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LA PREDICACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA DESALENTADA EN KARL RAHNER 1 Karl Rahner es un teólogo, que ha adquirido gran notoriedad estos últimos años. Su teología se distingue por su fecundidad en suscitar problemas cuya solución luego, lejos de satisfacer, produce malestar. Su problematicismo sistemático engendra legítimamente escepticismo. A su vez, este problematicismo denuncia una evidente falta de claros principios que pueden dejar de ser tales y convertirse en errores si se los desplaza del lugar que les corresponde y se les asigna un lugar y una significación preponderante. Tal, por ejemplo, la enseñanza de la Iglesia de que Dios da la gracia necesaria para la salvación a todo fiel o infiel que hace lo necesario para salvarse, de acuerdo con el axioma teológico que dice: "Facienti quod est in se, Deus no denegat gratiam". Al que hace lo que está en sus manos, Dios no niega la gracia. Esta enseñanza tiene especial significación para los infieles que no tienen oportunidad de recibir la influencia del cristianismo. Aunque esta verdad sea manifiesta, como luego veremos, no hay que asignarle en el plan cristiano de la Iglesia y de la salvación un lugar primario como si luego la incorporación a la Iglesia visible e histórica no fuera tan necesaria y ocupara sólo un lugar secundario o de supererogación. Porque las cosas se ordenan precisamente al revés. La Revelación cristiana está toda ella dirigida a exponer el Plan de Dios sobre la salvación con la venida de Jesucristo a este mundo y con la fundación de la Iglesia, como medio necesario para la salvación. Este es el camino ordinario y necesario por el que Dios salva a los hombres. A los que sin falta propia no pueden echar mano de este medio, Dios, en sus misteriosos designios, les ha de hacer llegar su gracia -gracia sobrenatural- por caminos que sólo El se reserva, de suerte que puedan salvarse. Karl Rahner, S. J., ha sistematizado, quizás con excesiva fuerza, lo que él llama un cristianismo invisible, que sería efecto de una "consagración de la Humanidad por la Encarnación del Verbo". "Al hacerse hombre el Verbo de Dios, dice Rahner, la Humanidad ha quedado convertida real-ontológicamente en el pueblo de los hijos de Dios, aún antecedentemente a la santificación efectiva de cada uno por la gracia" 2 . "Este pueblo de Dios que se extiende tanto como la Humanidad antecede a (la) organización jurídica y social 1 Tomado del Libro “La Iglesia y el Mundo moderno – El Progresismo en Congar y otros teólogos recientes”, del P. Julio Meinvielle, Ed. Teoría, Bs. Aires, año 1966, Cap. IV, pág. 143 y ssgtes. 2 Karl Rahner, Escritos de Teología , Taurus, Madrid, 1961, p. 89.

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  • LA PREDICACIN MISIONERA DE LA IGLESIA

    DESALENTADA EN KARL RAHNER 1

    Karl Rahner es un telogo, que ha adquirido gran notoriedad estos ltimos aos. Su

    teologa se distingue por su fecundidad en suscitar problemas cuya solucin luego, lejos de

    satisfacer, produce malestar. Su problematicismo sistemtico engendra legtimamente

    escepticismo. A su vez, este problematicismo denuncia una evidente falta de claros

    principios que pueden dejar de ser tales y convertirse en errores si se los desplaza del lugar

    que les corresponde y se les asigna un lugar y una significacin preponderante. Tal, por

    ejemplo, la enseanza de la Iglesia de que Dios da la gracia necesaria para la salvacin a

    todo fiel o infiel que hace lo necesario para salvarse, de acuerdo con el axioma teolgico

    que dice: "Facienti quod est in se, Deus no denegat gratiam". Al que hace lo que est en sus

    manos, Dios no niega la gracia. Esta enseanza tiene especial significacin para los infieles

    que no tienen oportunidad de recibir la influencia del cristianismo. Aunque esta verdad sea

    manifiesta, como luego veremos, no hay que asignarle en el plan cristiano de la Iglesia y de

    la salvacin un lugar primario como si luego la incorporacin a la Iglesia visible e histrica

    no fuera tan necesaria y ocupara slo un lugar secundario o de supererogacin. Porque las

    cosas se ordenan precisamente al revs. La Revelacin cristiana est toda ella dirigida a

    exponer el Plan de Dios sobre la salvacin con la venida de Jesucristo a este mundo y con la

    fundacin de la Iglesia, como medio necesario para la salvacin. Este es el camino ordinario

    y necesario por el que Dios salva a los hombres. A los que sin falta propia no pueden echar

    mano de este medio, Dios, en sus misteriosos designios, les ha de hacer llegar su gracia

    -gracia sobrenatural- por caminos que slo El se reserva, de suerte que puedan salvarse.

    Karl Rahner, S. J., ha sistematizado, quizs con excesiva fuerza, lo que l llama un

    cristianismo invisible, que sera efecto de una "consagracin de la Humanidad por la

    Encarnacin del Verbo". "Al hacerse hombre el Verbo de Dios, dice Rahner, la Humanidad

    ha quedado convertida real-ontolgicamente en el pueblo de los hijos de Dios, an

    antecedentemente a la santificacin efectiva de cada uno por la gracia"2 . "Este pueblo de

    Dios que se extiende tanto como la Humanidad antecede a (la) organizacin jurdica y social

    1 Tomado del Libro La Iglesia y el Mundo moderno El Progresismo en Congar y otros telogos recientes, del P.

    Julio Meinvielle, Ed. Teora, Bs. Aires, ao 1966, Cap. IV, pg. 143 y ssgtes. 2 Karl Rahner, Escritos de Teologa , Taurus, Madrid, 1961, p. 89.

  • de lo que llamamos Iglesia"3. "Por otra parte, esta realidad verdadera e histrica del pueblo

    de Dios, que antecede a la Iglesia en cuanto magnitud social y jurdica puede adoptar una

    ulterior concretizacin en eso que llamamos Iglesia"4. "As, pues, donde y en la medida que

    haya pueblo de Dios, hay tambin ya, radicalmente, Iglesia, y, por cierto,

    independientemente de la voluntad del individuo"5. De aqu se sigue que todo hombre, por

    el hecho de ser hombre, ya pertenece, radicalmente, a la Iglesia. Esta pertenencia radical

    implica una actualidad de pertenencia que no era admitida por Santo Toms, quien habl

    slo de pertenencia en potencia6, y que es la admitida corrientemente hasta aqu por los

    telogos. Esta pertenencia actual, aunque no plenamente desarrollada, da todo derecho para

    que consideremos y llamamos "cristiano" a todo hombre por ser hombre. Si luego este

    hombre "asume totalmente su naturaleza humana concreta en su decisin libre"7, "asume

    toda su concreta realidad de naturaleza"8 y "la incorporacin al pueblo de Dios se convierte

    en expresin de este acto justificante9. En Rahner, por consiguiente, un infiel que sin culpa

    no pertenece a la Iglesia visible, pero que acepta con decisin personal, su naturaleza

    humana concreta (que ha sido consagrada por la Encarnacin del Verbo) no slo es cristiano

    invisible, sino que con esta decisin personal y libre, queda justificado.

    Esta opinin de Rahner, S. J., sobre un cristianismo invisible que podra justificar a

    un infiel, aunque no ponga ningn acto de contenido propiamente sobrenatural, es sin duda

    atrevida y aunque pudiera ser defendida legtimamente dentro de las opiniones catlicas, no

    debe ser destacada en forma tal que haga debilitar verdades fundamentales y primeras de las

    enseanzas catlicas.

    El ardor misionero de San Pablo en la predicacin es una exageracin.

    En "Mision et Grce"10, Karl Rahner, S. J., escribe: "Forzoso es reconocer hoy que

    nos es imposible adoptar pura y simplemente el punto de partida de San Pablo. Va de suyo

    que San Pablo representa para el cristianismo fiel una norma absoluta. Pero no es posible a

    3 Ibd., p. 89

    4 Ibd., p. 89

    5 Ibd., p. 90.

    6 Santo Tomas de Aquino, Suma Teolgica III, q. 8, a. 3.

    7 Ibd., p. 90

    8 Ibd., p. 91

    9 Ibd., p. 91

    10 Karl Rahner, XX Sicle, Sicle de Grce , Mame, Pars, 1962, p. 212 y sgtes.

  • los cristianos, viviendo en el siglo de la historia de la Iglesia en que estamos, participar

    respecto a la salvacin de los no-cristianos de las ideas pesimistas que San Pablo poda tener

    en ptica religiosa de su tiempo, o an de los cristianos del siglo XVIII. En el pensamiento

    de San Pablo los hombres que no llegaban al bautismo estaban perdidos. Es verdad que San

    Pablo no ha enunciado dogma sobre este punto. Pero en la prctica era para l una

    evidencia.

    "No es posible a los cristianos que estamos en pleno siglo XX suscribir enteramente

    esta perspectiva y esta manera de obrar. Tampoco tenemos el derecho. Un misionero de hoy

    no puede ya, como lo estaba un San Francisco Javier, estar animado de esta conviccin: Si

    me voy a los japoneses, si les enseo y predico el cristianismo, estn salvados, irn al cielo.

    Si me quedo en Europa, estn perdidos, como estn perdidos sus padres por no haber odo

    hablar del Cristo y haber muerto sin bautismo"11.

    "Nuestra conciencia religiosa de cristianos de hoy es diferente. Nos es difcil pensar

    que los hombres que no han odo hablar de Cristo deben condenarse para siempre. No

    podemos apoyarnos sobre el dogma para hacer nuestro tal modo de ver las cosas. Sabemos

    hoy que existe un cristianismo invisible, en que se encuentra realmente, bajo el efecto de la

    accin de Dios, la justificacin de la gracia santificante".

    Uno queda admirado o pasmado de la lgica que exhibe el Padre Karl Rahner, S. J.,

    porque si "el cristianismo invisible de cuya existencia estamos ciertos por "nuestra

    conciencia religiosa de cristianos de hoy"12 nos lleva a apartarnos de San Pablo que

    "representa para el cristiano fiel una norma absoluta", la buena lgica nos haba de llevar, en

    cambio, a revisar este cristianismo invisible. Sobre todo cuando el argumento central para

    creer en la salud de los infieles que no se oponen con su culpa a la recepcin de la gracia

    justificante nos la da el mismo Apstol, cuando en la I Carta a Timoteo, dice: "Nuestro

    Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la

    verdad"13.

    11 Ibd., p. 214

    12 Ibd., p. 214 y 215

    13 I Tim. II, 14

  • Un buen telogo ha de tener presente la jerarqua de verdades, la arquitectura del

    saber teolgico, y es claro que la necesidad salvfica de Cristo, y, por lo tanto, su

    predicacin se antepone a toda otra verdad, y ms a una opinin de algunos telogos, cual es

    la del cristianismo invisible, o annimo o de incgnito, que, como vemos, estn esgrimiendo

    ms de la cuenta y, por lo mismo, peligrosamente ciertos telogos progresistas.

    Y la primera verdad catlica es que "en ningn otro hay salud, pues ningn otro

    hombre nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos"14.

    De aqu que Cristo haya dado el mandato de "Id y ensead a todas las gentes, bautizndolas

    en el nombre del Padre y del Hijo y del Espritu Santo"15. Y en Marcos: "Id por todo el

    mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, se salvar,

    mas el que no creyere, se condenar"16.

    Y que es necesaria la predicacin lo dice a las claras el Apstol San Pablo: "Pero,

    cmo invocarn a aquel en quien no han credo? Y cmo predicarn si no son enviados?.

    Por consiguiente, la fe es por la predicacin, y la predicacin por la palabra de Cristo"17. De

    aqu que el Apstol pudiera exclamar: "Ay de m si no evangelizara!"18. Y San Pablo se

    expone a toda clase de peligros para cumplir su misin de predicar el Evangelio19.

    Mal ha de andar la teologa de Rahner cuando todo la lleva a desalentar la

    predicacin evanglica por el mundo. Cmo es posible que deje de recordar enseanzas tan

    perentorias y apremiantes, claramente expuestas por el Salvador y los Apstoles, en virtud

    de una tesis tan cuestionable como la suya, la del cristianismo invisible? Porque es cierto,

    certsimo, y de fe, que nadie se pierde sino por culpa propia y que Dios ha de suplir de algn

    modo la condicin de aquellos a quienes no llega el mensaje de la Iglesia visible. Pero,

    cmo y por cules caminos, si por el del cristianismo invisible de Rahner o por cualquier

    otro, nadie sabe nada ni nada dice la Revelacin. Slo sabemos lo del Apstol: "Cun

    14 Hechos IV, 12

    15 Mt. XXVIII, 19.

    16 Mc. XIV, 15

    17 Rom. X, 14-17

    18 I Cor. IX, 16

    19 II Cor. Cap. 11-12

  • insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque, quin conoci el

    pensamiento del Seor? O quin fue su consejero? ... 20.

    Nosotros slo sabemos que aunque Dios da a todos y a cada uno la gracia suficiente

    para salvarse, sin embargo, a unos reparte ms y a otros menos21 y que en esta reparticin

    usa tambin todos los medios humanos, y tambin nos usa a nosotros, y hemos de estar

    dispuestos para cooperar a la difusin del Evangelio. Por mucho que pueda haber un

    cristianismo invisible, como lo imagina Rahner, tenemos obligacin y necesidad de trabajar

    para que el cristianismo sea visible y bien visible, porque no puede ser sino una aberracin

    monstruosa la que imagina que un mundo entregado al atesmo y a la depravacin de

    costumbres puede florecer en santidad. Porque, aunque Dios sea poderoso para sacar de las

    piedras hijos de Abraham22, nuestra misin es trabajar para el florecimiento de la salud

    moral y de la santidad en el mundo. Porque si nosotros, disponiendo de tantas gracias que

    Dios nos manda, somos tan malos, qu han de ser aquellos que viven en un mundo infiel?

    Por ello, Po XI, en la encclica "Rerum Ecclesi", llama a los infieles "los ms necesitados

    de todos los hombres", "nadie tan pobre ni tan desnudo, ni con tanta hambre y sed como

    aquellos a quienes faltan el conocimiento y la gracia de Dios", y tambin caracteriza a los

    no-cristianos como "paganos miserables", "hombres infelices", "privados de los beneficios

    de la Redencin".

    Conclusin de todo el captulo

    Hemos analizado las relaciones de Iglesia y Mundo en los telogos progresistas (...)

    Rahner, S. J., en nombre de un presunto cristianismo invisible, desalienta la predicacin

    misionera en el mundo, y con ello indirectamente propicia una Humanidad sin influencia de

    la Iglesia visible. Todos estos telogos coinciden, en una u otra versin, en favorecer el

    desarrollo de un Mundo, de una humanidad, de una civilizacin, que se alejan de la Iglesia,

    de Cristo y de Dios, y caminan impulsados por un movimiento propio que las lleva a fines

    puramente terrestres.

    P. Julio Meinvielle

    20 Rom. XI, 33

    21 Ef. IV, 7-12

    22 Mt. III, 9