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LAS REACCIONES DEL NIÑO (CELESTIN FREINET) Como todo ser humano, a nadie le gusta que nos manden con autoridad, este también es el caso del niño, es por ello que cuando lo hacemos, es decir cuando queremos mandar con autoridad exagerada el individuo siempre responderá con una actitud de oposición. Hay ocasiones en las que por falta de experiencia del niño se equivoca en relación a la dirección en la cual quiere o debe ir, he aquí nuestra labor es la de orientarlo de una manera positiva, por eso debemos de buscar una pedagogía que beneficie tanto al niño como al maestro, y esta podrá ser la de dejar al niño que escoja la dirección que el quiera y nosotros mandarlo con la menor autoridad posible, para que así el niño se sienta mas a gusto. En el caso de los trabajos escolares, si obligamos al niño a exponer un tema, este simplemente se negara, por que no es algo que el quería hacer, mas bien no le dimos la oportunidad de poder escoger el tema. En este caso como ya dije debemos de mandar con la menos autoridad posible, por que es un hecho que estaríamos en un grave error si lo hacemos. Al imponer un mando con cierto tipo de autoridad es casi como si quisiéramos que los niños se alinearan a nuestra conveniencia, y por que lo decimos así se va a hacer. Claro que no, hay casos en los que las alineaciones son necesarias tales como en cuestiones administrativas o simplemente por técnica, por ejemplo tenemos el caso de la organización social. Para evitar malentendidos debemos de explicar al niño las razones por las cuales a veces se llevan las organizaciones de forma imperativa. Esta disciplina no es muy perturbadora y no modifica forzosamente las relaciones maestro-alumno, la obligación que se considera peligrosa es la que aparece ante los ojos de los niños, como un signo maligno que viene del placer adulto abusando de su autoridad.

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LAS REACCIONES DEL NIÑO(CELESTIN FREINET)

Como todo ser humano, a nadie le gusta que nos manden con autoridad, este también es el caso del niño, es por ello que cuando lo hacemos, es decir cuando queremos mandar con autoridad exagerada el individuo siempre responderá con una actitud de oposición.

Hay ocasiones en las que por falta de experiencia del niño se equivoca en relación a la dirección en la cual quiere o debe ir, he aquí nuestra labor es la de orientarlo de una manera positiva, por eso debemos de buscar una pedagogía que beneficie tanto al niño como al maestro, y esta podrá ser la de dejar al niño que escoja la dirección que el quiera y nosotros mandarlo con la menor autoridad posible, para que así el niño se sienta mas a gusto.

En el caso de los trabajos escolares, si obligamos al niño a exponer un tema, este simplemente se negara, por que no es algo que el quería hacer, mas bien no le dimos la oportunidad de poder escoger el tema. En este caso como ya dije debemos de mandar con la menos autoridad posible, por que es un hecho que estaríamos en un grave error si lo hacemos.

Al imponer un mando con cierto tipo de autoridad es casi como si quisiéramos que los niños se alinearan a nuestra conveniencia, y por que lo decimos así se va a hacer. Claro que no, hay casos en los que las alineaciones son necesarias tales como en cuestiones administrativas o simplemente por técnica, por ejemplo tenemos el caso de la organización social. Para evitar malentendidos debemos de explicar al niño las razones por las cuales a veces se llevan las organizaciones de forma imperativa. Esta disciplina no es muy perturbadora y no modifica forzosamente las relaciones maestro-alumno, la obligación que se considera peligrosa es la que aparece ante los ojos de los niños, como un signo maligno que viene del placer adulto abusando de su autoridad.

Entre los grupos que se forman en la escuela existe una cierta disciplina en aquellos grupos mas o menos organizados, aquí no es por que se les haya impuesto sino que los niños toman conciencia de su necesidad.

A la edad de los 7-9 años, existe una pequeña batalla entre el pensamiento del niño y del adulto, en donde el primero intenta experimentar y vivir de acuerdo a las necesidades que tiene, pero el adulto trata de imponer a la fuerza la obediencia, y si se hace de forma obligatoria, siempre habrá una respuesta negativa por parte del primero.Es por ello que uno como maestro debe de abstenerse de todo mandato autoritario y encontrar otras vías o alternativas que favorezcan el trabajo por realizar.

Por lógica a cada quien nos gusta escoger el trabajo, aunque no sea el mas conveniente para nosotros, eso es lo que nos motiva a trabajar por así decirlo, pero si tratamos de imponerle un trabajo al niño simplemente este no le apetecerá y por lo tanto no le entusiasmara. Debemos de dar la libertad al niño de escoger que trabajo quiere realizar, el momento y ritmo al que quiere trabajar, esto no quiere decir que el niño podrá hacer lo

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que quiera, sino que simplemente, se tendrá que alinear con los ejercicios que están impuestos por el libro y por el maestro.

Cuando pongamos un trabajo, es necesario saber cual es el objetivo del mismo, por que si llegamos a poner uno y no se tiene un objetivo entonces este trabajo seria en vano. Debemos de cambiar ya el trabajo escolástico por el de actividades que sean motivadoras y que conduzcan al niño a desarrollar su potencial, por eso nos debemos de amoldar a la realidad, pero debemos de adaptar el trabajo acorde a nuestras técnicas.

Es necesario que uno como docente, motivemos el trabajo, de nada nos sirve trabajar con un solo estilo, sino que debemos de despertar día con día el interés de los niños, la mecánica mas perfeccionada cansa y no sirve a las necesidades que puede tener una persona. Al momento de presentar las actividades, debemos de escoger aquellas que por decirlo así iluminen nuestra vida, den sed de crecimiento y de conocimiento, es decir debemos de tener o emplear aquellas actividades que nos hagan crecer como personas.

Debemos de considerar aquellos trabajos que maestros y alumnos realicemos con interés, y que podamos realizar no solo en la escuela sino también fuera de ella.

En todo trabajo, todos queremos salir por decirlo así, queremos ser sobresalientes, con aires de grandeza, pero desgraciadamente la técnica de la escuela tradicional se basa solo en el fracaso. Es común que existan en determinados grupos aquellas personas que logren salir adelante, por sus actitudes, aptitudes o buenas notas, pero desgraciadamente una gran mayoría se queda en la línea del fracaso. He aquí también nuestra labor, es el tratar de aplicar una pedagogía que ayude a estos niños a salir adelante.

No es el juego lo natural del niño, sino el trabajo, debido a esto, a la fuerza de las cosas, la pedagogía que utilizamos recurre menos a los juegos, aunque no por ello quiere decir que el niño aya aceptado el trabajo. La pedagogía que manejamos es nada mas y nada menos que una pedagogía de trabajo, es la de crear, experimentar, difundir experimentos y tecnicas que transformen las clases, para obtener un mayor beneficio y rendimiento por parte de los niños.

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COMENTARIO

Creo que como todo ser humano, a nadie nos gusta que nos manden. Para todo hay una forma de hacerlo, en el caso de la escuela, lo que mas nos agrada a los alumnos es poder decidir que es lo que queremos trabajar, como lo hacemos, y sobre todo a que ritmo lo hacemos.

Cuando un profesor, nos impone u tema, ritmo y modo de trabajo, uno como estudiante se siente presionado, e incomodo por que nos tenemos que atener a lo que el maestro dice, no me refiero a que nos den la libertad de hacer lo que queramos, sino que simplemente se establezcan momentos en los que nos den la oportunidad de escoger lo que queremos hacer.

Aquí estoy hablando como alumno, pero en el caso de los niños, si les imponemos una actividad, solo recibiremos rechazo u oposición por medio de este. El niño lo que necesita es el experimentar en su medio, decidir que puede hacer y que no, que le conviene mas y que no.

Nosotros como docentes, debemos de guiarlo cuando se atore en algo, esto no quiere decir que lo dejemos solo, sino que debemos de evitar esa forma de decir las cosas con autoridad, como se dice: el dialogo de las personas es mitad y mitad, tanto del que habla como del que escucha. Si nos expresamos de una forma adecuada, dejando el autoritarismo podremos ganar asi la confianza del niño, y sobre todo podemos contar con todo su apoyo.