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MARTES, 8 JUNIO 2010 LA CONTRA D e dónde llega? De un trekking por Capa- docia, y antes de África oc- cidental, y de Nepal e In- dia, y de Tailandia, Laos y Vietnam, y de cinco meses en China, y de Kirguistán y Uzbekistán... Uzbekistán, tiranía de familia... Salí por piernas de Kirguistán, así que Uzbe- kistán hasta me pareció un lugar plácido. ¿Qué pasa en Kirguistán? La policía impone su caprichosa ley: te de- tiene, encierra y extorsiona: si pagas, sales. ¿Y en Uzbekistán? La policía sólo te da el alto para revisarte pasaporte y visado: ¡qué alivio! ¿De qué país se llevó mejor recuerdo? De la gente maravillosa que conocí hace un año en Irán, cuando las elecciones presiden- ciales revolucionaron a la población... ¿Hubo fraude electoral? Los indicios hablan: ganó Ahmadineyad por porcentajes demasiado altos hasta en las co- marcas natales de los candidatos oposito- res, ¡o entre minorías locales hostiles a él...! Sin pucherazo, ¿quién habría ganado? Musavi, que no era un líder carismático, pe- ro aglutinó los deseos de cambio. Todos los que querían cambios se expresaron sin que nadie organizase nada, ¡espontáneamente! ¿Cómo? La gente salía a la calle desde el crepúsculo para celebrar fiestas durante toda la noche. Lucían prendas, pañuelos y carteles verdes: el verde se convirtió en el color del cambio. ¿Un cambio hacia dónde? Contra el fanatismo clerical y en favor de la libertad ideológica y de costumbres, la igual- dad entre sexos, la libertad de las mujeres para mostrar su belleza... ¿No pueden mostrarla? Hay una policía de la moral –los guardianes de la revolución– que amonesta a toda mu- jer que atente contra el hiyab (pudor, mo- destia) mostrando su hermosura. ¡Y cuesta ocultarla, pues son guapísimas... y coquetas! ¿Sí? Se cuidan, se arreglan... y desafían a esos ce- rriles moralistas. ¡Lo mejor de Irán son sus mujeres! Me han impresionado. He visto a madres manifestarse de la mano de sus dos hijas de 17 y 19 años... Madres que se tienen por apolíticas: quieren para sus hijas la liber- tad que ellas conocieron antes de Jomeini. ¿Cómo son esas manifestaciones? La policía golpea con porras, dispara gases lacrimógenos... Me asfixiaba por los gases y una chica de 21 años me tomó de la mano, me sacó, me llevó a la fuente de un parque: ahí estaban sus amigas, tosían, lloraban... ¿No tienen miedo? Al poco de llorar ya estaban riendo... dis- puestas a volver a la carga. Me sorprendí: chicas glamurosas, con gafas de sol fashion, bolsos de marca... Y muy bien informadas. ¿En qué sentido? Al saber que yo era mexicano, me dijeron: “Pues ya sabes de qué va esto, es como lo de México en 2006....”. ¡Sabían de los puchera- zos de mi país! Y, además de guapas y listas, son muy, muy valientes... Le cuento otra. Por favor. Huyendo de una carga policial, unas 50 per- sonas acabamos acorraladas en un callejón sin salida, por el suelo a causa de los gases... En la bocacalle vislumbré a un grupo de po- licías: “Estamos perdidos”, pensé, y ya me vi aporreado, detenido... Tres chicas de unos 20 años, flacas y menuditas, lloraban... Normal. “¿Acaso no saben dónde se meten?”, les re- probé mentalmente... Y entonces vi a una de ellas ponerse en pie: había cogido dos piedras del suelo, levantó una en cada mano y gritó “¡Alá akbar!” (Dios es grande) y las lanzó a los policías. Las demás la imitaron... los policías retrocedieron... ¡y todos corri- mos tras ellas, persiguiendo a los policías! ¿Esas chicas son religiosas? Son musulmanas como aquí somos católi- cos, y anhelan lo mismo que nosotros: cono- cer mundo, relacionarse, instruirse, viajar, prosperar, realizarse, divertirse...! ¿Cómo es la vida cultural en Irán? Rica, intensa, efervescente, pero semiclan- destina, con el temor de que un delator te denuncie a los guardianes de la revolución. ¿Quiénes son esos tipos? Lucharon contra Iraq, y por eso se les consi- dera mártires, y por eso gozan de carta blan- ca... para cometer desmanes: mataron a gol- pes a siete estudiantes de un dormitorio es- tudiantil, impunemente. ¿Hasta dónde llega la represión? Desconocemos las cifras de detenidos, tor- turados, muertos... Yo hice fotos a un tortu- rado, pero tiré la tarjeta de la cámara cuan- do me detuvo un policía... Dándole billetes de 20 euros al policía me aceptó que yo era sólo un turista y me soltó. ¡Corrí a recoger mis cosas y hui por la frontera con Arme- nia! Justo a tiempo: vinieron a buscarme pa- ra detenerme y acusarme de espionaje... ¿Qué sabe ahora de sus amistades ira- níes?, ¿cómo están? Crece la frustración: ven a Ahmadineyad in- crementar su poder dentro del país... y cre- cer como líder del mundo islámico, alimen- tado por las torpezas de Occidente e Israel. ¿Qué cree que pasará en Irán? La fractura entre población y Gobierno pue- de ensancharse hasta desembocar en una conmoción sangrienta, ya que Ahmadine- yad domina el ejército. ¿Un Tiananmen persa? ¡Ojalá no suceda! Lo que los iraníes me roga- ban es que contase que ellos no son terroris- tas y que Ahmadineyad no les representa. VÍCTOR-M. AMELA KIM MANRESA “La mujer iraní, con su valor y belleza, desafía a la teocracia” VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET Tengo 40 años. Nací en Hermosillo (Sonora, México) y vivo por el mundo. Viajo y escribo re- portajes. No tengo pareja ni hijos: ¡gajes de mi estilo de vida! ¿Política? Igualdad de oportuni- dades. Soy agnóstico. Las iraníes se encaran a la policía clerical para lograr libertad personal La chica de 16 años acu- só a su reincidente viola- dor..., pero su testimo- nio vale en juicio la mi- tad que el del hombre: harta, se arrancó el velo y lo arrojó al rostro del juez, y así firmó su sen- tencia de muerte. Al vio- lador le condenaron a unos latigazos (¡por adúl- tero!). Es uno de los ca- sos que me cuenta Té- moris acerca de la vida en Irán, donde un com- portamiento sexual inapropiado puede con- llevar pena de muerte a una mujer. Pero las mu- jeres iraníes desafían a los clérigos con su belle- za, coquetería y estética, ¡tan revolucionarias en una teocracia! Lo cuenta Témoris (www.temoris. org) en La ola verde (Los Libros del Lince), obra que presenta esta semana, al año de las algaradas en Irán. Velo y violador www.formenterapalace.com Más información (+34) 606 550 190 Venta apartamentos lujo Primera línea de mar Témoris Grecko, viajero y reportero 46213

"La mujer iraní, con su valor y belleza, desafía a la teocracia"

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Entrevista con el periodista Témoris Grecko, autor de "La Ola Verde. Crónica de la Revolución Espontánea en Irán", realizada por Víctor M. Amela en el diario español La Vanguardia.

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MARTES, 8 JUNIO 2010

LA CONTRA

D e dónde llega?De un trekking por Capa-docia, y antes deÁfrica oc-cidental, y de Nepal e In-dia, y de Tailandia, Laos yVietnam, y de cinco meses

en China, y de Kirguistán y Uzbekistán...Uzbekistán, tiranía de familia...

Salí por piernas deKirguistán, así queUzbe-kistán hasta me pareció un lugar plácido.

¿Qué pasa en Kirguistán?La policía impone su caprichosa ley: te de-tiene, encierra y extorsiona: si pagas, sales.

¿Y en Uzbekistán?La policía sólo te da el alto para revisartepasaporte y visado: ¡qué alivio!

¿De qué país se llevó mejor recuerdo?De la gente maravillosa que conocí hace unaño en Irán, cuando las elecciones presiden-ciales revolucionaron a la población...

¿Hubo fraude electoral?Los indicios hablan: ganó Ahmadineyad porporcentajes demasiado altos hasta en las co-marcas natales de los candidatos oposito-res, ¡o entre minorías locales hostiles a él...!

Sin pucherazo, ¿quién habría ganado?Musavi, que no era un líder carismático, pe-ro aglutinó los deseos de cambio. Todos losque querían cambios se expresaron sin quenadie organizase nada, ¡espontáneamente!

¿Cómo?La gente salía a la calle desde el crepúsculopara celebrar fiestas durante toda la noche.Lucían prendas, pañuelos y carteles verdes:el verde se convirtió en el color del cambio.

¿Un cambio hacia dónde?Contra el fanatismo clerical y en favor de lalibertad ideológica y de costumbres, la igual-dad entre sexos, la libertad de las mujerespara mostrar su belleza...

¿No pueden mostrarla?Hay una policía de la moral –los guardianesde la revolución– que amonesta a toda mu-jer que atente contra el hiyab (pudor, mo-destia) mostrando su hermosura. ¡Y cuestaocultarla, pues son guapísimas... y coquetas!

¿Sí?Se cuidan, se arreglan... y desafían a esos ce-rriles moralistas. ¡Lo mejor de Irán son susmujeres! Me han impresionado. He visto amadres manifestarse de la mano de sus doshijas de 17 y 19 años... Madres que se tienenpor apolíticas: quieren para sus hijas la liber-tad que ellas conocieron antes de Jomeini.

¿Cómo son esas manifestaciones?La policía golpea con porras, dispara gaseslacrimógenos... Me asfixiaba por los gases yuna chica de 21 años me tomó de la mano,me sacó, me llevó a la fuente de un parque:ahí estaban sus amigas, tosían, lloraban...

¿No tienen miedo?Al poco de llorar ya estaban riendo... dis-puestas a volver a la carga. Me sorprendí:chicas glamurosas, con gafas de sol fashion,bolsos de marca... Y muy bien informadas.

¿En qué sentido?Al saber que yo era mexicano, me dijeron:“Pues ya sabes de qué va esto, es como lo deMéxico en 2006....”. ¡Sabían de los puchera-zos demi país! Y, además de guapas y listas,son muy, muy valientes... Le cuento otra.

Por favor.Huyendo de una carga policial, unas 50 per-sonas acabamos acorraladas en un callejónsin salida, por el suelo a causa de los gases...En la bocacalle vislumbré a un grupo de po-licías: “Estamos perdidos”, pensé, y ya mevi aporreado, detenido... Tres chicas deunos 20 años, flacas y menuditas, lloraban...

Normal.“¿Acaso no saben dónde se meten?”, les re-probé mentalmente... Y entonces vi a unade ellas ponerse en pie: había cogido dospiedras del suelo, levantó una en cadamanoy gritó “¡Alá akbar!” (Dios es grande) y laslanzó a los policías. Las demás la imitaron...los policías retrocedieron... ¡y todos corri-mos tras ellas, persiguiendo a los policías!

¿Esas chicas son religiosas?Son musulmanas como aquí somos católi-cos, y anhelan lomismo que nosotros: cono-cer mundo, relacionarse, instruirse, viajar,prosperar, realizarse, divertirse...!

¿Cómo es la vida cultural en Irán?Rica, intensa, efervescente, pero semiclan-destina, con el temor de que un delator tedenuncie a los guardianes de la revolución.

¿Quiénes son esos tipos?Lucharon contra Iraq, y por eso se les consi-deramártires, y por eso gozan de carta blan-ca... para cometer desmanes: mataron a gol-pes a siete estudiantes de un dormitorio es-tudiantil, impunemente.

¿Hasta dónde llega la represión?Desconocemos las cifras de detenidos, tor-turados, muertos... Yo hice fotos a un tortu-rado, pero tiré la tarjeta de la cámara cuan-do me detuvo un policía... Dándole billetesde 20 euros al policía me aceptó que yo erasólo un turista y me soltó. ¡Corrí a recogermis cosas y hui por la frontera con Arme-nia! Justo a tiempo: vinieron a buscarme pa-ra detenerme y acusarme de espionaje...

¿Qué sabe ahora de sus amistades ira-níes?, ¿cómo están?Crece la frustración: ven aAhmadineyad in-crementar su poder dentro del país... y cre-cer como líder del mundo islámico, alimen-tado por las torpezas de Occidente e Israel.

¿Qué cree que pasará en Irán?La fractura entre población yGobierno pue-de ensancharse hasta desembocar en unaconmoción sangrienta, ya que Ahmadine-yad domina el ejército.

¿Un Tiananmen persa?¡Ojalá no suceda! Lo que los iraníesme roga-ban es que contase que ellos no son terroris-tas y que Ahmadineyad no les representa.

VÍCTOR-M. AMELA

KIM MANRESA

“Lamujer iraní, consuvalorybelleza,desafíaa la teocracia”

VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

Tengo 40 años. Nací en Hermosillo (Sonora, México) y vivo por el mundo. Viajo y escribo re-portajes. No tengo pareja ni hijos: ¡gajes de mi estilo de vida! ¿Política? Igualdad de oportuni-dades. Soy agnóstico. Las iraníes se encaran a la policía clerical para lograr libertad personal

La chica de 16 años acu-só a su reincidente viola-dor..., pero su testimo-nio vale en juicio la mi-tad que el del hombre:harta, se arrancó el veloy lo arrojó al rostro deljuez, y así firmó su sen-tencia de muerte. Al vio-lador le condenaron aunos latigazos (¡por adúl-tero!). Es uno de los ca-sos que me cuenta Té-moris acerca de la vidaen Irán, donde un com-portamiento sexualinapropiado puede con-llevar pena de muerte auna mujer. Pero las mu-jeres iraníes desafían alos clérigos con su belle-za, coquetería y estética,¡tan revolucionarias enuna teocracia! Lo cuentaTémoris (www.temoris.org) en La ola verde(Los Libros del Lince),obra que presenta estasemana, al año de lasalgaradas en Irán.

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