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para resolver el caso. E l éxito para efectuar las decisiones lega- les, depende del éxito que se tiene al asumir un papel dirigente en la reunión y al discutir de manera efectiva desde està posi- ción. Como no hay sanciones de fuerza legai aplicables para apoyar una decisión, el pago de una multa de acuerdo a una decisión, es el testimonio final de la fuerza desplegada en el combate verbal por la persona que toma la decisión. Despliegue de arte verbal Si la bebida se prolonga durante un periodo suficientemente largo, la atención se desvia del fondo a la forma de los mensa- jes, siguiendo las pautas estilizadas con que se componen cancio- nes y versos. Las canciones y los versos se componen en el mismo sitio, con el fin de colocar las discusiones en un ambiente seme- jante al de las operetas. Hasta los litigios pendientes pueden proseguir de està manera, sentando de modo que la decisión no seria ya de un argumento convincente sino del arte verbal. Los mas prestigiados tipos de "canciones de bebida" requieren el dominio de un vocabulario esotèrico por medio del cual cada linea se repite con un equivalente, semàntico, pero formalmente diferente. El juego de la bebida es un fremente acompafiante de estos despli'egues de arte verbal. Juntos ayudan a asegurar el hecho de que la festividad terminarà en buenos términos entre los participantes, meta que la gente de Subanun establece expli- citamente. A los participantes que han demostrado una marcada hostilidad entre si durante el curso de las conversaciones durante la bebida, se les puede aislar mediante un tratamiento rimai especial, establecido con el fin de restaurar la armonia. Las reuniones de bebida en Subanun proporcionan de està manera una base estructurada dentro de la cual las relaciones sociales normales pueden ampliarse, definine- y manipularse a través de medios verbales. Las pautas culturales de la conversa- ción durante la bebida, esbozan un esquema ordenado de mani- pulación de roles por medio del uso de términos para dirigirse a los demàs, mediante argumentos convincentes y mediante el despliegue de arte verbal. Los mas hàbiles en el arte de "con- versar desde la caria" son lideres de facto en està sociedad. A l instruiv a los extranjeros en la forma en que deben pedir una bebida en Subanun, se les instruye igualmente sobre la forma en que deben comportarse socialmente. Traducción de Mercedes Olivera 124 LA RELACIÓN ENTRE LENGUAJE Y PENSAMENTO ) Y CONDUCTA HABITUALES » Benjamin Lee Whorf Los seres humanos no viven solamente en el mundo objetivo ni en el mundo de la actividad social corno generalmente se entien- de, sino que estàn a merced del idioma que ha venido a ser el medio de expresión de su sociedad. Es una iiusión imaginar que uno se ajusta a la realidad sin el uso de la lengua y que la lengua es sólo un medio incidental de resolver problemas especi- ficos de comunicación o re0exión. El hecho es que el "mundo real" està hecho inconscientemente en gran parte de los hàbitos linguisticos del grupo... Vemos, oimos y experimentamos de cierta manera porque los habitos linguisticos de nuestra comuni- dad nos predisponen a ciertas selecciones de interpretación. EDWARD SAPIR Probablemente habrà consenso unànime sobre la afirmación de que una pauta aceptada en el uso de las palabras es a menudo anterior a ciertos lineamientos de pensamiento y a ciertas formas de conducta; pero quien acepta esto a menudo ve en elio, por una parte, sólo un reconocimiento perogrullesco del poder hip- nótico de la terminologia filosofica y erudita, y por otra, lemas, slogans y gritos de animación. Verlo asi es omitìr una de las interconexiones importantes que Sapir vio entre la cultura, el lenguaje y la sicologia, sucintamente expresadas en la cita intro- ductoria. N o es tanto en estos usos especiales del lenguaje comò en sus formas constantes de arreglar los daios y en los anàlisis mas corrientes de los fenómenos que hemos de reconocer la influencia que tiene en otras actividades culturales y personales. De còrno el nombre de la situación afecta al cornportamiento Conoci un aspecto de este problema antes de haber estudiado con el doctor Sapir y en un campo comùnmente considerado Publicado originalmente con el titulo: "The Relation of Habitual Thought and Behavior to Language" en Language, culture, and personality. Essays in memory of Edward Sapir, editado por Leslie Spier (Menasha, Wis.: Sapir Memorial Publication Fund., 1941) , pp. 75-93. Traductión publicada con permiso de la senora viuda de Whorf y de University Of Utah Press. 125 )

La relación entre lenguaje y pensamiento y conducta habituales

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para resolver el caso. E l éxito para efectuar las decisiones lega-les, depende del éxito que se tiene al asumir un papel dirigente en la reun ión y al discutir de manera efectiva desde està posi-ción. Como no hay sanciones de fuerza legai aplicables para apoyar una decisión, el pago de una multa de acuerdo a una decisión, es el testimonio final de la fuerza desplegada en el combate verbal por la persona que toma la decisión.

Despliegue de arte verbal

Si la bebida se prolonga durante un periodo suficientemente largo, la atención se desvia del fondo a la forma de los mensa-jes, siguiendo las pautas estilizadas con que se componen cancio-nes y versos. Las canciones y los versos se componen en el mismo sitio, con el fin de colocar las discusiones en un ambiente seme-jante al de las operetas. Hasta los litigios pendientes pueden proseguir de està manera, sentando de modo que la decisión no seria ya de un argumento convincente sino del arte verbal. Los mas prestigiados tipos de "canciones de bebida" requieren el dominio de un vocabulario esotèrico por medio del cual cada linea se repite con un equivalente, semàntico, pero formalmente diferente. E l juego de la bebida es un fremente acompafiante de estos despli'egues de arte verbal. Juntos ayudan a asegurar el hecho de que la festividad terminarà en buenos términos entre los participantes, meta que la gente de Subanun establece expli-citamente. A los participantes que han demostrado una marcada hostilidad entre si durante el curso de las conversaciones durante la bebida, se les puede aislar mediante un tratamiento rimai especial, establecido con el fin de restaurar la armonia.

Las reuniones de bebida en Subanun proporcionan de està manera una base estructurada dentro de la cual las relaciones sociales normales pueden ampliarse, definine- y manipularse a través de medios verbales. Las pautas culturales de la conversa-ción durante la bebida, esbozan un esquema ordenado de mani-pulac ión de roles por medio del uso de términos para dirigirse a los demàs, mediante argumentos convincentes y mediante el despliegue de arte verbal. Los mas hàbiles en el arte de "con­versar desde la caria" son lideres de facto en està sociedad. A l instruiv a los extranjeros en la forma en que deben pedir una bebida en Subanun, se les instruye igualmente sobre la forma en que deben comportarse socialmente.

Traducción de Mercedes Olivera

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LA RELACIÓN ENTRE LENGUAJE Y PENSAMENTO ) Y CONDUCTA HABITUALES »

Benjamin Lee Whorf

Los seres humanos no viven solamente en el mundo objetivo ni en el mundo de la actividad social corno generalmente se entien-de, sino que estàn a merced del idioma que ha venido a ser el medio de expresión de su sociedad. Es una iiusión imaginar que uno se ajusta a la realidad sin el uso de la lengua y que la lengua es sólo un medio incidental de resolver problemas especi-ficos de comunicación o re0exión. E l hecho es que el "mundo real" està hecho inconscientemente en gran parte de los hàbitos linguisticos del grupo . . . Vemos, oimos y experimentamos de cierta manera porque los habitos linguisticos de nuestra comuni-dad nos predisponen a ciertas selecciones de interpretación.

EDWARD SAPIR

Probablemente habrà consenso unànime sobre la afirmación de que una pauta aceptada en el uso de las palabras es a menudo anterior a ciertos lineamientos de pensamiento y a ciertas formas de conducta; pero quien acepta esto a menudo ve en elio, por una parte, sólo un reconocimiento perogrullesco del poder hip-nótico de la terminologia filosofica y erudita, y por otra, lemas, slogans y gritos de animación. Verlo asi es omit ì r una de las interconexiones importantes que Sapir vio entre la cultura, el lenguaje y la sicologia, sucintamente expresadas en la cita intro-ductoria. N o es tanto en estos usos especiales del lenguaje comò en sus formas constantes de arreglar los daios y en los anàlisis mas corrientes de los fenómenos que hemos de reconocer la influencia que tiene en otras actividades culturales y personales.

De còrno el nombre de la situación afecta al cornportamiento Conoci un aspecto de este problema antes de haber estudiado con el doctor Sapir y en un campo comùnmente considerado

• Publicado originalmente con el titulo: "The Relation of Habitual

Thought and Behavior to Language" en Language, culture, and personality.

Essays in memory of Edward Sapir, editado por Leslie Spier (Menasha,

Wis.: Sapir Memorial Publication Fund., 1941) , pp. 75-93. Traduct ión

publicada con permiso de la senora viuda de Whorf y de University Of

Utah Press.

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ajeno a la linguistica. Fue en el transcurso de mi trabajo profe-sional con una compania de seguros contra incendio, cuando me tocó el oficio de analizar muchos cientos de informes sobre las circunstancias que rodean la iniciación de los incendios y en algunos casos las explosiones. M i anàlisis se dirigia hacia las condiciones puramente fisicas, instalaciones eléctricas defectuo-sas, presencia o ausencia de espacios de aire entre conductores metàlicos y madera, etcétera, y los resultados se presentaban en estos términos. Ciertamente el trabajo se emprendió sin sospe-char que se revelarian o podrian revelarse otros factores cuales-quiera. Pero a su debido tiempo se hizo evidente que no sólo una situación fisica: qua fisica, sino el significado de tal situa-ción para la gente era a veces un factor que a través del compor-tamiento de las personas se traducia en incendio. Y el "signifi­cado" era un factor darisimo cuando era un significado linguis­tico que residia en el nombre o en la descripción linguistica comùnmente aplicada a la situación. Asi , el comportamiento alrededor de un depòsito de "tanques de gasolina" tenderà a un cierto tipo, esto es, se tendrà gran cuidado; mientras que alre­dedor de un depòsito de lo que se llama "tanques vacios de gaso­l ina" e l comportamiento tenderà a ser diferente —descuidado, con poca restricción de fumar o arrojar colillas a su alrededor. Sin embargo los tanques vacios son quizà los mas peligrosos puesto que contienen vapores explosivos. Fisicamente la situa­ción es peligrosa, pero el anàlisis linguistico de acuerdo con la analogia regular ha de emplear la palabra "vado", lo que inevi-tablemente sugiere ausencia de riesgo. L a palabra "vado" se emplea en dos esquemas linguisticos: 1. comò virtual sinònimo de "nulo y vacuo, negativo, inerte"; 2. aplicada al anàlisis de situaciones fisicas sin tener en cuenta, por ejemplo, vapores, vestigios liquidos o desechos diseminados en el recipiente. L a situación queda defiriida de acuerdo a la pauta 2 y luego la actividad real en torno a lo que asi ha sido definido se basa en la pauta 1; esto es una fòrmula general para el condiciona-miento linguistico de la conducta que se torna pelierosa.

E n una pianta de destilación de madera los destiladores metà­licos estaban aislados con una composición a base de "piedra caliza molida". N o se hizo n ingùn intento de proteger està cubierta del excesivo calor o del contado con las llamas. Des-pués de'un periodo de uso el fuego bajo uno de los destiladores se propagò a la "piedra caliza", que ante la sorpresa general ardió vigorosamente. La exposición a las emanaciones del àcido acètico proveniente de los destiladores habia convertido parte

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de la caliza (carbonato de calcio) en acetato de caccio; éste, cuando se calienta se descompone y forma acetona inflamable. L a conducta que toleraba fuego cerca de la cubierta fue moti-vada por el uso de "piedra caliza", cuyo componente —"pie­dra"— implica incombustión.

Se observó que una gran caldera de hierro con barniz afdien-te estaba recalentada a un grado de temperatura cercano al punto de ignición. E l trabajador la retiró del fuego y la hizo deslizarse hasta cierta distancia, pero no la cubrió. E n cuestión de minutos el barniz ardia. A q u i la influencia linguistica es mas compleja; se debe a la objetivación metafòrica (de la que hablaremos mas tarde) de "causa" en el sentido de contado o yuxtaposición espacial de "cosas" - a l analizar la s i tuadón de "en el fuego" y "fuera del fuego". En realidad el estadio en que el fuego externo era el factor principal ya habia pasado; el sobrecalentamiento era ahora un proceso interno de convexión hacia el barniz desde la caldera intensamente calentada y que contrnuaba cuando estaba "fuera" del fuego.

U n calentador eléctrico poco usado, que estaba en una pared, servia a un trabajador de percha para su abrigo. Por la noche un celador entraba, movia el interruptor, lo que verbalizaba "encender la luz"; no apareda luz alguna, lo que verbalmente se traducia en: "se fundió" . N o podria ver el resplandor del calentador porque el viejo sobretodo lo impedia. Pronto el ca­lentador hizo arder el abrigo, lo que produjo un incendio en el edificio.

Una teneria descargaba el agua sobrante (que contenia mate-rias animales) en un estanque sólo en parte techado. Està situa­ción se verbalizaba ordinariamente comò "tanque de agua". U n trabajador tuvo que prender su lampara de soldar en la cerca-nia y tirò un fòsforo a l agua. Pero los residuos descompuestos de la materia desarrollaron gas bajo la cubierta de madera de tal manera que la mezcla era lo menos parecido al agua. Una instantànea llamarada abraso la madera y el fuego se propagò ràpidamente al edificio adyacente.

U n salón para secar pieles tenia acondidonado un ventilador en uno de los extremos para formar una coniente de aire con el viento que entraba por un respiradero situado al otro extre-mo. E l fuego principiò con un sobrecalentamiento del soporte del ventilador que m a n d ò las llamas direttamente a las pieles y las empujó a lo largo de la habitación, iestruyendo todas las existencias. Esto se originò naturalmente por el termino "ven­tilador", cuyo equivalente linguistico: " lo que sopla", implica

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que su función es necesariamente soplar. T a m b i é n su función se verbaliza comò 'soplar aire para secar", omitiendo que puede soplar otras cosas corno llamas o chispas. En realidad un venti­lador simplemente produce una corriente de aire y puede extraer o soplar. Deberian haberlo instalado en el respiradero para que dirigiera el aire sobre las pieles, después a través de la zona de peligro (su propio soporte y cubierta) y luego fuera.

Junto a una caldera de fundición calentada con carbón, para regenerar plomo estaba amontonada una pila de "desecho de plomo" —verbalización despistadora— pues la pila constaba de làminas de plomo de viejos condensadores de radio que aùn tenian papel de parafina entre ellos. Pronto la parafina ardió e incendiò el techo, la mitad del cual fue consumido.

Tales ejemplos, que podrian multiplicarse, son suficientes para mostrar còrno la sugestión de una cierta linea de conducta se da debido a las analogias de la fòrmula linguistica con una situación dada, y por ella se analiza, se clasifica, y se le asigna su lugar en ese mundo que està en gran medida inconscientemente construido sobre los hàbitos linguisticos del grupo. Y siempre suponemos que el anàlisis linguistico hecho por nuestro grupo refleja la realidad mejor de lo que lo hace.

Pautas gramaticales corno interpretaciones de la experiencia

E l material linguistico citado en los ejemplos anteriores se l imita a simples palabras, frases y pautas de limitado alcance. N o se puede estudiar la coacción de tal material sobre el com­portamiento sin sospechar otra compulsión que proviene de una vasta estructuración de categorias gramaticales tales corno plura-lidad, gènero y clasificaciones similares (animado, inanimado, e tcé tera) , tiempos, voces y otras formas verbales, clasificaciones del tipo "partes de la oración" y de si un morfema unitario, una palabra flexionada o una combinación sintàctica es lo que deno­ta una experiencia. Una categoria comò la del nùmero (singular versus plural) es un intento de interpretar todo un gran sector de experiencia, virtualmente todo el mundo o la naturaleza; es un intento de demostrar corno debe segmentarse la experiencia, cuàl experiencia debe llamarse "una" y cual "varias".

Pero la dificultad para apreciar la magnitud de la influencia es grande a causa de su caràcter de trasfondo, y de la dificultad de permanecer fuera de nuestro propio idioma que es un hdbito y un non est disputandum cultural, de escudrinarlo objetivamen-te. Y si tomamos una lengua muy distinta, està lengua se vuelve

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una parte de la naturaleza y aun le hacemos lo que ya le hemos hecho a la naturaleza. Tendemos a pensar en nuestra propia lengua para examinar la lengua exótica. Y encontramos la tarea de desenmaranar las dificultades puramente morfológicas tan gigantescas que parecen absorber todo lo demàs. Sin embargo, el problema, aunque dif ic i l , tiene solución y el mejor acceso es a través de una lengua exótica, pues en su estudio estamos en ùlti­mo termino empujados (queramos o no) fuera de nuestros hà­bitos. Luego encontramos que la lengua exótica es un espejo le-vantado frente a la nuestra.

E n mi estudio de la lengua hopi, lo que veo ahora corno una oportunidad para trabajar en este problema, se me impuso antes de que yo me diera cuenta del mismo. L a aparentemente inter-minable tarea de describir la morfologia por fin terminò; sin embargo era evidente, especialmente a la luz de las conferencias de Sapir sobre el navajo, que la descripción del lenguaje estaba muy lejos de ser completa. Sabia por ejemplo la formación mor­fològica de los plurales pero no còrno usar esos plurales. Era evidente que la categoria del pluraì en hopi no era lo mismo que en inglés, francés o alemàn. Algunas cosas que eran plural en esas lenguas eran singular en hopi. L a fase de investigación que entonces principié du rò casi dos aiios.

E l trabajo empezó a tornar el caràcter de una comparación entre el hopi y las lenguas europeas occidentales. También re­sultò evidente que aun la gramàtica hopi tenia relación con la cultura hopi, corno la gramàtica de las lenguas europeas con nuestra propia cultura "occidental" o "europea". Y resultò que la interrelación implicaba grandes inclusiones de la experiencia por medio del lenguaje, tales corno nuestros propios términos "tiempo", "espacio", " substancia", "materia". Puesto que res-pecto a los rasgos comparados hay poca diferencia entre los idio-mas inglés, francés, a lemàn y otras lenguas europeas con la posi-ble (pero dudosa) excepción de los idiomas balto-eslavos y no-indoeuropeos, he juntado esas lenguas en un grupo llamado SAE o Standard Average European (europeo medio es tàndar) .

Esa parte de la completa investigación de que vamos a infor­mar aqui puede resumirse en dos preguntas: 1) ^Se dan nuestros conceptos "tiempo", "espacio" y "materia", bàsicamente en la misma forma para todos los hombres o estàn corulicionados en parte por la estructura de las lenguas especificas? 2) <;Hay afi-nidades discernibles entre a) normas culturales y de comporta-

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miento y b) estructuras linguisticas de largo alcance? Seria el ù l t imo en pretender que hay algo tan definido comò "una corre-lación" entre cultura y lengua y especialmente entre los rubros etnológicos: "agricola, "cazador", etcétera, y rubros linguisticos tales comò "flexionante", "sintètica" o "aislante". 1

Cuando principiò el estudio, el problema de ninguna manera estaba tan claramente formulado y tenia poca idea de que las respuestas resultarian corno resultaron.

Pluralidad y numeración en SAE y en hopi

E n nuestro idioma, es decir en SAE, la pluralidad y los nùmeros cardinales se aplican de dos maneras: a plurales reales y a plu­rales imaginarios, o mas exacta aunque menos suscintamente: conjuntos perceptibles en el espacio y conjuntos metafóricos. Decimos "10 hombres" y también "10 dias". Diez hombres pue­den ser o podrian ser objetivamente percibidos comò 10, diez en un solo grupo de percepción; 2 por ejemplo, diez hombres en la esquina de una calle. Pero "diez dias" no pueden experi-mentarse objetivamente. Experimentamos sólo un dia, hoy, y los otros nueve (o aun los diez) son mas bien evocaciones de la memoria o de la imaginación. Si diez dias se consideran en grupo son sólo un grupo imaginario construido mentalmente. <;De dón­de viene està pauta mental? T a l comò en el caso de los errores que causan incendios, del hecho de que nuestra lengua confunde las dos situaciones diferentes, que pueden ser expresadas sólo con una pauta. Cuando hablamos de diez pasos hacia addante, diez campanadas o cualquier otra secuenda cidica descrita si­milarmente, de cualquier tipo de "veces" estamos haciendo lo mismo que con "dias". L a periodicidad trae comò respuesta plu­rales imaginarios. Pero una semejanza entre la periodicidad y el conjunto no se da irremisiblemente por experiencias anterio-res al lenguaje, o de lo contrario se encontrarian en todas las lenguas y éste no es precisamente el caso.

i Tenerne* muchisimas pruebas de que éste no es el caso. Considérese sólo el hopi y el yute con idiomas que en el nivel morfològico y léxico son tan similares corno el inglés y el alemàn. La idea de "correlación" entre idioma y cultura, en el sentido generalmente aceptado de la palabra, es equivocado.

3 Cuando -derimos "diez al mismo tiempo" mostrando que en nuestro idio­ma y pensamiento exponemos del modo mas d a r ò el hecho de percepción de grupo en términos de un concepto "tiempo", cuyo componente linguis­tico mayor aparecerà en el curso de este trabajo.

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Nuestra conciencia del tiempo y de la periodicidad contiene ciertamente algo inmediato y subjetivo: la sensación bàsica de que se hace mas y mas tarde. Pero en nuestro pensamiento ha-bitual comò hablantes de SAE, esto se oculta bajo algo comple­tamente diferente, que aunque mental no deberia llamarse sub­jetivo. Yo lo llamo objetivado o imaginario porque usa comò modelo el mundo exterior. Es esto lo que- refleja nuestro uso linguistico. Nuestra lengua no distingue entre los nùmeros con-tados en entidades separadas y los nùmeros que se estàn simple-mente contando. E l pensamiento habitual supone que con los ùltimos se cuenta "algo" exactamente igual que con los prime-ros. Esto es objetivación. Los conceptos de tiempo pierden con­tado con la experiencia subjetiva de "hacerse mas tarde" y son objetivados corno cantidades que se cuentan, especialmente comò longitudes hechas de unidades comò las de una longitud que puede dividirse en pulgadas. Una "longitud de tiempo" se pre­senta comò una hilera de unidades similares, comò una hilera de botellas.

En hopi hay una situación linguistica diferente. Plurales y cardinales se usan sólo para entidades que forman o pueden for­mar un grupo objetivo. N o existen plurales imaginarios; en su lugar hay ordinales que se usan con singulares. Una expresión corno "diez dias" no se usa. L a frase equivalente es la operacio-nal que llega a un dia mediante una cuenta adecuada.

"Permanecieron diez dias" se convinte en: "permanecieron hasta el dècimo primer dia" o "se fr.eron después del dècimo dia". "Diez dias es mas que nueve d ia i" se torna en "el dècimo dia es posterior al noveno". Nuestra "longitud de tiempo" no se considera corno una longitud sino corno una relación de poste-rioridad entre dos eventos. En vez de nuestra objetivación lin­guisticamente promovida de ese dato de la conciencia que lla-mamos "tiempo", la lengua hopi no ha sentado ninguna pauta que pueda encubrir el subjetivo "hacerse_màs tarde", que es la esencia del tiempo.

3 No es excepción a està regia de falta de plural el que un sustantivo de materia pueda coincidir en lexema con un nombre individuai que por su-puesto tiene plural; por ejemplo, "de piedra" (sin piural) y "una piedra" (plural "piedras") . La forma plural que denota variedades, "vinòs", es por supuesto una cosa diferente de la del verdadero plural; es un efecto curioso de los nombres de materia SAE, que conducen a otra clase de con­juntos imaginarios. los cuafes se omitiràn en este trabajo.

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Suslantivos de cantidad fisica en SAE y en hopi

Tenemos dos clases de sustantivos que denotali objetos fisicos: sustantivos fisicos unos que se refieren a individuos y otros a materia, tales corno "agua, leche, madera, granito, arena, harina, carne". Los primeros denotan cuerpos con perfiles definidos: un arbol, un palo, un hombre, una colina. Los segundos denotan un continuo homogéneo sin implicación de limites. L a distin-ción se marca por la forma linguistica, por ejemplo los sustan­tivos que se refieren a materia no tienen plurales, en inglés no tienen articulo y en francés toman el articulo partitivo du, de la, des. L a distinción està mas extendida en la lengua que en la apariencia observable de las cosas. Mas bien pocos fenómenos se presentan corno extensiones ilimitadas; "aire", por supuesto, y a menudo "agua, lluvia, nieve, arena, roca. mugre, hierba". En tal clase de manifestación no encontramos "mantequilla, carne, tela, hierro, vidrio" o la mayoria de "materiales", sino los cuer­pos pequenos o grandes con perfiles definidos. La distinción casi se impone a nuestra descripción de eventos, a causa de una ineludible pauta en el lenguaje. Es tan inconveniente en tantos casos que necesitamos alguna manera para individualizar el sus-tantivo de materia mediante recursos linguisticos adicionales. Esto se hace en parte mediante nombres que evocan cuerpos: "palo de madera, pedazo de tela, hoja de vidrio, pastilla de ja-bón" ; también y aun mas poniendo nombres de recipientes aun­que su contenido sea el producto verdadero: "vaso de agua, taza de café, piato de comida, talego de harina, botella de cerveza".

Estas fórmulas comunes de recipientes en las cuales la palabra "de" tiene un significado obvio y visualmente perceptible ("con­tenido") influye sobre nuestra conciencia para fórmulas de tipo menos obvio: "palo de. madera, m o n t ó n de masa", etcétera. Las fórmulas son muy similares: sustantivo individuai mas un rela-cionante similar (inglés of; espanol "de"). En caso obvio este relacionante denota contenido. E n el que no es obvio "sugiere" contenido. Por esto "montón, trozo, bloque, pedazo", etcétera, parecen contener algo: "sustancia", "materia", que responde a "agua", "café", o "harina" de las fórmulas con recipiente.

Entre los hablantes del grupo S A E , la sustancia y la materia filosóficas son una idea ingenua; son aceptadas instantàneamen-te pues son de "sentido comùn". Asi es a través del hàbi to lin­guistico. Nuestra pauta de lenguaje a menudo nos demanda nombrar un hecho fisico por un binomio que divide la referen-

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eia en un concepto sin forma, mas una forma, Nuevamente el hopi es diferente. Una de las clases formalmente distinta es la de los sustantivos. Pero està clase no contiene ninguna subclase

I formai de nombres que se refieren a la materia. Todos los sus­tantivos tienen un sentido individuai y al mismo tiempo formas singular y plural. Los sustantivos que traducen mas cereamente nuestros sustantivos de materia se refieren a cuerpos vagos o a extensiones vagamente perfiladas. Implican indefinición, pefo no pérdida de limite y tamano. En frases especificas, "agua" signi­fica una cierta cantidad de agua, pero no lo que llamamos "sus­tancia agua". La generalidad de las proposiciones se expresa por medio del verbo o del predicado, no por el sustantivo. Puesto que los sustantivos son individales no estàn individualizados ni por medio de cuerpos tipo ni por medio de nombres de recipien­tes, puesto que no hay necesidad especial de subrayar la forma o el recipiente. E l sustantivo por si mismo implica un cuerpo o recipiente adecuado. Uno no dice "un vaso de agua" sino ka-yi: "un agua"; no un "charco de agua" sino pa.ha; 4 no un "piato de harina de trigo", sino rpmni: "una (cantidad de) harina de trigo;" no un "pedazo de carne" sino s i k w i : "una carne". La lengua no tiene ni necesita analogias sobre las cuales construir el concepto de existencia corno dualidad de concepto informai y formai. Trata de conceptos sin forma por medio de otros si'm-bolos distintos de los sustantivos.

Fases de eidos en SAE y en hopi

Términos corno "verano, invierno, septiembre, mariana, tarde, crepùsculo," son para nosotros sustantivos y tienen en la forma linguistica poco que los diferencien de otros sustantivos. Pueden ser sujetos o complementos y decimos "en el crepùsculo" o "en invierno", tal corno decimos "en la esquina" o "en el h ù e r t o " , 5

se pluralizan y cuentan corno sustantivos u objetos fisicos tal corno hemos visto. Nuestro pensamiento acerca de los referentes de tales palabras se objetivan. Sin objetivación seria una expe­riencia subjetiva de tiempo real; por ejemplo, de la conciencia

•* El honi tiene dos palabras para cantidades de agua: ks.yi y pa-ha. La diferencia es parecida a la que hay entre "piedra" y "roca"; pa.ha sig­nifica mayor tamano y "estado silvestre"; el a°ua corriente, esté o no al a-'re libre o en la naturaleza, es pa-ha; la "humetiad", también. Pero a diferencia de "piedra" y "roca", la distinción es esencial, no connotativa. Las dos palabras rara ver pueden intercambiarse.

5 Cicrtamente hay unas cuantas diferencias menores de otros sustantivos; en inglés, por ejemplo, en el uso de los articulos.

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de "hacerse mas y mas tarde", simplemente una fase ciclica pare-cida a una fase anterior en esa duración que se hace cada vez mas tardia.

Solamente por medio de la imaginación puede tal fase ciclica ponerse junto a otra y a otra a la manera de una configuración espacial (esto es, visualmente percibida).

Pero tal es el poder de la analogia linguistica al objetivar las fases ciclicas. L o hacemos aun al decir "una fase" y "fases" en lugar de "fasando". Y la pauta de sustantivos individuales y de materia con la fòrmula binomia que resulta de concepto sin forma, mas forma, es tan general que es implicito para todos los sustantivos y por e l o existen nuestros conceptos sin forma corno "sustancia, materia", por medio de los cuales podemos completar la fòrmula binomia para una amplisima gama de sustantivos. Pero aun ésos no estàn completamente generalizados para admi-tir nuestros sustantivos de fase. Asi , para los sustantivos de fase hemos hecho un concepto sin forma: "tiempo". L o hemos hecho usando "un tiempo", por ejemplo una ocasión o una fase, si-guiendo la pauta de un sustantivo de materia exactamente corno de "un verano" hacemos "verano" segun la pauta de un sustan­tivo de masa. Asi con nuestra fòrmula binomia podemos decir y pensar en "un momento de tiempo, un segundo de tiempo, un ano de tiempo". Permitaseme senalar otra vez que la pauta es simplemente la de "una botella de leche" o de "un pedazo de queso". Asi podemos imaginar que "un verano" contiene en efecto o consiste en tal y tal cantidad de "tiempo".

E n hopi sin embargo todos los términos de fase comò "verano, mariana", etcétera, no son sustantivos sino una especie de ad-verbios, para usar la analogia mas cercana al S A E . Son por si mismos una parte formai de la oración, diferente de los sustan­tivos, verbos o aun de otros adverbios hopis. T a l palabra no es un caso o una pauta locativa comò des Abends (por la tarde), o in the morning (por la mariana). N o tiene morfemas corno el de in the house (en la casa) o at the tree (en el àrbol; 8 signi­fica "cuando està amaneciendo" o "mientras està ocurriendo la fase marinai". Estos "temporales" no se usan corno sujetos o com-plementos o corno sustantivos. Uno no dice "es un verano calien-

* Year, "ano", y ciertas combinaciones de year con nombre de estación —raramente los nombres de estación solos— pueden darse con un morfema locativo: ai. pero esto es excepcional. Parece una reliquia histórica de otTa pauta anterior o el efecto de la analogia inglesa o ambas cosas.

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te" o "el verano es caliente"; el verano no es caliente, el verano es solamente cuando las condieiones son torridas, cuando oeuvre el calor. N o se dice "este verano" sino "el verano ahora" o "el verano recientemente". No hay objetivación en cuanto a región, extensión, cantidad del sentimiento subjetivo de duración. Nada se sugiere sobre el tiempo excepto su perpetuo "hacerse mas tarde". Y asi no hay base para un concepto sin forma que res­ponda a nuestro "tiempo",

Formas temporales de los verbos en SAE y en hopi

E l sistema de verbos con tres tiempos del S A E , matiza todo nues­tro pensamiento sobre el tiempo. Este sistema se amalgama con ese esquema mayor de objetivación de la experiencia subjetiva de duración ya anotada, y con la fòrmula binomia aplicable a los sustantivos en general, con los sustantivos temporales, con la pluralidad y la numeración. Està objetivación nos capacita ima-ginativamente para "colocar las unidades de tiempo en una hi­lera". Imaginar el tiempo comò una fila, armoniza con el siste­ma de tres tiempos; mientras que un sistema de dos, un ante­rior y un ulterior, pareceria corresponder mejor al sentido de duración tal corno se experimenta. Pues si investigamos la con­ciencia no encontramos pasado, presente o futuro sino una uni-dad que abarca todo. Todo està en la conciencia y todo en la conciencia es y està junto. Hay un perceptible y un no-percep-tible. Podemos llamar perceptible lo que estamos viendo, oyen do, tocando —"el presente"—, mientras que en el no-perceptible es el inmenso mundo de imàgenes de la memoria, se titula "el pa­sado" y otro reino de creencias ,intuición e incertidumbre, "el futuro"; aunque sensación, memoria, previsión, estàn todos jun-tos en la conciencia —no es que el uno esté "aun por venir" y el otro ya haya venido "una vez por todas". L a llegada del tiempo real consiste en que estos contenidos de conciencia se hacen "tardios" cambiando ciertas relaciones de manera irreversible. En este "retardarse" o "durar" me parece que hay un contraste notable entre lo novisimo, ùl t imo instante en el foco de la aten-ción, y el resto —lo anterior. Las lenguas por lo general se las arreglan con dos tiempos para responder a està importante rela-ción entre "mas tarde" y "mas temprano". Podemos por supues-to construir y contemplar en pensamiento un sistema de pasado, presente y futuro, objetivado corno puntos sobre una linea. Esto es lo que nos lleva a hacer nuestra tendencia a la objetivación general y lo que nuestro sistema de tiempos confirma.

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En inglés el tiempo presente parece ser el que està en menos armonia con la principal relación temporal. Es corno si se le obligara a varias tareas no completamente congruentes. Una ta­rea es colocarse comò termino medio objetivado entre el pasado y el futuro objetivado, para la narración, discusión, argumento, lògica y filosofia. Otra tarea es denotar inclusión en el campo sensorial: / see him (Yo lo veo). Otra es regulativa, es decir, para proposiciones acostumbrada o generalmente vàlidas: We see with our eyes. (" 'emos con nuestros propios ojos) ; estos va-riados usos introducen confusiones de pensamiento, de las cuales en su mayoria no nos damos cuenta.

E l hopi, corno es de suponer, también es diferente en esto. Los verbos no tienen "tiempos" corno los nuestros, sino que r i f P p n

jormas_de validez Qaseyeraciones")aspectos y formas para ligar jdausulas (modos) que Uevan a una mayor precisión del habia. Las formas de validez denotan que el hablante (no el sujeto) informa sobre la situación (correspondiente a nuestro pasado y presente) o que él lo espera (correspondiente a nuestro futuro) 7

o que hace una proposición nómica (correspondiente a nuestro .presente nómico) . Los aspectos denotan diferentes grados de du­ración y diferentes clases de tendencia "durante la duración". Todavià no hemos anotado nada para indicar si un evento es anterior o posterior a otro cuando se informa sobre ambos. Pero està necesidad no aparece sino cuando se tienen dos verbos: por ejemplo dos clausulas. En ese caso los "modos" denotan rela-ciones entre las clausulas, incluyendo relaciones de mas tarde a mas temprano y de simultaneidad. Ademàs hay muchas palabras que expresan relaciones similares, complementando los modos y los aspectos. Las tareas de nuestro sistema de tres tiempos o su tiernpo tripartita, objetivado linealmente, se distribuye entre va­rias categorias verbales, completamente diferentes de nuestros tiempos; y no hay mas base para un tiempo objetivado en los verbos del hopi que en las otras categorias de hopi: aunque esto no es un obstàculo para que las formas verbales y otras cons-

7 Las formas de validez expectativa e informativa contnutan de acuerdo con la relación de mayor importancia. La expectativa expresa anticipación que existe con anterioridad al hecho objeuvo y que coincide con el hecho objetivo posterior al stani quo del hablante. Este statu quo que incluye en si la condensación del pasado es expresada por la informativa. Nuestra idea de "futuro" parece representar al mismo tiempo lo anterior (anticipa­ción) y lo posterior (despues, lo que sera), corno lo muestra el hopi. Està paradoja puede sugerirnos cuàn engaùoso es el misterio del tiempo real y cuàn artificiosamente se expresa por una relación linear d: pasado-presen-te-futuro.

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trucciones se ajusten estrechamente a la real'dad de cada situa­ción concreta.

Duración, intensidad y tendencia en SAE y en hopi

Para ajustar el discurso a las mùltiples situaciones reales, todas las lenguas necesitan expresar la duración, la intensidad y las tendencias. Es caracteristico del S A E y quizà de muchos otros tipos de lengua expresarlas metafòricamente. Las metàforas son de extensión espacial, es decir de tamano, nùmero (pluralidad), posición, forma y movimiento. Expresamos la duración mediante "largo, corto, grande, mucho, ràpido, despacio", etcétera; la in­tensidad, mediante las palabras "extenso, grande, mucho, pesado, liviano, alto, bajo, agudo, tenue", etcétera; la tendencia, me­diante "mas, aumentar, crecer, volver, adquirir, aproximar, ir, venir, levantar, caer, parar, alisar, igualar, ràpido, despacio", y asi sucesivamente a través de una lista interminable de metàforas que escasamente reconocemos comò tales, puesto que son vir­tualmente el ùnico medio linguistico utilizable. Los términos no metafóricos en este campo comò "temprano, tarde, pronto, duradero, intenso, muy, tendiente", son un mero punado com pletamente inadecuado para las necesidades.

Es claro cómo està condición "encaja". Es parte de nuestro completo esquema de objetivar —especializando imaginativamen-te cualidades o entes potenciales que son del todo no espaciales (en la medida en que nuestros sentidos espacialmente percepti-vos nos lo indican. E l significado del sustantivo (entre nosotros) avanza de los cuerpos fisicos a los referentes de otra clase. Puesto que los cuerpos fisicos y sus perfiles en el espacio percibido, se denotan mediante términos de tamano y forma y se computan segùn nùmeros cardinales y plurales, està pauta de denotación y computo se extiende a los simbolos de significado no espacial y asi sugieren un espacio imaginario. Las formas fisicas "se mue-ven, se detienen, se levantan, se hunden, se acercan", etcétera, en el espacio percibido; ^por qué ho estos mismos referentes en el espacio imaginario? Esto ha ido tan lejos que escasamente po­demos referirnos a la mas simple situación no espacial sin acudir constantemente a metàforas fisicas. "Cojo" el "hi lo" del argu­mento de otro, pero si su "nivel" està "fuera de mi alcance" mi atención puede "errar" y "perder contacto" con el "giro", asi que cuando mi interlocutor llega a su "destino" diferimos am-

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pliamente; "nuestros puntos de vista" estàn realmente tan "dis-tanr.es" que lo que èl dice "parece demasiado arbitrario" o aun un "cùmulo" de necedades.

L a ausencia de tales metàforas en el lenguaje hopi es sor­prendente. E l u:o de términos espaciales cuando no hay espacio al que referimos no se encuentra —comò si cayera sobre él un completo tabù. L.*} razón parece clara cuando sabemos que el hopi tiene abund tntes medios léxicos y de conjugación para expresar directamcnte comò tales la duración, intensidad y ten­dencia, y que las pautas gramaticales de mayor importancia no suministran analogias para un espacio imaginario corno los nuestros. Los muchos aspectos verbales expresan duración y tendencia de manifestaciones, mientras que algunas de las voces expresan intensidad, tendencia y duración de causas o fuerzas que producen manifestaciones. Luego una parte especial del len­guaje: los "tensores", una gran clase de palabras, denota sólo intensidad, tendencia, duración y secuencia. L a función de los tensores es expresar intensidades, "fuerzas", y cómo cont inùan o varian sus tasas de cambio, de manera que el amplio concepto de intensidad. cuando se le considera corno siempre y necesaria-mente variable y continuo, incluye también tendencia y dura­ción. Los teniores comunican dist inción de grado, tasa, constan-cia, repetición, aumento y disminución de intensidad, secuencia inmediata, interrupción o secuencia después de un intervalo, etcétera; también cualidades de fuerza, tal corno expresariamos metafòricamente la suavidad, Usura, pesantez y aspereza. U n rasgo sorprendente es su falta de parecido con los términos de espacio real y movimiento que para nosotros "significa lo mis­mo". N o hav ni rastro de aparente derivación de términos es­paciales. 8 Asi, mientras que el hopi en sus sustantivos parece altamente concreto, con los tensores se vuelve abstracto, en un grado casi ir.slcanzable para nosotros.

s Un rastro :al es que el tensor "largo de duración ', que es completa­mente distinto del adjetivo "largo en el espacio". parece contener la misma raiz que el adierivo "grande" en el espacio. Otro. es que "algùn lugar en el espacio", ussco con ciertos tensores, significa "en algtin tiempo indefi-nido". Sin embirgo. posiblemente éste no es el cao y es sólo el tensor el que da el elemento tiempo, asi que "en alguna parte" se refiere aun al espacio y que en tales condiciones el espacio L-cefinido significa simple­mente aplicabilidad general, sin tener en cuena tiempo o espacio. Otra huella es que en la palabra (ciclica) temporal "tirde" el elemento que sig­nifica "después" se deriva del verbo "separar*. Hay aun otras huellas, pero son pocas excepcionales y obviamente no corno nuestras metàforas espaciales.

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Pensamiento kabitual en SAE y en hopi

L a comparación que se va a hacer ahora entre los mundos de pensamiento habitual para los hablantes de S A E y hopi, va a ser por supuesto incompleta. Solamente es posible tocar ciertos contrastes dominantes que parecen surgir de las diferencias l in-guisticas ya anotadas. Por "pensamiento habitual" y "mundo mental" quiero dar a entender algo mas que simple lenguaje, mas que las pautas lingùisticas en si. Incluyo todo el valor ana­lògico y sugestivo de los esquemas; por ejemplo, nuestro "espa­cio imaginario" y lo que està implicito en él, y todo el toma y daca entre lenguaje y cultura en conjunto, en donde hay una gran porción que no es linguistica, pero que, sin embargo, mues­tra la influencia modeladora del lenguaje. E n resumen este "mundo del pensamiento" es el microcosmos que cada hombre acarrea dentro de si, y con el cual mide y comprende lo que puede en el macrocosmos.

E l microcosmos S A E ha analizado la realidad completamente en términos de lo que llama "cosas" (cuerpo y cuasi-cuerpo), mas modos de existencia con extensión pero sin forma que él llama "sustancias" o "materia". Tiende a ver la existencia a través de una fòrmula binomia que expresa cualquier cosa que existe corno una forma espacial mas un continuo espacial sin forma relacionado con la forma, comò el contenido se relaciona con los limites de su recipiente. Los entes no espaciales se espe-cializan imaginativamente y sugieren forma y continuo.

E l microcosmos hopi parece haber analizado la realidad en gran parte en términos de eventos (o mejor, "sucederse") y la menciona de dos maneras: objetiva y subjetiva. Objetivamente, para experiencias fisicas perceptibles, los eventos se expresan principalmente por medio de perfiles, colores, movimientos y otras referencias perceptivas. Subjetivamente, tanto para lo fisico corno para lo no fisico, los eventos son la expresión de factores invisibles de intensidad de los cuales depende la estabilidad y persistencia o inestabilidad y tendencias de dichos eventos. Im­plica que todos los entes no se "hacen mas y mas tardios" de la misma manera; sino que algunos lo hacen credendo comò las plantas, otros esfumàndose y desvaneciéndose, otros mediante un proceso de metamorfosis, algunos mas manteniendo una forma hasta que son afectados por fuerzas violentas. En la naturaleza de cada ente capaz de manifestarse comò un todo definido, està la fuerza de su propio modo de duración: su credmiento, deca-dencia, estabilidad, ciclicidad o creatividad. Por tanto, el modo

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comò ahora se manifiesta todo ya ha sido "preparado" por las fases anteriores, y lo que sera después està "preparado'" tanto por lo que fue corno por lo que està siendo ahora. E l énfasis e importancia està en este aspecto de preparación o de estar pre­parado. Esto en hopi puede corresponder a la "cualidad de la realidad" que "materia" o "substancia" tiene para nosotros.

Rasgos de comportamiento habitual de la cultura hopi

Vemos que nuestro comportamiento y el del hopi estàn coordi-nados de muchas maneras al microcosmos linguisticamente con-dicionado. Como m mi trabajo sobre conflagraciones, la gente actùa en las situaciones de maneras parecidas a corno hablan de ellas. U n a caracteristica del comportamiento hopi es el énfasis en la preparación.

Esto incluye el anuncio y preparación a los eventos, con mu-cha antelación; detalladas precauciones para asegurar la persis-tencia de las condiciones deseadas y énfasis en la buena voluntad comò preparación para conseguir buenos resultados. Considé-rense sólo las analogias de la pauta para contar los dias. E l tiem­po se juzga principalmente "en el dia" (taLk, tala) o "por la noche" (tok) ; tales palabras no son sustantivos sino tensores, el primero formado con la raiz "luz, dia", el segundo con la raiz "dormir". Se cuenta por medio de ordinales. Esto no sucede al con­tar hombres o cosas, aunque aparezcan sucesivamente, pues aun entonces se podrian reunir en un conjunto; es la manera de contar reapariciones sucesivas del mismo hombre o cosa, incapaces de formar un conjunto. L a analogia no es para considerar la cicli-cidad del dia corno si fueran varios hombres ("varios dias"), que es lo que tendemos a hacer, sino comportarnos corno lo hariamos ante las visitas sucesivas del mismo hombre. N o se altera a varios hombres influyendo sólo a uno, pero se pueden preparar (y asi alterar) las próximas visitas del mismo hombre, trabajando para afectar la visita, que hace ahora. Està es la manera conio el hopi considera el futuro —trabajando dentro de la presente situación de la cual se espera que lieve impresa, tanto palpable comò ocul-tamente, una premonición del futuro evento de interés. Podemos decir que la sociedad hopi comprende nuestro proverbio " L o que bien empieza bien acaba"; pero no nuestro "mariana sera otro dia" ; esto puede explicar mucho el caràcter hopi.

L a conducta preparatoria del hopi puede dividirse a grandes rasgos en anuncio, preparación externa, preparación interna, participación oculta y persistencia. E l anuncio o publicidad pre-

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paratoria es una importante función qu ; està en manos de un funcionario especial, el jefe clamante. L a preparación externa lleva consìgo mucha actividad visible no necesariamente ùtil del todo segùn nuestro punto de vista. Incluye pràctica ordina­ria, ensayos, preparación, formalidades introductorias, comidas especiales, etcétera (todo esto en un grado que puede parecernos demasiado detallado), intensa y sostenida actividad muscular comò carreras, luchas, danzas que se cree que aumentan la in­tensidad de desarrollo de los eventos (aumento de producción) , la mimica y otras clases de magia y las preparaciones basadas en teorias esotéricas, que incluyen quizàs instrumentos ocultos comò bastones, plumas y comida para orar y finalmente las grandes ceremonias y danzas ciclicas, que tienen el significado de preparar la l luvia y las cosechas. De uno de los verbos que significan "preparar" se deriva el sustantivo para "cosecha" o "recolección": na'lwani, "lo preparado" o "lo que se està prepa­rando". 9

L a preparación interna se hace con oraciones y meditación, y en menor grado con buenos deseos y benevolencia para conse­guir los resultados deseados. Las actitudes hopis acentùan el po-der del deseo y del pensamiento. Con su "microcosmos" es total­mente naturai que lo hagan. Deseo y pensamiento son lo ante­rior y por consiguiente el estadio de preparación clave, el mas importante y mas critico. Mas aun, para los hopis, los propios deseos y pensamientos influyen no sólo en las propias acciones sino también en toda la naturaleza. Esto también es completa­mente naturai. L a conciencia se entera del trabajo, de la sensa-ción del esfuerzo y energia en el deseo y en el pensamiento. Experienrias mas bàsicas que el lenguaje nos dicen que si la energia se expande, se producen efectos. Tendemos a creer que nuestros cuerpos pueden detener està energia, impedir que afec-te otras cosas hasta que queramos que nuestros cuerpos mani-fisten la acción. Pero esto puede ser asi sólo porque tenemos nuestra propia base linguistica para una teoria en la cual con-ceptos tan informes comò "materia" son cosas que se pueden manejar sólo por cosas similares, por mas materia, y por elio aisladas de los poderes de vida y pensamiento. N o es mas anti-natural pensar que el pensamiento se pone en contado con todo y penetra el universo, que pensar, comò lo creemos, que una luz que viene de fuera lo hace. Y no es antinatural suponer que el

9 Los verbos hopi de preparar no corresponden netamente a nuestro "preparar", asi que na'twani podrfa interpretarse también comò "aque­llo sobre lo que se practica", "lo que se intenta" y otras acepciones.

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pensamiento, corno cualquier otra fuerza, deja por todas partes huellas de algùn efecto. Ahora, cuando pensamos en un deter-minado rosai real, no suponemos que nuestro pensamiento vaya a ese arbusto real y se ocupe de él corno un reflector vuelto hacia él. <»A qué suponemos que se refiere nuestra conciencia cuando estamos pensando en tal rosai? Probablemente se refiere a una "imagen mental" que no es el rosai sino un sustituto. Pero <;por q u é seria naturai suponer que nuestro pensamiento se refiere a un sustituto y no a un rosai real? Posiblemente porque estamos confusamente conscientes de que llevamos con nosotros un com­pleto espacio imaginario, lleno de sustitutos mentales. Para nosotros los sustitutos mentales son antiguos companeros de via-je. Junto con las ìmàgenes del espacio imaginario que tal vez secretamente sabemcs que sólo es imaginario, recogemos el pen­samiento de rosales que existen realmente, lo que puede ser una cosa diferente, quizà porque tenemos para él un lugar mas con­veniente. E l mundo del pensamiento hopi no tiene espacio ima­ginario. E l corolario de esto es que no se debe colocar eljpensa-miento que trate con espacio real en cualquier parte sino en el espacio real, ni aislar el espacio real de los efectos del pensamien­to. U n hopi podria suponer naturalmente que su pensamiento (o él mismo) trata con el rosai real —o mas probablemente con

la mata de maiz— en que està pensando. E l pensamiento podria dejar alguna huella de si mismo junto con la pianta en el campo. Si es un pensamiento positivo relativo a su vigor y crecimiento, es también positivo para la pianta; pero si es negativo, también lo sera para la pianta.

E l hopi acentùa el factor intensidad del pensamiento. E l pen­samiento para ser mas efectivo debe estar vivido en la concien­cia, definido, firme, sostenido, cargado de buenas intenciones fuertemente sentidas. Expresan la idea al traducir al inglés comò "concentrarse, tenerla en su corazón", poner su mente en ella, esperar sinceramente. La potencia del pensamiento es la fuerza que està detràs de las ceremonias de los bastones de oración, del fumar ritual, etcétera. L a pipa de oración se mira corno una ayuda para "concentrarse" (asi lo dijo mi informante). Su nom-bre, na'twanpi, significa "instrumento de preparación".

L a participación secreta es una colaboración mental de la gente que no toma parte en el asunto real, ya sea un trabajo de caceria, carrera o ceremonia, pero dirige su pensamiento y buenas intenciones hacia el éxito del asunto. Los anuncios a menudo buscan conseguir la ayuda mental de tales ayudantes mentales,

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asi corno la de los participantes pùblicos, y contienen exhorta-ciones para que la gente ayude con su activa buena voluntad. 1 0

U n parecido con nuestros conceptos de pùblico simpatizante o con los animadores de un juego de fùtbol, no obscurece el hecho de que su poder primario reside en el pensamiento dirigido y no sólo en la benevolencia o animación, que s lo que se espera de los participantes anónimos. En efecto, estos ùltimos principian su inanimada tarea no durante el juego sino mucho antes. U n corolario del poder de pensamiento es el poder de pensamiento erròneo para el mal; por elio un propòsito para la participación anònima es obtener la fuerza masiva de muchas personas bene-volentes para balancear el pensamiento dafiino de los malque-rientes. Tales actitudes favorecen muchisimo el espiritu de cooperación o comunidad. Esto no quiere decir que la comuni-dad hopi no esté llena de rivalidades y de intereses en pugna.

En contra de la tendencia a la desintegración social en tan pequeiia y aislada comunidad, la teoria de "preparación" a tra­vés del poder de pensamiento (que conduce lògicamente al gran poder de pensamiento combinado, intensificado y armonizado de toda la comunidad) debe ayudar mucho a un grado no des-preciable de cooperación que a despecho de las pendencias pri-vadas, el pueblo hopi muestra en todas sus actividades impor-tantes.

Las actividades "preparatorias" hopis muestran nuevaménte un resukado de su trasfondo de pensamiento linguistico con énfasis en la persistencia v en la constante e insistente repetición... E l sentido de valor acumulativo de innumerables pequenos im-pulsos se amortigua por una vision del tiempo objetivado y es-pecializado corno la nuestra realzada por una manera de pensar cercana al sentimiento subjetivo de duración, del incesante "ha-ciéndose tarde" de los eventos. Para nosotros, para quienes el tiempo es un movimiento en el espacio, la repet ición invariable parece diseminar su fuerza a lo largo de una hilera de unidades de ese espacio, con lo que se desperdicia. Para el hopi, para quien el tiempo no es un movimiento sino "hacerse tarde" todo lo que se ha hecho, la repetición invariable no es un desperdicio

1 0 Ver. verbigracia, Ernest Beaglehole, Notes on Hopi Economie Life (Yale University Publications in Anthropology, ni'im. 15. 1937) . especialmente la referencia al anuncio de una caceria de conejo, y luego. en la pàgina 30. 'a descripción de las actividades relacionadas con la limpieza de Toreva Spring: anuncios. distintas actividades de preparación; por ùltimo, prepa­ración de la continuación de los buenos resultados va obtcnidos y la conti-nuación de la coniente de agua.

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sino una acumulación. Es almacenamiento de un cambio invisi-ble que se aplaza para eventos posteriores.11 Como hemos visto, es corno si el retorno del dia se sintiera corno el retonu de la misma persona, un poquito mas vìeja pero con todas las senales del dia anterior, y ;io corno "otro dia", es decir conio una per­sona completamente diferente. Este principio unido con el poder de pensamiento y con los rasgos de cultura general de los indios pueblo, se expresa en la teoria de la danza ceremonial hopi para atraer la lluvia y las cosechas, asi comò en su corto paso saltón que se repite miles de veces hora tras hora.

Algunas senales del hdbito linguistico en la civilización occidental

En nuestra cultura, mas que en la cultura hopi, es dificil hacer justicia en pocas palabras a los rasgos linguisticamente condi-cionados, a causa del vasto panorama y de la dificil objetividad, pues lo impide nuestra familiaridad profundamente impregnada de las actitudes que tienen que ser analizadas. Deseo solamente esbozar ciertas caracteristicas que se ajustan a nuestro binomio linguistico "forma" mas "materia informe" o "sustancia", a nuestra metaforización, a nuestro espacio imaginario y a nuestro tiempo objetivado. Éstos, corno hemos visto, son linguisticos.

De la dicotomia forma mas sustancial han derivado en gran parte los puntos de vista filosóficos mas caracteristicos en la tra-dición occidental. De aqui dependen el materialismo, el parale-lismo psicofisico, la fisica —por lo menos en la forma tradicional newtoniana, el punto de vista dualistico del universo en general. Ciertamente a elio pertenece casi todo lo que es "solido, de sen­tido comùn". Los puntos de vista monistico, holistico y relati­vista de la realidad, atraen a los filósofos y a algunos cienuficos,

i l Està noción de acumular potencia, que parece estar implicita en la conducta hopi, tiene analogias en fisica, con la aceleración. El trasfondo linguistico del pensamiento hopi le permite reconocer naturalmente que la fuerza se manifiesta no corno movimiento o velorìrìad, sino corno acumu­lación o aceleración. Nuestro trasfondo linguistico no ayuda a concep-tualizar este hecho, pues habicndo concebido legitimamente que la fuerza es lo que produce el cambio, concebimos el cambio de acuerdo con nues­tro analogo linguistico metafòrico —el movimiento—. en vez de concebirla c o m ò cambio inmóvil, es decir, corno acumulación o aceleración. Por elio nos sorprende que en los experimentos fisicos no sea posible definir la fuer­za por medio del movimiento; que ci movimiento y la velocida-.l. corno también "el descanso", sean completamente relativo? y que la fuerza pueda medìrse sólo por medio de la aceleración.

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pero hay muchos obstàculos para que halaguen el sentido comùn del hombre promedio occidental —no porque la misma natura­leza los refute (si asi lo hiciera, los filósofos lo hubieran des-cubierto desde luego) sino porque hablar de dichos puntos de vista equivale a hablar un nuevo lenguaje. "El sentido comùn", corno su nombre lo indica, y "el ser pràctico", comò su nombre lo muestra, son en buena parte maneras de hablar, para que uno sea ràpidamente comprendido. Algunas veces se dice que todos sienten intuitivamente el espacio newtoniano, el tiempo y la materia. Después, se cita la relatividad para mostrar que el anà­lisis matemàtico puede probar la falsedad de dicha intuición. Esto, aparte de restar importancia a la intuición, es un intento de respuesta a la pregunta que se planteó al principio de este ensayo y que originò està investigación. La presentación de los resultados està finalizando y creo que la respuesta està clara. La respuesta improvisada, que hace recaer la culpa sobre la intui­ción por nuestra tardanza en descubrir los misterios del cosmos tales corno la relatividad, seria la respuesta equivocada. La co­rreda seria: el espacio newtoniano, el tiempo y la materia no son intuiciones; son fórmulas de la cultura y el lenguaje. Alla fue donde Newton las encontró.

Nuestra vision objetivada del tiempo es sin embargo favorable para la historia y para todo lo que esté conectado con su registro, mientras que para esto el punto de vista hopi es desfavorable. Este ùltimo es demasiado sutil, complejo y en desarrollo sem­piterno, sin poder suministrar respuestas ràpidas a la pregunta de cuando terminarla un evento y de cuando principiarla otro. Cuando se sobreentiende que todo lo que ha ocurrido todavia es, pero en una forma necesariamente diferente de la que la me­moria o los documentos registran, hay menos incentivo para es­tudiar el pasado. En cuanto al presente, el incentivo seria no de registrarlo sino de tratarlo corno "preparación".

Pero nuestro tiempo objetivado pone ante la imaginación algo corno una cinta o rollo de papel dividido en espacios iguales, lo que sugiere que cada espacio debe llenarse con una anotación. La escritura sin duda ha ayudado a nuestra concepción linguis­tica del tiempo, asi comò la concepción linguistica ha guiado el uso de la escritura. A través de este toma y daca entre el len­guaje y la cultura tomada en su totalidad, tenemos, por ejemplo:

1. registros, diarios, contabilidad, matemàticas estimuladas por las cuentas.

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2. Interés en la secuencia minuciosa y las fechas, los calenda-rios, la cronologia, los relojes, los horarios, diagramas de tiempo y el tiempo tal corno se usa en la fisica.

3. Anales, historias, actitud histórica, interés en el pasado, ar-queologia, actitudes de proyección hacia periodos pasados; por ejemplo, clasicismo, romanticismo.

T a l corno concebimos nuestro tiempo objetivado extendién-dose hacia el futuro de la misma manera que se extiende hacia el pasado, asi conformamos el futuro en la misma forma que nuestros archivos del pasado produciendo programas, planes, presupuestos. L a igualdad formai de las unidades espaciales por las cuales medimos y concebimos el tiempo nos lleva a considerar que el "ente informe" o "sustancia" del tiempo es homogéneo y està en proporción al nùmero de unidades. De ahi viene nues­tra asignación proporcional de valor al tiempo, y el que mon-temos sobre él una estructura comercial basada en valores pro-porcionales al tiempo: horarios (el tiempo de trabajo constante-mente reemplaza al trabajo a destajo), renta, crédito, interés, gastos de depreciación, tarifas, primas de seguros. Sin duda este vasto sistema, una vez construido, continuarla con cualquier clase de concepción linguistica del tiempo; pero que se haya construido, alcanzando la magnitud y forma particular que tiene en el mundo occidental, es un hecho en decidida consonancia con la estructura de las lenguas SAE. Una pregunta de gran alcance es , i una civilización corno la nuestra hubiera sido posi-ble con una conrepción linguistica del tiempo completamente distinta —en nuestra civilización hay acuerdo entre la pauta lin­guistica y el acoro, jdamiento de nuestra conducta al orden tem-poral. Por supuesto, se nos estimula a usar calendarios y relojes y a tratar de rnedir el tiempo cada vez con mayor precisión: esto ayuda a la ciencia y la ciencia a su vez, siguiendo estos anti-guos moldes culturales, los retorna a la cultura en una cantidad siempre credente de aplicaciones, hàbitos y valores, con los cua­les la cultura incide nuevamente en la ciencia. ;Pero qué hay mas alla de està espirai? L a ciencia empieza a encontrar que hay algo en el cosmos que no està de acuerdo con los con-ceptos que hemos formado al ascender la espirai. Està tratando de conformar un nuevo lenguaje con el cual ajustarse a un uni­verso mas grande. Es claro que la insistencia en "ahorrar tiem­po"; que va con todo lo anterior y es una muy obvia objetiva-

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ción del tiempo, conduce a una alta valorización de la "rapidez", tan comùn en nuestra conducta.

Otro efecto en nuestro comportamiento es el caràcter de mo­notonia y de regularidad que tiene nuestra imagen del tiempo comò una dnta mètrica casi sin limites. Esto nos lleva a com-portarnos comò si està monotonia fuera mas cierta de lo que es en realidad. Es decir, nos ayuda a volvernos rutinarios. Tende­mos a selecdonar y a favorecer cualquier cosa que apoye este punto de vista, a "ponerse a tono" con los aspectos rutinarios de la existenda. Una fase de éste es el comportamiento que com-prueba un falso sentido de seguridad o una suposición de que todo marcharà siempre bien, y una falta de previsión y protec-ción para cuidarnos de lo imprevisto. Nuestra tècnica para en-cauzar la energia es aprópiada para tareas rutinarias. Y precisa­mente en estas tareas y el esfuerzo para mejorar las técnicas ocurre cabalmente en està esfera rutinaria. Por ejemplo, pone-mos de nuestra parte para evitar que la energia cause accidentes,. incendios y explosiones, cosa que ocurre constantemente y en amplia escala. T a l indiferencia hacia lo imprevisto de ia vida seria desastroso para una sociedad tan pequena, aislada y pre­cariamente balanceada corno lo es la sociedad hopi, o mas bien corno lo fue en otro tiempo.

Asi , nuestro pensamiento del mundo, linguisticamente deter-miriadb, no solò colabora con nuestros idolos e ideales culturales, sino que mc'.dea nuestras reacciones personales inconscientes y les da un deterrainado caràcter. Uno de tales caracteres, corno hemos visto, es el descuido; tirar colillas entre papeles sobrantes, o conducir sin precaución. Otro de caràcter muy distinto es la gesticulación cuando hablamos. Muchos de los gestos hechos por lo menos por los hablantes del idioma inglés y probablemente-por todos Ics hablantes del SAE, sirven para ilustrar mediante un movimiento en el espacio, no una referencia espacial verda-dera sino referencias no espaciales que nuestra lengua maneja con metàforas de espacio imaginario. Es decir, estamos mas inclinados a hacer un gesto de aprehensión cuando hablamos de agarrar una idea evasiva, que cuando hablamos de coger un aldabón. E l gesto busca hacer mas claras las oscuras referencias metafóricas. Pero si una lengua se refiere a entes no espaciales sin implicar una analogia espacial, la referencia no se hace mas d a r à con ei gesto. E l hopi gesticula muy poco, quizàs nada en el sentido en que nosotros entendemos el gesto.

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Parece comò si la cinestesia o el sentimiento de movimiento muscular, aunque anterior al lenguaje, se hubiera hecho mas altamente consciente por el uso linguistico del espacio imagina­rio y de las imàgenes metafóricas de movimiento. L a cinestesia se muestra en dos facetas de la cultura europea: arte y deporte. L a escultura europea, arte en el que Europa sobresale, es fuer-temente cinestésica, dando gran sentido de los movimientos del cuerpo; lo mismo se puede decir de la pintura europea. L a dan­za en nuestra cultura expresa gusto en el movimiento mas que simbolismo o ceremonial y nuestra mùsica està fuertemente influida por nuestras formas de danza. Nuestros deportes estàn muy imbuidos con este elemento de "poesia del movimiento". Los juegos y carreras hopis parecen mas bien poner énfasis en las virtudes de resistencia y de intensidad sostenida. L a danza hopi es altamente simbòlica y se lleva a cabo con gran intensi­dad y ahinco, pero no tiene mucho movimiento o bamboleo.

L a sinestesia o sugestión por ciertas percepciones sensoriales de caracteres pertenecientes a otro sentido, corno la de la luz y el color por los sonidos y viceversa, deberia hacerse mas cons­ciente por medio de un sistema linguistico metafòrico que se refiera a experiencias no espaciales mediante términos para expe-riencias espaciales, aunque indudablemente surjan de una fuente mas profunda. Probablemente en el primer ejemplo la metàfora surge de la sinestesia y no al contrario, aunque la metàfora no necesite enraizarse en la pauta linguistica corno lo muestra el hopi. L a experiencia no espacial tiene un sentido bien orga-nizado, la audición —pues el olfato y el gusto estàn muy poco organizados. La conciencia no espacial es un reino principal­mente del pensamiento, sentimiento y sonido. La conciencia espacial es el reino de la luz, el color, la vista y el tacto y presen­ta formas y dimensiones. Nuestro sistema metafòrico, poniéndole nombre a las expresiones no espaciales segùn las espaciales, atri-buye a los sonidos, olores, sabores, emociones y pensamientos, cualidades de colores, luminosidades, formas, àngulos, texturas y movimientos relativos a la experiencia espacial. En algùn gra­do la transferencia contraria ocurre, pues luego de tanto hablar sobre tonos altos, bajos, agudos, sordos, graves, brillantes, pau-sados, el hablante encuentra fàcil pensar en algunos factores de experiencias espaciales comò factores de tono. Ast, hablando de "tonos" de color, decimos un gris "monòtono", una corbata "chillona", "gusto" en el vestido, todas ellas metàforas espacia­les invertidas. Ademàs e l arte europeo se distingue por la mane­ra corno busca deliberadamente jugar con la sugestión. L a mùsica

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trata de sugerir escenas, color, movimiento, diseno geomètrico; la pintura y la escultura estàn guiadas a menudo consciente-mente por analogias con el ritmo de la mùsica; los colores se conectan con los sentimientos por la analogia para concordar o disonar. E l teatro y la òpera europeas buscan una sintesis de muchas artes. Puede que de està manera nuestro lenguaje meta­fòrico, que es en cierto sentido una confusión de pensamiento, produzca a través del arte un resultado de valor insospechado, un mas profundo sentido estético que lieve hacia una mas directa aprehensión de la unidad subyacente que està detràs de fenómenos tan variados comò los que informan nuestros canales sensitivos.

Implicaciones históricas

<;Cómo se Ilegó históricamente a la trama entre lengua, cultura^ y comportamiento? i Q u é es anterior: la estructura del lenguaje o las normas culturales? En lo principal se han desarrollado juntas, influyéndose constantemente entre si. Pero en està asocia-ción la naturaleza del lenguaje es el factor que limita la libre plasticidad y da rigidez a los canales del desarrollo en una forma mas autocràtica. Esto es asi porque el lenguaje es un sistema y no exactamente un conjunto de normas. Los grandes perfiles sistemàticos sólo pueden transformarse lentamente en algo real­mente nuevo, mientras que muchas otras innovaciones cultura­les se hacen con comparativa rapidez. E l lenguaje representa asi el pensamiento de la masa; se ve afectado por los inventos e innovaciones, pero exigua y pausadamente, al paso que da órde-nes a los inventores e innovadores con decretos inmediatos. _

E l crecimiento del complejo lingùistico-cultural SAE se remon­ta a la antigùedad. Gran parte de sus referencias metafóricas a lo no espacial se fija ya en lenguas antiguas, especialmente en el latin. Es desde luego un rasgo acentuado del latin. Si lo comparamos con el hebreo, encontramos que mientras el hebreo tiene alguna alusión al no espacio corno espacio, el latin tiene mas. Los términos latinos para los no espaciales corno educo, religio, principia, comprehendo, son comùnmente referencias fisicas metaforizadas: conducir, afuera, reatar, etcétera. Esto no es cierto para todas las lenguas, y es completamente falso para el hopi. Es posible que el hecho de que en latin la dirección de desarrollo haya ocurrido de lo espacial hacia lo no espacial (en parte a causa del estimulo secundario hacia el pensamiento abstracto cuando los romanos, intelectualmente mas rudos, se

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encontraron ante la cultura griega) y de que las lenguas poste-riores hubieran sido fuertemente estimuladas a imitar el latin, haya dado lugar a la creencia, aun corriente en algunos linguis-tas, de que està es la dirección naturai del cambio semàntico en todas las lenguas y para la persistente idea en los circulos erudi-tos occidentales (en fuerte contraste con los orientales) de que la experiencia objetiva es anterior a la subjetiva. Los filósofos descubren un buen nùmero de cosas que apoyan lo contrario y ciertamente algunas veces ese desarrollo ha ocurrido en direc­ción opuesta. Asi puede demostrarse que la palabra hopi para "corazón" es una formación tardia de la raiz que significa pensar o recordar. O consideremos qué ha ocurrido con la palabra "radio" en una frase comò "él comprò un nuevo radio", compa­rando éste significado y el primitivo "ciencia de la telefonia inalàmbrica" .

E n la Edad Media la pauta del latin principiò a entremez-clarse con los crecientes inventos mecànicos, la industria, el comercio y el pensamiento escolàstico y cientifico. La necesidad de medidas creada por la industria y el comercio, el ahnacena-miento y arrumazón de sustancias en varios recipientes, el empa-que en que varias n-ercancias se presentaban y la regularización de medidas y unidadts de peso, la invención de relojes y medidas del "tiempo", la cons;rvación de anales, cuentas, crónicas, histo-rias, e l crecimiento ae las matemàticas y la alianza de las mate-màticas y la ciencia, todo cooperò para dar a nuestro pensa­miento y lenguaje la presente forma. En la historia hopi, si la pudiéramos leer, encontrariamos entrelazados un tipo diferente de lenguaje y una norma diferente de influencias culturales y ambientales. Una pacifica sociedad agricola, aislada por carac-teristicas geogràficas y por enemigos nómadas, en una región de escasas lluvias, y tan àrida, que la agricultura puede tener éxito sólo con la mas tenaz perseverancia (de aqui el valor de la persistencia y de la repetición) ; la necesidad de colaboración (de aqui el énfasis en el trabajo en equipos y en general en el factor mental), con el maiz y la l luvia corno bàsicos criterios de valor; la necesidad de preparaciones y precauciones para asegurar la cosecha en el suelo pobre y en el clima precario; la neta com-prensión de dependencia de la naturaleza que favorece las plega-rias y la actitud religiosa hacia las fuerzas de la naturaleza, especialmente las dirigidas hacia la siempre necesitada y bendita l luvia —estas cosas obran reciprocamente con las pautas lingùis-ticas hopis para moldear estas ùlt imas y a su vez para ser mol-

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deadas por ellas y asi poco a poco para conformar la vision del mundo hopi.

En resumen, nuestra pregunta inicial se contesta de la siguien-te manera: los conceptos de "tiempo" y "materia" no se dan en la experiencia en exactamente la misma forma para todos los Hombres, sino que dependen de la naturaleza del idioma o idio-mas a través del uso de los cuales se hayan desarrollado. N o dependen tanto de tal o cual sistema gramatical (por ejemplo tiempo o sustantivos), sino de las maneras de analizar y relatar experiencias que se han llegado a fijar en la lengua comò "ma­neras de hablar" y que abarcan las tipicas clasificaciones gra­maticales, de modo que tal "manera de hablar" abarca elemen-tos léxicos, morfológicos, sintàcticos y otros muchos, coordinados dentro de un marco consistente. Nuestro propio "tiempo" difie­re fuertemente de la "durac ión" hopi. Se concibe corno un espa­cio de dimensiones estrictamente limitadas, o algunas veces comò un movimiento en el espacio, y se emplea de acuerdo con esto corno una herramienta intelectual. L a "duración" hopi parece inconcebible en términos de espacio o movimiento, sien-do el modo en el cual la vida se diferencia de la forma y la con­ciencia in loto de los elementos espaciales de la conciencia. Algu­nas ideas nacidas de nuestro propio "concepto tiempo", tales corno el de la absoluta simultaneidad, serian o muy dificiles o imposibles de expresar y estarian desprovistas de significado en hopi: se reemplazarian mediante conceptos operacionales. Nuestra "materia" es el subtipo fisico de "substancia" o "mate­rial" , que se concibe corno un ente extenso y sin forma que debe reunirse a la forma antes de que tenga existencia real. E n hopi no parece haber nada que corresponda a esto; no hay con­ceptos extensos informes, la existencia puede tener o no tener forma, pero lo que también tiene, con o sin forma, es inten­sidad y duración. Estas ùlt imas no connotan extensión, pero en el fondo son lo mismo.

;Dónde queda nuestro concepto "espacio" que también inclui-mos en nuestra primera pregunta? No hay una diferencia tan marcada entre hopi y S A E al referirse al espacio. Probablemente la noción de espacio la da la experiencia sustancialmente en igual forma sin distinción de lengua. Los experimentos de los psicólogos de la Ge'stalt respecto a la percepción visual parecen establecer esto corno un hecho. Pero el concepto de espacio variarà algo con el idioma, porque siendo una herramienta inte-

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lec tual , 1 2 està intimamente ligado con el empieo concomitante de otras herramientas intelectuales del orden de "tiempo" y "materia", las cuales estàn linguisticamente condicionados. Ve-mos cosas con nuestros ojos en las mismas formas de espacio que los hopi, pero nuestra idea de espacio tiene también la propie-dad de actuar corno un sustituto para relaciones no espaciales comò tiempo, intensidad, tendencia y comò un vacio que ha de llenarse con conceptos informes, imaginados, uno de los cuales puede ser llamado "espacio". E l espacio tal comò lo sienten los hopi no deberia conectarse mentalmente con tales sustitutos, sino que deberia ser comparativamente "puro", sin mezclas de nociones extranas.

En cuanto a nuestra segunda pregunta, hay conexiones pero rio correlaciones o correspondencias diagnósticas entre normas

.culturales y pautas lingiiisticas. Aunque seria imposible inferir la existencia de jefes clamantes a partir de la falca de tiempos en hopi o viceversa, hay una relación entre una lengua y el resto de la cultura de la sociedad que la usa. Hay_caàps en que las "maneras de hablar" estàn fuertemente integradas con la totali-dad de la cultura en general, sea esto universalmente cierto o "no, y hay conexiones dentro de està integración y entre la clase de anàlisis linguistico empleado y varias reacciones de compor­tamiento y también las formas tomadas por varios desarrollos culturales. Asi, la importancia de los jefes clamantes tiene rela­ción no con la falta de tiempos en si misma, sino con un sistema de pensamiento en el cual las categorias gramaticales diferen­tes de nuestros tiempos son naturales. Estas relaciones se en-cuentran no tanto dirigiendo la atención a las niblicas tipicas de la linguistica, la etnografia o la descripción sociològica, cuan­to examinando la cultura y el lenguaje (siempre y solamente, cuando los dos han estado juntos históricamenre durante un tiempo considerable) comò un todo en el cual puede esperarse concatenaciones entre estas diversas disciplinas y, si existen, que sean descubiertas a su tiempo por medio del estudio.

Traducción de José Joaquin Montes

12 Aqui encajan los espacios newtoniano y euclidiano.

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