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PODER JUDICIAL DE LA NACION
RESOLUCION N°
///Cuarto, once de marzo de dos mil trece.
AUTOS Y VISTOS: Estos autos caratulados: “UNIVERSIDAD
NACIONAL DE RIO CUARTO C/SECRETARIA DE AMBIENTE DEL
MINISTERIO DE AMBIENTE, AGUA Y ENERGIA DEL SUPERIOR GOBIERNO
DE LA PCIA. DE CORDOBA Y EPEC- Amparo Ley 16.986” , (Expte. 1-
U-2013),
Y CONSIDERANDO:
I.- Que a fs.131/148vta. comparece el señor Javier
SALMINIS en su carácter de Vicerrector de la Universidad
Nacional de Río Cuarto, conforme acreditación que realiza
mediante Resolución 8/11 cuya copia rola a fs. 1/2 de autos y
promueve acción de amparo en los términos del art. 43 de la
Constitución Nacional y Ley 16.986 contra la Secretaría de
Ambiente del Ministerio de Ambiente, Agua y Energía del
Superior Gobierno de la Pcia. de Córdoba y EPEC tendiente a
que se resuelva la continuidad de las operaciones de puesta
en funcionamiento definitivo de la antena cuyo cese se
dispuso, ello a los fines que se inicien o prosigan las
transmisiones de canales de TV públicos y privados.
Cautelarmente pide se dicte una medida –en los términos del
art. 230 del CPCN- a los fines que se suspendan los efectos
de la Resolución 864/12 dictada por la Secretaría de Ambiente
nombrada en cuanto dispuso el cese de las operaciones y de la
Resolución 76584/12 dictada por la Empresa Provincial de
Energía de Córdoba que ordena rescindir el Convenio de
utilización conjunta de inmueble e infraestructura que
celebrara con AR-SAT en fecha 12/03/2012. Subsidiariamente
postula se dicte medida cautelar de no innovar ordenando que
la Secretaría de Ambiente se abstenga de desmantelar la
antena en cuestión hasta tanto se resuelva sobre el fondo de
la presente, ello a efectos de evitar un daño irreparable con
afectación del derecho público de acceder a las transmisiones
del sistema público y privado gratuito de medios y de los
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derechos legales y constitucionales de su mandante. Justifica
la competencia del tribunal y su legitimación.
En el relato de los hechos da cuenta que, en
cumplimiento de la Ley 26.522 el Estado Nacional, a través de
la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales S.A. (AR-SAT)
y en razón de las ventajas que implicaban para ambas
entidades, trabó contacto con funcionarios de la Provincia de
Córdoba, para suscribir con fecha 12/03/12 con la Empresa
Provincial de Energía de Córdoba, Convenio de utilización
conjunta de inmueble e infraestructura, beneficioso no sólo
para la población en general sino también para la propia EPEC
a la que se le cedería la propiedad de la infraestructura una
vez concluido el convenio o contrato de comodato. Que en
razón de la importancia de los fines perseguidos y de las
concretas ventajas que recibiría EPEC ésta cedió el uso del
espacio por un plazo de quince años en base a lo cual AR-SAT
procedió a iniciar las construcciones con el costo millonario
que implicaban. Que AR-SAT avanzo con las obras dejando
prácticamente terminada la torre a fines del año 2012,
realizadas las pruebas de rigor y en condiciones de
transmitir; agregan que la antena ya había transmitido
señales y en fecha 7/12/12 se realizaría el lanzamiento
formal del sistema, siendo que el mismo ya se encontraba en
condiciones de funcionamiento. Destaca que en el marco del
Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre (SATVDT) se
concluyó con la instalación de la Estación Digital Terrestre
gratuita y pública en el predio cedido por la EPEC. Refiere
que con fecha 30/11/12 la Secretaría de Ambiente procedió a
inspeccionar el predio constatando la existencia de la
antena, para luego en fecha 3/12/12 emitir la Resolución
864/12 por medio de la cual ordenó el cese inmediato y
precautorio de la antena; que solo un día después, el 4/12/12
EPEC emitió Resolución 76584/12 ordenando rescindir el
convenio con ARSAT y notificar lo propio a la empresa; que el
día 5/12/12 la Secretaría de Ambiente procedió a clausurar
las instalaciones y decomisar los equipos que se encontraban
en el lugar. Tomado conocimiento de ello, el Rectorado de la
Universidad emitió un comunicado expresando su marcada
preocupación por la clausura de la antena e instando a las
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partes a que reconduzcan sus actuaciones de manera de dar
continuidad al proyecto público comunicacional; que en fecha
11/12/12 el Consejo Superior de la UNRC emitió Resolución
371/12 expresándose en igual sentido que el Rector. Finaliza
la exposición de la secuencia fáctica dando noticia de que
los días 26 y 27 de enero, el Rectorado de la Universidad
local remitió a las autoridades del Ministerio de
Planificación Federal y de AFSCA-Córdoba y AFCA-Nación una
nota rechazando lo resuelto por EPEC, solicitando se le
remitan copias de las actuaciones realizadas por ellos y
expresando su intención de defender en todas las instancias
su derecho a transmitir la señal que se le asignó
oportunamente. Refiere a la situación de otras clausuras de
antenas en las localidades de Leones y Villa María que
originaron las presentaciones judiciales que indica ante el
Juzgado Federal N° 2 de Córdoba.
Agrega que con fecha 13 y 14 de febrero del cte. año la
UNRC compareció ante la Secretaría de Ambiente a tomar vista
del Expte. 0517-018644/12 junto con la Defensora del Público,
sin obtener respuesta hasta la fecha.
Profusamente expone sobre la creación del Sistema
Argentino de Televisión Digital Terrestre (TDT) en la
República Argentina, declarándose de interés público la
Plataforma Nacional de Televisión Digital Terrestre que
estará integrada por los sistemas de transmisión y recepción
de señales digitalizadas. Señala que el desarrollo de la
plataforma optimizará y garantizará el acceso al servicio de
Televisión Digital Terrestre Pública y Gratuita y sus
beneficios a todos los habitantes de la Nación, creándose por
Ley 26.092 la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales
Sociedad Anónima AR-SAT que llevará adelante las acciones
necesarias que permitan la provisión de facilidades y
servicios satelitales y/o conexos, servicios de transporte de
señales y sus correspondientes enlaces para el desarrollo y
la implementación de la infraestructura de la Plataforma
Nacional de Televisión Digital Terrestre. Compete a ARSAT
-aduce- diseñar e implantar escenarios para un
aprovechamiento eficiente de esas capacidades de transporte
de información y una interrelación óptima de los servicios
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soportados, en función de los continuos avances tecnológicos.
De este modo ARSAT es el instrumento del Estado Nacional para
llevar a cabo la provisión de facilidades y servicios
satelitales y/o conexos, servicio de transporte de señales y
sus correspondientes enlaces en todo el territorio de la
República Argentina con evidente sentido federal, para
mantener la gratuidad del servicio de televisión abierta;
permitir el más amplio desarrollo de la ciudadanía y
desarrollar la industria nacional, incentivando el
surgimiento de nuevos medios, la creación de empleo asociado
y el estímulo de tecnología apropiada, contemplando la
transferencia tecnológica.
Dice que a través del sistema se logra la consecución
del programa denominado “Argentina conectada” que permite el
uso del servicio de internet a las personas que están en los
lugares más recónditos del territorio y resultaban hasta
entonces unos excluidos tecnológicos.
Que en el caso, la Provincia de Córdoba pretende
mediante actos arbitrarios abusar del ejercicio del poder de
policía reconocido por el inc. 30 del art. 75 de la
Constitución Nacional, toda vez que, de todas las
alternativas disponibles se optó sin ninguna necesidad por la
más gravosa para el interés público y los fines federales,
existiendo una desproporción alevosa entre el fin perseguido
y la decisión adoptada, la que no tuvo en cuenta la magnitud
del daño concreto que se genera a los miles de usuarios que
se ven privados del servicio de Televisión Digital Gratuita.
Refiere que mediante Resolución 687/2011 a las universidades
nacionales se les asignaron frecuencias de la banda de UHF
para transmitir Televisión Digital abierta, siendo la
frecuencia 30 la asignada a la Universidad Local, la cual se
emitiría por medio de la antena cuya clausura fue ordenada
por la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba.
Destaca las acciones emprendidas por UNRC para la puesta al
aire de la Televisión digital en la ciudad de Río Cuarto.
Desarrolla argumentalmente acerca de la procedencia de la vía
de amparo escogida. Acusa falta de causa en la decisión
administrativa de clausura destacando que la Comisión
Nacional de Comunicaciones en la Nota 423 del 29/10/2010
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indicó que los niveles de radiación no ionizantes que se
generan están por debajo de los niveles aceptados y
permitidos refiriendo que adjunta copia del estudio
pertinente. Impugna la Resolución 864/12 de la Secretaría de
Ambiente Córdoba, que dispuso el cese inmediato y precautorio
de la actividad hasta tanto se regularicen la documentación
en el marco de la Ley 7343 y su decreto reglamentario.
También ataca la Resolución 76584/12 dictada por EPEC. Pide
citación como terceros interesados de la Autoridad Federal de
Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), del Defensor
del Pueblo de la Nación y a la Empresa Argentina de
Soluciones satelitales S.A (ARSAT). Ofrece prueba documental
y formula reserva del caso federal.
II. Corrida vista al señor Fiscal a los fines de la
competencia la misma es evacuada a fs. 150 de manera
favorable a la intervención de este tribunal.
III. Así las cosas y puesto a resolver acerca de la
medida cautelar dispuesta corresponde liminarmente analizar
si se reúnen en autos los recaudos suficientes a los efectos
de su procedencia.
En cuanto a la Verosimilitud del Derecho, conocida
como el humo del buen derecho, requiere de la constatación
por los menos en grado de apariencia, de su existencia. Se
requiere para ello, cuanto menos, una visión periférica del
caso, sin necesidad del grado de certeza. Además, la
circunstancia de dictarse inaudita parte, impide conocer
todos los aspectos que rodean el tema.
En este orden de apariencia probable, observo que la
amparista, en su calidad de actor comunicacional público en
el marco de la Ley 26.522, encuentra impedimento a la emisión
de la señal universitaria si carece de la infraestructura que
ha sido ordenada cesar en su instalación por la Secretaría de
Ambiente de la Provincia de Córdoba mediante Resolución 864
del 3 de diciembre de 2012 (vide fs. 3/4). Se suma a dicha
decisión estatal, la rescisión unilateral del Convenio entre
ARSAT y EPEC dispuesta por esta última empresa con fecha 4 de
diciembre de 2012 (fs. 128/129) por violación de la cláusula
primera de dicho Convenio, referida a la autorización de
entidades y organismos competentes con que debe contar ARSAT.
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Conforme la exposición de los hechos realizada en la
demanda advierto la posibilidad de confrontación de, por un
lado, el derecho de expresión y acceso al servicio de TV
gratuita de una multiplicidad de miembros de la comunidad
centro-sur del país que se vería cercenado si se carece de la
infraestructura necesaria que posibilite la emisión de la
señal universitaria otorgada en el marco de la Ley Nacional
26.522; por el otro, el derecho a ejercer el poder de policía
que esgrime la Provincia demandada para disponer el cese de
la operación de instalación de antena, hasta que se cumpla la
presentación de la documentación necesaria. Finalmente la
decisión de EPEC de rescindir el convenio que la vinculaba
con ARSAT por violación de la cláusula primera del pertinente
convenio se presenta como una consecuencia –en principio- de
lo decidido en el orden provincial.
De las pruebas obrantes en autos se desprende que el 30
de noviembre de 2012 la Comisión Técnica Interdisciplinaria
recomendó el cese inmediato y precautorio de la actividad
hasta tanto se regularice la presentación de la documentación
pertinente en el marco de la Ley 7343 por lo que, la
Secretaría de Ambiente de la Provincia dictó la Resolución
864 con fecha 3 de diciembre de 2012.
Que con posterioridad a ello –el día 4 de diciembre-
ARSAT comunico a la Secretaría homónima que se desarrollan
obras vinculadas al despliegue de infraestructura de la
Plataforma de Transmisión de todo el país, anunciando la
presentación en los próximos días del Aviso de Proyecto (vide
fs. 24); que a fs. 25/97 obra presentado el mencionado Aviso
de Proyecto en fecha 13 de diciembre de 2012, sin que se
conozca la existencia de una decisión de la autoridad
ambiental provincial que haya modificado –a tenor de dicha
presentación- la inicial decisión de cese de la obra que se
motivara, precisamente, en la falta de documentación
exigida por la Ley 7343.
No puede desconocerse de dicha secuencia temporal que, al
momento en que la autoridad provincial dispusiera el cese de
la obra, la empresa obligada se hallaba en mora en su
presentación documental. No obstante ello a criterio del
suscripto la exigencia documental habría sido abastecida con
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la presentación posterior, salvo la existencia de
observaciones, insuficiencias y/o irregularidades que ella
pudiere presentar a tenor de lo cual se justifique mantener
la decisión de la Provincia de suspender las obras de
infraestructura y que al presente este juzgador ignora si
existen.
Creo necesario focalizar que, el estado de cosas
presentado denota incertidumbre para una franja ciudadana
(que según aviso de proyecto de la obra es la población
departamental que se ubica en tercer lugar de la Provincia,
vide fs. 37), que puede verse negada de acceder al servicio
de Televisión Digital Terrestre (pública y gratuita) sin
conocer las razones por las que, pese a la presentación –
maguer tardía- de la documentación de parte de la empresa
obligada, subsiste el estado de clausura.
En esta confrontación de derechos, debo privilegiar, en
esta instancia del proceso, y a tenor de la presentación
documental que con ulterioridad a la Resolución 864/12
realizara ARSAT el libre acceso a la comunicación que deben
tener los habitantes locales, sin que ello importe desdeñar
las razones que pueden ser invocadas por el ente Provincial,
para impedir la continuidad de la obra lo que será
verificable en la oportunidad procesal correspondiente.
Repárese que el comunicarse es un derecho humano
contemplado no solo en nuestra carta magna sino en los
Tratados Internacionales. Hoy no se entiende que pueda
existir un conjunto poblacional alejado de la comunicación,
porque ella comprende los factores y valores mínimos del
individuo y del núcleo que lo rodea, en su pueblo o en otras
latitudes; hace al desarrollo, beneficia al conocimiento,
aleja el desarraigo y su privación debe venir de una
disposición que cabalmente demuestre la inconveniencia del
sistema.
Por otro lado, de manera elocuente la doctrina afirma que
en la era de la globalización el derecho a la comunicación
resulta fundamental para la calidad democrática y el avance
hacia un verdadero Estado de Derecho siendo en un sistema
democrático indispensable que la ciudadanía pueda ejercer su
derecho a informarse sobre cualquier tema.
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En este contexto, la sociedad civil, académica, medios y
ciudadanía, deben apropiarse de este derecho para
defenderlo. La Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha
ocupado en establecer la relevancia de la libertad de
expresión en la sociedad democrática: es sustento y efecto de
ésta, instrumento para su ejercicio, garantía de su
desempeño. Hay una relación evidente entre el despliegue de
la expresión y el goce de la libertad.
El orden público democrático reclama, pues, la defensa de
la libertad de expresión, garantizándose las mayores
posibilidades de circulación de noticias, ideas y opiniones,
así como el más amplio acceso a la información por parte de
la sociedad en su conjunto. La libertad de expresión se
inserta en el orden público primario y radical de la
democracia. La libertad de expresión es una piedra angular en
la existencia misma de una sociedad democrática.
En los términos del artículo 13 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, la libertad de expresión se
analiza en dos dimensiones, que se reclaman y sustentan
mutuamente. Por una parte, existe la llamada dimensión
individual , que asegura la posibilidad de utilizar cualquier
medio idóneo para difundir el pensamiento propio y llevarlo
al conocimiento de los demás. Los receptores potenciales o
actuales del mensaje tienen, a su vez, el derecho de
recibirlo: derecho que concreta la dimensión social de la
libertad de expresión. Ambas dimensiones deben ser protegidas
simultáneamente. Cada una adquiere sentido y plenitud en
función de la otra.
Quienes están bajo la protección de la Convención tienen
no sólo el derecho y la libertad de expresar su propio
pensamiento, sino también el derecho y la libertad de buscar,
recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole.
En su dimensión individual, la libertad de expresión no
se agota en el reconocimiento teórico del derecho a hablar o
escribir, sino que comprende además, inseparablemente, el
derecho a utilizar cualquier medio apropiado para difundir el
pensamiento y hacerlo llegar al mayor número de
destinatarios.
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En su dimensión social la libertad de expresión es un
medio para el intercambio de ideas e informaciones y para la
comunicación masiva entre los seres humanos. Implica el
derecho de todos a conocer opiniones y noticias.
La expresión y la difusión de pensamientos e ideas son
indivisibles. Una restricción de las posibilidades de
divulgación representa directamente, y en la misma medida, un
límite al derecho de expresarse libremente.
La sociedad debe observar cuidadosamente el ejercicio de
la libertad de expresión, que le sirve directamente. Es
necesario que exista “atención social” hacia ese ejercicio,
como garantía para quien lo practica y para la propia
sociedad y sus integrantes.
El control democrático por parte de la sociedad, a través
de la opinión pública, fomenta la transparencia de las
actividades estatales y promueve la responsabilidad de los
funcionarios sobre su gestión pública, “Esto implica que la
libertad de expresión adquiera un doble valor: el que le
corresponde por sí misma, en su calidad de derecho
fundamental, aun sin tomar en cuenta la conexión que guarda
con los restantes derechos básicos así como el papel que
cumple en el conjunto de la vida social, y el que posee desde
una perspectiva “funcional”: por el servicio que brinda a la
existencia, subsistencia, ejercicio, desarrollo y garantía de
otros derechos y libertades. Los restantes derechos padecen,
declinan o desaparecen cuando decae la libertad de expresión.
La defensa de la vida, la protección de la libertad, la
preservación de la integridad personal, el respeto al
patrimonio, el acceso a la justicia deben mucho a la libertad
de expresión, desplegada como crítica o poder de denuncia,
exigencia individual o colectiva. De ahí que el autoritarismo
suela desplegarse sobre la libertad de expresión, como medio
de evitar el conocimiento puntual de la realidad, silenciar
las discrepancias, disuadir o frustrar la protesta y cancelar
finalmente el pluralismo característico de una sociedad
democrática. Y de ahí, también, que la “sensibilidad
democrática” se mantenga en permanente estado de alerta para
prevenir y combatir cualesquiera infracciones a la libertad
de expresión, que pudieran traer consigo, en el futuro
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cercano o distante, otro género de opresiones” (La Libertad
de Expresión en la jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, Sergio García RAMIREZ y Alejandra
GONZALEZ, primera edición 2007 ISBN 978-970-765-064-0,
ejemplar de distribución gratuita)
Frente a ello, no escapa a quien suscribe la presente que
la proliferación de actividades dañosas del ambiente obliga a
regularlas para su encuadre en los límites de lo licito,
propugnándose por medio de disposiciones legales la
protección de bienes esenciales para la vida del hombre tales
como el patrimonio natural y cultural, la salud pública, la
integridad psicofísica, la tranquilidad, etc.
Debo señalar que la Ley 7343 responde a las exigencias de
los tiempos modernos, que nos enfrentan al paradigma de la
“sociedad del riesgo global” exigiendo acciones positivas del
Estado en procura de proteger la salud de sus habitantes
frente a los posibles efectos nocivos que pudieren resultar
de la exposición a campos electromagnéticos. En tal cauce el
principio precautorio, adoptado en el art. 4 de la Ley
25.765, indica que todo daño a la salud o al medio ambiente
debe ser evitado o minimizado a través de medidas de carácter
preventivo. La norma que se anuncia dispone que “cuando haya
peligro de daño grave o irreversible la ausencia de
información o certeza científica no deberá utilizarse como
razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en
función de los costos, para impedir la degradación del medio
ambiente”.
El principio enunciado ha sido receptado en diversos
instrumentos y declaraciones internacionales correspondiendo
sólo a título de ejemplo mencionar la Declaración de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y
el Desarrollo de Río de Janeiro de 1992 –art. 15-, el
“Tratado de Maastricht” de la Unión Europea –art. 130 R-2-,
resultando aplicable cuando una determinada actividad o
tecnología se plantea como una amenaza para la salud humana o
medio ambiente, debiendo tomarse medidas aun cuando algunas
relaciones de causa y efecto no se hayan probado
científicamente en su totalidad. Este principio representa el
derecho y la obligación que posee el Estado de adoptar
11
medidas para evitar o disminuir un posible daño o perjuicio
aún no comprobado científicamente. La incertidumbre recae
sobre el saber científico en sí mismo, lo que demuestra que
la toma de decisiones en forma precautoria aparece como
sensata.
Finalmente resulta propicio recordar que de acuerdo con
la distribución de competencias que surge de la Constitución
Nacional, los poderes de las provincias son originarios e
indefinidos, y en el marco de dichas facultades gozan de la
potestad de darse sus leyes y ordenanzas conservando
soberanía absoluta en lo relativo a las leyes de policía y
toda aquella cuestión que se juzgue conducente al bienestar y
prosperidad. Concretamente, y alcanzando el poder de policía
tanto a las antenas cuanto a la obra civil, esto es
estructuras en que ellas asientan, corresponde a las
jurisdicciones locales la regulación de sus emplazamientos
físicos; en resumidas cuentas le compete a la autoridad local
la regulación de los usos del suelo, la localización de las
actividades y las condiciones de habilidad y seguridad.
Lo hasta aquí expuesto nos conduce a afirmar que la
Provincia demandada tiene facultades a los fines de
reglamentar la instalación de las antenas, en tanto ejerce de
esa manera el poder de policía sobre las edificaciones,
existiendo actual incertidumbre acerca de si, en el presente
la potestad Provincial ha sido ejercida en tutela del interés
ambiental de los ciudadanos locales, o solo responde a
exigencias formales que no han sido cumplidas -
temporáneamente- de parte de las obligadas.
En punto al Peligro en la demora, la doctrina coincide en
señalar que el dictado de las medidas cautelares responde a
la necesidad de evitar aquellas circunstancias que en todo o
en parte impiden o hacen más difícil o gravosa la consecución
del bien pretendido (Chiovenda, Principios del Derecho
Procesal Civil, V. I., pág. 278) o en cuya virtud el daño
temido se transforma en daño efectivo (CALAMANDREI,
Introducción al Estudio Sistemático de las Medidas
Cautelares, pág. 17), por lo que, tales acontecimientos, si
se registraran, ocasionarían directamente la frustración del
derecho. Por lo tanto, es lícito obviar la espera y dispensar
12
de la certidumbre absoluta acerca de que la actuación normal
del derecho llegará tarde. Basta con la sola posibilidad que
ello ocurra, con el alea de sufrir el perjuicio. Alcanza con
el temor del daño, pues ello configura un interés jurídico
que justifica el adelanto jurisdiccional. Este legítimo
interés en obrar proviene del estado de peligro en el cual se
encuentra el derecho principal. (ALLORIO, con cita de
PODETTI, Tratado de las Medidas Cautelares, ed. 1956, pág.
52).
Se considera que existe peligro en la demora toda vez que
medie fundado motivo para temer que durante el tiempo
anterior al reconocimiento judicial del derecho, éste pudiere
sufrir un perjuicio inminente o irreparable. Es decir,
circunstancias, razones, motivos o hechos conforme a los
cuales, según el curso natural y ordinario de las cosas,
puede seguirse el perjuicio que se intenta evitar. Ahora
bien, el grado de certeza que hay que allegar al órgano
jurisdiccional no es el pleno, cabal o incontrovertible,
sino, tan sólo, el de la apariencia.
Trasladados estos conceptos al caso de autos, resulta que
el periculum in mora está suficientemente acreditado, toda
vez que la Secretaría de Ambiente ha ordenado la clausura y
el cese de la operación de instalación necesaria para la
transmisión satelital que la accionada se encuentra en
condición de realizar en el marco de la Ley 26.522, sin que
hasta el presente obren elementos que permitan afirmar la
existencia de un peligro ambiental actual o inminente.
Por ello, y en aras de evitar el agravamiento de la
situación local se torna necesario tutelar cautelarmente con
el siguiente alcance: Ordenar a la Secretaría de Ambiente de
la Provincia de Córdoba y EPEC que se abstengan –por el
término de ciento veinte (120) días de desmantelar y/o
remover la antena y/o instalaciones anexas a ésta sitas en
Boulevard de Circunvalación Oeste entre calles De las Postas
y Perito Moreno (Coordenadas S 33º 6’, 29, 9 y W 64º 23’
10,00), debiendo en dicho término formularse de parte de la
autoridad ambiental las objeciones y ajustes necesarios de
la obra de infraestructura cuestionada y de parte de AR-SAT
S.A. satisfacerse tales requerimientos a los fines de su
13
adecuado ajuste legal. Sin contracautela en atención a lo
dispuesto por el art. 200 inc. 1º del C.P.C.N. y finalidad
procurada por medio de la medida cautelar postulada,
En virtud de lo expuesto y, normas legales citadas;
RESUELVO: 1.- Por Competente el Tribunal para entender
en la presente causa. 2. - Hágase lugar a la medida cautelar
impetrada por la Universidad Nacional de Río Cuarto.
Consecuentemente, se ordena a la Secretaría de Ambiente de la
Provincia de Córdoba y Empresa Provincial de Energía de
Córdoba (EPEC) se abstengan –por el término de ciento veinte
(120) días, de desmantelar y/o remover la antena y/o
instalaciones anexas a ésta sita en Boulevard de
Circunvalación Oeste entre calles De las Postas y Perito
Moreno (Coordenadas S 33º 6’, 29, 9 y W 64º 23’ 10,00),
debiendo en dicho término formularse de parte de la autoridad
ambiental las objeciones y ajustes necesarios de la obra de
infraestructura cuestionada y de parte de AR-SAT S.A.
satisfacerse tales requerimientos a los fines de su adecuado
ajuste legal, sin contracautela. 3.- Dese trámite a la
presente en los términos de la Ley 16.986 a cuyo fin
requiérase de las accionadas para que en el término de ocho
días produzcan el informe que prescribe el art. 8º de dicho
plexo legal. A la citación de ARSAT S.A hágase lugar a cuyo
fin cítesela por igual término. A tal fin ofíciese. 4.- A las
demás citaciones de terceros postuladas; oportunamente en
caso de corresponder. 5.- Protocolizar la presente y hacerla
saber, personalmente o por cédula.