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La transregionalización del mariachi tradicional: de Michoacán a Colima y de Jalisco a Michoacán Jorge Arturo Chamorro Escalante El Colegio de Michoacán Dentro del marco del Primer Congreso de la Sociedad Mexicana de Musicología celebrado en 1984 se propuso el concepto de “regiones interculturales” considerando que la música mexicana se manifiesta por compartir estilos, repertorios e instrumentaciones tradicionales de una región a otra. En realidad lo que se estaba proponiendo se refería a un fenómeno que desde hace mucho tiempo los etnomusicólogos debiéramos estar atendiendo: la transregionalización, en el cual las tradiciones se comparten no tan solo entre etnias o grupos culturales sino entre regiones. Fenómeno que defino como el intercambio de formas musicales, patrones rítmicos e instrumenta- ción, permite el enriquecimiento y desarrollo de los estilos y reperto- rios musicales entre músicos indígenas o entre músicos mestizos procedentes de distintas regiones y tradiciones. De esta manera se puede hablar de amplias zonas de intercambio e influencia recíproca que rebasan los límites políticos, estatales y municipales. Reconocer la existencia de la transregionalización en la música mexicana no quiere decir que los grupos y los músicos regionales copian o imitan géneros o formas de crear e interpretar la música procedente de otras regiones. Por el contrario, el fenómeno de transregionalización en la música indica que los grupos y los músi- cos regionales se nutren de instrumentación y de ciertos aspectos de la estructura interna de los estilos, tales como ciclos armónicos,

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La transregionalización del mariachi tradicional:de Michoacán a Colima y de Jalisco a Michoacán

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  • La transregionalizacin del mariachi tradicional: de Michoacn a Colima y de Jalisco a Michoacn

    Jorge Arturo Chamorro Escalante El Colegio de Michoacn

    Dentro del marco del Primer Congreso de la Sociedad Mexicana de Musicologa celebrado en 1984 se propuso el concepto de regiones interculturales considerando que la msica mexicana se manifiesta por compartir estilos, repertorios e instrumentaciones tradicionales de una regin a otra. En realidad lo que se estaba proponiendo se refera a un fenmeno que desde hace mucho tiempo los etnomusiclogos debiramos estar atendiendo: la transregionalizacin, en el cual las tradiciones se comparten no tan solo entre etnias o grupos culturales sino entre regiones. Fenmeno que defino como el intercambio de formas musicales, patrones rtmicos e instrumentacin, permite el enriquecimiento y desarrollo de los estilos y repertorios musicales entre msicos indgenas o entre msicos mestizos procedentes de distintas regiones y tradiciones. De esta manera se puede hablar de amplias zonas de intercambio e influencia recproca que rebasan los lmites polticos, estatales y municipales.

    Reconocer la existencia de la transregionalizacin en la msica mexicana no quiere decir que los grupos y los msicos regionales copian o imitan gneros o formas de crear e interpretar la msica procedente de otras regiones. Por el contrario, el fenmeno de transregionalizacin en la msica indica que los grupos y los msicos regionales se nutren de instrumentacin y de ciertos aspectos de la estructura interna de los estilos, tales como ciclos armnicos,

  • formas rtmicas y tcnicas instrumentales de ejecucin. La transregionalizacin nos hace ver con mayor claridad un camino hacia una visin global de la msica cuyo contexto se define por una evidente interaccin social como es el caso de la msica popular tradicional del medio rural.

    La idea de que por la presencia de regiones interculturales se advierten aspectos compartidos de los estilos de msica, nos hace pensar en que por esta va se pudieron madurar las maneras de tocar en las diferentes regiones de Mxico, sobre todo la msica indgena o mestiza que se ha nutrido de otras fuentes, pero a partir de una intensa actividad intercultural desarrolla sus propias tcnicas de ejecucin y composicin.

    Los primeros lincamientos etnomusicolgicos que esbozan una reflexin terica sobre el fenmeno de intercambio de tradiciones musicales fueron propuestos dentro de los conceptos de interaccin y proceso de composicin en la obra clsica de Alan P. Merriam, The Anthropology o f Music (1964:184) donde refiere que las tcnicas que se dan, por ejemplo, dentro del proceso de composicin de una o ms culturas, guardan ciertas caractersticas. En este proceso se traslucen cambios interculturales que bien pueden derivarse de la reelaboracin de repertorios y formas antiguas, de la incorporacin de materiales viejos o prestados, de la improvisacin, de la recreacin comunal, desde una experiencia emocional particularmente intensa, de la transposicin de la estructura interna de la msica, entre algunos otros factores.

    Para el caso mexicano, lo que puede hacer ms evidente esta idea de los intercambios, es la manera como se ha integrado el son en sus diferentes modalidades al acervo de repertorios de los msicos y los grupos indgenas, en donde se puede ver claramente la reelaboracin a la que alude Merriam y la adaptacin o adopcin a la manera local o regional de concebir la msica.

    Thomas Stanford (1972: 80-83) nos ha dicho en su estudio preliminar al Son Mexicano que este es un gnero ampliamente disperso entre los msicos mestizos en distintas regiones de Colima, Jalisco y

  • Michoacn, comunicadas antiguamente por los caminos reales, principal va de comunicacin que abri el camino hacia la transregionalizacin del mariachi. Jess Juregui (1990) partiendo del documento de Rosa Morada y de otras fuentes histricas nos hace ver que el panorama transregional de sones y mariachis se extiende tambin hacia Nayarit en donde se habla de un origen poco estudiado. En lo musical, Stanford reconoce adems la presencia del son entre comunidades indgenas, que le dieron al gnero rasgos particulares en su rtmica como la sesquiltera combinada en pulsos binarios y temarios, as como el concepto de armona. Ambos se despliegan notablemente a travs de subdominantes en frases cortas y en donde la ausencia del canto es notoria, quiz por tener mayor asociacin con la danza.

    Por la apreciacin de una dispora regional del son en el Occidente de Mxico, as como por las muestras de sones que he recogido entre nahuas y purhpecha en Michoacn, no me resulta difcil creer que existen sones entre los grupos y msicos indgenas que resultaron de una influencia recproca entre regiones . A estos sones se les podra identificar simplemente como sones de corte de danza, o bien como sonecitos, como los llaman los propios msicos indgenas por su estructura comprimida de frases que se repiten una y otra vez , y que no parecen llevar en su estructura la intencin de mayores cambios tonales, sino por el contrario se mantienen dentro de una misma tonalidad, aunque con ciertos giros meldicos, al igual que su patrn rtmico derivado de un pulso constante, isomtrico por estar estrechamente vinculado con la coreografa de la danza.

    No obstante habra que pensar tambin en la existencia de sones ms elaborados, en los cuales, aun cuando parecen proceder de contextos distintos, los msicos indgenas suelen reelaborar o adaptar a su propia manera de hacer msica.

    El caso que he podido apreciar ms de cerca en el Occidente de Mxico es el del son abajeo tambin adoptado por los purhpecha. El abajeo en Michoacn es un gnero que parece recibir elementos

  • de ritmo y giros meldicos procedentes del sur de Jalisco y la costa Michoacana. Henrietta Yurchenco (1983: 249) ya nos haba ilustrado durante su visita a Zamora sobre la existencia de este gnero y otros como la pirekua, desarrollados ms all de los lmites tradicionales, repitiendo sus frases en distintos grados tonales y sugiriendo saltos cordales muy enfatizados.

    De este modo, he de insistir en una visin ms amplia del son mexicano, desarrollado a partir de su inclusin en los repertorios locales. Para el caso del Occidente de Mxico, intento resaltar los rasgos interculturales en el proceso de composicin y dotacin que estn vigentes entre los nahuas y los purhpecha en Michoacn y en cuya estructura musical se pueden advertir evidencias en favor de la transregionalizacin.

    El panorama transregional

    Por algunos de los recorridos de campo efectuados en los ochenta he intentado seguir la ruta de transregionalizacin del mariachi que incluye a la cuenca lacustre de Ptzcuaro, Zamora, la tierra caliente michoacana y la costa de Colima en donde se reconoce la presencia del son y del grupo conocido como mariachito cuya dotacin a base de arpa (en algunos casos), guitarrn (en otros casos en sustitucin del arpa), guitarras rasgueadas y violn. Con excepcin de Zamora, por su dotacin se puede decir que en esta porcin del occidente de Mxico se ha mantenido ms que todo el formato del mariachi antiguo.

    Por la presencia del son abajeo y especialmente por su dotacin instrumental, cabe distinguir al conjunto de arpa grande en la tierra caliente de Michoacn entre los pueblos de Pinzndaro, Apatzingn, Nueva Italia, Tumbiscato y Tepalcatepec, quien tiene una estrecha relacin con el formato del mariachi antiguo.

    Thomas Stanford (1972) nos habla del formato prototipo del mariachi antiguo integrado por arpa, guitarras de golpe y violines, por lo que sin duda el conjunto de arpa grande michoacana guarda

  • una estrecha relacin con el origen del mariachi. Esta es precisamente una evidencia de la transregionalizacin de la tradicin del mariachi aunque actualmente tanto en Apatzingn como en Nueva Italia los msicos hacen una distincin entre mariachi y conjunto de arpa, el primero como el grupo de mayor demanda comercial (que incluye trompetas) y el segundo como el que mantiene la tradicin regional de las valonas y los sones planeos.

    Por lo que se refiere al noroeste michoacano, desde luego tendra que referirme al caso de Zamora que desde tiempos antiguos marca sin duda una ruta de paso en la tradicin del mariachi. Stanford (1972) se refiere tambin al caso de Zamora como el punto de enlace en la tradicin del mariachi entre Jalisco y el noroeste michoacano. En trminos ms precisos habra que decir que desde los tiempos porfirianos gracias a la labor de los arrieros y por el ferrocarril se abrieron rutas de comercio desde Zamora hacia la tierra caliente michoacana, hacia Colima, hacia el sur de Jalisco y hacia Guadalajara (Verduzco,1992: 80). No obstante que en Zamora se prohibieron en un tiempo los mariachis y fandangos, segn lo demuestra Alvaro Ochoa (1992: 89), ste se cultiv. La tradicin se vio favorecida por el enlace de Zamora con Jalisco y Colima. Desafortunadamente, la presencia del arpa y de la guitarra de golpe se ha perdido por completo en la dotacin instrumental que lucen en la actualidad los mariachis zamoranos, los cuales incluyen trompetas, guitarrn, vihuelas y violines. Sin embargo, se puede reconocer que las agrupaciones hacen patente la presencia de una transregionalizacin a juzgar por algunos de sus repertorios formados bsicamente por sones jaliscienses, sones abajeos michoacanos y gustos de la tierra caliente.

    En la cuenca lacustre de Ptzcuaro, especialmente por el rumbo de Tzintzuntzan, Erongarcuaro, Itatiro y La Zarzamora, el mariachito de la regin purhpecha es representado por conjuntos sin arpa, pero que incluyen guitarrn, guitarra, vihuela y violines. En este tipo de grupos el repertorio es ms michoacano entre sones abajeos y melodas de pirekuas, pero tambin acompaan a

  • las Danzas de Santiagos, por lo que su repertorio incluye sones de corte de danza.

    En el escenario de las regiones costeras habra que hablar de los mariachitos de la tradicin nahua en los pueblos del municipio de Aquila en Michoacn, que incluyen a Pmaro, Ostula, Coire, Titzupan, Maruata, Ticla, La Cofrada, o bien en algunos poblados mestizos como La Placita y Chacalapa. Los modelos de conjunto incluyen al arpa de 28 cuerdas, violines y jarana. Sus repertorios son fundamentalmente de sones de corte de danza para acompaar expresiones coreogrficas como las danzas de cuauileros.

    Muy cercanos a los nahuas fnichoacanos se encuentran los grupos y msicos mestizos de la costa de Colima cercana a Michoacn, especialmente en Cerro de Ortega, Tecomn y Armera, en donde se toca tambin el arpa de 28 cuerdas, violines, guitarra y jarana. El repertorio tradicional que algunos de los msicos ms antiguos mantienen son los jarabes, corridos, sones jaliscienses y sones de corte de danza para acompaar morismas, panaderos y otras que les llaman costilla y botella.

    Sin duda por la cercana entre la regin costera michoacana y la de Colima, el fenmeno de transregionalizacin se advierte de manera ms clara, a juzgar por la presencia de abundantes sones de corte de danza y por el empleo del arpa de 28 cuerdas. No es difcil pensar en una buena contribucin de la msica de los nahuas a los mariachitos de la costa y tambin de los mariachis mestizos a los mariachitos nahuas.

    Mariachitos de la cuenca de Ptzcuaro

    Dentro de la cuenca de Ptzcuaro existen algunas referencias sobre la presencia de mariachitos con guitarrn, especialmente en la porcin del lago hacia Erongarcuaro y en Tzintzuntzan. Stanley Brandes (1979) nos reporta desde sus primeros acercamientos a Tzintzuntzan la presencia de grupos de cuerda con guitarrn acompaando a las danzas del Seor del Rescate durante la fiesta de febrero y cuyo

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  • repertorio incluye tambin sones de corte de danza. En la parte del lago que corresponde a Erongarcuaro, muy cercana a los pueblos de Itatiro y la Zarzamora, el mariachito participa dentro de la tradicin de la Danza de Santiagos que se presenta en las fiestas de enero, con un repertorio de 25 sones. Segn las referencias de los msicos del mariachito de La Zarzamora1 integrado por Alfredo Chvez en la vihuela, Pablo Jacobo en el violn primero, Jess Chvez en el violn segundo, Jess Solorio en el Guitarrn, Jos Meza y Alfredo Vallejo en las guitarras sextas, los sones que incluyen como la cruz, el peine,la seguida,el saludo,el caracol, los m achetes, la reverencia ,el palom o,la culebra,la canasta,la pelea,levantamiento de filas y algunos otros mantienen una mtrica binaria como la de una polka, las acentuaciones de la rtmica se encuentran en estrecha relacin con la danza como en la percusin de sonajas y espadas. Adems de este repertorio incluyen corridos, polkas, abajeos, melodas de pirekuas y de sones regionales purhpecha. Aunque en la mayora de estos pueblos la tradicin del mariachi parece no corresponder a la regin, en la cuenca de Ptzcuaro se han formado mariachitos quiz por ser una ruta que comunica a los pueblos del lago con Morelia y Uruapan, esto denota la presencia importante de la sociedad mestiza rural. Como se advierte en el caso del mariachito de esta regin, hay que hacer notar que la msica purhpecha ha sido un motivo de transregionalizacin porque en algunos mariachis michoacanos, adems de los sones abajeos y jarabes, se han hecho adaptaciones de pirekuas al mariachi, algunas veces respetando la lengua nativa y otras veces con traducciones al castellano.

    Mariacheros en el valle de Zamora

    A pesar de que el mariachi en el noroeste Michoacano se moderniz muy rpidamente no tan slo por la desaparicin del arpa y la inclusin de la trompeta, sino por sus repertorios de mayor demanda comercial, es importante reconocer que en esta regin existe una

  • fuerte tradicin mariachera. En Zamora tiene su sede en una zona de contratacin de grupos que pretende ser el garibaldi zamorano y en donde se puede encontrar a Los Monarcas, Los Panteras y Los Gavilanes, entre otros. Algunos de estos grupos como Los Monarcas de Fidel Zavala mantienen los repertorios tradicionales entre jarabes, corridos y algunas de las piezas del repertorio antiguo como el maracumb y el gusto federal2 pero en su mayora se atienen a la demanda del consumidor zamorano que es evidentemente comercial.

    En esta regin la actividad mariachera se extiende hacia Tanganccuaro, Camcuaro (centro de recreacin popular-familiar junto al lago) y en los centros botaneros de Jacona. Tambin han cobrado cierta fama algunos grupos que se han dedicado a cultivar nuevos arreglos como el Mariachi Ordaz de Purpero, cuya fama como mariachi innovador por su polifona vocal y dotacin amplia de violines se ha extendido por gran parte de Michoacn.

    De Uruapan hacia la tierra caliente

    Desde los registros fonogrficos de Henrietta Yurchenco de los cuarenta y los sesenta3 se han mencionado dos tipos de grupos de cuerdas, uno integrado por guitarrn, vihuela y jarana, y el segundo por arpa, vihuela y violn en Uruapan, seguramente una muestra de una de las puertas de entrada de la msica de tierra caliente hacia territorio purhpecha. El primer tipo de mariachito todava se encuentra vigente en el acompaamiento a las danzas tradicionales, como es el caso de los grupos con guitarrn, vihuela, guitarra y violines acompaantes de las danzas de hortelanos durante las fiestas del barrio La Magdalena. En cuanto al segundo tipo de grupo que es el de arpa grande, Yurchenco reporta desde su experiencia a los arperos ms conocidos en tierra caliente que frecuentemente visitaban Uruapan. En los tiempos actuales hay grupos de arpa que proceden de esa regin.

  • Entre las poblaciones que incluyen a Nueva Italia, Apatzingn, Pinzndaro, Aguililla, Tumbiscato, Tepalcatepec, El Taistn, Santa Ana Amatln y El Ceidor, entre otros, se forma la tradicin del arpa calentana con las figuras legendarias de la tradicin como La Palmira de don Teodoro Chvez, Los Palapos de don Timoteo Mreles El Palapo legendario tamboreador del arpa grande, Los Gavilanes de Simn Jimnez El Nopalitos, Los Madrugadores de Asuncin Larios, Alma de Apatzingn de Juan Prez Morfn, Nueva Alma de Apatzingn de Beto Pineda, Los Giros de Ral Mora y Los Caporales de Santa Ana Amatln, por mencionar slo algunos de los grupos que integraron a la tradicin calentana. Especialmente se habla de la tradicin del arpa de 36 cuerdas que conservaron estas agrupaciones de msicos mestizos y de algunos otros arperos conocidos como Epigmenio Ramos, Tedulo Naranjo y don Pancho Jimnez.

    Segn lo refiere Juan Prez Morfin, arpero del grupo Alma de Apatzingn,4 los repertorios antiguos que todava se conservan como los sones planeos El Brinco, El Cario, y muchos otros adems de jarabes rancheros de siete partes, gustos y valonas tienen ms de medio siglo de haberse conocido, y se caracterizan por la ejecucin del arpa de 36 cuerdas que lleva los adornos, los arpegios y los bjeos a contratiempo, algo que tambin se reconoce en el arpa del sur de Jalisco. El sentido de ornamentacin, la presencia de abundantes variaciones y especialmente los bjeos sincopados son algunos de los aspectos en los que Irene Vzquez (1976) reconoce la presencia de la transregionalizacin al definir al sur de Jalisco como una regin amplia que incluye a Colima y la tierra caliente de Michoacn, a juzgar por la tradicin arpera y de sones aludiendo a la caracterizacin del son mestizo y a la posible herencia afro-mestiza. En cuanto a su dotacin instrumental tambin hay paralelismos porque adems del arpa, se incluyen en los conjuntos tradicionales, la vihuela, la jarana planeca o guitarra de golpe de cinco cuerdas y un par de violines.

  • Adems de la posible transregionalizacin entre los conjuntos de arpa calentana y la del sur de Jalisco, habra que referir que a partir de la manufactura del arpa misma parece haber existido una influencia mutua por la presencia de los artesanos que se han mantenido viajando de un lado a otro. Este es el caso de Vctor Partida, constructor de arpas, jaranas y vihuelas de los aos cuarenta, y Luis Espinosa ms reciente constructor de arpas, vihuelas y violines en San Juan, para los conjuntos tradicionales, quien estuvo primeramente trabajando en talleres artesanales de Paracho y Guadalajara, aunque su centro de operaciones estuvo principalmente en Apatzingn y en San Juan de los Pltanos.

    Adems de la contribucin de don Luis Espinosa y otros artesanos en la tierra caliente para la preservacin de los grupos tradicionales de cuerda, habra que destacar tambin la presencia de la tradicin laudera de Paracho y Aranza en la Meseta Tarasca como la que en gran medida ha contribuido a dotar de instrumental a muchas generaciones de guitarreros. Muchos de estos integran grupos de mariachi que participan durante la tradicional feria de la guitarra de agosto y en los desfiles de gremios para la celebracin de las fiestas de corpus.(Chamorro, 1985: 22).

    En sus repertorios lo ms caracterstico que puede reconocerse dentro de la tradicin de arperos calentanos son los sones (a los que los purhpecha llaman de estilo abajeo), los gustos, las valonas, malagueas, corridos, jarabes, medias calandrias y muchos otros. Sin duda muchos de estos msicos se intercambiaron entre Jalisco y Michoacn, aunque en la actualidad se identifican como estilos diferentes los del sur de Jalisco y la tierra caliente michoacana.

    Los mariachitos de la costa colmense y la sierra de Coalcomn

    En la costa y sierra michoacana cercana a Colima, identificada como regin de Coalcomn, se mantiene una tradicin muy particular de grupos de arpas y otras cuerdas que a su vez integran grupos de mariachi en fiestas, ferias y palenques, o bien para acompaar

  • danzas indgenas. Ral Hellmer identific un tipo particular de msica para danzas entre Coalcomn y las rancheras cercanas a la costa conocidas como patoteros. Su dotacin instrumental inclua un violn y una jarana o guitarra de golpe de cinco cuerdas. Su repertorio se compona de nueve sones identificados por las denominaciones de la culebra chirrionera,el dos en dos,el columpio, el atole, la cuchilla, la marcha,la perica,el mayate y la renca. Sin duda Hellmer se estaba refiriendo a las danzas de cuauileros o cuauilones que se conservan en Pmaro, Coire, Aquila, Ostula y Maruata. Actualmente algunos de los msicos de Pmaro5 hacen importantes descripciones de los sones que integran a la danza. Dichos msicos son hablantes de la lengua nahua, como Nicandro Aquino que toca el arpa de 28 cuerdas, Jos Mara Isidro y Tedulo Isidro en los violines, as como Eleazar Arroyo en la jarana de cinco cuerdas y Blas Lamberto Ramrez en la guitarra sexta. Este tipo de mariachito interpreta los sones de corte de danza que en el caso de los cuauileros (danza parodia de conquista) tienen diferentes denominaciones, tales como pata volando, cruzado, la cortesa, moviendo cadera, primero y segundo paloteo, el brinquito,la cuchilla entre algunos otros. En cuanto a los xayacates (parodia de los moros y cristianos) que se acompaan bsicamente con violines y guitarras ( sin el arpa ) incluye los sones quebrado, primero y segundo cambios, juego. En lo que corresponde a la danza de Corpus, acompaada con violn, guitarra y sonajas se incluyen los sones la reata, de rodillas, el zapateado, el machetazo, la cortesa y la procesin.

    En los sones en donde se incluye el arpa resulta interesante advertir el sonido de un bajeo continuo en el arpa misma que se emplea como para apoyar la tonalidad que normalmente hace cambios sencillos entre dominante y tnica. No se reconoce ningn tipo de sncopa o movimientos rtmicos cruzados en las arpas de los nahuas de la costa; no existen tampoco elementos improvisados como los del arpa calentana. La msica nahua con base en rasgueos simples de jaranas y movimientos continuos de bajeo en el arpa se

  • encuentran estructurados dentro de patrones isomtricos, lo que provoca un cierto sentido redundante. Pero lo ms caracterstico de esta tradicin de arpa es la participacin de danzas y msica en contextos religiosos, especialmente en las fiestas de san Antonio el 13 de junio.

    La presencia del arpa pudo ser una influencia de la msica calentana o bien de la tradicin del arpa en Colima y el sur de Jalisco a juzgar por las migraciones rurales de Jalisco y el noroeste Michoacano hacia Coalcomn (Cochet, 1991). Sin embargo, los nahuas parecen haber sido resistentes al repertorio del mariachi, por lo que mantienen nicamente los repertorios propios de sus danzas, as como el formato prototipo con arpa, jaranas y violn.

    Para el caso de Colima resulta muy interesante observar que todava se conserva el arpa de 28 cuerdas como parte de los mariachis, al menos en Tecomn, Cerro de Ortega y Armera, integrada a grupos de cuerdas rasgueadas y violines. La tradicin laudera, que sin duda mantuvo nutridos de instrumentos a los mariacheros de esta regin, debi provenir de Tecomn, o bien de los pueblos lauderos y mariacheros del sur de Jalisco, como Zapotiltic y Contla (Vzquez, 1976).

    Santiago Miramn Garca,6 conocido arpero mestizo de la poblacin de Cerro de Ortega, nos habla de que su experiencia como msico de mariachi no fue slo en la costa de Colima sino que comenz con los grupos nahuas serranos de Aquila como el de don Baldomero Daz, as como con el mariachito de Ostula y otro formado por mestizos en Chacalapa. Santiago Miramn mantiene dentro de sus repertorios antiguos corridos, canciones, sones para moros, y para danzas de panaderos, introducciones para jarabes como la arenita de oro, la cubanita, la morisma y la margarita, que segn el arpero ya no se conservan en Colima sino ms bien en los pueblos serranos como Huizontla, Michoacn y se acostumbran para las bodas. Entre los sones que se reconocen como loa ms populares en Colima estn El perico, Las olas, El carretero, El ausente, El toro viejo, El cihualteco, El

  • palmero, La peineta y Camino real de Colima. Muchos de estos sones se tocan tanto entre mariachis del sur de Jalisco como entre los arperos de la tierra caliente michoacana. En el caso de los arperos mestizos se mantiene sin duda la presencia de los bjeos sincopados aunque no tan notorios o tan desarrollados como los del arpa planeca; adems, se advierte la presencia de los grupos de arpa de los nahuas por los bjeos continuos y el repertorio de sones de corte de danza. Sin duda esto nos hara pensar en una influencia directa del arpa planeca. La manera de tocar de la tierra caliente michoacana se advierte en la costa de Colima, pero tambin habra que considerar los repertorios de danza nahua como un segundo elemento que ha sido reinterpretado entre los mariachis de Cerro de Ortega, Armera y Tecomn.

    Conclusin

    La transregionalizacin del mariachi frente a los datos de campo y con base en las aportaciones de estudios regionales sobre ste, me hacen pensar que no se trata nada ms de hablar de regiones que interactan, sino de la presencia de ciertos paradigmas etno- musicolgicos que invitan a ser estudiados con mayor detenimiento, como es el caso de los repertorios compartidos, la reinterpretacin de sones y otros gneros, la dicotoma de tradiciones nahua-mestizo y purhpecha-mestizo que fluyen de manera recproca, la presencia del arpa como elemento caracterizador de un modelo de mariachi tradicional y ante este panorama el hecho de que el estudio de la msica mexicana podr ser mejor comprendido, si erradicamos la idea de que las regiones son absolutas. Desde la dispora del mariachi puedo entender que los lmites regionales son nicamente referenciales y no deben ser considerados como encajonamientos de cultura local.

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  • Notas

    1. Registro fonogrfico de campo del 6 de enero de 1981 en Erongarcuaro, Michoacn en el disco Abajeos y Sones de la Fiesta Purhpecha. Mxico, INAH-COLMICH, (Serie i n a h N o . 24).

    2. Registro fonogrfico del autor al Mariachi Los Monarcas de Fidel Zavala en el disco Msica en la Independencia y la Revolucin Mexicana., Mxico, FONOMEX-COLMICH, 1985.

    3. Grabaciones de Henrietta Yurchenco en el disco Music o f the Tarascan Indians and nearby mestizo country, ASCH MANKIND SERIES, New York, 1970.

    4. Registro fonogrfico del 20 de octubre de 1982 en Apatzingn, Michoacn. Archivo y grabacin del autor.

    5. Registro fonogrfico de campo del 2 de octubre de 1984 en Pmaro, Michoacn. Archivo y grabacin del autor.

    6. Registro fonogrfico de campo del 30 de septiembre de 1984 en Rancho Cerro de Ortega, Colima. Archivo y grabacin del autor.

  • AnnimoPmaro, Municipio de Aquila, Michoacn 1984

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    Transcripcin y Grabacin : Arturo Chamorro

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