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Las Cuatro Cosas
Ocultas Introducción:
“Tres cosas me son ocultas; Aun
tampoco sé la cuarta: El rastro del
águila en el aire; El rastro de la
culebra sobre la peña; El rastro de la
nave en medio del mar; Y el rastro
del hombre en la doncella.”
Proverbios 30:18 – 19
Un varón de Dios llamado Aghur,
profeta de poco nombre escribió el
capítulo 30 del Libro de Proverbios,
todo este capítulo es una profecía
que se encuentra guardada en la
vejez de letra y en ella se registran
profundas y significativas
enseñanzas, leamos
cuidadosamente la introducción de
este capítulo y allí encontraremos el
perfil del profeta Aghur: “Palabras de
Agur, hijo de Jaqué; la profecía que
dijo el varón a Itiel, a Itiel y a Ucal.
Ciertamente más rudo soy yo que
ninguno, Ni tengo entendimiento de
hombre. Yo ni aprendí sabiduría, Ni
conozco la ciencia del Santo.”
Proverbios 30: 1 al 3.
Este extraño profeta se consideraba
rudo de mente más que todos los
hijos de los hombres, pero en medio
de esa rudeza mental mediante la
inspiración divina alcanzaba mirar
cosas que pertenecen al mundo
simbólico y espiritual, muchos
profetas en el pasado el Espíritu de
Dios les agrandó por algunos
momentos sus mentes para que
miraran cosas que se entenderían en
el lejano futuro, y por mucho
esfuerzo mental que hicieran
aquellos santos varones no iban a
entender las cosas que habían oído y
escrito, uno de esos profetas
escribió: “Y yo oí, mas no entendí. Y
dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de
estas cosas?” Daniel 12:8, es que no
era el tiempo para que la Luz Divina
iluminara tanto sus mentes. Por eso
al profeta dijeron: “… Anda, Daniel,
pues estas palabras están cerradas y
selladas hasta el tiempo del fin.”
Daniel 12:9, lo mismo experimentó el
profeta Aghur en su tiempo,
solamente escribió y echó a volar sus
pensamientos y murió sin entender el
porqué el águila no dejaba rastro en
el aire y el de la culebra sobre la
peña. Tiempo vendría en que todo
eso sería descubierto, porque el
Eterno así lo tenía planificado.
3
Por supuesto que si nosotros leemos
con la mentalidad carnal y
materialista estas Palabras que dejó
escritas el profeta Aghur no le
encontraremos ningún sentido ni
importancia para estudiarlo, un lector
común y corriente diría que el profeta
estaba desvariando y por lo tanto no
vale la pena detenerse en estos
escritos:
De manera que debemos aprender
acomodar lo espiritual a lo espiritual,
esta es una de las reglas claves para
entender los misterios que se
encuentran celosamente guardados
en la vejez de letra de este Sagrado
Libro y podremos así extraer una
preciosa enseñanza de estas cuatro
cosas que para el tiempo de Aghur
eran ocultas.
El perfil del águila: es un ave rapaz,
dueña y señora de los aires, se eleva
a muy grandes alturas y cruza el
cielo en altas velocidades,
¡realmente es un espectáculo ver
volar un águila! De ella sabemos que
tiene una visión tan desarrollada que
alcanza ver a grandes distancias
objetos pequeños; gracias a esa
virtud la astuta y ciega serpiente
nunca podrá tomarla por sorpresa
para comerle los polluelos, ella hace
sus nidos en los encumbrados riscos,
estas y otras cualidades se las
mencionó el Eterno al siervo Job en
uno de esos inexplicables diálogos
que tuvo en los momentos
tormentosos que vivió este profeta:
“¿Se remonta el águila por tu
mandamiento, Y pone en alto su
nido? Ella habita y mora en la peña,
En la cumbre del peñasco y de la
roca. Desde allí acecha la presa; Sus
ojos observan de muy lejos.” Job
39:27 – 29
Cuando el profeta Aghur meditaba en
la velocidad del águila, en la altura y
vuelo que tomaba, se estaba
refiriendo a mucho más que a un
águila natural partiendo el aire con su
increíble velocidad. El profeta se
refería a un Águila simbólica, el
Eterno siempre ha querido que
“Porque el hombre natural
no percibe las cosas que son
del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las
puede entender, porque se
han de discernir
espiritualmente” 1 Corintios
2:14.
4
nosotros comprendamos su
misericordia y su extraordinario
poder, y para que nosotros
entendamos lo que Él nos quiere
revelar simplifica esa enseñanza
usando representaciones materiales
para que podamos comprenderlas en
la dimensión espiritual.
El Dios se ha comparado como un
Águila simbólica, leamos esta
profecía en Deuteronomio 32: 9 al
13: “Porque la porción del Eterno es
su pueblo; Jacob la heredad que le
tocó. Le halló en tierra de desierto, Y
en yermo de horrible soledad; Lo
trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó
como a la niña de su ojo. Como el
águila que excita su nidada,
Revolotea sobre sus pollos, Extiende
sus alas, los toma, Los lleva sobre
sus plumas, El Señor solo le guió, Y
con él no hubo dios extraño. Lo hizo
subir sobre las alturas de la tierra, Y
comió los frutos del campo, E hizo
que chupase miel de la peña, Y
aceite del duro pedernal”. El Eterno
encontró a Israel esclavizado en la
miseria y el dolor en la tierra de
Egipto; ¿Quién podía liberar a los
hijos de Jacob de esta incómoda
situación? Así como el águila se
levanta y alza el vuelo llevando entre
sus poderosas alas a sus polluelos
alejándolos del peligro, justamente
esa maniobra hizo el Eterno tomando
a su pueblo arrebatándolo de los
tentáculos de faraón, y aunque los
Egipcios siguieron a Israel no lo
pudieron alcanzar.
En otra profecía escrita,
relativamente más reciente, de igual
manera se compara a Dios como la
profética Águila dándole protección a
su pueblo: “Y se le dieron a la mujer
las dos alas de la gran águila, para
que volase de delante de la serpiente
al desierto, a su lugar, donde es
sustentada por un tiempo, y tiempos,
y la mitad de un tiempo.” Apocalipsis
12: 14.
En el Salmo 91 se nos revela cuales
son las alas de Dios, la simbólica
Águila: “El que habita al abrigo del
Esas velocísimas y
protectoras alas son sus
ángeles celestiales, los
agentes secretos del Divino
Dios que hacen las extrañas
operaciones a la máxima
velocidad que los humanos
nos quedamos atónitos y
seguimos sin comprender
como el rudo Aghur no lo
comprendía.
5
Altísimo Morará bajo la sombra del
Omnipotente. Diré yo al Señor:
Esperanza mía, y castillo mío; Mi
Dios, en quien confiaré. El te librará
del lazo del cazador, De la peste
destructora. Con sus plumas te
cubrirá, Y debajo de sus alas estarás
seguro; Escudo y adarga es su
verdad.” Salmos 91:1 – 4 Al seguir
leyendo el Salmo encontramos que
esas protectoras alas nos llevan para
que nuestro pie no tropiece en
piedras: “Pues a sus ángeles
mandará acerca de ti, Que te
guarden en todos tus caminos. En
las manos te llevarán, Para que tu
pie no tropiece en piedra.” Salmos
91:11 – 12
El ciego reptil infatigablemente ha
perseguido al pueblo de los santos,
los polluelos de la simbólica Águila,
pero sus hijos han sido transportados
en sus santas Alas. Así como en lo
literal la batalla que se libra entre la
serpiente y la poderosa águila lo
mismo sucede en el mundo
espiritual, aquellos que se han
refugiado bajo las Alas del Altísimo,
jamás podrán ser alcanzados por el
enemigo de las almas. Y no olvide,
que así como el rastro del águila en
el aire es oculto para los hombres
igual la presencia del gran Dios es
oculto para todo mortal, un varón
llamado Sophar Nahamatita
preguntó: “¿Alcanzarás tu el rastro
de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección
del Todo Poderoso? Job 11:7. Si los
mortales no podemos ver el rastro
del águila en el aire, ¿Cómo
alcanzaremos a ver con nuestros
mortales ojos el rastro de Dios?,
nosotros solo somos tierra más un
poco de hálito de vida; Él es Espíritu,
jamás alcanzaremos los
pensamientos de Dios, aunque el
hombre se retuerza como gusano
sobre la Tierra buscando las
respuestas en un universo de
preguntas, la verdad de el origen de
lo visible y de lo invisible nunca lo
entenderá, bien dijo Eliú: “He aquí,
Dios es grande, y nosotros no le
conocemos; ni se puede rastrear el
número de sus años” Job 36: 26.
Si el Eterno está
comparado como un
Águila, esto hace pensar
que tiene polluelos, y esos
son sus hijos; así como el
águila enseña a sus
polluelos a volar, igual Dios
nos adiestra para alejarnos
del mundo para elevarnos
a
6
Recordemos nuevamente lo que el
Señor le preguntó a Job cuando este
varón por una inexplicable razón
estaba padeciendo extraños
sinsabores de la vida: “¿Se remonta
el águila por tu mandamiento, Y pone
en alto su nido? Ella habita y mora
en la peña, En la cumbre del
peñasco y de la roca. Desde allí
acecha la presa; Sus ojos observan
de muy lejos. Sus polluelos chupan
la sangre; Y donde hubiere
cadáveres, allí está ella.” Job 39:27 –
30.
Lo primero que encontramos en
estos textos es que el águila pone su
hábitat en la roca, busca lugares
escarpados no fáciles de llegar, ella
habita allí muy confiadamente,
ningún viento, ningún río crecido la
inquieta. Nadie se atreve arrebatarle
su nido porque ella vive en lo más
encumbrado de los riscos. De igual
manera, solo que en el plano
espiritual, tenemos que tener la
misma prudencia del águila; no
hagamos nuestro nido en partes
inseguras, no edifiquemos nuestra
vida sobre la movediza arena, no
seamos como la tortuga, sino que
debemos refugiarnos en la
inconmovible Roca de los siglos que
los tiempos y los vientos no
desgastan, en la simbólica Roca que
es el Cristo viviente; leamos
cuidadosamente las últimas Palabras
que dijo el Maestro en la cátedra que
dio en la montaña: “Cualquiera, pues,
que me oye estas palabras, y las
hace, le compararé a un hombre
prudente, que edificó su casa sobre
la roca. Descendió lluvia, y vinieron
ríos, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la
roca.” Mateo 7:24-25
¡Cuán difícil es edificar una casa
sobre la Peña!, se requiere de mucho
esfuerzo y persistencia, pero el que
lo logra lo ha hecho para siempre.
Procuremos poner nuestra vida en el
Cristo viviente, y nuestro enemigo la
serpiente antigua, nunca nos
alcanzará.
Otra cualidad extraordinaria que
tiene el águila y parecida con la
virtud divina es: “… sus ojos
observan de muy lejos”
a las alturas espirituales y
nos da la visión para
conocer sus planes divinos
para la eternidad.
7
Nadie puede sorprenderla, porque
ella desde lejos detecta el peligro y
su presa, ¿Qué no alcanza a ver con
su poderosa visión?, De igual
manera los cristianos debemos tener
Ojos como de águila, necesitamos
ver desde muy lejos para esquivar el
peligro. Dios siempre ha querido
darnos esa clase de visión, porque
los hombres por naturaleza somos
ciegos espiritualmente: “el dios de
este mundo ha cegado el
entendimiento a los incrédulos…” 2
de Corintios 4:4. Pero Dios quiere
ponernos luz en esas pupilas
apagadas por eso nos dice: “Por
tanto, yo te aconsejo que de mí
compres oro refinado en fuego, para
que seas rico, y vestiduras blancas
para vestirte, y que no se descubra la
vergüenza de tu desnudez; y unge
tus ojos con colirio, para que veas.”
Apocalipsis 3:18. Ese refrescante
colirio que el Eterno quiere depositar
en nuestros espirituales ojos es su
santa Palabra: “Goteará como la
lluvia mi enseñanza; Destilará como
el rocío mi razonamiento; Como la
llovizna sobre la grama, Y como las
gotas sobre la hierba” Deuteronomio
32:2. Así como el colirio literal se
derrama sobre nuestros ojos en
suaves y pequeñas gotas, de igual
manera la enseñanza divina es
derramada sobre nuestros ojos del
entendimiento, como gotas de suave
rocío; y poco a poco nuestra visión
se ha ido aclarando.
La segunda inquietud que manifiesta
el profeta es: “el oculto rastro de la
culebra sobre la peña” Proverbios
30:19. Si leemos este verso en el
sentido literal y nos quedamos en la
vejez de letra, definitivamente no le
encontraremos ninguna enseñanza,
pero así como encontramos un
Mensaje en el oculto rastro del águila
en el aire seguramente podemos
encontrar alguna enseñanza que
edifique nuestro ser interior en esta
otra pincelada profética que nos da
Aghur, recuerde que se trata de
“acomodar lo espiritual a lo espiritual”
escribió Pablo.
Recordemos que el profeta Aghur se
consideraba un hombre de
mentalidad ruda y de conocimientos
muy empíricos, él queriendo
encontrar la solución a sus
inquietudes dejó escrito para la
posteridad la profecía que estamos
analizando. Amable lector, desde
8
tiempos inmemorables ha existido
una “serpiente”, que les ha causado
serios problemas a los profetas y
este impuro reptil no puede ser otro
más que el que conocemos como
diablo o Satanás, así nos lo revela el
anciano Juan en Apocalipsis 20: 2:
“Y prendió al dragón, la serpiente
antigua, que es el diablo y Satanás, y
lo ató por mil años”.
Esta serpiente espiritual es la que ha
dejado profunda huella por donde ha
pasado y al rastro que deja en el
mundo se le llama Pecado. Las
cicatrices que está dejando son:
pecado, enfermedades, vicios, y
cuantos rastros más encontramos
por la presencia de la antigua
serpiente. Al primero que marcó fue
Adam y este rastro se lo puso en los
genes de nuestros padres y así ha
pasado a toda su descendencia: “Por
tanto, como el pecado entró en el
mundo por un hombre, y por el
pecado la muerte, así la muerte pasó
a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron” Romanos 5:12.
Pero el profeta consideraba que en la
piedra no dejaba rastro esta culebra
¿Quien es la Piedra donde la
serpiente no dejó rastro? El apóstol
Pablo la identifica por revelación del
Espíritu: “y todos bebieron la misma
bebida espiritual; porque bebían de
la roca espiritual que los seguía, y la
roca era Cristo” 1 de Corintios 10:4.
El demonio luchó sigilosamente por
dejar su huella en Cristo la simbólica
Roca, pero aunque puso en acción
todas sus malicias espirituales no le
dejó rastro y fue justamente por esto
que Cristo venció la muerte y su
cuerpo no vio corrupción, Él nos dice
ahora: “y el que vivo, y estuve
muerto; mas he aquí que vivo por los
siglos de los siglos, amén. Y tengo
las llaves de la muerte y del Hades”
Apocalipsis 1: 18
El Cristo viviente es la
inconmovible Roca de los
siglos; el lugar estratégico
para que todo hombre
pueda vencer a esa
influencia maligna, Cristo
es la Piedra donde todo
hombre puede vencer esa
influencia maligna que
camina por los aires y
también se arrastra sobre
la tierra imponiendo su
rastro a todo ser viviente y
pensante.
9
El Cristo viviente fue el “único que
no hizo pecado ni fue hallado engaño
en su boca” 1 de Pedro 2:22 La
primer intentona de esta serpiente
antigua para pretender hacer pecar a
Jesucristo está registrado en Mateo
4: 1 al 11, aquí se narran las astutas
tentaciones que el demonio le puso
al Maestro en el desierto después de
haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches (léalo). Y no olvide
que el Hijo de Dios vino constituido
de la misma carne y sangre como la
de cualquier humano, así leemos en
Hebreos 2: 14. Y estando en esta
condición de débil humano venció a
la serpiente antigua.
El demonio cuando se sintió
terriblemente humillado y
avergonzado al saber que un hombre
de carne y sangre sujeto a todas las
pasiones de un humano lo había
vencido: “… despojando a los
principados y a las potestades, los
exhibió públicamente, triunfando
sobre ellos en la cruz.” Colosenses
2:15. Entonces se inventó una
maliciosa herejía para pretender
desvirtuar el sacrificio y la victoria del
Cristo viviente, esa fue la de enseñar
mediante sus instrumentos
anticrísticos que Él no había venido
en carne y sangre, los apóstoles del
primer siglo tuvieron que batallar
contra este espíritu del anticristo:
“Amados, no creáis a todo espíritu,
sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas
han salido por el mundo. En esto
conoced el Espíritu de Dios: Todo
espíritu que confiesa que Jesucristo
ha venido en carne, es de Dios; y
todo espíritu que no confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, no es
de Dios; y este es el espíritu del
anticristo, el cual vosotros habéis
oído que viene, y que ahora ya está
en el mundo.” 1 Juan 4:1 al 3.
Y la última tentación que el demonio
le lanzó fue justamente cuando lo
iban a crucificar, la astuta serpiente
lo quiso drogar, usando a los
soldados romanos cuando le
ofrecieron un compuesto de hiel y
vinagre para que no sintiera los
desgarradores dolores de aquella
horrible muerte de cruz, más Él no la
tomó sino que sobriamente y con
absoluta valentía se enfrentó a la
cruz: “Y cuando llegaron a un lugar
llamado Gólgota, que significa: Lugar
de la Calavera, le dieron a beber
vinagre mezclado con hiel; pero
después de haberlo probado, no
quiso beberlo.” Mateo 27: 33 al 34
10
Así que como Él no hizo pecado ni
se halló engaño en su boca a la hora
de morir y ser sepultado su cuerpo
no se corrompió: Porque la Culebra
no había dejado rastro en la Peña.
Lo que Aghur contempló mediante la
profecía se cumplió en aquel hombre
engendrado por el Espíritu Santo en
el virginal vientre de María siendo
hijo de José como se creía, y fue
necesario pasar por este ardiente
crisol de humano y hacer cumplir en
Él todo lo que estaba escrito como lo
registra Lucas 24: 44 al 45: “Y les
dijo: Estas son las palabras que os
hablé, estando aún con vosotros: que
era necesario que se cumpliese todo
lo que está escrito de mí en la ley de
Moisés, en los profetas y en los
salmos. Entonces les abrió el
entendimiento, para que
comprendiesen las Escrituras”. Se
necesita tener los ojos espirituales
bien abiertos para comprender estas
verdades acerca del Cristo
resucitado.
En la tierra movediza, en el polvo, el
antiguo reptil sí deja su imborrable
rastro, es obvio que ese polvo, esa
débil tierra somos nosotros los
humanos, no nos creamos los
poderosos, la serpiente nos estruja
con facilidad, nos hace un guiñapo,
lector amigo no solo deja su rastro
sino que se alimenta de nosotros: “Y
Dios dijo a la serpiente: Por cuanto
esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los
animales del campo; sobre tu pecho
andarás, y polvo comerás todos los
días de tu vida” Génesis 3:14, ese
espíritu se enquista en nuestro
cerebro y corazón, como un parásito
vive en nuestra vida, come nuestra
alma, y una vez el hombre poseído
del mal alimenta los perversos
deseos de la antigua serpiente, el
Maestro aludió a ciertos hombres de
la siguiente manera: “Vosotros sois
de vuestro padre el diablo, y los
deseos de vuestro padre queréis
hacer. Él ha sido homicida desde el
Lo que el demonio se
proponía era drogar a
Jesucristo y una vez fuera
de sí burlarse de Él y
provocarlo a que dijera
horribles blasfemias contra
su Padre.
11
principio, y no ha permanecido en la
verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira, de suyo
habla; porque es mentiroso, y padre
de mentira.” Juan 8:44 Y estos
hombres eran religiosos,
supuestamente adoraban a Dios
pero el corazón de ellos estaba
plagado de odio y homicidio, esos
eran los deseos que la serpiente
tiene y se satisface con odiar, matar,
y destruir. Cada día que pasa la
antigua serpiente sabe que se le
acerca el momento que la lanzarán a
la profundidad de la Tierra, es por
eso que en estos postreros días está
desatando el odio con más fuerza
contra la humanidad, y eso se
manifiesta en el carácter de los hijos
de los hombres, hoy vivimos en una
sociedad horriblemente violenta, más
que nunca lo que se respira a cada
instante es odio, saña y maldad sin
precedentes, bien lo dejó escrito el
Anciano Juan en Apocalipsis 12: 12:
“Por lo cual alegraos, cielos, y los
que moráis en ellos. ¡Ay de los
moradores de la tierra y del mar!
porque el diablo ha descendido a
vosotros con gran ira, sabiendo que
tiene poco tiempo.”
El único medio para salvarnos de
esta hecatombe que el demonio está
provocando en los descendientes de
Adam es subirnos y escondernos en
la Roca Eterna, como bien lo
profetizó David en el Salmo 71: 1 al
3: “En ti, oh Señor, me he refugiado;
No sea yo avergonzado jamás.
Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame. Sé para mí
una roca de refugio, adonde recurra
yo continuamente. Tú has dado
mandamiento para salvarme, Porque
tú eres mi roca y mi fortaleza.”
Si logramos subirnos a la Peña,
nunca intentemos bajarnos, porque si
lo hacemos, abajo hay quien nos
espera para devorarnos.
El vidente Aghur sentado en el banco
de la meditación, viajaba muy lejos y
en esa exaltación mental
contemplaba a una nave cruzando el
tenebroso mar sin dejar huella, sin
dejar rastro: “… El rastro de la nave
en medio del mar…” Proverbios 30:
19, ciertamente estos y otros
misterios estuvieron ocultos en los
tiempos pasados hasta que vino el
momento de ser revelados según la
voluntad divina, fue otro profeta de
Dios llamado Lemuel, que en su
12
profecía nos abre el camino para
entender este gran misterio, ¿Quién
es esa simbólica barca cruzando el
océano sin dejar huella? El profeta
simboliza a esta barca como a una
mujer fuerte: “Mujer virtuosa, ¿quién
la hallará? Porque su estima
sobrepasa largamente a la de las
piedras preciosas. El corazón de su
marido está en ella confiado, Y no
carecerá de ganancias. Le da ella
bien y no mal Todos los días de su
vida. Busca lana y lino, Y con
voluntad trabaja con sus manos. Es
como nave de mercader; Trae su pan
de lejos.” Proverbios 31:10 al 14. En
el lenguaje simbólico de las
Escrituras Mujer significa “Iglesia”:
“Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó así mismo por ella” Efesios
5:25, esta Mujer fuerte prototipo de la
Iglesia del Señor está comparada
como una Nave cuyo capitán es el
Maestro Jesucristo. En ella navegan
los que han sido rescatados de este
tenebroso mar de pasiones que no
es otro más que el mundo: “Pero los
impíos son como el mar en
tempestad, que no puede estarse
quieto, y sus aguas arrojan cieno y
lodo.” Isaías 57:20, sobre este
inquieto y turbulento mar
convulsionado por el oleaje del
pecado se desliza suavemente una
barquilla soportando los vientos
huracanados del mundo, los cuales
son los vendavales de doctrinas que
vuelven cada vez más embravecida
esta sociedad, y en medio de esta
tempestuosa situación una barca con
valor desafiante va cruzando los
profundos abismos rescatando a
cuanto náufrago encuentre a su paso
sin dejar rastro, la iglesia del Señor
siempre ha estado en el anonimato,
no tiene historia, nunca ha sido
reconocida, ¡Cuantos buscan a la
verdadera iglesia del Señor donde no
puede estar! Encontrarla en esta alta
mar es una de las bendiciones
incomparables para nuestra vida, es
como encontrar una perla de gran
precio. ¿Cuántos náufragos que se
encontraban perdidos en este mundo
han sido rescatados? Así que si
estamos en esta simbólica barquilla
procuremos pacientemente
mantenernos dentro de ella y
estemos ciertos que nuestro capitán
nos llevará a un puerto seguro, como
bien nos escribió David en el salmo
107:30: “Luego se alegran, porque se
apaciguaron; Y así los guía al puerto
que deseaban”
La travesía de este mar tenebroso no
es fácil, a veces se siente que las
13
olas se encrespan y nos toca gritar
como una vez lo hicieron los
apóstoles en el mar de Galilea:
¡Maestro perecemos! Pero si Cristo
va al timón cruzaremos cuantas
tempestades se nos presenten en
este devenir de la vida, recuerde que
en la barca hay pan y traído de lejos
para sustentar nuestra vida, pero
muchos han si miedosos, les ha
invadido el pánico y cuando los
oleajes y vendavales del mundo han
embestido a la barca tipo y figura de
la iglesia se han salido de ella, no
han podido mantener el equilibrio y
han vuelto a naufragar, así lo escribió
Pablo a Timoteo en su primera carta
1:19: “manteniendo la fe y buena
conciencia, desechando la cual
naufragaron en cuanto a la fe
algunos”.
Al caer al mar que es prototipo del
mundo seremos presa fácil del
demonio cual hambriento tiburón nos
va a devorar, David en una forma
alegórica escribió en el Salmo 104:
25 al 26: “He allí el grande y
anchuroso mar, En donde se mueven
seres innumerables, Seres pequeños
y grandes. Allí andan las naves; Allí
está leviatán que hiciste para que
jugase en él.”
La cuarta y última visión profética,
que el vidente Aghur contemplara,
fue: “el oculto rastro del hombre en la
moza”. Como se explicó
anteriormente, mujer significa Iglesia,
así la Iglesia del Señor está
preparada para Cristo como una
virgen pura; el apóstol Pablo nos lo
revela en 2 corintios 11:2 “Porque os
celo con celo de Dios; pues os he
desposado con un solo esposo, para
presentaros como una virgen pura a
Cristo.” Pero en las Escrituras se
mencionan otras vírgenes que sobre
ellas los hombres dejaron rastro,
tenemos por ejemplo al pueblo de
Israel, una virgen tan delicada cuyos
pies no tocaban ni el suelo, el profeta
se refiere a ella de la siguiente
Hermano luchemos por
mantenernos en la Barca del
Señor que es su Iglesia,
desde ella lancemos nuestra
red al mar para pescar los
hombres que el Señor está
escogiendo para su Reino.
14
manera: “Aún te edificaré, y serás
edificada, oh virgen de Israel; todavía
serás adornada con tus panderos, y
saldrás en alegres danzas.” Jeremías
31:4 Como es natural toda doncella
tiene sus pretendientes, y la virgen
de Israel no fue la excepción, se dejó
imprimir el rastro de los que la
codiciaban, el profeta dice: “Y no
dejó sus fornicaciones de Egipto;
porque con ella se echaron en su
juventud, y ellos comprimieron sus
pechos virginales, y derramaron
sobre ella su fornicación.” Ezequiel
23:8
Cuando la virgen de Israel se fue tras
las filosofías de los hombres, estos
entraron a ella arruinando su
virginidad y desfigurando su cuerpo.
¡Egipto y Babilonia dejaron rastro en
Israel! Las doctrinas babilónicas y
egipcias, como la inmortalidad del
alma, culto a los muertos, y la
idolatría a los troncos sagrados,
fueron los rastros que imprimieron en
esta doncella; pero en la virgen a la
que el vidente Aghur se refiere, el
hombre no ha podido dejarle rastro,
aunque sus pretendientes han
luchado por deshonrarla, siempre el
Eterno ha levantado profetas que la
han cuidado y han llorado por ella,
entre el atrio y el altar para
presentarla como una virgen pura:
“Porque os celo con celo de Dios;
porque os he desposado a un solo
marido para presentaros como a una
virgen pura a Cristo” 2 Corintios 11:2
Pablo trabajó duramente en su
ministerio cuidando a la Iglesia que
Dios le había encomendado y no
quería que el engañador la fuera a
seducir: “Mas temo que como la
serpiente engañó a Eva con su
astucia, sean corrompidos así
vuestros sentidos en alguna manera,
de la simplicidad que es en Cristo” 2
Corintios 11:3 El demonio siempre ha
codiciado a la Iglesia del Señor, o
sea a la virgen que Agur miró, la
serpiente antigua ha sentido pasión
por destruirla, con las terribles
seducciones del pecado: “Entonces
el dragón fue airado contra la mujer;
y se fue hacer guerra contra los otros
de la descendencia de ella, los
cuales guardan los mandamientos de
Dios, y tienen el testimonio de
Jesucristo” Apocalipsis 12:17 Pero la
simbólica moza se ha mantenido
incólume con la santidad y
consagración al Señor; de ella está
escrito en la profecía: “¿Quién es
esta que se muestra como el alba,
hermosa como la luna, esclarecida
como el sol, imponente como
ejércitos en orden?” Cantares 6:10
15
Esta virgen, que no es otra más que
la Iglesia del Señor; a través de las
edades se ha mantenido radiante
con incomparable pureza, no ha
permitido que los hombres entren a
ella con sus doctrinas falsas. Ha
tenido siempre la virtud de probar los
que se dicen ser apóstoles y no lo
son, y los ha hallado mentirosos,
Apocalipsis 2:20. Con toda razón el
apóstol Pablo siguió diciendo que el
Señor estaba trabajando: “Para
presentarse para sí, una Iglesia
gloriosa que no tuviese mancha ni
arruga, ni cosa semejante; sino que
fue cesante y sin mancha” Efesios
5:27 Esta Iglesia no fue fundada por
ningún hombre, tampoco está
edificada sobre la filosofía de algún
mortal, ella está levantada sobre el
Cristo Viviente: “Edificados sobre el
fundamento de los apóstoles y
profetas, siendo la principal piedra
del ángulo Jesucristo mismo” Efesios
2:20 La Iglesia no podrá morir jamás,
pues está dicho de ella “las la que:
puertas del infierno no prevalecerán”
contra este pueblo. Mateo 16:18 Se
encuentra muy seguro, protegida por
las alas de la simbólica Águila, bien
guardada en la inconmovible Roca
de los siglos, donde la tortuosa
serpiente no pudo dejar rastro, y
como una hermosa barca, cruzando
el tempestuoso mar, va rescatando a
todos los náufragos, que se
encuentran en este mundo,
llevándolos al puerto de eterna paz.
Ella es la virgen elegantemente
vestida, esclarecida como el sol,
imponente como ejército en orden; y
sahumada de mirra e incienso,
espera al blanco y rubio que muy
pronto aparecerá con entre millares
de ángeles, y en sus fervientes
plegarias le dice: “Ven Señor
Jesús”.
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