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Ensayo sobre la Obejeción de Conciencia en el mundo y particularmente referida a Venezuela y su atingencia masónica.
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LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA Y SU ATINGENCIA MASÓNICA
"Denme la libertad para saber, pensar, creer y actuar libremente
de acuerdo con la conciencia, sobre todas las demás libertades."
Jean-Jacques Rousseau
Nos proponemos mediante el presente trabajo, transitar por la periferia de un tema
jurídico-filosófico poco conocido y de reciente data en nuestra sociedad contemporánea.
Este atrevimiento de incursionar en una temática tan especializada en apenas el
génesis de su desarrollo, se convierte en una osadía mayor, al pretender establecer el
vínculo con la legítima aspiración del ser humano de conquistar nuevas libertades. Para
ello, debemos ubicarnos en el tema que nos atañe, conociendo en forma general, qué es la
Objeción de Conciencia, las diversas acepciones y la legislación mundial que la contempla
Veamos entonces, algunas aproximaciones que definan la expresión y nos acerque a
la comprensión de este Derecho Humano Fundamental.
I.- Definiciones
Uno de los fenómenos más impactante que conoce el Derecho moderno, es el de la
Objeción de Conciencia. Hace sólo unas décadas, su estructura jurídica era reducida a
pocos supuestos. Hoy, sin embargo, es tal la multiplicidad de situaciones y modalidades, de
formas de solución, de presupuestos axiológicos, como se nos presenta, que se habla de
"objeciones de conciencia", en plural.
La conciencia es la capacidad para juzgar sobre la bondad o malicia de las acciones.
El Derecho a la Objeción de Conciencia se encuentra en el estrecho límite entre Derecho y
Moral, es decir, consiste en desoír la voz del legislador para oír la voz de la conciencia. Es
un fenómeno ético de todo ser humano En esta figura, entran en contradicción, las
convicciones personales e íntimas de la persona, en contraposición con los mandatos
legales que está obligada a cumplir, es decir, se refiere a aquel incumplimiento de un deber
jurídico por la existencia de un dictamen de conciencia, que impide realizar la conducta
prescrita en el ordenamiento jurídico.
El Español Miguel Foraster Serra, en su trabajo “Protección jurisdiccional de la
objeción de conciencia” la define como: “…una actitud individual basada en determinadas
convicciones íntimas que pueden ser religiosas, éticas, morales, humanitarias, filosóficas o
políticas y que motivan a actuar o dejar de actuar en determinadas circunstancias de
manera distinta a como lo establecen las normas sociales o jurídicas”.
-2-
En otra acepción, se nos informa que la Objeción de Conciencia es el derecho
subjetivo a desobedecer una norma jurídica que imponga acciones u omisiones contrarias a
las convicciones religiosas, morales o éticas indubitablemente acreditadas, aceptando
cumplir prestaciones sustitutivas, cuando éstas correspondieran, siempre y cuando en
ningún caso, la Objeción de Conciencia dañe a un tercero, a los menores bajo la tutela o
guarda del objetor, que afecte las convicciones o creencias de otros, a la moral o ética
pública o un interés público estricto, debidamente acreditado.
En principio, la Objeción de Conciencia es un derecho fundamental que, incluso,
ampara la llamada conciencia errónea, o sea, aquella que con ignorancia juzga lo verdadero
por falso, o lo falso por verdadero, teniendo lo bueno por malo o lo malo por bueno. Los
nazis en la segunda guerra mundial actuaban en conciencia, creyendo que era algo bueno
exterminar judíos. ¿Actuaban bien? actuaban según su conciencia, pero una conciencia
errónea. A situaciones así se llega cuando se reduce la conciencia a subjetividad y se le da
el papel de creadora de moralidad.
La objeción de conciencia se ve materializada cuando la conducta de un
incumplimiento legal se funde en la lesión que produciría al individuo el juicio de
moralidad sobre el acto que ha elaborado su conciencia, según la particular axiología de
valores que acepta.
El derecho individual de creencias no atañe sólo a la conciencia religiosa, como
tradicional y erróneamente se la asimila. Sería reducir su alcance. La libertad de conciencia
se extiende, además de la religión, a todos los campos del pensamiento y de la acción:
político, educativo, laboral, etc.
No debemos olvidar que cuando el objetor, por razones éticas se pronuncia por el no
a la ley, lo hace por un mecanismo axiológico (un deber para su conciencia) diverso del
planteamiento puramente psicológico, del delincuente común que viola la norma por
intereses inconfesables.
En el juicio que tenga que emitirse para poder valorar la Objeción de Conciencia,
deberá:
a) Examinarse si la objeción está indubitablemente documentada y constituye un
precepto sustancial de la creencia que se invoca;
b) Efectuarse un análisis de razonabilidad de la norma objetada, examinando si el
Estado acreditó un interés público estricto en su cumplimiento por el objetor y
la posibilidad de que existan medios alternativos menos restrictivos para la
conciencia del demandante;
-3-
c) Ponderarse la existencia de prestaciones sustitutivas, en caso de que
correspondiere, o los actos disyuntivos que el objetor pueda cumplir en
reemplazo de lo mandado en la norma que objeta;
d) Considerarse la especial protección de los menores en casos de que éstos
estuvieran afectados por la Objeción presentada.
Así mismo, la Objeción de Conciencia tiene límites que enmarcan su alcance.
No sería creíble una objeción que reclamara un derecho, pero lo hiciera con
violencia o desatendiendo deberes incuestionables de solidaridad social.
En consecuencia, un límite claro a la Objeción, será la honestidad de conducta, que
habrá de traducirse en una forma de vida coherente con los principios que declara, donde el
tenor de vida personal se muestre en la manera en que se afrontan las propias
responsabilidades sociales.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, declara al respecto lo siguiente: para
que una Objeción de Conciencia pueda estimarse digna de ser tomada en consideración, la
convicción o creencia que la motiva, debe proceder “de un sistema de pensamiento
suficientemente estructurado coherente y sincero”.
Por su parte, una sentencia de la Cámara de los Lores exige, para que una creencia
(religiosa o no) pueda ser tomada en cuenta, debe ser “coherente con unos estándares
elementales de dignidad humana”, referirse a “problemas fundamentales y no a “cuestiones
triviales” y revestir un “cierto grado de seriedad e importancia”.
Estas características se encuentran más fácilmente, en creencias de trasfondo
religioso, ya que implican un sistema coherente de creencias. Tal vez por eso, la Objeción
de Conciencia ha marchado históricamente en paralelo con la libertad religiosa,
constituyendo una de sus dimensiones más destacadas.
Naturalmente, la libertad de conciencia no se agota en el marco de las convicciones
religiosas. Como ya antes hemos mencionado, existen otras de carácter filosófico,
deontológico, etc., que también la alimentan.
Desde la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y
discriminación fundadas en la religión o las convicciones, proclamada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas en su Resolución 36/55 del 25 de noviembre de 1981, se
entiende comprendido dentro del derecho a la libertad religiosa, los siguientes derechos:
-4-
libertad de conciencia; libertad de culto; libertad de difusión de los credos, ideas y
opiniones religiosas; derecho a la formación religiosa de los miembros de la confesión;
libertad de enseñanza y derecho a la educación religiosa; derecho de reunión y
manifestación; derecho de asociación; y, finalmente, la Objeción de Conciencia. No
obstante nos parece una apreciación errada al pretender quitarle autonomía, como en el caso
de la Objeción de Conciencia, a Derechos tan diferenciados y autónomos.
A nuestro entender, el Derecho Fundamental a la Libertad Absoluta de Conciencia,
contiene entre otros derechos a la: Libertad Ideológica, Libertad Religiosa, Libertad de
pensamiento y a la Objeción de Conciencia. La Libertad Absoluta de Conciencia significa
que toda persona tiene derecho a: 1) creer en lo que quiera o no creer y a 2) actuar
libremente según su convicción. Que 3) no debe ser molestado, perturbado, perseguido u
hostigado en razón de sus posturas ideológicas. Que 4) no debe ser compelido a revelar sus
convicciones o creencias y por tanto puede reservar sus propias ideas en su fuero interno
sin ser constreñido a divulgarlas. Que 5) no debe ser obligado a expresar su filiación o su
ideología. Adicionalmente, 6) libertad para tener convicciones propias; 7) libertad para
expresar esas ideas y convicciones; 8) garantía de no ser constreñido a obrar contra las
propias convicciones, esto último es lo que constituye la objeción de conciencia.
Es así como esta concepción ha evolucionado en el tiempo y hoy en día, la Objeción
de Conciencia se estructura jurídicamente como la de un «derecho constitucional
autónomo», así insiste la doctrina jurídica de la mayor parte de los países democráticos del
mundo, con todas las características de un Derecho Fundamental, esto es: aquel derecho
inherente al ser humano que pertenece a toda persona, en razón a su dignidad.
II.- Formas de Objeción de Conciencia: El reconocimiento de formas específicas de Objeción de Conciencia por parte del
Derecho Estatal, es una muestra de su sensibilidad por las libertades ideológicas, religiosas
y de conciencia, y un espacio de legitimidad para la convivencia con grupos minoritarios en
una sociedad plural.
Veamos a continuación, de manera muy sucinta, las diversas formas, entre otras
más, que adopta la Objeción de Conciencia:
1. Servicio militar obligatorio
La Objeción de Conciencia ante la prestación del Servicio Militar Obligatorio, alude
a consideraciones subjetivas, por las cuales una persona se opone a prestar este servicio al
que está obligado, como lo contemplan en sus legislaciones muchos países, arguyendo
razones de conciencia.
-5-
El Art. 20 de la Ley 24.429 de Argentina, establece que a los individuos “en razón
de profesar profundas convicciones religiosas, filosóficas o morales” se consideren
impedidos para realizar el servicio militar obligatorio, “deberán cumplir el Servicio Social
Sustitutorio […] El servicio social sustitutorio consistirá en la realización de actividades
de utilidad pública y podrá traducirse en el desempeño de las siguientes tareas: […] b.
Servicios sanitarios, sociales o educativos; c. Conservación del medio ambiente […] En
caso de guerra […] el servicio social sustitutorio consistirá en el desarrollo de actividades
de protección y defensa civil”.
En el campo del servicio militar, Costa Rica y Panamá son los únicos países que
constitucionalmente prohíben el ejército como institución permanente.
Las constituciones de Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Paraguay, Perú y República Dominicana, disponen el servicio militar obligatorio.
Chile, Colombia, Cuba, México y Venezuela, remiten a la ley, la regulación del
servicio militar, aún cuando en este último caso, se prohíbe el reclutamiento forzoso.
Los únicos países latinoamericanos que expresamente consagran la Objeción de
Conciencia, son: Brasil, Paraguay y Ecuador.
2. Por razones médicas o de salud: Transfusiones; trasplantes; Eutanasia; Esterilización; la prescripción de agentes contraceptivos que puedan impedir la anidación del embrión; la Inseminación Artificial; los fármacos abortivos y anticonceptivos; los diagnósticos pre-natales para detectar malformaciones genéticas.
En esta forma, los argumentos se presentan en un doble sentido, el que presta el
servicio profesional de salud que esgrime la Objeción de Conciencia, para omitir prestar el
servicio y el sentido del paciente. que se niega a que le presten un servicio profesional,
alegando la Observación de Conciencia. Ella está aceptada por una normativa definida, en
todos los Países europeos. También lo está, en la Constitución de la Unión Europea. Hay
dos excepciones: Suecia – que deja al arbitrio de los directores de los hospitales, la
posibilidad (no la obligación) de tener en cuenta las convicciones morales y religiosas del
personal de la institución- y España, que aún reconociéndola, no la regula.
En Estados Unidos existe una cláusula de conciencia en 46 Estados de la Unión,
protegiendo al personal médico, que no quiere participar en abortos. Algunos de dichos
Estados amparan al médico adicionalmente en el caso del aborto, la objeción hecha por otros
-6-
procedimientos, como la eutanasia, la esterilización, la inseminación artificial, la indicación
de fármacos abortivos y los anticonceptivos.
La reciente resolución 1763(2010) de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa, establece una clara prohibición de coaccionar o discriminar a personas o
instituciones que rehúsen –por cualquier razón- a participar o colaborar en un aborto
voluntario, eutanasia o cualquier acto que cause la muerte de un feto o embrión humano. Al
tiempo, invita a los Estados miembros, a que desarrollen una normativa que tutele en su
plenitud, la Objeción de Conciencia al aborto, garantizando al personal sanitario el derecho a
abstenerse en cualquier tipo de prácticas abortivas o eutanásicas.
El rector de la Iglesia Católica Joseph Ratzinger expresó en su momento al respecto
lo siguiente: “El conflicto entre la presión social y las exigencias de la conciencia recta,
puede llevar al dilema de abandonar la profesión médica o ir contra las propias
convicciones. Frente a esta tensión, debemos recordar que existe un camino intermedio que
se abre ante los profesionales católicos de la salud que son fieles a su conciencia. Es el
camino de la Objeción de Conciencia, que debe ser respetado por todos y, de modo
especial, por los legisladores.”
El Código Penal de Panamá del 2007 en su artículo 142 establece: “El médico o
profesional de la salud que sea asignado por la comisión multidisciplinaria designada por
el Ministerio de Salud o por sus superiores para la realización del aborto, tiene el derecho
de alegar Objeción de Conciencia por razones morales, religiosas o de cualquier índole,
para abstenerse a la realización del aborto.”
3. Educativa:
3.1. Materias contrarias a sus creencias o a cumplir disposiciones sobre escolarización obligatoria o al adoctrinamiento tanto político como religioso.
En esa línea, se mueve la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos y el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América, quién
ya decidió hace años, que la libertad de los padres para educar moralmente a
sus hijos, está por encima del poder coercitivo del Estado en materia de
escolarización obligatoria.
De ahí la severa crítica que ha recibido el Tribunal Supremo español al
decretar en febrero de 2009, el rechazo de la Objeción de Conciencia
planteada por numerosos padres ante la asignatura de Educación a la
Ciudadanía. Las sentencias del Tribunal Supremo Español, han sido
recurridas ante el Constitucional y ante el Tribunal de Derechos Humanos.
-7-
3.2 Culto a los símbolos patrios
Determinadas religiones como por ejemplo, los Testigos de Jehová,
mantienen lo que ellos llaman neutralidad, establecida en la obra religiosa:
"Razonamiento a partir de las Escrituras" de mucha importancia para ellos,
considerado como un libro sagrado y de mandatorio cumplimiento para sus
adeptos en materia de ciudadanía, Nacionalismo y Símbolos Patrios e
inculcan a su feligresía, a cumplir con esta neutralidad.
Venezuela, como la mayoría de los países, posee una legislación conminativa y
punitiva sobre materia de Símbolos Patrios. Al respecto, la Ley de Bandera Nacional,
Himno Nacional y Escudo de Armas de la República Bolivariana de Venezuela, de fecha
09 de marzo del 2006, establece lo siguiente:
Artículo 1. La Bandera Nacional, el Himno Nacional y el Escudo de Armas de la
República Bolivariana de Venezuela, son los símbolos de la Patria y deben ser venerados
por todos los venezolanos y venezolanas, y respetados por los ciudadanos y ciudadanas de
los demás países.
Artículo 5. Los venezolanos y venezolanas, los extranjeros y extranjeras residentes
en la República Bolivariana de Venezuela, deben enarbolar la Bandera Nacional en sus
casas particulares, oficinas y establecimientos, en los días de Fiesta Nacional y en aquellas
oportunidades que señalen las autoridades competentes.
Artículo 15. Quienes no cumplan con las disposiciones contempladas en el artículo
5 de esta Ley, serán sancionados con multas de cinco unidades tributarias (5 U.T.) a diez
unidades tributarias (10 U.T.).
El Objetor amparado en sus creencias y convicciones religiosas o axiológicas, puede
invocar su excepción correspondiente, siempre que demuestre, como principio general ya
explicado anteriormente, cumplir con los extremos de condiciones, anteriormente
explicadas, para que prospere su Observación.
3.3. Uso de indumentaria religiosa
En reciente data, hemos sido testigos, en varios lugares del mundo, cómo se ha
anatemizado el tema del uso de de indumentaria religiosa en sitios públicos y dentro de las
aulas de clases, impidiéndoles a estas personas, el acceso a los centros educativos y en
casos extremos, siendo expulsados de los mismos. No tenemos la menor duda, que estamos
en presencia de una violación a la Libertad de Conciencia, que faculta a las personas
-8-
afectadas, a constituirse en promotores de la Objeción correspondiente y a las instituciones
educativas públicas, en anteponer el laicismo de la enseñanza en la docencia no privada.
3. Sexo (Matrimonio entre homosexuales)
En algunos países, la reciente aprobación de una ley reguladora del matrimonio entre
personas del mismo sexo, ha planteado una nueva modalidad de Objeción de Conciencia: la
hipotética negativa a su celebración, por parte la de los jueces encargados del Registro Civil
o de los alcaldes y Jefes Civiles, llamados a autorizar esos matrimonios.
El argumento moral de un objetor que ejerciera aquí su Derecho, radicaría pues, en la
conceptuación por parte de su conciencia o su credo religioso, sobre los matrimonios entre
personas del mismo sexo, como una flagrante negación de datos antropológicos
fundamentales y una auténtica subversión de los principios morales esenciales, de orden
ético para estos objetores.
Una sentencia del Tribunal Supremo de Canadá, al analizar la posibilidad por parte de
los órganos legislativos, de una unión legal entre personas del mismo sexo, explícitamente
señala que, en su hipotética aplicación, habría de respetarse la libertad religiosa de los
llamados a aplicarla.
4. La Objeción de Conciencia Fiscal a pagar impuestos destinados a actividades
militares, abortos, etc.
Conviene advertir, ante todo, que la Objeción de Conciencia fiscal, no suele ir dirigida
contra el acto exigido por la ley – el abono de impuestos- sino más bien contra el destino
que se hace de una parte de ellos. Por eso, los llamados objetores fiscales plantean como
alternativa destinar a otros fines compatibles con su conciencia la cuota que inicialmente se
niegan a pagar. No son, pues, evasores fiscales: su finalidad no es defraudar al fisco, sino
evitar contribuir a gastos que entienden inmorales según su conciencia (gastos militares,
financiación de abortos, actos de corrupción, etc.). Que se conozcan, se han presentado
proyectos de ley a favor de la objeción fiscal en Estados Unidos, Canadá, Holanda, Bélgica,
Alemania, Reino Unido, Italia y España. Por ahora no ha obtenido la aprobación
mayoritaria de las Cámaras. Sin embargo, alguna jurisprudencia canadiense y
norteamericana ha aceptado formas similares a la objeción fiscal.
5. Negativa a suministrar dosis letales en casos de pena de muerte
-9-
La postura fue adoptada por dos anestesiólogos, en una penitenciaría americana,
llamados a suministrar la inyección letal en un condenado a muerte. Su negativa se basó en
este argumento: “Nosotros somos médicos, no verdugos” y se les aceptó la Objeción
presentada.
6. Prestar juramento promisorio contra la propia conciencia
En esta modalidad, no ha existido ningún problema para que, quien no cree o no quiere
jurar por algún otro motivo, no tenga que hacerlo ante un tribunal o cualquier otra
circunstancia. En lugar del juramento, que es un acto religioso, prometen o dan la palabra
de honor y les obliga igual que un juramento para la persona que cree.
7. La negativa por razones éticas a formar parte de un jurado.
8. Laborar en días considerados como festivos por la propia religión del Objetor. En fin, el etcétera pareciera largo, se trata de un Derecho Fundamental, autónomo, en
pleno desarrollo y evolución, dentro de las nuevas libertades conquistadas por el hombre
moderno.
III.- La Objeción de Conciencia en el Derecho Positivo de Venezuela
Si a nivel planetario es relativamente novedoso el Derecho a la Objeción de
Conciencia, en Venezuela es casi totalmente desconocido.
Son pocos los autores nacionales que se hayan referido al tema. Existe escasa
jurisprudencia al respecto. No obstante la que hay, es de aquilatada calidad, como la
sentencia emitida por el Tribunal Supremo de Justicia en su Sala Constitucional con
Ponencia de la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán con fecha 14 de agosto de dos mil
ocho (2008), donde emite una Sentencia sin precedente en la Justicia Venezolana en
materia de Objeción de Conciencia y en la que se plantea el conflicto entre Derechos
Fundamentales como el Derecho a la vida y el Derecho a la Objeción de Conciencia,
siendo el objetor, los padres de una menor que se oponían a la transfusión de sangre, por
pertenecer a la religión Testigos de Jehová 1 y los objetados, un médico transfusor y el
Hospital de Clínicas Caracas.
En la cronología de nuestras constituciones nacionales, se constata que desde la
Constitución de 1864 hasta la Constitución de 1925, sólo se privilegia la libertad religiosa
1 TSJ; Sala Constitucional; N° de Expediente: 07-1121 N° de Sentencia: 1431;
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/agosto/1431-140808-07-1121.HTM
-10-
sin más. Es en la Constitución de 1961, donde se menciona en su artículo 65, la objeción de
conciencia, como una restricción, más que como un derecho. Tal restricción permanece
intacta en la vigente Constitución de 1999 al contemplar:
“Artículo 59. El Estado garantizará la libertad de religión y de culto. Toda persona
tiene derecho a profesar su fe religiosa y cultos y a manifestar sus creencias en privado o
en público, mediante la enseñanza u otras prácticas, siempre que no se opongan a la
moral, a las buenas costumbres y al orden público. Se garantiza, así mismo, la
independencia y la autonomía de las iglesias y confesiones religiosas, sin más limitaciones
que las derivadas de esta Constitución y de la ley. El padre y la madre tienen derecho a
que sus hijos o hijas reciban la educación religiosa que esté de acuerdo con sus
convicciones.
Nadie podrá invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento
de la ley ni para impedir a otro u otra el ejercicio de sus derechos.”
“Artículo 61. Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y a
manifestarla, salvo que su práctica afecte su personalidad o constituya delito. La Objeción
de Conciencia no puede invocarse para eludir el cumplimiento de la ley o impedir a otros
su cumplimiento o el ejercicio de sus derechos.
La Objeción de Conciencia forma parte del derecho fundamental a la libertad
ideológica y religiosa establecida en la mayor parte de las Constituciones democráticas
del mundo.”
Como podemos observar, los dispositivos constitucionales que se refieren a la
objeción de conciencia, la establecen como una prohibición o restricción y no como un
Derecho Fundamental que es. Es imperativo, ante una eventual enmienda de la
Constitución nacional, consagrar este derecho, como parte del Derecho a la Libertad de
Conciencia, ya que la Objeción de Conciencia forma parte del derecho fundamental a la
libertad ideológica y religiosa establecida en la mayor parte de las Constituciones
democráticas del mundo. Mientras esta enmienda a la Constitución se materializa, se
podrían intentar recursos de hecho ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia, sobre la base axiológica de que el Estado no es competente para valorar las
motivaciones que mueven a las conciencias de sus ciudadanos.
Somos por tanto de la opinión, que el derecho a la Objeción de Conciencia, puede
ser ejercido con independencia de que se haya dictado o no tal regulación. La Objeción de
Conciencia forma parte del contenido del derecho fundamental a la libertad ideológica y
religiosa contenido y reconocido, como ya dijimos, en la mayor parte de Constituciones del
mundo y la Constitución es directamente aplicable, especialmente en materia de derechos
-11-
fundamentales. Con esto queremos expresar, que la Objeción de Conciencia existe por sí
misma, esto es, que no necesita ser regulada, pues forma parte del derecho fundamental a la
libertad ideológica y religiosa como dijimos al inicio de este escrito. Aquí se establece el
Derecho natural a objetar, la negación que expresamente hace del Derecho fundamental de
la Objeción de Conciencia, el artículo 61 in fine de la Constitución Nacional de Venezuela.
Existen algunas leyes en Venezuela, que pueden ser susceptibles de ser objetadas,
cuando su aplicación contrasta, entre otras causas, contra la conciencia del ciudadano en
base a sus creencias, fe, costumbres o dignidad. Un ejemplo de ello, lo constituye la Ley de
conscripción y alistamiento militar (2009); Ley de registro y alistamiento para la defensa
integral de la nación (2014); Ley sobre donación y trasplante de órganos, tejidos y células
en seres humanos (2011); 2 Ley de Bandera Nacional, Himno Nacional y Escudo de Armas
de la República Bolivariana de Venezuela (2006), etc.
Algunas diferencias y semejanzas entre Objeción de Conciencia y Desobediencia Civil
A propósito de la posible confusión entre la objeción de conciencia, motivo de
nuestra disertación y la desobediencia civil establecida en el artículo 350 y último de
nuestra Constitución venezolana, acotamos algunas diferencias y similitudes entre ambas
figuras jurídicas:
1. Ambas fórmulas de protestas son pacíficas y de rango constitucional, a
diferencia de la revolución o la rebelión.
2. La finalidad de la desobediencia civil es pública y generalmente política, en
tanto que la objeción de conciencia es aquella actitud, habitualmente de
carácter personal, de quien se niega a obedecer una orden de la autoridad o un
mandato legal, amparándose en la existencia en su fuero interno de
convicciones que le impiden hacerlo sin violentar de forma grave, su
integridad moral, sus convicciones íntimas, sus costumbres, religiosidad o su
dignidad. Es un conflicto entre la conciencia (deber moral), por un lado, y el
contenido del derecho positivo (deber jurídico) por el otro. El Derecho
Constitucional, tutela o no, ese privilegio.
3. La objeción de conciencia es distinta de la desobediencia civil en que esta
última, es un fenómeno público, ordinariamente masivo, de personas que se
2 Artículo 12 Garantías para los pueblos indígenas. Se prohíbe la utilización de personas indígenas
como donantes de órganos, tejidos y células, salvo que se trate de familiares, conforme a las
reglas previstas en el artículo 18 de la presente Ley. Los y las indígenas quedan excluidos y
excluidas de la aplicación prevista en los artículos 27 y 31 de esta Ley, en virtud al respeto a su
cultura, cosmovisión, práctica, espiritualidad, usos y costumbres.
-12-
agrupan para protestar una ley o una orden de la autoridad que les resulta
contraria a los principios éticos y de moral pública o que contrarían la
Constitución o las leyes, en tanto que la objeción de conciencia, generalmente
tutela un derecho personalísimo e individual.
4. Ambas consisten en desobedecer o resistirse a la ley y a la autoridad, ante la
aplicación de una norma o procedimiento, manifiestamente contrario a sus
costumbres o principios éticos, morales, religiosos o de conciencia.
Concluyamos este estudio de investigación, estimulando el interés de los ciudadanos en
conquistar con tenaz insistencia este derecho legítimo, natural y fundamental, dentro de las
libertades propias, que aún carecemos.
Otto Medina Villegas
Barquisimeto, 6 de junio de 2015