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La invisibilidad regional
Cristián Medina Valverde
Proyecto FONDECYT Nº 1120405
Profesor UCSC
El estudio del desempeño económico y socio-político de las regiones de Chile es un
tema que se ha tomado el debate político y académicos por varias razones. En lo político
está la crítica al alto centralismo del país que ha limitado la toma de decisiones locales
disminuyendo las posibilidades de crecimiento homogéneo. En lo económico la opción
de transitar hacia una economía en desarrollo ha puesto en evidencia las diferencias en
la estructura económica y social de las regiones. La (in) visibilidad regional ha estado
en el último tiempo en la base de una cierta retórica discursiva común que se ha
escuchado en un buen número de provincias en Chile (Todo Chile es Chile, Más región,
mejor país, etc. ), la que ofrece singularidades propias según sea la región y en la que la
conformación, distribución y posición geográfica que ocupan dentro del país (zonas
extremas como Aysén, Arica - frontera interna como la región del Bio Bio) juega un
papel muy importante aunque no exclusivo al momento de la construcción de un
imaginario regional.
El Estado chileno se formó y consolidó bajo la matriz de expansión centro-
periferia con el predominio de una cultura centralista que elaboró un modelo de
desarrollo regional no inclusivo cuyo correlato ha sido el papel invisible asignado a las
regiones donde el caso más brutal es el de las zonas extremas -Aysén, Magallanes- pero
no son los únicos, Freirina y Calama son otro claro referente de lo que afirmamos.
Una auténtica descentralización implica desafíos y problemas nacionales: pérdida
de influencia de la capital, dispersión de cuotas reales de poder, traspaso de
competencia de decisión, nuevas políticas distributivas y macroeconómicas debido al
mayor acceso de los gobiernos regionales y locales a diversas fuentes de
financiamiento, etc.. Por la tradición centralista, común a los países latinoamericanos, la
descentralización no sólo es un cambio político sino también socio-cultural, es otra
forma de ver la relación estado-sociedad.
Durante ya demasiado tiempo la realidad primero de las provincias y luego de las
regiones se ha visto desde Santiago como una porción territorial de horizonte lejano y
por tanto su papel es más bien invisible y/o funcional casi anecdótico dentro del
acontecer político, social y económico que domina desde Santiago.
Esta visión no toma en cuenta que el desarrollo territorial y la relación entre la
institucionalidad estatal y las sociedades regionales y locales, necesita que la
gobernanza se presente como una condición necesaria para lograr un desarrollo
incluyente y la gobernabilidad. En otras palabras, debemos avanzar hacia un enfoque
que permita asociar el desarrollo económico, con la institucionalidad estatal y la
participación activa de la ciudadanía en todas las regiones de Chile.
El diagnóstico ya está hace mucho disponible y sabemos que como país tenemos
asignaturas pendientes, ecuaciones complejas que tendrán que ser resueltas para salir así
de las antinomias si se desea alcanzar para Chile la meta de un desarrollo nacional que
sea inclusivo y visibilice a sus regiones.