35
CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN EDUCACIÓN DOCTORADO EN EDUCACIÓN CULTURA ESCOLAR Y APRENDIZAJE ORGANIZATIVO DR. MARCO EDUARDO MURUETA ENSAYO Las ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria PRESENTAN: JULIO CESAR BARRERA JUAREZ

Las ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

CENTRO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN EDUCACIÓN

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

CULTURA ESCOLAR Y APRENDIZAJE ORGANIZATIVO

DR. MARCO EDUARDO MURUETA

ENSAYO

Las ceremonias cívicas en la cultura

escolar y organizativa de la escuela

secundaria

PRESENTAN:

JULIO CESAR BARRERA JUAREZ

México, 2010

Page 2: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Introducción

La educación mexicana es el medio fundamental para adquirir, transmitir y

acrecentar la cultura, además de fortalecer la conciencia de la nacionalidad y de la

soberanía, el aprecio por la historia, los símbolos patrios y las instituciones

nacionales, así como la valoración de las tradiciones y particularidades culturales

de las diversas regiones del país (Ley General de Educación, 2003) en este

sentido y a propósito de las celebraciones del bicentenario de la independencia y

el centenario de la revolución, es un buen momento para reflexionar sobre los

valores, identidad, nacionalismo de nuestro país y cómo la escuela fomenta esta

identidad y nacionalismo, recuperando nuestro pasado pero sobre todo

visualizando escenarios posibles para el futuro.

Porque los Símbolos Patrios -el escudo, la bandera y el himno nacionales-

son representación de identidad, carácter, singularidad y unidad del pueblo

mexicano, así como expresión de la condición soberana e independiente de la

nación; considerando que honrar estos Símbolos Patrios es refrendar nuestra

firme adhesión a la historia, al presente y al porvenir de nuestra patria; a la larga

trayectoria de luchas en favor de la soberanía, la libertad y la justicia que han dado

forma y sentido a México; al infatigable esfuerzo colectivo que cotidianamente se

realiza en todos los ámbitos para fortalecer a la nación y al horizonte de grandeza

hacia el que se orientan los anhelos y empeños del pueblo mexicano.

La escuela por su parte, a través de las ceremonias cívicas pretende formar

un sentido patrio nacionalista, pero ¿cuál es el marco legal que regula a las

ceremonias cívicas en la escuela?, ¿qué sentido de identidad se promueve en la

comunidad escolar al realizar y participar en las ceremonias cívicas?; ¿qué

implicaciones organizativas tiene la escuela para realizar estas actividades?; ¿qué

significa para los adolescentes de secundaria participar en las ceremonias

cívicas? Para dar respuesta a estas preguntas es necesario contextualizar el

marco legal, la cultura escolar, considerando a la escuela como marco

sociocultural en el que se promueven valores, hábitos y actitudes a partir de los

cuales el adolescente de secundaria irá conformando su personalidad.

Page 3: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Nación y nacionalismo: un cruce de ideas confusas.

El concepto de nacionalismo ha variado a lo largo de la historia, en la

revolución francesa la nación nacía por la voluntad de unión de los ciudadanos.

Luego el nexo fue la tierra, la lengua o la etnia comunes.

Este concepto aparece como un concepto comodín, utilizado por los

políticos y teóricos a conveniencia. Para comprenderlo, resulta útil repasar algunas

de las teorías sobre las que se han estructurado las confianzas y desconfianzas

en torno al término nación.

Se distinguen, fundamentalmente, dos ideas modernas de nación. Una

correspondía a la ilustración y se enclava en la ideología de la Revolución

Francesa. La otra surgida de la noción de Volksgeist (espíritu del pueblo) y

desarrollada por Johann Gottfried Herder- Filosofo teólogo y literato alemán –

constituiría el concepto de nación romana.

Desde la primera perspectiva, la nación designa al conjunto de los sujetos

contratantes que deciden entregar el poder a la voluntad general. La Revolución

francesa fue el primer paso y el más significativo del control del Estado desde la

vieja aristocracia a la nueva capa social de la burguesía. Además, marca el

cambio de los viejos Estados del Antiguo Régimen a los nuevos Estados-nación.

Según esta postura teórica la nación se nutria del conjunto de la población,

ya que esta detentaba la soberanía. Los súbditos-vasallos de la monarquía

absoluta quedaban convertidos en ciudadanos. Y para ser ciudadanos de ese

Estado-nación no era preciso haber nacido en él; bastaba con creer en los

principios de libertad, igualdad y fraternidad que hacían a todos los hombres

ciudadanos.

Por oposición, la nación romántica basada en el Volksgeist se caracterizaba

en 1795 a través de la noción “alma colectiva” es decir la nación estaba pensada

bajo la idea de la diferencia, no bajo la igualdad. Y tiene una fuerte carga afectiva.

Esta inscrita en el Ser, antes de que el ser razone o elija. La nación era un

conjunto de personas de un mismo origen étnico como una tradición común. La

sociedad política ideal era aquella que se asentaba sobre una comunidad

homogénea y sobre un núcleo concreto y distinto de los demás. De este modo,

Page 4: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

todas las mitologías nacionalistas entroncarán el nacimiento de su país con un

origen épico y heroico e inevitablemente.

Uso de símbolos: Himnos y banderas

Desde el comienzo del siglo XIX, el uso y construcción de mitos y símbolos

nacionales y desarrollo de una liturgia nacionalista harán que el pueblo participe

activamente en la mistificación nacional. La nacionalización de las masas se

conseguirá a través de ceremonias de deificación de la nación; el patriotismo se

convertirá así en una nueva religión secularizada. La bandera nacional, el himno

nacional y los monumentos a los héroes de la patria se convertirán en emblemas a

través de los cuales una nación expresa su identidad más profunda.

Porque el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales cuentan con

orígenes, evolución y significados cuyo conocimiento y valoración resultan

fundamentales, como parte de un deber cívico insoslayable dirigido al

fortalecimiento del sentido de comunidad y pertenencia nacional de todos los

mexicanos;

El Escudo Nacional alude a los augurios de grandeza y certidumbre bajo

los que fue fundada en 1325 la antigua nación mexicana, simbolizados por el

águila que representa la fuerza cósmica del sol y la serpiente que señala las

potencialidades de la tierra, significando la conjunción de dos de los principios

vitales de la cosmogonía de los viejos pueblos nahuas y con ello el carácter

optimo del territorio donde se edifico la ciudad de México- Tenochtitlán.

El Himno Nacional constituye un entrañable, vigoroso y perenne llamado a

la defensa de la nación y es también un testimonio fidedigno del heroísmo y el

sacrificio con los que se ha luchado por mantener su carácter soberano en las

circunstancias más difíciles de nuestra historia; la Bandera Nacional es el Símbolo

que, por excelencia, identifica a México en el concierto de las naciones del mundo

y que sus colores expresan la esperanza, la pureza y la voluntad de vivir y luchar,

en tanto ideales de la nacionalidad mexicana; y al venerar a nuestros Símbolos

Patrios rendimos tributo a los hombres y mujeres que a lo largo de la historia

consagraron su vida, su esfuerzo y talento a la construcción de una nación

Page 5: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

soberana, libre y justa, así como a las gestas y causas bajo las que desplegaron

sus empeños patrióticos.

Mitos y realidades del nacionalismo mexicano

Guerra, guerra sin tregua al que intente/ De la patria manchar los

blasones!/!Guerra, guerra! Los patrios pendones,/ En las olas de sangre

empapad./En las olas de sangre empapad./ ¡Guerra, guerra! En el

monte, en el valle/ Los cañones horrísonos truenen./Y los ecos sonoros

truenen/Con las voces de ¡Unión!, ¡Libertad!

Con esta alusión poética, la estrofa II del Himno Nacional Mexicano

describe mediante una ferviente apología de los valores patrióticos, la importancia

que durante la época revestían principios como la independencia y unidad del

país.

Este valor simbólico se ha dado también a la bandera y el escudo, que en

las ceremonias cívicas, eventos oficiales, son dignamente enarboladas para

significar que, más allá de las diferencias, a los mexicanos nos une un sentimiento

de identidad y orgullo compartido por pertenecer a este suelo.

Pero, más allá del protocolo asociado con los símbolos patrios, el júbilo

desbordado en las plazas públicas al compás del mariachi y los gritos de ¡viva

México! durante las noches de 15 de septiembre o las ruidosas celebraciones por

los triunfos de la Selección Nacional Mexicana de Futbol vale la pena preguntar:

¿En realidad hay lazos comunes que unifiquen a todos que compartimos este

territorio? ¿Es posible hablar de una Identidad nacional mexicana? ó más

concretamente ¿bajo que formas se manifiesta el nacionalismo en México?

Un poco de historia: primeras manifestaciones e independentismo

El nacionalismo mexicano, entendido como un proyecto político formal

destinado a construir un Estado independiente del dominio español, aparece

incesantemente durante el movimiento a favor de la independencia. Ya uno de los

puntos presentados por el general José María Morelos y Pavón, en su documento

Page 6: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Sentimientos de la nación proclamaba en 1813 que “la América es libre e

independiente de España, y de toda otra nación, gobierno o monarquía”.

Dentro de este contexto, no puede dejar de mencionarse el importante

papel desempeñado por una imagen que, con toda seguridad ha llegado a

representar, más allá de los símbolos oficiales, independientemente de filiaciones

partidarias o creencias religiosas, la esencia de la verdadera mexicanidad: la

virgen de Guadalupe. Al menos así lo concibe José Guadalupe Martínez maestro

en Ciencias Históricas y catedrático de la UNAM para quién el guadalupanismo

constituyo el sello distintivo de los independistas ante los españoles quien

menciona que el momento en el cual los mexicanos pueden considerarse como

tales al enfrentarse a los extranjeros: “Creo que es un sentimiento nacional

primitivo, pero este se va a seguir desarrollando cuando nos enfrentamos contra

los franceses (1938) y particularmente la guerra contra los Estados Unidos

(1848)”

Desde luego, es preciso recordar que durante esta etapa, caracterizada por

las disputas entre la implantación de un régimen federal o centralista, la nación

mexicana, agrupando un territorio tan vasto como heterogéneo, tuvo que enfrentar

la expresión de los regionalismo (de los cuales Yucatán y Chiapas constituyeron

una buena maestra), la separación de Texas en 1830, y finalmente, tras el

enfrentamiento con los Estados Unidos, la perdida de la mitad de sus territorio

original.

Tal vez por eso, el historiador Juan José Escamilla, del Instituto de

Investigaciones Históricas de la Universidad Veracruzana, ubica el surgimiento de

la conciencia nacionalista entre los diversos sectores sociales mexicanos en una

etapa posterior a la intervención estadounidense “Yo creo que el nacionalismo

mexicano es tardío. Yo creo que la nación mexicana se da en la segunda mitad

del siglo XIX”.

Por su parte, el historiador Enrique Florescano es uno de esos

especialistas afiliados a esa idea en su libro La bandera mexicana (2000) ha

escrito: “Los escritos, símbolos, alegorías y discursos que festejaron la

consumación de la independencia muestran que la celebración de ese

Page 7: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

acontecimiento fue uno de los momentos más intensos en la formación incipiente

conciencia histórica nacional”

“A la guerra de independencia la concibo el primer intento de crear un

Estado nacional, pero la guerra contra los Estados Unidos puso de manifiesto que

no existía ese nacionalismo, que la mayoría de los estados o las regiones

ignoraron o no se comprometieron; vieron esa guerra como algo ajeno. Y nadie o

muy pocos estados quisieron ayudar al gobierno federal”

Durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas, se dio un fuerte brote

nacionalista con la expropiación petrolera.

Mientras para unos el nacionalismo aflora, para el profesor Martínez en

nuestro país nunca hemos construido un proyecto nacional. En consecuencia, el

hecho de que gritemos “como México no hay dos” no significa que seamos

nacionalista. Eso es simplemente un desahogo ante lo que no tenemos “Al

carecer de una propuesta de nación”, porque ni siquiera constituimos un colectivo

nacional verdaderamente identificado e integrado, hemos sido siempre presas

fáciles de embates de la moda del mundo sin que las acciones que emprende la

escuela tengan significatividad y relevancia a pesar de su marco normativo.

Marco normativo de las ceremonias cívicas.

En apego a la Ley sobre el Escudo, la Bandera e Himno Nacionales

compete a las autoridades educativas Federales, Estatales y Municipales, ordenar

que en las instituciones de enseñanza elemental, media y superior, se rindan

honores a la Bandera Nacional los lunes, al inicio de labores escolares o a una

hora determinada en ese día durante la mañana, así como al inicio y fin de cursos;

por tanto es obligatoria la enseñanza del Himno Nacional en todos los planteles de

educación preescolar, primaria y secundaria. Así mismo el canto, ejecución,

reproducción y circulación del Himno Nacional, se apegarán a la letra y música de

la versión establecida en la presente Ley. La interpretación del Himno se hará

siempre de manera respetuosa y en un ámbito que permita observar la debida

solemnidad. La demostración civil de respeto al Himno Nacional se hará en

posición de firme. Los varones, con la cabeza descubierta. En el caso de la

Page 8: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Bandera, el saludo civil se hará en posición de firme, colocando la mano derecha

extendida sobre el pecho, con la palma hacia abajo, a la altura del corazón. Los

varones saludarán, además con la cabeza descubierta. Así mismo es obligatorio

para todos los planteles educativos del país, oficiales o particulares, poseer una

Bandera Nacional, con objeto de utilizarla en actos cívicos y afirmar entre los

alumnos el culto y respeto que a ella se le debe profesar.

Adicionalmente cada año las autoridades educativas convocan a un

concurso de coros infantiles sobre la interpretación del Himno Nacional, donde

participen los alumnos de enseñanza elemental y secundaria del Sistema

Educativo Nacional el cual es de carácter obligatorio.

Cabe destacar que a partir del año 1993 se instituye por acuerdo la

semana nacional de los símbolos patrios.

Cultura, Cultura escolar en la escuela secundaria.

Cuando tratamos de explicar el concepto de cultura, encontramos autores

que la definen de diferente manera, y dada la amplitud del concepto, se abordarán

sólo algunos que seguramente nos ayudarán a comprender este noción.

Según el diccionario de filosofía Abbagnano tiene dos significados, el

primero indica la formación del hombre, su mejoramiento y perfeccionamiento, el

segundo indica el producto de esta formación, esto es, el conjunto de los modos

de vivir y de pensar cultivados, civilizados, pulimentados a los que se suela dar el

nombre de civilización.

Entiéndase también como la formación del hombre en su mundo, esto es,

como la formación que permite al hombre vivir del modo mejor y más perfecto en

el mundo, que es suyo.

En este sentido para Freire, existen medios que sirven de instrumentos

culturales de primera magnitud para romper el retardo de amplias capas sociales,

cuya consecuencia es la 'cultura del silencio1', devolviendo así la palabra al

ignorante.

1 Freire denomina cultura del silencio a la marginación y el analfabetismo, por lo que es preciso 'dar la palabra' para adquirir la condición cívica que superase el colonialismo. (En comunicación, Sociedad y Cultura. Perfil biográfico y pensamiento. Infoamérica PNI+D+i SEJ06-14561.

Page 9: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Bruner (1997) considera que la cultura da forma a la mente, que nos aporta

la caja de herramientas a través de la cual construimos no solo nuestros mundos

sino nuestras propias concepciones de nosotros mismos y nuestros poderes.

Gramsci (1987), dice que la cultura es organización, disciplina, de yo

interior, apoderamiento de la personalidad propia, conquista de superior

consciencia por la cual se llega a comprender el valor histórico que uno tiene, su

función en la vida, sus derechos y deberes.

Con relación a cultura escolar Pérez Gómez2 la define como “el conjunto de

significados y comportamientos que genera la escuela como institución social. Las

tradiciones, costumbres, rutinas, rituales e inercias que la escuela estimula y se

esfuerza en conservar y reproducir, condicionan claramente el tipo de vida que en

ella se desarrolla y refuerzan la vigencia de valores, creencias y expectativas

ligadas a la vida social de los grupos que constituyen la institución escolar”.

Tagiuri, (1968) la define como sistemas de actitudes, valores, normas y

significados compartidos por los miembros de una escuela. En este sentido el

centro escolar es, donde se asienta las relaciones interpersonales entre el

docente y el alumno; entre estos y sus pares; entre las relaciones jerárquicas que

se establecen entre docentes directivos, docentes de aula, paradocentes y

auxiliares, y también, y en forma muy importante en la relación que la institución

escolar establece con los padres de familia.

Entonces la cultura escolar, es vista como una red compleja de mensajes

implícitos e interrelaciones sociales, donde se construye el “currículo real” desde el

que se interiorizan representaciones, creencias, gustos, ideologías, esto es, el

saber cultural.

Veamos ahora a la escuela secundaria como marco sociocultural en el que

se promueven valores, hábitos y actitudes a partir de los cuales el adolescente de

secundaria irá conformando su personalidad.

2 Citado por Hernández Solís (2009), La cultura y gestión escolar.

Page 10: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

La escuela como marco sociocultural

La escuela tiene un papel fundamental como centro de formación de

individuos, para el desarrollo y la superación de los alumnos como personas y

como seres humanos, es también marco sociocultural en la que se manifiestan

relaciones, actitudes y significados entre los distintos miembros de la comunidad

educativa. En este sentido Berstein (1998) considera que la escuela transmite dos

órdenes culturales: el orden expresivo se transmite a través de la ritualización en

las escuelas en tanto que el orden instrumental da lugar a una escuela

diferenciada que funciona como instrumento de división del trabajo y por tanto de

control social, y en función de ellas, y del contexto familiar y de las relaciones con

sus iguales, el alumno organiza su propia acción.

Por ello Bruner (1997) concibe la escuela y la cultura como una comunidad

de intercambios y apoyos mutuos, desafortunadamente la escuela empieza a

presentar una visión del mundo tan ajena o tan remota que muchos educandos no

pueden encontrar en ella un lugar para ellos o para sus amigos; por tanto se

necesita un movimiento de reforma escolar con una idea más clara de hacia

dónde vamos con convicciones más profundas sobre el tipo de gente que

queremos formar.

Se necesita una escuela que fortalezca en sus educandos “las facultades

de adaptación al entorno que les rodea y contribuya a la mejor convivencia

humana, el aprecio por la dignidad de las personas, la integridad de las familias y

sustente la igualdad de derechos de todos, evitando privilegios de razas, religión,

de grupos, de sexos o de individuos” (Ley General de Educación, 1993).

Asimismo se requiere un docente comprometido socialmente, que “logre

escuchar, las inquietudes y los intereses de sus educandos y vincularlos a

posibilidades trascendentes, es decir, valiosas socialmente” (Murueta 2005).

La Escuela Secundaria y las ceremonias cívicas

La escuela se constituye en el escenario privilegiado para “construir la

nacionalidad” se torna necesario difundir un relato histórico desde el Estado, para

ello se importa la tradicional idea europea de celebrar las efemérides y

Page 11: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

acontecimientos oficiales y de construir estatuas y monumentos dedicados a los

grandes hombres, o a los ideales que representaban. La historia nacional fue

adoptada por la clase política dirigente para imponer símbolos nacionales que

fueran respetados por todos los habitantes. Dichas celebraciones, con la

participación de adolescentes cantando el himno, saludando y jurando a la

bandera, venerando a la patria favorecieron la creación de un vínculo con el

pasado para la legitimación del presente.

En este sentido la escuela reproduce ritos entendiendo que los ritos o

rituales son prácticas que intentan reproducir la estructura social a través de la

reproducción de la ideología dominante; y su estudio nos proporcionó precisiones

respecto a cuál es la ideología que transmite la escuela; más allá de sus discursos

acerca de los valores democráticos ya que la escuela transmite una ideología

autoritaria la cual se expresa a través de los rituales escolares y los educadores

transmiten esa ideología de un modo, por lo general, inconsciente.

Los rituales tienen un peculiar distintivo que es la dramatización, entendida

como condensación de algún aspecto, elemento o relación que es focalizada o

destacada (<biblio>). Describimos entonces a los rituales como asociaciones de

símbolos que poseen un carácter inherentemente dramático y que comunican

clasificando la información en diferentes contextos. Aquello que el ritual remarca

es un elemento significativo de una cultura determinada. Como acción simbólica,

el ritual subraya, destaca, resalta y torna especial cualquier acción cotidiana. Esto

último implica que no hay acciones esencialmente rituales, todo puede ser

ritualizado si se lo convierte en condensación de algún rasgo significativo de una

cultura determinada. En consecuencia, aunque los rituales poseen una base

material (suponen un espacio, tiempo, objetos y acciones determinadas, tal como

el caso de los gestos) su esencia es predominantemente simbólica; en este

sentido su función es poner en acto un significado. Por ello, el ritual opera en el

campo de las representaciones sociales y resulta un mecanismo transmisor de

ideología.

Así los actos escolares son la puesta en escena, por excelencia, del

conjunto de actividades que la escuela organiza como modo de promover la

Page 12: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

identidad nacional y los valores de la cultura. Valores que se definen desde los

sectores hegemónicos de una formación social dada. Las poesías, los himnos y

las dramatizaciones memorizadas, las redacciones estereotipadas, las

formaciones y saludos, son ejemplos de rituales que cabalgan velando más por los

procesos que por los resultados. Al igual que en la domesticación de los cuerpos,

en este caso se intenta vincular a los símbolos y fechas patrias con ciertas

respuestas condicionadas, la nacionalidad penetra en los cuerpos, lo social se

corporiza.

Sentido y significado de las ceremonias cívicas para los estudiantes

La escuela secundaria realiza ceremonias cívicas las cuales se realizarán

todos los lunes al inicio de las labores escolares, así como en la apertura y cierre

de curso, en el interior del plantel, apegándose a lo que establece la Ley sobre el

Escudo, la Bandera y el Himno Nacional3.

En la cotidianidad de la escuela observamos primeramente los grupos se

forman, uno al lado de otro, alrededor del patio, dejando al centro un espacio

rectangular, por el cual desfilará la escolta. El micrófono y la maestro de

ceremonias se colocan frente a la entrada de la dirección de la escuela, y de ahí

sale la el directivo entregar la bandera a la escolta. La primera parte del ritual

centra la atención en uno de los símbolos de la nación, la bandera, exhibida por la

escolta a través de un recorrido frente al conjunto de grupos formados alrededor

del patio de la escuela, hasta colocarla en un lugar central para que todos los

asistentes le “rindan culto”; es decir, le manifiesten por medio de gestos y cantos

su respeto.

Para los adolescentes es claro que las ceremonias cívicas tienen un

objetivo específico, y en todos los casos lo relacionan con los significados

simbólicos que le otorgan a la bandera nacional y a los símbolos patrios.

Así, encontramos en todos el reconocimiento de la bandera como un

símbolo representativo de nacionalidad, pero ajeno al proceso histórico que ha

vivido nuestro país, por lo cual es necesario analizar las implicaciones

3 Lineamientos Generales para la Organización y Funcionamiento de los Servicios de Educación Inicial, Básica, Especial y para Adultos en el Distrito Federal 2009-2010.

Page 13: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

organizativas que la escuela realiza para desarrollar estas actividades,

identificando el sentido histórico, cultural y social implícito en estas actividades que

pretenden cultivar el nacionalismo y amor a la patria, por otro lado es necesario

reconocer la cultura cívica e histórica que se promueve en la comunidad escolar al

realizar y participar en estas actividades, así como los distintos aprendizajes que

los alumnos adquieren.

Las ceremonias pueden no gustar a los adolescentes, pueden tener poca

disposición a realizar el sacrificio ritual que se les impone, pero en ningún caso

ello implica que deban desaparecer. El rito se reconoce como importante porque

así tiene que ser, porque es necesario hacerlo, porque todos lo hacen, y aunque

resulte molesto en algunos sentidos, su importancia está definida más allá de

ellos, desde lo instituido, lo que permanece, lo profundo, y para los adolescentes

es claro que son ellos quienes tienen que adherirse a ello, como una parte

fundamental de su pertenencia a esa comunidad.

Apropiación y acatamiento de las reglas rituales

A partir de la aproximación a un grupo de adolescentes a través de

entrevistas las voces de los adolescentes ponen al descubierto la forma en que

opera la imposición de la disciplina ritual, a partir del siguiente mecanismo:

El adolescente conoce las reglas rituales, ya que desde su ingreso a la

institución los profesores las han enseñado cuidadosamente, e inclusive desde la

educación preescolar ha realizar estas prácticas. De tal manera que todos los

adolecentes entrevistados conocen con claridad las reglas que exigen las

ceremonias cívicas.

Acepta la regla como legítima, porque hay un discurso escolar que coincide

en sus puntos básicos a través del acatamiento de reglas las cuales son

diferenciadas, ya que, aún cuando las consideran legítimas, no a todos les gustan

ni las acatan, esto es, no todos los adolescentes cumplen en sus prácticas rituales

con las reglas instituidas. Este variable nivel de acatamiento está relacionado al

menos con dos elementos: la predisposición del niño hacia la obediencia de las

reglas escolares, y la intensidad con que los profesores realicen la imposición y

Page 14: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

vigilancia de la disciplina ritual. De esta manera, en cuanto al acatamiento de la

regla, podemos agrupar la conducta de los adolescentes en los siguientes tipos:

- Los que esperan las indicaciones de sus maestros, y las siguen

- Los que saben lo que tienen que hacer y lo hacen con entusiasmo

- Los que saben lo que tienen que hacer, y lo hacen con resignación

- Los que saben lo que tienen que hacer, pero no lo hacen, adoptando para

ello dos posibilidades:

- Disimulan y ocultan sus faltas de obediencia a la disciplina ritual,

aprovechando para ello la falta de vigilancia, o

- Faltan a la disciplina abiertamente, aceptando el posible castigo al que

saben que se harán acreedores.

Al conocer los adolecentes las reglas rituales, y aceptarlas como legítimas,

como manifestaron en las entrevistas, enfrentan un dilema ético en la realización

de las prácticas rituales, que puede ser claro para algunos, y pasar desapercibido

para otros: las reglas, gusten o no gusten, deben cumplirse, de tal manera que si

el adolecente no las acata, el problema no está en las reglas, sino en el niño;

dicho en términos llanos, el niño aprende que la regla está bien, y si no se cumple,

quien está mal es quien la desobedece. Este es un punto básico de la

socialización que realiza la escuela: la conformación de principios éticos conforme

a reglas y perspectivas (universos simbólico culturales) instituidos, lo que

constituye la apropiación del discurso del deber ser.

Existen además otros eventos en los cuales los adolescentes deben

participar y es el caso de los concursos de carácter obligatorio: Interpretación del

Himno Nacional, el Certamen Benito Juárez y el Concurso Literario de Símbolos

Patrios.

Hacia una reconceptualización de la cultura cívica en la escuela

secundaria.

La escuela es un espacio de convivencia que debe ofrecer múltiples

oportunidades para el desarrollo de actitudes y valores cívicos a través de la

Page 15: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

acción integral de todos los agentes educativos: estudiantes, docentes, directivos

y padres de familia.

Por tanto, se requiere promover en los educandos experiencias

significativas tales como el ambiente escolar, la vida cotidiana del alumnado, las

distintas asignaturas que conforman el plan de estudios y el trabajo transversal,

que analizaremos a continuación:

1. El ambiente escolar

El ambiente escolar es el ámbito de aprendizaje, formación y convivencia ubicado

en el espacio material y organizativo de la escuela. Está constituido por las

distintas maneras de interacción entre docentes, directivos, alumnos, padres de

familia y personal de la escuela. Se conforma por los valores, las normas, las

formas de convivencia y de trabajo que éstos practican cotidianamente, así como

en la forma en que se resuelven los conflictos, se comparten los espacios

comunes, y en el trato que se da a niñas, niños y a los adultos de la escuela.

El ambiente escolar tiene un impacto formativo que puede ser aprovechado para

promover prácticas y formas de convivencia donde se expresen y se vivan valores

y actitudes orientadas al respeto de la dignidad de las personas, la convivencia

democrática y el sentido de identidad y pertenencia.

El ambiente escolar tendrá que aportar oportunidades para que los estudiantes

ejerciten el diálogo, tomen decisiones en conjunto, se pregunten por su

responsabilidad ante lo que pasa a su alrededor, tengan la posibilidad de

colaborar con otros y busquen el bien colectivo.

Los maestros requieren identificar sus posibilidades para promover en los alumnos

el pensamiento critico tendrán que reflexionar y poner en tela de juicio este falso

concepto de identidad basado en sentimientos patrioteros, asimismo el docente

tendrá que resignificar la historia nacional y cuestionar toda esta forma en que se

imparte la asignatura de historia donde hay héroes y villanos pero no se mira a

Page 16: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

nuestros personajes históricos como gente de carne y hueso con debilidades y

fortalezas que participaron en un contexto social particular.

La construcción de un ambiente escolar con estas características requiere

que los docentes y directivos sean capaces de formar a los alumnos y formarse

ellos mismos en habilidades para el diálogo, la negociación y la escucha activa

dentro del aula y la escuela.

Para ello, es importante que en el salón de clase se destinen tiempos del trabajo

académico para que cada alumno hable de su identidad personal y comunitaria

mediante historias, narraciones y relatos, que pueden ser contados desde su

experiencia de vida. Asimismo, se pueden comentar las experiencias de niños

migrantes y pidiendo a los alumnos que imaginen qué habrían hecho en

situaciones similares.

2. La vida cotidiana del alumnado

Con frecuencia, los acontecimientos de la comunidad cercana, la información que

los alumnos obtienen del país y del mundo a través de los medios, son los

principales insumos para la reflexión y la discusión. Lo anterior constituye parte de

las referencias que llevan al aula y la escuela, por lo que requieren considerarse

como recursos para el aprendizaje. En sentido inverso, el trabajo de la escuela

requiere articularse y cobrar sentido ante lo que sucede fuera de ella.

Las condiciones y experiencias particulares y cotidianas que se viven en una

familia y una comunidad son importantes para el docente desarrolle estrategias en

las que se recuperen situaciones y problemas de la comunidad y del país, la

vinculación de la escuela con organizaciones de la localidad en proyectos o

acciones para aportar soluciones a problemas específicos de la comunidad.

Las experiencias cotidianas de los alumnos sintetizan parte de su historia

individual y colectiva, sus costumbres y los valores en los que se han formado

como personas. Los alumnos han constituido una forma de ser, una identidad

individual y colectiva, a partir de la condición social y económica de su familia de

Page 17: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

procedencia. Esta identidad es construida en una situación cultural en la cual el

entorno natural y social enmarca las posibilidades de trabajo, convivencia,

colaboración entre las personas, acceso a la cultura y a la actividad política.

Por otro lado, los medios de comunicación sobre todo los electrónicos generan

formas de mirar el mundo al introducir lenguajes, conceptos y modelos de vida que

influyen en las relaciones entre las personas. En muchas ocasiones, los ejemplos

que proporcionan entran en contradicción con experiencias de diálogo, la

convivencia respetuosa y solidaria.

El desafío de la escuela y del docente es educar para que los estudiantes se

acerquen críticamente a la información que los medios de comunicación les

presentan y aprendan a servirse de ellos para conocer otras perspectivas y

participar en asuntos de relevancia social.

3. Las asignaturas del plan de estudios 2006, secundaria.

Los programas de cada asignatura del plan de estudios 2006, secundaria,

representan un espacio organizado y sistemático para la recuperación de saberes,

conocimientos, habilidades y actitudes de los alumnos en torno al mundo social en

que viven y el lugar que ocupan en el mismo.

En el ámbito de cada asignatura se comparten principios y orientaciones por lo

que apunta al desarrollo de la capacidad para formular juicios, reflexiones y

propuestas que estimulen la toma de decisiones, la formulación de juicios, el

análisis, la comprensión crítica y el diálogo.

Este es un espacio propicio para que el docente comprometido con la formación

nacional formule situaciones en donde explique y reflexione que es “amar a la

patria” en contraste con el patrioterismo ramplón que se promueve en los eventos

deportivos masivos, de tal forma que demande a los alumnos plantearse

Page 18: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

preguntas, emplear información de diversos tipos, contrastar perspectivas,

formular explicaciones y juicios, proponer alternativas a problemas, asumir y

argumentar posturas, entre otras tareas que contribuyen al desarrollo de las

capacidades cívicas y éticas.

4. El trabajo transversal con el conjunto de asignaturas

Las asignaturas que integran el currículo de educación secundaria brindan

múltiples oportunidades para la formación cívica y favorecen la articulación de

proyectos y grupos de problemas que demandan la discusión, el diálogo, la

investigación, la toma de postura y la participación social de los alumnos.

En el presente trabajo se plantean transversalmente con lo que se busca estrechar

el contacto permanente entre el trabajo del aula y la vida cotidiana de los alumnos

dentro y fuera de la escuela.

El trabajo transversal es una oportunidad para que maestro aborde la temática de

los símbolos patrios donde los alumnos tengan que investigar, para que después

se formulen preguntas, recaben información, intercambien puntos de vista y

formular una perspectiva fundamentada sobre el los símbolos patrios, de tal forma

que los estudiantes adquieran un punto de vista mas crítico y realista del

significado de nuestros símbolos patrios y su importancia como un elemento de

identidad nacional.

A manera de cierre y algunas consideraciones

Del anterior análisis pretendemos llegar, con apoyo de la Teoría de la

Praxis4, a una concepción con carácter emancipatorio, es decir, se requiere que

4 La Teoría de la praxis es una propuesta científica en psicología, surgida en México a finales del siglo XX, que se concibe como heredera de la tradición dialéctica y producto de un diálogo respetuoso y crítico con algunos de los autores más importantes de la psicología. La teoría de la praxis se pretende como síntesis y superación, incorporando los ángulos valiosos de todos ellos, reprocesando sus conceptos, dándoles nuevos significados dentro de una totalidad coherente y

Page 19: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

tanto el docente como el alumno puedan reconocerse como agentes históricos,

sociales y culturales en el proceso educativo.

Cabe aclarar que en el centro escolar se cumplen ciertas expectativas

comunes, una regularidad en las conductas, un modelo común de valores, cierto

criterio de creencias y un código de lealtades, por tanto un modelo muy simple de

subculturas regularmente integradas. No obstante estas diferencias en los valores,

las creencias y las costumbres y sus expectativas culturales, representan

diferentes grados de interés entre los individuos, estos procesos crean conflictos y

producen tensiones de aculturación, entendida como el fenómeno de

transformación y adaptación de un grupo que entra en contacto con otro, en

nuestro caso sería la integración del docente bisoño con los docentes

experimentados y el contacto de los alumnos con sus docentes.

Desafortunadamente en las escuelas se desarrolla o reproduce una

contracultura que Murueta (2005) denomina “pseudocultura”, para evidenciar el

tipo de cultivo social y de los valores existentes en las mismas, así como la

manera de trascender formas de comportamiento que a través del tiempo se han

arraigado.

Murueta (2005) ejemplifica lo que es pseudocultura en la escuela cuando

nos dice “todos los lunes se hacen honores a la bandera, alumnos y maestros, la

saludan y cantan el Himno Nacional, recuerdan las efemérides, paradójicamente,

suelen desconocer la historia nacional y la historia mundial, dentro de las cuales la

bandera y el Himno cobran su real significado como símbolo de identidad con las

luchas históricas de un pueblo. La pseudocultura lleva al patrioterismo que se

celebra ruidosamente cada 15 de septiembre, con banderas, sombreros y

matracas”

Porque en el afán permanente del Estado de lograr, con la celebración de

las fechas patrias, afianzar la cohesión social, moldear una identidad imaginada o

deseada por la clase dirigente, generar el sentimiento de colectividad y neutralizar

la heterogeneidad social y es justamente la escuela señalada como la institución

encargada de velar por el cumplimiento de la formación patriótica en ceremonias o

actualizada (Murueta, 2000).

Page 20: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

actos cívicos y “para la creación de adhesiones emocionales a la patria” (Bertoni,

L.,1992:108).

En realidad, la escuela y el docente se han convertido en instrumentos

privilegiados para el disciplinamiento y la homogeneización en la inculcación de

valores y principio morales, incapaz de oponérsele a la diversidad, -la cual era

vista como atentatoria contra la unidad y la identidad-, es por eso que adquirió

una significación ligada a la igualdad. Se pensó que se borraban desigualdades, a

partir de la uniformidad de programas, de textos, para todas las escuelas

nacionales. Disposiciones oficiales, unidas a leyes que las respaldaban, fueron

aceptadas por la sociedad, quien legitimó esos contenidos presentes en los

rituales patrios su necesaria realización grupal y en la carga de significación que

poseen los gestos practicados por cada uno y el conjunto de los participantes.

En este sentido la historia no es presentada como un proceso, sino como

una sucesión de momentos cruciales que cambiaron la realidad, es una historia de

acontecimientos y biografías cuya eficacia se da por acumulación. Los

acontecimientos del pasado “ofrecen una imagen armónica de una nación en

marcha decidida hacia el progreso. Más que rupturas, había que atender a las

continuidades como un proceso natural semejante a las sucesiones

generacionales” (Saab y Suárez. 2001: 160).

Si cultura es aquello que favorece al individuo en el carácter humano

entonces, pseudocultura es aquello que lo debilita, por ello es importante conocer

las interacciones significativas que se producen consciente o inconscientemente

entre los individuos en una determinada institución social, analizar como la

escuela determina modos de pensar, sentir y actuar ya que la organización

comportamental de los estudiantes, su agrupación, la jerarquía escolar, la

evaluación de los docentes, los ritos y costumbres de la vida social en la escuela ,

entre otros, son características de la cultura escolar que condicionan y presionan

el comportamiento de todos los integrantes en la vida escolar, por tanto

comprender la vida de la escuela supone especificar los factores organizativos que

determinan su funcionamiento.

Page 21: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Pero para promover el desarrollo de los alumnos en lo individual y lo social,

incentivar el aprendizaje permanente, implica abordar la “cooperanza”5 desde la

cual se busca actuar sobre el presente y con ello forjar el futuro, siendo

necesario realizar una crítica a la “cultura existente” -en palabras de Friedrich

Nietzsche-, es decir, una crítica de los valores prevalecientes y la cultura existente,

en los centros escolares, que favorecen la mediocridad, la debilidad y la

decadencia de la cultura de nuestros alumnos. Somos los docentes quienes

deberemos impulsar el aprendizaje con una capacidad creadora, el aprendizaje

humano en la teoría de la praxis el cual se define como: “La posibilidad de una

persona o una colectividad para combinar experiencias propias y ajenas al generar

una manera novedosa de actuar ante un determinado tipo de circunstancias”

(Murueta, 2007: 17).

La escuela necesita articular nuevas lógicas que le permitan pasar de una

cultura de la enseñanza a una cultura del aprendizaje, entendiendo por cultura “…

el hacer surgir o realizar acciones expresamente dirigidas a promover o

consolidar determinadas identidades colectivas, ciertos valores, algunos hábitos y

costumbres, capacidades elegidas” (Murueta, 2005:6). Es decir, la educación se

encuentra frente a un nuevo cambio de paradigma y la escuela de los jóvenes se

visualiza como más necesaria y al mismo tiempo más insuficiente.

La escuela de hoy ya no debe limitarse a inculcar un cuerpo de normas

fundamentales en la formación de los adolescentes, que aunque son

imprescindibles que los adolescentes las perciban como tales dentro del proceso

educativo, porque a partir de ellas se están formando también los valores éticos

que deben regir a la sociedad, ya que estas normas no pueden ser negociadas,

porque forman parte de principios instituidos fuera del ámbito escolar lo que

provoca que los alumnos únicamente sigan mecánicamente las normas escolares

y no deja espacio a la critica.

Sino la escuela y concretamente los docentes debemos promover la

formación de actitudes críticas y reflexivas ante la realidad, lo que incluye

inevitablemente las reglas que la rigen, en lugar de propiciar un conformismo

5 Concepción vertida por el Doctor Marco Eduardo Murueta en el seminario Cultura Escolar y Aprendizaje Organizativo, impartido en el C.E.S.E. Centro de Estudios Superiores en Educación.

Page 22: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

mecánico que busca la adhesión a la regla por el temor al castigo y la represión

directa que se ejerce sobre los niños. Esto permite construir una escuela activa,

viva, que pone en el centro al individuo, sus necesidades y posibilidades de

crecimiento y formación independiente. Pienso que una cultura escolar

favorecedora de la convivencia es constructora de sujeto, de un sujeto de

derechos y responsabilidades. Es una cultura reconocedora y promovedora de la

diversidad y moralmente pluralista.

Debemos fomentar una cultura cívica escolar constructora de sujeto en y

para la convivencia es una que promueve la capacidad y el poder de actuar, es

decir empodera al estudiante para que haga exigencias y haga vigente los

derechos propios y el de los otros , es una que atiende la pluralidad de los

estudiantes, sin descalificaciones y desvalorizaciones, es una que se fundamenta

en la presunción de la igualdad de las personas y en consecuencia nadie puede a

priori ser juzgado como no valioso, desarrollando una actitud de respeto mutuo, es

decir de aceptación del Otro como un legítimo.

BIBLIOGRAFIA

Berstein, B (1998) Pedagogía, control simbólico e identidad. Madrid: Morata.

Bruner, G. (1997) La educación, puerta de la cultura.

Bertoni, Lilia Ana (2001): Patriotas, cosmopolitas y nacionalistas, Fondo de Cultura

Económica, México D.F.

Cervini, R. (2003). Relaciones entre composición estudiantil, proceso escolar y el

logro en matemáticas en la educación secundaria en Argentina. Revista

Electrónica de Investigación Educativa, 5 (1). Consultado el día de mes de

año en: http://redie.uabc.mx/vol5no1/contenido-cervini2.html

Floresco, E. (2000). La Bandera Mexicana. México: Taurus

Hernández, Solís. (2009). La cultura y gestión escolar. México: Trillas

Murueta, M. (coord.). (2009). Cultura y aprendizaje de tres enfoques educativos.

México: AMAPSI

Page 23: Las  ceremonias cívicas en la cultura escolar y organizativa de la escuela secundaria

Murueta, M. (2005), Cultura escolares y aprendizaje organizativo, México: AMAPSI

Ortiz Escamilla, Juan (2001) “La guerra de independencia”, La Gran historia de

México ilustrada, Planeta-CONACULTA, México, núm. 25, pp. 81-100. ISBN

25:970-690-343-7.

Pérez Gómez (1998) La cultura escolar en la sociedad neoliberal. Madrid:

Morata.

Saab, Jorge y Suárez, Carlos (2001): Entre la didáctica y la política: propuestas

para una renovación de los textos para la enseñanza de la historia en

Argentina (1910-1920) Anuario FCU Nº3 Año III, Santa Rosa.

Stenhouse, l. (1997): “Cultura y educación”. Sevilla. Publicaciones. M.C.E.P. Kikiri,

Cooperación educativa