Upload
hatuong
View
253
Download
2
Embed Size (px)
Citation preview
UNIVERSIDAD DE GRANADA
Departamento de Filologa Griega Filologa Eslava
Facultad de Filosofa y Letras
LAS IDEAS ESTTICAS DE ADAM ZAGAJEWSKI Y SUS FUENTES CLSICAS
TESIS DOCTORAL presentada por NGEL ENRIQUE DAZ-PINTADO HILARIO para la obtencin del grado de Doctor por la UNIVERSIDAD DE GRANADA
Director de la tesis: DRA. D. CONCEPCIN LPEZ RODRGUEZ,
Profesora Titular del Departamento de Filologa Griega-Filologa Eslava de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Granada
El doctorando,
V B El Director,
Granada, 2012
Editor: Editorial de la Universidad de GranadaAutor: ngel Enrique Daz Pintado HilarioD.L.: GR 3124-2012ISBN: 978-84-9028-247-2
Dedico este trabajo a mis padres
,
.
,
PLATN, Ion 534a-b.
La poesa es la huella dactilar de Dios en la arcilla humana.
NICOLS GMEZ DVILA, Escolios a un texto
implcito 2.
Sic ergo quaeramus tamquam inventuri; et sic inveniamus,
tamquam quaesituri. Cum enim consummaverit homo, tunc
incipit (Eccli 18,6).
SAN AGUSTN, De Trinitate 9,1,1
NDICE
9
AGRADECIMIENTOS, 11
NDICE DE ABREVIATURAS, 13
1. De las obras de Adam Zagajewski, 15. a) En su original polaco, 15. b) En
traduccin espaola, 16. 2. De las fuentes clsicas, 17. a) Autores griegos, 17.
b) Autores latinos, 18.
INTRODUCCIN, 19
1. El objeto de nuestra investigacin, 21. 2. Hiptesis, 25. 3. Estado de la
cuestin, 29. 4. Objetivos cientficos y tareas, 39. 5. Fundamentos tericos y
enfoques metodolgicos, 43. 6. Criterios formales, 51. 7. Estructura y resumen
de los contenidos, 55. 8. Novedad de nuestro trabajo y posible aportacin
cientfica del mismo, 65.
CAPTULO I
LA OBRA DE ADAM ZAGAJEWSKI EN EL CONTEXTO DE LA LITERATURA
POLACA DEL SIGLO XX, 67
1. El autor y su tiempo, 69. 2. Las principales tendencias de la poesa polaca del
siglo XX: tradicin e innovacin, 103. 3. La generacin del 68 (Pokolenie 68) o de
la Nueva Ola (Nowa Fala), 161. 4. Adam Zagajewski: de la esttica de la Nueva
Ola a una esttica personal, 177. Adam Zagajewski en espaol, 187.
CAPTULO II
SOLIDARIDAD Y SOLEDAD (SOLIDARNO I SAMOTNO, 1986), 191
1. Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno), 193. 2. Pequeo
Larousse (May Larousse): Hegel y Keats (Hegel i Keats), 231. 3. El
flamenco (Flamenco), 267.
10
CAPTULO III
EN LA BELLEZA AJENA (W CUDZYM PIKNIE, 1998), 315
1. En la belleza ajena, 317. 2. Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin,
341. 3. Viajes y epifanas, 421.
CAPTULO IV
EN DEFENSA DEL FERVOR (OBRONA ARLIWOCI, 2002), 469
1. En defensa del fervor (Obrona arliwoci), 471. 2. Observaciones acerca
del estilo sublime (Uwagi o wysokim stylu), 537. 3. Insistencia y brillantez
(Piowanie i bysk), 629. 4. Contra la poesa (Przeciwko poezji), 667. 5.
La poesa y la duda (Poezja i wtpliwo), 789.
CONCLUSIONES, 795
APNDICE I
RESEA DEL LIBRO DE ADAM ZAGAJEWSKI UNA LIGERA EXAGERACIN
(LEKKA PRZESADA, 2011), 821
APNDICE II
CONVERSACIN CON ADAM ZAGAJEWSKI (ROZMOWA Z ADAMEM
ZAGAJEWSKIM), 853
BIBLIOGRAFA, 875
11
Agradecimientos
A nuestra directora de tesis, la Dra. D. Concepcin Lpez Rodrguez,
profesora titular del Departamento de Filologa Griega y Filologa Eslava
de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Granada, que nos
ha guiado con mano maestra, segura y paciente, en el transcurso de
nuestra investigacin y nos ha prestado una ayuda inestimable para la
composicin de la presente tesis doctoral. Gracias de todo corazn por el
impagable regalo de su sabidura y de su clida humanidad.
A todos los que han sido nuestros profesores de Filologa Eslava, tanto
en Espaa como en Polonia, que nos han descubierto y nos han enseado
a amar el mundo fascinante ancho pero cada vez, por fortuna, menos
ajeno de las lenguas, las literaturas y las culturas eslavas, y en
particular a aquellos que nos desvelaron los tesoros de las bellas letras
polacas.
A todos nuestros condiscpulos, con quienes hemos compartido afanes
e ilusiones en los aos inolvidables de estudios, en la universidad de
Granada y en las universidades polacas de Lublin, Toru y Varsovia.
A todos nuestros colegas del Departamento de Filologa Griega y
Filologa Eslava, compaeros de travesa docente e investigadora, que nos
han apoyado y animado de manera constante en el transcurso de nuestro
trabajo.
A todos nuestros alumnos, que han hecho y siguen haciendo posible el
cultivo de nuestra vocacin y con quienes seguimos aprendiendo.
Last but not least, a Adam Zagajewski, a quien adeudamos, como
lectores, muchas horas de felicidad.
13
NDICE DE ABREVIATURAS
15
I. De las obras de Adam Zagajewski
a) En su original polaco
A Anteny
Ck Cienka kreska
Cz Ciepo, zimno
Dm Dwa miasta
Do Drugi oddech
JdL Jecha do Lwowa
K Komunikat
L.Odw.P List. Oda do wieloci. Poezje
Lp Lekka przesada
Nr Niewidzialna rka
P Ptno
Po Powrt
Pr Pragnienie
Przf Poeta rozmawia z filozofem
Sis Solidarno i samotno
Sm Sklepy misne
np wiat nie przedstawiony
Wcp W cudzym piknie
Zo Ziemia ognista
16
b) En traduccin espaola
An Antenas
D Deseo
Dc Dos ciudades
Eddf En defensa del fervor
Elba En la belleza ajena
Pe Poemas escogidos R Regreso Sys Solidaridad y soledad
Tdf Tierra del fuego
Mi Mano invisible
17
II. De las fuentes clsicas
Para la cita de autores y obras de la antigedad grecolatina y de la era patrstica,
seguimos, para los autores griegos, las abreviaturas propuestas por el Diccionario
Griego-Espaol (DGE) del CESIC1; y para los autores latinos, las del Thesaurus
Linguae Latinae. Editus Auctoritate et Consilio Academiarum Quinque
Germanicarum Berolinensis Gottingensis Lipsiensis Monacensis Vindobonensis.
Index Librorum scriptorum Inscriptionum ex Quipus Exempla Adferuntur, Lipsiae in
Aedibus B. G. Teubneri, 1903.
a) Autores griegos
Arist. = Aristoteles
Metaph. = Metafsica.
Po. = Potica.
Clem.Al. = Clemente de Alejandra, san
Strom. = Stromata.
Longin. = Longino
Pl. = Platn
Io. = Ion.
Phd. = Fedn.
Phdr. = Fedro.
1 Cf. [http://dge.cchs.csic.es/lst/lst-int.htm].
18
R. = Repblica.
Smp. = Simposio (Banquete)
Thg. = Teeteto.
Ti. = Timeo.
b) Autores latinos
AVG. = Agustn de Hipona, san
c. acad. = contra academicos
conf. = confessionum
in euang. Ioh. = in euangelium Iohannis tractatus
vera relig. = De vera religione
CIC. = Cicern, Marco Tulio
nat. deor. = de natura deorum.
TERT. = Tertuliano, Q.S.F.
praescr. = de praescriptione haereticorum.
19
INTRODUCCIN
21
1. El objeto de nuestra investigacin
El objeto de nuestro trabajo lo constituye el estudio del pensamiento potico y las
ideas estticas del escritor polaco Adam Zagajewski (Lvov, actual Ucrania, 1945).
La figura y la obra de Zagajewski poeta, ensayista y novelista suscita hoy un
inters creciente no slo en su patria, sino tambin en el resto de Europa y en
Amrica tanto en la del norte como en la del sur, as como en otros continentes.
Prueba de ello dan las numerosas traducciones de sus obras a muy diversas lenguas
(albans, alemn, eslovaco, espaol, francs, hebreo, sueco, etc.), as como los
muchos e importantes premios de literatura recibidos por el autor en los ltimos aos
(amn de en Polonia, en Alemania, en Francia, en Suecia, etc.). Puede afirmarse que
Adam Zagajewski es, sin duda, uno de los escritores polacos de la hora presente ms
apreciados en su pas y, al mismo tiempo, con ms proyeccin internacional, hasta el
punto de que su nombre ha empezado a sonar ya entre los futuros candidatos al
premio Nobel. Sin temor a caer en la exageracin, nos atreveramos a decir que nos
encontramos ante un clsico vivo de las letras polacas, europeas y universales
contemporneas.
Ahora bien, el que un escritor como Adam Zagajewski, cultivador preferente de
gneros literarios digamos difciles y, en principio, poco susceptibles de
popularizacin, como la poesa y el ensayo, y perteneciente, adems, a una cultura
europea digamos perifrica como la polaca, suscite tanto inters en su patria y
fuera de ella, constituye, a nuestro juicio, un fenmeno sorprendente y necesitado de
explicacin; de modo particular en una poca como la nuestra, la de la denominada
posmodernidad, cuyos postulados estticos se hallan, tantas veces, en las antpodas
de los defendidos por Zagajewski. Porque en la literatura de este autor polaco se
plantean de continuo las irrenunciables preguntas metafsicas y se pone a cada paso
de relieve la dimensin propiamente religiosa del hombre. En este sentido, cabe, a
22
nuestro entender, subrayar que la literatura de Adam Zagajewski es una literatura
profundamente comprometida, estticamente comprometida, comprometida con el
hombre, la sociedad y la cultura de su tiempo, que es el nuestro. La de Zagajewski es
una literatura hondamente enraizada en la tradicin polaca, europea y occidental y
capaz por ello por llevar dentro, viva y operante, la herencia cultural del pasado del
que procede de interpretar con lucidez el presente y, con esperanza, proyectarse al
futuro.
Pero cultivar una literatura as, predicar un credo esttico como el de Zagajewski,
es o puede ser hoy, en gran medida, nadar contra corriente, y tanto mayor es la
sorpresa grata sorpresa, desde luego que produce constatar que su obra va
alcanzando, efectivamente, cada da ms una ms amplia difusin y un ms
generalizado reconocimiento. A nuestro entender, este fenmeno curioso viene a ser
sntoma de un estado espiritual esperanzador: demuestra, una vez ms, que la
literatura ligera, de mero entretenimiento no basta, que existen muchos lectores
necesitados de una literatura ms profunda, de ms fuste y ms elevada talla
intelectual; una literatura que, sin dejar de ser, en el mejor sentido, entretenida, pueda
constituir, tanto por elevacin esttica como por densidad tica, sin escamotear los
interrogantes metafsicos y sin orillar la dimensin religiosa, una respuesta a las
inquietudes profundas de muchos hombres y mujeres de la hora presente. De ah,
pensamos, la importancia, difcilmente exagerable, de escritores como Adam
Zagajewski, artista de la palabra y ejemplo, para nosotros y para muchos, de
intelectual responsable, alerta siempre, atento y lcido a la hora de interpretar los
signos de los tiempos de su tiempo y el nuestro, insistimos, y valiente a la hora
de formular el diagnstico de nuestra situacin y sealar caminos de renovacin y
salvacin.
No es de extraar que la obra de Adam Zagajewski cuya personalidad y cuyos
libros son ya conocidos tambin en Espaa e Hispanoamrica, entre los amantes de
las bellas letras haya merecido y merezca de manera creciente la atencin de los
estudiosos de la literatura, en Polonia y en otros pases. Y al ya considerable y
valioso acervo de estudios zagajewskianos viene a sumarse, con toda humildad pero
tambin con todo entusiasmo, la presente tesis doctoral, fruto de aos de apasionada
lectura de la obra toda de Zagajewski, de gratsima y creciente familiaridad con ella,
y de un detenido y prolongado estudio, guiados por nuestra directora de tesis.
23
Nuestra tesis, como ya apuntbamos y como, por otra parte, ha quedado
sintticamente recogido en su mismo ttulo, versa sobre el pensamiento potico y
las ideas estticas en general de Adam Zagajewski y sus fuentes clsicas. Ms all
del concepto de fuentes clsicas quisiramos destacar aqu, sin embargo, como
contexto ms amplio imprescindible para ubicar adecuadamente las ideas de este
autor polaco, el de tradicin clsica y, ms an, el de tradicin, a secas. Y es que
si, por un lado, Zagajewski se nos revela a cada paso como un poeta con una slida
formacin clsica debida, a buen seguro, a las carreras de Psicologa y Filosofa que
curs en la Universidad Jaguelnica de Cracovia, pero tambin, sin duda, a una
marcada inclinacin personal, se nos presenta, por otro, reiteradamente como un
paladn de la tradicin, de la gran tradicin occidental, por as decirlo, que lleva
dentro, encapsuladas, dirase que al modo de las tpicas muecas rusas, la tradicin
nacional polaca, de tan marcada personalidad, y la tradicin continental europea.
Ciertamente, y de ello constituyen elocuente testimonio muchas de sus pginas, el
escritor Adam Zagajewski se reconoce y confiesa, a la menor ocasin que se le
presenta, consciente y gozoso heredero de la tradicin. De ah la importancia que a la
tradicin, precisamente, hemos concedido en nuestro trabajo. La misma que le
reconoce Pedro Salinas (1891-1951) en su clsico ensayo que lleva por ttulo Jorge
Manrique o Tradicin y originalidad (1947). No podemos menos de remitirnos en
este punto, hacindolas muy gustosamente nuestras, a las palabras mismas
magistrales, memorables, como todas las suyas del autor de La voz a ti debida
(1933):
En historia espiritual la tradicin es la habitacin natural del poeta. En ella nace,
poticamente, en ella encuentra el aire donde alentar, y por sus mbitos avanza para
cumplirse su destino creador. Esta vasta atmsfera opera sobre el poeta mediante
un gran nmero de estmulos conjuntos, los cuales funcionan tan misteriosamente
como lo que se llama espritu en el organismo, y que son, por eso, imposibles de
captacin total ni definicin rigurosa, desde fuera, y con aparatos seudocientficos,
con tcnica de autopsia. Las reas de la tradicin son las nicas regiones habitables
para el poeta, igual para el salvaje que recibe la tonada y las palabras de su canto
del mago de la tribu, de odo, que para el escritor de nuestro Occidente que vela
sobre Horacio o Baudelaire. All es donde crecen las varias hechuras de la creacin
potica, complicndose segn la tradicin se acrece en volumen y densidad. Fuera
24
de esa zona no hay ms que el grito inarticulado del cuadrumano, o el silencio
inefable, el xtasis glacial del que no halla palabra suficiente, porque por soberbia,
timidez o miedo, no quiere juntarse al eterno grupo de los que hablaron, a la
tradicin.2
En historia espiritual la tradicin es la habitacin natural del poeta. [] All es
donde crecen las varias hechuras de la creacin potica, complicndose segn la
tradicin se acrece en volumen y densidad. Como esperamos habr quedado de
manifiesto en el presente trabajo, a medida que hemos ido avanzando en la lectura de
Adam Zagajewski y en el estudio de su obra, nos han resultado cada vez ms claras y
ms iluminadoras las palabras del gran poeta espaol. Y aun se nos antoja que
difcilmente se hallara mejor ejemplo ilustrativo de la verdad de lo afirmado por
Salinas que la obra del gran poeta polaco. Porque en la obra de Adam Zagajewski se
patentiza, seguramente como en la de pocos, esa condicin maravillosa que la
tradicin posee de constituir un espacio habitable y transitable, en que el poeta, el
artista, puede y debe morar como en casa propia; morar en la tradicin, para de ella
nutrirse, de ella formarse y a ella sumarse, con su voz personal inconfundible e
irrepetible, para, a su vez, enriquecerla. La tradicin se nos presenta, as, como una
mansin esplndida provista de muchas estancias, a cada cual ms acogedora, y de la
mano de Zagajewski hemos de recorrer muchas de ellas: por mencionar slo algunas,
la de la tradicin clsica stricto sensu, desde Platn y Aristteles hasta Longino; la
tradicin patrstica, con San Agustn a la cabeza; la ilustre tradicin de las defensas
de la poesa en las letras inglesas, con sus grandes poetas y pensadores, como el
renacentista Sir Philip Sidney o los romnticos P. B. Shelley y John Keats; la
tradicin del pensamiento europeo, desde Hegel, Kierkegaard y Schopenhauer a Lev
Shestov, y Simone Weil, Eric Voegelin y Leo Strauss. En suma, en Adam
Zagajewski se halla, ya patente, ya latente, siempre operante, fecundante, la tradicin
occidental toda, de Atenas a Jerusaln.
2 Cf. SALINAS, Pedro (1947), Jorge Manrique o Tradicin y originalidad, en el vol. 1 de los Ensayos completos del autor, edicin preparada por Solita Salinas de Marichal, prlogo de Dmaso Alonso, col. Persiles, n 144, Madrid, Taurus, 1983, pg. 363.
25
II. Hiptesis
La experiencia de muchos aos de lectura, estudio y traduccin del legado
literario de Adam Zagajewski nos ha persuadido de que estamos ante un autor con un
pensamiento potico, y esttico en general, propio y muy personal; firmemente
anclado en la tradicin pero, al mismo tiempo, con aportaciones muy originales; un
pensamiento, amn de muy rico, muy bien articulado, que, seguramente sin nimo
inicial de constituir un sistema, acaba resultando, empero, muy sistemtico; en
cualquier caso, de admirable coherencia. Ahora bien: en ese pensamiento, podra
sealarse un ncleo conceptual fundamental? En otras palabras, es, en esencia, ese
pensamiento susceptible de formularse en una o dos ideas nucleares, clave?
Estimamos que s, y ellas seran, a nuestro entender, la idea de la belleza ajena
(cudze pikno) e, indisociable de ella, la concepcin de la poesa y del arte en
general como metax. La de metax es, evidentemente, de modo explcito, una idea
de filiacin platnica. Pues bien, consideramos que platnica es, asimismo, la idea de
belleza ajena zagajewskiana. Es algo que nos proponemos demostrar en el
presente trabajo, como esperamos quedar demostrado asimismo que en Adam
Zagajewski confluyen un platonismo directo bebido directamente en las inagotables
fuentes de los inmortales dilogos platnicos y un platonismo indirecto, recibido,
por un lado, por va preferentemente literaria, de Sir Philip Sidney y P. B. Shelley, y,
por otro, por va ms propiamente filosfica, de Simone Weil y de Eric Voegelin.
En el transcurso de nuestra investigacin, hemos determinado el contenido del
concepto de la belleza ajena (cudze pikno): la belleza creada y transmitida por
otros; la belleza como regalo, como don; y, tambin, por tanto, la belleza como lugar
de encuentro y comunicacin e interaccin entre el emisor y el receptor, por as
decirlo, de la obra potica y artstica en general. Claro est que esta concepcin de la
belleza, al poner el acento en lo ajeno, en los otros, supone una modulacin
26
personal y novedosa del sempiterno y omnipresente tema de la belleza. Ni que decir
tiene, hemos de tener muy presente, a la luz de la entera tradicin, el campo
semntico de este concepto. Nos apoyamos, a tal efecto, en los estudios del
historiador de la esttica y filsofo polaco Wadysaw Tatarkiewicz, quien, en su ya
clsica obra Historia de seis ideas (Historia szeciu poj, 1976)3, ha expuesto las
tres concepciones diferentes utilizadas por la teora de la belleza:
a) Belleza en sentido ms amplio. ste era el concepto griego original de belleza;
inclua la belleza moral y, por tanto, la tica y la esttica: -.
b) Belleza en el sentido puramente esttico.
c) Belleza en sentido esttico pero limitndose a las cosas que se perciben por
medio de la vista.
Pues bien: la belleza ajena (cudze pikno) de Adam Zagajewski entrara, si
no estamos equivocados, dentro de la primera concepcin. La belleza ajena
(cudze pikno), para nuestro autor, no slo tiene una significacin y una relevancia
estticas, sino que presenta tambin implicaciones gnoseolgicas y filosficas en
general, ya que para l la poesa y el arte son, adems de lugar privilegiado de
encuentro y comunicacin, un medio de conocimiento; y entraa, tambin, una
dimensin tica, por cuanto en el pensamiento de Zagajewski la bsqueda de la
belleza es inseparable de la de la verdad y el bien (recurdense los tres
trascendentales del ser: el pulchrum, el bonum y el verum). Todava hay que dar un
paso ms: la belleza ajena (cudze pikno) abarca asimismo, en fin, aquella
belleza que est ms all del mundo visible y ms all del hombre mismo. En otras
palabras: nos remite a lo que es trascendente al mundo y a la realidad visible, al
misterio, a lo radicalmente otro, al radicalmente Otro, a Dios. As, en la
concepcin esttica zagajewskiana, resulta que tambin la poesa y toda obra de arte
en general puede desempear el papel que Platn, en su inmortal Banquete,
considera propio de Eros: el papel de mediador entre la menesterosidad deseante y la 3 Cf. TATARKIEWICZ, Wadysaw (1976), Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad, mmesis, experiencia esttica, trad. (
27
riqueza deseada, entre lo material y lo espiritual, entre lo visible y lo invisible; entre
lo fsico, aparente y cambiante, y el mundo de las ideas, de la autntica realidad,
prototpico, inmutable y eterno.
29
III. Estado de la cuestin
Entre todos los citados en la bibliografa sobre Adam Zagajewski, nueve son, a nuestro juicio, los autores que han tratado con mayor amplitud y profundidad el tema
zagajewskiano de la belleza ajena (cudze pikno); nueve autores en ocho
trabajos libros, captulos de libros, artculos y prefacios a obras de Zagajewski,
cuyas conclusiones ms relevantes para el objeto de nuestra propia investigacin
pasaremos sucintamente a exponer. Los trataremos por orden cronolgico de su
publicacin.
En primer lugar, Anna Czabanowska-Wrbel, profesora e investigadora del
Departamento de Filologa Polaca de la Universidad Jaguelnica (Cracovia), y el
padre jesuita y telogo polaco Jacek Bolewski, en un artculo significativamente
titulado Mstica para principiantes. Sobre la poesa de Adam Zagajewski
(Mistyka dla poczatkujcych. O poezji Adama Zagajewskiego), del ao 20004,
estudian las relaciones entre filosofa, arte y espiritualidad en la poesa de
Zagajewski. En esas pginas, Czabanowska-Wrbel y Bolewski demuestran que los
temas estticos, metafsicos y espirituales los expresa Zagajewski en la lengua de la
tradicin cristiana, echando mano con frecuencia incluso de pasajes, personajes y
motivos bblicos. Siguiendo al telogo ruso Pvel Evdokmov y su teologa de la
belleza, Czabanowska-Wrbel y Bolewski consideran que en el caso de Adam
Zagajewski es posible hablar incluso de una teologa de la belleza ajena (teologia
cudzego pikna). La clave para comprender este concepto fundamental, a nuestro
juicio tambin, a la hora de estudiar el pensamiento potico y las ideas estticas de
Zagajewski, nos la brinda un poema memorable del autor polaco que
Czabanowska-Wrbel y Bolewski reproducen y comentan pormenorizadamente en
4 Cf. CZABANOWSKA-WRBEL, Anna, y BOLEWSKI SJ, Jacek (2000), Mistyka dla pocztkujcych. O poezji Adama Zagajewskiego, ycie Duchowe, 24 (10) Jesie, en [http://mateusz.pl/goscie/zd/24/zd24-12.htm].
30
su artculo: se trata del poema de Zagajewski que lleva por ttulo En la belleza
ajena (W cudzym piknie), precisamente, y que se halla inserto en su libro Oda a
muchos. Poesas (List. Oda do wieloci. Poezje, 1983):
Slo en la belleza ajena
hay consuelo, en la msica
ajena y en los poemas ajenos.
Slo en los otros hay salvacin,
aunque la soledad sepa como
el opio. No son el infierno los otros,
si se los ve por la maana, cuando
limpia tienen la frente, lavada por los sueos.
Por eso pienso mucho qu
palabra emplear, l o t. Cada l
es una traicin a cierto t, mas,
en cambio, en un poema ajeno fiel
aguarda un sereno dilogo.5
Aqu, Adam Zagajewski polemiza, evidentemente, con Sartre y su conocida frase
LEnfer, cest les autres. Acto seguido, Czabanowka-Wrbel y Bolewski
subrayan, como dos notas imprescindibles del pensamiento de Zagajewski, su anhelo
de cosas espirituales y su nostalgia de los medios tradicionales inaccesibles ya, por
lo comn, al hombre de hoy de encuentro con la trascendencia. Como muestran la
investigadora de la literatura y el telogo polacos, la poesa de Zagajewski constituye
un reconocimiento de la existencia de lo inefable a la vez que un intento de
expresarlo por medio de la escritura. Por este camino, llegamos al tema por
excelencia: el de la divinidad, y en el contexto antes apuntado de la tensin entre lo
expresable y lo inefable surge una nueva oposicin: la que existe entre la divinidad
como lo completamente otro (pinsese, por ejemplo anotamos por nuestra
cuenta, en el gran telogo protestante suizo Karl Barth (1886-1978) y en su obra
Comentario a la Carta a los romanos (Der Rmerbrief, 1 ed.: 19919; 2 ed.: 1922)) 5 Tylko w cudzym piknie / jest pocieszenie, w cudzej / muzyce i w obcych wierszach. / Tylko u innych jest zbawienie, / choby samotno smakowaa jak / opium. Ni s piekem inni, / jeli ujrze ich rano, kiedy / czyste maj czoo, umyte przez sny. / Dlatego dugo myl jakiego / uy sowa, on czy ty. Kade on / jest zdrad jakiego ty, lecz / za to w cudzym wierszy wiernie / czeka chodna rozmowa. (L.Odw.P 25) Traduccin nuestra.
31
y la concepcin formulada mediante el Dios con nosotros, tan arraigada, por
cierto, en el pensamiento y la literatura del mesianismo polaco. Un paso ms, y la
poesa de Adam Zagajewski se hace oracin, oracin tanto de carcter individual
como colectivo. A la vista de lo que llevamos dicho, nos parece innecesario insistir
en la importancia del artculo de Czabanowska-Wrbel y Bolewski, en el que
encontramos ya, in nuce, el planteamiento fundamental del tema de nuestra tesis y
aun el marco metodolgico por el que ha de discurrir nuestra investigacin. Ahora
bien, el estudio de Anna Czabanowska-Wrbel y el padre Bolewski constituye tan
slo una aproximacin decisiva, eso s, a nuestro juicio a la poesa y a la obra toda
de Zagajewski, mientras que nosotros queremos llevar a cabo un estudio de conjunto
del pensamiento potico y las ideas estticas de este autor, tomando ya lo
adelantbamos como idea directriz el concepto de belleza ajena (cudze pikno),
precisamente.
En segundo lugar, merecen tenerse, a nuestro juicio, muy en cuenta las
aportaciones crticas de la gran novelista y ensayista estadounidense Susan Sontag
(1933-2004), quien, en su enjundioso e imprescindible Prefacio a la traduccin
inglesa (edicin norteamericana, 2002) de En la belleza ajena (W cudzym piknie,
1998)6, subraya ya lo significativo del ttulo mismo del libro. Sontag ve con toda
claridad que Zagajewski, venerador de la grandeza en la poesa y en las otras artes,
no es, sin embargo, un esteta. El escritor polaco defiende la idea de lo sublime y lo
noble en literatura, asumiendo que an seguimos necesitando de un arte portador
de esas cualidades, incluso en el mundo actual, en el que se dira que ya es difcil
pronunciar tales palabras y postular tales categoras. Para Sontag, el hecho de que
Zagajewski crea en la grandeza literaria implica que en l se mantiene intacta la
capacidad de admiracin. Y es que cuando la capacidad de admirarse se corrompe,
degenera en cinismo, y, entonces, se desvanece la posibilidad misma de preguntarse
por la existencia de la grandeza. El enemigo de la admiracin es el nihilismo, como
del xtasis lo es la irona (ambos polos, en efecto, como hemos de ver, aparecen a
menudo enfrentados en los textos de Zagajewski). Es en este contexto, precisamente,
en el que debemos entender el diagnstico y la crtica de la literatura europea
contempornea que realiza Zagajewski: para l, en dicha literatura es evidente un 6 Cf. SONTAG, Susan (2002), The Wisdom Project, prefacio a ZAGAJEWSKI, Adam (1998), Another Beauty, trad. (
32
tirn hacia abajo; no hacia la excelencia, pues, sino hacia una literatura ms a ras
de suelo, cuando no mezquina. Adam Zagajewski, observa Susan Sontag, afirma
enrgicamente, en esta poca secular, su fe en la literatura como vehculo de
valores espirituales, y esto como pone de relieve la escritora norteamericana es
fundamental en el escritor polaco. Para Adam Zagajewski termina su estudio Susan
Sontag, en nuestro mundo, marcado por la angustia, la desolacin y la
desesperacin, hay, sin embargo, tambin serenidad y consuelo, placeres estticos
que a un tiempo deleitan y fortalecen el espritu, y hay caridad: todo ello nos
aguarda, precisamente, en tantas obras bellas que nos han sido regaladas por el genio
de tantos y tantos semejantes, por el genio de otros: esa es la belleza ajena
(cudze pikno). A la vista de lo expuesto, confiamos en que no har falta insistir en
la finura del anlisis crtico llevado a cabo por la seora Sontag ni en la cantidad e
importancia de las ideas que su pequeo ensayo acerca de En la belleza ajena (W
cudzym piknie, 1998) contiene. Dicho escrito ha constituido, pues, para nosotros un
inexcusable punto de partida a la hora de acometer el estudio de conjunto que
queramos llevar a cabo.
En tercer lugar, tendremos en cuenta asimismo la aportacin de la tambin
norteamericana Charlene Caprio, quien, en una breve pero, a nuestro entender,
atinadsima, penetrante resea de la mencionada versin inglesa (edicin
norteamericana) de En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998), resea titulada
muy significativamente Divinity in the Everyday7, empieza, una vez ms, por
prestar atencin al mismo ttulo de esta obra zagajewskiana. En efecto, dicho ttulo
nos pone ya en la pista del mensaje que Zagajewski desea transmitirnos en esas
pginas: el mensaje de que uno no debera existir en soledad, sino, ms bien, buscar
la belleza de otros o creada por otros, para, gracias a ella, poder abrirse paso a
travs de la rutina de la vida cotidiana. En las pginas de En la belleza ajena (W
cudzym piknie, 1998), Zagajewski nos susurra al odo un consejo: absorber todo lo
que la vida tiene que ofrecer y apreciar la belleza existente y aguardante en otras
personas, en los objetos, en las obras de arte, en la naturaleza, porque, si lo hacemos
as, podremos acercarnos al bien universal, a ese Dios intocable e inalcanzable que
existe en cada uno de nosotros, acercarnos a nuestros centros de la belleza.
7 Cf. CAPRIO, Charlene (2000), Divinity in the Everyday, Central Europe Review, vol. 2, n 43, 11 December, en [http://www.ce.review.org/00/43/books43_caprio.html].
33
Adems, Caprio percibe muy bien la trascendencia de la idea zagajewskiana de
totalidad universal, que el autor, como poeta, anhela alcanzar, por ms que nunca
pueda, inevitablemente, llegar hasta ella. Otra idea esencial en Adam Zagajewski que
Caprio pone oportunamente de relieve es la de la importancia de la facultad de la
introspeccin, irrenunciable si queremos evitar que la gente se vaya convirtiendo en
bloques de madera. Por ltimo, Caprio, con gran acierto, considera En la belleza
ajena (W cudzym piknie, 1998) tambin como una defensa de la poesa, la cual para
Zagajewski constituye un don, una facultad esencial de la naturaleza humana. Se
trata de la capacidad del hombre de experimentar el asombro de la existencia (difcil
sera exagerar aadimos nosotros la relevancia del papel que la admiracin
representa en el pensamiento potico y esttico en general de Zagajewski); de la
capacidad de descubrir la divinidad en el cosmos y en los otros seres humanos
(notemos aqu la importancia como realidad y como concepto filosfico y
sociolgico de la otredad, del otro). En suma, concluye Caprio, En la belleza
ajena (W cudzym piknie, 1998) constituye una invitacin a encontrar la belleza en
las personas y las cosas que nos rodean. Tampoco es menester insistir, en este caso,
en lo relevante de las ideas de la seora Caprio para nuestra investigacin. Y es que
estamos convencidos confiamos en haberlo demostrado en la presente tesis de que
todo lo que ella apunta acerca del libro En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998)
como todo lo que en l ha visto Susan Sontag puede hacerse extensivo al resto de
la produccin literaria de Zagajewski, por lo menos del Zagajewski posterior a la
esttica de la Nueva Ola (Nowa Fala).
En cuarto lugar, nos ha merecido muy atenta lectura y detenida consideracin el
libro titulado El mirlo. Sobre Adam Zagajewski (Kos. O Adamie Zagajewskim), de
2002, en el que su autor, el crtico literario polaco Tadeusz Nyczek8, dedica algunas
pginas al tema del papel desempeado por el arte en la poesa de su compatriota9.
Nyczek pone de relieve que la fuerza del arte reside en la belleza y en la armona, y
constituye tambin el objeto de la historia. La historia de la construccin, y no de la
destruccin; de una construccin que se desarrolla en armona con la naturaleza, y no
en lucha contra ella. Para Tadeusz Nyczek, resulta sintomtico que las dos artes ms
frecuentemente citadas por Zagajewski sean la arquitectura y la msica; es decir, la 8 Cf. NYCZEK, Tadeusz, Kos. O Adamie Zagajewskin, Krakw, Wydawnictwo Literackie, 2002. 9 Vase, sobre todo, el captulo titulado Fuego y viento Ogien i wiatr, pgs. 98-131; en especial, las pgs. 119-121.
34
ms material y la ms inmaterial, la ms slida y la ms voltil, la ms visible y la
ms invisible, la ms mensurable y la ms inefable. Por otra parte, Nyczek dedica
algunos pargrafos al tratamiento que la pintura holandesa del siglo XVII ha recibido
en la poesa de Adam Zagajewski. A pesar de reconocer que el del arte constituye un
tema aparte en la obra de Zagajewski, Nyczek no llega, sin embargo, a desarrollarlo
en su libro, aunque s seala unas cuantas lneas fundamentales de investigacin, sas
que hemos apuntado y que son precisamente las que nosotros queremos seguir.
En quinto lugar, el poeta, profesor e investigador polaco Jarosaw Klejnocki nos
brinda en su libro titulado Sin utopas? Acerca de la poesa de Adam Zagajewski
(Bez utopii? Rzecz o poezji Adama Zagajewskiego, 2002)10 una versin abreviada y
adaptada de su tesis doctoral, defendida en febrero del ao 2001 en el Departamento
de Filologa Polaca de la Universidad de Varsovia, donde actualmente ejerce la
docencia. El ttulo para su ensayo lo toma Klejnocki del primer verso del poema de
Zagajewski titulado Los cuernos de la abundancia (Rogi obfitoci), uno de los
que componen su libro Ir a Lvov (Jecha de Lwowa, 1985): Es triste vivir sin utopas,
[]11. Segn las propias palabras del autor, el objetivo de este trabajo es mostrar
algunos cambios caractersticos observables en la produccin lrica y, siquiera
marginalmente, tambin en la ensaystica de Adam Zagajewski, desde el
Zagajewski representante de la esttica de la generacin de la Nueva Ola (Nowa
Fala), tal y como aparece expresada en el libro-manifiesto generacional El mundo
no representado (wiat nie przedstawiony, 1974), escrito en colaboracin con Julian
Kornhauser, al Zagajewski de los ensayos que integran Solidaridad y soledad
(Solidarno i samotno, 1986), libro que, a entender de Klejnocki, viene a
constituir un manifiesto de signo opuesto, un anti-El mundo no representado. A
dicha evolucin del pensamiento esttico de Adam Zagajewski tendremos, claro est,
que referirnos con algn detalle en el presente trabajo. Por lo dems, en la tesis
doctoral de Jarosaw Klejnocki se encuentran, aqu y all, muchas observaciones e
interpretaciones que non han resultado ciertamente tiles en la composicin de
nuestra propia tesis, como ir quedando patente a lo largo de sus pginas. Por
mencionar slo un ejemplo, nos ha servido de mucho la interpretacin admirable, a
nuestro parecer que hace Klejnocki del poema zagajewskiano Nueva York sin 10 Cf. KLEJNOCKI, Jarosaw, Bez utopii? Rzecz o poezji Adama Zagajewskiego, Wabrzych, Wydawnictwo Ruta, 2002. 11 Smutno y bez utopii, [] (JdL 56) Traduccin nuestra.
35
hogar (Bezdomny Nowy Jork; en ingls, sera Homeless New York),
perteneciente tambin al libro Ir a Lvov (Jecha do Lwowa, 1983). Entre otras cosas,
Klejnocki descubre ah lo que l denomina un argumento schopenhaueriano, o
trama schopenhaueriana (wtek Schopenhauerowski)12. Para nosotros, la
impronta de la esttica de Schopenhauer no slo se echa de ver, en efecto, en ese
poema de Zagajewski, sino que constituye una referencia insoslayable del
pensamiento esttico del poeta polaco.
En sexto lugar, la investigadora polaco-norteamericana Boena Shallcross,
profesora de Lenguas y Literaturas Eslavas en la Universidad de Chicago, en su libro
que lleva por ttulo Through the Poets Eye. The Travels of Zagajewski, Herbert, and
Brodsky, del ao 200213, ha sealado, con singular penetracin y atractivo, la
decisiva importancia que para Adam Zagajewski, como para otros escritores de la
Europa central y oriental (el tambin polaco Zbigniew Herbert o el ruso Ysif
Brodski), han tenido y siguen teniendo sus viajes al encuentro del arte y la cultura de
la Europa occidental. Lejos de responder a una suerte de escapismo esttico,
dichos viajes constituyen autnticas epifanas. Shallcross subraya el carcter
propiamente metafsico de esas experiencias de viajes, sin que pueda en ningn caso
descartarse de antemano lo que puedan tener de experiencia religiosa, pues, como
advierte la autora, la frontera entre epifanas y teofanas no siempre es clara, ni
mucho menos. Por ms que el libro de la seora Shallcross se limite al estudio de un
aspecto muy concreto de la vida y la obra de Adam Zagajewski su condicin de
viajero impenitente en pos de la belleza ajena, as como la huella que dichos viajes
han dejando en muchos de sus poemas y sus pginas prossticas, estamos, a nuestro
entender, ante un ensayo muy valioso, tanto por la importancia misma de la
experiencia y el motivo literario del viaje en el poeta polaco como por la
penetracin de la que hace gala su compatriota en su correspondiente aproximacin
crtica. Por estos motivos, ha sido nuestra intencin seguir investigando tambin por
la senda incitantemente abierta por la seora Shallcross e integrar los resultados por
ella obtenidos en el estudio de conjunto que nosotros aqu ofrecemos.
12 Cf. KLEJNOCKI, Jarosaw, op. cit., pg. 88. 13 Cf. SHALLCROSS, Boena, Through the Poets Eye. The Travels of Zagajewski, Herbert, and Brodsky, Evanston, Illinois, Northwestern University Press, 2002. La primera parte de este libro, la dedicada a Adam Zagajewski, ocupa las pgs. 5-39.
36
En sptimo lugar, tenemos, ahora en solitario, a la ya mencionada profesora e
investigadora polaca Anna Czabanowska-Wrbel, a cuya autora se debe el libro
titulado Bsqueda del resplandor. Sobre la poesa de Adam Zagajewski
(Poszukiwanie blasku. O poezji Adama Zagajewskiego, 2005)14. La primera parte del
ttulo de su ensayo lo toma Czabanowska-Wrbel del ttulo de un poema del mismo
Zagajewski, que, como hemos de ver en el transcurso de nuestro propio trabajo,
constituye toda una definicin de la poesa, tal y como la concibe nuestro poeta: La
poesa es bsqueda de resplandor15, precisamente, incluido en su libro Regreso
(Powrt, 2003). No deja de resultar significativo que los versos primero y ltimo de
dicho poema coincidan con su mismo ttulo: La poesa es bsqueda de resplandor.
Pues bien: en nuestra opinin, estamos ante el ms completo e interesante estudio de
conjunto no slo de la poesa, sino tambin de la prosa, de Adam Zagajewski; un
estudio tan colmado de erudicin como pleno de sensibilidad lectora e inteligencia
interpretativa, y, adems, hasta donde podemos juzgar nosotros, admirablemente
escrito. El motivo, por as denominarlo, ms importante que traspasa y articula este
ensayo es, como queda patente en su mismo ttulo, precisamente el de esa bsqueda
del resplandor (poszukiwanie blasku), que, para su autora, caracteriza cabalmente
la poesa y aun la obra toda de Adam Zagajewski. Bsqueda del resplandor, s,
pues, segn lo entiende Czabanowska-Wrbel, en Zagajewski la poesa se revela
como una va de conocimiento espiritual. Junto a ste, hay un segundo motivo
dominante: la consideracin de la obra del poeta y del ensayista como una suerte de
acumulacin de cultura, reiteracin y reinterpretacin de los grandes temas que
nos ofrece el repertorio de la tradicin; grandes temas que no pueden ser olvidados
en absoluto, so pena de que la tradicin multisecular misma, polaca y europea
occidental, a secas, remacharamos nosotros quede dramtica, irremediablemente
interrumpida, en incalculable perjuicio de las generaciones futuras. Para
Czabanowska-Wrbel, el autor de Deseo (Pragnienie, 1999), solo, pero no
solitario sam, ale nie samotny, est unido, mediantes invisibles mas no por ello
menos efectivos lazos, con aquellos que pensaron y escribieron antes que l, o que
pintaron o compusieron msica, cuyos nombres ingresaron en el canon del arte y la
cultura, pero tambin con todos aquellos que pasaron silenciosamente por la vida, 14 Cf. CZABANOWSKA-WRBEL, Anna, Poszukiwanie blasku. O poezji Adama Zagajewskiego, col. Krytyka XX wieku, n 3, Krakw, Universitas, 2005. 15 Poezja jest poszukiwaniem blasku (P 43)
37
con los annimos habitantes de Lvv, Gliwice o Cracovia las ciudades
imprescindibles de la personal geografa zagajewskiana, que cultivaron y,
digmoslo as, cuidaron cierto modo de vida y aseguraron la continuidad de una
forma de cultura de valor inestimable para la preservacin de la identidad colectiva.
Como se comprobar en muchas pginas de nuestro trabajo, la deuda que hemos
contrado con Czabanowska-Wrbel y este magnfico libro suyo sobre Zagajewski es
muy crecida. As, por aducir tan slo algunos ejemplos, sus anlisis de la idea
zagajewskiana de la belleza ajena (cudze pikno), de la polaridad tan tpica del
pensamiento esttico de Zagajewski constituida por la solidaridad y la soledad
(solidarno i samotno), del distanciamiento y la empata (dystans i
empatia) otra polaridad muy de nuestro poeta, as como de la idea del entre
(pomidzy), es decir, del metax, nos han resultado de todo punto impagables.
En octavo y ltimo lugar last but not least, a la autora del espaol Jos Manuel
Mora Fandos, doctor en Filologa, escritor profesor y conferenciante, se debe el
artculo titulado Adam Zagajewski. Por qu la belleza ahora: una apuesta de lectura
por Zagajewski16. A despecho de su brevedad, este artculo constituye, a nuestro
entender, un texto extraordinario, de todo punto imprescindible acerca de la obra y
las ideas estticas del poeta polaco. Pensamos que no se puede decir ms, ni ms
atinadamente, en menos espacio. Desde nuestro punto de vista, el primer acierto de
Jos Manuel Mora Fandos consiste en ver en la idea de la belleza ajena (cudze
pikno), precisamente, el ncleo del pensamiento potico y esttico en general de
Adam Zagajewski. El segundo acierto estriba en haber ubicado, con precisin
admirable, y a partir precisamente de su idea de la belleza ajena (cudze pikno),
al autor polaco en la tradicin a la que inequvocamente pertenece y en la que
consciente y gozosamente se inserta: esa tradicin que si no naci a la sombra de un
pltano en un camino ateniense del siglo V a. C., al menos ah conoci un momento
de su itinerario fundacional17. Justamente en ntima relacin con el inmortal Fedro
platnico presenta Mora Fandos el gran tema zagajewskiano de la belleza ajena
(cudze pikno): La belleza es ajena, chispea ms all de nosotros y a su encuentro
16 Cf. MORA FANDOS, Jos Manuel (2005), Adam Zagajewski. Por qu la belleza ahora: una apuesta de lectura por Zagajewski, Poesa digital, 5, en [http://www.poesiadigital.es/index.php?cmd=documento&id=8]. 17 Ibidem.
38
vamos en pos de una misteriosa redencin18. Por otra parte, Mora Fandos recuerda
en su artculo el fenmeno de la disidencia poltica a finales de los aos 60 en
Polonia, contexto en el que se inscribe el Adam Zagajewski de la ya mencionada
generacin de la Nueva Ola (Nowa Fala). Ya en el exilio, y con una mirada, por
decirlo as, distanciada, Zagajewski sabr, empero, descubrir otros mbitos, otras
facetas, otros quehaceres ms consustanciales a la lrica. Al poeta de la hora del
activismo, al poeta poltico, le sucede el poeta fascinado por la riqueza inagotable
de la realidad, no exenta ciertamente de contradicciones irresolubles; contradicciones
que, asumidas como tales, como tales vividas y expresadas en formas literarias
idneas, pueden revelarse, empero, extraordinariamente fecundas, en tanto en cuanto
nos familiarizan con el misterio de la existencia19. Esto ha llevado al poeta
escribe Mora Fandos a replantear unas antinomias de cuo romntico, que
ayudan a sacudir las conciencias occidentales adormecidas. El yo y la comunidad, la
vida pblica activa y la meditacin, la visin exttica y la irona, lo histrico y lo
eterno20. Y aqu acierta de nuevo, y doblemente, Mora Fandos: por un lado, en la
inequvoca filiacin romntica de esas antinomias polaridades, las llamaremos,
de preferencia, nosotros; por otro, al percibir con suma claridad el poder
interpelante, cuestionante, despertador de conciencias, exactamente, que tiene aqu y
ahora el pensamiento del escritor polaco.
Estos nueve autores con estos ocho trabajos han constituido, dentro del conjunto
de la bibliografa sobre Adam Zagajewski, a un tiempo el fundamento y el punto de
partida indispensables de nuestra investigacin personal. Aprovechando los ricos
resultados de estas investigaciones precedentes, y respondiendo a los requisitos de lo
que ha de ser una tesis doctoral, hemos procurado, por nuestra parte, ir ms all, al
intentar ofrecer un estudio de conjunto y sistemtico del pensamiento potico y las
ideas estticas en general del egregio autor polaco.
18 Ibidem. 19 Ibid. 20 Ibid.
39
IV. Objetivos cientficos y tareas
Con objeto de llevar a cabo de la forma ms adecuada la investigacin que nos
proponemos, y partiendo de las investigaciones previas, hemos considerado
imprescindible plantearnos una serie de objetivos y dar respuesta a una serie de
preguntas:
1. Estudiar la gnesis y evolucin de la obra de Adam Zagajewski y situarla en
su contexto histrico-literario polaco, europeo y occidental, con especial
atencin a las fuentes clsicas de que se nutre.
2. Estudiar las estticas de Adam Zagajewski y su gnesis, respondiendo a las
siguientes cuestiones:
a) en qu categoras estticas y axiolgicas piensa el autor, y
b) de qu tradicin filosfica parte a la hora de concebir la nocin de
belleza.
3. Determinar qu aporta de nuevo el autor en la interpretacin artstica de la
belleza, respondiendo a las siguientes cuestiones:
a) qu formas literarias elige para plasmar su ideas, y
b) qu temas y motivos aparecen en su obra potica, narrativa y
ensaystica directamente relacionados con su pensamiento potico y
sus ideas estticas en general, con el especial atencin al concepto
40
bsico de la belleza ajena (cudze pikno) y a la concepcin
zagajewskiana de la poesa y el arte como metax, elaborada a partir
de la correspondiente doctrina expuesta por Platn en el Banquete.
Para la solucin de los problemas planteados, prevemos llevar a cabo las
siguientes tareas cientficas correspondientes:
1. La investigacin de la vida y la obra de Adam Zagajewski en el contexto
histrico-cultural y literario de su tiempo.
2. a) El seguimiento de la evolucin de las concepciones de la belleza en el
pensamiento esttico y filosfico europeo a partir de Platn y Aristteles, y el
tratado Sobre lo sublime, con particular atencin a los siglos XIX y XX.
b) El esclarecimiento de las implicaciones ticas, filosficas y teolgicas del
concepto zagajewskiano de la belleza ajena (cudze pikno).
c) La aproximacin al ideal esttico de Adam Zagajewski a la luz de sus
bsquedas espirituales.
3. a) El anlisis de las formas artsticas empleadas por Adam Zagajewski para
plasmar su concepto de la belleza ajena (cudze pikno) en su obra
literaria poesa, ensayo, novela, con especial atencin, claro est, a su libro
titulado precisamente En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998), ttulo
que consideramos clave y central en la produccin literaria zagajewskiana y
cuyo gnero literario hemos de determinar.
b) El estudio de las presencias de la belleza en el universo literario de
Adam Zagajewski, y en primer lugar, en el mbito de su visin de la poesa y
el arte, de la naturaleza y del amor.
Confiamos, as, alcanzar los objetivos propuestos, que no son otros, en suma, que
poner de manifiesto las ideas estticas esenciales de Adam Zagajewski y localizar
41
sus fuentes clsicas, y, ms concretamente, definir y caracterizar lo ms
perfectamente posible el concepto zagajewskiano de la belleza ajena (cudze
pikno), ubicndolo en el lugar que le corresponde dentro del contexto histrico de
las ideas estticas y subrayando, al mismo tiempo, tanto lo que hay en l de tradicin
como lo que presenta de innovacin, de original, de rigurosamente personal.
43
V. Fundamentos tericos y enfoques metodolgicos
Claro est que un trabajo de investigacin de estas caractersticas ha de sustentarse en slidos fundamentos tericos y en un riguroso mtodo cientfico.
Somos conscientes de la necesidad de tener una amplia perspectiva terica. Por ello,
nos parece conveniente partir del concepto mismo de Epistemologa. Para definir
este trmino, acudiremos a las siguientes palabras de Jos Alcina Franch21:
Mario Bunge22 nos proporciona una primera definicin muy sencilla de
Epistemologa o filosofa de la ciencia, de la que dice que es la rama de la
filosofa que estudia la investigacin cientfica y su producto, el conocimiento
cientfico. Para otros autores, sin embargo, la epistemologa debera equivaler a
teora del mtodo cientfico. Es evidente, sin embargo, que no hay un solo mtodo
cientfico, y por lo tanto trasciende el anlisis puramente lgico de las relaciones
existentes entre enunciados cientficos ocupndose ms bien de la eleccin de los
mtodos cientficos23.
La historia de la Ciencia, al menos desde el siglo XIX, ha utilizado una
creciente serie de corrientes filosficas entras las que hay que mencionar la
fenomenologa, el empirismo anglosajn junto con el neopositivismo, el marxismo,
la teora crtica y el racionalismo crtico24. [] Para llevar adelante una
investigacin es menester entrar en materia, o sea, apropiarse de ciertos
conocimientos, advertir qu se ignora, escoger qu se quiere averiguar, planear la
manera de hacerlo, etc.. El mtodo cientfico, en definitiva, no puede sustituir a
21 Cf. ALCINA FRANCH, Jos, Aprender a investigar. Mtodos de trabajo para la redaccin de tesis doctorales, Madrid, Compaa Literaria, 1994, pgs. 37-38. 22 Cf. BUNGE, Mario. Epistemologa, Ariel, Barcelona, 1985, pg. 13. 23 Cf. POPPER, Karl. Raimund (1934), La lgica de la investigacin cientfica, Tecnos, Madrid, 1971, pg. 48. 24 Cf. GADAMER, Hans-Georg, Fenomenologa, hermenutica, metafsica, Teorema, vol. XV, pg. 73.
44
los conocimientos propios de cada campo de investigacin, pero ayuda
considerablemente a ordenarlos, precisarlos y enriquecerlos.25
El mtodo principal de investigacin ser histrico-literario. Se tratar de situar la
obra del escritor en el contexto histrico-cultural de su poca. Y se llevar a cabo un
estudio de las fuentes clsicas para revelar la gnesis del pensamiento potico y las
ideas estticas de Adam Zagajewski. Al hablar de fuentes clsicas, lo hacemos,
como ya adelantbamos, en un doble sentido: por una parte, fuentes clsicas stricto
sensu, es decir, las que fluyen directamente de la tradicin grecolatina; por otra, lato
sensu, las que fluyen de aquella misma tradicin pero de modo indirecto, como es el
caso, por ejemplo, de la tradicin renacentista pinsese en un Sir Philip Sidney y
del Romanticismo europeo, sobre todo ingls recurdense las figuras de un John
Keats o de un P. B. Shelley; o como es el caso, asimismo, dentro ya del campo de la
filosofa, de autores con los que est familiarizado Zagajewski y que, segn
confesin propia, han dejado su correspondiente impronta en su pensamiento: por
ejemplo, una Simone Weil o un Eric Voegelin, tan familiarizados, a su vez, con los
filsofos griegos.
Con objeto de llevar a cabo nuestra investigacin y de alcanzar los objetivos
cientficos propuestos, hemos aqu de echar mano del auxilio de diversas disciplinas:
Teora literaria e historia de la literatura. Literatura comparada.
Investigamos la obra de un escritor, poeta, novelista y ensayista. Por tanto, la
presencia aqu de la Teora literaria y la historia de la literatura se justifican por s
misma. Entre las aproximaciones crticas a la literatura, se halla una que nos ha
parecido especialmente interesante y creemos fructfera para nuestra investigacin:
se trata de la Historia de las Ideas:
Of the history of ideas, Stanley Edgar Hyman has said what most other readers
would acknowledge: The history of ideas is a philosophic field largely invented
and pre-empted by Professor Arthur O. Lovejoy of Johns Hopkins. The history of
ideas is the tracing of the unit ideas of philosophies through intellectual history,
25 Cf. BUNGE, Mario, op. cit., pg. 35.
45
and just as it finds its chief clues in literary expression, literary criticism can draw
on it for the philosophic background of literature (The Armed Vision, rev. ed.
[New York: Random House {Vintage Books}, 1955], pp. 187-188).26
Con respecto al fenmeno de la comparacin en general como mtodo de
investigacin cientfica, R. Sierra Bravo hace suyos los planteamientos tipolgicos
de Max Weber27 cuando escribe lo siguiente:
La comparacin o actividad de la razn que pone en correspondencia unas
realidades con otras para ver sus diferencias y semejanzas, est estrechamente
relacionada con la clasificacin y con la relacin.
En primer lugar, la comparacin es la base de la distincin y la agrupacin,
elementos fundamentales de la clasificacin. En segundo lugar, la comparacin
supone, a la vez, que las cosas son en parte distintas y en parte semejantes, pues si
fueran totalmente uniformes o totalmente diferentes no se podra establecer
ninguna correspondencia entre ellas o sta no tendra sentido alguno.28
Aqu, claro est, nos interesa el mtodo comparativo aplicado al estudio de la
literatura, es decir, la Literatura Comparada, que se ocupa tanto de establecer
relaciones de parentesco entre dos o ms textos o fenmenos literarios como de
considerar las diferencias existentes entre ellos. Esteban Torre Serrano ha escrito al
respecto lo siguiente:
La Literatura comparada constituye una perspectiva internacional, o
supranacional, en el estudio de la Literatura. Para el comparatista americano, de
origen suizo, Werner Friedrich, es una aproximacin internacional a la
Literatura. Segn el espaol Claudio Guilln, se suele entender por Literatura
Comparada cierta tendencia o rama de la investigacin literaria que tiene por objeto
el estudio sistemtico de conjuntos supranacionales.
26 Cf. GUERIN, Wilfred L., LABOR, Earle, MORGAN, Lee, and WILLINGHAM, John R., A Handbook of Critical Approaches to Literature, New York, Hagerstown, Philadelphia, San Francisco, London, Harper & Row, Publishers, 2 ed., 1979, pg. 254. 27 Cf. WEBER, Max, Tipos ideales y la construccin de teora, en Teora del mtodo en las Ciencias Sociales, San Jos de Costa Rica, Gutirrez Brenes Editores, 1971, pgs. 218-227. 28 Cf. SIERRA BRAVO, R., Tesis Doctorales y Trabajos de Investigacin Cientfica, Madrid, Paraninfo, 1994, pg. 84.
46
La superacin de los lmites nacionales en los estudios literarios es la
condicin sine qua non para el ejercicio del mtodo comparatista. Siempre que se
habla de ciencia comparada de la Literatura, o mtodo comparativo, o
estudios comparatistas, se hace alusin, de una forma o de otra, al estudio de la
Literatura desde un punto de vista internacional. Este punto de vista es el
decisivo, por ms que la identidad del proceso comparativo no dependa
exclusivamente, como seala Claudio Guilln, de la postura o actitud del
observador.29
Esttica e Historia de las Ideas Estticas e Historia del Arte
Al constituir el tema de nuestra tesis las ideas estticas de Adam Zagajewski,
consideramos inexcusable partir de una amplia informacin sobre la teora de la
Esttica y la Historia de las Ideas Estticas. Slo sobre esa base podremos precisar el
contenido de la idea zagajewskiana de belleza ajena (cudze pikno),
contemplarla en su justa perspectiva histrica y hacer patente su carcter original y el
lugar que ocupa en el contexto de las ideas estticas de la posmodernidad.
Por otro lado, el arte la pintura, la msica, la arquitectura y la escultura, el
urbanismo, el teatro (como representacin) y el cine constituye uno de los grandes
temas en el pensamiento y la obra de Adam Zagajewski. Por eso, a la hora de
estudiar las ideas estticas del autor, tendremos que servirnos ms de una vez de los
datos aportados por la disciplina de la Historia del Arte.
Filosofa e Historia de la Filosofa
En nuestra tesis, nos proponemos mostrar, entre otras cosas, que la idea de
belleza ajena (cudze pikno) de Adam Zagajewski excede con mucho los lmites
de la Esttica considerada stricto sensu. Por esta razn, resulta obligado adentrarse
en el campo de la Filosofa, desde la Metafsica (recordaremos, por ejemplo, la idea
de filiacin platnica y aristotlica de la admiracin como origen del filosofar30;
29 Cf. TORRE SERRANO, Esteban, Literatura General y Comparada, en HERNNDEZ GUERRERO, Jos Antonio (coordinador), Manual de Teora de la Literatura, Sevilla, Algaida, 1996, pg. 139. 30 Cf. GMEZ CAFFARENA, Jos (1969), Admiracin, cap. XI de su Metafsica fundamental, Madrid, Ediciones Cristiandad, 2 ed., 1983, pgs. 257-273.
47
esa admiracin ante la realidad que constituye tambin, por cierto, una de las
formas concretas en las que se explicita la apertura del hombre al misterio31) a la
tica (puesto que, como hemos de ver, belleza y bien son junto con la de
verdad, en el pensamiento de Zagajewski, categoras inseparables). No podemos
olvidar que, como ya qued adelantado, Adam Zagajewski posee una amplia y slida
formacin filosfica, ni que, tanto por formacin recurdese que estudi las carreras
de Psicologa y Filosofa como por vocacin, es un hombre familiarizado con las
ideas y los sistemas filosficos, as como con sus creadores, los grandes filsofos.
Pero an hay ms. Y es que Zagajewski, sin ser propiamente un filsofo un filsofo
profesional, digmoslo as, tiene, sin embargo, como hombre y como escritor,
una actitud inequvocamente filosfica ante la vida, en tanto en cuanto se hace
cuestin de s mismo y de todo lo que le rodea de su circunstancia, diramos, al
modo de don Jos Ortega y Gasset. Por todo ello, resulta obvio que tenemos que
acudir tambin a la Filosofa y tener muy a mano la Historia de la Filosofa. Por otra
parte, como ya ha qued anotado, la otredad y la teora y realidad del otro
constituyen cuestiones filosficas con las que ser menester enfrentarse en el
transcurso de nuestra investigacin. Como se ha encargado de sealar Pedro Lan
Entralgo32, la convivencia de los hombres entre s constituye un hondo problema
metafsico, antropolgico y sociolgico. Escribe, a propsito de esto, Lan Entralgo:
Desde que Hegel descubri el carcter radical de la relacin dialctica entre el
seor y el siervo y Feuerbach afirm que el verdadero sujeto del vivir y del pensar
no es yo, sino yo y t, pero, sobre todo, desde que la crisis de la cultura
burguesa oblig a revisar el principio del individualismo, intocable, al parecer,
desde Descartes, el tema de la relacin con el otro ha sido constante en la literatura
filosfica, psicolgica, sociolgica, tica, mdica y teatral de Occidente.33
31 Cf. GONZLEZ DE CARDEDAL, Olegario, Estructuras constituyentes de lo humano, en GONZLEZ DE CARDEDAL, Olegario, MARTN VELASCO, Juan, PIKAZA, Xavier, BLZQUEZ, Ricardo, y PREZ, Gabriel, Introduccin al Cristianismo, col. Esprit, n 9, Madrid, Caparrs Editores, 1994, pgs. 39-41. 32 Cf. LAN ENTRALGO, Pedro (1961), Teora y realidad del otro, col. Alianza Universidad, n 352, Madrid, Alianza Editorial, 1983. 33 Ibidem, pg. 13.
48
Fenomenologa de la Religin y Teologa
Uno de sus ms competentes cultivadores entre nosotros, J. Martn Velasco34, nos
dice: La fenomenologa de la religin puede ser definida en una primera
aproximacin a su contenido como la comprensin del fenmeno religioso en su
totalidad a partir de sus mltiples manifestaciones histricas. Ahora bien, por qu
necesitamos acudir tambin a esta disciplina? El hecho religioso constituye un
fenmeno complejo, en el que se dan cita elementos psicolgicos, sociolgicos y
culturales de todo tipo, lo que hace posible un estudio psicolgico, sociolgico y
cultural del mismo. Pero en todos ellos se expresa un elemento interior irreductible
a esos mismos elementos constitutivos. Sin embargo, dicho elemento interior, con
su intencin de absoluto y con sus caractersticas de totalidad y ultimidad no parecen
ser especfica y exclusivamente religiosos, pues en el hombre existen otras
intenciones, como la filosfica, la moral y la esttica, que participan de esas
mismas caractersticas35. Esas tres intenciones o actitudes filosfica, tica y
esttica corresponden a lo que la metafsica clsica conoce por los modos
trascendentales del ser: verum, bonum, pulchrum, a los que ya hemos tenido
oportunidad de referirnos. La relacin de estas actitudes con la religiosa podra
plantearse, pues, en trminos de relacin del sacrum, como forma de manifestacin
del ser, como orden de realidad, con esos otros trascendentales.36 Todo esto nos lo
explica la Fenomenologa de la Religin, y es por esta razn por lo que consideramos
que dicha disciplina tambin nos es necesaria creemos haberlo justificado en estas
lneas y en cuanto anteriormente llevamos dicho para el estudio que aqu nos hemos
propuesto realizar.
Un paso ms, y nos hallaremos ya en terreno de la Teologa. Y, dentro de l, nos
resulta particularmente aprovechable el concepto de mediacin teolgica. Escribe
sobre el particular Jos Mara Rovira Belloso:
La teologa cristiana asume los resultados de las ciencias o los mtodos de esas
mismas ciencias filosofa, antropologa, historia, sociologa, psicologa con la
34 Cf. MARTN VELASCO, Juan (1982), Introduccin a la fenomenologa de la religin, Madrid, Ediciones Cristiandad, 6 ed., 1997, pg. 17. 35 Ibidem, pgs. 189-90. 36 Ibid., pg. 198.
49
finalidad de conseguir que la verdad de la teologa llegue hasta la realidad de la
historia, de la persona, de la accin personal y social, etc. A estas ciencias
asumidas por la Teologa (especialmente a los mtodos y resultados de las mismas)
las llamaremos mediaciones. Ellas coinciden con los ltimos loci de Melchor
Cano: especialmente con el octavo lugar, ocupado por la razn, en tanto que
cultiva las ciencias humanas, sin olvidar el noveno, del que forman parte los
filsofos, y el dcimo, que comprende las enseanzas de la historia.37
Y el arte? Los medios de expresin humanos no se agotan ciertamente con la
expresin conceptual. Por qu no habra de poder la Teologa asumir esas formas de
expresin? En parte, ya las ha asumido en la Iglesia, donde la liturgia constituye una
expresin teolgica no-conceptual: cantos, ritmo sntesis de las coordenadas
espacio-temporales, iconos. Tambin tenemos la poesa mstica y tal vez la msica
de los msicos que han rezado, en palabras de Hans Urs von Balthasar38. Todo ello
puede integrarse y, de hecho, se integra en esa teologa primera que es la
Liturgia. Dando un paso ms, se tratara de reflexionar sobre las posibilidades del
arte para ser mediador de una expresin teolgica no conceptual. [] la obra es algo
concreto que puede simbolizar algo trascendente, al menos para la mayora de los
mortales39. Por otra parte, ya hemos nombrado al padre jesuita y telogo polaco
Jacek Bolewski, quien, junto a Anna Czabanowska-Wrbel, llegan a hablar, a
propsito de Adam Zagajewski, nada menos que de una teologa de la belleza
ajena (teologia cudzego pikna). El recurrir, en la medida de nuestras
posibilidades, a la Teologa nos parece aqu, pues, no slo plenamente justificado,
sino de todo punto inexcusable.
37 Cf. ROVIRA BELLOSO, Jos Mara, Introduccin a la teologa, col. Sapientia Fidei. Serie de Manuales de Teologa, n 14, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1996, pg. 152. 38 Cf. BALTHASAR, Hans Urs von (1956), El problema de Dios en el hombre actual, trad. (
51
VI. Criterios formales
De la ya extensa obra, tanto en verso como en prosa, de Adam Zagajewski, hemos enfocado nuestra atencin en tres libros de prosa, por considerarlos por su
riqueza de ideas estticas, precisamente, los ms significativos para el estudio que
pretendemos llevar a cabo: las colecciones de ensayos que llevan por ttulo
Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno, 1986) y En defensa del fervor
(Obrona arliwoci, 2002), y el libro de memorias-diario En la belleza ajena (W
cudzym piknie, 1998); los estudiaremos por orden cronolgico de aparicin. Dentro
de los libros de ensayos, hemos escogido los que nos han parecido ms significativos
teniendo en cuenta el objeto de investigacin de nuestra tesis, as como del libro de
memorias-diario En la belleza ajena (W cudzym piknie, 1998) que carece de
cualquier divisin en captulos o apartados hemos espigado tambin los temas a
nuestro juicio ms pertinentes. A continuacin, en el apartado VI. Estructura de la
presente Introduccin, daremos ms detalles al respecto. Pero, sin perjuicio de la
seleccin de textos a nuestro entender fundamentales de Zagajewski a que acabamos
de referirnos, nos hemos esforzado en tener a cada paso presente, in mente, la obra
toda de nuestro autor, de la que, como se ver, hemos ido reiteradamente
entresacando, reproduciendo y comentando textos que sirvieran de ilustracin a los
textos fundamentales escogidos.
Nos apoyaremos, pues, de modo constante, en textos de Zagajewski, tanto
ensaysticos como poticos y aun narrativos. Se observar pronto que hemos bebido,
indistintamente, de las fuentes de la poesa y de la prosa de Adam Zagajewski.
Hemos juzgado razonable, y aun necesario, hacerlo as, pues, con toda probabilidad,
en pocos autores podr hallarse, por debajo de los diversos gneros que cultiven, una
unidad comparable de pensamiento y aun de expresin y estilo. Tadeusz Nyczek, uno
52
de los ms cualificados especialistas, como ya adelantbamos, en la obra de Adam
Zagajewski, ha escrito:
[] aqu nada est al servicio de nada, nada es cumbre y nada es valle.
Los ensayos no sirven de explicacin o justificacin a la poesa, y los poemas no
sirven de prueba de que el autor sabe realizar literariamente los postulados
expuestos en su discurso terico. El hecho de que tanto en sus poemas como en sus
ensayos encontremos el mismo modo de pensar, una filosofa de la vida y la
literatura semejante, que podamos seguir el proceso mismo de cambio interior del
escritor, que en otro tiempo de grado deca no al mundo, mientras que ahora se
esfuerza en decirle tambin s, aunque ese s no suponga de ninguna manera
rechazar el antiguo no (pues el no sigue siendo desde luego actual), todo esto
significa que estamos ante un sistema de pensamiento tan slido y trabado que
puede emplear libre e indistintamente diversas formas literarias sin perder ni un
pice de coherencia.
Claro est que el poema no sustituye al ensayo, ni viceversa. []
Los poemas y los ensayos, aparte de las mismas convicciones existenciales y
filosficas, tienen, empero, algo ms en comn; es asombroso, pero se trata,
precisamente, de la lengua.40
Los textos zagajewskianos aducidos, tanto en verso como en prosa, en el
transcurso de nuestra tesis los reproduciremos siempre, en el cuerpo del texto de la
misma, en traduccin espaola; y, en nota, los daremos asimismo en su original
polaco. Cuando existan traducciones espaolas publicadas de las obras de
Zagajewski, las utilizaremos; cuando se trate de obras an no traducidas, haremos
40 Cf. NYCZEK, Tadeusz, Kos. O Adamie Zagajewskin, Krakw, Wydawnictwo Literackie, 2002, pgs. 65-66. Original polaco: [] nic tu niczemu nie suy, nic nie jest gr i nic dolin. Eseje nie su wytumaczeniu czy usprawiedliwianiu poezji, a wiersze nie su za dowd, e autor umie literacko speni postulaty wyoone dyskursywnie. To, e zarwno w wierszach, jak i w esejach spotkamy ten sam sposb mylenia, podobn filozofi ycia i literatury, e moemy przeledzi ten sam proces wewntrznej przemiany pisarza, ktry kiedy chtniej mwi wiatu nie, a teraz stara si mwi rwnie tak, chocia tak nie oznacza bynajmniej rezygnacji z dawnego nie (bo nie pozostao wszak aktualne), ot to wszystko znaczy, e many do czynienia z pewnym systemem mylowym, ktry jest na tyle silny i spoisty, e swobodnie moe si posugiwa dowolnymi formami literackimi, nie tracc na sile ani spoistoci. Oczywicie wiersz nie zastpi eseju i odwrotnie. [] A jednak wiersze i szkice maj co wicej ze sob wsplnego ni tylko przewiadczenia egzystencjalne i filozoficzne. To zdumiewajce, ale wanie jzyk. Traduccin nuestra.
53
nosotros mismos ad hoc la traduccin, y as lo indicaremos en la correspondiente
nota a pie de pgina.
El mismo procedimiento seguiremos, siempre que sea posible, para las citas de
textos de otros autores polacos, y para los textos muy pocos de autores rusos. Los
textos de autores griegos los citaremos por regla general en traduccin espaola, sin
perjuicio, siempre que lo estimemos conveniente, de acudir, siquiera en parte, al
texto griego original. Otro tanto diremos en lo referido a los textos de autores latinos,
aunque en este caso nos serviremos ms a menudo y con ms libertad del texto
original, acompandolo habitualmente de su correspondiente traduccin espaola.
Los textos en ingls, francs, alemn e italiano, o incluso en cataln en algn caso
aparecen, siempre que sea posible, en su versin original, y slo se acompaan de su
traduccin espaola en las ocasiones en que nos ha parecido necesario: poemas o
fragmentos de prosa de especial dificultad; en estos casos nosotros mismos hemos
necesitado recurrir a la traduccin, que hemos incluido tambin pensando en la
comodidad de un hipottico lector.
55
VII. Estructura y resumen de los contenidos
CAPTULO I: LA OBRA DE ADAM ZAGAJEWSKI EN EL CONTEXTO DE
LA LITERATURA POLACA DEL SIGLO XX.
1. El autor y su tiempo.
2. Las principales tendencias de la poesa polaca del siglo XX: tradicin e
innovacin.
3. La Generacin del 68 (Pokolenie 68) o de la Nueva Ola (Nowa Fala).
4. La obra literaria de Adam Zagajewski: de la esttica de la Nueva Ola a una
esttica personal.
5. Adam Zagajewski en espaol.
Teniendo en cuenta, sobre todo, que estudiamos a un autor an poco conocido en
Espaa, hemos considerado de todo punto imprescindible ofrecer una semblanza
biogrfica de Adam Zagajewski, por sucinta que sea, as como una exposicin
sumaria de su quehacer literario. Y est claro, por otra parte, que para la recta
comprensin de la obra de nuestro autor es preciso encuadrarla en el marco de la
literatura polaca del siglo XX, en especial de su segunda mitad. Pero es que, al
mismo tiempo, Zagajewski es heredero y partcipe de la entera tradicin literaria de
su lengua materna, y, entonces, resulta evidente que no podemos dejar de tener en
cuenta, siquiera sea a muy grandes rasgos, la historia general de la literatura polaca e
incluso la historia de Polonia. Y an hay ms: Adam Zagajewski, como autor polaco,
56
es heredero y partcipe asimismo de la entera tradicin literaria europea, fondo
ltimo sobre el que se destaca su figura y la aportacin personal de su obra. Por
tanto, no podemos perder de vista, en la medida de nuestras posibilidades, la historia
de la literatura europea, muchos de cuyos autores estn, como ha de comprobarse,
explcitamente presentes y actuantes en la creacin zagajewskiana.
As, pues, estudiaremos la personalidad y la obra literaria de Adam Zagajewski,
destacndolas sobre el contexto de su tiempo y su contexto geogrfico-cultural: la
Polonia de la segunda mitad del siglo XX. A tal efecto, empezaremos esbozando una
sucinta biografa de nuestro poeta y trazando su trayectoria creativa. El marco natural
en que hemos de llevar a cabo todo ello viene dado por la historia de la poesa polaca
del siglo XX, de cuyas etapas, tendencias, grupos y autores principales habremos de
dejar constancia.
En el subcaptulo 5. Adam Zagajewski en espaol se dar cuenta sumaria de la
carrera editorial de nuestro autor en traducciones a la lengua espaola, tanto en
Espaa como en Hispanoamrica.
CAPTULO II: SOLIDARIDAD Y SOLEDAD (SOLIDARNO I SAMOTNO,
1986)
1. Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno).
2. Pequeo Larousse (May Larousse): Hegel y Keats (Hegel i Keats)
3. El flamenco (Flamenco).
En el primer subcaptulo Solidaridad y soledad (Solidarno i samotno),
estudiaremos en profundidad, atendiendo, en lo posible, a todas sus implicaciones
esttico-filosficas, una de las fundamentales antinomias como las denomina
Anna Czabanowska-Wrbel (antinomie) o como preferimos denominarlas
nosotros polaridades en que, como ha de quedar de manifiesto en el transcurso de
nuestra investigacin, se articula el pensamiento potico y las ideas estticas en
general de Adam Zagajewski: la constituida por la que da ttulo a su libro de ensayos
de 1986: solidaridad y soledad (solidarno i samotno), precisamente. Es
57
digno de subrayarse que en el planteamiento de esta polaridad se encuentra ya, in
nuce, la idea zagajewskiana de la poesa y el arte como metax, es decir, no como
algo excluyente y aislante, sino, bien al contrario, comunicante e integrante. Lo que
afirmamos aqu quedar confiamos de manifiesto en las partes siguientes de
nuestro trabajo.
En el subcaptulo dedicado al Pequeo Larousse (May Larousse): Hegel y
Keats (Hegel i Keats), contemplaremos el pensamiento esttico de Adam
Zagajewski a la luz de dos captulos de la historia del pensamiento esttico
occidental: el de las relaciones entre belleza natural y belleza artstica, por un lado, y,
por otro, el de las relaciones entre genio y creatividad. En este contexto histrico, se
pondr de relieve lo que en el posicionamiento personal de nuestro autor hay de
profundo arraigo en la tradicin y lo que hay de cosecha propia, de incuestionable
originalidad.
En el tercer subcaptulo El flamenco (Flamenco), el objeto inmediato de
nuestro estudio lo constituye la idea zagajewskiana del arte como mbito de realidad
autnomo; mbito habitable y transitable, en que no nos es dado, empero, establecer
de manera definitiva nuestra morada. La idea de catarsis de filiacin, huelga
decirlo, aristotlica, del Aristteles de la Potica est aqu, implcita pero
claramente, presente y actuante. Este ser el lugar, por otra parte, en que habremos
de plantearnos el problema de las relaciones entre la esttica de Adam Zagajewski y
la de Arturo Schopenhauer, siguiendo la pista proporcionada por Jarosaw Klejnocki.
Klejnocki se ha referido, como ya apuntbamos, al argumento schopenhaueriano
wtkek Schopenhauerowski implcito en algn poema de Zagajewski; a nuestro
juicio, empero, ese argumento shopenhaueriano constituye una faceta insoslayable
del conjunto del pensamiento potico y esttico en general de nuestro autor, como
esperamos haber demostrado.
CAPTULO III: EN LA BELLEZA AJENA (W CUDZYM PIKNIE, 1998)
1. En la belleza ajena.
2. Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin.
58
3. Viajes y epifanas.
En el primer subcaptulo En la belleza ajena, estudiamos a fondo esta idea
clave, como ya adelantbamos, del pensamiento potico y esttico en general de
Adam Zagajewski: la belleza ajena (cudze pikno). Localizaremos el momento
preciso en que hace por vez primera su aparicin, dentro de la produccin literaria de
Zagajewski, dicha idea, y, en una primera aproximacin, procuraremos, digmoslo
as, desentraarla y dejar al descubierto sus imprescindibles notas definitorias, sus
principales connotaciones y sus ms obvias implicaciones estticas y aun filosficas
(por ejemplo, en palabras de Pedro Lan Entralgo, la de la teora y realidad del
otro). A partir de aqu, y ya sobre todo en las pginas siguientes de nuestro trabajo,
iremos viendo dnde encuentra preferentemente Adam Zagajewski esa belleza
ajena (cudze pikno): como caba esperar, desde luego, en la poesa, pero tambin
en las artes plsticas pintura, arquitectura, escultura, as como en la msica y, en
ella, de una manera especialsima, y en el cine; y, no menos, aunque de otra manera,
tambin, como no poda ser de otro modo, en la naturaleza; y, por supuesto, en las
personas mismas: belleza fsica, intelectual y moral.
En Defensa de la poesa, defensa de la imaginacin, el pensamiento potico y
esttico en general de Adam Zagajewski, con lo que hay insistamos en l de
tradicin y originalidad, queda puesto de relieve, distintamente perfilado, sobre el
contexto de la historia de un gnero o, ms bien, subgnero por el que el poeta
polaco siente una viva atraccin: el de las defensas de la poesa; gnero o subgnero
que, como es sabido, cuenta con una ilustre tradicin a la espalda en la literatura de
Occidente. Y se ver aqu la profunda huella que en Zagajewski han dejado algunos
de los ms conspicuos autores de esas apologas: muy notoriamente, el poeta
renacentista ingls Sir Philip Sidney y el romntico, y tambin ingls, P. B. Shelley.
En particular, la apologa de Shelley A Defence of Poetry, con su encendida
defensa de la imaginacin y con su caracterstica concepcin de la poesa, de
inspiracin confesamente platnica, merecer un detenido examen por nuestra parte,
dada la inconfundible impronta que ha dejado en el pensamiento potico del mismo
Zagajewski. Con claridad meridiana se echarn de ver aqu tambin las fuentes
clsicas a las que, una vez y otra, de buen grado se allega nuestro autor: Platn y
Aristteles, en lo que respecta a la idea de la admiracin como origen primigenio
59
no ya slo del filosofar, sino tambin del poetizar mismo; y el Aristteles de la
Potica, a la hora de deslindar los respectivos mbitos especficos de la filosofa, de
la poesa y de la historia. El platonismo de Adam Zagajewski platonismo directo e
indirecto se hace de nuevo, en estas pginas, muy patente.
En el tercer y ltimo subcaptulo Viajes y epifanas, y basndonos de
preferencia en el fino estudio de Boena Schallcross, seguiremos a Adam Zagajewski
en alguno de sus viajes en pos de la belleza ajena (cudze pikno), precisamente;
fervorosos viajes por la geografa del viejo continente para encontrarse cara a cara
con algunas de las obras de arte ms esplndidas que ha producido el ingenio
humano. Comprobaremos reiteradamente lo atinado de la tesis de Shallcross: esos
viajes o peregrinaciones, incluso en busca de la belleza pueden, y aun suelen,
acabar en experiencias epifnicas, cuando no, en algn sentido, ms propiamente
teofnicas. En esos viajes, la belleza ajena (cudze pikno), ajena en cuanto
creada, producida por otros, llega a hacerse, por va de contemplacin humilde y
entregada, propia, recibida precisamente como regalo, como don, como gracia. Lo
que es ms: la experiencia del viaje se convierte en el lugar privilegiado en que la
belleza ajena cudze pikno revela su dimensin propia e insoslayablemente
religiosa.
CAPTULO IV: EN DEFENSA DEL FERVOR (OBRONA ARLIWOCI, 2002)
1. En defensa del fervor (Obrona arliwoci).
2. Observaciones acerca del estilo sublime (Uwagi o wysokim stylu).
3. Insistencia y brillantez (Piowanie i bysk).
4. Contra la poesa (Przecizko poezji).
5. La poesa y la duda (Poezja i wtpliwo).
En el primer subcaptulo En defensa del fervor (Obrona arliwoci) nos
ocupamos de una de las ideas esenciales, a nuestro juicio, del pensamiento potico de
60
Adam Zagajewski: su idea, su concepcin de la poesa y aun del arte todo como
metax. De la mano del propio Zagajewski, en primer lugar nos remontaremos a la
fuente platnica del Banquete, para luego enfocar nuestra atencin en pensadores
como Simone Weil y Eric Voegelin, de quien Zagajewsi, segn confesin propia, ha
retomado el trmino y la idea platnica del metax. En el pensamiento de Adam
Zagajewski el fervor arliwo se contrapone a la irona. Zagajewski
reivindica el fervor, la actitud fervorosa, necesaria, a su juicio, tanto en el poeta
como en el lector, tanto en el artista como en el receptor de la obra de arte, para
escapar a la tentacin de una irona omniimpregnante y de un escepticismo cerrado a
los valores superiores. En ese punto precisamente viene en nuestro auxilio la funcin
metaxolgica de la poesa y el arte, que, sin aislarnos de la tierra y de la visible
realidad circundante, con sus mltiples y perentorias solicitaciones, nos eleva,
empero, hacia lo alto, para abrirnos el horizonte de la trascendencia.
En el subcaptulo Observaciones acerca del estilo sublime (Uwagi o
wysokim stylu), mostraremos cmo lo sublime, precisamente, constituye asimismo
un concepto clave en el pensamiento potico y esttico zagajewskiano. Adam
Zagajewski ha bebido aqu, una vez ms, de las fuentes clsicas, para proponernos
una lectura estimulante del celebrrimo tratado de Longino, cuya doctrina, a su
juicio, conserva plena actualidad y puede ser aprovechada con fruto tambin por los
poetas de hoy; de modo especial, si cabe, en esta hora posmoderna, que, segn
observa Zagajewski, en general rehye el tono elevado, la sublimidad, precisamente.
Con objeto de ilustrar estas observaciones suyas acerca del estilo sublime, el poeta
polaco acude a uno de los captulos de la historia del arte occidental por l
preferidos: el de la pintura holandesa de la edad de oro, a la que, en consecuencia,
hemos de prestarle la debida atencin en esta parte de nuestro trabajo. Y, junto a su
defensa del estilo sublime, nos brinda asimismo Zagajewski su reivindicacin de la
inspiracin. Para el poeta polaco, las musas siguen en activo. Va de suyo, como
confiamos quedar demostrado, que a este respecto la fuente clsica ineludible se
halla en el Ion platnico, con su inmortal doctrina acerca del entusiasmo o
posesin del poeta por parte de la divinidad; doctrina que, a decir de Zagajewski,
tampoco conviene olvidar hoy.
Entre los que integran En defensa del fervor (Obrona arliwoci, 2002), el ensayo
de Adam Za