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Lo que propongo aquí es que el modo general en que el hombre concibe la totalidad, es decir, su visión general del mundo, es crucial para el orden total de la propia mente humana. Si concibe la totalidad compuesta por fragmentos independientes, así es como su mente tenderá a funcionar, pero si puede incluirlo todo de una manera coherente y armoniosa en una totalidad general que sea indivisa, ininterrumpida y sin fronteras (porque cada frontera es una división o fisura), su mente enderá a moverse de una manera t del todo.'" DAVID BOHM semejante, y de ahí fluirá una acción ordenada dentro INTRODUCCION AL PARADIGMA HOLOGRAFICO: La física duda de la existencia de la realidad objetiva y construye un nuevo modelo del mundo basado en la holografía en el que los electrones de los átomos del cerebro humano aparecen conectados a las partículas subatómicas de cada salmón que nada, de cada corazón que late, o de cada estrella que brilla en el firmamento. El modelo holográfico implica también al funcionamiento cerebral y a los comportamientos psicológicos, alumbrando una forma radicalmente nueva de ver la realidad basada en que la percepción es sólo lo que pintamos como tal. En 1982 tuvo lugar un importante evento. En la Universidad de París un grupo de investigadores liderado por el físico Alain Aspect realizó un experimento que después se convertiría en uno de los más importantes del siglo XX. Aspect y su equipo descubrieron que en ciertas circunstancias las partículas subatómicas como los electrones, son capaces de comunicarse al instante con otras partículas, independientemente de la distancia que haya entre ellas. No importa si esta distancia es de 10 centímetros o de 10 billones de millas. De alguna manera, cada partícula subatómica es siempre capaz de saber qué es lo que hacen el resto de las partículas, por muy lejos que éstas se encuentren. El problema de esta hazaña de las partículas es que viola el principio sostenido durante mucho tiempo por Einstein, según el cual ninguna comunicación puede ir a una velocidad superior a la de la luz. Viajar más rápido que la velocidad de la luz equivaldría a romper la barrera del tiempo, y esta desalentadora perspectiva ha ocasionado que algunos físicos hayan comenzado a elaborar diversas teorías para explicar los descubrimientos de Aspect. Pero esto también ha inspirado a otros a buscar explicaciones más radicales. El físico David Bohm, de la Universidad de Londres, por ejemplo, cree que el descubrimiento de Aspect implica que la realidad objetiva no existe, que la aparente consistencia del universo es como un fantasma, un gigantesco y espléndido holograma. Fotografía tridimensional Para comprender lo que Bohm quiere decir con esta afirmación, es preciso conocer algo sobre hologramas. Un holograma es una fotografía tridimensional hecha con ayuda del láser Para hacer un holograma, el objetivo de la cámara se introduce primero bajo la luz de un rayo láser. Después, un segundo rayo láser se superpone al primero y el resultado de la interferencia de ambos (el área donde los dos haces coinciden) es capturado por la película. Cuando la película se revela, el resultado parece un remolino de líneas claras y oscuras. Pero tan pronto como el revelado de la cinta es iluminado por otro rayo láser, cada mitad contendrá también la imagen entera de la rosa.

La Paradoja Einstein-podolsky-rosen y El Teorema de Bell Y El Campo de Punto Cero y La Latise- COMPILACION

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Lo que propongo aquí es que el modo general en que el hombre concibe la totalidad, es decir, su visión general del mundo, es crucial para el orden total de la propia mente humana. Si concibe la totalidad compuesta por fragmentos independientes, así es como su mente tenderá a funcionar, pero si puede incluirlo todo de una manera coherente y armoniosa en una totalidad general que sea indivisa, ininterrumpida y sin fronteras (porque cada frontera es una división o fisura), su mente enderá a moverse de una manera t

del todo.'" DAVID BOHM semejante, y de ahí fluirá una acción ordenada dentro

INTRODUCCION AL PARADIGMA HOLOGRAFICO: La física duda de la existencia de la realidad objetiva y construye un nuevo modelo del mundo basado en la holografía en el que los electrones de los átomos del cerebro humano aparecen conectados a las partículas subatómicas de cada salmón que nada, de cada corazón que late, o de cada estrella que brilla en el firmamento. El modelo holográfico implica también al funcionamiento cerebral y a los comportamientos psicológicos, alumbrando una forma radicalmente nueva de ver la realidad basada en que la percepción es sólo lo que pintamos como tal. En 1982 tuvo lugar un importante evento. En la Universidad de París un grupo de investigadores liderado por el físico Alain Aspect realizó un experimento que después se convertiría en uno de los más importantes del siglo XX. Aspect y su equipo descubrieron que en ciertas circunstancias las partículas subatómicas como los electrones, son capaces de comunicarse al instante con otras partículas, independientemente de la distancia que haya entre ellas. No importa si esta distancia es de 10 centímetros o de 10 billones de millas. De alguna manera, cada partícula subatómica es siempre capaz de saber qué es lo que hacen el resto de las partículas, por muy lejos que éstas se encuentren. El problema de esta hazaña de las partículas es que viola el principio sostenido durante mucho tiempo por Einstein, según el cual ninguna comunicación puede ir a una velocidad superior a la de la luz. Viajar más rápido que la velocidad de la luz equivaldría a romper la barrera del tiempo, y esta desalentadora perspectiva ha ocasionado que algunos físicos hayan comenzado a elaborar diversas teorías para explicar los descubrimientos de Aspect. Pero esto también ha inspirado a otros a buscar explicaciones más radicales. El físico David Bohm, de la Universidad de Londres, por ejemplo, cree que el descubrimiento de Aspect implica que la realidad objetiva no existe, que la aparente consistencia del universo es como un fantasma, un gigantesco y espléndido holograma. Fotografía tridimensional Para comprender lo que Bohm quiere decir con esta afirmación, es preciso conocer algo sobre hologramas. Un holograma es una fotografía tridimensional hecha con ayuda del láser Para hacer un holograma, el objetivo de la cámara se introduce primero bajo la luz de un rayo láser. Después, un segundo rayo láser se superpone al primero y el resultado de la interferencia de ambos (el área donde los dos haces coinciden) es capturado por la película. Cuando la película se revela, el resultado parece un remolino de líneas claras y oscuras. Pero tan pronto como el revelado de la cinta es iluminado por otro rayo láser, cada mitad contendrá también la imagen entera de la rosa.

Es más, si estas mitades se cortaran otra vez, cada trozo de la película contendría una pequeña pero intacta visión de la imagen original. A diferencia de las fotos normales, cada parte del holograma contiene toda la información que posee el todo. La naturaleza del todo en cada parte que poseen los hologramas, nos concede a nosotros una forma totalmente nueva de comprender la organización y el orden. A lo largo de la historia, la ciencia occidental ha sido construida bajo el principio de que la mejor forma de entender un fenómeno físico, ya sea una rana o un átomo, es diseccionarlo para estudiar cada una de sus partes. Un holograma nos muestra que algunas cosas en el universo no se prestan a este tipo de análisis. Si tratamos de hacer partes de algo construido holográficamente, no obtendremos las piezas de las cuales está hecho, sino que sólo conseguiremos pequeños todos. La separación, una ilusión La perspicacia ha permitido a Bohm concebir de forma distinta el descubrimiento de Aspect. Bohm cree que la razón de que las partículas subatómicas permanezcan en continuo contacto entre sí a pesar de la distancia, no se debe a que se envíen entre ellas ningún tipo de misteriosos signos, sino a que la separación entre dichas partículas es en realidad sólo una ilusión. Bohm argumenta que a niveles profundos de la realidad, estas partículas no son entidades separadas, sino extensiones de la misma realidad sustancial. Para que la gente lo entienda mejor, Bohm ofrece la siguiente ilustración: imagine un acuario que contiene un pez. Imagine también que usted no puede ver el acuario directamente, sino a través de las imágenes que le envían dos cámaras de televisión, una dirigida hacia un lado del acuario, la otra dirigida al lado contrario. Cuando usted enciende los monitores de televisión, debe asumir que el pez aparece en ambas pantallas como dos entidades separadas. Después de todo, porque las cámaras están situadas desde diferentes ángulos, cada una de las imágenes será diferente. Pero cuando continúe mirando a los peces, se dará cuenta de que hay una relación entre ellos. Cuando uno se gira, el otro también lo hace; cuando uno se pone frente a la cámara, el otro aparece en el lado contrario. Si permanece atento a todos los movimientos de los peces, concluirá que ambos están instantáneamente comunicados el uno con el otro. Pero, a pesar de las apariencias, sabemos que no es así. Todo es el resultado de la ubicación de los dos monitores de televisión. Naturaleza fantasmal Según Bohm, esto es en realidad lo que sucede con las partículas subatómicas en el experimento de Aspect. La aparente conexión más rápida que la luz entre las partículas elementales nos está hablando de que, a niveles profundos de la realidad, sin que nosotros nos demos cuenta, hay una dimensión compleja que es análoga al ejemplo de los acuarios. Bohm añade que tenemos la perspectiva de las partículas subatómicas separadas las unas de las otras porque estamos mirando solamente una porción de su realidad. Estas partículas no son partes separadas, sino formas de una profunda y fundamental unidad que termina como la rosa holográfica. Y, como cada cosa dentro de la realidad física está constituida por estas partículas, se deduce que el universo entero es un holograma, una proyección. Además de esta naturaleza fantasmal, el universo puede poseer otro tipo de características. Si la aparente separación de las partículas subatómicas es ilusoria, esto significa que a un nivel más profundo de la realidad, todas las cosas en el universo se encuentran infinitamente interconectadas. Los electrones en los átomos de carbono en el cerebro humano, están conectados a las partículas subatómicas de cada salmón que nada, de cada corazón que late, o de cada estrella que brilla en el firmamento. Cada cosa está interrelacionada con cada cosa, y aunque la naturaleza humana debe buscar las categorías y las subdivisiones de los distintos fenómenos del universo, estas categorías son necesariamente artificiales, porque la naturaleza es en último

término una membrana continua. En un universo holográfico, ni el tiempo ni el espacio son vistos como fundamentales porque nuestros conceptos de localización no son válidos en un universo en el que nada está verdaderamente separado de lo demás. El tiempo y el espacio tridimensional, como las imágenes del pez en los monitores de televisión, deberían verse como proyecciones de un orden más profundo. El Superholograma En este nivel más profundo de la realidad aparece una especie de superholograma en el que el tiempo pasado, presente y futuro existen simultáneamente. Esto sugiere que, dando con la herramienta adecuada, debería ser posible algún día buscar dentro del nivel del superholograma y proyectar hacia fuera de él escenas de un tiempo pasado. Qué más contiene el superholograma es una cuestión siempre abierta. Si aceptamos que, según la argumentación de Bohm, el superholograma es la matriz que dio a luz a cada cosa del universo, esa matriz contendrá cada partícula subatómica que ha sido o será, cada configuración de materia y energía posible, desde los copos de nieve a los quasars, desde los rayos gamma a las ballenas azules. Se debe pensar en este superholograma como en una despensa cósmica donde todo está contenido. Aunque Bohm piensa que no hay forma de saber qué más debe haber contenido en el superholograma, se aventura a afirmar que no tenemos razones para aceptar que el superholograma no contiene nada más. O, como él dice, quizá el nivel superholográfico de la realidad es una mera plataforma en la que encuentra una infinidad continuamente en desarrollo. Bohm no es el único investigador que ha encontrado evidencias de que el universo es un holograma. Trabajando independientemente en el campo de las investigaciones sobre el cerebro, el neurofisiologista de Stanford, Karl Pribram, también ha llegado a convencerse de la naturaleza holográfica de la realidad. El cerebro holográfico Pribram confeccionó un modelo holográfico con un puzzle, en el que se reflejaba dónde y cómo se graba la memoria en el cerebro. Durante décadas, numerosos estudios nos han mostrado que la memoria se situaba en diferentes zonas dispersas del cerebro, y no en una zona específica. En una serie de experimentos cerebrales Karl Lashely descubrió en 1920 que, independientemente de la parte del cerebro que tocara, era incapaz de erradicar la memoria de cómo llevar a cabo tareas muy complejas, aprendidas antes de que Lashely operara. El único problema era que nadie había sido capaz de dar con el mecanismo que pudiese explicar este curioso todo en cada parte de la naturaleza de nuestra memoria. En 1960, Pribram encontró el concepto de holografía y la explicación que buscaban los neurólogos. Pribram cree que la memoria está guardada no en las neuronas ni en pequeños grupos de células cerebrales, sino en los dibujos de impulsos nerviosos que atraviesan el cerebro de parte a parte, de la misma forma que los dibujos del rayo láser atraviesan el área entera de un trozo de película que contenga una imagen holográfica. En otras palabras, Pribram está convencido de que el cerebro mismo es un holograma. La teoría de Pribram ha ganado apoyos crecientes entre los neurofisiólogos. Un investigador italiano-argentino, Hugo Zucarelli, ha extendido recientemente el modelo holográfico al mundo de los fenómenos acústicos. Dada la situación del hombre, que puede localizar los sonidos sin mover la cabeza, incluso si sólo oye por uno de los dos lados, Zucarelli ha descubierto que los principios holográficos pueden explicar esta habilidad. Pribram creía que nuestro cerebro construía matemáticamente la realidad a partir de su lectura de las frecuencias recibidas de un buen número de experiencias sensoriales. Se ha descubierto, sin embargo, que cada uno de nuestros sentidos está abierto a muchas más sensaciones de las que en un principio se pensó. Los investigadores han descubierto, por ejemplo, que nuestros sentidos ópticos son receptivos también a las frecuencias del sonido; que nuestro olfato es en parte

dependiente de lo que llamamos osmic frequences, y que las células de nuestro cuerpo son sensibles a muchos tipos de frecuencias. Estos descubrimientos sugieren que es sólo en el campo holográfico de la conciencia donde estas frecuencias se dividen en percepciones convencionales. El paradigma holográfico Pero el aspecto más increíble del modelo holográfico de Pribram del cerebro es lo que ocurre cuando se une a la teoría de Bohm. Si la concreción del mundo es una realidad secundaria (creada por la lectura que realiza el cerebro), si lo que existe en realidad son los paquetes de frecuencias holográficas, y si el cerebro mismo también es un holograma que selecciona sólo algunas de las frecuencias que están fuera de él y las transforma en percepciones sensoriales, ¿en qué se convierte la realidad objetiva? Muy sencillo, la realidad objetiva deja de existir. En realidad, las personas somos receptores flotantes en un mar caleidoscópico de frecuencias. Lo que extractamos de ese mar para transformarlo en realidad física, es uno de los canales por los que extractamos algo fuera del superholograma. Esta sorprendente y nueva imagen de la realidad, la síntesis entre los puntos de vista de Bohm y Pribram, ha sido denominada el paradigma holográfico. Aunque muchos científicos lo miran con escepticismo, otros han quedado muy convencidos de su validez. Un pequeño pero creciente grupo de investigadores cree incluso que debería ser considerado como el modelo que ha llegado más lejos en la ciencia de la realidad. Algunos van más allá y creen que resolverá algunos misterios que antes no habían podido obtener respuesta de la ciencia. Bohm y Pribram han notado que muchos de los fenómenos parapsicológicos se hacen comprensibles dentro del paradigma holográfico. En un universo en el que los cerebros invididuales son realmente partes indivisibles de un gigantesco holograma, la telepatía puede ser considerada como el acceso al nivel holográfico. Gracias al paradigma holográfico, es más fácil entender cómo la información puede viajar de un individuo A a otro B, hasta un punto lo lejano que se quiera. Al mismo tiempo, ayuda a comprender gran número de problemas que plantea la psicología. El psicólogo transpersonal Grof piensa al respecto que el paradigma holográfico ofrece un modelo para comprender muchos de los fenómenos que ocurren en los estados alterados de conciencia. Universo psicológico El paradigma holográfico también tiene explicaciones para las llamadas ciencias duras, como la biología. Keith Floyd, una psicóloga del Virginia Intermont College, apunta que, si la concreción de la realidad es una ilusión holográfica, en poco tiempo será cierto que el cerebro produce conciencia. Entonces, cada cosa que nos rodea, incluido nuestro cuerpo, podrá considerarse como algo psicológico. Este giro en la forma en que entendíamos hasta el momento las estructuras biológicas ha ocasionado que los científicos busquen también una evolución del modelo médico relacionándolo con el paradigma holográfico. Si la aparente estructura física del cuerpo es una proyección holográfica de nuestra conciencia, parece claro que cada uno de nosotros es mucho más responsable de su salud que lo que los médicos podrían desear. Lo que vemos como milagrosas disminuciones de las enfermedades, deben comenzar a verse como cambios en las conciencias, como producto del cambio en el holograma del cuerpo humano. Al mismo tiempo, las nuevas y controvertidas técnicas para preservar y mejorar la salud, como la visualización, adquieren nuevo significado dentro del dominio holográfico porque las imágenes pueden ser tan reales como la misma realidad. Lo que percibimos como realidad es sólo lo que pintamos como tal. Incluso nuestras más esenciales nociones de la realidad llegan a suspenderse en un universo holográfico. Como apunta Pribram, cada evento es visto como la base del principio holográfico. Las sincronías y las coincidencias de la vida, de repente tienen sentido. Cada parte de

la realidad puede verse como una metáfora. Cada uno de los acontecimientos más azarosos pueden verse bajo una nueva geometría. Bohm y Pribram, con su modelo holográfico, han afectado ya a la perspectiva de muchos científicos como Basil Hiley, físico del Birbeck College de Londres, quien afirma que los descubrimientos de Aspect indican que debemos estar preparados para considerar una forma radicalmente nueva de ver la realidad

La paradoja Einstein-Podolsky-Rosen y el teorema de Bell (RC-42) Lamberto García del Cid

Cuando un electrón y un positrón se encuentran y se destruyen, dos fotones, A

y B, parten en direcciones opuestas. Independientemente de la distancia que los separe, los dos fotones siguen correlacionados en el sentido de que determinadas propiedades deben tener valores opuestos.

Si se mide A para la propiedad x, su paquete de ondas se colapsa y x adquiere el valor, digamos, +1, el valor correspondiente para B se sabe inmediatamente que es - 1, aun cuando no se haya medido B. Al medir A parece inferirse, de algún misterioso modo, el colapso del paquete de ondas de B "aun cuando A y B no guarden ninguna relación causal en absoluto".

Einstein pensó durante toda su vida que debían existir variables locales ocultas que explicaran racionalmente la aparente paradoja. Y sin embargo...

"Ninguna variable local oculta puede explicar las correlaciones que se dan en la paradoja EPR, lo que deja abierta la posibilidad, aun cuando las separen años luz, de que las partículas permanezcan conectadas por un nivel subcuántico no local que nadie conoce". (John S. Bell, 1965)

El físico John S. Bell demostró que lo que Einstein y sus colegas tomaron como paradoja podía demostrarse científicamente.

EL TEOREMA DE BELL

El Teorema de Bell prueba la conexión-correlación entre sistemas no relacionados causalmente. Bell aduce que mientras la separación en el tiempo o en el espacio son "reales" en ciertos contextos, dicha separación es "irreal" o carece de importancia en la mecánica cuántica.

Imagínese una fuente que emite dos corrientes de fotones (o rayos de luz, para entenderlo mejor), fotones que son interceptados por dos instrumentos: A y B

Estos instrumentos pueden estar todo lo lejos que se quiera entre sí, incluso hallarse emplazados en puntos opuestos del universo. Por simple aplicación de leyes aceptadas de la mecánica cuántica, Bell demuestra que cualquier propiedad de las partículas que se mida en el instrumento A, provocará, simultáneamente, una medición matemáticamente complementaria en el instrumento B. Lo asombroso del caso viene cuando nos damos cuenta de que eso significa que cada fotón sabe la medición a la que está siendo sometido el otro fotón, y lo sabe instantáneamente.

Bell prueba que este tipo de relación no-local debe darse tanto en separaciones espaciales como en separaciones temporales. Todo parece indicar que "cierta energía" es la causante de esta correlación simultánea de conocimiento, pero en física no se conoce una energía que pueda moverse tan rápidamente. Einstein, ya en 1935, se topó con este efecto misterioso derivado de la mecánica cuántica, y lo tildó de "fantasmal" (spooky), ya que ampararía fenómenos paranormales hasta entonces desdeñados por la ciencia, como la telepatía. Einstein concluyó que debía haber algo radicalmente erróneo en la mecánica cuántica para permitir llegar a semejantes conclusiones.

Los experimentos

O Quienes estimaron la formulación matemática de Bell increíble, convinieron en que debía tratarse de un mero accidente en el planteamiento o en el posterior desarrollo de las fórmulas, error que las privaría de valor experimental. El Dr. John Clauser probó, sin embargo, el Teorema de Bell en Berkeley, California, de forma experimental. De nuevo surgieron objeciones. Clauser repitió la prueba, esta vez con controles más rigurosos, y obtuvo el mismo resultado. Otros científicos repitieron el experimento, hasta 6 en pocos años, de los cuales 4 corroboraban el teorema.

O El 6 de Enero de 1983, la revista New Scientist, de Londres, dio cuenta de dos experimentos realizados por el Dr. Alain Aspect, del Instituto de Óptica Teórica de Orsay, localidad cercana a París, que vindicaban el Teorema de Bell. El experimento de Aspect estableció una conexión cuántica en una distancia de unos 12 metros. Posteriores experimentos en criptografía han logrado detectar efectos de conexión cuántica del orden de kilómetros.

O Recientemente se ha confirmado el fenómeno mediante un nuevo experimento realizado por el Dr. Nicolas Gisin de la Universidad de Ginebra. El Dr. Gisin envió dos fotones en dirección opuesta a través de un canal de fibra óptica. Una vez que los fotones se encontraron a una distancia de 7 millas (unos 10 Km.), se toparon cada uno con una lámina de cristal ante la cual sólo se les permitía las opciones de cruzarla o rebotar. Ambos se vieron forzados a

tomar una decisión entre las dos alternativas igualmente posibles. Puesto que no es factible la comunicación entre ellos, la física clásica predeciría que sus decisiones serían independientes. Pero ambos fotones tomaron la misma decisión. Y en el mismo instante de tiempo, impidiendo cualquier tipo de comunicación entre ellos, incluso a la velocidad de la luz. Las dos partículas estaban enlazadas cuánticamente y se comunicaban instantáneamente a pesar de la separación. El efecto fue repetido con fiabilidad con muchos pares de fotones.

A manera de corolarios al Teorema de Bell

O Incluso un paladín de la ciencia "racional" como Martin Gardner admite el éxito de Bell: "Bell ha demostrado que no existe ninguna teoría local con variables ocultas que sea consistente con la mecánica cuántica. Sin embargo, esto deja abierta la posibilidad de que una teoría no local con variables ocultas resulte ser consistente con la mecánica cuántica. No hay evidencia, pero su posibilidad lógica permite a Sarfatti y otros propagarla".

O Para Bell y otros físicos como Jack Sarfatti la paradoja EPR sugiere que la información cuántica puede transferirse instantáneamente desde una parte del universo a cualquier otra. Y no se violaría la Teoría de la Relatividad porque lo que se transfiere no es energía sino información.

O Los fenómenos cuánticos aportan prima facie evidencia de que la información se extiende de un modo que no corresponde a ideas clásicas. Así pues, la noción de que la información se transmita supralumínicamente no resulta, a priori, nada irracional. (Herny P. Slapp, Are Superluminal Connections Necessary? Lawrence Berkeley Laboratories, Nov. 1976)

Finale airoso

Para hacernos una idea de lo que esto significa, démosle al teorema una imagen antropomórfica. Imaginemos a dos personas, una en Buenos Aires y la otra en Lisboa. Ambas personas llevan zapatos de color azul. Si estas personas fuesen fotones del teorema de Bell (o tuvieran entre ellos un vínculo semejante), en el momento en que el señor de Buenos Aires se cambiase los zapatos azules por unos marrones, en Lisboa, y simultáneamente, su alter ego se cambiaría, a su vez, los zapatos marrones por unos azules.

O La explicación más excéntrica de la paradoja Einstein-Podolsky-Rosen se la debemos a Costa de Beauregard, un físico francés: "La información procedente de la medición de la partícula A viaja hacia atrás en el tiempo hasta el origen del par de partículas, y luego hacia adelante en el tiempo hasta la partícula B, llegando allí en el mismo instante en que ha partido de A". (Si, como Steven Weinberg aduce, la belleza de una teoría incita a su aceptación, ésta de Costa de Beauregard debería ser aceptada sin dilación).

O Este "prescindir del chovinismo electromagnético", para utilizar una imagen del profesor Sarfatti (y que Jung denominó Sincronicidad), significaría para el

ortodoxo Sr. Gardner, convertir el mundo en un inmenso e intrincado espectáculo de títeres, con un Gran Titiritero que lo decide todo.

O No obstante los ataques del Sr. Gardner, Sarfatti no es tan extremista como quiere darse a entender. En palabras del propio físico: "Dudo de la existencia de poderes de psicoquinesis y de la transferencia supraluminal de información. Sin embargo acepto la posibilidad de su existencia, ya que la mecánica cuántica parece tener sitio para ellas".

No tenemos derecho, desde un punto de vista físico, a negar a priori la posibilidad de la existencia de la telepatía.

(Einstein en una carta al Dr. Jan Ehrenwald, el 8.7.1946)

2ª PARTE

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El orden implicado y los campos-M: Dos teorías entre la física y la metafísica. Abstract. La teoría cuántica, elaborada a principios del siglo XX es la ultima teoría que ha dado una dirección diferente a la manera de pensar la naturaleza, esta teoría se ha ido manifestando en muchas ramas del conocimiento científico, desde la mecánica hasta la biología, en este momento es la teoría con mayor auge, aplicándose para la creación de nuevas tecnologías. Va a cumplir un siglo de haber sido creada y no se le ve un fin próximo. Así como ha incursionado en la ciencia, por otro lado, ha sido la teoría científica mas filosófica de la historia, no por que en sí la teoría tenga pretensiones filosóficas, sino por que ella misma no pudo cerrar la puerta de la incertidumbre. No han sido los filósofos quienes se han puesto a trabajar en estos aspectos sino los científicos que han querido encontrar una respuesta coherente para los hechos acaecidos. Hasta este momento no existe una teoría capaz de explicar los efectos de la cuántica pero si hay varias hipótesis y hechos interesantes que mencionar, que enmarcan una nueva manera de hacer ciencia, tratando de contestar preguntas que la raza humana tiene desde sus inicios.

Introducción. En 1982 el científico Aspect logró confirmar brillantemente la teoría cuántica. En síntesis, el experimento de Aspect dio la prueba de las dos siguientes posibilidades: la realidad objetiva no existe, y no tiene sentido que hablemos de cosas u objetos dotados de existencia real alguna por encima y mas allá de la mente de un observador, o bien es posible comunicarse con el futuro y con el pasado a una velocidad superior a la de la luz. Solo que su descubrimiento para quien lo quiera ver, tiene profundas implicaciones metafísicas, no siendo este el único avance científico que tiene consecuencias filosóficas implicadas. Preguntas como ¿Puede la conciencia subsistir aparte del cuerpo?¿Recibimos información sólo por medio de los sentidos , o estamos también conectados con una parte colectiva de nuestro ser?¿Cuál es la relación última entre mente y realidad?. En 1981, Rupert Sheldrake, biólogo de Cambridge, publicó una teoría donde sostiene que la forma y la inteligencia natural de los animales e incluso de los seres humanos es moldeada por un nuevo tipo de campo, de índole espectral, que es capaz de comunicarse a través tanto del espacio como del tiempo. Ese mismo año, David Bohm, físico teórico de la universidad de Londres y autor de uno de los libros de texto corrientes sobre la teoría cuántica, sostuvo que las operaciones del mundo subatómico sólo tienen sentido si suponemos la existencia de otras dimensiones, mas complejas, mas allá de las que nos son propias.

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El trabajo principal de este texto es enseñar con mas claridad estos acontecimientos, así como mostrar relaciones entre ellos, subrayando las repetidas incursiones que tanto la física cuántica como la ciencia en general están haciendo incursiones en fenómenos naturales no comprendidos aún, a los que se les ha dado diferentes explicaciones que nada tienen que ver con la ciencia. Las leyes de la física En esta materia hay dos escuelas de pensamiento. La primera, defendida por muchos físicos, sostiene que ya hemos calculado aproximadamente todo cuanto es posible calcular acerca de las leyes básicas de la física. Este punto de vista es probado por el hecho de que, una vez más, en los círculos científicos se murmura que estamos a punto de comprender todo lo que se puede llegar a saber acerca de las fuerzas que dan origen al universo y a la vida tales como los conocemos. Este optimismo se debe en gran medida al hecho de que en las últimas cuatro décadas los físicos han avanzado considerablemente en el desarrollo de una comprensión unificada de las cuatro fuerzas naturales que se conocen: la gravitacional, la electromagnética, la fuerza nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil. La segunda escuela de pensamiento sostiene que si bien nuestras actuales

realizaciones pueden ser llamativas, de ningún modo estamos cerca de comprender todas las fuerzas que han causado la existencia de nuestro universo. Esta escuela entiende que en nuestro mundo todavía suceden demasiadas cosas enigmáticas que son reales y aún no han sido adecuadamente explicadas por la ciencia. Un ejemplo de lo pretensioso que podemos llegar a ser afirmando que conoceremos el todo es el de lord Kelvin, quien dijo jactanciosamente que toda la futura tarea de la física equivaldría a no más que agregar “unos pocos decimales a los resultados ya obtenidos”. En el horizonte, dijo, sólo se advertían “dos pequeñas nubes oscuras”. Las dos nubecillas oscuras eran, desde luego, la teoría de la relatividad especial y la teoría cuántica. La física cuántica alcanza la mayoría de edad. Cuando uno se realiza una pregunta, esa misma pregunta ya ha determinado las posibles respuestas, a fines del siglo pasado los físicos se formulaban la pregunta: ¿Cuáles son los bloques de construcción básicos de la materia?. Ellos querían obtener como respuesta algo así como pequeños ladrillos, después de algunos intentos fallidos, los experimentos condujeron a la respuesta, la cual no era la esperada. Se formula una pregunta y a la vez un conjunto de respuestas esperadas, a veces ese conjunto no está completo por que ha sido formado con el conocimiento adquirido, si la respuesta no se encuentra en ese conjunto es algo que ha salido completamente de nuestros conocimientos. Este es el punto señalado muy convincentemente por el experimento de Aspect. Los experimentos realizados que dieron pie a la mecánica cuántica fuera de todo conocimiento matemático y físico, arrojaron cuestiones filosóficas difíciles de interpretar y mas de teorizar, específicamente los experimentos de conversión de cuerpos en luz, en los cuales al parecer esos pequeños ladrillos encontrados “decidían” como comportarse, al pasar por un rendija, y al estrellarse en una pared sólida. Durante esa fase parece capaz, no poco literalmente, de manifestarse como varias contra figuras probabilísticas de sí mismo y explora todos los

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senderos que se le abren simultáneamente. Estos pequeños ladrillos (partículas subatómicas), no son los únicos que tienen la facultad de existir simultáneamente en varios estados probables distintos. Innecesario decir que la capacidad de las partículas subatómicas para existir en más de un lugar al mismo tiempo plantea cierto número de cuestiones muy profundas. Una de ellas involucra una controversia que se ha presentado repetidas veces en la historia de la física cuántica: ¿qué rol desempeña el observador en todo esto? Por ejemplo, antes de que el fotón del experimento (conocido como experimento de

Young) de la doble ranura haya dejado su marca en la placa fotográfica, lo más que podemos decir de ella es que parece existir al mismo tiempo en todos sus trayectos posibles. Sin embargo, incluso después de que haya hecho impacto en la placa fotográfica no hay manera científica de determinar con precisión dónde incidió hasta que examinamos efectivamente la placa con la vista . Podemos determinar la probabilidad de que incida en éste o aquel sitio, pero el fotón no sale de la niebla de sus existencias múltiples y revela su único punto de impacto hasta que entre en escena un observador. Esto parece sugerir que la conciencia está relacionada con la materia última constituyente del universo en un grado mayor que lo sospechado antes por la ciencia. El experimento de Aspect. Considérese el pequeño átomo, altamente inestable, que los físicos llaman positronio. El átomo de positronio consiste en un solo electrón combinado con un positrón (la antipartícula del electrón). Debido a la inestabilidad del positronio, el electrón y el positrón a menudo se aniquilan recíprocamente y el átomo se desintegra en dos fotones que viajan en direcciones opuestas. La característica importante de esa desintegración reside en que cuando se los mide, se comprueba que los dos fotones poseen idénticos ángulos de polarización (la polarización es la orientación espacial que sigue una onda luminosa al alejarse de su fuente). Utilizando el ejemplo de los fotones, Einstein y sus colegas sugirieron, en esencia, que si la incertidumbre del cuanto no permite determinar la polarización de un fotón, ésta puede ser establecida midiendo la polarización del otro fotón. Teóricamente, por lo tanto, se pueden obtener en forma simultánea dos datos acerca de un solo fotón, de modo que el principio de incertidumbre de Heisenberg quedaría violado. La réplica de Bohr a esta línea de razonamiento es bien conocida. Bohr dijo que el error cometido por Einstein, Podolsky y Rosen al estructurar su argumento residía en suponer que los sistemas subatómicos existen objetivamente y que es válido hablar de la polarización de cualquier fotón determinado como existente antes de su medición. Ajuicio de Bohr, esto simplemente no sucedía. Bohr sostuvo que en el nivel cuántico la realidad es intrínsecamente borrosa y que un ángulo de polarización preciso para cualquier fotón determinado no existe hasta que ha entrado en la escena un observador humano y la ha sacado del borrón probabilístico del panorama cuántico. La incertidumbre del cuanto se conserva porque no hay manera de saber en qué forma la ejecución de una medición con un fotón ha perturbado el conjunto del sistema. Efectuar una medición distinta en el segundo fotón puede aportar dos fragmentos de información, pero no hay ningún derecho a decir que ambos fragmentos de aplicación son válidos simultáneamente para un mismo fotón. Einstein, Podolsky y Rosen habían previsto este argumento e incorporado su

respuesta al trabajo. Si Bohr tenía razón, si la realidad subatómica era una irreductible

Page 4niebla de probabilidades y carecía de sentido hablar de a existencia de un ángulo de polarización específica antes de que se hubiera efectuado la medición, se presentaba otro problema. Supongamos, por ejemplo, que un átomo de positronio se ha desintegrado y, en vez de efectuar inmediatamente una medición, se permite que un fotón viaje hasta un extremo de la galaxia mientras el otro fotón viaja hacia el otro extremo de la galaxia. En ambos extremos se han preparado laboratorios, y cuando uno de los fotones llega a su estación receptora se efectúa una medición, y si se establece que el segundo fotón tiene un ángulo de polarización idéntico (como nuestra experiencia con el positronio nos dice que sucederá), esto vendría a significar que de alguna manera el primer fotón comunicó instantáneamente su ángulo a su fotón gemelo de un extremo a otro de la galaxia. Esto dijeron Einstein, Podolsky y Rosen, es algo totalmente inaceptable. La comunicación instantánea es imposible, puesto que supondría la posibilidad real de enviar señales al futuro y al pasado, lo cual implicaría toda suerte de paradojas en la naturaleza. Einstein concluyó que, en consecuencia, la teoría cuántica es incompatible con toda idea razonable de la realidad y, por lo tanto incompleta. En 1982, Alain Aspect y sus colaboradores, comprobaron utilizando fotones producidos por átomos de vapor de mercurio excitado, junto con un haz láser en el carácter de partículas apareadas, que sumando el nivel de correlaciones de los ángulos de polarización de una corriente de incontables fotones apareados era mucho mas alto de o que se hubiese podido esperar si las partículas subatómicas obedecieran las mismas reglas que los objetos tales como los conocemos. Einstein se había equivocado y Bohr había estado en lo cierto. La física cuántica había alcanzado la mayoría de edad. Y con ella serios problemas filosóficos aparentemente sin salida. Uno de los pocos científicos que se rehúsan a creer que se trate de un camino filosófico sin salida, y que ha intentado sondear más hondamente para describir el nivel de realidad que puede haber por debajo de esas correlaciones, es un destacado físico teórico y antiguo protegido de Einstein que se llama David Bohm. Hace un par de décadas, Bohm publicó una explicación en profundidad acerca de los mundos que a su juicio existen más allá del cuanto. Una realidad multidimensional mas alta. En 1951, un joven y brillante físico de Princeton llamado David Bohm escribió un libro que muchos consideran el texto clásico acerca de la interpretación de la teoría cuántica

por Bohr. Sin embargo, después de publicarse el libro, Bohm empezó a pensar de nuevo las cosas. Si bien aceptaba la conclusión de Bohr en el sentido de que en el nivel cuántico el mundo es borroso e indeterminado, ya había dejado de considerar que la confusión del paisaje subatómico fuera la verdad última. Bohm envió ejemplares a Bohr y Einstein. Bohr no contestó, pero Einstein lo invitó a conversar sobre el enigma cuántico. Durante las conversaciones con Einstein, el pensamiento de Bohm empezó a apartarse más radicalmente aun de la línea de Bohr, Bohm vio en el experimetno de Einstein-Podolsky-Rosen algo importante que la teoría cuántica todavía no podía explicar. Poco después Bohm publicó un trabajo donde formulaba la hipótesis de que ciertas “variables ocultas” explicaban las misteriosas conexiones entre las partículas subatómicas, tales como los nexos existentes entre dos fotones emitidos al desintegrarse el átomo de positronio. Hasta el día de hoy, muchos físicos entienden, incorrectamente, que Bohm

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intentó imponer un determinismo en el mundo indeterminado del cuanto, o sea, disipar la borrosidad que Bohr consideraba como una propiedad intrínseca de panorama subatómico. Sin embargo, Bohm nunca se propuso establecer un principio de certeza para el mundo cuántico. Por el contrario, tal como él las entendió, esas variables ocultas, si en verdad existen, existen en un nivel más profundo de la realidad que se manifiesta a sí mismo en la incertidumbre cuántica. Pero, como lo reconoce Bohm, este concepto “no prendió entre los físicos”. Bohm se negaba a creer que las instantáneas correlaciones entre partículas se debieran a algún proceso de transmisión de señales mas rápido que la luz. Bohm concluyó en cambio que su existencia sugiere la de un nivel de realidad no local que está mas allá del cuanto. O sea, lo que percibimos como partículas separadas en un sistema subatómico no están en realidad separadas, sino que en un nivel más profundo de la realidad son meramente extensiones del mismo algo fundamental. El nivel de la realidad en que las partículas parecen estar separadas –el nivel en que vivimos-, Bohm lo denominó el orden explicado. El sustrato más profundo de la realidad, el nivel en el cual la separación se desvanece y todas las cosas parecen convertirse en parte de una totalidad sin discontinuidades, Bohm lo llamó el orden implicado. Para ilustrar cómo un nivel de totalidad continua puede aclarar esas correlaciones sin apelar a procesos de transmisión de señales más veloces que la luz, Bohm ofreció el siguiente ejemplo. “Imagine una pecera donde nada un pez. Imagine también que hay dos cámaras de televisión dirigidas a la pecera. Una, que llamaremos cámara A, está dirigida al

costado de la pecera, y cada cámara está conectada con un receptor de televisión. Imagine, finalmente que no puede ver la pecera ni el pez directamente y que tiene conocimiento de ellos sólo por las dos imágenes que se ve en las pantallas de televisión. Las correlaciones instantáneas entre los movimientos de los dos peces se deben en cambio al hecho de que en un nivel más profundo de la realidad, que es la realidad de la pecera, los dos peces no son en modo alguno dos entidades realmente separadas”. De acuerdo con la forma de pensar de Bohm, esto es aproximadamente análogo a lo que sucede cuando medimos las correlaciones entre los dos fotones en el experimento de Einstein-Podolsky-Rosen. Según este criterio, las dos pantallas de televisión corresponden al mundo tal como lo conocemos, es decir, el orden explicado. En cambio, el pez tal como realmente existe en el acuario corresponde al nivel de realidad, más profundo, que existe más allá del cuanto, es decir, al orden implicado, el mundo de las ideas planteado desde hace algún tiempo en la historia de la filosofía. Dicho de otro modo, las imágenes que ofrecen las pantallas de TV son realmente proyecciones (o facetas) bidimensionales de una realidad tridimensional. En vista de que dos identidades tridimensionales, como los fotones del experimento de Einstein-Podolsky-Rosen, pueden comportarse como si fueran parte de una totalidad continua no menos sorprendente, de ello se sigue, dice Bohm, que nuestro propio mundo tridimensional es por lo tanto la proyección de una realidad multidimensional aun más alta. En su libro, Bohm sugiere que la naturaleza en definitiva no local del cuanto puede explicar también otros enigmas. Por ejemplo, en el experimento de la doble ranura, cuando un fotón parece pasar por las dos ranuras al mismo tiempo esto confunde nuestra comprensión del mundo, basada en el sentido común, porque insistimos en pensar que el fotón posee una sola localización en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, y si Bohm está en lo cierto, no es esto lo que sucede. En ciertas circunstancias, la proyección tridimensional del fotón puede dar la impresión de que posee una localización específica. Pero como en realidad el fotón es una proyección de una realidad única y más altamente

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dimensional, no se encuentra rígidamente confinado a las reglas de nuestro universo tridimensional. Bohm sugiere que la índole no local del mundo que hay mas allá del cuanto explica la conexión entre el observador y el observado que se encuentra implícita en las

formulaciones de la teoría cuántica. Por ejemplo si nuestra aparente separación respeto de los objetos que observamos es una mera ilusión del orden explicado, en definitiva no estamos ,más separados de ellos que los dibujos, adyacentes entre sí, de una alfombra. En suma, si las partículas cuánticas son todas, por igual, proyecciones de una realidad más profunda, no local, tal situación nos obliga a reconsiderar muchas de nuestras ideas sobre el mundo físico. En vista de que todos los objetos conocidos están hechos de cuantos, desde los pinos hasta los cuasares, si la teoría de Bohm es correcta significa que todas las cosas del universo están infinitamente interconectadas. O como lo dice Bohm. “Todo interpreta en todo”. Conexiones con la mente. Tal vez el aspecto más enigmático de la teoría de Bohm es la forma en que puede aplicarse a nuestra comprensión de la mente humana. Según el ve la cuestión, si cada partícula de la materia se interconecta con todas las demás, el cerebro mismo puede ser visto como infinitamente interconectado con el resto del universo. Bohm cree que semejantes interconexiones, ante cuya concepción misma la mente vacila, podría incluso proyectar luz sobre el fenómeno de la conciencia. Descartes establece que las diferencias entre conciencia y materia son precisamente las mismas que Bohm señala entre el orden implicado y el orden explicado. Trabajando sin tener contacto con Bohm, durante la década de 1970-80, el neurofisiólogo Karl Pribram, de la universidad de Standford, propuso también un modelo holográfico de conciencia. En apoyo de sus conclusiones, Pribram menciona pruebas de que la memoria no parece localizada en ningún área particular o célula individual del cerebro y más bien parece distribuirse de alguna manera en la totalidad del cerebro. Uno de los avances fundamentales de la neurofisiología ha consistido en el descubrimiento de relaciones directas entre ciertas áreas cerebrales y funciones corporales específicas; se han descubierto así, centros de habla, de la visión, etcétera. Sin embargo, ya en los años 20’s el neurofisiólogo Karl Lashlay había establecido que el daño cerebral parcial no impedía a una persona ejecutar funciones controladas por las partes faltantes. Hoy neurofisiólogos como Pribram interpretan ese fenómeno como prueba de que las estructuras responsables de memorizar y recordar no están localizadas en ninguna parte singular del cerebro, sino que se distribuyen por el conjunto de este, en forma muy parecida a como la imagen de un holograma está comprendida en todas las partes de ésta. ¿Qué queda en medio de todo esto, del problema mente cuerpo? Según lo ve Bohm, si el universo es no local en un nivel subcuántico esto significa que la realidad es en último término un tejido sin costura, y que sólo nuestros propios modos de ser nos llevan a dividirla en categorías arbitrarias como mente y cuerpo. En consecuencia, no puede considerarse que la conciencia esté fundamentalmente separada de la materia.

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La longitud de onda de la vida ¿Les es más fácil a los niños de hoy aprender a jugar con videojuegos que a los niños de hace pocos años? ¿Serán los adultos de la próxima generación automáticamente capaces de entender y hacer funcionar las computadoras más rápidamente que las personas que aprenden actualmente a manejar? La respuesta a estas preguntas, dice Rupert Sheldrake, bien puede ser que sí. Así como el enfoque mecanicista no acierta a explicar ciertos fenómenos subatómicos, Sheldrake considera que también deja sin resolver cierto número de inquietantes enigmas en el campo de la biología, que es el suyo. Sheldrake propone la existencia de una nueva clase de campo, una fuerza misteriosa que dice conectar a cada individuo con todos los demás individuos que hubo en el pasado de su especie. Sheldrake además sugiere que cada especie tiene una “mente grupal”, la cual puede proporcionar una base científica que permita comprender también ciertos fenómenos físicos. El camino que llevó a Sheldrake a formular su teoría es similar en ciertos sentidos a la situación frente a la cual se vio Bohm. En biología, como en física cuántica, el punto de vista ortodoxo sostiene que fenómenos tales como los organismos vivientes no son más que máquinas complejas, gobernadas sólo por las conocidas leyes de la física y la química. Un problema en el que Sheldrake se dio cuenta esas leyes no podían resolver fue la cuestión de la morfogénesis. La palabra “morfogénesis” viene de la voz griega marfe, que significa forma, y de génesis, que significa nacimiento. En ciencia e un concepto convencionalmente aceptado es el de que, el ADN puede ser considerado un mapa o un plano detallado del ser humano. La cuestión es: ¿Cómo una célula cardíaca sabe leer en el ADN solamente la información que le dice cómo debe llegar a ser una célula cardiaca? Esto es uno de los problemas de la morfogénesis. Otro problema de la morfogénesis concierne a un fenómeno que los biólogos llaman “regulación”. La regulación es la capacidad de un organismo en desarrollo para alterar o regular su propio diseño si a su plan original de desarrollo le sucede algo inesperado. Por ejemplo, en los seres humanos, si una masa celular es dividida a cierta altura de su desarrollo a partir de ella evolucionarán mellizos idénticos y no seres humanos parciales. Lo enigmático de la capacidad de los organismos vivientes para regularse a sí mismos en esta forma estriba en que esto también es paralelo a las propiedades, que ya conocemos, del holograma. Así como cada mitad del holograma contiene una versión completa del organismo original envuelto en ella. El actual enfoque mecanicista de la biología no ofrece ninguna explicación de este fenómeno. Un tercer problema enigmático de la morfogénesis se relaciona con la regeneración , es decir, la capacidad que muchos organismos tienen para reemplazar o restaurar partes dañadas. Si un tritón pierde una pata, puede hacer crecer rápidamente una nueva Una vez mas como en el caso del holograma, se diría que los organismos vivos tienen una curiosa propiedad de conservación de la totalidad. Un creciente número de

investigadores creen que los procesos aparentemente holográficos que se operan en los organismos vivios sugieren la necesidad de tomar en cuenta una nueva visión del orden.

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Campos morfogenéticos. Con frecuencia en la naturaleza observamos fenómenos físicos de los cuales solo podemos conocer sus manifestaciones, pero realmente no sabemos que son, por ejemplo los campos. ¿Qué son esos campos? Con frecuencia los físicos contestan que son cantidades matemáticas que se manifiestan en regiones del espacio, esto por supuesto no aclara nada de ellos. Su descripción más aproximada consiste en decir que son estructuras espaciales en el tejido del espacio mismo. La similitud entre lo que ocurre en los campos y lo que sucede en los organismos vivientes es una de las razones que llevaron a Sheldrake a proponer que los problemas planteados por la morfogénesis podrían explicarse por la existencia de un campo de tipo desconocido, que aquel investigador llamó “campo morfogenético” o, para abreviar, “campo-M”. Sheldrake afirma que los campos morfogenéticos gobiernan no sólo la estructura de los organismos vivos, sino también su conducta. En síntesis, Sheldrake propone que los hábitos y la conducta que cualquier especie tuvo en el pasado se acumulan y, por obra de un proceso que él llama “resonancia mórfica”, afectan los hábitos y la conducta de los miembros de la misma especie que viven hoy. Por ejemplo, si un león encontró una nueva técnica de caza que resulta ser inusitadamente eficaz y un número suficiente de leones también aprenden la técnica, la resonancia mórfica puede permitir que leones que viven en zonas geográficas totalmente distintas absorban súbitamente esa técnica, aun cuando no tengan ninguna conexión genética directa con los leones que dieron origen a la técnica. El psicólogo William McDougall, de Harvard, hizo estudios sobre el comportamiento de la rata. McDougall inició su experimento en la década de los años 20’s y lo continuó durante un periódo de 34 años. Su intención original era someter a prueba la famosa teoría de Jean Lamark según la cual las características adquiridas pueden transmitirse genéticamente. Para efectuar su experimento McDougall construyó un laberinto de agua en forma de T. En un extremo del laberinto en T instaló una luz y en el otro un techo opaco, para que permaneciera oscuro. Después electrificó la pasarela en el extremo iluminado. Lo hizo por saber que su inclinación natural llevaría a la rata a nadar hacia la pasarela iluminada, y él

quería averiguar cuántas veces necesitaría hacer la prueba hasta aprender que sólo la pasarela a oscuras les ofrecía una salida sin peligro. Para su asombro, McDougall descubrió que las posteriores generaciones de ratas completaban el recorrido del laberinto con mas rapidez que las generaciones anteriores. Para determinar si este aumento del aprendizaje era codificado en los genes de las ratas, McDougall incluso hizo reproducirse solamente las ratas mas lentas de cada generación, no obstante lo cual el aumento de aprendizaje persistió. El efecto fue tan acentuado, que McDougall descubrió que las ratas de su vigesimosegunda generación descifraban el laberinto con una rapidaz diez veces mayor que las de su primera generación. Circunstancia mas desconcertante, el investigador estableció que las ratas de líneas genética no entrenadas presentaban la misma tasa de progreso. En otras palabras, el mejoramiento parecía manifestarse en la especie de la rata en general, lo cual contradecía el concepto de que el aumento se ajustaba al principio de Lamark, en el sentido de que era transmitido genéticamente. Algunos investigadores trataron de contradecir a Lamark haciendo ellos

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mismo los experimentos, para sorpresa de estos, las ratas que él empleó parecían poseer acerca del laberinto un conocimiento que arrancaba del punto donde concluía el conocimiento adquirido por las ratas utilizadas por McDougall. Por añadidura, en tanto que la primera generación de ratas de McDougall había necesitado cientos de inmersiones para aprender a sortear el laberinto, algunas ratas de las que usaron estos investigadores aprendieron inmediatamente la tarea, sin haber experimentado el shock eléctrico. Las ratas utilizadas por estos investigadores pertenecían a líneas genéticas completamente ajenas a las líneas de las ratas usadas por McDougall, lo cual demostraba que la destreza no había sido transmitida genéticamente. La ciencia convencional sostiene que esas anomalías no significan nada y deberían ser ignoradas. Sheldrake considera que comprobaciones como la efectuada por McDougall sugieren una explicación alternativa. A su juicio, cada especie tiene su propio campo-M, el cual, tal como los campos de que se habla en física, es una estructura intangible pero espacial y real. El campo-M de una rata, por ejemplo, tendría codificado en su interior (tal vez holográficamente) toda la estructura y el comportamiento que actualmente advertimos en las ratas. El embrión de rata en desarrollo se sintonizaría con el campo-M de su especie, compartiéndolo. Sin embargo , como lo sugiere el experimento de McDougall, esos campos no son estables o estáticos, sino que pueden permitir que una conducta nueva y benéfica sea

realimentada al campo-M del organismo. Sheldrake ha dado a esta teoría el nombre de “hipótesis de la causación formativa”. A todo esto, una de las consecuencias más desconcertantes que se infieren de esa noción es la de que si los campos-M de un organismo del pasado son capaces de influir sobre la conducta y la forma de un organismo del presente y del futuro, necesariamente los campos-M son también capaces de atravesar instantáneamente el espacio y el tiempo. El hecho de que la naturaleza haya hecho algo en una forma tiende a llevarla a hacerlo así de nuevo y cuanto más se repite esa duplicación, más poderoso se torna el campo-M. En virtud de similitudes teóricas como éstas, a Bohm se le preguntó en una entrevista si a su juicio existía alguna relación entre su concepto del orden implicado y la teoría del campo-M de Sheldrake. Contestó: La principal diferencia reside en que el orden implicado es mas general. No exige una teoría morfogenética, pero puede servir de marco para una explicación de ella. Aun cuando no concuerden totalmente, los caminos son muy similares, y los dos están basando su investigación con fundamentos, que la ciencia en general gusta mucho de llos. Los campos-M de los objetos inanimados. De acuerdo con Sheldrake, los organismos vivos no son las únicas cosas controladas por los campos-M, Por ejemplo, durante años, los cristalógrafos han advertido un fenómeno insólito cuya mejor explicación puede encontrarse en los campos-M de Sheldrake. Se trata del siguiente fenómeno: cuando una nueva sustancia química se cristaliza por vez primera, ella misma no sabe inmediatamente qué forma cristalina adoptará. Por un instante vacila torpemente, y al fin se asienta en una estructura. A partir de ese momento, en el mundo entero, toda vez que esa sustancia cristalice adoptará siempre esa misma forma. Sheldrake propone que también cada forma cristalina es controlada por su propio campo-M y ésta es

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la causa por la cual la repetición de una nueva forma parece facilitar cada vez más su reproducción. Existen un sin fin de mas ejemplos en los que la teoría de los campos-m podrían darse como explicación. La conciencia y los campos-M Hecho curioso, si los campos-M son descubiertos tal vez puedan proyectar nueva luz sobre el misterio de la conciencia misma. De acuerdo con la hipótesis de Sheldrake, los campos-M se manifiestan como hábitos profundamente arraigados . Como uno de los aspectos más significativos de la conciencia es su excepcional capacidad para alterar un hábito o reemplazarlo, Sheldrake sugiere que tal vez la conciencia funcione como mediador

entre el cuerpo físico y sus campos-M. Si éste es el caso, ya no habrá ninguna razón para suponer que nuestros recuerdos de hechos pasados se encuentran alojados ni siquiera materialmente en nuestros cerebros. Según lo ve Sheldrake, lo que entendemos por memoria puede resultar, por un proceso de resonancia mórfica, de que el cerebro entre en sintonía con sus propios estados anteriores. En otras palabras, simplemente funciona como un sistema de sintonización, antes que como un lugar de almacenamiento de recuerdos. Conclusión. A lo largo de este ensayo hemos revisado dos propuestas de conocimiento novedoso, conocimiento que se encuentra entre lo físico y lo metafísico. ¿Pero quien o que ha desencadenado esta manera de concebir el mundo?, las dos teorías se han derivado de teorías científicas que no han sido capaces de responder a ciertas preguntas. En el caso de la teoría cuántica, es la primer teoría que ha rebasado los límites del mecanicismo, ¿cómo es posible que los científicos de estos tiempos se renieguen, a tan solo considerar la posibilidad de que la física podría estarse dirigiendo a una ciencia mas metafísica,(sin que esto le reste la parte matemática, primero hay tener una idea de lo que está ocurriendo y después crear la teoría), cuando toda la tecnología que se ha desarrollado en el siglo XX ha sido tecnología desarrollada a partir de una teoría física la cual tiene abierta la puerta de la incertidumbre?, ¿Cómo han ocupado por tanto tiempo ese conocimiento sin querer dar credibilidad a temas en los que las pruebas existen, como lo requiere el método científico?, no hay que encerrarnos, pues eso le paso a los científicos de hace casi cien años y tuvieron que pasar mas de 40 para que la teoría cuántica fuese completamente acepta, ni sus mismos creadores daban crédito de que así se comporta la naturaleza. Sin querer decir que cualquier panfleto deba ser leído, o que estas dos teorías sean certeras, pero sí fijarnos un poco mas en la historia de la física y darnos cuenta como ha avanzado esta, y hacia a donde se encamina. Bibliografía Mas allá de la teoría cuántica, Michael Talbot, gedisa, primera edición, 1988. La totalidad y el orden implicado, David Bohm, Kairós, cuarta edición, 2002. 3ª parte

El cántico de la cuántica, Los peces solubles (Texto tomado de "EL CÁNTICO DE LA CUÁNTICA" de Sven Ortoli y Jean-Pierre Pharabod)

Un pez se mueve en una charca tan barrosa que en modo alguno es posible verlo. Un pescador prueba suerte y al cabo de cierto tiempo el pez muerde la carnada. El pescador alza la caña y ve al pez suspendido en el extremo del hilo y piensa lógicamente que antes el pez se movía por la charca en busca de alimento. Nunca se le ocurrirá pensar que antes de morder la carnada el pez no era más que una especie de potencialidad de pez que ocupara toda la charca.

Supongamos ahora que la charca esté representada por una caja absolutamente vacía con la excepción de un solitario electrón que sería el pez (también podría considerarse un protón o hasta un átomo). El dispositivo de pesca (caña, línea, anzuelo) simboliza una sonda introducida, en la caja, sonda que de una manera u otra puede entrar en interacción con el electrón y producir entonces una señal visible para el observador. Cuando aparezca la señal, un observador llegará a la conclusión de que el electrón encontró la sonda y de que antes se movía en el interior de la caja. Y se equivocará. Antes de entrar en interacción, el electrón ocupaba toda la caja con una probabilidad más o menos grande de ser detectado en esté o en aquel lugar. Es como si antes de morder la carnada el pez ocupara toda la charca, con lugares en los que estuviera más diluido y otros lugares en los que estuviera más concentrado. Semejante pez "cuántico", que sólo se hace concreto cuando es pescado, no corresponde a nada de lo que estamos acostumbrados a observar.

Pero, ¿cómo podemos estar seguros de que el electrón se comporta como el pez "cuántico" aquí imaginado? La respuesta no es evidente y la certeza sólo se adquirió (gracias a un subterfugio que luego examinaremos) en 1982, más de cincuenta años después del nacimiento de la física cuántica. Verdad es que el formalismo matemático de la nueva física implicaba esta imagen surrealista de un "pez soluble" (André Bretón, 1924), pero ciertos físicos, en particular Einstein, pensaban que otro formalismo, más de conformidad con nuestros hábitos de pensamiento, habría podido dar los mismos resultados experimentales y por lo tanto alcanzar el mismo éxito que la física cuántica. Llevó muchos decenios la concepción y luego la realización de una experiencia que permitió invalidar definitivamente las esperanzas de Einstein. Sin embargo, el debate no ha terminado aún. Son posibles diferentes interpretaciones de la física cuántica, y entre los físicos se formaron clanes. Si esquematizamos mucho y si dejamos de lado las sutilezas de la jerga filosófica, podemos decir que los dos clanes principales son los "materialistas cuánticos" y los "idealistas cuánticos". El problema que los separa es el del momento en que el pez cuántico se hace concreto: ¿cuando muerde el anzuelo? ¿cuando se lo ve?

Para los materialistas, el pez se hace concreto cuando muerde el anzuelo (cuando el electrón entra en interacción con la sonda). Para los idealistas, el pez se hace concreto en el momento en que el pescador lo ve después de haberlo sacado del agua (en el momento en el que el observador ve la señal): en efecto, en ese instante, el pescador/observador adquiere conciencia de la existencia real del pez, de modo que aquí interviene su espíritu, y, según los idealistas, esa intervención es lo que precisamente hace pasar al pez de una existencia potencial a una existencia concreta. Apresurémonos a declarar que los sostenedores del idealismo están en gran minoría.

Por otro lado, por más que los idealistas dispongan de argumentos inquietantes, el sentido común (que a veces ciertamente ha faltado) milita en favor del materialismo. Particularmente el hecho de que la señal pueda registrarse automáticamente (en ausencia de todo observador) y pueda examinársela mucho después, obliga a los idealistas a realizar sorprendentes acrobacias mentales. Sin embargo no se ha realizado todavía una experiencia que permita decidir categóricamente y sin equívocos entre las dos interpretaciones.

Ahora bien, ¿qué ocurre si el pescador vuelve a arrojar el pez en la charca inmediatamente después de haberlo sacado del agua? El pez vuelve a disolverse en el agua esperando a que se lo pesque otra vez.

Describamos ahora otra experiencia. Alguien se ha comido el pescado único de la charca y ya no se habla más de él. El pescador acaba de recoger dos pececillos en un arroyo próximo a la charca, los trasporta todavía vivos y los arroja en ella. ¿Qué habrá ahora en la charca? Una combinación monstruosa de dos peces solubles que no forman más que un solo ser innominable.

El hecho de que dos entidades cuánticas que han entrado en interacción se combinen para formar una sola entidad conduce, directa o indirectamente, a las dos grandes paradojas de la física cuántica, expuestas en 1935 a fin de poner de manifiesto los problemas planteados por la nueva física. La primera paradoja fue expuesta por Einstein y dos de sus colegas, la segunda por Schrodinger.

La primera es conocida como "paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen" o "paradoja EPR". Las experiencias realizadas sobre esta paradoja condujeron a poner en tela de juicio la objetividad de la existencia del espacio (o del flujo del tiempo). Es pues mucho más radical que la teoría de la relatividad que se limitaba a combinar el espacio y el tiempo.

En cuanto a la segunda paradoja, la "paradoja del gato de Schródinger", es la ilustración del debate entre idealistas y materialistas que ha permanecido solamente en el estadio de la discusión teórica.

Nos ocuparemos de la paradoja EPR a partir del párrafo siguiente, pues dicha paradoja deriva directamente de la combinación de entidades cuánticas que entran en interacción.

Paradoja de Einstein-Podolsky-Rosen:

El pescador acompañado por su hijo acaba de apresar otra vez dos pececillos en un arroyo y los lanza aún vivos en una charca bastante especial. En efecto, esa charca se encuentra situada en un montículo y en su fondo presenta dos desagües que conducen el agua hasta dos pequeñas charcas vacías situadas más abajo; esos conductos de desagüe están cerrados cada uno por una pequeña esclusa.

El pescador arroja los dos pececillos al agua; éstos inmediatamente se disuelven en una extraña combinación de dos peces solubles. Luego el pescador y su hijo alzan cada una de las esclusas. El agua corre hacia las dos pequeñas charcas y por último cada una de esas pequeñas charcas habrá de contener un pez soluble cuando en la charca principal ya no haya ni agua ni peces (en realidad, los dos peces continúan formando un solo ser, es decir, están unidos por un lazo misterioso "fuera del espacio" que nosotros evidentemente no podemos representar; en rigor de verdad, sería mejor decir que cada charca contiene una parte de la combinación de los dos peces solubles).

El pescador lanza su línea de pesca en la pequeña charca de la derecha, en tanto que su hijo sin hacer nada se tiende en el suelo cerca de la charca de la izquierda. Pero cuando el pez de la charca de la derecha muerde el anzuelo y es sacado del agua, inmediatamente el pez de la charca de la izquierda salta también del agua y es proyectado junto al hijo del pescador que no tiene más que recogerlo en la hierba.

Esta es la célebre experiencia de Aspect, realizada, no con peces, sino con fotones, es decir, corpúsculos de luz. Otros hombres de ciencia llevaron a cabo la misma experiencia con protones, es decir, núcleos de átomos de hidrógeno. ¡Y dio resultado!

Fueron precisamente la experiencia de Aspect y otras experiencias análogas las que establecieron definitivamente que las entidades cuánticas se comportan como nuestros peces solubles y no como objetos normales. Y además, fueron esas experiencias las que llevaron a los físicos a reconsiderar todo el concepto de ESPACIO.

VOLVER 4ª parte 100 años de física cuántica nos indican que lo que sabemos del mundo puede evolucionar en cualquier dirección inesperada. No podemos asegurar que lo que sabemos sea incuestionable para siempre, sino que responde a un conocimiento específico del mundo que, como ha ocurrido en el pasado, puede sufrir cambios profundos y alumbrar otra concepción de la realidad muy diferente a la que hoy conocemos. La física cuántica es una manera de describir el mundo. Es una teoría que ha dado resultados espectaculares, como la supraconducción, los transistores y los semiconductores, además de contribuir enormemente al desarrollo de la física atómica. El campo de actuación de la física cuántica es el de las partículas elementales, entendiendo como tales las que componen la estructura más elemental de la materia. El estudio de estos componentes básicos de la materia ha descubierto que el mundo subatómico se desenvuelve de manera misteriosa para la percepción ordinaria, y que las leyes de los objetos físicos no pueden aplicarse en el ámbito de las partículas elementales. La gran constatación es que las ondas y partículas que componen el universo cuántico intercambian su naturaleza constantemente, siendo ondas por la mañana y partículas por la tarde, o viceversa. Además, se comunican entre sí a pesar de las enormes distancias infinitesimales que las separan y recorren el tiempo en las dos direcciones: hacia el pasado y hacia el futuro. Además, pueden realizar funciones contradictorias en tiempo real. Por ejemplo, si nosotros llegamos a un semáforo que se va a poner en rojo, tenemos dos opciones: o aceleramos y pasamos o nos detenemos. Si fuésemos partículas cuánticas, nos detendríamos y al mismo tiempo pasaríamos. Este es el mundo que describe la física cuántica, que puso fin al sueño de la física del siglo XIX. La física clásica creía conocer la realidad profundamente, a falta de sólo un epílogo, pero la física cuántica abrió a comienzos del siglo XX infinitas posibilidades al conocimiento humano. Partículas y ondas

Por partícula se entiende un objeto real identificado en forma de punto, con una posición determinada. También puede representarse como trayectoria en una sucesión de puntos. Por onda o campo se entiende no el movimiento de la materia, sino "en" la materia, como es el caso de las olas del mar. Las ondas son por definición transmisoras de energía. La física clásica entendía que estos conceptos agotaban la noción de realidad, pero una serie de experiencias derivadas de la así llamada catástrofe ultravioleta (1880), llevaron a establecer (Schrödinger, 1926) que las partículas, en realidad, no son sino ondas agrupadas en paquetes que emergen a los ojos del observador como partículas puntuales. Además, añade Heisenberg (Principio de incertidumbre, 1925), en el mundo cuántico es imposible atribuir a una partícula, en un instante dado, una posición y velocidad determinadas, ya que cuanto más definida está la posición, menos es posible conocer la velocidad y viceversa. Esta imprecisión cuántica se debe más a la propia naturaleza de las partículas que a la imperfección de los sistemas de medición. Bohr (1916) complementa estas paradojas al señalar que, en realidad, no existen ondas y partículas, sino que ambas son dos representaciones de una misma realidad: esa realidad, decía, se expresa a veces en forma de ondas y otras veces en forma de partículas. Einstein (1926) pensaba, sin embargo, que la realidad profunda no podía ser tan imprecisa. Dios no juega a los dados, decía. Seguramente, existen variables ocultas, inaccesibles todavía a nuestra tecnología, que nos impiden conocer la verdadera naturaleza de las ondas y las partículas cuánticas. Los físicos de la Escuela de Copenhague (Bohr, Heisenberg), que son la mayoría, piensan que, a pesar de su imprecisión, la física cuántica es una teoría válida porque permite prever los resultados de las experiencias si estas experiencias son medidas como probabilidades. Un electrón, por ejemplo, puede describirse matemáticamente por una función de onda. La función de onda permite describir a un electrón como si estuviera situado en una zona del espacio y al mismo tiempo conocer exactamente las diferentes probabilidades de su presencia en este o aquel lugar de la zona donde se encuentra. La teoría cuántica es capaz, por lo tanto, gracias a esta función de onda, de prever en todo momento la evolución de un sistema microfísico, pero desde el momento que queremos verificar experimentalmente esta evolución, introducimos una perturbación en el sistema que modifica su evolución. A esta perturbación se le conoce como reducción del paquete de ondas porque se refiere a que la interferencia del observador reduce las ondas de probabilidad y concreta alguna de ellas, materializando la realidad que, antes de la observación, sólo estaba definida como ondas probabilísticas.

Realismo e idealismo cuántico Ahora bien, ¿implica esta reducción de un paquete de ondas, que se produce en el momento de la observación, la existencia de una entidad material influyente en el mundo real? El ejemplo del gato de Schrödinger destaca la importancia del observador en la creación de realidad y corresponde con una filosofía concreta llamada idealismo cuántico. El gato de Schrödinger está encerrado en una caja que contiene, de un lado, comida y, de otro lado, veneno. El dueño lo sabe y espera. Pasado un tiempo abre la caja y puede encontrarse con que el gato ha tomado el alimento y vive, o bien que ha tomado el veneno y ha muerto. Schrödinger piensa que es el observador el que, al mirar dentro de la caja, convierte en real una u otra posibilidad. Otra interpretación señala que la reducción del paquete de ondas (el gato vivo o muerto) se produce por efecto del dispositivo de medición, que es el que en realidad reduce a uno concreto los diversos estados de probabilidad, descartando el papel del observador que pretendía Schrödinger. Esta interpretación se conoce como realismo cuántico. En medio de ambas teorías emerge la Escuela de Copenhague, para la cual la física cuántica no debe ir tan lejos. Considera que esta teoría se refiere no a la realidad en sí misma, sino al conocimiento que tenemos de ella. Ese conocimiento está descrito por la función de onda y es normal que la función de onda se altere por la medición, ya que al actuar modificamos nuestro conocimiento de la realidad. ¿Un orden implicado? Pero el debate sigue abierto, ya que se puede evitar la elección entre realismo e idealismo cuántico suponiendo la existencia de una realidad más profunda, de la cual materia y espíritu, ondas y partículas, serían sus manifestaciones. Según Bohm, existe en el espacio un potencial cuántico, además de los campos de fuerza reconocidos por la física clásica y cuántica. Ese potencial cuántico no transporta energía y no puede ser detectado directamente, pero las partículas sufren sus efectos y se sirven de ellos para comunicarse entre sí. A su vez, Jean Pierre Vigier parte del potencial cuántico de Bohm y supone que el vacío está en realidad colmado de millones y millones de partículas subcuánticas, totalmente inaccesibles, que interactúan a velocidad superior a la de la luz y permiten comunicar entre sí a las partículas cuánticas. Bohm llegó luego más lejos y propuso la idea del orden implicado, sistema en el que se desenvuelve toda la realidad física y cuántica, en el cual los conceptos de tiempo y espacio no tienen validez. El orden implicado es asimilado por Bohm a la idea holográfica. Según Bohm, la realidad profunda no es espíritu ni materia (ni onda ni partícula), sino que se trata de una realidad de una dimensión superior que es la base común del espíritu

y la materia, de las ondas y las partículas, y en la cual prevalece el orden implicado. El físico norteamericano Jack Sarfatti va aún más lejos y atribuye a las variables ocultas no locales (Bohm) el papel de variables psíquicas, que serían la explicación de ciertos fenómenos parapsicológicos como la telepatía. ¿Existen el tiempo y el espacio? El tiempo y el espacio son conceptos que se ven afectados también por la física cuántica. La noción de espacio se diluye por el principio de inseparabilidad, según el cual dos sistemas están descritos en una misma función de onda hasta que una medición los separa (experiencia de Aspect). El concepto tradicional de espacio es así insostenible en el marco de la teoría cuántica y ha llevado al físico Bernard d'Espagnat a decir que el espacio es sólo un modo de nuestra sensibilidad. Asimismo, de la física cuántica se desprende que el tiempo puede ser recorrido en los dos snetidos (hacia el pasado y hacia el futuro), como dicen Costa de Beaugerard (idealista cuántico) y Cramer y Davidön (realistas cuánticos). Otros físicos sugieren la existencia de universos paralelos, al entender que, en el momento de la medición, no se produce la reducción de una sola posibilidad (como pasaba en el ejemplo del gato de Schrödinger), sino que en realidad se produce una división o duplicación de escenarios y observadores, uno en el que el gato aparece vivo a los ojos del observador, otro en e que el gato aparece muerto a los ojos de otro observador parelelo, del que el primero es totalmente inconsciente. El conocimiento como función de onda La física cuántica, además de ser una manera de describir al mundo que ha dado resultados espectaculares y ha potenciado el desarrollo de la física atómica, tiene también el valor primordial de habernos ayudado a profundizar en el conocimiento del mundo. Las paradojas que nos describe del universo sobre el que nosotros edificamos nuestra experiencia cotidiana, nos habla de la conveniencia de relativizar nuestro cuerpo de conocimientos, que hoy más que nunca permanece abierto a todas las posibilidades de evolución. De lo que sabemos del mundo subatómico, podemos incluso describir el conocimiento como una función de onda capaz de reducir su paquete de probabilidades en cualquier dirección. No podemos asegurar que lo que sabemos es incuestionable para siempre, sino que responde a un conocimiento específico del mundo que, como ha ocurrido en el pasado, puede sufrir cambios profundos y alumbrar otra concepción de la realidad muy diferente a la que hoy conocemos. El Teorema de Gödel, aplicado al campo de la aritmética, dice que, en sí misma, la teoría matemática o carece de sentido (inconsistencia), o bien su sentido se encuentra fuera de sí misma.

Este significado, aplicable no sólo a los entes matemáticos, creo que es perfectamente extensible a la física cuántica, un sistema que sólo puede encontrar todo su sentido más allá de sí mismo, en regiones del conocimiento que 100 años después del descubrimiento de los cuantos, aún están por descubrir y explorar. Más información: Sven Ortoli y J.P. Pharabod, El cántico de la cuántica, Gedisa, Barcelona, 1987. Gary Zukav. La danza de los maestros: la física moderna al alcance de todos. Argos Vergara, Barcelona, 1981. 5ª PARTE

EL PARADIGMA HOLOGRÁFICO-CUÁNTICO

Introducción El problema esencial de lo paranormal, es que su aparición viola uno de los principios limitativos básicos de las creencias sobre el universo más caras a nuestra sociedad: la que arma que no existe acción a distancia. La ciencia como un todo, tomó la postura de afirmar que, a pesar de los datos recogidos, no hay sucesos paranormales. Enfrentada a una contradicción entre una teoría (que es posible y que es imposible ) y un conjunto de hechos (la información de la investigación psíquica y la parapsicología). La ciencia prefirió aferrarse a la teoría e ignorar los hechos. Este procedimiento puede ser bueno para la tranquilidad y alivio de los científicos, pero, por cierto, no es bueno para la búsqueda de la verdad. Si bien los parapsicólogos sabían que sus datos eran reales; tuvieron que adoptar una estrategia diferente: (a) Metodología cuantitativa (test de cartas, dados, etc) ; (b) análisis de variables y efectos de significación. Pero ya en 1960 Orne señalaba los sujetos actúan en el laboratorio diferente a como lo hacen fuera de él. Se analizará además, el paradigma holográlico-cuántico de Pribram, planteamientos de entropía de Prigogine y otros modelos informacionales y modelos cuánticos en relación con la transmisión de información o acciones a distancia en el marco antes mencionado. Se incluir la experiencia significativa de Persinger en su trabajo de análisis de variables geomagnéticas en relación con psi. Consciencia, información y entropía Las indicaciones son que la PSI-INFORMACIÓN obra recíprocamente y modifica la operación de los más comunes sistemas de información biológica. La interacción es infrecuente, irregular y limitada pero no insignificante. La información de las bases nucleicas encontradas en el ADN o mensajero ARN de células biológicas, forman una ordenación dimensional. Esto es un mecanismo familiar de información compilado en sistemas de comunicación humana. Es la base para escribir en sistemas que usan alfabeto. También se usa en el código Morse y en cintas computadoras (disquetes). La conformación de proteínas es una expresión de información biológica en una forma tridimensional. Puede no ser antojadizo postular una cadena psi-informacional conectando organismos con todas esas partes del material y el medio ambiente del espacio temporal que es relevante o significativo para la conducta organicista. Cuanto mayor es el recorrido de la conducta, más amplio es el potencial para abarcar el sistema psi-informacional. Sabemos que existen tres tipos de información: (a) Genética: carente de retroinformación individual. Transmisión de generación a generación. (b) Información del medio ambiente. (c) A nivel humano transmisión de datos con retroinformación. Se transmite a la próxima

generación. Wigner, basándose en la teoría cuántica de hoy dice: "la posibilidad de la existencia de una unidad autoreproductora es cero". Eigen dice que en el terreno de la matriz simétrica del azar de Wigner, no suministra una biología molecular con un punto de comienzo. Una buena descripción del problema de la conciencia en relación con la información, la presenta Carlos A. Tinaco (1996). El plantea que algunos psicólogos, sobretodo aquellos pertenecientes a la escuela denominada Psicología Cognitiva, pretenden explicar la conciencia en términos de la teoría de la información. En 1976, E. R. John postuló la existencia de siete niveles de información procesados en el cerebro: sensación, percepción, conciencia, contenido de la conciencia, experiencia subjetiva, el ser y la auto-conciencia. Cada uno de esos niveles es dependiente de los inferiores e influenciado por los niveles superiores. John presenta extensos datos electrofisiológicos como soporte a su clasificación. En 1978, John Batista (1978) presentó otra clasificación, como sigue: (a) conciencia e información, (b) diferentes formas de conciencia representan diferentes niveles de información, (c) intensidad de un estado de conciencia es función de sus contenidos informacionales. Incluso según Battista, (a) la conciencia está presente en todo el universo, inclusive en el mundo físico, (b) máquinas tales como computadoras, poseen conciencia, (c) no solo los individuos, sino los grupos humanos, tienen conciencia. El problema de la Psicología Cognitiva es que omite aspectos subjetivos de la conciencia, (los procesos inconscientes).

Un sistema físico que presente un desenvolvimiento anti-entrópico, estaría indicando la presencia de algún aspecto de la conciencia. Los seres vivos son sistemas abiertos que presentan comportamiento que sigue organización creciente, indicadores de la presencia de conciencia. Para intentar describirlos, existe la "termodinámica de los sistemas abiertos'', elaborada por Prigogine (1981). La conciencia, quizá, podría ser parcialmente analizada a través de variaciones de las medidas cuantitativas de la entropía o de la información de un sistema físico. En esta propuesta, incluimos algunos aspectos de PSI plausibles de ser registrados en la realidad física. En este enfoque particular, concordamos en parte con Sarti (1987), al afirmar que PSI es básicamente informacional y resultaría de la volición. Cuantum lógico y PSI Ante todo al hablar de Cuantum Lógico debemos definir que es un Cuantum. Cuantum es la mínima cantidad de energía electromagnética que puede recibir o emitir una partícula. Dicha partícula llevaría siempre una onda asociada u onda de fase (t) (electromagnética). En base a esto, la mecánica del cuanto estudia el comportamiento de dichas partículas en coexistencia con ondas de diferentes longitudes. Dicha partícula posee una "masa" y la masa podría adoptar diferentes velocidades, magnitudes ligadas a condiciones mecánicas estructurales del medio en el cual tiene lugar la progresión del móvil. Cuando dichas ondas asociadas entran en fase concordante, se acumula energía vibratoria, la propia del móvil, cuya velocidad cinemática concuerda con la progresión sucesivas de los puntos (nodos) en los cuales se ha acumulado la energía. Dichos ''nodos'' son en realidad reconocidos como acciones por la cual se les da el término de partículas; pero a veces, suelen ser indistinguibles de su onda asociada. Estamos ante un fenómeno físico donde la observación y la medición son indeterminadas. Citando el "principio de incertidumbre de Heisenberg'', no es posible fijar la posición de un electrón en un instante dado, sino que hay una ''probabilidad de que ocupe tal o cual punto''.

Walker en su modelo de sistemas cuánticos correlacionados intenta relacionar la interacción mente-cerebro con la interacción mente-sistema cuántico. Tomando en cuenta tres variables: el observador, la observación y el sistema observado. En su teoría estas variables se convierten en la conciencia, el feedback y el azar (lo observado). ¿Cómo entra el azar? según el modelo de Walker, el primer punto estriba en que el cerebro contiene un escaso número de procesos aleatorios. Para esta afirmación dice basarse en los trabajos sobre la función del sistema nervioso central del Dr. John Eccles. En la teoría de Walker, resulta esencial que la conciencia sea capaz de operar en forma no local y que pueda entrar en interrelación con un sistema físico que este siendo observado en vez de quedar confinado en el propio cerebro. Esta es la naturaleza básica del modelo de Walker; que la conciencia puede influir en acontecimientos al azar de modo directo, tanto dentro de él mediante el colapso de la función ondulatoria de esos acontecimientos en el acto de la observación.

El problema de la medición, plantea un interrogante ante el cual Niels Bohr dió su famosa interpretación de Copenhague, diciendo que los sistemas macroscópicos no pueden considerarse del mismo modo que los sistemas microscópicos. La medición es algo que simplemente ocurre y tiene que aceptarse. Según J. Wheeler, físico de Princeton, no se produce el colapso de la función ondulatoria, sino que todas las medidas posibles siguen existiendo y son realmente observadas en algún lugar. Se trata de una idea inquietante que no admite prueba alguna en favor de su validez. Walker propone un análisis del problema de la medición afectada por dos o más observaciones, usando la paradoja E.R.P. En esencia, el experimento de Einstein-Podolsky-Rosen (Reshick-Hallidan, 1982), en 1935, pretendía decidir si una partícula puede tener posición y momento ( fórmula del momento t= r x p ) a la vez. Por aquel entonces se aceptaba ya que cualquier intento directo de determinar la posición y el momento de una partícula al mismo tiempo estaba destinada al fracaso. Al medir la posición, el efecto mismo de la medición actúa sobre el momento de una forma indeterminable y toda medición del momento destruye cualquier información previa acerca de la posición. Esencialmente lo que Einstein Podolsky y Rosen (EM) pretendían era lo siguiente: Puesto que es imposible determinar directamente la posición y el momento de una partícula al mismo tiempo lo que necesitamos es una segunda partícula cómplice. Con dos partículas podemos medir más cantidades a la vez. Si logramos relacionar de algún modo el movimiento de las dos partículas, las mediciones realizadas simultáneamente en cada una de ellas, nos permitirán echar una ojeada por debajo del velo de incertidumbre cuántica que, según Bohr, nunca podría ser levantado. Básicamente, lo que necesitamos hacer es que dos partículas cuánticas se acerquen, interaccionen y se colapsen, a una gran distancia. Entonces podemos medir el momento de la partícula 1. Así, por ley de acción y reacción, podremos deducir exactamente el momento de la partícula 2. La medición, por supuesto, habrá afectado la posición de la partícula 1 pero esto no importa. No puede haber afectado la posición de la partícula 2 que está ahora muy lejos; en principio, puede hablarse de años luz de distancia.

Ahora bien, si medimos simultáneamente de forma directa la posición de la partícula 2, entonces sabremos la posición y el momento de la partícula 1 en un mismo instante, y habremos vencido el principio de incertidumbre. El argumento de ERP se fundamenta en dos suposiciones cruciales, la primera es que una medición realizada en un lugar, no puede afectar instantáneamente a una partícula en otro lugar muy distante. Esto se justifica porque, en primer lugar, las interacciones entre sistemas, tienden a disminuir con la distancia. Es difícil imaginar que un electrón afecte el movimiento y la posición de otro electrón situado a varios metros, y no digamos a años luz, de distancia. Einstein desarrolló tal idea a lo que llamó ''la acción fantasmal a distancia''. Una importante razón para este rechazo era la creencia de Einstein de que ninguna señal o influencia puede viajar más rápidamente que la luz. Este es un resultado clave de la teoría de la relatividad y no debe ser abandonado ala ligera. Entre otras cosas la ausencia de señales más rápidas que la luz es un elemento vital en el establecimiento de una misma definición de pasado y futuro para todo el universo. Romper la barrera de la luz, es equivalente a enviar señales al pasado. Esta ausencia de señales más rápidas que la luz, descarta una explicación física o energética para la premonición y la transmisión de información a distancia por algún medio físico, ya que la interacción cuántica de las partículas, tienden a disminuir con el cuadrado de la distancia, violando la ley de entropía de sistemas cerrados . En los años 60, John Bell partió de las dos suposiciones básicas de ERP, ausencia de señales más rápidas que la luz y existencia de realidad objetiva, y con su ayuda determinó las relaciones más generales que deben darse entre las mediciones de las partículas 1 y 2, no solo en el momento y la posición, sino en la dirección y spin. Descubrió que había ciertos tipos de mediciones capaces de distinguir entre las posiciones de Einstein y las de Bohr (recordemos que Bohr se contraponía ala teoría EPR, argumentando que no se pueden adscribir atributos como posición y momento a una partícula a menos que se efectúe una observación de la partícula, las mediciones hechas por delegación no son aceptables ).

Es decir, las dos suposiciones mencionadas tenían consecuencias experimentales que no podían obtenerse si Bohr tenía razón. Si Einstein tenía razón la desigualdad de Bell encajada con un resultado en un experimento real. En 1981 Alain Aspect, en París, inició una serie de experimentos en los que se examinaba simultáneamente los ángulos de polarización de dos fotones emitidos por un mismo átomo y que se movían en direcciones opuestas, culminando este experimento en 1982. Los resultados eran inequívocos: Einstein estaba equivocado. La incertidumbre cuántica no puede ser eludida. La manera como el experimento pone de manifiesto la diferencia entre la teoría cuántica y una teoría ''realista'' cualquiera es de un cierto interés. Los experimentadores deseaban comprobar hasta qué punto los resultados de las mediciones en el primer protón estaban relacionadas con las del otro. Según la desigualdad de Bell, las teorías de tipo ''realista'' predicen unta cierta correlación máxima. La mecánica cuántica, en cambio, predice un grado mayor de correlación, como si las dos partículas cooperaran telepáticamente de un modo innatural. Los resultados mostraron una correlación por encima del máximo permitido por la desigualdad de Bell, confirmando así que la incertidumbre es intrínseca en la física cuántica. Podemos comparar la situación con dos individuos que sentados espalda contra espalda, echen simultáneamente monedas al aire. Si lo hacen completamente al azar, no cabe esperar correlaciones entre las caídas de las dos monedas. La probabilidad de que al caer una moneda muestre cara, es la misma tanto si la otra moneda muestra cara corno muestra cruz. Supongamos sin embargo, que las monedas no se echen totalmente al azar, de modo que si sale cara en una moneda, sea más probable que salga también cara en la otra, y lo mismo para las cruces. Las observaciones mostrarán una definida correlación positiva entre los resultados de las dos monedas. En los experimentos con las dos partículas, éstas no actúan independientemente al azar, ya que ambas poseen un

origen común. En consecuencia, es de esperar alguna correlación. El grado preciso de esta correlación proporciona la prueba crucial. A primera vista, puede parecer que el experimento de Aspect, nos da un medio de mandar sondas más rápido que la luz. En término de monedas, diríamos que la mayor probabilidad de que al sacar yo cara, también saques cara se debe a que se envió un mensaje secreto mediante un simple código, por ejemplo: cara igual apunto, cruz igual a coma. Si la correlación no alcanza el 100% habrá ruido en el mensaje; pero practicando lo suficiente, podremos transmitirlo con exactitud. Ahora bien, si pensamos más detenidamente, nos daremos cuenta de que esta posibilidad es ilusoria. El resultado de cada una de mis operaciones de echar mi moneda aunque correlacionado con sus operaciones de echar la tuya, sigue siendo completamente impredecible, puesto que yo no puedo hacer que mi moneda caiga mostrando cara o cruz, según mi voluntad. Si cae mostrando cara sabré que es muy probable que la tuya muestre también cara; pero esto no me sirve de nada. No poseo ningún control sobre la secuencia de puntos y comas que se establece y el mensaje degenera en ruido blanco. Paradigma holográfico cuántico y PSI

A principio de los años 70, el neurofisiólogo Karl Pribram, investigador del Centro de Estudios Avanzados y de las Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Stanford (California), elaboró una teoría holográfica del funcionamiento cerebral que permite dar cuenta de algunos hechos establecidos en el mundo de la memoria: el conocido Modelo Holográfico del Cerebro. El concepto de paradigma holográfico comenzó a principios de siglo con el famoso biólogo C. Scheider quien, en 1905, sugiriera que la percepción es forma, y la forma percepción, de manera análoga a como nuestro cuerpo es formado según la morfogénesis del embrión. Década después, el neurocientífico Karl Lashley, del que llegó a ser discípulo Pribram, planteó que las líneas de fuerza según las que se desarrolla el embrión pueden formar patrones de interferencia. Luego, en 1947, surgió la idea matemática de los hologramas de manos del científico húngaro Dennis Gabor; sus ecuaciones abstractas vinieron a concretizarse primero con el laser, y luego, en 1965, con el invento del holograma por Emmet Leith y Juris Upatnicks.

Pribram dio con lo que le faltaba a Lashley y dedujo que la memoria es almacenada en el cerebro como un holograma. Nacía así el modelo holográfico del cerebro. Bohm, con su "variables ocultas'', plantea un orden implícito oculto tras la apariencia ordenada de la realidad. Terence McKenna (1993), etnobotánico e investigador de los estados alterados de la conciencia, plantea que el ADN y las partículas subatómicas operan de acuerdo con principios holográficos. Eugene Dolgoff, parapsicólogo e investigador, plantea que sus experiencias de finales de la década de los 60, que demuestran que no hay transferencia de energía en los fenómenos psíquicos, confirman la naturaleza holográfica de la realidad pues nada se mueve de un lado a otro, simplemente porque en el estarte holográfico de la materia no existe el otro

lado. Un holograma es una imagen tridimensional que se crea empleando un rayo de luz coherente (láser) para hacer que surja, la imagen nítida del objeto que se fotografió. Además tiene la notable característica de que si se parte la imagen por la mitad en cada una de las dos mitades aparecer la imagen tridimensional entera; no importa cuantas veces la particionemos, cada fragmento revelar la imagen completa y tridimensional del original. En el trabajo de Pribram de 1991, "cerebro y percepción: holonomía y estructura en el procesamiento de imágenes'', se analiza la contribución de cada estructura cerebral al proceso perceptivo, desde la retina hasta la corteza frontal, en el marco de nuevos procesos matemáticos. También usa modelos cuánticos para dar cuenta de los niveles de procesamientos dendríticos y nanoneurológicos de la función perceptual. Pribram con esto afirma que el cerebro es una entidad holográfica que interpreta un universo holográfico. Los conductores de la conciencia, cita Pribram, serían unas estructuras microtubulares de proteínas, (los microtúbulos), alojados en el citoplasma por todo el cuerpo y, en particular en el cerebro, en las neuronas. Según Stuart Hameroff anestesiólogo e investigador en esta rea, la red de microtúbulos dentro de la red neuronal, sería el escenario donde se desarrollada el drama cuántico de la conciencia. Stephen Hawking, especialista en relatividad global y cosmología, postula que la conciencia es el producto de un fenómeno de coherencia cuántica en el cerebro. G. G. Globus, neurocientífico, plantea que todos los mundos posibles, en el sentido de los universos paralelos de Wheeler, Everett, y otros, están dentro del cerebro, en un estado de latencia conocido como superposición cuántica. Con respecto a la dualidad cuántica entre observador y observado, se adapta ala condición de aislamiento, de soledad, esto sugiere precisamente una subjetividad inaccesible a la observación externa, característica propia de la conciencia. Breves notas sobre el estudio de Pensinger y la ESP en sueños El período de 24 hs, en el que los más exactos sueños telepáticos ocurrieran durante los estudios en el maimónides expusieron una actividad magnética normal que los días anteriores o posteriores. Esta configuración V significativa estadísticamente y serie temporal en la actividad geomagnética no fué evidente durante aquellos períodos donde menos sueños exactos sucedieron. Cuando la actividad magnética alrededor del tiempo del experimento más pronunciado de sueño telepático fue comparado con la actividad geomagnética hacia el tiempo del sueño espontáneo telepático que Gumey, Podmore y Myers (1905) tenían en su colección similares (no discutibles estadísticamente) patrones de tiempo que fueron observados. En el análisis de ambos experimentos y experiencias espontáneas indicaron que estas fueron más exactas (o probablemente más seguras) durante el intervalo de 24 hs., cuando el índice de promedio diario contrario estaba aproximadamente en +/- 3 Gammas. Cuando el índice excedía a diario las extensiones de aproximadamente 20/25 Gammas, las experiencias telepáticas se tornaban poco probables. Conclusiones Considerando el modelo de Walker (1974) en su totalidad podremos llegar a una conclusión definitiva en el estado actual de la física del cuanto: Examinaremos los puntos álgidos de la teoría de Walker. l - El primer punto, estriba en que a diferencia de la afirmación de Walker, basada aparentemente en trabajos del Dr Eccles, no hay una base sólida para afirmar verdaderamente que el sistema mente/cerebro como él lo llama, puede actuar como un auténtico generador aleatorio, provocando el colapso de la función ondulatoria y afectando a un sistema exterior a él, mediante P. K. 2 - El afirma que dos partículas después del colapso y ambas pertenecientes al mismo sistema, pueden salvar la indeterminación cuántica y transferir información a distancia, lo cual es falso. Ya que en el colapso de ambas partículas el momento cinético no se mantiene constante, y el impulso no sería igual en toda la trayectoria, afectando a ambas partículas, estas estarían perdiendo gradualmente energía cinética, degenerándose en radiación electromagnética y dispersando la señal provocando el llamado "ruido blanco''. Conclusión la información no podría ser llevada (y menos colocada) a grandes distancias, siendo probable que el radio de acción sea reducido y la poca probabilidad de transmisión por interrelación de sistemas cuánticos (PK y ESP). 3 - Según la paradoja experimental EPR, una medición realizada en un lugar no puede

afectar instantáneamente a otra partícula en otro lugar muy distante (telepatía) ESP. Entre otras cosas la ausencia de señales más rápidas que la luz, es un elemento vital en el establecimiento de una misma definición de pasado y futuro para todo el universo. Lo que descuenta la explicación científica de una transmisión física para la precognición o la retrocognición. 4 - El teorema de Bell, confirma la incertidumbre en la física cuántica, mostrando una mayor correlación que la permitida por la desigualdad de Bell. En el experimento de Aspect con la polarización de fotones, el resultado es verdaderamente que si la correlación no alcanza el 100%, habrá "ruido" en el mensaje. Aparte los sistemas correlacionados siguen siendo completamente impredecibles. Citando el ejemplo de monedas (ya dado anteriormente) yo no puedo hacer que la moneda caiga mostrando cara o cruz, según mi voluntad. Si cae mostrando cara, sabré que es muy probable que la de la otra persona que tiró simultáneamente otra moneda, muestre cara también; pero esto no sirve de nada. No poseemos ningún control sobre la secuencia de puntos y comas que se establece entre los sistemas (o partículas) y el mensaje degenera en ruido blanco. Considerando esto, cabria preguntarse, si el fenómeno parapsicológico no responde a las coordenadas tiempo y espacio (prescinde totalmente de ellas) y no puede ser transmitido por energía alguna, cual es la verdadera naturaleza de este fenómeno?. La explicación posiblemente sólo puede estar más alla de la ciencia ortodoxa y convencional. 5 - Con respecto a la función de la entropía, citando al mismo Prigogine, entramos en el principio del caos, donde la información si tuviera algún tipo de vehículo energético, se degradaría, recordando los límites que imponen las leyes de termodinámica con respecto a la distancia en sistemas cerrados y/o semiabiertos. 6 - Analizando el paradigma holográfico-cuántico; si bien el modelo es digno de investigación ulterior, no explica satisfactoriamente la adquisición de información a distancia sin estímulos de ninguna naturaleza. Si explica según la teoría de la información el ordenamiento dimensional de la información biológica y la comunicación humana (con sus limitaciones). 7 - Es interesante, sin embargo, el estudio de Persinger sobre las variables geomagnéticas en función de ESP y PK, sin embargo, volvemos sobre el tema de la distancia y la ausencia del estímulo físico. Además, el mismo Persinger reconoce que no se necesita dicha alteración, sino que la acción de la hormona ACTH (adenocorticotrópica), glucocorticoides, y su acción sobre la región hipocámpica-amigdalina, asociado a una labilidad lóbulotemporal, ACTH y glucocorticoides aumentados, permiten el acceso a ESP y PK (entre otras cosas), además del patrón que encuentra de abuso sexual infantil, entre algunos de estos sujetos. Cabe destacar que la acción de PSI, tanto en la investigación cuantitativa como en los casos espontáneos, no responden a patrones traumáticos o patológicos (ejemplo de clasificación cabras-ovejas). Debemos adoptar una posición de estudio global del contexto en donde se desarrollan estos fenómenos, su naturaleza profundamente humana, su significado de trascendencia, y sobre todo, la crisis global planetaria, para encontrar el significado de la función PSI, en la naturaleza humana. Estudios de este tipo están aún por hacerse, con valor, profundidad y el deseo honesto de aplicar, tanto el método científico, como el filosófico humanista, para llegar a una comprensión holística del universo, su destino final, y la función del hombre en el contexto evolutivo de la conciencia en el universo. Referencias CHARI, CT.K. (1974). Parapsychology, quantum logic, and infiormation theory. En Quantum Physics and Parapsychology (pp.74-84). Proceedings of an International. Conference held in Geneva, Switzerland. Parapsychology Foundation (Ed. ): New York, NY. DAVIS, Paul (1985). Superfuerzas. Salvat: Barcelona. EYSENCK, HANS & SARGENT (1993). Explicando lo Inexplicado: Los misterios de lo paranormal. Debate: Madrid GURNEY, Edmund; PODMORE, Frarnk; MYERS, Frederick (1905). Les Allutinations Telepathiques Alcan. París MCKENNA, Therence (1993), La Nueva Consciencia Psicodélica. Planeta: Buenos Aires NOVILLO PAULI, Enrique (1984). Los Fenómenos Parapsicológicos: Psi en laboratorio: Kapelusz. Buenos Aires RESNICK-HALLIDAY, S. (1982), Física II (pp,557, 583-587). Continental: México PERSINGER, Michael & KRIPPNER, Stanley (1989), Dream ESP experiments and geomagnetic activity.

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El campo de punto cero, llamado también vacío cuántico o mar de Dirac, constituye sin duda el punto de mira de la ciencia actual. Parece ser que desde la estrella más distante hasta los pequeñísimos corpúsculos, como el electrón y el quark, o incluso si dirigimos nuestra mirada a la célula de la materia viva, todo está envuelto en un mar de energía e información, gracias al cual todo está conectado con lo demás en una trama invisible.

La Teoría del Vacío Cuántico cambia nuestros conceptos acerca del mundo. Rige las relaciones entre la materia y la conciencia y está relacionado con mundos sutiles y una realidad superior; todo ello juega un papel importante en la evolución de la materia y en la comprensión de nuestra existencia. En los primerísimos instantes de vida de nuestro Universo, este vacío primordial dio lugar al nacimiento de las primeras partículas de materia y de luz. Por esta razón se dice que la masa es una estructura condensada de la energía que contiene el vacío en su seno. Es un potencial generador de todo lo observable; es la fuente de origen de todos los campos conocidos: electromagnético, gravitatorio y campos nucleares.

Desde hace muchos años, los textos esotéricos nos hablan de un "vacuum", la Esencia Divina donde permanecen latentes el Espíritu y la Materia. Este "vacuum" autocontiene los gérmenes de la Creación y de Él surgen a la vida la fuerza y la materia, los ladrillos básicos de toda forma y las leyes que gobiernan el comportamiento de todo ente físico/energético.

El vacío cuántico constituye un potencial energético infinito y representa un candidato prometedor para una fuente de energía sin límites y sin contaminación: la energía del punto 0, llamada ZPE (zero-point energy). Existe la posibilidad de extraer esta energía que con creces supera la densidad de energía nuclear; sabemos que la humanidad necesita de una fuente de energía nueva para su supervivencia en un futuro no lejano, debido a las escasas reservas de combustibles fósiles en la actualidad.

El campo punto cero también es un campo de información, en forma de ondas de torsión generadas por el spin de las partículas y que se extienden a lo largo de todo el Universo. El impulso magnético asociado al spin o

movimiento de rotación de todas las partículas subatómicas está registrado en el mar de energía virtual del vacío en forma de vórtices o remolinos.

Parece ser que este extraordinario dominio del vacío cuántico también puede ser el responsable de fenómenos de luz anómalos observados en numerosos lugares del mundo que tienen cierta facilidad para acumular dichas energías sutiles; lugares como Hessdalen (Noruega) o Wiltshire (Reino Unido). En este último, la observación de "misteriosas bolas de luz" está relacionada con la aparición de los "crop circles", figuras geométricas de diferente índole y complejidad que aparecen (sobretodo a principios de los noventa) en los campos de conreo. Todo ello está relacionado con la geometría sagrada, que produce efectos en estas energías sutiles

del vacío cuántico, pudiéndose utilizar para armonizar procesos energéticos, como p.ej. los relacionados con la salud y el bienestar.

Empecemos por definir el concepto de energía del punto cero, que para abreviar llamaremos ZPE (zero-point energy). En el siglo XX, argumentos teóricos y comprobaciones experimentales han demostrado que existe una radiación no térmica en el vacío que persiste incluso si la temperatura es de 0 Kelvin (temperatura más baja posible) y que corresponde a -273º C). En 1891, el mayor "futurista" mundial en el campo eléctrico, Nikola Tesla, dijo: "A través del espacio hay energía. Muchas generaciones pasarán, es cuestión de tiempo que nuestras máquinas serán movidas por un poder que se obtendrá de cada punto del Universo. En un futuro próximo, veremos una gran cantidad de aplicaciones de la electricidad (…). Podremos dispersar la niebla mediante fuerza eléctrica (…), centrales sin hilos se utilizarán con el propósito de iluminar los océanos (…), transmisión de energía sin hilos para que el hombre pueda solucionar todos los problemas de la existencia material. La distancia, que es el impedimento principal del progreso de la humanidad, será completamente superada, en palabra y acción"

Tesla nació en Croacia en 1856 y murió en Estados Unidos en 1943. Se desempeñó como pionero en el campo de la electricidad de alta tensión. Trabajó para Thomas Edison, pero lo abandonó para dedicarse exclusivamente a la investigación experimental y a la invención. Entre sus muchos inventos, se encuentran el motor de inducción de corriente alterna, los generadores de alta frecuencia, la bobina de Tesla y concibió el sistema polifásico para trasladar la electricidad a largas distancias. Su objetivo era transmitir la energía eléctrica gratuitamente a distancia sin la necesidad del hilo, mediante unas ondas no electromagnéticas, llamadas ondas escalares longitudinales que pueden propagarse a velocidades superiores a la lumínica. Dicho sistema se basaba en la capacidad de la ionosfera para conducir electricidad, valiéndose de la resonancia Schumann como medio de

transporte. Descubrió que la ionización de la atmósfera se puede alterar si ésta es cargada mediante ondas de radio de muy baja frecuencia (entre 10 y 80 Hz).

La energía del punto cero también es denominada por los términos "vibración del punto cero", "fluctuaciones cuánticas" o "flujo de partículas virtuales". Es llamada "vibración del punto cero" cuando se estudia los efectos de dicho campo sobre la materia, haciendo la analogía con un oscilador armónico. Imaginemos un electrón enganchado a un muelle sin fricción. Cuando el electrón es puesto en movimiento, oscila entorno de su punto de equilibrio, emitiendo energía electromagnética de radiación a la frecuencia de oscilación. Si no hubiera radiación de punto cero, el electrón llega a pararse. Pero, en realidad, ZPE continuamente confiere impulso al electrón de manera que éste nunca llega a detenerse del todo. La energía promedia que es transferida al electrón es igual a la frecuencia de oscilación multiplicada por la mitad de la constante de Planck (1/2h·f), siendo la constante de Planck h, constante y 10universal característica del mundo cuántico, igual a 6,63·10-34 J·s). De esta relación se

puede obtener fácilmente el cómputo de la densidad energética correspondiente al vacío y que se sitúa en el rango de entre 1024

58 Julios por metro cúbico; en otras palabras, una densidad astronómicamente elevada, difícil de concebir o de imaginar.

El segundo y el tercer término con los cuales se bautiza el campo de punto cero están en relación con las fluctuaciones que presenta gracias a la dinámica de unas partículas llamadas virtuales. El vacío es el escenario de una actividad "salvaje" de partículas elementales que van apareciendo y desapareciendo del mundo cuántico en un "abrir y cerrar de ojos" y que distorsionan el tejido espacio-temporal. Parejas de partículas y antipartículas surgen del vacío, se aniquilan, y son otra vez absorbidas por él.

Estas partículas virtuales también son los responsables de la transmisión de las fuerzas fundamentales de la naturaleza (fuerza gravitatoria, electromagnética, nuclear débil y nuclear fuerte). Actúan como mensajeras de información y de energía entre las partículas elementales que interactúan dando lugar a las fuerzas anteriormente mencionadas.

De hecho cada partícula subatómica está envuelta por una nube de partículas virtuales con la que continuamente interactúa. Cuando las partículas tienen carga eléctrica, como por ejemplo el electrón y el protón, éstas interactúan con partículas virtuales de carga opuesta dando lugar al fenómeno denominado

polarización del vacío, consecuencia de la redistribución de la carga en el campo de punto 0. El electrón está íntimamente conectado al flujo energético del vacío. Es importantísimo destacar el hecho de que la extracción de la energía del vacío está ocurriendo continuamente en cada átomo a lo largo del Universo, ya que cada electrón que pertenece al átomo y cada electrón libre son positivamente energizados. Pero, en el sistema atómico, los efectos del vacío cuántico y la pérdida por radiación se cancelan, como veremos más adelante.

Cada átomo está rodeado por fotones virtuales del vacío, que son emitidos y absorbidos incesantemente. Cada partícula del universo visible "conversa" incansablemente con una realidad "al otro lado" (realidad oculta), y que el físico David Bohm denomina orden implicado. En este orden invisible, se trascienden los conceptos de espacio y de tiempo, a la vez que la interacción entre la materia y la conciencia va creciendo en importancia. Además contiene información infinita, donde lo que sucede en la más pequeña parte afecta simultáneamente a toda la estructura.

Asimismo hemos de ser conscientes de que cada átomo de nuestro cuerpo físico está envuelto por esta realidad "etérica" con la cual intercambia energía e información. Esta realidad etérica constituida por el vacío cuántico rellena el espacio aparentemente vacío entre los átomos de los seres vivos. Esto es fundamental, porque ésta, con una gran probabilidad de certeza, va a ser la clave de muchos interrogantes de la Física actual y de muchos fenómenos aún no admitidos por la ciencia ortodoxa, como la telepatía, la telequinesis, la curación a distancia, la teletransportación, etc.

El físico A. E. Akimov y su equipo consideran el vacío cuántico como un campo de torsión que llena todo el espacio isotrópicamente. La teoría del campo de torsión afirma que todos los objetos, desde los quanta (la partícula de energía electromagnética más pequeña) hasta las galaxias, crean vórtices en el vacío, dando lugar a lo que se denomina la polarización del spin.

El spin o movimiento de rotación de estas partículas queda registrado en el mar cuántico por ondas de torsión que se generan y se transmiten por todo el campo. Estos vórtices creados por las partículas y otros objetos materiales transportan información, inter-conectando casi instantáneamente eventos físicos. Cuando dos o más ondas de torsión se juntan, forman una figura de

interferencia que integra las informaciones de las partículas que han creado los vórtices. La velocidad de grupo de estas ondas de torsión es del orden de 109

veces la velocidad de la luz. Incluso las neuronas en nuestro cerebro crean y reciben ondas de torsión.

Aquí la geometría tiene mucho que aportar. Diferentes estructuras geométricas, independientemente del material de que están construidas, juegan un papel fundamental en el proceso que acabo de describir. Colocando, por ejemplo, un cono en el vacío se produce una polarización; se crean dos regiones en el vacío con el spin opuesto, como se puede apreciar en la figura adjunta:

Este efecto también determina la variación de la intensidad de campo que se genera a lo largo del eje del cono. Con las pirámides sucede algo similar; varios grupos de investigadores de todo el mundo estudian los campos de energía sutiles que generan las pirámides y estudian su influencia sobre su entorno y dentro de su estructura. Debida a su forma geométrica, la pirámide genera y concentra un campo de torsión a su alrededor, potenciado las ondas cuánticas generadas.

Gracias a ello, se incrementa el flujo de la energía terrestre (hay una red energética sutil que se extiende por todo el planeta) y de la energía que proviene del Cosmos. Por ejemplo, la gran Pirámide de Giza fue construida con unas proporciones geométricas perfectamente estudiadas. Entre algunas de ellas cabe destacar la proporción áurea o número phi (φ), que aparece ampliamente en la naturaleza, y la relación entre la altura de la pirámide y su base que resulta ser la misma que entre el radio del hemisferio norte y el diámetro de la Tierra.

Gracias a ello, se incrementa el flujo de la energía terrestre (hay una red energética sutil que se extiende por todo el planeta) y de la energía que proviene del Cosmos. Por ejemplo, la gran Pirámide de Giza fue construida con unas proporciones geométricas perfectamente estudiadas. Entre algunas de ellas cabe destacar la proporción áurea o número phi (φ), que aparece ampliamente en la naturaleza, y la relación entre la altura de la pirámide y su base que resulta ser la misma que entre el radio del hemisferio norte y el diámetro de la Tierra.

Las fuerzas generadas por los campos de torsión podrían estar implicadas en la manifestación "fantasmal" de esferas luminosas observadas en diferentes lugares de la Tierra que tanto pueden ser visibles o no a simple vista (normalmente se suelen captar con película fotográfica infrarroja). Volveremos sobre ello más adelante.

Volvemos ahora a la extracción de la energía "omnipresente" en el vacío por parte de cada átomo. En el modelo del átomo propuesto inicialmente por Bohr1, quedaba por determinar la razón del porqué los electrones (cargas negativas) no se precipitan hacia el núcleo (de carga positiva) por la fuerza atractiva de Coulomb y por la pérdida de radiación que experimenta en su movimiento alrededor del núcleo. Debería de haber una fuerza repulsiva encargada de contrarrestar exactamente esta fuerza de atracción. El físico Harold Puthoff, del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Texas, argumenta que la nube de partículas virtuales que rodea el electrón puede actuar como la fuerza de repulsión y que el ritmo con el cual absorbe energía del vacío contrarresta la pérdida de energía experimentada por cargas aceleradas. De todo ello se concluye que el campo de punto cero es necesario para la estabilidad de los átomos en la teoría cuántica. Otros fenómenos atómicos, como la emisión espontánea [emisión de un fotón cuando un electrón excitado energéticamente salta a un nivel inferior de energía] y el desplazamiento de Lamb [ligera alteración de la frecuencia de la luz que emite un átomo excitado] también se deben a las fluctuaciones del vacío.

El efecto Casimir es otra evidencia de la existencia del ZPE. Se trata de la aparición de fuerzas entre placas metálicas neutras. El físico holandés Casimir calculó en 1948 que entre dos placas metálicas que están suficientemente cercanas debía de haber una atracción. El vació contiene un número infinito de frecuencias y el hecho de colocar dos placas paralelas hace que entre ellas sólo "estén" las longitudes de onda inferiores a la distancia de separación.

Las longitudes de onda mayores, que ejercen una fuerza total mayor, son excluidas. Esto provoca un desequilibrio entre fuerzas y una consecuente atracción entre las placas. La fuerza de Casimir es muy potente a distancias pequeñas, ya que es inversamente proporcional a la cuarta potencia de la distancia entre las placas, que suele ser del orden del micrón (1μm = 10-6m). Es

importante destacar la naturaleza atractiva o repulsiva de la fuerza de Casimir, dependiendo de la geometría y las dimensiones de

las placas, como veremos más adelante.

Incluso parece ser que la gravedad y la inercia son también pruebas de la existencia del campo de punto cero. Harold Puthoff, continuando el desarrollo de las teorías del Dr. Andrei Sakharov sobre la gravedad y la inercia, apunta al hecho de que la gravitación no es una interacción fundamental, pero sí un efecto inducido por el mar cuántico cuando la materia está presente. Puthoff dice que la masa corresponde a la energía cinética del campo de punto cero, que da lugar al movimiento de las partículas en el punto 0 ("Zitterbewegung" o movimiento de temblor) y que la gravedad es una especie de fuerza de Casimir de largo alcance y que corresponde a las longitudes de onda largas (o frecuencias bajas) del campo cuántico. Quedará por determinar el porqué la gravedad es tan débil y como ésta se unifica con las demás fuerzas de la naturaleza (fuerza electromagnética y fuerzas nucleares). Por otro lado, los Drs. Rueda y Haisch definen la inercia de la materia como la resistencia de ser acelerada a través del campo. La inercia estaría relacionada con la distorsión de dicho campo a altas frecuencias. Haisch también dice que la naturaleza de la masa es aparentemente más electromagnética que mecánica. La resistencia a la aceleración define la inercia de la materia pero interactuaría con el vacío como una resistencia electromagnética.

Recientemente, Alexander Feigel ofrece una explicación a la expansión acelerada de las galaxias distantes a partir de la fuerza ejercida por los fotones virtuales del vacío cuántico. Por observaciones recientes de explosiones de estrellas y de supernovas a distancias importantes, sabemos que se está produciendo una aceleración en el ritmo de expansión del Universo. Hay buenos argumentos para atribuir esta expansión acelerada a una forma de

energía de efecto antigravitatorio, y que podría estar proveída por el campo que nos ocupa.

Diferentes investigaciones en las propiedades del ZPE van dirigidas a la aplicación de métodos de conversión energética y obtener trabajo útil. Los diversos métodos incluyen sistemas mecánicos, térmicos, eléctricos y de fluidos. Cabría destacar, en diciembre de 1996, en los Estados Unidos, la patente del Dr. Frank Mead, director de "The AirForce Research Laboratory". Diseñó unos dispositivos esféricos con el objetivo de captar y amplificar la radiación de punto cero, aprovechando la energía de muy alta frecuencia y convertirla en energía eléctrica.

En esta patente se hace uso de la dispersión de la radiación del vacío por dichos receptores esféricos. Dependiendo del radio de las esferas, la resonancia acontece a la frecuencia correspondiente. Utilizando esferas grandes, éstas resuenan a frecuencias bajas, pero si las esferas son miniaturizadas hasta el orden del nanómetro (1nm = 10-9m), la densidad de energía, que

depende del cubo de la frecuencia, es mucho mayor. Cuanto más pequeño el dispositivo, mejor la optimización energética. Las

"femtoesferas", del orden de 10-15 metros, son las más prometedoras en esta línea; como lo son los neutrones, los protones, o

los electrones, que aún son más pequeños. Éstos últimos parecen ser los más adecuados, ya que están más íntimamente

conectados con el flujo del vacío.

En la última década, otros métodos más sofisticados se han ido desarrollando, los cuales voy a omitir en este artículo por su gran

complejidad de ingeniería y formulación asociada. Sin embargo, voy a hablar brevemente de la fuerza de Casimir la cual hemos

descrito antes, y que goza de interés en el estudio de la biología humana y en el campo de la terapéutica vibracional.

Como he apuntado antes, la fuerza de Casimir es muy potente a distancias cortas. Pero ésta puede ser atractiva, originando una

densidad de energía negativa, o repulsiva, de densidad energética positiva, dependiendo de la medida de las superficies y de los

volúmenes de los minúsculos dispositivos. La densidad de energía puede pasar bruscamente de ser positiva a negativa cambiando

ligeramente las medidas de los dispositivos utilizados (y con ello la presión de Casimir pasa de ser "hacia fuera" o "hacia dentro"),

como podemos apreciar en la figura adjunta:

Si utilizamos esferas dieléctricas podemos obtener una fuerza de Casimir atractiva con una presión hacia dentro. Éste sería el caso de células biológicas, las cuales son altamente dieléctricas. Por ejemplo, un linfocito B, de diámetro de un micrón (1μm = 10-6m), interactúa continuamente con la fuerza de Casimir que actúa hacia dentro,

compensando ésta. De hecho, a través de cada componente de la célula (retículo endoplásmico, ribosomas, membrana celular,

citoesqueleto) se está transfiriendo energía del vacío. En particular, sobre los microtúbulos de 25 nanómetros de diámetro,

filamentos del citoesqueleto que están constituidos a partir de tubulina, la fuerza de Casimir es muy considerable.

Stuart Hameroff, director asociado del centro de Investigación de la Conciencia de la Universidad de Arizona, y Roger Penrose

profesor de matemáticas de la Universidad de Oxford, proponen que en los microtúbulos del citoesqueleto y otra estructuras

dentro de las neuronas del cerebro, tiene lugar un fenómeno cuántico coherente que regula la función neuronal y que está

directamente relacionada con la conciencia. Las características particulares de los microtúbulos que son adecuados para efectos

cuánticos son su estructura cristalina, la organización de su función celular y la capacidad para el procesamiento de la

información.

Estructuras moleculares dentro del organismo con disposiciones geométricas diferentes crean densidades de energía de vacío

muy variadas las cuales la biología de las próximas décadas habrá de indagar.

El patrón geométrico es fundamental en la comprensión de todos los fenómenos llevados hasta el nivel cuántico. Geometría, campo cuántico del vacío y conciencia son tres grandes "colosos" que forman parte de un gran "Campo Unificado". Fenómenos de diversa índole están apuntando a esta fuerte interrelación de estos tres parámetros. La aparición de los "Crop Circles" sería un significativo ejemplo de ello.

Son complejos y hermosos patrones geométricos (imagen izquierda2) que aparecen de una forma natural (excluyendo, por supuesto, los reproducidos por el hombre) en los campos de conreo durante la noche principalmente.

Estos pictogramas se definen por los tallos de cereal que son doblados aproximadamente en un ángulo de 90º (imagen derecha3), no están rotos y continúan su crecimiento normal. Sin embargo, las formaciones son afectadas a nivel celular por algún mecanismo todavía desconocido.

A partir de los años ochenta empezaron a aparecer estos significativos dibujos geométricos, aumentando en tamaño y

complejidad a partir de los años noventa. Por regla general, los crop circles "visitan" los mismos campos cada año; suelen estar

en proximidad de lugares sagrados, templos paganos, círculos de piedras, dólmenes… como por ejemplo en la zona de Wiltshire,

Inglaterra. Se trata de un fenómeno abordable desde tres ángulos:

Físico-energético (en relación con el vacío cuántico), metafísico (significado esotérico de la geometría sagrada) y espiritual, ya que

estos dibujos parecen afectar en un profundo nivel de conciencia a algunas personas. De estas tierras mágicas legendarias de

Merlín nos están llegando "mensajes" o "respuestas" que son vitales en estos tiempos cruciales de la humanidad.

Desde el ámbito científico crece el interés por el estudio de las "bolas de luz" que aparecen con mucha frecuencia en la

proximidad de estas formaciones. A. Dmitriev, D.L. Dyatlov y A.V. Tetneov, científicos rusos, proponen que estos efectos

luminosos se deben a minúsculos agujeros negros creados por ondas gravitacionales y de torsión. Puede ser que estas esferas

sean susceptibles a la intención humana y a la focalización de la conciencia. Hay en juego una evidente naturaleza de interacción

psíquica.

Éstos que acabamos de ver son sólo unos pocos ejemplos de los muchos fenómenos que suceden en nuestro planeta, a veces

"silenciosamente", a veces con cierto ímpetu, para indicarnos o sugerirnos que hay una enorme Conciencia Colectiva que en

combinación con una fuente de Inteligencia Infinita, interactúa con fuerzas planetarias para cocrear fenómenos que nos hacen

pensar, reflexionar, indagar y mirar dentro de nosotros mismos.

Como hemos visto a lo largo de este artículo, el tema del campo de punto 0 o vacío cuántico, goza cada vez más de interés. Y tan

sólo estamos en los inicios de tal "delirante" investigación.

Tenemos a nuestro alcance un inmenso mar de energía que vibra con una precisión mecánica mesurable gracias a una "espuma

burbujeante de actividad, un potencial de energía para las generaciones futuras, con la intención de sustituir los (6) combustibles

actuales por una fuente de energía libre, limpia y poderosa. La ingeniería del vacío será un campo de estudio de primer alcance,

sobretodo dirigido a construir dispositivos óptimos para transformar la energía contenida en el espacio vacío en trabajo útil. La

era espacial futura en tema de propulsión también se valdrá de esta misma energía y se habrá de indagar como adecuar el tejido

espaciotemporal a los viajes por el espacio profundo (6).

Entender los mecanismos de transferencia energética y de información entre la célula viva y el campo de punto cero sería otro

escalón de conocimiento importante. La conciencia es fundamental en esta investigación, nuestros pensamientos, sentimientos y

emociones habrán de incluirse en la construcción de una Teoría Global. El nivel cuántico es el reino de la física de la conciencia.

El campo de punto cero está íntimamente conectado a nuestro estado de salud, a nuestra energía vital, a nuestra armonía interna

y por supuesto a nuestra evolución espiritual.

Tal vez, en algún punto de nuestro pasado, nuestros ancestros tenían conocimiento de todo este enorme poder e incluso, podían

controlar algunos procesos. Siguen siendo enigmas para la ciencia actual el cómo se construyeron las pirámides, el levantamiento

de los gigantescos moais de la Isla Pascuense o el desafío de la fuerza de la gravedad mediante la levitación que experimentan

algunos iniciados de la India. ¿Vestigios de un conocimiento superior que una vez pobló la tierra? Hay muy buenos indicios de

que antes del apogeo de la Grecia Clásica hubo un conocimiento de gran alcance a nivel planetario. Como decía Thor Heyerdahl,

antropólogo y explorador noruego, "Cuanto más sabemos, más nos percatamos de que en nuestro sistema solar no hay ningún

otro planeta tan fascinante y tan repleto de misterios antiguos y modernos como el nuestro".

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H. Puthoff, "Ground state of Hydrogen as a Zero-Point Fluctuation-Determinates State". Phys. Rev. D35, 1987, p3266

___, "Gravity as a Zero-Point-Fluctuation force" Physical Review A, vol 39, nº5, March 1989, p2336

___, "Engineering the zero-point Field and Polarizable Vacuum for Interstellar Flight" Journal of the British Interplanetary

Society. Vol 55, 2002, p137

K. Sherwood, "Non-Manmade Crop Circles as a "vacuum domain" phenomenon 2002

A. Thomas: "Crop Circles", Siruela, 2003

T. Valone, "Feasibility study of zero-point energy extraction from the quantum vacuum for the performance of useful work"

(2004, Integrity Research Institute Washington DC) ___, "Inside Zero-Point Energy", 1999

Notas:

1 Bohr, en 1913, dice que el átomo tiene un conjunto discreto de estados estacionarios con energías diferentes. En estos estados,

el átomo no radia energía electromagnética y su energía se mantiene constante. La emisión y absorción de radiación sólo sucede

cuando el átomo cambia de un estado estacionario a otro, dado por los saltos electrónicos entre niveles energéticos.

2 Imagen de detalle del crop circle aparecido el 19 de julio del presente año en West Overton (Wiltshire-Inglaterra) donde se

aprecia un retorcimiento de los tallos, los cuales quedan entrelazados.

© Teresa Versyp

3 Vista de un tallo doblado aproximadamente 90º. © Teresa Versyp

4 Imagen del crop circle en West Overton donde se aprecia que los tallos siguen vivos y el sentido horario con el que se han

plegado © Teresa Versyp

5 Vista aérea del pictograma © Teresa Versyp

6 Según los investigadores Froning y Roach, se puede rodear una nave espacial con un campo electromagnético toroidal que

distorsione y perturbe suficientemente el vacío con el objeto de reducir la resistencia y aumentar considerablemente la velocidad.

Las manifestaciones de la vida provienen de un único manantial de causalidad que incluye cada átomo del universo. De las partículas subatómicas a las galaxias gigantes, todo es al mismo tiempo parte infinitesimal y totalidad del "todo." Para decirlo en palabras simples: no existe - Esta concepción es el elemento base de las filosofías orientales, dónde en sustancia el mundo material es una ilusión, en donde por ejemplo los procesos de curación de las enfermedades dependen de cada uno de nosotros mismos, y las mismas curaciones milagrosas podrían ser en realidad debidas a un cambio del estado de conciencia que provoca cambios en el holograma corpóreo.... mientras no puede ser tal para las religiones monoteístas..... - El Paradigma Holográfico de Bohm. Un físico, Aspect, ha descubierto que los electrones también se "comunican" instantáneamente unos con otros a mil millones de km de distancia. Otro físico, Bohm, sostiene que eso es debido al hecho de que la separación es una ilusión, y que en realidad cada cosa estaría conectada a otra existente ya que conforman parte de un mismo "organismo." El paradigma holográfico, el más esmerado modelo realidad hasta ahora alcanzado por la ciencia, ha entusiasmado a los científicos - que, sin saberlo, y eso aumenta

el valor del descubrimiento, han confirmado todo lo que la doctrina esotérica desde siempre ha afirmado.

EL "PARADIGMA HOLOGRÁFICO" DE BOHM En 1982 Alain Aspect [físico de la universidad de París] y su equipo descubren que sometiendo a determinadas condiciones a las partículas subatómicas como a los electrones, ellas son capaces de comunicarse instantáneamente unas con otras independientemente de la distancia que las separa, sea 10 metros o 10 mil millones de kilómetros. Es como si cada individual partícula supiera exactamente que cosa están haciendo todas las demás. Este fenómeno puede ser sólo explicado de dos modos:

• o la teoría de Einstein que excluye la posibilidad de comunicaciones más veloces a la luz, que serían erradas

• o bien las partículas subatómicas son conectadas no-localmente La hipótesis más acreditada es [la segunda.] David Bohm, conocido físico de la universidad de Londres, recientemente fallecido, opinó que los descubrimientos de Aspect implican que la realidad objetiva no existe. A pesar de su aparente solidez, el universo es en realidad un fantasma, un holograma gigantesco y espléndidamente detallado. Un holograma es una fotografía tridimensional producida con la ayuda de un láser. Para crear un holograma el objeto a fotografiar viene primero sumergido en la luz de un rayo láser, luego a un segundo rayo láser se lo hace rebotar sobre la luz refleja del primero y el esquema resultante de la zona de interferencia dónde los dos rayos se encuentran es impreso sobre la película fotográfica. Cuando la película es revelada resulta visible sólo un enredo de líneas claras y oscuras, pero, al iluminar con otro rayo láser aparece el sujeto original. La tridimensionalidad de tales imágenes no es la única característica interesante de los hologramas. En efecto, si el holograma de una rosa es cortado a medias y luego iluminado por un láser, se descubrirá que cada mitad todavía contiene la entera imagen de la rosa. Si seguimos dividiendo las dos mitades, veremos que cada minúsculo fragmento de película siempre contendrá una versión más pequeña, pero intacta, de la misma imagen. De otra manera, de las normales fotografías, cada parte de un holograma contiene todas las informaciones poseídas por el holograma íntegro. Esta característica de los hologramas nos provee una manera totalmente nueva de comprender los conceptos de organización y orden En casi todo su transcurso la ciencia occidental ha actuado bajo el prejuicio de que el modo mejor de entender un fenómeno físico, se trate de una rana o de un átomo, fue seccionando y estudiando las varias partes. Los hologramas nos enseñan que algunos fenómenos pueden exceder a este tipo de aproximación. La intuición le sugirió a Bohm una dirección diferente para así poder comprender el descubrimiento del doctor Aspect. Se convenció de que el motivo por el cual las partículas subatómicas quedan en contacto, independientemente de la distancia que las separa, reside en el hecho de que su separación es una ilusión. En un cierto nivel de realidad más profunda, tales partículas no son entidades individuales sino extensiones de un mismo "organismo" fundamental.

Para explicar su teoría Bohm utilizó este ejemplo: imaginen un acuario conteniendo a un pez. También imaginen que el acuario no es directamente visible, que sólo se lo ve por dos telecámaras, una situada frontalmente y la otra lateralmente, con respecto al acuario. Mientras miramos los dos monitores televisivos podemos pensar que los peces visibles sobre los monitores son dos entidades separadas, la diferente posición de las telecámaras nos dará en efecto dos imágenes levemente diferentes. Pero, siguiendo con la observación de los dos peces, al final nos percataremos que hay cierta unión entre ellos: cuando uno se vuelve, también el otro se volverá; cuando uno mira frente a si, el otro mirará lateralmente. Si nos quedáramos completamente en la oscuridad con el objetivo real del experimento, podríamos llegar a creer que los dos peces se estén comunicando entre sí, instantánea y misteriosamente. Si las partículas subatómicas nos aparecen separadas es porque somos capaces de sólo ver una porción de su realidad, ellas no son "partes" separadas, sino tallas de una unidad más profunda y básica, que resulta por fin igualmente holográfica e indivisible como nuestra rosa. Y ya que cada cosa en la realidad física es constituida por estas "imágenes", se comprueba que el universo mismo es una proyección, un holograma. Si la separación entre las partículas subatómicas es solo aparente, eso significa que, a un nivel más profundo, todas las cosas son conectadas infinitamente. Los electrones de un átomo de carbono del cerebro humano están conectados a las partículas subatómicas que se encuentran en cada salmón que nada, cada corazón que late y en cada estrella que brilla en el cielo. Todo penetra todo... Cada subdivisión necesariamente resulta artificial y toda la naturaleza no es otra cosa que una inmensa red interminable. En un universo holográfico hasta el tiempo y el espacio no serían más que principios fundamentales, ya que conceptos como la localidad (ubicación) son quebrantados en un universo donde nada está realmente separado del resto: también el tiempo y el espacio tridimensionales como así también las imágenes del pez sobre los monitores de TV, debería ser interpretados como simples proyecciones de un sistema mucho más complejo. A un nivel más profundo, la realidad no es otra que un tipo de super-holograma, dónde el pasado, el presente y el futuro coexisten simultáneamente; ésto implica que, teniendo los instrumentos apropiados, un día podríamos entrar en aquel nivel de la realidad y recoger las escenas de nuestro pasado por largo tiempo olvidado. Que otra cosa podría contener el super-holograma queda como una pregunta sin respuesta. Hipotéticamente., admitiendo que ello exista, debería de contener cada individual partícula subatómica que sea, que haya sido y

que será, además de cada posible configuración de materia y energía: desde copos de nieve a estrellas, de ballenas grises a los rayos gama.

Deberíamos imaginarlo como un tipo de almacén cósmico de Todo lo que Existe.

Si es verdadero que el universo está organizado según principios holográficos, cada partícula existente contendría en sí misma la imagen entera. Trabajando en el campo de investigación sobre las funciones cerebrales, también el neurofisiólogo Karl Pribram, de la universidad de Stanford, se ha convencido de la naturaleza holográfica de la realidad. Numerosos estudios en los años '20, demostraron que los recuerdos permanecen en determinadas zonas del cerebro: nadie logró explicar cuál es el mecanismo que permite al cerebro conservar los recuerdos, hasta que Pribram aplicó a este campo los conceptos de la holografía. El Dr. Pribram cree que los recuerdos no son almacenados en las neuronas, o en pequeños grupos de neuronas, sino en los esquemas de los impulsos nerviosos que se entrecruzan por todo el cerebro. Por lo tanto, el cerebro mismo funciona como un holograma. La teoría de Pribram también explica de qué manera este órgano logra contener una tal amplia cantidad de recuerdos, en un espacio tan limitado. Ha sido calculado que el cerebro de nuestra especie tiene la capacidad de almacenar cerca de 10 mil millones de informaciones, durante el transcurso de la vida media, más o menos el equivalente a cinco ediciones de la enciclopedia Treccani. Se ha descubierto que también los hologramas poseen una sorprendente capacidad de memorización: en efecto, sencillamente cambiando el ángulo de los dos rayos láser que golpean una película fotográfica, se puede acumular mil millones de informaciones en un centímetro cúbico de espacio.... y también correlacionar ideas y descodificar frecuencias de distinto tipo. Nuestra asombrosa capacidad de recobrar velozmente cualquier información del enorme almacén de nuestro cerebro resulta explicable más fácilmente, si se supone que ello funciona según principios holográficos. No es necesario hojear el gigantesco archivo alfabético cerebral, ya que cada fragmento de información semeja siempre estar instantáneamente correlacionado al todo. Y esta es otra particularidad típica de los hologramas. Se trata quizás del más elevado ejemplo en la naturaleza, de un sistema de correlación cruzada.

Otra característica del cerebro, explicable con base en la hipótesis de Pribram, es su habilidad en traducir el alud de frecuencias luminosas, sonoras, etcétera, que recibe por los sentidos, en el mundo concreto de nuestras percepciones. Codificar y descodificar frecuencias es exactamente lo que un holograma sabe hacer mejor. Tal como un holograma suple, por así decir, a un instrumento de traducción, capaz de convertir un montón de frecuencias faltas de sentido en una imagen coherente, así el cerebro usa los principios holográficos para matemáticamente convertir las frecuencias recibidas en percepciones interiores. Hay una impresionante cantidad de datos científicos que confirman la teoría de Pribram, compartida por muchos otros neurofisiólogos. El investigador italo-argentino Hugo Zucarelli ha aplicado recientemente el modelo holográfico a los fenómenos acústicos, despertado la curiosidad por el hecho de que los humanos podrían localizar el manantial de un sonido sin girar la cabeza, habilidad que conservan aunque sordos de una oreja. Ha resultado que cada uno de nuestros sentidos es sensible a una variedad de frecuencias mucho más amplias que lo supuesto.

Si el mundo concreto no es otro que una realidad secundaria y, lo que existe no es otra cosa que un torbellino holográfico de frecuencias y, si el cerebro sólo es un holograma que selecciona algunas de estas frecuencias, transformándolas en percepciones sensoriales, ¿qué cosa seria la realidad objetiva? En otras palabras: no existe. El mundo material es una ilusión. Nosotros mismos creemos ser entidades físicas que se mueven en un mundo físico; pero todo ésto es parte del campo de la pura ilusión. En realidad somos un tipo de "receptores" que flotan en un calidoscópico mar de frecuencias y lo que extraemos de ello lo transformamos mágicamente en realidad física: uno de los mil millones de "mundos" existentes en el super-holograma. Este impresionante nuevo concepto de la realidad ha sido bautizado "paradigma holográfico" y aunque muchos científicos lo hayan acogido con escepticismo, ha entusiasmado a muchos otros. Un pequeño, pero creciente, grupo de investigadores está convencido de que se han liberado del modelo de realidad hasta ahora alcanzado por la ciencia, dónde los así llamados estados "alterados de conciencia" podrían ser sencillamente el paso a un nivel holográfico más elevado. También la medicina y todo lo que conocemos sobre el proceso de curación, serían transformados por el paradigma holográfico. En efecto, si la aparente estructura física del cuerpo no es otra cosa que una proyección holográfica de la conciencia, resulta claro que cada uno de nosotros es mucho más responsable de la misma salud de lo que reconozcan los actuales conocimientos en el campo de la medicina. Las que nosotros ahora consideramos

curaciones milagrosas podrían ser en realidad debidas a un cambio del estado de conciencia que provoca cambios en el holograma corpóreo. Del mismo modo, podría darse que algunas controvertidas técnicas de curación alternativa como la "visualización" resulten eficaces, porque en el dominio holográfico del pensamiento las imágenes son reales. El mundo concreto es una tela blanca que espera ser pintada. Quizás estemos todos de acuerdo que, exista o no exista, lo que consideramos "realidad consensual" ha sido formulada y ratificada a un nivel de conciencia humana en el que todas las mentes están ilimitadamente unidas entre sí. La más profunda e importante de todas las consecuencias conexas al paradigma holográfico implicaría que, los milagros no son más habituales por el mero hecho de no haber programado nuestras mentes con las convicciones adecuadas para que se produzcan. En un universo holográfico no hay límites a los cambios que podemos aportar a la sustancia de la realidad, porque lo que percibimos como realidad es solamente una tela en espera a que se la pinte con cualquier imagen que queramos. Todo es posible, desde el doblar cucharas con el poder de la mente, a los fantasmagóricos acontecimientos vividos por Carlos Castañeda durante sus encuentros con don Juan, el chaman Yaqui descrito en sus libros. Todo esto no será, ni más ni menos milagroso que la capacidad que tenemos de plasmar la realidad a nuestro agrado durante los sueños. INTRODUCCION A LA TEORIA DE CUERDAS: Las teorías completas, que aspiran a conocer los últimos constituyentes del universo y sus relaciones, suelen llamarse Teorías del Todo o TOEs (en inglés). La primera TOE, podría considerarse que fue la construida por los filósofos griegos Leucipo y Demócrito, en el siglo V (a.de C).Fue llamada Atomismo y suponía que el mundo estaba formado por átomos, la parte más elemental e indivisible de la materia, y por el vacío. En el siglo XVII, con el surgimiento de la ciencia moderna, con los trabajos de Galileo y Newton fue posible imaginar que cualquier movimiento, incluso el de los átomos, obedecía a leyes físicas conocidas. Esto inspiró a Laplace su famoso calculador “diabólico”: “ Una inteligencia que conociera, en un instante dado, tanto la totalidad de las fuerzas que actúan en la naturaleza como las posiciones de todas las cosas y relacionarlas en una única fórmula tendría la certeza absoluta. Tanto el pasado como el futuro estarían presentes ante sus ojos”. En esta afirmación se observa también el espíritu de una especie de Teoría del Todo. Cuando se añadió la teoría de Maxwell del electromagnetismo a las leyes de Newton (segunda mitad del XIX) muchos físicos imaginaban que había llegado la teoría final de la física, capaz de explicarlo todo. En un discurso ante la British Association for the Advancement of Science, en 1900, Lord Kelvin dijo:“Ya no hay nada nuevo que descubrir en física. Todo lo que queda es hacer medidas cada vez más precisas”. Parecía alcanzada la TOE definitiva. Pero con los descubrimientos del electrón y la radiactividad, la teoría cuántica de Plank y la teoría de la relatividad de Einstein se barrieron por completo las bases de la física conocida hasta entonces. Además, el átomo podía dividirse en partículas más elementales: electrones, protones y neutrones. Después del desconcierto inicial, más de setenta años de descubrimientos de nuevas partículas y con los nuevos conocimientos adquiridos en el desarrollo de la mecánica cuántica y de la relatividad, algunos físicos se sintieron alentados a plantear una nueva Teoría del Todo: la teoría de supercuerdas. Su mundo es el ultra-microscópico, millones de millones, de millones, de veces inferior al mundo atómico, y sus orígenes se remontan a finales de los años sesenta del siglo XX con el trabajo de Gabrielle Veneziano sobre los hadrones de corta vida. Estos eran conocidos como resonancias puesto que emergían de los colisionadores

parecían estados excitados de otros hadrones. Se suponía que sus componentes internos, al colisionar, se excitaban a niveles cuánticos de energía superiores. Veneciano propuso un modelo meramente matemático que no obedecía a ninguna imagen física, pero posteriormente resultó claro que describía el movimiento cuantizado de una cuerda. El modelo de cuerdas para los hadrones tenía sentido, pues estan constituidos por quarks y estos interaccionan mediante ligaduras parecidas a trozos de goma que los unen: La fuerza inter-quarks crece con la distancia de forma similar al estirar un trozo de goma elástica. Además, de la teoría matemática surgía de forma natural una partícula que no tenía nada que ver con las fuerzas nucleares (los nucleones, como neutrones y protones son hadrones), no tenía masa y poseía un spin 2 . Curiosamente era la partícula, que aparecía en la teoría de la relatividad general de Einstein, llamada gravitón, capaz de transmitir la fuerza gravitatoria. La teoría de cuerdas parecía ser, a la vez, una teoría de la gravitación y una teoría cuántica, lo que ya era un logro al unir dos teorías tan importantes. Además, las partículas ya no se representaban de forma puntual sino por la vibración de una cuerda. Según el modo de excitación de la misma representan una partícula u otra, de mayor o menor energía o masa pero esa energía se extiende a lo largo de la cuerda y no se concentra en un punto matemático, con lo que se evitan ciertos valores infinitos imposibles de tratar. Una dificultad inicial consistía en que la consistencia matemática de la teoría requería que el espacio-tiempo tuviera veintiseis dimensiones, aunque posteriormente se encontraron teorías consistentes con diez dimensiones: tres ordinarias, seis compactadas (o enrolladas sobre si mismas) más el tiempo. Además estas teorías tienen un tipo especial de simetría llamada supersimetría que relaciona las dos clases diferentes de partículas elementales, los bosones (partículas de fuerza, como el fotón) y los fermiones (partículas de materia, como los electrones). Su objeto fundamental es un tipo de cuerda, con grados de libertad extra que la hacen supersimétrica, por lo que es llamada supercuerda. Sin embargo, para conseguir una teoría completa, parece que necesitamos formularla de forma independiente del espacio-tiempo, pues todavía se describe a las cuerdas moviéndose en un fondo espaciotemporal. La situación es similar a la que se encontró la electrodinámica, con las ecuaciones de Maxwell descritas como vibraciones en un supuesto éter que llenaba todo el espacio. Los experimentos y la genialidad de Einstein desterraron al éter como medio necesario para las vibraciones electromagnéticas. En la Teoría de Cuerdas (o supercuerdas) completa el propio espacio-tiempo surgirá de la relación entre cuerdas que interactúan, no será ajeno a ellas. Esperamos que esta teoría pueda explicar, de la forma más sencilla posible y elegante, las cuatro interacciones fundamentales y la masa y características de todas las partículas . Provocará una revolución que afectará a todos los órdenes de nuestra vida (como la ha provocado la relatividad y la mecánica cuántica, o mucho más) y nos enseñará a ver un mundo diferente y a comprenderlo con mayor profundidad en su nivel más elemental, pero lógicamente no nos lo explicará todo, aunque será llamada una Teoría del Todo. Libros recomendados: Supercuerdas ¿Una Teoría de Todo?. Edic. de PCW Davies y J Brown. Alianza Editorial. Libro muy ameno que se presenta con una introducción muy asequible, sin fórmulas, y continúa con varias entrevistas a grandes físicos como los propios fundadores de la teoría y R. Feynman o S. Weinberg. El universo elegante, de Brian Greene. Drakontos (2007) , es un libro explicado con mucha claridad y actualizado sobre lo último en teoría de supercuerdas: la teoría M, que engloba las anteriores teorías de cuerdas en un espaciotiempo de once dimensiones. 01 de junio de 2007

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(Noticia cientifica española del 15 de enero del 2009)

Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid han trasladado a un 'chip' las propiedades de un flujo de partículas materiales, los polaritones, en estado de superfluidez, que permiten su transporte sin pérdida alguna en el proceso, lo que abre grandes vías en la investigación de la opto-electrónica.

El físico Daniele Sanvitto, autor de este trabajo publicado en Nature, y que ha sido realizado junto con otros miembros del grupo SEMICUAM de la Universidad Autónoma de Madrid, ha explicado que, aunque se trata de investigación básica, este 'chip' podría utilizarse en el futuro en sectores como la cirugía, la transmisión de información sin pérdidas, la computación cuántica, Internet...

En el futuro, podrían usarse 'láseres de polaritones' (bosones compuestos de excitones y fotones) que reducirían casi totalmente cualquier tipo de pérdidas.

Una de las particularidades de este flujo de partículas es que todas ellas "participan de un estado común de movimiento coherente, como si de una gran partícula se tratara, como un conjunto".

Uno de los efectos más espectaculares observado es que el flujo de este conjunto de partículas tiene lugar sin perturbarse incluso cuando un obstáculo se interpone en su camino.

El trabajo, realizado en colaboración con el Laboratorio de Fotónica y Nanoestructuras del CNRS en París y un grupo de Física de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido, abre el camino para futuras posibilidades de utilización práctica de condensados de Bose-Einstein y su integración con la nanoelectrónica actual.

Condensado de Bose-Einstein

Un condensado de Bose-Einstein es un estado de la materia en el que ciertas partículas (bosones) pierden sus características individuales para colapsar en un único estado colectivo y en el cual los efectos cuánticos se manifiestan en una escala macroscópica.

A finales de los años 30 se observó que, a muy bajas temperaturas (-271ºC ó 2,17 grados Kelvin) cerca del cero absoluto, el helio-4 se comportaba como un nuevo fluido con propiedades inusuales como la ausencia de viscosidad (fluir sin disipar energía) y la existencia de vórtices (pequeños remolinos indestructibles) cuantizados, un estado al que se le conoce como superfluido.

Un fenómeno similar y más conocido es la superconductividad: conducción eléctrica sin resistencia, a bajas temperaturas, debida a la formación de parejas de electrones.

Para lograr la observación de superfluidez en un condensado de polaritones han sido esenciales tanto los dispositivos semiconductores de última generación como la construcción de un sistema experimental, financiado a través de Programas como el Consolider del Ministerio de Educación y Ciencia y el de Excelencia de la Comunidad

de Madrid, que permite obtener películas, compuestas de imágenes con resolución microscópica, en una escala de tiempos ultrarrápida.

En estas películas se muestran condensados de polaritones moviéndose a altísimas velocidades, tan sólo 100 veces menores que la velocidad de la luz; además estos condensados fluyen como un superfluido sin verse perturbados por la presencia de otros objetos microscópicos.

Las nuevas posibilidades que ofrecen los polaritones se basan en las temperaturas relativamente altas a las que se consigue la superfluidez, más de un millón de veces superiores a las de los superfluidos atómicos, y en su total adaptación a los dispositivos opto-electrónicos habituales.

LA LATISE de Jacobo Grinberg

Esta compilación intenta establecer un parámetro entre todas estas ideas y aquí ligo las siguientes con aquello que antes aquí se refiere a la punta de la nariz rescatada del holograma destruido; punta en la que se encuentras toda la información del rostro que es ese holograma y según creo a esto Grinberg se refiere en Los Chamanes de México: Pachita, al hablar de un espacio de elevadísima sintergia, pero claro, en un grado menor. Y lo cito a continuación:

“El Hermano seguía operando y de vez en cuando sonreía seguramente atento a la conversación entre T. y el Padre.

Por fin terminó y vendamos al sacerdote.

Yo me sentía tan energetizado y seguro de mí mismo que empecé a platicarles acerca de mis nuevas investigaciones:

—En el laboratorio —les dije con voz confiada—, estamos demostrando que el cerebro humano puede crear una fuerza antigravitacional y eso siempre sucede cuando ocurre un proceso de unificación informacional que podría definirse como una expansión de conciencia.

—Eso me gusta mucho —me dijo el Hermano.

—También —continué yo—, hemos visto que existen niveles ascendentes de concentración informacional y que tanto el cerebro como el espacio están organizados en forma convergente de tal forma que se puede concebir la existencia de puntos infinitesimales conteniendo la información total del universo. A esos puntos los hemos considerado como pertenecientes a un espacio de elevadísima “sintergia” ocurriendo en ellos fenómenos muy interesantes.

Cada vez me emocionaba más y no sabia si todos me entendían pero continué.

—En un espacio de alta sintergia es tal la unificación que se trasciende el tiempo y el mismo espacio. Allí existe una máxima redundancia informacional y un alejamiento o quizás inversión de la fuerza gravitacional. Cuando un cerebro alcanza estados de elevada conciencia, también trasciende el espacio, el tiempo y la gravitación afecta el

espacio que lo circunda creando una fuerza antigravitacional. Al menos eso indican nuestros resultados experimentales.

—Eso seria —me interrumpió el Padre E.—, la evidencia de un contacto con Dios.”

Y continua diciendo:

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“ENTRE LA JUSTICIA Y LA RUEDA DE LA FORTUNA

Cuando entendí la diferencia entre el bien y el mal y me percaté que existían “seres humanos” que viven sin reconocerla, supe que el mundo de las conciencias puede estar separado del Ser a pesar de que este último es el verdadero el que decide.

Mis concepciones teóricas me llevaban hacia la consideración de que de la misma forma en la que en un espacio de máxima sintergia, la redundancia es óptima, así (en el último paso), el Ser pierde su individualidad y es igual para todos.

La conciencia, en cambio, es individual.

Entre la Rueda de la Fortuna (o sea el desconocimiento del bien y el mal), y la Justicia (o sea el conocimiento de la diferencia entre el bien y el mal) se encuentra la fuerza. Desde la inmadurez hasta el conocimiento se requiere la energía.

Quien desee penetrar a la realidad de las certezas y a la sincronicidad consciente, debe adquirir fuerza. De otra forma sobreviene la confusión, la tristeza y el olvido.

Dicen que el estado adulto implica la aceptación de la división intra psíquica y la coexistencia de varios niveles de conciencia. Pienso que la coexistencia y la división antes referidas son parte de un proceso, pero no la verdadera identidad. Esta es indivisible y no acepta debilidades como partes esenciales de su verdadera naturaleza.

Sé que Cuauhtémoc y Pachita son dos entidades separadas en el nivel de la conciencia, pero unidas en el nivel del Ser.

Que la verdadera identidad es el Ser y mientras éste no se alcance es necesario amar el proceso.

La aceptación de la coexistencia de varios niveles de conciencia o en términos budistas, de los 10 mundos como esenciales, lleva a la dispersión y al olvido.

La aceptación de su realidad como proceso, sin el olvido de la verdadera identidad, lleva al desarrollo sin el peligro de perderse en la dispersión.

Sin embargo esto no resuelve el problema de la individualidad, ni lo encara en una forma tal, que su desarrollo lleve a aclarar el momento en el que aparece.

Un ejemplo de la dificultad de establecer el umbral de la creación de la vida propia, es el nacimiento de un bebé.

Dos seres humanos se enamoran y conjugan sus energías. Pronto en su interacción se comienza a crear un tercer elemento emergente. En cierto nivel de su relación, la propiedad emergente creada comienza a

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Desde el primer día que la vi, me impresionó mucho la joven de facciones bellísimas que en una operación convencional había sido sobré anestesiada y descerebrada.

En silla de ruedas, inmóvil, sorda, muda, ciega y sin control motor había sido llevada con Pachita después de que una docena de neurólogos y otros tantos especialistas en otras áreas la habían desahuciado.

Cuauhtémoc decidió reconstruir el cerebro de la joven y en una serie de 10 operaciones de las cuales yo había estado en las últimas cuatro, había logrado devolver el control esfintereano, la vista, el oído, la capacidad de tenerse en pie y últimamente las primeras señales de lenguaje verbal.

Injertaba porciones de corteza y de estructuras subcorticales en el cerebro muerto de la joven ante mi asombro y la felicidad de los padres que día a día la veían crecer, recuperarse y volver a ser ella misma. Esto último, sin embargo, me preocupaba sobremanera y en esta ocasión al ver que los padres de la joven penetraban con su hija al recinto, decidí preguntarle al Hermano.

— ¡Hermano! —le dije con curiosidad—, cuando la niña se recupere; ¿cómo será su conciencia?

—La misma que antes, mi cariñoso hermano —me contestó.

—¿Pero entonces? —insistí yo—, ¿la conciencia no emerge sino se conecta?

—Por supuesto —dijo Cuauhtémoc—, el cerebro es sólo un medio para establecer la conexión.

Durante años yo me había preguntado acerca de las bases neurofisiológicas de la experiencia y había llegado a la conclusión de que ésta aparece como resultante emergente de la interacción de dos campos energéticos; por un lado el neuronal y por otro el asociado con la estructura del espacio. El postular una propiedad emergente, satisfacía el salto dimensional que implica pasar de la actividad neuronal a la experiencia; sin embargo, la conclusión me había dejado insatisfecho y falto de recursos para explicar ciertos fenómenos. Por fin, desesperado por una solución y poco antes de conocer el trabajo de Cuauhtémoc, ya había considerado que la experiencia y la conciencia no eran producto emergente sino causa y primer dato.

Lo que el Hermano me decía ahora estaba de acuerdo con esta última consideración. El sistema nervioso como antena de la conciencia o como lente a través de la cual se construye la realidad, era la conclusión que no se escapa. Esto no invalidaba el postulado de interacción energética pero sí indicaba que su flujo direccional no era de la actividad neuronal hacia la experiencia y la conciencia sino de esta última hacia la actividad cerebral. Así, se podía aceptar la existencia de conciencias fuera de cuerpos

orgánicos, (por ejemplo Oiauhtémoc) y de cerebros capaces de establecer un contacto con tales conciencias, (por ejemplo Pachita).

Lo asombroso y extraordinario era la derivación lógica hacia la conciencia personal. Quiero decir que mi conciencia como la de cualquiera que lea esto, existe fuera de nuestros cuerpos, independiente y libre y que nuestros cerebros establecen un contacto con ella y nos dan la sensación de poseerla internamente.

Tal es la conclusión, cierta y asombrosa..