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La pregunta por la dialéctica en el materialismo cultural Documento de trabajo Enrique Jaramillo Buenaventura Marvin Harris en su libro El materialismo cultural postula las bases de una estrategia teórica para la comprensión de las causas de los fenómenos socioculturales. Esta compleja cruzada en la que Harris se embarca no sólo le exige revisar los desarrollos teóricos adelantados en otras áreas del conocimiento que se han aproximado al estudio de lo social, sino que también lo lleva a reflexionar sobre las críticas y estrategias de la investigación científica. En este contexto, Harris expone su materialismo cultural como un enfoque adherido a las reglas del método científico que se basa en la sencilla premisa de que “la vida social humana es una reacción frente a los problemas prácticos de la vida terrenal” (Harris 1982:11). Es gracias a este énfasis en las condiciones materiales de la vida social que Harris denomina su estrategia como “materialismo cultural”, reconociendo la gran deuda que tiene su desarrollo con la obra de Karl Marx. Sin embargo, afirma en su libro que aunque sus postulados comporten este principio teórico de la explicación Marxista, difieren totalmente de la epistemología materialista dialéctica. En este sentido, Harris rechaza la concepción dialéctica de la historia que Marx ha recogido de la tradición hegeliana, catalogándola como una rezago que evidencia “las limitaciones culturales a que estaba sujeto su genio” (Harris 1982:167). De hecho, para Harris el valor del aporte de Marx a la ciencia social nada tiene que ver con la importancia de la dialéctica hegeliana. Frente a estos principios teóricos del materialismo cultural de Marvin Harris la principal tesis que se quiere exponer en este trabajo es que precisamente gracias a la incorporación del análisis materialista dialéctico Marx logra acceder a una teoría crítica de la sociedad. Reconocer la importancia de este análisis para el estudio de lo social será, pues, la principal meta de este escrito. Pero antes de entrar en esta discusión resulta indispensable hacer unas anotaciones con respecto a la dialéctica en general. En su capitulo sobre la dialéctica materialista, Harris no se esfuerza por distinguir entre la dialéctica hegeliana y la dialéctica practicada por Marx. Para él parece que la única critica que hace Marx a Hegel es poner su análisis “de pie” para recordarle que las cosas no son expresión de las ideas, sino que las ideas tienen un sustrato de carne y hueso que las determina. Al respecto hay que decir que si bien la critica a Hegel comenzó por este camino, Marx no se detuvo allí. El proyecto que Marx tenía en mente implicaba una constante revisión y reelaboración no solo de los conceptos hegelianos, sino de gran parte de la filosofía precedente. En este sentido, siguiendo a Herbert Marcuse, “la transición de Hegel a Marx es, en todo respecto, la transición de un orden de verdad esencialmente diferente, (...) Veremos que todos los conceptos filosóficos de la teoría marxista son categorías sociales y económicas, mientras que las categorías sociales y económicas de Hegel son todas conceptos filosóficos” (Marcuse 1994:254). Marx consideraba al igual que Hegel que la dialéctica mostraba el hecho de que la negación inherente a la realidad constituía “el principio creador y motor”. (Marcuse 1994:276). Los hechos contenían su propia negación, solo bastaba con descubrir sus contradicciones para sacar a flote el carácter negativo de la realidad. Según palabras de Marcuse: “La propiedad privada es un hecho, pero es al mismo tiempo la negación de la apropiación colectiva de la naturaleza por el hombre” (Marcuse 1994:277). De esta manera, la concepción dialéctica que Marx tiene de la realidad está originalmente motivada por el mismo rasgo que la de Hegel, la negatividad. Este fue el punto que Harris rescato de la relación entre estos dos personajes, y sobre el cual desarrollo toda su crítica, pero ciertamente la concepción que Marx tiene de la dialéctica ira mas lejos, hasta encontrar las contradicciones en la misma base de la filosofía de Hegel y de toda la filosofía tradicional. Harris dirá acertadamente que Marx debió haber hecho lo mismo con su pensamiento, pero desafortunadamente Harris no desarrolla este punto. Esta idea de Harris es bastante comprensible, porque mientras las contradicciones históricas enraizadas en los antagonismos de la sociedad de clases sigan imperando, ni siquiera el pensamiento de Marx podía estar libre de ellas. Sin embargo, frente a esto hay que decir que el interés consciente de Marx por descubrir estas contradicciones lo situaría en lugar privilegiado. Lo cierto es que para Marx las contradicciones de todo el sistema sólo se resolverían en una nueva forma de sociedad, así que el principio del materialismo histórico conduciría a su propia negación. Retomando el punto de las diferencias entre la dialéctica de Hegel y de Marx, Harris no se consideró que si bien para estos dos autores la verdad residía en la totalidad negativa, la totalidad no era la misma para ambos. Para Hegel la totalidad es la totalidad de la razón, un sistema ontológico cerrado, en donde la historia se moldeaba según el proceso metafísico del ser (Marcuse 1994:306). Por el contrario, para Marx la dialéctica no tiene una base ontológica, porque la negatividad de la realidad es una condición histórica que no puede ser llevada a una situación metafísica. La negatividad de la realidad “es una condición social, asociada una forma histórica particular de sociedad” (Marcuse 1994:306). Esto pone en evidencia que la totalidad de la dialéctica marxista no es otra que la sociedad de clases. De esta manera, el método dialéctico en Marx se convierte en un método histórico, lo que le permitirá a él dar el paso de la filosofía a la ciencia social, constituyéndose su teoría en una teoría crítica de la sociedad.

La Pregunta Por La Dialéctica en El Materialismo Cultural

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  • La pregunta por la dialctica en el materialismo cultural

    Documento de trabajo

    Enrique Jaramillo Buenaventura

    Marvin Harris en su libro El materialismo cultural postula las bases de una estrategia terica para la comprensin de las causas de los fenmenos socioculturales. Esta compleja cruzada en la que Harris se embarca no slo le exige revisar los desarrollos tericos adelantados en otras reas del conocimiento que se han aproximado al estudio de lo social, sino que tambin lo lleva a reflexionar sobre las crticas y estrategias de la investigacin cientfica. En este contexto, Harris expone su materialismo cultural como un enfoque adherido a las reglas del mtodo cientfico que se basa en la sencilla premisa de que la vida social humana es una reaccin frente a los problemas prcticos de la vida terrenal (Harris 1982:11). Es gracias a este nfasis en las condiciones materiales de la vida social que Harris denomina su estrategia como materialismo cultural, reconociendo la gran deuda que tiene su desarrollo con la obra de Karl Marx. Sin embargo, afirma en su libro que aunque sus postulados comporten este principio terico de la explicacin Marxista, difieren totalmente de la epistemologa materialista dialctica. En este sentido, Harris rechaza la concepcin dialctica de la historia que Marx ha recogido de la tradicin hegeliana, catalogndola como una rezago que evidencia las limitaciones culturales a que estaba sujeto su genio (Harris 1982:167). De hecho, para Harris el valor del aporte de Marx a la ciencia social nada tiene que ver con la importancia de la dialctica hegeliana. Frente a estos principios tericos del materialismo cultural de Marvin Harris la principal tesis que se quiere exponer en este trabajo es que precisamente gracias a la incorporacin del anlisis materialista dialctico Marx logra acceder a una teora crtica de la sociedad. Reconocer la importancia de este anlisis para el estudio de lo social ser, pues, la principal meta de este escrito. Pero antes de entrar en esta discusin resulta indispensable hacer unas anotaciones con respecto a la dialctica en general.

    En su capitulo sobre la dialctica materialista, Harris no se esfuerza por distinguir entre la dialctica hegeliana y la dialctica practicada por Marx. Para l parece que la nica critica que hace Marx a Hegel es poner su anlisis de pie para recordarle que las cosas no son expresin de las ideas, sino que las ideas tienen un sustrato de carne y hueso que las determina. Al respecto hay que decir que si bien la critica a Hegel comenz por este camino, Marx no se detuvo all. El proyecto que Marx tena en mente implicaba una constante revisin y

    reelaboracin no solo de los conceptos hegelianos, sino de gran parte de la filosofa precedente. En este sentido, siguiendo a Herbert Marcuse, la transicin de Hegel a Marx es, en todo respecto, la transicin de un orden de verdad esencialmente diferente, (...) Veremos que todos los conceptos filosficos de la teora marxista son categoras sociales y econmicas, mientras que las categoras sociales y econmicas de Hegel son todas conceptos filosficos (Marcuse 1994:254). Marx consideraba al igual que Hegel que la dialctica mostraba el hecho de que la negacin inherente a la realidad constitua el principio creador y motor. (Marcuse 1994:276). Los hechos contenan su propia negacin, solo bastaba con descubrir sus contradicciones para sacar a flote el carcter negativo de la realidad. Segn palabras de Marcuse: La propiedad privada es un hecho, pero es al mismo tiempo la negacin de la apropiacin colectiva de la naturaleza por el hombre (Marcuse 1994:277). De esta manera, la concepcin dialctica que Marx tiene de la realidad est originalmente motivada por el mismo rasgo que la de Hegel, la negatividad. Este fue el punto que Harris rescato de la relacin entre estos dos personajes, y sobre el cual desarrollo toda su crtica, pero ciertamente la concepcin que Marx tiene de la dialctica ira mas lejos, hasta encontrar las contradicciones en la misma base de la filosofa de Hegel y de toda la filosofa tradicional. Harris dir acertadamente que Marx debi haber hecho lo mismo con su pensamiento, pero desafortunadamente Harris no desarrolla este punto. Esta idea de Harris es bastante comprensible, porque mientras las contradicciones histricas enraizadas en los antagonismos de la sociedad de clases sigan imperando, ni siquiera el pensamiento de Marx poda estar libre de ellas. Sin embargo, frente a esto hay que decir que el inters consciente de Marx por descubrir estas contradicciones lo situara en lugar privilegiado. Lo cierto es que para Marx las contradicciones de todo el sistema slo se resolveran en una nueva forma de sociedad, as que el principio del materialismo histrico conducira a su propia negacin. Retomando el punto de las diferencias entre la dialctica de Hegel y de Marx, Harris no se consider que si bien para estos dos autores la verdad resida en la totalidad negativa, la totalidad no era la misma para ambos. Para Hegel la totalidad es la totalidad de la razn, un sistema ontolgico cerrado, en donde la historia se moldeaba segn el proceso metafsico del ser (Marcuse 1994:306). Por el contrario, para Marx la dialctica no tiene una base ontolgica, porque la negatividad de la realidad es una condicin histrica que no puede ser llevada a una situacin metafsica. La negatividad de la realidad es una condicin social, asociada una forma histrica particular de sociedad (Marcuse 1994:306). Esto pone en evidencia que la totalidad de la dialctica marxista no es otra que la sociedad de clases. De esta manera, el mtodo dialctico en Marx se convierte en un mtodo histrico, lo que le permitir a l dar el paso de la filosofa a la ciencia social, constituyndose su teora en una teora crtica de la sociedad.

  • De la filosofa a la teora social Los Manuscritos sobre economa y filosofa, escritos por Marx en 1844,

    representan para algunos interpretes, como Ludovico Silva, una obra de transicin terica en la que Marx empieza a manejar una concepcin racional de la historia como sucesin de estadios, aportada por la filosofa hegeliana, algo que le resultara indispensable en trabajos posteriores (La ideologa alemana) para comprender la historia de los modos de produccin y las formaciones econmico-sociales (Silva 1974). Pero a diferencia de Hegel, Marx no considerar que la etapa de desarrollo alcanzada en su poca constituya el fin inmanente de todas las etapas anteriores. Marx lograr salvar este obstculo ideolgico gracias al anlisis gentico que su dialctica como mtodo histrico le permitira realizar (Marcuse 1994:264,265). Si Hegel hubiera desarrollado este anlisis se habra dado cuenta que su pensamiento realizaba una inversin total. En el pensamiento de Hegel el ser es concebido como pensamiento desde el comienzo, y no como un ser concreto, es decir cuya esencia es la naturaleza.

    La sed de conocer los secretos resortes que mueven realmente a las sociedades en sus aspectos ms concretos y materiales, ser desde entonces una motivacin persistente en Marx (Silva 1974:72). De acuerdo a lo anterior se plantea aqu la tesis de que la puesta en prctica del anlisis materialista dialctico representa en la obra de Marx la transicin de la filosofa y la poltica (primeras inquietudes en su juventud) a la ciencia social. De esta manera, la crtica que se establece al planteamiento de Harris es que desarticula la teora marxista, toma sus principios como herramientas aisladas que se pueden desechar o utilizar sin considerar sus relaciones. Si bien su concepcin materialista cultural puede ser vista como una forma de materialismo ms amplia, en la medida que incluye las variables ecolgicas y reproductivas, en otros aspectos puede considerarse como un mutilacin del alcance histrico y una tergiversacin de sus categoras centrales. Conviene ver a la teora marxista ms bien como una compleja red que se interconecta en todos sus niveles, tanto en los primeros escritos como en los ltimos hay aspectos fundamentales que se necesitan mutuamente; los unos no pueden ser totalmente comprendidos sin los otros.

    En todo caso, Harris pretende mejorar la teora marxista eliminando el principio dialctico y aadiendo a la infraestructura la presin reproductiva y las variables ecolgicas, pero en este ltimo punto no queda claro cul es la diferencia entre estos aspectos y el concepto de naturaleza que maneja Marx. Para Marx la totalidad dialctica tambin incluye a la naturaleza, ya que sta condiciona el proceso histrico de la reproduccin social (Marcuse 1994:307). De esta manera, aunque la intencin original de Harris es mejorar el modelo marxiano, ciertamente desecha una parte primordial, la concepcin germinal de la historia y la sociedad, sin ofrecer alguna alternativa en su lugar.

    Esta concepcin, como ya se ha dicho anteriormente, es sumamente importante en el pensamiento de Marx, porque es el que lo diferencia totalmente de la tradicin filosfica metafsica que maneja una concepcin

    ahistrica y desconoce que las ideas tienen un suelo de carne y hueso. Una visin ahistorica de este tipo cae fcilmente en fundamentalismos y verdades absolutas, y bien son conocidos los castillos de barbarie que se han erigido detrs de estas verdades. El peligro, pues, del enfoque ahistorico es que nos puede llevar a considerar que el hombre actual ha sido el hombre de siempre y que las condiciones actuales se pueden ver como leyes naturales que siempre han existido.

    Para sorpresa de Harris, la concepcin dialctica de la historia de Hegel es, pues, precisamente la que le permite a Marx superar el punto de vista ahistrico en el que hasta empiristas, como David Ricardo, cayeron. Tal vez para Harris la importancia del enfoque histrico sea algo muy normal, por su formacin antropolgica, pero debera haberse percatado de que para el siglo XIX las cosa eran muy distintas, la ciencia social no solo estaba en su infancia, sino que tambin tena que luchar contra un sinnmero de estigmas que se alzaban en el conocimiento como dogmas de fe. Si Marx no hubiera contado con su anlisis dialctico no hubiera podido contribuir a la crtica de la economa poltica, ni denunciar su alienacin ideolgica.

    De esta manera, para continuar se hace necesario exponer en qu medida el anlisis marxista supera en la prctica estas dificultades. Con este fin s har referencia al libro La estructura lgica de El Capital de Marx, de Jindrix Zeleny (1978), ya que la preocupacin de este autor frente a El Capital gira en torno a las formas de pensamiento cientfico terico que se encuentran plasmadas en esta monumental obra de Marx. Su intencin es establecer s y en qu sentido la aparicin del marxismo significa una transformacin de la concepcin de la ciencia (Zeleny 1978:11). La explicacin como orden histrico

    A partir de las propias afirmaciones de Marx sobre el objetivo de su anlisis terico desarrollado en El Capital, Zeleny encuentra que, a pesar de las aparentes divergencias y contraposiciones, Marx est planteando un anlisis gentico-estructural que pretende "entender el modo de produccin capitalista como estructura que nace, evoluciona y perece" (Zeleny 1978:24). En este sentido, Marx entiende perfectamente que el capitalismo y sus formas de relacin y produccin son fenmenos histricos, que no siempre han existido y que tampoco existirn eternamente.

    Esta forma de explicacin cientfica marca, para Zeleny, claramente la diferencia con los anteriores desarrollos en economa poltica, especialmente aquellos realizados por Ricardo. Este ltimo practica, segn Zeleny, una forma de explicacin cientfica que parte de una distincin entre superficie emprica y esencia, en donde la esencia es inmutable y por ende las formas empricas aparenciales tambin son fijas, carentes de dimensin histrica, pero capases de alteraciones cuantitativas. As, la esencia fija a partir de la cual se pueden comprender todas las manifestaciones y leyes de la economa capitalista es, para

  • Ricardo, la cantidad de trabajo necesario para la produccin de una mercanca. De esta manera, logra establecer tambin que el trabajo es el fundamento real del valor de cambio y que esta en dependencia de las alteraciones cuantitativas de varios factores y formas empricamente registrables de la economa capitalista (Zeleny 1978:28).

    Con estas bases concluye Zeleny que la explicacin cientfica de Ricardo parte principalmente de determinaciones cuantitativas. Las caractersticas cualitativas no quedan totalmente de lado, pero no son consideradas como determinantes, son vistas ms bien como fijas, inmutables y sin mediar (Zeleny 1978:28,29). Ciertos ejemplos que toma Zeleny son las diferentes formas de ingresos o rentas (salario, beneficio, renta de la tierra), las cuales son tratadas por Ricardo como ordenes naturales, constantes.

    Esta primera diferencia, entre las explicaciones cientficas de Marx y Ricardo, planteada por Zeleny toca un punto clave de la economa poltica que ser para Marx razn de crtica: la incapacidad de esta disciplina para explicar la verdadera razn del divorcio entre capital y trabajo, motivo por el cual no poda explicar tampoco la razn histrica de la alienacin del trabajo (Silva 1974:103). Por esta razn Marx afirma que,

    en el caso de Ricardo esa falsa concepcin del dinero se

    debe a que no tiene en cuenta ms que la determinacin cuantitativa del valor de cambio, o sea, que el valor de cambio es igual a un determinado quntum de tiempo de trabajo, y olvida la determinacin cualitativa, el hecho de que el trabajo individual tiene que presentarse, a travs de su enajenacin, como trabajo social, abstractamente general (Marx en Zeleny, nota al pie 1978:32).

    En este sentido, Marx dir que la economa poltica carece de una teora de la explotacin, arranca del hecho de la propiedad privada pero no la explica, muestra las relaciones capitalistas de produccin casi como leyes naturales. Resulta claro ahora, por qu Zeleny encuentra un vnculo entre el punto de vista unilateralmente cuantitativo y el punto de vista ahistrico (Zeleny 1978:29). Ricardo con su nfasis cuantitativo no logra comprender totalmente la distincin entre el valor de cambio (forma del valor) y su esencia, y mucho menos puede comprender el fundamento real del valor de cambio, porque para penetrar en estas distinciones es necesario contar con un anlisis gentico que permita historizar el trabajo. En este sentido, Ricardo cae en lo que para Marx es el defecto capital de las ideologas: explicar la historia como el resultado de principios, ideas o leyes, en lugar de explicar las leyes, ideas o principios como el resultado de la historia (Silva 1974:75). Marx logra evadir esta trampa gracias a que su explicacin e investigacin son del orden histrico. Su mtodo dialctico le permite distinguir claramente entre los dos momentos, el de la explicacin-

    investigacin y el de la exposicin, uno de orden histrico y el otro de orden lgico respectivamente. Ricardo por el contrario parece que viera a la exposicin como la representacin del orden del mundo, cuando el orden lgico no puede ser igual al orden histrico. Conceptuar significa, para Marx, mostrar el carcter de un determinado tipo que est en desarrollo o evolucin (Silva 1974:24). Esta conceptuacin va, pues, de la mano con la explicacin cientfica, la refuerza y confirma el anlisis gentico-estructural. Ms all de lo cuantitativo Para Zeleny, Marx es consciente de todas las limitaciones que trae el anlisis simplemente cuantitativo, pero tambin es consciente de sus aportes y utilidad en el proceso del desarrollo del conocimiento cientfico. Harris acierta, en este sentido, al afirmar que Marx no pretenda sustituir la ciencia emprica por una de ndole dialctica, pero no menciona la importante contribucin que esta ltima hace a las investigaciones empricas, como en el caso de Ricardo. Para Marx las relaciones cuantitativas son relevantes, pero en la medida en que se las conciba como limitadas y provisionales, o sea como una parte del proceso de conocer, ms no como el conocimiento total. Esto queda claro en la comparacin hecha por Zeleny en donde los Marx y Ricardo se centran en una determinada relacin cuantitativa. Ambos tratan similarmente la problemtica, pero mientras para Ricardo el anlisis practicado es ya uno de los principales argumentos para comprobar que el valor de cambio de una mercanca est determinado por la cantidad de trabajo necesario para su produccin, para Marx este anlisis es simplemente un paso para responder preguntas ms complejas. Por ejemplo: Cmo modifica la aparicin del capital el principio por el cual el trabajo es la sustancia del valor de cambio? (Zeleny 1978:38). As, Ricardo limita la categora de intercambio a los aspectos simplemente cuantitativos, pero Marx es consciente de que las mercancas se intercambian es por un motivo cualitativo y no cuantitativo. La cualidad, en este sentido, se convierte en garanta de una cantidad, porque toda mercanca necesita tener un valor de uso, o sea una cualidad que satisfaga una necesidad determinada. Sin embargo, lo interesante es que Marx entiende que las mercancas, en el sistema de produccin capitalista, necesitan de dos tipos de trabajo (abstracto y concreto), y este doble carcter del trabajo slo puede ser percibido por un anlisis gentico-estructural. Porque slo al historizar el trabajo se puede comprender el fenmeno del trabajo abstracto propio del capitalismo, que hace mercancas simplemente para el intercambio, o sea produce valores de cambios. De esta manera, Marx coloca las propiedades especficas de la mercanca en el capitalismo, ms all del simple aspecto cuantitativo relacional del valor de cambio de las mercancas. Esta exposicin demuestra, pues, la transformacin de los conceptos fijos en conceptos elsticos y mviles, la incorporacin de un punto de vista histrico en donde las cosas, los fenmenos se conciben como algo que

  • nace de otra cosa y se transforma en otra (Zeleny 1978:40). En este sentido, fenmenos como el precio natural del trabajo no pueden ser vistos como forma econmica propia de todas las fases evolutivas de la sociedad humana, sino como algo transitorio que varia, histrica y localmente, ms all de lo cuantitativo. Las determinaciones cualitativas no son cosa fija ni absoluta para Marx, hay pues en su concepcin una nueva relacin entre lo absoluto y lo relativo, una nueva relacin de los opuestos en la realidad objetiva y en el proceso del conocimiento (Zeleny 1978:42). Hacia una relacin dialctica La categora de relacin en Marx responde, segn Zeleny, a una nueva concepcin de la lgica materialista sustancialista, en donde la esencia se ve como algo contradictorio que esta en movimiento y transformacin. En otras palabras, la esencia ya no es fija, sino dialctica. Esto le permitir a Marx comprender, por ejemplo, el aspecto contradictorio de la relatividad del valor, porque por un lado puede ser relativa y por el otro sustancial. De esta manera, dentro del sistema de produccin capitalista lo sustancialmente relativo puede presentarse como algo absoluto (valor absoluto), pero es relativo en el sentido del carcter histricamente relativo de la sustancia del valor. La relacin entre la superficie aparencial y la esencia se muestra para Marx como un problema ms complejo que no se puede deducir por abstracciones formales, igualmente sus nuevos desarrollos implican un anlisis en donde lo cuantitativo y lo cualitativo se encuentran necesariamente en una relacin dialctica. Segn Zeleny, Marx supera la estructura tradicional, sustancial-atributiva, del pensamiento cientfico tal como la concibi la filosofa de la Edad Moderna, porque la ha relativizado penetrando y quebrando las representaciones antidialcticas de la estructura ontolgica de la realidad. La interpretacin dialctico-procesual de la realidad le permite ver a Marx la existencia de varias capas de los procesos sustanciales y tambin la cuestin de la determinacin de determinados procesos por varias propiedades relativas de diferentes capas sustanciales (Zeleny 1978:52,53). Pero lgicamente todo esto se debe en un principio a que la crtica hegeliana ha preparado el terreno para la movilizacin materialista-dialctica relativizadora de la estructura atributivo-sustancial, al pensar la sustancia como algo vivo en movimiento, como devenirse en otro. Posteriormente Marx superara el idealismo absoluto, como ya lo hemos mencionado anteriormente, con su anlisis gentico-estructural materialista dialctico, pero mantendr la concepcin de la esencia y la preocupacin por como concebir el vnculo entre esta y la superficie aparencial. As, indica Zeleny, que Marx es consciente de que las propiedades de las cosas son relaciones y no propiedades fijas sin carcter histrico. Las relaciones entre esas cosas en un todo determinado y las relaciones entre sus funciones en un determinado proceso constituyen las propiedades de las cosas. La propiedad es, pues, contextual, sin embargo la contradictoriedad se puede ver como la

    propiedad ms intrnseca. Lo anterior deja claro que el principio dialctico no es un principio general que se pueda aplicar por igual a cualquier objeto, como pretende Harris. El ejemplo que este da es con respecto a la patrilinialidad y se pregunta: Cul es su negacin: la ausencia de filiacin o un tipo de filiacin que no se trace de un modo exclusivo a travs de los varones? Cul constituye la contradiccin esencial? Estas inquietudes que plantea Harris son totalmente validas, pero la aplicacin de la dialctica en este caso debe ser diferente. Su contribucin puede ser apreciada si se utiliza la dialctica para tomar este hecho como un elemento de una totalidad histrica definida, en donde la totalidad de la prctica humana debe ser tomada en cuenta para estudiar este elemento. En este sentido, la dialctica podra aplicarse a cualquier hecho, pero solo mostrara en estos casos que la estructura del proceso socio-histrico es parte constitutiva del hecho que se analiza (Marcuse 1994:307). Esto es lo que demuestra Lenin con su ejemplo de someter un vaso de agua al anlisis dialctico. Al referirse al ejemplo del vaso de agua, Lenin afirma que la totalidad de la prctica humana ha de entrar en la definicin del objeto ; la objetividad independiente del vaso de agua queda disuelta de este modo (Marcuse 1994:307). En todo caso, la idea de que los principios de la dialctica son de aplicacin universal, lejos de contribuir a la mejor comprensin del mtodo, ha servido para generar mayores dificultades en su aplicacin en el campo de las ciencias sociales. La dialctica materialista jams tuvo en Marx otro objeto de anlisis que el proceso social-histrico. La pretensin de que las famosas leyes de la dialctica son validas para cualquier objeto en el universo proviene ms de la obsesin por convertir al materialismo histrico en una concepcin del mundo que del ejercicio efectivo del mtodo dialctico (Pereyra 1984:87)

    La critica a la postura empirista-positivista Despus de esta larga discusin sobre la dialctica materialista aun queda un argumento que es punto de discordia para Harris: La inflexible hostilidad de Lenin hacia la postura empirista-positivista (Harris 1982:171). La verdad es que la devocin de Harris a las reglas del mtodo cientfico y a la Ciencia no le permiten apreciar la complejidad de esta postura. La posicin de Lenin frente las ciencias emprico-positivistas parte principalmente de la critica de Marx a la economa poltica clsica. Habermas, en su texto Conocimiento e inters (1968), igualmente influenciado por la tradicin marxista, afirma que las ciencias emprico-analticas comparten con la tradicin de la filosofa el concepto de teora, por lo que caen en un objetivismo que no permite hacer consciente sus inters (Habermas 1974:63). La teora tradicional no pretenda dar formacin por haber liberado al conocimiento del inters, sino por el contrario, precisamente porque tomaba su fuerza seudonormativa de un ocultamente de su autentico inters"( Habermas 1974:66). Igualmente el positivismo por su apariencia objetivista que encubre la

  • constitucin de los hechos legalmente estructurados, no deja afluir a la conciencia la concatenacin del conocimiento con los intereses del mundo de la vida cotidiana (Husserl en Habermas :65). Por esto tanto en el concepto clsico de teora como en las ciencias empricas se descubre un nexo no reconocido entre conocimiento e inters. La sospecha de objetivismo se da por la apariencia ontolgica de la teora pura, apariencia que todava comparten engaosamente las ciencias con la tradicin filosfica (Habermas 1974:67).En efecto ese ocultamiento de los intereses y la pretensin de un objetivismo es lo que llamo la atencin de Marx en su anlisis de la economa poltica. De aqu en adelante para entender lo que se pretende plantear resulta til remitirse a la teora Marxista de la alienacin. Marx en sus Manuscritos de economa y filosofa de 1844 deja planteada la posibilidad de una alienacin ideolgica al hablar del encubrimiento ideolgico de la economa poltica y al hablar de la alienacin religiosa (Silva 1974:102). En el primer caso ya analizamos con Ricardo que consecuencias trae este tipo de encubrimiento ideolgico. Sin embargo, resulta necesario recoger algunos de estos aspectos. Bsicamente el punto de partida que utiliza Marx para la crtica a la economa poltica, esta planteado a partir de la incapacidad de esta disciplina para explicar la verdadera razn del divorcio entre capital y trabajo, motivo por la cual no poda explicar tampoco la razn histrica de la alineacin del trabajo (Silva 1974). En este sentido, Marx deca que la economa poltica careca de una teora de la explotacin, arrancaba del hecho de la propiedad privada pero no la explicaba, mostraba a las relaciones capitalistas de produccin casi como leyes naturales (Silva 1974). La alienacin religiosa nos puede ayudar a comprender mejor este aspecto. La idea de alienacin religiosa, la toma Marx directamente de Feuerbach, el cual muestra a la religin como una inversin ideolgica que por un lado es alienacin en si misma, por cuanto divide interiormente al hombre y lo somete a una relacin de dependencia con respecto a sus propios fantasmas y por otra parte, en cuanto ideologa, sirve para ocultar o suavizar la miseria real, remitiendo la `verdadera riqueza' a otro mundo, no significa otra cosa que la justificacin de la apropiacin de la riqueza mundana en pocas manos (Silva 1974:107). En este orden de ideas la economa poltica encubre o suaviza, como la religin, la complejidad de las cosas, porque solo muestra la cara positiva de la produccin cientfica de conocimiento mientras le hace el juego a la produccin capitalista con todas sus consecuencias. Para terminar solo resta decir que el pensamiento dialctico de Marx hubiera sido de gran utilidad para los inters de Harris de poner todo en tela de juicio; examinar los fenmenos a fondo y desde todos los ngulos; evaluar la contradiccin de cualquier proposicin y sus carencias adems de sus atributos positivos; buscar la paradoja y la oposicin; revelar el universo de disonancia bajo la apariencia de orden, desafortunadamente Harris no logra captar la importancia

    de este anlisis que ciertamente no pretenda nada distinto que desarrollar estas premisas mencionadas. BIBLIOGRAFA HARRRIS, Marvin, Materialismo cultural, Aliansa Editorial, Madrid 1982. MARCUSE, Herbert, Razn y revolucin, Editorial Altaya, Barcelona 1994. PEREYRA, Carlos, Sobre la dialctica, en Cuadernos de filosofa y letras, Bogota, Vol. VII, No. 1-2, Enero-Junio 1984, pag. 83-97. SILVA Ludovico,Los manuscritos de Paris o el problema de la alienacin en la frontera entre filosofa y economa, en Marx y la Alienacin. Edit. Monte Avila, Venezuela, 1974. ZELENY Jindrix, La estructura lgica de `EL capital' de Marx. Teora y Praxis, Grijalbo, Mxico 1978.