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La Negación Apóstol Sergio G. Enríquez O. Guatemala, 31 de marzo del Año De La Revelación www.ebenezer.org.gt 1 Vemos que hubo hombres en la Biblia que fueron llamados en una etapa tardía, lo cual no significa que todos debemos hacerlo de esa forma, pues lo ideal es que le demos lo mejor de nuestra vida al Señor. Hay tres tipos de personas dentro de las que siguen al Señor, es decir dentro de sus discípulos, aquellos que prometen que lo van a seguir, pero se asustan al saber que no será fácil; aquellos que prometen que lo seguirán y piden tiempo para decidirse a seguirlo; y aquellos que lo siguen sin decir nada y están dispuestos a todo; los vemos en el relato sobre los discípulos que iban en la barca y al subir a ella se enfrentaron a una tormenta. El Señor quiere que le sigamos, pero hay ciertos requisitos para ello. Mateo 16:24 LBLA Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Todos nosotros en el camino del Señor debemos enfrentarnos a bifurcaciones donde tenemos que tomar decisiones para continuar, y entonces debemos tener la guianza del mismo Señor para poder tomar la decisión adecuada para seguirlo y poder enteder como debemos llegar a negarnos a nosotros mismos. Todos hemos nacido para amar, pero debemos canalizar adecuadamente a quién amaremos, pues si no amamos al Señor primeramente, amaremos otras cosas, como el dinero, y eso puede conducirnos a todos los males, según lo dice la Palabra. Los hombres del tiempo final serán amadores de sí mismos, amarán más la iniquidad que la justicia, vemos que amarán más otras cosas antes que al Señor. Otra cosa para la que nacimos es para servir, pero debemos canalizar bien a quién serviremos, por ello dijo Josué: “escogeos pues a quien habréis de servir, pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. La misma Palabra dice que si no servimos al Señor, le serviremos a nuestros enemigos. Ahora bien, el discípulo está creado para negar, de acuerdo al versículo que vimos anteriormente, pero de igual manera, si somos discípulos, debemos saber canalizar qué vamos a negar, pues si no lo hacemos bien, negaremos lo que no debemos. El Apóstol Pedro, sabemos que fue un hombre de Dios y escribió cartas que están dentro del canon bíblico, y aún con todo esto negó al Señor, por lo cual existe la posibilidad que nosotros, siendo pequeñitos, también caigamos en una trampa de negación. Ahora veamos cómo podemos negar al Señor. 2 Timoteo 2:12 LBLA si perseveramos, también reinaremos con El; si le negamos, El también nos negará; Si vemos a quienes nos han antecedido, notaremos muy bien sus errores, aunque hayan sido personalidades públicas, sin embargo, es difícil que veamos los propios errores, pues aquello que es público es más fácil de verse. A través de los años hemos visto muchos siervos y hombres de Dios que en algún momento de su vida le han fallado al Señor. Jeremías también en un momento de su vida maldijo el día en que nació, siendo un profeta de Dios. Otros que tuvieron momentos de

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Vemos que hubo hombres en la Biblia que fueron llamados en una etapa tardía, lo cual no significa que todos debemos hacerlo de esa forma, pues lo ideal es que le demos lo mejor de nuestra vida al Señor. Hay tres tipos de personas dentro de las que siguen al Señor, es decir dentro de sus discípulos, aquellos que prometen que lo van a seguir, pero se asustan al saber que no será fácil; aquellos que prometen que lo seguirán y piden tiempo para decidirse a seguirlo; y aquellos que lo siguen sin decir nada y están dispuestos a todo; los vemos en el relato sobre los discípulos que iban en la barca y al subir a ella se enfrentaron a una tormenta. El Señor quiere que le sigamos, pero hay ciertos requisitos para ello. Mateo 16:24 LBLA Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Todos nosotros en el camino del Señor debemos enfrentarnos a bifurcaciones donde tenemos que tomar decisiones para continuar, y entonces debemos tener la guianza del mismo Señor para poder tomar la decisión adecuada para seguirlo y poder enteder como debemos llegar a negarnos a nosotros mismos. Todos hemos nacido para amar, pero debemos canalizar adecuadamente a quién amaremos, pues si no amamos al Señor primeramente, amaremos otras cosas, como el dinero, y eso puede conducirnos a todos los males, según lo dice la Palabra. Los hombres del tiempo final serán amadores de sí mismos, amarán más la iniquidad que la justicia, vemos que amarán más otras cosas antes que al Señor. Otra cosa para la que nacimos es para servir, pero debemos canalizar bien a quién serviremos, por ello dijo Josué: “escogeos pues a quien habréis de servir, pero yo y mi casa serviremos a Jehová”. La misma Palabra dice que si no servimos al Señor, le serviremos a nuestros enemigos. Ahora bien, el discípulo está creado para negar, de acuerdo al versículo que vimos anteriormente, pero de igual manera, si somos discípulos, debemos saber canalizar qué vamos a negar, pues si no lo hacemos bien, negaremos lo que no debemos. El Apóstol Pedro, sabemos que fue un hombre de Dios y escribió cartas que están dentro del canon bíblico, y aún con todo esto negó al Señor, por lo cual existe la posibilidad que nosotros, siendo pequeñitos, también caigamos en una trampa de negación. Ahora veamos cómo podemos negar al Señor. 2 Timoteo 2:12 LBLA …si perseveramos, también reinaremos con El; si le negamos, El también nos negará; Si vemos a quienes nos han antecedido, notaremos muy bien sus errores, aunque hayan sido personalidades públicas, sin embargo, es difícil que veamos los propios errores, pues aquello que es público es más fácil de verse. A través de los años hemos visto muchos siervos y hombres de Dios que en algún momento de su vida le han fallado al Señor. Jeremías también en un momento de su vida maldijo el día en que nació, siendo un profeta de Dios. Otros que tuvieron momentos de

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este tipo fueron Job, Elías, Moisés y el mismo Señor Jesucristo, que dijo que su alma estaba triste hasta la muerte. Si estos hombres llegaron a estos extremos, siendo mayores que nosotros, ¿cuánto más nosotros podemos ser vulnerables?, por eso dice la Biblia que aquellos que estén firmes deben cuidar no caer. Negar que Jesús es el Mesías El que niega que Jesús es el Mesías, está negando una faceta del Señor. 1 Juan 2:22 LBLA ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Muchos han dicho que Jesús no fue el Mesías prometido, algunos judíos por ejemplo, que dicen que aún lo están esperando, pero nosotros sabemos que Jesús es el Mesías que vino a cumplir la ley y aunque tuvo relación con el pecado, no pecó, pero vino a alcanzar a todos los pecadores. Negar al Señor que lo compró Pedro negó al Señor, no como Mesías, pero si lo negó como maestro pues negó la enseñanza, ya que era un discípulo; a tal extremo que la tercera vez que lo negó también empezó a maldecir. Hoy el Señor nos pregunta y nos llama a la reflexión para que veamos si en realidad no le vamos a negar, no tratando de acusarnos, sino en el sentido de examinarnos a nosotros mismos y pedirle misericordia. Hablar de negación no es solo de mencionar palabras que nieguen al Señor o maldecir, sino de acciones y actitudes que tomamos, con las que indicamos que lo estamos negando. Proverbios 30:7-9 LBLA Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes que muera: 8 Aleja de mí la mentira y las palabras engañosas, no me des pobreza ni riqueza; dame a comer mi porción de pan, 9 no sea que me sacie y te niegue, y diga: ¿Quién es el SEÑOR?, o que sea menesteroso y robe, y profane el nombre de mi Dios. Si alguien roba siendo cristiano está profanando igual que Esaú, esto significa que podemos negar al Señor sin necesidad de decir no. 2 Pedro 2:1 LBLA Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina. Existen diferentes tipos de herejía, entre ellas la que es producto de la carne, la que es producto de espíritus inmundos, la que es destructora. Cuando una persona insiste en una herejía, como una obstinación, esta es producto de la carne, pero le deja la puerta abierta a un espíritu inmundo. La herejía no es solamente una diferencia de opinión con respecto a algún tema de la Palabra, sin embargo estas diferencias, si se discuten con otra persona que es obstinada, pueden abrir la puerta a un espíritu inmundo.

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Lo importante en nuestro caso, es anhelar que el Señor nos ayude a no negarlo, y que anhelemos también vivir de acuerdo a lo que Dios quiere para nosotros, es decir, seguirle, lo cual no es fácil si se hace en la carne, pero en el Espíritu, si lo es.