4
LA VERDADERA AUTOESTIMA Me molesta el saber que todavía no hay libros ni profesores que sepan explicar de manera clara y eficaz cómo podemos aumentar nuestra autoestima. Esto se traduce en que mucha gente todavía esté sufriendo por no poder superar sus problemas relacionados con este padecimiento y también frustrada por no poder contar con la ayuda apropiada. Seguramente yo también estuviera en estas condiciones de no haber descubierto cuál era la solución a este grave problema que muchos de nosotros hemos padecido en mayor o menor grado. Claro, que hubiera querido que alguien me ayudara desde el mismo momento en que comenzaron mis problemas. Pero el hecho es que lamentablemente tuve que valerme de la amarga experiencia (y de un poco de investigación) para saber que el aumento de la autoestima tiene muy poco que ver con lo que dicen los supuestos expertos en el tema. La solución se basa en un principio tan sencillo que siempre me cuesta creer por qué casi nadie habla con profundidad del mismo. Lo que sucede es que algunos psicólogos y orientadores se la pasan dando consejos y sugerencias vacías, tales como: “Quiérete a ti mismo”, “Cambia tu actitud”, “Piensa de forma positiva”. Estas frases no tienen sentido si no se le explica a la persona qué comportamiento debe tener para, por ejemplo, lograr quererse a sí mismo. Usted tal vez pensará que esto no tiene por qué ser así, que la mayoría de las personas (incluyéndose a usted) saben lo que es y cómo amarse a sí mismo, pero la realidad es que muchos creen saber lo que es quererse a sí mismo, y sin embargo, su comportamiento no lo demuestra. Trataré de explicarme con un ejemplo: Cuando estaba en séptimo grado (en el momento en que mi amor propio estaba más bajo) leía o escuchaba decir que para aumentar la autoestima era necesario quererse a sí mismo. Pero yo me preguntaba: “¿Cómo voy a quererme a mí mismo?” “¿Cómo puedo tener algo de valioso si nadie me quiere?” “Es decir, algunos compañeros de clase me desprecian porque no juego bien el baloncesto como ellos. Mi padre cree que soy retrasado porque soy callado, tranquilo y tímido” “Mi tío dice que soy anormal, porque prefiero leer, dibujar y estar a veces solo, que estar todo el día como sus hijos que son todos unos vagos”. Siempre había recibido este tipo de mensajes de quienes me rodeaban, pero no fue hasta que me convertí en adolecente (debido a experiencias negativas) que dichos mensajes empezaron a destruir la confianza que tenía en mí mismo. El daño fue tal que llegué a preguntarme: “Creo que tenían razón cuando decían que debía ser igual que los demás. Debí darles la razón cuando me dijeron que para

La Verdadera Autoestima

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La Verdadera Autoestima

LA VERDADERA AUTOESTIMA

Me molesta el saber que todavía no hay libros ni profesores que sepan explicar de manera clara y eficaz cómo podemos aumentar nuestra autoestima. Esto se traduce en que mucha gente todavía esté sufriendo por no poder superar sus problemas relacionados con este padecimiento y también frustrada por no poder contar con la ayuda apropiada.

Seguramente yo también estuviera en estas condiciones de no haber descubierto cuál era la solución a este grave problema que muchos de nosotros hemos padecido en mayor o menor grado. Claro, que hubiera querido que alguien me ayudara desde el mismo momento en que comenzaron mis problemas. Pero el hecho es que lamentablemente tuve que valerme de la amarga experiencia (y de un poco de investigación) para saber que el aumento de la autoestima tiene muy poco que ver con lo que dicen los supuestos expertos en el tema.

La solución se basa en un principio tan sencillo que siempre me cuesta creer por qué casi nadie habla con profundidad del mismo. Lo que sucede es que algunos psicólogos y orientadores se la pasan dando consejos y sugerencias vacías, tales como: “Quiérete a ti mismo”, “Cambia tu actitud”, “Piensa de forma positiva”. Estas frases no tienen sentido si no se le explica a la persona qué comportamiento debe tener para, por ejemplo, lograr quererse a sí mismo. Usted tal vez pensará que esto no tiene por qué ser así, que la mayoría de las personas (incluyéndose a usted) saben lo que es y cómo amarse a sí mismo, pero la realidad es que muchos creen saber lo que es quererse a sí mismo, y sin embargo, su comportamiento no lo demuestra.

Trataré de explicarme con un ejemplo: Cuando estaba en séptimo grado (en el momento en que mi amor propio estaba más bajo) leía o escuchaba decir que para aumentar la autoestima era necesario quererse a sí mismo. Pero yo me preguntaba: “¿Cómo voy a quererme a mí mismo?” “¿Cómo puedo tener algo de valioso si nadie me quiere?” “Es decir, algunos compañeros de clase me desprecian porque no juego bien el baloncesto como ellos. Mi padre cree que soy retrasado porque soy callado, tranquilo y tímido” “Mi tío dice que soy anormal, porque prefiero leer, dibujar y estar a veces solo, que estar todo el día como sus hijos que son todos unos vagos”.

Siempre había recibido este tipo de mensajes de quienes me rodeaban, pero no fue hasta que me convertí en adolecente (debido a experiencias negativas) que dichos mensajes empezaron a destruir la confianza que tenía en mí mismo. El daño fue tal que llegué a preguntarme: “Creo que tenían razón cuando decían que debía ser igual que los demás. Debí darles la razón cuando me dijeron que para sentirme mejor debía hacer todo lo que hace la “gente normal”. Como acumular bastante dinero solamente para gastarlo en cosas superficiales y así poder aparentar ser más valioso que los demás. Como también ser extrovertido, buen deportista, amante del mal gusto y del irrespeto por los demás. Es decir, creo que debo copiar esa forma de ser que tienen los demás porque ese comportamiento no solamente es normal, sino que es el mejor. Que mi manera de ser. De todas formas, ¿Quiénes son los más populares en el liceo? ¿Las personas que se comportan así o las que actúan como yo? Sin lugar a dudas, la mejor respuesta es la primera” “Tengo que ser como los demás. Tengo que copiar esa forma de ser. Este es el comportamiento adecuado, el mejor, el ideal. Tengo que demostrar que puedo quererme a mí mismo, y lo haré haciendo cosas positivas para mí. Cosas que me hagan sentir bien, como por ejemplo, PENSAR Y COMPORTARME IGUAL QUE LOS DEMÁS.

Todo lo anterior es una muestra de lo peor que puede hacer un adolescente para autodestruirse. Obviamente esto representa además, la perspectiva y las acciones equivocadas de muchas personas cuando se trata de cuidar de su autoestima. Claro, es difícil no caer en esta trampa si todo el mundo te está comparando con los demás, si la gente te dice que no vales como persona si no sigues un “modelo establecido”. Es entonces cuando debemos estar atentos y recordar que el valor que tenemos como persona depende en realidad de todos aquellos elementos que precisamente nos hacen ser diferentes a los demás. Aquellas características particulares que nos permiten ser únicos y especiales y que no solamente tienen que ver con nuestro aspecto físico.

Page 2: La Verdadera Autoestima

La clave de la autoestima se basa en estar conscientes de que todos somos diferentes (no existen personas exactamente iguales, en cuanto a hábitos, costumbres, creencias, etc.) y que debemos vivir nuestras vidas en base a esas diferencias. El único modelo que debemos adoptar (además del patrón que debemos seguir para convivir armoniosamente en una sociedad) es el que nosotros mismos creamos de acuerdo a nuestra forma de ser y no de acuerdo a la personalidad que tienen los demás. Es lamentable que muchas personas tomen decisiones importantes en base a lo que “LA MAYORÍA CONSIDERA CORRECTO O ADECUADO”, y peor, cuando estas mismas personas consideran que la opinión de los demás es más importante que la suya, inclusive en el momento de reflexionar sobre su auto valoración.

Quienes se concentran más en valorar el pensamiento o el comportamiento de los demás que el suyo propio, corre el riesgo de limitar su autoconocimiento hasta el punto de no llegar a conocerse en lo absoluto (si acaso el problema no se ha padecido desde siempre). Irónicamente, este estado mental aumenta la tendencia en el individuo a valorar más a las otras personas que a sí mismo. ¿Y por qué sucede esto? Muy sencillo: No podemos querer a nadie si no conocemos y lo mismos pasa con la autoestima. EL PRIMER REQUISITO PARA AMARNOS A NOSOTROS MISMOS ES CONOCERNOS A FONDO, determinar quiénes somos, qué nos diferencia de los demás, cuáles son las cosas positivas y negativas de nuestra personalidad. Con toda esta información podremos decidir valorarnos, siempre y cuando recordemos en todo momento que los elementos que nos diferencian de los demás (raza, tradiciones, costumbres, hábitos, etc.) NUNCA PUEDEN CONSIDERARSE COMO MALOS O BUENOS, SINO COMO DIFERENTES, Y ESTA DIFERENCIA ES LO QUE CONSTITUYE PRECISAMENTE LA PERSONALIDAD DE CADA UNO DE NOSOTROS. Y aún más, el amor propio no depende de tratar de copiar un modelo de conducta y de características físicas ideales ajenas a nosotros. Depende más bien de tomar la decisión de valorarnos a nosotros mismos tal y como somos, a pesar de todos los mensajes que recibamos de quienes nos rodean.

Esto no quiere decir que usted va a ir por la calle desnudo, o que va a decidir no bañarse nunca y además andar con la misma ropa sucia de siempre, y todo esto con la finalidad de mostrar su “personalidad”. Y al mismo tiempo decirle a todo el mundo lo siguiente: “El profesor Roberto me dijo que yo mismo, y si ustedes en realidad me quieren, tienen que aceptarme tal y como soy”. Lo que se explica en el párrafo anterior tampoco se refiere a que usted vaya a almorzar en la casa de los padres de su novia o novio sin utilizar los cubiertos y encima chuparse los dedos interminablemente después de comer. Una cosa es vivir siendo fiel a nuestras creencias y a nuestra personalidad y otra muy distinta es irrespetar a las demás personas al desobedecer las nomas impuestas por la sociedad para garantizar la salud y la higiene. Existen también unas normas para resguardar la vida de las personas, como lo son las leyes de tránsito, y no debería tomar el contenido de esta lectura como elemento que justifique que, según su forma de ser, usted cree que no es adecuado NO hacerle caso a los semáforos cuando están en rojo y beber alcohol mientras maneja su carro. Podemos vivir nuestra vida según nuestra forma de ser sin necesidad de irrespetar a los demás.

Lo que se recomienda aquí es no hacerles caso a nuestros supuestos amigos, familia y especialmente a los medios de comunicación, cuando nos dicen que nuestro valor como personas DEPENDE de: tener ciertos rasgos físicos, de elegir ciertas zonas para vivir, de elegir cierto tipo de personas como pareja o amigo, de tener bastante dinero (más del que podríamos necesitar), de elegir cierto tipo de transporte (carro propio o autobús), de usar cierto tipo de ropa, ciertos tipos o marcas de carros o celulares, etc.

Siempre habrá alguien que nos juzgue mal por no tener una vida donde estén presentes algunas o todas estas cosas. Aunque no lo digan de forma directa, nos harán ver que deberíamos contar con todas esas cosas “porque todo el mundo las tiene” o “están de moda”, y si no hacemos todo lo que los demás hacen demostraremos entonces que “valemos muy poco o nada”. Pero no es malo adquirir todas estas cosas, siempre y cuando nuestra motivación no sea alimentar artificialmente nuestro amor propio, y además cuando el adquirir todos estos artefactos no haga disminuir el dinero que usted utiliza para comprar comida y para pagar su educación.

La autoestima se basa en la decisión de valorarse a sí mismo. Y esto es una decisión personal. Nuestro valor como persona NO ES CONDICIONAL. No depende de lo que digan o piensen los demás. No tenemos que ser como los demás, o por lo menos, no necesariamente.

Prof. Roberto Rujano