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Tras la caída del muro de Berlín, que propició el desmoronamiento 'de los regímenes políticos de los países
del Este europeo y, por consiguiente, la desaparición de la escisión ideológica Este-Oeste que atravesaba a la Sociedad Internacional, tras la liquidación del conflicto del golfo Pérsico en el que se detectó, por primera vez después de la Segunda Guerra Mundial, un cierto consenso entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), tras todos estos acontecimientos, pudo pensarse de una manera ingenua que íbamos a asistir a la creación de un nuevo orden mundial más democrático, que cuando menos repercutiría positivamente en la solución pacífica de los posibles y futuros conflictos que apareciesen en el mundo.
Desgraciadamente, no se distinguen en la escena internacional ni perfiles ni siluetas de este nuevo orden mundial y, al menos hasta hoy, la idea de no recurrir al uso de la fuerza ar
mada -y, por tanto, de solventar los conflictos sólo a través de medios pacíficos- no se ve contrastada con la realidad actual.
En efecto, el año 1992 se ha visto y se ve presidido por la presencia de un nuevo conflicto armado internacional que, aparte de los consiguientes sufrimientos y pérdidas de vidas humanas, tiene, entre otras cosas, la particularidad
de desarrollarse en una zona ubicada en el mundo civilizado, en el ámbito geográfico europeo occidental que, después de acabar la segunda conflagración mundial, se distinguió por la ausencia de conflictos armados.
La «primera Yugoslavia » nació de los tratados de paz de 1919-1920 y parecía tener por delante un futuro hala
güeño debido, entre otros factores, a que croatas y serbios utilizaban la misma lengua, que el esloveno era bastante parecido y que tanto serbios como croatas y eslovenos se mostraban felices por haberse sacudido de la dominación austrohúngara y otomana. Sin embargo, las diferencias entre las distintas nacionalidades eran muy acusadas. Los croatas y los eslovenos, por ejemplo, se identificaban con la Europa occidental: no en vano estaban muy unidos, desde finales del siglo XIX, a las economías austríaca e italiana, profesaban la religión católica y mostraban su disconformidad con la dinastía serbia a la que consideraban opresora. Los serbios, en cambio, se sentían los sucesores del Imperio Otomán, tenían un desarrollo económico inferior, practicaban la religión ortodoxa y oprimían a los croatas (Jackson, 1991). Diferencias, en definitiva, que quebraron el horizonte del pueblo yugoslavo.
Las causas de la disolución de la República Socialista Federativa de Yugoslavia
Antes de citar las causas de la disolución, conviene recordar que la «segunda Yugoslavia » nació como Estado
217
I
LA N UEVA EUROPA
después de la Segunda Guerra Mundial, bajo liderazgo
del mariscal Tito. Yugoslavia adoptó entonces la
forma de Estado federal, compuesto por seis repúblicas
(segú n las seis nacionalidades principales: croatas,
es lovenos, serbios, montenegrinos, musulmanes y
macedonios) y dos provincias autónomas dentro de
Serbia (Kosovo y Montenegro), y habitado además
por más de una docena de minorías nacionales de las
que la mayor parte vivían en Serbia. Ha conservado
su personalidad jurídica internacional, referida fun
damentalmente al marco de las organizaciones in
ternacionales, hasta el año 1992 1•
Las dimensiones de este trabajo no permiten
enumerar exhaustivamente las causas que han gene
rado el actual conflicto yugoslavo. Se destacarán, por
consiguiente, las más importantes .
La muerte del mariscal Tito, acaecida en 1981,
provocó la reaparición de los nacionalismos, acalla
dos durante casi cincuenta años, y la emergencia del
enfrentamiento entre serbios y croatas con la viru
lencia que ya lo caracterizaba tradicionalmente.
La heterogeneidad de la comunidad yugoslava pro
viene sobre todo de la presencia de tres religiones, dos
alfabetos, cinco lenguas oficiales y un desigual desarro
llo económico entre las seis repúbli
cas y las dos provincias autónomas.
"La CE reconoció a Eslovenia y Croacia, aunque sólo la primera cumplía las directrices requeridas al efecto"
El sistema de autogestión,
elaborado en la época de Tito,
arrojó como resultado en 1989
un 20% de la población en si
tuación de paro estancado y con
propensión al aumento, una tasa
de inflación del 2.000% y una
deuda exterior cercana a los 17
mil millones de dólares.
La posición ideológica del
régimen yugoslavo en la escena internacional era,
como es bien sabido, la de liderar el bloque de los
países no alineados en la confrontación Este-Oeste.
La desaparición de la superpotencia que dominaba el
Este, es decir, la Unión Soviética, dejó a Yugoslavia
descolocada en el concierto internacional.
El abandono de los comunistas eslovenos del XN
Congreso de la Liga de los Comunistas, en enero de
1990, fue sin lugar a dudas una de las causas que
provocó el fracaso del Congreso. Esto, a su vez, significó una importante pérdida de poder de esta instancia, que
había dominado la vida yugoslava de la postguerra, y
condujo a un considerable desprestigio -y consiguiente
desaparición- de las estructuras federales.
Las reformas liberales emprendidas por el pri-
218
mer ministro Ante Markovic debilitaron la posición
del Gobierno yugoslavo: para un sector de la pobla
ción estas reformas parecían tímidas, mientras que,
para otro, eran las responsables de la desastrosa
situación económica en la que estaba inmerso el país.
El Ejército Federal Yugoslavo, fuertemente
ideologizado, no estaba dispuesto a renunciar a la
función capital que tenía encomendada, a saber la
defensa de la integridad territorial yugoslava, ame
nazada de secesionismo. Más bien, al contrario, tenía
que dar una respuesta contundente y rápida a esta
situación (Garde, 1992; Veiga, 1991; Stark, 1992;
Vila, 1988).
En mi opinión, puede afirmarse además que el
proceso de disolución del Estado se vió enormemente
acelerado cuando, el 25 de junio de 1991, Croacia y
Eslovenia procedieron, tras celebrar los respectivos
referéndum, a autoproclamarse Repúblicas indepen
dientes y soberanas, seguidas por Macedonia y Bosnia
Herzegovina2 . Este paso se dió de forma unilateral y
en contra de las disposiciones constitucionales, ya
que la decisión no fue adoptada en el seno de los
órganos federales y alegaba el derecho a la
autodeterminación reconocido en la Constitución.
Secesiones unilaterales que tanto desde la Asamblea
como la Presidencia y Gobierno federales fueron
declaradas contrarias a la Constitución y, por tanto,
nulas y sin efecto. Estas decisiones, a su vez, no
fueron aceptadas ni por Eslovenia ni por Croacia y
dieron lugar a violentos enfrentamientos armados,
sobre todo en Croacia, y a la desoladora y
desgarradora situación que atraviesa actualmente
Bosnia-Herzegovina.
Creo además que uno de los factores que real
mente han contribuido al estallido del conflicto
yugoslavo con toda su viru lencia tuvo lugar en di
ciembre de 1991, cuando la República Federal Ale
mana -de manera unilateral y adelantándose al gesto
de sus compañeros de viaje comunitarios- procedió
a l reconocimiento de Eslovenia y Croacia como Esta
dos independientes. Conflicto armado que, por des
gracia, no ha sido resuelto favorablemente en la
Conferencia de Paz sobre Yugoslavia, convocada en
Londres a partir del26 de agosto de 1992 yauspicia
da por la Comunidad Europea (CE) y por la ONU.
La Comunidad Europea y el conflicto yugoslavo
Ante la situación creada en junio de 1991 por
Eslovenia y Croacia, la Presidencia y el Gobierno de
Yu gos lav ia adopta n un a Reco mendaci ó n de la Co
munid a d Eur o pea p o r la que ace ptan la
inrernacionalización del conflicto a l objeto de so lu
cio na r pacífica mente el pro blema . Fruto de las nego
ciacio nes emprendid as entre la CE y Yugos lav ia es la
firma del Memorándum de Acuerdo del 7 de julio de
199 1, en la is la de Brio ni.
En el Memo rá ndum se seña la que «serán resta
blec idas de inmedi a to la integridad territoria l, la
so bera nía y la personalidad jurídica intern ac io na l de
la Rep ública Soc ia li sta Federativa de Yugos lav ia
(RSFY) y co n ese fin se rá n suspendidas, a más tardar
el 12 de junio de ] 99 ], todas las leyes, los reg lamen
tos y med idas adoptados po r la República de Eslovenia
y la República de C roacia , qu e estén en pugna con el
rég imen jur ídi co yugos lavo » (ONU, ] 992a) .
Croacia y Es loveni a, sin emba rgo, no cumplie
ron con las es tipul acio nes del Memo rá ndum . Ante
es ta situac ió n, la Comunidad Euro pea manifestó, en
la Declaración de La Haya, que no examina ría la
c uesti ón del reconocimiento de es tas repúbli cas más
que a l fi na l del proceso de negociació n de la Confe
rencia. Lord Carrin gto n, presidente de és ta última ,
declaró a l res pecto: «es ese ncia l que todas las partes
inreresadas pa rti cipen, de suerte que se conciba un a
so lució n po lítica basada en la perspecti va del recono
cimiento de todas las repúblicas que lo desean a l fin a l
del proceso de negoc iación desa rroll ado de buena fe»
(ONU, 1992b).
En este o rden de ideas, la Comisió n de Arbitra
je l de la Comunidad Euro pea emite su primer Dicta
men (RG DIP, 1992), el 29 de nov iem bre de 1991 , en
el cua l co nstata que la RSFY ha bía entrado en un
claro proceso de disolución. Posteriorm ente, la CE y
sus Estados miembros em iten, el 16 de diciembre de
199 \ , dos declaraciones (CE, 199 ] ), la primera rela
tiva a las directri ces que ha bría n de se r observadas
respecto a l reconocimiento de nuevos Estados en
Europa del Este y la URSS, y la segu nd a so bre
Yugoslavia. En ésta se invita a todas las repúblicas a
que exp rese n, a ntes del 23 de dici em bre de 1991, su
deseo de ser reconocidas como Estados independien
tes, s iempre que cumpl a n determinados req ui sitos. A
co ntinuac ió n, el Conse jo de la CE y o nce de sus
Estados m iem bros reco noce n, el15 de enero de \ 992,
a Croacia y Es love ni a co mo Estados independ ie ntes
y sobe ra nos" aunque C roac ia no cumpl ía con las directrices del Dictamen de la Comisión de Arbitraje
;] efectos de su reco noc imiento, ya que la ley consti
tucional del4 de diciembre de ] 991 no se conforma
ba con lo es tipulado so bre el derec ho de las min o rías.
Y UGOSLAVIA U N Foco DE G UERRA EN EUROPA
La CE deja ba momentá nemente de lado el reconoci
mi ento de Bosnia-H erzegovi na 5 y el de Macedonia, a
pesa r de que estas repúbli cas lo habían so licitado y
cumplía n con los criteri os recogidos en el Dicta men
de la Comisió n de Arbitraje.
Se detecta en este punto un a conducta erráti ca
de la Com unid ad Euro pea: la Declaración sobre
Yugos lav ia incita a las repúblicas a secesio narse de
Yugos lav ia, mientras que la Decla rac ió n de La Haya
sostiene que el reconocimiento de éstas no se estudi a
rá si no a l final del proceso de negociac ión de la
Conferencia, el cua l no estaba ni mucho menos en su
fase final en el mo mento de la Decla ració n sob re
Yugos lavia. Puede afirmarse, po r ta nto, que la línea
de conducta de la Comunidad Europea expe rim entó
un brusco vi ra je. Si, has ta el otoño de 199], el
o bjetivo fijado fue el res peto de la integridad territorial
de la RSFY , la CE preconiza, a continuación, un plan
de paz qu e se basa en la idea de forjar una Confede
ració n de repúblicas sobera nas, que intenta reconcilia r
las as pirac io nes de independencia con la deb ida
protecc ió n de los derec hos de las min o rías y que
señala un proceso negociador para cualquier mod ifi
cación territorial. Este cambio en la línea de conducta
comunitaria se ha deb ido a un a impos ició n de la
Repúbl ica Federal Alema na que se enfrenta ba a la
posició n común de Francia y Reino Unido, quienes
defendía n la tes is de respeta r el statu qUQ a nteri o r, es
decir, la no modificac ió n de las fronteras ex istentes.
En cualquier caso, y en base a l derec ho a la
a utodetermin ación, la Comunidad Europea reco no
ció como Estados a Eslovenia y C roacia, aunque sólo
la primera cumplía con las directrices requeridas al
efecto . Pi enso que, a plicado a un supuesto como el
del Estado socia li sta federativo yugoslavo, de ma rca
da configuración plurinacio nal , el a rgu mento del
derecho a la autodeterminación que ha servido de
base a es te reco nocimiento ha sido un erro r en la
medida en que este instrumento jurídico intern acio
nal estaba pensado para se r utilizado respecto de
territori os fideic o metidos y los no autónomos, y no
con relaci ón a pueb los no sometidos a subyugación,
dominación y exp lo tac ió n ex tranjera (ONU, 1960;
ONU, ] 970). En todo caso, si no ha sido un erro r, la
Comunidad Euro pea debería de ha ber procedido con
much a más cautela y precaución, so pena de que la
utilizac ió n indebida o defectu osa del derecho a la
a utodetermin ació n, ap licado a Yugos lav ia, genera ra
a uto mática mente, co mo ha oc urrido, situacio nes
cl a ra mente injustas. Así, po r ejempl o, en su segundo
Dicta men (RGDIP, ] 992, 1:266-267) dell1 de enero
219
LA N UEVA EUROPA
de 1992, la Comisión de Arbitra je sostiene qu e las
po blac iones se rbias que ha bitan en Croac ia y Bosnia
Herzegov ina no se beneficia ría n del derec ho a la
autodeterminac ión puesto que las fro nteras ex isten
tes en el momento de las dec la rac iones de indepen
dencia no debía n se r modi ficadas, sa lvo ac uerdo
contra ri o entre los Estados interesados . El Dicta men
decla ra que las poblac iones serbias de estas repúblicas
tienen derecho a l reconocimiento de su identidad y a l
respeto de los derec hos reconocidos a las min orías
po r las convencio nes internac iona les en vigo r.
Po r o tro lado, la a pli cación del principio del uti possidetis ju ris\ como criterio delimitado r pa ra fi ja r
las fronte ras intern as entre Croacia y Serbia y entre
ésta y Bosni a- Herzegovina, fue esta blec ida po r el
terce r Dictamen emitido por la Comisión de Arbitra
je (RG DIP, 1992, 1 :267-269). En efecto, el Dictamen
sosti ene, en primer luga r, q ue las fronteras exterio res
han de ser respetadas en cua lquier caso, confo rme a
la Reso lución 2625 de la Asa mblea Genera l de la
ONU y a l Acta Fina l de Helsink i, sirviéndose del
ar t.11 de la Convención de Vie na del 23 de agos to de
1978 sob re la suces ión de Estados en materi a de
tra tados7• Seña la, en segundo luga r, que únicamente
"Eslovellia,
Croacia y Bosnia-
Herzegovina han
modificado sus fronteras sin eL
consentimiento
del antiguo Gobiemo federal"
el mutuo acuerdo pod ía modifi
ca r las de m a rcac io nes entre
Croac ia y Serb ia y entre ésta y
Bosni a, o entre Estados indepen
dientes limítrofes . En terce r luga r,
el Dictamen a firm a qu e, en au
se ncia de acuerdo contra ri o, las
líneas internas de dema rcación
adquirirían natura leza de líneas
fronteri zas en base a la aplicación
del principio utis possidetis juris, ya que se tra ta de un princi pio
ge nera l. Po r ú ltimo, el Dictamen fij a que cua lquier
modi ficac ión de fronteras y límites ex istentes, que se obtenga a través de l uso de la fu erza a rm ada , no
producirá efecto jurídico a lgun o .
No creo que se pueda decir que los reco nocimientos como Estados independientes -en mi opi nió n, efectuados prematura mente (C harpenti e r,
1992)- de a lgun os Estados miembros de la antigua
Yugos lav ia haya n sido la única ca usa de la cont ienda
bé lica. Pero, a mi modo de ve r, el confli cto esta ba
se rvido en bandeja desde el mi smo momento en que
la Repú blica Federa l Alemana dec ide unilatera lmente
proceder a l reconocimiento de Es loveni a y Croacia.
Con ell o , a rras tra primero a los demás miembros de
la Comunidad Europea y luego a l resto de la co mu-
220
nidad intern ac iona l, has ta llega r - desp ués de a brir la
ca ja de Pand ora- a l reconoc imien to de Bos ni a
Herzegovi na, ya de por sí conflicti vo. Considero qu e
la República Federa l Al emana pro pi ció, desde el
principio, el reco noc imiento de los Estados eslovenos
y c roa t as, a rgum e nt a nd o e l d e rec h o a la
autodeterminación con el cl a ro ob jeti vo de hace r
desa pa rece r a la antigua Yugoslav ia del mapa. Y, a l
mi smo tiempo, nega ba la a plicac ión de ta l derecho a
los serbios de Croacia y Es lovenia que re presenta ban,
respecti va mente, el 12% y el 31 % de la pob lac ión de
estas repúblicas y se oponía n a la diso lución de
Yugos lavia . Hubiera sido ingenu o pensa r que los
se rbi os de Croacia iban a acepta r pací fi camente la
creación de un Estado croata , ya que en ell os aún
pervivía el rec uerdo del Estado c roa ta creado en
1941 po r los nazis, los cua les pusieron a l frente de los
oustachis a Antón Pave li c, res ponsa ble de un a ho rri
ble masacre contra los se rbios . Un pensamiento
idéntico debía n tener los se rbi os de Bosnia, la cua l en
1941 fo rm a ba parte de l Es tado croa ta, co n e l
agrava nte de que los serbios bosnios te mía n que los
croa tas pudieran a lia rse con la población musulma
na bosni a (un 40% de la poblac ió n tota l) con el
objeti vo de crea r un Estado islámico y a rrasa r a la
po blación se rbi a .
Po r ot ro lado, me pa rece cuestiona ble qu e, a l
a plica r el tl ti possidetis juris, la CE uti lice las líneas
interi o res de la ant igua Yugos lav ia como criteri o
pa ra esta blecer la dema rcac ión de fronteras de los
nuevos Estados. Estas líneas fu eron ideadas por el
ma risca l T ito, de o rigen croa ta, co n el cla ro o bjeti vo
de obligar a los serb ios a vivir separados y di vididos
entre Croacia, Montenegro, Se rbia y Bos ni a (de la
Go rce, 1992a) .
Considero además que la a plicación de dicho criterio supone ir en contra del principio sustentado
en la Confe rencia de Seguridad y Coo peración en Europa (CSCE) so bre la intangibilidad de las fronte
ras en Europa, es dec ir, el mantenimiento del statu quo sa lvo acuerdo contra rio entre los Estados interesa
dos. Y, en este caso en co ncreto, las fronteras inter
nac iona les han sido mod ificadas por Es love ni a,
Croacia y Bosnia- Herzegovina sin el conse ntimiento
del antiguo Go biern o federa l yugos lavo.
Perspectivas a corto plazo
El futuro próx imo di fícilmente puede ser pos iti
vo si consideramos un a serie de facto res. En primer
luga r, la actua l situac ión intern a se rbia es preocupante
y podría conducir al desencadenamiento de una
guerra civi l, no sólo porque los serbios podrían
pensar que son los únicos culpables de la disolución de la antigua Yugoslavia -la ONU no ha impuesto sanciones más que a ellos- sino también porque ya se
han detectado disensiones entre los diferentes parti
dos políticos de oposición. Así, mientras que el
partido demócrata liderado por Micunovic ha adop
tado una postura moderada, el partido conservador serbio, dirigido por Draskovic, reivindica todos los
territorios en los que viven los serbios. El partido
radical serbio y su jefe Sesej mantienen, por su parte,
una postura más derechista aún que el anterior.
Asimismo es evidente el enfrentamiento entre
Dobrica Cosic, presidente de la Repúb lica Federal
Yugoslava (co mpuesta por Serbia y Montenegro),
aliado a Milan Panic, presidente del Gobierno, y Milosevic, presidente de la república de Serbia. Los
diputados afines a Milosevic, que gozan de la mayo
ría en el Pa rl amento serbio, quieren destituir al presidente Panic, defensor de tesis mucho más mo
deradas que los partidarios de Milosevic, adalid de la
creación de la gran Serbia. Por añad idura, la situa
ción económica en Serbia se ha deteriorado enor
memente, en parte por las sanc iones impuestas: en mayo, los precios de los alimentos habían aumentado
un 80 % , la producción había disminuido un 25% en
un Ú 10 y no se produce más que un 20% del petróleo
que se consume (Lutard, 1992) .
Por otro lado, se puede criticar a los Estados
miembros de la CE por conceder un reconocimiento
internacional a Croacia en contra de las directrices estipu ladas en el Dictamen de la Comisión de Arbi
traje. El carácter democrático del regimen establecido en Croacia es, en efecto, más que dudoso y no se
distingue, desde luego, por el escrupuloso respeto de las minorías. Así, por ejemplo, la ciudadanía corresponde teóricamente a l «pueblo croata » ya los inte
grantes de otros pueblos y minorías residentes en
Croacia. Sin embargo, la ciudadanía no se concede automáticamente más que a los primeros y a los hijos
de aque ll os que fueron censados en 1947. Los demás
tienen que responder, para conseguirla, a un cuesti onario donde se interroga sobre la religión profesada
o las actividades desempeñadas, preguntas claramente discriminatorias que determinan discrecionalmente la obtención o no de la Ciudadanía (Marcovici, 1991/92).
Conviene recordar que, tras el reconocimiento internacional, el presidente croata Franjo Tudjman ha despojado al Parlamento de sus competencias
Y UGOSLAVIA U N Foco DE G UERRA EN EUROPA
para apropiárselas. Por otro lado, Mate Boban, croata
radical del partido Comunidad Democrática Croata
(HOZ) de Bosnia, sueña con la creación de una gran
Croacia, a semejanza del Estado croata creado por los nazis (Samary, 1992), donde só lo podrán vivir los
c roatas procedentes de una limpieza étnica previa. El
sueño de Boban es la creación de una nación-Estado
químicamente pura, con una comunidad
homogeneizada. Se trata, en definitiva, del naciona
lismo llevado a su concepción más radical, según la
cual toda nación tiene derecho a ser un Estado, del
que quedarían excluídas las etnias que no se identifi
quen con aquella. Pretensión, en definitiva, «acorde
con los planteamientos y esquemas más democráti
cos » y, en el fondo, completamente irreal, si se tiene
en cuenta además que la tercera parte del territorio
croata está actualmente bajo control de los serbios de
Croacia, que han proclamado la república serbia de
Krajina. Pero es en Bosnia-Herzegovina donde, tal como
era de prever, la conflictividad ha alcanzado mayor
dramatismo, entre otras razones por el carácter po
pular que ha adquirido la guerra, porel enfrentamiento
entre religiones y por la evidente implicación de
países musulmanes, además de Serbia y Croacia (de la Gorce, 1992b).
Tampoco puede afirmarse de momento que las
perspectivas de paci ficación de la antigua Yugoslavia
sean muy halagüeñas, a pesar del incansable y meri
torio esfuerzo mediador de la ONU y de la Comunidad
Europea en el seno de la Conferencia de Paz. En efecto, si bien la presencia en ésta de los representantes
de las seis antiguas repúblicas yugoslavas, más los
dos representantes de los croatas y de los serbi os de Bosnia, es un hecho positivo, las partes interesadas se
han opuesto frontalmente desde el mismo inicio de la
conferencia8•
Así el presidente de los serbios de Bosnia
Herzegovina pretende que ésta sea dividida en tres
Estados, uno serbio, uno croata y uno de inspiración islámica9• Esta tesis, que cuenta con el beneplácito de
los croatas bosnios y de los presidentes de Croacia y
Serbia, se enfrenta a la posición del presidente bosnio, Alia Izetbegovic. Este se muestra firme defensor de la
integridad territorial de Bosnia, ya que ha sido reconocida internacionalmente como Estado y que, por tanto, no puede haber lugar a un proceso de
disolución. Es, en mi opinión, un dato revelador al efecto que aproximadamente 70 % del territorio bosnio está contro lado, en estos momentos, por los serbios que lidera Radován Karadzic. Por otro lado,
221
I
LA N UEVA EUROPA
el presidente de Serbia, apoyado por el antiguo
Ejército Federal Yugoslavo, quisiera conseguir el
reconocimiento como límites fronterizos de la «Gran
Serbia » de todos los territorios conquistados por
ellos, es decir, el 70 % del territorio de Bosnia y e l
20% del territorio de Croacia.
Desgraciadamente, la característica dominante
-que esperemos se invierta en e l futuro- en todo el
proceso negociador es la falta de voluntad política de
pacificación de los representantes de las partes inte
resadas, lo cual impide alcanzar resultados positivos.
Esta ausencia de voluntad política negociadora es la
que ya detectó Lord Carrington cuando, tra s un año
de violaciones sistemáticas de los a ltos el fuego - más
de una docena- decretados bajo los auspicios de la
CE, declaraba que: «uno no puede seguir negociando
treguas que nadie quiere cumpli p > y añadía que «si
bien respecto de los campos de detención, los serbios
son los más culpables, las limpiezas étnicas tenían lugar
en todas partes ya que, en ocasiones, han sido los
musulmanes los que las han provocado y hay pruebas
de ell o. De la misma forma que los croatas han
permanecido tranquilos porque la presión se eje rcía
sobre los serbios, y para a lgunos se extiende a los
musulmanes, sin embargo ell os
"Este conflicto ha mismos se han adueñado de gran
parte de Bosnia» (El País,
15.08.92). Quizás fuese este pesi
mismo que embargaba a Lord
Carrington el motivo que le indujo
a presentar su dimisión irrevoca
ble, como mediador del conflic
to, justo un día antes de que se
inaugurase la Conferencia de Paz.
puesto de manifiesto la no operatividad de la Conferencia de Seguridad y
Cooperación en Europa"
Ausencia de vo luntad política
negociadora que sigue presente,
como lo refleja la actitud adoptada por el líder de los
serbios de Bosnia, quien además de rechazar el plan
de paz y la nueva Constitución para Bosnia, elabora
da por David Owen y Cyrus Vance, abandonó la
Conferencia el 3 de noviembre de 1992 (10).
Consideraciones finales
La desaparición de la República Socialista
Federativa de Yugoslavia, resultante de la extinción
de su personalidad júridica internacional, y el naci
miento de nuevos Estados, no han sido el resultado de
una transición pacífica, sino que, por el contrario,
son la causa de la situación sangrienta que padecen
actualmente las diferentes nacionalidades de la anti-
222
gua Yugoslavia. Por su inutilidad, no sería deseable
que el proceso negociador llegase a la solución final
de escindir la antigua Yugoslavia en dos grandes
áreas de influencia: una, occidental, catól ica y bajo
protección de la locomotora a lemana, y la otra,
oriental, bajo influencia de Turquía, ocu ltando de
momento los intereses estratégicos norteamericanos
y sacrificando a los serbios (Palau, 1992).
El mosaico plurinacional que, durante décadas,
nos ha mostrado Yugoslavia con sus culturas diver
sas, religiones distintas y alfabetos diferentes, ha sido
posible gracias a un proyecto común, presente en la
comunidad yugoslava. El egoismo exacerbado de los
nacionalismos, potenciado por los dirigentes políti
cos, ha sido la principal causa de la eclosión del
enfrentamiento actual. De ahí que, en mi opinión, el
intento de ap li car a Estados de composición
plurinacional el principio del derecho a la
autodeterminac ión puede ser, además de inadecua
do, enormemente peligroso, ya que se sabe dónde se
empieza pero nunca cuándo se acaba, y puede dar
luga r a que se reproduzca en esos Estados la dramá
tica si tuación por la que hoy atraviesa la antigua
Yugoslavia. Esto se aplica aún más a l caso de aque
ll os Estados de derecho cuyas Constituciones no
contemp lan e l ejercicio del derecho a la
autodeterminación: es necesario denunciar la prácti
ca de representantes políticos de a lgunas nacionali
dades que consiste en amenazar con ejercitar tal
derecho - esgrimiendo el falso argumento de que «la
baraja constitucional » que no lo contempla está
marcada y que, por tanto, ellos se retiran del juego
democrático-, pues en verdad lo que existe son
«ta hures del juego » y no una «baraja constitucional »
trucada.
Se ha intentado resolver el conflicto yugoslavo
-que, en mi opinión, dejará de ser regional y desbor
dará el continente europeo si no se resuelven adecua
damente sus consecuencias- desde organizaciones
internacionales europeas o desde instancias europeas
principalmente, que no son las adecuadas o que no
disponen de los medios necesarios para alcanzar una
so lución pacífica. Así, por ejemplo, este conflicto ha
puesto en evidencia la no operatividad de la CSCE,
no sólo porque el Com ité de Altos Funcionarios, que
ha mantenido reuniones mensuales desde el mes de
enero de 1991, se ha limitado a recordar los princi
pios contenidos en la Carta de París, del 2 I de
noviembre de 1990, sino también porque el Centro
de Prevención de Conflictos es un órgano meramente
técnico, cuya función es observar, recoger datos y
poca cosa más (Moreau, 1992). Has ta el momento,
también se detecta la dificultad con la que se en
cuentran los doce soc ios comunitarios para definir y
ejec uta r políticas comunes so bre política exterior y
de seguridad (Abe llán, 1992) . Este hec ho se ha puesto claramente de ma nifiesto en la acc ión unil a teral
emprendida por la República Federal Alemana, que
se desmarcó primero de los demás socios comunita
rios para después a rras tra rlos a su posición, y procedió
a reconocimientos, en mi opinió n prematuros, que
puede n ir en contra de esa idea tan ansiada mente
a nhelada desde hace varias décadas de construir una
Europa federal. Además, aparte de que lo considero
no ap ro piado, el criterio inspirado r de la Comunidad
Europea, a limentado desde la Comisión de Arbitraje,
de utili zar el principio del uti possidetis ;uris para
proceder a la demarcación de fronteras internacionales
entre los nuevos Estados, ha conducido en la práctica,
a l menos has ta hoy, a l traslado fo rzoso y cruel de
poblaciones enteras y a las limpiezas étnicas. La labor mediadora de pacificac ión qu e se está
ll eva ndo a ca bo, bajo los a uspicios de las Naciones
Unidas y de la Comunidad Europea , es ciertamente
meritoria pero desgraciadamente insuficiente: mien
tras los representantes políticos de las diferentes partes en conflicto no demuestren una auténtica
vo luntad política de resolverlo, la pacificación no
podrá ser alca nzada, máx ime si tenemos en cuenta
que, en el actua l Derecho Internaciona l positivo, la
ob li gac ión que incumbe a los Estados es de compor
tam iento y no de resultado (Sáenz de Santamaría,
1992).
Y UGOSLAVIA U N Foco DE G UERRA EN EUROPA
Ya que han sido efectuados los reconocimientos
intern acional es y es prácticamente imposible dar
marcha atrás, creo que el fin al que se debe aspirar no
debe se r la creación, desde la idea étn ica , de Estadosnación considerados aisladamente. M ás bien, con
vendría que las nuevas repúbli cas, desde el respeto a
sus persona lidades internac ionales se convenzan de
la necesidad de proceder a poner en común determi
nados asu ntos o materias, tales como defe nsa, polí
tica ex terior, etc., pa ra que, entre ellas, se ge nere una
superestructura de natura leza confede ra l qu e haga
resurgir de nuevo el proyecto común yugos lavo. En
este sentido, la supervivencia de los nuevos Estados
dependerá de ese grado de unió n, de so lida rid ad, que
se establezca entre e llos . En caso contra ri o, di fíc il
mente tienen asegurada su supervivencia como Esta
dos, a pa rte de que su posible futuro sería el de llegar
a convertirse en «nuevas colonias», pero a hora bajo
la égida de la Comunidad Europea.
Fina lmente, la Conferencia de Paz no sólo se ha
de ocupar de los conflictos presentes, sino que habrá de rea liza r un enorme esfuerzo de imaginación a fin
de busca r criterios que permitan resolver satisfacto
riamente problemas potenciales con los que se va a
encontrar, tales como el de Kosovo, regió n a utónoma administrada po r Serbia pero con población
ma yo rita ri amente a lbanesa, o el de Vojvodina con
ma yoría de población húnga ra y musulmana. Sólo en
esta med ida no se ge nera rá otro avispero que podría
hacer esta ll a r todo el polvorín de los Balcanes, en que
se verían directamente envueltos países como Alba
nia , Bulga ri a, Hungría, Grecia y Turquía.
223
LA N UEVA EUROPA
Notas
1. A través de su Resolución 47/1 (24.09.92) Y haciendo suya la Recomendación emitida por el
Consejo de Seguridad 777 (22 .09.92), la Asamblea
General de la ONU ha considerado que la República
Federativa de Yugoslavia (Serbia y Montenegro) no
asumía automáticamente el lugar de la antigua Re
pública Socialista de Yugoslavia, debido a su no
aceptación general. Esta, por lo tanto, dejaba de
participar en los trabajos de la Asamblea y debía de
solicitar su admisión como miembro de la ONU. Por
otro lado, el Dictamen n08 (04.07.92), emitido por la
Comisión de Arbitraje de la Comunidad Europea, ha
considerado que el proceso de disolución de la Re
pública Socialista Federativa de Yugoslavia había
concluido, por lo cual era necesario constatar que
había dejado de existir.
2. Tras el referéndum del 23.12.90, Eslovenia
declara su independencia el 25.06.91. Igualmente
Croacia, tras el referéndum del 19.05.91, proClama
su independencia el 25.06.91., confirmándola el
08.10.91. Macedonia, por su parte, que había ce le
brado su referéndum en septiembre de 1992, asp ira
ba a convertirse en Estado independiente pero dentro
de una asociación de Estados soberanos . Hasta la
fecha, sólo ha sido reconocida internacionalmente
por Bulgaria, Turquía, Eslovenia, Bosnia
Herzegovina, Lituania, Fi lipinas y la Federación Rusa .
Finalmente, tras el referéndum del 29.02.91, Bosnia
Herzegovina se proclama Estado independiente
(14.08.91), pero la comunidad serbia de Bosnia no
reconoce la validez de la declaración de soberanía del
Parlamento.
3. La Comisión de Arbitraje es un órgano con
sultivo de la Comunidad Europea, creado en el seno de la Conferencia de La Haya para la pacificación de Yugoslavia, formada por los cinco presidentes de los
Tribunales Constitucionales de Francia, RFA, Reino
Unido, Italia y España (Boletín de las Comunidades
Europeas 1991, 7/8:119)
4. Previamente, Eslovenia y Croacia habían sido
reconocidas a nivel internacional como Estados so
beranos por Austria, Finlandia, Suiza y la Santa Sede.
5. Bosnia-Herzegovina fue reconocida como
Estado por la Comunidad Europea y por los Estados
miembros, el 06.04.92. Macedonia aún no lo ha sido
224
por el veto de Grecia. Por otra parte, Eslovenia,
Croacia y Bosnia-Herzegovina ingresaron como
miembros de la ONU, el 22.05.92.
6. El uti possidetis ;uris es la fórmula diplomá
tica utilizada en los acuerdos internacionales para
indicar que se aceptan como fronteras de un Estado
los antiguos límites existentes antes de la proclama
ción de independencia.
7. Artículo 11 de la Convención de Viena sobre
Sucesión de Estados en materia de tratados interna
ciona les:
« Regímenes de frontera: una sucesión de Esta
dos no afectará de por sí a) a una frontera establecida
por un tratado, ni b) a las obl igaciones y los derechos
establecidos por un tratado y que se refieran al
régimen de una frontera " .
8. Así, a título de ejemplo, el presidente de
Bosnia-Herzegovina, Alia Izetbegovic, declaraba a
su llegada a Londres: «No vengo a negociar, sino a
explicar que Bosnia-Herzegovina es víctima de una
agresión » (E l Mundo, 26.08.92). La animadversión
germana contra los serbios también es patente, como
lo demuestran las declaraciones del ministro a lemán
de Asuntos Exteriores, Klaus Kinkel: «El objetivo de
esta conferencia tiene que ser aislar a Serbia yextre
mar las sanciones contra ella » (E l Mundo, 27 .08.92) .
9. Radovan Karadzic aseguraba que <da salva
ción pasa por la formación en Bosnia de una federa
ción de tres Estados » (E l Mundo, 26.08.92).
10. Este plan consistía en mantener a Bosnia
como Estado unitario, integrado por diez provincias
dotadas de un amp li o margen de competencias, al frente de las cua les se situaría el Consejo Presidencial
de la República, compuesto por los gobernadores de las diez provincias, en el que la presidencia sería
rotativa (La Vanguardia, 29.10.92).
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