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LA SEMÁNTICA - Pierre Guiraud

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LA SEMÁNTICA - Pierre Guiraud.pdfEjemplar editado en Mexico por Fondo de Cultura Economica en el año 1960, el mismo se encuentra en muy buen estado, con encuadernación en plena tela original de editor con sobrecubierta. 115 páginas numeradas.

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P. Guiraud

LA SEMÁNflCA

La semántica, o estud¡o del sentido de laspalabras, se cuenta entre las disciplinascuyo intenso cultivo es característica pe-culiar de nuestra época. Sin embargo, elhecho de que se le conceda tanta atenciónha conducido a no pocas confusiones ya tal mult¡pl¡cación de matices, que es d¡-fíc¡l aceptar el vocablo "semántica" comoportador de un concepto bien definido.

Era urgente, pues, emprender una laborde deslinde para discern¡r los variadosenfoques comprend¡dos bajo aquella de-signación. Es ésta la tarea principal quePierre Guiraud se ha impuesto y cumplidocon encomiable claridad en el presentelibro. Su análisis de la significación, delos cambios de sentido y de los proble-mas estructurales ayuda a destacar lospuntos en que la semántica participa decampos tan esenciales como la filosofía,la lingÜística, la psicología y hasta la so-ciologÍa, y precisa con ello el territoriocuya exploración le corresponde propia-mente.

Con esta contribución, la semántica,ciencia cuyo propio nombre se ha pres-tado a las mismas ambigüedades queanaliza, ocupa el puesto que le corres-ponde en la ordenación del conocimientoy colabora decisivamente a la solución denumerosos problemas, tan importantescomo diversos.

FONDO DE CULTUBA ECONOMICA

BREVIARIOSd'el

FoNno or Cur-tun¡, EcoNóulcl

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LA StrMANTICA

LA SEMÁI\TICA

por

PIERRE GUIRAUD

FONDO DE CULTURA ECONÓMICAMÉxIco

Primera edición en francés,Séptirnu edición en francés,P¡imera edición en esPañol,

Primera reimpresión, 197I

Scgunda reimpresión, 1974

Segunda edición en esPañol,

1955L9721960

t976Al Instituto de Estudios Francesesde la Universidad de Groninga

('orno recuerdo de nuestro seminario de 1954-1955

Traducción de

Ju¿N A. Hesr-un

Título originalLa sémantiqueO 1955 Presses Unive¡sitaires de France, París

D. It. @ 1960, Fonpo DE CuLruRA Ecoxónrc¡Av. de la Universidad, 975; México 12, D' F'

Impreso en México

INTRODUCCIÓN

I. Lls TRES SEMÁNTICAS

l,¡. snuÁmrrc¡. es el estudio del sentido de las palabras.

l'ero observaciones, teorías y puntos de vista recien'lcs vuelven a plantear en la actualidad este viejo pro'Irlema y, como todas las ciencias alavez muy viejas yrnuy jóvenes, la semántica adolece de una inexacta de'Iinición de su finalidad, y de poca precisión en su ter-rninología. Por eso, tanto eI especialista como el legosc sienten desorientados ante los usos que de este tér-rnino encuentran cada día.

Semantícs, a Reil Vea:pon in War on Free Enter-prisel proclama el New Yorh Tímes a tres columnas.Y si "la filosofía constituye la semántica y la sintaxis dellcnguaje científico", ¿cómo pueden ser los vagidos«lcl recién nacido un ttreflejo semántico"? ¿Y qué seránIa "semántica del jazz", la de la lrrcha libre, la delt artelón ?

Lo que pasa es que la palabra que designaba en unprincipio una rama especial del estudio del lenguaje,ha sido adoptada por los Iógicos y los psicólogos, y per-tencce hoy a tres disciplinas distintas.

EI vocablo sernántico, del griego semairw, "signifi-crrr" (a su vez de séma, t'signo"), era originalmentetl adjetivo correspondiente a t'sentit].o". Un cambiosomántico es un cambio de sentido, el valor semánticotlc una palabra es su sentido. Después de aplicarse a la¡lalabra, esta expresión se extiende a todos Ios signos,y se habla de la función semántica de los colores del

1 "La semá¡ltica, un &r¡na de los rojos en la Iucha contra lalilrre empresa."

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INTRODUCCIÓN

blasón o de los gallardates de la marina, del valor se-

mántico de un gesto, de un grito, de un signo cual-quiera mediante el cual tras¡nitimos un mensaje y nosponemos en comunicación con otras personas. Es se-

mántico todo lo que refiere al sentido de un signo cle

comunicación, particularmente las palabras.Hay tres órdenes (principales) de problemas semán-

ticos:

a) Un problema psicológico: ¿Por qué y de quémodo nos comunicamos? ¿Qué es un signo y qué ocu-rre en nuestra mente y en Ia de nuestro interlocutorcuando se establece la comunicación? ¿Cuál es el sus-

trato y el mecanismo fisiológico y psíquico de esta ope-ración?, etcétera,

b) Un problema lógíco: ¿Cuáles son las relacionesdel signo con la realidad? ¿En qué condiciones es apli-cable un signo a un objeto o a una situación gue elsigno debe significar? ¿Cuáles son las reglas que ga.

rantizan una significación verdadera?, etcétera.c) Un problema -o, mejor dicho, problemas- de

orden lingüísfico, pues cada siste na de signos siguereglas específicas en relación con su naturaleza y fun-ción.

La semántica lingüística -la semántica por excelen'

cia, objeto único de la presente obra- estudia las pala-

bras en el seno del lenguaje: ¿Qué es una palabra; cuá-

les son las relaciones entre Ia forma y el sentido de una

palabra, y entre una palabra y otra; cómo garantizanéstas su función?, etcétera.

La semántica pafiicipa, pues, de tres ciencias distin'tas: la psicología, Ia lógica y la lingüística, que estu'dian, eada una por su lado, el problema de Ia signifi'

LA SEMANTICA LINGÜÍSTICA 1110

c¿rción y del sentido de los signos.- Ciertamente' no se

hun presentado siempre estos problemas bajo el título

,lc se'mántica, y *o"ño, "hacen semántica sin saberlol',

I)ero en los úliimos tiempos una escuela de lógicos. p.or

una parte, y un grupo de psicólogos por otra, han rervrn'

,licado "*ir.r"*"tt" la palabra, y actualmente existen

ir"io u li senuúntiea (Iingüística) ur.a sem'ánina tí'l'o''ri¡io,ligada a la lógica simbglic-a, y.t:'u. semántica

gánerol, !r" .. una psicosociológica del signo''

Estas tres acepcion"u d" l, palabra, correspondientes

n t..s aspecto, d" ,, mismo p"o""to, están en estrecha

interdependencia; su campo y sus problemas se entre-

cruzan y se confunden constantemente'

2. Le srMÁNTICA LINGüÍsIICA

Esta ambigüedad repercute en el interior de la lingüís'

¡"u, ¿o"A! el contüido de la semántiea está todavía

lnal'definido. En un principio estudia los cambios de

r".rtiJ, y coincide *á, o -tt'os con el análisis de las;Iigr."r;' de la antigua retórica; luegri reco-ge las obser'

uu"'iorr.u y tesis de-la lógica y de la psicología, con lo

cual extiéncle su campo por nuevos derroteros: teoría

del signo lingüístico, lunción psicosocial del lenguaje'

cstruáras lelxicológicas, etc., con lo cual sólo se logra

oscurecer una terminología que ya era insegura desde

el principio.ios gümáticos tenían ya, desde principios tlel si-

glo xx]el ténnino sernasiología, o-estudio de los signi'

Iicrdos (también de sema', "signo").El lingüista francés Michel Bréal lo sustituye por

-elde semiíúca para designar "la ciencia de los signifi'cados" y de lás o'leyes que rigen la transformación de

12 INTRODUCCIÓN

los sentidos"| que es "un estudio tan reciente que nisiguiera ha sido bautizado", y que proviene de la sema-siología, renovándola y enriqueciéndola.

Desde este momento ambas palabras se conlundeny su uso generalizado impide la aecptación de nuevostérminos, como sematología, glosología, remática, re-matología, etc? que surgen esporádicamente. El tér-mino semtíntica, que nosotros empleamos, está en víasde suplantar a semasiologíq por lo menos en Francia yen los países de habla inglesa, donde la obra de Bréalgarantiza su difusión.

Bajo este título expongo el conjunto de problemasque plantea el estudio de las palabras consideradas ensu sentido; definición demasiado amplia según algunos,demasiado estrecha según otros" No deberá, pues, ex-trañar si en las páginas siguientes se encuentran pro-blemas y teorías que no siempre han sido designadoscorno semánticos por sus autores, o que incluso hansido situados por ellos expresamente fuera del campode la semántica, tal cual la definen ellos.

La serui.ntica es el estud,ín d,el senti.ilo d,e las pala-óras.' el lenguaje es un medio de comunicación; la len-gua es el instrumento de que nos valemos para trasmi-tir nuestras ideas. tt¡Mozo, un burdeos!", trasmite acierta persona mi deseo de conseguir cierta cosa, yesta persona me comprende: Ia idea, es decir, la imagendel vaso de vino que tengo en la mente, se forma asu vez en Ia suya.

Se trata de un proceso complejo que implica las co-

2 1\[. Bréal, "Les lois intellectuelles du langage, fragments desémantique", en Anrutaire ile tassocintion pour tencourage-ment d,es études grecques en France, XVII (IBB3).

LA SEMANTICA LINGÜfSTICA 13

sirs, la imagen mental de las cosas, la formación de los

sonidos, su disposición en un orden determinado, la au'rlición, la formación de la imagen en la mente del

oyente; toda una serie de problemas que interesan a laepistemología, a la lógica, a la psicología, a la fisiolo'gía, a la acústica y a la lingüística.

En este último plano es posible descomponer la ca'

dena hablada en tres elementos: sonidos, palabras, cons'

trucciones sintácticas, que se definen a la vez por su

forma y por su función.La semántica es el estudio de la función de las pa-

Iabras; esta {unción consiste en transmitir un sentido.

forma función

sonidos

sernántica

Sobre este esquema insistiremos más adelante paraaclararlo y matizarlo; destaquemos por lo pronto que

la semántica definida de esta manera presenta dos pro'blemas {undamentales.

J/ El problema del sentido: ¿Por qué la palabra

"burdeos'i significa en nuestro idioma un vaso de vino?

¿No tiene otros significados? ¿Cómo y por qué adqui'rió el que nos ocupa? ¿Cuáles son sus relaciones con

las otras palabras?, etcétera.2) El problema de la signífícwión: ¿Q:ué e.e una

palabras

construccíoncs

14 INTRODUCCIÓN

palabra? ¿Cuál es su función? ¿Y cómo se garantizaésta? Signili¿ación se toma aquí, pues, en el sentidoactivo de sustantivo verbal: signi-ficación; es un pro-ceso psicológico, mientras que sentíd,o tiene un valorestático, es la imagen mental que resulta del proceso.Debe evitarse la indistinción del lenguaje corriente, queconfunde el senti.d,o y la sígnilicací.ón d,e la palabra.s

La significación toca a la psicología, y el obleto de lasemántica lingüística es esencialmente el estudio delsentido de las palabras. Pero el sentido está en estrecharelación con el mecanismo del proceso significante; deesta manera, antes de abordar el análisis, o siquiera lasimple definición del sentido y de la semánticá, es in-dispensable presentar y considerar en zu conjunto elproblema de la significaciór¡ del cual el lenguaje no esmás que un caso particular.

_ Así definida, nuestra ciencia abarca un campo am-

plísimo que, aun limitado a la lengua, invade los terre.nos de la lógica, la psicología, la teoría del conocimien.to, Ia sociologia,la historia, etcétera.

En estas ramas se encuentra una bibliografía volumi-nosa sobre el particular, pero los límites de este libritome obligan a sacrificar cierto número de cuestiones (re-tórica, etimología, semántica de Bréal) en provecho deaspectos menos conocidos y más recientes, y a reducira sus grandes líneas, forzándolos en esquemas simplifi-cados, problemas cuya delicadeza, matiz y complejidadson esenciales.

La presente obra no será, pues, otra cosa que unaintroducción a obras más completas, entre las cuales

8 La terminología no ha sido fijada todavía; algunos lingüis.tas designan como sentido y significación lo que llamo más adelante (p. 34) sentido de base y sentido contextual¡

LA SEMANTICA LINGÜfSTICA 15

lrrry que mencionar Meaníng and, changes ol mca.túng

rk: Stern, que ofrece, sin lugar a duda, la recopilaciónrrrirs rica de ejemplos y la clasificaeión más coherentey sutil de que se dispone actualmente; The principles ofstntantics de Ullmann, completado con un Précis ilesérnantique frangaíse, es eI manual más sistemático yuctual.

Estas obras se citan repetidas veces en las páginassiguientes, y hubieran podido mencionarse más todavía,pues constanternente seguiremos sus huellas y atravesa-remqs su camino.

I. LA SIGNIFICACIÓN: EL FROCESOSEMANTICO

1. Src¡vos y srcNmrcecrórv

L¿, srcxrr¡c¡.cróN es el proceso qrue asocía un objeto, unser? una noción, un acontecimiento, a un signo suscep-tible de evocarlos: una nube es signo de lluvia, unfruncimiento de ceño es signo de perplejidad, el ladridode un perro es signo de enojq la palabra "caballo', esel signo del animal.

Un signo es por tanto un excitante, un estímdo,como dicen los psicólogos, cuya aceión provoca en el or-ganismo la imagen recordativa de otro estímulo; lanube evoca la imagen de Ia lluvia, Ia palabra la ima-gen de la cosa.

Lo que se llama experiencia o conosimiento no essino una o'sigrrificación" de la realidad, de la cual lastécnicas, las ciencias, las artes, los lenguajes? son losmodos particulares; de ahí la importancia, la universa-lidad del problema de Ia signi{icación así planteado; vi-vimos entre signos, y una ciencia general de Ia signi-ficación abarcaría el conjunto de las actividades y delos conocimientos humanos.

Pero hay una categoría de signos que nos ocupa aquíde manera muy particular, se trata de los signos socia-les: la nube es signo de lluvia en virtud de una relaci6nnatural, y el perro puede ladrar de manera espontánea,sin Ia inte¡rci6n de informarnos de su enojo y de pre-venirnos de sus ataques; cuando gime, al contrario, paraque le abramos Ia p'uerta, nos comuni,ca su deseo deealir y sabe que lo comprendemos; el signo se vuelveinstrumento de comuni,cacün. Pero antes de abordar

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SIGNOS Y SIGNITICACIÓN 17

la discusión de esta distinción eseucial hay que defi-nir la naturaleza del sigrro considerado en su genera-lidad.

Un sigrro I \D estímillo a,§ociado a otro estíruia,del cual evoca la ünngen tnaúal. La significación eqpor tarto, vn proceso pfuaiet todo osurre en la mente.

La naturaleea de-esta asociación constituye el pro-bleua fundamental de la teoría de los sigrroo y de lapsicología; el conductismo (behaüorismo) o poicologíade la conduct¿ y la psicología experimental en generalhan concedido un sitio preponddrante al problema delsigno, y lo han situado en el centro de sus observacienes y de sus hipótesis: es de sobra conocido el experi.mento clásico del perro de Pavlov.

Dicha psicología su¡rone que todo esúruiD deja unahwlla mnemóniq, en el organismq Ere todo nuero at-tíruio inenrieo o asocfudo al primero puede hacer r+surgir.

De esta manera, ver una nube evoca la imagen deotra nube ya vistq y aI mismo tiempo stcra. las il¡tú-getus asociúas cou esa nube, en particular la de la llu-via; el ruido de platos, la de la comida; la vista de tmallamq d r€cuerdo de una guemadura; el ladrido de unperro, la imagen de un perro; y dd mimo modo la pa-labra t'perro", es decir, los sonidos gue forman esta pala-brq evocg al llegar a nuestrm oídog la imagen ilel ani-mal al cual están aspciados. Veremos ,níc tarde las cú.ticas a este punto de vista, algo antictado a loe ojosde la psicología moderna. En todo calro, era el prurto devista de Saussure (compárese a continuación).

Esta asociación es de naturaleza píqai¡Á, no son lascosas, sino las inágenes de las cosas y la iilea que deellag nos formamos, los que se asocian en nuestra men-

18 EL PBOCESO SEMANTICO

te; y según Saussute, "el sigtto lingüístico no une unacosa y un noubre, sino un concepto y una i-.geoacústica".

2. S¡cxos Y sÍ![Bor.os

Todo signo es un cstímulo asociado.Pero hay dos grandes tipos de asociacioneo sig:rifi-

ca^ntec: loe signoo naturales y los sigrroe artificiales.Loc primoros están basadoo en relacio,nes de fenó.

m€nol) que se localiz¿n en la naturalezq la asociación

"nube-lluvia" por ejemplo; todos nuegtros conocimien.tos, nuestras técnicas, nuestrss cier¡sias, equivalgp a

percatarso de modo más o menos sutil y más o menospreciso de estas relaciones naturaleq que adguieren va-lor de sigrro en la uedida etr fluo las asociamoe en

nuestra mente.Loe sipoo a*ificiales son de fach¡ra humana (o

auimal) y se subdividen a su vez en dos grupos: unoo

sirven para lepÍesúat lo real -un dibujo, un plano,un rogistro fonográfico por ejeuplo-; otroe sinren paracomunicarso con otro ser -el lemguaje articuladq un¿demrin de cortesía, una se¡ial-. No hay límite taiantecntre ambas funciones, pues utilizamos frecuentementesigrros do representación para comunicar -una

fotogra-fía, por ejerrplo-. Pero ambos grupos se üferencianentre sí por su natu¡aleza. Loe primeroe son reproiluc"ciones do caracter€s naturales de la realitlad, son inuú-getws a bnos; los sggundos aon signos @nvencionales,sot símbolos.l Un retrato ile Pérez es un icono; el es-

r Deag¡aci¡damcntc +o h¿ ¡ido posüle todavía llegar a unacuerdo sobre el valor do cgto vocablo; los distintos autoresemplea¡ la palabra "olmbolo" co¡ las accpcionas mrí¡ diver¡as.

SIGNOS Y STMBOLOS 19

tlmulo acústico "Éo." ao pos,tula ninguna relaciónnatural con Pén*o con la palabra "gonsales" sc hubierahgrado lo misuno, l¡ írniso quc importa ee darse aontor¡der. La a¡osiación resulta ri¡icanente de un acuer-rlo ontro loe que han conveuido eor quo «peres" desig.¡rn n Pórez

-estaaos, puede verse, en presencia de un

rf n¡l¡olo.fintru loo signos icoaográficoe so oonsideran todos

lrr modoe de representación directa de lo rea[: fotogra-ffq fonografía, regisüros diversog así como las artes. La¡rintura rqrroduce las üneas y los colores de las cosas,ln osultura su msaa y su vohrmem, la música repraront& a veoes la imagen integral ilo los soaiilos, más freor¡ontomento la de las ¡elaciones ilo altnrq cantidadesy tiornpo tal como oxisten en la naturaleza. Pero hayrimprc al mismo tieopo una parte msyor o menorrlo ¡imbolización y de convención en Ias artes; tesügoer Ia evolución de los cánones estátioo§.t

Loe aignoe de comunicación propiamente dichoe sonorcncialnente cont¿en¿bnale¡: su sentido resulta siem.pro de un acuerdo entre quienes loa e,mplean. Por ejem.

¡rlo: cierto dibujo rcpr€s€nta de ,'ronera natural doelriíros que salen de la oscuela, pero no es sino en vir-trrd do una @nvención que el rótulo amarillo al lailorlo la calzada "sipifica" la presencia de una escuel¿y la exhortacióu a la prudencia.

Y aguí surge una nuerra distinci6n; ciertos símbologovocan loe caracteres naturales de las cosas, como su-

' Las artcs llam¡da¡ "puras" eop estímuloc no arociadoe, noroprúscntar¡ lo real, aino guc son realidad; no son signos sinoobjotoa .

Llt rrtcs ¡bstracus sm icopogiflcas cr¡ l¿ medida en qucroproducco ciertog caracteres de Ia realid¡d.

EL PROCESO SEMANTTCO

cedo cou las aeñales de tránsito, mieutras que otros son

puramente convencionales.- H"y sínúolos rwütdos o iconográficos y hay sím-bfus arbürarbs o puro§; son convencionales en ambo§

casos, pero la asociación couvemcional no excluye (nitaupoco postula) la existensia de asosiaciones natura-les entrq el signo y la coea significada

Los códigos de urbaniil¿d, las modaq los ritoq l8r@nveuciones sociales, son símboloa iconográficos o mo'tivadc; aguí se inclina la cabeza como sipo de sumi-oión, allí se eructa como signo de buena ügestión; ha¡pue$ uns liga natural entre d eigno y su sentido, peroque ¡ro es suficiente y ni necesaris lrara, evocar el sen-

tido, ya que de todas manerao es una convención.

I.oo lenguajes son símbolos pur¡mente convencionaleg en los cual€s la qsociación natural no ha existidojaoás o ya no es s€nüda. Pero t¿mbién ahí Ios límitesson imprecisoe entre loe síEbolos ¡ruros dcl álgebra olc ioia ile las gr,áficas y de loe sist€mas de señales.

Haste el tenguaje artisulailo sulpno.nna grán parte ihmotivación: l,as onomatopeyag por eie'mplo, gue son

"ign* ioonogrifiooe; Ia poesía, que €s un arte del len'

guaje, del oral explota las yirh¡alidades de rePres€nta'ción natural: hmorías imitativas o erocadoras, riumcuyas proporcioaeq al igual gue en la música, €sán'calcadoe del movimieoto y la duración interior de nues.tras €uocioues.

La mayoía de los sistGmas son mixtos y muy Pocosson punxl; pertemeocu, sin mbargo, a uno de los cuatrograudes tipos (esguema de Ia página siguiente):

a) ls signos natnrales, ¡emnooidc y clasificailocpof nuestras t6c,Bicasr nuestras ciencias y nuestro§ coñGcimientoe.

SIGNOS Y STMBOLOS

tr) Loc aigf¡os dd representación o iconos, que repro.rh¡r:cn los ca¡aete¡es naturales de las cosas, y eutre looorrnlce figuran las artes.

c) Lw eignoe de comunicación o símbolos asocisaloo

rx»¡vencional¡nente a las cosas gue designan, y cuyoti¡x» es el lenguaj-e articuladq eunque estén fuerte-

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I.o§ I^ENGUAIES I.o§ SIGNO§

» EL PROCESO SEMTNTICO

mente teñidos dc asociaqiones nah¡ralGs cn algrmas desus foruas.

d) Loe sigrroe de comunicación icono-sinbóücos, en.tre los cuales se cuentanJoe ritos, Ios cótligos sociales,las modas, etoétera.

En el plano ile Ic ripos eociales' corrcsponde unaprimera opodci6n entrc imagÉrh y slmbolo a represerita'ción natural y rcprcsentaci6n convcncional (una foto-grafía y una fórmula algsbraica); clrtrc las doc tcne'moo imágemes convonciondizailas y.sírnholos.imagen(un plano y una onomstopcy¡). t

H lengrraje articulado, único olicto de nueüo eüu'dio, perteneco a la categoríi de lc ainbolos puros oon

uns parte not¡blo dc elcmcntos dc rqpresentaci{n na-

tural.Ha¡ atlemág otra opooici6n entre.signos tácnicoe y

sig¡,os ccüéticos. En estos rfltimos, cstá eobrcpasada lafu¡ción prinaria de reprcsortaci6n; d aipo csti dota-do ile ca¡actcrfuticas ser¡ndarias quo le permiten rcpre-sentar de tma cietta mancra. Dc este forma, la foto-grafía dc identidail se opone a la artística, do igual ma-nera qüc lo haae d a¡tc dcl pintor a la simple técnicade reproducción aÍtesana, el disco a la interpretación,eto6tera; la literaturq y especialmentb la pocsía, son

artes dd lengrraje. Sin embargo; el estr¡ilio de cstas

últimas es objeto de la cstilística y noe intenem aguí.únicamente de manera accesoria.

3. Er. srcn¡r¡crDo Lilciifsrrco: sEI.{flDo Y coNcEPTo

Ferilinanil de Sar¡ss¡ré tlejó eu su Curw ile üngüístbagenerah¡n esquema de la comunicación lingüística gue'adaptado o corregido en algunos puntos, sirve do base

EL SIGNIFTCfi)O IJNGüISTICO 23

para todas las teorías y todoe loc tratadoe de semánticamodernos.

La comunicación supone un locutor (o sujao ha-blante), un oyentg una oosa que el locutor quiere emunicar al qyente, y sipos lingüísticm mediantc loscu¿les Ia comunica.

La vista o el recuerdo de un ínso¿ evoca €Ír la men-te del intedocutor la imagen visual o concqlto (obotI,l, esto concepto evocs ¡x)r asociación la imagen acúrtica de la palabra (,árbol); los sa¡¡idos ("árbol") tras.portados por el airg en foma de ondas sonoras incidenen el oído del oyente, y proyocan en óu m€nte la ima-gen acústica (,órbol), la cual evoca pór asociaci6n laimagen eonceptual (a¡bor 2).

Existe por Io t¿nto, una owircün ptíqlica bípo-Icr que comprende dos tárminos: Ia forma significantey el contenido significado; y dos fases: la wocacióndel nombre por la co6a'y la de la cosa lxlr d nomb¡e.Ea un proceso recíprooo.

La comrirnicacidn será eficaz en Ia medida €o quelas imágenes sbo 7 y obor 2 coincidsn.

Este esqueus ge basa en un sistema de rdacionesmuy complejas:

l,l Relaciones entre ol concepto y la cosa. ¿Cómoso foma en la mente la imagen co,lrcepnral? ¿Cuáleeson $ra nexos cdn la oosa? Problemaa quo coacie,nreoa la psicologíq la ciencia (o conodmiento do la cosa)y Ia epistemología (oftica de este conocimieoto).

2/ Relacioaes e¡rtre el aoncepto y la imagen acú*tica ilel signo. F,s el problema do la sigrrificación, qr¡e

concierne abvez a la peioología,la lógica y la lingüísüca (s€mántica).

3,1 Relaciones entre Ia inagen ¡cí¡stica del sipo y

24 EL PROCESO SEMÁNTICO

su forms, sonore actualizada. Problema de la fouación,gue interesa a la fisiología y a la fonétic¿.

4,) Trasmisión y reepci6n del signo, que interesaa la acúsücq la teoría de la inform¡ción y la fisiologíade la audición.

5), 6), 7) Fotmaeaón de la imagem acústica y delooncepto en la uente del oyentg y rolación del co¡r.oepto recibido con el objeto.

Lo qo" en lenguaje couún llama¡nos "lmlabra" esuna forma fónice (o gráfica) que €x¡oca ura cosa envirtuil do una convensión. La palabra comprende, dohecho, cuatre-elementos disüntos:

EL SIGNIFICADO LINGÜISTICO :15

Semejante esttrdio es a Ib vez psicológico, lógico ylingüístico e¡r eentido estricto: peicológico, por ser e[rignificante y el sigrrificado dos imágenes mentales aso.ciadas; lógico, po.rque el sigaificante tiene por funciónitlentificar el concepto, evocaflo y trasmitirlo sin dcformarlo ni confundirlo: lingiüsticor por{ue loe signosconstituyen un sistema de símbolos do naturaleza es.pecial, llamqdo lengua.

Estg esguema no ha sido aceptado siempre €n €staforma; muchos le reprochan excluir la oosa significada.

Uno de los sustitutos más interesantes es el trián.gulo do Ogden y Richaids, que ha servido de basepara muchos estudioe recienteg en particular el deStern.

Referenciao clnc€pto significado

ARBOL

-la cosa I

orbo¡ = árbol

imagenl ¡ imagcndehl - ldehforma

"oo I I fóoio

r "á¡bol"el nombreo formafónica

lryifg:t-iL -'gl'{itd-"- =- lryjylE -la palabra, según de Saussure

La cosa ínsoL y la forma fónica "árbol'son doosusta¡rcias concretas y no pertenecen al sist€ma ile lal*goa, flue e§ ttuna suma do improntas mentalee".Ánsol concierne a la botinica, a la horticulturq a laetética, etc.; "árbol" a la fisiologíq a la acústicq aIa fon6tica; porque "el sipo lingüístico ro une unacosa oon uu nombrg sino un concepto con una imagenacústicat'.

Según Saussure, Ios problemas de la conceptualiza-ción ü y 7) y los de la fonacién y de la audición(3, 4 y 5/ son extralingüísticc. AI lingüista interesaúnicamente el estudio de las ¡elaciones entre el sipi.ficanto bM y el signiñcailo sbor.

EI triángulo, oomo se lq induyo d referente o oosanonbrada; pcro se notará al mismo ti.*po- (obsérveseal pie Ia línea punteail¿) S"u no hay rel.wión ilirectaentre el referente y el "ímholo; de hecho, so welve al¿ relación bipolar y de naturaleaa pdqri"" propu€stapor Saussure.

Símbolo,a la vez forma significantc

y su imagcn acústica

Referenteo cosa nombrada

EL PROCESO SEI\IÁNTICO SENIIDO Y NETJ\CIÓN

nificar, dentro de la perspectiva de una psicologíaactualmente superada y que üstingue sensación, per-cepción, memorización, etcótera. Aquí r"-hién, el lin-giiista es t¡ibuta¡io do la fisiopsicología, aungue, dadoel estado actr¡al de esta cienciq continúa sieudo náso menos prisionero de Ia terminología tradicional.

4. Snnroo Y RELACIóN

Al mis¡no ti.mpo que la psicología pone cn iluila ladefinición de un contenido mental del sigrro, la lingiüs-tica moderna, de i¡¡spiración estructr¡ralista, rechazala noción misma de scnüdo, eoncebiilo oomo una im¿-gen agregada al sipificante, de la cual éste sería por'tador.

Las palabras no tienen sentiilos, únicamente tienenompleos. Traté esto problema en varias ocasioneq espe-cialmente en mi Gronátim (capítulo 3) y en mi S;r¡r¿-ric (capítulo l). H scntido, tal como nos es comunicadoen el discurso, depende de las relaciones de la palabracon las otras palabras del contexto y estas relaciones sondeterninadas por la csEuctura del sistema lingüístico.EI sentido, o mejor, los seutidos de cada palabrq son

ddinidos por el conjunto de estas relacione y no poruna imagen de la cual aguélla sería portadora. La Pala-bra ttsentidot' vrrelve a encontra¡ así su etimologia yague inüca "dirección", es decir, orientación hacia otrossignos.

Esta idea deriva de la noción que tiene Saussu¡e de

"üolo/', o sea de Ia relación del sigrro con las otrasformas del lenguaie (véase mi Cranaútiat capítulo.3).Así, tomando un ejemplo simplificado, los valores y,en consecuencia, los empleoo de Ia palabra uroio" do

No existe contradicción alguna entre los dos esquoDas' perc el primero quiere subrayar eI carácter psíqui'co de todo fenómeno lingüístico, y el segundo la auto'nmía de la palüra y de la coes: la palabra no es Iacosa. Son puntos de vista de psicólogoe y de lógicos'frente a Ios cuales Saugsu¡e sostiene la autonomía de lalingtií*ica.

El tri,ángulo de Ogdcn ücure el mérito de reintro'ducir la aoss nombrada que, extralingüística o tro, el

s€Eánüco no puedo igaorar.Por otra pi.t", *iri*" *id* q-ou tl Curso' de

Saussure ciertamente pootula la eemántica, pero sinjouás Ilegar a formularlq en-ouIo caso. hubiera segu'

ir-uot" ánpliado las bas€s de sr¡ andi§is, Ilevándolo

a la consideración de problemas prácticos'

La ilefinición gue ila Saussure-del §p9 t", sin em'

bargo, puest& en duda por la psicología moderna y, snte

todol, ii" nociones de toc.p-to, de imagen mental, de

huelL mnemónica, que soir actualmente rechazadas

por la modicina y la fisiología' sin gue üghry ciencias

Lyan llegaito a úna descriiA6l o a u¡a definición de

"tt* te.O1*os que sean ütisfactorias y comprobadas

por loe datos inmádiatos de nuestra experiencia' Por lotanto, auoque invitan aI lingüista a

leoeJ mucha pry'

dcncia en la utilización de dichos términos, negaudo

a éstos a la vu todo valor epistemológico, Pa¡eoe que

ro les puede colurrvar en la práctica y-qué -puede

se-

guirse-hablando de oonce,pto, a3nque eabiendo que no

conooemos muy bien la naturaleza exacta de esta no'ci6n, o hablar de imagen mertal aunflue sabemos deede luego que no tenemos un rinúscr¡Io cine en el cere'bro. Otra-crític¿ del esquema de Saussure se rdierea Ios diferentes niveles del progfeso en el acto de sig-

28 EL PROCESO SEMANTICO

psnd€n do la existencia o no existencia en el idiomade palabras como na,ranjq rosa, púrptra, etoéterg yen auseneia de éstas, la wngre, la luw y runa maqtd,a!

rilta gon igrr,almente ro7'as. Es el estado del idioma elque determina los valores de la palabrg que no son

otros que las posibilidades de relación gue definen uneampo de empleo en el disqurso

Prosiguiendo el análisis de Saussurg muchos lin$ii§tas modernos e¡nsideran gue el idioma no es más quoun sist€ma de valores y que las palabras no tienensentido o quq en todos los casos, ücho seritido nopodría ser ilefiniilo oomo un& ttimagentt o un "contanido mentaltt crryo signo sería su ttportadgrt', como,por cierto, lo decía el propio Saussure.

Aun con riesgo de repetir Io gue he e,rrpresadq diréq.ue yo creo, al igual que Saussure, en la necesiiladde las doe nociones de valor estructural y do contenidosemánüco. Lejoe do excluirse se complemeutan. Enefecto, por una parte, la palabra se enq¡eritra abiertahacia posibüdades de relaci6n gue van de ao¡erdo con

la estructura d¿I sistema lingüístico; pero, por otrapaúe, a mediila que üchas relaciones, virtr¡ales hasta

ántonceg son efectivamente ¡ealizadas en el üscursoy reconocidas por los hablanteq el efecto de sentido gue

resulta de ello se fija en la memoria y se adhiere desde

ese momento al sigrro, confiriéndose un contenido.

5. AnsmnABrEDAD Y uorrvrcrór¡

El sipo a wbí*wio en Ia medida en flue no existeentre d sigaificante y el significado ninguna ¡elación

f[ue no sea una pura convención entre loe hablantes;en Gas, contrario, el sigrro se dice nolúdo.

ARBITRARIEDAD Y MOTIVACIÓN 29

Uno de loe pctulados de la lingüstica moderna es

que la lengu.a es un sistem¿ de símbolos arbitra¡ioe e

inmoüvadoo; quo no hay ningún nexo natural entreel nombre y la cosa nombrada y que, por lo tanto, sóloen virtr¡d de una relación netnmenüe couvencio¡ral laspalabras caballo, lwrse o Pteril desigpan tal animal.

El problema de "la arbitrarietlad del sipo üngiiís-tico" ha suscitads desde Saussure numerosas discusio-nes. Parece efectivamente que Saussure tenía en mentesobre todo la teoríq e¡¡tones en boga, de un origenonomatot'yico de los sonidoe, sin excluir lo nocién demoüvación en otros planoe.

Tenemos así tres nociones: arbitrariedad, moth¡oeütqconoención. A¡bi¿mria se opone a rwtiaado y tienecomo corolario onaerqíotul, dado gue en auseucia detoda motivación únicameute la convensión fundamen-ta Ia sigrrificación. Perc au¡etwional no ercluye amotü¡afu. Por otra psrt€, la esencia del sigro lingüís-tico es la convencionalidad y no lo arbitrariq oonven-cionalidad que tiende a la demotivación del sigrro y porIo Tismo a la arbitrariedad, pero que no excluye lamotivación; simplementg €n este caso, la motivaciónconstituye u¡a característica seeundarig no necesa¡iainmediatamente y flue por lo mis¡no tiende a alterarse,B. oscur€cerse y a menudo a borrarse. La observaciónde Ios fenómenos lingüísticos permite añrm¡r $oo he-

chm inüscutibles. Primero, una vasta gama de laspalabras que empleamoo efectivamente es motivada ydicha uotivaciórL uás o rnonoa consciente, según loscasog determina el mpleo de esas palabras y su qvo-

Iución. Segundo, toda nueva creación verbal es nece-

sari&mente motivada; toda palabra es siempre moti-vada en su origeo y ooru¡erva esta moüvación por más

30 EL PROCESO SEM¡NTICO

o ¡nenos tiempo, según loe casosr h¡sta el momentoen qúe, acaba por'caer en Ia arbitre¡iedad, datlo Erola motivación ha cesado de ser percibida.

He ahí Ia gran difertocia entre log cóiligos y loo

lengrrajes. En u¡ código, todo nuevo Érmino es dado

oo¡L sr¡ ddinición (los lenguajes cientÍficos como eI ál'gebra o ta física son cóügoo o¡¡ cierta uodida). En'ellenguaje de comunic¡ción, por d contrario, l¿ conven-ción no es nunca expücit¿; el eontiilo del nuovo tér'mino se enct¡entra implicado cn la eitu&ción gue per-mite al interlocutor reconocrlo e interpretarlo; y eu

la medida en que €§ta nueva palabra es reconocidqaoeptada y repetida se instituye r¡na convención; oou-

vención tácita ¿ partir de la cr¡al la motiv¿ción ini-cial perilie su función etimológica y tiende a osuieoerlle.

Pero, al priacrpro toilas las palabras son motivadasy muchas continúan eiéndolo duranto algun tiempo. Lamoüvación constitu¡'g pueq, una de las ceracterísticasfundamentales del eigno lingüístico. Puede tomar diehamoiivación cuatro formag: fouética, metasémicg mor-fológica ] paronímigq sicnilo ef,ttraas las dos primerase internas las última¡.

f) h !fiorrvaclóN Bs uocr.órrcr cuando se bass

en una relación eutre la cma sipificada y la formasigrificante, fuera del sisem¿ üngüístico.

o) Hay nothsuün ionátie, ilirectay nd.uolren'lasonomatopsyas que se basan en rma analogía entre laforma fónica y la coea desipada. La onomaropeya es

acústica cuando reproduce un n¡ido (ru*rín, dus'qwn). Es fonochética, cuando loo órganoe qu9

"mip"la palabra reproiluócn el movimiemto desigaailo (dcs-

lh, pimr, tory¿); es también fonometafórica qrando

ARBTTMRIEDN) Y MOTIVACION 3I

compara r¡n ruido. o movieiento a formaq coloreq seu.timi6¡¡1q§! ctc. . .

E[ sipo onomatopéyico tiene sieupre oomo base unaconvencióu y tiende a desmotiva¡se, almquc no deia deeer cierto que tdas las lenguas orplotan la motivaciónfouética, que, bajo formas üvemas, desempeña r¡n pa.pel muy importante. Esto es partiarlarmento widarteen el leorguaje poético; ya mostré en otra psrter! ia exis-tencia y la importaacia de los canpos onomatopéyicooque se forman en el interior del sistepa lingiiístico.

b) Hay nwtütrcün nintesémiq en el caso de loecambios de sentido. La aignificaci6n os entonoes r€lavaila. Así e¡r la metáfora que ilesigaa a un psu sonel noub¡e dg loup (bbo) tenemos un sigrificanteacústico primario (la forma fónica laup) gue desig-na norual-ente cierto ma-ífero, y €rlte primer eig-nificado constituye un significante secundario quelleva a un segundo sipificado, el pez. Hay un doblesistema d, "igoc el sigaificado primariq que sons-tituye un sipificante secundario, y entre sigaificailoy sigtrificante sesundario se vuelve a encontrar losmisnxos problemas semánticos de la motivacióh y de suoscl¡recimiento subsiguiente.

Este proceso es de gran'importancia en'la creaciónpoética, mítica y simbólica; lo describo detalladamenteen mi artíqulo sob¡e la semiología de Ia orpreeión poé-tiea (cl4 op. cü., t l).

2) LL uor¡vroóx Es ENlxrcTórrc¿ cr¡audo se ori.gina en el interior del propio sistc@a gl6tico, es decir,de la propia lengua. La relaci6n motivante ya no está

I Véase P. Guiraud, Pour une séntiolosb ilc ?erpressbnpoéti4ue, Universidad de Lieja, 1961, y mis ¡rtículos del killetin ile b Socüté ¡le Lí¡'sufu¡tiquz de Paris.

32 trL PROCESO SEIT,ÍANTICO

aquí entre la Cooa significada y la forma significante,sino entre la palabra y otras palabras flue ya existenen €§a lengua.

a) La motfurción nwrlolrígíca o uorfemática es elüpo más general y más fecundo. Se basa en la compo.si-ción, por ejemplo fornando floww a partir d, &tanw, sigaiendo el antecedente de manglar, pinar, etc.

b) La motbrcün pronímia,, meno's regular y má§accidental, se basa en la comparación o la confusiónde dos formas idénticas (homónimas) o vecinas (paré-nimas); véase al respecto lo escrito en el cap. IV). Enmuchos casos, la motivación endoglótica se combinacon la e,ombinasión eroglótica, por lo que ciertas ono-natopeyas puedeu ser precipitadas y actualizadas de-

bido a est¡:¡¡cturas existentes err el léxico. Ocurre lomismo con las metáforas o cm algunos préstamos. Re+pecto de estos problemas consúltese el capítulo V y mili}r.o Étynwlogía.

3) MorrvecróN y DEMorrvacIóN. fodas l* Wbbros wt ainwl,ógienaú¿ mothdas, ya s€a f[ue se

trate de préstemos (cuya moüvación se e¡cuentra en Ialengua original), de onomatopeyas, de derivados o com-puesto§, o de cambioe de senüdo. Aungue en teoría nadase opone a la creación de palabras de manera completa.mente arbitraria. ile hedw tales creacio'r¡es no existen.'

Todas las palabras son, cn consecue.ncia, etimológi-camente motivadas, perq y he aguí lo importantg esfcmotiouión tw es ni ilq¿rminofu ni ileurmitw¡*.

No es enteramente determinadq porque la reacsión

. El mlo ejemplo, siempre citado, es la palabra "gas", pemya ha sido aclarado que se formó a partir del vocablo "c8os".De otro tipo son las formaciones publicitarias, como lodalgibp, ozo.

ARBITRARIEDAD Y MOTIVACIÓN 33

continúa siendo siempre libre dentro de ciertos límites.lls contingenüe: cualquier modo de motivación es siem-pre posible; se designa al t'cuco" por onomatopeya, al"carpintero" por metáfora, al "petirrojo" por sinécdo-que; en idioma francés se considera que las especiesson vendidas por el especiero, pero que el tabaco lo espor el "comerciante de tabaco" a la vez que los reme.tlios son venüdos por el t'boticario".

Por otra parte, Ia motivación no es determinante,pues no es necesaria para el sentido, que se acfualizapor una asociación convencional. De ello resulta que ter-mine por ser olvidada. De esta suerte, ya no se ve la¿rsociación etirnológica entre un "Banco" (comercial,hipotecario) y un "banco" de sentarse. ¿Y r¡rién asociaun "sánclwich" con Lord Sandwich o los "espejuelos"con un espejo?

Este oscurecimiento de la motivación no es tan sólor¡n fenórnencr general, sino a menudo imprescindiblepara evitar una restricción del sentido. Por ejemplo,un ttcuco" es ciertamente una ave cuyo canto es suge-rido por su nom]:re onomatopéyico, pero este rasgo roes sa única característica. La palabra en uso, no deberlvocar un rasgo único, sino el cnnjunto de la cosa quedc-signa. EI rasgo motivante no es siempre lo realmenteesencial; tal es el caso de "tortuga", cuyo étirno norrlude a su caparazón sino a sus patas torcidas.

f)e lo anterior se concluye que en el uso cotidianoIt motivación debe borrarse en provecho del sentidorrl que, en caso contrario, amenazaría con restringir, yaún con alterar-

En consecuencia, lo arbitrario del signo es una con-rlición de su buen funcionamiento. Son sólo los lengua-

ies 'opuros", cnmo el álgebra, aquellos que forjan sis"

34 BL PROCESO SEMANTICO

temas de símbolos carentes de toda asociación extracon-vencional.

Pero la motivación es una fuerza creadora inherente

aI lenguaje social, que es un organismo vivo de origen

empírico. Sólo después de creada y motivada (naturalo éndoglóticamente) la palabra, las exigencias de lafunción semántica traen consigo un oscurecimiento

de la motivación etimológica que, aI borrarse, puede

causar una alteración del sentido.

El estudio de este doble proceso, que se encontrará

continuamente a lo largo de la presente obra, constituye

uno de los problemas esenciales de la semántica'

6. Coxcr,usróx

La lengua es un sistema de signos que nos sirve para

comunicar nuestras ideas, evocando en la mente de

otro las imágenes conceptuales de las cosas que se for'man en nuestra propia mente. La palabra no trasmite

la cosa, sino la imagen de la cosa.

El signo lingüístico es una asocíación de ilos imá'genes mentales, una larmn acústica signilícanle o nom'bre, y un concepto sígnifícd'o o sentido.

Esla asociación es un proceso psíquico, bipola.r yrecíproco, ya que el nombre evoca el sentido y el sen'

tido evoca el nombre.La asociación significante es conaencbnal, resulta

de un acuerdo entre los que emplean la lengua.Sin embargo la palabra siempre está originalmente

motivada, sea que haya una relmí,ón na'turd' entre laforma acústica y la cosa significada (onomatopeya, ex.clamaciones), o una relación endoglótica entre las pa'labras en el interior de la lengua, relación que pueile

CONCLUSIÓN 35

lcr de orden morfo;l,ógíco (derivación, composición) o*'ntántíco (cambio de sentido).

[)ero esta m,otiaacün etimológíca, que es una de lasfr¡r:rzas creadoras del lenguaje, continúa siendo contiru¡iente: el creador de una palabra queda siempre enlil¡crtad de eligir entre los diferentes modos de moti-v¡rción creadora. Por otra parte tampoco w esencial,¡i scmtínÍ.icamcüe deÍerminante y tiende a oscurecersey a borrarse en provecho de la asociación convencio.rrrrl, que es la única que acredita el sentido.

II. LA SIGNIFICACIÓN: LA FUNCIÓNSEMANTICA

Ll coltuurc¿.cIóx postula teóricamente un solo nombrepara cada sentido y un solo sentido para cada nom-bre. Pero, de hecho, se habla indiferentemente de unaoperación (militar) y una operación (quirúrgica), deun cuerno (de caza) y un cuerno (de res). Para cier-tas palabras, como tthacert', tthombre", ttser", los dic-cionarios dan hasta cincuenta o sesenta sentidos dis-tintos.

Esta polisemi,,a -o existencia de muchos sentidospara una misma palabra- está agravada además porla hom.onimb, o sea la existencia de palabras, diferen-tes en su origen, que terminaron por confundirse aconsecuencia de su evolución fonética, por ejemplooert, ucrs, t)er, nerre, en francés, sin hablar de los sinó-nímo's, que son conceptos que tienen varios nombres.

¿Cómo es posible esta situación? ¿Cuál es su origeny su frecuencia sobre el funcionamiento de la comuni-cación ?

1. SrN:rr¡os Y EFECTos DEL sENTrDo

l. Sentid,o d,e base y sentído contexüua,l. Si un nom-bre puede tener varios sentidos, éstos son sentidos po-tenciales o virtuales; nunca se actualiza más de uno de

ellos en un contexto dado.Cada palabra tiene un sentido de base y un sentido

contextual;1 es el contexto el que precisa el sentido en

1 La terminología varía; algunos autores hablan de sen¿idoy electos d,e sentído; otros, de sentido y sigpíficacíín,

36

SENTIDOS Y EFECTOS DEL SENTIDO 37

"lloldán tocó el qteÍno" o "las operae¿ones continúanr:rr el delta". En cada uno de estos casos el nombre(rvoca un coneepto preciso.

No habrá ambigüedades, salvo en los juegos de pala-hras o en los retruécanos. Regirá siempre la regla derlue para cada sentido hay un nombre, y la lenguarilimina las posibilidades de confusión que podrían pro.rlucirse durante su desarrollo; es inclusivé una de las(:irusas de los cambios de sentido (p. ?0).

Toda palabra está ligada a su contexto, del que ex-lrae su sentido. Este sentido contextual puede confun-rlirse con el sentido de base en palabras técnicas como"sulfato de sodio" o t'encefalitis", cuya área contextualcstá estrechamente delimitada, pero por lo general lasrliferencias de sentido se desprenden del contexto: .,pi-r:ür carne" (para hacer albóndigas) no es la mismarrcción que "picar al toro" (el picador) o,.picar el an.zuclo" (un pez). Los matices se precisan y la palabrast: realiza en asociaciones conceptuales distintas, comor,n "operaciones" militares, aritméticas, quirúrgicas, fi-rurncieras, etc.

[inalmente, las divergencias contextuales pueden.onducir a una escisión de los sentidos de basei o.pico

rle pájaro" y topico de Ia montaña, se aprecian comorl,,s pulu¡ru. diferentes y sin contacto.

2. Selttido y odnr estilíst:ico.z El sentido de base y elsr:ntido contextual no se superponen; hay siempre unsolo sentido en una situación áada, que

-es el sentido

2 La palabra "valor" se toma aquí con un sentido distintonl que le da Saussure, para guien es el ¡uatiz de sentido que la¡rulnhra deriva de sus relaciones con las demás palabras delr,i\t(rma glótico (p. 83),

38 LA FUNCIÓN SEMANTICA

contextual. A Ia palabra en un sontexto correspondeuna sola imagen conceptual.

Pero al mismo tiempo se forman asocíaciones exüra-twcíonalesl que, sin alterar el concepto, lo, coloran. En"le dieron un golpe en el coco", el sentido (contextual)de ttcoco" es "cúeza", pero la palabra evoca al mismotiempo, por asociaciones bastante laxas, ideas de co-micidad, intención burlesca, gente vulgar, etc.; las de-nominamos ualores, en oposición al sentido. Los valoresson asociaciones extrasemánticas. Como son distintasdel sentido, son objeto de un estudio especial, que esla estilístíca;a al mismo tiempo, quedan estreehamenteIigadas al proceso semánticq del que constituyen unode los factores esenciales,,

Estos ualores esti,lísticos son de dos tipos. Por unaparte hay palabra y giros que expresan las emociones,los deseos, las intenciones, los juicios del que está ha-blando; de esta manera hemos apreciado una intenciónburlesca en "coco". Por otra parte, esta palabra evocacierto mediq pues no todo el mundo, la emplearía;algunos la usarían únicamente en una situación deter-minada. Así, la palabra está asociada al grupo y alcontexto social a los que de ordinario pertenece. Hay,pues, valores expresivos y valores sociales o sociocon-textuales.

3 Algunos autores distinguet las connotaciozes (que corresponden a nuestras asociaciones extranocionales) por oposiciónal sentido d,enotado".

a Véase P. Guiraud, La stylistique, colección Que sais-ie?,París, 1954 [hay trad. esp.l; en el capítulo III, "Estilística dela expresión", se discute con mayor detalle lo aquí esbozado.Distinguimos ahí valores impresiuos de valores expresiuos;en la presente obra los consideramos bajo Ia expresión única"vaiores expresivos".

SENTIDOS Y EFECTOS DEL SENTIDO 39

u) Los ualDres expresínos y ln iloble funcün. ileil' len'

¡:,tru.je. Hemos visto que el lenguaje tiene una funeiónkigica o cognitiva; sirve para comunicar concePto§ evo-

r:rndo en la mente del interlocutor las imágenes que

nr: forma¡ en la nuestra propia. Pero esta comunica'«:ión nocional, que es Ia meta de la ciencia o del cono'r;irniento lógico, no es sino indirectamente la de lar:omunicación social, fundamentalmente volitiva: co'

r¡runicamos nuestros pensamientos para obtener ciertas

rospuestas, ciertas reacciones. No basta decir ttte amo"

o';ataquen al reducto", es preciso comunicar el fervorrlc esta pasión o la importancia del ataque urgente. Ycuando se diga otte amo con pasión" o t'es sumamente

irnportante que ataquemos", seguimos en presencia de

simples conceptos, imágenes esquemáticas y a-bstractas

de óosas, que habremos comunicade -61¿

palabra noes la cosa", y no la evoca sino indirectamente y com@

t través de un velo, mientras que la co§a misma es laírnica que nos puede emocionar.

Por eso la comunicación conceptual se acompaña

rlc gestos, de mímica, de inflexiones de voz, que la re-

fuerzan al, expresar ndtura:l,m,ente nuestras emociones'

nuestros deseos, nuestras intenciones, etcétera.

Algunos de estos signos natwrale§ existen en estado

latente en la lengua misma"En "estoy muy so{prendido de ver a usted" hay dos

nociones bajo la forma de dos imágenes conceptuales:

la presencia de usted * mi gran sorpresa'

"¡Usted aquí!" signit'íca también dicha presencia,

pero expresa' espontá,neam.enfe la sorpresa por un giroque reproduce naturalmente el movimiento interior de

la emoción que esta presencia provoca Y {ue, hacién'«lola concreta y visible, la identifica y le con{iere fuerza

n

40 LA FUNCIÓN SEMANTICA

expresiva. Es una reacción natural, espontánea, incons-ciente, no intencional, y que no pertenece, por Io tan-to, aI sistema de la lengua. Pero desde el momentoen que los poderes evocadores de la exclamación y laelipsis han sido reconocidos, pueden ser utilizados comosignos nocionales. Entonces se conaiene en que tt¡us-

ted aquí" 3 666sto| sorprendido de verlo aquí,-verdáde-ramente sorprendidq auténticamente sorprendido, tras-tornado de sorpresa.. . ."

Aunque se vuelva convencionalmente asociada alconcepto de la sorpresa, la expresión guarda el re{lejode su origen natural en sus asociaciones subsidiarias:sorpresa * aliento entrecortado, sobresalto físico, etc.,asociaciones que evidentemente se debilitan al entraren el área del acuerdo lingüístico, adquiriendo un sen-tido convencional, es decir semantizándose.

El proceso es el mismo en los cambios de sentidoexpresivo; una metá{ora del tipo "coco" tiene siempreorigen natural y espontáneo; luego, se termina por re-conocerle un sentido convencional, pero el cual consenael reflejo de la intención burlesca que tuvo original-mente.

Los valores expresivos son, pues, imágenes subsidia-rias que se superponen al sentido: son asoci¡¿ciones ex-trasem,á.nticas d,e or,igen natural.

b) Los ualores socioconteritual¿s. Por otra parte, laspalabras evocan la imagen de aquellas person¿rs qriecomúnmente Ias emplean, y de las situaciones a ]ascuales son aplieadas.

Hay valores sociales que derivan del grupo econó-mico, profesional, regional, etcétera; otros participande la naturaleza de Ia comuriicación, de las intencio-

SENTIDOS Y EFECTOS DEL SENTIDO 4I

nes y de la situación de los sujetos hablantes, del tono,clel estilo.

A cada una de estas categorías corresponden pala-bras que les son propias y gue, por estar asociadas aella-*, l¿s evocan en nuestra mente.

Estas asociaciones son naturales y espontáneas. In.voluntariamente al hablar damos a conocer nuestroorigen social, provincia nativa, profesión, nuestras in-tenciones y actitud respecto al interlocutor? etc., por aso-r:iaciones que realizan las palabras y que se agrega¡lsiernpre al sentido de ellas. Pero desde el momentonn que su poder evocador es ¡econocido, pueden con-vertirse en procedimientos de estilo, medios de expre-:iar un aspecto partieular del sentido. Se vuelve a en.oontrar una vez más el proceso asociativo analizado;rrrib (pp. 35 s.).

Al igual que los valores expresivos, Ios valores socio-cr¡ntextuales (que constituyen valores expresivos en po-tencia) son a:sociaciones extrosenwínlicas de origenn atural.

Iin las primeras tenemos asocíación por símilitud:sirnilitud del nombre y de un movimiento natural del,rlma (elipsis, exclamación), similitud de Ia cosa conllguna otra cosa, a la que se asocia (metáfora).

tin el caso de los valores sociocontextuales hay unau.sociacíón por contigüíd,ad, pues es en contacto con uñlier-to medio, o una cleterminada situación, cómo la pa-lrrlrra ha tomado su color.

Pero en ambos casos hay una asocionión, secu,nilaríatnoti'»atha que se agrega a la asocíací,ón, primatia con-,'t:ncíonal, que acredita el sentido.

!-iegún esto, en cada palabra e!rcontramos cu¿ltroti¡ir-is de asociaciones: el sentido de base, el sentido con-

4342 LA FUNCIÓN SEMANTICA

te:rtual, el valor expresivo, el valor sociocontextual. Estolo ilustramos con el siguiente cuadro:

setuíntice utilístíca

El cuadro representa una palabra, y cada uno desus cuadrantes una asociación particular. En "la ope-ración bistec está en marcha", la palabra "operación"evoca:

t) Un sentido de base: una secuencia de actos co-ordinados con una finalidad determinada.

2) Un sentido contextual: una operación adminis.trativa contra un grupo económico determinado.

3) Un valor sociocontextual: Ia fórmula sugiere Iaoperación y el comunicado militares.

4) De ello resulta un valor expresivo, la idea de unaoperación firmemente estructurada, enérgica, decididaa llegar hasta el fin; y un efecto cómico y burlesco quetiene su origen en lo inadecuado del sentido a la reali-dad, y en el valor hiperbólico de una operación en lacual no creemos.

LA CREACIÓN SEMANTICA

Según los individuos y las circunstancias, se produ-ocn en el interior de Ia palabra intercambios constan-Ics s¡¡r. las diversas asociaciones. La función de lastres asociaciones subsidiarias es Ia de precisar y de ma-t.izar el sentido de base, pero pueden, al desarrollarse,r lelormarlo, ahogarlo y hasta sustituirlo completamente.llste es el problema de los desplazamientos de sentido\p. aa).

2. La cnr¡,cróN spuÁNrrc¡.

¿;De dónde vienen las palabras? ¿Cómo se establecer:l pacto semánticq el acuerdo colectivo que asocia unrrombre con un sentido y con valores subsidiarios quelo matizan?

Las palabras son creaciones humanas y, al mis¡noticmpo, co no la mayoría de las creaciones del hombre,tienen vida propia. Nosotros las creamos y ellas secrean.

Al igual que en un'iardín, se escogen las especies,sc seleccionan las semillas, se plantan, se injertan, scoruzan, etc6tera, y las plantas viven, prosperan unas ysc marchitan otras, otras más son ahogadas por ve-r:inos demasiado exuberantes, se realizan hibridacionesrraturales.

De la misma manera hay una creación consciente yuna evolución espontánea de Ia lengua.

Creamos las palabras para dar nombres a las cosas,sca porque aún carezcan de ellos, sea porque el quelicnen no cumpla ya eficazmente su función, [sta fun-<:ión es, según hemos visto, cloble: cognitiva o semán-tica, expresiva o estilística.

De ahí la doble función de Ia nominación: Ia pala-

sentidode base

valorexpresivo

sentidocontextual

44 LA FUNCIÓN SEMANTICA

bra puede designar objetivamente un con_cepto: saca-

clavds, televisión, psicoanálisis, etc., o puede matizar ei

concepto con asociáciones expresivas: el azur : el cielo

azul y puro; una cabrilla : una cabra pequeña ygrácil.

En los dos casos la Iengua dispone de varios medios:a) Las onomatopeyas, en las cuales la forma fónica

reproduce el ruido designailo: un tintin-eo, un chapa'

treo, un gorgoteo, etc.; o designa, asociándolo por conti'güiaud,1t animal o la cosa que produce el ruido: el

cucú.El rendimiento de la onomatopeya, necesariamente

limitado al terreno de los sonidos, es débil erl la nomi'

nación nocional, y por otra parte ha sido explotado des'

de hace mucho tiempo.For el contrario, el papel de los ual. res onomatopé'

yicos es muy grande en el plano del estilo, del poético

án particular, que intenta valorar todas las asociaciones

subsidiarias latentes entre la forma fónica y el sentido,

no solamente asociaciones entre dos sonidos, sino las

más sutiles, entre sonidos, colores, sentirnientos.

b) Los préstamos soir palabras venidas del extran'jero, geneialmente con las cosas que cl-esignan: son

iuente-de valores estilísticos cuando quedan asociadas

a su país o medio de origen, que continúan evocando-

c/ La derivación y la composición nos permiten Ia'bricar palabras a partir de formas existentes: atómico,

electricista, psicometría.Es el procedimiento por excelencia de la nominación

nocional pura. Puede haber ahí, sin embargo, creación

o ernpleo estilístico; tal es el caso de loe diminutivosy aumentativos de afecto o de desprecio, etcétera.

d) En fin, el último procedimiento, la migración

LA EVOLUCIÓN SEMANTiCA

c trans-ferencia del sentido, que cousiste en designar unconcepto por un nombre que ya pertenece a otro' Paralo cual mueve la similitud de fonna, de color, o defunción existente entre ambos objelos: cierto martilloes llamado o'pata cle cabra", un pedazo de papel una"hoja". Se asocia pr:r contigüidad, cuando se toma eltodo por la parte, o el productol por el producto:el "burdeos" por el vino de Burdeos. etcétera.

Estos cambios de sentido tienen un papel particu'larmente irnportante en la nominación estilística, y son

entonces el punto de partida para un desplazamientoulterior del senticlo de base (p. a0).

Onomatopeyas, pr6stamos, {ormaciones morfológicas

1, cambios de sentido eonstituyen los medios de que laIengua dispone para crear palabras.

Totla creación aerbal, es, por lo tanto, motiaad,a siem'pre, descansa sobre asociaciones extraconvencionales,asociación natural entre el significante y el significado(onomatopeyas, tropos), asociaciones internas (endo-

glóticas: morfológicas o paronímicas).Pero --y esto es lo importante- esta motivación

etimológica no es necesaria para la trasmisión detr sen-

tido de base que descansa en una asociación convencio-nal y es -oiernpre susceptible de pelderse (p. 30).

Nos salimos aquí del marco de la ereación cons-

ciente, porque este oscurecimiento dc' la motit'ación re-sulta de una evolución y un desplazamiento espontá-neos del sentido.

3. L.q. nvor-uctóN suuÁsuc,r

La norninación semántica o estilística es un acto crea'dor y consciente. Una vez creada la palabra" sea por

46 LA FUNCIÓN SEMANTICA

transferencia de sentido o de o'tra manera, su sentidopuede evolucionar espontáneamente. De hecho, evolu-ciona en la casi totalidad de los casos.

Hemos visto que toda palabra es un complejo deasociaciones (pp. 38 s.). Basta que una de ellas evolu-cione para que acometa al sentido y termine por alte-rarlo, por ahogarlo y finalmente hasta por rempla-zarlo.

Téte es originalmente en francés una metáfora esti-lística que asocia la cabeza (antiguamente chef) con unrecipiente de barro, un tiesto (lat. téskt). Es una me-táfora vulgar de intención cómica y burlesca de un tipoque se encuentra en todas las lenguas. En la actualidadexisten, para "cabeza" i "mel6n", oocalabaza"

; y en fran-cés: aal.etiére) Wtate, y otros.

Hay enseguida un desplazamiento de la relación aso-ciativa, como queda ilustrado en el esquema siguiente:

"chef" "téte"

LA EVOLUCIÓN SEMANTICA 47

Luego hay metáfora o superposición de dos imáge-nes, se inscribe la cabeza en el tiesto y resulta ut chelque es un tiesto,

Después hay valor estilístico; la imagen del tiestose borra y no queda más que una asociación vaga conalguna cosa cómica y burda, una caleza redonday tosca,

Finalmente la palabra se semantiza; el reflejo expre-sivo se oscurece; la palabra láre designa ahora un con-cepto puro y remplaza a chef.

Esta última palabra sobrevive, sin embargo, con unvalor sociocontextual; es un arcaísmo, una palabra no-lie chet' viene siendo una cabeza "encanecida en eloficio". Y a Ia siniestra de la téte (cabeza) sernantizadasurgen ya las equivalentes de "coco", "mel6rr". "ca-labaza", que quizás terminarán algún día por desplazara st vez a téte.

Se ve que hay un desplazamiento en el ámbito de lasasociaciones significantes; téte pas6 del casillero t'valor

expresivo" al casillero ttsentido de base"; "chef" pas6de "sentido de base" a "valor socio-contextual".

Otro desplazamiento muy frecuente y muy naturales el del sentido contextual hacia el sentido de base;en "fritas", uno de los sentidos de la palabra (papasfritas) terminó por eliminar los otros.

De manera que el sentido de las palabras es el resul-tado de un doble proceso; la nominaci6n y la woluciónespontánea de los valores de sentido. Los dos fenóme-nos son complementarios e interdependientes, pero es

necesario distinguirlos. La nominación es un acto crea-dor y consciente de origen individual, y al mismo tiem.po discontinuo; un individuo crea una palabra que asu.me al instante su función en virtud de una convención

@-&@

@

@

@@

Primero hay comparación, es decir una asociaciónde dos imágenes autónomas, la cabeza a un lado deltiesto, un chet' que parece un tiesto (téte).

Comparación:

Metáfora:

Valor estilistico:

Semantización:

o

o

o!o

o

6N

a'C,

4B IJ" FUNCIÓN SEIVIANTICA

de la colectividad. El desplazamiento, en cambio, es

inconsciente y progresivo, hay ciertamente acuerdo co'lectivo, pero no es explícito; por un t'derecho de he'cho" el nuevo sentido termina por iruponerse poco apoco hasta el punto de ser aceptado por el diccionario.

De manera que, por una parte, hay creación indivi'du¿I motivada, consciente, discontinua; por otra, dise'minación eolectiva inconsciente y progresiva, de donc{e

resulta una pérdida de la motivación.Se ve el papel que juegan lc,s "cambios de sentido"

en este doble proceso, a la vez bajo la forma de unatrans{erencia semántica o estilística en el nivel de lacreación individual, y de un desplazamierto en el de

la diseminaeión colectiva.No es sorprendente, pues, que la ciencia del sentido

de las palabras haya podido limitarse casi exclusiva'mente, en un principio, al estudio de los cambios de

sentido, al grado de identificarse con é1.

Los desarrollos actuales de la semántica no menguanimportancia a este aspecto, pero lo sitúan Y observanbajo una luz completamente nueva.

III. LOS CAMBIOS DIt SENTIDO: SIISFORMAS

1. L¡. nrrónrca: uN rNvtrNTARro DESCRrprrvo

Drsor Ia Antigüedad han sido definidos y descritos loscambios de sentido, y su estudio constituye una parteimportante de la retórica. Los cambios de sentido, otropos, son "figuras de palabrast' y constituyen con Iasotras figuras -de dicción, de construcción, de pensa-¡¡is¡¡6- procedimientos de estilo, es decir, "modosmás pintorescos, más vívidos, más enérgicos de hablar".Iisto corresponde bastante bien a lo que hernos llamadohasta aquí ttvalores expresivos".

La teoría de los tropos, que data de Aristóteles,recibió un considerable desarrollo durante la época ale"jandrina y latina. Los gramáticos latinos enumeran 14especies: la metáfora, Ia sinécdoque, la metonimia, laautonomasia, la cataeresis, Ia onomatopeya, la metalep-sis, el epíteto, la alegoría, el enigma, y la ironía, subdi-vidida en perífrasis, hipérbaton e hipérbole.

En toclo tiempo, hubo vacilaciones en Ia clefinición,clasi{icación y terminología que, a través de la retóricamedieval y clásica, han so]¡revivido, sin embargo, hastanuestros días.

Los primeros semánticos, como Darmsteter y Bréal,ven cn Ia sinéccloque, Ia metonimia y la metáfora, lostipos básicos de Ios cambios de sentido.

La metáfora en particular ha sido objeto de innír.me-ros estudios.

Palabras como metáfora, irorría. hi¡Érbole, eufemi¡;-rno. son nociones y ténninos corrientes.

Análisis recientes, como el de Stcrn o el de Ullmann"49

s0 LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FOR]\{^S

cuyas definiciones y clasificaciones descansan en crite-rios nuevos, no dejan de conservar los principales tro-pos en el marco de sus esquemas.

Sin embargo, los desarroll<¡s del análisis semánticono podían sino poner en evidencia su mediocre valorepistemológico e invocar otras clasificaciones.l

2. L¡. ronlra r,óclcr, DE Los cAMBIos DE sENTIDo

Los primeros scmánticos --l)arnstctcr, l3réal, Paul-agrupan los tropos en un marco lógico, según hayarestricción, extensión o transferencia del sentido.

La sinécdoque y la elipsis constituyen casos de res-tricción o de extensión del sentido. Hay restriccióncuando se toma la parte por el todo, la especie por elgénero, etcétera; extensión en el caso contrario.

La metonimia y la metáfora son transferencias desentido.

Este esquema, del cual se encuentra una descripciónmás completa en La uie des mats ¡)e tr)arinstetcr, o[re-ce la ventaja de la sencillez y Ia coherencia, e introduceun orden lógico en el inventario de la .rntigua retórica.

Esto fue, sin duda, Io mejor que se podía hacer enuna época en que los sustratos psicológicos y semio-lógicos del Ienguaje eran todavía mal reconocidos. Conlos desarrollos de la teoría de los signos y del análisisdel proceso significante, perdió todo valor heurístico,y con ello parte de su razón de ser.

1 Únicamente Ia {alta de espacio mc lleva r no tratar por¿hora con mayor amplitud el problema, dc lo cual no dehe des-prenderse que haya perdido intcrés, sino nada más que 1o con.sirl,.ro bien conocido.

FORMA SEMANTICA, CAIVIBIOS DB SENTIDO 51

ll. L,r ronr[q. sEM,{.NTrcA DD Los cAMBros DE sENTrDo

I'll análisis sc'mántico propone, en efecto, nuevos crite.rios de clasificación y una nueva terminología pararlcstacar los caracteres del proceso semántico: por una¡rlrte bipolaridad del significante y rlel significudo; po.la.otra, naturaleza psicoasociatiuu d" sl,r. relaciánes,lr:rjo su.doble forma, similitud y contigüidad.

La distinción entre _.ignificante y lignificado apa-r'cce ya en la G/ossology de G. Grote ifgZf ), en lat.r¡al el autor opone el lono, o palabra como lorma foné-tr('a, y el noema, o palabra como pensamiento, de Io('lrll extrae una terminología bastante pesada _diano_cruatismo, perinoemltismo, sematismol noematosema-

lism,9* gue no parece habcr retenido la atención <IeIos lingüistas.

. fo ,tu",sino a principios del siglo, con W.undt,,:clrurchardt y sobre todo Ferdinand de Saussure, cuan-rLr se encontró una teoría de tu.

"u*¡;áu-de sentidolrusada en criterios semiológicos

Wundt pone el acento ei Ia naturaleza psicoasocia-tiva del proceso y los dos grandes tipos de asociación

, por similitud y por contigüidad_. I_a oposición entreIrr lorma fónica y- el sentiáo .e .lesp."nde taml¡ién derr)lncra implícita de su clasificaci6n. Distingue Ia trans_fr'rcncia-del nombre y Ia metáfora que es'r,n, t.nr,.["_¡,'neia del sentido. Schuchardt npou" _"*plícil¿rmcn-tr' - el estudio de los nomb."., ú o,rornrsioiogía, y elrlt: Ios sentidos, o semántica,

. t'..-de Saussure no poclía menos que señalar esta rlis-t incií¡n :

I-a alte¡ación en el tiempo tolna diversas formas, cadauna de las cuales l¡rindaría mate¡ia part un importante

s2 LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORNIAS

capítulo lingüístico. Sin entrar en detalles, he aql í loque es importante ol¡servar: por principio de cuentas, no

nos equivocamos respecto al sentido atribuitlo a la pala'

bra alteración, que podría h¡cer creer que se trata espe-

cialmente de'cambios fonéticos sulridos por el significante, o de cambios de sentido que alcanzan el corrcepto

significado.lste punto de vista serí¿ insuliciente' Cualesquiera que

sean loi factores de alteración, ya actúen aisladamente

o en conjunto, concluyen siempre et tto d'esplazamiento

tle la reiación entre sígnilícante y signí'ficado' (Curso,

p. 109.)

Si agregamos que un capítulo entero, del C¿rso está

dedicaáo á restuÚece" la nituraleza psicoasociativa de

esta relación, se obtiene la primera delinición semio-

lógica completa del cambio de sentido. Volverán a

ell"a todas las teorías que merecen ser tomada§ en co¡r-

sideración.Nos contentaremo§ con resumir) de manera breve, las

dos más recientes y, a la vez, más completa§ .v cohe'

rentes.

1. La cb.sifícacíón de Stern. El libro Memíng and

clwnges of meaníng de G. Stern constituye el inverlta-

,io ,iás completo de los cambios de sentido conside'ra'

dos destle el punto de vista cansal i¡ funciorral (cf'

cap. IV), clasificados al mismo tiempo según un marco

,.*iológi"o que deriva del rriánguio de Ogclen y Ri'charcls (p.23).

El autor distingue entre cambio§ externos y cam'

bios lingüísticos. Los primeros derivan- de un cambio

tlel re{eiente o ccsa námbrada, sin cambio de nombre'

Un caso de ello es el hecho rle seguir noml¡rando

"pluma" un otrjeto que ya no es urla pluma (de ave) ;

}-ORi\4A SEMANTICA, CAMBIOS DE SENTIDO 53

rle la misma manera, el vocablo "átorno" designa unconcepto que ha cambiado completamente.

El mecanismo de las causas en juego en es,te fenó-rneno será analizado más adelarrte (capítulo IV). Ve-rnos, por el momento, que no afectan, al menos aparen-temente, el sistema de la lengua. Como lo veía ya muylrien Darmsteter, hay en este caso un "olvido". diría-rncs en francés un ellacemen, o sea que la motivaciónctinrológica se borra: lo que Ullman llamaría "con-st'n,adurisrno lin güístico".

Los cainbios lingüísticos, al contrario, a{ectan di-lcctamente a la lengua. Constituyen un desplazamientorlti nombre o del sentido en el interior del sistema.Stcrn, en su clasificación, distingue tres tipos princi.¡r:r les :

I ) El desplazamiento de la relación verbal o delrrornbre.

2) El desplazamiento de la relación referencial o delscntido.

3) El desplazamiento de la relación subjetiva entreh palabra y los sujetos hablantes.

Cada uno comprende dos clases que admiten, a suvcz, cierto número de subdivisiones. Se obtiene el cua-rlro siguiente:

(lArrBros ExrERNos: Sustitución (objetiva, cognitiva, subje"tivl ).

( lArrBros r,rNcüÍstrcos :

I. l)esplazamientos de la relación verbal (deJ nombre),

l) A¡alogía (combinativa, correlativa, fonética).2) Restricoión (truncamiento, elipsis).

54 LOS CAMBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS

II. Desplazamiento de la relació¡ referencial (del sentido).

1) Nominación (composición y denvación, transferenciaintencional, figuras).

2) Transferencia (no intencional).

III. Desplazamiento de Ia relación subjetiva entre la palabray los locutores.

1) Permutación.2) Adecuación.

La analogía se origina en una iilen¡idad de relacin-¿es entre dos referentes. Es materia.l cuando se basaen la identidad de la radical de un grupo flexional yderivacional, o del sentido de un grupo nocional. Esrelacional entre palabras que tienen una función idén-tica (tiempos, modos, casos).

Bajo su doble forma material o relacional, la ana-Iogía presenta tres tipos:

a) Analogía combínatiua en las reformas morfológi-cas (derivación, composición, flexiones).

b) Analogía correlatiaa euando da a un referente unnombre ligado por su significado a otro nombrede la lengua (sinonimia) o de una lengua extraña(calcas semánticas), por ejemplo, el barbarismo'orealizar" calcado del inglés to realíse (t'darsecuenta").

c) Analogía. lonética que acarrea un cambio de nom.bre a consecuencia de la similitud fonética: con-tagio, etimología popular (pp. 76 s).

La restriccíón se presenta bajo dos aspectos:

a) Restriccíón Wr trun¿amiento del tipo "auto",ttcine", t'super"

fmercado].

IIORMA SEMANTICA, CAMBIOS DB SENTIDO 55

b) Restrí¿ción pr elipsis, u omisión de uno de los

términos de una expresión compuesta: "las fri-ta§", ttla capital".

La nomina¿ió¡? consiste en dar un nuevo no nbre a

un concepto; aquí distingue Stern la nominación, que

es intencional y consciente, de la transferencia no in'tencioual; hay:

a) Nominación intencbnal, (intentinna,t naming),cuando se forma un nuevo término por composi-ción o derivación.

b) Translerencia intencíonal y no figurativa, en las

metáforas meramente nocionales del tipo "patade cabra" (instrumento), "bola de nieve" (plan-

ta), etcétera.c/ Figuras estilísticas de origen expresivo, Iítote,

hipérbole y más notoriamente la metáfora estilís'tica, así como el eufemismo y la ironía.

La tronslerencia llamada regular, en contraste con la

transferencia intencional, se basa en la identidad de

apariencia (una hoja de papel), de función (el lecho

de un ¡ío) o de situación (el pie de una montaña)cxistente entre dos referentes"

La permatació¿ resulta de un cambio en la ideaque el sujeto hülante se hace del referente, que consi'd"ru "t algunos de sus aspectos, sea viendo parcial-mente la materia en el objeto (un mármol, por una es-

tatua), la parte por el todo (una vela, por un barco de

vcla), el producior en el producto (el burdeos), etc.;

en esta categoría caen la sinécdoque y la metonimia de

la antigua retórica.

56 LOS CAMtsIOS DE SENTIIDO: SUS FORIVIAS

La adec:uncíón w un modo particular de la permu-tación; se produce cuando la mente capta úrL nueaocarácter del referente. Así un "cuerno" (de caza) de-

riva su nombre por permutación (sinécdoque) del cuer-no que originalmente era; luego se borra la motivaciónetimológica y el carácter esencial de "cuerno" pareceser su aptitud de emitir un cierto tipo de sonidos,independientemente de su materia o su forma, de doncle

vienen el cuerno d,e caza, el dcl cochero de correo, elcornetín, etc. Es el proceso que Darmsteter llama co¿-catenación.

2. La clasit'ícacíón d,e Ullmann. S. Uilmann, en Theprinciples ol Sem.antics, reclasifica los tipos de Sternsiguiendo un esquema semiológico más estrictamentesaussuriano,

Un poco rígida y abstracta desde un punto de vistaprácticc, la clasificación de Ullmann combina las ven-tajas de una elegante sencillez con las de un elevadovalor heurístico.

f)espués de haber separado, corno Stern, los cam-bios de origen histórico y los exoglóticos, que atribuyeal instinto conseryador de la lengua (linguistic conaer-

aatísm), Ullmann eomprueba que puede haber sea

transferencia del nombre, sea transferencia del sentido,y qile en cada caso esto ocurre sea por similitud, seapor contigüiclad de los nombres o de los sentidcs. Y enuna última clase agrupa los cambios compuestos que se

cleben a asociaciones complejas. De donde resulta elsiguiente esquema:

l) Cambios debidos al conseruailurísmo língüístico.B) Cambios debfulos a la innoaacün língüística,

FORMA SBMANTICA, CAMBIOS DE SENTIDO

I. La transferencia del nombre:

a) Por similitud, entre los sentidos.b) Por contígüíd,ad, entre los sentidos.

IL Transferencia del sentid,o:

a) Por símilitud entre los nombres,b) Por contigüida¡l entre los nombres.

III. Cambios compuestos,

absimilaridad Contigüidad

I. Sentidos

II, Nomb¡cs

Esta clasificación engloba, evidenciándolos, Ios carac-teres de la significación: por una parte la bipolaridadsignificante (nombre)-significado (sentido) ; por otra,la naturaleza psicoasociativa del procesc) bajo su clobleforma, similitud o contigüidad de las imágenes men-tales asociadas.

En efecto, un t'sombrero" rne hace pensar:

I¿. En "casco", en "gorra", etc.; similitud de sentido.

57

sB LOS CAI\BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS

Ió. En "cabeza", "chaleco", etc.; contigüidad de sentido.

II¿, En 'osombra", "somero", "hombrera"; similitud de nom-bre,

IIó. En "copa",'ohongo", por contigüid¿d de nombre en lasexpresiones del tipo "sombre¡o de copa", "'sombrerohongo".

Finalmente, pueden existir asociaciones compuestas,que englcben a la vez el nombre y el sentido, tal es el

caso de sombrero -+ hongo, donde hay a la vez conü-güidad de los nombres y similitud de Ios sentidos; yaun combinaciones más complejas, del tipo: sombrero-) montera -> corrida -> toros, etcétera.

Los que estén familiarizados con las pruebas psico-analíticas o con el juego de salón que llaman petí.tpapier ("cartas rusas"; es el cad,aure exqu* de lossurrealistas) comprobarán que el {enómeno puede entodo caso ser atribuido a una asociación por similitudo por contigüidad entre dos nombres o entre dos sen-tidos.

El esquema de Ullmann integra, por Io tanto, todoslos tipos posibles de asociaciones y, en consecuencia,de cambios de sentido.

Ia. TnarvsrERENCrA DEL NoMBRE poR srMrLrruD DELoS sENTIDoS. Es el más frecuente de todos los cambiosde sentido; la metáfora es el tipo más corriente.

La similitud de los sentidos puede ser:

a) Srcnncial: similitud de forma entre Ia hoja de un árbol yy una hoja de papel; de función, de situación (p. 63).

b) Sinestésíca: asimilación de un sonido a un color, de uncolor a un olor, etcétera.

FORMA SEMANTICA, CAMBIOS DE SENTIDO 59

c) Afectiua: cuando se liga un sentimiento a un objeto con.creto, del cual se le atribuyen las cualidades: ..una amistadcalurosa'1 "un carácter dulce,', etcétera.

f .a transferencia puede ser d,irecta o escalorwd,a pot,1r.olo-q\.. Así, en germanía de Francia (argot),..pol'ir,("pulir") en el sentido de "robar,, da lugai a tod-a unaserie sinonímicaz nettoyer ("limpiar,,), lourbir (,,bru-írir"), siguiendo un proceso que ha sido Ilamado tam-bién d,eria acün sirrcnímica.

La analogía puede ser el centro de todo un camposemántico. AI ser la cocina ambulante un .,tanquer, -en

Ia jerga soldadesca de 1914, se volvieron shrapiells losfrijoles, y desvainarlos era "ametrallar,,, etcéiera.

Las calca.s (palabras formadas basándose en palabrasextranjeras) se fundan frecuentemente en analogías; deesta manera el francés lorm6 ,,dada,, sobre el inglés"lnbby", en el sentido de ocupación favorita; ,,hobby,,es una elipsis de "hobby horse,,, el caballito de madeiade Ios niños.

Se ve cómo en todos los casos Ia transferencia esescalonada. Una primera transferencia: la cocina rodan_

Je e-s un- tanque (similitud de forma) ; Iuego analogía:

los frijoles son a Ia rodante lo que los shrapnells al íon-glre, la cocina distribuye frijoles como el tanque Iosshrapne.lls (similitud de funciBn) ; pero esto no Éubierasido suficiente para acarrear la hánsferencia del nom-bre, cuyo origen está en la primera metáfora.

Estos peldaños analógicos no son exclusivos de Iastransferencias del nombre por similitud de los sentidos;se encuentran en todos los demás casos.

60 LOS CAI{BIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS

Ió. TnlrssrnRENCIA DEL NoMBRE poR coNTrcürDAD

DE LoS SENTIDoS. La sinécdoque y la metonimia sontransferencias del nombre por contigüidad de los sen-ticlos. Consisten, como es sabidq en tornar la parte porel todo, el contenido por el continente, el instrumentopor ia acción, etc., y a la inversa.

La contigüidad de los dos sentidos puede ser espa-cial, temporal o causal:

a) Espacial en bureau, en que Ia telo, (bure, "buriel") designael ¡nueble que cubría, y lucgo cl inucbie a la habitaciónen que se encuentra.

b) Temporal en "vísperas", en que el oficio religioso tomó elnombre de l¿ hora en que se efectúa (lat, oesper,"tarde").

c) Causal en "fusil" en que el arma recibe el nombre por eldispositivo de encendido (francés fzsil, "eslabón").

A este grupo pertenecen las seudosinestesias en quela torma de un objeto es asociada por contigüidad a sucolor, olor, etcétera.

IIo. Tn,r¡lsrrRENCIA DEr, sENTrDo rlon sl\'rlr,rruD DE

Los NoMBREs. El contagio fonético y Ia etimología po-pular (pp. 76 s.) son transferencias del sentido porsimilitud de los nnmbres.

Cuando se confunde laubourg ("arrabal"; de /ors-bourg, "fuera del burgo") con Ía.u,tc, óourg ("falso bur-go"),Ia confusión de las formas acarrea una alteracióndel sentido que puede llegar a una verdadera transfe-rencia.

IIó. TmNsrrRENCrA DE sENTrDo poR coNTrGüIDAD DE

I-os NoMBREs. La elipsis y el contagio sintáctico se

FOR]\{A SEMAI{TICA, CAMBIOS DE SENTIDO 61

originan en una asociación entre dos nombre§ contiguos

en un mismo contexto,Cuando la "ciudad capital" se vuelve "capital", se

puede prescindir de "ciudad", por encontrarse tan ínti-mamente ligado este vocablo a "capital", que el últimoIo evoca automáticamente.

De ia misma manera las partículas pas, point' ter'minaron por adquirir en francés un valor negativo porsu constante contacto con ne.

III. TnmsTnRENCIAS coMPUESTAS. El mecanismo de

la transferencia no es siempre tan simple, y la mayoría

-incluyendo una parte de las que hasta aquí nos han

servido de ejemplos- descansan en relaciones comple'jas cuya frontera no es, pol: otra parte, siernpre fácil de

definir.Se pudiera creer a primera vista que, como la (¿co-

cina" es designada en ciertos dialectos franceses porh6tel,, l'a transferencia proviene de la contigüidatl es-

pacial de los dos sentidos, y se toma el todo por laparte. En realidad, se trata de un caso de analogía es'

calonada (p. aB)r por una primera transferencia de

"casa" (maison,) por ttcocina".

Un ttburdeos" es un vaso de vino de Burdeos, por

lo tanto, hay una doble elipsis basada en la contigüidadsintáctica de los nombres t'vaso" y otvino", "vino" y"burdeos", y al rnismo tiempo hay una doble mctoni-

mia que asocia los clos sentitlos contiguos, contenido-

continente y lugar-producto.Se encuentran de esta manera todos los tipos posi-

bles de combinaciones rnixtas. ],as calcas seniáuticas

se originan muy frecuentemente en una doble asocia-

ción, similitutl. a la vez de los nombres y de los sonidos.

62 LOS CANIBIOS DE SENTIIDO: SUS FORMAS

Este es el caso de "realizar" con el sentido de "darsecuenta", calcado del inglés to realise.

De esta suerte, la clasificación de lJllmann englobael conjunto de los cambios de sentido en un marco muysencillo que, por otra parte, tiene la ventaja de eviden-ciar el carácter psicoasociativo y funcional del proceso.Como lo señala el propio autor, esta'clasificación pue-de integrar cualquier otro esquema. Veamos, a títuló demuestra, una reproducción de The prínciples ol Seman-tics que señala la interdependencia de la clasificaciónde Ullmann y Ia de Stern.

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A) Causas externas: sustitución

B) Causas lingüísticas

Nominación-

Trasfaencia

Fermutació

IJ¡-ruaN¡¡Consewadurismo lingüístico

Innovación lingüística

Similitud de los seniidos

Contigüidad de los sc-ntidos

Similitud de los nombres

Contigüidad de los r¡ornbres

'i'rasferencias compuestas

cabida todos los troposEn este cuadro encuentrande la retórica antigua.

I-os word,.tesrs de los psicólogos han permitido cla-sificar las respuestas de miles de personas; el experi-mentador propone una palabra, a la que el sujeto deberesponder con otra. Estas respuestas han aportado allingüista tlatos interesantes sobre el carácter asociativodel proceso, sobre los tipos de asociaciones existentes

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Frecuencias relativas de los diferentes tipo,s de asociaciones rerbales por adultos y niñc(Woodrorv y Lorvell, 1916)

Clases E jem.plosFrecuencilts relatiuas

Adultos,/o Niños,/o

Coo¡dinaciónContrasteSimilitudSuperordinaciónA,ij etivo-nombreVerbosContigüidadNombre-adjetivoCausa-efectoTodo-parteParticipiosSubordinaciónParte-todoIlateriaVerbo-objetoCompleciónlifecto-causaNoml¡re-atributoAsonanci¿PrcnombresI)iversos

Teble-chair; deep-lorv; house-barnDark-light; sickness-health; deep-shallorvDa*-black; sickness-illness; mountain-hill ......Table-furniture; music-sound; house-buildingDeepJrole; soft-bed; house-buildingTabic-eat; dark-see, music'piayTable.dish; dark-night; sickness-doctor

tr{usic-sweet; mourtain-high; house-bigSickness-death; lampJight; bath-cleanTableJeg: music-notes; rnountain'rocksl,lusic-singing; eating-drinking; chair-sittingi',Iusic-song; -"ickness-fever; Imit-appleFruit-t¡ee¡ foorliml¡; soldier-army.Tal,rle-wood; needle-steel; lamp-glassEating-bread; wish-fairy; hammer-nailsTable-cloth; rvish-bone; spider-webSleep-tiled; Lungry-appetite; afraid-burgiar ...liiountain'heigth; butter'fly-beruty; eagle-flight . . .

T¡Llc-ahlel clark-malk; short'sport'll'omen-she; stomech-mine; thristy-me

10.910.68.97.66.96.46.04.ó

2.52.t1,9

1.61.11.00.9

, 0.770.4\i.zJ0.070,054.7

ó.tLl.210.2l).óno

1.93.60.92.10.40.91.71.04

0.50.050.430.225.5

6.01.38.6

64 LOS CAMBiOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

y su frecuencia relativa y estabilidad respecto a grupossociales o triológicos determinados.

Véase en la página anterior, a título de ejemplo, Iatabla de Woodrow y Lowell' que condensa las respues-tas de mil adultos y mil niños.

ry. LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUSCAUSAS

Ji¿ srNrroo cambia porque se da deliberadamente unnombre a un concepto con fines cognitivos o expresi-vos: se no¡nbran las cosas.

El sentido cambia porque una de Ias asociacionessccundarias (sentido contextual, valor expresivo, valorsocial) se desliza progresivamente hacia el sentido delrase y lo remplaza; el sentido eaolucíana.

En el primer caso tenemos un cambio individual,consciente y discontinuo; en el segundo uno colectivo,inconsciente y progresivo; en ambos es consecuencia deuna modificación de la estructura de las asociacionespsíquicas que constituyen el sentido y los valores de lapalabra.

Debemos tener presente el esquema de la p. 33 an-tes de abordar el análisis de las causas inrnediatas delos cambios.

1. Ll xounucróN

Mediante Ia nominación Ia lengua asegura su doblefunción (p. 37) cognitiva y expresiva.

Hay nomínación cognítioa cuando una cosa recibeun nombre, sea porque carezca de é1, sea porque el quet.iene no cumpla satisfactoriamente su función.

fl.ay nomínaci,ón expresíua cuando se crea un norn-bre con la finalidad de designar Ia cosa bajo ciertoaspecto.

Por otra parte, se crean palabras a fin de ascgurarun mejor rendimiento de la comunicación, que serámás econónl¿¿a cuando se omita parte de las palabras

65

2 \üoodrorv y Lorvell, "Children's ¿ssociation frent¡rit,nc5talrles", cn Psychological Monographs,22, n§ 97. I916.

66 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

o se Ias trunque, y más clara cua¡do se eliminan o

remplacen palabras que pudieran crear confusiones.

l. La rumhación eogniliaa. Uno de log moilos de lanominación cogniüva es el cambio de sentido mencio'nado ya en las pp. 42 s.; se da a una cosa un nornbregue pertenece ya a otra, a la cual se la asocia: asocia-

ción por similitud de objetos tratándose de la metáfora,o por contigüidad en la sinécdoque y la metonimia'

La meaílora constituye uno de los modos constan'

tes de Ia nominación llamada popular.En los diversos idiomas las plantas, los animales, los

instrumentos, intercambian particularmente sus nom'

bres. El mar está lleno de caballos, de perros, de ané'

monas, de estrellas; el jardín, de perritos, de espuelas

de caballero, de bolas de nieve, de nubes; el taller tienegatos, patas de cabra, pericoe, colas de milano.

El cuerpo humano surte un gran número de metá'

foras cognitivas: la cabeza de un puente, el pie de una

montaña, el ojo de agua, los dientes de una sierra, laboca del río, los brazos de una corriente, el ojo de una

aguja, el ojal, etcétera.

Juega además, un papel importante en la nomina'ción de nociones abstractas que se asocian a objetos o

procesos concretos: ttpensar" viene del latín *pesar"-(1

pensare); el ttespíritu" es el "soplo" (spirítus);ttcomprendert' es integrar en un sistema de relaciones,

"agarrar junto" (comprehenilére), etcéter a.

En todos estos casos la nominación está motivada;se trata de designar un ser o un objeto inusitado (en

rrn principio) y qo. se asocia a uno mejor conocido, alque se parece. La o'pata de cabra" es un instrumen'to que tiene forma de pata de cabra, etc.; y como es

LA NOMINACIÓN 67

,lifícil representar las nociones abstractas, se las com-l)rr¿r con operaciones concretas.

l:)n la sinécd,oque y la metonimia la cosa recibe elr¡orrrbre de otra con la cual se encuentra en contacto:lorl«r y parte, productor y productq irrstrumento y ac-lión, etc.; la transferencia se origina además én h,,1 i psis,

'.t,.. Lu:¿aminnción expraiua. La nominación cognitivarlcscribe la cosa actualizando los caracteres objetiuos([orrna, función, relaciones, etc.) que definen su ser,l,rr ¡rominación expresiva la designa en relación con elr¡rrc lrabla y,expresa el ualor afectivq desiderativo, es_tótico, moral, que el locutor le atribuye.

No se trata tan sólo de identificar el objeto, sinorhr cyp¡ss¿¡ al mismo tiempo Ios valores extranoeiona-lr.:r r¡ue matizan su sentitlo (p. 35).

llrr "l¡urro" (de planchar o de carpintero) es un ins-lrurnt:nto de determinada forma; un ..chivo,, es unirrrlividuo de determinado aspecto y carácter, y en esterrjr,rn¡rlo hay también una intención irónica y des-¡ rtctiva.

l,ll cstudio de los valores expresivos, considerados enr,llos rnismos, pertenece a la estilística. Sin embargo, Ia,u.¡nirrtica no podría ignorarlo, pues se encuentran enr,l punto de partida de cambios de senticlo a conse., ur.r¡r:iA tle su evolución y del oscurecimiento de las mo-I ir rrciones originales (p. aa) .

l,¿r valoración estética o moral es la fuente principal,h. r,slt: tipo de nominación: ora por metáforá en .tmi

¡,rrlrrrrü", ttun buey", ttuna gallina,,, ora por formación

rlr. rlirninutivos y aumentativos de valor a[ectivo; el pro-r r':,() (.s siempre psicoasociativo: Ia pequeñez evoca iáeas

I68 LOS CA]\IBIOS DB SENTIDOI SUS CAUSAS

de delicadeza, de gracia, o aI contrario, de debilidad,mezquindad; y la grandeza evoca la fuerza o la maldad,la rnonstruosidad o la fealdad.

La tendencia al desprecio, a denigrar y satirizar, tanarraigada en la mente popular, juega un papel impor-tante en estos casos de transferencia.

Conocemos el lugar que ocupan las metáforas des-

pectivas del tipo "cabeza" ("coco") en el lenguaje fa-miliar y la germanía.

Los préstarnos tom¿dos de lenguas extranjeras estánfrecuentemente afectados por una xenofobia casi uni-versal, de donde las expresiones tturl judío", ttun liba-nés", t'un gringo" (( grigo, o sea, ttgriego"), tta lochino"; un t'eslavo" es etimológicamente un ttesclavo",

un ttpopoloca" es en el M6xico antiguo un tartamu-do. Hasta las cosas conservan a menudo el reflejo desu origen: "parlar" es para el español "hablar francés"y "habler" es para el francés "hablar españoI", ull rosse

es para el francés un "caballo' alemán" y un Mustang es

para el alemán un "caballo árabe". Por otro partg lamoda o el esnobismo pueden valorar de manera deter-minada cieutos vocablos: lunch, tbe o'clock, surprise

wrtry.

3. La t'uerza emotiaa subconsciente. Las formacionesexpresivas, al poner de relieve el papel de Ia afectividaden los cambios de sentido, confirman el análisis funcio-nal de Ia significación. El lenguaje tiene una doble{unción, es a la vez instrumento de la comunicacióncognitiva y medio de expresión. Todos los semánticosseñalan este carácter: 'Wundt, Bréal, Erdmann, Ogdeny Richards, Bally, Esnault, Delacroix, F. Paulhan.Stern, Ullmann y otros.

LA NOMINACIÓN 69

l',rr todas las emociones violentas, tales. la ira, el.urrrrr', cl entusiasmo, las palabras imprevistas y las imá-

¡i,'rres originales brotan de manera espontánea. La pa-:,iur y la inspiración son las grandes fuentcs de la, ¡,'rrt:ión estilística.

l,ll estudio de los iapsi freudianos y de los ¿có¿s vcr-l,rrlt,s psicoanaiíticos demuestra el c¿rácter sul;conscien-tc rlt: la emotividatl en el lenguajc. Las palabras rror'\l)r'osan solamente nuestras errtociones, sino obsesionesrlilusas, no fijadas la mayoría de las veces, c incons-.itrrtcs y hasta reprimidas por tabúes individuales o so-r:iirlt:s.

II. Sperberl ve en esta fuerza emotiva subcorrs-citr¡tc una fuente principal de los cambios de sentido.

Iin ca¿la colectividad existen temas preferidos, "es-lcr'¿rs de pensarniento", ligados al medio, a la actividady a las circun-qtanci¿r-q, [ !¡ue, siernpre presentes en eltlrr-sfondo de la conciencia colectiva, matizan sus pensa-r,rit'ntos (pp. 95 ss.).

,1 . 'fsbúes y art'ernisrnos. U¡ra palabra es rrn complejorlt: r,sociaciones. I-a viruela no solamente evoca ciertalrrlcrmedad, sino el conjunto de circunstancias en que.1t:rrcralmente es contraída, y los juicios peyorativos yrlcs¡rreciativos de la opinión pública, por esto, sc buseacn lrancés un sustituto: nrul itulien.Ii.ecuérdese tarnbiénll "mal francés". Tales palabras ncutralizan (duurnter:ierlo tiempo) la a-"ociaciírn poco grata,

Le decencia nos prohíbe toda inragen obscena o re-¡ru.9rrantc. Las précien.ses cxpu.lsaron de su voc¿rLulariolnsfa inculcar; la Inglatcrra vir:toriana cra igrralmentetlclicada a este respecto. Y se dice que en una 6poca

1 II. Sperber, Eínlührung ín tlie Betlcutung,slchre, Leipzig.

I70 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

más cercana a nosotros gue aquéllas, un conjunto norte-amedcano de seis músicos tuvo que llamarse "quin-teto", ya que 6'sexteto" parecía demasiado sugestivo.

, La cortesía nos impide hacer evocaciones desagrada-bles. No se mienta la soga en casa del ahorcido, yel muerto es ttel clifunto", ttel desaparecido,, o inclu-sive "é1".

Estos sustitutos, llamados eufemismos, se basan siem-pre 9n un proceso psicoasociativo? pero de naturalezapeculiar, pues lejos de motivar, lo que buscan es xom-per la asociación.

Uno de Ios procedimientos más socorridos consisteen sustituir Ia palabra por una eraresión culta carentede valor expresivo, En francés oo se ttsuda", se tttrans-

pirat'; se ttorina".

El er:fernismo interviene en la mayoría de los cam-bios de sentirlo. Se dice por perífrasis "el excusado","el gabinete"; por metonimia y sinécdoque se asocia Iacosa prohibida a cosas contiguas: "el guardarropa",otel lavabo", ttel haño", y hasta ttel teléfono". En carn-bio, rara vez se emplea Ia metáfora, que no haría másque reforzar la rnotivación. Ésta se horra por completousando palabras extranjeras, como u)oter-closet.

Finalmente, estas diferentes {iguras se combinancon la elipsis, la abreviación y el truncamiento. EIuater-closet, se reduce a t'uáter" o 'owáter". A fin deneutralizar la asociación, se crean continuamente pa-labras nuevas.

Distinto es el origen de los tabúes. No se trata J.ade una simple asociaci6n, sino cle una identificación delnombre con la cosa: el nombre del diablo es el diablo;por esto en Ias Ienguas de los prirnitivos (que se estruc-turan sobre Ia forma prelógica del pensamiento) los

LA NOMINACIÓN 7L

tlbúes lingüísticos prohíben los nombres de toda cosa

,ragrada o peligrosa. De esto tenemos numerosas super-vivcncias en las lerrguas modernas, entre ellas la culr:brn,rutlaluz¿ convertida en ttbicha", y eI zorro, que en al-

:lunas regiones francesas jarnás es llarnado renard,, sirto,

¡ror ejemplo, la béte ("el animal").Otro procedimiento consiste en apaciguar el ánimo

r» cl ariimal peligroso dándole un seudónimo de a{ecto:l¿r "com¡rdreja" del español es una "pequeña bella"(bclette'¡ en francés, una ('darriita" (ilonnol,a) en ita-liano, una ttnovia" (neaastd) en rumano, una ttjoven

rl¡rr,a" (jun¿dru) en sueco, y así por el estilo el ale-

irríur, irrglés, danés. portugués.2

.>. La econamía tle la ¡tolabra. Otra fuente de los can-lrios de sentido es ia economía cle la palabra, bas¿dacu cl principio del mínirno esfuerzo.

Se suprime en el discurso todo aquello que no se¿t

rrecesario p;rra la comunicación.Ia eli¡isis es la {orma. más frecuente de este proceso.

l,a "ciudad capital de D{éxico" se vuelve t'la capital del\{éxico" y finalrrrente "la capital"; las Ietras de inr-

Jrlenta itálicas son "itálica§", etc,l,a elipsis está ligada al contexto; Ia "capital" dc-si¡t-

na a la ciudad Je México en la medida en que se coin-

¡rrencle que se trata de una ciudad, y precisanrente de'

rrua ciudad mexicana. Se trata de uno de los sentitlosr:unlextuale§; clc la palehra (p. 34), pero cuya prct:isiónrlsulta innecesaria, por estar implicada en cl cnunciaclo.

? P¡,ra más detulles, véanse las intcrcsantes páginas tle [iamónt!r:nóndcz Pida'L (Orígenes tlcl Espafutl, t. \'Iir, ¡rp. 396-405. de,,rrs ODr¿s Completas, Espasa C.rl¡c, 19l-¡6), ilrrstrrdas con tulrrnpa, soble "Lo-q nor¡].¡¡es de la mrtstr:Ia". [T. l

/72 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

La economía puede modificar las palabras mismasmediante el Euncamiento. De "vehículo automóvil" se

pasa a t'automóvil" y luego a toautot'; un ttcinemató-

grafo" acaba en "cine", un tosupermercado" en o'super".

El desarrollo de las lenguas t6cnicas ha favorecidotambién abreviaturas como "uNESCo", "oNU", de lascuales ya nadie recuerda con precisión el origen, y quellegan a tener el valor de nombres verdaderos. El inglésha llevado muy lejos este g6nero de nominación, hastael grado de designar a personajes de renombre seña-lando únicamente sus iniciales, costumbre que empiezaa di{undirse"

La elipsis, el truncamiento, la abreviatura, se origi-nan en las "lenguas de grupo" que delimitan el con-texto: "labo" no es posible sino entre individuos quefrecuentan un mismo laboratorio. Posteriormente, aldesenvolverse y salir el sentido socio-contextual de loslímites del grupo, puede tener por consecuencia t¡n cam-bio del sentido de base (p. a5).

6. La claridad, d,e la comunícación; lo's conllicns horna-nímico's. Hemos visto que en Ia lengua un mismo con-cepto puede tener varios nombrcs (sinónimos): ] ünnombre significar varios conceptos (homónimos) ; Iacomunicación se acomoda a esta polisemia porque en e)discurso se coloca siempre la palabra en determinadocontexto que precisa su sentido. No hay peligro decon{undir "tocar el cuerno" y tt'clavar el cuemo", o laspalabras ttsima" y "cima" en ttbaió a la sima" yo'subió a la cima", ni se confunde el "cuerpo diplomá-tico" con el "cuerpo humano" o el t'cuerpo del delito".

Sin embargo, puede ocurrir que los vaivenes de laevoluci6n fonética y sernántica engendren formaciones

LA EVOLUCIÓN DBL SENTIDO 73

cuyos sentidos pueden con{undirse en un mismo con-lcxto; habrá entonces colisión y conllicto homonímtco.lin tales casos la lengua tiende a reaccionar redenomi-nando uno de los antagonistas.

Guilliéron ha señalado la importancia de este fenó-rlrerlo en un estudio fundamental.

IIa demostrado cómo, habiendo eausado en gascónla evolución fonética Ia homonimia de "gato" y "gallo"\cattus > gat; gallus ) gaú), este último ha sido elirninado por una formación de origen expresivo: óigey("vicario"): la malicia popular comparó al cura conun gallo en medio de s¡s gallinas.

El gato y el gallo no podían tener el mismo nom-lrre sin dar lugar a ambigüedades contextuales en {rasescomo t'el perro mató al (gat)", "dónde está el (gnt)",ctcétera. Uno de ellos debía dcsparecer y, como se dijo¡ror ahí con ingenio, en gascón el gato ha matado alr¡rllo,

No hay que dudar -sin que para ello tengamossicmpre las pruebas- que los conllicns h,omt¡nímicoshan dado lugar a numerosos cambios de sentido.

Iil francés antiguo, por ejemplo, tenía los verbosflmer y esffLer, respectivamente ttalnAr" y t'estimar",

lrrya evolución morfoiógica y fonética confundió en unal'rrrma única aimer y e(s)rner. Como l¿ estirna es

rrno de los clementos clel amor, Ia similitud forrética yscrniótic¡ debía neccsariamente ccnrJucir al conflictoiromonímico, máxirne que la lidad Meclia se complacía..cn formas al estilo de la ¡nuletilla lilcraria (il)t ume etcs¡ne. La homonirnia causó la clesaparición dcl vcr]¡oc(.s)mer ("asmar", en el c¡rso ¡rarllelo tlel cspañollntieuo), tanto en francés corno on cspañol, en pro-vccho de srr doblete culto, "cstimar".

74 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

De manera semejante el latín mulgére ("ordeñar")y molere ("moler") habían dado lugar a una for¡naúnica en francés: mnud,re, por lo que uno de los dosconceptos ha recibido un nuevo nombre: traire ("or-deñar"),

La colisión entre les héros ("los héroes") y les zéros(o'los ceros") causó en francés una actuai á noaspirada",

a pesar de que se sigue diciendo les héroiines, l'héroisme(otlas heroínas", ttel heroísmo"), sin "aspirar".

También fue Guilliéron quien señaló el papel de lausura t'onéti,c¿ en los cambios de sentido3 con el ejem-plo del nombre francés de la abeja. Esta palabra se

había reducido a é (.1. apem), forma demasiado pe-queña para no peligrar én la cadena hablada, por lo quese Ia sustituía por el provenzal abeille (1 apic'la\ <>

por el diminutivo aaette, o por metáforas como "moscade miel" (mouche d miel), 'omossa" (rnouche, mou.ch,ette).

2. I.,,t TVOT,UCIóN DEL SENTIDO

La nominación por transferencia de sentido es un actoconsciente de los sujetos hablantes, que dotan un con-cepto de un sentido, delil¡etadamente y con fines de-

terminados. Completamente distintos son los despla-zamientos de sentido que se efectúan motu proprio enel interior de Ia lengua (p. aa).

T'ienen valias causas:

1. Eaoluc.i,ón del relerente. El "fusil" deriva su nom-bre de la piedra que serr'ía para proclucir la chispa,

3 J, Gilliéron, Cénéalogie d,es mots qui désignent l'abeille,París, 1918.

LA EYOLUCIÓN DEL SENTIDO 75

pero seguimos llamando actualmente así a las armas decírpsula, de resorte, de aire comprimido. Ha cambiado[a co'sa, más ha conservado su nombre.

La evolución de las técnicas, de las instituciones,ile las costumlres, conduce a innumerables cambios descntido; en todo caso, a una rnodificación de las ¡ela-r:iones entre el significante y su contenido, porque uno¡,uede preguntarse si hay cambio de sentido strtcto.scnsu., pues la esencia del {usil está en su {unción, lar:ual no ha cambiado, Hay aquí una consecuencia dela arbitrariedad del signo, resultado del oscurecimientoJe la motivación etimológica. Cuando se oscurece larrsociación entre el arma y Ia piedra, el fusil vienesiendo un arrna de una forrna dada y podemos hablarde un fusil de compresión, lo rnismo que se procede aherrar un caballo de hule o se dice que el carro del Es-tado navega sobre un volcán. Los antiguos llamabancatacresis, o abuso, a esta figura; de manera más acer.tada Darmsteter ve en ella un olviclo.

tr,os tlesplazamientos de sentido que de ello resultan,.on cle tres tipos:

a) Cambio d,e l,a naturaleza del referente. Este escl c¿rso de Ia mayoría de ios pro«luctos de Ia técnica: ell'usil ya no es una arma con una piedra; la pluma yano es una pluma de ave; el papel no es ya una hoiarle papiro; y cle Ia misma manera la realeza, el matri-rnonio, el parlamento, no son ya lo que eran anti¡;ul,mente.

b) Cambi.o ilel conocimiento qu,e tenemos del rele-rente. La ciencia nos descubre nuevos aspectos de loreal, y cuando no crea nucvos términos, cl contenidorle las ¡ralabras se modifit:a. Nuestra electricidad no esr-a l¿ cle Franklin; nuestro átomo no es el cle f)ernócrito.

T

76 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

ni siquiera el de Berthelot; y seguimos diciendo que elsol se pone o s€ levanta.

e) Cambío en, nuestra actitud subietiua respecto aJ

re¡erente. La circunstancia, la expeúencia, la costum-lrre y la propaganda hacen que cambiemos la idea quenos hacemos del comunismo, la delincuencia infantil,el divorcio, etc., y con ello no sólo el valor afectivo.sino el contenido nocional del vocablo,

Esto es partieularmente importante en los nivelesmás elevados de Ia abstracción, donde los conce.ptosdesprendidos de su sustrato relerencial (p. 110 s.) estánen constante transición.

Las lamentaciones sobre el valor de palabras como"democracia" o t'iibert¿d" son lugares comunes en Iacrítica semántica. De hecho, de una generación a otra,de un grupo a otro, y sobre todo de un país a otro. setrata de palabras diferentes que los traductores debe-rían conservar en la Iengua original, al igual que selrace con muáik, isba, home, Clrístmas-cake, Rcalpoli-tik, Gemütlich,keit, y otras.

2. El oscureci.miento ilc lu, motiuaciín. etimológi¿a.He-mos visto rnás arriba detaliadamente (p. 44) círmoIa imagen inicial tésta ("tiesta") se borra, dejando unanueva palabra qlre viene a remplazar a chef. Esta se-mantiz¿rción de los valores estilísticos es l¿ fuente rnásimportante cle la evolución semíntica; alcanza la ma-yoría de las palabras debilitando sus sentidos. En lostiempos de Racine, el verbo géner se relacional¡a direc-tamente con su origen (t'tortura", ttgehena"). mientrasque en la actualidad significa "incomodar" y -"u evo-Iución dio un paso mírs al pasar al alemán como genie-ren,"tener vergüenza". Caso igual es ttformidahle", que

LA EVOLUCIÓN DEL SENTIDO 77

llinrológicamente es tttemible"; o "her:noso" (1 fer-rnoso ( lormosum), que originalmente era "de formaI bcllal".

l\. La estratit'icoción soci.al. Lo que llamamos lenguacstá constituido por estados de lengua: hay lcnguas delorro, de géneros, de medios (pp. 38 s.).

Las lenguas de grupos sociales, en particular, presen-lan características distintas que se relacionan a la vezcon la cultura, los modos de vida, y sobre todo la acti"vidad económica y técnica del grupo: según Meilletalury estratilicación social de la lengua.

Ciertas palabras, que tienen un sentido general, sonr:l bien común de la colectividad; otras, que forman ma-yoría, tienen varios sentidos contextuales (pp. 34 s.),por los que los distintos estratcs sociales demuestran in-«;linaciones preferentes; finalmente, hay otros que per-tcnecen exclusivamente a un grupo, y que tienen un sen-tido especinl,' son los tecnicismos generalmente.

Al pasar de un grupo a otro, el sentido de la pala-lrra se modifica. Estos "préstamos sociales" son los quesegún Meillet constituyen el "principio esencial del cam-bio de sentido". El movimiento es doble: una palabraespecial es acloptada por la colectividad total, o al con-trario, una palabra general es abandonada a un gmpcr,Io que da lugar a que en ese grupo cristalicc el sentidocontextual especial. Hay generalízaci,ón, o especialí,za-ción de la palabra.

"Arribar" fue originalmente un térnlino le carácternáutico, y significaba alcanzar la riba, Ia orilla, y luegose generalizó con un valor cstilístico que, al borrarse

I A. Meillet, "Comment les mots changent de sens", enAnnée so ciolo gique, l9f,.5-06.

78 LOS CAI\,IBIOS DB SENTIDO: SUS CAUSAS

en francés e inglés, dio al vocablo el sentido de alcan-zar un punto cualquiera, y no ya únicamente la ribera.Se ve que ala generalización, qre es un agrandamien-to de la esfera social de la palabra, corresponde iamayoría de las veces una extensión del sentido, unagrandamiento de su área referencial (pp.38 ss.). A laespecialización corresponde una restricción.

La serie francesa poudre, cou,ue\ muer, traire ("po-ner huevos", ttempollar", t'mudar de pelo o pluma","ordeñar") es un ejemplo bien conociCo de espec.iali-zación social. Etimológicamente estas palabras tienenun sentido general: "colocar" (lat. ponére), "estar ten-dido en" (lat. cubare), "cambiar" (lat. mutare), y "Ii-rar de" (lal. traltére). El sentido contextual de "ponerun huevo", tttirar de la ubre de la vaca", etc.. ha eli-minado en el ambíente rural el sentido de base, porhaberse hallado en una situación privilegiada que locondujo a perderlo.

4. La contamina.ción. Cuando dos palahras se encuen-tran en contacto, se puede presentar el fenómeno de lacontam.inación o conta gio.

La contaminación puede ser de origen sintácticocuando dos palabras se encuentran freouentemeute enciertas constr¡rcciones.

Las palabras francesas rien (1 rém), pcw (( pas-sum), point (4 pun"turn), personne (1 persona) noson negativas etimológicamente. Personne, ¡ta:s y point,conservan, desde luego, su sentido de sustantivos ("per-sona", ttpaso", ttpunto") . Rien es ttcosa"; en francésantiguo se decía "la rien fcosal que más amo en elmundo". Pero estas palabras, a fuerza de encontrarseen contextos de negación

-16¡¡6 quig¡e cosa falguna]",

CLASIFICACIÓN DE LAS CAUSAS

"no cejo [ni] un paso", "no veo [ni] un punto", t'no

iray persona [alguna]"-, indujeron a la gramática aconsiderar que debían ser empleaclas siempre con Ianegación ne. En cambio el lenguaje popular consider¡inrrecesario ne y estima que rien, persorune, etc., son lasruer3aciones.

La contaminación puede ser t'onética, y hay enton-ces cruzamien¿o de dos formas, como en los ret¡uócanos.

Esto puede penetrar en la lengua, principalmente encolectividades bilingües en que fácilmente pueden ocu-rrir confusianes entre los dos idiomas. Por ejemplo, la áen la palabra francesa haut ("alto"), proviene de uncruce entre el latín aLtum y el germánico h,och, y en lapalabra craind,re ("temer"), la c se explica por tratarsetle nn cruce entre el lalin tremere (t'temblar") y

"lcelta ltrem.La contaminación puede ser semántíco. Por ejemplo

las palabras francesas recouurir ("recubrir") y re-coul)rer ("recobrar") son frecuentemente confundidas.

El bilingüismo f,avorece en especial la contamina-ción semántica bajo la forma de calca:s. Innumerablesan.glicismos y americanismos penetran aetualmente enlas lenguas europeas a través de traducciones precipita,tlas realizadas en lu prensa, la radio y Ia novela popu-lar; con el tiempo estos turistas del idioma terminanpor adquirir carta de ciudadanía. Asi réaliser, semírn-ticamente contaminado por el inglés ro r¿¿¿Ji.s¿. es unver"bo que el francés actual ha incorporado con su nue-va ocepeión en ttse realiza una situación" o ttel cstadornayor realiza las intenciones del enernigo".

Estas corrtaminaciones semánticas pueden ser difí-ciles de descubrir cuando no alteran ni Ia Iorrna ni r:Is;entido de las palabras. Pero en una forma más dis-

82 LOS CAMBIOS DE SENTIDO: SUS CAUSAS

ducción francesa de un texto inglés; se trata, pues, deuna calca. La evolución de traire es el resultado de laespecialización social de la serie pond,r,e, couaer, elc.(p. 75); pero antes de ello traire era un sustituto me-tafórico por nwud,re2 implicado en un conflicto homo-nímico (p. 70).

En latín la palabra cirrus tavo el sentido de base

"rizo", y, por contigüidad (sinécdoque), tomó el de

"cresta", y llegó a desplazarse en Hispania hacia "mon-tículo", con cuyo sentido conocemos actualmente lapalabra "cerro". Algunas cle las palabras desplazadas,que antes significaban "cerro", subsisten regionalmenteo en contextos arcaizantes: ttotero" ( altarium; ttcueto"

( "coto" < cotto; "pry" ( podium, ) "poyo";t'coll" 4 collís, "colina".La mayoría de los cambios de sentido son el resul-

tado de procesos múltiples, cuya complejidad ejempli-ficará este último caso:

El hígado es en latín iecur, pero existía en Romaun platillo particularmente apreciado de hígado conhigos (a menos que se haya tratado de hígado de gansosalimentados con higos). Era el iecur licatum, y por elip-sis ficatum; posteriormenfe el licatum terminó pordesignar todo platillo de hígado y finalmente al órgano,tal coino si en francés existiera el muy plausible casode pasarse de "papas fritas" (d,es pommes de terrefrites) a "fritas" y luego a t'fritas hervidas", "la cose-

cha de las fritas" [o en español t'déme una cervezafría" elipsado a "déme una fría" y luego semantizadoen "una fría al tiempo", o el colrno: ttuna fría calien-te", empleado en Puebla (México) para referirse a unatortilla de maíz recalentada]. La explicación del pasode íear a licatum y a "hígado" se complica con algo

LENGUA Y ESTRUCTURA 83

rnás: tanto la forma esdrújula castellana como la formalrancesa foüe suponen un cambio de acento, hasta ahorairrcxplicado, de licátwm a lícatum.

Saltan a la vista la dificultad de un análisis de estar:s¡rccie, su valor hipotético, y los peligros que implica,rurndo en Ia cadena de reconstrucciones falta el menorcslabón.

lin estas condiciones ¿será posible establecer leyestle cambios semánticos? Parece dudoso, y la cuestiónlra dado lugar a innumerables controversias.

Como las relaciones significantes son netamente con-vcncionales, no puede haber leyes, a lo más habrá reglassemiológicas. Pero las palabras son siempre etimológi-camente motioad,as, y su evolución ulterior provienerlc ca¿sas identificables / definibles; resulta que lat;reación y la evolución de las palabras están d,etermí-nadas, lo que implica la noción de leyes.

Pero hemos visto que esta determinación qued,a li-ltrc (p.33), y nos es tan poco posible prever el naci-miento y el destino de una palabra como los de unindividuo.

Sólo se puede, como en la sociología, señalar terudencias: oscurecimiento de la motivación, eliminaciónde los conflictos homonímicos, metaforización cle Iasrrociones abstractas, expansión o atracción de temas

¡rsicosociales privilegiados, principio del mínimo esfuer-zo, etc., son fenómenos que tienen efecto en todas lasí'pocas y en todas las lenguas, pero cuyo estudio sólocs verificable considerando el conjunto. Puedcn ser unat'xplicación después del hecho en un caso particular,l)ues son ciertamente la causa del fenómeno, pero a lavez una causa que no es necesaria: no se trata de leyes,sino de ten"d,encios estad,ísticas.

V. PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

l. Lr¡¡cu¡, Y ESTRUCTURa

Hasrl aquí hemos considerado las relaciones del con'cepto y de la forma significante en el nivel de la pala-bra aislada, como cuando se hace el inventario de unacasa o el recuento de una tropa. Pero una lengua es

un todo, un organismo donde el va]or de cada elementodepende no solamente de su naturaleza y de su formapropia, sino también de su lugar y sus relaciones enel conjunto.

El cuerpo humano, por ejemplo, está constituido porcélulas, las cuales {orman tejidos que constituyen órga'nos (corazón, hígado, etc.), agrupados a su vez en sis'temas (circulatorio, respiratorio, etc.), y el toilo integraestru,cturos coherentes en que todos los elementos ygrupos de elementos dependen unos de otros. La for'ma y el funcionamiento del sistema circulatorio, porejemplo, dependen de los del sistema respiratorio.

Corresponde a la lingüística saussuriana haber seña-

lado de manera original y revolucionaria que la lenguaes una estructura. Este enfoque condujo al estudioestructural del sistema de los soniilos: la fonemática;ella penetra cada vez más en la sintaxis, y reciente-mente está en vías de abrir nuevas perspectivas a la se-

mántica.Los diccionarios de raíces y de familias gramaticales

por una parte, los diccionarios ideológicos por la otra,establecen la existencia de estructuras formales y con.ceptuales en el interior del léxico; el análisis de la sig'nificación muestra al mismo tiempo que toda creación,sea morfológica (derivados y compuestos) o,semántica

B4

MOTIVACIONES INTBRNA Y EXTERNA 85

(contaminación, etimología popular, cambio de senti-rlrr), descansa en as,ociaciones entre pal.a,bras.

Saussure mostró en su C¿¿rso que las palabras for-,rran un sistema en el cual cada una extrae su oaüorrlc su posición con respecto a las otras: ttcarnero" noliene el mismo oalnr qrte en inglés sheep, ya que de-siqna a la vez la noción de sheep (borrego vivo) yl¿ ¡fe mutton (borrego en la carnicería).

Saussure ha subrayado en su Curso la "interinani-rnación" del léxico, en donde cada palabra es el cen-I lo cle una ttconstelación" de asociaciones.

f---fr"r;-\\__/. | '.,' i t..

cnseirar ,l ,iatarra," i '.cnseñamos I ¡enrplanza-z'lr t\¿" \

,"' ,pr.náir.¡e etcictc. t \

instru'lción. etc'

.1¿.

etl.

Reproducimos aquí el esquema saussuriano (Curso,¡rígina 175), en el que la palabra "enseñanza,, estált'lacionada, por sus sonidos y su forma, con ..enseñar,r,

"cnseñamos", etc., por su contcnido con ttaprendizajerr,"instrucción", ttdidáctica", etc., y por su forma foné-Iica con "matanza"r tttemplanza,,, etcétera,

I)csgraciadamente, no tuvo Saussure tiempo pararlcsarrollar esta noción de la t'red de asociaciones".

86 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

La idea se encontraba, sin embargo, en el aire, Elestudio de las metáforas, por ejemplo, postula irnplí-citamente la noción de estructura; y se las ha agrupadosiempre según su origen (metáforas tomadas del voca-bulario de la caza, del cuerpo humano, de elementosnaturales, etc.), o según su destino (metáforas que de-signan el amor¡ la idea de fuerza, el dinero).

Ya en 1910 R. M. Meyer comprobaba que en lanomenclatura de los grados militares cada término de-riva su valor de su posición en el conjunto de la termi-nología que constituye un "sistema semántico" (Bed,eu-tungs-System).a

L. Weisberger? por su lado, insiste en la interdepen-dencia de nuestros conceptos y de nuestras palabras.Muestra, por ejemplo, que los nombres de los coloresforman un sistema arbitrario, que se podría muy biendividir de manera distinta el espectro, y que los anti-guos tenían una escala diferente a Ia nuestra, que re-fleja una manera de concebir la realidad distinta de lanuestra.

Abre así el camino al estudio de los "campos lingüís-ticos" que habrá de -.er ilefinido por Thier.

2. Mouv¡.crór rurnmse y rforrvAcróN EXTERNA

Como quedó dicho antes, los modos <Ie formación ver-bales pueden ser internos o externos.

Los cambios de sentido se debe¡ eseneialmente a unamotivación externa, Ia que, con muchas reservas, seráobjeto de las páginas siguientes. Pero lo que mothtael sentido es efectivamente la analogía entre dos cosas

1 R. M. Meyer, "Bedeutungssysieme", en K. 2., XL[I, 352-368 (1910).

LOS CAI\,IPOS LINGÜfSTICOS DE TRIER 87

,:,,rrcebidas en Ia realidad y fuera de la lengua. Cier_t¡unente, varios de estos cambios de se¡rtido se origi.r¡¡rn. en el. idioma (conllictos homonímicos, contami-

:,,,,,i:1, eümología popular). pero según la semánücau'uulctonal no se trata aquí sino de accidentes o der:nsos marginales,_ y Ios principales tropos (metáfora,lrctonimia) son definidos y cóncebidos desde el exte-rior. Para Bréal y sus discípulos, la semánüca se orien-tnba ha-cia los aspectos lógicos, psicológicos e histórieosrI: Ios fenómenos, mucho más'iue h"üu

"r-""rsalidadI i rrgüística.l,ll estructuralismo no podía dejar de criticar este

¡rrrnto de vista. Yo lo hice "r, -i libro Étym.ologie,

('n que traté de mostrar: por una parte, que Íu poro'ni-rrrin, h-ajo múltiples formas, lejos de ser'un accidentecs un lenómeno general, y por otra parte, gue la moti-vrrr:ión exoglótica, por evidente y ,.a..o.iu que sea,ls un criterio Iingüístico incompleto e insuficiente. Vol-vicndo.a-uno de mis ejemptros: li bécasse [cierta ave lla-¡rrrrda "chocha"- en español] tiene ur, ,roñbr", bec, quecn francés significa

-"picuda,, y que le viene por tenerr.l ¡ico largo (criterio externo o áxoglótico), ir"ro ude-rruis por existir dentro de la lengua frur".rr ál modelor) r'ccurso de- designar un animai con base en una par.t ir:rrla-ridad física (comp . orej ón, cabezona, píco_caioa,rrtlto-hueso, boca.-chíco, cascabel,

"r, espoáol¡. Así es

,¡rre el hecho externo debe ser tomado ei consideraciónrrir'.rnpre conjuntamente con Ios criterios endoglóticos.

Ilespecto de esta cuestión fundamental lñe c.rrfor-rrrrrré aquí con exponer algunos estudios y criterios bá-nir:os para una semántica endoglótica y estructural, to-rlrrvía en pañales, pero que ya permiten yislumbrarrurn rcnovación de nuestra disciplina.

BB PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

3. Los caMPos uxcüÍsrrcos ¡u Tnrrn

J. Trier en sa Der d,eutsche Wortsclwtz im Sinnbezirkd,es Verstand,es (Heildelberg, 1931), estudia Ias pala-bras que se relacionan con el sector conceptual del en-tendimiento y señala qune constituyen un conjunto es-

tructurado, en el interior del cual cada una está bajola dependencia de las otras.

La idea de Trier, como la de Weisberger, es quenuestros conceptos abarcan todo el campo de lo real,como las piezas de un rompecabezas, sin dejar huecosy sin superponerse.

De ello resulta que todo cambio en los límites deun concepto acarrea una modificación de los conceptosvecinos, y, de rechazo de todas aquellas palabras quelos expresan.

De esta manera Trier aprecia que a principios delsiglo xrrr eI vocabulario alemán del conoqimiento des-cansa en tres palabras: Visheít, ttsabiduría", Kurut,"atte" 1 y List, "maíta", ttartilugio"; un siglo despuésse encuentran Wisheít, Kunst y Wissen. Pero no se debe

creer que hubo simple sustitución de List por Vissetu.De hecho, el sentido de los tres términos del complejoha cambiado clesde entonces al renovarse por com-pleto la estructura lexicológica y la visión del mundoque refleja.

Ilacia 1200, Kunst se aplicaba a la esferas cortesa-nas del saber, al conjunto de los conocimientos del

"hombre probo" (prudl'-homme) y del caballero; .Lislse aplicaba a las esferas de conocimiento del villano.Son l{ünste el conocimiento del código cortesano dehonor, el modo de batirse en torneo, la actitud hacialas mujeres, y también el arte del poeta y, de una ma-

EN TORNO A TRIER 89

rr,'ra general, las toartes liberales". En cambio la medi-,'irrl, Ia astronomía, todos los oficios, y la destreza téc-

rrir:¿ del artesano, sorl Liste.l)ero el contraste Kuwt-List, que a falta de mejores

r',,cablos traducimos pot arte y artifício, expresa en rea-lirlld una diferencia que estriba menos en la natura-lirlcza y en la forma intrínseca del conocimiento que enlir clase social y su actitud hacia el saber. Así, la tcna-cirlad y la destreza en el combate, el dominio de sí, son/(anst (arte) en el nobler pero Zisl (maña) en el

¡,r rcblo.Y la Wisheie (sabiduría) contrasta a la vez con

liu,rtst y con List y cubre a ambas. Es eI conocimientor'''¡riritual considerado alavez desde los puntos de vistarrroral, estético y, sobre todo, religiosoo frente a las¡rr:titudes y habilidades prácticas que son las artes corte-siuras y las técnicas plebeyas; es sapíentia, tanto en suc¡r¡irrcnte carácter de sapientín personalis como de sa-

¡ierúia, dei.[,as tres palabras reflejan, pues, una situación y vi-

sión del mundo partieulares: un orden material dellonocimiento gue es doble y que opone una sociedadlr¡¡tcsana con su Kunst a una no cortesana eon su trrlsr.

l)cro este mundo dividido por dos modos de aprehenderlt realidad social y económica, recupera su unidad en elorden es¡riritual. Hay dcs actitudes espeeíficas hacialt acción v ciencia material, pero solamente una ha-r:ia la sabiduría y hacia el conocimiento divino quet:ubre a ambas.

Cien años más tarde este esquema ha cambiadolrrrnlrletamenle. List ha sido rr:rnplazatlo por Wissen,(saber), pero el contenido y Ias relaciones de Ios trestí.rrninos Wislteit, I(unst, Wíssen es distinto:

90 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA 91EN TORNO A TRIER

4. EN ¡onNo I TRren

I(ansl designa ahora las esferas más elevadas delconocirniento: tiende hacia el sentido moderno de arteen oposición a Vissen, que se aplica al saber en ge-neral y a Ia habilidad y la capacidad técnica en par-ticular, pero sin connotación social. El conocimiintoy las capacidades del individuo pueden desde ahoraconsiderarse independientemente de su clase social.

Wisheit deja con esto de abarcar el dominio deKunst. y d,e Wissen; el saber material y la sabiduríaespiritual difieren ahora en su esencia. Este nuevo es-quema refleja Ia desintegración de esta unidad y de estacatolicidad del c.onocimiento característico de ia civili-zaciín medieval.

Las palabras forman de esta manera un ..campo lin-güístico" que abarca un campo conceptual y expresauna visión del mundo, que permiten reconstruir.

Las ideas de Trier han sido el origen de numerosostrabajos. En el campo francész Hans Sckommodau. porejernplo, ha señalado cómo en el curso del siglo xvrnIa-degración de las nociones morales ha sobliado elT alcr de las palabras de la vida afectiva; el voeairulariode la sensibilidad se transforma por la asimilación deIa sensibilidad moral a la sensibiiidad física.

2 H. A. Hatzfeld, "Linguistic investigation of old French highspirituality" (con buena bibliografia), en pMLAA, LXI, 3tI-378 (1946).

L¿ noeión de campo lingüístico, de{inida por Trier,r:onstituye la gran revolución de la semántica moderna"

Sin embargo, era inevitable que suscitase críticas yr cajustes.

La iclea misma de un campo lingüístico homogéneo,

sin huecos ni superposiciones, no resiste el examen, si

srrlimos del privilegiado dominio de las nociones intelec-lrrales que

-escogiá Trier. El vocabulario del mundo

físico y material es siempre confuso en sus linderos. Porrrtro ládo, partiendo de los conceptos, ignora Trier lairnportancia de los cambios {onéticos y semánticos que

rrlcctan directamente a la lengua.

Iistas críticas generaron nuevas definiciones del cam'

¡ro lingüístico, también llamado "campo semántico",

I¡tsado en criterios di-terentes.

Jolles e Ipsen3 definen el "campo" partiendo de cri'Icrios formales y lingüísticos. Ocurre lo mismo con

los "campos asociativos" de Bally, para quien el campo

,k: la palabra "buey" induce a pensar: J/ -en

toro, vaca,

r'('s, cuerno, rumiar, efc.; 2) en labor, arado, yugo, etc';y finalmente 3/ puede hacer pensar, en español o fran-t'í's, en fuerza, tenacidad, trabajo paciente, aunque

lrrrnbién en lentitud, pereza, pasividad. EI lenguaje

[i;lurado interviene como un reactivo (comparaciones,

nretírloras, proverbios, expresiones estereotipaclas);

r:onrpárense: un calor para ¿tsar un buey; rumi¿rr una

i,kll poner un arado delante de los hueyes; {uerttr como

,,,, buey; ser un buey para el trallajo, etcétera'a

:i C. Ipsen, "Der neue Sprachbcgrif{", en Zeit' tür Deutsch'

/,¡rnde, XLVI, 1932.a Clr. 8a111', en Franqais Modcrne, VIII, p. 195 (1940)'

92 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

Diliere esta definición del campo rotundamente deIa de Trier. La noción de estructura lexicológica es

ccmpleja y converge en estudios de los estilos más dis-tintos, según el punto <le vista adoptado. El problemaestá todavía lejos de haber sido examinado y aclaradoen su conjunto.

5. Ll r,rxlcor,ocÍA DE l\{aronÉ

La lexicol,ogí¿ de Mato¡é5 es uno de los desarrollosmás recientes de la semántica estructural.

Es un estudio de los "campos nocionales" empa.rentado con el de Trier en la medida en que es para-glótico, ya que según el autor "el objeto de Ia lexicolo-gía es particular; es partiendo del estudio del vocabu-lario cómo intentaremos explicar una sociedad. Podría-mos definir tarnbién la lexicología como una disciplinasociológica que cmplea el material lingüístico, que sonlas palabras" (La méthode, p. 50).

Es sobre todo cuestión de temperamento y de visión

-por no hablar de método-, lo que separa a Trierde Matoré. El primero es t'filóso{o", en le tradición dela escuela iclealista alemana; el segundo es "sociólogo"de Ia escucla francesa ilustracla por NIeillet, Brunot,Vendryes.

Trier estudia ante todo Ia vida espiritual y moralcon la finalidad de captar cl Geist ("espíritu") de unanacií¡n y de una época, mientras que lVlatoré se inte-resa principalmente por el sustrato material, económico,t6cnico, político, del léxico.

Es {ácil reconocer en el último el enfoque con sus-

5 G. Matoré, La méthode en lexicologic. Domaíne frangak,E. Didier, ParÍs, 1950.

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E: em E{ t -r§TE : Tf,.ClilC-l' ana l-ái(Scgrin G \lato¡é, Iz méiho¿e a lexlcologie)

Imaqrnlctones

EL ARTE

94 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

titución del estudio "atómico" de palabras aisladamenteconsideradas por la noción de estructura.

Matoré deslinda en primer término las "generacio-nes lingüísticas'2, que son los grandes gajos históricosdentro de los cuales estudiará la estructura lexicológicadesde un punto le vista estático. Divide de esta suerteel periodo que va del Renacimiento a las postrimeríasdel siglo xlx en once generaciones de unos 33 años.

En cada uno de estos estados de lengua encuentrala presencia de palabras-testígo o neologismos corres-pondientes a nociones nuevas que surgen en el senode la colectividad en ese particular momento de su his-toria. Entre estas palabras-testigo algunas tienen unaimportancia primordial, honnéte homme ("hombrehonrado, cabal; buen hombre") en eI siglo xvll; "{iló-sofo" en el xv¡rr. Son palabras-claue que rigen a lasotras y son el centro de rn cam¡to nocional. La lexico-logía tiene por objeto establecer, deslindar y estudiarlos campos nocionales que caracterizan una sociedad.

De La méthod,e en lexicologie reproducimos, a títulode ejemplo, el plan para el estudio del léxico de la ge-

neración de 1765, y el campo nocional de A*e y Téc-nica hacia Ia misma época (v. esquema, p. anterior).

EL LIiXICO EN 1765

A) Ttpo socral: nr- r¡lósoro:

B) FiNrs: LA Ftrr.rciDAD:

C) M¡nros:

f. Le. razón y las luces.

a) Razón: su carácter: ni autoridad ni tradición: tra'dioional (1772) ; eclecticismo (1755).

b) Luz: etr siglo cle las Luces.

ESFERAS DE PENSAMIENTO DI.]SI'IiIII}I.]II I

Jl EI métodor

o/ Análisis: analizar (fin dcl s. xvll).ó/ Experiencia: empirismo ( I736, rurxlir.irrl ).c,) Síntesis (s. xvrr: Descartes) y sislr.rrrr.

2./ Bl modelo: Ia naturaleza: principul olrjr.t,r r

la ciencia; la observación.

a) l. Ciencias naturales: zoología, botírnir:n, r,l

2. Derecho natural: el "I¡uen snlvljr:" ("[rrsauuage" ) .

3. Moral natu¡al: deísmo, ateísrno, r,hnrlrrt,nismo (1752).

ü,/ La naturaleza y e7 sentimiento.1. El Arte: el "Bello ld,eal" ("beur il.inl"2. El gusto por. la Naturalezo: jurdín irr¡¡lr'.

etcétera.

lÍ. El sentimiento.

l. En la vida: sensible, sentimental, romrintir:u, r.ru

térico, apología de las pasiones (ardor, r,nt¡rril,,nléxtasis, vapores, Iágrimas),

2. En el arte:l/ El corazón: sentimiento, patético, txrnnrovr,rl,r

interesante, lindo,2) La imaginación, el mrmen (labia, "ucr.ari').3) I-a originalidad: genio, mágico, plugio (r¡,'rrrl

mico se vuelve peyorativo).

3. En h filosofía: esoté¡ico (1755), cs¡ririrrrrrlint(177s).

III. l,¿s sensaciones,

1. En l¿ vida: el placer; vocabulario galarrlr': volrr¡tuosidad, amono ("affaire"), favores, furrtrrrrírr, r.t,

2. lin el arte (papel importante de las rrto¡ ¡¡rr.r¡r

"intelcctuales" que la literatura: pintunr, rrrÍrrir.rr3. En lilosofía: Helvecio.

96

D)

PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

IY. La sociedatl: el esprit, Ia conversación, el gusto, la co'corrupción del corazón (burlar, persíÍler, 1762).

Y. La t¡irtuil,

Los Rrsurteoos:

l. Nueua clasílicacíón de las ciencia.s.' psicología (psicó-

Iogo, 1760), estética (1753).

2. Los progresos d,e las ci,encías: c.bandono de la menta'Iidad precientíIica. Las ciencias y el problema de Ianomenclatura, Los progresos de las ciencias:

a.) 1. Ciencias naturales.2. Química3. Física.4. Matemáticas.

ó,/ 1. Ciencias económicas: economistas 0767): los fisió-cratas, la noción de clase social (Turgot).

2. Ciencias políticas.

3. Las artes,

o,l Las tendencias del gusto: academisrno, originalidad.El o'genio".

D/ La nueva estética: de 1o lindo al "bello ideal".c) Las realizaciones.

1) Artes plásticas I su ¿esarrollo: la pintura.(bellas artes) I -- --- -- -

2) M{¡sica. I Pro.". Pocsía. El vocabulario3) Literatura I litelario: noble; neologismo,

(bellas arrcs) ) neología.

4. La aid,a económica: los oficios (Enciclopedia); el co'mercio: capitalisrno (1759) ; importación (1748), comer-

cial (1749), contabilidad (1753).

5. Las nuéaas ideas.¿) El análisis. La Enciclopedia. Las nuevas nociones,

arte, técnica, ciencia. Valoración de la idea de traba-jo; maquinismo (1742), industrial (1770),

ENCRUCIJADAS DE BELIN-MILLERON 97

á/ Evolución y progresor la perfectibilidad (1750), per-fectible (1767), decadencia (1770).

c) Individuo y sociedad: individualidad, genio. La so-ciedadr vida política, libertad, patria, nación, hu.manidad.

d,/ Síntesis: Ia idea de civilización (1769).

Este cuadro expone al análisis la estrecha interde-p€ndencia de las dos nociones, tal como se encuentranen los escritos de ese tiempo, en especial en los Salo-nes de Diderot y en la Enciclopedia.

Las ideas y el método de Matoré se han concretadoen algunos estudios importantes: la propia tesis delautor solrre Le uocabul,aire et, la société sous Louís-Philippe, la de A. J. Greimas sobre Za moile en lBS0.Essai de ilescription du uocabulaire aestím.entaired'aprés les journaux d,e mode le l'époque,la de B. Que-mada sobre Le comrnerce aÍwureu$ dans les roruiltsmondains (1640.1670).

Por su originalidad y por una constante preocupa-ción metodológica, consagran estos trabajos ia impor-tancia de la noción de "campo lingüístico,,, dándo[e ellugar que, sobre todo en Francia, no le había sido con-cedido, y al mismo tiempo encerrándolo entre límites,

1,n duda deseados y reconocidos por el autor, pero quedeben superarse.

El estudio de las "esferas do pensamiento,, de Sper-ber y Ias "encrucijadas lingüísticas" de Belin-Milleion,ponen en evidencia el aspecto psicológico y lingüístico(str,ícto sezsu) de este problema"

6. Esrrnq,s DE pENSAMTENTo DE SprRrrn

Sperber6 (p. 66) ve en Ia luerza emntiuq una de las6 H. Sperber, Einführung in ilie Beileutungslehre, Leipzig.

98 PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURA

fuentes de la creación lingüística y de los cambios de

sentido.Lo mismo en la colectividad que en el inilividuo

hay esleras de pensamiento privilegiadas, suerte de

temas obsesivos.

Dependen del medio y ile la actividad: la tierra, las

estaciones, por ejemplo, ocupan un lugar,preponde'rante en los pensamientos y preocupaciones de los cam'

pesinos; al igual que el mar y la navegación preocupan

al pescador. Se ligan también a las circunstancias: los

temas religiosos en ciertas épocas, los temas políticosdurante una ¡evolución, adquieren lugar de preferen'cia. Así, el miedo, el odio o la voluntad de poder pue'den invadir en tiempos de guerra el campo del sub'consciente.

Se trata de obsesiones difusas, no fiiadas, frecuente'

mente inconscientes y aun inhibidas por tabúes sociales.

Desde el escondido puesto que ocupan en la con'

ciencia, coloran el pensamiento y actúan en dos direc'ciones Áobre el lenguaje: por atracciíny por expansión.

Pueden atraer otÍos pensamientos y otra§ palabrasa su órbita, tomando imágenes de la realidad exterior.Así, la ametralladora se vuelve para el soldado un

molinillo de café, o una máquina de coser, una rega'dera, etc. El lenguaje popular (argot, caló, germanía)y el'lenguaje familiar tienen una bien conocida ri'queza metafórica para referirse al dinero, el sexo, alamor, temas obsesivos, si los hay.

La fuerza emotiva puede actuar también por des-

compresión: el tema estalla y se vuelve fuente privile'giada de imágenes. Esto hace que en ciertas épocas yen ciertos medios el lenguaje militar, religioso o polí'tico actúe sobre el vocabulario entero. Basta pensar en

LOS CAMPOS SEMANTICOS 99

la expansíón de la terminología militar y de monteríaen la Edad Media, en las metáforas tomadas de la vidareligiosa y de la liturgia durante las guerras de reli.gión, etétera.

Las tesis de Sperber desembocan en toda una co-rriente de Ia estilística actual, de inspiración psicoana-lítica. Encuadrado dentro de mi descripción de la me-táfora, concebida como una posta semántica (cfr. sw.pro), de{iní el fenómeno de la metasemia inconscien-te con el término de transualorizacíón.I Aunque estoshechos son de origen individual y de ahí ésdlí"stieoen sentido estricto, no dejan de desempeñar un papeldecisivo en la for¡nación de una lengui dada.

7. Las nNcnucrJADAS r¡NcüÍsr¡cas nr Brr,r¡v-MTLLERoN

Iil Iógico y sociólogo Belin-Milleron ha puesto de re-lieve la existencia de una lógica "concreto-compleja,,tlistinta de la lógica conceptual t¡adicional.s Tiene-su<irigen en el Ienguaje mismo y en asociaciones verba-Ies que se crean en virtud de correlaciones lingüísticasprivilegiadas, lo que Belin-Milleron llama .,encrucija-das lingüísticas del pensamiento',.

Analizando el lenguaje político de la Revolueiónfrancesa, señala el autor que las nociones de Ley y dePatria, por ejemplo, están siempre asociadas a tns-mís-mas id,eas alectíoas o técnícas, "pasan por los mismoscaminos", asociadas a los mismos nexos de Bienestargcneral, Unión, Pueblo, Felicidad, Virtud, Libertad,

7 Véase mi artículo sobre la semiología de la expresión poé.lica, op. cit.

8 Belin-Milleron, La rélorme d,e la connaíssance. Ed. Arrault<:¡ Cie., 1942.

IOO PUNTOS DE VISTA DE ESTRUCTURAS

Sacrificio, etc. A fuerza de encontrarse en los textosy los discursos las ideas de Ley y de Patria asociadas a

las mismas palabras e implicadas en las mismas situa-ciones, se termina por identificarlas, y esta identifica-ción no es implicada por la definición de las palabrasy los cánones de la lógica tradicional, sino por la co'n'

aergen"cia. de los nexos formados por las dos series no'cionales de Ley y Patria.

Así, en el espíritu público "cada noción que abre

una serie no es ya un concepto arbitrariamente aisladopor el idioma, sino un agregailo de determinacionesy de alegaciones", y el conocimiento que tenemos de

esas nociones es de naturaleza "concreto-compleja",descansa en determinaciones múltiples de naturalezaespiritual, afectiva, etc., no ya en definiciones lógicasabstractas.

Es una crítica de Ia lógica aristotélica. Lo que nos

interesa aquí es la naturaleza lingüística del fenóme'no, con las hipótesis y las vías que abre a la semán-

tica estructural.

B. Los cAMPos sEMÁNrICos

Actualmente se llevan a cabo diversas investigacionescuyo objetivo común es describir conjuntos léxicospor medio de un sistema de rasgos de significado ele-

mentales. Son sistemas cuyos modelos son los de la lin'güística moderna y, en especial, de la descripción fo'nemática.

Estos estudios aspiran a superar la noción del campo

-estrecha y superficial-r para llegar a estructuras,

a Ia vez más profundas y más generales, que pudie-ran abarcar el léxico en su totalidad.

LOS CAMPOS SEMANTICOS 101

El capítulo siguiente constituye un balance de dichasinvestigaciones

-todavía poco avanzadas y a menudo

decepcionantes. Se eneontrarán en ellos diversos ejem.plos de "campos semánticos" tornados de B. Pottier(p. 112), de G. Mounin (p. 1I2 s.). Esas investigacio-rres se podrían mencionar ya en este capítulo toda vezque estamos tratando ahora del catnp% más que desistem,as.

La tarea es precisamente reducir estos canapos a ver.daderos sistemas y éste es el problema que se planteanlas diversas semánticas y Iexicologías actuales, de ins.piración estructuralista. No se podría decir que lo ha.yan resuelto: de hecho, tenemos el derecho de pregun.tar si es posible resolverlo, al menos en los términoscn gue actualmente está planteado.

VI. LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

Le srnÁ¡rrca, tal como fue concebida originalmentepor Bréal, es un estudio histórico (véanse capítulosru y rv). En cambio, las üversas teorías que rea-grupamos bajo el rubro de t'campos semánticos" o

"campos léxicos o lingüísticos" son los primeros esbo-zos de una semántica descriptiva que, según la ense.ñanza de Saussurg buscan una definición sincrónicay estructural del sentido.

Sin embargo, el balance de tales tentativas es mo-desto e inclusive negaüvo. Todo el mundo está de acuer.do en ellq al grado de que muchos se preguntan sino es utópica la empresa.

Se ha observado, efectivamente, que son muy pocaslas estructuras léxicas, que siempre y en todas partesson las mismas y que cada una de ellas abarca sola-mente un csmpo conceptual reducido.

De hecho, se trata de las palabras que designan: loscolores, los grados militares, los grados de parentesco,u otras escalas que forman pequeños conjuntos de unadocena de voces, que cubren un campo muy bien de-limitado, dividido en nociones diferenciadas cuyas re.Iaciones son ttcomplementarias": los colores, lo mismoque los grados, son como los peldaños de una escalacuya cantidad se determina por el espacio que cada unopuede cubrir.

Estas estructuras lingüísticas corresponden a estruc-turas conceptuales que resultan ser casos particularesy excepcionales. Es evidente que salvo dichas excep-ciones, no se podría confundir la noción de cam¡n se-márrtico con la del sistema fonemático que integran losfonemas o el sistema morfemático integrado por los

r02

EL ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN IO3

morfemas,_en que cada uno de los elementos en juegoes necesario para el funcionamiento del conjurrio,

-yque es el único que merece el nombre de estructura.El campo semántico es ciertamente un conjunto de re.Iaciones del que cada término extrae su motivación,pero esas relaciones no son necesarias ni sistemáticas.Este carácter contingente de las relaciones léúcas pa-rece borrar toda esperanza de reducir el léxico a unsistema completamente estructurado.

Sin embargo, tal es la vía a la cual se ha lanzado IaIingüística contemporánea desde cuando fueron escritaslas líneas de Ia primera edición del presente opúsculo,hace veinte años. Lo que ahora tenemos qrr" li"""r,

",el balance de esta empresa.Como era de esperarse, una vez que las dilerentes

escuelas de gramática distributiva, tránsformativa, ge.nerativa, etc., hubieron ofrecido modelos para sus es-peculaciones, Ia semántica intentó marchir por esasmismas vías y por las rigurosas de la fonemática.

I. Er. e¡¡Ár,rsrs DE LA DrsrRrBUCróN

El análisis del sentido es el problema fundamental dela lexicología. ¿Cómo definii el sentido de una pala-bra? ¿Cómc, distinguir los diferentes sentidos de unapalalra?

En un punto al menos, la lingüística moderna esunánime al considerar que "las palahras no tienensentido, tienen solamente cmpleos', y qr" .,los sentidosd-e ya palabra no son sino Ia .r.u d-" sus empleos,,.Iis decir, que el sentido de una palabra dentro áel dis-curso (no habría sentido más quc en él) se define porsus relaciones con Ias otras de la cadena hablada.

104 LA SEMANTICA ESTRUCTUML

Consideremos, por ejemplo, los 64 sentidos o signi-ficados que el diccionario de Littré distingue respectodel verbo ürer (sacar o tirar). El autor nos lo ofrecea granel, pero de hecho el análisis inüca que dichossentidos se pueden reducir a solamente 4 categorías.La primera y más importante es la que agrupa todoslos significados que implican un movimiento impuestopor un sujeto que atrae un objeto hacia sí.

Se ve entonces que los diferentes sentidos que dis-

tingue Littre: §dcar (extraer) aino, ialar la pierna,tírar las reses, l,irar un uehícub, sacar o extrq,er uningreso, ,efc., dependen de la naturaleza del objetoatraído, según que sea móvil o no, que sea sólido o lí-quido, etc. El sentido está ligado, por otra parte, almedio empleado para atraer o tirarl. cuerd,a, mano, pi-petq etc.

Así, la acción es definida por su objeto (o su sujeto,su medio, etc.). Y recíprocamente, el uehículo, el oino,el ingreso, la res, son (p,rcialm"ente) definidos por su

propiedad de poder ser id.ados o atraídos.Esta definieión sintáctica del sentido es la base del

análisis de la distribución (llamado "distribucional" enfrancés), que consiste en clasi{icar y definir las pala'bras y sus significados por sus relaciones con los otros

términos del conjunto, postulando que las formas que

se encuentran puestas en un contexto idéntico, tienenpropiedades comunes definidas por dicho contexto.

De esta manera, en frases como ttél saca vino (pul-que, cerveza, etc.) del barril", se concluirá que vino,pulque, cervezaz pertenecen a una misma categoría.

Puede verse que un análisis de este tipo rechaza todareferencia al t'sentido", o sea, su contenido semántico,y el problema de saber si el sentido será recuperado o

EL ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN IO5

no y reintroducido al final de la operación es un aspec'

to secundario del método, que continúa siendo en prin.cipio formal; el parentesco semántico de vino, ceweza)

sidra, es definido únicamente por la propiedad de

poder conmutarse en un mismo contexto.Se notará el carácter revolucionario del nuevo méto'

do; pues si a menudo hemos subrayado la recurrenciaperiódica de los modelos y de los puntos de vista, se

debe notar que este "antimentalismo" (rechazo de

recurrir al sentido definido como contenido mental)vuelve a poner en duda una tradición que data de

los orígenes de la especulación y de la práctica lexico-gráficas.

L. Bloomfieldl es el jefe de la escuela de Yale en losEstados Unidos y padre del "distribucionalismo", de

donde su discípulo Z. S. [Iarris sacó todas las conse-

cuencias. En formas más o menos puras, más o menos

ortodoxas, más o menos rigurosas, el ttdistribucionalis'

mo" domina toda la práctica lexicográIica más reciente.Tal es el caso, concretándonos a Francia, del Dic'

cionario del lrancés contemporáneo de lean Dubois,del primer volumen, recientemente aparecido, del 7e'soro de la lengua lrancesa de Paul Imbs, y si el Diccb-nario il,e Robert es un poco conservador, nutre el pen-samiento de un equipo que ha colocado esta proble-mática del sentido en el centro de sus reflexiones yen el centro de una confrontación entre Ias esperanzasde una teoría revolucionaria y de una práctica cuyaslimitaciones e inercia siguen siendo considerables.

Respecto a estos trabajos de lexicógrafos teóricos.

1 L. Bloomfield, Le langage, Paris, Payot, 1970 (la pri-mera edición es de 1933); Z. S' Harris, Structural Linguístícs(19sr).

106 LA SEI\ÍANTICA ESTRUCTURAL

y particularmente los de Jean Dubois, de Alain Rey yde J. Rey-Debove, léanse los artículos publicailos re'gu_larmente en los Cahiers de Lexicolo{tc, los númeroscolectivos de Langue lrangaíse (númJro 4 La séman-tique, nirmero 2 Le lexique) y las lectura s de Lexí¿o-logie de Alain Rey.

Estas especulaciones, a menudo muy avanzadas ymuy abstractas, son los pilares actual¡nente de Ia práá-tica lexicográfica. Examinaremos como ejemplo elartículo abqnd,anar del Tesoro de la lengtÁ frarrcesa,cuyo primer volumen apareció en febrero de L972.

Ciertamente dicho artículo es todavía muy prudentey vemos con claridad que concibe el sentido como undato intuitivo de la experiencia.

Dicho esto y una vez admitido que estos sentidosno son más que una reconducción de la herencia lexico.gráfica tradicional, el Tesoro de la lengua lrancesa losreagrupa en un marco original cuyos criterios de clasi-ficación son completamente sintácticos.

Así, el artículo abandonar distingue:

I. Empleos transitivos; II. Empleos pronominales.

Entre los primeros se distinguen:

A) Empleos transitivos, en que el agente es normal-mente una persona;

B) Em-pleos con un segundo objeto siempre prece-dido por a.

Pl "J "-r:" de A se oponen los empleos en que

1) el objeto es una cosa y 2) el objeto ., ,nupersona.

El caso en que el objeto es una cosa, es el

EL ANALISIS DB LA DISTRIBUCIÓN 107

caso en el cual: a) ellazo anterior con el objetoera una ligadura de posesión rcal y b) eI lazocon el objeto era una ligadura de posesiónsolamente proyectada.

El sistema de los sentidos está ligado a este sistemade relaciones sintácticas:

A) "Romper una ligadura que unía el agente a unapersonaoaunacosa";

1) "Romper una ligadura que unía el agente a unacosa";

a) "ligadura de posesión real".

Así, el ejemplo: el ltumild,e propietari,o abandonó suca.ntpo es clasificado como I. A, I, a (empleo transitivo,el agente es una persona, el objeto es una cosa, el lazoanterior con el objeto era de posesión real) lo que sig-nifica que t'una persona rompe un lazo que lo unía auna posesión real".

Se ve pues, que Ia distinción de los sentidos es ope.rada con base en criterios formales (categorías grama-ticales) que definen las relaciones de la palabra conIas otras palabras del contexto.

Es evidente, sin embargo, que un análisis de este tipoes limitado y que no nos dice, en particular, Ia maneracomo abandonar significa "romper un lazo".

El análisis se limita aquí a la superficie de las pa-labras, pero uno se da cuenta, al mismo tiempq de Iaformidable tarea que sería, admitiendo que fuera po.sible, la reconstrucción de una estructura del léxicofraucés en su conjunto.

Sin querer ir tan lejos, Jean Dubois, en una ,"erie de

1OB LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

artículos y trabajos, nos ha dado el modelo de un aná-lisis distribucional llevado hasta un cierto grado de ela-boración. He aquí, a guisa de ejemplo, cómo definey compara dos sinónimos tales como agudo y pícud,o.z

Estudiando la dístribucü¿ de estas palabras, dis-tingue tres clases:

La primera está constituida por los sustantivos queadmiten los adjetivos redondeado o picudo; de entreestos sustantivos, una parte solamente admite agudo.Esto ha sido establecido a partir de las posibilidadesde las permutaciones que definen la distribución deestas palabras.

fuí, se dicel. uñas, pico, llecha, etc,, picu,ilos o agu-dos; pero sornbrero, cabeza, zapato, etc,, picu.ilos, perono agudos. Por Io tanto, en esta clase, agud,o apareeecomo un subconjunto de pícuilo.

Esta situación se invierte en la clase de sustantivosque admiten sordo o taladrante, corno.i 1)oz, gríto, thn-bre, sonido, etc.; de entre éstos, solamente aoz o totloaclmiten fen francés] pícudo, el cual es por lo tantoun subconjunto de agudo.

Finalmente, una tercera clase de sustantivos queadmiten crónico, graue (d,olor, enfermedai!, crisis, nc-

fritis, etc.), no presentan ninguna posibiliclad de com-binación eon píctd,o.

Eviilentemente, cuando reintroducimos el sentido, ve-mos que esas tres clases corresponden a tres catego-rías sémicas especiales: t'sólidos", ttsonidos", ttenferme-

dade-*"; pero el interés de este estudio está en mostrarque se pueden precisar la existencia y los límites deestas tres clases, sin tener que recurrir al sentido.

2 Jean Dubois, "Distribution, Ensemble et Marque dans Ie le-xique", en Cahíers d,e lexicologie, 4, 1964, [, pp. I ss.

EL ANALISIS DE LA DISTRIBUCIÓN 109

Se encontrarán, en las obras citadas, muchos ejemplos

de análisis distribucional, que no podemos mencionaraquí por falta de espacio. Muestran que la teoría y lapráctica del distribucionalismo son desde ahora una

adquisición de Ia lexicología y uno de los instrumentosdel lexicógrafo, como lo demuestran los diccionariosmás recientes, por ejemploz El Diccio¡¡ario de t'rancéscantenlporáneo o el Tesoro de la lengua lrancesa (véan'se párrafos anteriores) ; muestran también los límitesdel distribucionalismo, que son debidos a su comple.jidadyasupesadez.

Resulta claro que la aplicación del método a un con"

iunto un poco extenso (o con mayor raz6n a la tota'lidad del léxico) es completamente quimérica, dado el

estado actual de los medios de que disponemos.Hay que comprender bien, en efecto, cómo se plan-

tea desde ahora el problema.De un corpu,s (conjunto de textos) se extraerán las

unidades significantes y se definirá cada una por e.l

conjunto de sus relaciones con cada una de las demás.

En un repertorio de palabras: rtt11 rn2, trt;s ... etc,, m1

será definida como: sujeto de nt16 rIL35 '.., comple'

mento de fit2¡, ffls¡s¡. etc. De esta manera, perfo, stl-jeto de ttladrar", de "cazar" . . . complemento de t'va'

cunar", de ttcortar la cola {', ete.

Cuando, por medio de una primera operación se

haya así establecido la "distribución" de cada término,estos últimos serán reagrupados en clases constituidaspor el conjunto de los que tengan en común una o va'rias relaciones idénticas.

De esta manera, todas las palabras quc sean sujctode rn15 formarán una clase junto con nr,1 ; todas las

palabras que sean ala vez sujeto' de rnr5 y de rms5, f.or'

110 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

marán una segunda clase, etc. Es fácil ver que un aná-lisis de este tipo aplicado a un corpu,s un poco extensotraería consigo miles de millones de relaciones y queesta tarea parece ser todavía (y sin duda por muchotiempo más) inalcanzable para las computadoras máspoderosas.

2. Er. ¿NÁr,rsrs DE coMPoNENTES

El análisis de distribución, como acabamos de decirlo,llega a est¡ellarse ante problemas técnicamente insolu-bles. Su negativa a recurrir al sentido (su antimenta-lismo) sustituyéndolo por r¡na definición puramentefo¡mal de Ias unidades Iéxicas postula el análisis exhaus-tivo de un corpus que escapa rápidamente del dominiodel observador, a medida que resulta aunque sea nadamás un poco extenso.

La crítica del o'distribucionalismo" origina un nuevométodo llamado ttgenerativo", que es, naturalmente, locontrario de la primera.

Deductiva, racionalista y mentalista en su proceso,la nueva escuela substituye por Ia construcción de mo-delos deductivos y a priori eL análisis exhaustivo de loscorpord,; de paso, recupera la noción de sentido.

De hecho, la ambición de construir un sistema se.

mantico está ya en el aire y se le encuentra entre mu-chos investigadores que no tienen ningún lazo con elmovimiento generatista, sólo que este último cristalizósus problemas y les dio un impulso nuevo.

Hay un cierto número de puntos comunes entre estosmétodos, tan diversos, agrupados aquí bajo el anglicis-mo de o'componenciales". Esta nueva semántica tienecomo objeto reconstruir el t'sistema de los sentidos

EL ANALISIS DE COMPONBNTES

o significados" como la fonemática construye el t'sis"

tema de los sonidos". Dado que, en el plano de los sig-nificantes, la palabra es un "paquete de fonemas", ¿nopodría uno imaginar que eI concepto significado sea

"un paquete de unidades elementales de significa-ci6n"?; así, vaca estaría formado por "animal" f"hembla" f "doméstico" f etc.. . De ahí el nombrede "análisis componencial" (esto es, de componentessémicos) dado a los estudios de este tipo.

He aquí un viejo problema y el primero para todolexicógrafo que busque una definición. A este respectose pueden leer con provecho los trabajos de J. Rey-Debove y, en especial, su Estud,io lingüísti.co y seruínti-co ile lo's d,icci.onaríns t'ranceses contemportíneos (Mou-ton, 197I) en donde se encontrará una exposición yuna crítica de estas cuestiones.

Es también el problema de toda taxonomía; una flo-ra, una fauna, consisten en reducir conjuntos heteró-clitos a un sistema de contornos pertinentes. Desdeluego, hay que saber en qué medida el lenguaje puedeser considerado como una taxonomía y asimilado a unsistema de este tipo.

En este terreno, corrtamos con un precedente ilustrey particularmente instructivo en el conjunto de tenta-tivas que, desde Descartes hasta Leibniz, vieron la luzbajo el nombre de lenguas filosólicas.

Entre estos sistemas, uno de los más completos y sinduda de los más originales es el Ensayo de un caráctergrálico real y de unalengun lílosólica (Lontlrcs, 1668)de John Wilkins. A partir de un análisis de los tliccio-narios,s el autor divide todas las cosas de las que se

s Es ahí en donde se estrella, pues su análisis es pertinente

ltr

tr2 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL EL ANALIS§ DE COMPONENTES 113

Esto es un viejo sueño. ¿No es el de Aristóteles ysus categorías?

Es proseguido actualmento por las semántícas lla'madas estructurales o d'e cont"portentes, cor. sus princi-pales postulados de universales lógicoJingüísticos, cuyo

método sistemático de combinación informaría y sos'

tendría nuestros conceptos. Es curioso que la nueva es'

cuela, que tan a menudo se proclama seguidora de losgrarnáticos de Port-Royal, ignore totalmente Ia lenguafilosófica; encontraría en ella útiles temas cle reflexión,aunque fuera sólo en las razones que acarrearon slr

Iracaso y abandono.

l. Las nomenclaturas. Pero comencemos por lo míissencillo: Ias nomenclaturas.

La computadora, con la definición, clasificación ymemorización de inmensas colccciones de los documcn-tcs más diversos, exige la constntcción de nuevos "len'guajes" que en la mayoría de los casos reposa sobre unanálisis componencial de los diversos documentos cla'sificados.

En este terreno fecundo, citemos a guisa de ejemploIos trabajos de Gardin.n El propósito del autor, quienes arqueólogo, es clasificar, catalogar y poner en fiche-ro electrónico un vasto conjunto de o cjetos, tales comoutensilios, recipientes, etc. Para el e{ecto ha concebi-do un código con el que cada objeto puede definirsepor la presencia o la ausencia de un reduciclo número

Á J. C. Gardin, Le líchíer mécanogra¡thique tle toutill.ttge,Beirut, Instituto Francés de Arqueología (f956); 1d., "Fourcodes for tbe description of artifacts: an Bssay in Anthropolo'gical teclrnique and theory", ert Amerícan Anth.ropologíst, vol.60, núm. 2, I96t).

habla en seis géneros, que divide a su vez en 40

clases según sus diferencias. Cada una de dichas cla-

ses está iepresentada por un carácter gráfico, el cual,

a su vez, áá marcado abajo y a Ia izquierda con un

ángulo recto, obtuso o agudo, para indicar la primera,la iegunda o la tercera diferencias; finalmente, en el

otro áxtremo del carácter, se agregan líneas que indicanlas especies comprendidas entre cada diferencia. Wil'kins, por otra parte, traspone estos ideogramas en for'mas articuladas. Para esto, expresa cuarenta clasqs

fundamentales por medio de sílabas simples del tipo:ba, be, bi, ila, de, d'i, Ba, Be, gi, etc. A estas raíces

agrega una consonante que expresa la diferencia en el

interior del género; después, una vocal que distinguela especie.

Existen varios lenguajes tle este tipo, por ejemplo:Ia nomenclatura de tras plantas de Michel Adanson, talcomo la ofrece en Los familías de plantas (1763) antes

de abandonarla para provecho de la clasi{icación cle

Linneo. Finalmente, entre los defensores de esta lenguafilosófica universal se debe conceder un Iugar muyparticular a Leibniz, quien toma las ideas de Wilkins.

Se las encuentra ya en Descartes, quien dice: "5ialguno hubiera explicado bien las ideas simples que

están en la imaginación de los hombres, de las cuales

se compone todo lo que éstos piensan, y eso hubierasido adoptado por todo el mundo, yo me atrevería a

esperar en seguidla una lengua universal, muy fácil de

aprender, pronunciar y escribir, que representara tandistintamente todas las cosas, que sería casi imposibleal hombre el equivocarse".

sólo en Ia medida en que lo son las definiciones de los dic'cionarios. ¿,Y 1o son ¡ealmente? (Cfr- infra, pp. 119s.)

I

114 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

de rasgos pertinentes; por ejemplo: recipientes con o

sin asa, con o sin pie, con o sin cuello, etcétera.

Evidentemente, Gardin describe y clasifiea aquí las

cosas y no las palabras; y queda el problerna de saber

si tal procedimiento puede ser aplicado en el plano del

lenguaje.Esto es lo que piensa B. Potier en un a¡álisis, muy

pertinente y a menudo citado del sistema de los "asien'ios". A pártir de un inventario de una treintena de

esientos -(sillón,

silla" taburete, banco, etc') el autor

se da cuenta de que cada uno puede ser definido a

partir de un sistema de seis rasgos pertinentes binarios:ioru o sir,, respalilo, con o sin brazos, con o sin pi.es,

pxla uno) o t¡aría,s persontÉ, etc. Así tenemos un sistema

de descripciones de los significados gue es perfecta'

mente análogo a los sistemas fonológicos que describen

a los significantes.La cuestión es, una 'tez más, saber en qué medida

se describen aquí las palabras o sirnplemente las cosas;

y por otra parte, saber si tal descripción puede ser ge-

neralizada o extendida a otro§ conjuntos.

Esto constituye el objeto de dos estudios de G' Mou-

nin, dedicados a dos carnrys semi'nticos, el de los ani-

nalls domésticos y el de las habínciones. Recomiendo

leerlos en su libro Clels pour la séma'ntique.

Un ejemplo, una pequeña parte de este campo, tal

"r*o Mornin los reconstruyó (op. cit., p.I14) aparece

en la página siguiente:Huy que comentar respecto de este cuadro, del que

sólo repioduzco una parte, que se trata de una'oestruc'

tura dé superficie" cuyas unidades de sentido -asno,

caballo, mulo, etc.- no se han definido.Además, es una estructura muy traxa, de cuyos 72

0)

ó'dkoo

okq)

k(úo

.dk"a.üq)

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CAMPO SEMANTICO DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS

nornbreespecílico asno cal¡allo mula cabra carnero cerdo etc.

moch.o burro

hembra burra

cría pollino

cuid,ad,or burrero

etc.

caballo

yegua

potro

caballe-rango

etc.

mulo

mula

mulero

etc.

toro

vaca

becerro

vaquero

etc.

chivo

cabra

cabrito

cabrero

etc.

borrego verraco etc.

oveja puerca etc.

cordero Iechón etc.

ovejero porquero etc.

etc. etc.

i16 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

casilleros hay 33 vacíos, por lo que caben serias duclas

para darle ei nombre de estructura. En el mejor de los

iuror, lra conjunto así es una estructura bastante in'completa, en que algunos tér¡ninos tienen correspon'

dientes morfemáticos (burro : burra; cabra : eabrrifr.';

puerc¿ : porquero) y otros no los tienen (verracc :

iechón; cabra : chivo; Potro : Yegua).Es un si-qtema extrem¿rdamente anti-económico. en

que el número de rasgos relevantes o pe-rtinentcs es

muy elevado en relación con el núrnero de formadas

generadas.En fin, corno siempre, se trata de un campo muy res-

tringido, cuyos rasgos descriptivos, dada su carencia

ile genera[dad, no pur""".t ser-aprovechables para ladescripción de otros conjuntos. Mounin está consciente

de todo esto y hay que apreciar su conclusión prudeirte

y meclida:"l{os podemos preguntar legítimamente si las tenta-

tivas estiucturalistas conocidas hasta ahora han produ'cido resultados tan sólidos como en los otros terrenos

lingüísticos, y contestar que la estructuración del léxico,

y -.nor todavía la de la semántica, no han revelado sus

secretos" (Ctefs pour la sémantíque, p. 160).Sin embargo, son estos secretos los que pretende en-

tregarnos la *semántica estructural", en su anüicií¡rr dc

rccinstruir el sistema completo del léxico basándose

en ccmbinaciorres de un pequeño nírmero de unidades

semánticas. Iintre estos trabajos. actualrnente mtry

tle moda y cada vez más nllmcrosos,s citaremos los de

Greimas en Francia y los de Katz y Fóilor en los Esta'

dos Unidos.6 Yóanse bibliografíu y ejemplos en T. 'Iodorov, Rey, Guilbcrt

(op. cit., Bibliografía -"ttmaria).

EL ANALISIS D]i CONIPONENTES 11?

!.taa ftlosofía d,el len"guaje cle Katz y Fódor. Karz yFódor, discípulos de Chomsky, intentaron definir unálexicología generativa, es decir, dentro de Ia termino-logía de la escuela, Ias reglas capaces de engendrartodas las formas léxicas á" la ürgra y solamente6stas. Sus puntos de vista se encuentrin resumidos en:J. A. Fódor y J. J. Katz., Tlrc structure ol language.Rgad,ings in the Philosophy ol Longuage, pienticJ-Hott,1964, y J. J. Katz The Philosophy ol Langwge (Lg66i,título característico que lleva a los autorás ñacia Aris-tóteles, a quien rechazan, y hacia Leibniz, a quienpasan por alto.

EI objetivo de dichos autores es la construcción deurr diccionario, en el q-ue cada artículo sea tlefinido por¡na-rcad,ores gramaticules (nomlire, adjetivo, etc., mas-culino, femenino, etc. ) , dcspués por tnarcad,ores se-mtínticos (animal, humano, etc., macho, hembra, etc.),y por d,íferenciadores, que determinenlas restríccíoncsde selección Por otra parte, cada tipo obedecerá areglas de proyecciín, que determinen la transforrnaciónde una categoría en otra (por ejemplo, de un sustan-tivo en adjetivo, etc.).

-He aqr¡í cómo en un diccionario corno éste aparece la

palabra bach,el.or, para Ia que el idioma inglés distin-gue cuatro sentidos definidos aquí medianta mnrut-dores semtintí¿os:

bachel,or l, (objeto físico), (ser vivo), (macho), (adulto),(nunca casado); ( RS )

2. (objeto físico), (vivo), (joven), (caballero),(que sirve bajo Ia bandera de algun otro) j<RS>

3. (objeto {ísico), (scr vivo), (humano), (poseedordel diploma académico despuós dc sus cuatro pri_

lIB LA SEI\ÍANTICA ESTRUCTURAL

meros años de bachillerato) ; ( RS )4. (objeto físico), (ser vivo), (animal), (macho),

(foca), (sin hembra durante el periodo de l¡ re-producción); < RS >

Evidentemente, los marcadores semánticos del tipo:objen t'ísico, animal, etc., casi no son más que las cate-gorías lógicas de Aristóteles repensadas, pero es difíciljuzgar su pertinencia en tanto no se haya construidoy hecho funcionar realrnente un diccionario de estetipo, lo que no se logrará pronto.

Finalmente, las "categorías" tle Aristóteles son diez,los "géneros" de Wilkins son seis y sus "clases" soncuarenta, mientras que es muy claro que 'rmarcadoressemánticos" del tipo que sírue bajo la bandera d,c algúnotro o sin hembra durante el periodo d,e la reprod,uc-ción, eslán desprovistos de valor general y por lo mis.mo de poder clasificador.

3. La seruíntica generd. Rigurosa de otra ma¡era es lasemántica generd,, concebida entre otros por AlgirdasJulien Greimas, discípulo de [Ijelmslev y de Br{ndal.

El autor, inspirándose en el modelo fonemático, re-duce las unidades léxicas a una componente de unida-des sémicas binarias. La obra debe recomendarse porsu real fuerza de concepción y su gran rigor de expo-sición, cualidades que le serían reconocidas con mayorgusto si un cierto número de nociones triviales (teníague haberlas) no intentaran ser reconocidas como ori-ginales bajo una terrninología tan irritante como inútil.Finalmente, y esto es común a toda la "nueva gramá-tica", neorraeionalista y deductiva, la práctica no estáa la altura de la teoría.

Rechazando los criterios positivistas e inductivos,

EL ANALISIS DE COMPONENTES 1I9

Iljelmslev nos enseñó que un modelo se justifica porsu simplícid,ad, y ,u "ihorutiuid,ad, "., t,J ,n"Aa"

"r,que debe dar cuenta de la totalida¿ á" i*-fr."fros obser-vados; y. aungue rara vez fruyu ,o,,"tiao'"I ,,o..r.opor sí mismo sus propias hipóíesis u tu-p*llu a" to.necnos, a[ menos tuvo el cuidado de alirmar la pri.macla y la necesidad absoluta ¿A "iit".i"'i" "*huu.-tividad.

En esto fue raramente seguido por sus discípulos,quie-neq confiados en Ia univJrs"Uaia ¿" üRarór, casino dudan en desdeñar..e incluso,"".iiiá* ü realidaden pro de un modelo ,,bien hecho,,- E* ;r; menudoel caso de la semítntica estructural, q,r" _J .lirculpe "lautor: no me refiero tanto a é1, sino o "" rnétoao iryuoriginalidad y fecunrtidacl pod;r;; ;;;;;, aunquedeploremos au,

"*""ror., Pero acabemos con un ejemplo: el sistema sémico deIa "espacialidad,,, tal como es concebido por Greimas.

_lotmer(roo:rrJJ.l I

n,,,,on[]Il--.--l^11 , . '";1T:i:11\.....-lI_I._-- 'll:',"o:l:'"l::;i;:;' voru,Í,en

pcfspect v;dcd llr,r,l,¡..¿ $ruoso/delgadcI rrJi /cr¡lo ..,rcl:r....r.;^..¡

En un sistema de este tipo la noción de onclrura esdefinida por los ."*11. ,;)ateralidad, horizontalidad,

dimensionalidad, espacialidad,,.

, Tal descripción nos invita a haccr un cierto númerooe oDservacrones ya presentadas en páginas prcccdentes.

I enemos aqui un sistema conccptual y no léxico, estcestudio nace de Ia lógica y arnque cstá plenamente

120 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

justificado, debe quedar claro que lo que estructurason las cosas y no las palabras.

Se recurre a un sistema de seis semas para la defi-nición de ocho conceptos, lo que postula respecto al con-junto de los hechos un tipo de descripción que com'prendería casi tantos semas como conceptos se tuvierany, por lo mismo, todo lo contrario de un "sistema";estamos lejos de los.casi 30 fonemas y 5 6 6 rasgospertinentes del sistema fonológico básico.

Definiendo la altura por la "verticalidad", la anchurapor la "lateralidad", lo úrrico que -ce haee es substituirun signo con un metasigno y se instaura así una es'

pecie de discurso tautológico sobre los signos (palabraso textos), que consiste en traducir a un lenguaje en

ocasiones alambicado y hermético cosas que son a

menudo muy claras.Finalmente, podemos ver que Ia lexicología no ha

sacado nada hasta ahora del análisis cle componentes.d

Dicho esto quedo persuadido de que constituye unade las aportaciones más positivas y más decisivas dela semiología moderna.

El problerna no está resuelto, pero está planteado, yun libro como el de Greimas, a pesar de las reservas

que hemos creído deber hacer, ha contribuido a esta'

blecer la importancia de la cuestión y las implicacio-nes epistemol6gicas y metodológicas.

3. Er a¡ÁLlsIS ETIMoLócrco

Se pueden hacer dos grandes críticas al análisis de

distribución y al análisis de componentes.

6 Sobre esto véase las críticas de J. Rey-Debove, en Etud,e

linguistique iles ilictínnnaires lrangais contemporaíns.

EL ANALISIS ETIMOLÓGICO I2I

Este último, que es un regreso a la tradición racio-nalista, supera ciertamente y renueva sus límites, enla medida en que el sentido es desde ese momento con-cebido como una enticlad estructural que obtiene suspropiedades de un sistema de oposiciones diferenciales.l\{as a pesar de esta rnutación decisiva del método an.tiguo, la sernántica estructural no evita la trampa men.talista de una confusión entre la lógica y el lerrguaje,entre las palabras y las cosas.

Como se ha dicho, oponer silla y szllJó¿ por mediode "ausencia o presencia de brazos", largu.ra y alturapor "horizontalidad o verticalidad", etc., son opera-ciones lógicamente muy eviclentes, pero nada de lascuales verifica Ia pertinencia lingüística. Ciertamen-te, el diccionario define sillón como "asiento con res-paldo y con brazos para una pt-.rsona" y esto pruebaque los diccionarios se hacen a partir de criterios ló-gicos; pero el examen de Ios diferentes nombres deasientos muestra que esos criterios, por evidentes quesean, no son los que el idioma utiliza para conceptua-lizar y nombrar estos objetos.

Ilasta observar ciertos nomb¡es motivados del tipod,e: quebradora, mecdnra, porqu,ero, etc., para ver queninguno se refiere al sistema en cuestión; esto cs vcri-ficado por Ia etimología de otros: Chaí"se ( catlteilra('opa.a sentarse") tabou,ret ( tabouret ("pequeño tam-bor"), canapé { conopeum ("con cortinas"), fau,teuil1 faldestoel ("asiento plegadizo"), etc.

Así vemos que las relaciones entre Ias palabras nocorresponden a las relaciones entre las cosas; la lógicadel lenguaje no es la lógica de los lógicos. Esta obser-vación condujo, desde tiempo, a reconocer la alngic|dad de los fenómenos lingüísticos; de ahí se originó

122 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

el formalismo antimentalista y su rechazo de toda refe-rencia a una lógica desprovista de valor crítico.

Pero al hacer esto, el análisis de la distribución secondena, como lo hemos visto, a quedarse en Ia su-perficie del léxico, en un nivel en que las palabras,débilmente estructuradas, estallan en una multitud depequeños "campos" aislados.

Este fracaso fue le que acarreó la reacción menta-lista de la actual semántica estructural. Esta ha com-prendido que las estructuras podían formularse única-mente en la profundidad de cierto nivel de abstraccióny de generalidad. Pero está en vías, a 1o que opino,de cometer un error filndamental al buscar estos "uni-versales" del lenguaje en la lógica; y en especial, enlas definiciones de los diccionarios que tradicional-mente son de origen lógico y no lingüístico.

Este neo-racionalisrno es solamente un regreso a la"lengua filosófica" de Wilkins y de Leibniz, aunque elfracaso de esta última debería hacernos reflexionar.

Así, la polémica actual: mentalismo contra antimen-talismo, parte a mi juicio de una visión inexacta de larelación lingüística. Es verdad que esta relación es es-

pecífica y que por lo mismo escapa de la lógica; peroes falso que sea aJógica. Entre el formalismo de losunos y en neo-racionalismo de los otros, debería existirun tercer camino que siguiera las huellas de una lógicade las palabras, distinta de la lógica de las cosas e in.manente al sistema.

En euanto a mí, pienso que se la podría encontrarpor medio de la etimotrogía, qüedando bien entendidoque no se trataría aquí de una de{inición y de unaclasificación etimológicas de las palabras, de tipo tra-dicional.

EL ANÁLISIS ETIMOLÓGICO I23

Partiendo de esta idea, he tratado de definir, con el

título de Structures étymologíq,ues fls lesique lrangais,un método de análisis estructural del sentido' Insistoen este punto, pues el título, intencionalmente ambi'guo, ha podido hacer pensar que se trataba de unestudio histórico. De hecho, la etimología está aquíal servicio de la sincronía y lo que está en cuestión es

una de{inición de las estructuras sémicas de las pa'labras.

No tengo la intención de oponer o de comparar si-

quiera este m6todo con el análisis de la distribuciónó con el de los componentes. De hecho, pienso que los

tres son complementarios, que cada uno veri{ica o

comprueba a los otros clos o, en ocasiones, esclarece

ciertos terrenos, ciertos problemas colocados fuera del

alcance de los otros dos.

La idea subyacente del método es que el contenido

sémico de una palabra está en relación con el de su

étimo.Pero tomemos un ejemplo: ¿Cómo definir el con-

tenido sémico del engaño?El análisis de distribuci6n confrontará el conjunto

de las distribuciones de la palabra.El análisis de cornponentes imaginará un sistema

sémico ail hoc, cuya manera de hacer las combinacio'nes pueda dar cuenta de esta distribución.

El análisis etimológico comenzará por establecer un

inventario de todas las palabras que signifiqur,n; enga'

fiar, engañ,o, engañ.ad,or, y a partir de la ctimología de

cada una de ellas reconstruirá el sistema de estas catc-

gorías etimológicas.Este análisis y manera de ver las cosas t'ctimotrógico"

luelve a plantear evidentemente cierto número tle cues-

124 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

tiones en términos nuevos: relación entre diacronía ysincronía, entre estructura e historia, entre motiva-ción y arbitrariedad, etc.

Nuestro ejemplo, por otra parte, da lugar a un cier-to número de objeciones que ya hemos encontrado;una vez más estamos en presencia de un campo léxicoreducido (el del "engaño") y no de un sistema propi-cio para dar cuenta del léxico en su totalidad.

A falta de tal sistema, cuya realización es segura-mente lejana, en el supuesto de que sea realizable,mostraremos en un nuevo ejemplo que el método estádotado de un gran poder de abstracción y generaliza-ción.

En el ejemplo precedente, partimos de una noción(el "engaño") y mostramos que las palabras que loexpresan constituyen un sistema sémico; se puetle tam-bién adoptar el procedimiento inverso, es decir, rea.grupar en una clase etimológica todas las palabras queprovienen de un rnismo étimo, cualquiera que sea, porotra parte, su sentido actual.

Es lo que hicimos con las palabras que obtienen susigrrificación de la idea de "golpe", entre las que se

encuentran verbos, instrumentos y cosas o seres objetode un golpe.T Estas palabras son muy numerosas y{orman un conjunto de una extrema variedad, cuyost6rminos no presentan ninguna relación semántica in-mediata.

Pues ¿cuál podría ser el nexo "lógico" entre pala-bras tan diferentes como togué (tocado, chiflado),taquin (tacaño, díscolo), chíc (elegante, buena o gene-

7 l)istribución y transformación de la noción de "golpe",en Langue frangaise, núm. 4, diciembre, 1969, La sémantíque(editado por A. Rey), pp. 67-74.

EL ANALISIS ETINIOLÓGICO 125

rosa persona)..., piquer (picar), tacher (manchar),tricher (hacer trampas) . . .) couryn (desprendiblc, cu-

p6n), tanr¡ton (sello), tapin (tamborzuelo ), etc. ? ¿ Nin-guno?

El análisis muestra, sin embargo, que en francéstodas proceden del étimo que primitivamente signifi-caLra todar un golpe", pasando por golpes específicos(estocada, golpe cortante, golpe plano, golpes repeti-dos etc.), así como los objetos empleados para talesgolpes y los resultados de las acciones correspondien-tes. En francés, un toqué es de hecho "el objcto(persona) con un golpe en la extremidad (en la cabe-

za) ", un tampoD cs "el instrumento u objeto que recihióun golpe clado con algo plano", ütquiner (moles-

tar insistentemente) signilica 'odar golpecitas", cro-quer (masticar con ruido, morder cosas que crujen)y chiquer (masticar) es "ejecutar (un croquis o di-bujo) a grandes trazos", etc., y si bien es cierto quetoqué, tarnp'n y chic se hallan bien alejados y dispersosen el eje horizontal, en la extremidad superior y t'su-

perficial" del árbol taxonómico, en cambio, son muyvecinos en el eje vertical, como queda atestiguado, porlo deruás, con expresiones del tipo un coup d'éclat (ha-zaíta o proeza: como un golpe luminoso o "apantalla-dor"), url coup de uin (golpe de vino: chispa), uncoup d,e cala,rd. (golpe de depresión: momento dedepresión), y otras más.

IJn coup il'éclat es una "acción brillante", siendo

el golpc la {orma metafórica de toda acción transitiva,de todo t'hacer" y, secundariamente, de todo "trabajo".

TJn coup de calaril es un golpe (metafóricamente)recibido en la cabeza.

TJn coupon d'étolle (retazo, cosa cortatla, "cupón" de

L26 LA SEMJ.NTICA ESTRUCTURAL

tela) es una porción separada de la tela por un golpecortante; de ahí viene por analogía un coup ile oin, yotras expresiones semejantes.

Partiendo de estos antecedentes, el modelo ha sidotomado para la formación de buen número de verbosque expres¿rn la idea de "dar un golpe": toquet, ta,quer,píquer, chíquer, ta.Wr, toper (tocar, nivelar, picar, mas-car, golpear, darse la mano).

No se trata de con{undir la sincronía (descripciónde cambios lingüísticos a través del tiempo) y sóloproceder a definir las palabras partiendo de su étimooriginai. No habremos de poner en duda la autonomíade esos dos ejes, pero lo que es cierto "en la superficiedel discurso"

-que es el único nivel en que el análisis

Iéxico, se ha colocado hasta ahora-, deja de serlo en la"estructura profunda". En este nivel, al que nos per-mite acceder la etimología, vemos que la oposicióndeja de imponerse, que diacronía y sincronía coinci-den y que se organizan estructuras poco numerosas,sencillas y quizá universales, que "engendran" al con-junto del léxico, a partir de un número reducido dereglas de derivación.

La reconstrucción de estas estructuras etimológicas(o elementales o profundas), Ia de{inición de las re-glas de transformación a través de las cuales se acfua-lizan las palabras en la superlicie del uso, deberíanaclarar el problema del sentido de una manera decisiva.

El análisis de la distribución, es un enfoque que se

qucda en la superficie del discurso, proclama la "alogi-cidad fundamental" del léxico; mientras que el análisisde los componentes, es un procedimiento que busca enla estructura profunda un reflejo de la Iógica general.La etimología estructural tendería a mostrar que hay

EL ANALISIS ESTADISTICO I27

efectivamente una lógica del lenguaje, pero que obede-ce a reglas específicas y difcrentes de las de la lógicay que por lo tanto, no podrían ser aplicadas a unasemántica que se proclama lingüística.8

4. Er- .lNÁrrsls EsrADÍsrrco

La edición original de este libro comprende algunaslíneas acerca de las características estadísticas del léxi-co. Las investigaciones en este terreno han avanzadomientras tanto.

Deseo mencionar aquí mis propios trabajose no paradarles un destino privilegiado, sino porque son los írni-cos, a lo que tcngo entendido, que hayan intentado daruna definición cuantitativa de "sentido". Además, elinterés de esta definición está en una concepción "com-ponencial', que alcanza y en parte confirma plenamentelos postulados de la "semántiea estructural" (clr. su-pra, p. 108).

Pero, antes que nada, cierto número de observa-ciones.

Las primeras, ya antiguas, se deben al lingüista nor"teamericano G. K. Zipf,to quien establece que la fre-

8 No es que haya dos lógicas, sino que la lógica de las rela-ciones semánticas se encuentra sometida a los azarcs de lasituación histórica; es la misma situación que se da en fonéticahistórica, en donde se ve que las reglas fracasan constantc.mente, sin que por ello sean puestas en duda.

e Pierre Guiraud, "Le substrat informationnel de In séman.tisation", Bull. Soc. Ling, de París,1954, pp.120-133; "Stnrctu-res aléatoires de la double articulation", ibill,,1963, pp. 97-114:"Structures élémentaires de la signification", ibíd., 1964, pp. 97-114; "Structure aléatoire de la dérivation", en Structures étymo-logiques ilu, lexíque frangais, pp, 180-188.

10 Entre otras Human Behauíor and, the Princíple of LeastEllort (Cambridge, Mass., 1949).

I2B LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

cuencia de las palabras en un texto o en un conjuntode textos corresponde a distribuciones estables.

Así, las palabras clasificadas por orden de {recuen-cias decrecientes se distribuyen según una curva talque eI producto del rango por la frecue¡rcia es igual aurra eonstante: rf : ccnstante.

Además, hay una estrecha correlación entre el nú-mero de palabras de una frecuencia dada (es decir,empleadas l, 2, 3, etc., veccs) y esta frecuencia, las

categorías de baja frecuencia llcvan consigo la maycrcantidad de palabras; así, en un texto que comprcnde600 palabras ernpleadas I sola vez, se encontrarán 200palabras empleadas 2 veces, 100 palabras empieadas3 veces, etc. y estas proporciones son constantes y uni'versales: nf' : constante.

Estos índices fuero¡r precisados desde entonces 1.. launiversalidad de estas relaciones fue comprobada yreconocida como una propiedad del discurso.

Se notará que Ias dos ecuaciones no son más que

formas diferentes de una misma relación y que se puedeeconomizar la primera"

Tarnbién, que esta relación no es una propiedad úni'camente del lenguaje, sino que se encuentra igual-mente en muchos fenómenos económicos, sociales ynaturales: distribución de las clases de ingresos, tlelos comercios en función de su número de ventas, de las

ciudades en función del número de sus habitantes, de

las cabinas telelónicas en función del número de lla-madas, etcétera.

A estos hechos, que he estudiado yo mismo en tlnar:bra intitulad,a Les caractéres sta't*tiques d'u aacabu-laire (Paris, 1954), como otros investigadores, he agre-gr,do después nuevas observaciones.

EL ANALISIS ESTADfSTICO

Así, Zipf había ya notado que la frecuencia de unape.labra está ligada a su complejidad fonética: cuantomás larga es una palabra, es menos frecuente. Yo mis-rno precisé esta observación mostrando que el núrnerode {onernas de una palabra es proporcional a su conte-niclo de información (es decir, logaritmo de su pro-

babiliclad) según la fórmula ;':'f : constante.llk+LUna vez establecida esta distribueión, es fácil mos-

trar que está en relación directa con las dos ecuacionesde Zipf y to«lo ocurre, pucs, como si la frecuencia delas palabras fuera determinada por el nírmero de fone-mas que las componen.

Sin embargo, esta hipótesis que yo concebía en esaépoca está lejos de ser satislactoria. Intuitivalnente ya príori se inclina uno a imaginar que la selecciónde una palabra y por Io mismo el número de sus usosdebería ser determinado por su significación y no porsu forma fónica.

ZipI había notado ya, además, que el número de seu-tidos que puede tomar una palabra es proporcional a laraíz cuadrada de su frecuencia,

Yo mismo verifiqué y precisé esta relación, mostran-do, a partir de un análisis de Ios diccionarios, que elnúmero de palabras que tengan l, 2, 3, ctc., sentidosdistintos obeCece a una distribución constante y quees además cle l¿ misma forma que Ia ecuaciírn de Zipf ;que esta misma Iey determina la distribución de los de-rivados morfemáticos, es decir del número de raíces

rr Donde k es eI número de {oneuras y donde + I reprosentsun signo suplementario que marca el fin de la palabra. Porejemplo, lo blanco de la esc¡itura o cualquicr otra marca.

t29

130 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

que son representadas por 1, 2, 3, etc,, palabras obteni-das por sufijación, prefijación, composición.

Finalmente, esta distribución comírn a los derivadossemánticos y a los derivados morfemáticos es la mismaque la distribución "géneros-especies" de Willis, quedetermina en las taxonomías naturales el número degéneros (botánicos, entomológicos) representados por7., 2, 3, especies.

Se ve, pues, que los diferentes sentidos de urra pa-labra serían como Ias ttespecies" del ttgénero" cons-tituido por esta palabra; e igualmente, los dilerentesderivados morfológicos como las "especies" del "gé-nero" que scría Ia raí2.

Estas observaciones reproducidas de acuerdo conmis Structures étymolngiques du lexique lrangais (p,183), figuran en el cuadro de la página siguiente.

Del conjunto de estos hechos, que no podemos anali-zar aquí, se desprende q¡re hay una relación directaentre el número de sentido de una palabra y su fre-cuencia y que esta relación corresponde a una dist¡i-bución constante y universal.

Pero, como además esta frecuencia está ligada alnúmero de fonemas de la palabra, resulta de ello quchay una relación entre el número de sentidos de unepalabra y su número de fonemas. relación que por lodernás es fácil de establecer y de observar.

Entonces se presenta a nue,ctra mente la hipótesis deque esta frecuencia es determinada por la forma sé.mica del sigaificado y no por la forma fónica clel sig-nificante, pero que estas dos formas son homólogas. Esdecir, que el significado está formado por un "pa-quete de semas", así como el significante lo está por un"paquete de fonemas" y que existe un "sistema sémico"

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por pdabra

123456

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10+r0

EL ANALISIS ESTADISTICO t i.1132 LA SEI{ANTICA ESTRUCTURAL

que es de la misma naturaleza (formalmente) que elsistema fonemático.

Queda ahora por imaginar una matriz matemática,un modelo, que dé cuenta del conjunto de observa-ciones que poseemos. La fonemática permite imaginarun sistema de 32 o'unidacles sémicas", combinadassegún un cierto número de reglas.

Estas 32 unidaCes serán puestas en 16 parejas bi-nares de oposiciones tales que en un misrno significadopueda aparecer uno solo de los miembros cle Ia pareja;por ej emplo : animado / inanímado, actor / proce so, etc.a2

Imaginemos ahora que formáramos "palabras" apartir de todas las combinaciones posibles de estos 16"disemas" (semas dobles) con Ia regla de que una mis-ma unidad sémica no pudiera ser utilizada dos vecesen una misma "palabra"; en seguida, cor¡binemos last'palabras" así obtenidas, entre ellas, con la regla deIas "palabras" combinadas en un mismo sintagma nopueden tener un mismo sema en común.

Se obtiene entonces la matriz siguiente, que da elnírmero de "palabras" compuestas de 1. 2,3, ...,16semas y en cada categoría el número de con..binacio-nes posibles con las otras "palabras" del sistema.

l\{atriz de las cornbinaciones de un sistema de 16elementos:

Si se admite que estas combinaciones "sintáctieas"definen los diferentes sentidos de la ttpalabra",

se obtie-

12 Estos contenidos son dados a modo de ejemplo, pero nose debe prejuzgar sobre la naturaleza de estos "semas"; encfecto, todo hace pensar que se trata sin duda de elementosde código vacíos, necesarios (y universales) en cuanto a laIorma de sus combinaciones, pero investidos de un sentidocontingente.

ne entonces, iripotóticamente, el moc'lelo del número depalabras con l,2,3, etc., sentidos, inodelo que corres-ponde estrechamente a la distribución observada a par-tir de una compilación de los diccionarios. Se nota-rá que el sistema sémico está cerrado (16 discmas) ¡'que el número <\e sentídos está ligado no al nírmcrode semas de Ia palabra sino ¿rl númcro de scnas auscrr-tes de Ia palabra. Así una pllabra compucsta por Z

semas implica 9 semas ausentcs (11¡ -- 7 - 9) y óstaes la cifr¿ que determina cl nú¡nero de relaciones sin-tagmáticas que puede estableccr lir palalrra y por lomisrno sus sentidos.

Númerotle'osefias"

Númerode signos

Númeroile "sentil.los"

1

z.)

4567ó9

t011

t213tf

15

I6

16720550

I 8504 300B 000

11 40012 00011 400B 0004 300I 850

550120

161

I OOLLO

64ao

16o(t

\2I

I34 LA SEMANTICA ESTRUCTURA.L

Se comprende, pues, por qué el número de sentidoses inversamente proporcional al número de semas, ycomo éste últirno es inversamente proporcional a laprobabilidad, resulta de ello que el número de sentidoses proporcional a la frecuencia.

Esto es lo que muestran los datos inmediatos e in-tuitivos de la observación, los cuales nos dicen que unapalabra muy general (por ejemplo hacer, animal, ete.)tiene un débil contenido sémico, pero en cambio ungran número de sentidos y una frecuencia grande. Loinverso es verdadero para una palabra específica (porejemplo contornear, pequinés, etc.) .

El interés de nuestro análisis está en cuantificar estasobservaciones e interpretarlas.

Así, si la frecuencia está detenninada por el númerode se"mas que constituyen Ia palabra, se podrá calcularla probabilidad de cada sema que es condicionadapor la forma de la matriz;13 en este caso 0,144, Io quecorresponde una vez más, notablemerlte, a la realidado]:servada.

Así tenemos 16 categorías morfológicas (de 1, 2,3, . ,., 16 semas) gue eomprenden cada una un nír-mero determinado de palabra (16, 120, 550, etc.)así como una probabilidad dada (0,1M2; 0,1443;0,1441, etc.). Se puede entonces, a partir de la fórmulade Poisson y para un texto de una longitud determi-nada, calcular? en cada categoría, el número de pa"labras que deben salir 0, L, 2, 3, etc., veces. Final-mente, se sumará el conjunto de las palabras salidas

13 Si se admite que la "palabra" lleva consigo lln sema su-plementario de límite de "palabra", se tiene: 16 p2 * 120 pB f* 550 pa, .., + I paz = I, Io que da p = 0,144, siendo pla probabilidad de un sema.

EL ANALISIS BSTADISTICO ]35

0 veces, Ias salidas I vez, las salidas 2 veces, etc., paraobtener las palalras salidas por lo menos I vez,Z, B,etc., veces. Estos cálculos arrojan resultados sorpren-dentemente próximos a todas las observaciores q,re hu,podido hacerse hasta ahora y comprueban tanrbién elconjunto de las distribuciones que describimos ante-riormente,

Estos cálculos son evidentemente fastidiosos, por locual está en eurso un programa cuyo objetivo es elde confiarlos a una computadora.

Ya desde ahora se puede esperar que tal programagenerará, respecto a un texto dado, no solametrte elnúmero de palabras empleadas 1,2,3, etc., veces, sino,en cada una de estas categorías, el número de pala-bras que tengan 1, 2, 3, etc., {onemas, el número depalabras que tengan Ir 2,3, etc., sentidos.

No se poclría afirmar, en el actual estado de cosas,que este modelo corresponda a la realidad; da cuentade la realidad, pero sin duda se podría, haciendo varia¡los diversos parámetros (número de semas, reglas decombinación, redundancia) construir otros modelos quesatisficieran esas mismas condiciones. Dicho esto, yeste es el punto importante, tales modelos serían pro-bablemente del mismo tipo del que hemos presentadoaquí.

Es pues muy razonable irnaginar que la conceptu¿r-Iización se opera a partir de las combinaciones de unpequeño número de unidades sémicas, núrnero quepodría ser aproximadamente de 32, o de 16, rnodifi-cando las exigencias de la matriz.

Estos semas representan, en el nivel de los signifi-caclos. un sistema que es análogo al sistema fonemáticoen el nivel del significante.

136 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

Finalmente, se puede imaginar que estos mismcssemas son construidos a partir de combinaciones de unpequeño número de signos binarios que corresponderíana los "rasgos pertinentes" de la fonemática; el númerode estos elementos de semas sería 5 en el caso r.le unsistema de 32 semas y 4, en un sistema de 16 semas.la

Sin ir más adelante en el análisis de este modelo yde sus implicaciones, para terminar, deseamos haceralgunas observaciones,

Este modelo confirnra las tesis de la semántica delos componentes, postulando un pensamiento "discreto",cuyas formas conceptualizadas son producto de elemen-tos de significación distintos. Pero postula, al mismotiempo, que dicho sistema sémico debería ser muy re-ducido y muy abstracto y que no podría tratarse de no-ciones tan complejas y por tanto superficiales comottlateralidad", ttasiento sin brazos" o ttjoven mac]rosin hembra en el momento del celo", etc.

Estos semas son en realidad pocos (quizá unos 30) ;dicho esto, nuestro análisis no prejuzga respecto a sucontenido, Podría tratarse de Ias "categorías" de Aris-tóteles o de cualquier otro sistema. Es igualmente di-fícil decir si tal código es universal en el nivel de las"estructuras profundas" o si varía con los lenguajesy las culturas.

Otro problema queda plaateado por Ia generalidatlde estas distribuciones, las cuales, como se ha dicho,no son prcpias únicamente del Ienguaje sino tambiénde fenómenos económicos, sociales, naturales. Parece

]a Se sabe que el código genético se basa sobre un sistemade 4 elementos. El problema, todavía no resuelto, de saber si Iabase es 5 ó 4 es muy importante, pues en el segundo caso sepueden imaginar sistemas binarios,

EL ANALISIS ESTADISTICO 13?

que si contenidcs tan variados pue¿len adoptar la mismuforma, quiere decir que esta formulación depeudede un mismo mecenismo y de una misrna {unción. Todoindica que podría traLlrse de un sistema de códigomental, cuya naturaleza sería determinada por Ia fisio-logía de la percepción.

Las 4 ó 5 señales cuyas combinaciones imaginarnosen 16 (ó 32) semas podrían corresponder a canalescerebrales en relación con nuestros sentidos. Y este

entrecruzamiento de cornbinaciones corlstituiría la lla-zón e impondría su forma única y univelsal a toriarealidad conceptualizada, cualquiera que {uera su con.tenido. Esto explicaría Íinalmente, cutre otras cosas,la homología del sistema significado y dcl sistcma sig-nificante.

Otro problema es planteado por la definición clelsenticlo. Está claro que se trata de una relación; no rleun contenido de la palabra, sino de propiedades sin.tácticas en potencia y que definen las posibilidades decombinarlo con las otras palabras del sistema.

Sin embargo, esto no significa que las palabras notengan contenido, como lo proclama la mayor parte delos estructuralismos. Los conceptos tienen un conteniriosérnico en la medida en que son resultado de una com-binación de semas, y son precisamente estos semas losque determinan las posibiliclades de relación de la pa.labra, es decir sus sentíd,os.

Semas y sentid.os constituyen pues, dos entidadesdistintas. Se notará además, que el modelo que da cuen-ta de la relación entre los sentidos y Ins frccucncia.spostula que e\ núntero tle los sentidos ¡to es iletelmin¿r-clo por el uúmero de semas contenidos cn la palrrl,ra(al menos directamente) sino por cl número de log

138 LA SEMANTICA ESTRUCTURAL

serws q.usentes de la pala.bra. Esto es lo que explicaque cuanto más complejo sea el contenido sémico deuna palabra, más disminuye el número de sus sentidos,al mismo tiempo gue disminuye su frecuencia.

Diré finalmente una palabra sobre el contenido deestos semas. Las definiciones de los diccionarios nosremiten generalmente a términos cada vez más gene-rales, hasta el momento en que giramos e¡r redondo.Así, golpe es definido por "mouimiento por el que uncuerpo va a chocar con otro"; m.ouimiento por tocam-

bio de posici6n en el espacío en función del tiempo";espacio por t'medio ideal, caracterizaclo por la exte-rioridad de sus partes, en el cual son localizadas nues-tras percepciones y que contiene, consecuentemente,todas las extensiones finitas" (Lalande).

En este nivel encontramos nociones tales como: fier¡¿-po, espacio, identidad,, negacün, relacün, stutqncia,eteétera.

Y estas nociones no pueden ser definidas, son axio-mas. Es muy probable que el sistema sémico imaginadopor nosotros constituya una axiomática. Si este fuera elcaso, se plantearía entonces el problema de saber sidicha axiomática es universal y si la semántica es unao si hay, por el contrario, varias semánticas, comoexisten lógicas no aristotélicas o geometrías no eucli-dianas.

Pero si las sustancias de estos sistemas pueden variarsegírn las culturas, parece que su forma queda siendocondicionada por las necesidades de una razón natural.

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-, Précis de sémantique franqaíse, Berna, 1952.

ÍNDICE

Introducciírn

l. Las tres semánticas2. La semántica Iingüista

I. La significación: el proceso semántico

1. Signos y significación2. Signos y símbolos3. El significado lingüístico: sentido y con-

9I1

I6

t618

ccpto 2227oo

,1

4.5.6.

Sentido y rclaciónArl¡itrariedacl y motivaciírnConclusión

II. La signilicación: la función semántica

l. Sentidos y efecto del sentido .

2. La creación semántica3. La evolución semántica

36

364345

III. Los cambios cIe sentido: sus formas 49

1. La retórica: un inventario descriptivo 4,9

2. La forma lógica de los cambios de scntido 50

3. La forma semántica dc los camJrios dtr

sentido 5I

IV. Los cambios de sentido: sl¡s c¿utsits .

1. La nominación .

2. La cvolución del scntido3. Clasificación de Ias cartsus .

141

(¡i>

651t

80

142

V.

INDICE

Puntos de vista de estructura

1. Lengua y estructura2. Motivación interna y motivación externa3. Los campos lingüísticos de Trier .

4. En torno a Trier5. La Iexicología de tr{atoré6. Esferas de pensamiento de Sperber7. Las encrucijadas lingüísticas de Belin-

Milleron

84

B4B6BB

9I9297

99100

102

Este libro se acabó de imprimir el día22 de abril de 1976 en los talleres deGrófica Panamericana, S. de R. L., I'a-rroquia 911, México 12, D. F. Se tira-ron 10000 ejemplares y en su con-posición se utilizaron tipos Bodoni de6:7, B:9 y 9:10 puntos. La edición estu-vo al cuidado de Tomás Acosta Mejía.

B. Los campos semánticos

VI. La semántica estructural

t. EI análisis de Ia distribución2. El análisis de componentes3. El análisis etimológico,4. El análisis estadístico .

103110120727

Bibliogralía surnaría 139<l{m

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