Laplanche Winnicot

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    Roazen, Green, Zac de Goldstein y Laplanche. Dossier. D.W. Winnicott.Zona Ergena. N 24. 1995.

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    DOSSIERD.W.WINNICOTT

    EL PERSONAJE: ENTREVISTA INDITA EXCLUSIVA PARA Z.E.DE PAUL ROAZEN

    DERIVACIONES TERICAS ACTUALES: CHRISTOPERBOLLAS Y ANDR GREEN

    DESARROLLO CLNICO ACTUAL: PATOLOGAS DE LOTRANSICIONAL, POR R. ZAC DE GOLDSTEIN

    UN CONTRAPUNTO INTERROGATIVO: YO O SELF? POR

    JEAN LAPLANCHE

    ENTREVISTA INDITA

    P. ROAZEN

    -P.Roazen -doctorado en Harvard- es un uno de los ms

    prestigiosos historiadores del Psicoanlisis. Entre sus diversoslibros se destacan Los Seguidores de Freud (Alianza) y elresonado Hermano Animal sobre la conflictiva relacinFreud-Tausk.

    Cuando P.R. visit Bs. As.en 1994, tuvimos la oportunidadde conocerlo. No poca fue nuestra sorpresa al descubrir sugran inters por nuestra revista. Prueba de ello es este textoque -en Uno de nuestros encuentros en que justamenteconversamos sobre Winnicott- l mismo nos propuso escribir

    especialmente para ZONA. Es entonces para nosotros un granorgullo presentar la siguiente entrevista indita a D. W.Winnicott, que Paul Roazen escribi reconstruyendo suencuentro con Winnicott.

    Cada una de las entrevistas que llev a cabo con los que fueronlos primeros psicoanalistas, me ha dejado siempre alguna enseanzaespecial. Mis encuentros con estos analistas, muchos de ellos

    considerados relativamente oscuros por aquel entonces, oactualmente olvidados, sucedieron durante mi etapa ms intensa de

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    trabajo de campo, a mediados de los 60. De todos ellos, Donald W.Winnicott, aparece como la excepcin que escapa a cualquier tipo degeneralizacin. Su figura, para mi sorpresa, ha continuado creciendo,y actualmente no slo existe un importante busto de l en la

    Sociedad Britnica de Psicoanlisis, sino que tambin sus escritos hansido traducidos al francs, al castellano y a varios idiomas ms. Conel paso del tiempo su reputacin ha eclipsado a muchos de aquellosque fueron tomados como representantes lderes en esta profesin.Es verdad que en el momento que propuse ver a Winnicott ensetiembre de 1965, l ya me haba sido recomendado por alguien tanconfiable intelectualmente como el Dr. Charles Rycroft, como elgenio del anlisis ingls. Al iniciar mi entrevista, Winnicott me dijoque saba de m por Masud Khan, y que yo era, segn le habancontado, un vido lector.

    Winnicott me pareci una especie de duende, lleno de unextraordinario ingenio, charme infantil, y adems alguien sumamenteencantador. Pasamos una tarde juntos en su consultorio, dondetambin me sirvi una deliciosa comida. Cuando me coment lo quesaba de m, como lector, estaba admitiendo que l no lo era. (Hoysospecho que era mucho ms cultivado de lo que quera dejarentrever). Haba comenzado su carrera como pediatra antes de

    especializarse en el psicoanlisis de nios, y sola trabajar con ellosmediante sus dibujos (lo que l llamaba garabatos). Unaorganizacin que se dedic a avanzar en sus ideas con respecto aeste tema, fue conocida como la Squiggle Foundation, o Fundacindel Garabato. Casi sobre el final de la entrevista me entreg unmaravilloso libro de bosquejos para que yo pudiera apoyar micuaderno de notas. Sostena que haba sido siempre un inhibidocaballero ingls, con pocas fantasas excepto la msica. Me pareciuna persona abierta y maravillosamente libre.

    Mencion el impacto similar que tuvieron tanto Darwin comoFreud en su vida. Para l, ambos le revelaron un nuevo mundo. Qugran alivio fue eso!. Su formacin era religiosa, al igual que otrosanalistas ingleses. Un libro de Oskar Pfister, analista y tambinpastor, le haba ayudado inicialmente a leer a Freud.

    Como muchos otros analistas que fueron inusualmente creativos,Winnicott recordaba lo entusiasmado que se haba sentido aldescubrir el pensamiento psicoanaltico Qu pesado que les deba

    haber parecido a mis amigos en 1926!. Su recin adquiridoconocimiento sobre el inconsciente lo llevaba a sealar a los dems lo

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    que cada cosa significaba. Winnicott usaba a Freud en todoslados. l pensaba que ese exceso haba constituido una fase deapropiacin. Alguna vez conoci a Freud? No, aunque lo podrahaber hecho durante los aos 1938-39, cuando Freud emigr a

    Londres. Pero en ese entonces Freud no quera ver a nadie, yWinnicott no quera ser cruel al respecto.

    Winnicott me cont que haba tenido una adolescenciaperturbada. Haba sido muy normal hasta los nueve aos, perohaba sufrido una repentina interrupcin para recordar sus sueos. Elverse privado de sus propios sueos, le result muy perturbante.Posteriormente, consult con una bibliotecaria sobre material delectura sobre sueos. Ella le recomend un libro del filsofo francsHenri Bergson, que fue de poca ayuda, y luego otro texto, hastaque finalmente se encontr con La interpretacin de los sueos deFreud. Adems, Winnicott tena un amigo estudiante de medicinaquien estaba bajo tratamiento psicoanaltico, y decidi que ello erapara l tambin.

    Winnicott fue a ver a Ernest Jones, con quien tuvo variasentrevistas y le entreg una extensa lista de posibles psicoanalistas,pero que fue intil, ya que no saba que hacer con todas esasreferencias. Jones haba comenzado a develar no slo aquellos

    sntomas que Winnicott conoca, sino tambin aquellos que surgieronen sus anlisis posteriores. Jones haba estado totalmente acertado,y Winnicott lo consider una demostracin significativa.

    Winnicott eligi a James Stratchey, y el tratamiento dur casidiez aos. Strachey era tan terico como se poda ser, y me parecedifcil de imaginar que tipo de terapeuta era. Pareca encontrarse auna distancia especial de cualquier contacto humano inusual. En unacarta del ao 1924 de James Stratchey a su esposa en Berln, seencuentra una referencia implcita a la ausencia de inters sexual porparte de Winnicott, respecto de su esposa, con quien estuvo casadopor aos.

    Debido al trabajo que realizaba con nios, se interes en lasideas que estaba trabajando Melanie Klein. Stratchey no era deninguna manera anti-kleiniano, pero le dijo que no poda ensearleKlein en anlisis, y as fue que entonces Winnicott se entrevistpersonalmente con ella, para aprender sobre la terapia del juego.Hizo esto llevndole un caso. Se llevaron muy bien, y finalmente

    termin su anlisis con una discpula de M. Klein, la seora Joan

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    Rivire. (Ambas analistas carecan de formacin mdica, y habanestado en tratamiento con Freud, en Viena).

    Debido a que yo me encontraba entrevistando a Winnicott en unapoca en que la obra de Freud se encontraba ante un ataque

    sostenido por parte del feminismo, y adems porque tanto Frommcomo Karen Horney se haban dedicado a sealar ciertasinexactitudes acerca de la concepcin de Freud sobre lo femenino, mepareci que sta era una lnea lgica de interrogacin: Se equivocFreud sobre la sexualidad femenina?. Es cierto que en Freud unose encuentra con mujeres que quieren ser hombres, nunca hombresenvidiando a las mujeres. Cun importante fue el error deFreud acerca de las mujeres? Freud pens que eran iguales a loshombres, pero no lo son. Las consideraba hombres frustrados.

    Winnicott tena entonces un paciente que lo refera al tema de lahomosexualidad masculina, un tema sobre el cual estaba tratando deescribir. La cuestin sobre la que Winnicott se preguntaba era lasiguiente: qu era lo que haba prevenido al paciente de no iniciarseen prcticas homosexuales? La homosexualidad femenina, paraWinnicott, no poda explicarse sobre la base de identificacionesfemeninas. Freud no poda aceptar lo maternal en s mismo, porquel era una imagen paternal en su familia. Sin embargo lo maternal

    est inextricablemente unido a lo infantil.Winnicott tuvo un amor por la paradoja psicolgica que yo

    encuentro especialmente cautivante, por ejemplo, el sostena que erams fcil para un hombre analizar los elementos maternales en suspacientes, precisamente porque el analista no tiene pechos. Conpacientes del sexo femenino tampoco exista el riesgo de unainvolucracin homosexual, y con los hombres, esto significaba que nose iban a quedar detenidos en los estadios tempranos, porquepueden salir de ellos. Sin embargo, la prctica del anlisis, ejercauna gran presin en el analista hombre.

    Las dificultades de Freud ayudan a explicar porqu l permaneciciego ante los problemas pre-edpicos. Freud deseaba dejar afuerala madre y lo femenino, y dej todo en manos de las institutrices yotros personajes similares. Pero a pesar de estas importantes fallasen su pensamiento, Winnicott pensaba que el mayor logro de Freudhaba sido el desarrollo de su tcnica. Hasta donde Winnicott saba,la tcnica de Freud era aplicable, idealmente, a los psico-neurticos,

    con quienes uno rara vez se encuentra, hoy en da, Winnicotttambin dijo que vea en la clnica, muchos pacientes denominados

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    borderline, como aquellos mencionados en los estudios de Freud yBreuer, en los Estudios sobre la histeria.

    Por ejemplo, Winnicott trat de arreglar su consultorio muycuidadosamente. Podan disgustarse y comenzar serias discusiones

    sobre el tema. Es un aspecto enteramente no verbal de la situacin,sin embargo puede funcionar como una interpretacin incluso si elanalista permanece completamente en silencio. Lo importante esque el analista no se muere, ni tampoco lleva a cabo ningn tipo deretaliacin, a pesar de lo que el paciente diga o haga de su vida. Eltrabajo del analista a veces consiste en sentarse all y ser un analistamalo para el paciente.

    Para Winnicott, ser un analista malo, era lo que Wilhem Fliesshizo con Freud. Quizs Freud jams ley las cartas de Fliess.Obviamente Fliess era una idealizacin para Freud, que habaterminado en desilusin. No existen pruebas reales sobre si Fliesstena alguna idea de los descubrimientos que estaba haciendoFreud.

    Pienso que lo primero que me pareci encantador de Winnicottfue el nfasis inicial que puso en nuestra charla, al referirse alpeligro de la sanidad en el psicoanlisis. Sugiri que el vuelo haciala sanidad era todo un problema. Algo que me pareci refrescante, si

    tenemos en cuenta la concepcin pasada por agua de normalidadque uno tiende a encontrar en el pensamiento psicolgico americanodel yo. Tal como Winnicott alguna vez escribi, somos bastantepobres si slo estamos sanos.

    De acuerdo a la teora kleiniana, la psicosis est ms cerca de lasalud de lo que uno se podra imaginar. Y paradjicamente, laneurosis es menos apta para ser auto-curativa. Esta lnea depensamiento implica que los sntomas, a veces, pueden serconstructivos y auto-curativos.

    A pesar de que Winnicott no haba recibido formacin psi-quitrica, se destacaba por ser ms abierto respecto de la im-portancia de la psicosis, que los freudianos tradicionales. Serelacionaba, pienso, con el inters especial de Winnicott en lapsicologa infantil.

    Un sueo puede ser estructuralmente como una psicosis,como Freud pensaba, pero, no cumple acasocon una funcinmuy distinta? Los pacientes que haban sufrido experiencias

    psicticas decan que se pareca mucho a estar soando. El gran

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    problema, sin embargo, era que estaban despiertos, en el sentido deque no podan quedarse realmente dormidos.

    Fracas Freud en reconocer las funciones positivas eintegrativas del yo en el sueo? l tomaba a los sueos como una

    fuente de alivio, que es muy diferente a la concepcin de realizacin.La idea de los usos constructivos de la regresin en la teorapsicoanaltica, llegara mucho tiempo despus. Freud defina al sueocomo una psicosis, algo que nadie se atrevera a afirmar en laactualidad. Una cierta clase de sueos no es susceptible de ningntipo de anlisis. Esto significa que el anlisis ha llegado tan lejoscomo pudo.

    Winnicott tena esta clase de sueos cuando ya estaba fuera detratamiento. Es muy importante poder mantenerse en contacto con lapropia vida onrica, y ser capaz de comunicrsela al analista. Lainterpretacin especfica que se ofrece es a veces mucho menos loimportante.

    Winnicott estaba sorprendido por el ejemplo que Jon Rickmanhaba llevado a Freud, un particular recuerdo infantil, pero Freud nohaba podido hacer nada con l. El recuerdo de Rickman era el de lmismo siendo pequeo, que yaciendo en su lecho, enfermo deneumona, pensaba que iba a morir. Haba visto un par de objetos

    redondos colocados en cada uno de los extremos del riel de lacortina. De pronto, uno de esos objetos haba comenzado a girar. lsaba que no estaba realmente girando, pero sin embargo le parecaque s lo haca. Aparentemente ste era un recuerdo muyperturbador, y fue por ello que consult a Freud. Pero Freud no fuede ninguna ayuda.

    Cuando la madre de Rickman falleci, le cont a Winnicott que lhaba conservado sus cenizas en una urna, y de cmo, al sostenerla,le haba surgido la frase. Ahora lo tengo bajo control. Rickmansinti que recin entonces poda decirle lo que l pensaba sobre ella.Winnicott no conect estas dos cuestiones, lo de la urna y el recuerdoinfantil hasta la muerte de Rickman; Winnicott haba querido estallaren lgrimas en el cementerio. Rickman vivi siempre preocupadopor ese recuerdo infantil. Se articulaba, segn la interpretacin deWinnicott, en la proyeccin de Rickman del pecho materno, con el finde tener control sobre su madre. Freud, sin embargo, haba sidoincapaz de hacer algo con aquel recuerdo infantil y la supuesta

    identificacin de Rickman con el pecho de su madre.

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    Winnicott pens que ese recuerdo infantil perturbador deRickman serva como modelo de lo que se tena que cambiar en elpsicoanlisis de Freud. Como Eduardo Weiss, y otros ms Winnicottpensaba que el problema de la psicosis no mereca quedar relegado

    en la oscuridad que Freud haba intentado situarlo. Y Winnicott seinteresaba especialmente, en las defensas posibles contra la prdidade la experiencia de omnipotencia. Pero Winnicott pensaba queFreud, como hombre, haba hecho bastante, su autoanlisis haballegado realmente lejos. Si l hubiera podido llegar ms lejos, nohabra sido capaz de hacer sus contribuciones originales.

    Winnicott se vea a s mismo como alguien que llevaba elpsicoanlisis un poco ms lejos que donde Freud lo haba dejado, y sesenta en deuda con el pensamiento de Melanie Klein. Ella se habasentido amenazada, cuando Anna Freud lleg a Inglaterra; era el finalde la etapa feliz y productiva del psicoanlisis ingls. Por supuestoque Melanie Klein no era para nada cientfica. Pero era muyoriginal y creativa. Si era realidad que Anna Freud era una amenazapara ella, o si esto era un delirio, es algo imposible de determinar.Haba sido una etapa de entusiasmo, muy prolfica. La Sra. Kleinprosigui construyendo un sistema cerrado. Existe incluso, unprlogo de la Sra. Rivire a un libro de la Sra. Klein que deja implcito

    que no hay nada nuevo por descubrir. Sin embargo, Winnicott sesenta orgulloso de que dicha sociedad se mantuviera unificada y nodividida, a pesar de todas las diferencias ideolgicas que coexistan.

    Qu pensaba de la psicologa del yo de Erikson? Winnicottenvidiaba no haber escrito esos libros en lugar de Erikson.

    Winnicott me cont que Erikson era el nico analista por el que lsenta tal cosa. Winnicott deca de s mismo no ser bueno en teora.Cuando Erikson visit Londres y vio pacientes en una clnica de nios,hall algo positivo en cada uno de ellos, y no estaba inventando.Winnicott haba sido recientemente invitado a escribir una crticasobre la edicin corregida de Childhood and Society de Erikson yme pidi que le enviara sus saludos.

    Winnicott pensaba que uno no se poda analizar apropiadamenteen Estados Unidos. Los mejores en Estados Unidos, le parecan aWinnicott, demasiado preocupados en mantener los requisitos de laformacin y entonces el psicoanlisis sufri una propagacinterriblemente rpida. Pero su propia experiencia como analista de

    nios hizo que se preocupara mucho menos en cumplir con

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    cualquiera de las premisas psicoanalticas, no le importaba si elpaciente estaba recostado en el divn o sentado en el piso.

    Las contribuciones analticas de Jones fueron superfi-ciales?

    l no fue tremendamente original. Es verdad que haba aplicadolos descubrimientos de Freud por todos lados. El artculo de Jonessobre el simbolismo fue importante (Glover tambin pensaba eso). Lanocin de la angustia de aniquilacin tena que ser considerada demayor importancia en la neurosis, y sobretodo en la psicosis. En esaprimera poca, el temor con que todo el mundo estaba obsesionadoera la angustia de castracin que Freud haba pensado central en suteora sobre la neurosis.

    Traduccin: Natacha Delgado

    WINNICOTT Y BION

    ANDRE GREEN

    El siguiente texto de Andr Green -uno de lospsicoanalistas ms reconocidos en el mundo- constituye unaoriginal aproximacin terico-autobiogrfica a dos de losautores que ms lo han influido. El mismo constituye uncaptulo de su ltimo libro, aparecido este mismo ao 95 enPars, con el ttulo Un Psicoanalista Comprometido basadoen una serie de dilogos con E. Macias.

    LA LIBERTAD

    Durante las entrevistas hemos evocado bastante mi relacin conLacan, lo cual podra dar quizs una impresin al lector de que setrata de una influencia exclusiva. Sin embargo dos psicoanalistasbritnicos, Winnicott y Bion me marcaron mucho, especialmente porcuanto funcionaron como contrapeso a la influencia de Lacan.

    Reflexionando retrospectivamente sobre las etapas de mirecorrido, me he dado cuenta que yo me equivocaba respecto almomento en que se manifiestan sus influencias y sus historias. Porejemplo yo siempre tuve la idea, de que haba tenido un primer

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    perodo lacaniano, luego del cual el psicoanlisis ingls jugaba un rolms importante. De hecho esto no es cierto. Ciertamente conoca aLacan desde mis aos de residencia en Saint-Anne (nuestro primerencuentro debe haberse situado alrededor de 1955), pero entr

    verdaderamente en relacin con l cuando empec a ir a suseminario, en enero de 1961, dos meses despus de las Jornadas deBonneval. Aquel ao l hablaba del banquete de Platn. Constato quemis contactos con el psicoanlisis britnico datan del mismo ao.

    En 1961 tuvo lugar el Congreso Internacional de Psicoanlisis enEdimburgo. En aquella ocasin, la Sociedad Britnica de Psicoanlisistuvo la iniciativa de organizar un precongreso en Londres. Encontrpor primera vez a Winnicott en ese contexto. Como los ingleses sonmuy apegados a la clnica haban organizado no slo las conferenciassino tambin seminarios, que eran sobre presentaciones clnicas. Miselecciones se dirigieron a tres personas: primero Winnicott, luegoHerbert Rosenfeld y finalmente Jhon Klauber.

    En realidad, en 1957, tuve la ocasin de escuchar a Winnicott enel Congreso de Pars. En aquella poca l era un desconocido totalpara m, pero me impresion fuertemente su intervencin donde lmostraba, muy en su estilo, que lo ms profundo no eranecesariamente lo ms antiguo. Me pareci remarcable aquella

    ponencia, de la que puedo ahora medir su apuesta: era un discursodirigido a Melanie Klein. Tuve entonces un gran deseo de conocerlo.

    Fue sin embargo ms tarde, en 1961 en Londres, que quedsacudido por el personaje. Winnicott habl de un modo muy personal,como tena la costumbre de hacerlo. Era la poca en que l seinteresaba en el Garabato (Squiggle), y nos expuso aquella tcnicaque procuraba entrar en contacto con el nio por medio degarabatos, hechos de a dos en una suerte de dilogo con elinconsciente infantil. Pero fue sobre todo su modo de entrar en temaque me impact, porque yo jams haba visto a un psicoanalistaexponer as. l comenz hablando del sentimiento de culpa quepodemos experimentar de abandonar a nuestros pacientes para venira hacer una presentacin de aquellas. Le dio incluso a aquelsentimiento de culpa un soporte, hablando de los pequeos pellizcosen el corazn que senta. No era una expresin metafrica: lhablaba de los problemas cardacos que ya en aquel entonces ponanen riesgo su salud, y que padeci por aos, hasta su muerte en 1972.

    Cont como mantena un dilogo con aquellos dolores precordiales:tena la idea, que encuentro genial, de insultar sus sensaciones

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    corporales y de dirigirles todo tipo de groseras injuriosas. l debapensar que los dolores estaban en relacin con la agresividadreprimida, o con la muerte interna, podramos decir. Para m aquellenguaje era tan diferente a las performances brillantes de rigor en el

    medio parisino que me produjo una simpata inmediata por aquelhombre. Pero ms an: cuando vi el tipo de intercambios que podabrindar la tcnica del garabato -donde tambin el compromiso delanalista era mucho ms marcado que en las otras tcnicas que yoconoca, ya fuera la tcnica habitual que yo haba aprendido deLevobici, Diatkine, Favreau, o de la que conoca del kleinismo- meconquist su originalidad y su libertad de espritu. Pues si hay unapalabra que, para m, est ligada a la personalidad y a la obra deWinnicott es libertad, o independencia.

    UNA PACIENTE DE WINNICOTT

    En principio fue la relacin con la persona de Winnicott lo quems me marc, y fue en un segundo tiempo que tuve una relacincon su obra. En el extranjero suelo tener la reputacin de ser uno delos pensadores ms representativos del pensamiento de Winnicott enFrancia. La verdad me obliga a decir que no es del todo cierto, aun

    cuando he tenido una experiencia extremadamente importante en miprctica profesional: retomar un paciente de Winnicott. El ao que fuia Londres como profesor a la Freud Memorial Chair, esta pacienteentr en contacto conmigo. Ella haba estado en tratamiento conWinnicott y, despus de su muerte, buscaba otro analista. Tuvobastantes decepciones y entonces alguien le habl de m. Entoncesempezamos a trabajar de un modo singular. Ella vena de tiempo entiempo a Pars por una semana, y yo me las arreglaba para verlacuatro o cinco veces. Este tratamiento termin de una manerapositiva.

    Winnicott habl de esta paciente en su obra, pero no quisiera quese la pueda identificar. Pude constatar a que punto l haba sido fielen sus descripciones y a que punto aquello que transcribicorresponda a la realidad clnica. La paciente haba echo un ciertonmero de anlisis y no dej de decirme: Ninguno es comoWinnicott, ninguno como l. Yo tena conciencia de que nada de loque hiciera iba a acercarse, ni poco ni mucho, a la imagen del

    analista que ella idealizaba, y cuya inventiva poda en efecto suscitarla admiracin. Yo creo que ella pensaba verdaderamente lo que me

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    deca, y yo no doy prueba de un particular masoquismo si reconozcoque ella tena razn. l tena un estilo, winnicottiano, fundado sobreconvicciones que eran las suyas y que no son siempre las mas. Peroa partir de un cierto tiempo, yo ya no me sent ligado al punto de

    vista de su pensamiento, es decir que en mis interpretaciones medejo ir, seguir mi inventiva, mi imaginacin, sin atarme como ocurrecon mucha frecuencia a las recetas tcnicas: hay que interpretar elEdipo antes de la pregenitalidad, o a la inversa la pregenitalidadantes del Edipo. Este tipo de cosas jams me ha convencido. En estesentido es cierto que doy prueba de una cierta independencia, yWinnicott ha sido para m un gran ejemplo. Pero puesto que es pre-ciso ser sincero debo decir que l cometi algunos errorescontratransferenciales con aquella paciente. El anlisis de lasexualidad no fue abordado y el lugar del padre en el Edipo fuetotalmente descuidado. Y hay que decir que del lado de la madre, lasituacin estaba ms bien saturada!

    A medida que avanzamos en edad, devenimos de hechoconscientes de aquello que nos ha marcado, pero nos liberamos: elpensamiento propio cobra preeminencia sobre aquellos factores oautores que ayudaron a crearlo. Recientemente hice una emisin deradio dedicada a Winnicott, y en esa ocasin retom una de las obras

    ms importantes desde la muerte de Freud: Juego y Realidad, pararefrescarme la memoria sobre el trabajo de Winnicott. Es as que unoreconoce una obra mayor, cuando podemos retomarla a diez o quinceaos y leerla como nueva; entonces distinguimos entre las obras quenos impresionaron fuertemente en su momento pero que diez aosdespus no queda ms que un viejo perfume, de aquellas quepodemos releer y seguir encontrando igualmente profundas yoriginales. Releyendo Juego y Realidad comprend que miadmiracin no se haba debido simplemente a mi juventud einexperiencia, sino que se trata de un pensamiento verdaderamenteprofundo, rico y original.

    Adems Winnicott (y quizs tambin Bion) fue uno de losprimeros en hablar de aquello que podemos llamar pensamientoborderline, que me interesa particularmente. Bion estaba ms bienenganchado con la psicosis propiamente dicha; en su obra hayreflexiones sobre el tema pero nadie fue al respecto tan lejos comoWinnicott.

    Ms tarde, alrededor de los aos 70 a 75, un grupo de gente enFrancia ha estado influenciada por Winnicott, particularmente en la

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    Nouvelle Revue de Psychanalyse (N. del T.: Revista fundada ydirigida por J-B.Pontals entre 1970 y 1995). Pontals ha sidociertamente sensible al pensamiento de Winnicott, as como otroscomo Raymond Cahn... Pero la mayora de mis colegas no entendan

    este gusto. Ellos pensaban que su reflexin tena un costado simple,demasiado simple, mientras que es un pensamiento expresado consimplicidad pero de una gran profundidad. No olvidemos queWinnicott introdujo en el psicoanlisis conceptos que implican unanueva lgica: la de la paradoja, sin la cual no comprenderamos nadade su teorizacin de los fenmenos transicionales, del espaciopotencial, etc.

    Por otra parte, esa simplicidad permiti a Winnicott estar en bogaen medios extra-psicoanalticos, ligados a la psiquiatra infantil y a lapedagoga. En cierto modo era ms aceptable que Freud porque susconceptos son menos chocantes que los de Freud. Por ejemplo ellugar reducido que otorga a la sexualidad infantil puede ser criticada.Pero porque la sexualidad infantil juega en su pensamiento un rolms aplacado, poda ser bien visto por psiclogos y pedagogos. Perohizo falta un tiempo para que en Francia percibiramos la fecundidadde este autor, aun cuando Lacan haba comprendido la importanciade su artculo sobre los objetos transicionales en su versin de 1953.

    Este fue traducido en el La psychanalyse (N. de T: revista fundaday dirigida y Lacan habl de l en su seminario. A la vez que Winnicottescribi su artculo sobre la mirada y el rol de espejo de la madre aconsecuencia de la impresin que le produjo el artculo de Lacansobre el estadio del espejo. En cuanto a las filas lacanianas, MaudMannonni admiraba a Winnicott. Y es preciso citar tambin a Granoff.

    Ha habido en Francia una suerte de club winnicotteano quereuna gente venida de horizontes diversos que se reconocan entre ssin haber estado jams juntos. Pero Winnicott no ha sido nuncareferente de un pensamiento militante (y es una diferenciaimportante) como ocurri con Melanie Klein, con filiales en distintospases que trabajaban en el mismo sentido, con la impresin dedetentar la verdad, procurando conquistar la comunidadpsicoanaltica.

    BION

    Conoc a Bion en las mismas circunstancias que a Winnicott, en elCongreso de Pars de 1957. Pero no guard una imagen o recuerdo

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    fsico alguno. Luego se trat de un descubrimiento de lectura. Pas elverano de 1970 leyendo las obras de Bion en ingls y quedfascinado por este pensamiento profundamente original, enteramentenuevo y de una inspiracin tan diferente al pensamiento francs aun

    compartiendo su gusto por la abstraccin.El ao siguiente, en 1971, cuando el nombre de Bion no

    despertaba eco alguno en Francia, dict un seminario sobre su obra.Yo haba quedado impresionado por la relacin entre el pensamientodel Proyecto de Freud y el de Bion. Comenc entonces por trabajarsolo. Queda un rastro muy claro en mi obra, puesto que cuando selee Linfant de ca (N. de T.: literalmente el nio de ello, ttulo deun libro indito de A.G. en coautora con J. L. Donnet) en la partesobre la psicosis blanca hago numerosas referencias a la obra deBion. l comprendi verdaderamente los mecanismos de la psicosis.En la misma poca daba un seminario en el que me refer muyseguido a Bion. Creo que he sido el primero en hablar de l enFrancia. Luego Masud Khan me pidi que escribiera para elInternational Journal of Psycho-Analysis una crtica de Atencin eInterpretacin. Pero hasta entonces nadie. En 1976 en el symposiumsobre borderlines vi que Bion estaba invitado. Yo deba hablar elprimer da y tras mi exposicin, al salir nos encontramos. Gracias a

    amigos comunes almorzamos juntos y una corriente se dio entrenosotros. Desde entonces tuve relaciones personales con Bion. En1977 lo invit a Pars y comenzamos una correspondencia. Tambinnos reencontramos en Lyon.

    Indudablemente Bion ha sido para m una figura paternaespiritual. Yo no he tenido muchos padres espirituales. Tuve uno,pero en psiquiatra: Henri Ey, con quien tuve ms relacin afectiva.Lacan fue un hombre que yo admiraba, que me fascinaba, pero yo nolo consideraba como un padre para m. Con Bion yo estabaimpresionado por esa mezcla de profundidad e integridad absolutaque senta en l. En Winnicott tambin senta eso, pero quizs msen Bion, con su costado Mayor de India. Hubo realmente afectoentre nosotros.

    Haba en Bion una penetracin y una preocupacin constantespor aquello que ese espritu en el estricto sentido de la palabra. Espor ello que poda decir cosas sorprendentes: a sus ojos Bach,Beethoven, Kant y Descartes eran grandes psicoanalistas. Para l ser

    psicoanalista era dar prueba de un conocimiento autentico y profundo

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    del espritu humano, de cualquier manera que se lo aborde y nonecesariamente por la teora psicoanaltica.

    Este inters de Bion por el pensamiento, por saber que es elespritu, hizo que se lo catalogara de espiritualista. Yo no tengo

    elementos para ello. El rumor es que estaba obsesionado por supropia muerte. Pero en sus notas, que toma hasta el final de su vida,nada hace referencia a esta cuestin.

    Es sobre todo en la reflexin sobre la psicosis que la referencia aBion es obligatoria. Hay que sealar el acento que puso en laexperiencia emocional que est, para l, en el origen delpensamiento: mientras que para Lacan estuvo muy tentado por elformalismo. Lacan escribi directamente que el afecto no tiene lugaren la teora psicoanaltica, aun cuando hable todo el tiempo de l. Porejemplo cuando habla del amor yo he constatado que a nivel de suteora el afecto no est oculto. Ser a consecuencia de suacercamiento al formalismo, y de su posicin sobre el significante, yms tarde sobre el matema.

    ALGUNOS CONCEPTOS CLAVES

    A partir de las influencias de Winnicott, de Bion, de Lacan as

    como del estudio de la obra de Freud, he retenido conceptos clavesque he intentado poner en perspectiva en mi obra. He relacionado,sobre todo en mis ltimos escritos, la funcin alfa de Bion, laparadoja winnicotteana -es decir la relacin entre objeto subjetivoy objeto percibido objetivamente- el significante lacaniano y lapulsin de Freud. Hay en estos diferentes autores posiciones debase que se reflejan en conceptos originales y que procuran explicarel postulado a partir del cual se construye su concepcin del psi-quismo. Estos postulados de base son indispensables, al menos paralos psicoanalistas. Por ejemplo el concepto de funcin alfa se acercamucho a lo que Freud dice a propsito de la pulsin que est ancladaen lo somtico pero que es ya psquica bajo una forma desconocidapara nosotros. Es verdaderamente la idea de un psiquismoinaugural, incoativo, lo que se pone en perspectiva en esas hiptesis.No estamos demasiado lejos de la utilizacin del concepto designificante por Lacan en su concepcin de la lengua, y de laconcepcin en Winnicott del objeto subjetivo, ese objeto creado y

    encontrado a la vez. Hay all una encrucijada terica muy interesantepara comprender las races del pensamiento psicoanaltico de hoy,

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    para examinar en que direccin se desarrolla y en que perspectivasse orienta.

    TRADUCCIN DEL FRANCS:

    FERNANDO URRIBARRI

    CHRISTOPHER BOLLASUN HEREDERO INDEPENDIENTE

    ANA DELIA SAID DE LEVIN

    Ana Delia Said de Levin es una Psicoanalista argentina,miembro titular de la APA y estudiosa especializada en elpensamiento de Ch. Bollas.

    Las preocupaciones de C. Bollas se dirigen a un replanteometapsicolgico-clnico. Sin pretender ser un nuevo modelo delpsiquismo ese replanteo intenta dar acceso a momentos y estadosprimarios previos a ser representados psquicamente.

    En sus comienzos el trabajo clnico con nios autistas yesquizofrnicos fij, para C. Bollas, su terreno de investigacin, sinduda el ms difcil del psicoanlisis. Y, sin duda tambin, el que msesfuerzos le demanda al analista dado que lo obliga a poner en telade juicio los conceptos de la teora del psiquismo.

    Quisiera resaltar la transmisin de su propia experiencia comoclnico; su lucha solitaria y privada, donde la mente del analista oscilaentre tericamente conocido y lo desconocido o imprevisto a que nosenfrenta el paciente. En ese espacio de oscilacin se posiciona C.

    Bollas y trata elevar al plano del concepto las dificultades y hallazgoscon que se encuentra.

    La fecundidad de la proveniencia Winnicotiana de C. Bollas seadvierte en el anlisis de las condiciones de posibilidad de la vidacomo experiencia de ser y de existir.

    Consecuentemente brinda diversas propuestas en torno a laspulsiones, al concepto de objeto, de self, del yo, del lugar de losabido no pensado, de la experiencia esttica. Igualmente ofrece un

    minucioso anlisis del concepto de constitucin del psiquismo en surelacin con el medio circundante transformacional.

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    En ntima relacin con estas consideraciones estn tambin susaportes al estudio del psiquismo y especialmente a uno de loselementos a los que me referir; lo concerniente al objetotransformacional.

    Una de las cuestiones fundamentales abordadas por Winnicott fuela de las condiciones del desarrollo humano. As se interes por laconstitucin y desarrollo del self, conceptualizado en relacin alinterjuego del beb con su madre en particular y con el ambiente engeneral. La experiencia creadora del sujeto es definida como esencial,y es pensada destacando la cuestin de las condiciones de posibilidadde la vida psquica como experiencia de logro y satisfaccin. Ensuma, podramos decir hoy -todos los hechos de discurso quesostendrn la continuidad de existencia del infans- o no,transicionalizar, dando lugar a la experiencia de ser y existir. Es enesta lnea que C. Bollas intentar pensar ciertas situaciones clnicasen relacin a los estados de existir no transformados (definidos porejemplo como talantes).

    Cuando hablamos de la prematuracin del recin nacido nohacemos ms que confirmar la necesidad de la presencia de un otroque en absoluto es reductible a las funciones vitales que debesatisfacer. A este otro, a la madre, C. Bollas lo caracteriza como el

    objeto transformacional. Objeto que C.Bollas no concibe en formaunitaria sino que, segn el contexto, ser para l objeto deidentificacin, objeto de pulsin, objeto de percepcin. Pero su intersfundamental radica en definir a ese objeto transformacional comoproceso y no como objeto en sentido estricto, o sea interno oexterno. As siendo, lo presenta como proceso que transformaestructuras y esquemas mediante el investimiento significativo. Ellonos autoriza a hablar del entorno maternante o sea, la dadalactante-entorno, para no limitar el entorno a la madre biolgica.

    Este objeto-proceso cumple un rol modificador, transformacional.Acuna y altera las manifestaciones somticas y ambientales del in-fans. En estos primeros encuentros inaugurales del existir, el infansexperimenta transformaciones, y an no individualizada la madrecomo un otro, comienza la identificacin antes de la representacinmental que de ella pueda hacer. Identificacin previa a la repre-sentacin, siendo a la vez el factor que permitir la representacin.Identificacin primaria bajo un sentimiento de existencia, de ser, que

    dar fundamento a todas las identificaciones posteriores. Se trata deuna relacin que para C. Bollas emerge, no de un deseo, sino de una

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    identificacin perceptual del objeto-proceso con su funcin detransformacin. Los estados emocionales, somticos son llamadas,signos que demandan y comprometen al otro, e inducen, si todo vabien, a un movimiento de identificacin despertado por la empata y

    la consecuente transformacin del otro. Identificaciones inter e intraexperienciales.

    C. Bollas trabaja estos estados emocionales con ciertasexperiencias estticas. Le importa lo susceptible de ser percibido porlos sentidos. La manera en que estos estados son decodificados por lamadre a travs de su propio cdigo de amparo, constituye para C.Bollas una esttico del existirque llegar a ser un rasgo del self delinfans y una caracterstica de la transicionalidad. Es un discursoprivado, slo desarrollado por los dos, mediante un lenguaje degestos y miradas que crean un vnculo intersubjetivo. De esta forma,se posibilita la historizacin de la vida somtica, dndose asfiguracin a las formas de ser y de allegarse (relacionarse). Estassensaciones somticas, suficientemente decodificadas por la madre,se transforman en zonas ergenas y as el cuerpo puede tener unregistro psquico (P. Aulagnier). Basta hacer referencia a la clnica delnio autista para saber qu profundo es el poder sensorial del objeto,como nica propiedad que lo torna existente. (Bick, Meltzer) (T.

    Tustin, Piera Aulagnier, D. Anzieu).Las molestias, desesperacin del infans al ser transformadas por

    una madre facilitadora en plenitud, constituyen una experiencia quedeja sitio a la internalizacin que el infans hace de la lgicaoperacional paradigmtica del progenitor. De esta manera aporta aldesenvolvimiento de las aptitudes yoicas del infans configurando unaesttica, un estilo de relacionarse.

    Esta relacin constituir la experiencia subjetiva del infans y dejauna huella de los primeros vnculos. Memoria que en el futuro setransformar en la bsqueda por parte del sujeto, de un objeto, yasea persona, lugar, ideologa que prometa transformar el self. Sememoran as, saberes existenciales, no aprendidos cognitivamente,memoria de procesos ontolgicos ms que de fantasas opensamientos. Son momentos estticos que evocan una sensacinpsicosomtica de fusin, que es la memorizacin por el sujeto delobjeto transformacional. Cuando la transformacin del self no seproduce el sujeto adulto idolatrar y sacralizar a estos objetos. La

    psicopatologa ms observada de la relacin del objetotransformacional se presenta en el self del esquizofrnico, en cuadros

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    adictivos, juego, droga, como intentos desesperados de bsqueda delobjeto transformacional, son re-escenificaciones.

    El registro que el sujeto guarda de sus primeras experiencias conese objeto conforma lo que C. B. llama la sombra del objeto que cae

    sobre el yo y deja en el adulto una huella de su experiencia.Asimismo, esta experiencia relacional con esta madre-proceso, essabida como un proceso enlazado al existir y a la alteracin de suexistir.

    Decamos que la experiencia que el infante hace de este primerobjeto, la madre, es sabida como un proceso enlazado al existir y a laalteracin de su existir. Por eso la llama objeto transformacional aesta madre temprana. Un nio inmerso en un medio hostil ydesatento no lograra para C. Bollas organizar sus experiencias enfantasas. De ese modo conservar el estado propio como talante,modos como estados de existir no transformados. Este estadopropio pareciera tener categoras de concepto, es un estado deexistir. Los talantes, como rasgo de carcter de una persona, tienenfuncin conservadora. Llama objeto conservativo a estamemoria-experiencia guardada en el mundo interior. Objetoconservativo es una forma del estado de existir que persiste sin serprocesado en fantasa. Es otra forma de lo sabido no pensado. No

    cambia y est ligado en algunos aspectos al ambiente parentaltemprano. Es un registro existencial del momento de ruptura entre elnio y sus padres, algo propio del nio rechazado por los padres y envez de ser integrado en necesidades madurativas del nio comoproducto de sus objetos transformacionales, qued congelado,cristalizado en un objeto, figurndose despus por medio de talantes.

    En esta misma perspectiva desarrolla tambin una reflexin sobrelos estados eso (it states), como estados del existir ligados a unanarrativa y carentes de una autntica realidad existencial. Estosestados aparecen discursivamente como informes rumiativos sobresucesos del propio cuerpo como objeto despersonalizado. Se haceevidente en estos desarrollos la raz winnicotteana. Y muyparticularmente en su modo de diferenciar proyeccin deidentificacin proyectiva, as como relacin de objeto de uso delobjeto.

    C. Bollas diferencia el Yo Inconsciente del Inconsciente reprimido.Se ocupa del Yo Inconsciente. Lo define como una forma, un idioma

    del yo. El yo se desarrolla a partir de la disposicin heredada,presente antes del nacimiento. El idioma se expresa a travs de las

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    elecciones y usos de objetos que estn disponibles en el ambientefacilitador.

    Este concepto de idioma como potencial personal le interesacomo conocimiento filogentico, como transmisin de estructuras

    genticas en relacin a la personalidad de los padres, pero ms ancomo una teora de la personalidad. Subraya C. Bollas la disposicinpotencial, dado que depende para su expresin de los cuidadosmaternos (anteriormente expuestos). Tambin forma parte de lasdisposiciones heredadas genricamente el verdadero self. Y es eneste punto que dice C. Bollas separarse del concepto de Winnicott deverdadero self. A los fines de sostenerlo podemos volver a Freud enel Moiss y el Monotesmo. Dice Freud en la vida psquica delindividuo tienen tanta eficacia contenidos vivenciados por el mismo,como otros, formas (es mo) fragmentos de origen filogentico,predisposiciones, disposiciones constitucionales, una herenciaarcaica.

    Es entonces que a partir de la disposicin heredada se desarrollala forma inconsciente del yo. Lo heredado es mltiple, se hereda unadisposicin al desarrollo del yo. Un aspecto contiene el imperativofilogentico al desarrollo del yo. Formas, conjunto de esquemas conlos cuales uno aborda el mundo de las percepciones. Estas se van

    reordenando a partir de esta dotacin formal filogentica. Loscontenidos, en cambio, constituyen el ncleo del inconsciente sobre elcual va a recaer la investidura pulsional.

    Tambin C. Bollas dice que el yo es el factor constitutivo de losabido no pensado. Podramos suponer que C. Bollas junta lneas dehiptesis; una relacionada con la filogenia y otra que se refiere aformas que guardan una vivencia o un interlocutor. Las formasorganizan las vivencias. Es por esto que desde el saber el infans,activo, prepara a la madre como objeto transformacional, prepara suaparicin. La madre ensea su lgica de allegarse, de relacionarse. Elinfans alterar esta lgica o negociar con la suya. Este campo es uncampo de saber no pensado, no representado. Se combina una lgicaintrnseca o heredada con una lgica intersubjetiva. Una lgica queproviene de lo dado, del ncleo del existir, con la lgica del otro.Ambas lgicas se revelan a travs de procesos operacionales y no porva se revelan a travs de procesos operacionales y no por va derepresentaciones mentales. Para poder ser pensado debe ser

    procesado mentalmente con cuidado, es decir, por el modo en que elinfans internaliz la lgica operacional paradigmtica del progenitor.

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    LA PATOLOGA DE LO TRANSICIONAL

    RAQUEL ZAC DE GOLDSTEIN

    R. Zac de Goldstein. Destacada psicoanalista argentina,miembro didacta de la APA. El siguiente texto constituye suponencia en el III Encuentro Latinoamericano Sobre elPensamiento de Winnicott, realizado en diciembre de 1994 enla ciudad brasilera de Pelotas.

    La ternura de los padres y personas a cargo de la crian-za, que rara vez desmiente su carcter ertico (el nio es un

    juguete ertico), contribuye en mucho a acrecentar los aportesdel erotismo a las investiduras de las pulsiones yoicas en elnio y a conferirles un grado que no podr menos que entrar encuenta en el desarrollo posterior, tanto ms si ayudan algunasotras circunstancias n. FREUD.

    Tomo XI, Sobre la ms generalizada degradacin de lavida amorosa (Contribuciones a la psicologa del amor, II)1912 ed. Amorr. pg. 174. (el destacado es de Freud).

    La metapsicologa freudiana es nuestra casa y nuestra bruja.Es nuestra manera de conceptualizar y comunicar las cuestiones conlas que la cotidianeidad clnica nos desafa. Y es nuestro Schibbolth1.

    1 En el coloquio realizado por la A.P.F, en 1991, que llev por ttulo El Schibboltdel psicoanlisis, G. Rosolato, resuma as su Introduccin al tema (traduccinpersonal): El trmino Schibbolt es usado algunas veces por Freud en su sentidocorriente como signo de reunin (contrasea o password) respecto de losConceptos fundamentales e irreductibles del psicoanlisis. Pero la referencia bblicay la historia de Jepht (hijo de una prostituta y de Galaad, repudiado y expulsadopor sus hermanos legtimos antes de transformarse en hroe y profeta) muestranque esta palabra es inseparable (como los sucesos de esta historia lo demostraron)del sacrificio humano y de la masacre tribal.Con esta referencia al Schibbolt como contrasea, nos situamos en la perspectivade nuestro tercer encuentro en torno al pensamiento de D. W. Winnicott, que estenmarcado en la metapsicologa freudiana.Veamos cmo esto se ilustra en Pirandello, que logra conmover con suconocimiento de poeta, al mundo entero, en la inmortal glosa de la despedidaamorosa del hijo amante a la madre amada-amante...

    ...sentado en la vieja casa familiar frente a la imagen de la madre muerta...Madre: No llores, yo estoy bien.

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    Es tiempo ya, para el psicoanlisis, de disponerse a investigarms en detalle el fenmeno de la crianza, tan ligado a las patologasgraves, donde se articula el sutil pasaje del Instinkt al Triebfreudiano, pasaje regido por la esencialidad de aquel primer amor

    para la supervivencia, y su paralela potencialidad fundante, situacinque vivencia el infans, cra humana ya dotada de la matriz simblica(Lacan), o segn Freud, de esquemas preformados.

    Winnicott descubri y desarroll el concepto de transicionalidaden el nio, nosotros, hoy, vamos a incluir un campo relacional, a laluz del enfoque de campo de Willy y Madeleine Baranger, para situarla transicionalidad tambin, en forma recproca, en la relacinlactante-madre, relacin que centra el campo del contextofundante del aparato psquico.

    En este campo, es tambin de fundamental importancia -dentrode lo que implica la compleja nocin de funcin materna-, laeficacia materna como batera protectora anti-estmulos, a la par quecomo Yo auxiliar; consideraciones que sustenta Masud Khan.

    La cra humana, destinada indefectiblemente, (salvo daocerebral, como dice Winnicott, o dao de lo que entendemos comoindemnidad biolgica), a la hominizacin, es decir a constituirsecomo sujeto humano dotado de lenguaje, vive primeramente

    inmersa en la dialctica identificatoria involucrada en esa relacinlactante-madre, perspectiva que Freud articul tan bien en varios desus textos, (Manuscrito M, Introduccin del narcisismo, Pulsionesy destinos... El Yo y el Ello, Psicologa de las masas...).

    Selecciono esta secuencia de textos para destacar uno de los ejesfreudianos en los que se sustenta nuestro tema de hoy, presentedesde Tres ensayos... donde dice: ...Se puede parangonar estocon la proverbial pervivencia del primer amor en las personasnormales (on revient toujours a ses premiers amours!...), hasta lavalidez central que adquiere en su obra ese primer amor en lafigura del Ideal, a travs de su encarnadura como lder, presente enlos Escritos Sociales.

    Para fundamentar por qu el nio, aun antes de iniciar su propiaactividad transicional, es juguete ertico y objeto transicionalparala madre -como parte del campo transicional que constituyen ambos-efecto de la reversin de su propia experiencia de dependencia,vamos a pasar a investigar algunos de los procesos, indispensables y

    Hijo: No lloro por ti, lloro por m porque ya no ests para pensarme.

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    constitutivos del psiquismo. Estos, an breves, son la base -comovemos-, de lo que durante toda la vida, ser la condicin paravivenciarse a s mismo y constituirse en un ser humano, porque seramado equivale a SER PENSADO por el otro significativo, al que

    Freud se refiere al decir on revient toujours....

    EL NIO COMO OBJETO TRANSICIONAL

    El estado de cosas que estamos describiendo, incluye la locuranormal de la madre (A. Green), y da entrada al futuro sujeto en elnio real-Cosa.

    Estamos en un todo de acuerdo con Susana Jallinsky, que, en Looriginario y lo original de los procesos del pensar identificatorio

    (Revista de Psicoanlisis, A.P.A., 5-6, 1991) dice, siguiendo aWinnicott: Si el beb sigue siendo para la madre an un objetosubjetivo (Winicott, 1962-6), una prolongacin de s misma, tambinlo ve como un objeto objetivo, desconocido y ajeno, por lo quedeber rehacer el proceso psquico del mismo beb que ella fue parasu propia madre, creando y hallando el objeto (Winnicott, 1971). Deesta manera la madre inviste libidinalmente al pequeo viviente, y esa travs de esta originaria y original relacin como el beb

    experimenta su sentimiento de ser, que depende de la calificadafuncin materna para ampararlo. Amparo es, segn Winnicott, labase de lo que poco a poco deviene un ser que se vivencia a smismo (1969)

    Amparo es: ser pensado por la madre deseante, en estadotransicional de empata psicosomtica, estado que contiene al infansen su estado de desamparo.

    Por un breve lapso, en el cual la madre es tentada de adoptarsu cra, ella es llevada a re-activar el campo especfico de sus propias

    vivencias arcaicas, su campo transicional en el cual ella fue primerojuguete de su propia madre para luego instalarse ya como niitajugando con bebs y fundando una familia.

    Este campo transicional re-activado por la madre adoptante desu cra, califica al infans como transitorio objeto transicional, y es porsu estructura intrnseca un rea de ensoacin, habitada por losfenmenos que Freud describiera en El creador literario y elfantaseo: Es lcito decir que el dichoso nunca fantasea; slo lo hace

    el insatisfecho. Deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de las

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    fantasas, y cada fantasa singular es un cumplimiento de deseo, unarectificacin de la insatisfactoria realidad (destacado nuestro).

    Winnicott enunci en forma similar, una actividad temprana delinfans consistente en un encuentro -a la manera depuente-, entre

    la actividad alucinatoria de la experiencia de satisfaccin y lacreciente percepcin objetiva, que conlleva un tipo de uso calificadode diversos elementos del entorno fsico inmediato del beb, losllamados fenmenos y objetos transicionales.

    Se trata de ciertos elementos, de fabricacin humana -dir enalgn momento J. Lacan, cuando reflexiona sobre las relaciones entreobjeto transicional, objeto petit a y angustia (Seminario X: LaAngustia)- a los cuales el beb se aficiona. Y es en el transcurso deeste uso singular, aficionado a ese o esos objetos elegidos, comoel psiquismo se va constituyendo. Efectos que se traducen, adems,en el alivio de la angustiosa vivencia del estado de desamparo (Freud, Proyecto de...,1895).

    En la periodicidad-rtmica de la continuidad-discontinuidad delvivenciar inicial(Freud, Proyecto de..., 1895), la transicionalidad delinfans se va creando como cualidad y conquistando como posesin, ala par que la dada madre-lactante va construyendo inicialmenteentre ambos, el rea de ilusin, actividad que, con justa razn,

    podemos homologar al fantasear descripto por Freud en el artculoya citado, donde construir y crear est asociado con los sueosdiurnos: ...Construir castillos en el aire, crear lo que se llama sueosdiurnos (El creador literario..., tomo IX, pg. 128).

    EL CAMPO MATERNO(una re-edicin transgeneracional)

    La cualidad de la actividad psquica que se despliega en el campojunto al rudimentario quehacer ldico, se corresponde, como vemos,con las caractersticas de la ensoacin y el fantaseo, para ambos. Amitad de camino entre el dormir como retorno al tiempo delnarcisismo primario-, y la observancia de las condiciones de larealidad objetiva, siendo esta realidad la promotora de laincrustacin-instalacin en el Yo real primitivo de la doble polaridad:Yo-no yo.

    Es un campo personal de ensoacin recproca, si bien

    notablemente asimtrica, entramada en la actividad ldica productivay creativa del infans, en tanto la madre es barrera antitrauma, Yo

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    auxiliar y primera seductora. Winnicott considera que es aqu dondehace su aparicin el nio, en vas de cachorro humano.

    El nio, debido a la singular investidura parental y, en particular,por ser soporte de la necesaria narcisizacin materna, pasa a ser su

    objeto a -causa del deseo-, y hace lugar para los significantesprivilegiados parentales, Segn una observacin de Lacan, el hijosera, en fin de cuentas, el nico objeto petit a que se pasea deveras en el mundo.... (Anne Lise Stern).

    Veamos algunos aspectos implicados en la aparicin del nioreal en el campo materno, como:

    -Cra humana, Osito de peluche, His Majesty the Baby, jugueteertico, entidad desconocida voraz-insondable, receptor del deseoinconsciente de los padres, receptor de las identificacionesproyectivas maternas didicas, objeto petit a, objeto representantede...

    LOS JUEGOS TRANSICIONALES DE LA MADRE

    La madre, retomando sus propios juegos y fenmenostransicionales, marca con ellos lo que he conceptualizado como: Elcampo del contexto fundante singular, campo que se sita entre el

    jbilo identificatorio y el estado de desamparo.Y as le impone a esta cra humana su destino.La madre buscar en el nio aquel Todo de su propia

    fusionalidad que tuvo que des-conocer, eso que ella ya no es y notiene.

    Y el nio pasar a ocupar, en un comienzo siempre narcisizante ellugar majestuoso His majesty the Baby, del Todo: el Falo.

    Todas estas imposiciones (teorizadas como violencia) en untrabajo de equipo que he presentado en Viena, IPAC 1971:Observacin psicoanaltica mltiple de bebs, son fundantes delpsiquismo.

    Los juegos maternos, que se vehiculizan a travs de los juegosy cuidados corporales prodigados al beb son tambin los modosoperativos de estas ineludibles intrusiones estructurantes delerotismo vital e inaugural, y de las ensoaciones de los... deseosinsatisfechos (como) las fuerzas pulsionales de las fantasas...(Freud, op. cit.) presididos -especialmente la actividad del mamar y

    la del ser amamantado-, por la impronta flica .

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    Tambin es decisiva la evolucin de este campo materno encuanto a las relaciones placer/goce del estado de dependencia infantilabsoluta de ese tiempo primitivo, es durante el curso de ladependencia infantil, en perfusin vital con la imprescindible

    actividad inaugural materna (como lo diverso, lo otro) cuando seinicia el trabajo del Yo primitivo real, sobre ese algo vivencialexterno-interno, categora definida por Freud como complejo delsemejante (Proyecto de psicologa...1895), y por donde transita laley paterna y el corte al estado fusional.

    Tiempo arcaico, de la inermitud propia de la prematurez de la crahumana, que transcurre siempre bordeando el desvalimientotraumtico para el beb, y que puede movilizar en ste lapre-disposicin a la sumisin, imitacin o infeccin psquica(Freud, tomo XVIII, pg. 101).

    Breve lapso en que el infans, en estado de fascinacin yservidumbre enamorada (Freud, tomo XVIII, pg. 107), ser objetotransicional de la madre, y deber liberarse, si puede, para desear.

    La madre, a mi entender, se constituye en este campo primitivo,en la primera hipnotizadora, recipiente del Ideal del Yo, lo cual ladota de un poder absoluto, y puede ser considerado, apoyados enFreud, absolutamente decisivo y grvido en consecuencias... Veamos:

    ...la misma sumisin humillada, igual obediencia y falta de crticahacia el hipnotizador... El hipnotizador ha ocupado el lugar del Idealdel Yo... (Freud, Psicologa de las masas y anlisis del Yo, tomoXVIII, pg.108).

    LA DEPENDENCIA SE PUEDE PATOLOGIZAR

    Retomemos otras citas de Freud que sustentan nuestro modo deentender los fenmenos de la dependencia y la transicionalidad enactividad en este primitivo campo del contexto fundante: en El Yo y elEllo, ...nuestro Yo se comporta en la vida de maneraesencialmente pasiva y... ...somos vividos por poderes ignotos,ingobernables, ...y, en Ttem y Tab, 1912-13, tomo XIII, pg. 159dice ...si los procesos psquicos no se continuaran de una generacina la siguiente, si cada quien debiera adquirir de nuevo toda supostura ante a la vida, no existira en este mbito ningn progreso nidesarrollo alguno. En este punto surgen dos nuevas cuestiones: como

    ser el grado de continuidad psquica que se puede suponer enla serie de generaciones, y los medios y caminos de que se vale

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    una generacin para transferir a la que sigue sus estadospsquicos.(Los destacados son nuestros).

    En ese tiempo estructural, de transferencia, somos vividospor los estados psquicos maternos, en perfusin vital, y

    peligrosamente omnmoda, en tanto se inicia la actividad delrepresentar, en las condiciones de inermitud propias de laprematurez, bordeando siempre el desvalimiento y el desamparo, enuna predisposicin a la sumisin e imitacin, como efecto decomplacencia del primer esbozo del yo! (El Yo y el Ello, 1923,tomo IXX).

    Osito de peluche, cachorro que conmueve en su propia matriz lareaccin primordial ante la cra, el infans-nio, se sostiene como tal,precisamente, gracias a la evocacin -revertida- de la propiaexperiencia de dependencia, inermitud, desamparo y fascinacinnarcisstica, presente tanto en la madre, como en el padre y en lasfamilias.

    Juguete blando, maleable, dispuesto a responder en espejoen tanto la madre lo ensuea y se ensuea en l, empatamediante, tal como cuando jugaba, soando despierta; ...la empata-dice Freud- nace solo de la identificacin y la prueba de ello es quetal infeccin o imitacin, se establece tambin en circunstancia en

    que cabe suponer entre las dos personas una simpatapreexistente... (Freud, Psicologa de las masas y anlisis del Yo,tomo XVIII, pg. 101). Los procesos proyectivos-introyectivos vancirculando entre ambos y reduciendo la angustia, al otorgarrepresentabilidad y sentido a los diversos estados del infans.

    La madre lo mira y busca su mirada tal como hizo con su propiamadre, (Winnicott: Papel de espejo de la madre y la familia en eldesarrollo del nio), tal vez para re-conocer en el beb a ese otroprehistrico inolvidable que ella an nostlgicamente, segn Freud-sigue esperando (Freud, Carta 52, tomo I, 1897).

    Este jugar materno, reedita su propio jugar infantil, que repitede generacin en generacin, el Jugar de la actividad transicional.Va as poblando el campo del ensueo creador, y anima: inyectaalma (Sehle) en los ositos, muecos o soldados a travs de susguiones privados con los cuales ensaya, cada nio, una y milveces, soluciones y destinos para el tringulo abierto, que un da seincrust en su mundo ideal inicial, el del circuito de la economa de

    dos, la ilusin fundacional y fusional de Winnicott.

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    El infans reacciona como un espejo -reflejo de la madre, en elcircuito didico. Esta intersubjetividad naciente sugiere la promesa decompletud y autosuficiencia, que deber caer.

    Bastante entendimos ya al respecto. Se trata de la eterna y

    mortfera trampa del momento narcisista fundante, indispensablepara que His Majesty... se afirme en el trono del Ideal, pero ...delcual deber ser siempre, simblicamente derrocado, para poderdesear y vivir.

    Llega el tiempo del desencuentro liberador, de la desilusin.Pero... ser soportable para la madre?. Porque se entiende cundoloroso es que ella tenga que transitar nuevamente las trazas deaquel sentimiento de malestar, desamparo e inquietud insaciable.

    Y es ah donde puede aparecer la tentadora solucin, el tanaccesible alivio, que provendra de la aceptacin -reunificadora- deesa oferta espontnea y permanente de apego esencial, presenteen cada mirada y en cada gesto del nio enamorado.

    Nada ms fcil que un inadvertido abuso de esta oferta. Una sutilexplotacin, algn exceso del placer que se brinda en el don deamor de ese juguete majestuoso, radiante y ertico; completo ydisponible. Ese juguete ertico de jubilosas respuestas inmediatasante la aparicin anhelada y anhelante del rostro familiar amado, se

    ofrece todo.Por fin! -siente la madre- He aqu una relacin sin -aparente-

    ambivalencia! Sin ese eterno trajinar que reclama, al decir deWinnicott, el cotidiano correlato entre mundo interno y mundoexterno

    Pero..., ese don de amor, esa relacin de dos, ni es siquierarelacin an. Es solo el espejismo de una relacin. Espejismo que lamadre, llevada por su herida, intentara sostener, en una reversinde la normal intersubjetividad asimtrica, que caracteriza elencuentro beb-adulto. Este encuentro es inicialmente de modalidaddominio-sumisin; pero es necesario que esta dependenciaprimitiva y la intrusin fundante que conlleva, no deriven en una,Sumisin o adaptacin consolidada, que instalara las basesde una patologa temprana.

    Estas reacciones estn pre-dispuestas, dada la endeblezestructural del aparato psquico, y conforman las bases de untrastorno de la reversin normal.

    Nacemos, como cra humana, en un estado de prematuracin-sealada por Bolk- que nos predispone a la primaca del otro, en una

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    servidumbre imaginaria. Este estadio est vinculado al predominio dela dimensin visual de esos momentos iniciales del contextofundante, situacin que J. Lacan teoriz como Estadio del espejo,cuyos fenmenos presiden el advenimiento del sujeto.

    LA PATOLOGA DE LA DEMANDA DE DEPENDENCIA REVERTIDA(una Madre Imprevisible)

    La manifestacin clnica de una forma larvada de dependenciapatolgica y crnica de la madre hacia el beb, que derive de sunecesidad de una actitud expectante del nio hacia ella, es descriptapor Winnicott en el caso de la relacin del nio con la madreimprevisible, la del humor cambiante, impronosticable.

    El nio, frente a esta modalidad materna queda atrapado, en laimposibilidad de pre-ver o pronosticar el talante materno, nologrando componer una respuesta adecuada y estable. Debe, encambio, depender...de sus expresiones y gestos, da a da,momento a momento.

    Toda madre sabe bien que su nio la ama y la necesita siempre.Que la aguarda y observa, atento y anhelante.

    En estos casos, la dependencia infantil, que normalmente

    promueve una reaccin emptica y alerta de la madre, que avizora enel nio sus estados de nimo, se revierte.

    He aqu la reversin patolgica.Paso a relatar un ejemplo que ilustra la inquieta vigilancia del hijo

    hacia el rostro materno, una de las variantes posibles de estasituacin paradigmtica de la patologa, una forma larvada de lareversin, causada por la necesidad enmascarada de dependencia dela madre.

    Este drama que subyace a la persistente mirada alerta e inquietade un nio hacia el rostro de la madre, se me hizo evidente en eltranscurso de un trabajo de supervisin, en cuyo material apareciuna modalidad de la paciente, a la cual su marido denominabahumorsticamente, una neurosis trmica. De que se trataba?.Veamos el ejemplo clnico. Esta mujer, relativamente joven, nuncaantes analizada, iniciaba, pocos meses antes, su anlisis con elsiguiente relato, referido a sucesos cotidianos de la vida de la pareja:

    Contaba que durante un viaje con su marido, piloto de una lnea

    area, se produjo una conversacin en rueda de amigos, que seorigin en los comentarios que el marido hizo sobre una inquietud

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    particular de ella. Esta inquietud se manifestaba a travs de una seriecompulsiva de preguntas, tales como: Que tal est el tiempo?, qume voy a poner?, hace fro..., va a hacer calor?, est cambiando eltiempo?, llev la ropa indicada?..., secuencia de preguntas que se

    repeta no una, ni dos sino varias veces al da, con un nfasisparticular, si bien sutil. Estas preguntas se renovaban,llamativamente, cuando iban a asistir a una pequea excursin,reunin, festejo, o salida nocturna.

    El colega en supervisin y yo pensamos, ambos, que, si bientodos procedemos en cierta forma similar, como un estado de alerta,en nuestra identificacin con una madre cuidadora (como laconceptualiza J. Mc Dougall), en la analizada este proceder eraextremadamente marcado y con claras cualidades compulsivas.Llamaba, particularmente, la atencin del analista, al repetirse en latransferencia, que la paciente no dejaba espacio para respuestaalguna en su secuencia de preguntas. Fue el marido quien termincortando la secuencia, al decirle en ingls (ya que estaban conamigos extranjeros) you are suffering from something like a ThermalNeurosis, una neurosis trmica.

    Sorprendida a interesada, aunque un poco herida, pregunta a suanalista: ...Pero, esto de la thermal neurosis, esta preocupacin

    por el clima, no es acaso normal?.Esta predisposicin de la paciente a tratar de entender un rasgo

    aparentemente comn de su vida cotidiana, dio lugar a que juntos, elanalista y ella, iniciramos -a travs de la supervisin-, la exploracinde su relacin con la madre. Lo cual deriv -tal como lo venamospreviendo, llevados ambos por las hiptesis en torno a ciertosfenmenos tempranos, sobre cmo seran algunos efectos clnicosrelacionados al vnculo con una madre imprevisible-, en una serie dedescubrimientos que haban permanecido enmascarados. Porque,como ella dijo: ...ella, (la mam) es tan hermosa e inteligente...,que..., tan fra..., y agreg: ...glacial..., pero inteligente;...no dabapara pensar nada... Aunque a veces, con ella uno no saba nuncacuando ni por qu, todo se transformaba en una fiesta que durabapoco, y se apagaba...

    El anlisis avanz hasta que se hizo posible para la analizadadecir: todo lo que pasa es que mi madre era insoportable, medesesperaba ante sus cambiantes humores, y adems, ...ese rostro

    bello e inteligente y siempre inexpresivo..., (y rindose dice:)... tal

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    vez no quera arrugarse.... Cambiando visiblemente de tono dice,con voz oscura y profunda, sentidamente: ... tan impenetrable!!

    Record cuantas veces, en la infancia, se encontr esperando,esperndola. En verdad esperando hasta tener algn dato que le

    permitiera prever lo que le esperaba ese da, o el fin de semana. Siiba a ser alegre, o silencioso, u obscuro y malhumorado.

    Esta mujer haba resuelto dignamente, a travs de undesplazamiento en los fenmenos climticos, un viejo estadopermanente de inquietud, que en su infancia la haba colocadofrecuentemente en un desasosiego que relacionamos con el estado deapronte angustiado freudiano.

    La dependencia hacia el rostro imprevisible de este tipo demadre, es un indicador de la reversin que describimos con respectoa la direccin normal de la dependencia infantil, normalidad en la cualla alerta emptica se dirige hacia el infans, hasta que se inician losprocesos de separacin y la actividad del jugar.

    Pero, todo se trastorna si la madre, durante el transcurso de lasvicisitudes de su propio proceso constitutivo como sujeto deseante,necesita, para sobrevivir, fijar un algo, como soporte de suangustia.

    As se instala la patologizacin de la transicionalidad . Algn

    objeto de la serie transicional ser tomado como ese algo ytransformado en objeto consuelo, fetichizable. La aparicin del nioreal, totalmente disponible como objeto para transicionalizar,coopera en las situaciones patolgicas para ser transformado enCosa-soporte, al inscribirse en la secuencia materna de los objetosintercambiables, de la ecuacin simblica freudiana.

    Claro est que todos entendimos de qu se trata. En la patologade la dependencia infantil materna, fall la ilusin y la desilusin consus consabidas consecuencias. Y los soportes de la angustia deseparacin fueron insuficientes. La persistencia de la desmentida, enella, y sus efectos, la llevaron a la necesidad del fetiche-beb.

    La creacin materna del fetiche, recubre para ella la ausencia ypromueve la fetichizacin del infans, en el campo de la crianza inicial.

    El nio, juguete ertico y objeto transicional de la madre,conjuga en s, -a travs de la reversin de Su derecho a depender yser amparado- las cualidades de soporte para aquellas expectativaspatgenas maternas, residuo de sus propias frustraciones, en cuanto

    a su propio anhelo de dependencia y amparo infantil.

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    Es el nio que piensa a la madre: el reverso de lo que nos pintaPirandello.

    La Cosa-soporte, objeto petit a, es el nio real que comoobjeto transicional para la madre, SOPORTA -casi cosificado,

    entonces-, cual barrera de proteccin antiestmulo, la amenazanteproximidad de la angustia pura, y su corolario, lo UN-HEIMLICH, enella.

    Es quizs redundante apuntar aqu las implicancias que, en elplano de la significacin flica, le ha otorgado a His majesty thebaby esta madre. Se comprende cunto y cun ntidamente quedafijada en estos casos, la captura del nio como falo, en unacompletud enloquecedora.

    Esta situacin encuentra su mxima manifestacin clnica en laFolie a Deux. y en los fenmenos descriptos como Double Bind.En estos casos, la dinmica de la identificacin proyectiva comodefensiva reemplaza la empata fundante. Surge una Identidad dedos, a la manera de Un cuerpo para dos, (en trminos de J. McDougall), y se consolida la alteracin estable del campo del contextofundante.

    Aqu, la primitiva demanda de dependencia infantil, que reclamauna respuesta ajustada -aun si breve- se encuentra con la necesidad

    perentoria de la demanda materna: que busca un beb comosoporte/FALO y sta es su condicin de posibilidad para ofrecerpresencia y una cierta funcin maternalizante, -en el sentido deWinnicott-, como madre apenas suficientemente buena.

    En este concepto winnicottiano, lo suficientemente buenodepende, precisamente, de la aptitud materna para NOSER TODAni pretender su correlato: EL NIO TODO para la madre.

    Esta demanda patolgica de dependencia, cuando est latente enla madre, se activa con la presencia de la cra humana, ante loimposible de soportar, la renovada separacin-renuncia al objetoprimitivo de amor, y a su valencia como falo, esta vez en el beb.

    Winnicott seala, en su artculo Fenmenos y objetostransicionales, que as como la madre puede permanecer en lacondicin de objeto transicional nico para el nio, el nio puedepermanecer para la madre, tal como lo estamos describiendo, en elestado patolgico de reversin de la demanda de dependencia,funcionando como objeto transicional patolgico.

    Esta desviacin es consecuencia de cierta que impregn elcampo del contexto primitivo fundante materno. Si somos

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    consecuentes con la perspectiva transgeneracional sealada porFreud, supondremos que, en una mirada que abarque tresgeneraciones, nos encontraremos con una abuela que ha sido elobjeto transicional obturador (como Otro absoluto) de la madre. O,

    siendo ella misma careciente y dependiente, no hizo lugar para laseparacin de su hija, quien, al devenir madre a su vez, no lograabandonar, una vez instalado, ese breve estado de locura normaldescripto por A. Green. Estado que amenaza, con otra patologa: ladepresin y/o Psicosis puerperal.

    Este es, precisamente, el motivo por el cual el nio es tomadocomo aquel primitivo objeto indispensable amado; el infans losustituye y resulta as indispensable, ya que es el nico soporte de laangustia y de la limitada capacidad de espera materna.

    En lugar de aquel necesario y transitorio uso fundante del niocomo objeto transicional, por parte de la madre, reeditado en lamaternalizacin entendida como conjunto de funciones yconductas que definen el campo del contexto fundante, habrun inevitable abuso de este uso . As, el circuito inicial del contextofundante, en lugar de abrirse al segundo tiempo, donde laintervencin paterna asegura este ingreso a la triangulacin, seestrecha y consolida la reversin patolgica, fijndose en una

    funesta modalidad De a Dos .En la Demanda de Dependencia Revertida quien tiene derecho a

    ser transitoriamente dependiente, el infans-beb, se convierte encontinente estable para la Demanda de Dependencia pendiente dela madre, por va de una deformacin temprana crnica de su Yoinfantil.

    Tenemos sobrados motivos para pensar que esta perspectiva delcontexto fundante, como campo relacional cualitativamentecaracterstico, permite ubicar las investigaciones terico-clnicasrespecto de las patologas graves. As como tambin la siempredesafiante cuestin que en Anlisis Terminable e Interminable hacereferencia -en un conjunto temtico que preocup a Freud hacia el finde su obra-, respecto a las alteraciones del Yo.

    Se define adems una ampliacin del concepto de campo, en elsentido del contexto de la situacin analtica como campo dinmico,que incluye la consideracin de la dinmica de latransferencia-contratransferencia, de la contraidentificacin, la

    empata, etc., como manifestaciones de la reversin patolgica o no-,de los residuos de la Demanda de Dependencia del analista.

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    La Demanda de la Dependencia Revertida genera un campoanaltico distorsionado, en el cual analista y paciente estn unidos eneste especfico baluarte, en el sentido que le otorg W. Baranger.Se paraliza as el proceso, en tanto la contratransferencia se

    distorsiona. Y lo que debi ser, por parte del analista, un breveproceso de identificacin emptica que le permitiera comprender a supaciente y al campo creado, se transforma, en estos casos, en unacontraidentificacin, motivada por la propia Demanda de Dependenciadel analista.

    YO O SELF?

    JEAN LAPLANCHE

    Jean Laplanche es en la actualidad uno de los msdestacados pensadores psicoanalticos del mundo. Entre losrasgos distintivos de su obra se destaca su trabajo sobre elpensamiento freudiano y los conceptos psicoanalticos. JeanLaplanche elabora los grandes ejes conceptuales freudianos(cf. Problemticas I, II, III y IV) presentando tanto lapluralidad de lneas que los componen, como sus propias yrigurosas opciones teorticas. Por ello hemos escogido estabreve intervencin suya a modo de cierre y contrapunto deldossier Winnicott, a la vez que como bisagra con el resto delnmero. Es fundamental aclarar que este texto no se refiereespecficamente al pensamiento de Winnicott. Pero hace srara puntuacin introductoria a una interrogacinproblemtica que decididamente atraviesa este dossier, as

    como cualquier lectura actualizada de Winnicott: la de larelacin entre los conceptos de Yo y Self.

    El Dr. Levin nos invita a interesarnos en el self, como ncleo deidentificaciones y como centro de los procesos de defensa yresistencia. Este inters marca un retorno a la experiencia clnica, poruna suerte de fenmeno pendular que tiende a compensar lo que sedenomina autonoma del yo (moi), funcin de realidad y adaptacin,esfera no conflictiva del aparato psquico, elementos no trans-ferenciales en la cura, etc.

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    El ejemplo de Breuer y Anna O., oportunamente recordado por elDr. Levin, confirma que evidentemente la instancia representativa dels mismo y su investidura narcisstica se encuentran en el origen delos ms graves desconocimientos y resistencias, entre las cuales se

    ubican tambin las del analista. El deseo sexual, expresado de lamanera ms cruda por la histrica, y encontrando su eco directo en lavida pulsional de Breuer, es lo que amenaza directamente los lmitesdel yo para el inventor del mtodo catrtico. Acta de maneratraumtica, como ese cuerpo interno extrao del que nos hablantan a menudo los Estudios sobre la histeria.

    El punto en el cual, sin embargo, quisiera introducir unapregunta, es la oportunidad de introducir como instancia separada elself, el s mismo. Sin duda, y a ttulo justo, el Dr. Levin subraya quela relacin yo-s mismo (moi-soi) debe ser concebida como unapolaridad. Va incluso ms lejos, hasta dar a entender que el s mismosera como el instrumento de transformacin entre dos marcos dereferencia: el del yo y... precisamente el del self o s mismo. Estaapariencia de ilogicidad, que hace de una parte la ley que rige lasrelaciones entre esa parte y el todo del que forma parte, estailogicidad aparente me parece totalmente sugestiva de los quesuceden en el sistema o instancia del yo.

    Me pregunto si este aspecto no estaba presente, y desde unprincipio, en el pensamiento freudiano acerca del yo, y si no es laexigencia inherente a la nocin y al ser mismo del yo, si no es estaexigencia la que hace conservar a Freud ese trmino nico, a lo largode toda su teora. Cito a Levin: Con ms de una significacin -comoun sistema de funciones, como el s mismo, o como el s mismonarcisista, y a veces como dos de ellas, o las tres significacionestomadas en conjunto. Y Freud tena a su alcance el trmino y elconcepto de selbst

    El gran texto de sobre el yo -y esto no ha sido todava muysubrayado- no es Das ich und das Ed (El yo y el Ello), sino Entwurfeiner Psychologie (Proyecto de Psicologa), de 1895. Pero all, si bienel yo juega sin duda un rol esencial en relacin a la prueba derealidad, si inhibe el proceso primario, permitiendo de esa maneraque la alucinacin primitiva no se confunda con la percepcin, estafuncin inhibidora no es el resultado de una relacin privilegiada delyo con el sistema percepcin-conciencia. Esta inhibicin es el

    resultado de representaciones investidas, constituyendo una

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    verdadera Gestalt: Un conjunto de neuronas investidas con facilita-ciones recprocas.

    La accin de este conjunto de representaciones es aquello que,por s mismo, permite la inhibicin del proceso primario. Pero es

    imposible no reconocer en este ncleo representativo la primerafiguracin de lo que ms tarde ser descripto como vesculaprotoplasmtica, como reservorio de libido, y como precipitado-Niedersclag- de identificaciones sucesivas. De esta manera, desdeun principio, aquello que Hartmann y Levin describen como selfconstituye el elemento determinante que permite a las asdenominadas funciones autnomos del yo -y en especial a lapercepcin- jugar su rol en relacin a la realidad.

    No es casualidad tampoco que en un texto tan elaborado y tanprximo a la segunda teora del aparato psquico como es ZurEinfuhrung des Narzissmus (Introduccin al narcisismo) seconfundan sistemtica y voluntariamente aquello que nosotrosqueremos distinguir como yo y s mismo. De esta manera, el Ichgefuly el Selbsgefuhlsonen ese texto constantemente sinnimos.

    Para terminar quisiera recordar ese pasaje tan sugestivo de DalIch und das Es, en el que se dice que: El yo no es solamente unasuperficie sino la proyeccin de una superficie.

    El yo no es solamente esta superficie diferenciada que se describecomo funciones autnomas, teniendo origen en el sistemapercepcin-conciencia; es tambin el self, ya sea la proyeccininterna o si se quiere, la introyeccin de un ser corporal poseedor deun lmite. La vescula protoplasmtica es la imago proyectada de unabolsa orgnica, reducida a su expresin ms simple.

    De esta manera, me parece que deberamos pensarlo dos vecesantes de abandonar ese concepto deliberadamente contradictorio quees el yo freudiano, a la vez rgano diferenciado, prolongacinmetonmica del organismo, eintroyeccin metafrica de las primerasimprontas perceptivas. Localizar la defensa, la resistencia, laalienacin y el desconocimiento en un self radicalmente diferenciadodel ego sera olvidar lo esencial de las advertencias de respecto de lasrelaciones de dependencia delyo: Die Abhangigkeiten des Ichs, yno die Abhangigkeiten des Selbsts. (Las relaciones de dependenciadel yo(moi) y no las relaciones de dependenciadel s mismo (soi).)

    Traduccin: Luciana Volco