7/31/2019 La teora de la innovacin disruptiva y el final de la profesin de docente

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La teora de la innovacin disruptiva y el final

de la profesin de docente.

Se vea venir y aqu est: el oficio de ensear toca a su fin. Final de una poca larga, casi

tan larga como la humanidad. Las teoras del constructivismo ms radical; la exaltacin

de la tcnica; del capitalismo, de la globalizacin; de la autonoma del individuo y de las

organizaciones (escuela incluida); todo ello ligado a los dogmas del pedagogismo ms

radical (sublimacin de la diferencia, la diversidad; relativismo absoluto; negacin del

significado de autoridad; negacin del sentido de mrito individual y excelencia; rechazo

de la tradicin; negacin de toda objetividad y por lo tanto de cualquier prueba objetiva

como medida del conocimiento,, todas estas ideas y principios cristalizan en una teora

cuya principal virtud es la de sintetizar radicalmente los principios que vienen

determinando de forma ambigua nuestra educacin y que contaminan todas las esferas de

la vida.

Segn el pronstico de los autores de la obra Clase disruptiva en menos de 20 aos el

80 por ciento de los alumnos de Primaria y de Secundaria aprendern on line con ayuda

puntal del profesor. Los autores (Christensen, Horn y Johnson) vislumbran un tipo de

aprendizaje customizado (adaptado a las necesidades de cada cliente usuario) y

estudiante-cntrico en el que el profesor oriente pero no imponga, opine pero no dicte.

(Rodrigo Santodomingo: El triunfo de la clase on line publicado en Magisterio N.

11.887, 27-10-2010.) El concepto de disruptividad que manejan estos autores procede

obviamente del mundo de la empresa privada. Su tesis resulta especialmente novedosaporque trata de aplicar una teora empresarial al mbito educativo. Las innovaciones

disruptivas ocurren cuando una nueva tecnologa irrumpe en un sector o industria y

agita sus cimientos hasta producir una transformacin radical. (No se trata, por lo tanto,

como una primera impresin ante el ttulo podra sugerir, de alumnos refractarios con

conductas disruptivas, sino de pura tecnologa educativa.)

No al principio -sigo citando el artculo de Santodomingo publicado en Magisterio-,

cuando dicha tecnologa productos o servicios inferiores en calidad a los ya existentes,

por lo que intenta abrirse mercado entre los llamados no-consumidores, es decir, aquellos

que por una u otra razn no acceden a la oferta tradicional. Sin embargo, pasado un

tiempo la innovacin provoca mejoras tales que atraen a todo tipo de consumidores,obligando a las empresas que se sirven de la tecnologa anterior a renovarse o morir.

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Desde una ptica educativa la vieja tecnologa sera la transmisin unidireccional de

contenidos homogneos. La nueva, el aprendizaje on line en sentido estricto La ventaja

comparativa de unas sobre otras se revela, ante todo, en la capacidad de la segunda para

personalizar ritmos y enfoques a las necesidades del alumno.

Este modelo de educacin es ya una realidad en los EEUU y su nmero de usuarios no

para de crecer de forma exponencial (en EEUU de 45.000 en el ao 2000 a un milln en

2007.) El avance tanto cualitativo como cuantitativo de las plataformas educativas (ms o

menos formales), nos pone ante la tesitura de dar el paso a un nuevo modelo en el que el

principal artfice del proceso de aprendizaje ya no sea el profesor, sino el propio alumno.

Lo que en principio serva como una alternativa para determinados grupos los

denominados no-consumidores-: alumnos disruptivos, vctimas del fracaso escolar;

alumnos impedidos (bien sea por motivos de salud o sociales); alumnos que quieren

cursar otras asignaturas, que no se encuentran en el plan oficial de los centros educativos

convencionales, se convierte desde ya en una posibilidad real, lo suficientemente madura

para sustituir un modelo tradicional inservible y obsoleto.

Los promotores de la teora disruptiva no se limitan a criticar el modelo de enseanza

ms o menos tradicional, sino que su crtica se extiende al actual modo de entender las

nuevas tecnologas, dependiente en el fondo (y en la superficie) del modelo tradicional:

las TIC se limitan en la mayora de las casos a ser una herramienta de apoyo en la

transmisin de conocimientos acadmicos, sin liberar su inmenso potencial

revolucionario. Uno de los coautores de la teora y consultor educativo de renombre en

los EEUU, Curtis W. Johnson, lo expresaba as en una entrevista concedida a

MAGISTERIO durante el Global Education Forum celebrado recientemente en

Madrid:

Durante las ltimas dcadas, los ordenadores han llegado al aula como meros aadidos,

como quien instala un telfono. Y es muy distinto concebir una nueva tecnologa como

una herramienta ms del sistema tradicional que como una plataforma, como la capacidad

fundacional de un nuevo contexto educativo.

Hasta ahora los ordenadores se ha utilizado siempre de forma predecible y errnea.

Para concluir, segn estos autores, para el 2024 la enseanza obligatoria online afectar a

un 80 por ciento del alumnado. Teniendo en cuenta que la regla general de que todo lo

que sea posible en un pas puede ser tambin posible en casi cualquier otro en un futuroprevisible (y ms si se trata de los EEUU), es hoy en da an ms vlida que cuando la

enunci Arendt a mediados del siglo pasado, podemos asegurar que la revolucin

educativa y social que plantean los defensores de la escuela disruptiva afectar de lleno a

un pas como Espaa, especialmente proclive a depender de las propuestas exteriores

(angloamericanas se entiende.)

La enorme cantidad de interrogantes que esta teora plantea nos hace dudar de la seriedad

de la misma. Se trata de una boutade colosal, una ms a las que no tienen acostumbrados

los iluminados de la Posmodernidad? Una provocacin? Lo que en cualquier caso resulta

llamativo es su falta de sentido comn. Histricamente sabemos de casos de personas

autodidactas, que han sido capaces de alcanzar unos niveles extraordinarios deconocimiento. Pero casos como los de Leibniz constituyen ms bien la excepcin que

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confirma la regla. Y la verdad es que pensar que un alumno normal sea capaz de

responsabilizarse de su propio proceso de aprendizaje, no deja de resultar cuanto menos

extrao. Es presuponer que el alumno es capaz a priori, a partir sus intereses (sus

intereses?, qu intereses?) de justamente aquello que constituye el trmino del proceso

educativo: la plena autonoma como sujeto. Incluso en el caso de adultos ya formados no

parece convincente pensar que sean capaces de disear un programa personalizado decampos del saber sobre los cuales su desconocimiento es manifiesto. Con ms razn para

un muchacho de diez aos! Por otra parte, el pensar que la aplicacin de modelos

empresariales a la enseanza va a servir como instrumento de compensacin en las

desigualdades sociales, resulta de una ingenuidad sorprendente (antes confiar en el

mismsimo Lucifer.)

Tampoco es nada clara la funcin que deber tener el maestro o el profesor en la sociedad

virtual del futuro. Es posible que en el futuro haya menos profesores. No es posible, es

de acuerdo a las tesis de la teora disruptiva- seguro. Qu sentido puede tener la figura

del profesor en un contexto as definido? Escuchemos lo que nos dice Curtis W. Johnson:

Aunque el alumno asuma ms responsabilidades en su aprendizaje, el profesor debe estar

ah para animarle y ayudarle a idear caminos que puedan conducir al xito, a resolver

problemas concretos, a arrojar luz cuando se bloquea. En especial si el alumno se embarca

en proyectos interdisciplinares que implican a varias personan de distintos mbitos. Ah el

profesor debe supervisar y explicar al alumno las formas ms eficientes de colaboracin

cuando se trabaja en equipo, una habilidad que casi no se practica en la enseanza

tradicional pero que resulta fundamental para tener xito en el mundo laboral. En algunos

aspectos, el nuevo modelo de predominio on line va a preparar mejor al alumno para la

vida real.

Est claro: no hacen falta profesores, ni de matemticas, ni de lengua, ni de nada, sino

ms bien especialistas en managementde empresa, o tal vez orientadores adoctrinados

en la nueva religin y reciclados en las TIC? En qu puede ayudar, pongamos por caso,

una profesora de literatura, gran conocedora de la obra de Fray Luis de Len y amante de

otras momias similares, a un grupo de alumnos que se ha atascado en un proyecto

multidisciplinar sobre la influencia del reggaeton tema apasionante, sin duda- en la

violencia de gnero?

Preguntado. Se necesitarn menos profesores en el futuro?, responde:

Hay gente que sostiene, que siendo ste un modelo econmico ms eficiente senecesitarn menos profesores porque un docente podr ocuparse de ms alumnos. Es una

consecuencia posible, aunque no estoy seguro de que sea deseable.

Aqu parece sentirse ms dbil y un tanto veleidoso. Es obvio que se necesitarn menos

profesores y ninguno en el sentido de lo que habitualmente se entiende por profesor. Ello

queda claro en su respuesta sobre la posibilidad de que la escuela como institucin

desaparezca, una vez se imponga la enseanza on line:

es algo que ya est ocurriendo: el crecimiento de los cursos on line ha sido

espectacular en los ltimos. Y si hablas con alumnos de Secundaria que van a clase todos

los das, muchos te dir que aprenden ms fuera del colegio que dentro. Esto se debe aque la mayora de las escuelas en la actualidad mantienen un modelo pensado para el

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siglo XX. Cuando reconozcan que los ordenadores forman parte del mundo del estudiante

actual, que cuando los utilizan es cuando ms aprenden, entonces podrn capitalizar su

situacin y adaptarse al nuevo contexto, en lugar de ignorarlo y dejar que otros tomen

ventaja.

Lo que parece olvidar el Seor Johnson con una falta de rigor cientfico alarmante- esprofundizar en el sentido de las aseveraciones de los alumnos: en qu sentido aprenden

ms?, qu es exactamente lo que aprenden ms?, desde qu criterios de evaluacin se

pueden dar por vlidas tales afirmaciones? Sea como sea, no se puede ser ms claro. El

pedagogo-consultor furioso ha hablado y nos seala el camino de la verdad. Bienvenidos

al sueo de Matrix.

..es como si enseas a alguien por primera vez la televisin en color y luego le dices que

lo correcto es que la siga viendo en blanco y negro. Una vez que los alumnos han sido

expuestos a este tipo de aprendizaje mucho ms personalizado, interactivo y colorista, es

lgico que se opongan a sentarse obedientemente en un pupitre para escuchar a una

persona que afirme saber lo que todos tienen que aprender. Es imposible que funcione.

Y no hace falta esperar 20 aos para ver realizado el sueo:

No hace falta ir tan lejos. En cinco aos habr una cantidad muy elevada de colegios en

los que el gran objetivo docente ser ayudar a trazar un plan individual basado en los

intereses del alumno. Cada vez resulta ms claro que se puede ensear lo fundamental, lo

que todo nio debe aprender (en Matemticas, Lengua), a partir de lo que le apasiona a

cada uno.

La ltima frase no deja lugar a equvocos: nos encontramos ante un fantico. El alumno al

matricularse en su escuela, informa de todo aquello que le apasiona: la astrofsica, el

psicoanlisis, los juegos de rol y la cocina macrobitica. A partir de aqu un experto, o

mejor un equipo de expertos, disea un plan customizado de e-learningadaptado a las

necesidades individuales del alumno x y a aprenderon line! No cabe duda, de que los

autores de la teora disruptiva no han visto un alumno disruptivo en su vida,

probablemente no hayan visto a ningn alumno real (puede que s virtual.) Como mtodo

de suicidio colectivo, hay que reconocer no obstante que no est mal del todo.

Un dato muy interesante de la entrevista es la actitud de los sindicatos educativos

americanos. Ante la pregunta de cmo acogieron Clase disruptiva los sindicatos de su

pas, el Seor Johnson responde que su primer discurso tras publicar su libro, fueprecisamente ante lderes sindicales educativos y que, pese a sus temores a recibir fuerte

crticas, la respuesta sindical fue de lo ms favorable. Lo que muestra que el Seor

Johnson, aparte de no saber muy bien lo que es un alumno real, tampoco sabe muy bien lo

que se cuece en la inmensa mayora de sindicatos educativos, claramente favorables a las

tesis del pedagogismo radical y que ven en el modelo de enseanza propugnado por los

autores de la Clase disruptiva la posibilidad de acabar por fin con la meritocracia y el

viejo academicismo (elitista y aristocrtico). Cito:

Casi al unsono me dijeron:sabemos que la transformacin es inevitable, que el status

quo no se sostiene, y queremos jugar un papel importante en el cambio .

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No deja de resultar tragicmico este extrao idilio entre el Capital y los Sindicatos, una

muestra evidente de la confusin en la que est hundida nuestra sociedad posmoderna.

Una vez ms, comprobamos como la ideologa dominante neoliberal (tradicionalmente de

Derechas) es perfectamente capaz de asumir principios asociados con el Progresismo

(tradicionalmente asociados a la Izquierda) para integrarlos (instrumentalizarlos) en su

propio beneficio (con el aplauso de la Izquierda!). La apisonadora del Capital es elartefacto ms potente que ha construido la mente humana.

La inconsistencia de la teora disruptiva de la educacin, sus paradojas y ambigedades,

hacen (en principio) poco probable que llegue a imponerse como la alternativa real al

actual sistema. Hemos de pensar, sin embargo, que nuestro actual sistema se basa en

teoras no menos delirantes que la de Christensen, Horn y Johnson, al fin y al cabo una

consecuencia lgica de aqullas, y que tales teoras son las que dominan el mundo real.

Tal vez, para aquellos docentes no-progresistas (entre los que se encuentra el que aqu

escribe) a los que el actual sistema les ha llevado a sentirse mal en su trabajo, a sentir

aversin por el mismo, no sea tan mala noticia la revolucin que se anuncia ya en el

horizonte incierto de los nuevos tiempos. Tal vez, el problema en un tiempo difcil deadivinar, pero no tan lejano, sea qu hacer con todos esos docentes fuera de tiempo y de

lugar.

F. Javier Gonzlez-Velandia Gmez.