjetividades, porque refiere al mundo de lo vivido y donde se vive, sin

perder de vista los componentes inmanentes e inherentes involucrados,

los cuales se encuentran y se desarrollan, dentro de los procesos que han

de ser conscientes para dar el salto cualitativo requerido.

En efecto, se busca dilucidar la forma en que se han desarrollado

esos conocimientos, es decir, dónde y a partir de qué se genera el nuevo

conocimiento de la mencionada relación, presentar esto remite a

investigar en los aspectos dinámicos de las temáticas abordadas, en

función de visualizarlas de mejor manera.



De ahí que el objetivo del artículo es presentar una mirada a la

relación privación de libertad y el ejercicio del derecho desde la

investigación militante” producto de una investigación de carácter

cualitativa-interpretativa, donde se tomaron como referencia los

documentos y publicaciones de autores versados en dicha temática.

Una Mirada a la Relación Privación de Libertad

Por privación de libertad se entiende toda forma de detención o

encarcelamiento, así como el internamiento en un establecimiento público

o privado del que no se permita salir a la persona por su propia voluntad,

por orden de cualquier autoridad judicial, administrativa u otra autoridad

pública (wikicrim. Esta definición deja claro los principios e implicaciones

de tal hecho y permite además ver lo que es un privado de libertad,

situación que remite a necesidades y consecuencias que van a generar

múltiples relaciones para poder revertirla.

Ahora bien, en Venezuela el instrumento legal existente para dictar

esta medida es el Código Orgánico Procesal Penal, mismo que en su

Capítulo III: De la Privación Judicial Preventiva de Libertad, en su

apartado sobre Procedencia, reza en el Artículo 236:

El Juez o Jueza de Control, a solicitud del Ministerio Público, podrá decretar la privación preventiva de libertad del imputado o imputada siempre que se acredite la existencia de:

1. Un hecho punible que merezca pena privativa de libertad y cuya acción penal no se encuentre evidentemente prescrita.

2. Fundados elementos de convicción para estimar que el imputado o imputada ha sido autor o autora, o partícipe en la comisión de un hecho punible.

3. Una presunción razonable, por la apreciación de las circunstancias del caso particular, de peligro de fuga o de obstaculización en la búsqueda de la verdad respecto de un acto concreto de investigación…

En casos excepcionales de extrema necesidad y urgencia, y siempre que concurran los supuestos previstos en este artículo, el



Juez o Jueza de Control, a solicitud del Ministerio Público, autorizará por cualquier medio idóneo, la aprehensión del investigado o investigada.

Dentro de este marco, cuando una persona es privada de libertad y

comienza la dura travesía de revertir su condición, entran en el juego los

profesionales del derecho, que se dedican a la tarea de representar

jurídica y legalmente a quienes se encuentran en esta situación. En

efecto, se contrata a los abogados, muchos de los cuales la realidad los

presenta como deshumanizados, insensibles, peseteros, lacayos de la

miseria humana, mercaderes de la justicia, y vaya usted a saber cuántos

adjetivos calificativos más hay por ahí.

Aunque al parecer, la mayoría considera que su imagen en baja no

es producto sólo de prejuicios, estereotipos o mitos urbanos, es un error

generalizar, porque como en cualquier caso, se consigue todo tipo de

abogados y están los que han comprendido el valor de su accionar y a

asumen su labor con otra visión o mentalidad.

Atendiendo a lo antes expuesto, cabe señalar, que han entendido

que no se trata únicamente de un cliente o de lograr su libertad, sino de

lograr una real y positiva reinserción social. Por tanto, hay que tratar,

abordar y solucionar la problemática desde sus múltiples aristas, causas y

consecuencias.

Así, se hace necesario entender y/o comprender el asunto, partiendo

de su complejidad y desde lo transcomplejo; involucrarse, militar desde

todos los ángulos y con todos los sentidos, los espacios

multidimensionales en que se mueve y/o transita el privado de libertad

antes, durante y después de ello.



Con respecto a lo antes mencionado, queda decir entonces, que

cuando la relación abogado–privado de libertad trasciende la mera

realidad comercial y se convierte en una real y verdadera interacción,

donde el primero se compromete desde su militancia en y con la justicia,

a ser parte de la solución, viendo y viviendo la problemática

orgánicamente, se encuentran oportunidades y posibilidades donde sólo

se observaba un cliente más. En consecuencia, este involucramiento

objetivo–subjetivo viene a implicar conocer al privado de libertad en todas

sus circunstancias, hechos y actividades: historia familiar, historia

personal, condición socioeconómica y factores condicionantes.

Es decir, urge entablar una interrelación abogado–familiares del

privado de libertad. Esto es, estar al tanto de su entorno donde se ha

desarrollado, tener conocimiento profundo de la realidad referencial que lo

describe, define y explica. Pues allí, podrían estar muchas de las

respuestas y por consiguiente los detalles que permitan desplegar la

mejor estrategia para su defensa a todos los niveles. Porque sabiendo de

primera mano quién es el privado de libertad y siendo parte de ello,

militando en sus circunstancias, se ha de ver a un ser humano que

amerita de otro u otros para corregir un camino que equivocó por diversas

razones.

Entonces, a lo que se refieren los anteriores planteamientos, es

que como abogado abordar el ejercicio de la profesión desde los

parámetros de la investigación militante, conduce y/o ayuda a comprender

más y mejor la fenomenología de la realidad del privado de libertad. Esto

es así, porque genera una interacción directa, cotidiana, cercana,

haciendo que el conocimiento sea más exhaustivo, profundo y ajustado a

los verdaderos hechos; cosa que permite generar elementos concluyentes

respecto a la situación y su posible tratamiento en pos de una resolución

favorable.



Por tanto, se puede afirmar categóricamente, que la pertinencia de la

investigación militante en el abordaje y manejo de la privación de libertad

es suprema, en virtud que aporta una mirada general bastante completa.

En la investigación militante el investigador se involucra al cien por ciento

con el método y el problema a trabajar, pues es mediante la militancia

puesta en práctica que el investigador llega al núcleo del problema de la

comunidad afectada (p.1).

En efecto, la investigación militante supondrá entonces para el

futuro del privado de libertad su marco dinámico relativo a los ángulos

sobre los cuales proyectar la orientación subyugante de la cosmovisión de

los vínculos y criterios con los que son entendidos éstos en el foco de los

objetivos y la planeación de cómo alcanzarlos.

Por supuesto, no puede ignorarse el hecho que toda situación

presenta limitantes y que aplicando los preceptos de la investigación

militante, el abogado que asiste al privado de libertad puede en

determinado momento encontrarse con hechos que le obliguen a actuar

de manera distinta a lo esperado.

Se hace referencia a condiciones directamente relacionadas con la

ética o la moral, valores o creencias que puedan colocar a las partes en

situaciones encontradas, ya que entendiendo literalmente la teoría de la

investigación militante, en ocasiones para llegar al núcleo del problema,

deben involucrarse en el mismo, pero teniendo en cuenta que en el

ámbito legal, se puede estar muy cerca de la complicidad.

En ese contexto, se habla de la gestión del poder que en ocasiones

queda diluido de manera unipersonal, pero que al involucrarse desde una

dinámica más humanista se traza líneas estratégicas enfocadas a partir

de la comunicación que lleven al postconsenso en la gestión y



coordinación del conflicto o problemática en la que incurrió el privado de

libertad.

Palabras de Cierre

Representar jurídicamente desde la militancia conlleva al cambio de

los paradigmas que no hacen ver personas, sino clientes. De allí, que la

representatividad social asumida por el abogado al investigar el caso con

la metodología militante, tiende a pulverizar las barreras y complejos que

antes impedían la construcción de una relación basada más que en meras

evidencias sin contexto o sociabilidad.

Como dice Alvarado Prada (2008), “la investigación, como

construcción de conocimientos, es un medio para contribuir con sus

avances teórico-metodológicos al desarrollo de los colectivos humanos en

sus múltiples dimensiones ideológicas, políticas, culturales y otras que los

constituyen” (s/p).

Esas otras pueden ser la privación de libertad, que trabajada a

través de la mirada y desempeño de un abogado cuyo quehacer es con la

investigación militante, estará al servicio de los intereses del privado de

libertad. Ello si se asume lo planteado por Alvarado Prada (ob cit), en

relación a la investigación colectiva, muy cercana a la aquí tocada:

El proceso de recolección, sistematización, análisis, y socialización de los datos es entendido, en la investigación colectiva, como construcción de éstos por los propios participantes, lo cual se constituye en una forma rigurosa de investigar. Las personas, al aprehender la realidad para ser comprendida, van construyendo datos sobre ella y ésta se va revelando de tal forma que ella misma y las personas se transforman(s/p).



El ejercicio del derecho amerita pararse frente a la privación de

libertad con una metodología de investigación comprometida, militante,

que despliegue diferencias y conduzca a relaciones más humanas.

Referencias Alvarado P. Luis E. (2008). Investigación Colectiva: Aproximaciones

Teórico –Metodológicas. Estudios pedagógicos (Valdivia)versión On-line ISSN 0718-0705. Estud. pedagóg. v.34 n.1.

Código Orgánico Procesal Penal (2012). Decreto Número 9042. Documento en Línea Disponible. Consultado: Agosto, 2014.

Privación de libertad: http://wikipediacriminologica.es.tl/Privaci%F3n-de-libertad.htm.Documento en Línea Disponible. Consultado: Agosto, 2014.

Valdivia, C 2008 http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052008000100009 Estudios Pedagógicos XXXIV, N° 1: 157-172, 2008.Documento en Línea Disponible. Consultado: Septiembre, 2014.



INVESTIGACIÓN MILITANTE Y COMUNICACIÓN ALTERNATIVA

Dr. Elías Quijada Campos Introducción

El articulo explorar coincidencias o convergencias entre la práctica

investigativa representada en la postura de la investigación militante y la

comunicación alternativa, es decir se plantean inflexiones paradigmáticas

interesantes, como la que señala Botero (2012) de una investigación

basada en acciones colectivas o en una investigación participativa “más

allá de la academia”. Ese carácter, de aparente “rebeldía metodológica”

nos contextualiza en una investigación en ambientes naturales realizada

por equipos de trabajo, ofreciéndonos una visión integrada

multidisciplinaria que la vende como atractiva a los ojos del estudio de las

ciencias sociales actuales

Corpus y Noesis

El concepto de noesis tiene su origen en el pensamiento filosófico

de Platón, pensamiento este que evidenció una correspondencia entre los

campos de estudio de la metafísica y la epistemología basada en la

división del mundo entre lo sensible y lo inteligible; al mundo sensible

corresponde la doxa , es decir, la opinión, en tanto que material,

aparencial, finito, mutable, y por tanto engañosa; a lo inteligible, el mundo

de las ideas, corresponde la episteme, cuyo instrumento es la razón,

basada en la noesis, que representa una facultad de penetración

intelectiva.

A la práctica cotidiana de la comunicación social en Venezuela, se le

atribuye la comunicación en su sentido lato, y la opinión como expresión

de la doxa, con la particular consideración de que el tratamiento

comunicacional al referirse a la información de hechos noticiosos para el



consumo masivo requiere de competencias profesionales, desarrolladas

de manera responsable y metódicamente procesadas.

El ingrediente político vinculado a las ideas de transformación social

y cambios, hizo resurgir el viejo concepto de la comunicación alternativa

que se acariciaba en las escuelas de comunicación social de las

universidades del país como respuesta de democratización al manejo

privado de los medios masivos de comunicación.

Es así, como en la década inicial de los años 2000, se desarrollan

las radioemisoras comunitarias como reexpresión de la libertad de

información y comunicación, bajo la modalidad de la producción

independiente calificada previamente por el Estado y el uso colectivo y

comunal de las mismas; no pocos pensaron, que esta iniciativa permitiría

transitar un camino auténtico hacia la democratización de los medios de

comunicación.

Estas emisoras comunitarias fueron calificadas como herramientas

para la liberación y la emancipación del pueblo, observándose no

obstante en poco tiempo, como los intereses de los conductores de los

medios comunitarios migraron de lo económico a lo propagandista e

ideológico.

Es por lo expuesto que cabe preguntarse, si de lo que trata la

investigación militante de la comunicación comunitaria como fenómeno

comunicacional, es un simple replanteamiento de relaciones entre el o los

sujetos investigadores y el fenómeno que se quiere investigar; o si por el

contrario se trata de una perspectiva que caracteriza la investigación en

ciencias sociales como cambiante, tendente a la evaluación de resultados

de implementación de iniciativas cargadas de contenido ideológico que

impactan la organización social y política, en función de los cambios



sociales que las referidas políticas pudieron influir en las sociedades

recipiendarias de las mismas.

Conclusiones

Encontrar respuestas definitivas a realidades cambiantes no

siempre resulta sencillo, sobre todo si partimos de realidades en continua

e incesante transformación. Lo que sí parece cierto es, que quien

pretenda teorizar sobre la investigación en las ciencias humanas o

sociales debe conocer los diferentes paradigmas de investigación que se

presentan en la postmodernidad, entre estas, la metódica de la

investigación acción participativa en la que se incluye la denominada

investigación militante.

Respecto a sus aportes reales, el desarrollo científico social, todavía

nos queda mucho por indagar o quizás por producir. No obstante cabe

destacar como lo señalan Rahmann y Fals Borda, que comienzan a

identificarse escuelas convergentes con este enfoque investigativo como

la escuela de educación crítica visualizada en los estudios de Iván Ilich y

Paulo Freire, o aportes como los de Batten y su denominado

“procedimiento no direccional, Sanders y su exploración social o Kaufman

y el procedimiento basado en la acción.

Referencias Anisur R, M y Fals Borda, O (s/f). La situación actual y las perspectivas

de la investigación-acción participativa en el mundo. Venezuela: Centro Gumilla

Botero, P (2012). Investigación y acción colectiva IAC. Una experiencia de investigación militante. Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 17, núm. 57, pp. 31-47 Venezuela: Universidad del Zulia

Rojas Soriano, R (1999). Teoría e Investigación Militante. México: Plaza y. Valdés, S.A



LA APROPIACIÓN COMUNITARIA DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA. UNA VISIÓN DESDE LA INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN CON

CRITERIO SOCIAL.

Dra. Ingrid Nederr

Consideraciones preliminares

Pensar la apropiación comunitaria de la ciencia y la tecnología

desde la investigación e innovación con criterio social, implica concebir

una manera diferente de hacer ciencia, de captar procesos de reflexividad

permanente desde la óptica que involucra la simbiosis social e

investigativa, especialmente cuando se vinculan a la acción

transformadora y emancipadora en el escenario comunitario. De allí, que

es fundamental el ideario de una epistemología para la acción que se

instituya sobre los siguientes pedestales: la trama de la realidad, el

requerimiento transformador y la pertinencia del pensar y hacer, en virtud

de generar y fundamentar investigaciones e innovaciones desde y para el

contexto social.

De esta manera, a partir de esta triada fundada en la acción, no

solamente se captan los modos de pensar y hacer que se tiene en una

realidad determinada, sino que también se reconocen las interrelaciones

que surgen en este acontecer, a la par, esta cosmovisión también permite

vislumbrar los puentes de encuentro y diálogo entre las diferentes fuentes

del saber en la búsqueda del reconocimiento de la multirreferencialidad y

transformación social.

Todo lo cual da cabida a la vertiente epistemológica del pensar y

el hacer con pertinencia y criterio social, ya que no basta captar y

comprender la realidad desde una perspectiva multidimensional, sino que

también es necesario fundar su accionar en el diálogo, en el consenso y

la participación social para impulsar y consolidar las vías de encuentro

que garanticen la construcción colectiva de una inteligencia comunitaria

con base en una epistemología de la practica social, capaz de conducir



progresivamente a su transformación. Es por ello, que el artículo presenta

un conjunto de reflexiones en torno a la Investigación Militante y como

esta, connota en su relación con la cotidianidad comunitaria, el intento de

reconstruir colectivamente la refundación del estado social y humanista.

Investigación e Innovación con Criterio social

Cuando se relacionan los aspectos que constituyen un proceso de

investigación directamente al espacio social o comunitario, se conjuga en

ello, tanto la acción endógena propia del contexto y de los actores

sociales, con la intervención exógena propia de los patrones de

indagación. Sin embargo, esta conjunción adquiere un nuevo sentido,

cuando se convierte en representaciones de innovación social.

A través de este nexo consensuado se logra generar una

estrategia de cambio de naturaleza única, original y novedosa, que no

solo puede ser útil para potencializar las fortalezas locales, sino que es

apropiada para la prestación de un servicio, la producción de bienes o

lograr resultados positivos frente a situaciones de discriminación,

marginalidad y exclusión social, entre otros más, tal como lo refiere

Hopenhayn (2005). Igualmente esta conexión involucra transformación

social.

Ahora bien, las contribuciones que la ciencia, la investigación y la

tecnología imprimen a la dinámica social y comunitaria, viene dada

primeramente por el reconocimiento que se realiza entre los actores

investigativos y comunitarios, los cuales según Fals Borda (1978) tiene su

origen cuando se sintonizan con el contexto y pueden vislumbrar el

pluralismo y solidaridad que en adecuada proporción con la

participación, permiten lograr el consenso para la apropiación de los

planes y programas pautados en los deseos y aspiraciones del colectivo.

Esta simbiosis también posibilita un propósito reconstructivo social y



comunitario, a partir de las experiencias pluralistas y solidarias emanadas

de la apropiación y consistencia teórico-práctica en beneficio de todos.

De allí, que la innovación social refiere a un proceso deliberado de

cambio que involucra la apropiación progresiva de conocimiento, así

como la reflexión y acción para mejorar el conjunto de componentes o uno

de la totalidad del sistema social. Desde esta consideración la innovación

es un proceso dinámico y abierto, multidimensional y complejo, inserto en

una realidad sociocultural y humana que busca el crecimiento personal,

institucional y la mejora social, por lo que requieren estrategias de

participación colaborativas.

Otro aspecto que denota la transversalidad de la investigación y la

tecnología al contexto social, es que los resultados del proceso

apropiación y socialización, se perciben en colectivo, beneficiando no

solamente al actor que la conduce, sino que al mismo tiempo recrea dos

vertientes significativas en el colectivo comunitario, como son la

creatividad y transformación individual-social.

En este sentido la primera se presenta como la creación de algo

nuevo o hacer cosas de manera diferente o bien inventarlas como algo

novedoso. Mientras que el otro cause significa transformar, que

corresponde a una forma inédita de hacer las cosas, así como al impacto

que se genera en la calidad de vida de dicha comunidad. En ambas

vertientes la innovación social representa un valor consolidado que se

internaliza y fortalece progresivamente en su propia dinámica de

desarrollo.

A tono con estos argumentos, se presenta el carácter social de la

innovación, el cual viene dado por la naturaleza del cambio que se logra

en el contexto social. De esta manera, en condiciones objetivas se logra

algo nuevo o se cambian situaciones de manera novedosa y perdurable,

pero también en condiciones subjetivas implica procesos cíclicos

intangibles que aperturan la visión de mundo con el aprendizaje que se

capta y distribuye, por la autoconfianza y autoestima que se genera en la



medida de la participación protagónica, así como la corresponsabilidad

y visión colectiva que permite vislumbrar nuevos proceso innovadores en

conjunto, nutriendo y desarrollando continuamente la dinámica social.

Ahora bien, cuando en el contexto comunitarios se trata la

investigación e innovación para la apropiación de la ciencia y tecnología,

se envuelven una generatividad de momentos que integralmente

comprende: la generación, transmisión y distribución de conocimiento

porque la innovación es un proceso y habilidad cuya gestión se aprende.

Igualmente, la innovación logra captar en colectivo, su carácter

multidimensional y complejo, ya que logra un cambio especifico y a la

vez plural, también es inter y transdisciplinaria, porque establece puentes

entre todos los campos de la actividad humana, posibilitando el

crecimiento personal y el desarrollo colectivo como mejora

permanente porque la transformación queda intrínseca en las estructuras

mentales de los actores comunitarios y en los hábitos sociales de la

realidad donde tuvo lugar.

Apropiación Comunitaria de la Ciencia y Tecnología

Es conocido que cualquier aspecto es entendido de manera

diferente por unos y otros, en el ámbito comunitario, por ello, la

apropiación comunitaria de la ciencia y la tecnología se connota desde el

conjunto de ideas, creencias, actitudes y sentimientos, así como con las

prácticas que mediatizan al individuo con su entorno. Es por ello que

cualquier cambio planeado que se desee implementar en un grupo u

organización parte por definir los cambios de la tecnología empleada

hasta el momento y desde este eje trazar la estrategia de transformación

y emancipación.

Es más fácil introducir un dispositivo nuevo en una cultura

arraigada que cambiar la concepción que tienen para comprender las

cosas. De aquí la relevancia de la innovación social ya que el cambio es

acumulativo y en la medida que se sociabiliza el conocimiento y la



tecnología se va cambiando progresivamente la dimensión cultural, la

concepción y conceptualización.

Entonces la apropiación comunitaria de la ciencia y la tecnología,

tiene como finalidad poder manejar acertadamente el cambio que

presupone la emancipación comunal, el cual se presenta como amplio y

complejo, ya que el presupuesto de la celeridad tecnológica ha

descubierto la necesidad de participación para su conocimiento y

apropiación, así como también la urgencia de interactuar en un mundo

etéreo e impalpable, el cual demanda un cambio en la manera de

relacionarse que permita sentirse y acercarse en la distancia.

De allí que el propósito fundamental de hacer ciencia con criterio

social en ámbito comunal, es que no solamente se logra un conocimiento

integral sobre la realidad, sino que se traza una estrategia que en sí

misma es enriquecedora en aprendizaje. Desde esta visión se logra su

valoración e importancia, pues su objetivo transversal es la producción de

conocimiento transferible socialmente a otras situaciones y circunstancias

isomorficas, posibilitando la emancipación de la comunidad y de quienes

participan en cada situación.

En tal sentido, la innovación social se vislumbra como un

entramado de relaciones, interacciones e interdependencias que se

fundan en los procesos comunicacionales de los cuales emergen

producciones sociales, culturales, económicas, técnicas, políticas y

tecnológicas, como una red autopoiética que según Maturana (1997), se

autorregula y autoconforma permanentemente desde sus propias fuentes

de desarrollo endógeno.

De igual manera esta sistematicidad se convierte en un proceso

dialógico que lleva consigo un flujo y reflujo de saberes, ya que según

Morín (2002) permite en un mismo espacio cognitivo la coexistencia y

complementariedad de pensamientos antagónicos, cuya manifestación y

materialización se presenta en la práctica social y su dinámica dialéctica



a través de la cual se genera, transmite y distribuye conocimiento y

tecnología con criterio social.

A la par de lo antes planteado, la apropiación y sociabilización de la

ciencia y la tecnología se recrea en la participación protagónica de los

actores comunitarios, contribuyendo a fortalecer los principios básicos

para la refundación del estado social y humanista, como son el desarrollo

local endógeno, la sustentabilidad del hábitat y la diversificación de la

economía, que de acuerdo a la Ley de Comuna(2010) en su exposición

de motivos es “entendido como el proceso de cambios necesarios en

torno al equilibrio que debería producirse para garantizar una condición

ecológico-natural, una eficiencia económica y un beneficio social

colectivo”

De aquí que cualquier proceso comunicacional que se realice, trae

consigo una movilización y propagación en el entramado de relaciones

permitiendo la transmisión y distribución de información y conocimiento de

manera transparente, justa y equitativa. Es así que esta fuente de

aprendizaje permanente moviliza nuevas potencialidades y capacidades

endógenas que se articulan con los planes y actividades que surgen a

nivel local, regional, nacional e internacional, logrando de esta manera

atender y dar respuestas a las demandas y desafíos que plantea el la

dinámica exógena.

Por ello, la acción comunal desde la perspectiva dialógica que

involucra la apropiación de la ciencia y la tecnología, es considerada un

fenómeno de carácter subjetivo, complejo, inacabado, codeterminado por

la significación que le dan los protagonistas del mismo, es decir una

reflexión práctica, participativa y abierta que se construye cuando se

reflexiona en y sobre la acción, lo cual permite construir saberes

cónsonos a la singularidad del contexto en el que se vive y convive,

acercándose de esta manera a un desarrollo endógeno sustentable.

A tono con este hilo discursivo, la investigación e innovación con

criterio social para la apropiación de la ciencia y tecnología, se constituye



como una epistemología de la práctica social, como una concepción que

progresivamente posibilita el proceso de producción y transformación de

la nueva realidad, por cuanto los resultados del conocimiento y la

tecnología tienen claros reflejos de transformación de la vida social

Sin embargo para poder promover los procesos de innovación

social con carácter local-global se requiere de una participación activa y

protagónica, al mismo tiempo de una infraestructura comunicacional que

provea la vinculación, interactividad y libertad de relacionarse, ya que los

medios tradicionales restringen esta condición por establecer jerarquías

lineales y fijas que cercenan la creatividad, mientras que las tecnologías

abiertas dan libertad y proveen un entretejido comunicacional que tiene

múltiples vías de acceso por donde fluye y refluye el conocimiento.

La tecnología con carácter social permite poner en práctica e

integrar experiencias que tiene poca referencia con las ya conocidas,

porque provee de un sitio de interacción plural y diverso donde el

conocimiento se propaga en múltiples direcciones, a diferencia de la

concepción tradicional cuya linealidad dio lugar al modelo donde el

contenido de la inteligencia se centra en una persona o en un sector y de

este se dirige a grandes poblaciones de individuos y grupos.

Con el uso y apropiación de las tecnologías, el rol de actuación

cambia ya que los múltiples espacios de interacción que se establecen

dependen de la cantidad de usuarios, los cuales asimilan de acuerdo a su

lógica de concepción. Es decir un mensaje se convierte en diversas

aristas de pensamiento y acción de acuerdo al sentido intersubjetivo de

cada interlocutor.

Otro eje importante para el fortalecimiento de la innovación social

es la novedosa forma de existencia o presencia que pueda tener la

comunidad, al contar con un sitio en el ciberespacio, el cual no solo le

permite gestionar sus procesos y establecer lazos de relación endógena y

exógena, sino que también se convierte en vía de diversificación

económica al presentar sus potencialidades productivas y culturales, ya



que este espacio virtual representa la vitrina de sus representaciones

colectivas.

Consideraciones de cierre.

La simbiosis de la investigación e innovación en el contexto

comunitario, especialmente para la apropiación de la ciencia y la

tecnología, constituye un conjunto de componentes donde es esencial la

participación protagónica, ya que partir de esta se fundan las relaciones

de cooperación, asociación, colaboración, compromiso, respeto mutuo y

solidaridad que son fundamentales para el reconocimiento y consenso

social.

La innovación social se vislumbra como un entramado de

relaciones, interacciones e interdependencias que emergen de los

procesos investigativos, reflexivos y de acción, mediante los cuales

surgen producciones sociales, culturales, económicas, técnicas, políticas

y tecnológicas, como una red autopoiética que se autorregula y

autoconforma permanentemente.

De igual manera, la sistematicidad investigación e innovación con

criterio social, se convierte en un proceso dialógico que lleva consigo un

flujo y reflujo de saberes, ya que según Morín (2002) permite en un mismo

espacio cognitivo la coexistencia y complementariedad de pensamientos

antagónicos, cuya manifestación y materialización se presenta en la

práctica social y su dinámica dialéctica a través de la cual se genera,

transmite y distribuye conocimiento y tecnología con criterio social.

La apropiación y sociabilización de la ciencia y la tecnología se

recrea en la participación protagónica de los actores comunitarios y el

grupo investigador, a la luz de la refundación de un nuevo estado social y

humanista y trae consigo un conjunto de procesos de cambios y

transformación social, necesarios para lograr el equilibrio dinámico que

posibilite una condición ecológico-natural planetaria y un beneficio socio-

económico colectivo.



Referencias Fals Borda O. (1978). El Problema de cómo Investigar la realidad para

Transformarla. Federación para el Análisis de la Realidad Colombiana. FUNDABCO. Bogotá. Colombia

Hopenhayn, M. (2005). Las Innovaciones en los Sectores Sociales. (CEPAL). Barcelona. España.

Ley de Comunas (2010). Gaceta Oficial Nº 6.011 Maturana, H. (1997). De Máquinas y Seres Vivos, Autopoiesis de la

Organización de lo Vivo. Santiago de Chile: Editorial Universitaria. Morín, E. (2002). Educar en la era planetaria. Editorial Gedisa. España

Visión.



INVESTIGACION MILITANTE Y LAS TECNOLOGÍAS DE LA

INFORMACIÓN Y COMUNICACION

Dra. María Teresa Hernández

Introducción

La investigación es concebida como un viaje que hay que emprender

hacia lo desconocido del ser humano en sus relaciones con la sociedad,

cuyas coordenadas de tiempo y espacio, constituyen el interés del

investigador por el entendimiento de las significaciones que las personas

como actores sociales construyen acerca de la realidad, siendo ésta

compleja y multicontextual, en tanto, cada sujeto tiene su forma particular

de ver, percibir y conocer. Así la define Balza (2005), quien expresa

además, que es un medio que contribuye con sus avances teórico-

metodológicos al desarrollo de los colectivos humanos en sus múltiples

dimensiones ideológicas, políticas, culturales y otras que la conforman.

Por ello, la investigación se constituye en escenario de interacción

ampliando audiencias interculturales que mueve la vida de todos quienes

están allí, dentro de lo incierto y lo problemático, convirtiéndose en agente

cultural a partir de múltiples versiones para comprender y construir el

mundo. De allí que, el fortalecimiento de la sociedad consiste en

promover la libertad y la participación como forma plural del buen vivir,

para concebir la realidad de distintas manera. Justamente la

investigación militante se basa en ideas que surgen como resistencia a lo

establecido en el ámbito de las ciencias sociales, generando un abanico

de posibilidades para llegar al conocimiento, de cómo acercarse a la

realidad.

De allí que el artículo se centra en el análisis de este tipo de

investigación que no se ha propagado en nuestro país como tal. No



obstante Fals Borda, investigador colombiano, propone esta forma de

investigar como instrumento de transformación para en la práctica ir

transformando el conocimiento de lo histórico-social. En este marco,

Freire propone una pedagogía del oprimido, que rechaza lo conservadora

y reproductora de las relaciones sociales jerárquicas existentes,

proponiendo una metodología de aprendizaje activo, a partir de las

propias prácticas y vivencias, rechazando las pretensiones objetivistas del

método científico.

Desde ese entonces, es decir, desde hace más de dos décadas

emerge la investigación militante como resultado de las inquietudes que

han florecido en la sociedad para abordar la realidad y producir

conocimiento, para la resolución de situaciones determinadas que de una

u otra manera afectan el convivir de la humanidad. En un estudio, de

Díaz (2008), titulado “Orlando Fals Borda: Pensamiento crítico y

socialismo raizal”, se refiere al pensamiento de Borda quien reivindicó la

necesidad de una ciencia propia que diera cuenta de las realidades de los

países del Tercer Mundo y no evada la necesidad de su transformación

en el principio de la objetividad científica.

Características de la Investigación Militante

La investigación militante fue impulsada por intelectuales brasileños

como Miguel Darcy de Oliveira y Rosiska Darcy de Oliveira (1976),

desarrollando teorías a partir de los planteamientos de Freire desde el

punto de vista de la Educación Popular. De donde se bifurcan una serie

de corrientes de pensamiento científico social cuya preocupación común

es que el conocimiento que posee la gente que vive una realidad concreta

se convierta en la fuerza motriz de transformaciones individuales y

colectivas, materiales y culturales.



Estas coinciden que mediante la interacción entre sujetos (los

investigadores y la población) se forja una idea más clara sobre las

maneras de mejorar la calidad de vida, siendo los pobladores quienes

toman en sus manos la dirección y la conducción de ese proceso. De ésta

concepción, nacen la investigación acción participante planteada por Fals

Borda (1980) que vincula la reflexión de-coloniales aportando al campo de

investigación militante la necesidad de pensar desde el lugar de

afirmación de las comunidades en la construcción del conocimiento.

Para los autores citados, la investigación militante es un modo de

actualizar permanentemente el proceso de producción de conocimientos,

su aplicación tiene mejores resultados en pequeñas comunidades rurales

o urbanas mediante una visión ideológica y política. Con esta se busca la

movilización de alguna clase marginada, así como la defensa de sus

intereses; más que la solución de los problemas sociales.

Con la investigación militante no hay capacitaciones, sino

encuentros donde se exponen experiencias, reflexiones y decisiones en

las que la negociación no existe, ya que se conciben problemas de la vida

real y esta no se negocia. La metodología se construye en encuentros,

agendas y compromisos como pactos de creación de escenarios lo

suficientemente convocantes para los diferentes grupos participantes.

Estos parten de la libertad para encontrar desde aquello que

produce en el ser un sentido, como un proceso de enamoramiento de lado

y lado, que abre espacios específicos en los cuales todos tienen la

oportunidad de ir aportando desde los propios lugares de acción, los

sentidos y planes de vida en comunidad como autores de la propia

existencia.

En palabras de Fals Borda (1981), la investigación militante se

concibe como una nueva forma de lograr el conocimiento considerando la



aproximación a las realidades y alejándose de los rituales que desde el

positivismo se han dado al proceso investigativo.

Señala además, que la investigación militante es una forma posible

de intervenir sobre una crisis, en la cual se articula la acción colectiva y la

elaboración teórica. Fals Borda (ob cit), lo llegó a denominar como “hacer

ciencia rebelde”; lo cual exigía romper los marcos formales de enseñanza,

acabando con la inconveniente rutina académica y asumiendo una

investigación militante sin perder la rigurosidad científica.

Fals Borda delineó una sociología de la liberación, definida como la

utilización del método científico para describir, analizar y aplicar el

conocimiento para transformar la sociedad, trastocar la estructura de

poder y de clases que condiciona esa transformación y poner en marcha

todas las medidas conducentes a asegurar una satisfacción más amplia y

real del pueblo.

Desde esa perspectiva, la investigación militante más allá de asumir

la postura de un intelectual orgánico que puede formular preguntas e

interpretaciones para accionar en el mundo. La militancia en la

investigación significa construir conocimiento desde lo social para ampliar

los sentidos colectivos asumiendo la teoría como contra-poder que

recuenta versiones plurales de mundos políticos, económicos, sociales,

culturales, históricos, ambientales, entre otros.

En tal sentido, Azocar Añez (2013) expresa que la investigación

reescribe y reinscribe concepciones y prácticas de vida generacional que

convocan, para vincularlas a los propios ámbitos de actuación por

deconstruir la mirada homogénea sobre el desarrollo. La investigación

militante hace resistencia epistémica manteniendo el debate con las

ciencias, aún indisciplinándolas ganando autoridad y capacidad de

convocatoria a una realidad posible que está siendo creada con



referentes de actuación en el encuentro con aquello que ha sido y ha

habitado el mundo.

.

La investigación militante implica la desjerarquización de toda forma

de construcción del conocimiento. No podría hablarse de investigación

militante, cuando las comunidades meramente consultadas como

participantes con sus testimonios y relatos, requieren avanzar en la

intersección entre la academia y el activismo, así como en la capacidad de

autoría del teórico en las luchas sociales y de los agentes comunitarios en

la teoría.

En la investigación militante el investigador se involucra con el

método y el problema a trabajar, con énfasis en que la investigación no

puede ser ejercida por un investigador no militante, pues es mediante la

militancia puesta en práctica que el investigador llega al núcleo del

problema, logrando una visión apropiada.

Es decir se encuentra frente a las actitudes y como sería más útil

tratarlas en el caso particular de la comunidad afectada y cuando los

conceptos o hipótesis emergen del fértil campo de las ideas, se enfrentan

inmediatamente con la realidad y con la utilidad, si la tiene. Así los

encargados de hacerla práctica son los mismos sectores claves y grupos

establecidos, que llevan el método a la población, para luego recoger

impresiones frente a las soluciones expuestas sobre problemas

específicos.

En fin, el investigador desde la perspectiva de la investigación

militante, reconoce los escenarios como tal, con el mismo diseño de la

investigación, su ejecución, los procesos de sistematización y reflexión

desde una expresión de militancia para la apropiación de la realidad, para

construir los conocimientos objetivos y subjetivos, mas no lo saberes

porque estos los tiene el pueblo, que puedan ser utilizados en su



liberación, en la destrucción del sistema poderoso y en la construcción del

colectivismo.

Investigación Militante y Tecnologías de la Información y la

Comunicación

Desde el principio de la historia, la comunicación y los diversos

recursos que se disponían para transmitir información las tecnologías han

sido de vital importancia. El principal objetivo consistía en poder

entenderse entre dos o más individuos, hasta transmitir la cultura

existente y todo lo aprendido a las próximas generaciones, intentando

perder el mínimo detalle según se van transfiriendo dichos conocimientos.

Según Sánchez Vega (2011), las Tecnologías de la Información y

la Comunicación (TIC) agrupan elementos y técnicas utilizadas en el

tratamiento y la transmisión de la información, principalmente la

informática, Internet y las telecomunicaciones.

A lo largo del tiempo, el interés y la evolución de estos medios ha

sido realmente próspero, mostrando grandes adelantos en los últimos

años, incluso, se han llevado a cabo diversas adaptaciones para que se

puedan comunicar entre sí el mayor número de personas posible, creando

herramientas que promueven la facilidad de transmisión de información.

Desde esa perspectiva, la investigación militante apoyada en las

Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) constituye un

espacio por explorar. Las TIC ayudan a investigar sobre sí mismos,

expresando una visión del mundo, una mirada, una singularidad.

Para un investigador de esta modalidad se debe ser un activista,

alguien que cree que hay unos principios que orientan el modo de

entender la sociedad, donde se apropian de las tecnologías de la

información y del lenguaje audiovisual en su lucha contra lo hegemónico.



Su actividad pasa a estar centrada en la comunicación y la imagen,

integrando las expresiones escritas, visuales, audiovisuales y gestuales

de la cultura postmoderna.

Con la investigación militante se busca la movilización de alguna

clase marginada, así como la defensa de sus intereses; más que la

solución de los problemas sociales, lo cual si se considera el apoyo en las

TIC, específicamente con Internet se extiende una coyuntura creando una

representación a escala mundial y una multiplicidad de significados de tal

dimensión que una experiencia de acción directa estrictamente corpórea

no podría sostener. Además, es un modo de actualizar permanentemente

el proceso de producción de conocimientos y su aplicación tiene mejores

resultados en pequeñas comunidades rurales o urbanas mediante una

visión ideológica y política.

Para Sánchez Vega (ob,cit), la diseminación de los medios de

representación por medio de la red es uno de los grandes cambios que ha

transformado las posibilidades del activismo investigativo y básicamente

Internet, constituye el medio para dar a conocer múltiples actividades que

se desarrollan por medio de la investigación militante, destacando que

mantiene conectados en cualquier espacio geográfico a los miembros

militantes.

Internet brinda campos y propone espacios para obtener y generar

la información y la fluidez de la comunicación pasa a ser un requisito

indispensable para articular la mayor parte de las acciones desplegadas

por los militantes y para la distribución de la innovación cultural.

Asimismo, se construyen acciones colectivas en función de problemáticas

locales articuladas con las globales, o al revés y los movimientos se valen

de las redes para nivelar las relaciones de poder que se dan entre ambos

espacios.



A modo de conclusión

Cada vez más personas que transitan en un escenario de cambio de

paradigmas, abandona el modelo dual, positivista y vectorial conocido del

pasado y va entrando en otro dialéctico, emergente, más eventual y

motivador para asegurar un futuro, que sin relegar la prioridad del

desarrollo sea siempre más humano, donde la producción investigativa y

tecnológica se dirija primeramente a los sectores de clase popular y en

sus propios términos; es decir, escrita con ellos y por ellos (en el caso del

científico, éste se deja expropiar sus conocimientos técnicos por los

sectores claves para dinamizar su proceso histórico).

La investigación militante enfatiza según los postulados Fals Borda

(1972), la relación que existe entre lo educativo, lo político y lo científico.

En ese sentido, se pretende poner la producción de conocimiento al

servicio de la transformación social, política, económica y educativa, lo

que conduce necesariamente a una revisión de la teoría y métodos de

investigación. En consecuencia, uno de los objetivos fundamentales de la

investigación militante es la formación de líderes, conductores de

procesos de liberación.

Con base a lo descrito, la investigación militante podrá ser

desarrollada en escenarios que respondan a las características

presentadas, con el propósito de lograr la transformación social como fin

último de este proceso. En tal sentido, la investigación militante es

condición ineludible para la construcción del conocimiento desde el

colectivo que asume el compromiso de participar.

Por ello se hace necesario profundizar y hacer de la investigación

militante, una investigación acción reconocida, con el fin de tener la

oportunidad de experimentar nuevas maneras de explicar, interpretar la

realidad. Acción esta que de una u otra manera debe orientar la



transformación de la sociedad y lograr calidad de vida que se plantea en

los abordajes de la investigación militante. De allí, la importancia y

relevancia de las TIC, donde las transformaciones en las prácticas

sociales y la cultura política de colectivos sociales se apropian de las

tecnologías de la información y del lenguaje audiovisual en su lucha

contra hegemónica.

Su actividad pasa a estar centrada en la comunicación y la imagen,

integrando las expresiones escritas, visuales, audiovisuales y gestuales

de la cultura contemporánea. Las TIC, en particular por tratarse de un

área de importancia estratégica en términos del proceso de producción de

conocimiento global, pues el mundo se encuentra ahora interconectado y

los actores operan en una amplia red de interacción que trasciende las

fronteras nacionales. En la vida cotidiana los medios electrónicos, la

fotografía en la prensa escrita, el cine o la televisión generan imágenes

como parte de sus actividades propias de producción y distribución de

conocimientos que operan como formas de acción social.

Estas formas de acción social, con fines de protesta y denuncia, son

desplegadas también por redes de colectivos y movimientos sociales por

medio de la radio y la televisión comunitarias, portales en la red, radios

por Internet, fotografía y video, arte militante y otras experiencias que

centran la actividad en la comunicación y la imagen, integrando las

expresiones escritas, visuales y gestuales, constituyendo nuevas formas

de intervención política, con soporte en Internet y en las tecnologías

digitales.

Incorporadas desde fines de los noventa por los movimientos de

resistencia global a nivel mundial, por diversos colectivos sociales y

culturales involucrados en las luchas de los movimientos sociales. De ahí,

la relevancia de las TIC en los procesos de activismo social y político



según Sabada y Roig (2004: 203-206); como nuevas estrategias de

acción colectiva y estética de la protesta.

Referencias Azocar Añez, O (2013) Fals Borda y Freire, en el ideario

latinoamericano. Guanare Botero, P. (2012). Investigación y acción colectiva –IAC–Una

experiencia de investigación militante Fals Borda, O. (1981). Sociología de la liberación, Bogotá, Siglo XXI,

Carlos Valencia Editores Galleo, M.J. (1996). La tecnología educativa en acción, Granada, Force Sánchez Vega, E. (2011). El uso de las TIC; un hábito actual de los

estudiantes universitarios. Buenas prácticas con TIC para la investigación y la docencia. Málaga: Universidad de Málaga.

Sabada I Y Roig, G (2004), "Nodo50. Territorio Virtual para los movimientos sociales y la acción política", en: La red es de todos. Cuando los movimientos sociales se apropian de la red. Madrid, Popular.



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