21
e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA NIEVES GÓMEZ GARCÍA (*) Unos versos de Antonio Machado, de su poema El dios Íbero, pudieran servirnos de introducción en nuestro intento de pe- netrar en el espíritu de esos arios que, en- marcando la fecha simbólica de 1898, constituyen el final del siglo XIX y el prin- cipio del siglo XX. Pues, sólo si entende- mos de qué manera la España de esta época se calibró a sí misma y a sus veci- nos, tendremos posibilidad de acercarnos a la institución educativa universitaria, que en cierta forma fue el crisol de todo el cú- mulo de ideas emanadas de pensadores, políticos y escritores, a los que se conoció y a los que se conoce como «generación del 98»'. Y ver cuál fue el proceso cíe esa universidad hasta otra fecha también signifi- cativa: 1923. Dicen así los versos menciona- dos: «Señor de la ruina,/ adoro porque aguardo y porque temol con mi oración se inclina / hasta la tierra un corazón blasfemo». Ciertamente que arrancados de su contexto son aún más terribles y significativos, porque suponen el grito de rebeldía frente a la ruina de siglos pero ya sin miedo de reconocer la causa: aguardar y temer. Y, repasando los es- critos de regeneracionistas y reformadores, institucionistas y sobre todo «noventayo- chocentistas», la clave de la España del 98 bien pudiera estar en la tensión entre esos dos sentimientos, aguardar y temer, y esas dos actitudes, adoración y blasfemia. Los años siguientes pondrán de manifiesto que sólo lenta y pausadamente el Señor de la ruina empieza a ser sustituido por el Señor del conocimiento. Porque, efectivamente, la historia del primer cuarto de siglo nos permite com- probar el cambio que empieza a experi- mentar España, anclada durante todo el siglo XIX en las estructuras del Antiguo Ré- gimen. Cierto que en ese siglo los enfren- tamientos, a veces cruentos, por la conquista de un sistema político y social basado en el uso cíe la libertad individual fue una cons- tante. Y que, desde la Constitución de 1812, a España le fueron familiares las nue- vas corrientes del pensamiento europeo. Pero la consolidación de un sistema políti- co constitucional fue un proceso largo y costoso que ni siquiera se cumple con el reinado de Alfonso XIII. Aunque necesario es reconocer que durante los arios que dura su monarquía ocurren una serie cle acontecimientos tan determinantes, que para el español cle este período resultó cada vez más difícil vivir al margen de Eu- ropa. Y la necesidad de identificar la pro- (') Universidad de Sevilla. (1) J. L. BERNAL N1uÑozi ¿Intento o realidad? La generación española de 1898, Valencia, Pre Textos, 1996. Revista de Educación, núm. Extra (1997), pp. 115-135 115

LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

  • Upload
    others

  • View
    0

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

eLA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23:

PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA

MARÍA NIEVES GÓMEZ GARCÍA (*)

Unos versos de Antonio Machado, desu poema El dios Íbero, pudieran servirnosde introducción en nuestro intento de pe-netrar en el espíritu de esos arios que, en-marcando la fecha simbólica de 1898,constituyen el final del siglo XIX y el prin-cipio del siglo XX. Pues, sólo si entende-mos de qué manera la España de estaépoca se calibró a sí misma y a sus veci-nos, tendremos posibilidad de acercarnosa la institución educativa universitaria, queen cierta forma fue el crisol de todo el cú-mulo de ideas emanadas de pensadores,políticos y escritores, a los que se conocióy a los que se conoce como «generacióndel 98»'. Y ver cuál fue el proceso cíe esauniversidad hasta otra fecha también signifi-cativa: 1923. Dicen así los versos menciona-dos: «Señor de la ruina,/ adoro porqueaguardo y porque temol con mi oración seinclina / hasta la tierra un corazón blasfemo».Ciertamente que arrancados de su contextoson aún más terribles y significativos, porquesuponen el grito de rebeldía frente a la ruinade siglos pero ya sin miedo de reconocer lacausa: aguardar y temer. Y, repasando los es-critos de regeneracionistas y reformadores,institucionistas y sobre todo «noventayo-chocentistas», la clave de la España del 98

bien pudiera estar en la tensión entre esosdos sentimientos, aguardar y temer, y esasdos actitudes, adoración y blasfemia. Losaños siguientes pondrán de manifiesto quesólo lenta y pausadamente el Señor de laruina empieza a ser sustituido por el Señordel conocimiento.

Porque, efectivamente, la historia delprimer cuarto de siglo nos permite com-probar el cambio que empieza a experi-mentar España, anclada durante todo elsiglo XIX en las estructuras del Antiguo Ré-gimen. Cierto que en ese siglo los enfren-tamientos, a veces cruentos, por la conquistade un sistema político y social basado en eluso cíe la libertad individual fue una cons-tante. Y que, desde la Constitución de1812, a España le fueron familiares las nue-vas corrientes del pensamiento europeo.Pero la consolidación de un sistema políti-co constitucional fue un proceso largo ycostoso que ni siquiera se cumple con elreinado de Alfonso XIII. Aunque necesarioes reconocer que durante los arios quedura su monarquía ocurren una serie cleacontecimientos tan determinantes, quepara el español cle este período resultócada vez más difícil vivir al margen de Eu-ropa. Y la necesidad de identificar la pro-

(') Universidad de Sevilla.(1) J. L. BERNAL N1uÑozi ¿Intento o realidad? La generación española de 1898, Valencia, Pre Textos, 1996.

Revista de Educación, núm. Extra (1997), pp. 115-135 115

Page 2: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

pia conciencia nacional, sentida desde losprimeros momentos y consecuencia enparte del fracaso español del «98», fue de-rivando hacia una nueva consideración deconceptos, otras veces tan precisos, cornoMonarquía, Estado, Nación, Universidad yEducación, entre otros. 2 Los intelectualesde primeros de siglo, emparentados algu-nos con los institucionistas y por lo mismodeudores del pensamiento gineriano, seconstituyen en un grupo crítico que sigueconsiderando la educación como el instru-mento imprescindible para cambiar el país,pero a su vez no aceptan otro compromisoque el de denunciar los «males» que elpaís tiene, con lo que la dialéctica negati-va, útil sin duda, a veces, se constituyó ellamisma en el obstáculo mas fuerte en el ca-mino de la transformación real cle la socie-dad española. Pero, a pesar de ello, talactitud supuso poner en entredicho situa-ciones y valores, paso desde luego necesa-rio tanto para el cambio, como parareforzar las distintas convicciones.

En este sentido hablan y escriben so-bre educación y sobre los distintos nivelesde enseñanza, planteando nuevos modosde organización tanto internos como exter-nos. Pero, sobre todo, se refieren a la Uni-versidad, pues siguen pensando que en lareforma de esta institución y en el cumpli-miento de sus fines puchera estar la soluciónde muchos de los problemas detectados. Noen balde se formaban en ella los hombresque, según el modelo político vigente, ocu-parían los principales puestos de la adminis-tración. Reformar la Universidad significabaser fiel al lema de «reformar desde arriba»,que la política de Cánovas había instaura-do. Y la Universidad tenía que variar paraque cambiara el país, porque desde la in-fluencia de esa institución se extendía tan-to a la enseñanza secundaria como a laprimaria, ya que los responsables de la po-lítica educativa eran, por lo general, hom-

bres universitarios. Sólo que la concepciónde Universidad había dejado de ser unívocay Francia, Alemania e Inglaterra, por citar alos países europeos más significativos,ofrecían modelos diferentes para esta insti-tución que, durante el primer cuarto de si-glo, hizo grandes esfuerzos por integrarseen una nueva sociedad europea donde lademocratización de las instituciones seofrecía como una realidad cercana. Con lainfluencia de un estilo diferente como fueel iniciado por Estados Unidos.

Así, la España prendida en el 98 arran-ca de la mano de una nueva concepcióndel mundo y del hombre, que se expresarano sólo en las obras científicas y literariasde los autores más representativos, sino enla política desarrollada por sus gobiernos,formulada, a su vez, en toda una serie dedocumentos legislativos y, al mismo tiem-po, en el medio de comunicación entoncesmás éficaz como era la prensa diaria. Y enrelación con la universicbd, los tres indica-dores mencionados en el título, Pensa-miento, Legislación y Prensa, o lo que eslo mismo, Ciencia, Política y Opinión, bienpudieran ser los canales de acercamiento alo que fue la institución universitaria espa-ñola en el período mencionado.

Introduciendo el Pensamiento, sinduda que Giner de los Ríos, Angel Ganivet,Joaquín Costa y Pérez Galdós son quizáslos escritores que con sus ideas abren elcamino a los genuinos representantes del98: Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Azo-rín, Antonio Machado y Ramiro de Maeztu.Ciertamente que no todos ellos hablan dela Universidad e incluso sólo uno de ellos esprofesor universitario, pero, incluso, sinmencionar tal institución, sus escritos se re-fuerzan entre sí de forma que los que sídedican toda o parte de su obra a analizarese nivel educativo encuentran en la desus compañeros de generación personajeso ideas que avalan sus propias reflexiones.

(2) INMAN Fox: La intención de España. Nacionalismo e identidad nacional, Madrid, Cátedra, 1997.

116

Page 3: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

Que a su vez enlazarán con otra genera-ción quizás más «universitaria», la del 14,pero que sin duda se alimenta de susideas, aún cuando no se sientan identifica-dos con ellas', pues los escritos de EugenioD'Ors, Ortega y Gasset, Salvador de Mada-daga, Gregorio Marañón, Bonilla San Mar-tín, García Morente, por citar algunos delos nombres más conocidos, son en algúnsentido complemento de los anteriores. Ya través de ellos pudiéramos encontrar lavisión que de la Universidad tiene el inte-lectual español del primer cuarto de siglo.

En Giner de los Ríos, que publica di-versos escritos sobre la institución univer-sitaria, entre ellos Pedagogía Universitaria,aparecido en 1905, gravita la tradición ale-mana pero sobre todo la anglosajona, puestiene por su formación krausista una granadmiración por la investigación científica, yla Universidad de Humboklt es referenciaobligada. Pero su propio carácter de maes-tro, más que de «Herr Professor», le hacenacudir al modelo de Universidad cuyaprincipal misión habrá de ser la de «formarhombres». Y, por otra parte, su sentido dela libertad no le hace fácil aceptar el papelque el Estado tiene en las Universidadesgermánicas. Por lo que, sin renunciar a laciencia como uno de los ejes fundamenta-les de la institución universitaria, insistecon más calor en la importancia que en laUniversidad ha de tener la enseñanza y sucalidad para el perfeccionamiento perso-nal de los alumnos: «La Universidad ten-dría más que carácter profesional (aunquela obra de la ciencia es oficio humano másque otros), carácter general, constituyendoun nuevo grado del mismo proceso que laescuela primaria y secundaria y en conti-nuidad indivisa con ésta.»4 Por todo ello,su opinión de la Universidad española en-tre finales y principios de siglo es la de un

acerado crítico que rechaza el modelo pro-fesionalizante y burocratizado, heredadode los reformadores universitarios napoleó-nicos, que han transformado la Universidaden un centro expendedor de titulacionesdonde exámenes y oposiciones se convier-ten en los problemas más importantes dela vida académica. Y donde la formaciónno tiene especial interés, por lo que en re-alidad, como espacio educativo, permane-ce cerrado a los problemas radicales de lasociedad, ya que Giner piensa que no seproduce «la acción directa de la Universi-dad fuera de sus aulas» a no ser a través dela profesionalización que conlleva en mu-chas ocasiones falta de cultura y escasa ac-ción social. Visión quizás demasiadosimplificadora pero que sin duda hemosde tener en cuenta, pues no en balde Gi-ner nos aparece como uno cle los profeso-res universitarios con más influencia en lasideas pedagógicas de nuestro siglo.

El pensamiento de Miguel de Unamu-no, quizás el más destacado representantede la generación del 98, y su experienciacomo profesor de la Universidad, preocu-pado a su vez por los problemas diarios deEspaña, es una referencia obligada. Ya enla obra de Delgado Criado', en que seanaliza la carga educativa que tienen susescritos, hay un minucioso estudio delpensamiento unamuniano sobre la Univer-sidad española, sus proyectos e ideas dereforma, poniéndose de manifiesto la im-portancia que este universitario tuvo en elambiente cultural del momento. Y tambiénlas diferencias con el fundador de la I.L.E.,pues Unamuno, de acuerdo con Giner enel rechazo de una Universidad profesiona-lizada y profesionalizante, en su aversiónpor la burocratización de sus tareas, no loestá tanto en cuanto a la defensa que Ginerhace de la autonomía universitaria, aunque

(3) R. jOIINSON: Fuego cruzado. Filosofía y novela en España, Madrid, Libertarias Pro Dultufl, 1997.

(4) F. GINER DE Los Rios: Pedagogía Universitaria. Problemas y noticias, Madrid, Espasa Calpe,1924, p. 24.

(5) B. DELGADO CRIADO: U1111M1M0 educador, Madrid, Editorial Magisterio Español, 1973.

117

Page 4: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

perciba con una lucidez fuera de todaduda las causas de lo que considera deca-dente situación de la Universidad españolade principios de siglo. Período éste en queel análisis de las instituciones educativas vamuy unido al enjuiciamiento político delsistema educativo. Pues, «superada la eu-foria subsiguiente a las reformas educati-vas de los primeros años del siglo XX, lasituación se complica. La falta de infraes-tructura adecuada, los escasos presupues-tos, y el trato indiscriminado hacia lasuniversidades de provincias, deja al descu-bierto la inviabilidacl de los proyectos ministe-riales A ello se sumaba el agravante deexcluir cíe la política educativa la opiniónprevia de los claustros universitarios»6.

Efectivamente, de Unamuno es bienconocido su concepto, un tanto amargo,de la Universidad que vive, de la que nosdirá: «Es, ante todo, una oficina del Estado,con su correspondiente expediente didác-tico, porque la cátedra no es más que unexpediente. No hay claustros universita-rios; no hay mas que una oficina, un cen-tro docente (tal es el mote) en el que nosreunimos al azar unos cuantos funcionarios,que vamos a despachar, desde nuestra plata-forma —los que a ella se encaramen— el ex-pediente diario de nuestra lección. Antesde entrar en clase se echa un cigarro, char-lando del suceso del día durante el cuartode hora que de cortesía llaman. Luego seentra en clase [...1, se endilga la lección, yya es domingo para el resto del día.»7 Y noes que Unamuno mirara con ojos pesimis-tas la institución que para él representabael propio espíritu del país. Es que la situa-ción de la Universidad a primeros de siglono daba lugar a demasiadas dudas, pues

«en algunas facultades era frecuente el ab-sentismo escolar: los alumnos preferían to-mar el sol a entrar en el aula. El númerode alumnos fue siempre bajo. Los testimo-nios referentes a la Universidad coincidenen señalar el divorcio entre ésta y la socie-dad, la despreocupación por los problemascientíficos, el dogmatismo conservador ytransmisor de la ciencia hecha, el anacro-nismo de las instituciones, la penuria demedios económicos, el iris ittencli et ablt-tendi de la cátedra, el formalismo, verbalis-mo, y, en general, la languidez, e incluso lamuerte, de las Universiclacles» 8. Visión dela Universidad que coincide con la cleotros escritores no tan directamente impli-cados en la vida universitaria, pero sí cons-cientes de su situación y necesidad dereforma9, que pensaban que existía unacontradicción entre lo que de la Universi-dad se esperaba y lo que en realidad esta-ba ofreciendo. Sin que las fórmulasdefendidas por los reformadores krausistashubiesen servido para alterar el ritmo de-cadente cle la institución. O al menos ésees el sentir de la mayoría de los escritos deprimeros de siglo, impregnados algunos deellos, eso sí, de cierto escepticismo.

Ese es el sentir del discurso que parainaugurar el curso 1902-1903 pronuncia enla Universidad Central Blas Lázaro e Ibiza,catedrático de la Facultad de Farmacia, enque se analizan los distintos problemas dela Universidad española de primeros de si-glo teniendo como referente la propia Uni-versidad Central. Y precisamente el notratar un tema específico de su Facultad esya un indicativo de hasta qué punto la si-tuación universitaria se había transformadoen la principal preocupación de sus inte-

(6) I. VAnt.A: La Universidad de Santiago (1900-1923), A Coruña, E. Do Castro, 1989.(7) M. DE UNAMUNO: «De la enseñanza superior en España», Revista Nueva, Madrid, v. I. 15-2 a 5-8 y y. II,

agosto a diciembre, Primera serie, 1899.(8) B. DELGADO CRIADO: ob. cit., p. 51.(9) J. COSTA: Reconstitución y europeización de España, Huesca, V. Campo, 1924; A. GAIsa yrn Idearium

español. El porvenir de España, Madrid, Espasa Calpe, Colección Austral, 1966.

118

Page 5: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

grantes, con un juicio que pudiera ponerseen boca de cualquiera de los profesoresuniversitarios de ese tiempo: «Debernospensar que las universidades no afectan ala vida tan sólo por el influjo que puedanejercer en la cultura y competencia delpersonal de ciertas profesiones [...I, ideamuy menguada de lo que las universida-des deben ser el que no viese en ellas otrafinalidad que la de una agrupación de es-cuelas profesionales. Mucho mayor es latrascendencia que puede reconocerse a laobra universitaria, por lo que influye en laformación de las clases directoras del por-venir.»'° A partir de ahí, el discurso analizadesde los edificios que tienen las universi-dades, obsoletos la mayor parte de ellos, elpobre y anticuado material de enseñanza,la precaria situación económica de sus fun-cionarios..., poniendo en entredicho la efi-cacia de la abundancia legislativa eneducación universitaria: «No existe correla-ción entre la expedicción para legislar y losprogresos de la instrucción». Sin que porlo demás se sienta demasiado convencidode las ventajas de la autonomía universita-ria pues al igual que le ocurría a Unamunodesconfiaba de la propia institución, tanenferma como el país: «Dos son los esco-llos contra los cuales naufragaríamos si enel acto se nos concediese una tan ampliaautonomía como la de las universidadesalemanas. Es el primero que las institucio-nes son organismos y que por tanto nopueden transformarse de un modo radicalpor sólo la virtualidad de una ley nueva, ynecesitan corno los organismos que estu-dian los biólogos, que sus modificacionessean lentas y graduales [...I, que la variabi-

lidad sólo permite como viables las modi-ficaciones que obedecen a las variacionesdel ambiente en que la vida se desenvuel-ve. El segundo y no menos grave es el quenace de la falta de recursos para llevar unavida normal y desembarazada.»" Argu-mentos que son difíciles de rebatir.

Más adelante, la generación del 14 clenuevo recupera los deseos de acción reto-mando muchas de las ideas expresadaspor los reformadores de finales del XIX,sobre todo cle Giner de los Ríos. E inclusoel mismo Unamuno confía en que los ma-les de la Universidad tengan solución almismo tiempo que se termina con los «ma-les de la patria» 12 . Y aunque algunas de lasobras mas importantes sobre la Universi-dad se escriban con posterioridad a 1923(caso de Ortega y Gasset y su obra Misiónde la Universidad, que tanta influencia ha-bría de ejercer), durante los arios que ante-ceden a la dictadura de Primo de Rivera seva consolidando la idea de una Universi-dad descentralizada, con autonomía aca-démica y regida en cada distrito por suspropios Estatutos, aunque con la ya reco-nocida disidencia de Unamuno que nocree que la autonomía sea un bien para laUniversidad, sino causa de provincianis-mo l '. Sin embargo, se piensa por la mayo-ría de los universitarios que una de lascausas del mal estado cle la Universidadera, precisamente, su dependencia ciel po-der central, quizás recordando las teoríasginerianas sin duda en paralelo con el cli-ma político que cada vez se mostraba másfavorable al desarrollo de las autonomíasregionalistas. Con la autonomía, creíanmuchos, se ofrecía una nueva vía de sali-

(10) Discurso leído en la Universidad Central en la solemne inauguración del curso académico de 1902 a1903, por el doctor D. Blas Lázaro e Ibiza, catedrático de la Facultad de Farmacia, Madrid, Imprenta Colonial(Estrada Hermanos). C/Fuenterrabía, n.° 3, 1902.

(11) Ibídem, p. 50.

(12) M. DE UNAMUNO: Artículos olvidados sobre España, Londres, Támesis, 1976.

(13) M. DE UNAMUNO: «De la enseñanza superior en España», Revista Nueva, Madrid, vls. I y II, primera

serie, 1899.

119

Page 6: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

da, pues con la entrega de la Universidada cada ciudad aumentaba la responsabili-dad de la misma con respecto a esta insti-tución, cuestión, por cierto, que apenasfue tratada en los argumentos manejadospor los autonomistas para quienes el pro-blema principal era desprenderse de lospolíticos de Madrid.

Es cierto que la conciencia del distan-ciamiento de la Universidad con respectode la ciudad seguía existiendo, pero el au-mento paulatino de estudiantes en las dis-tintas Universiclades, H así como el desarrollode la conciencia ciudadana, expresada alprincipio desde la violencia pero con argu-mentos fundados en la justicia, 15 prepara-ban una Universidad diferente, al menosen la composición sociológica de sus estu-diantes. Indicio de que la educación supe-rior empezaba a ser concebida no sólocomo un bien al alcance de los que podíancosteárselo sino como un derecho cleaquéllos que por sus cualidades se lo me-recían. Se invoca la libertad de profesoresy alunmos, pero ya desde posturas muchomás consolidadas que en los tiempos delas «cuestiones universitarias». Y, paradóji-camente, fue precisamente en la primeradécada del siglo cuando, creada la Juntade Ampliación de Estudios a instancias delos institucionistas, la Universidad españo-la empieza a tener relación con las euro-peas, viajando como pensionados de laJunta algunos profesores distinguidos y nosólo de la Universidad. «El prestigio delKulturkampf universitario germánico, consu organización entre estatal y privada, ycon el Seminario como célula de trabajo,marcó indeleblemente la filología, la listo-

riografía, la filosofía y la medicina españo-las, pese a la manifiesta anglofilia del pro-pio Castillejo. A la hora de elegir unmodelo de desarrollo universitario, el re-chazo de la tradición francesa fue total(salvo en lo que concierne a órganos supe-riores como la Ecole de Hautes Etucles o laEcole Normale Supérieure) y así aparece endos libros interesantes como La educaciónen Inglaterra (1919) de José Castillejo, oen su antítesis La mentalidad alemana.Ensayo de explicación genética del espíri-tu alemán contemporáneo, que publica en1914 un exbecario de la Junta, Eloy LuisAndré, enemigo jurado de cuanto olía aInstitución Libre de Enseñanza [...] una delas más curiosas y olvidadas figuras delreformismo educativo» 16•

Las contradicciones, pues, se hacensentir y en una Universidad ciertamente debaja calidad aparecen sin embargo perso-nalidades de gran relevancia y prestigio.Caso de Ramón y Cajal, Menenclez Piclal,Ortega y Gasset, o el propio Unamuno porponer algunos ejemplos. Y, aunque la au-tonomía decretada por Cesar Silió se supri-me en un nuevo y no último intento clecentralización, se habla de la Universidaden la prensa más que en tiempos anterio-res y los escritos sobre esta institución em-piezan a tener carácter cotidiano. Quizásporque se entiende que la Universidad hacle influir en la ciudad por otros derroterosque los habituales, en que estudiantes yprofesores parecían pertenecer a un mun-do aislado de la realidad. Pues, ;en quémedida podía influir un estudiante univer-sitario en el resto de la juventud del mo-mento? Es la pregunta que Giner se hará

(14) E. GONZÁLEZ RODRIGUEZ: Sociedad y educación en la España de Alfonso XIII, Madrid, Fundación Uni-versidad y Empresa, 1988; I. VARELA: ob. cit.; A. YEEANO: La enseñanza en España (1900-1920), Barcelona, An-tropos, 1988.

(15) J. L. GARCIA DELGADO: España entre dos siglos (1875-1931). Continuidad y cambio, Madrid,Siglo XXI, 1991.

(16) J. NIAINER: la Edad de Plata: 1902-1931. Ensayo de interpretación de un proceso cultural, Madrid, Cá-tedra, 1983, p. 183.

120

Page 7: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

aunque sea implícitamente: «La mayoríade nuestros estudiantes pertenece a las cla-ses medias, hace mucha vida de teatro, decafé, de casino, de Ateneo, a veces [...I.Suele tener, en una proporción media, losvicios y virtudes de la masa masculina denuestro pueblo»' 7 y la misma pregunta seplanteará en relación con el profesorado,«que ni se forma como tal en el doctorado,ni demuestra después sus cualidades enaprendizaje alguno»18.

Claro que de la falta de relación cíe laUniversidad con la sociedad no sólo tienenla culpa los universitarios. Y Maeztu, inte-lectual él mismo, escribirá: «¿No tienen losintelectuales españoles parte de culpa ensu falta cle influencia? Que no tienen poderes evidente. Cualquier político les puededar un puntapié con relativa impunidad.El poder está en la Iglesia, en los ricos, enlos caciques y en los militares. Los intelec-tuales no lo tienen [...] La influencia de losintelectuales depende, naturalmente, deque tienen detrás a considerable parte delpueblo, que les lee, les admira y aún lesvota cuando presentan su candidatura paraunas elecciones [...I. Haced que haya en elCongreso de los Diputados cincuenta o se-senta hombres distinguidos en la literaturao en la ciencia, y no sería posible que Una-muno fuera destituido cíe la Rectoría de Sa-lamanca por una cuestión electoral»19.Cuestión ésta de la influencia social de laUniversidad, dura y dificil, pues gran partedel aislamiento se debía al individualismoque desarrollaron los que en minoría de-tentaban la cultura, pero que a veces eraviolentado por la propia situación social.Pues ese ambiente individualista era ali-mentado por una idea de Universidad se-lectiva, formaclora (le los mejores quetendrían la responsabilidad de dirigir a los

demás, con lo que difícilmente se podíaevitar el distanciamiento y la superioridaddesde los propios universitarios. Pues, su-mido en esa contradicción, Maeztu afirma-rá: «Las carreras liberales debieran sermucho más caras, si han de mejorarse losestudios. El Estado no puede sostenerlasen la debida altura. Actualmente son bara-tas y malas. Los padres de familia debieranir haciéndose la idea de que tenemos quepagar tres o cuatro veces más que ahorapor las enseñanzas del Bachillerato, de laFilosofía y del Derecho. No hacen faltatantos Bachilleres, ni tantos juristas, ni mu-chos doctores en Filosofía y Letras. Lo quenecesitamos es levantar el nivel de estosestudios.» Aún cuando añade: «Para ellosería necesario encarecerlos para los pu-dientes y multiplicar el número de los be-carios pobres.» 2° Ciertamente se trataba (leun concepto de Universidad restrictivo yde suyo aristocrático, pero a su vez lo sufi-cientemente idealista como para pretenderque tales cambios enunciados pudierandesarrollar la comunicación Universidadciudad, e incluso, Universidad-país, desdeuna influencia de los «mejores».

Y el caso es que tal concepción cleUniversidad suponía la aceptación de susorígenes, en que sólo los estudiosos se ad-mitían como integrantes de tal corporación;y que por lo mismo se estaba reivindicandocon toda coherencia la necesidad cle limi-tar el ámbito de los estudios a los que tu-vieran capacidad o poder económico pararealizarlos, sin que tal propuesta parecieracontradictoria. Pero los años posteriorespusieron de manifiesto que no se aceptabapor las gentes el ser únicamente testigos yno sujetos receptores del saber y de laciencia, haciéndose notar en tales fenóme-nos la participación cada vez más acusada

(17) F. GINER DE Los RÍOS: La Universidad española, O.C.T. II, Madrid, Espasa Calpe, 1916, p. 136.

(18) Ibídem, p. 82.

(19) R. DE MnErru: Las intelectuales y un epílogo para estudiantes, Madrid, Rialp, 1966, p. 343.

(20) Ibídem, pp. 356-357.

121

Page 8: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

de la vida social en el ámbito universitario.Pero Maeztu seguía pronosticando: «Pueslos hombres que van a ser el día de maña-na los ingenieros de la industria, los jefesde las explotaciones agrícolas E...1, los guíasespirituales de un país 1...1, ¿cómo van adesprenderse de su sentido de clase supe-rior y rectora, para simpatizar con movi-mientos revolucionarios que pugnan pordestruir el cuadro general de las jerarquíassociales, en que se insertan las jerarquíasespeciales de la cultura.»2 Ciertamente quela Universidad a la que se alude era una ins-titución donde la democratización parecíano tener cabida, pero la mentalidad va a ircambiando y cuando Federico de Oníspronuncia el Discurso inaugural del cursoacadémico 1912-1913, en la Universidadde Oviedo, con el tema La Universidad Es-pañola, ya no nos sorprende que contemplela doble relación aludida: «La Universidad hasido siempre el órgano supremo de la culturade un pueblo; nada mejor que ella puededarnos idea del grado de su desenvolvi-miento intelectual; donde falta una culturaoriginal no puede haber Universidad en su ri-guroso sentido. Por esta razón es la Universi-dad culpable de la incultura de un pueblo;ella no es más que un órgano que recoge lasenergías espirituales existentes, en sus máxi-mas manifestaciones —muy especialmente lascientíficas— y las encauza y fomenta produ-ciendo su difusión y continuidad, es el centroregulador de la vida científica de la nación.»22

Había, pues, en el pensamiento de lospropios universitarios españoles la ideaacabada de la necesidad cíe establecer ca-nales de relación entre la Universidad y lasociedad, independientemente de su con-cepción elitista del saber, pues la propiaexistencia de la Universidad estaba en fun-ción de su papel como dinamizaclora de lacultura del pueblo, que a su vez generaríauna Universidad u otra.

La Legislación es otro de los indicado-res en el acercamiento a la Universidad.Cierto que, más que de la propia realidad,la ley nos habla de la intencionalidad delos gobernantes. Pero creemos que consti-tuye un instrumento de gran valor y másaún en el caso de la Universidad, puesquienes elaboraron las leyes e inclusoquienes las aprobaron fueron en su granmayoría universitarios con responsabilida-des políticas en el gobierno. Es decir, eluso de la legislación universitaria nos per-mite conocer el proceso seguido por el po-der político al intentar resolver los problemasligados con la vida académica, tanto en loreferente a los estudios como al gobierno yadministración, precisamente desde loshombres formados en la Universidad. Puesel modo y manera de enfrentar tales pro-blemas expresará, en parte, una concep-ción cle Universidad adquirida en su propiaformación universitaria. Universidad que,al estar centralizada, se regirá por las mis-mas leyes en todos los distritos universita-rios, con la excepción cle los años 1919a 1922, en que la autonomía universita-ria determinó una legislación en ciertamedida diferente, sobre todo en lo queera competencia de los Estatutos de cadaUniversidad.

En 1900 existe ya un Ministerio de Ins-trucción Pública y Bellas Artes, responsableentre otras de la institución universitaria. Y,aunque su primer representante, GarcíaAlix, diera la impresión de que por suideología mantendría los parámetros con-servadores, lo cierto es que, desde el prin-cipio de su gestión, Decretos y Ordenesnos muestran a un hombre lleno de ideasnovedosas y muy cercano en cierto sentidoal espíritu de muchos de los políticos insti-tucionistas. Ya desde los primeros momen-tos de su mandato inicia una política derevisión de los Planes de Estudio cíe las Fa-

(21) Ibídem, p. 361.

(22) F. DE OMS: «La Universidad española», BILE, 631, 1912.

122

Page 9: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

cultades de Derecho, Ciencias y más tardeFilosofía y Letras, y Escuelas Especiales.Intentando con tales planteamientos aten-der a lo que se suponía eran las necesida-des de la propia sociedad, demandante deestos cambios. Así, por Real Decreto de 2 deagosto cle 1900, la Regente firma la remode-lación de la Facultad de Derecho en los tér-minos siguientes: «a) Se llamará Facultad deDerecho y Ciencias Sociales, dividiéndose endos Secciones según la nueva denomina-ción; b) La Sección de Derecho mantendrá laorganización de la antigua Licenciatura, sal-vo una serie de excepciones: 1) Se suprime elestudio de Estadística, quedando unido al deEconomía Política; 2) La asignatura cle Dere-cho Político se llamará Derecho Político es-pañol comparado con el extranjero y deberácursarse previo aprobado del Derecho Inter-nacional Público; 3) El Derecho Adminis-trativo se conforma como asignaturaindependiente; 4) La asignatura cle Dere-cho Mercantil de España y de las principa-les naciones de Europa y América deberá

estar precedida por el aprobado de las dosasignaturas de Derecho Civil.»23

En cuanto a la Sección de Ciencias So-ciales, sólo se establecería en la Universi-dad Central, y su Plan de Estudios sería elprolegómeno de la Facultad de CienciasSociales y Políticas'''. Nuevo Plan que inau-guraba en la Universidad españold unanueva Licenciatura que ya tenía cierta tra-dición en Europa, como era la de CienciasSociales, en unos momentos en que talesestudios, estimulados por los trabajos cleDurkheim y Weber sobre todo, empezabana ser considerados necesarios desde la pers-pectiva de la Sociología y de la Política.

En el mismo año será reformada la Fa-cultad de Ciencias dividiéndola en cuatroSecciones: Ciencias Exactas, Ciencias Físi-cas, Ciencias Químicas y Ciencias Natura-les. Distribuyéndose los estudios con uncierto aire de modernidad, acorde con lapretensión de acercar la Universidad a Eu-ropa, aunque todavía se incluyeran asigna-turas un tanto periclitadas.25 Y al mismo

(23) Gaceta de Instrucción Pública, núm. 467, 15-8-1900.

(24) El Plan de Estudios propuesto era el siguiente:

Curso preparatorio: común con el de la Licenciatura de Derecho.

Licenciatura:

Primer Grupo: Antropología, cursada en la Facultad de Ciencias, Ética, cursada en la Facultad de Filosofía

y Letras, Economía Política, cursada en la Sección de Derecho.

Segundo Grupo: Estadística; Derecho político cecino' comparado co,! el extranjero, cursado en la Sección cle

Derecho; Derecho común de España comparado con (»llora!, Hacienda pública, cursada en la sección de Derecho.

Tercer grupo: Derecho Internacional público, cursado en la Sección de Derecho; Derecho Administrativo,

cursado en la Sección de Derecho. Estudios superiores de Derecho penal y Antropología criminal; Sociología,

cursada en la Facultad de Filosofía y Letras.

Cuarto Grupo: Historia de las doctrinas económicas; Asociaciones mercantiles e industriales; Historia de/aIglesia y del Derecho Canónico.

(25) El Plan de Estudios de estas Secciones era el siguiente:

Sección de Ciencias Exactas:

Período de Licenciatura:

Primer año: Análisis matemático, Geometría métrica; Química general.

Segundo año: Análisis matemático; Geometría analítica; Física general.

Tercer año: Elementos de calculo infinitesimal; Cosmografía y Física del Globo, Geometría de la posición.

Cuarto año: Mecánica racional; Geometria descriptiva; Astronomía esférica y Geodesia.

Período de Doctorado: Curso de Análisis superior, estudios superiores de Geometría y Astronomía del sis-

tema planetario.

123

Page 10: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

tiempo que se replanteaban los estudios,también se ocupaba el Decreto del modo deimpartirlos. Y así, por ejemplo, es de consi-derar lo expresado en el artículo 41, referidoa las obligaciones de los catedráticos, que«deberán exponer el programa entero de laasignatura a fin de que la preparación que reci-ban los alumnos sea completa, y para la redac-ción de los programas procurarán atender, encuanto sea posible, las observaciones de losClaustros y Escuelas que utilicen aquellas ense-ñanzas, sin menoscabo de su independenciade criterio y libertad para la exposición de lasasignaturas que les estén enconmenclachs, nidel carácter especulativo que corresponden alas enseñanzas de la Facultad», cuestiones és-tas de extraordinario interés por cuanto inci-dían de lleno en los temas más conflictivos dela vida universitaria del siglo XIX.

Ciertamente que las Universidades deprovincias sólo fueron afectadas por partede estas reformas, pues los estudios de la

Sección de Naturales se darían exclusiva-mente en Is.ladrid, excepto las asignaturasque servían de preparatorio para otras Fa-cultades, como eran las de Medicina y Far-macia. Así mismo, el Doctorado de lascuatro Secciones tenía a Madrid como úni-co centro. Mientras que en el resto de lasUniversidades se beneficiaba a Barcelonacon las Secciones de Exactas, Físicas y Quí-micas; a Zaragoza con las secciones deExactas y Físicas; a Valencia con la Secciónde Ciencias Químicas, y en Sevilla y Gra-nada «subsistirán las asignaturas de los dosprimeros cursos de las Secciones de Exac-tas, Físicas y Químicas».

Con tales disposiciones se pretendeuna Universidad más cercana a las inquie-tudes científicas del nuevo siglo y desdeluego más de acuerdo con las necesidadesde la industria y la tecnología. Y, aunquetodavía las enseñanzas universitarias si-guieron siendo privilegio de un número

Sección de Ciencias Físicas:Período de Licenciatura:Primer año: Análisis matemático, Geometría analítica; Química general.Segundo año: Análisis matemático; Geometría analítica; Física general.Tercer año: Elementos de Cálculo infinitesimal; Cosmografía; Física del Globo; Acústica; óptica.Cuarto año: Mecánica racional; Termodinámica; Electricidad y magnetismo.Período de Doctorado: Astronomiafísica, Meteorología; Física matemática, primero y segundo curso.

Sección de Ciencias Químicas:Período de Licenciatura:Primer año: Análisis matemático, Geometría métrica; Química general; Mineralogía; Botánica.Segundo año: Análisis matemático, Geometría analítica; Física general; Zoología general.Tercer año: Elementos de Cálculo infinitesimal; Cosmografía y Física del Globo; Química inorgánica.Cuarto año: Química orgánica; Análisis químico general; Mecánica química.Período de Doctorado: Análisis químico especial; Cristalografía; Química biológica.

Sección de Ciencias Naturales:Periodo de Licenciatura:Primer año: Mineralogía y Botánica; Química general; Zoología general.Segundo año: Física general; Cristalografia; Geografía; Geología dinámica; Técnica micrográfica é histo-

logía vegetal y animal.Tercer año: Organografía y Fisiología vegetal; Organografía y fisiologíti animal; Mineralogía descriptiva;

Zoografía de animales inferiores y moluscos.Cuarto año: Geología geognóstica y estratigráfica; Fitografia y Botánica descriptiva; Zoografía de articula-

dos; Zoografía de vertebrados.Período de Doctorado: Antropología; Psicología experimental; Química biológica.

124

Page 11: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

escaso de ciudades y la centralización hi-ciera de Madrid la ciudad universitaria porexcelencia, poco a poco el resto de Distri-tos universitarios empiezan a hacer sentirsu fuerza, como se irá viendo en el propiotranscurrir del siglo.

La revisión de los estudios de las Fa-cultades de Filosofía y Letras no se haceesperar, y por Real Orden de 19 de no-viembre de 190026, se realiza una distribu-ción de los mismos según los distintosdistritos. De acuerdo con esta reforma, lalicenciatura en Letras se podría conseguiren las Universidades de Barcelona, Granaday Salamanca, mientras que la de Historia seadjudica a Sevilla y Zaragoza. Pudiéndosecursar estudios comunes a todas las Seccio-nes de Filosofía y Letras en Barcelona, Gra-nada, Oviedo, Salamanca, Sevilla, Valencia,Valladolid y Zaragoza. Que se ordenan endos grupos, al igual que las licenciaturasmencionadas27.

En 1901 dos nuevas disposiciones le-gislativas continúan poniendo de manifies-to la preocupación del recién creadoMinisterio, aunque en este caso desde unnuevo ministro, el conde de Romanones.Por una parte, la Real Orden Circular de 10de marzo sobre la libertad de cátedra, ypor otra los reales Decretos de 12 de abrily 10 de mayo, aprobando el reglamento deexámenes y grados. Se alude en la primeraa la Real Orden de 3 de marzo de 1881,donde se prescribía «que de ningún modose pusieran impedimentos al libre, entero y

tranquilo desarrollo del estudio, ni menosse prescindiera del derecho igual para to-dos lo españoles, con el intento de ponertrabas a la actividad de los encargados de laenseñanza pública». Es decir, se asume porel legislador la necesidad de «evitar imposi-ciones de cierta índole, impropias de lostiempos actuales y condenadas por la Cons-titución del Estado», restableciendo en todosu vigor el Real decreto de 25 de enero de1895, con lo que parecía zanjada la polémi-ca, larga y a veces de duras consecuencias,sobre la libertad de catedra y de ciencia. Cla-ro que las mismas contradicciones que sedan en el terreno de las ideas se observanen la legislación y la censura es un bienaceptado, pues entre los deberes del Rectorestará el de «velar porque la ley se cumpla ysin limitar en lo más mínimo la libertad cleciencia y la independencia dentro de ella delprofesorado». Pero «no tolerar que aquellase desnaturalice ni ésta se convierta en ele-mento cle propaganda contra el régimen vi-gente». Expresión esta última muy ambiguay que se interpretará de distintas formas.

El Reglamento de exámenes trata cin-co cuestiones fundamentales, que, a pesarde la Ley Moyano, sufrían de cierto caosadministrativo: Exámenes de ingreso; Exá-menes de asignaturas; Exámenes de reváli-da y grados; Calificaciones de exámenes, yTribunales de exámenes. La Universidad,como una institución educativa mas, que-daba regulada en su función de juez y expe-didora de títulos y, aunque la centralización

(26) Gaceta de la Instrucción Pública, núm. 480.

(27) La Licenciatura de Historia la integraban las siguientes materias:Primer grupo: Historia antigua y media de España: Historia universal, edades Antigua y Media; Geografin

política y descriptiva; Arqueología.Segundo grupo: Historia moderna y contemporánea de Espada; Historia universal moderna y contempo-

ránea; Numismática y Epigrafía.La Licenciatura de Letras comprendía:Primer grupo: Lengua griega; Lengua arábiga; Paleografía; Latín vulgar y de/os tiempos medios', Literatura

española.Segundo grupo: Lengua y Literatura griegas, Lengua hebrea; Filología comparada del latín y del castella-

no; Gramática comparada de las lenguas indoeuropeas; Bibliología.

125

Page 12: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

suponía ignorar las peculiariedades decada centro, lo cierto es que se pretendíaun estatuto jurídico, claro y preciso, res-pecto de uno de los temas más conflictivoscomo es el aprobado o suspenso, tantopara ingresar en los centros como para se-guir el proceso normal de los estudios.Expresándose una preocupación pedagó-gica además de política, muy de acuerdocon los tiempos, que el anterior ministro,García Alix, había iniciado desde el climaregeneracionista y que se había concreta-do en la creación de una catedra de Peda-gogía en el Museo Pedagógico por RealDecreto de 1 de febrero de 1901.28 Sin em-bargo, estas reformas no alteraron demasia-do la calidad de la enseñanza universitaria,aunque la lectura que podemos hacer delas mismas sí nos habla de que la preocu-pación por la Universidad existía no sóloen el ánimo de los intectuales universita-rios ajenos a la política.

A medida que avanza el siglo, la legis-lación atiende sobre todo a los Planes deEstudio y a la creación de nuevas Seccio-nes y nuevas Licenciaturas y, por consi-guiente, a la dotación de nuevas cátedras.Y también a desarrollar una política de re-lación con las Universidades extranjeras,arbitrando un sistema de Becas y Pensio-nes, responsabilidad que recae en la Juntade Ampliación de Estudios, creada en1907, y que posibilitará la estancia fuera deEspaña de numerosos profesores. Mástarde, en 1910, se crea la Sección de Cien-cias Químicas de la Universidad de Sevilla,la Licenciatura de Ciencias Naturales y losestudios correspondientes a las Seccionesde Filosofía e Historia en la Universidad deBarcelona. Regulándose la admisión de lasmujeres en la enseñanza universitaria,

cuestión ésta de indudable importancia ycausa de numerosos problemas"). Publi-cándose una Real Orden el 8 de marzo deese mismo año: «Disponiendo que se ad-mita sin limitación alguna en los estableci-mientos docentes la matrícula de las mujeres,en enseñanza oficial y no oficial, con su-jección únicamente a las reglas señaladaspara los alumnos». Y en este mismo año sedispone por Real Orden cíe 17 de septiem-bre, la celebración de una Asamblea Gene-ral cíe la Enseñanza, cuyos cuestionarios,forma de contestarlos y otros temas rela-cionados con la Asamblea, se modifican yaentrado el ario 1911, por Real Decreto de17 de marzom.

También en 1910 se regulan por RealDecreto de 8 de abril las oposiciones parala provisión de Cátedras de Universidades,de Institutos de Segunda Enseñanza, Es-cuelas Normales, Ingenieros Industriales,Comercio, y Veterinaria. Los argumentospara tales reformas son de gran interés y sehacen eco de los distintos escritos referi-dos a este tema en el ámbito universitario;así, por ejemplo, cuando se dice «no bastaque el aspirante a cátedras haga exhibicióngratuita de los conocimientos que ha ad-quirido, si no demuestra que tiene prepa-ración y aptitudes pedagógicas para ejercerla elevada función docente. En este con-cepto se pide a los que acudan a las opo-siciones que aporten en el expediente,para que el tribunal pueda apreciarlos, to-dos aquellos méritos, estudios especiales,publicaciones y servicios a la enseñanza[...1, y se incluye entre los méritos la cir-cunstancia cle haber cursado y probado laasignatura de Pedagogía Superior». Cons-taba el Reglamento de 37 artículos, siendode destacar lo referido a los Tribunales,

(28) Gaceta de Instrucción Pública, núm. 467.(29) M. T. MARÍN EDEC: Innovadores de/a educación en España (becarios de la J.A.E), Servicio de Publi-

caciones de la Universidad de Castilla La Mancha, 1991.(30) C. FLECIIA GARCÍA: Las primeras unitersitarias en España, Madrid, Narcea, 1996.

(31) Anuario Legislativo, 1910, p. 421 y 1911, p. 116.

126

Page 13: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

«constituidos por cinco jueces: Presidente,un Consejero de Instrucción Pública; losvocales, catedráticos, un académico y unapersona competente que no sea profesoroficial»; y lo concerniente a los Ejerciciospropiamente dichos. Cuestión ésta de graninterés y que creemos merece un detalladoanálisis para seguir encontrando lugarescomunes entre el Pensamiento y la Legisla-ción. Los ejercicios citados eran cinco ycomprendían los siguientes pasos:

1.0 Dos temas por escrito del Cuestionario.2.° Exposición oral cle un tema saca-

do a suerte del Cuestionario.3.° Un ejercicio de carácter práctico a

discreción del Tribunal.4.° Explicación en hora y cuarto de

una lección del programa.5.0 Exposición oral y defensa del

Programa.

El Reglamento nos muestra, además,un dato, aparentemente anecdótico, peroque refleja, ciertamente, una realidad socioeconómica: las dietas recibidas por losmiembros del Tribunal eran de 25 pesetaspara el Presidente, y cíe 20 para el resto delos miembros, a excepción de los residen-tes en Madrid que cobrarían 15 pesetas.Pagándose el desplazamiento cle los quevivían fuera para que viajaran en departa-mentos de 1. a clase. No estaba mal parauna Universidad que pagaba a sus catedrá-ticos con sueldos que les hacían muy difícilviajar con ese tipo de billetes. Pero bienpodía ser una manera de compensar. Elhecho es que se sigue legislando para laUniversidad y en los arios siguientes quizáslo más interesante fuese la creación de unacátedra de Pedagogía Superior en el Doc-torado de la Sección de Filosofía cle la Uni-versidad Central, materia, por otra parte,obligatoria en estos estudios junto a lasdisciplinas de Metafísica, Estética y Filoso-fía del Derecho. Así como el Real Decretode 11 de agosto de 1914, por el que se

vuelven a reformar los estudios superiores,siendo de destacar el artículo 11, donde sedefine la libertad de enseñanza «en todossus grados y cualesquiera que sea su cla-se»; y el artículo 13, en que concreta elexamen de grado de la Licenciatura.

En 1916 cíe nuevo se insiste en untema ya planteado desde finales del sigloanterior y que fue objeto de legislación delReal Decreto cle 21 de diciembre de 1905,cuando se concedió autorización para so-meter a las Cortes un Proyecto de Ley so-bre autonomía universitaria, sin que endefinitiva se hubiera concluido en nadaconcreto. Pero el ambiente intelectual ypolítico de 1916 era diferente y desde lue-go era favorable a cualquier intento legis-lativo en esa cuestión. Y en ese sentido elReal Decreto de 2 de junio de 1916, autori-zando al Ministro para presentar a las Cor-tes un Proyecto de Ley sobre concesión cleautonomía pedagógica a la Facultad de Fi-losofía y Letras de la Universidad Centralfue, cíe entrada, bien acogido y que se refe-ría a los siguientes tenias: Planes de estudio;Horarios y calendarios, PI7 lebas y exámenes,Libertad de especialidad; Disciplina pedagó-gica y Sustituciones. Quedando exceptuadasla provisión de cátedras, la regulación cle losderechos de los catedráticos y el régimeneconómico, con la obligación para la Fa-cultad de redactar sus propios Estatutos.Además cle que se afirmaba en el Decreto:«Podrá el Ministerio [.. 1 hacerlo extensivoa las demás Facultades». Es decir comen-zaba a ser tema de legislación uno de lostenias más conflictivos de la Universidadespañola del primer cuarto de siglo, la au-tonomía, pues, estando cíe acuerdo con lanecesidad de su implantación, tanto desdelos partidos conservadores más progresis-tas como desde los liberales, la dinámicasocio-política abortará los intentos de unosy otros en ese sentido.

Así, Cesar Silió, ministro conservadordel gabinete de Maura, respondiendo a lasdistintas expectativas que sobre autonomíauniversitaria se habían ido desarrollando

127

Page 14: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

en el país, sobre todo desde que la Univer-sidad de Barcelona, descontenta del tratorecibido en relación con la UniversidadCentral'2, afronta el controvertido tema,pues ese descontento se había extendido aotras Universidades y sectores del país,aún cuando existieran opiniones contra-dictorias. Con ataques a veces furibundos ala autonomía, como el que sigue: «No pue-de dejar el Estado la enseñanza a nadie,que es una función suya, que no puededelegar en nadie, que no se la puede dejaren manos de individuo, ni de las asociacio-nes civiles, ni de las congregaciones religio-sas, ni de los pueblos, ni de las provincias, nide las regiones, ni de nadie: ¿por qué va adejar a los claustros universitarios que es aquien peor se puede dejar?»" Palabras quenos recuerdan a Unamuno y que vienendirigidas desde una de las sedes nacionalesde la política, el Senado, y por un senador,en este caso de izquierdas. De tal formaque, cuando en 1919 Silió establece la obli-gatoriedad para las Universidades españo-las de redactar sus propios Estatutos, esdecir, iniciar el camino de su autonomía, escierto que encuentra la enemiga de mu-chos sectores pero también lo es que en-cuentra el terreno abonado y no sólodesde los escritos más o menos teóricossino, incluso, desde los ministerios anterio-res. Pues el ministro Burell contribuyó, encierta forma, a preparar el ambiente al de-cretar, primero, que la asistencia de losalumnos a las cátedras en la enseñanza su-perior era libre y voluntaria (Real Decreto

de 7 de enero de 1916) y más tarde, el 10de marzo de 1917, que se suprimían «losejercicios de grado y reválida en todas lascarreras, enseñanzas y estudios depen-dientes y establecidos en los distintos cen-tros docentes de este Ministerio», con loque se ganaba el favor de los estudiantes,aunque se malquistaba con los profesoresmás apegados a los antiguos esquemas.

El Real Decreto cle Silió, firmado el 21de mayo, hace posible la autonomía uni-versitaria, estableciendo que todas las uni-versidades españolas serían «autónomasen su doble carácter de escuelas profesio-nales y de centros pedagógicos de alta cul-tura nacional». Con una exposición clemotivos bien fundamentada: «Las Univer-sidades españolas, de tan gloriosa tradi-ción, que compitieron con las más famosasdel mundo en sus días cle esplendor, sonhoy casi exclusivamente Escuelas que ha-bilitan para el ejercicio profesional. El moldeuniformista en que el Estado las encuadró yla constante intervención del Poder públicoen la ordenación de su vida, no lograron lasperfecciones a que sin duda se aspiraba;sirvieron, en cambio, para suprimir todoestímulo de noble emulación y matar ini-ciativas que sólo en la posible diversidadhallan esperanzas cíe prevalecimiento.»3i

Por el Decreto Silió es cierto que seentregaba a cada Universidad la responsa-bilidad de elaborar sus propios Estatutos,pero el Estado se reservaba una serie decompetencias que permitía la fiscalizacióntanto del régimen económico como del ad-

(32) Como muy bien expresó el senador por esa Universidad, profesor Daurella, en la Sesión del Senado

de 23 de junio de ese mismo año: «Lo que no se nos podía ocurrir jamás a nosotros, quiero decir los catedráti-

cos de la facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona, era pedir que se estableciera la autonomía uni-

versitaria únicamente para la facultad de Filosofía y Letras de la Central». Añadiendo: «El Renacimiento

científico de Barcelona ha tenido lugar dentro de la misma Universidad, y no de ahora, sino desde hace muchos

años: Los catedráticos de Barcelona desde hace muchos años no se limitan al desempeño de sus cátedras, sino

que dentro de la misma Universidad verifican trabajos extraordinarios en los laboratorios, dando conferencias

o explicando cursos complementarios de investigación» (GoNzÁLEz RODRÍGUU, 1988, p. 283).(33) Ibídem, p. 286.(34) Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes: El nuevo régimen de autonomía unitenitaria, Ma-

drid, Instituto Geográfico y Estadístico, 1919.

128

Page 15: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

ministrativo, «con lo que no es de extrañarque se califique de descentralización y node autonomía lo que podía lograrse en lamencionada reforma»". Pero de todas for-mas se había dado un paso importantedesde la política legislativa en la considera-ción de la Universidad y sus derechos yobligaciones. Pues, incluso, la polémicaque se originó con motivo del citado De-creto- 6 sirvió para revitalizar el interés porla Universidad, que aparece esos años enla prensa en más ocasiones que en todoslos años anteriores del siglo. Todavía noera el momento mas propicio para conse-guir ese modelo de Universidad y por ellono es de extrañar que no prosperase elProyecto de Ley, que de nuevo Cesar Siliópresentó a las Cortes el 25 de octubre de1921 y que intentó defender con argumen-tos aparentemente convincentes. Como losque utilizó cuando ya veía amenazado suDecreto: «La autonomía universitaria tieneambiente, realidad; no es posible estirpar-la, es muchísimo mayor el estrago que seproduciría retrocediendo que el que seproduciría avanzando» ' 7 . Pero, en 1922, elministro Tomás Montejo suprimía por RealDecreto de 31 de julio el régimen de auto-nomía universitaria, cerrándose un impor-tante capítulo de nuestra Universidad, quea su vez iba a ser protagonista en los si-guientes años, instaurada ya la Dictadura ylimitada de nuevo la libertad de cátedra einvestigación. Pues ni catedráticos ni estu-diantes iban a acoplarse dócilmente a lasreglas impuestas por el poder central, comose demostró por las sanciones que unos yotros sufrieron en el nuevo régimen, y porla influencia que en su caída tuvieron lasalgaradas estudiantiles. Pero la legislación,

desde 1922 hasta el inicio de la Dictadura,ya no varió sus presupuestos respecto dela Universidad.

La Prensa y las opiniones en ella verti-das es el tercero de los indicadores elegi-dos para estas refexiones en torno a laUniversidad. Pero tengo que advertir quesu seguimiento no ha sido exhaustivo encuanto a la revisión de todos los periódi-cos y revistas informativas nacionales y loca-les, pues tal investigación, que entendemosde enorme interés, excede los límites denuestro trabajo, que sólo pretende detectaren qué medida los periódicos más repre-sentativos publicados a lo largo de los ariosseñalados respondían a los problemas de laUniversidad e incluso se hacían eco y ex-presión de un modelo determinado de lamisma. Y ciertamente que nuestras expec-tativas en cuanto a posibilidades se fueronviendo defraudadas, porque ni siquieraesos periódicos se preocupaban demasia-do de los temas universitarios, pareciendoajenos a los intereses cotidianos cle la Uni-versidad, como si esta institución no tuvie-ra que ver con el vivir diario del país. Locual no deja de ser significativo.

De los periódicos utilizados, ABC deMadrid, El Imparcial, El País, El Sol y El De-bate, sólo los dos primeros, ABC de 1903 a1929, y El Imparcial de 1872 a 1926, cu-bren con sus publicaciones la mayor partedel período elegido. El resto, o bien por-que dejan de publicarse a mitad de esa eta-pa, como El País o porque se inicia supublicación precisamente a mitad cle lamisma, no nos sirven como muestras de-masiado fiables. Aunque algunos de los ar-tículos sobre la Universidad española queen ellos aparecieron tuvieron una gran in-

(35) M. N. GÓMEZ GARCÍA: «La Universidad de Sevilla y la Reforma Siliö: un estatuto de autonomía», Cues-tiones Pedagógicas, 1, 1984, 65.

(36) Artículos de DEMDFILO, ROYO VILLANOYA, JOSt CASARES, ODÖN DEL BUEN, RODRÍGUEZ PINILLAS, SAN'IlAGO RA-

MÓN y CAJAI., ADOLFO POSADA, GARCÍA MORENTE y JULIÁN BESITIRO, entre otros, apa recidos en El Sol a lo largo de1919.

(37) Diario de las Sesiones de Cortes, Senado, día 18 de julio de 1922.

129

Page 16: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

fluencia en determinados momentos,como ocurre con los publicados por ElSol, en los años que siguieron al DecretoSilió sobre autonomía universitaria. Conlas firmas de numerosos catedráticos denuestra Universidad que hasta entoncesapenas habían utilizado la prensa para ex-poner sus ideas.

Con respecto al ABC, las noticias sonescasa y escuetas. Y normalmente se haceeco de la Universidad, a principios de oc-tubre, para hablar sobre la apertura de cursoy ceremonia de acompañamiento, normal-mente de la Universidad Central. Publican-do a veces los títulos de las Conferenciascle Apertura y aludiendo en algunos casosa Universidades de provincias. De formaque a partir de 1903, fecha de la fundaciónde este periódico, los tenias más tratadosserán de índole política o de informacióngeneral, pero con escasa atención a lascuestiones universitarias, sobre todo hasta1910 aproximadamente, en que las únicasnoticias que, a nuestro parecer, pudieranrevelar un cierto interés por los problemasuniversitarios se publican de una forma es-porádica. Aunque ciertamente hablandosobre problemas de gran interés como fueel tan controvertido debate sobre la utili-dad o no de los exámenes, y a partir cleunos presupuestos muy a tono con la co-rriente pedagógica liderada por Giner yque rechaza los exámenes como pruebasdefinitivas para juzgar el saber de losalumnos. Firma el artículo que trata estacuestión el periodista Sánchez Pastor, queescribe, entre otras, la siguiente frase:«Casi todo el mundo está convencido dela inutilidad de los exámenes y sin embar-go nadie se atreve a quitarlos...» <, que nodeja de ser una afirmación valiente parauna Universidad en que los exámenes eran

(38) ABC, 14-6-1904.(39) Ibídem, 30-11-1905.(40) Ibídem, 10-1-1907.

(41) Ibídem, 2-10-1909.

fundamentales. También los altercados es-tudiantiles son objeto de información, sóloque tratados normalmente con espíritu pa-ternalista, pues los estudiantes son consi-derados agitadores públicos, comocuando se dice en la crónica de «Madridal día», «los estudiantes tuvieron mitinpara no variar» 39 . Pero sin que el periódi-co contrastara la calidad y el funciona-miento de la Universidad que en lamayoría de las veces los periodistas iden-tifican exclusivamente con Madrid y Barce-lona. Insólita es la información queaparece en 1907 sobre el Decreto del Mi-nisterio de Instrucción Pública, concedien-do premios a los catedráticos universitariosque hayan destacado por la docencia y lainvestigación40. Y más corriente es la noti-cia sobre la inauguración de curso con laconferencia a cargo del catedrático de laFacultad de Filosofía y Letras de la Central,Elías Tormo Monzón, en el que con un len-guaje propio de la época y tratando de«Las Bellas Artes, nueva en las disciplinasuniversitarias», el conferenciante se expre-sa en los siguientes términos, recogidospor el periódico en cuestión: «Para edifi-car esa Universidad del porvenir que estáinfantanclo el presente, esta casa está fríatodavía (...); el intercambio de ideas y cle en-señanza entre los profesores es escasísimo...»''Pocas veces, en realidad, se ocupa ABC dela Universidad en estos primeros años.

Durante 1911 tiene lugar en Madrid laAsamblea Nacional de la Enseñanza, y desu reunión sí cla cuenta detallada el perió-dico que también dedica alguna de sus no-ticias a informar sobre las ya continuas«agitaciones estudiantiles» que han afecta-do a las Universidades españolas durante elprimer decenio de siglo y que siguen mani-festándose de forma virulenta, en pala-

130

Page 17: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

bras del periódico". Notándose a partir de1912 un cierto incremento en el interés porla Universidad, pues además de citarse eldiscurso de apertura de la Central, pronun-ciado por el catedrático Marcelo Riva Ma-teo, se insiste en la necesidad de apoyar suiniciativa de crear una Escuela de Pedago-gía integrada en la Universidad, idea, tam-bién, de clara influencia gineriana y queevidencia la necesidad de formación peda-gógica de los profesores, incluidos los uni-versitarios. Noticias sobre la apertura clecurso se dan en octubre de 1913, infor-mando el periódico sobre el título de laconferencia inaugural, «El racionalismo ylas ciencias», pero también se habla de losconflictos escolares producidos, sobretodo en Madrid. Y la noticia aparece conuna cierta actitud crítica para el gobierno,sobre todo si se tiene en cuenta que enesos momentos lo formaban los conserva-dores ortodoxos del gabinete Dato, cuan-do Maura abandona la jefatura del partidoconservador y se convierte en cabeza delmaurismo. Dice así el informativo: «Nohace mucho que se atribuyó al propio reyla feliz expresión de que en punto a ense-ñanza advertía escasa diferencia entre libe-rales y conservadores, presumiendo encambio que ni unos ni otros están muy altanto de lo que en materia de instrucciónse practica en el extranjero f... 1; no ha ha-bido huelga alguna para protestar sobre elmal sistema de enseñanza y contra el co-mercio de libros que practica parte delprofesorado.»" Pero no se volverá a aludiren todo el resto del año a esas manifesta-ciones estudiantiles que sin embargo seprodujeron con relativa frecuencia y nosólo en Madrid. En 1914, cle nuevo el dis-curso de apertura de la Universidad Cen-tral, esta vez a cargo del catedrático Bonilla

(42) Ibídem, 14-11-1911.(43) Ibídem, 18-12-1913.(44) Ibídem, 1-10-1914.(45) Ibídem, 2-10-1915.

San Martín, con un título significativo: «Lavida corporativa de los estudiantes españo-les en sus relaciones con la historia de lasuniversidades». Discurso que publicadomás tarde sería una obra de gran interés yutilidad. También recoge el periódico laspalabras que el mismo día pronuncia elministro Bergamín y que tienen que vercon el ambiente preautonómico que serespiraba por esos años: «Hay que crear laUniversidad autónoma, dándole primeropersonalidad jurídica y científica y luegopersonalidad económica.» 41 Al año si-guiente de nuevo el discurso inaugural escasi la única noticia que sobre la Universi-dad trae el periódico. En este curso, respon-sabilidad de Luis Lozano y Rey, catedráticode la Facultad de Ciencias y que parece se-guir el hilo del pronunciado por el ministroen su preocupación por la Universidad:«De nuestra parte tenemos el derecho y eldeber que se haga de la obra científica elprimer fin del Estado y el principal fin so-cial; y que a la miseria actual de la dotaciónuniversitaria sucedan las magnificencias conque nuestro fundador nos dotara en Alcalá1...1; no se debe escatimar nada el gastocientífico aunque sólo sea por ver y tocarque es la Ciencia el primer factor para de-fender y conservar el bien supremo de laindependencia de las naciones 1...1. Pero,¿y el dinero para eso? Lo habrá sin tasa.Basta para ello que el gobierno otorgue ala Universidad plena independencia eco-nómica, dotándola de personalidad civilcon capacidad para adquirir y poseer...»45De aquí a 1919 las noticias sobre la Univer-sidad tienen como leiv motiv el tema de laautonomía universitaria que el periódico nidefiende ni ataca desde su propio edito-rial, limitándose a transcribir artículos omanifestaciones de opinión. A diferencia

131

Page 18: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

de lo que en ese mismo año ocurre en El

Sol, en que este periódico sí se define de lamano de uno de sus redactores, SánchezRojas, que escribe: «La Universidad, ésta oaquélla y la otra, todas ellas, no es un es-pejo del territorio donde radica, sino unaoficina central extraña a él con una ense-ñanza todo lo deficiente que queráis, perosuperior a la de las regiones [...1; la autono-mía universitaria no supone ni la anticipa-ción de los ideales autonómicos, ni menosla compenetración del espíritu popular conel universitario. Las universidades merecenla autonomía menos que los últimos con-cejos No ejercen influencia beneficiosaalguna sobre las regiones... »46

Firmado el decreto por Cesar Silió, escuando el diario ABC muestra su propioparecer en relación con la autonomía re-produciendo un artículo del catedráticoRoyo Villanova e insistiendo en algunospárrafos significativos: «Se mediatiza alprofesorado oficial [...I, en el ejercicio quehasta ahora ha correspondido de un modoexclusivo a la potestad constitucional clecolación de grados», para seguir: «Buenoserá recordar que cuando el partido liberalha planteado el problema de la autonomíauniversitaria lo ha llevado siempre a lasCortes mediante el oportuno Proyecto deLey. Así lo hicieron el conde de Romano-nes, D. Vicente Santa María Paredes. Así lointentó el señor Alba en 1912, y en el Mi-nisterio Nacional, fracasando su primer in-tento por la oposición del señor MonteroRíos y naufragando su segunda iniciativapor las fundamentales objecciones queopuso el señor Maura y cuya huella se ad-vierte claramente en el Real Decreto re-frendado por el señor Silió». Para recalcar:«Si no conociera la rectitud e independencia

(46) El Sol, 5-1-1919.(47) ABC, 29-5-1919.(48) Ibídem, 27-0-1919.(49) ABC, 3-10-1921.(50) Ibídem.

del pensamiento de mi ilustre amigo y jefeel señor Silió, parecería redactado a benefi-cio de la Lliga Regionalista.» 47 Publicandoese mismo año el periódico citado un artí-culo sobre la crisis del andalucismo, muyen relación con los problemas autonómi-cos del país: «En los andaluces la acerbacrítica de los extraños ha hecho mella, y elpueblo, sintiendo flaquear su estimaciónhacia sus costumbres tradicionales y susgestos y usanzas más castizos, va borrandouno a uno los rasgos fisonómicos que ledaban marcada personalidad.»48 Alegatodel regionalismo ciertamente curioso.

En 1921 de nuevo el tema de la auto-nomía universitaria es objeto cle interéspara la prensa y ABC le dedica atención ensus páginas. Pues incluso el discurso deapertura del curso 1921-22, que cuenta conla asistencia de Alfonso XIII y del Ministro deInstrucción Pública, es reproducido por elperiódico, que cita las palabras del Rectorde la Central, Rodríguez Carraciclo, defen-sor entusiasta de la autonomía: «Llamadala Universidad officina gentil/m, es decirformadora de hombres, ¿cómo negar a laInstitución, investido de tan alto cometido,el gobierno de sí propia?»49. Reproduciendo,a su vez, párrafos del discurso del ministroSilió que, como el que sigue, ciertamentemerecen cierta reflexión: «Las Universida-des españolas en estos últimos arios ve-nían atravesando una existencia lánguida,fueron muchos los inconvenientes orilla-dos hasta llegar a la tan anhelada autono-mía Afortunadamente para levantar laUniversidad contaba yo con todo el Claus-tro Universitario.»93

La prensa, al publicar todo lo citado,está preocupándose por la Universidadcomo nunca lo había hecho hasta enton-

132

Page 19: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

ces. Aunque habría que preguntarse si elmotivo eran las controversias planteadasmás que la Universidad propiamente di-cha. Pero el hecho es que se informa sobreestos problemas y sobre todo El Sol trae re-gularmente, durante todo el año 1919, unartículo firmado por catedráticos de laCentral o esporádicamente de otras Uni-versidades, exponiendo sus ideas respectodel tema autonómico, que, curiosamente,no cuenta con excesivos simpatizantes en-tre los representantes del pensamiento libe-ral. Pero pronto se acabaría el entusiasmoy, ya en 1922, ABC, al hacer un resumende noticias de 1921, no menciona la Uni-versidad. Lo que hace suponer que, pasadoel debate de la autonomía, este periódico si-gue ajeno a la vida universitaria. Aunqueen ese mismo año otro tema se hace ecode las noticias: los estudios universitarios ysu reforma desde el propio decreto Silió.Apareciendo con ese título un artículo endonde, entre otras cosas, se dice: «La Ga-ceta ha publicado un decreto de Instruc-ción Pública en el que se contienen lasnormas generales de la enseñanza univer-sitaria determinada en la reciente asambleade representantes de las distintas faculta-des 1...1; las Asociaciones serán reconocidaspor la Universidad cuando se constituyanpara la prosecución de fines fundamental-mente culturales.»5'

Es decir, empieza a notarse que las no-ticias sobre la Universidad no se reducen ala inauguración de curso o a reseñar losconflictos estudiantiles. E, incluso, se trans-criben párrafos de las Sesiones del Senadoen que se tratan temas de la enseñanzauniversitaria y en donde el debate sobre laautonomía sigue siendo objeto de durasintervenciones. Y lo interesante es que laprensa publica buena parte de esos deba-tes, aunque cuando informa de la dimisiónde Cesar Silió y del nombramiento del

(51) Ibídem, 28-2-1922.(52) Ibídem, 1-8-1922.

nuevo ministro, Montejo Iurán, no parecedolerle la situación pues lo hace de unamanera muy escueta. También se preocu-pará de los conflictos provocados por laentrevista de Unamuno con el Rey, su con-ferencia en el Ateneo y su destitucióncomo Rector. Pero hemos de convenir queestos asuntos, aún teniendo que ver con laUniversidad, eran ciertamente de políticaestatal, más que de política universitaria.Terminando el curso 1921-1922 con unanoticia a la que tampoco se dedica muchoespacio: «Reales Decretos de varios minis-terios [...] entre ellos el de Instrucción Pú-blica: suspendiendo los efectos clel RealDecreto de autonomía universitaria.» 52 Sinque se añada ningún análisis de lo queesto último podría significar para la Univer-sidad. También en octubre de ese mismoario nos encontramos con la inauguraciónde curso como noticia oficial, pero en estecaso extendida a otras Universidades: Sevi-lla, Valencia, Zaragoza, Granada, ademásde la Central. Y unos meses más tarde sehace eco el periódico de un acontecimien-to de indudable importancia para la Uni-versidad y sobre el que apenas se habíaincidido: el primer Congreso Nacional deEstudiantes, publicándose el Temario y elReglamento. Con inclusión de los núcleostemáticos tratados y las ponencias presen-tadas, entre las que destacan: «La asisten-cia a clase: a) respecto a los profesores yb) respecto a los alumnos. Ponente, la Aso-ciación de alumnos Ingenieros y Arquitec-tos de España» y «Garantías escolares. Lashuelgas: ¿cuáles son admisibles? Ponente:Ateneo Jurídico de la Asociación de Dere-cho de Madrid». Siguen siendo noticias depoco interés las publicadas en el ario 1923,salvo un Editorial firmarlo por Alcalá Galia-no, «Intelectuales reaccionarios», en don-de aparece la influencia de los hombresdel 98. ¿Tiene España un ideal?, se pregun-

133

Page 20: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

ta el diario, para afirmar: «Son los hombrespúblicos y sus grupos quienes carecen deideal y proyectan sobre el alma españolasus propias lobregueces.»" Incluyéndose ala Universidad y a sus representantes en talaseveración. Informándose también de la es-tancia en Madrid de Einstein y del discurso delministro inaugurando sus conferencias, confrases que tienen el interés de la ambigüedadpolítica en momentos en que Alemania vivíaunos momentos muy delicados. Diría el mi-nistro: «Sepa el profesor Einstein que, por vo-luntad del soberano y del Gobierno, Españaestá dispuesta a perpetuar la obra de pazque había desarrollado y ayudar en sus in-vestigaciones a los sabios alemanes cuyalabor está dificultada actualmente por elestado económico que atraviesa su patria».Recalcándose por el diario: «Aplausos cleTorres Quevedo, Madariaga, Baüer, Ugar-te, Azpeitia, Hernández Pacheco...». Es de-cir hombres cle la Universidad.

Con El Imparcial no existen grandesvariantes y las noticias se repiten, aunque,quizás, desde una óptica distinta en algu-nos casos como, por ejemplo, en la insis-tencia y el modo con que se informa enrelación con los conflictos estudiantiles,con la explicación cle sus causas y la res-puesta de la propia Universidad. Y, ade-más, porque este periódico está muchomás interesado por los problemas educati-vos de la enseñanza primaria, de las Escue-las Normales, y los referidos a ExtensiónUniversitaria y Universidades Populares yeducación de la mujer. Aunque de vez encuando se reproduzcan discursos de aper-tura como en 1905 el de Echegaray, sobre«Las Matemáticas puras, la Física Matemá-tica y la crítica de ambas ciencias», con fra-

ses que bien pudieran entenderse comouna metáfora de la Universidad: «La gran-deza de la Ciencia humana está en acome-ter grandes empresas aunque no las realicedel todo [...I; la raza humana dice: el tiem-po es infinito, pues adelante y a ver quiénse cansa más pronto. La sombra de sersombra o la luz de querer iluminarla.»"También es significativo el interés quemuestra el periódico por el libro de CesarSilió, La Educación Nacional, aparecida en1914 y del cual hace un extracto, resaltan-do ciertos párrafos de la obra. Por ejemplo:«El mal vivir es vegetar estérilmente [...I, nopuede España resignarse a seguir mal vi-viendo.»55 Con más dedicación a los pro-blemas universitarios en los años queacompañaron al proceso de la autonomíauniversitaria pero desde luego y, al igualque ocurrió con ABC, sin llegar a superarel interés que el ya mencionado periódico,El Sol, muestra por estas cuestiones. Enque ademas de toda la serie de artículosque firman catedráticos cle universidad,destacamos uno de Alejandro Pida', titula-do «Libertad de enseñanza. Lo que nopuede separarse». En donde se defiendealgo tan obvio como que sin libertad no tie-ne sentido hablar de autonomía. Circunstan-cia que no estaba todavía demasiado clarapara los responsables de la política educativa.

Ciertamente que la prensa nacional sólonos ofrece un esbozo de la Universidad,pero nos basta para entender que la imagenque se posee de la misma no es demasiadosatisfactoria. Y, como las noticias se clan enfunción de la propia vida universitaria, pu-diéramos decir que, con las informacionesde estos periódicos, se produce un reforza-miento de la interpretación expresada des-

(53) Ibídem, 21-2-1923.(54) El Imparcial, 2-10-1905.(55) Ibídem, 1-1-1914.(56) «No sabemos cómo se resolverá la actual demanda de libertades locales, pero lo que sí sabemos es

que sería absurdo pensar en cualquier género de libertad o autonomía que no llevase en el primer párrafo del

primer artículo la LIBERTAD DE ENSEÑANZA», será una de las frases más significativas. El Sol, 21-5-1919.

134

Page 21: LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, …bbfd04ee-e434-4d27-ab33... · 2019-01-20 · e LA UNIVERSIDAD ESPAÑOLA DEL 98 AL 23: PENSAMIENTO, LEGISLACIÓN, PRENSA MARÍA

de el pensamiento y la legislación pues, endefinitiva, cualquier medio de comunicaciónno es otra cosa que el modo de expresión dela realidad que lo ha producido. Y en esesentido la opinión vertida en los diariosconstituyen tanto cualitativa como cuantitati-vamente la medida de la resonancia que laUniversidad tenía en la vida cotidiana.

Es pues la Universidad española entreel 98 y el 23 una Universidad que pareceno gustar ni a sus protagonistas ni a sus in-térpretes, pero que por otra parte no per-manece ajena a esa situación, y buscadesde ella misma y desde sus responsablescambiar en aras de un mayor acercamientoa lo que se considera su esencialidad. Aun-que, a decir verdad, es aquí donde no parece

llegarse a un acuerdo y, ni liberales ni con-servadores, ni autonomistas ni partidariosde la centralización, consiguieron darnoslas líneas precisas de la Universidad quequerían. Quizás porque esta institución,aunque aparentemente apartada de la reali-dad, era, precisamente, donde se manifes-taban con todo su vigor todas y cada unade las contradicciones que afectaban a lasociedad española de esta época. Y, si biencon mucha lentitud, fue haciendo suyas lastantas veces reivindicadas libertad de cáte-dra, libertad de ciencia e incluso libertad parasu autogobierno, aunque ésta, ciertamente,con limitaciones. Superando los pronósticosdel 98, pero a su vez sabia deudora de susmaestros.

135