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Las mu:i eres y la Independencia de la Nueva Granada. Historiografía e iconografía
María Himelcl a Ha rnírez Hoclrígucz*
Ti,do depC/ldc del selltido qlle se dé a la palabra "h istoria". La Ilistoricl es lo ql/I' pasa, la sl/(e.<iáll de los cJwllteálllÍC/ltos, de las elJoIl/dolles,
de las anl/llI¡fadollcs ql/I' teiell el dCI'C/Iir de las sociedades. PC/'(l tmllbiÍ!1I es el relaro ql/e se lIace de elfos ...
Michelle Penot (2008, p. 18).
PRESENTAC iÓN
La participación política de las mUjeres durante la independencia de la
Nueva Granada constituye un campo de controversias entre la historio
grana de las mujeres y la historiograna ofi cial patrió tica . La historiograna
de las mujeres confirm.a varios sesgos androcéntricos en los relatos histó
ricos: el silencio sobre la contribució n de las muj eres a la causa indepen
dentista; su figuración como participantes anónimas en la ca usa por sus
vínculos fa miliares, en su condició n de m adres, esposas o am antes de los
patrio tas; la relativa concentración del interés en las figuras excepcionales
construidas de manera lenta como heroínas, tal com o ocurrió con Poli
carpa Salavarrieta 1.
Investigadora del Grupo Interd isc iplinario de Estudios de G énero - G IEG-. Escuela de Estudios de Género. Universidad Nacional de Colombia. Los relatos contemporáneos de Policarpa Salavarrieta que representan fragmentos de su ex istencia, o los que datan de tiempo después de la ejecución , así C0l110 la iconogra fí a, y las apropiaciones subsiguientes tanto o fi ciales como populares en di stintos momentos de los siglos X IX , xx y XXI, han contribuido de manera notable a la mitifícación de este personajc, como iJ heroína patriota por excelencia de la cultura colombiana. El hecho de ser Illujer, su juventud. su compromiso político, su mu erte
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Cátedra de Sede MANUEL ANCÍZAIl 11' 201 0
La historiografía de las mujeres en perspectiva feminista y no feminista, dialoga y polemiza con la historiografía oficial nacional y re
gional, resituando y resignificando la presencia y el protagonismo de las
mujeres durante la crisis de la Independencia de la Nueva Granada; esto
es, examinando desde nuevas perspectivas las distintas figuras fenleninas
tanto anónim.as como con nombre propio, en cuanto copartícipes de los procesos desencadenados, ya fuese en los procesos de adaptación a las
irrupciones del conflicto en la vida personal y cotidiana, o en sus com
promisos asumidos con criterio propio con la causa. Estas notas buscan dar cuenta de algunas relecturas de los relatos
historiográficos y la iconografía desde la perspectiva de la historia fe
minista de las mujeres, teniendo en cuenta los sesgos culturales de cada
momento histórico en que fueron producidos. Unos son los relatos con
temporáneos a la Independencia, producidos en sincronía con los aconte
cimientos o poco tiempo después de su ocurrencia; otros, los elaborados por las generaciones posteriores; por ejemplo, los de la segunda mitad
del siglo XIX, en los contextos contradictorios de la construcción de
los ideales de nación, cuando antagonizaban el liberalismo radical y las
tendencias conservadoras. La generación del Centenario (1910) realizó
un ejercicio conmemorativo, que entre otras tareas se propuso sacar del anonimato a las mártires y las patriotas que figuraban en los archivos en
que reposaban los listados de las personas que sufrieron las diferentes re
presalias previstas por las autoridades virreinales ante la insurrección. Los relatos contemporáneos en construcción acogen los desarrollos discipli
nares posibilitados por los intercambios con diferentes vertientes analíticas: las categorías feminism.o y género, la diferenciación étnica y cultural.
Esta exposición trata los siguientes puntos:
1. Los relatos sobre la participación femenina fIl la II/depel/del/cia de la NI/eva Granada y el lento reC011Ocimiento de esa participaciól/ el/ los COI/tenidos androcéntricos de la historia patria, con base en una muestra de la pro-
por la causa patriota, configuran los atributos que hicieron posible tal mitificac ió n. Los vacíos de información documentada acerca de su biografia han suscitado numerosos relatos novelados. Los usos políticos d el ícono de Po li carpa han sido estudiados rec ientemente por la investigadora Sara Go nzá lez de M ojica (20 10).
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EL BI CENTENARIO DE LA INDEPENDENC IA
ducción de los primeros tiempos de la República, la generación del
Centenario y la primera mitad del siglo XX2.
2. Las contribl/ciones de la historiografia de las ml~eres a su construcció11 como sI/jetos históricos, apoyado en la producción dedicada a la historia de las mujeres desde distintos enfoques disciplinares, tal como se refleja en
los desarrollos desde los años ochenta del siglo xx3.
3. Las posibilidades ofrecidas por el estudio de la gama multifacétíca de propuestas iconográficas que representan a Policarpa Salavarrieta, la heroína nacional por excelencia, en las distintas versiones heroicas de la historia pa
tria que han viabilizado distintas apropiaciones tanto oficiales como populares en los procesos de conformación de la memoria nacional4
•
Este trabajo propone una interpretación de los relatos historio
gráficos e iconográficos que dan cuenta de las experiencias de las muje
res en sus desenlpeños como conspiradoras comprometidas con la causa
patriota, en su tránsito a la adquisición de identidades históricas como heroínas y mártires durante la crisis del sistema colonial. Es de interés
sugerir ciertas vías para entender las condiciones de producción de tales
2 Esta sección se basa ante todo en la elabo ración de Aída Martínez Can'dio (2008), texto que fu e publicado en el Boletíl/ de Historia)' AI/tigiiedades de la Academia C o lombiana de Historia ese mismo al'lO.Agradezco a la autora (q. e.p.d.) la oportunidad qu e me brindó de conocer distintas ve rsio nes de este trabajo
3 Las histo riadoras de las generac iones que se formaron bajo el inAujo de la nueva histo ri a y del fe minismo. descubrieron las diversas formas de participación de las mujeres en la vida social, económica, cultural y política, afinando sus preguntas y explorando las fu entes desde o tras perspec tivas. Así, estas perspectivas contribuyeron a discutir los prejuicios, las omisiones, las visiones galantes y románticas de la historiografí a dedicada a las muj eres decimonónicas.Véanse en especial los textos de Aída M artÍnez (1995) Y Suzy Bermúdez (1995), y, en general , las elaboraciones dedicadas al siglo XI X en los tres tomos auspiciados por la Consejería Presidencial para la Políti ca Social de la Presidencia de la R epublica de Colombia (1995) bajo el título Las I/IlIieres e/I la Historia de CololldJÍa.
El Museo N ac ional de C olombia inició la seri e C, /ademos lcollogr4ficos, con uno dedicado a las representac iones de La Pola por diferentes artistas a lo largo de los siglos X IX y xx . La maestra Bea tri z Go nzález, curadora del Museo en ese momento, es la autora del ensayo prin cipal titulado " La iconografía de Policarpa Salavarrieta" (1996). En este trabaj o participó la histori adora Alicia Hincapié Borda, quien adelantaba en esa ocasión una búsqueda de las diferentes representaciones de la heroína , logrando loca lizar y recuperar var ias obras a cuya trayec toria y análisis iconográfico se refi ere en un libro publicado o riginalmente el allo 1996, reimpreso y ampliado en 2011 con motivo del Bicentenari o.
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Cátedra de Sede MANUEL ANCÍZAR 11 ' 2 0 10
relatos, así como también apreClar el lugar que ocupan en la n1.emoria
nacional y regional. Las dos últimas décadas del siglo XVIII y las tres primeras del siglo
XIX corresponden al ciclo de transformaciones económicas, sociales y políticas que conduj eron a la formación de los Estados modernos en Occidentes . Las provincias de la Nu eva Granada experimentaron, como en
otras partes del territorio americano, levantamientos populares de pro
testa, ante todo por las imposiciones fi scales de la Corona y los abusos de
autoridad de los funcionarios virreinales. Durante esta etapa las mujeres participaron en revueltas del común y en ac tividades de carácter conspi
rativo. Las muj eres de los sectores populares, en espacios de socjabilidad
como las chicherías . Las muj eres de las élites criollas, en salones y tertulias
organizadas en sus propias residencias, en ambientes en donde circularon
las ideas de la Ilustración, tal como lo han puesto de presente historiadoras como M aría Teresa GarcÍa Schelegel, Pilar Pérez Cantó y R ocío del
Nogal y M aría Eliza Lux M artel0 6•
Entre 1810 y 1819 el conjunto de movimientos autonomistas e in
dependentistas desplegados a lo largo del territorio que se transformaba
en la nación colombiana expresaba las tensiones regionales y en tre cier
tas ciudades relacionadas por vínculos económicos y políti cos históri cos:
Cartagena y Mompox, Valledupar y Santa M arta, Cali y Popayán, Tunja
y Santafé, el Socorro y Girón7• H asta el año 1816, los ensayos de orga
nización del nuevo Estado corresponden a una etapa en que se expresó
la tensión entre el federalismo y el centralism o, los cuales ocasionaron
5 Javi er Ocampo López ofrece una ca racter izac ión del proceso considerando las tensiones en las relaciones entre los mundos europeos y americanos que emprendían los proyectos de transformación que conducirían a la formación de las naciones.
6 Estas autoras han contribuido a interpretar las fuentes desde L1S perspectivas que advierten el coprotagon ismo femenino en los acontecimientos políticos, o fi-ec iendo nuevas demostraciones sobre las diferenciaciones de clase entre las mujeres partícipes de los acontecimientos de la Independencia de la Nueva Granada.
7 Uno de los cuestional11ientos a las formas de hacer la histor ia de la Independencia ha sido la concentración de algunos de los estudios más difundidos en Colombia el1 la región central , desatendiéndose las dimensiones regionales de los acontecimientos. En lo concerniente a la participación femenina, la opción de dialogar con la historia regional con su multiplicidad de interpretaciones sobre un mismo acontecimiento 9 personaj e es prom.isoria , tal como lo sugerí en un artículo preparado para el Celltro de Estudios de Género Muj er y Sociedad de la Universidad del Va lle en 2010.
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EL BICE TENAIHO DE LA I NDEPENDENC IA
diversos enfrentamientos locales y regionales. Esas tensiones implicaron
a las mujeres en las movilizaciones militares como copartícipes de la in
teligencia para las campañas. Ellas experimentaron la alteración de su
cotidianidad, las privaciones ocasionadas por el desabastecimiento y empobrecimiento de las regiones en esos momentos de los conflictos ar
mados8. Las patriotas de una y otra fracción sufrieron las retaliaciones de
las derrotas por parte de los contendores, las delaciones, las ejecuciones y
destierros (Mahecha y Serrano, 2010). Las realistas, así mismo, debieron
asumir represalias de los patriotas en los lugares en que se libraban las
contiendas. Durante la Reconquista española se impuso el régimen del Terror, que significó el sacrificio de una generación de criollos impactada
por las persecuciones, las ejecuciones, el destierro, el exilio. Las mujeres
también se vieron afectadas, y reaccionaron en estos procesos de acuerdo
con las especificidades de las diferencias de género, expresadas tanto en
las imposiciones a las que fueron sometidas como en sus formas de adaptación y reinvención de su mundo.
Es de anotar que entre 1819 y 1830 se emprendió la organización
del Estado republicano, y se produjo una lenta restauración del orden,
incluyendo el orden de género, subvertido por las mujeres dadas las con
diciones de perturbación política y social que hicieron posible su participación en la deliberación política, en la resistencia e, incluso, en la activi
dad armada de algunas de ellas durante la Independencia9. Fue así como
los distintos medios de socialización, en especial la familia y la Iglesia
católica con sus prédicas religiosas a lo largo del siglo XIX, emprendieron el afianzamiento de un modelo de feminidad doméstica, sintetizado
en la figura del Angel del Hogar. Quizás esa intención exigía el silencio
El artículo de Evelyn C herpack sobre las mujeres en la Independencia, elaborado en gran medid,l con base en fuentes secundarias, como lo subrayó A.Valencia Llano, fu e durame varios años una referencia que poco a poco ha sido suplementada con los procesos de avance en la indagac ió n de fu e ntes de archivos regionales.
9 La histo ri ador,l Arlette Farge y o tras autoras sustentan que la participación de las Illujeres, ame todo de los sectores populares (aunque no solo de estos sectores) , en distintas protestas, revueltas, motines e insurrecciones en Europa, ha sido común. La historiografía. no obstante, lo ha registrado sin reconocer esa participación como hecho político, sino y más bien C0!l10 ac titudes de desborde emocional en manifestaciont's tU!l1ultllarias despojadas de sus signifi cados políticos .
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Cátedra de Sede MANUEL ANcíZAH 11' 20JO
sobre una generación de mujeres que asumió formas de deliberación y
autonomía que contradecían las prescripciones de género que la nueva
sociedad aspiraba a retomar de elementos de las tradiciones conservado
ras y católicas, acentuando las diferenciaciones entre los ámbitos privados
y los públicos.
EL LENTO RECONOCIMIENTO DE LA PARTICIPACiÓN
DE LAS MUJEHES EN LOS HELATOS ANDROCÉNTRICOS
DE LA IIlSTOBlA PATRIA
La historiadora Aída Martínez estudió las representaciones de las mujeres
durante la Independencia de la Nueva Granada con base en dos libros
escritos por pioneros de la disciplina (Martínez, 2008): el de José Manuel Restrepo, titulado Historia de La RevoLución en Colombia, publicado en Pa
rís en 1827, y el de José M. Grott, Historia Eclesiástica y Civil de la NI/eva Granada, publicado en Bogotá en 1869. Además, observó con deteni
miento un escrito contemporáneo a los hechos de José María Caballero,
publicado como Diario de la Independencia en Bogotá, en 1902. De los libros de Restrepo y de Caballero se dispone de versiones digitales. (Ver
bibliografia)
La autora menciona que Restrepo es parco en el reconocimiento
del papel de las mujeres en las luchas de la independencia, no proporciona nombres propios y tan solo lo hace para referirse a la virreina Francis~a de Villanova, en quien reconoce "valor e intrepidez" y "carácter firme".
Además, señala que se refiere en forma colectiva y anónima a "las mujeres y los niños", a muchas "damas virtuosas, lTlUjeres, madres, hijas y herma
nas de los patriotas"; diferencia entre las "señoras" y las " mujeres de la hez
del pueblo". Al narrar el movimiento comunero alude a "los alborotos
en la villa populosa del Socorro por una mujer" sin nombrar a Manuela Beltrán. Tampoco menciona el sacrificio de Policarpa Salavarrieta.
Jose María Grott, por su parte, cuarenta años después de que apa
reciera la obra de su predecesor, señala las diferencias sociales con expre
siones tales como "mujeres de la plebe", "revendedoras", "mujeres del
258
EL BI CENTENARIO D E LA I NDE PENDENCIA
pueblo" o las "mujeres más insolentes de la plebe". Al referirse a los he
chos del 20 de julio de 1810, n1.enciona que "s6íoras hubo que salieron
a capitanearlas". Respecto al periodo de la reconquista comandada por Pablo Morillo en 1816, narra las dificultades en que quedaron las fami
lias de los patriotas y la manera como se agravió a las "señoras, esposas,
madres, hermanas de los presos"; se ocupa de la humillación de las se
ñoras sentenciadas al destierro; documenta las injurias y calumnias por el
supuesto de haber sido pervertidas en la fe por sus padres, instando a los curas y alcaldes a vigilarlas, e impedirles las visitas y reuniones, con el fin de hacerlas observar una "vida arreglada y religiosa", evitar "el lujo y des
envoltura" y las "modas escandalosas" . AÍda MartÍnez observa que Groot inicia el relato del martirio y el heroísmo femenino con la narración de
los sucesos de 1817 bajo el gobierno del virrey Sámano "[ ... ] quien hizo
lo que no se había hecho hasta entonces, que fue fusilar mujeres por delitos poIÍticos"'o. Por lo demás, el autor declara su admiración por el sa
crificio de la Pola, iniciando así el proceso de construcción de la heroína.
El tercer testimonio sobre las mujeres en la época de la Indepen
dencia del que se ocupa MartÍnez tiene un origen bien diferente a los an
teriores, ya que se trata de los apuntes diarios de un artesano que observa y escribe sin la intención de generar un texto histórico. En sus páginas
figuran anécdotas acerca de la irrupción del conflicto en la cotidianidad
del pueblo santafer6ío. Sobre los hechos del 20 de julio de 1810, muestra
a las mujeres y destaca heroínas desconocidas como aquella que le dice a
10 Arlette Farge argumenta los significados de la presencia femenina en los motin es y revueltas del siglo XV I hasta el XV III en diferentes países europeos como España, Francia , Holanda e Italia, tanto por motivos antifiscales como por la escasez de cereales, e incluso por motivos políticos, subrayando las diferencias de género en las for mas de situarse en el escenario de conAicto. Menciona de qué forma las mujeres en la muchedumbre ocupan los lugares más visibles, haciendo alarde de expresiones verbales insultantes y de la incitación a la violencia, aprovechando la contenció n de las auto ridades ante su presencia y cierta inmunidad penal. En el caso de los levan tamientos neogranadinos se ap recia que las autoridades rompieron esas barreras de contención, de tal forma que las mujeres experimentaron diferentes represa li as que fueron documentadas. Aída Martínez indica que según compilación reali zada por R.oberto Velandia, las primeras sentencias contra mujeres se expidieron en Pasto e n 18 12: contra Luisa GÓngora. Andrea Velasco, D o mitila Sarasti y D ominga Burbano por preparar la fuga de Joaquin Caicedo y C uero, Alejandro M acaulay y 18 patr iotas más. La orden fue del coronel Andrés de Santa C ru z.
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Cátedra de Sede MANUEL ANcíZAIl 11· 2010
su hijo: "Ve tu a morir con los hombres mientras que nosotras avanzamos
a la artillería y recibimos la primera descarga y entonces los hOl11.bres
pasareis sobre nuestros cadáveres, cogeréis la artillería y salvaréis la patria".
A Caballero se debe una descripción fisica de Policarpa Salavarrieta
sobre la cual se basa una buena parte de su iconografia, a quien se refie
re como una "[ ... ] muchacha muy despercudida, arrogante y de bellos
procederes, y sobre todo muy patriota; buena lTlOZa, bien parecida y de
buenas prendas. Salio en medio de los demás presos, sus compañeros. Iba
en camisón de zaraza azul, mantilla de paño azul y sombrero cubano".
Caballero, en el Diario de la Independencia, registra otros aconteci
mientos que permiten apreciar las diferencias de clase entre las mujeres
que participaron en los acontecimientos subsiguientes al 20 de julio. Se
gún el relato que se refiere a los días 13 y 14 de agosto:
[ ... ] En esto don José María Carbonell y otros insistieron al pueblo para que pidiesen que pusiesen al exvirrey en la cárcel, que le pusiesen grillos; y a la exvirreina en el divorcio ¡la cárcel de I1'nljeres].Todos lo pedían a gritos, pero es de advertir que los que pedían esto era la gente baja , pues no se advertía que hubiese gente decente. Efectivamente, consiguieron su pedimento y sacaron al eA'Virrey por una calle formada por un numerosísimo pueblo, y lo condujeron a la cárcel y le pusieron grillos. La infame plebe de mujeres se juntaron y pidieron la prisión de la exvirreina al divorcio. Formaron estas una calle desde el convento de La Ensei'lanza hasta la plaza, que pasarían de 600 mujeres. Como a las cinco y media la sacaron del convento, y aunque la iban custodiando algunos clérigos y personas de autoridad, no le valió, pues por debajo se metían las mujeres y le rasgaron la saya y el manto, de suerte que se vio en bastante ri esgo, porque como las mujeres, y más atumultadas, no guardan ningún respeto,
fue milagro que llegase viva al divorcio. Las insolencias que le decían eran para tapar oídos [ ... ] 11.
11 José María Caballero, fragmento incluido por Jorge Orlando Melo en una selección que denominó Reportajes.
260
EL BI CE NTENARI O DE LA I NDEPENDENCIA
Las efemérides como ocasiones para volver
a los relatos sobre la vida de las heroínas
En los procesos de conformación de la cultura política de las naciones, las
conmemoraciones de los acontecimientos biográficos de los personajes
históricos (su nacimiento o su muerte), así como también los acontecimientos históricos, constituyen ocasiones en que se vuelve a las significa
ciones atribuidas al personaje o al acontecimiento en el momento de la
conmemoración. La historiografia de las mujeres, desde los años ochenta
del siglo xx en Colombia, indaga por el lugar de las mujeres en tales conmemoraciones, bien sea como homenajeadas o como partícipes de
los homenajes. Emergen así preguntas sobre las formas en que se conme
moraron, por ejemplo, el centenario del nacimiento de una figura como
Poli carpa Salavarrieta, o la participación de las mujeres en los aconteci
mientos conocidos como El Grito de la Independencia del 20 de julio en
Santafé, o en el movimiento juntista en las diferentes regiones. El historiador David Bushnell, con base en una selección de es
tampillas dedicadas a personajes históricos femeninos en distintos países, ratifica la escasa figuración de las mujeres en sellos de correo en distintos
países, e indica que, aunque tal dato no es de por sí novedoso, sí suscita
la pregunta sobre cuáles son los personajes femeninos seleccionados por las burocracias encargadas de esa selección, y los motivos argul11.entados.
Para Colol11.bia, sobre una muestra de 31 sellos, en siete de ellos figura
Policarpa Salavarrieta, uno dedicado precisamente al Centenario de la Independencia 12. El rostro de la heroína es tomado del cuadro de Epifa
nio Garay que se encuentra en el Museo Nacional. Aída MartÍnez anota que las actividades conmemorativas del pri
mer centenario de la Independencia lideradas por la Academia Colom
biana de Historia impulsaron la investigación que adquirió tonos patrióticos, y se rindió homenaje a los guerreros con numerosas esculturas
12 Los otros dos sellos dedicados a las patriotas son homenaj es a María Loperena y a Antonia Santos. Véase Bushnell (1997). El académico Luis H orac io López D omÍnguez in fo rlll a que Colombia fu e el primer país latin oamericano en dedicarl e un sello de correos a una heroína.
261
Cátedra de Sede MANUEL ANCÍZAll II· 20ro
Figu.-a l. Se ll o de co rreo aéreo en conll1ell lOración de l Centena rio de la Independencia
Sell o de correo aéreo basado en la obra de: Caray Ca iceclo, Ep ifa nio Juliá n (1849/1903). PolicOIpa Sa lal'Cl.rriela Nías. Ca. 1880. PinlUra
(Ól eo/Lienzo) . 129 CIll x 93.5 CIll. j'lIt~1I11 e ro reg istro: 355.
Fuenle: ©Museo ,Yaciollol de Colombia! Ju an Call1ilo Segllra.
distribuidas por los espacios públicos de Bogotá, gran parte de las cuales han sido abandonadas.
La autora anota que los fondos oficiales y las voluntades privadas
no fueron suficientes para honrar a las heroínas y mártires, e informa que un grupo de señoras bogotanas presidido por doña Elvira Concha de
Saldarriaga, grupo al que le atribuye un gesto de reivindicación femi
nista, asumió la iniciativa de levantar una escultura modesta de Poli carpa Salavarrieta. Esta fue encargada a Dionisio Cortés M esa, egresado de la
Escuela Nacional de Bellas Artes, y fue situada en la Plazoleta de las
Aguas, lugar que aún ocupa. Los fondos fueron conseguidos con aportes
voluntarios a los cuales se sumaron los centavos reunidos en las escuelas
de niñas. Por lo demás, en 1917, cuando se conmemoró el centenario
262
EL BICENTENARJQ DE LA 1 DEPENDENC IA
Figura 2. Posla l que circuló en Colombia con oca sión del Celltenario de la I ndcpende ll c ia
Fllellle: Bole/íll de /-/is/orio y Alltigiiedades (lIIar=o de 2006) . XC/ff. 832.
263
Cátedra de Sede MANUEL A N cíZAH 11' 20 10
de su fusilamiento, no existía una biografia documentada de la Pala y
mucho menos de otras mujeres que habían contribuido a la causa de la independencia nacional l 3
.
En 1922 la Academia Colombiana de Historia abrió un concurso
sobre el tema "Mujer en la Independencia" al que se presentaron dos
trabajos. El trabajo ganador fue el del general José Dolores Monsalve, que dio lugar a una obra ampliamente consultada y reconocida en trabajos
posteriores. Este autor realizó un detallado recuento de las heroínas y las patriotas sentenciadas a diversos castigos como represalia por sus com
promisos con la causa, ya sea por sus vínculos familiares con los patriotas, por haber asumido una militancia activa, bien fuere apoyando las labores
de inteligencia, la agitación o la difusión de las ideas autonomistas o in
dependentistas de manera autónoma, idea sobre la que se volverá en la
segunda parte de este artículo. La autora Amanda Gómez Gómez, nacida en la ciudad de Mari
nilla, Antioquia, en 1917, Y quien realizó estudios de servicio social en la Pontificia Universidad Bolivariana de la ciudad de Medellín, escribió un
libro dedicado a las heroínas en Colombia, con base en una selección de
28 acontecimientos guerreros, gran parte de los cuales corresponden a
las guerras de Independencia. La presentación de los capítulos se basa en la división política que contaba con catorce departamentos en el periodo
en que fue publicado el libro, y en diferentes registros en que figuran las
heroínas y mártires, entre los cuales se incluye el que José María Monsalve difundió (Gómez Gómez, 1978). La información procedente del departamento de Antioquia fue recogida en distintos archivos locales,
en parte por las estudiantes de la Normal Fel11.enina en la cual Amanda
Gómez desempeñaba un cargo docente. La autora incluye datos allegados
por medio de la correspondencia entablada con diferentes historiadores regionales a quienes consultó, lo que sugiere las dificultades de acceso a
los archivos en aquellos tiempos para documentar la historia de las mu
jeres en la Independencia.
13 Beatriz Castro Carvajal y otras historiadoras ofrecen algunas elabo raciones de la segunda mitad del siglo xx, qu e proveen nu evas interpretac iones sobre la Pola.
264
EL BI C ENTENARIO DE LA I NDEPENDEN CIA
LAS CONTRJBUC IONES DE LA HISTORIOGRAFÍA DE LAS
l\IIUJERES A SU CONSTRUCCIÓN COMO SUJETOS HISTÓRICOS
La historia de las mujeres del siglo XIX en Colombia experimentó una
renovación desde los años ochenta del siglo XX, cuando se formularon otros interrogantes diferentes a los planteados por los enfoques tradicio
nales que privilegiaron la presencia y contribución de las heroínas de la
Independencia y las acompañantes de los patriotas (RamÍrez, 2010a). La historiografia de las mujeres y del género, y en particular, la historiografia
feminista, se propone situar la presencia y el protagonismo femenino en los contextos de las tensiones sociales y guerras en que les correspondió
vivir, reconociéndolas más como personalidades autónomas y dueñas de
sus decisiones, aun en condiciones adversas, y menos como sujetas pasivas
o victimizadas, aunque se avanza en las especificidades de género en las
represalias a las mujeres, entre las cuales flguran las manipulaciones de los sentimientos afectivos maternales o filiales 14.
Relatos sobre las comuneras
Una de las tensiones al examinar los movimientos sociales es la di
ferenciación entre los personajes y el colectivo o la masa, y, por supuesto,
la identificación de las mujeres en tales colectivos. Aunque la imagen de
Manuela Beltrán es bastante difusa, en la historia escolar suele asignársele un papel coyuntural en los acontecimientos que desataron el movimien
to de los Comuneros. Su presencia es así fugaz y su perfil se confunde con la leyenda, despojada de historia y de arraigo social.
14 Son de g ran interés las iniciativas que se plasman en trabajos de grado y otras elaborac iones de j óvenes investigadoras, tal como se aprec ia en el trabajo de Judith Gonzá lez (2010) , quien estudia el suroccidente colombiano ; Jenni Mahecha y Ana Serrano (20 10) , con sus ensayos elabo rados a partir de la consulta de expedientes j udiciales que in fo rman de los procesos seguidos a las patriotas que parti ciparon en la Independencia locali zados en el Archivo General de la Nación , quienes junto a Nydia Gómez Leal, se ocuparon de las mujeres durante las protestas de las santafere-11as el 20 de juli o.
265
Cátedra de Sede MANU EL ANcíZAll Il· 20IO
Figur·a :3. Efigie de Manuela Beltrán
Sello de correo aéreo en comnemoración de los doscientos años del movimiento comunero en '1981 basado en la obra
de Ignacio Cas tillo Cerva lltes. I~Jig¡e de Manllela Beltrán.
Fil en/e: bonrepCII I/ll ral.olg
Amanda Gómez Gómez le dedica uno de los fragmentos de su
libro sobre las heroínas colombianas a Manuela Beltrán. Según su fuente,
Manuel Briceño, quien publicó un libro sobre los Comuneros en 1880, "Nace ella en el Socorro y vive allí de su negocio. Es dueña de una tien
da, la que monta en la plaza principal. Allí vende artículos de Castilla y además algunos productos agrícolas. Es ella -al parecer - una mujer
de ambiente popular pero de cierta categoría dentro de su medio, ya que tanto sus vecinos como sus clientes le dicen Doña, trato reservado para
personas de algún respeto y distinción" (Gómez Gómez, 1978, p. 283).
Mario Aguilera, autor de un libro por el cual obtuvo en 1981 el
Premio Nacional otorgado por la Universidad Nacional de Colombia
cuando se conmemoró el Bicentenario del Movimiento de los Comu
neros, comenta que" [ ... ] el 18 de marzo, día de mercado, un tumulto de
alrededor de 2000 personas provistas de piedras y palos y comandadas por los tejedores José Delgadillo e Isidro Molina y por los carniceros Roque Cristancho, Pablo Ardila, Ignacio Ardila y Miguel de Uribe, se arremoli-
266
EL BICENTENARIO DE LA I NDE PENDENC I A
naron frente a la casa del alcalde [ ... ] U na plazuelera de 57 años llamada
Manuela Beltrán rompe el edicto con el arancel fijado en la puerta de
la recaudación de Alcabalas. La plebe celebra el suceso y pasa a hacerse
dueña de las calles de la Villa. [ ... ]" (Aguilera, 1987, p. 7). Estos dos cuadros permiten vislumbrar elementos de la experiencia
cotidiana de un personaje femenino, en un contexto de conflicto social
proclive a la expresión de inconformidad personal, que interpretaba, así
mismo, un descontento colectivo.
Años más tarde, Jane M. Rauch publicó un artículo sobre la in
surrección de los Comuneros en los llanos del Casanare, en respuesta a su inquietud sobre la escasa atención de la investigación histórica en la
expansión regional del movimiento. Entre las observaciones que llaman
la atención de este artículo figura la apertura al reconocimiento de un
espacio para el ejercicio de la representación a cargo de las mujeres, por cuanto "En cada pueblo, los indígenas escogieron capitanes y oficiales
del común, nombrando mujeres en aquellos lugares donde los hombres es taban criando ganado" (R auch, 1995, p. 7).
Así mismo, cabe resaltar que la autora se refiere al pronunciamien
to de José Tapia, vicario general de la provincia de Santiago, quien en su alegato sobre el anticlericalismo del movinlÍento, descalifica esa presencia
femenina como parte de lo que a su juicio fueron los desmanes de los Comuneros. "Finalmente esta provincia está en una confusión infernal.
Todos dan órdenes, cada uno contradice al otro. Solamente se ve y se sa be de crímenes, prueba de 10 cual es la niñería gue ha permitido nom
brar mujeres como capitanes usadas para maltratar a las mujeres blancas"
(R auch , op. cit., p. 8).
Como se advierte en el artículo de Jane M. Rauch, se confirma
la participación de las mujeres tanto en la actividad tumultuaria como
también en la asunción de responsabilidades públicas. Además, se observa el talante elitista y misógino, en un discurso clerical, uno de los poderes
desafiados.
267
Cátedra d e Sede MANUEL ANCÍZAR 11' 201 0
Cuadros de represalia y huida
Jenni Mahecha González y Ana Serrano Galvis, en su trabajo para obte
ner el título de historiadoras de la Universidad N acional de Colombia,
exponen de manera detallada los castigos a que fueron sometidas las pa
triotas por parte de las autoridades virreinales. Con base en la documen
tación que consigna los juicios por rebelión y traición a la patria, las autoras identificaron sentencias a fusilamiento, prisión, destierro, secuestro
de bienes, maltrato y humillación pública 15. Las historiadoras argumentan
que en tales represalias se advierten formas de reconocimiento al poder
de las mujeres por parte de las autoridades virreinales, en el despliegue de
las represalias por conspiración, espionaje y generación de revueltas. Por lo demás, las sanciones económicas, tales como la confiscación de bienes
y los destierros, reconocían el control económico de sus patrimonios por parte de aquellas mujeres, a la vez que obedecían a calculadas elaboracio
nes sobre el debilitamiento de las redes de apoyo de los patriotas. Desde otra perspectiva, Inés Quintero, historiadora venezolana,
realizó un ejercicio de relectura de fuentes sugestivas, a partir de una
selección de relatos de viaj eros extranjeros, algunos partícipes de las canlpañas como integrantes de la Legión Extranjera durante el lapso com
prendido entre los inicios de los levantamientos y los comienzos de la
organización del Estado. Un fragmento elocuente del relato de Alexan
der Alexander, legionario escocés de la guerra de Independencia, quien
participó entre 1818 y 1820, muestra un cuadro de huída que permite interpretar la coparticipación de las mujeres en los desplazamientos debi
do a los conflictos armados:
Arrasábamos cuanto encontrábamos a nuestro paso, derribando e
incendiando toda cosa, arreando los inmensos rebaños que encontrá
bamos, y los habitantes, y quemando incluso la yerba para detener a los
españoles en su persecución. La angustiosa escena es indescriptible: mulas
y asnos avanzando junto con cochinos, gallinas y los nillos atados en los
15 Ana Serrano Galvis y Jenni M ahecha han tratado en diferentes textos los efec tos de las represalias a las mujeres en sus procesos de dispersión, ante todo por la Provincia de Cundinamarca, debido a las persecuciones y los juicios ll evados '1 cabo por los diferentes comandantes de las fu erzas en confli cto contra las oponentes.
268
EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA
cueros de res sobre el mismo animal, mulas y caballos con dos o tres
personas montadas, las mujeres siempre adelante con uno o dos hombres
atrás; mujeres trapeadas como hombres , con sus musculosas piernas y rostros atezados, luciendo un sombrero, camisas y pantalones de hombre,
cortados a la altura de las rodillas; en realidad los habitantes de toda edad,
sexo y color rodaban delante de nosotros en una masa, las mujeres de los
soldados negros e indios cabalgando y caminando entre los hombres[ ... ]
(Quintero, 1998, p. 124).
Estos cuadros muestran las posibilidades de nuevas lecturas de fuentes disponibles, desde perspectivas que hacen visibles las relaciones
de poder implicadas en las jerarquías de género y clase, que adquieren en
las confrontaciones militares matices muy definidos sobre los significados asignados al papel de las mujeres. Por lo demás, se visualiza su participa
ción en procesos colectivos más allá de las lógicas de los vencedores y los
vencidos.
POLICARPA SALAVARRIETA, "LA POLA", EN UNA
MULTIPLICIDAD DE REPRESENTACIONES ICONOGRÁFICAS
Según Santiago Londoño Vélez, un recorrido por las imágenes de las
mujeres en el arte colombiano producido en los dos últimos siglos revela
múltiples voces que transitan de la apariencia formal a la función simbó
lica , pasando por el testimonio documental. El autor diferencia el retrato de las damas de los óleos dedicados a las heroínas. Estos se basan tanto
en los relatos contemporáneos como en las imágenes visuales recreadas
a partir de modelos producidos por artistas de distintos tiempos. Es así
como la instalación de Poli carpa Salavarrieta en la memoria colectiva ha transcurrido por distintas vías. Los estudios de las fuentes iconográficas
de la heroína consideran entre sus contemporáneos a quienes la mencio
naron en sus relatos, tal como ocurre en los textos que se conocen de
José María Caballero antes mencionado y de José Hilario López en sus memOrIas.
269
Cítcdra de Sede MANUEL A N CÍZAR 11' 20 10
Las exploraciones sobre la difusión de las imágenes de Poli carpa Salavarrieta en Colombia señalan la multiplicidad de representaciones
que datan de distintas épocas y que reposan tanto en materiales impresos
tales como los libros y las cartillas escolares, en esculturas y murales en los
espacios públicos de algunas ciudades, así como también en emblemas:
sellos de correo y billetes, e incluso en avisos publicitarios. Estas representaciones han propiciado formas de apropiación de una imagen feme
nina atemporal, cuyas atribuciones estarían por indagar desde enfoques
interdisciplinarios. La presunción de la multiplicidad de significados atri
buidos a la heroína sugiere considerar la tensión entre la individualidad y la pluralidad en la perspectiva de la condensación de la multiplicidad de
perfiles ferneninos, en apariencia restringidos a los rasgos de una lTll1jer
joven del común, sin consorte ni hijas o hijos , dedicada a la insurrección política por decisión propia, legitimada por el momento histórico en
que se produjo. Esta imagen contrasta con los rasgos de otras patriotas, algunas de las cuales fueron madres de familia jóvenes o adultas, también
con autonomía para disponer de sus recursos materiales COlTlO el dinero,
la tierra, los semovientes, o de su tiempo a favor de la causa.
I lacia l a compos ición de los escenarios inwgi ,wdos
La maestra Beatriz González, en el Catálogo conmemorativo de los doscientos años del nacimiento de la Pola mencionado, diferencia tres grupos
iconográficos. El inaugurado por el pintor José María Espinosa (Bogotá 1796 - Bogotá 1883) conforl11.ado por pinturas y grabados, dedicados al
tema de La Pala en Capilla (González, 1996, pp. 14-23). El otro grupo
iconográfico es el de la filiación construida a partir del cuadro del pintor cubano Celestino Martínez, integrado por Pinturas, dibujos, grabados y
fotografias (GÓnzalez,op. cit., pp. 24 a 29). El tercer grupo, constituido por
una iconografía sin referentes conformado por pinturas, dibujos, grabados y esculturas (íbid., pp. 30 a 37).
En cuanto al grupo de filiación de Espinosa, el cuadro considerado
como el modelo que identifIca al grupo representa un l11.omento crucial
270
EL B ICENTENARIO DE LA [ DEPENDENC IA
Figu,oa 40 Polica rpa Sa lava rricta .Ríos
Pie de fojo: Ca ray Ca iccclo. Epifa nio Julián (1849/1903 ). Po/iempa Sa/am,.,.iela Níos. Ca. 1880. Pinlllra (Óleo/ Liell zo).
129 cm x 93.5 c.n . "'(linero registro: 355.
rl/ el/le: ©.I/I/seo Xaciollal de Colombia! JI/ a 11 Call/ ilo Segura
271
Cátedra de Sede MANUEL ANCÍZAR II' 2010
de la existencia de la heroína: la noche del 13 de noviembre de 1817
anterior a la ejecución en una de las celdas del entonces Convento (que cumplió las funciones de prisión) de Nuestra Señora del Rosario, hoy
una de las aulas de la Universidad en cuyo lugar de acceso figura una
placa que identifica el significado histórico de aquel lugar. Este modelo recrea un ambiente de recogimiento en el que la he
roína figura en el centro, en actitud que suele ser interpretada como sere
na, con el cabello ensortijado suelto que cae sobre sus hombros desnudos
y en el que se aprecia un escapulario. El vestido de zaraza azul identifica
los atuendos de las mujeres de los sectores populares de comienzos del
siglo XIX. La figura está encuadrada entre un altar en el que aparece en ocasiones un cirio encendido, un crucifijo o ambos. En distintos cuadros
la acompaña un soldado de guarda que la vigila tras una ventana o una
puerta. Se trata justamente de una representación de José Hilario López, a quien correspondió esa luctuosa misión en su condición de prisionero
obligado a ejercer como soldado realista, luego de sobrevivir a la quinta impuesta tras la derrota de la campaña del sur. Los expertos suponen que
debido a que Espinosa se encontraba fugitivo cuando La Pola fue encar
celada y ejecutada, el artista consultó a José Hilario López, quien relata: "Yo era uno de tantos patriotas que concurrían a la casa de la Pola, en
donde se comunicaban las noticias que venían de Venezuela y Casanare, y se celebraban cuando ellas eran buenas, pues esa mujer valiente y entu
siasta por la libertad, se sacrificaba para adquirir con que obsequiar a los
valientes patriotas [ ... ]" (ibid., p. 16). Entre los once cuadros de distintos artistas correspondientes a este
grupo, destaco La Pala en presidio de Mercedes Delgado Mallarino de
MartÍnez (Popayán, 1866 - Bogotá, 1948), pintora religiosa y retratista,
con el fin de abrir el interrogante sobre la participación de las mujeres artistas en la producción de obras sobre las patriotas 16. Alicia Hincapié
Borda informa que la autoría de este cuadro la descubrió casualmente
16 Se refiere a un óleo sobre tela que data de 1896, firmado con el primer ape llido de la artista: Delgado. Alicia Hincapié interpreta que "Ella seguramente pensó qu e era mejor firmar con su primer apellido, para que no demeritara la obra por ser elaborada por una muj er" (Hincapié, 2011, p. 79).
272
EL BICENTENARIO DE LA I NDEPENDENCIA
fligum 5. Polica rpa Sa laval'l'ieta
Espinosa PriclO. José María (1796/1883). Patica/pa Salava,.,.ieta. 1855. Pintura (Óleo/Tela) 34 cm x 24,3 cm NlUllero registro: 2094
Fllelll e: ©MlIseo Nacional de Cololllbia! JlIon COlll ilo Segura
273
Cátedra de Sede MANUEL A NCÍZAR 11' 2010
al visitar el Patronato de Artes y Ciencias de Santafé de Bogotá. Allí en
contró otras obras de la artista, en las que observó la gran similitud en las firmas, y al confrontarlas concluyó que Mercedes Delgado Mallarino era
la autora de este cuadro (ibid.). La obra reposó durante algún tiempo en la
Casa Museo de La Pola del municipio de Guaduas, de donde fue robado,
desconociéndose su ubicación actual.
En el libro de adquisiciones del Museo Nacional de Colombia,
abierto en 1922, se informa que este retrato fue tomado del natural; se advierte sin embargo que tal dato no se ha corroborado. Beatriz Gon
zález anota que la imagen es convencional, y ofrece la representación de
una joven que oculta cualquier vestigio del papel de conspiradora. Por lo demás, está despojada de emblemas religiosos C0111.0 el escapulario o el
crucifijo, que en propuestas posteriores le asignan a las representaciones
de La Pola. Esta obra ilustra el billete de diez mil pesos emitido por el Banco de la República en noviembre de 1985, que circula aún y que
plantea una de las posibles vías de las apropiaciones populares de la ima
gen de la heroína.
El otro grupo iconográfico está conformado por ocho cuadros,
grabados y miniaturas cuyas fechas comprenden de 1850 a 1940, y se diferencia del grupo anterior por estar dedicado al retrato. En el modelo
dibujado en 1950 por el pintor Celestino MartÍnez, se observa la restric
ción del encuadre a la representación de una imagen de busto de Poli
carpa, de acuerdo con el ideal romántico que tomaba fuerza entonces:
se aprecia con un peinado más elaborado y un atuendo más sofisticado conformado por una blusa y una mantilla; el camafeo que pende en su
cuello sustituye al escapulario. En síntesis, desaparecen los símbolos re
ligiosos ostensibles. A esta filiación corresponde una serie de acuarelas
que el pintor Roberto Páramo realizó a partir de retratos de próceres
con motivo de la conmemoración del centenario de la Independencia
(González, 1996, pp. 26 y 27). El cuadro que figura a continuación corresponde al tercer grupo
iconográfico propuesto en el catálogo que se examina.
274
EL BI CENTENAlUO DE LA I NDEPENDENCIA
Figul"a 6. Polica rpa Sa lavarri eta Ill a rcha a l supli cio
Anóllimo. Policwpa Salal'arriela marcha al suplicio. Ca. 1825. Pilllura (Óleo/TeJa ). 74.7 cm x 93.5 cm. Nll111Cro registro: 555
Filen/e: ©.l/lI seo Nociollal de Colombio/ Ju an Camilo Segllra
De acuerdo con la explicación de Santiago Londoño, este óleo
criollo de autor desconocido, tal como se lee en la misma obra, busca que su recuerdo "se eternice entre nosotros". La escena representa el momen
to en que Policarpa, acompañada por el cura y el soldado, los representantes de los poderes del estado español, es conducida a "un simplificado
cadalso ubicado en segundo plano". Según Londoño, La Pala conserva
ciertos rasgos de las madonas coloniales en su rostro y en su gesto más bien inexpresivo. Las ataduras que el soldado sostiene son innecesarias; en
su mano izquierda lleva la venda (Londoño, 1995, pp. 277 Y 278). En este grupo iconográfico se incluyó una variedad de propuestas,
como se anotó. Destaco el dibujo de lápiz sobre papel de Mercedes Delgado Mallarino que data de 1896 y que representa a La Pala niña. Sus ras
gos corresponden a las imágenes infantiles religiosas , con una expresión
275
276
Cátedra de Sede MANUEL ANCÍZAR 11' 20ro
FiguJ'll 7. Pola Salava rri eta en el ca dalso
Anón illlo. (¿Hjcarclo Accbeclo Berna l?). P% a/ol'o,.,.ie/o en e/ codo /so. Ca. 1917. Pintura (Ó leo/Lino). Colección pa rti cula r.
fl/ el/te: MI/seo Xociol/o/ de ('%lllbia
EL BIC ENTENARIO DE LA INDEPENDEN C IA
de seriedad, la n1.Írada baja y el rostro ligeramente inclinado. Este cuadro
fue donado por David Rubio al Centro de Historia del municipio de
Guaduas. Esta obra, que se supone debió ser realizada con base en la difusión
de una litografia de Ricardo Acebedo Bernal, fue hallada en un pueblo
de la Sabana de Bogotá n1.Íentras servía como pieza ornamental en una tienda. Se presume que fue realizada en el marco de la conmemoración
de los 100 años del fusilan1.Íento de La Pola, bien como telón de fondo
de una carroza o como parte de una escenografia teatral.
Otras apropiaciones de las imágenes de Policarpa
Alicia Hincapié organiza la exposición de su investigación según el esquema del Catálogo conmemorativo de los 200 años, incluyendo los
resultados de sus hallazgos posteriores. Es de destacar la pesquisa tan labo
riosa de esta autora. En su recorrido por la ciudad de Guaduas, se advierte
el trabajo de las organizaciones educativas y culturales en la actualización
y preservación de la memoria de Poli carpa, en los murales y en las esculturas, así como también en los trabajos artesanales que recrean figuras
de cerán1.Íca para el turismo local y otros emblemas. Recintos como el Consejo Municipal y los museos albergan representaciones producidas a
instancias de las autoridades locales y por donaciones de artistas de dife
rentes partes del país. Los billetes y los sellos de correo conmemorativos
de los que se ocupa, son interpretados por la autora como imágenes que recorren el país y el mundo.
En síntesis, tal trabajo invita a suponer la n1.ultiplicidad de formas
de apropiación de un Ícono femenino, emblema de la libertad y de un
compromiso político asun1.Ído hasta las últimas consecuencias, en concordancia con los ideales de la Ilustración que convocaban a un pueblo
sometido a las relaciones coloniales. La figuración femenina en la cate
goría pueblo, es oscurecida por la masculinización de las masas en la his
toriografia, quedando el recurso de la iconografia como posibilidad para advertir también a las mujeres.
277
Cátedra de Sede MANUEL ANcíZAIl 11·20 10
CONCLUS IONES
La lectura e interpretación de la historiografia y la iconografia dedicada
a las mujeres en la Independencia desde las perspectivas feministas y de
género, además de confirmar los sesgos, los prejuicios y las omisiones que han coadyuvado a la construcción de los estereotipos androcéntricos,
contribuye a los afinamientos que posibilitan la crítica feminista a las
disciplinas que se ocupan de las relaciones de poder entre los hombres
y las mujeres, tanto en la vida personal como en la pública y la política . La investigación histórica del siglo XIX desde las perspectivas fe
ministas y de género contribuye a reconocer la gran significación para la historia de las mujeres en ese lapso, por cuanto supone el examen de las
promesas de la Ilustración que durante la Independencia parecieran ha
ber abierto el camino hacia la ciudadanía femenina y hacia la adquisición
del rango de sujetos históricos. Luego, los avatares y las constricciones
posteriores aplazaron el reconocimiento y la formalización de los dere
chos a su participación política, hasta la segunda mitad del siglo XX, sin
que aún se cuente con el reconocimiento de una ciudadanía plena.
La multiplicidad de propuestas iconográficas que ilustran distintos escenarios en los que se construye la memoria de una heroína de la Inde
pendencia neogranadina sugiere la posibilidad de inscribir la popularidad
de Policarpa Salavarrieta en la perspectiva de la tensión entre la singula
ridad y la pluralidad. La riqueza de las reelaboraciones sintetiza no solo
una individualidad sino la condensación de una pluralidad de imágenes femeninas.
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