La Práctica Del Analista

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  • 7/25/2019 La Prctica Del Analista

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    La prctica del analista

    Olivia del Castillo

    el terapeuta tiene que renunciar a todos sus presupuestos y a todassus tcnicas y limitarse a un procedimiento puramente dialctico,es decir, a la actitud que evita todos los mtodos. C.G.Jung (OC1 p!rra"o #

    $ay un %ec%o sentimental del pecado original, del sentido del su"rimiento y de la inmortalidad. &'perimentarloes un carisma que ningn arte %umano puede conquistar por la "uer)a. *olo una entrega sin reservas puedealcan)ar esa meta.+ero no todo el mundo es capa) de esa entrega. o %ay un de-era, pues en el es"uer)o de la voluntad

    %ay inevita-lemente un n"asis tan "uerte en el yo quiero que se alcan)a lo contrario de la entrega/s que las e'periencias m!s curativas y m!s necesarias para el alma son di"ciles de alcan)ar, pues e'igen algoe'traordinario del %om-re ordinario.

    C.G.Jung (OC1 p!rra"o 10102#

    Anoche tuve un sueo. Su argumento ha orientado el contenido de este artculo, cuyottulo apareci en mi mente hace algunas semanas.

    En sntesis, el sueo me ha dejado la impresin de que lo que voy a escriir hoy no hade a ir dirigido a !vender" unas ideas. #rente a la sensacin o emocin que despierta elconcepto !vender", ha surgido el opuesto de !entregar". Concluyo, pues, que he deredactar este artculo como un acto de !entrega" sincera y personal.

    $levo practicando la pro%esin de psicoterapeuta desde que me licenci& en '()) en la%acultad de *sicologa de la +niversidad de arcelona. Siempre %ui muy entusiasta con mipro%esin, principalmente, porque me interesaa mucho la materia- para mi estaa claroque lo psquico era lo ms importante del ser humano, por tanto, pro%undi/ar en ello era%undamental. Otro motivo por el que me tome muy en serio mi o%icio %ue la necesidad desusistencia- siempre he vivido de mi traajo como psicloga.

    0urante todos estos aos, me he preocupado por conocer lo ms posile las distintasdescripciones de la psique y he intentado traajar honestamente en mi prctica clnica.*ero, adems, paralelamente al desarrollo de mi carrera, constantemente he sentido unaenorme inquietud con respecto a mi propia e1periencia personal.

    0esde el inicio de mi e1periencia not& que, si ien mi prctica pro%esional estaacircunscrita a la consulta, mi propia personalidad ia alterndose continuamente %ruto delas vivencias pro%esionales2 %enmeno del que no poda desentenderme.

    Esto me llev a la 3squeda de !algo", no saa qu&, algo que no haa visto en launiversidad en que me %orm&. A partir de esa 3squeda y venciendo muchas resistenciaspor la in%luencia del entorno acad&mico, me acerqu& a la psicologa analtica. 0e esemodo, empec& a ver la di%erencia entre la prctica del psiclogo y la prctica del analista.

    4nici& mi anlisis y descur que %ormarse como analista era, esencialmente, entregarse alanlisis propio2 algo que yo senta como de vital necesidad para llevar a cao mi tareadiaria de manera verdaderamente creativa. $a intuicin me deca que la %uente, tanto de

    mi creatividad como de mis limitaciones, estaa en m, en !ver" en m, y no slo en elpaciente. 5ealic& mi anlisis con mucho gusto, con la impresin paralela de que haa

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    encontrado lo que uscaa y de que estaa atendiendo el rea que tanto me haainquietado.

    6unto a esta e1periencia, que %ue tan dolorosa como atractiva, mi traajo coraa mssentido, se revitali/aa, se vea ms ordenado, ms &tico y adquira una notaledimensin de calidad y estailidad- poda estar dis%rutando !miles de aos" de esta

    aventura diaria, no me cansaa por muchas horas al da que estuviera atendiendo a mispacientes. *rogresivamente, %ui reconociendo que cada sesin era como una ora de arteque el paciente y yo haamos creado conjuntamente. +na ora de arte que tena uncomien/o y un %inal. Sesin tras sesin ia corando sentido la idea de !proceso", queacaaa cuando se revelara clara y ojetivamente que llegamos al %inal del tratamiento.

    *ero mi anlisis concluy y mi prctica, ahora como analista reconocida, continu.Entonces empe/ una etapa muy curiosa. Ahora que reconoca el inconsciente y me sentatan cmoda y creativa, eiendo de esa %uente que alimenta la consciencia, empec& asentirme inadaptada y atrapada en un mundo en el que el desprecio por la naturale/a dela psique era casi asoluto. Su%r mucho y a solas, mi vida personal se estaa viendoa%ectada. *ensaa que los psicoterapeutas tenamos que sentarnos a halar sin traas de

    nuestras vivencias personales en relacin a estas inquietudes, pero nunca encontr&interlocutores que e1perimentaran algo parecido. +n amigo me recomend un liro- 3avida personal del psicoterapeuta. &l impacto de la pr!ctica clnica en las emociones yvivencias del terapeuta,de 6ames 0.7uy. 8e alegr comproar que alguien dedicara sutiempo a investigar en un aspecto tan relevante para m por el que, al parecer, no muchosautores ni colegas se interesaan.

    8s tarde se pulicara- /nalistas 4unguianos,curiosamente el ttuloen ingl&s es muchoms sugerente- Jungian /nalysts5 6%eir 7isions and 7ulnera-ilities. 8e pregunto por qu&no se quiso incluir- !*us 7isiones y 7ulnera-ilidadesen la traduccin al espaol, parecauna seal de la carencia que yo estaa padeciendo en mi pas. Se trata de un coloquioentre analistas junguianos, presentado por 6.8.Spiegelman que, de %orma desen%adada,

    halan de su vida personal, de cul %ue su camino hacia la psicologa junguiana y de larealidad cruda de su proceso analtico. El testimonio de estas personas me resultaa muypr1imo, a pesar de que todos ellos estaan muy lejos de aqu, en otros pases.

    *as el tiempo y la tensin se %ue acumulando. Empec& a cuestionarme si dea o noiniciar otro anlisis. Al cao de varios aos encontr& a la persona adecuada y lo inici&. 9%ue en esta ocasin cuando realmente aca& mi traajo analtico personal. Comprend queno hay nada escrito con respecto a las ocasiones en que uno dee darse la oportunidad deanali/arse.

    Sin emargo, me llevara mucho tiempo :una uena parte de mi vida; encontrar mi lugaren !este mundo", encontrar el eslan perdido entre mi prctica como analista y ele1terior. En alg3n pequeo punto de m misma senta una pro%unda escisin que meen%ermaa. *or otra parte, se me haca evidente que esta tarea no poda curirla conning3n otro analista. El setting analtico que requera ahora mi proceso de vida seencontraa en los distintos espacios y amientes a los que las circunstancias personalesde mi vida me llevaan :mi intuicin, a%ortunadamente, siempre me ayud a no dar laespalda a esa realidad;- asistir a los eventos de la escuela de los hijos, el matrimonio, lasvacaciones con un grupo organi/ado al a/ar en agencia de viajes, viajar en metro, asistir alas reuniones de vecinos, ir al mercado

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    por tanto, despreciativos de la psique. 9, mientras, mi sensiilidad y receptividad ianaumentando a causa de mi prctica diaria.

    0espu&s de soportar la intensidad de este tormento durante aos, puedo constatar que laprctica del analista, en e%ecto, mueve su psique. En primer t&rmino, la mueve por unanecesidad que nace de su &tica. Es la psique quien lleva al psiclogo a tratar su propia

    neurosis, y evitar as que &sta se trate a trav&s de los pacientes. $a &tica individual delpro%esional se encarga de generar la desa/n necesaria para advertirle del riesgo desemejante error.

    9, en segundo lugar, la prctica del analista mueve su propia psique, que, por su %uncinautorreguladora y homeosttica, acelera el proceso de individuacin del analista, para

    !oligarle" a alcan/ar la madure/ que requiere esta pro%esin. $a pruea consiste enpasar por crisis de des>estructuracin que permitan di%erenciar, en carne propia, aspectosque no se pueden apreciar acumulando conocimientos tericos. Si la crisis esverdaderamente e%ectiva, el individuo su%rir una pro%unda revolucin y trans%ormacin.$a continua e1posicin a la accin de los arquetipos con los que se va a ir con%rontando enla relacin analtica con sus pacientes, movili/ar automticamente sus complejos, lo que

    acarrea un padecimiento di%cil de sostener e imposile de eludir.

    =o siempre puede asimilarse esta vivencia. Si se puede, tras el tormento, el analistaapreciar en s mismo una %uer/a, una creatividad y una elasticidad sorprendentes. Si nopuede encajar el proceso, su complejo del 9o se constelar de%ensivamente ante lainseguridad que produce la movili/acin de los dems complejos. As, el 9o, instalado en%ormas de poder rgidas y de%ensivas, perder la capacidad creativa para tratar con lapsique.

    ?anto en un caso como en otro, es recomendale no resistirse a la contienda sino!entregarse" valientemente, de lo contrario una u otra %orma de destruccin aparecer enla vida del analista.

    Como saemos, el m&todo analtico junguiano es dial&ctico e individual y no sugestivo. Endicho procedimiento no es posile desentenderse de la personalidad delanalista. A partirde mi propia e1periencia coincido plenamente con este presupuesto.

    5ecordemos las palaras te1tuales de 6ung al respecto-

    8na terapia que de4e de lado las condiciones de la personalidad del mdico es pensa-le si acaso en el !m-itode las tcnicas racionales, pero no en el !m-ito del mtodo dialctico, pues a% el mdico tiene que salir delanonimato y rendir cuentas de s mismo, que es e'actamente lo que e'ige de su paciente. o s qu es m!sdi"cil5 adquirir un gran sa-er o renunciar a la autoridad y al anonimato pro"esional. &n todo caso, esta necesidadrepresenta una prue-a moral que no %ace precisamente envidia-le la pro"esi9n de psicoterapeuta (C.G.Jung.OC1 p!rra"o :;#

    El analista no se lira de lo que es. Es a trav&s de este compromiso consigo mismo comollega a asimilar la pluralidad de identidades que anidan en la pro%undidad de su psique, yque se mani%estarn, proalemente, ms en &l que en las personas que no ejercen estapro%esin. Esto le capacita para tratar mayor di%erencia de casos y le capacita, as mismo,para asumir la pluralidad del mundo.

    E1iste el riesgo de con%undir el %inal del anlisis con el %inal de esta asimilacin. $a carrerapor concluir los requisitos para el nomramiento como analista puede enmascarar %uturospeligros. $a %ormacin, en el sentido de e1posicin y asimilacin del que hemos halado,no acaa nunca. As como el artista ha de dejarse traspasar por una e1periencia dedespojamiento y trans%ormacin, como el pintor 5amn 7aya e1presa5

    +intura no es %acer5 es sacri"icio, es quitar, desnudar, y tra)o a

    tra)o, el alma ir! acudiendo sin tra-a4o.

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    As, el analista, en su prctica, y en su vida, ha de estar en contacto con su psique yentregarse humildemente a lo que esta le indica. Sin este !sacri%icio", no harverdadera escucha ni lucide/ en su prctica pro%esional.

    El desastre al que puede conducir la ocecacin y la identi%icacin con el complejo del 9odel analista que se instala en %rmulas de poder, %ue muy ien descrito por Adol%

    7ugueh@l> Craig en +oder y destructividad en psicoterapia.

    A lo largo de su ora, 6ung, no deja de re%erirse con toda claridad a la importancia de lae1posicin personal del psiclogo en su relacin terap&utica con el paciente. 0e igualmodo, podemos encontrar mucho material relacionado con el tema entre otros autorespost junguianos, como es el caso de 8ario 6acoy en- &l encuentro analtico. 3atrans"erencia y la relaci9n %umana.

    8i conclusin es que, a medida que la e1periencia nos oliga a ir traspasando umralesinteriores que antes aterraan, uno va corando cuerpo, vi&ndose integrado en el mundo,en la sociedad, y va permiti&ndose estar con la psique o las psiques, ms all de laconsulta, guardando dentro el misterio que muchos no quieren, ni tienen por qu&,

    descurir en toda su vida. Aceptar esta realidad del mundo va parejo con aceptar larealidad del uno.

    6ung dice que !curar signi"ica trans"ormar :OC' prra%o '';. *odemos concluir que losmisterios de la prctica del analista implican, entre otras entregas, la aceptacin de supropia cura y trans%ormacin. =o hay cura sin en%ermedad y padecimiento, y no hayescucha analtica ni creatividad sin atender a la propia psique en nuestro vivir.

    arcelona, B) de agosto de B)

    Referencias bibliogrficas

    0.7uy, 6ames. 3a vida personal del psicoterapeuta. &l impacto de lapr!ctica clnica en las emociones y vivencias del terapeuta.

    *aids. arcelona '((D.

    #eres>Cordero, $en. +enteo. &l ltimo =inotauro. Clitemnestra. =ata que >ios perdona.Olimpia. er9n. 8onte vila Editores $atinoam&rica C.A.Caracas BB.

    7aya, 5amn. 7el!)que) p!4aro solitario. *rete1tos. *aterna BB.

    7uggenh@l>Craig, Adol%.+oder y destructividad en psicoterapia. 8onte vila Editores. Caracas '((B.

    6acoy, 8ario. &l encuentro analtico. 3a trans"erencia y la relaci9n %umana. #ata 8organa. 8&1ico BD.

    6ung, Calr 7ustav. 3a pr!ctica de la psicoterapia. O.C. Fol. ' ?rotta. 8adrid B.

    $an Entralgo, *edro. 3a curaci9n por la pala-ra en la antig?edad cl!sica. Anthropos. 5u BD.

    Speigelman, 6.8./nalistas 4unguianos.4ndigo. arcelona '((.

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