La Paradoja Democratica y Lo Politico Mouffe

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Chantal mouffe

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1. La paradoja democrtica

Segn Chantal Mouffe, la democracia liberal actual es el resultado contingente de la confluencia de dos tradiciones distintas: la tradicin democrtica y la tradicin liberal. No puede haber entre ellas una integracin o conciliacin ltima, dado que parten de principios no slo distintos, sino tambin contrapuestos. Los principios democrticos de participacin y de soberana se asocian a una identidad colectiva que corre el riesgo de dejar en suspenso los derechos de libertad e igualdad individuales; por su parte, los principios liberales de libertad e igualdad individuales son incapaces de fundamentar la unidad poltica colectiva, donde necesariamente han de ejercerse. La incapacidad de las democracias liberales modernas para responder adecuadamente a este conflicto deriva de su incapacidad para comprender la paradoja sobre la que se han construido.

La crtica de Carl Schmitt a la democracia liberal de principios del siglo XX, desarrollada en obras como The Crisis of Parliamentary Democracy y The Concept of the Political, ser tomada por Chantal Mouffe como fuente de inspiracin para su reinterpretacin de la poltica. Carl Schmitt, partiendo de la tesis de que la homogeneidad poltica es una condicin de posibilidad de la democracia, llega a la conclusin de que las democracias liberales son inviables y estn abocadas al fracaso al estar construidas sobre una paradoja, la resultante de la confrontacin irresoluble entre las aspiraciones democrticas (de unidad poltica, de homogeneidad) y las del individualismo liberal, que hace del individuo portador de derechos universales el eje central de su discurso, exigiendo el pluralismo (atentando as contra la unidad poltica).

Segn Schmitt, el conflicto se establece en torno a la distinta idea de igualdad que defienden ambas posiciones. La idea de igualdad de la democracia es la de una igualdad sustantiva (no abstracta) que se establece con referencia al demos como espacio de homogeneidad y que comporta la desigualdad (la de quienes no pertenecen al demos); la idea liberal de igualdad, por el contrario, descansa sobre una abstraccin universal, el individuo portador de derechos, que excluye, por lo tanto, toda forma de des-igualdad entre los seres humanos. Mientras que la primera concepcin de la igualdad es un concepto poltico que se establece sobre una distincin la pertenencia o no al demos y que comporta relaciones de inclusin / exclusin, la segunda es un concepto moral, es decir, una forma de igualdad no poltica, que remite a una concepcin abstracta de la humanidad, de la que nadie puede estar excluido. Segn Chantal Mouffe, Schmitt sostiene que el liberalismo niega a la democracia y que la democracia niega al liberalismo, y aade que, por lo tanto, la democracia parlamentaria, debido a que consiste en la articulacin entre democracia y liberalismo, es un rgimen inviable(1).

Chantal Mouffe aceptar que la lgica democrtica implica siempre relaciones de inclusin / exclusin, ya que la construccin de la identidad de una comunidad poltica supone la afirmacin de un nosotros frente a un ellos, y que la incapacidad para reconocer la existencia de esta frontera, que es una de las caractersticas del liberalismo moderno, supone un peligro para la democracia. Sin embargo, pese a reconocer la oposicin anterior entre liberalismo y democracia, no comparte la conclusin de Schmitt al presentar su conflicto como una contradiccin insuperable. Para ella, dicha oposicin puede ser articulada de otra manera, de forma que esta articulacin puede considerarse como el locus de una tensin que establece una dinmica muy importante, una dinmica constitutiva de la especificidad de la democracia liberal como nueva forma poltica de sociedad(2).

En cualquier caso, tal tensin no puede considerarse como la que se dara entre dos principios externos puesto que esto dara lugar a una interpretacin dualista, establecindose entre ambos una simple relacin de negociacin de intereses, sino como una relacin de contaminacin, en la que la articulacin de ambos principios, siempre precaria y contingente, modificara la identidad del otro. Articuladas de este modo, el desarrollo pleno de cada una de las dos lgicas que configuran la paradoja es imposible, del mismo modo que lo es la diseminacin completa. Sin embargo, sta es la condicin de posibilidad misma para una forma pluralista de la coexistencia humana en la que puedan existir y ejercerse los derechos, donde la libertad y la igualdad puedan arreglrselas para coexistir de algn modo(3).

De ah que el dilema que plantea Carl Schmitt en torno a la homogeneidad del demos sea considerado por Chantal Mouffe como un falso dilema. Schmitt opone la unidad (poltica) del demos al reconocimiento de la pluralidad en su interior, lo que llevara a la ruptura de la unidad poltica, considerando que es imposible conciliar ambas posturas. Chantal Mouffe, por el contrario, considera que Schmitt parte de la concepcin de la unidad poltica como algo ya dado y estable, que ignora las condiciones polticas de su construccin. Para disolver el dilema, basta, por lo tanto, concebir la homogeneidad, la unidad poltica del demos, de otro modo, evitando concebir al pueblo, al demos, como algo ya dado y poseedor de una entidad sustantiva, de modo que pueda ser compatible con el pluralismo. Para desmarcarse de Schmitt propone sustituir el trmino homogeneidad por el de comunalidad, de modo que, aun reconociendo la necesaria unidad poltica, se posibilite la construccin de un demos compatible con ciertas formas de pluralismo sin las cuales ni siquiera podr llegar a constituirse como tal: Sin una pluralidad de fuerzas que compitan en el esfuerzo de definir el bien comn, que se pro-pongan fijar la identidad de la comunidad, la articulacin poltica del demos no podra producirse(4).

As, siguiendo a Carl Schmitt en la identificacin de la paradoja de la democracia liberal, Chantal Mouffe propondr una nueva lectura de dicha paradoja y de la actividad poltica: acepta que la paradoja es irresoluble pero, a diferencia de Schmitt, no considera que eso pruebe la imposibilidad de una democracia liberal, sino que pone tan slo de manifiesto la imposibilidad de alcanzar una reconciliacin final que supere su oposicin. Las democracias modernas se movern siempre en el terreno delimitado por dicha paradoja, en un perpetuo afn por lograr una conciliacin que se sabe imposible. Por otra parte, el anlisis de Schmmit del antagonismo social, de la oposicin amigo / enemigo como consustancial a la dinmica social, le lleva a aceptar este antagonismo como un elemento constitutivo de lo poltico.

Notas

(1)Chantal Mouffe, La paradoja democrtica, Barcelona, Gedisa, 2003, p. 56.

(2)Ibid., p. 61.

(3)Ibid., p. 27.

(4)Ibid., p.71.

2. La poltica y lo poltico. Hacia un modelo adversarial

La distincin entre la poltica y lo poltico propuesta por Chantal Mouffe nos proporciona la clave para comprender el carcter conflictual que es propio de toda sociedad y ser, adems de uno de los elementos tericos sobre los que construye su propuesta de una democracia radical pluralista, uno de los temas inspiradores de la crtica de Chantal Mouffe al liberalismo y al actual Zeitgeist postpoltico. Propone entender por la poltica el conjunto de prcticas correspondientes a la actividad poltica tradicional, mientras que lo poltico debera referirse al modo en que se instituye la sociedad. Expresada en trminos heideggerianos, la poltica correspondera al nivel ntico, mientras que lo poltico se situara en el nivel ontolgico. Esta distincin introducida en sus trabajos tambin por otros tericos polticos no ofrece, sin embargo, por s misma, unanimidad de interpretacin de lo poltico. Algunos conciben lo poltico como un espacio de libertad y deliberacin pblica, mientras otros lo consideran un espacio de poder, conflicto y antagonismo. Chantal Mouffe se alinear con quienes defienden esta ltima perspectiva: Concibo lo poltico como la dimensin de antagonismo que considero constitutiva de las sociedades humanas, mientras que entiendo a la poltica como el conjunto de prcticas e instituciones a travs de las cuales se crea un determinado orden, organizando la coexistencia humana en el contexto de la conflictividad derivada de lo poltico(1).

El antagonismo es, pues, constitutivo de lo poltico, por lo que cualquier oposicin, si alcanza la fuerza suficiente para agrupar a los seres humanos, puede terminar expresndose en trminos de amigo / enemigo, adquiriendo entonces un carcter poltico. Para Chantal Mouffe el reconocimiento de la naturaleza conflictual de la poltica, siempre posible mediante la distincin anterior, es el punto de partida para comprender los objetivos de una poltica democrtica: establecer la distincin nosotros / ellos de modo que sea compatible con el pluralismo. Si lo poltico, as entendido, pertenece a nuestra condicin ontolgica, habremos de reconocer su carcter inerradicable. Sin embargo, es posible domesticar el antagonismo de la relacin amigo / enemigo y reducir-lo a una forma que no destruya la asociacin poltica. Pero esto slo se puede conseguir estableciendo un vnculo comn entre las partes en conflicto, de modo que se reconozcan como oponentes legtimos, como adversarios, y no como enemigos irreductibles. A esta forma de relacin la denomina agonismo.

Esta propuesta se apoya en el reconocimiento de que todo orden social es el resultado de la articulacin de relaciones de poder y no un orden natural que fuera la expresin de una objetividad ajena a las prcticas contingentes que lo producen. De este modo, se puede constituir un orden hegemnico que puede ser puesto en entredicho por otras prcticas que se le oponen (antihegemnicas) orientadas a la instauracin de una nueva forma de hegemona. En este sentido, la nocin de hegemona resulta ser clave para comprender la posibilidad de un pluralismo agonstico. No se trata de eliminar el antagonismo y sustituirlo por un consenso racional (en el que los oponentes sean reducidos a meros competidores), ni de mantener el antagonismo bajo la forma amigo / enemigo (en el que cada uno percibe las demandas del otro como amenazantes e ilegtimas), sino de transformar el antagonismo en agonismo, de domesticarlo y reconducirlo a las formas del modelo adversarial. La dimensin antagnica est siempre presente, es una confrontacin real, pero que se desarrolla bajo condiciones reguladas por un con-junto de procedimientos democrticos aceptados por los adversarios(2).

Notas

(1)Chantal Mouffe, En torno a lo poltico, p. 16.

(2)Ibid., p. 28.