La PreguntaBenjamin Gonzalez (Ben Gonseph)

Eran las 9:50, todos tomaban su prueba y la llevaban al escritorio del encargado. Uno por uno, se vaciaban los asientos, mientras Miranda miraba desesperada como el reloj estaba cerca de marcar las 10 en punto, momento en el cual debería entregar su prueba.

Todo un mes de estudio para este momento, la prueba de admisión para la universidad. Su familia esperaba mucho de ella, era su mejor hija. Era su orgullo. La primera de su familia en ir a la universidad.

Mucha presión estaba sobre ella. Ella era un gran ejemplo para sus hermanos, conducta intachable, siempre la alumna destacada. Era amiga de todos, era siempre la más cotizada cuando venía a proyectos escolares y tenían que elegir a sus integrantes.

Siempre, y cuando digo siempre me refiero a todo el tiempo, era la primera en entregar su prueba. Y sus compañeros, siempre preguntándose si será un súper-genio o una alienígena, por su gran inteligencia.

Ahora, todo esto cambio. Solo quedaban 4 personas en la sala, incluyéndose, que estaban traspasando sus respuestas a la hoja que debían entregar. Los demás la veían y le daban ánimo, por lo cual ella respondía con una sonrisa nerviosa. Supo que eran sus minutos decisivos, al ver al encargado guardando sus pertenencias en su bolso.

Mientras pasaba el tiempo, Miranda reflexionaba. Se sentía obligada a dar lo mejor de ella. Su familia, compañeros, amigos y profesores esperaban mucho de ella, y se sentía presionada.

- Quedan 5 minutos -dijo el encargado, dirigiéndose de forma indirecta a Miranda.

Los pensamientos pasaban rápido por su mente, pero al final comprendió la dura verdad. Todo este tiempo, ella decía querer ser lo que su corazón deseaba. Deseaba ser profesora, veterinaria, diseñadora e infinidades de otros trabajos y oficios.

Y su familia le decía: “Necesitas trabajar en algo que te de sustento”, “piensa en tu futuro”, “quizás lo que tú quieras no sea lo mejor”. Era un títere. Todo este tiempo fue de alguna u otra forma manipulada no solo por sus padres, sino por la sociedad.

Quedan 2 minutos. La libertad que ella siempre soñó era solo una idea estúpida para el resto de sus cercanos. Su familia la presionó, y presionó durante todos estos años. Querían que su hija fuera la mejor, pero a su manera. Una lágrima corrió de su ojo. La verdad fue mostrada.

Cambió.

Quedan 50 segundos, el encargado se levanta en dirección a Miranda, la cuál es la única restante en la sala. Ella dejo todos sus pensamientos, reflexiones en esa respuesta.

Terminó el tiempo. Su prueba fue tomada y el encargado se retiró con las pruebas, las cuales serán revisadas. Miranda dejó la sala con una sonrisa sutil. Aún tenía la pregunta en su mente, como recordatorio del momento en el cuál vio la verdad.

“¿Quién quieres ser?”. “Alguien libre”.