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LA PERSONALIDAD CON EL FUTBOLISTA INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO PRIVADO ESEFUL. III CICLO TRABAJO DE INVESTIGACION “La personalidad con el futbolista” Alumno: Paolo Patricio Philipps Arévalo Página 1

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LA PERSONALIDAD CON EL FUTBOLISTA

INSTITUTO DE EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICO PRIVADO ESEFUL.

III CICLO

TRABAJO DE INVESTIGACION

“La personalidad con el futbolista”

Alumno: Paolo Patricio Philipps Arévalo

2015- I

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LA PERSONALIDAD CON EL FUTBOLISTA

Paolo Philipps Arévalo

RESUMEN

Desde una perspectiva crédula del estudio de la personalidad del deportista, determinados rasgos de personalidad se asocian a la práctica deportiva y a un mayor nivel de competición.

El objetivo del presente trabajo es el de realizar una revisión sobre la personalidad del jugador de fútbol y su relación con el rendimiento deportivo. Los jugadores de fútbol se caracterizan respecto a los no deportistas por una mayor extraversión, estabilidad emocional, responsabilidad, dependencia, agresión, logro, cohesión, energía, actividad y narcisismo.

Además, los jugadores de alto nivel se caracterizan respecto a los de menor nivel por una mayor dureza mental, extraversión, estabilidad emocional, autoconfianza, optimismo, actividad, creatividad, cohesión y menor ansiedad.

Partiendo del modelo de Personalidad de Millón (2001) los jugadores de fútbol de competición se caracterizan por un Estilo de Personalidad que le es propio.

En cuanto a la dimensión Metas Motivacionales, los deportistas son optimistas (escala Expansión), activos (escala Modificación), y satisfacen propias metas y la de los demás (escalas Individualismo y Protección).

Respecto a la dimensión Modos Cognitivos, los jugadores buscan información externa (escala Extraversión), adquieren información de lo tangible y concreto (escala Sensación), transforman la información desde sus esquemas previos de conocimiento (escala Sistematización), y usan parámetros racionales para organizar la información (escala Pensamiento).

Analizando la dimensión Relaciones Interpersonales, los sujetos son obedientes a la autoridad (escala Conformismo), seguras de sí misma (escala Decisión), se relacionan con los demás (escala Sociabilidad), afines con los demás (escala Aquiescencia), y dominantes, agresivos, competitivos y ambiciosos.

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INTRODUCCIÓN

La personalidad tal como la entendemos, es un concepto total y una realidad omnipresente, agobiada por responsabilidades muy dispersas, mediatizada por múltiples limitaciones, arriesgada en medio de la competición, desgastada en ella, pero potenciada igualmente por continuos resultados favorables y momentos de plenitud que para cada futbolista se mantiene de forma peculiar.

La personalidad del futbolista está impregnada de realidades competitivas, a las que a su vez, transmite su presencia y su fuerza determinante.

Un futbolista sigue paso a paso la competición, y la competición sigue simultáneamente el proceder del futbolista. De ahí que en muchas ocasiones no acertemos a discerní quien determina con mayor fuerza a quien sí la competición al futbolista o el futbolista a la competición. Dependerá de muy diversos factores de esa personalidad, según cómo reaccione ante la vida y ante el escenario del fútbol.

Un futbolista puede imprimir un sello dinámico, liberador, positivo, creativo a su contexto social, y otro, por el contrario, puede vivir a merced de lo que le imponga los condicionamientos, trabas y desequilibrios de la competición. Ambas influencias afectarán e un sentido total, es decir, que el beneficio o el perjuicio que ocasionen no son una mera anécdota, una casualidad o un asunto sin importancia.

Cuando el futbolista se duele por un resultado negativo, aunque se le pase pronto ese dolor en su ser, en su personalidad integra, ese momento de frustración o de angustia.

A no ser evidentemente, que estemos frente a un futbolista apático o amorfo, al que le dé lo mismo una cosa que otra. Pero en el supuesto normal de un jugador profesional de fútbol que se dedica de lleno a sus tareas, las relaciones ante los sucesos competitivos le comprometen por entero. De ahí la urgencia de recuperar humanamente a los futbolistas doloridos, de restablecer en su plenitud su capacidad de seguir compitiendo desde la seguridad completa en sí mismos.

Un futbolista con su personalidad a remolque por las licitudes de la competición, fluctuando constantemente entre la euforia y el desaliento, sin una línea definida para asumir sin complejos la exigencia de la competición, es un futbolista “sin personalidad”, sin esa personalidad que se requiere para estar por encima de los acontecimientos.

Este sentido de la totalidad se hace extensivo al quehacer del equipo porque también el grupo humano acepta como bloque las consecuencias de responsabilizarse de todo lo que le sucede en el terreno de juego. El gol no llega a las mallas por culpa de un portero, cuya personalidad endeble cuya personalidad endeble no acertó a sobreponerse a la presión amienta, sino como consecuencia de los fallos repetidos de un equipo de hombres cuya personalidad como todo, no supo impedir que el contrario se acercara a la portería.

Dirigirse a los futbolistas únicas y exclusivamente en términos profesionales del balón, sin mencionar para nada su condición humana, sin saber nada de ellos, es olvidarse de este principio de totalidad y reducir al futbolista a una mera estadística, tanto gana tanto juega, tantos fallos tantos aciertos, o tal aparece entonces tal es. Medir al futbolista o al entrenador, por los resultados es reconocer que sólo importa la competición como tal y no sus protagonistas.

Es cierto que cuanto sucede a lo largo de un campeonato se lleva la preferencia de los comentarios en la calle y en los medios de comunicación, por la sencilla razón de que los futbolistas y sus problemas más íntimos permanecen ocultos para la mayoría d sus contemporáneos, pero éste tratamiento parcial de su vida, no debe impedir la visión por entero de lo que el jugador significa para sí mismo, para sus compañeros de equipo y para los técnicos que compiten y se desvelan por los mismo sucesos.

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El futbolista está ahí, totalmente inmerso en lo que está haciendo y padeciendo y el que alguien o algunos sólo se fijen en determinados aspectos de su vida no quiere decir que él, su personalidad viva y total, no se esté poniendo en juego día a día.

RASGOS ESPECIFIOS DE LA PERSONALIDAD

Cuando hablamos de la personalidad del futbolista contemplamos todos aquellos factores que contribuyen a reflejar lo que el jugador es o puede ser dentro de la competición y lo que no es o no llegó a ser, siempre desde la perspectiva humana, olvidándonos de lo que físicamente da de sí un jugador o de cómo interpreta técnicamente el fútbol. Fundamentalmente nos referimos a seis aparatados:

La sociabilidad La intuitividad La creatividad La intelectividad La volitividad La emotividad.

Si intentamos valorar tanto el pensamiento, las ideas, o lo que de actividad mental nace y se desarrolla en el futbolista, como la exteriorización de toda una vida en forma de decisiones que llevarán el sello técnico de un golpe, por ejemplo, pero que arrastran desde su nacimiento hasta su formulación y realización toda la carga humana de una personalidad en acción.

Se apuesta en favor del futbolista total, visto como persona y como jugador, y nos olvidamos del concepto del fútbol total, que nos parece más una fórmula feliz de entender las acciones de los futbolistas en el campo que de reflejar con exactitud las aportaciones de quienes compiten en el fútbol. Un futbolista total practicará un fútbol total, esta es la afirmación que se quiere justificar cuando decimos que la personalidad del futbolista es una realidad plural, compleja y expuesta de continuo a múltiples solicitaciones y altibajos.

Seis son por consiguiente los pilares o fundamentos sobre los que se consolida la personalidad del futbolista, y estos elementos vitales hay que referirse a cada vez que enjuiciamos su conducta. De nada nos servirá, contar con futbolistas inteligentes pero incapaces al mismo tiempo de integrarse en el grupo, y esto dando por supuesto que alguien pudiera ser inteligente en el fútbol al margen del trabajo en equipo. Pero podrá darse el caso de un jugador excepcional, de cualidades técnicas ejemplares, que actuará en el campo como si todos tuvieran que jugar para él, en su exclusivo provecho.

O podría suceder, en otro caso y desde una hipótesis positiva, que un futbolista muy emotivo, al que la carga efectiva de la competición proporcionará continuos disgustos, encontrará en el grupo humano al que pertenece la compensación ideal para su juego. A esa mutua interdependencia nos referimos cuando presentamos la personalidad del futbolista como un todo.

Resulta fácil descalificar a un jugador describiéndole la dimensión negativa de su personalidad y no intentando, por el contrario, descubrir cómo equilibrarle sobre la base de los demás elementos positivos que integran esa personalidad. S acusa, por ejemplo a un determinado jugador de ser indisciplinado, y se muestra esta actitud de desobediencia como la única realidad, en primer plano, de ese futbolista, al que consecuentemente se somete a un castigo.

El jugador acata las normas de régimen interno del club, para su multa, rectifica en público y vuelve a la disciplina del club, es decir a los entrenamientos, a las alineaciones, a cobrar el dinero que gana con su esfuerzo. Detrás de ese proceso hay todo un mundo de factores humanos no tenidos anteriormente, con el quo también habría de contar a la hora de programar indiscriminadamente la censura a un jugador. No abogamos, quede claro, por las conductas irregulares de los futbolistas.

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Defendemos la consideración de totalidad que tiene que presidir la valoración y el juicio definitivo sobre el comportamiento humano de los jugadores.

Si esta reflexión total considera que ese futbolista debe ser sancionado, que lo sea, pero hasta que no se pueda objetivar con seguridad las causas que motivaron aquellas reacciones hay que suspender un juicio que, debido a su fuerza impositiva y de obligado cumplimiento, afecta a toda la persona del jugador como profesional y como hombre.

Al estudiar los efectos, las consecuencias, los resultados del proceder de un futbolista podemos incurrir en la apreciación rápida, fácil injusta a veces, de vincularlos a determinadas causas, sin más que a los técnicos o a los aficionados pudieran ocurrirles. Esta forma de actuar, que resuelve de un plumazo la complejidad de los problemas que afectan a la personalidad de cualquiera, y en nuestro caso del futbolista, reviste características preocupantes que enumeraremos a continuación como pautas de una posible consideración más próxima:

Resolver por la vía rápida una actitud o una suma de actitudes que presumiblemente se juzguen como infracciones a una línea de conducta típica de un club, es aportar por la superficialidad en el tratamiento de la conducta del futbolista, independientemente de que se demostrará luego su responsabilidad punible. Hasta llegar a ese dictamen habría que estudiar a fondo los porque de esa respuesta aparentemente torpe o desdichada.

Esta forma superficial de asomarse a los resultados negativos y la réplica que se aplica tanto a los defectos o incorrecciones humanas (un acto de indisciplina) como a los errores técnicos (no acertar un gol. Un futbolista puede fallar no por malo y merecedor de quedarse en adelante en el banquillo, sino por otros motivos que podrían valerle una oportuna justificación.

Si aceptamos, como punto de partida al menos, que la personalidad del futbolista depende de esos seis elementos constitutivos esenciales.

¿Cómo atrevemos a juzgarla sin haber revisado primero cada uno de ellos y luego su mutua correlación? No caemos en la cuenta de que un momento depresivo puede dar al traste con lo que es una línea regular y positiva de conducta, y que por eso mismo no echa por tierra toda una personalidad que puede ser modélica?

Se pide entrega total ¿preparamos, entrenamos la personalidad total que la haga efectiva?

¿Qué sabemos de la inteligencia del futbolista cuando decimos que hay que jugar primero con la cabeza, y de sus relaciones con los sentimientos, si los hay, para atrevernos a decir que hay que poner el corazón en el juego? ¿Cómo se conjuga la creatividad con la construcción colectiva del trabajo en equipo para evitar el trauma de una personalidad dividida o indecisa?

Es lógico concluir, después de estas indicaciones que si la personalidad es un sentido de vida, y es autenticidad y es energía vital y es previsión a futuro, tenga que comprometer por entero al futbolista, y que lo haga a partir de cada uno de sus elementos esenciales, aunque con repercusión inmediata en todos los demás.

La sensibilidad tiene su campo propio donde cuajarse, pero interesa a todo el futbolista, potenciándolo o disminuyéndolo en su actuación general. Meter un gol es un acto físico, resumen y final de una cadena de actos humanos mentales, motrices, voluntarios, pero, a su vez, ese gol que se consigue es punto de arranque, por la euforia que proporciona al jugador y al equipo, de una serie de actos humanos positivos, que pueden ir desde la autosatisfacción hasta al deseo de volver a repetirlo, como una motivación nueva, o al nacimiento de nuevas ideas con que sorprender al oponente.

Es decir, que tanto la dimensión física de ese jugador como la mental o la efectiva se apoyan y se destruyen sin solución de continuidad. A esta conciencia de totalidad también le llamamos personalidad activa, y no solo al conglomerado interno de vivencias vengan de donde vengan.

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Porque en el jugador se dan cita los más increíbles intercambios funcionales que puedan imaginarse, y fuera del jugador también están presentes los más apasionados gestos corporales, que traducen al pie de la letra, los latidos incesantes de su saber pensar y sentir y crear relacionarse y desear competitivos. Toda esta historia humana, la que se conoce y la que se ignora, la del dominio público y la que queda anónima o apenas reconocida, es la que da derecho a ser llamada personalidad o ser total de futbolista.

Su grandeza está ahí antes que en el gesto fugaz de una acierto técnico, aunque éste se aplauda y lo otro se menosprecie, porque el futbolista mide su categoría, más que por su realización física concreta, por su inteligencia o por su voluntad que hacen posible todo el conjunto de logros físicos o técnicos.

Una máquina sería capaz de golpear un balón con mayor precisión reiterada que un futbolista, pero las ocasiones de gol las crea la inteligencia y la transforma la voluntad.

El futbolista se está haciendo a diario para lograr esa eficacia, dando paso a los resortes múltiples de su personalidad que se materializa en el campo. Cuanto más totalmente lo consiga, mejor y más en totalidad lo dará a conocer en el terreno de juego.

Al hablar de personalidad, en términos generales se entiende la misma como "conjunto de características, o combinación de las mismas, que hacen que una persona sea única e independiente" (Weinberg, R.S. & Gould, D. 1996).

La Personalidad estaría dividida en tres estructuras diferentes (ver figura 1):

1. Núcleo Psicológico: Es el nivel mínimo de la personalidad, está compuesto

fundamentalmente por las actitudes, los valores, los intereses, los motivos, y los pensamientos

sobre uno mismo. Constituye la pieza clave de la personalidad.

2. Respuestas Típicas: Constituyen el medio por las que nos adaptamos al entorno, se trata de

indicadores perfectos sobre el núcleo psicológico.

3. Conducta Relacionada con el Papel Social: También conocida como conducta relativa al rol,

siendo el aspecto más dinámico de la personalidad, debido básicamente a que la conducta

cambia en función de la percepción del entorno.

Existen 3 Enfoques diferenciados de la Personalidad:

1. Enfoque del Rasgo: referente a las características intrínsecas del sujeto.2. Enfoque Situacional: referido a los parámetros externos que inciden en la propia personalidad.3. Enfoque Interactivo: combina los dos anteriores.

Dentro del deporte abordado en este trabajo, la personalidad que posea el futbolista, sin duda va a determinar la conducta que éste pueda llevar a cabo durante los entrenamientos o los propios partidos. Si el sujeto posee una personalidad fuerte y bien estructurada como consecuencia de la disciplina y el entrenamiento, las conductas que posea en momentos puntuales, de mayor o menor trascendencia, serán cruciales para conseguir el éxito o el fracaso. 

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Aspectos psicológicos a considerar en el fútbol

A. Motivación

La motivación, según García, J. & Llames, R. (1992); puede definirse como: "dirección e intensidad del esfuerzo". Como puede observarse en esta definición, existen dos parámetros que son cruciales:

1. Dirección: hace referencia al nivel de atracción por parte del sujeto hacia la tarea.2. Intensidad: definida como nivel de empeño que un sujeto pone en la ejecución de la tarea.

Por lo tanto, y atendiendo a lo anterior, podemos establecer una relación entre intensidad y dirección (cuadro 1): 

Como se ha mencionado anteriormente son diferentes las motivaciones que inducen al sujeto a practicar fútbol, pero alejándonos de esta concepción de motivación, es lógico pensar que el grado de

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motivación que posea el sujeto, y más en un deporte como el fútbol, puede condicionar el acierto de sus jugadas.

A menudo, se observa como multitud de entrenadores dirigen hacia sus futbolistas afirmaciones del tipo: "Hay que dar el máximo de lo que tienes", "vamos a por todas"… Estas afirmaciones inducen a un enfoque positivista de la motivación del sujeto.

Existen tres perspectivas fundamentales de la motivación:

1) Motivación centrada en el rasgo: Basada en la personalidad, las necesidades y los objetivos que posea el futbolista en particular.

2) Motivación centrada en la situación: El nivel motivacional está centrado e influido por condicionantes externos.

3) Motivación interaccional: Se trata de una mezcla de las dos anteriores.

Es de vital importancia conocer los motivos que inducen al sujeto a practicar, en este caso, fútbol, para así orientar nuestro trabajo como futuros docentes hacia el camino escogido de antemano por el deportista. Elaborando situaciones que propicien las necesidades a las que se ven sometidos los participantes, para asemejar la situación lo máximo posible a la realidad, y de esta forma conseguir que el nivel de motivación del sujeto por la práctica del fútbol, ascienda a valores máximos. 

B. Autoconfianza

La Autoconfianza se define como: "creencia de que se pueda realizar satisfactoriamente una conducta deseada" (Morilla, M. 1994). Esta definición equivale al grado de certeza o seguridad que tiene el sujeto en realizar una determinada acción o habilidad motriz.

Las ventajas que proporciona la autoconfianza al futbolista son numerosas y en momentos claves o puntuales hacen que el deportista actúe de forma positiva. Dichas ventajas son las siguientes:

La confianza produce en el sujeto emociones positivas. La confianza facilita la concentración del sujeto en la tarea realizada. La confianza influye en el gado de consecución de objetivos por parte del sujeto. La confianza hace que aumente tanto la intensidad como la duración del esfuerzo. La confianza interfiere en las estrategias del juego. La confianza afecta a las demás variable psicológicas

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Como se ha viso anteriormente, las ventajas que proporciona la confianza son numerosísimas, a pesar de esto, surge un concepto importante como es el de confianza óptima.

Este hecho está directamente relacionado con el rendimiento del sujeto, esta relación rendimiento-confianza describe una función en forma de U invertida (figura 1).

Esto muestra como una escasez de confianza puede alterar el rendimiento del sujeto (disminuyendo), mientras que un exceso de confianza puede provocar a su vez una disminución del rendimiento debido a que el sujeto se crea falsas expectativas sobre sí mismo y sobre su nivel óptimo de rendimiento. 

Existen diferentes tipos de expectativas que se pueden conformar respecto al futbolista en concreto, estas son las siguientes:

Auto expectativas: Son las que se realiza el sujeto sobre sí mismo, hacen referencia normalmente a deseos. El principal problema que pueden generar las auto expectativas es que en multitud de ocasiones el futbolista, puede pedir más de lo que realmente puede otorgar, por lo que estas auto expectativas se convertirían en frustraciones que implicarían al resto de variables psicológicas (ansiedad, estrés).

Expectativas del entrenador: Las expectativas que el entrenador vierte sobre sus deportistas pueden corresponder al nivel del mismo, o en ocasiones generan falsas expectativas.

Expectativas del Entorno Familiar: Idéntico al apartado anterior pero en relación con aspectos familiares.

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C. Concentración

La concentración es un factor comportamental importante a considerar en el transcurso de un partido de fútbol, sobre todo en lo que respecta al parámetro temporal, ya que como hemos observado en muchas competiciones de fútbol, los jugadores están sometidos a un gran esfuerzo físico, y lo que es más importante, extendido en el tiempo. Por eso, puede considerarse a la concentración como un aspecto psicológico a tener en cuenta de forma detallada y pormenorizada.

Weinberg y Gould (1996), en su libro: fundamentos de psicología del deporte y el ejercicio físico definen el término concentración como: "atención en las señales pertinentes del entorno y mantenimiento de ese foco de atención".

Por lo tanto, la concentración consistiría en focalizar la atención sobre los aspectos más determinantes de la ejecución que estemos realizando, y a su vez, mantener este foco atencional durante el tiempo que perdure la tarea, aunque es evidente que este foco atencional puede fluctuar en momentos puntuales.

En lo que respecta a las señales pertinentes del entorno, dentro de un deporte como es el fútbol no cuesta trabajo saber cuáles son las consideraciones a tener en cuenta: fijarse en la ubicación de la pelota, atender a los desplazamientos del oponente, de los compañeros, condiciones atmosféricas (viento).

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Existen dos dimensiones que caracterizan las demandas atencionales, la primera hace referencia a la amplitud: permite analizar si la atención está amplia o estrechamente focalizada, es decir, si el futbolista está atento a todo el terreno de juego (amplio), o bien si sólo se fija en la situación de la pelota (estrecho).Por otro lado, la dirección del foco atencional permite averiguar si el futbolista dirige su atención a elementos externos o bien, hacia el interior del sujeto (ver figura 2). De estas dos premisas: amplitud y dirección pueden establecerse numerosas posibilidades (foco amplio interno, amplio externo). 

Para optimizar el rendimiento del futbolista, este debe ser capaz de desarrollar los cuatro tipos posibles de atención, vistos en la figura 5, a pesar de esto, y como he mencionado anteriormente, el foco atencional del futbolista a lo largo de un partido cambia, y por tanto, también lo hace su concentración.

Como se ha podido comprobar, la concentración y atención van unidas de la mano, el profesor García, F. (2001), establece una serie de propiedades para la atención del futbolista como son:

1) Su carácter fluctuante.2) La intensa concentración de la atención es consecuencia de las exigencias que se presentan

en el momento de disputar el partido.3) El volumen de la atención es pequeño y se encuentra en correspondencia con la necesidad de

estar concentrado.4) La estabilidad de la concentración de la atención y la capacidad para activarla rápida y

eficientemente.

D. Activación

Weinberg, R.S. & Gould, D. (1996) definen el término activación como "Reacción general fisiológica y psicológica del organismo, variable a lo largo de un continuo que va desde el sueño profundo hasta la excitación intensa".

El término activación posee tres perspectivas claramente diferenciadas:

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1) Perspectiva Unidimensional: los indicadores fisiológicos correlacionan entre sí perfectamente, y a su vez con los indicadores motores y verbales.

2) Perspectiva Poli dimensional: cada dimensión de la conducta: verbal, motora y fisiológica debe ser tratada de forma diferenciada y no homogéneamente.

3) Perspectiva Cognitiva: El sujeto es el agente principal, éste construye su realidad de forma activa.

Hay que tener en cuenta el nivel de activación del futbolista a la hora de que este afronte una competición, e incluso a la hora de programar un entrenamiento determinado. Ser en todo momento conscientes de que altos niveles de activación pueden provocar situaciones de ansiedad si no existe una orientación cognitiva adecuada.

La siguiente figura muestra la relación entre eficacia comportamental e intensidad de la activación, bajo una perspectiva operativa y multidimensional, en la que se explica en términos de eficacia comportamental, la relación entre el nivel de activación del sujeto y el tipo de conducta que puede desempeñar: 

E. Ansiedad

Según Krane, V.; & Williams, J. (1994), la ansiedad es un estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión, relacionadas con la activación o el arousal del organismo. Según esto, la ansiedad tiene un componente de pensamiento llamado ansiedad cognitiva, y un componente de ansiedad somática, que constituye el grado de activación física percibida (Figura 4). Las fuentes generadoras de ansiedad más importantes dentro de cualquier evento relacionado con el fútbol son las siguientes:

1. El miedo que puede emitir hacia el fracaso, lo cual genera un nivel de ansiedad elevado sobre todo en lo que respecta a qué dirán los padres, amistades, público. Es decir la ansiedad viene determinada por el desprecio o rechazo que pudiese sufrir en un futuro el futbolista respecto a un punto o partido determinado.

2. Miedo a no estar a la altura necesaria de la competición, es decir el jugador posee un menosprecio hacia él mismo que genera un alto grado de ansiedad.

3. Manifestaciones Somáticas y psicológicas.

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F. Estrés

El estrés se define como un "desequilibrio sustancial entre la capacidad de demanda (física y/o psicológica) y la capacidad de repuesta, en condiciones en condiciones en las que el fracaso en la satisfacción de dicha demanda tiene consecuencias importantes" (González, L.G. 2001). Dicho proceso se refleja claramente en la figura 5. 

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Existen diferentes fuentes que son buenos indicadores del estrés dentro del ámbito que rodea al futbolista, las más importantes son:

1. Importancia de Evento, por norma general, cuanto más importante es un partido de fútbol, más estrés produce en el deportista.

2. Nivel de incertidumbre, cuando el futbolista se enfrenta a otro sujeto de condiciones parecidas, la incertidumbre provocada por la misma situación puede ser una fuente de estrés importante.

3. Nivel de Ansiedad Rasgo que posea el futbolista.4. Autoestima, el grado de autoestima del futbolista produce que el estrés sea más o menos

relevante.

Técnicas más relevantes para la mejora de los aspectos psicológicos más influyentes en el fútbol

Este apartado tiene como principal función mostrar algunas de las técnicas empleadas para solventar determinados problemas psicológicos que se le presentan al futbolista:

A. Auto instrucciones: Las auto-instrucciones suponen un recurso bastante útil a emplear por el futbolista cuando las condiciones del partido no son las que el deportista creía, básicamente existen dos tipos de auto instrucciones:

a) Auto instrucciones positivas : sirven para potenciar el auto-estima, la motivación, la atención y el rendimiento. Este tipo de auto-instrucciones provoca al sujeto centrarse más en la tarea, y no divagarse por otros terrenos.

b) Auto instrucciones negativas: este tipo de auto-instrucciones se suelen emplear cuando la situación es demasiado adversa para el deportista; siendo auto degradante, crítica y contraproducente e inductora de ansiedad.

Los autos instrucciones no se emplean porque los eventos provoquen depresión, enfado, ansiedad, frustración. (Ya que éstos no son inductores de transmitir estos hechos); sino que es la forma de interpretarlos por parte del futbolista.

Los autos instrucción se pueden emplear para:

Adquirir destrezas nuevas para que la motivación aumente. Eliminación de hábitos negativos. Iniciación de la acción. Mantenimiento del esfuerzo en situaciones extremas, cuando el foco atencional ha de

mantenerse durante un tiempo prolongado.

B. Desensibilización Sistemática: La desensibilización sistemática es un contra condicionamiento gradual que utiliza la relajación como respuesta incompatible; es decir, con el transcurso del tiempo, una persona puede desensibilizar la ansiedad creada por un determinado problema exclusivamente con una respuesta de relajación óptima. 

C. Entrenamiento Autógeno (EA): El entrenamiento autógeno se desarrolló en Alemania a principio de la década de los años 30. Consiste principalmente en una técnica de auto hipnosis con la que se procura centrar la atención en las impresiones que estamos tratando de provocar.

 Etimológicamente la palabra Entrenamiento Autógeno significa ejercitarse por sí mismo, por lo que se trata de una técnica de intervención psicológica que no requiere la presencia de otra persona para llevarse a cabo. Tiene como objetivo una relajación interna conseguida mediante ejercicios formulados con anterioridad.El método del EA tiene seis etapas claramente diferenciadas, es conveniente no pasar a la siguiente sin haber dominado previamente al anterior.

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Cada ejercicio tiene una fórmula verbal particular. Así la frase: "Mi brazo derecho está pesado" se repetirá cuatro veces. Lo mismo se hará con las demás frases.

Etapa 1 : Sensación de pesadez Etapa 2 : Sensación de calor Etapa 3 : Los latidos del corazón Etapa 4 : La respiración Etapa 5 : Calor en el plexo solar Etapa 6 : Frescor en la frente.

D. Visualización: Según Weinberg, R.S. & Gould, D. (1996) la visualización es un "proceso mental que conlleva la vuelta a la memoria de bloques de información almacenados y el moldeamiento de los mismos hasta formar imágenes significativas". Se trata de una forma de simulación que se produce en la mente.

La visualización implica una representación mental de acontecimientos en el que inevitablemente están implicados todos los sentidos.

La visualización posee numerosos usos:

a. Mejora la concentración.b. Aumenta la confianza.c. Controla respuestas emocionales.d. Sirve para entrenar destrezas deportivas a nivel mental.e. Entrenamiento de la estrategia.f. Afrontamiento del dolor y las lesiones.

Existen dos tipos fundamentales de visualización, por un lado está la visualización interna: que representa mentalmente la ejecución de una destreza desde una posición ventajosa para el futbolista; se hace a partir de una perspectiva en primera persona; por otro lado está la visualización externa, en el que la persona se imagina desde la posición de un observador externo.

A su vez, la visualización puede emplearse en infinidad de situaciones:

Antes y después de los entrenamientos. Antes y después de la competición. Durante los descansos de la acción. En el tiempo libre del deportista. Durante la recuperación de lesiones.

RECOMENDACIONES Y SUGERENCIAS

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Estudiar las posibles diferencias de personalidad en función del puesto que ocupa el jugador del terreno de juego, tomando en cuenta su tendencia de juego bien sea atacante o defensiva.

Comparar grupos de jugadores de diferentes divisiones (Ej.: Primera división vs. Segunda división).

Tomar en cuenta un número mayor de arqueros para futuras investigaciones, para evitar problemas a nivel de los estadísticos. A pesar de que se sabe que los arqueros son los jugadores menos frecuentes dentro del equipo.

Seguir esta línea de investigación con un mayor número de sujetos, para establecer diferencias más amplias.

Investigar la relación entre personalidad y rendimiento deportivo, para establecer mejores perfiles por posición.

Tomar en cuenta la edad como variable a comparar directamente con la personalidad del jugador.

El fútbol es un deporte en el que los jugadores se plantean metas individuales y colectivas, ya que tienden a cumplir necesidades o interés individuales (mejorar técnicamente, progresar en el equipo) y grupales (clasificación, juego en equipo). Este aspecto se ve reflejado en la dimensión de Metas Motivacionales en su escala Individualidad – Protección, en la que los jugadores tienden a satisfacer sus necesidades y las de los demás.

Siendo los Arqueros los sujetos que en menor parte se evocan a satisfacer las necesidades de los demás, prefieren primeramente satisfacer sus necesidades personales, sin embargo los Defensas son los jugadores orientados hacia lograr primeramente satisfacer las necesidades de los demás y no sus propias necesidades.

Lo que indica que los jugadores de fútbol tienden a cumplir sus propias necesidades pero tomando en cuenta a los demás para tomar decisiones sobre metas de carácter grupal.

En definitiva a través de este estudio se evidenciaron diferencias de personalidad entre los grupos de acuerdo con la posición que ocupa cada jugador en el campo de juego.

Es importante señalar que el estudio de la personalidad en el ámbito deportivo se ha llevado a cabo desde diferentes modalidades, por una parte se ha tomado en cuenta variables que son más estables en el tiempo, como pueden ser los rasgos o estilos de personalidad y por otra parte se ha dirigido la atención hacia variables más cambiantes como las metas.

Para realizar un acercamiento más certero hacia la realidad deportiva es necesario enfocar esta disciplina desde un modelo integrador, donde se tome en cuenta modalidades de análisis como la personalidad y la relación de estos factores con el entorno directo e indirecto del sujeto

Bibliografía

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