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Guatemala, Abril de 2011
La Medicina Tradicional y la Amenaza
De los Tratados de Libre Comercio
DR-CAFTA Y ADA UE-CA
La Medicina Tradicional y la Amenaza
De los Tratados de Libre Comercio
DR-CAFTA Y ADA UE-CA
Estudio elaborado por:
Asociación para la Promoción y el Desarrollo de la Comunidad -CEIBA-
Con el apoyo de:
CORDAID
Coordinación del Estudio:
Carlos Humberto Muralles
Unidad de Investigación e incidencia CEIBA
Autor:
Cristina Chávez Alvarado
Multiservicios Agroindustriales
Revisión de contenidos:
Equipo de Dirección de Asociación CEIBA
Elías Raymundo Raymundo, Multiservicios Agroindustriales
Diseño de portada:
Melissa Reyes
El contenido del mismo es responsabilidad exclusiva de su autor.
Documento libre de propiedad intelectual. Se permite su reproducción parcial o total, con fines no
lucrativos, siempre que se cite la fuente.
ASOCIACION PARA LA PROMOCION Y EL DESARROLLO
DE LA COMUNIDAD “CEIBA”
Km. 56.5 carretera Interamericana
Casa No. 1-265. Buena Vista, Chimaltenango.
[email protected] Teléfonos: (00 502) 78396033 - 78391033
Programa de Salud de Agencia
Cristiana Católica de Holanda
iii
CONTENIDO
PRESENTACIÓN .................................................................................................................................... 1
1. MEDICINA TRADICIONAL MAYA .................................................................................................. 3
2. DE LA SUPERVIVENCIA A LA VIDA, NO A LAS PATENTES ........................................................... 10
2.1 Así Termina la Vida y Comienza la Supervivencia ............................................................. 21
3. CONCEPTOS IMPUESTOS ........................................................................................................... 25
4. DE LA RESISTENCIA HACIA EL RETO CRECIENTE Y GENERAL DE LUCHA POR LA VIDA .............. 39
5. VEINTE PRINCPIOS RECTORES DE LOS PUEBLOS ÍNDIGENAS FRENTE A LA AMENAZA
GLOBAL EN SALUD ..................................................................................................................... 51
iv
LISTA DE ACRÓNIMOS Y ABREVIATURAS
ADN Ácido Deoxiribunucléico ADA UE-CA Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y Centro
América ADPIC Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad
Intelectual relacionados con el Comercio AUTOADSCRIPCIÓN Cómo la gente se siente o quiere transmitirlo
BIOPROSPECCIÓN Búsqueda sistemática, clasificación e investigación para fines comerciales u holísticos de nuevas fuentes de compuestos químicos.
CDB Convenio sobre Diversidad Biológica COMMODITIES Productos cuyo valor viene dado por el derecho del
propietario DR-CAFTA Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos
Centroamérica y Republica Dominicana DEMOGRAFÍA Ciencia que tiene como objeto el estudio de las poblaciones
humanas DESINDIGENIZACIÓN Perdida de la identidad étnica de los grupos GATT Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio IPC Comité de Propiedad Intelectual INTERCULTURALIDAD Se refiere a la interacción entre culturas de una forma
respetuosa MONOCULTURAL Identidad cultural, lo que nos da pertenencia ONU Organización de las Naciones Unidas OMC Organización Mundial del Comercio OMPI Organización Mundial de la Propiedad Intelectual OIT Organización Internacional del Trabajo PIB Producto Interno Bruto SICA Sistema de Integración Centroamericana TLC Tratados de Libre Comercio TRIPS Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el
Comercio UNESCO Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura VISIBILIZACIÓN Hacer visible artificialmente lo que no puede verse a simple
vista
1
PRESENTACIÓN
Reconocidos estudiosos en los temas de salud y medicinas tradicionales estiman que un
80% de la población mundial recurre a estos tipos de conocimientos y recursos para su
bienestar. Pensamos que ello es producto de que en primer lugar tales conocimientos y
recursos existen, pero asimismo de que son eficaces y necesarios.
No es deseable ni se prevé posible el que ello deje de ser así. Hoy no es posible que deje
de ser así por la pobreza y el costo inaccesible de infinidad de medicamentos de patente.
Pero tampoco se prevé posible en el futuro, sobre la base de una opción de comprensión y
colaboración solidaria, y libertad verdadera.
En nuestros días, tanto el conocimiento de los pueblos originarios como la biodiversidad
del planeta enfrentan serios retos para sobrevivir y desarrollarse en sus propios términos.
Las causas de eso son múltiples, pero cabe destacar el que, sobre la persistencia de
ignorantes prejuicios discriminadores, viene a querer asentarse ahora el ímpetu renovado
de un modelo económico y político global.
De dichos prejuicios e ímpetus es que se deriva y viabiliza la implementación de aquello
que traen determinados acuerdos comerciales. Sobre todo los denominados de libre
comercio. Estos buscan, en primera instancia, a partir de normas legales y usos
mercantiles, imponer una forma de desenvolvimiento de un tipo particular de medicina,
así como un tipo único de medicamentos.
Además, si históricamente se han saqueado conocimientos eficaces de las medicinas
ancestrales y de los pueblos tradicionales e indígenas, ese interés subsiste y se amplía.
Por si fuera poco, tanto esas otras medicinas indígenas como sus conocimientos y recursos
son relegadas al olvido en un tipo de mundo promovido que no pinta muy libre, ni plural,
ni justo, ni sano.
Hay dinamismo en la medicina tradicional, no sólo hay conocimiento sino una capacidad
diferenciada y valiosa de conocer entre sus practicantes. Hay valores y principios entre los
que destaca la función social entre las comunidades. Pero hay también un derecho y
forma propia de incorporarse en la construcción de un mundo diferente. Donde estos
pueblos, que Naciones Unidas reconoce como un patrimonio cultural común a la
Humanidad entera porque es expresión de sí misma en su diversidad, aporten plenamente
no sólo sus secularmente ansiados tesoros y secretos, sino por su valor intrínseco y su voz
propia en cuanto a su manera de ver y construir la Vida.
2
El presente estudio procura aportar elementos de análisis en cuanto a los retos que una
visión deshumanizadamente mercantil de la vida y el mundo representan para los
sistemas de conocimiento mayas en el campo de la salud.
Se trata de una aproximación que recoge elementos generalmente poco considerados de
las visiones de comunidades mayas frente a las condiciones actuales y el cómo, en la
manera correcta de desenvolverse a través de ello, se hila la continuidad del pasado hacia
el porvenir.
El Quiché, marzo de 2011.
3
1. MEDICINA TRADICIONAL MAYA
De manera similar a como ocurre con la preservación de conocimientos calendáricos
prehispánicos, cuyas raíces se prolongan hasta el periodo clásico de la civilización maya
(sin plenamente representarlo en la actualidad), los conocimientos en salud pudieron
mantenerse en la medida que la Medicina europea de los siglos dieciséis al diecinueve
mostrara tanta inutilidad, más que desinterés, frente a la dura suerte de los entonces
proporcionalmente muy mayoritarios indígenas.
Hay quienes opinan que este ámbito, el de la salud, no fue de los más atendidos por el
poder colonial y en el primer siglo de la etapa independiente de Guatemala, pero ello
equivaldría a omitir la función de los curas al respecto de la gestión de la salud de los
cuerpos, pero sobre todo de las almas. Y, en tal sentido, corresponde considerar la
terrible serie de epidemias que fueron diezmando a las poblaciones, una y otra vez, frente
a la impotencia de ambas Medicinas.
Los estudios de demografía colonial de G. Lovell, por ejemplo, que detallan
abundantemente el efecto de aquellas variadas epidemias y fueron abatiendo el número
de población, por ello más que por otras causas de orden social, implicarían que hasta
mediados de los años cincuentas del siglo XX los indígenas pudieran recuperar la
demografía que tenían al momento del arribo de los españoles, en 1523.
Esto último hay que matizarlo con dos precisiones. La primera es que muy pocos años
antes de 1523 se estima que ya la población indígena maya en lo que es actualmente
Guatemala había experimentado una espantosa epidemia derivada de la ausencia previa
de contacto con otras regiones de la distribución humana, lo que implicó que la mitad de
su población muriera entonces, aún antes de que los españoles pusieran un pié en
Guatemala. Ello, producto de los naturales contactos e intercambios entre pueblos
mesoamericanos cuando ya aquéllos, de manera directa o indirecta, habían tomado
contacto con los europeos en otras regiones del continente. Es decir que ese descenso
tremendo de población indígena que va teniendo lugar en el curso de los siglos hasta
recuperarse a mediados del siglo XX, es mucho más severo si la estimación se hace
respecto de unos pocos años antes del arribo de los europeos en persona. Pero, por otra
parte, y este es nuestro segundo matiz, más relevante que el anterior: si a mediados del
siglo XX los indígenas recuperan el número de población que tenían en 1523, de entonces
a la fecha el proceso de desindigenización no ha parado. Es decir que, con todo y fallas en
las metodologías empleadas en el último Censo Nacional de Población (2002), de una
población tan mayoritaria en los siglos precedentes, ésta se redujo a alrededor de un 42%
4
según criterio del encuestador y, todavía menos, por autoadscripción (es decir, cómo la
gente se siente o quiere transmitirlo).
Veamos que las dos medicinas, la maya y la europea, durante cuatro siglos fueron
impotentes ante los problemas epidemiológicos que por largos cuatrocientos años se
presentaron. Pero, tal y como podemos constatar hoy, todo aquello que fuera de eso
sigue constituyendo la medicina cotidiana de las comunidades, es lo que incluso
sobrepasó en tal periodo a los conocimientos médicos europeos de la época. Y lo que es
más importante, que entonces la función priorizada en y como parte de su ignorancia por
estos actores del ejercicio colonial, fue el trabajo sobre los espíritus o las mentes. Esa otra
dimensión también se juega en la Medicina Maya y cobra un requerimiento y función
destacada frente a una serie de amenazas y efectos que están ligadas con el proceso de
desindigenización forzada, si bien muchas veces invisible, de las personas indígenas y sus
comunidades.
Estudios científicos interculturales más precisos podrían llevarnos a reconocer tanto los
valores y aportes de la Medicina Maya por especialidades, según una y otra perspectiva, y
el cómo la Medicina occidental fue recogiendo saberes y recursos de su propia historia
tradicional y la de otros pueblos del mundo.
Es innegable el avance de la Medicina occidental. Sin embargo, hay que señalar el hecho
de que una vertiente del conocimiento logró desarrollarse (la occidental) en tanto que
otras fueron relegadas a condiciones muy adversas e impuestas en su esfuerzo de hacer
eso mismo, medicina.
Asimismo, el cómo esa Medicina occidental, bajo un orden capitalista de funcionamiento,
ha ido constituyéndose en un mundo de sistemas, relaciones y flujos de poder económico;
no toda, por supuesto, pero sí su vertiente y tendencia principal. Y cómo, dicha lógica,
hoy vuelve a nuevas formas de saqueo e imposición de subordinación con esto de la gran
economía capitalista en expansión, sus biotecnologías (o modificaciones genéticas),
patentes (o apropiación patrimonial de formas biológicas), prohibiciones al intercambio de
productos para la salud entre pueblos e intercambio y restricciones al intercambio entre
culturas de conocimiento que llama ‘libre comercio’, etc. Es decir, todo eso que hay de
social ligado a las Medicinas (lo que siendo social, conocemos como economía política,
fines no pacíficos, especulación financiera, indiferencia por la salud de las mayorías, si no
peores visiones estratégicas y ejercicios al respecto de la salud humana).
5
Mucho de eso ‘social’ en cuanto a las Medicinas abordaremos en el siguiente capítulo, de
cara a la anterior reflexión. Hablaremos críticamente de la Medicina occidental no tanto
desde una perspectiva culturalista, sino cómo se figuran en ella –al igual que
potencialmente en cualquier Medicina- básicamente dos formas de entenderse y
desenvolverse en cuanto a la función social. Ahora nos situaríamos en la Medicina Maya
específicamente, haciendo abstracción -o caso omiso- de ese riesgo igualmente presente
en ella (o cualquier otro sistema de conocimiento y práctica médica en el mundo).
Partiríamos de que la Medicina Maya, así sea en su expresión más marginal y práctica, no
está en retroceso sino en curso de expansión. Hay razones de costo en ello, que son
importantes y tendencialmente incrementales. Pero sobre todo, en su diseminación fuera
de los ámbitos indígenas, ello obedece a una ampliación de cultura en determinados
segmentos de la sociedad no indígena en general, en nuestros países y el mundo.
Si para el mundo, tal cual referiremos, hay la estimación de que un 80% de la población en
el planeta recurre a este tipo de recursos médicos tradicionales, en Guatemala dicho
índice es fácilmente superior. Excede ampliamente lo que es la proporción de población
indígena. Ha logrado incorporarse por su reconocimiento y valoración, y no
necesariamente es algo que se va perdiendo sino aumentando –como fácilmente puede
apreciarse en las prácticas de los adultos, ya que aquí el joven no es el indicador
metodológico idóneo por su salud misma, así como de los adultos hacia los niños, y en
cuanto a la creciente apertura y accesibilidad de recursos bastante variados, en progresiva
accesibilidad para nacionales y extranjeros-.
Este es un fenómeno que de manera decisiva tiene que ver con la irrupción de los pueblos
indígenas en la vida del país, que no sólo es masacres sino un costoso ejercicio y decisión
que pasa por el Acuerdo de Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas.
Este último no tanto por su ampliamente postergado cumplimiento, sino por la
plataforma de lucha por la visibilización y dignificación, que el indígena maya
guatemalteco ha venido desplegando costosa pero eficazmente y de manera notable
desde décadas atrás.
Hay en curso una revivificación del ser maya, con sus derivas y reflexiones propias, que
orgullosamente reconoce y evidencia su cultura e identidad, luchando derechos para sí y
el conjunto amplio del país.
6
Tiende relaciones y contactos hacia el exterior aunque aún muy restringidos a algunas
personas y ámbitos, aún no se posiciona propiamente en el plano internacional como
pueblo. Como tal, como pueblo, sabe de íconos indígenas en América Latina, pero aún no
recoge y lanza plenamente su voz a dicho nivel.
Sin embargo, con los acontecimientos de los últimos cinco o seis años en torno de la
avalancha de proyectos extractivos de recursos naturales ha ido definiendo en carne
propia, desde lo más nutrido de sus comunidades, la ruta de una correcta comprensión de
la naturaleza de retos que enfrentan los pueblos indígenas y los pueblos todos de la
región.
Lo anterior es importante porque hablar del estado de la Medicina Maya actual pasa por
la combinatoria de la pobreza, la ausencia de políticas estatales para reconocerla,
desarrollarla y aprovechar sus beneficios en aras del conjunto, pero, además, el saqueo
global, al cual ella como muchos otros segmentos de la vida y territorios se ve amenazada.
En el primer ámbito, la pobreza, es indudable que la indiscutible y amplia eficacia de los
conocimientos y recursos de la Medicina Maya se ven ligados al carácter social y accesible
para sus usuarios en la pobreza mayoritaria del país y las comunidades indígenas.
Hay en ello una síntesis, una vinculación que no ha de verse como una mera transición
histórica (síntesis de la pobreza misma y el tipo de orientación médica) sino como la
estructura conceptual o de cosmovisión que se articula funcional y eficazmente con su
razón de ser.
La función social es lo que define ahora la correcta naturaleza de los sistemas médicos,
dadas las condiciones del medio social.
Ha de percibirse funcionalidad social reforzada. Es un recurso vital para las comunidades,
sus usuarios. Ello se ve y vive en innumerables ejemplos, de muchos ámbitos de lo que es
la Medicina; en este caso específico, la Medicina Maya.
Con inmensos esfuerzos, y no es exagerado decir sacrificios, es un conocimiento que se
sigue desarrollando. No puede decirse que no sea así. Más adelante profundizaremos en
el por qué, más ello radica en la naturaleza misma de lo que es un sistema de
conocimiento médico, ciencia propiamente en sentido amplio, diferenciados y propios.
7
Decir que no hay desarrollo en la Medicina Maya pese a condiciones grandemente
adversas, equivaldría a negar, por ejemplo, que siga habiendo un avance y desarrollo en el
conocimiento agrícola.
Ese desarrollo existe, pero también hay que señalar, como denuncia a un patente
incumplimiento de lo que, en los instrumentos internacionales, es el reconocimiento
formal a su condición de Patrimonio Común de la Humanidad (los pueblos indígenas y sus
culturas), que ese desarrollo de un conocimiento diferente y propio es menospreciado,
relegado y obstruido por actores de esferas públicas y privadas.
La mayor parte de los guatemaltecos nace mediante el ejercicio y acompañamiento de
una vertiente de la Medicina Maya, que son las parteras o comadronas. No muchos
países en el mundo pueden referir eso. Sin embargo, no se les reconoce social y
públicamente, por parte del Estado. Atender su existencia parece una y otra vez
traducirse en cursos de higiene a las mismas… No obstante que ellas están abiertas e
interesadas en ampliar sus conocimientos (que no son pocos, ni técnica ni culturalmente),
las capacitaciones estatales vuelven una y otra vez a caer en ese mismo tipo de
contenidos. La causa es que no hay una política estatal clara ni implementación debida de
lo poco avanzado al respecto.
Sin políticas claras ni mecanismos de monitoreo y evaluación participativa al respecto, el
desconocimiento y los prejuicios derivados de la discriminación, así sea involuntaria, hace
que, desde responsabilidades públicas, se asuma de tal modo el desenvolvimiento de
organismos del Estado en materia de salud.
De ahí que, en este ámbito de las parteras, como en varios otros, lo que
fundamentalmente demandan las y los médicos tradicionales indígenas, mayas, es que el
Estado reconozca y valore su aporte a la salud de la población indígena y guatemalteca.
Por ejemplo, en política pública de salud, el Estado guatemalteco está implementando
programas comunes en América Latina de transferencias condicionadas, enfocadas a los
ámbitos de mayor prevalencia de pobreza y pobreza extrema. Uno de los más graves
indicadores que definen la pobreza es la mortalidad materna e infantil, por ello es una de
las grandes líneas de metas para el cumplimiento para los Objetivos del Milenio. Sin
embargo, para tales intervenciones y programas estatales no se ha considerado en dónde
están las experiencias más exitosas de intervención indígena (es decir de la Medicina
Maya) en lo que respecta a abatir los índices de mortalidad materno infantil.
8
En vez de lo anterior, se va directamente a atender con métodos no pertinentes
culturalmente -y como si las experiencias y aportes indígenas en el tema no existieran-, a
aquellos ámbitos donde la situación es más crítica y generalmente serían buenos
receptores de sistemas médicos indígenas, su cultura e idioma.
El Estado trabaja sus intervenciones más importantes en materia de salud social sin tomar
en consideración la existencia de la Medicina Maya y aporte posible en esos temas. La
ineficacia de las metas buscadas está ligada a la falta de pertinencia cultural, al modelo
monocultural en los sistemas de salud públicos. Además, ello podría implicar una
disminución de costos, mayor concurso de recursos humanos y conocimientos, formas
más democráticas y participativas de emprender el desarrollo social.
Es triste pero necesario señalar, tratándose de una política de Estado que se sostendrá a
mediano plazo, que lo mismo que vemos y referíamos en los espacios locales del sistema
de salud lo encontramos en las políticas públicas nacionales de salud. No es que
necesariamente predomine en este segmento el problema de la orientación capitalista de
la medicina. Suelen presentarse problemas de limitación de la acción pública y la salud
misma por rezagos de discriminación e ignorancia predominantemente involuntarios,
heredados, persistentes en cuanto a la forma de toma de decisiones en sí.
El tema de la pobreza amerita explorarse más. Uno de los criterios para definirla es el
contar con menos de dos dólares al día por persona para cubrir las necesidades, pero esa
es solamente una determinación para efectos de comparaciones internacionales. De
manera universal y para lo específico de cada contexto, en economías no monetizadas
incluso, pobreza es no llenar los requerimientos para una vida medianamente digna
(transporte, vivienda, educación, salud, recreación, etc.). Y pobreza extrema es cuando no
se satisface ni lo más básico para vivir, que es la alimentación, por lo cual se expresa en
desnutrición (aguda, crónica o baja talla) y muerte por enfermedades comunes
(respiratorias, diarreicas). La Medicina Maya no se orienta solamente a lo que es la
pobreza extrema, sino a la pobreza: al no poder tener una vida digna, sana, feliz. A eso
que en estos contextos del tercer mundo, particularmente, se complica de maneras tan
peculiares en cuanto a su ausencia o su búsqueda, sus ámbitos implicados en ambos casos
y las vivencias diversas.
Aspectos de la pobreza es la ausencia de satisfactores materiales, pero también los
efectos de la discriminación y sus efectos muchas veces difíciles de reconocer, asimismo la
ausencia de democracia real y participativa (el poder tomar decisiones, proponer, ser
debidamente escuchado y tomado en cuenta). Pobreza es lo contrario a todo aquello que
9
universal y específicamente entendemos como desarrollo. Es ausencia de desarrollo de la
comunidad y la sociedad de la cual se es miembro.
La pobreza es el campo fundamental de la Medicina, si bien en la atención de la pobreza
no concurre solamente la Medicina en su atención y auxilio. Desde la perspectiva de las
Medicinas y, por ende, de la Medicina Maya –no sólo por desenvolverse en ella como
océano-, es eso que la pobreza es, a lo que se aboca desde su perspectiva específica la
Medicina Maya.
Lo hace con limitaciones como toda Medicina, pero con otras adicionales, producto de la
historia vivida y la estructura económica, política y cultural vigente. Sin embargo lo hace,
tiene vocación de servicio y sirve. Su conocimiento lo realiza en una esfera de resistencia
social, eso siempre le otorga ventajas a la integralidad del saber.
Con todo lo anterior presente, algo que contrasta entre la Medicina Maya y otros sistemas
médicos contemporáneos, es que antes de proceder a examinárseles a sus especialistas, la
Medicina Maya es algo que se vive entre el pueblo indígena, excepto ahí donde
inducidamente ello le ha sido arrebatado en formas diversas de desindigenización, en su
cotidianeidad no especializada, como conocimiento y resistencia, tanto en la cura como
en la prevención de sus propias vidas, familias y comunidades.
Lo que es salud, lo que es no verse en las dimensiones por otros olvidadas, de lo que es la
pobreza vivida, eso aún se cuida allí mediante formas propias. De otro modo esas culturas
hace tiempo habrían dejado de existir.
10
2. DE LA SUPERVIVENCIA A LA VIDA, NO A LAS PATENTES
Abordaremos la cuestión de determinados acuerdos comerciales y sus posibles impactos
respecto de la Medicina de los Pueblos Indígenas. Nos referimos a ‘determinados’
acuerdos comerciales porque es necesario distinguir la naturaleza de los acuerdos
comerciales bilaterales o regionales centro o latinoamericanos respecto de aquellos otros
con grandes potencias económicas y políticas, a los que llamamos ‘tratados de libre
comercio’, y hasta el momento refieren dos muy peculiares: el Tratado de Libre Comercio
DR-CAFTA y el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, ADA UE-CA.
Estos dos, pero sobre todo el primero, define mucho más que un simple tránsito de
mercancías entre países. Una muy amplia proporción de analistas no ve en ello sino, el
establecimiento de relaciones de poder, en la definición de bloques regionales de
hegemonía que les implican enormes ventajas a poderes mundiales de gran calado.
Sus efectos se experimentan ya y se prevén de tal envergadura que podríamos asumir, en
primera instancia, que es benéfico para la medicina tradicional de los pueblos indígenas ya
que traerá tales niveles de pobreza que la gente se verá muy necesitada de remedios
baratos y eficaces para sus maltrechos cuerpos y almas. Lo decimos amargamente, pero
asimismo, como un reto de función social.
No hay en lo anterior mayor misterio, cada vez más unos pocos podrán comprar salud en
tanto que las mayorías tendrán que aprender a diagnosticar y prevenir enfermedades
comunes.
No es cosa de ideología el prever así el futuro inmediato, tomemos como ejemplo la
desnutrición infantil. El acuerdo comercial DR-CAFTA tras ser suscrito entró en vigor el 1º
de julio de 2006, sin embargo el país es actualmente el cuarto lugar mundial en
desnutrición: Guatemala está perdiendo progresivamente su soberanía alimentaria.
Asimismo, se planteaba con estos acuerdos comerciales se tendrían fuentes de empleo y
oportunidades, pero actualmente uno de cada diez guatemaltecos está trabajando de
migrante en el extranjero. Se decía que traería regulaciones y ordenamientos, pero hoy la
ciudadanía vive sometida a la inseguridad e infuncionalidad de sus instituciones. Ofrecían
inversión extranjera directa pero hoy parece que hay que estar agradecidos con las
regalías de la extracción contaminante y destructiva de materias primas. Hablaron de
progreso, pero Guatemala es cada vez más dependiente de la cooperación o los
empréstitos internacionales.
11
El país en su Tercer Informe sobre Cumplimiento de las Metas del Milenio de la ONU
advierte al foro mundial que no podrá alcanzar varios de los indicadores suscritos. Se
cuantifica una reducción de pobreza, sin embargo hay cada vez más pobres. No está claro
cuál es la causa de dicha reducción, pero es de asumirse que un inmenso sacrificio cada
vez más difícil de sostener por la gente.
Sostener los procesos de intervención estatal para el efecto de eliminar la pobreza
implicaría cantidades enormes crecientes de esfuerzos (que a la fecha no se demuestra si
las políticas de choque de las transferencias condicionadas constituyan a mediano plazo
una solución). Puede calcularse que al ritmo de las estimaciones oficiales de reducción de
la pobreza, ésta terminará en el país cuando nazca el bisnieto de los niños y niñas que
están naciendo hoy en el país.
Es cierto que no todo lo anterior es efecto directo de estos acuerdos comerciales. Se trata
de problemas estructurales de naturaleza histórica, sobre los cuales vienen estos
instrumentos a desenvolverse. Difícilmente cabría intentar sostener que, una vez
suscritos, constituyen realmente la alternativa a los problemas anteriores y sus efectos en
la salud de la población. Es, hasta el momento al menos, evidente que por el contrario:
tienden a agravarlos.
Uno de los pocos cables filtrados apenas por Wikileaks alude al interés por proscribir los
medicamentos genéricos en aras de las grandes y poderosas patentes, lo que finalmente
fue resuelto favorablemente a favor de las grandes patentes en el Congreso de la
República.
Acabamos de presenciar el bochornoso espectáculo del Congreso de la República
enfrascado en sus mezquinos quehaceres sin voltear a ver una donación millonaria de
fondos de las Naciones Unidas para la salud. Hay problemas crecientes de acceso a
medicamentos en los hospitales.
Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos por los efectos, no sólo específicamente de
estos acuerdos comerciales en la medicina tradicional de los pueblos indígenas, sino en
todo el modelo económico político que dichos acuerdos y otras iniciativas por el estilo,
nacionales e internacionales, ejercen sobre el conjunto de las Medicinas. Sólo entonces
podríamos determinar sus riesgos y retos para la medicina tradicional indígena,
específicamente.
12
Dichos acuerdos, así como el gran modelo al cual responden, se caracteriza para los
efectos del presente análisis en dos principios: a. la privatización como primacía del
interés individual sobre el interés social; y b. la mercantilización acumulativa. Sus dos
consecuencias más directas son la desposesión y la desigualdad.
Para explorar los efectos de la privatización y la mercantilización en la salud, hemos
establecido ya sus efectos en la sociedad: la gente se enferma más de lo justo.
En el lenguaje práctico, común, de quienes se enferman más de lo justo, medicina es
sinónimo de remedio. Buscamos remedios porque algo evidentemente anómalo y que no
pinta nada bueno comienza a ocurrir sin apariencia de irse por sí mismo, o cuyo
desenvolvimiento comienza a afectar un desempeño ‘normal’ y/o amenaza con seguir
desarrollándose.
Cuando eso ocurre, lo que se busca es un remedio pero, como uno no sabe qué tiene y
cuál sería el remedio para eso, acude con alguien que sabe. Ése o ésa que sabe, conoce de
remedios porque sabe de males diversos. Su saber es saber conectar eficazmente males
con remedios.
Aunque ese que sabe tenga algún don para ello, el conocimiento que interpone es social
(no sólo suyo), es un producto histórico (no sólo presente) y vivo (no acabado sino en
desarrollo). Este otro extremo es realmente el significado de Medicina.
Más que medicamento, Medicina es: remedios, diagnósticos, investigación, prevención.
Podríamos cambiar el término ‘remedio’ por medicamento, en parte porque siempre es
tema de discusión, y ello es normal, si un medicamento es realmente un ‘remedio’. La
Medicina (no el medicamento) podría y debería coadyuvar a ser un remedio para la
enfermedad misma, para su ausencia de diagnóstico y prevención sociales.
Por ejemplo, la gente ahora se vive inyectando cosas para los nervios, ¿será ese un
‘remedio’?
Medicamento es un término que ni de lejos agotaría los recursos que las distintas
medicinas interponen para revertir las enfermedades. Hay curas o remedios como una
nutrición sana, balanceada y culturalmente pertinente que sólo metafóricamente
podríamos llamar ‘medicamento’ (es ‘como si fuera el medicamento’ que necesita, pero
es cura a problemas de salud fundamentales). Hay recursos de lo más variado, de origen
13
animal, vegetal o mineral, fisioterapias y masajes, contactos físicos, lenguajes, actividades
que no implican ingestas. En todas las medicinas.
Ello y su empleo depende de lo que se sabe de la ‘enfermedad’ y su diagnóstico. Porque si
el sujeto que referíamos al inicio, busca la medicina cuando su desenvolvimiento ‘normal’
se ve afectado, es muy probable que ese sujeto venga enfermo y no de una sola cosa
desde antes de ese punto de la manifestación; y afecta su estado ‘nomal’, el cual puede
ser el de una persona no sana. El desgaste empieza mucho antes de que nos venza.
Entonces la pregunta de ‘cuál es tu problema’ es un proceso de indagación y diálogo.
Siempre suele aprenderse un poco de salud cuando se habla con un médico, no importa
de qué tradición cultural sea.
La Medicina es, evidentemente, conceptos de salud y enfermedad. Más, lo que el actual
modelo económico mundial y sus variados aspectos imponen sobre todas las Medicinas
existentes es, progresivamente, lo siguiente:
a. Busca vender sus medicamentos, los cuales provienen de grandes transnacionales
farmacéuticas.
b. Busca curar sólo en la medida que ello constituya ganancia, es medicina privada
destinada a eso.
c. Por tanto se orienta a quienes pueden pagar más.
d. No busca prevenir socialmente porque eso no sería rentable (al menos a la luz de
su interés privado).
e. No quiere que ninguna de todas las Medicinas existentes resuelva o implemente
los diagnósticos y la prevención sociales porque eso implicaría socavar los
fundamentos de su existencia misma.
Los diagnósticos y las medidas de prevención, mientras más sociales y por tanto eficaces
sean (‘peor’ aún si son participativos), llevan a una y otra Medicina a confrontar intereses
económicos, políticos e ideológicos.
No han sido pocas las veces que en América Latina los médicos universitarios han
entendido las causas de problemas tan comunes como la desnutrición, que es vivida como
algo ‘normal’ en las comunidades (desnutrición crónica o baja talla). Claro que es posible
tratar de paliarla de diversos modos pero su causa última no radica en la eficacia o no de
los paliativos interpuestos, sino en problemas de carácter estructural. Eso no significa que
las Medicinas sean peligrosas, también lo serían la alfabetización, el derecho a la exigencia
del cumplimiento de las leyes, la democracia misma.
14
La dos últimas décadas han servido para fortalecer determinados diagnósticos para una
intervención en varios renglones, que abarcan la educación, la pertinencia cultural,
medidas parciales de articulación entre conocimiento y practicantes, etc. La integralidad
del diagnóstico ha venido cambiando, en torno de ello unos enfatizan unos aspectos y
otros, otros distintos. En tanto, la desnutrición ha venido desenvolviéndose hasta
situarnos en el cuarto lugar mundial que señalábamos.
Hay que ser autocríticos al verlo así: hemos ido adoptando, con sus matices, una forma de
diagnosticar y de interponer un cierto tipo de remedios. Las Medicinas (no los
medicamentos), con sus variantes, de cara a la salud social (o más específicamente la
salud en la sociedad) han venido siendo orientadas por una mano invisible a relacionar de
determinada manera enfermedades con curas de alcances restringidos.
Asimismo, hemos aplanado el alcance de la investigación en salud preventiva en todas las
Medicinas.
El Conocimiento en función social, no de mercado, es el marginado. En los términos del
modelo dominante descrito, todo es bienvenido. Sobre todo porque ninguna Medicina,
en esencia –nos los demuestra el sistema económico global- ninguna está atada a la
función social de su servicio. Todo aquello que es eficaz es susceptible de incorporarse al
mercado y aún más que aquello que hoy reina en sus términos (ya que también hay
muchas cosas ineficaces que se valoran bien mercantilmente).
Lo que está en juego es una ética de conocimiento y función social que implica no a una
sino a todas las Medicinas existentes.
La enfermedad que aqueja a aquel que la desconoce y jamás podría pagar por una cura es
la clave de, cuando menos, el Conocimiento de todas las Medicinas.
Por ello, la principal amenaza y peligro que hoy se vive con los acuerdos comerciales, y lo
que éstos buscan, es la deformación de la orientación de todas las Medicinas hacia el no
ver más que enfermos y remedios, a disputarse entre sí los matices de la implementación
de esto, a devenir cada vez más figuras religiosas en el sentido más amplio: a una lucha de
verdades en pugna, sometida a la competencia en diversos grados de exterioridad y
pragmatismos como Medicinas a las que no les interesa realmente curar, sino lucrar
manteniendo intocado aquello que está fuera de su disciplina y objeto clientelar: la salud
del pueblo.
15
Es muy difícil determinar cuál es el campo tradicional de las Medicinas. Podríamos pensar
que siempre ha requerido ir más allá de los cuerpos y las mentes de quienes se saben,
sienten o creen enfermos. Por supuesto también atiende otros tránsitos generalmente
naturales de la vida, pero en la enfermedad, su diagnóstico y prevención es donde está el
meollo de su aporte. Desde su óptica determinada, las Medicinas tienden a abocarse al
todo social. Y las mejores Medicinas, todas, trabajan con la gente. Sin ser maestros en
general, educan. Sin ser constructores de profesión, diseñan infraestructura y construyen.
Por ello, ante todo, la Medicina es investigación social. Una atención particular en el
desarrollo de la investigación social, por y con la sociedad. Y sus variadas expresiones
culturales son ejercicios propios de investigación y desarrollo social en perspectiva.
Las Medicinas tienen más en común en cuanto a sus comportamientos respecto de las
cuestiones de la privatización y la mercantilización acumulativa en el campo de la salud,
que diferencias abstractas entre sí de orden cultural. Porque todas las Medicinas van hacia
su integración en el modelo dominante o hacia el desarrollo en aras y mediante la
prosecución social y participativa de la salud de la población.
A la luz de las anteriores consideraciones, en el ámbito específico de la Medicina llamada
tradicional indígena no es propiamente su carácter ‘alternativo’ a otra Medicina lo que
está en juego, sino: a) la tradicionalización de sus productos; b) la folklorización o
vaciamiento interno de sus procedimientos de reproducción y desenvolvimiento propio,
en diálogo con otras ‘tradiciones’ cognitivas en el terreno de la salud si se desea; c) el
derrotero de una forma de religiosidad que ha sido estudiada en determinados aspectos
de la Medicina institucional y oficial en sus vertientes públicas o privadas, así sea por
desequilibrios históricos en cuanto a la organización social y sus formas de autoridad y
representación indígenas, que en este caso amenazaría con desbordar las posibilidades
propias del segmento (es decir el ser un remedo del cura, el maestro, el doctor, el alcalde,
el técnico agrícola, el farmaceuta, el juez, etc., todas ellas figuras culturalmente
impuestas).
La tradicionalización de sus productos es una forma de reducción inducida de lo que es la
Medicina producto de que tanto lo social como el conocedor y su espacio de conocedores
(o especialistas) mismo(s) se han ido debilitando en la fórmula, en aras de los productos
legados del pasado. Es como el heredar un instrumento pero no ser más artistas de su
labranza y perfeccionamiento. Eso ocurre incluso con las semillas, claro que no siempre.
16
Las mujeres al hilar los huipiles y textiles mayas tienen una narrativa propia de su trabajo.
Los médicos mayas tienen su juramento hipocrático que no es objeto de este estudio
referir. El juramento hipocrático, que originalmente empezaba encomendándose a un
montón de dioses griegos sigue esencialmente siendo el mismo de hoy, y entre otros
principios: me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la
humanidad. Para el maya es su pueblo de maíz y por extensión la Humanidad.
Pero estamos en tiempos en que todo quiere desequilibrarse en formas bien precisas, no
sólo en enunciaciones abstractas de ‘equilibrios’. Por ejemplo, la privatización como
modelo actual que tiende a exacerbarse hasta lo impensable viene tratando cada vez más
de extender el tiempo en el que un derecho es privado (un derecho de autoría, una
propiedad intelectual y otros inventos por el estilo) frente a lo que es el derecho social a
los productos del conocimiento humano. Hay quienes quieren patentar las expresiones
idiomáticas y faciales, ponerle precio al aire, patentar el genoma humano. La gente
asegura sus ojos, su tipo de cutis y al rato todo eso va a estar en la bolsa de valores.
Cualquiera va a poder comprar acciones y especular con el precio de lo que sea. Pero del
lado de la Humanidad su desposesión será absoluta, recordemos que en aras de su salud
puede ir a la cárcel por posesión e ingesta de determinadas plantas. Las universidades irán
yendo por este camino, de seguir, salvo para una muy pudiente élite o que ya está
engarzada con las empresas, sus requerimientos educativos, pautas de desenvolvimiento
y pensamiento. La salud no le pertenecerá pero ya no sólo como prácticas hipocráticas
diversas sino la salud a nivel de su cuerpo y mente misma. Y eso no sólo una parte de una,
sino una parte de todas las Medicinas, lo ven y se oponen a ello.
Se oponen a ello, poseen principios y narrativas al respecto, pero lo hacen especialmente
a través de un quehacer diferenciado puramente médico. Es decir, aquí aquello de
médico sánate a ti mismo, hay que verlo no en el simple plano de la eficacia de los
medicamentos sino en el de cómo la salud empieza por el que el sujeto de la medicina se
entienda a sí mismo como un ‘científico’ y miembro de su comunidad y Humanidad. No
porque tenga que ser un dechado de salud, convencionalmente entendida, sino porque se
ve a sí mismo como el ser en desarrollo, y capacidad y deber de servicio.
En ese sentido, es un motor pero sólo sano en la medida que coadyuve a echar a andar
todos los demás motores diferenciados en el espacio de su comunidad. En dicho proceso
es donde irá aprendiendo cuáles son las enfermedades de distinta índole que afectan no
el desenvolvimiento de la sociedad, su organización y encaminamiento, ya que ello
implicaría que fuese destinado natural o divinamente a asumir las funciones de liderazgo y
17
autoridad, sino aquello que estrictamente está relacionado de manera objetiva con el
equilibrio y bienestar físico y mental de las personas.
El médico no está capacitado para hablar ni trabajar sobre “la salud del grupo”, “la salud
de la sociedad”, “los males o enfermedades” y menos aún “las plagas” de la sociedad.
Claro que lo puede hacer su persona, o gremio, pero en dicho momento no es el médico o
la médica de quien estamos hablando.
Con todo, guardando esta atención en mente, el médico podría concurrir desde la
atención de su propia salud y la del resto de miembros de la comunidad al esfuerzo de
echar a andar este proceso de la comunidad tal cual.
El medicamento es un gran logro pero no hay ningún médico de ninguna medicina que no
valore más la prevención social, excepto el segmento de todas las medicinas que es
proclive o ha caído en los brazos del modelo dominante. Un medicamento puede salvar a
una persona de una enfermedad pero no salvar a la persona en sí, ningún médico es en
realidad un salvador, la gente no se está salvando ni mucho menos por la fé que le ponga
a las cosas, las medicinas, los doctores. Se salva al interponer en el conjunto de su
sociedad los entendimientos precisos y acciones tendientes a vivir con justicia social,
económica, respeto a la diversidad cultural, de género, etaria, etc.: en tanto vaya
resolviendo humanamente las causas de los males verdaderos que la aquejan y mantienen
sumido en el temor y la miseria (estos dos últimos términos, es la Declaración Universal de
los Derechos Humanos). La persona y la sociedad se salvan en tanto vaya resolviendo esas
causas. Como decía el juramento hipocrático: mi poder y discernimiento será en beneficio
de los enfermos y les apartará del terror y el prejuicio.
Varios preceptos médicos indígenas, socialmente entendidos y aceptados por las
comunidades como tales, les permiten a los pueblos indígenas el percibir como
desencadenantes de enfermedades a determinadas pautas dominantes de
desenvolvimiento, y en diseminación, global.
En esa consideración, dos preguntas clave parecen presentársenos con el arribo de este
complejo afán ligado a, pero no restringido a ello y que excede, los acuerdos comerciales
mismos. Estas serían: ¿Patentar o no patentar aquellos recursos naturales propios de
nuestras geografías (o territorios), sea que les usemos y/o conozcamos o no?, y; ¿Patentar
o no patentar aquellos conocimientos propios generados por nuestros antepasados, en
generación o por generar?
18
Las dos cosas hay que explorar porque podrían estar ligadas. La segunda pregunta la
abrimos de tal manera no para complicarnos más la vida sino en busca de un consejo en
firme de cara al futuro, ya que nuestros pueblos no sólo son pasado.
Hoy resistimos, bajo condiciones de gran adversidad, por la preservación y desarrollo de
formas propias de hacer ciencia y tecnología que forman parte del Patrimonio Común de
la Humanidad. Sabemos que venimos de la Vida a la Resistencia frente a tanta adversidad,
pero asimismo que nos encaminamos como siempre a la Vida. Al Buen Vivir, como le
llaman los pueblos originarios en el Sur del continente.
Como parte de esa Humanidad toda, que igualmente sigue ese camino, hay que
vislumbrar desde las mejores enseñanzas culturales la dimensión planetaria del cambio
que queremos construir. Si no, bastaría con pretender patentar el maíz (en una alianza
bilateral de Estados entre México y Guatemala), que tendría que sustentarse en algo tan
específico como la creación cultural prehispánica del maíz, lo cual enfrentando a las
transnacionales mundiales de semillas y alimentos terminaría siendo finalmente el
hacerse en parte socios de ellos y cobrar regalías por los pocos granos que hoy alimentan
al África.
Lo que equivaldría a invertir en la bolsa, la especulación de los ‘commodities’: lucrar con el
hambre.
Es políticamente impensable, pero imaginemos que ese ‘logro’ se pudiera:
corporativizarse. Tener esa ‘visión empresarial moderna’. Una alianza de ese tipo.
Pero por qué alianza, si solos podríamos: ¿no somos acaso, pues, los hijos de los creadores
del maíz?
Con estas cosas en mente se habla de nuestra pobreza como argumento, se ve lejos y
sueña ‘en grande’. Pero la gente no lo entiende igual, y surge entonces una forma de
liderazgo diferenciado. Ahí la identidad ya es mercancía, sea que se le compre o no; los
conocimientos diferenciados están puestos al servicio de una forma de privatización.
Nunca se le ha visto corporativamente, para todo un grupo, porque ni el derecho ni el
poder económico funcionan así. Lo que sí funciona así y es bien común es la entrada de
ciertos giros y usos ideológicos, liderazgos y oportunidades diferenciadas, ventajas
comparativas para objetivos bien puntuales del poder o difusos en cuanto a dificultar
otros objetivos y visiones que el modelo dominante no entiende.
19
La mediación para algo semejante es pensar de un modo particular, en el que el discurso
de la ‘necesidad’ se conjuga con valoraciones de envidia, ambición y competencia. Para lo
que eso, a fondo, desarrolla en la persona no siempre bastan las aclaraciones racionales
de lo que se puede y debería, qué bueno si fuera así; tampoco los meros procesos sociales
y de orden ritual para una reaceptación social. No pocas veces es estrictamente necesaria
una intervención en el terreno de la salud y no como instrumento sino en su esfera
específica de intervención, cuando el mismo sujeto lo requiere. Nuevamente, cuál es la
etiología y prevención de la enfermedad social.
La aspiración que se manipula es una vida basada en rentas no en trabajo creador
(exceptuando de este análisis a la investigación misma que abordaremos después). Es
querer salir de la pobreza por la vía de coparticipar o emprender un cobro meramente de
rentas.
En lo que respecta a la salud misma, la cuestión es igual o aún más compleja. Se dice, es
que otros se están enriqueciendo con nuestros recursos y producción. Es cierto que es un
robo colosal, pero ¿será el camino correcto asociarse entonces con ellos? ¿Deja uno de
robar cuando aquello que se ha vuelto mercancía es reapropiado en sociedad con quien lo
ha mercantilizado, en una lógica de mercado para la acumulación, es decir al precio que
sea? ¿Dando un paso en ese esquema podemos dar marcha atrás, fijarle límites, soñar
modalidades? Todo esto parece un parteaguas radical, una disyuntiva en el camino. Para
un lado la ruta dice: patentemos todo. Pare el otro: no patentemos nada. Parece que no
hay medias tintas, un ‘medio patentemos’, que es lo que solemos hacer, probar.
El aprendizaje social entre la adversidad nos ha mostrado que si uno u otro intenta algo y
‘le funciona’, ‘quizás sea ese el camino’. Por ejemplo, uno prueba un remedio para la
siembra, otro prueba irse de migrante, aquel vende un producto. La cosa aquí es quién
vende, quién representa, cuál es el sujeto titular de derecho que es parte de la
negociación. ¿Es una familia, una aldea, un municipio? ¿Va a traer eso división en las
comunidades? ¿Tienen las Comunidades en sentido amplio, los Pueblos, el estatuto
jurídico reconocido? Un recurso ¿podría ser deslindado a una comunidad lingüística en
detrimento de otra, y fijar linderos así entre las mismas?
Sin embargo, es un robo de las transnacionales. ¿Cómo puede haber un robo de algo que
no es mercancía propia? Ahí hay otra clave. Roban, es una apropiación indebida de lo
propio. Pero ellos lo roban para hacerlo mercancía. Nosotros también usualmente
intercambiamos en el mercado productos, en ello no hay falta. Es un tipo específico de
mercado el que representa el problema, no el tamaño del mismo.
20
Viene una transnacional y se apropia indebidamente de un conocimiento ancestral
indígena, lo que indigna de ello no es que no nos estén pagando al menos parte de eso
sino el que se vuelva una especie de capital. (En realidad no es que estén sacando
ganancia de los conocimientos de los antepasados sino aprovechando las rentas de la
inexistencia de mayores conocimientos y accesibilidad por parte de quienes requieren
satisfacer una necesidad).
Hay dos cosas que interesan ante esa disyuntiva: la comunidad como tal y su futuro, el
desarrollo de la forma propia de conocer y distribuir los frutos de dicho conocimiento.
La disyuntiva: una dirección del camino dirá una cosa de esas mismas dos prioridades (que
patentar traerá los fondos para ello, supuestamente), la otra dirá igualmente sus
argumentos (que no patentar nada parte de principios culturales, políticos y filosóficos).
Esta última vemos y creemos que es la correcta: no patentar nada que sea producto o se
derive de manera fundamental de los conocimientos sociales e históricos de los pueblos
indígenas. Las creaciones subjetivas, artísticas, industriales, científicas dependerán de los
derechos, intereses y voluntades de las personas en lo particular. Es el patrimonio común
de un pueblo lo que no se debe patentar ni por parte de ese pueblo en defensa de nada,
ni siquiera bajo pretexto de garantizarlo con ello al resto de la Humanidad. Ello
constituiría un sacrificio en realidad ya que una vez se dé el primer paso no podrá pararse
en pretender patentar (privatizar y mercantilizar) todo, aceptando las reglas de un mundo
ajeno que se le impone a la Humanidad.
Luego de dicha opción, habremos de pensar qué hacer frente a quienes se apropian y
hacen mercancía capitalista de nuestros frutos. Que es otra cosa, el reto. A estas alturas,
tales preguntas, que en última instancia serían objeto en realidad de una profunda y
sostenida Consulta, no sólo plantean problemas sino la necesidad de atención de aspectos
del espíritu que aquí sólo podemos esbozar analíticamente, no dejar de señalar su
existencia, pero no el pretender abordarlas desde el punto de vista mismo de la medicina
tradicional indígena, que es lo que correspondería larga y progresivamente en nuestra
visión del porvenir.
Vale la pena, entonces, para estas reflexiones, el recordar las palabras que el jefe indio
Seattle le envió al presidente de los Estados Unidos en 1855. Es un poco largo pero
cuando las palabras son sabias no están de más en la consideración de temas tan vitales,
dice:
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2.1 Así Termina la Vida y Comienza la Supervivencia
Carta del Jefe Indio Seattle
El Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras tierras. El
Gran Jefe también nos envía palabras de amistad y buena voluntad. Apreciamos
esta gentileza porque sabemos que poca falta le hace, en cambio, nuestra amistad.
Vamos a considerar su oferta, pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco
podrá venir con sus armas de fuego y tomarse nuestras tierras. El Gran Jefe de
Washington podrá confiar en lo que dice el Jefe Seattle con la misma certeza con
que nuestros hermanos blancos podrán confiar en la vuelta de las estaciones. Mis
palabras son inmutables como las estrellas.
¿Cómo podéis comprar o vender el cielo, el calor de la tierra? Esta idea nos parece
extraña. No somos dueños de la frescura del aire ni del centelleo del agua. ¿Cómo
podríais comprarlos a nosotros? Lo decimos oportunamente. Habéis de saber que
cada partícula de esta tierra es sagrada para mi pueblo. Cada hoja resplandeciente,
cada playa arenosa, cada neblina en el oscuro bosque, cada claro y cada insecto
con su zumbido son sagrados en la memoria y la experiencia de mi pueblo. La savia
que circula en los árboles porta las memorias del hombre de piel roja.
Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a
caminar por entre las estrellas. Nuestros muertos jamás olvidan esta hermosa
tierra porque ella es la madre del hombre de piel roja. Somos parte de la tierra y
ella es parte de nosotros. Las fragantes flores son nuestras hermanas; el venado, el
caballo, el águila majestuosa son nuestros hermanos. Las praderas, el calor
corporal del potrillo y el hombre, todos pertenecen a la misma familia. “Por eso,
cuando el Gran Jefe de Washington manda decir que desea comprar nuestras
tierras, es mucho lo que pide. El Gran Jefe manda decir que nos reservará un lugar
para que podamos vivir cómodamente entre nosotros. El será nuestro padre y
nosotros seremos sus hijos. Por eso consideraremos su oferta de comprar nuestras
tierras. Más, ello no será fácil porque estas tierras son sagradas para nosotros. El
agua centelleante que corre por los ríos y esteros no es meramente agua sino la
sangre de nuestros antepasados. Si os vendemos estas tierras, tendréis que
recordar que ellas son sagradas y deberéis enseñar a vuestros hijos que lo son y que
cada reflejo fantasmal en las aguas claras de los lagos habla de acontecimientos y
recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi
padre.
Los ríos son nuestros hermanos, ellos calman nuestra sed. Los ríos llevan nuestras
canoas y alimentan a nuestros hijos. Si os vendemos nuestras tierras, deberéis
22
recordar y enseñar a vuestros hijos que los ríos son nuestros hermanos y hermanos
de vosotros; deberéis en adelante dar a los ríos el trato bondadoso que daréis a
cualquier hermano.
Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de ser. Le da lo
mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que llega en la
noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su hermano sino su
enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su camino. Deja detrás de
él las sepulturas de sus padres sin que le importe. Despoja de la tierra a sus hijos sin
que le importe. Olvida la sepultura de su padre y los derechos de sus hijos. Trata a
su madre, la tierra, y a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden
comprar, saquear y vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su
insaciable apetito devorará la tierra y dejará tras de sí sólo un desierto.
No lo comprendo. Nuestra manera de ser es diferente a la vuestra. La vista de
vuestras ciudades hace doler los ojos al hombre de piel roja. Pero quizá sea así
porque el hombre de piel roja es un salvaje y no comprende las cosas. No hay
ningún lugar tranquilo en las ciudades del hombre blanco, ningún lugar donde
pueda escucharse el desplegarse de las hojas en primavera o el orzar de las alas de
un insecto. Pero quizá sea así porque soy un salvaje y no puedo comprender las
cosas. El ruido de la ciudad parece insultar los oídos. ¿Y qué clase de vida es cuando
el hombre no es capaz de escuchar el solitario grito de la garza o la discusión
nocturna de las ranas alrededor de la laguna? Soy un hombre de piel roja y no lo
comprendo. Los indios preferimos el suave sonido del viento que acaricia la cala del
lago y el olor del mismo viento purificado por la lluvia del mediodía o perfumado
por la fragancia de los pinos.
El aire es algo precioso para el hombre de piel roja porque todas las cosas
comparten el mismo aliento: el animal, el árbol y el hombre. El hombre blanco
parece no sentir el aire que respira. Al igual que un hombre muchos días
agonizante, se ha vuelto insensible al hedor. Mas, si os vendemos nuestras tierras,
debéis recordar que el aire es precioso para nosotros, que el aire comparte su
espíritu con toda la vida que sustenta. Y, si os vendemos nuestras tierras, debéis
dejarlas aparte y mantenerlas sagradas como un lugar al cual podrá llegar incluso
el hombre blanco a saborear el viento dulcificado por las flores de la pradera.
Consideraremos vuestra oferta de comprar nuestras tierras. Si decidimos aceptarla,
pondré una condición: que el hombre blanco deberá tratar a los animales de estas
tierras como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He
visto miles de búfalos pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el
hombre blanco que les disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no
comprendo cómo el humeante caballo de vapor puede ser más importante que el
23
búfalo al que sólo matamos para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si
todos los animales hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad
de espíritu. Porque todo lo que ocurre a los animales pronto habrá de ocurrir
también al hombre. Todas las cosas están relacionadas entre sí.
Vosotros debéis enseñar a vuestros hijos que el suelo bajo sus pies es la ceniza de
sus abuelos. Para que respeten la tierra, debéis decir a vuestros hijos que la tierra
está plena de vida de nuestros antepasados. Debéis enseñar a vuestros hijos lo que
nosotros hemos enseñados a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo
que afecta a la tierra afecta a los hijos de la tierra. Cuando los hombres escupen el
suelo se escupen a sí mismos.
Esto lo sabemos: la tierra no pertenece al hombre, sino que el hombre pertenece a
la tierra. El hombre no ha tejido la red de la vida: es sólo una hebra de ella. Todo lo
que haga a la red se lo hará a sí mismo. Lo que ocurre a la tierra ocurrirá a los hijos
de la tierra. Lo sabemos. Todas las cosas están relacionadas como la sangre que
une a una familia.
Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él -de amigo a
amigo no puede estar exento del destino común-. Quizá seamos hermanos, después
de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que
nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora pensáis quizá que sois dueño de nuestras
tierras; pero no podéis serlo. El es el Dios de la humanidad y Su compasión es igual
para el hombre blanco. Esta tierra es preciosa para El y el causarle daño significa
mostrar desprecio hacia su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez
antes que las demás tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche
sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os
sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el
dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal
destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando
los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido
domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos
hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de
alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el
águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia….
Siempre nos dirán que al oponernos a toda patente, predominio del interés individual
sobre el social en materia incluso de derechos de autor y de propiedad intelectual, lo
hacemos por atrasados, ignorantes, tontos condenados y en última instancia responsables
de nuestra pobreza. En realidad es una decisión que se basa netamente en valores, es
realista en cuanto a los imposibles también y cauta, pero sobre todo hay que verlo como
24
un encuentro de lo mejor de nuestras tradiciones éticas y como la mejor de todas las
inversiones, ya que sale al encuentro de todos los demás pueblos de la tierra, intelectuales
y creadores que también se oponen a todo ello y son quienes más que resistir, como decía
el Jefe Seattle, luchan por la construcción del mundo futuro.
25
3. CONCEPTOS IMPUESTOS
También se ha dicho que otra manera de proteger la
biodiversidad y el conocimiento indígena sería
patentándolos, pero una sola mirada a los requisitos y
los recursos financieros necesarios para obtener una
patente permite reconocer lo imposible de esta
medida. Además, va en contra del modo de vida de
los pueblos indígenas, de su cultura, en la que existen
formas de transmisión, preservación y generación de
conocimiento generalmente bien establecidas, que lo
hacen accesible en su mayoría a todos los miembros
de una comunidad, quienes lo enriquecen por medio
de la innovación y el aporte de nuevos elementos.1
Estados Unidos empezó a interesarse en el control de mercados internacionales hacia los
años veinte, en torno de su crisis de falta de mercados para sus mercancías pero asimismo
en la construcción de su hegemonía global. En buena medida ésta se logra finalmente
cuando se entreveía ya el final de la Segunda Guerra Mundial, en la cual no sólo no se
definió el triunfo sobre los países del eje sino las alianzas y relaciones de poder entre las
potencias capitalistas aliadas de cara al resto del mundo.
Dos años después del fin de la guerra, Estados Unidos impulsó la creación de un acuerdo
multilateral conocido como GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, o Acuerdo
General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), en 1947. El GATT sería el precursor de la
actual Organización Mundial de Comercio, OMC. Los antiguos miembros del GATT
crearon en 1995 la OMC, un 1º de enero, y el 31 de diciembre del mismo año dieron por
disuelto el antiguo GATT. Este cambio, como todo lo que se observa en este tema, irá
significando cada vez una mayor ambición de control, relaciones internas entre países
desarrollados y países del Tercer Mundo, y un mayor endurecimiento de las disposiciones
conceptuales y normativas que genera e impone.
Al igual que en la negociación de acuerdos comerciales tan complejos e importantes como
los tratados de libre comercio, tanto el GATT como la OMC trabajan en base a lo que
1 Carrillo Trueba (2006). "De patentes y derechos y de los pueblos indígenas" en Ciencias, julio-septiembre,
número 083. México: UNAM. pp. 30-37.
26
denominan ‘rondas de negociaciones’. Estas son duros procesos de ‘negociación’ que
dependiendo de la instancia y tema pueden durar días, meses o años.
La octava ronda del GATT (que fue conocida como la Ronda de Uruguay), y que tuvo lugar
de 1986 a 1993, acuerda crear la OMC y también el reforzar la protección a la propiedad
intelectual, extendiendo la ley comercial internacional al sector de los servicios, así como
una liberalización de la inversión externa (los capitales globales). Estos aspectos van
estrechamente ligados: amplias condiciones para el arribo selectivo de grandes capitales,
extracción de recursos diversos (usualmente materias primas) y nuevas patentes.
Guatemala se adheriría dos años más tarde (el 21 de julio de 1995), en el año que
referíamos que todos los países del GATT se adhieren a la naciente OMC.
La OMC funciona también en base a rondas de negociación conocidas como Conferencias
Ministeriales, y ha celebrado seis. La 1ª, de 1996, en Singapur; la 2ª, de 1998, en Ginebra;
la 3ª, de 1999, en Seattle, que también fue conocida como Ronda del Milenio y fracasó
por las protestas masivas conocidas como la Batalla de Seattle, por lo que no produjo
ningún acuerdo ni declaración; la 4ª, de 2001, en Doha que produjo el “Programa de
Doha” (que abordaremos seguidamente); la 5ª, de 2003, fue en Cancún y no logra ninguna
declaración por el desacuerdo de países desarrollados con la posición del G-21, integrado
por países del Sur, que reclamaba la eliminación de subsidios agrícolas en países
desarrollados; y la 6ª, realizada en Hong Kong en que se aprueba una Lista de Preguntas a
los Ministros, que incluye 5 puntos referidos al proteccionismo en la agricultura y otros
temas.
Lo que tenemos en la 5ª y 6ª rondas de negociación de la OMC es el reclamo de países en
desarrollo, principalmente potencias emergentes, que cuestionan el que se promueva el
neoliberalismo en la agricultura en el Sur (lo cual ampliamente se ha cumplido para
desgracia nuestra) pero que, al mismo tiempo, gobiernos como el de Estados Unidos
destinen subsidios para proteger las suyas propias. Estos temas nos ayudan a entender las
diferencias entre ambos, pero no deben confundirnos en cuanto a que lo que los
‘gobiernos del Sur’ están exigiendo son iguales condiciones de cara al modelo neoliberal
que vienen avalando.
La Cuarta Ronda de Negociaciones, decíamos, realizada en Doha, Qatar, el año 2001, tuvo
la inmensa presión de la lucha que se libró previamente en las calles de la ciudad de
Seattle, Estados Unidos, apoyada ampliamente por los movimientos populares del mundo,
y que había conducido al estrepitoso fracaso de la anterior cumbre de la OMC. Así, se
generaron condiciones para que en Doha se emitieran Declaraciones relativas a los
27
Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS, por sus siglas en
inglés) y sobre la Salud Pública, las cuales permitieron (por ejemplo, el artículo 80 del
TRIPS) el que los Estados, ante emergencias sanitarias, puedan explotar la patente de una
empresa extranjera. Es decir, tomar el conocimiento privado transnacional y producir por
sí mismos los medicamentos para salvar de la mortandad a sus pueblos.
Este fue un paso positivo logrado por el repudio mundial al no poder atenderse a la
población enferma que está muriendo cuando existen los conocimientos y recursos en el
mundo para producir medicamentos de bajo costo, en función de los anhelos de lucro de
las transnacionales farmacéuticas. Sin embargo, la tendencia general presente y en
perspectiva es, con todo y que una importante lucha se libra al respecto, en favor de las
empresas.
Otro elemento útil de considerar es el que casi a la mitad del tiempo de vida que tuvo el
GATT, antes de devenir en OMC, se creó a partir de la Conferencia de Estocolmo un
organismo de Naciones Unidas que es la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI), que a la fecha administra 24 convenios internacionales al respecto, que serán
usualmente referidos en los textos de tratados de libre comercio y que vienen reforzando
la tendencia general. Cuando se refieren ‘los convenios’ (como el de París o Budapest, por
ejemplo) es a esta administración de la OMPI que se está aludiendo. Por supuesto, la
OMPI irá acogiendo otros nuevos convenios que grandes intereses puedan ir generando.
La presión social en el mundo hace que la cuestión de la propiedad intelectual sea
frecuentemente tema de debate dentro de la OMC. Antes de los acuerdos del GATT, en la
Ronda de Uruguay, de 1993, "cada país contaba con sus propias leyes de propiedad
intelectual, su sistema de patentes resultado de su historia y de su situación social,
económica y cultural."2
En varios de estos países "no era posible patentar un producto, sólo los procesos para su
obtención -lo cual difería de la legislación estadounidense que permitía patentar procesos
y productos. La idea era proteger la innovación tecnológica sin impedir su libre curso; es
decir, la posibilidad de que otros inventaran un proceso distinto para obtener el mismo
producto.
“Sin embargo, a finales de los ochentas se gestó un movimiento impulsado por doce de las
mayores empresas de los Estados Unidos -Bristol Myers, Du Pont, General Electric,
General Motors, Hewlett Packard, IBM, Johnson & Johnson, Merck, Monsanto, Pfizer,
Rockwell y Warner-, que conformaron el Comité de Propiedad Intelectual (IPC, por sus
2 Carrillo, op. cit.
28
siglas en inglés) junto con un conglomerado de empresas japonesas denominado
Keidanren, y otro de origen europeo, la UNICE."3 Su primer gran objetivo fue acabar con
las leyes nacionales mediante un marco global que les fuera propicio a sus empresas.
"Al poner en el mismo plano procesos y productos, esta legislación abría paso a las
compañías para patentar todo aquello que encontraran, aunque no fuera modificado en
lo más mínimo, como es el caso de una secuencia genética, y permitió que se patentara
desde el genoma completo de un gusano hasta fragmentos del ADN del genoma humano
cuya función aún se desconoce, sin dejar de mencionar el caso de las células de dos
personas, un indígena de Nueva Guinea y otro de Panamá, ambos habitantes de regiones
aisladas, que parecían poseer resistencia a ciertas enfermedades, y a quienes nunca se les
notificó eso, ya que la compañía que estableció esta categoría alegaba ser su detentora"4.
El 90% de las patentes de nuevas tecnologías pertenecen a compañías multinacionales.
Se trata de un marco impuesto de concepciones y leyes contra el desarrollo científico y
tecnológico de los pueblos y en contra de dicho desarrollo puesto en favor de los pueblos.
Norman Farnsworth explica que buena parte de los habitantes del mundo recurre todavía
de manera directa a las plantas para curarse -80% de la población mundial se trata con
métodos tradicionales, de los cuales 85% consisten en plantas, lo que representa un
inmenso potencial para el desarrollo humano.
¿De qué conceptos en sentido estricto se está hablando en estos temas? Básicamente
habríamos de trabajar con tres: Propiedad Intelectual, Derecho de Autor, y Patente. Hay
muchas más especificaciones convencionales, como el tema de las marcas, las
denominaciones de origen, etc.; así como otros nuevos que vienen a derivarse de la
biotecnología o modificación genética de organismos vivos. Fuera de lo anterior, hay
también algunos más como el de Patrimonio de la Humanidad, referido a obras tangibles
o intangibles cuyos alcances les hacen meritorios de tal grado de reconocimiento cultural
por parte de la UNESCO y posiblemente, si están incluidas en los listados presentados por
los países miembros, de apoyo financiero para su sostenimiento, pero esto es otra cosa
para lo que sería la gran lógica tendiente a la privatización progresiva del conocimiento y
sus productos que se busca universalizar. Comprender, entonces, los tres conceptos
fundamentales mencionados es lo que básicamente requerimos para el abordaje y análisis
de la cuestión que nos ocupa.
3 Ibid
4 Ibid
29
El esquema de relación entre los tres conceptos es que la propiedad intelectual como
concepto y marco general de derecho se subdivide en lo que sería la propiedad
industrial (procesos y productos propiamente industriales) y el derecho de autor o lo
que es lo mismo copyright (referido a creaciones intelectuales y artísticas). Patente es la
figura jurídica de la titularidad patrimonial de un derecho de invención.
Como podrá apreciarse, la propiedad intelectual en última instancia arriba a dos tipos de
figuras: las patentes relativas a procesos industriales e invenciones en general, y los
derechos de autor. La patente y el derecho de autor son esencialmente lo mismo (dirigida
a los creaciones intelectuales y artísticas en sí mismas, la figura ‘derecho de autor’ es una
forma de patente).
En los términos de la Declaración Mundial sobre la Propiedad Intelectual (votada por la
Comisión Asesora de las políticas de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual
(OMPI), el 26 de junio del año 2000, la propiedad intelectual es entendida similarmente
como "cualquier propiedad que, de común acuerdo, se considere de naturaleza intelectual
y merecedora de protección, incluidas las invenciones científicas y tecnológicas, las
producciones literarias o artísticas, las marcas y los identificadores, los dibujos y modelos
industriales y las indicaciones geográficas".
La patente es un derecho negativo que otorga el Estado a un inventor. Se le llama
derecho negativo porque lo que hace es limitar el derecho de otros respecto de algo. En
este caso que terceros hagan uso de la tecnología patentada, a menos que el titular de la
patente les autorice a implementarla bajo las condiciones que el titular quiera fijar. Es
una especie de monopolio que el Estado otorga de manera temporal según términos del
Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el
Comercio (ADPIC o, en inglés, TRIPS y se trata del anexo 1C del Convenio por el que se
crea la OMC, firmado en 1994, en la Ronda de Uruguay del GATT), fijado en veinte años.
Después de dicho plazo, los patentes pasan a dominio público. Pero como es de
suponerse, al igual que con la prescripción de las deudas que se las arreglan los grandes
intereses para que nunca prescriban, existen mecanismos para imponer el derecho
privado sobre el dominio público. Y uno de los más usuales actualmente es el ir
ampliando y ampliando el tiempo de dichos derechos sobre una invención para que nunca
llegue a dominio público y siga constituyendo una fuente de ganancia privada. Asimismo,
la nueva generación de tratados de libre comercio, como se prevé aún más en el caso del
Trans-Pacific Partnership que era secreto y se filtró5, los grandes capitales y sus gobiernos
5 Trans-Pacific Partnership (TPP) es la nueva iniciativa de tratado de libre comercio impulsada por Estados
Unidos. El tratado es negociado en conjunto con Australia, Brunei, Chile, Malasia, Nueva Zelanda, Perú,
30
ya ni siquiera quieren reconocer la figura del dominio público. Esto nos muestra en toda
su claridad que el asunto no es quedarse sólo en la atención de los de por sí graves
tratados de libre comercio suscritos sino que éstos son abiertos y los instrumentos
internacionales que se van generando e imponiendo como un proceso que excede los
anteriores, es lo que va determinando la contradicción entre propiedad privada y
propiedad social o colectiva.
Otro aspecto que hay que prever de las patentes es que son bienes que pueden circularse
y colocarse en la bolsa. Se trata de una especie de capital y en dicho terreno ya sabremos
quién manda. Pueden establecerse porcentajes de propiedad sobre una patente dada; al
igual que la propiedad inmobiliaria, los derechos se pueden transferir por actos entre
vivos o por vía sucesoria, pudiendo rentarse, licenciarse, venderse, permutarse o
heredarse.
Las patentes solían y aún suelen creerse ligadas a lo que es con toda precisión una
invención. Pero esto ya no es tan cierto por lo que se están inventando al respecto… (el
‘descubrimiento de una forma de vida’, la relativamente fácil para ellos modificación de
un gen para patentar un nuevo organismo vivo, etc.).
No se consideran invenciones, y por tanto no generan patentes: los principios teóricos o
científicos; los descubrimientos que consistan en dar a conocer o revelar algo que ya
existía en la naturaleza, aun cuando anteriormente fuese desconocido para el hombre; los
esquemas, planes, reglas y métodos para realizar actos mentales, juegos o negocios y los
métodos matemáticos; los programas de computación; las formas de presentación de
información; las creaciones estéticas y las obras artísticas o literarias; los métodos de
tratamiento quirúrgico, terapéutico o de diagnóstico aplicables al cuerpo humano y los
relativos a animales, además, la yuxtaposición de invenciones conocidas o mezclas de
productos conocidos, su variación de uso, de forma, de dimensiones o de materiales, salvo
que en realidad se trate de su combinación o fusión de tal manera que no puedan
funcionar separadamente o que las cualidades o funciones características de las mismas
sean modificadas para obtener un resultado industrial o un uso no obvio para un técnico
Singapur y Vietnam. Las negociaciones, que se efectúan en secreto, acaban de sufrir un serio revés tras la
filtración extraoficial del capítulo sobre propiedad intelectual. El capítulo en cuestión incluye diversas
disposiciones que afectarán el acceso a medicamentos, los derechos de las personas en Internet, la libertad
de expresión y el respeto a la vida privada, entre otros. Fuente:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124164. El documento filtrado puede conocerse en:
http://www.keionline.org/node/1091.
31
en la materia. Sin embargo, algunas de las anteriores, evidentemente, sí pueden generar
derechos de autor.
No se pueden patentar los procesos esencialmente biológicos para la producción,
reproducción y/o propagación de plantas y animales; el material biológico y genético tal
como se encuentran en la naturaleza; las razas animales; el cuerpo humano y las partes
vivas que lo componen; las variedades vegetales y minerales. Lo anterior es válido
excepto para Estados Unidos y Japón.
Planteábamos que la propiedad intelectual se clasifica en dos categorías:
La propiedad industrial, que es el derecho exclusivo que otorga el Estado para usar
o explotar en forma industrial y comercial las invenciones o innovaciones de
aplicación industrial o indicaciones comerciales que realizan individuos o empresas
para distinguir sus productos o servicios ante la clientela en el mercado
(invenciones, marcas, dibujos y modelos industriales, así como indicaciones
geográficas de origen). Todo ello se puede patentar.
Derechos de autor o el reconocimiento que hace el Estado a favor de un creador
de obras literarias y artísticas, en virtud del cual otorga su protección para que el
autor goce de prerrogativas y privilegios exclusivos de carácter personal y
patrimonial (derechos que tienen los artistas sobre sus obras, derechos de los
intérpretes sobre sus ejecuciones e interpretaciones, derechos de los autores de
fonogramas sobre sus grabaciones, derechos de las empresas de radiodifusión
sobre sus programas, tanto de radio como de televisión, etc.)
El derecho de autor es un conjunto de normas y principios que regulan derechos morales
y patrimoniales (de reproducción, comunicación social, traducción y conexos). Se aplica a
la autoría de obras literarias, artísticas, científicas o didácticas, sean inéditas o publicadas.
Si bien las obras pasan a dominio público cuando los derechos patrimoniales expiran, el
Congreso de Estados Unidos incrementó en 1831 el plazo inicial del copyright de 14 a 28
años (o sea, se llegó a un máximo de 42 años de protección) y en 1909 extendió el plazo
de renovación de 14 a 28 años (obteniéndose un máximo de 56 años de protección). Y, a
partir de los años 50, comenzó a extender los plazos existentes en forma habitual (1962,
1976 y 1998).
Son objeto de protección las obras originales del campo literario, artístico y científico,
cualquiera que sea su forma de expresión, soporte o medio. Entre otros: libros, folletos y
otros escritos; obras dramáticas o dramático-musicales; obras coreográficas y las
pantomimas; composiciones musicales con o sin letra; obras musicales y otras grabaciones
32
sonoras; obras cinematográficas y otras obras audiovisuales; obras de dibujo, pintura,
escultura, grabado, litografía; historietas gráficas, así como sus ensayos o bocetos; obras
fotográficas; gráficos, mapas y diseños relativos a la geografía, a la topografía o a las
ciencias; proyectos, planos, maquetas y diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería;
programas informáticos; entrevistas; sitios web, etc.
Hay varias categorías de materiales que generalmente no son elegibles para la protección
de derecho de autor. Éstas incluyen, entre otras: trabajos que no han sido fijados en una
forma de expresión tangible (por ejemplo, obras coreográficas que no han sido escritas o
grabadas, o discursos improvisados o presentaciones que no han sido escritas o grabadas);
ideas, procedimientos, métodos, sistemas, procesos, conceptos, principios,
descubrimientos, aparatos, como diferenciaciones de una descripción, explicación o
ilustración; obras que consisten totalmente de información que es de conocimiento
público y no representan un trabajo que tenga un autor original (por ejemplo, calendarios,
tablas de peso y estatura, cintas métricas o reglas, y listas o tablas obtenidas de
documentos públicos u otras fuentes de uso común); las leyes, reglamentos y demás
normas (se pueden publicar pero no dan exclusividad a menos que impliquen un trabajo
en torno de ello).
Veremos, ahora, el importante endurecimiento que vienen a significar los tratados de libre
comercio al respecto de estas lógicas, en los casos del DR-CAFTA y el ADA UE-CA, y lo que
se vislumbra va a introducirse a partir del Acuerdo Transpacífico.
El Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos o DR-CAFTA (siglas de Central America
Free Trade Agreement a lo cual se agregaría RD porque al mismo se le incorporaría
después la República Dominicana, o Dominican Republic), más que un acuerdo de todos
los países signatarios entre sí, es un amplio acuerdo comercial de los Estados Unidos con
la región como una sola. No obstante lo anterior, de cara a la relación con Estados Unidos
lo que privaron fueron los intereses empresariales de cada país en lo particular.
Su cronología es la siguiente. El 24 de septiembre de 2001 se emitió un primer
comunicado de prensa con motivo de una reunión para el efecto de empezar a trabajar el
acuerdo por parte de altos funcionarios de política comercial de Centroamérica y Estados
Unidos. A ello le seguirían los llamados Talleres Técnicos preparatorios, que tuvieron
lugar el primero en noviembre de 2001 en San Salvador (en enero 2002 el presidente de
EEUU notificaría a su Congreso de su intención), y seguirían sucesivamente realizándose
en Washington, San José, Antigua Guatemala y los dos últimos en Washington,
nuevamente, para finalizarse esta etapa en septiembre de 2002.
33
La negociación del CAFTA, propiamente, tendría lugar en nueve rondas que tuvieron lugar
entre el 27 de enero de 2003 y el 12 de diciembre del mismo año, en diversas ciudades de
Centroamérica y Estados Unidos. Específicamente en la octava ronda (sesiones especiales)
que tuvo lugar en Washington D.C., se acordaron en principio las disposiciones sobre la
observancia de los derechos de propiedad intelectual, mediante los cuales se garantiza el
establecimiento o mantenimiento de procedimientos y recursos administrativos, civiles y
penales adecuados para su efectiva protección, garantizando las facultades que tienen los
jueces nacionales para, por ejemplo, ordenar a su discreción la destrucción de mercancías
falsificadas o pirateadas, pero a su vez, pudiendo destinarlas a programas de beneficencia,
según lo establece, por ejemplo, la legislación costarricense.
Por otra parte, según los informes de las sesiones extraordinarias de negociación (octava
ronda), en el tema de patentes se lograron aspectos de la posición defendida por
Centroamérica. Específicamente, que en el capítulo de propiedad intelectual no se
establezca ninguna obligación de patentar métodos de diagnostico, terapéuticos y
quirúrgicos para el tratamiento de personas o animales. Esa era la intención
norteamericana.
Asimismo, se acordó mantener la facultad de realizar importaciones paralelas de
medicamentos en el país, así como no limitar de ninguna manera las facultades para
otorgar licencias obligatorias, con lo cual se aseguran dos de las herramientas más
efectivas con que se cuenta para garantizar el acceso a los medicamentos y la seguridad
social. Asimismo, se mantiene la facultad establecida en el Artículo 5 del Convenio de
París, en el sentido que las Partes puedan cancelar una patente por falta de explotación.
Seguidamente a la fase de negociación, se generaron planes de acción para cada país, en
2004 transcurrió la negociación de República Dominicana, y entre enero de 2005 y
diciembre de 2009, el CAFTA fue siendo aprobado por los Congresos y entrando en vigor
en diferentes fechas para cada país. En el caso guatemalteco, el 10 de marzo de 2005 fue
aprobado por el Congreso de la República entre amplias e intensas manifestaciones
populares en contra, como el Decreto 31-2005. Es un Decreto bastante escueto: en base a
6 considerandos, decreta sólo dos cosas: que se aprueba el CAFTA y que lo hace de
urgencia nacional. El CAFTA entró en vigencia en junio de 2006.
El texto en sí del CAFTA en un muy extenso documento de 22 capítulos y tres anexos, el
cual probablemente muy pocos diputados leyeron íntegramente.
34
En el ámbito de la salud sólo aparecerá en su mayor aproximación como medidas
fitosanitarias en tráfico de mercancías. Sin embargo, el Capítulo 15 es relativo a Derechos
de Propiedad Intelectual, estableciendo en su artículo 15.1, inciso 2, la ratificación del
tratado de OMPI sobre Derechos de Autor (1996); en el inciso 3, el Tratado de
Cooperación en Materia de Patentes, según su revisión y enmienda (1970) y el Tratado de
Budapest sobre el Reconocimiento Internacional del Depósito de Microorganismos a los
fines del Procedimiento en Materia de Patentes (1980); en el inciso 4, el Convenio
Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales (1991) (Convenio UPOV
1991), más que el subpárrafo anterior no aplicará a cualquier Parte que otorgue
protección efectiva mediante patentes a las plantas a la fecha de entrada en vigor de este
Tratado; el inciso 6, el Tratado sobre el Derecho de Patentes (2000); el inciso 16,
proyectos de educación y difusión acerca del uso de la propiedad intelectual "como
instrumento de investigación e innovación”, dice, además de intercambios y
administración de informaciones estatales e internacionales al respecto; y, entre otros,
todo el mayúsculo inciso 15.9 es relativo a patentes.6
Tras la aprobación por el Congreso de la República del CAFTA vinieron reformas a las leyes
nacionales, y entre varias otras, las relativas a patentes. Las reformas legales para la
implementación del ‘TLC República Dominicana-Centroamérica-Estados Unidos de
América’ es el Decreto Ley 11-2006.
Como antecedente, el Decreto 56-2000 modificó la Ley de Derecho de Autor y Derechos
Conexos (Decreto N° 33-98) y en su artículo 43 modificó expresamente el artículo 274 del
Código Penal, entrando en vigencia el 1 de noviembre del 2000.
Ya derivado del CAFTA, el Decreto 11-2006 destina su Capítulo VI a la propiedad
intelectual (modificando el Decreto 57-2000, Ley de propiedad industrial y sus reformas).
Ese Capítulo VI es proporcionalmente bien extenso dentro de la ley derivada de ese
tratado de libre comercio: de los 131 artículos que comprenden esa Ley, 82 son del
Capítulo VI.
El VI (Propiedad Intelectual) empieza en el Art. 34, refiriéndose a marcas, nombres
comerciales, denominaciones de origen. El Art. 54 modifica el 103 de la anterior ley 57-
2000, que es solicitud de patentes y aplica a invenciones. El Art. 56 modifica el 109 y se
refiere a invenciones biológicas. El Art. 64 reforma el Art. 139 bis del Dto. 57-2000,
quedando así: “Artículo 139 bis. Cancelación de patente por fraude. La patente puede ser
6 http://www.sice.oas.org/Trade/CAFTA/CAFTADR/CAFTADRin_s.asp
35
cancelada en caso de fraude cuando ésta se haya otorgado a una persona individual o
jurídica que no haya tenido derecho a la misma.” Pero establece que “Este proceso de
cancelación sólo puede ser iniciado por la persona individual o jurídica que por ley tiene
derecho a la patente”. El Capítulo se extiende en modificaciones a la Ley de Propiedad
Industrial hasta el artículo 116.
El CAFTA viene dirigido a contemplar plenamente la legislación nacional de cara a su
biotecnología de modificación genética de especies vivas.
En lo que respecta al Acuerdo de Asociación Unión Europea – Centroamérica (ADA UE-CA),
éste parte de una premisa ante lo cual hemos de ser realistas para todo tratado de libre
comercio inscrito en un proceso capitalista que se impone progresivamente: “Los
acuerdos se caracterizan por su amplitud y su carácter abierto y “en curso”, que obliga a
los países firmantes a ampliar periódicamente lo acordado y a emprender en los años por
venir un número indefinido de reformas jurídicas, administrativas, económicas y sociales
cuyo fin es otorgar condiciones cada vez más favorables a las inversiones de las empresas
europeas. Constituyen verdaderas reformas constitucionales “progresivas” que serán
definidas a nivel ministerial, lejos del seguimiento que puedan hacer los parlamentos o la
opinión pública de cada país.”7
El 29 de Junio de 2007 se anuncia oficialmente el inicio del proceso de negociación del
Acuerdo. Se determinan los criterios técnicos y el cronograma de trabajo. Se estarían
realizando 10 rondas de negociación, las cuales tendrían lugar en países centroamericanos
y Bruselas.
Cada ronda tendría una periodicidad de tre
en julio de 2008; la quinta fue en
; la sexta ronda fue en Bruselas, en
enero de 2009; el tema de las patentes fue abordado en la segunda y sexta ronda,
principalmente. En marzo 2009 ; esta
séptima ronda fue en Honduras, en marzo 2009; pero a raíz de divergencias en el proceso,
dicha séptima ronda fue suspendida ante el retiro de los negociadores de Nicaragua.
7 Morales, Henry y Jesús Garza. El acuerdo de asociación Unión Europea y Centroamérica. Guatemala:
Movimiento Tzu Kim Pop, 2009, pág. 32.
36
De marzo a junio se realizaron dos sesiones técnicas para buscar retomar el proceso
conductor de la negociación.
Con el Golpe de Estado suscitado en Honduras en junio de 2009, el proceso quedó
prácticamente estancado. Se realizaron sesiones técnicas para encontrar salidas políticas
en términos de continuar con la negociación y a diciembre de 2009, lo que existían era
malestar e incertidumbre en torno a si realizaba otro mandato negociador en el sentido
de que Honduras quedara fuera por el Golpe de Estado.8 Sin embargo, ampliamente
criticado, luego de ocho de meses de estancamiento, la Unión Europea decidió normalizar
sus relaciones con Honduras, y así se realizó de manera pragmática pese al golpe de
Estado, la negociación del ADA en Bruselas, los días 21 a 26 de febrero de 2010. La
conclusión de la negociación tuvo lugar en Madrid, en mayo de 2010.
Una vez terminado el proceso de negociación, inicia una etapa de ratificación e
implementación del Acuerdo que podría durar entre 2 y 5 años.
La interrupción que tuvo lugar con motivo del golpe de Estado guarda aspectos
sumamente interesantes, no sólo por las críticas que suscitó la disposición de la UE a
normalizar sus relaciones con el gobierno hondureño, sino porque precisamente el
movimiento social y popular centroamericano había, previamente al golpe, constituido al
Presidente Manuel Zelaya en el portavoz de sus demandas de caras al Acuerdo de
Asociación:
“La propuesta fue elaborada para que por medio del gobierno de Manuel Zelaya se
presentara a los presidentes centroamericano
2009 en la
República de Nicaragua. Con esta propuesta se esperaba abrir un diálogo directo con los
Presidentes en torno al Acuerdo de Asociación, dado que a la fecha en el conjunto de la
región esto no ha sido posible para el movimiento social organizado”, plantea el estudio
de Morales y Garza (2009).
La demanda política de los movimientos, redes y organizaciones sociales de
Centroamérica a los Presidentes centroamericanos sobre el Acuerdo de Asociación con la
Unión Europea fue:
8 Ibid, pp. 38-39.
37
Suspensión inmediata de las negociaciones: Es necesaria la suspensión inmediata
de las negociaciones hasta en tanto no se acuerden nuevas y compartidas bases de
negociación por parte de Centroamérica.
impactos de los procesos y tratados de libre mercado como factores
desencadenantes de la crisis financiera y la recesión planetaria, condición
fundamental para replantear las futuras relaciones con la Unión Europea, así como
la oportunidad de efectuar verdaderos y democráticos espacios de consulta a la
sociedad civil para definir la forma de desarrollo e integración que requerimos los
pueblos, con autodeterminación y respeto a la vida.
En dicho marco de construcción y adhesiones de la posición común, las organizaciones
indígenas asentaron:
Los participantes del encuentro consideramos que el modelo neoliberal destruye y
arrasa con los pueblos a través de la privatización y de la destrucción de los
elementos naturales que se evidencia en el desarrollo de mega proyectos como las
presas, la minería, los monocultivos, entre otros.
Son los Tratados de Libre Comercio y los mega proyectos los que destruyen los eco-
sistemas, generan pobreza, hambre, migración, delincuencia, violación a los
derechos de los pueblos mesoamericanos y en especial a los pueblos originarios, y
explotan la mano de obra barata. Pero también son éstos, junto con la falta de
soberanía alimentaria, que ponen en riesgo la salud de los pueblos envenenando
los suelos, las plantas y a las personas; favoreciendo múltiples enfermedades y en
especial las que afectan a las mujeres y sus derechos humanos.
En esta semana ratificamos nuestro rechazo a la firma de tratados como el Tratado
de Libre Comercio (TLC), los Acu
, entre otros.
En contraste, exigimos a los gobiernos de la región ratificar o cumplir, según su
caso, con el Convenio 169 de la OIT y que se respeten otros tratados que beneficien
a las poblaciones en general y en especial de los pueblos indígenas, con el
cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas
aprobado recientemente por Naciones Unidas.
Por ello nuestro rechazo contundente a todas las formas de patente de la
biodiversidad y a que sean las bolsas de valores o instancias como la Organización
Mundial del Comercio (OMC) las que impongan los precios de nuestros productos.
No podemos saber cuál es el futuro pero sí, inspirándose en los usos del
pensamiento médico, tomar las acciones posibles para que ese futuro se acerque a
38
aquello que más se aproxime a la salud integral de un pueblo y los pueblos todos
del mundo, así como prevenir efectos dañinos o a lamentar.
Con los Acuerdos Comerciales del llamado ‘libre comercio’, el espíritu que le dio lugar y les
precede, hay dos amenazas fundamentales que se le presentan a la Medicina Tradicional
Maya al igual que a todo sistema médico en el mundo:
a. La privatización: esa descomunal, persistente e ilimitada ansia impuesta por
grandes poderes corporativizados y sus aparatos diversos tendiente a la
privatización y concentración de la propiedad; y
b. b. una forma de mercantilización. La forma dominante de mercantilización
destinada a generar y acumular riqueza al costo que sea, su naturalización de la
desnaturalización (o legitimación), su carácter abstracto (despersonalizado) y
especulativo financiero.
39
4. DE LA RESISTENCIA HACIA EL RETO CRECIENTE Y GENERAL DE
LUCHA POR LA VIDA
En el mundo es ampliamente conocido que Estados Unidos y Japón son los dos países más
reaciamente opuestos a suscribir acuerdos que limiten los dos principios sacrosantos de
las grandes corporaciones y sus agentes. El saqueo y monopolización de los recursos
biológicos provenientes de otras regiones del planeta es ostentosamente contraria al
declarativo ‘libre comercio’.
Obviamente no son estos dos los únicos Estados en que se asientan las grandes
corporaciones interesadas en detectar, apropiarse e impedir que terceros accedan a
recursos de origen biológico. Y que como hemos señalado antes, implica pensar, al
respecto, no sólo en grandes consorcios químico farmacéuticos, sino también agrícolas
biotecnológicos, industriales modernos en muy amplios sentidos, etc., todos ellos
naturalmente con nexos o derivaciones a fines y aplicaciones no siempre pacíficas).
Las grandes corporaciones, hoy en día, no están cobijadas bajo la prudente función
reguladora estatal, que acaso otrora existiera. Por el contrario, muchos reconocen y
documentan más bien lo opuesto: que dichas grandes corporaciones son las que
determinan a principales actores y funcionamiento económico político, en lo fundamental,
de los principales Estados del planeta, su utilización de recursos y procedimientos.
Asimismo, hay que tener presente que estas grandes corporaciones, cuando se dice que
se han transnacionalizado, no es sólo porque asienten sus dispositivos de insumos y
mercados, etc. en pequeños países de ‘ultramar’; sino porque la conformación misma de
su capital, fundamentalmente, expresa ese carácter. No por los discretos márgenes de
acciones permanentemente en las bolsas financieras, sino por el control real de las
mismas que es el poder que se desenvuelve en fusiones y absorciones de las grandes
empresas entre sí, es decir, el control fundamental de lo más sustantivo del modelo en su
conjunto y razón de ser.
Lo anterior ayuda a entender varias cosas que hace falta formular al final de nuestro
análisis. La primera de ellas es que, el mundo de las patentes hay que entenderlo como
un lenguaje cada vez más común, desgraciadamente, impulsado pero no exclusivamente,
por ciertos Estados. Efectivamente, el 90% de las patentes en el mundo están en manos
de entes privados de Estados Unidos, Europa y Japón. Pero toda esa misma lógica es al
mismo tiempo suscrita, defendida y promovida por quienes representarían los intereses
de los llamados ‘países del Sur’, a nivel de la Organización Mundial de Comercio.
40
Si vemos diferencias entre el comportamiento específico del núcleo fundamental de poder
de decisión corporativo de Estados Unidos y Japón respecto de los otros países
desarrollados que despuntan en estas lógicas –es decir, sus núcleos fundamentales de
intereses corporativos y las estrategias que pueden o buscan seguir con sus convergencias
o diferencias-. Y, más aún, de estos dos últimos con los comportamientos observados en
potencias emergentes y otros llanamente sumidos en la condición de subdesarrollo…
Todas esas variantes presentarán un mismo patrón de intereses, a distinta escala, pero en
el mismo sentido en lo que respecta a patentes.
Como se trata de un mismo modelo o sistema global, en proceso de transnacionalización,
concentración y profundización, la dinámica estructural que caracteriza a esta lógica de las
patentes no tiende, ni tenderá a nada justo.
Pensar o querer creer lo contrario implicaría suponer que los sistemas jurídicos o políticos
(sean nacionales o multilaterales) puedan funcionar por sí mismos, de manera
independiente o por sobre el conjunto de principales intereses económicos. Ello sólo se
ve, en cierta medida, cuando ocurre una transgresión de reglas y procedimientos
definidos por ese mismo conjunto.
Por ejemplo, como hemos señalado, la Organización Mundial de Comercio. Ahí las rondas
de negociación simplemente se suspenden, no llegan a ‘acuerdos’, se posponen para la
siguiente conferencia ministerial, o dos o tres más, indefinidamente.
Así ha ocurrido en la flagrante continuidad de subsidios agrícolas que por razones políticas
y de seguridad alimentaria nacional establecen países como Estados Unidos, mientras que
vía ‘acuerdos comerciales’, ‘gestiona’ el que en marcos normativos y políticas públicas
formales o informales de otros países dichos subsidios se eliminen.
Ahí la cuestión del poder, y del ‘poder de negociación’ específicamente, es clara. Pero hay
que observar asimismo que lo que los llamados ‘países del Sur’, o dichos Estados y los
intereses que de fondo representan, están exigiendo no por mera ‘demostración lógica de
la falacia que implica el neoliberalismo’ ese fin de los subsidios en Estados Unidos y
Europa, sino para que el modelo dominante, tal cual se pregona, se haga realidad.
Si lo viéramos desde la perspectiva de lo común que hay entre un pequeño productor
agrícola o pecuario de nuestros países latinoamericanos y los de algún país de Europa o
los Estados Unidos, eso sería algo muy distinto que cuando los Estados latinoamericanos
41
acuerpan la lucha por el fin de los subsidios en países desarrollados. Aunque eso suene
‘justo’, lo que hay detrás de las posiciones gubernamentales es un interés económico de
empresas varias representado en las gestiones internacionales.
Toda la derecha económica más definida en su orientación ideológica y política del
mundo, unida, coincidirá en esa postura anterior. Pero hay una mayor aún, que es la que
se impone sobre ese conjunto en la dinámica histórica real, más derecha aún que la
anterior si cabe (y sí cabe), cuya misión y ejercicio a través de los mecanismos más
inconfesables, se abstrae de todo ese tipo de ‘igualitarismo’ al mismo tiempo que lo
promueve en el resto para gestar eso que son los imperios.
Esto es importante entenderlo porque, aunque es básico realmente, genera en la
disparatada equiparación pretendida entre ‘naciones’ o ‘Estados’ el tipo de nociones y
flujos que sustentan todo ese andamiaje y modelo imperial real. El discurso capitalista de
élites nacionales en países llanamente sometidos al subdesarrollo o de potencias
emergentes, incluso, oculta y manipula un lenguaje común con esos esquemas de
privatización y mercantilización en gran escala para la ganancia.
Dicho en otras palabras, hay que ser cuidadosos con ciertos discursos ‘nacionalistas’ o de
bloques emergentes y/o ‘alternativos’ que en realidad no son tan alternativos. Un
discurso aparentemente ‘anti-imperial’ puede servir -y frecuentemente en estos terrenos
sirve- para terminar adoptando el lenguaje y objetivos promovidos por el poder
transnacional, de aquí y allá. Puesto que finalmente, en base a dichas aceptaciones y sus
concreciones es que hacen todos ellos sus negocios, en general.
Principalmente las potencias emergentes situadas en los trópicos son quienes, frente a las
grandes corporaciones, se mueven en la defensa de los intereses de países llamados
megadiversos (o con una gran diversidad biológica, fuente de infinidad aún de recursos
bióticos diversos que evidentemente son apetecidos por otros que carecen de dicha
diversidad, pero por cuyo avanzado y desigual desarrollo son precisamente los principales
interesados, a la vez, en el saqueo y la privatización).
Tema focal al respecto, es el intento de modificación del Acuerdo sobre los Aspectos de
Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio ADPIC (Art. 27.3.b), desde el interior
de la misma OMC, por parte de varios países liderados por India y Brasil, por varias rondas.
A ello se opone Estados Unidos:
42
Los EEUU sustentan su oposición a las modificaciones del párrafo 3 b. del artículo
27 del ADPIC, con el argumento de que serían más fácilmente alcanzables los
objetivos de la CDB mediante leyes nacionales y disposiciones contractuales
basadas en la legislación, que podrían incluir compromiso sobre la divulgación de
cualquier aplicación comercial de los recursos genéticos y conocimientos
tradicionales asociados. La retórica estadounidense provoca una serie de
cuestionamientos: a) ¿Tal propuesta legitimaría la biopiratería, disfrazada en
contratos ampliamente favorables a las empresas? b) ¿Estarían protegidos los
derechos de las comunidades solamente por contratos entre partes totalmente
desiguales en poder económico, político y en capacitación técnica y jurídica como
son las comunidades indígenas y las grandes corporaciones de investigación y
desarrollo de productos farmacéuticos? c) ¿Estarían preparados los gobiernos y
órganos locales para imponer términos justos en los contratos ante empresas con
facturación anual mayor que su producto interno bruto (PIB)? d) ¿Cuál sería el
límite legal para las pretensiones de las empresas multinacionales? ¿Leyes
nacionales que no son efectivas ni siquiera entre sus nacionales, en su territorio?
¿Órganos gubernamentales con poca capacidad técnica, infraestructura y
administradores públicos corruptibles y fácilmente influenciables?
Durante décadas, la diplomacia de los EEUU ha impuesto, a través de presiones
políticas y económicas, la adhesión masiva de los países al ADPIC. Para las
empresas estadounidenses es importante mantener un sistema internacional de
propiedad intelectual, con amplia posibilidad de patentamiento de la biotecnología,
sin embargo mal adaptado para la protección de los conocimientos tradicionales.9
En el movimiento de los países megadiversos, y en torno de ello, hay varias posiciones
diferentes. Es preciso tenerlo presente.
Las más claras y que definen el movimiento realmente alternativo en el planeta van en el
sentido de una cosa fundamentalmente: oponerse a las patentes. Aquí recordemos que
‘patente’ es el derecho patrimonial exclusivo y excluyente (o jurídicamente negativo, que
nadie más que el propietario de ella acceda al bien patentado).
Las ‘arenas’ en que dicha lucha se juega, además del campo de sentido y posición política,
cultural e ideológica al respecto (la formulación clara del por qué los pueblos se oponen a
9 Berger Filho, Airton Guilherme. La propiedad intelectual y los derechos al patrimonio genético en el
derecho internacional. Conferencia. Universidad de Caxias do Sul, Brasil.
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las patentes y contra qué intereses va la oposición en ello), es también en varios campos
específicos y sobre todo en el de la salud humana.
Aquí, en la salud, además de la oposición llana a las patentes, también se suele jugar la
postura alternativa como promoción incluso de regímenes de excepción a las patentes
nacionales o internacionales. O bien, el denodadamente pugnar por reducir el tiempo que
jurídicamente privatiza el conocimiento para la elaboración de productos y sus
procedimientos mismos para generarlos, en aras del dominio público universal. Sólo que
este último campo podría implicar una incómoda convergencia, e incluso, posible
aceptación incorrecta de los derechos de patente industrial como norma a aceptar, por
eso conlleva un marcado riesgo de orden político.
No tener la debida claridad al respecto implica el riesgo de encontrarse en el lobby de los
agentes del patentamiento, ya sea en espacios internacionales o nacionales.
Cuando decimos, y hay que comprenderlo tal cual, que una corporación ha patentado un
producto derivado del conocimiento de los pueblos o la biodiversidad de un país, lo que
estamos diciendo no es que lo haya ‘saqueado’ y se lo haya ‘apropiado’ en el sentido de
que no estamos ganando mientras aquéllos sí lo está haciendo. Es sencillamente que no
podrá ser utilizado en la esfera comercial que rige los intercambios o la producción
industrial internacionales por otros que quienes sus dueños de la patente. Se trata de un
sentido de propiedad excluyente de y para su origen. De ahí lo complicado del asunto y el
que genere tanta confusión si no se asume con coherencia y consecuencia la posición
alternativa mundial contra las patentes. Dicho en otras palabras, la posición alternativa
mundial, no es en contra de que los pueblos no ganen en dicho proceso de patentes
corporativas, sino en la dirección de que no existe la privatización del conocimiento y los
recursos en general para el desarrollo de los pueblos del mundo.
Esa distinción es crucial. Por ejemplo, determinadas cámaras empresariales y comerciales
de Guatemala, y ciertas asociaciones de comercio no guatemaltecas pero en Guatemala,
vienen curiosamente denunciando que en países del Asia, textiles con diseños
tradicionales guatemaltecos estén siendo producidos industrialmente. Y dicen que eso es
un abuso y que aquéllos ‘deberían de pagar por eso’, motivo por el cual promueven la
lógica jurídica de las patentes y la coparticipación en cuanto a la ‘propiedad’.
Si eso se acepta, sin preguntarse además de dónde a acá tanta virtud y ‘patriotismo’, se
aceptará que aquello que es de uno se convierta en valor mercantil exclusivo. Es decir
aquello que entendemos como ‘patrimonio’ de los pueblos, adquiere un sentido de
44
‘patrimonio’ económico en un mundo capitalista. Base para aceptar las reglas del poder
dominante.
A ese respecto lo que, luego de un análisis a profundizar más, podría hacerse es que quien
sea que re-produzca un aporte cultural de la Humanidad, reconozca nada más y nada
menos el origen o la inspiración de ese bien. Aquí estamos hablando de una forma
específica, no cualquiera ni la dominante, de entender eso que el mundo de las patentes
llama ‘marca de origen’. Más no es ello exactamente, ya que no implicaría ninguna
dimensión mercantil y eso para el capitalismo y su mundo de patentes sería absurdo, no
tendría sentido para ellos. Pero para los pueblos sí.
Ello no equivaldría a ‘impedir’ que cualquier otro en el mundo que quiera re-producir
‘queso zacapa’ no lo pueda hacer, y que sólo pueda etiquetar su producto, a nivel de
marca y etiquetado, como ‘queso tipo zacapa’. Pero sí significaría el que reconozca que
dicho queso es básicamente inspirado o siguiendo los procedimientos tradicionales de tal
o cual parte del mundo, ya que ello promoverá la capacidad cultural y los productos
mismos de dicha región.
Eso último no implicaría la terriblemente impensable gestión, de establecer ese tipo de
procedimientos para todo aquello que vemos y no vemos de nuestros mundos culturales y
productos diversos, sean éstos para el intercambio mercantil o no. Pero sí una gestión
directa convergente con otros pueblos y de cara a aquellos quienes lo están produciendo,
que permite una visión diferenciada de la que se quiere promover engañosamente como
quitarle a otros ‘el derecho que es de uno’ (equivalente y antesala del patentar y de
patentarlo todo).
Así, el problema con las corporaciones químico farmacéuticas no es que no paguen parte
del botín de apropiarse en exclusiva de un producto que muchas veces proviene de una
comunidad del tercer mundo, megadiversa en lo específico o no. Y por ello, esto es bien
importante, Estados Unidos (sus corporaciones) son los más reacios en el planeta, si bien
no los únicos entre los desarrollados, los más opuestos a que se divulgue el origen de los
componentes biológicos que integran sus productos. Porque en su lógica, ello significaría
tener que derivar parte de sus ‘ganancias’ con sus nuevos ‘socios’, las que obtiene del
mercado y la gente que necesita esos productos, y en tal sentido a tener que reconocer
‘pérdidas’, cuando todo lo que busca y dice defender es el ‘ganar’ a cualquier costo.
En el lobby, muy importante, por el que las corporaciones divulgen el origen de sus
componentes, hay posiciones diferenciadas que, también, hay que saber discernir con
45
claridad. La más interesante, aún bastante inexplorada, y ética de todas sería la que
implique cara a cara, pueblo con transnacional, la declinación de una patente corporativa.
Ello generaría una acción digna del viejo jefe Seattle, por ejemplo, de cara a la lucha por
un nuevo mundo; un ejemplo digno a ser conocido, seguido y multiplicado en el planeta.
Para el efecto no importaría la ruta de tener que demostrar que ese recurso es endémico
o absolutamente único de la región de un pueblo que lucha por ese derecho y visión
distinta, afortunadamente... Todo lo contrario, permitiría que todos aquellos pueblos que
comparten ese conocimiento y sus geografías que lo contienen, en cualquiera de sus
variantes biológicas atinentes, se uniesen en esa misma lucha. Y podrían haber varias
luchas así simultáneamente, convergentes además con los usuarios de dicho bien, quienes
lo necesiten.
Otra inmensa virtud de este tipo de visiones opuestas a las patentes, que son
consecuentes y congruentes con ellas, inclusive en cuanto a sí mismos, es que no impide
el desarrollo del Conocimiento sino que puede converger no ingenuamente con él,
estableciendo alianzas virtuosas inicialmente alternativas, que en el futuro sean la norma.
Hoy estaríamos tentados por el discurso legitimador de las patentes, a pretender regular y
negar oscamente toda investigación para el conocimiento. Aquí hay algo importante a
entender. Y es que las grandes corporaciones, muy rara vez o casi nunca, establecen con
su nombre propio la investigación de campo cultural, botánica o biológica en general, de
bioprospección, o búsqueda, identificación y experimentación de esos recursos. Para eso
cuentan con los más variados mecanismos y agentes privados a la larga, consciente o
inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, asociados, incluso vía diversos
tamaños de empresas, instituciones y personas, a las grandes corporaciones.
Es algo similar a la minería, donde las pocas más grandes corporaciones mineras del
mundo, establecen empresas ‘nacionales’ y prestanombres para realizar sus muy
específicas exploraciones (no así ya para la explotación). Pero con una inmensa
diferencia, realmente inmensa, y es que en los terrenos biológicos sí interviene la más
amplia gama, que acabamos de referir, de estudiosos.
Y pretender cerrarse a ello equivaldría nada más y nada menos que entrar en una posición
bastante absurda, próxima a la misma lógica que se quiere cuestionar.
Lo que sí no es absurdo, sino por el contrario –manteniéndose coherente con la visión
seguida y sus principios de oposición a las patentes- sería muy pertinente, es que el Estado
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establezca una regulación directa a las empresas susceptibles, casas matrices e
intermediarios, que realicen bioprospección en Guatemala y pretendan patentar cualquier
recurso biológico o de otro tipo, el que obligatoria y públicamente lo informen al Estado, y
que el mismo en caso de incumplimiento de ello se reserve el derecho de emprender
acciones legales en contra de las mismas. Ello podría ser usado en el futuro contra la
existencia de patentes mismas. Constituiría una normativa nacional tendiente a saber y
seguir el origen no divulgado que se pelea internacionalmente.
En todo caso, hay que reconocer que la tendencia, para países incluso como Brasil que es
una potencia económica y política emergente, es que las oficinas de patentes en los países
latinoamericanos permiten patentar un producto ante las leyes de un tercer país, ya
podremos adivinar cuáles países.
No obstante, los pueblos y organizaciones sociales pueden converger en la dirección de
ello, y de hecho es necesario que se haga. Sólo un movimiento amplio y atento puede
conocer y actuar para impedir ese tipo de acciones corporativas.
Por todo lo anterior, es muy difícil determinar –si no imposible- quiénes serían las
‘empresas’ que intervienen nacional y localmente en la bioprospección y detección de
recursos biológicos en proceso de ser patentados. La respuesta certera es sencilla, en su
extremo al final de la cadena: las grandes y principales empresas mundiales del ramo. Los
mecanismos para el efecto, todo proceso de producción o socialización de información o
conocimiento, escrita o verbal, académica o no... No hay forma ni tiene sentido el callar o
interrumpir la socialización, uso y difusión de los recursos tradicionales para la salud, más
bien lo contrario. Ello debe de ir ligado con una visión de cómo se entiende y ha de
entender la salud, y los recursos para la salud, todos, no sólo los tradicionales. Con
propios y extraños. Si bien la lucha contra ese modelo, en lo que respecta a la salud, no es
algo que pueda resolverse sólo en el campo de la salud y menos por sus especialistas, de
hecho bastante atareados y dificultados para llevar a cabo sus importantes tareas y
funciones sociales específicas.
Podríamos decir que si bien la negativa a querer divulgar el origen de los recursos
patentados por las corporaciones, y finalmente aprovechados por las mismas, es
fundamental de vencer internacionalmente a fin de involucrar a los actores todos
entonces pertinentes en cuanto a rebatir dichas patentes (no a coparticipar de las
mismas), hay que entender dos tipos de ámbitos en que éstas vienen generándose.
Una es la pequeña, relativa al conocimiento de los pueblos ancestrales y sus nichos de
47
asentamiento, por lo general. Otra, grande y cada vez más importante, es la de los
espacios naturales en relativa conservación. Los primeros (decimos pueblos ancestrales
en sus nichos de asentamiento ‘por lo general’, ya que hay pueblos indígenas en
aislamiento voluntario en regiones sumamente naturales y diversas que constituyen una
excepción en América), constituirían el ámbito relativamente pequeño frente a lo otro.
Pero ello no debe llevarnos a error, ya que lo que se está patentando es tan
absurdamente común como el caso de la ayahuasca sudamericana. Esos casos son
sumamente interesantes para los pueblos, ya que permiten enfrentar ese tipo de
patentes, así como todo el modelo que hay detrás de ello. Ya no digamos si ocurriera el
ejercicio de un derecho patrimonial de patente en contra de los pueblos en sí, que para las
empresas implicaría un altísimo riesgo de perder su patente y cuestionar el modelo en su
conjunto. Lo que en ello juega, es el interés dominante por mantener dicho modelo
frente a la opinión pública, es decir, en términos políticos. Por ello es tan importante el
promover una visión contraria a la existencia de patentes en sí.
Más bien a donde apunta la cuestión, y aún no es fácil del todo para las corporaciones
ligadas a recursos biológicos en cualquier de sus ramos, es al efectivamente modificar un
sólo gen a una especie determinada para, entonces sí, hacerla calificar en el campo de la
‘invención’. Pero ello implicaría riesgos muy variados, y costos, sobre todo a nivel del
mercado al que van destinadas. En todo caso, cabe prever que esa sería una salida para
justificar el ámbito de la patente, como en el caso de la modificación genética del maíz. Lo
cual conlleva el ámbito de la oposición contra la biotecnología genética.
En cuanto a la biotecnología, estamos ante otro tipo de establecimiento de monopolios
que no es meramente jurídico, por absurdo que sea, como el de las patentes solamente.
Ya que lo que fundamentalmente implica la biotecnología genética como riesgo, entre
otros abusos de un patrimonio cultural ya universal, es la contaminación biológica. En
otras palabras, que de cara al monopolio lo que se viabilice es la destrucción por
contaminación biológica, adicional, de un germoplasma nativo. Eso viene ocurriendo en el
campo de la agricultura mundial, según denuncias numerosas provenientes de todas
partes.
Con todo y que el ámbito ‘pequeño’ no está exento del riesgo de las patentes
corporativas, el riesgo mayor se produce en cuanto a la investigación aplicada a espacios
en que no media el conocimiento humano precedente. Este ámbito aparentemente
escaparía a lo que es el tema de nuestro estudio (la medicina tradicional). Sin embargo,
los pueblos habrían de seguir profundizando en cuanto a una perspectiva intercultural
respecto de nuevas posibilidades y el sentido social de la investigación para la salud.
48
En todo caso, los efectos generales que se derivan tanto de los acuerdos de libre
comercio, la lógica de inserción económico política que subyace a éstos y por tanto les
antecede, configura y trasciende en sí mismos, genera un conjunto muy amplio de
impactos que de manera directa o indirecta afectan la salud y la vida de personas,
pueblos, medio ambiente e institucionalidad democrática.
No es nada difícil percibir la orientación extractivista que marca la inserción de los países
latinoamericanos actualmente, su orientación a una explotación desmedida de recursos
naturales y materias primas, en aras de un modelo de supuesto desarrollo e ‘inserción
competitiva en la economía global’, y ello, como se señalaba al inicio, amenaza con
destruir las fuentes de recursos, conocimientos y apoyos institucionales que se requerirían
en el campo de la salud y de la medicina tradicional específicamente para poder, de
manera real, definir una construcción del desarrollo propio, cultural y ambientalmente
sostenible.
En lo que respecta a marcos institucionales y normativos, la situación prevaleciente es de
falta de voluntad política y consecuencia para dar cumplimiento, viabilidad y desarrollo a
lo ya preceptuado incluso nacionalmente. El Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos y
Situación Agraria, que forma parte integral del Acuerdo de Paz Firme y Duradera suscrito a
fines de 1996, y sustentado por la Ley Marco de los Acuerdos de Paz (52-2005), para
empezar. Dicho Acuerdo establece en su Parte II Desarrollo Social, Sección A Salud, inciso
F, que como parte de la solución a aquello establecido en sus Considerandos, el Estado se
compromete (por tanto) en el sentido siguiente: Valorándose la importancia de la
medicina indígena y tradicional, se promoverá su estudio y se rescatarán sus concepciones,
métodos y prácticas.
El conjunto de la normativa nacional, institucional y de políticas vigente está asimismo
contenido, por ejemplo, en el Acuerdo Gubernativo 115-99, Sección III, Capítulo IV,
Artículos 42 y 75; el Decreto 90-97, Cap. IV, Arts. 17 y 18, Cap. II, Art. 39, Cap. III, Arts. 164
y 169; el Decreto 42-2001 Ley de Desarrollo Social, Cap. II, Arts. 3, 4, 5 y 16, Sec. II, Art. 24;
El Plan Nacional de Salud para Todas y Todos los Guatemaltecos (2008), del MSPAS:
grandes desafíos, visión, misión, declaración de compromiso…; sus Lineamientos
Estratégicos para la Salud 2008-2012, Secs. 2 y 3 (Promover y fortalecer acciones que
garanticen la accesibilidad a medicamentos. Reconocimiento al uso y práctica de la
medicina alternativa y tradicional), entre otros.
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Los numerosos instrumentos internacionales10 suscritos por el Estado que estarían
respaldando la existencia y desarrollo de la medicina tradicional conducen en los espacios
normativos e institucionales a una normativa que, inclusive, hubo de ser establecida y
procurada a nivel de un acuerdo de paz... Es decir que, no poca letra y declarativa sin
cumplimiento real en Guatemala ha venido a añadirse a la cuestión que de fondo, como
hemos señalado, evidencia ignorancia, diversas expresiones de la discriminación
subyacente, expresa mala fe en actores con poder de decisión o incidencia, formal o
informal, en aras de las dinámicas macro económicas que los circuitos convencionales de
las grandes empresas y corporaciones promueven y viabilizan en los países más
vulnerables y dependientes del tercer mundo.
Ante ello, es evidente que la acción pública, gubernamental, debiera ser un factor
indispensable y esencial en cuanto a definir y verificar la consecuencia en el cambio de
política pública real respecto de la medicina tradicional, para la salud de las y los
guatemaltecos. Asimismo, la importancia de figuras convergentes y en grados diversos,
de facilitadores efectivos de procesos concomitantes con la preservación y desarrollo de la
medicina tradicional indígena. Pero lo más importante de todo, más allá de cualquier otra
figura o proceso que coadyuve o provenga de arriba, son los propios procesos
organizativos y de producción de sentido, significado y posición política que las
comunidades por sí mismas vayan definiendo a fin de defender y desarrollar sus sistemas
propios de salud, en un marco de diálogo y alianzas con otros segmentos afines de la salud
y las medicinas varias; participando y posicionándose efectivamente en torno de los
campos y situaciones críticas nacionales o internacionales que se presentan; y asimismo,
10
Declaraciones, convenios e instrumentos internacionales del sistema de Naciones Unidas como: el Convenio No.169 de la OIT, Arts. 24 y 25; Convenio 107 de la OIT, Art. 20; Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, Art. 5; Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Art. 12; Convenio sobre Diversidad Biológica. Art. 8 j; Declaración Universal de los derechos de los pueblos indígenas (2006) Arts. 23 y 24. Asimismo, del Sistema Interamericano como: el Protocolo Facultativo de San Salvador, Art.10; Declaración Americana de los derechos y deberes del Hombre, Arts. 11 y 16; Convención Americana de Derechos Humanos, Arts. 4 y 5. También el Proyecto de Declaración Americana de los Derechos de los Pueblos Indígenas, Sec. XII Salud y Bienestar. Adicionalmente existen: la Observación General 14, numeral 27, “el más alto nivel posible de salud” del Comité DESC – ONU (2000); Uso sostenible de los recursos biológicos: sistemas y experiencias nacionales de protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (2001); Sistemas y experiencias nacionales de protección de los conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, Naciones Unidas (2000); Ley marco para América Latina sobre medicina tradicional y medicinas complementarias, Parlamento Latinoamericano (2006); Resolución de la 56a Asamblea Mundial de la Salud WHA56.31, OMS (2006); Declaración de Beijing Adoptada en el Congreso de la OMS sobre Medicina Tradicional, Beijing (China), 8 de noviembre de 2008; y Reunión 2010 del Comité de Bioética de la UNESCO.
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de cara a todo aquello que también, de manera indirecta y derivado de las lógicas
económico políticas globales vigentes, viene a deteriorar y agredir el mundo social y
natural de los pueblos indígenas y latinoamericanos en general.
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5. VEINTE PRINCPIOS RECTORES DE LOS PUEBLOS ÍNDIGENAS
FRENTE A LA AMENAZA GLOBAL EN SALUD
Ellos tenían la sabiduría, lo santo, no había maldad en
ellos. Había salud, devoción, no había enfermedad,
dolor de huesos, fiebre o viruela, ni dolor de pecho ni
de vientre. Andaban con el cuerpo erguido.
Chilam Balam de Chumayel
1. La protección de la naturaleza y su biodiversidad es fundamental. Las
comunidades y la sociedad en su conjunto han venido tomando conciencia de la
importancia de defender a la naturaleza de agresiones. Para todos, esa defensa y
los esfuerzos reales por garantizar su preservación y desenvolvimiento sano
propio, significará futuro de salud en muchos sentidos. Entre otros, el poder
ejercer dignidad así como legar valores y calidad de vida para los pueblos y
biósfera en general. El principio de la solidaridad intergeneracional es clave en
ello, así se ligan los tiempos pasados, presente y futuro: haciendo de todos
nuestras herencias, las cargas y los logros de hoy, y los logros del mañana. Porque
hoy forjamos la memoria del futuro, aquello que avergonzará o llenará de orgullo a
los de más adelante.
2. Entonces, lo que hay que hacer es enfrentar las amenazas del presente pensando y
forjando ese futuro que queremos en el corto, mediano y largo plazo, basándonos
en el principio de la solidaridad intergeneracional y la forja de Humanidad.
3. La carga de hoy es grande. Por ello hay que ser muy eficaces en curar el cuerpo
social, en su aspecto físico, sobre todo allí donde ese cuerpo social sufre más. No
sólo allí, por supuesto, pero especialmente allí donde los segmentos más
vulnerables padecen y expresan la enfermedad física del cuerpo social. Y eso hay
que estarlo monitoreando muy bien, ya que varía en el ciclo del año en función del
clima, la disponibilidad de alimentos, enfermedades y vectores. En toda sociedad
sometida a estos injustos modelos de desarrollo vigentes hay grupos de edad
especialmente vulnerables, sectores, que asimismo varían y ello hay que
monitorearlo con la atención y sensibilidad del caso.
4. Pero la carga de hoy es también grande en cuanto a otro tipo de dolencias que no
suelen manifestarse de la misma manera ni ocupar los volúmenes de estadísticas e
indicadores salvo en páginas rojas y expresiones patentes de desequilibrio que
denotan la existencia de la dimensión del sufrimiento y la desorientación.
5. La ‘cura’ del ‘cuerpo social’ es tarea de todos y todas, no sólo de los médicos de
cualquier Medicina, y por ende tampoco, en principio, sólo de los médicos
52
tradicionales mayas. Pero su atención científica propia al respecto en las personas
es, desde su perspectiva, enteramente su misión. Y es, de manera esencial, la vía
para seguir desarrollando sus sistemas de conocimiento e intervención en el
campo de la salud.
6. Al respecto de la salud, en todo su conjunto, es previsible que los pueblos
indígenas desarrollen métodos de monitoreo propios y eficientes, así como
medicamentos y procedimientos de sanación también diversos.
7. En el ámbito específico de la medicina tradicional herbolaria hay posibilidades pero
también límites impuestos por el deterioro así como homogeneidad relativa de los
nichos biológicos en que las comunidades indígenas están asentadas. Todos los
pueblos indígenas de América Latina poseen retos y matrices científico culturales
muy similares, su intercambio es fundamental para fortalecer la función social y
recursos de sus conocimientos. Ello puede y deber seguirse en el fortalecimiento y
desarrollo de las culturas propias de cada pueblo.
8. Al respecto de esto último hay tres retos que es necesario considerar. En primer
lugar, el acceso a los medios para poder realizarse plenamente puede implicar una
distorsión y optimización de los propios procedimientos y necesidades de las
comunidades al respecto de dichos encuentros y construcciones. En segunda
instancia, aunque ello es poco probable hay que mantener y fortalecer los
principios comunes de visión de los pueblos ya que algunos pocos pueblos o
actores de los mismos podrían ser proclives a confusiones en los lobbies de las
transnacionales. En tercer lugar, el procurar situar en los encuentros el espacio
ritual pero sobre todo de reflexión, intercambios propios en materia de salud en
sus sentidos amplios y estrictos, así como los posicionamientos que correspondan.
9. En el campo de la comunicación y el intercambio de los pueblos indígenas entre sí,
en la esfera de la salud indígena, hay que trabajar el que sin intervenciones
desviantes de su desarrollo, los Estados levanten medidas que dificultan este
desarrollo ampliado de la comunicación y el desarrollo del conocimiento de los
pueblos entre sí.
10. En materia de políticas públicas es fundamental que los Estados otorguen las
plenas garantías y medios para el desarrollo de la ciencia y la tecnología de los
Pueblos Indígenas (tal y como está establecido en el Acuerdo sobre Identidad y
Derechos de los Pueblos Indígenas y diversos tratados y convenios internacionales
en la materia), sin que ello implique la imposición de agendas o intereses que no
respondan ni a la visión de los indígenas ni a los intereses nacionales. Aunque en
este terreno se siguen reproduciendo pautas de colonialismo y etnocentrismo en
los campos de lo que sería el conocimiento y la ciencia en su sentido más amplio,
es evidente que existe una muy fuerte agenda global (especialmente en los
53
campos de la agricultura, la salud, la educación, acceso al financiamiento, y
determinados modelos de participación).
11. Es imperativo que las medidas que el Estado emprende de manera temporal en la
forma generalizada en América Latina de las transferencias condicionadas, como
políticas de Estado, a fin de paliar los más crudos efectos de la desigualdad, se
incorporen libre y debidamente conocimientos, practicantes y procedimientos
indígenas a fin de eficientar sus efectos buscados en materia de salud.
12. En general, el Estado guatemalteco debe revisar su política de salud a la luz de y
con la participación de los pueblos indígenas, especialmente priorizando lo que es
el nivel de atención en salud comunitaria. Definir políticas públicas claras y
diferenciadas de lo que ha venido realizándose, de manera prácticamente
invariable, en las últimas cuatro administraciones de gobierno (posteriores a la
suscripción de los acuerdos de paz).
13. La patente falta de acceso a la salud de los guatemaltecos es producto directo de
las condiciones históricas y estructurales injustas del país, no obstante, mucho
puede y debe hacerse para la obligación de garantizar la salud así como el hacerlo
en formas a la vez eficaces y culturalmente correctas.
14. Las patentes que implican el reconocimiento de derechos patrimoniales a favor de
poderosos actores privados -como son las corporaciones farmacéuticas, químicas,
bélicas, etc.- es en sí mismo un tema que la Humanidad debe cuestionar y
enfrentar.
15. Lo anterior, aún antes del segmento que en ello, además, implica a los pueblos y la
biodiversidad de los pueblos y países del tercer mundo, que constituyen claras
expresiones de saqueo cultural y biopiratería.
16. En ello se expresa el envilecimiento del conocimiento científico, pero al mismo
tiempo requiere el encuentro y convergencia común de las diversas tradiciones
científicas a fin de enfrentarlo.
17. Los pueblos deben estar informados no sólo de esas acciones que se vuelven a la
larga contra el acceso universal a la salud, la garantía de vida y derechos, así como
al desarrollo real que es preciso forjar.
18. Asimismo y de la manera más clara, los Pueblos Indígenas deben ser conscientes y
fortalecer la conciencia universal de que el concepto y la economía política de las
patentes, el saqueo cultural y la biopiratería no puede ni debe ser tolerado, y
jamás admitirlo como un modelo en el cual se deba participar, ni como efecto
derivado de las denuncias legales que al respecto puedan ser emprendidas contra
corporaciones y terceros en general.
19. La noción misma de patente es una especie de cáncer para la visión, los métodos y
objetivos de los sistemas de conocimiento indígenas en salud.
54
20. También los pueblos indígenas, y sobre todo ellos, tienen el derecho y el deber de
producir sus pensamientos claros al respecto y hacérselos conocer al mundo, como
hizo el jefe Seattle.
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