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sintesis de la lengua de los romanos
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Reporte de lectura: La lengua de los romanos
Introducción
Antonio Alatorre comienza su texto refiriéndonos donde se encuentran las primeras palabras
escritas en español, siendo las glosas de textos latinos su origen de datación, y se encuentran en los
sermones de San Agustín de hace diez siglos. Da un recorrido por la historia de Roma en relación a
la evolución del latín y su expansión por el imperio, y la manera en que se manifestó en la zona de
Romania.
La Hispania romana
Resume la historia de Hispania en relación con Roma, y los personajes que tuvieron trascendencia
para la evolución del latín al español, entre estos: Plinio el viejo, Lucio Cornelio Balbo, Trajano,
Adriano, Porcio Latrón, Séneca el viejo, Higino, Séneca el joven, Lucano, Marcial, Pomponio
Mela, Columela y Osio de Cordoba. Reseña la repercusión de las lenguas prerrománicas en el
resultado de la lengua en Hispanía así como la influencia del cristianismo en los topónimos de la
región.
Latín hablado y latín escrito
Dilucida el tema del conocimiento de una lengua a través de sus textos remarcando la ausencia de la
lengua hablada de un pueblo en los textos de sus autores más importantes, pues los textos de gran
trascendencia son los que han pasado por un proceso de mayor difusión siendo estos los que usan el
lenguaje más refinado y menos común al hablante. Donde podemos encontrar rastros de la lengua
vulgar es en los apéndices del correcto uso de la lengua como el Apendix Probi escrito por Probo.
Finalmente termina el capitulo reflexionando sobre las correcciones en la lengua y las correcciones
entre los hablantes.
Latín vulgar
La reconstrucción del latín vulgar se ha hecho a partir de las variantes gramaticales en autores como
Plauto, Petronio y Apuleyo, junto a un examen minucioso de las lenguas romances actuales. El
autor enumera una lista con las palabras latinas, su uso vulgar y la palabra que llego al español.
De los seis casos gramaticales que tenía el latín, el español conserva solo el acusativo perdiendo la
m final, los demás fueron sustituidos por preposiciones y el uso del ille, illa. Las palabras esdrújulas
sufrieron la anulación de sus penúltimas sílabas al tener una vocal muy breve. Se puede vislumbrar
otros signos de reglas generales que se gestaron como cambios en la evolución del latín vulgar
como la pronunciación de ce/ci y ge/gi, la sonorización de la vocal sorda t, sin embargo en otros
casos es imposible deducir la regla de sustitución de palabras que parecieran completamente
diferentes.
En las formas verbales se conservaron parcialmente las desinencias de modo, tiempo, número y
persona de la voz activa, no así las de la voz pasiva y deponente, las cuales fueron sustituidas por el
verbo ser más el participio. Otra tendencia en los cambios del latín vulgar es ser más puntual en el
análisis de las expresiones manifestándose con mayor número de palabras de lo que sintéticamente
el latín clásico hubiera dicho pocas.
Lengua culta, lengua vulgar y lengua semiculta
En este último capítulo Antonio Alatorre hace la diferencia entre los diferentes tipos de palabras y
expresiones que dieron paso al español de hoy en día llamando cultismos a las adaptaciones del
latín y vulgarismos a las palabras que devienen de una culta pero que terminan por ser
completamente diferentes pero aceptadas con el uso. A mitad de estas dos quedaron los
semicultismos que son palabras que sufrieron el cambio en la lengua pero de forma muy notoria
como la palabra.
Comentario
El texto lleva al lector por la historia del latín deteniéndose en los cambios mas perceptibles de este,
dando ejemplos que intercala con los usos y reglas de mayor claridad que analiza y explica la
transformación desde el latín clásico que encontramos en los autores que fijaron los textos que hoy
conocemos y el latín vulgar que dio paso a las lenguas románicas. Me quedo con la reflexión que
hace acerca del cultismos y el vulgarismo, pues concuerdo con su postura de que son antónimos y
devienen en la oposición naturaleza y arte, pues los texto fijan el lenguaje y domestican la
comunicación del hombre para remitirlo a la civilización, mientras que los vulgarismos son parte
del continuo cambio que le corresponde al lenguaje; y entre estos dos dice Alatorre
“acaban por resolverse en una especie de equilibrio”.