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LA PERSEVERANCIA. Dios no quiso manifestar solemnemente el misterio de la salvación humana antes de enviar el Espíritu prometido por Cristo. Por eso vemos a los Apóstoles, antes del día de Pentecostés. Hch 1:14 Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra" (Lumen gentium, 59). Ahí estaba María con los apóstoles , en oración íntima, preparándoles para la venida del Espíritu Santo, animándoles, pues Jesús se acababa de ir al cielo , y ellos se sentían solos, desprotegidos y con mucha añoranza del Maestro. ¿Qué les diría María? ¿Cómo les animaría? Cuántos recuerdos se agolpaban en la mente y en el corazón de María y de los apóstoles. Metámonos también nosotros en ese Cenáculo para prepararnos, con María, para la venida del Espíritu Santo . María ya tenía una larga historia personal con el Espíritu, desde la Encarnación. ¿Quién mejor que Ella para enseñarnos cómo prepararnos para Pentecostés? Virgen María hallado gracia delante de Dios por tu oración silenciosa, perseverante, confiadísima, y por tus virtudes , delicadamente sembradas en el alma de quien debía recibir al Salvador del mundo , y aceptadas por ti con alegría, y vividas con fe, no como carga u obligación, sino como signo de amor. Imitar a los Apóstoles y perseverar en la unidad de acuerdo al Libro de los Hechos de los Apóstoles , unidos preparándonos, deseando lo que los Apóstoles estaban deseando . Si somos padres nos ayuda a perseverar en la misión de educar en la fe, en la moral y en todo aquello que es propiamente humano a nuestros hijos . En fin, el Espíritu Santo nos ayuda a comprender nuestra misión en la vida como miembros del Cuerpo de Cristo. Nos ayuda a vivir “en Cristo”.

La Perseverancia

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LA PERSEVERANCIA.

Dios no quiso manifestar solemnemente el misterio de la salvación humana antes de enviar el Espíritu prometido por Cristo. Por eso vemos a los Apóstoles, antes del día de Pentecostés.

Hch 1:14 Todos ellos perseveraban juntos en la oración en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.

María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra" (Lumen gentium, 59).

Ahí estaba María con los apóstoles , en oración íntima, preparándoles para la venida del Espíritu Santo, animándoles, pues Jesús se acababa de ir al cielo, y ellos se sentían solos, desprotegidos y con mucha añoranza del Maestro. ¿Qué les diría María? ¿Cómo les animaría? Cuántos recuerdos se agolpaban en la mente y en el corazón de María y de los apóstoles. Metámonos también nosotros en ese Cenáculo para prepararnos, con María, para la venida del Espíritu Santo. María ya tenía una larga historia personal con el Espíritu, desde la Encarnación. ¿Quién mejor que Ella para enseñarnos cómo prepararnos para Pentecostés?

Virgen María hallado gracia delante de Dios por tu oración silenciosa, perseverante, confiadísima, y por tus virtudes, delicadamente sembradas en el alma de quien debía recibir al Salvador del mundo, y aceptadas por ti con alegría, y vividas con fe, no como carga u obligación, sino como signo de amor.

Imitar a los Apóstoles y perseverar en la unidad de acuerdo al Libro de los Hechos de los Apóstoles, unidos preparándonos, deseando lo que los Apóstoles estaban deseando.

Si somos padres nos ayuda a perseverar en la misión de educar en la fe, en la moral y en todo aquello que es propiamente humano a nuestros hijos. En fin, el Espíritu Santo nos ayuda a comprender nuestra misión en la vida como miembros del Cuerpo de Cristo. Nos ayuda a vivir “en Cristo”.

Él fortalece su voluntad para que puedan perseverar en el camino de la vida superando las diversas dificultades y sufrimientos.

Don de Fortaleza: Es lo que nos permite ser dóciles a la fuerza y al dinamismo de Dios, que ayuda a resistir a las tentaciones y a vencerlas. Mueve a cumplir la voluntad divina.

Ayuda en la perseverancia como una fuerza sobrenatural.

Nos ayuda a soportar pacientemente y con valentía las dificultades de la vida.

“QUE EL SEÑOR NOS DÉ A TODOS” LA “GRACIA DEL CORAJE” Y LA "PERSEVERANCIA" EN LA ORACIÓN- PAPA FRANCISCO.

Efe 6:18 Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin

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desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos.