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Un derroche de suspense y talento narrativo que cambiará a muchos lectores.»Elie Wiesel, escritor y Premio Nobel de la PazMichael Stolowitzky, hijo único de una acaudalada familia judía polaca, tiene tres años cuando estalla la guerra y su familia lo pierde todo. Desesperado por salvar la empresa, su padre se va a Francia, dejando a su hijo al cuidado de su madre y Gertruda Babilinska, una niñera católica muy unida a la familia. Cuando su madre sufre un infarto, Gertruda le promete en su lecho de muerte que llevará a Michael a Palestina y lo criará como a su propio hijo.Escrito con el asesoramiento exhaustivo de Michael Stolowitzky, La promesa de Gertruda es la crónica de un viaje extraordinario, el que emprendieron Michael y Gertruda para sobrevivir. En sus fascinantes estampas cobran vida quienes velaron por su vida, como Karl Rink, un oficial de las SS decidido a salvar a tantos judíos como fuera posible tras la ejecución de su mujer judía, o el doctor Berman, un médico judío que ayudó a Michael y Gertruda cuando atravesaban su peor momento.Testimonio fiel de un acto de gran valentía y entereza ante el terror, La promesa de Gertruda trasciende la historia para revelar la compasión y la esperanza que siguen iluminando milagrosamente un mundo asolado por guerras sin fin.Inmersos en la espiral de barbarie de la Segunda Guerra Mundial, una mujer y un niño partirán en un largo viaje de supervivencia: una historia apasionante y conmovedora, basada en hechos reales.
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La Promesa de Elena
R.G.Molina
Copyright 2015 R.G.Molina
Primera edicin: Mayo 2015
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ndice
Captulo I. Nochebuena
Captulo II. Nicolae
Captulo III. La decisin
Captulo IV. Conociendo Madrid
Captulo V. El trabajo
Captulo VI. Elena
Captulo VII. La cita
Captulo VIII. El traidor
Captulo IX. Deseo
Captulo X. El abogado y Silvia
Captulo XI. Lunes
Captulo XII. Alex y Claudiu
Captulo XIII. Cada uno su parte
Captulo XIV. El piso de la Avenida Manzanares
Captulo XV. El secuestro
Captulo XVI. El asalto
Captulo XVII. La casa de Horche
Captulo XVIII. Los pasadizos
Captulo XIX. Los inocentes
Captulo XX. A oscuras
Captulo XXI. La tumba
Captulo XXII. Coraje
Captulo XXIII. La tercera alma
Captulo XXIV. El ltimo viaje
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CAPITULO I
Nochebuena
Pablo abri el portn de la casa y meti el coche por el camino asfaltado de acceso. Observ a la derecha el magnfico
jardn que su madre tena en aquel tramo, siempre estaba perfectamente cuidado aunque se empeaba en hacerlo ella misma. No entenda como no contrataba un jardinero, era demasiado
trabajo para una mujer sola pero a pesar de que se lo haba aconsejado en muchas ocasiones nunca le haca caso, ni siquiera l
poda tocar nada de aquella especie de mausoleo natural.
Las rosas eran su flor preferida y estaba plagado de rosales aunque
ahora, con el fro que haca en esta poca del ao no tenan flores pero an as, estaban cuidadosamente arreglados.
Su mujer le acompaaba, iba sentada en el asiento de atrs junto a la sillita de su pequeo, un beb de apenas once meses que dorma
plcidamente y que haca las delicias de su abuela.
No s porque se sigue empeando en vivir aqu sola.
Tienes que respetar su vida, ella nunca te dice como debes de vivir t.
Ya, pero es que an es joven, debera salir por ah, me preocupa, es socia de una empresa prspera en la que siempre ha trabajado, tiene dinero y ha pasado su vida viajando por el
mundo y ahora Quizs sea por eso cario, tal vez est cansada de ir de un
lado para otro. Pero por qu tiene que vivir aqu, en este viejo chalet que se cae a pedazos?, podra hacerlo en su bonito piso de Madrid
o comprarse una bonita casa de campo si es que no quiere estar en la ciudad, pero aqu
La muchacha se arrug de hombros, si su suegra quera permanecer all era su eleccin, saba que su marido senta verdadera pasin por su madre y ella tambin la adoraba, era una
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mujer encantadora y sumamente bella para sus ms de cincuenta aos. Pablo aparc justo delante de la puerta.
Este ltimo ao ha estado muy triste, parece que nada le interesa.
Ya vers como estas Navidades sern distintas, est muy ilusionada con el nio.
En cuanto par el motor, la puerta de la entrada se abri y apareci su madre en el umbral, estaba magnfica, llevaba un precioso vestido de color azul que se le pegaba al cuerpo, era largo hasta los
pies, sostena en la mano una copa de vino blanco y sonrea con la cara totalmente iluminada por la felicidad.
Ya estn aqu mis chicos. Pablo descendi del coche y abri la puerta a su mujer.
Vaya mami, ests radiante!
Ambos la besaron con cario, estaba deliciosamente bella, se haba cortado el pelo que haba llevado durante aos largo en una media melena ondulada que le favoreca. Su nuera la
miraba con admiracin.
Es verdad Elena, ese corte te sienta pero que muy bien.
Ella ri abiertamente y mir hacia el coche con impaciencia.
Dnde est mi nio? Ha venido durmiendo todo el camino.
Su nuera, a la que todos llamaban Bel abreviando su nombre de
Belinda, volvi hacia el auto y sac al pequeo, este llorique un poco al principio sintindose molestado de su confortable sueo
pero se call en cuanto vio las lucecitas de colores con las que su abuela haba decorado toda la entrada y su carita sonrosada comenz a sonrer al ver a su abuela a la que inmediatamente
lanz los brazos para que le cogiera en ellos. Ella le pas la copa que llevaba a su hijo y le cogi.
Vaya, Nicols, ests hecho todo un hombrecito. El pequeo emita alegres balbuceos y risitas cmplices dejndose
abrazar y besar por aquella mujer a la que llamaba Tata.
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Vamos adentro, aqu hace fro. Entraron los tres, la casa s que haba sido reformada en su interior,
tena calefaccin por todos los rincones adems de una preciosa chimenea que estaba encendida en el saln, todo el suelo era de
madera y Elena sola caminar descalza por l. Pablo observ el enorme rbol que su madre haba colocado en el saln y que llegaba casi hasta el techo, era un abeto natural y estaba repleto de
adornos navideos, al pie se hallaban colocados numerosos paquetes envueltos en papel de regalo, Pablo se volvi hacia ella.
Est precioso! Pensaste que no iba a poner adornos en la primera Navidad
de mi nieto? Nunca anteriormente lo haba hecho, no parecan gustarle nada aquellas fiestas, quizs s al principio, siendo l muy pequeo,
pero recordaba que cuando tena unos diez aos comenz a observar que su madre odiaba todo aquello, aunque disimulaba
ante l, saba que no le gustaba, la haba odo llorar por las noches y eso haba hecho que tampoco le gustaran a l. Ahora, admirando todo aquello y viendo el rostro feliz de su madre sinti que el
haber tenido a su hijo le haba devuelto a ella una felicidad que tal vez haba perdido en algn momento de su vida.
Tomemos una copa y brindemos antes de la cena. Yo la preparar, qu quieres beber t, Bel?
Tomar del vino que est bebiendo tu madre. Elena llev al nio hasta el rbol dejndole tocar con sus pequeas
y regordetas manitas todos aquellos adornos mientras Pablo se diriga a la cocina. Sac dos copas ms y tom la botella que se hallaba abierta en el frigorfico, mir a su alrededor y vio un
suculento banquete. Su madre tena todo perfectamente dispuesto sobre la mesa de madera que se hallaba justo en el centro de
aquella cocina moderna decorada en tonos rojos y blancos. Volvi de nuevo al saln con las copas y la botella en las manos.
Vendr la prima Silvia?
Su madre se gir hacia l.
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Ya sabes que s, hace aos que cena con nosotros en esta noche.
Era cierto, durante aos recordaba que ella y su marido Esteban, que adems era el abogado de su madre, cenaban con ellos en
Nochebuena. El chalet en el que se encontraban haba sido propiedad de sus padres, Elena les hizo una muy generosa oferta por aquel casern y Silvia les convenci para que se lo vendieran a
su prima. Pablo nunca haba entendido como pudo comprarles aquella casa.
Ser mejor que vayamos preparando la mesa del saln, estarn a punto de llegar y quiero tenerlo todo listo. Al parecer
este ao seremos uno ms porque Enrique va a traer a una chica con la que mantiene una relacin estable.
Enrique era el hijo del matrimonio de algo ms de veinte aos, estudiaba para abogado como su padre y era el orgullo de la prima
Silvia, que lo adoraba.
Vaya!, as es que el muchachito de cara angelical tiene
novia. Pablo quera mucho a aquel joven. Sera divertido tener a alguien
ms a la mesa, le dara un toque de novedad a una cena en la que su madre y Esteban siempre acababan hablando de negocios.
Bel ayud a su suegra con los preparativos mientras Pablo se haca cargo del nio que no paraba de tocarlo todo. Cuando la mesa estaba prcticamente lista oyeron un coche y su madre se dirigi
corriendo a la entrada, pareca nerviosa y ese estado no le haba pasado desapercibido a su hijo que la conoca como a la palma de
su mano o al menos eso crea. Los invitados entraron y se produjeron los abrazos y saludos, Enrique present a su novia, una agradable jovencita de pelo negro corto y brillantes ojos azules,
estudiaba tambin abogaca y se haban conocido en la Facultad de Derecho. Pablo observaba a su madre, pareci susurrar algo en el
odo de Esteban y ambos se dirigieron hacia o tra sala en la que Elena tena un precioso despacho en el que haba tambin otra gran chimenea que mantena encendida.
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Ambos desaparecieron por aquella puerta y su madre cerr tras de s no sin antes dedicarle una sonrisa a su hijo que la miraba
intrigado, anteriormente nunca se haba encerrado a hablar con Esteban de aquella forma durante una cena familiar.
Tengo que tratar unos temas con mi abogado, Pablo querido atiende mientras a nuestros invitados.
Silvia se dirigi hacia l y le cogi del brazo cariosamente.
Vamos cario, tomemos una copa de vino, djales con sus
cosas. Ya sabes cmo son esos dos, se toman demasiado en serio su trabajo.
Prcticamente le arrastr hasta la mesa aunque l no poda dejar de mirar hacia aquella puerta. Qu diablos tendra que hablar con Esteban?, nunca haba tenido secretos en temas de trabajo con
ninguno de los presentes.
Elena le hizo sentar en uno de los cmodos sillones y sirvi dos copas del coac que saba que tanto le gustaba y que guardaba en el pequeo mueble bar que tena en una de las esquinas. Se sent a
su lado apoyando su mano suavemente sobre la rodilla de l.
Entonces, est todo arreglado?
S, querida. Lo he dispuesto todo para que no haya ningn problema.
Han pasado tantos aos! Me ha costado mucho tiempo y te va a costar una pequea fortuna pero ahora, al fin, podrs cumplir tu juramento y
descansar tranquila. Mi juramento!
Elena pareci sumirse por un momento en el pasado y los ojos se le llenaron de lgrimas.
Vamos, vamos Elena! Cre que te alegraras. Y lo hago, de verdad, lo que pasa es que siento nostalgia,
todo esto me ha hecho recordar aquellos das. Estoy contenta de poder hacer al fin lo que me pidi pero tengo miedo al desplazamiento, es un poco como profanar su cuerpo.
Solo son restos, ya no queda nada, su espritu siempre estar a tu lado, t le has mantenido vivo durante todos estos aos.
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De verdad lo crees?, muchas noches me pareca escuchar pasos por la casa, era como si l deambulara por ella sin rumbo
por eso te ped que hicieras lo que has hecho y me consiguieras poder llevarle al lugar en el que me dijo que quera descansar.
Esteban la mir con cario, a veces pensaba que aquella mujer estaba loca, loca de amor por alguien a quin apenas conoci.
Escucha, todo se har en el mayor de los secretos, no habr complicaciones legales y por fin todos descansaremos tranquilos.
S claro. Has redactado mi testamento de nuevo? Tal y como me dijiste.
Esteban abri el maletn que siempre llevaba consigo y sac unos papeles que le tendi a ella.
Solo tienes que firmarlos. S que Pablo se sentir sorprendido de todo esto, por ello he
estado escribiendo una declaracin durante este ltimo ao que guardo en mi caja fuerte, quiero que se lo hagas llegar. Ah le explico todo lo que pas y la eleccin de mi ltima voluntad:
descansar a su lado. S que le costar pero que no pondr pegas al respecto.
Elena, an eres muy joven, pasarn muchos aos antes de que
Ella le mir con resignacin.
Me estoy muriendo Esteban, probablemente estas sean mis ltimas Navidades entre vosotros.
Esteban la mir atnito, no poda ser verdad aquello. Ella le sonri con dulzura.
Nadie sabe nada y quiero que siga siendo as, el mes que viene partir para Rumania como est planeado, t me
acompaars para asegurarte de que todo salga segn lo previsto. Despus regresars y le entregars a mi hijo la
declaracin de la que te he hablado, le asesorars y ayudars en todo. No puedes hablar en serio.
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Muy en serio, estoy enferma desde hace un ao y he rechazado la medicacin y la ayuda que me ofrecan
voluntariamente. Firm un papel en el que exima a mi mdico de cualquier responsabilidad, aunque s que acept tomar
drogas para soportar los dolores y que ninguno de vosotros lo notaseis, por ello te ped que aceleraras todo. Me dieron un ao de vida y se cumplir en dos semanas, lo nico que me
mantiene viva es llevarle hasta all y descansar a su lado. No puedes hacerme esto.
Esteban estaba petrificado, era demasiada responsabilidad que solo l lo supiera.
T me lo debes, hice lo que hice siguiendo los consejos de Silvia que pensaba en tu bienestar en aquel momento. Ahora te pido que me devuelvas el favor.
Ninguno de nosotros pedimos pasar lo que pasamos, no fue culpa de nadie.
Tampoco lo fue suya, su familia jams supo lo que le haba ocurrido y eso es algo que tendr que asumir ante Dios si es que existe un Dios al que rendir cuentas. Ahora mi nico deseo
es que salgamos ah fuera y pasemos la mejor noche de nuestra vida todos juntos, yo me siento feliz como no lo haba sido
durante los ltimos veinte aos. Seca tus lgrimas, he dedicado mi vida a mi hijo y s que lo he hecho bien, dej que eligiera el nombre de mi nieto y eso es algo que me llen de alegra,
ahora deber entenderme y s que lo har. Esteban la abraz, la quera mucho, ella sec sus ojos con la palma
de sus manos y se levant con la misma dignidad de siempre, hubiera sido una gran dama de la interpretacin. El hizo lo mismo y la sigui. Elena abri la puerta del despacho sonriendo y avanz
por el saln como una diosa inmortal dirigindose a sus invitados, l la miraba con admiracin. Jams comprendi como una mujer
as poda haber sufrido tanto por un amor con el que haba compartido apenas unas horas, podra haber tenido a cualquier hombre que hubiera querido pero nunca lo hizo, se mantuvo fiel a
un recuerdo. En ese momento supo que ella no morira nunca porque haba muerto el mismo da en que perdi a Nicolae y que
ahora podra al fin reunirse con l.
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CAPITULO II
Nicolae
Dobl la esquina y se encontr en una ancha avenida,
observ las luces de todos los comercios con curiosidad, todo era luz y emanaba esa alegra propia del ambiente navideo. Haba escuchado cosas sobre Madrid pero nunca imagin que fuera tan
grande. Aspir el aire fro y cerr los ojos tratando de recordar cmo era esa poca en su pas, las bolsas que llevaba en sus manos
le pesaban ahora ms de la cuenta. Haba decidido comprar de todo desde que cobr su primer sueldo con su trabajo de pen en una obra y ahora lo haba hecho. Maana sera sbado y pronto
llegara la Nochebuena. Dispona de un pequeo cuarto en un piso compartido en el centro y aunque no era realmente un sueo, para
l era suficiente. Sus otros dos compaeros eran tambin rumanos de una ciudad muy prxima a la suya y con ellos poda recordar su tierra y compartir inquietudes por lo que no se senta
especialmente triste. Haba dejado a sus padres y hermanos lejos pero su esfuerzo merecera la pena, seguro que s. Sus otros
compaeros llevaban ms tiempo en Madrid y le aseguraban que todo era mejor aqu.
Camin por Bravo Murillo hasta llegar a su calle, gir a la derecha y baj paseando tranquilamente, entonces lo vio, un coche, un BMW aparcado a un lado con dos tipos dentro. Imagin
en el acto que eran paisanos suyos, de su mismo pas, un escalofro le recorri la espina dorsal a pesar de que no les conoca de nada.
Hizo su paso ms lento, tena un especial instinto para las cosas y algo le deca que aquellos hombres no estaban ah para nada bueno. Poda ver el humo de sus cigarrillos que cargaban el
ambiente del coche en el que estaban sentados, pero no hablaban, tan solo estaban ah, esperando. De pronto apareci otro en escena,
surgi del portal en donde l viva con sus otros dos compaeros, era un tipo muy alto y delgado, moreno y de aspecto cruel. Se dirigi directamente hacia el coche y abri la puerta de atrs pero
no subi. Se detuvo un momento y volvi su rostro directamente hacia l, le mir con una intensidad que le dio verdadero terror.
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Conoca bien a tipos as, haba muchos en su pas, gente que estaba en mafias y asuntos sucios. El hombre alto le sonri pero l no se
sinti mejor, sinti que aquello no era una cortesa sino una especie de aviso, agach la cabeza y aceler ahora el paso para
llegar al portal. Escuch el ruido del motor del BMW acelerando calle abajo y ni siquiera entonces pudo respirar a gusto. Subi las escaleras tan rpido como pudo y abri la puerta del piso con el
corazn palpitando tan fuerte que pareca querer salirse de su pecho. Se dirigi directamente a la cocina para dejar las bolsas y
vio a sus dos compaeros sentados delante de sendos vasos de whisky con clara evidencia de preocupacin. El trat de evitar hablar del tema, fuese lo que fuese quera estar al margen.
Vaya, habis empezado a celebrar sin m?
Hablaban en espaol entre ellos para hacerse antes con el idioma, era una especie de pacto surgido entre los tres y todos lo
respetaban, pero su amigo Alex le contest en rumano y supo entonces que, aunque no quisiera, iban a hacerle partcipe de lo que l ya saba haba sido una visita desagradable.
Has visto salir a alguien del portal Nicolae?
Debera?
An no saba si deba darse por enterado o no y al formular esa pregunta saba que se lo aclararan. Su otro compaero, Claudiu, le mir con gesto grave pero se dirigi a Alex.
No s si deberamos meter al chico en esto.
Alex se ri de forma nerviosa.
Creo que es lo mnimo que podemos hacer por l, no crees?, cunto antes lo sepa mejor, no tenemos mucho tiempo.
Nicolae comenz a sacar el contenido de las bolsas, realmente no quera saber nada de aquello, lo nico que deseaba era preparar una estupenda comida rumana.
Deja eso Nico y sintate con nosotros.
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Alex le dijo aquello pero no pareci una sugerencia, ni tampoco una orden, era como una splica, un ruego. Nicolae se sent frente
a los dos y se sirvi un poco de whisky en uno de los vasos, lo necesitara seguramente.
Viste o no al hombre que sali del portal?
S.
Sabes quin es?
Nico mir a Alex con precaucin.
No s su nombre pero s reconocer a alguien as.
Claudiu decidi explicar el tema al muchacho, no pareca que su compaero fuese a hacerlo de la forma ms adecuada.
Sabes que nosotros ya llevamos ms de un ao aqu y que nuestros comienzos no fueron especialmente, como decirlo, no fueron especialmente agradables.
Algo me dijisteis.
Ese hombre nos ayud cuando llegamos, nos proporcion algo de dinero para poder pagarnos un piso de alquiler y poder
comer al principio.
Nico asinti pero no dijo palabra alguna.
Tuvimos que hacerle algunos favores, ya sabes, algunos
trabajos no precisamente honrados.
Alex estaba nervioso, volvi a servirse una copa y encendi un
cigarrillo. Claudiu continu relatando.
El caso es que le debemos algo.
Por qu?
Bueno, ya sabes cmo funciona esto, nadie da nada por nada. En su momento nosotros nos buscamos un trabajo en
cuanto tuvimos nuestros papeles en regla y acordamos con l
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dejar todo eso, pero ya sabes, ahora necesita algo y tenemos la obligacin de devolverle el favor.
Se quedaron en silencio unos instantes. Nico bebi su whisky, saba que en algo le salpicara todo aquello.
El tema es que necesita a tres personas, sabe que t ests
aqu y quiere que entres.
Yo?, no creo que sea una buena idea.
Bueno, se lo hemos explicado pero parece no entenderlo, piensa que t a tu vez le debes algo. Al fin y al cabo ests con
nosotros, en un piso que l nos proporcion en su da y
Ya veo por dnde vas, pero yo no quiero saber nada de vuestros asuntos. Me asegurasteis al principio que no estabais metidos en nada sucio por eso me decid a venir a Espaa con
vosotros.
Claudiu se inclin hacia l con ternura, slo era unos tres aos mayor que l pero le cuidaba como un padre cuida a un hijo.
Lo s Nico y as era, cuando t llegaste ya no tenamos que ver con l, pero ahora ha surgido esto y. creme que lo siento pero no podemos hacer nada al respecto. Tenemos la
obligacin de devolverle el favor y es ahora cuando nos lo pide. No podemos decir que no, sera un error hacerlo
comprendes?
Lo comprendo perfectamente pero no estoy conforme, no
quiero
Alex pareci perder la paciencia y los nervios.
No se trata de lo que t quieras o consideres o mierdas, solo
queremos que lo comprendas y lo aceptes no nos queda otra
entiendes? As que quiero estar seguro de que no cometers
ninguna tontera ni nada por el estilo, que mantendrs la boca cerrada y no nos causars problemas de acuerdo?
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Claudiu mir a su compaero con rabia, no quera hacerlo as, aunque saba que no tenan escapatoria posible. Se volvi a
Nicolae y trat de suavizar las palabras de su compaero.
Solo ser esta vez, te lo prometo, un trabajo rpido y sin
riesgos. Lo haremos en condiciones, todo bien planeado y sencillo, nadie herido y luego podremos descansar todos a
gusto.
Nico se levant de su silla y comenz a meter la comida en la
nevera, decididamente se le haba quitado el hambre. Cuando termin sali de la cocina sin mediar una palabra con sus
compaeros, abri la puerta de su habitacin y la cerr suave y mecnicamente tras l. Se tumb en la cama y mir alrededor, era un cuarto pequeo, apenas haba sitio para la cama y un armario
que le serva de ropero. No poda creer que por vivir en aquel sitio tuviera que pagar un precio tan alto, recordaba las palabras de su
madre cuando le dijo que quera venirse a trabajar a Espaa: no quiero que te metas en temas raros me oyes? que ni tu padre ni yo tengamos que avergonzarnos de t . Cerr los ojos a los que
haban asomado unas lgrimas y se traslad mentalmente a su casa en Rumana, en Brasov, al sureste de la regin histrica de
Transilvania, dominada por el monte Tampa de 957 metros de altura, capital de la provincia de Brasov cuya porcin Sur comprende las Montes Crpatos (Crpatos Meridionales y
Orientales) con los macizos de Fgra, Bucegi, Piatra Mare, Piatra Craiului y Postvaru. Hacia el Este se extiende la Depresin
de Braov, separada del Valle del Ro Olt, hacia el Oeste, por los Montes Perani. Su ciudad, fundada en 1211 por caballeros teutnicos, la ciudad ms grande del pas despus de Bucarest.
La ciudad que abandon con la esperanza de una vida ms prspera. Se durmi con esa idea en su cabeza y so con los
suyos mientras sus compaeros se servan una ltima copa en la cocina.
Crees que lo har?
Claudiu mir a Alex con mirada perdida.
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Lo nico que s es que todo esto es una mierda, no deberamos seguir arrastrndonos y sometindonos a tipos
como Viorel.
Bebi su vaso de un trago y se levant de golpe. Maana sera otro
da, quizs lo veran todo ms claro y con ms calma, tal vez no fuese tan grave, quizs el favor fuera menor de lo que haban
credo. Sacudi la cabeza sonriendo, desde luego no se trataba de una mudanza o alguna chapuza casera, eso seguro. Le pareci divertida la idea, no se imaginaba a Viorel pidindoles que le
hicieran la mudanza de su casa, se dirigi por el pasillo hasta su habitacin y la cerr tras de s. Maana lo vera.
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CAPITULO III
La decisin
Nicolae se despert de golpe., todo estaba en silencio y no
entraba luz alguna por su pequea ventana, imagin que deba ser muy temprano. Normalmente se levantaba a eso de las seis de la maana para llegar pronto al trabajo y supuso que sera sobre esa
hora. Mir en su mueca: las seis menos diez, su cuerpo no saba de das festivos, automticamente abra los ojos a diario sin
necesidad de ninguna alarma. Vio que se haba dormido tal cual se tumb en la cama, por lo nico que se haba movido fue por la necesidad de abrigo durante la noche, al parecer se haba arropado
con la vieja manta que cubra su camastro sin apenas moverse del sitio. Le dola la cabeza, record entonces la conversacin de la
noche anterior con sus compaeros, medit durante unos instantes tumbado an. Quera que fuese un mal sueo pero se dio cuenta de que no era as, haba sido real, record la cara de aquel tipo alto y
delgado sonrindole y le maldijo para sus adentros. Claudiu le dijo que sera algo sencillo, sin riesgos, bueno, si quera seguir all
deba de hacerlo, no tena otra opcin. Al igual que sus compaeros, decidi no preocuparse hasta saber de qu se trataba. Se dio cuenta de que le asaltaba un hambre atroz y fue consciente
entonces de que no haba comido nada desde el da anterior a las dos de la tarde, salt de la cama y se dirigi al bao comn al fondo del pasillo, una ducha le vendra bien y le despejara. El
bao se encontraba al lado de la habitacin de Claudiu y escuch a este hablando por el mvil, se detuvo un segundo, no le gustaba
escuchar conversaciones ajenas, no le haban enseado as sus padres pero lo que deca le concerna.
No habr ningn problema con el chico Viorel no te preocupes, creo que lo entender perfectamente. Es como un
hermano para m y absolutamente legal, si acepta te aseguro que no se echar atrs ni nos supondr ningn peligro, pero deja primero que yo hable con l.
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En cuanto lo haya hecho podremos quedar esta tarde en algn sitio para hablar del asunto.
Nico se desnud, abri el agua de la ducha y se meti debajo, haca fro en aquel cuartito de bao pero no lo sinti. El agua
caliente cay sobre l como si se tratara de agua bendita, comenz a frotar su cabeza y su cuerpo con el jabn tratando de no pensar
ms en el tema. Cuando acab se sinti mucho mejor, tras vestirse se dirigi a la cocina y decidi preparar algo suculento. El olor de lo que cocinaba y el ruido hicieron que Claudiu se uniera a l.
Buenos das Nico.
Lo dijo en espaol, l levant la cabeza y le salud con un gesto.
Dormiste bien anoche?
S, gracias.
Has pensado en lo que hablamos?
Creo que no tengo muchas opciones si deseo continuar aqu con vosotros no?
No quiero que te sientas obligado a nada, creme que lo siento.
Nicolae sirvi caf en dos tazas, le puso leche y sirvi clatitet
(creps servidos con chocolate caliente y mermelada flambeados con vodka) en dos platos que puso en la mesa. Se sent enfrente de Claudiu que le miraba divertido.
Vaya!, parece que te has levantado con ganas de cocinar eh?
Nicolae comenz a dar cuenta de sus creps, ni siquiera le mir al
hablar.
Sabes ya de que se trata?
El trabajo?
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Bueno, est bien que lo llames as.
Dio un sorbo a su caf.
S que es algo de un blindado pero tendremos los detalles
esta tarde, tenamos que estar seguros de que aceptaras hacerlo antes de que nos contara todo.
Nicolae levant la vista y le mir sorprendido.
Un blindado?, cre que iba a ser algo sencillo, un blindado requiere armas y no estoy dispuesto a
Escucha, s que suena mal pero no es como lo imaginas, al parecer Viorel tiene a alguien dentro, un confidente
entiendes? Me ha asegurado que no habr ningn problema, adems t tendrs el trabajo menos arriesgado, te lo aseguro.
Claudiu dio otro bocado.
Esta tarde iremos a verle y lo sabremos todo con detalle pero
te aseguro que no voy a permitir que te suceda nada malo de acuerdo?
Son un mvil y Claudiu se dirigi a su habitacin, habl durante unos minutos y luego regres a la cocina con aspecto sombro.
Esta tarde nos veremos con Viorel a las cuatro en la calle
Augusto Figueroa, all tiene uno de los muchos pisos que posee, tomaremos caf, beberemos rachiu (aguardiente de orujo) y nos pondr al corriente del asunto.
Nicolae asinti, ya no poda hacer nada ms, estaba dentro, no haba marcha atrs. Si sala bien podra continuar con su vida y su
trabajo en Espaa, si algo fallaba poda terminar en la crcel o sencillamente muerto. En la primera opcin sus padres ni siquiera
se enteraran de lo que haba hecho, en la segunda bueno, en la segunda ya poco le importara lo que pensaran porque tena claro que no ira a la crcel. Antes prefera morir que soportar esa
vergenza pero no dijo nada a su compaero, se limit a ir a su
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habitacin, recoger un poco y arreglarse para salir. Se puso unos vaqueros, eligi una de las camisas que guardaba para ocasiones
algo ms especiales y calz sus deportivas preferidas. Cogi su cazadora negra y sali por el pasillo decidido a visitar Madrid.
Siempre haba soado con ver pases y Espaa le cautivaba, por lo menos lo que hasta ahora, en apenas mes y medio de estancia en
Madrid, haba conocido. Sus compaeros le haban subido a Navacerrada el ltimo fin de semana aprovechando que ya haba nieve y le fascin, no era claro como en su pas donde las nevadas
eran abundantes en invierno pero le entusiasm ver a la gente esquiando y los chiquillos disfrutando con sus trineos. No tena
ningn problema con el idioma, haba practicado bastante antes de venir y en cuanto estuvo aqu se adapt como pez en el agua aunque, claro est, no lo dominaba del todo. Por eso haban
decidido hablar entre ellos en espaol, aunque se encontraran en casa solos. Luego, en su trabajo en la obra, estaba rodeado de
espaoles por lo que necesariamente tena que hablar en castellano para entenderse con ellos y su progresin haba sido realmente espectacular. Sali por el pasillo y se despidi de Claudiu que an
segua sentado en la cocina.
Voy a dar una vuelta por la ciudad, quiero ver la Plaza Mayor de la que tanto me habis hablado, la Puerta del Sol y todo aquello. Picar alguna cosa por all y volver a eso de las
tres y media para que nos d tiempo a llegar a la cita. Te parece bien?
S, no hay problema. Ten cuidado con tu cartera que en estas fechas suele haber mucho aprovechado por esa zona.
Emiti una leve risita, pareca estpido advertir de una cosa as cuando ellos mismos estaban planeando un robo.
Nicolae no sonri, no le haca ninguna gracia. Haba captado la
irona pero no poda admitir que le trataran como a un ladrn. El no lo era, no lo haba sido jams en su pas y no deseaba serlo ahora, pero no tena eleccin y lo saba.
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CAPITULO IV
Conociendo Madrid
Cogi el metro hasta Sol y cuando subi las escaleras que
le llevaran hasta la calle. Empez a respirar el ambiente navideo de la ciudad, haba gente cantando a la salida, eran villancicos espaoles. Todo el mundo pareca sufrir una especie de alegra
colectiva, no iban tan deprisa como estaba acostumbrado a ver todos los das. Era sbado, haba familias con nios,
probablemente para ver Cortilandia. Le haban hablado de ello, un espectculo que ponan en la puerta de unos grandes almacenes, tambin l quera acercarse hasta all para verlo. Cuando lleg,
enfil por la calle Mayor, llevaba un planito de la zona por lo que se orientaba perfectamente. Al entrar por una de las callejas a la
Plaza observ con curiosidad los edificios y todos los puestos que se hallaban all montados vendiendo artculos de Navidad, ya eran las diez y media de la maana y aquello atraa a millones de
visitantes. Haba extranjeros con cmaras, familias enteras que paraban en cada puestecillo comprando lucecitas para los rboles,
adornos, caretas o simplemente mirndolo todo. Pareca que todo el mundo se haba puesto de acuerdo para visitar la Plaza, le haban dicho que era muy famosa en estas fechas y descubri que
tenan razn. Decidi hacer l mismo lo propio e incluso compr unas lucecitas con forma de estrella para adornar un poco su pequeo piso compartido. Compr tambin una careta que le
result divertida y algn artculo de broma, no encontraba difcil comprar en espaol y menos en estos puestos, slo tena que coger
lo que quera y preguntar cunto.
Bajo despus por un callejn y sali de nuevo a la calle Mayor,
vio que una de las calles que descenda llamada Bordadores estaba llena de bares tpicos. Observ uno pequeito que tena las puertas
abiertas con unas escaleras que descendan hacia adentro. Pona sidrera y decidi que era una buena hora para tomar algo. Estaba totalmente lleno de gente, la barra era estrecha y pudo hacerse un
hueco en el recodo de la entrada a la izquierda.
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Vio que casi todo el mundo estaba bebiendo sidra y quiso probarla, le pusieron un vaso con el lquido amarillo y una cazuelita con
algo dentro. Pregunt al camarero y le dijo que eran: garbanzos con callos, los prob y descubri que le encantaba aquel sabor,
moj el pan en la salsa y se deleit con el ruidoso ambiente del lugar. Tom otra sidra ms y esper ansioso el aperitivo, esta vez le pusieron queso de cabrales, lo unt en pan y se propuso
mentalmente ir algn da a visitar Asturias y comer todos esos manjares.
Haba trascurrido una media hora cuando sali de nuevo por la puerta. Descendi por la calle Bordadores hasta llegar a una calle
ms ancha y peatonal, mir el nombre: calle Arenal, gir a la derecha. Haba gente que aparentaba ser una estatua en la calle y que se mova cuando la gente les echaba alguna moneda, hizo lo
propio mientras vea como se activaba un hombre que pareca enteramente hecho de barro. Sigui su camino y se top con una
pequea iglesia, muy bonita, se trataba de la Iglesia de San Gins. Pregunt entonces a una pareja joven que vena andando de la mano en sentido contrario y le indicaron por dnde deba ir para
ver eso del Cortilandia. Ya eran cerca de la dos de la tarde, se haba demorado ms de la cuenta en aquellos puestecillos. Cuando
lleg a los grandes almacenes vio que toda la fachada estaba decorada con figuras que representaban como un pueblo, con los deshollinadores en las chimeneas, gente que paseaba por las calles
de cartn piedra, haba un carro tirado por un caballo, incluso un improvisado beln en un rbol. Enfrente del mismo toda la
gente se agrupaba con los nios mirando hacia el espectculo, parecan esperar algo y as era porque de pronto aquello se puso en marcha. Comenzaron los muecos a hablar y a cantar moviendo
sus rgidas bocas, los chiquillos parecan entusiasmados y decidi quedarse a verlo. Se fue hacia atrs para poder tener mayor visin
y se coloc detrs de una pareja, el hombre mantena en sus hombros a un chiquillo de apenas cinco aos para que pudiera ver mejor. Ms a su derecha y tambin delante de l haba una bonita
muchacha, vesta elegante aunque informal con unos vaqueros de marca y un precioso chaquetn de cuero. Sujetaba a un niito de
unos nueve o diez aos de su mano y mientras se agachaba para comentarle cosas dejaba un precioso bolso de piel que colgaba de
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su hombro izquierdo a la vista. Fue entonces cuando se fij en otro chico, su olfato le volva a avisar, aquel no estaba precisamente
all para ver el espectculo. Era rumano, lo supo en cuanto le vio, tena unos quince o diecisis aos y paseaba entre la gente
observando con discrecin los descuidos. Le sigui con la mirada pero sin dejar que el otro se diera cuenta. Lleg donde estaba la mujer y se par justo detrs, miraba aquella fachada pero sus
dedos estaban trabajando con destreza. En un santiamn abri el broche de aquel hermoso bolso y con mano diestra comenz a
sustraer el monedero. Nicolae no le dio ms tiempo, enganch su mano desde atrs y le habl en rumano.
Est conmigo.
El muchacho le mir con ira pero a la vez sorprendido al escuchar
su idioma. La joven, hasta ahora ajena de todo, se dio la vuelta y pill al ladrn con su monedero en la mano que Nicolae sostena
con fuerza con su derecha mientras que con la izquierda lo arranc de un golpe del aturdido ladrn que ahora comenz a insultarle en rumano. Nico le solt de golpe y el muchacho desapareci como si
huyera del mismsimo diablo. La chica le observ con sorpresa mientras el resto de la gente apenas se haban dado cuenta de la
jugada, todos seguan pendientes a los muecos de la fachada que hablaban y cantaban. Nicolae le extendi entonces el monedero y ella lo cogi, solo entonces pudo articular palabra.
Gracias.
Deberas tener ms cuidado con tus cosas.
Ella le mir divertida ante su acento, le pareca un chico agradable. El la segua mirando con unos ojos negros y penetrantes de los que le pareca imposible separarse.
Eres rumano?
S.
Me pareci cuando hablaste, viaj a Bucarest el ao pasado.
Los ojos de Nico se iluminaron.
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Estuviste en Brasov?
Por supuesto, visit el famoso castillo del conde Drcula. Eres de all?
S, aunque dej el castillo hace mucho tiempo.
Ella sonri ante la ocurrencia.
Me llamo Elena.
Yo Nicolae.
Estrecharon la mano por encima del entusiasmado chiquillo que continuaba mirando absorto el espectculo.
Es tu hijo?
As es, se llama Pablo.
Nicolae acarici la cabeza del pequeo que ni an as movi sus
ojos de los muecos y dirigi de nuevo la vista hacia aquella fachada hablante. Ella segua observndole con curiosidad.
Oye, s que no te conozco de nada pero el detalle que has tenido ha sido magnfico.
Cmo?
Digo que me gustara que nos acompaaras a tomar algo, has evitado que me robaran y quiero darte las gracias de alguna
forma.
No, no es necesario.
Pero yo me siento en deuda contigo, mira vamos a ir a tomar una hamburguesa, a Pablo le encantan, podras acompaarnos.
Ests segura?
Totalmente, as podramos hablar de tu pas, me encant aquello y eso que no tuve apenas tiempo. Fui por motivos de
trabajo y tan solo estuve una semana.
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Nico la mir ms detenidamente, le haban dicho que las chicas espaolas eran bonitas y desde luego aquella lo era. Tena el pelo
largo, rizado y negro y sus ojos eran color aceituna, decididamente le apeteca tomar algo con ella y charlar pero quizs no era una
buena idea. Tena que volver pronto, haba quedado con sus compaeros y adems ella tena un hijo y seguramente un marido.
A tu marido no le importara que fueras con un chico rumano a tomar algo sin conocerle?
Ella sonri ante la discreta forma de solicitar informacin.
No estoy casada, nunca llegu a casarme con el padre de mi hijo.
Perdona, no quera, vas a pensar que trato de algo.
Decididamente era difcil explicar las cosas ahora en espaol.
No importa, no pienso nada, solo que eres un buen chico y
que me has evitado un disgusto hoy.
La msica ces de pronto y la gente comenz a abandonar el lugar.
Pablo se volvi entonces hacia su madre y pareci darse cuenta en aquel momento de la presencia de Nicolae, al que mir con cara de pocos amigos.
Iremos ahora a comer una hamburguesa?
S Pablo, ahora vamos. Te vienes entonces?
Nico mir su reloj, eran las dos y cuarto y tena que llegar a las tres y media al piso donde le esperaban sus compaeros. Levant la vista hacia ella y asinti con la cabeza esbozando una sonrisa.
Est bien, aunque no puedo quedarme mucho tiempo, he
quedado con unos amigos esta tarde.
De acuerdo.
Subieron por la calle Preciados caminando hasta llegar a la Plaza de Callao y se encontraron de lleno en la Gran Va. Entraron en
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una hamburguesera y Elena se empe en pagar lo que pidieron. Se sentaron en una de las mesas.
No creas que esto lo hago todos los das.
Comer hamburguesas?
Ella se ri mientras Pablo observaba la escena, conoca aquella forma de rer de su madre, era una especie de risa nerviosa que denotaba que aquel desconocido le gustaba. Frunci el ceo, no le
apeteca que su madre se interesara por nadie que no fuera l mismo.
Bueno, eso tampoco, pero me refera a que no voy invitando a los desconocidos que encuentro por la calle.
Espero que no y que tampoco te dejes robar a menudo.
Nicolae comenz a comer su men, no tena mucho apetito despus del suculento aperitivo que haba devorado en la sidrera,
pero la compaa result ms agradable de lo que sospech en un principio, Elena le cont su viaje por su amado pas y cuando se quiso dar cuenta se haba comido todo entre charlas y risas, la
corrigi en algunas frases en rumano que haba aprendido en su viaje y disfrut como haca tiempo que no lo haca. Se despidieron
en la puerta del metro.
Cuida de tu bolso ahora que no estar contigo para salvarte.
Ella sonri y le dio dos besos mientras sacaba su monedero, lo abri y le extendi a Nico una tarjeta.
Trabajo en una empresa de inversores, compra-venta de inmuebles y cosas as, aqu est mi mvil por si algn otro da
quieres ensearme ms frases en tu idioma.
Oh! As es que por eso viajaste a Rumania, va a comprar tu empresa propiedades all?
Eso es, el mercado espaol est ahora bastante flojo y queremos abrir horizontes, Rumania nos parece un lugar
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encantador y tenemos ya varios clientes interesados en invertir en aquella zona, sobretodo en terrenos.
Nicolae sigui mirando la tarjeta mientras Elena pareca esperar algo ms.
No s las costumbres en tu pas pero aqu se supone que
cuando una chica te da su nmero de telfono, el chico hace lo propio.
No entiendo.
Que si no me vas a dar tu nmero, ya sabes, por si necesito
alguna orientacin o algo parecido.
El la mir detenidamente, haba pensado incluso en memorizar el nmero y tirar la tarjeta, no quera comprometer a aquella muchacha si es que el trabajo que realizaran en los prximos
das para Viorel sala mal. Cualquier contacto entre ambos ahora podra resultar perjudicial para ella pero no poda decrselo y no
saba cmo explicarle que s, que quera darle su telfono y hablar y quedar pero no en ese momento. Ella se dio cuenta de que se senta violento y aunque decepcionada le quit importancia con
naturalidad.
Bueno, no quiero que te sientas obligado por supuesto, esperar a que t me llames si te apetece algn da.
Seguro que lo har, lo que pasa es que esta semana vienen unos parientes a casa y estar ocupado pero pasadas las fiestas te llamar.
Si todo sala bien claro que llamara, pero si no era as, no volvera
a verla jams. Acarici la cabeza del malhumorado Pablo que ahora tiraba de la mano de su madre con insistencia queriendo marcharse y baj las escaleras mientras les deca adis con la
mano hasta que desapareci del todo. Elena dio media vuelta, se senta un poco estpida, tal vez haba actuado demasiado deprisa,
tal vez le haba parecido una chica fcil, quizs sus costumbres Bueno, ya estaba hecho por lo que no mereca la pena preocuparse, seguramente no llamara nunca y jams volvera a verle.
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CAPITULO V
El trabajo
Cuando llegaron al piso de Viorel y llamaron a la puerta les
abri uno de los hombres que haba visto Nico esperando la noche anterior en el BMW negro a la puerta de su casa. Le distingui no porque le hubiera visto bien la cara sino porque llevaba un enorme
reloj de oro en la mueca que, sentado en el asiento del conductor, exhiba por la bajada ventanilla, por eso y por su pelo largo y
negro recogido en una especie de coleta. Les salud en rumano y les hizo acompaarle por un largo pasillo al final del cual se hallaba una puerta cerrada, la abri y pasaron los cuatro a un
amplio saln decorado de la forma ms ostentosa que jams hubieran visto. Los cuadros inundaban todas las paredes de la
estancia, los sillones eran grandes, de piel negra, haba dos ventanales que iluminaban la estancia, del techo colgaban dos enormes lmparas, una en cada extremo, demasiado grandes para
aquel saln. Haba una mesa de comedor de madera maciza con todas las patas talladas con indescriptibles dibujos, seis sillas a
juego y un mesa de centro entre los dos sillones de piel de la misma madera y con las mismas tallas rematadas con una especie de volutas en sus extremos superiores. Los cortinones que pendan
de los ventanales eran a su vez exuberantes y recargados. Sentado en uno de los sillones individuales se encontraba Viorel, con las piernas elegantemente cruzadas pareca un conde en su trono.
Todo vestido de negro apenas se distingua donde terminaba la piel del silln y empezaba su cuerpo. Tan slo sus manos y su rostro,
plidos como si de alabastro se tratara, destacaban del conjunto, bueno eso y un enorme colgante de oro que llamaba la atencin colocado por fuera de su camisa ligeramente abierta en su ltimo
botn. Les invit a sentarse mientras peda algo de beber al del enorme reloj, sus compaeros y l mismo se sentaron alrededor de
aquella horrible mesa de centro.
Viorel comenz a hablar, su voz era grave y firme, les miraba a
todos de uno en uno observando claramente sus rostros. Se interrumpi cuando su compaero entr de nuevo en la estancia
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con sendos vasos y una botella de un lquido incoloro que Nico lae reconoci enseguida. Lo deposit encima de la mesa y se retir
con el mismo sigilo con el que haba entrado en la habitacin. Viorel les sirvi un vaso a cada uno de los presentes y sigui con
su relato.
Ser un trabajo sencillo, muy sencillo. Una furgoneta saldr
de un dique seco situado en Coslada, a las afueras de Madrid por la N-II, a las nueve de la maana, no tiene ningn tipo de rotulacin ni nada. En ella irn dos guardias armados, uno de
ellos es nuestro confidente y no habr ningn problema, del otro es del que tendremos que encargarnos.
Qu lleva la furgoneta?
Claudiu y Alex miraron a Nico con indignacin, saba de sobra que no haba que saber demasiado en asuntos como aquel. No
deba solicitar informacin que no le era proporcionada pero Viorel no pareci darle importancia.
Son artculos valiosos. Es un pedido que una de las mayores firmas de joyera realiza en estas fechas para cubrir todos sus establecimientos en Madrid.
Y va a ir en una furgoneta normal y corriente con solo dos
guardias?
Bueno, creo que son tan estpidos que piensan que nadie se
imaginar nada de ese modo pero no cuentan con la traicin de uno de sus hombres.
Pareci divertido ante el asombro de Nicolae, saba que el plan que tena entre manos era de los mayores que haba realizado nunca y
resultaba tan sencillo que pareca casi infantil.
Nosotros tendremos pronto la ruta que seguirn desde su
salida.
Despleg un papel con un pequeo plano en el que haba varias
rutas. Seal uno de los puntos con su esqueltico dedo.
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En cuanto recibamos confirmacin de cual seguir el envo ser donde entris vosotros dos seal con la cabeza a
Claudiu y Alex Llevaris un todo terreno grande y potente que haris chocar contra ellos pero cuidado, quiero la
furgoneta operativa porque nos la llevaremos entera. S de sobra que Claudiu sabr cmo hacerlo.
Mir a ste con una ligera sonrisa, haba hecho de chfer en varias ocasiones para l en algunos asuntos y Viorel tena constancia de su gran destreza como conductor. En una ocasin haban dado
un golpe en una sucursal de un Banco, en un pueblo de Extremadura, el botn ascendi apenas a unos quince mil euros.
Claudiu lo nico que haca era esperar en el coche y conducir, aquella vez tuvieron problemas y la polica tard en aparecer menos de lo que haban planeado. Tuvo que esquivarles
conduciendo a gran velocidad y arrollar varios coches para llegar al lugar en donde tenan escondido otros dos vehculos para huir
tranquilamente por separado. El nunca se haca cargo del dinero, eran los otros los que lo llevaban y manejaban. Aquel da haban salido por Portugal para volver despus a entrar en Espaa dos
semanas ms tarde pero ya sin dinero alguno que haba sido blanqueado estratgicamente como en otras ocasiones por
empresas locales que Viorel posea en el pas vecino. Aquel trabajito le mereci un gran reconocimiento y siempre haba querido convencerle para que trabajara con l, no slo
ocasionalmente, pero l nunca haba aceptado. Tena claro que deseaba ser honrado aunque se viera metido en todo aquello, no
pretenda acabar en la crcel o muerto y por supuesto no quera llegar algn da a tener que matar a alguien para salvar su propio pellejo. Viorel continu su relato.
Dejareis atados y amordazados a los guardias en la parte
trasera del todoterreno y conduciris la furgoneta al lugar que os indiquemos. All mis hombres ya sabrn lo que hacer con ella y a vosotros os llevarn de vuelta a vuestro coche para que
podis iros tranquilamente a vuestra casa. Como veis, un trabajo sencillo y limpio.
A Nicolae no le encajaban algunas piezas.
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Dijiste que uno de los guardias est de acuerdo pero el otro no.
As es, pero ah es donde entras t pequeo.
Sac otro papelito con una direccin y algunas fotos.
Cuando salgan por la puerta con la furgoneta nuestro hombre le contar una historia a su colega que le convertir en nuestro mejor aliado.
Una historia?, qu clase de historia?
Nico crea intuir de lo que se trataba al ver la direccin del papel y las fotos, pero quera saber a lo que se refera Viorel exactamente
porque no saba el grado de gravedad que deseaba en aquel asunto.
Bueno, el tipo en cuestin tiene una preciosa mujercita a la
que puedes ver en las fotos. Ella suele salir de casa media hora ms tarde que l para irse a trabajar, pero ese da en cuestin
no llegar a su lugar de trabajo, te encargars de retenerla.
Retenerla?, ests loco?, yo no voy a cometer un secuestro.
Tranquilzate, slo sern unas horas. No es un secuestro, es simplemente un seguro de que no tendremos ningn problema
con el tipo. En cuanto tengamos todo en nuestro poder te haremos una llamada, hemos alquilado una casa a unos 60 km
de Madrid. Tardars una hora ms o menos en llegar all y en cuanto comuniquemos contigo lo nico que tendrs que hacer es abandonar la casa. Le daremos la direccin a su maridito
para que vaya a buscarla y ya est, todo solucionado. El no pondr denuncia alguna porque si no le incluiremos como
cmplice del golpe y todos contentos. Adems, estoy dispuesto a pagarle un dinero por las molestias.
Y si hay problemas?
Nicolae no quera ni imaginrselo, saba que este tipo de gente no
se andaba con tonteras ni dejaba ningn cabo suelto.
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Si hay problemas recibirs la llamada igualmente e igualmente abandonars la casa. Lo que ocurra despus no ser
ya asunto tuyo.
La cara de Viorel denotaba dureza al decir aquello pero enseguida
esboz nuevamente una sonrisa.
Pero no te preocupes por ello, al tipo le quedarn claras las opciones y no creo que haga ninguna tontera. Todo quedar en un trabajo limpio y sin problemas te lo aseguro.
S, seguro que el tipo no pondra resistencia, Cmo iba a
hacerlo?, saba de sobra que la opcin que le daran si no haca lo que le pedan no le resultara nada agradable y tendra claro que colaborar sera lo mejor. Bebi de su vaso y trat de mantener la
calma, cuando llegase el momento podra determinar qu hacer en caso de que algo saliera mal. Tena claro que no iba a ser cmplice
de un asesinato ni de nada parecido pero procur no desvelar nada a Viorel con su rostro o sus gestos.
Est bien, no habr problema entonces.
Viorel sonri abiertamente, estaba claro que saba lo que hacer en
caso de que alguno de ellos le diera algn problema.
Entonces est entendido ese punto no?
El del enorme reloj entr en la estancia en ese momento y Viorel
levant la vista hacia l mientras se diriga a Nicolae.
Radu ir contigo.
Le sorprendieron sus palabras pero pretendi parecer natural.
Cre que iba a ir yo solo y que por eso me necesitabas, crees que no soy capaz de hacerlo?
No tengo ninguna duda de ello pequeo pero l sabe en donde se encuentra la casa. Te llevar hasta all y se quedar
contigo. Sin embargo l no tiene demasiados buenos modales, necesito a alguien menos brusco para tratar con la mujer y en
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todo caso necesito dos personas en la casa, uno solo no puede mover a una persona y vigilar a la vez.
Radu mir a Nico, solo entonces se dio cuenta de que tena la cara marcada con una profunda cicatriz que le cruzaba de un lado a otro
desde la frente a la barbilla seguramente fruto de un rotundo navajazo que, a juzgar por la marca, debi de ser horrible. Radu le
sostuvo la mirada mientras se colocaba justo detrs de Viorel, se agach y comunic algo al odo a ste, que pareci agradablemente sorprendido.
Vaya parece ser que nuestro plan est saliendo a la
perfeccin! Ya tenemos la confirmacin de la ruta as que ya podemos empezar a planificar el trabajo como es debido, no quiero dejar ningn cabo suelto.
Bebi de un sorbo el contenido de su vaso y lo dej de golpe en la
mesa, pareca contento. Se inclin de nuevo sobre el mapa que haba sacado en un principio y seal otro de los puntos.
Aqu interceptaris el envo.
Los tres miraron sobre el papel, Claudiu y Alex tenan el trabajo
ms complicado en principio porque no saban hasta qu punto el confidente era real. Si era, como Viorel deca, el que iba en la
furgoneta y poda convencer a su colega de que colaborase no habra problema pero si no, bueno, poda suceder cualquier cosa. Llevaran armas, por supuesto, y eso ya supona un riesgo. Nicolae
no ira armado, Radu se encargara de ese tema, lo suyo en principio entraara menos riesgo aunque sera igualmente
desagradable. Ninguno de los tres tena alternativa, ahora estaban dentro y no podan negarse a hacerlo, si lo hacan, se arriesgaban a terminar en alguna cuneta despus de conocer tanta informacin
as es que optaron por escuchar atentamente las explicaciones de Viorel y tratar de retener las rdenes recibidas. Los tres llevaran
cada uno un mvil para tener contacto, mvil del que despus se desharan convenientemente. Bebieron y hablaron hasta tarde, eran casi las doce de la noche cuando salieron de aquel piso, el mismo
Radu se encarg de llevarles a casa. No hablaron durante el trayecto, se limitaron a escuchar la msica rumana que sonaba en
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el CD. Ahora solo tenan que esperar y seguir con su vida hasta dentro de dos das en los que se llevara a cabo todo y despus
bueno, despus podran volver a su vida normal. Los tres trabajaban como autnomos as es que no tendran nada ms que
poner alguna excusa al encargado de la obra en la que estaban, lo nico que ocurrira es que no cobraran el da. Viorel les prometi una buena suma de dinero por su trabajo as es que no habra
problema, pero ellos no queran el dinero, lo nico que deseaban era terminar aquello y poder saldar de una vez la deuda que en su
momento contrajeron con aquel tipejo y eso era precisamente lo que les haba prometido a su vez.
Es un trabajo bueno, de mucha pasta y si lo hacis bien yo me considerar pagado del todo por la ayuda que os ofrec en su da y ya no volver a veros ms ni vosotros a m.
No les haba dejado demasiado margen, el trabajo se llevara a
cabo el martes y estaba acabando el Sbado, pero todo haba sido convenientemente preparado con la antelacin suficiente para no dejar ningn cabo suelto. Una operacin como sa requera una
preparacin de meses, solo que ellos nada ms que eran los ejecutores de una parte del plan. El mayor trabajo habra sido
obtener compradores directos para las piezas de joyera o probablemente habra sido un encargo de alguien por encima de Viorel, por el que pagara una muy buena suma de dinero puesto
que, por lo que haban podido apreciar dado el nombre de la firma, deba de tratarse de un botn muy sustancioso. A ellos les haban
dejado para el final, eran solo unas piezas del rompecabezas y no tenan que saber ms de la cuenta para que no pusieran en peligro la operacin, saban el trabajo que tenan que realizar y nada ms.
Descendieron los tres cuando el coche se detuvo delante del portal de su casa, Radu les tendi entonces tres mviles.
Tenedlos encendidos.
Fue todo, se march lentamente calle abajo y dobl la primera a la derecha mientras ellos se quedaban de pie sin decir nada. Fue
Nicolae el primero en darse la vuelta y dirigirse al portal, los otros le siguieron mecnicamente, la suerte, su suerte estaba echada.
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CAPITULO VI
Elena
Eran las nueve y media de la maana del domingo y Elena
se hallaba an echada en la cama. No dorma pero le gustaba quedarse un momento tranquila hasta que su hijo, que ya estara a punto de despertarse, iba corriendo y se tumbaba de un gran salto a
su lado dndole grandes besos, la quera mucho, quizs demasiado, pensaba ella en ocasiones. Como no haba contado con la
presencia de un progenitor, Elena haba actuado como madre y como padre. No se arrepenta en absoluto de tomar en su da la determinacin de no casarse y criar a su hijo sola, ni siquiera le
dijo nunca a l que estaba embarazada. Hubiera resultado absurdo, era un chico de la universidad al que apenas le una nada, excepto
la pasin de unas cuantas noches alocadas. Siempre haba sido una chica demasiado madura para su edad y tena claro que no quera convertirse en la seora de sino tener su propio nombre y
apellidos y manejar su vida. Por eso cuando descubri que estaba esperando un hijo decidi cambiar de ciudad y venirse a Madrid.
Sus padres posean una fbrica de muebles en Alicante y no tenan problemas econmicos. Su padre la adoraba y, aunque asustado ante la idea de dejarla marchar, acept su decisin y la apoy
desde el principio. Era su nica hija, su nia, as es que alquil un piso en el barrio Salamanca en la misma calle en que vivan a su vez una prima segunda suya junto a su marido y sus dos hijas. Su
madre pas ese primer ao a su lado ayudando con su embarazo y cuidando de ella, que nada ms tener al beb volvi a matricularse
en la Universidad y continu con sus estudios de econmicas pero lo hizo en Madrid muy a pesar de sus padres. Busc un trabajo por las tardes y a alguien para que cuidase de Pablo cuando sala de la
guardera ya que su madre regres a Alicante, tan slo le vea un rato cada noche cuando llegaba a casa a eso de las nueve.
Su padre sigui entonces pagando el piso en donde viva pero ella procuraba que no le enviara dinero. Quera salir adelante sola, era
demasiado orgullosa y testaruda para permitir que nadie la mantuviera y tanto empeo dio sus frutos rpido. Al segundo ao
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de vivir en Madrid encontr un maravilloso trabajo en una empresa muy fuerte, unos inversores que haban puesto un anuncio
en el peridico buscando secretaria. Cuando Elena acudi a la entrevista a las oficinas que la sociedad dispona en plena calle
Orense lo hizo impecablemente vestida, haba cuidado hasta el ms mnimo de los detalles y no pas inadvertida para el que despus se convertira en su jefe. Vio en ella a un diamante en
bruto que lo nico que necesitaba era pulirse y entr de cabeza en la empresa de la mano y proteccin de aquel hombretn de unos
cincuenta aos, de aspecto agradable y bonachn que haba sido capaz de amasar una fortuna junto a otros dos socios en el negocio inmobiliario pero que, en su vida personal, no haba podido
realizar el sueo de tener un hijo. Casado desde haca ms de treinta aos, su mujer, Luisa, haba resultado estril y l, que
literalmente la adoraba, visit todos los mdicos tratando de conseguir lo que Dios les haba negado e incluso barajaron la posibilidad de adoptar a un nio pero al final acabaron aceptando
su destino y vivieron volcados el uno en el otro, cuidando a sus sobrinos de vez en cuando y disfrutando de viajes apasionantes y
cenas de lujo hasta que Elena apareci en sus vidas y la transformaron en la hija que hubieran deseado y a Pablo en el nieto que nunca tendran.
Desde que ella empez a trabajar como su secretaria se gan su confianza y afecto. Cuando Luisa la conoci en la primera comida
que hicieron de empresa se convirti en su ms ferviente defensora. Elena era sumamente cariosa y atenta y pas a formar
parte enseguida de sus vidas adems del negocio. Sola acudir a todas las fiestas que el matrimonio ofreca a clientes y amigos en su precioso chalet construido en la zona de Puerta de Hierro, un
palacete inmenso de cuatrocientos metros. Iba con su hijo y Luisa le llenaba de cario y de regalos como si de su abuela se tratara e
incluso se quedaban a dormir en uno de los cuartos de invitados que la casa dispona en la planta superior. Realmente eran su segunda familia aunque Elena no se aprovechaba en absoluto de
aquella situacin privilegiada, trabajaba sin descanso y en apenas un ao consigui convertirse en una perfecta brker en la empresa.
Tena un olfato especial para los negocios y haba aprendido de uno de los mejores: su jefe, por lo que pas de ser una simple
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secretaria a ser su mano derecha, sus ojos en muchas ocasiones y la que negociaba a la hora de comprar o vender algn inmueble.
Aprendi ingls y francs a la perfeccin y se defenda con el alemn, tena un don y un tacto exquisito en su trato con la gente.
Sola convencer a cualquiera en cualquier trato que llevara a cabo favoreciendo a su empresa y los otros dos socios estaban igualmente ms que satisfechos: encantados con ella.
Todo la sonrea en la vida, todo, menos haber encontrado a alguien que realmente le hiciera perder la cabeza tanto como para decidir
casarse y formar una familia. Haba tenido algn escarceo amoroso con alguno de los hombres que haba conocido casi siempre por
trabajo pero ninguno la haba llenado como para vivir juntos. Tan solo en una ocasin haba estado tentada de hacerlo. Era un hombre de unos treinta y cinco aos, soltero y perdidamente
enamorado de ella, casi lleg a convencerla de iniciar una vida en comn y formalizar su situacin pero pasados dos aos ella
descubri que no tenan apenas nada que ver el uno con el otro y la relacin se enfri tanto que acabaron llamndose muy de vez en cuando. Elena descubri entonces que le quera como a un amigo
pero nada ms, ahora l se haba casado y tena dos hijos y ella haba pasado a ser la mejor aliada y confidente de su mujer a la
que quera como la hermana que nunca tuvo.
Cuando son el mvil en su mesita de noche se sobresalt. Pablo
an no haba hecho aparicin en su cama y segua agradablemente arropada, absorta en sus propios pensamientos. Mir la pantallita y
vio que era un nmero fijo de Madrid, descolg y contest con voz tenue, tratando de no despertar a su hijo al que dejaba siempre la puerta abierta en la habitacin contigua.
S?
Elena?
Ella reconoci enseguida la voz de Nicolae al otro lado y se irgui quedando sentada, le sorprendi sentir un agradable cosquilleo en la espalda.
Nico?
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Estabas durmiendo?
No, no, no te preocupes.
Bueno, no s si he hecho bien en llamarte.
No seas tonto, si no quisiera que me llamaras no te habra
dado mi nmero no?
Solt una risita nerviosa, es que lo estaba realmente, por qu?, no
era la primera vez que un hombre llamaba por telfono.
Pens que quizs te apetecera que comiramos juntos hoy,
conozco un restaurante rumano que a lo mejor
Hoy?
No te va bien?
No, digo s, hoy sera genial.
S?, bueno el restaurante est en la Gran Va, en la calle Infantas, te gustar, es chiquitito pero muy agradable.
Seguro que me encantar.
Te va bien que nos encontremos en la puerta a las dos?, me ocupar de reservar una mesa.
Me va perfecto.
Son un pitido que ella reconoci enseguida, estaba llamando
desde alguna cabina, oy el tintineo de una nueva moneda al ser introducida.
Entonces quedamos a las dos en la calle Infantas, es el nmero seis, de acuerdo?
De acuerdo.
Chao
Hasta luego Nico.
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Colg y permaneci sentada mirando el mvil con aspecto estpido. Vaya! No pens que fuera a llamar despus de su
reaccin de no querer darle su nmero. Busc en su agenda y puls para efectuar otra llamada, una mujer atendi al otro
lado.
Luisa?, s soy yo, oye te importara que os llevara hoy a
Pablo? Me ha llamado un amigo para comer y me gustara ir. S? est bien a la una?, gracias Luisa, eres un verdadero encanto. No, no te preocupes tendr tiempo de sobra para
llegar a la cita, no es necesario que le deje antes adems quiero llevarle un rato de paseo antes de dejarle en tu casa. Le
llevaris al cine? Oh, Pablo estar encantado, s, seguro que le gustar mucho. Os veo a la una entonces.
Cort la conversacin justo a tiempo para ver a a su pequeo aparecer en la puerta con aspecto somnoliento y restregndose los
ojos con sus regordetas manitas. Al ver a su madre avanz corriendo y se tir en la cama encima de ella abrazndola y llenndola de besos sacando as a Elena de su an no restablecido
asombro. Le abraz con ternura y le bes mientras pensaba en qu podra ponerse para la cita. Seguramente algo informal, un
vaquero con algn jersey o algo as, no, quizs alguno de los bonitos vestidos que se haba comprado la semana pasada. Aquel negro ajustado corto, o mejor no, tal vez sera demasiado para una
comida casual.
Pensaba en sus padres, la semana que viene vendran a pasar unos
das con ellos para las fiestas. No pareca ser el momento adecuado para iniciar un romance. Pero, qu demonios estaba haciendo?,
slo le haba invitado a comer, nada ms. Su hijo se dio cuenta de que no le prestaba demasiada atencin.
Quiero desayunar, tengo hambre.
Elena le mir con dulzura, saba que le estaba malcriando pero era incapaz de no hacerlo.
Quieres que desayunemos aqu o prefieres hacerlo en la Cafetera a la que solemos ir?
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Aqu, quiero tostadas.
Muy bien cario, mam preparar tostadas ahora mismo para un nio hambriento.
Haba comenzado a levantarse pero se volvi de pronto y le tumb en la cama mientras le haca cosquillas en la barriga haciendo que
Pablo se desternillara de risa. Estaba contenta, haca ya al menos dos o tres meses que no tena una cita, seguramente si comentaba a alguien que iba a comer con un chico rumano al que haba
conocido mientras trataban de robarle el bolso y del que no saba absolutamente nada la tacharan de loca. Poda tener un hombre de
dinero, de buena posicin y elegantes modales y se fijaba en un muchacho vestido en vaqueros y con una chaqueta de cuero negra que probablemente viva de alquiler con otros dos o tres y que no
tena en donde caerse muerto y para colmo de la tierra de los vampiros. Seguramente le diran que tendra costumbres extraas
como chupar sangre o algo por el estilo, sonri para s ante semejante pensamiento, bueno, quizs a ella no le importara demasiado que le mordiera en el cuello y bebiera .
MAMAAAA
Pablo tiraba del borde del camisoncito de seda de su madre con impaciencia, no entenda qu poda tenerla tan atontada, solo
quera comer sus tostadas. Elena sacudi su cabeza tratando de centrarse en su hijo.
Vamos a la cocina pequeajo, te har las tostadas ms exquisitas que jams hayas comido.
Le levant en sus brazos y se dirigi por el pasillo bailando una especie de vals, decididamente se pondra el vestido corto negro.
Quera impresionar a su acompaante y estaba segura de que as lo conseguira, segursima.
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CAPITULO VII
La cita
Nicolae paseaba nerviosamente arriba y abajo en la puerta del
restaurante de la calle Infantas. An no saba cmo haba sido capaz de llamar a aquella muchacha y quedar con ella pero tena claro que no deseaba estar solo aquel da. Necesitaba mantener su
mente distrada con algo, bueno, no es que pensara que Elena era algo. Ella le gustaba, su piel era blanca y suave y su cabello
sedoso, su rostro era bonito, muy bonito. Decididamente no la haba llamado solo para distraerse, estaba claro que se haba sentido atrado desde que la viera de pie mirando aquel
espectculo infantil y despus le haba fascinado conversar con ella, era muy alegre y divertida. Camin hacia el otro lado de
nuevo y al volverse la vio subiendo la calle. Vena sola y la verdad era que estaba esplndida con un abrigo largo de pao tostado que se entreabra al caminar dejando al descubierto unas bien formadas
piernas vestidas con unas medias negras enfundadas por unas perfectas botas de caa alta y del mismo color tostado del abrigo.
Al verle sonri abiertamente hasta llegar a su lado con paso lento, se notaba que se deleitaba ante sus ojos exhibindose descarada. Aquello hizo que Nico desviara un poco la vista de sus piernas
para mirarle a la cara sonriendo a su vez.
Vaya, te has puesto muy guapa!
Te gusta?, no saba si sera demasiado elegante pero me
apeteca deslumbrarte.
Le dio dos besos en las mejillas.
Veo que Pablo no ha venido contigo.
Bueno, es que iba al cine con unos amigos mos que son como sus abuelos para l, ya lo habamos programado antes
de que me llamaras y le haca mucha ilusin.
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No quera tampoco desvelarle que haba decido quitarle de en medio. Ya haba tenido bastante con deslumbrarle con su
indumentaria, tampoco haca falta ser ms descarada de lo que ya haba sido.
Bueno, supongo que eso ser ms divertido para un nio que una comida rara. Yo contaba con l as es que reserv
mesa para tres.
Dijo esto mientras le abra la puerta a su acompaante y le ceda el
paso. Entraron y tras saludar al camarero en rumano les dirigi a una pequea mesita situada en uno de los rincones del restaurante
que efectivamente estaba preparada con tres cubiertos, uno de los cuales fue retirado ante las indicaciones de Nico.
Elena le observaba discretamente, ya se haba dado cuenta cuando le vio el da anterior de que se trataba de un chico muy guapo, con
su pelo negro como el azabache al igual que sus ojos y sus facciones duras pero a la vez agradables. Ahora observaba sus exquisitos modales con agrado, la haba ayudado a despojarse del
abrigo para colocarlo despus en una de las sillas desocupadas y se haba deshecho en halagos al descubrir el vestido que haba
debajo. Retir su silla con elegante encanto para que ella se sentara e hizo l lo propio sentndose enfrente.
Qu quieres beber?
No s, qu vas a tomar t?
Cerveza, quieres probar la cerveza rumana o ya lo hiciste en tu viaje?
Ursus?, claro que la prob y me encanta.
Pidieron dos Ursus y leyeron la carta para decidir lo que iban a comer: ciorba de burta (sopa de callos), sarmale (rollitos envueltos
en col), Mmlig o pan elaborado con harina de maz servido con nata agria y queso como acompaamiento del sarmale entre
otros platos que degustaron entre risas y agradable conversacin. Pidieron ms cervezas y bebieron disfrutando mutuamente de la compaa. Elena se senta transportada a otro lugar, era como estar
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en otro mundo pero sin salir de Madrid. El resto de los comensales comenzaron a cantar y a bailar canciones tpicas rumanas que
incluso ella tarare alegremente. Estaba feliz y despreocupada como haca tiempo que no se senta y totalmente desinhibida, al fin
y al cabo nadie la conoca all. No era una persona tmida ni nada por el estilo pero s que en otras circunstancias haba sentido el peso, la responsabilidad y la seriedad de su trabajo.
Cuando salieron del restaurante tras pagar Nico la cuenta, algo para lo que no admiti ninguna objecin, eran casi las cinco de la
tarde. Elena ni siquiera se haba dado cuenta del paso del tiempo, a esas horas Pablo estara agradablemente en el cine. Le haba dicho
a Luisa que le recogera a eso de las once, an dispona de seis horas para disfrutar de la grata compaa pero no saba si l tendra la misma idea o dara por sentado que la cita haba terminado. Se
limit a caminar a su lado mientras se dirigan a la Gran Va.
Nicolae recibi una llamada en el mvil y habl durante escasos dos minutos con alguien al otro lado en rumano. Elena no poda entender gran cosa, su corto viaje al pas natal de su acompaante
no le haba dejado muchas oportunidades de familiarizarse con el idioma, se limit a esperar a que ste terminara su conversacin
mirando distrada a lo largo de la calle. No quera parecer indiscreta pero su curiosidad de mujer le hizo escuchar atentamente por si oa algn nombre femenino o algo por el estilo,
se deshizo de la idea con una mueca, no tena ningn derecho sobre su vida privada y sin embargo se senta intrigada. Con
coquetera desplaz su rizado cabello hacia un lado de su rostro en un ademn lleno de elegancia y sensualidad mientras Nico la miraba fascinado y se despeda de su interlocutor.
Te gustara tomar algo en alguna otra parte o tienes que ir a recoger a Pablo?
Su pregunta le son a Elena a canto celestial, al parecer l tampoco
quera dar por terminada la cita.
No tengo que recogerle hasta las once.
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Puntualiz esto para evitar as de golpe que pensara que ella tena que marcharse o que quera hacerlo, dej bien claro que no
pensaba irse hasta esa hora. Nicolae mir su reloj, las cinco y cinco, no conoca bien qu hacer a aquellas horas en Madrid, no
saba dnde podran estar un rato charlando y tomando algo. Elena pareci adivinar sus pensamientos.
Te apetece bailar y tomar una copa?, conozco un sitio en la Plaza de Coln. Es una especie de discoteca que abre temprano, es para gente mayor pero hay de todo.
Sonri al ver la mueca de l, pareci entender a qu se refera.
Bueno, no es que yo vaya all, ya sabes, es de estos sitios que has visitado en alguna ocasin.
Se haba sonrojado como una tonta, no se senta una vieja ni nada por el estilo a sus treinta aos, pero saba que su amigo era
bastante ms joven que ella aunque si tuviera que decir su edad por su mirada habra dicho unos cuarenta porque sus ojos parecan
haber visto ya muchas cosas a pesar de su juventud. Eran penetrantes y ella a veces senta la necesidad de apartar la mirada porque parecan tener el poder de adivinar todos sus pensamientos
y le hacan sentirse incmoda, agradablemente incmoda.
Bien, iremos entonces, as conocer algo nuevo.
Se dirigieron al metro, Elena sola moverse por Madrid en taxi,
haca siglos que no viajaba en el transporte habitual del resto de los mortales y no era algo que le hiciera especial ilusin pero no quera poner en un compromiso a su amigo. Tomaron la lnea uno
hasta tribunal y all cogieron la diez hasta Alonso Martnez en donde por fin alcanzaron la lnea cuatro hasta Coln. Fueron tres
paradas y dos transbordos, algo que para Elena, calzada con aquellas botas, hubiera supuesto todo un martirio de no ser por la agradable conversacin que mantena toda su atencin. Entre risas
aparecieron en la plaza de Coln, subieron un corto tramo por la calle Gnova y entraron en el local al que ella se haba referido,
pagaron la entrada y descendieron por las escaleras.
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Al llegar abajo Nico observ el lugar con atencin, haba ms gente de lo que l haba esperado. Se dirigieron hacia una de las
barras situada en el lado izquierdo de la sala para pedir una copa y cuando les sirvieron dieron una vuelta alrededor de una pista de
baile que se hallaba justo en el centro buscando asiento. Lo encontraron al otro lado, unos sillones bajitos y cmodos en los que se sentaron dejando las copas encima de la mesa central, lo
hicieron el uno enfrente del otro y durante unos minutos escucharon la msica mientras observaban a las personas que
bailaban en la pista. Nicolae pens que deban tener la edad de sus padres ms o menos, aunque tambin haba gente ms joven, pero en general el ambiente era de lo ms madurito. Mir a Elena
sonriendo.
As es que t vienes a estos sitios de vez en cuando?
Ella ri abiertamente aunque se senta nerviosa, no quera dar una
mala impresin a su acompaante. All se respiraba una atmsfera de hombres y mujeres maduros en busca de pareja y se sinti incmoda de repente.
Quizs no haya sido tan buena idea despus de todo.
Nico se dio cuenta de su reaccin y se apresur a calmarla.
No, no, est bien, muy bien, es solo que en mi pas no estamos acostumbrados a sitios como ste. Si a una mujer de esta edad se le ocurriera salir sola a tomar copas y bailar sera
tachada de algo que prefiero no decir.
No creas que yo vengo por aqu a menudo, es slo que no
se me ocurri otro sitio que abriese pronto en el que tomar una copa y bailar un rato, yo
Nicolae se desliz de su asiento colocndose al lado de ella y puso ligeramente sus dedos sobre sus labios hacindola callar mientras
la miraba tiernamente a los ojos. El corazn de Elena comenz a palpitar muy deprisa y sinti aquel terrible cosquilleo en su
espalda, el mismo que sintiera cuando la llam por telfono esa maana. Por un momento crey que iba a besarla y sinti un deseo
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enorme de que lo hiciera pero l se limit a tomar su copa y dar un largo trago de su bebida para depositarla de nuevo en la mesa
reclinndose suavemente en su asiento dejndola totalmente fuera de juego.
No tienes que decir nada, me gusta el sitio, cualquier lugar est bien contigo sentada a mi lado.
Ahora fue Elena quin bebi tratando de calmar sus pulsaciones, dej el vaso y mantuvo su posicin. Saba que si se reclinaba
caera directamente en sus brazos y si no lo haca parecera una estatua de piedra tratando de mantener la rigidez de su espalda,
espalda que l comenz a acariciar con su dedo desde el cuello hasta la cintura. Le gustaba mucho y ella le haba llevado a aquel local, los dos eran adultos, saba que aquella situacin no durara
mucho. Deseaba que no se prolongara pero esperaba con ansiedad el siguiente movimiento de l y no se hizo esperar demasiado. La
cogi del brazo haciendo que ella se reclinara sobre el respaldo mientras l se colocaba ms sentado y de frente a su rostro observndola con esos ojos de los que no poda apartarse. Se
reclin entonces hacia delante y la bes. Ella sinti sus labios y cerr los ojos dejndole hacer, realmente besaba bien, muy bien,
demasiado quizs, comenz lenta, suavemente, pero fue subiendo la intensidad mientras ella le contestaba del mismo modo abrazndole y atrayendo su cuerpo hacia s con deseo, para volver
a recobrar la ternura inicial de nuevo y acabar en la misma posicin que adopt en un principio observando su rostro mientras
ella sugera algo que cualquiera de sus amigas le habran desaconsejado de haberles pedido opinin al respecto.
Quieres venir a mi casa?
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CAPITULO VIII
El traidor
Carlos tena cuarenta y cinco aos pero pareca mayor, su
pelo haba encanecido demasiado y haba engordado alrededor de diez kilos de peso. Llevaba veinte trabajando para la misma empresa de seguridad en la que un da entrara despus de haber
dado muchos tumbos en diferentes empleos, no quiso estudiar y su padre le meti a trabajar con l en la construccin como pen. Fue
duro para un muchacho de diecisis aos recin cumplidos al principio pero despus se acostumbr a los madrugones, al fro en invierno y al calor en verano, a tener las manos tan agrietadas que
a veces le sangraban y necesitaba vendarlas. Se habitu a las copas de los viernes con los compaeros y a la discoteca de los sbados,
a pasar el domingo tirado en la cama de su habitacin viendo el ftbol en una pequea televisin que compr con su primer salario. En aquella poca estaba tan delgado que sus otros dos
hermanos solan apodarle el gamba porque solamente tena cabeza y no porque fuera cabezn, que no lo era en realidad, sino
porque tena una enorme mata de pelo negro que llevaba ms largo de lo comn, le llegaba a los hombros y a veces se lo recoga en una especie de coletilla estirando sus rizos hacia atrs.
Cuando cumpli los dieciocho empez a trabajar en un bar, una tasca situada no muy lejos de la casa de sus padres, en
Carabanchel. Estaba harto de acarrear ladrillos y sacos de arena. Trat incluso de volver a estudiar, haba comprendido lo estpido
que fue malgastando su tiempo y se matricul en una escuela nocturna pero pronto tuvo que dejarla porque le era imposible compaginar las dos cosas. Trabajando en el bar conoci a la que
tres aos despus se convertira en su mujer, una muchacha del barrio que trabajaba como dependienta en un Centro Comercial de
la Castellana. Al principio no le llam demasiado la atencin, era una chica bajita, quizs no tanto como aparentaba al llevar el cabello liso largo hasta la cintura, pero era muy alegre y
dicharachera. Sola acudir al bar los domingos con algunos amigos a tomar el aperitivo y un da pasaron de las risas y las bromas al
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tonteo tpico de las miradas furtivas, mensajes secretos y a vestirse y maquillarse de manera especial para agradar al otro.
Mantuvieron la primera cita en la que se besaron y abrazaron y de all a la boda, o al menos a Carlos le pareci as en los aos
siguientes en los que se limit a trabajar cayendo en la rutina habitual de tantos otros.
Fue un hermano de su mujer quin le introdujo en la misma empresa de seguridad en la que l trabajaba y despus de pasar cinco aos entre centros comerciales y cajas de ahorro se pas a
los blindados, un trabajo que en principio le pareci ms dinmico y apropiado para l. Tuvieron un hijo, Carlitos, y l le adoraba,
quera que consiguiera en su vida lo que a l le haba sido imposible: unos buenos estudios y un buen trabajo. Sola llamarle el doctorcito porque deca que tena el presentimiento de que
sera mdico y no tendra que vivir como ellos en un modesto piso de unos sesenta metros en Vista Alegre sin ascensor con el suelo
de terrazo antiguo, de ese que no es bonito aunque lo hayas fregado cien veces seguidas, con las ventanas de hierro que apenas podan abrir porque los ruidos de la calle no les dejaban escuchar
la televisin con claridad, pero el sueldo que ganaban entre su mujer y l no les daba para ms y eso que no salan a menudo. Su
nica distraccin era ir los domingos al parque del Retiro o a la Casa de Campo para dar una vuelta con el pequeo Carlos y tomar despus un aperitivo en el bar de la esquina de su casa. Algunas
veces dejaban al nio con alguna de las abuelas y se acercaban al cine por la tarde a ver una pelcula de estreno.
Ahora su hijo haba cumplido los diecisis aos y era un estudiante modelo. Le haba gustado siempre el colegio y siguiendo el
presentimiento tenido por su padre, se decantaba por estudiar medicina, quizs porque era lo que siempre haba escuchado decir
en casa. El doctorcito entrara en breve en la Universidad y Carlos se senta muy orgulloso de l, era como vivir una segunda oportunidad a travs de su hijo. Quera tener suficiente dinero para
pagarle la carrera y comprarle un coche en cuanto cumpliera los dieciocho y se sacara el carnet, ms dinero an. Por ello en los
ltimos aos se haba convertido en un verdadero tacao, como le llamaba su mujer. Ahorraba todo lo que poda a sabiendas de que
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no sera suficiente para darle a su hijo todo lo que deseaba para l y sufri un fuerte shock cuando un da su vstago, consciente del
esfuerzo que sus padres realizaban, le coment que haba encontrado un trabajo por las tardes como ayudante en el taller de
motos del padre de un amigo suyo. Siempre le haba gustado la mecnica y se le daba bien.
No me pagar mucho pero lo suficiente para cubrir algunos de mis gastos. As no tendris que darme dinero si quiero ir al cine o tomar algo por ah.
Aquello le impact terriblemente. Su hijo se quedaba muchos fines
de semana en casa alegando que tena que estudiar o que no le apeteca salir cuando sus amigos le llamaban por telfono, pero Carlos saba que el verdadero motivo era que no quera pedirles
ningn dinero a ellos.
Mi hijo no trabajar en ningn taller, no estropear sus manos de mdico arreglando las motos de nios pijos.
Pero pap
No quiso escuchar nada ms, sali del saln y se dispuso a vestirse
para ir a trabajar, aquella semana tena turno de tarde. Abandon la casa con aspecto taciturno, no le haba gustado aquello, su hijo
trabajando en un taller, qu tontera! Necesitaba ganar ms dinero si quera que tuviera todo lo que a l le haba sido negado desde nio, ya no serva de nada hacer turnos extras o cosas por el estilo,
el sueldo segua siendo irrisorio y as no conseguira nada de lo que deseaba para su vstago. Se dirigi hacia el metro como de
costumbre pero cuando estaba justo a punto de entrar le son el mvil. Vio llamada oculta y contest. Al otro lado le habl un tipo con el que a veces haba realizado algn trabajito para
conseguir algn dinero extra, sola ofrecerle ropa de marca, perfumes, televisores, etc., todo conseguido de botines a tiendas y
camiones de reparto que nunca llegaban con la mercanca a su destino. Siempre le haba asegurado que eran producto de hurtos sin sangre, robos que generalmente las tiendas y las marcas
acababan recuperando de los seguros que para ello contrataban.
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Aquello no le pareca nada mal si despus l poda venderlo a terceros y ganarse algo en la transaccin.
Haca dos das l mismo le haba propuesto un asunto, le haban escogido para hacer un transporte gordo, la mercanca de una
firma legendaria de joyera. Saba que se trataba de algo importante y se ofreci a que si le encontraba alguien interesado l
colaborara con ellos por una alta suma de dinero, por supuesto. Si sala bien cobrara unos doscientos mil euros que le depositaran en una cuenta fuera de Espaa, saba que poda pedir incluso ms,
el botn del que les estaba hablando superaba los cuatro millones de euros pero no quera ser demasiado ambicioso. Se conformara
con ese dinero. Seguira viviendo como lo haba hecho hasta ahora pero con la seguridad de tener esa cantidad para poder pagar la carrera de su hijo. Saba perfectamente lo que arriesgaba con todo
ello, si sala mal podra ir a la crcel pero su amor por su familia era mayor a todo. Nunca haba podido darles ningn capricho
excesivo a pesar de haber trabajado duramente durante tantos aos, estaba harto de ver a su mujer cansada despus de doblar turnos y de tener que apurar el dinero a fin de mes a sabiendas de que
cualquier exceso les supondra no tener suficiente.
El hombre, al otro lado del telfono le confirm que quedaran para charlar esa misma noche cuando terminara su turno. En aquel momento quedaban apenas unos das para que se realizara el envo
y l ya pensaba que su amigo no encontrara a nadie dispuesto pero ahora, al escuchar las buenas noticias comentadas por su
interlocutor de la forma ms discreta posible supo que todo estara listo y que ya no tendra vuelta atrs. Ahora solo cabra esperar, aguardar con ansiedad a que todo terminara. Aquel iba a ser
decididamente su ao, jugara sus cartas, ira a por todas y aunque la apuesta fuera arriesgada estaba dispuesto a asumirlo.
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CAPITULO IX
Deseo
Apenas eran capaces de dejar de besarse en el taxi que les
llevaba hasta la calle