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REVISTA CUBANA DE PSICOLOGÍA Vol.IV, No . 1 , 1987
"La personalidad del deportista" Lie. Luis Gustavo González Carballido. Instituto de Medicina Deportiva
RESUMEN .
El estudio de la personalidad constituye una de las direcciones princi
pales del trabajo de preparación psicológica del deportista de alto rendi
miento ,
Después de considerar la discusión actual acerca de las relaciones entre la
Psicología de la personalidad y la Psicología general, la estructura de la
personalidad y los métodos para su estudio, se establecen las líneas funda
mentales que, en opinión del autor, deben regir el estudio de la personali
dad del deportista.
Se propone una estructura jerárquica compuesta por cuatro niveles, de los
cuales el más importante es el "consciente volitivo", que posibilita al atle
ta orientar su conducta en una dirección determinada, basada en la integra
ción estrecha de sus procesos cognitivos y afectivos.
El estudio de la personalidad del deportista, integrando su historia, los resu L
tados de distintas pruebas y el análisis del producto de su actividad, se
conduce analizando cualitativamente la interrelación de cada uno de los ni
veles reguladores que integran la estructura propuesta.
2J
ABSTRACT
The study of personality constitutes one of the principal aims for psy
chologic preparation of high performance athletes.
After considering the actual discussion about the relations between psycho
logy of personality and general psychology, the structure of personality
and the methods for its study, the fundamental lines that in opinion of the
author, should foberns the studies of personality of sportmen have been
established.
A hierarchical structure is propoused integrated by four levels, the most
important of which is the "volitive concient", it renders possible form the
athletes to guide their behaviour based on the integration of cognitive and
affective process.
The study of the personality of the sportsman, considering personal history,
the results of different test and the analysis of his performance, is under
taken by qualitative analysis of the interrelation of every regulating level
intearating the proposed structure.
PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD Y PSICOLOGÍA GENERAI
El peso adquirido por los estudios de personalidad ha dado lugar a que
se hable de la personología como rama especial de la Psicología. Sin entrar
a considerar la adecuación de tal "ramificación", es un hecho cierto que ha
quedado atrás el enfoque funcional que estudiaba los procesos psíquicos in
dependientemente de la personalidad, dejando esta como etapa final de la
investigación.
En la actualidad debe partirse de un enfoque personalista que, de acuerdo
con Shorojova (1980) (1,27) "quiere decir que todos los procesos, propieda
des y estados psíquicos se analizan como pertenecientes a un individuo con
creto, que ellos son derivados, que dependen del ser social e individual del
hombre y que están determinados por sus leyes. Desde las posiciones del
principio del determinism©, la personalidad es una formación determinada por
acciones externas y además, es el factor que fundamenta todos los fenómenos
psíquicos".
Es esta concepción, precisamente, la que nos hace dudar de la legitimi
dad de una nueva rama dentro de la Psicología. La relación entre la Psicolo
gla general y la Psicología de la personalidad responde a la existente en
tre las categorías de lo general y lo particular: "Lo psicológico general
no es algo externo respecto a lo particular. El concepto psicológico gene
ral de la personalidad no es sólo abstracto, sino también concreto: en él
se da la síntesis de las contracciones entre lo general y lo particular, en
tre la relación esencial y la forma de su manifestación. La división meta
física de la Psicología general y de la Psicología de la personalidad impl_i
ca que la personalidad es una sustancia cerrada en sí misma". (Shorojova,
1980) (1,26).
2k
Sin embargo, es innegable que mucho le queda por andar a la Psicología
en el terreno de la personalidad. Como expresa González Rey (1984) (2,1)
"El estudio de la personalidad en la Psicología contemporánea presenta una
serie de insuficiencias, tanto teóricas como metodológicas, que han limita
do el desarrollo de una teoría psicológica de la personalidad en esta dis
ciplina. En relación con esto, A.V.Petrovsky señala: "no es casual que no
tengamos una definición de personalidad reconocida de forma general como
objeto de la investigación psicológica".
A nuestro juicio, el primer paso hacia el estudio de la personalidad con
siste en determinar la orientación filosófica a asumir. La posición materia
lista dialéctica de nuestra Psicología parte, entre otros, de tres princi
pios: ';
1- El estudio de la personalidad debe ser integral, observándola como un
sistema autorregulador.
2- El estudio debe encontrar explicación a los nexos entre el hombre y la
realidad que lo rodea (donde ambos se influyen y modifican entre sí).
3- El estudio debe considerar 3a Actividad específica en que se desarrolla
la personalidad estudiada.
González, 0. (1980) (3,24) define tentativamente la personalidad de la
siguiente forma, "...una estructura psicológica integral que surge en el
proceso de la vida del hombre sobre la base de la asimilación por él de fo£
mas sociales de conciencia y actividad, de acuerdo con sus características,
sus posibilidades y el sistema de sus necesidades. Esta estructura integral
comprende:
1- Una diferenciación de su persona como un todo único que se alcanza gra
cias a un nivel de autoconciencia y de desarrollo de una autovaloración.
2- La existencia de actitudes y opiniones propias, de exigencias y valora
ciones propias y un conocimiento de la realidad que la circunda quo con
forman una concepción científica y moral del mundo.
3- La capacidad de influir conscientemente en la realidad que lo rodea, cam
biar a esta, así como también cambiarse a sí mismo conforme a sus objeti
vos, lo cual implica el desarrollo de sus cualidades volitivas.
4- Una estructura determinada de sus necesidades y motivos con una adecuada
jerarquización de motivos dominantes y estables que constituyen el núcleo
fundamental de la personalidad.
Tal concepción, precisamente porque refleja la complejidad del psiquismo
humano (sin reducirlo a un numero de categorías prestablecidas), no hace fá
cil el desarrollo de métodos delineados y operativos para su estudio.
De acuerdo con esta concepción, no es posible conformarnos con la medi
ción de factores de personalidad derivados de una teoría de análisis multi
25
factorial (Cattell, 1^72) (4), ni con la aplicación de un inventario que
refleja vina teoría tridimensional (Eysenck, 1957) (5). Es preciso aplicar el
análisi.s cualitativo dentro de un enfoque sistémico. Ello no excluye, sin
embargo, la utilización de técnicas como las mencionadas siempre que no se
pretend.a con ellas abarcar la personalidad acabadamente, sino que constitu
yan instrumentos proveedores de información útil para el análisis cualita
tivo.
En tal sentido, González, O. (1980) (3,75) expresa que "Generalmente, la
personalidad no es todo lo integrada que se requiere para realizar su estu
dio por un solo procedimiento. Tan compleja es, que se hace necesario utili
zar para su estudio todos los métodos legítimos de carácter científico que
se hayan desarrollado, en el lugar apropiado que les corresponda".
ACERCA DE LA ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
Es necesario, antes de tratar la personalidad del deportista, hacer refe
rencia a lo que se conoce como "estructura de la personalidad", asunto par
ticularmente polémico y de valor teórico y metodológico.
El concepto de estructura comienza con la idea de la integralidad de la
personalidad, de la imposibilidad de segregaría en partes, factores, ele
mentos, etcétera. Sin embargo, es imprescindible el estudio de tales unida_
des para lograr, con su integración, un análisis cualitativo global.
En este sentido, Rojo M. (1984) (6,78) expresa que "El problema de la
estructura de la personalidad se origina en el carácter íntegro de la per
sona, el cual se manifiesta, no obstante, en toda la diversidad de las fun
ciones y de la actividad del sujeto.
De este modo, se acepta primero que la personalidad aparece como un con
junto íntegro, como una unidad, y al mismo tiempo se plantea su "divisibili.
dad", o sea, la posibilidad de analizarla en partes o elementos que son, en
algún sentido, relativamente inversos".
La subsecuente integración de las partes, responde a los principios meto
dológicos del enfoque personalista al que ya hemos hecho referencia. Su ca
rácter sistémico exige que el análisis de los componentes se realice a par
tir de la unidad de funcionamiento de la personalidad, evitando con ello el
error de estudiarla como una suma de los diferentes componentes.
Por su parte, es necesario considerar esos principios básicos en la es
tructura de la personalidad, citados por Ananiev (1968) (7,317):
1- El principio jerárquico o de subordinación, gracias al cual las propie
dades sociales más complejas y generales de la personalidad subordinan
a sí a las propiedades psicofisiológicas y sociales más parciales y ele
mentales.
26
2- El principio de coordinación, mediante el cual la interrelación se reali
za sobre la base de paridades, que permiten una serie de grados de libe£
tad a las propiedades correlacionadas, es decir, permite una autonomía
relativa a cada una de ellas.
De acuerdo con estos principios, es posible establecer niveles en la es
tructura de la personalidad. Platonov K.K. (1980) (8,193) expresa que "en
la estructura de la personalidad pueden existir subestructuras de diferentes
niveles". En virtud de esta jerarquía, las subestructuras de la personali
dad pueden analizarse también como sus niveles, cada uno de los cuales se
apoya en los inferiores, lo que puede presentarse de una forma extremadamen
te breve en el siguiente esquema:
Cuarta subestructura: En lo fundamental, subestructura biológicamente dete£
minada de la personalidad, abarca el temperamento, las propiedades de la
adad, el sexo y prepatológicas que se forman mediante la repetición (entre
namientos) .
Tercera subestructura: En esta entran las particularidades individuales (so
cialmente formadas mediante el ejercicio, sobre la base de las aptitudes
biológicas) de los procesos psíquicos como formas de reflejo.
Segunda subestructura: Subestructura de la experiencia, en la cual entran
conocimientos, los hábitos, las habilidades y las costumbres adquiridas me
diante el aprendizaje.
Primera subestructura: La superior, en lo fundamental socialmente determi
nada; es la estructura de la inclinación formada mediante la educación".
Aunque esta estructura es sensible a críticas objetivas (González Rey,
1984) (2,27) tiene el mérito de "ser una de las primeras en que se sistema_
tiza una concepción de la personalidad por niveles".
Ya antes de Platonov, algunos psicólogos occidentales habían concebido una
estructura jerárquica por niveles de la personalidad. La más interesante,
a nuestro modo de ver, es la del Psicólogo inglés Eysenck (1957) (5,53)
según la cual el escalón inferior está constituido por conductas especificas
concretas, el segundo habla de respuestas habituales del sujeto. Luego viene el
rasgo, que constituye el tercer nivel y está formado por un conjunto de res
puestas habituales. El nivel superior de su estructura es el Tipo, que cons
tituye el factor más general. Sin embargo, a pesar del serio intento de Ey
senck y del valor metodológico de su concepción, no es posible seguirlo li
teralmente, ya que su estructura queda trunca: para él, el tipo de activi
dad nerviosa superior es el máximo nivel regulador, descuidando la posibili_
dad del hombre de influir en su propia conducta mediante reflexión sobre sí
mismo y el carácter rector de sus motivos superiores.
En este sentido, estamos de acuerdo con Antsiférova (1980) (9,325) cuan
do dice: "Con frecuencia a la teoría de Eysenck la denominan conductista ,
27
pero, en realidad, en ella no figura ni la conducta real ni la actividad.
Eysenck define la personalidad como un fenómeno puramente psicológico (y en
última variante como psicobiológico), pero en ningün caso como fenómeno
social. Fuera de los límites del análisis de Eysenck quedan características
de la personalidad como la concepción del mundo, los ideales, los valores
y las formas de alcanzarlos".
ESTUDIO Dh i_A PERSONALIDAD DEL DEPORTISTA
Los avances de la Psicología general posibilitan el desarrollo de la Psi_
cología aplicada en los diversos campos, a la vez que se efectúa el proceso
inverso.
Nuestro trabajo de atención psicológica en el deporte de alto rendimiento,
que tiene entre sus direcciones principales el estudio de la personalidad
del atleta, nos impulsa a conocer los más recientes aportes de la investiga
ción en ei área de la personalidad y aplicarlos en esta esfera de la activi
dad física, en la que el hombre lucha por obtener rendimientos especialmente
altos, sobre la base del desarrollo de capacidades por encima de lo común.
La importancia del estudio de la personalidad del deportista queda refle
jada en el viejo esquema de Rudick (1973) (10,26), en el cual establece dos
intereses de estudio de la Psicología del Deporte: la Psicología de la acti
vidad deportiva y la Psicología del deportista. (Fig.l).
El estudio de la personalidad del. deportista tiene importancia en nuestro
país, no solamente como base para desarrollar la maestría deportiva, sino
también como parte de los esfuerzos por desarrollar un hombre integral y una
conciencia comunista en la juventud.
En su discurso del 6 de octubre de 1977, con motivo de la inauguración
de la Escuela de Iniciación Deportiva "Mártires de Barbados", nuestro Coman
dante en Jefe Fidel Castro expresó: "El deporte, además, es un instrumento
de disciplina, de educación, de salud, de buenas costumbres.
El deporte es un antídoto del vicio. La juventud lo necesita" (11,19).
Para estudiar la personalidad del deportista, es necesario reunir toda la ir.
formación posible acerca de sus condiciones de vida, su área familiar, oseo
lar, personal-social, su historia deportiva, así como observar su conducta
en entrenamientos y competencias.
Resulta útil, además, la aplicación de instrumentos que evalúen rasgos
de personalidad, utilizados con profusión dentro de la Psicología clínica;
sobre todo aquellos que tengan carácter descriptivo. Nos resulta útil el
test "16 factores de personalidad" de R.B.Cattell, el test de "Matrices
Progresivas de Raven, el "Test de Completar Frases" de Rotter, el Inventa
rio de Personalidad" de Eysenck (EPI), el "autoanálisis" de Cattell y otros
que el psicólogo encuentre a bien aplicar dentro de su trabajo de explora
ción .
28
Pueden utilizarse escalas autovalorativas y perfiles de polaridad (Mathe_
sius y Müller, 1976) (12,33), test para determinar la capacidad de carga
psíquica (Frester, 1976) (13,118), cuestionarios de intereses y todo instru
mentó que se considere necesario.
Consecuentemente con el principio de considerar la actividad específica
en que se desarrolla el sujeto, la situación deportiva debe comtemplarse
atentamente en la evaluación. De acuerdo con el deporte que se trate, el Psi
cólogo confecciona una guía de observación en la cual registra la conducta
del atleta durante los entrenamientos y la confrontación.
Por su parte, pueden elaborarse determinadas situaciones deportivas con
diseño experimental, donde sean controladas algunas variables independien
tes y se estudie la respuesta del deportista. Particular utilidad han tenido,
en este sentido, el diseño de situaciones experimentales elaboradas por no
sotros con tiradores deportivos (González, L.G. y Pérez, R., 1982) (14,-);
(González, L.G. y otros, 1984) (15,-) (González, L.G. y Saragozy, S., 1985)
(16,-). Tal método nos ha servido para estudiar rasgos y cualidades que
constituyen demandas psicológicas específicas para este tipo de atletas,
como la tolerancia a las frustraciones parciales provocadas por los malos
disparos inesperados, la adecuación de la autovaloración de rendimiento y
las respuestas de stress competitivo.
Tales investigaciones han enriquecido el conocimiento de la personalidad
de los tiradores, brindándole elevada representatividad al estudio. Toda la
información que obtenemos, es procesada dentro del sistema de una estructu
ra jerárquica que se rige por los principios ya tratados y que exponemos en
la Figura 2.
Es necesario aclarar que no pretendemos proponer esta estructura como
modelo teórico. Simplemente la comunicamos como la que nos guía en el estu
dio de la personalidad del deportista, en un esfuerzo por incorporar a núes
tro trabajo los resultados de la investigación actual.
Esta estructura contempla como instancia superior rectora de la persona
lidad atlética, el nivel consciente volitivo, o sea, una formación motivado
nal cualitativamente superior, que queda definida durante la edad escolar
superior y expresa la unión de procesos cognitivos y motivaciónales. Este
nivel establece los mecanismos reguladores superiores de la conducta.
De acuerdo con González Rey (1984) (2,30), "este nivel se caracteriza
por la participación activa y consciente del sujeto mediante sus reflexiones
y elaboraciones personales, en la regulación de su conducta; en este nivel
desempeñan un papel importante los objetivos orientados al futuro, los cua
les le imprimen un importante potencial dinámico a la conducta presente del
sujeto". Y continúa este autor, a quien debemos el concepto: "Mediante la
autovaloración, el sujeto desarrolla aquellos rasgos y capacidades propias,
necesarios para la consecución de sus fines en la vida y, a su vez, se vincu
29
la emocionalmente por su necesidad de autoestimación a la fuerza dinámica de
los motivos... El nivel consciente-volitivo no funciona en abstracto, aisla_
do de los restantes niveles reguladores de la personalidad, sino estrecha
mente vinculado a los mismos, con los cuales forma el nivel regulador inte
gral que denominamos personalidad".
Las más escondidas reservas energéticas del deportista, que determinan
en muchos casos esfuerzos sobrehumanos y récords hasta hace poco inimagina
bles, son movilizados por este nivel, en el que ocupa un lugar importante
las concepciones ideológicas.
A nuestro juicio, cuando este nivel consciente-volitivo se encuentra bien
definido, las restantes cualidades, procesos y rasgos son examinados por él,
y alimentados en unos casos, o controlados y superados en otros, de donde
se deduce su papel rector. ¿Nuestro atleta ha orientado conscientemente sus
motivos en el sentido que lo permiten su conjunto de rasgos personológicos?
¿Las direcciones principales hacia las cuales se orienta la personalidad,
armonizan con el resto de sus capacidades, rasgos del carácter, hábitos, etcé
tera? ¿Ha utilizado el atleta racionalmente la capacidad consciente de re
flexión en la dirección de sus motivos de acuerdo con una autovaloraciónjus
ta de sus virtudes y limitaciones?.
A tales interrogantes responde el estudio de esta formación rnotivacional
superior en el deportista.
Es incuestionable que logrando estos propósitos en el estudio de la per
sonalidad, es como único alcanzamos su verdadera esencia. Así, por ejemplo,
la correcta autovaloración de un rasgo que atente contra el rendimiento en
determinado deporte, digamos el rasgo "dominante", es el punto de partida
para lograr su superación, seguido de un despliegue de voluntad de modifi
cación, que cobra su fuerza de la convicción de su poder dañino y el afán
de logros deportivos.
En un segundo nivel de regulación, tenemos dos dimensiones de la persona
lidad que Eysenck valora acertadamente importantes aunque, de manera exage
rada, les otorga un máximo nivel regulador, ignorando el consciente voli
tivo. Estas dimensiones regulan efectivamente la conducta del atleta, pero
las vemos subordinadas jerárquicamente al nivel superior. Estas dimensiones
son el Tipo de Actividad Nerviosa Superior y el grado de neurotismo del
atleta,
Un tercer nivel de regulación lo constituyen, a nuestro juicio, los ras
gos de personalidad, las características de las emociones y vida afectiva
del atleta, la naturaleza de sus procesos psíquicos y sus cualidades y apti_
tude s.
A su vez, de esos componentes del tercer nivel resultan lo que llamamos
capacidad de carga psíquica, cualidades volitivas, tipo de regulación de la
30
acción, interacción con el grupo deportivo y desarrollo de los hábitos mo
tores, todos ellos reguladores de la conducta atlética en un 4to nivel, que
es el más observable, el más ligado a la conducta. Es de señalar que esta
estructura de la personalidad atlética se puede observar con más nitidez en
el comportamiento de los atletas de alto rendimiento y tiene carácter jerár
quico, lo que significa que no siempre la conducta de un atleta está deter
minada por el nivel consciente volitivo. Puede, por su menor importancia,
quedar regulada por un nivel más bajo, reservando el superior para cuando
la situación reclamé1 su concurso. Hay atletas inmaduros que casi siempre ac
tüan regulados per un segundo o tercer nivel. Es difícil que ellos lleguen
a lograr la condición de campeón con alquna estabilidad.
¡vuestro sistema de evaluación de la personalidad consiste en el examen
de cada nivel regulador, extrayendo las conclusiones particulares de ca
da uno y sometiéndolas a interacción entre sí, con el mismo carácter jerár-
C[U ICO *
Aunque cada elemento de la estructura es evaluado con técnicas específi
cas, no tomamos los resultados parciales de manera aislada, sino que los in
u;.,, - . . 1 -tivo de cada nivel regulador. Un análisis ge-
^ os de los cuatro niveles, es el que refleja
Generalmente, el estudio descrito es la primera labor a la que se dedica
el Psicólogo dentro de un equipo deportivo y, aunque nunca culmina definite
vamente, el grueso de la evaluación se aplica durante la etapa de prepara
ción física general, en la cual se trabaja para el desarrollo de cualidades
básicas y están prácticamente aufeentes las competencias, que someten al
atleta a situaciones"; de stress y espectativas que pueden distorsionar los
rasgo básicos de su personalidad.
En etapas más avanzadas de un macrociclo de entrenamiento, las competen
cias de preparación brindan la posibilidad de estudiar al atleta en condi
ciones de elevada tensión emocional y así enriquecer el estudio.
Una vez conocido el atleta mediante al análisis, la labor de educación y
perfeccionamiento corre a cargo de la dirección del equipo, en especial de
su entrenador, asesorado convenientemente por el psicólogo. Este tiene, en
tre sus tareas fundamentales, conducir un plan individual con el atleta que
garantice el armónico funcionamiento de toda la estructura de la personali
dad, prestando especial atención al fortalecimiento del nivel consciente-vc
iitivo, que pone al atleta en condiciones de conocerse más adecuadamente a
sí mismo y regular su propia conducta, como expresión de la naturaleza auto
consciente del hombre,
J1
Psicología del Deporte
Psicología de la actividad deportiva
Psicología del deportista
Análisis Psicológico de la actividad deportiva
I Análisis Psicológico de los diversos deportes
Cualidades específicas del deportista
Rasgos generales de la personal idar' del deportista
Bases psicológicas del aprendizaje y el entrenamiento
Bases psicológicas de la educación del deportista
I Bases psicológicas de In maestría dor>orti",-i
Nivel Consciente Volitivo
Tipo Act. Nerv. Sup
Neurotismo-Estábilidad
Rasgos Emoc. y vida afect
Proc. Psíquicos
Cualidades y aptitudes
Cap. Carga Psíquica
Cualidades Volitivas
Tipo de Reg. de la acción
Interacción Grupo Dep.
Desarrollo Iláb. Motores
32
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