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Las Regiones Que Ganan

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E L DISTRITO MARSHALLIANO: UNA NOCION SOCIOECONOMICA

Giacomo Becattini

Esn capitulo fue concebido inicialrnente para servir d e marco a una teo- ria del distrito industrial. Su doble objetivo era, por una parte, hacer m i s exactos 10s estudios y andisis empiricos sobre la industrializaci6n con- temporinea y, por otra, constituir una primera tentativa d e aproxirnaci6n a las relaciones que existen entre 10s problemas empiricos del distrito y 10s fundamentos del pensamiento econ6mic0, es decir, las teorias neocli- sica, marshalliana y marxis'ta.

Tal planteamiento no deja d e entraiiar una cierta dualidad d e pensa- miento. Aun estando obligados a preservar celosamente la unidad socio- econ6mica del objeto de nuestro anilisis a fin d e atenernos a la realidad, se r i necesario tambikn ampliar y generalizar la perspectiva para adaptar- nos en la medida d e lo posible a la claridad y a1 rigor del andisis econ6- rnico. En cierto sentido, el resultado d e tal proceso no puede ser sino insatisfactorio, pues a menudo ser i mal interpretado, tanto si se trata d e una modelizaci6n que parece indispensable para una descripci6n simplifi- cada d e la realidad, como si esta modelizaci6n se deriva d e la misma teo- ria. Pero sabemos que todos 10s defectos tienen su lado bueno. El hecho d e dar vueltas en torno a fenomenos concretos q u e perduran -como es el caso rlel distrito de Prato- nos tranquiliza respecto a la coherencia intrin- seca del fen6meno rnodelizado, ya que todo fen6meno que perdura debe ser considerado como poseedor d e su propia 16gica. Y si seguimos refi- riendonos a ciertas teorias existentes, podremos captar las nuevas impli- caciones del modelo interpretativo y construir un marco en armonia con las observaciones empiricas que, en caso contrario, permanecerian aisladas.

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'IBlcs cran ~iiis ~~rcocupacio~ies iniciales. siti~ilarcs, crco. :I I;ls clc t c~ lo econonlisrn qrle se inreresa por las realic.l;~clcs concretas. Pel.o al I~ilv rle esta 1.etlcxi6n soljre los distrilos ind~.tstri:~lcs sr~rgieron otros puntos clc in- trrrog:1ci6n. Sol)rc tc>do, el hcclio clr cltte (In;! bircna partc tlcl dch:lte cori- clirjc~n :I Ins sistc-.rll:~s ( . I ( \ \:;~lot.cs y a st1 intrraccicin con 10s rllc~\~i~r~ic~itos econ6micos c111c ocr~rrieron c.lut.antc el periodo considerado hizo inevitn- ble tener en cucnta cl ~jr~tlto clc vista de 10s soci610gos y de otros obsel-i~a- dares tie 1:) soc:iedad. Afortrinnd;i~~~etitc, bajo la presi6n cic los hcclios, no lue dilicil convenccr n los soci6logos italianos, y boy srria muy dificil clccir si I ~ a n siilo cllos o los cconoriiis~ns 10s c~uc 11011 contribuiclo en Illayclr ~nct.litl:l :I I:] investigacicin sobre cl rlistrito industrinl. De todas for- m:is, crco clrtc ( . I rc!;~tlr;~~lo cs 1111ty s;lticl';ictol.io atlnqrrc pcrir~-c irrl cic:rto nrimc1.o tlc ~ ~ t ~ r ~ l ~ l c ~ r ~ ~ r r s c 1 1 . t ~ so11 inc\,i\:~l~lc!: c :~~ ; i~~ t l r ) sc p~.c~tlr~c:r-~i intercam- bios intc~.cliscil~lin;~rcs r n t(.)r.nc, a 1tn cc111:r tnn a t~~ l ) i ; :~~o nictnclo16gic:~- mente.

Estns p ; i g i~~ ;~s ticincn t : ~ r , ~ h i t ' ~ ~ como ol7jc.1 i\,o oll-crc~. :I I I ~ I : : . ~ ~ I - ~ ? S a~nigos socicilogos 1111 poco t ic 1.cllesi61i ccontiri~ic.;l ccr11l.t. rl (lis~rito (o rri tclt.llo a CI), que espero consritu!~a u11 soporte liable, lo ~ n i s natural y simple posi- ble, para sus propios andisis. A~rnque este articulo est6 cntcrnniente con- sagrado a1 clililogo, soy conscicntc del licclio tle q i ~ c C I I 61 cl pcso tle I:is rclacio~ies econcimicns cs Inrly imlrnr.tnl,rc-, i~,cl~rso t l~~sl~~~ol~orciclr i : t~1c, i:es- pccto tlc Iws t.cl;lcir~tics socioc.r~l~i~r;~lc:.. I I:ii:o cstn pcrs~~;!:ii~lcr clc clitc es imposible rcalizar u n aniilisis 1n6s cqc~ilillr;irl~.) sin :Iscg(ll-nr.sc 1;i concl.il311- ci611 cle 10s " n o ccono~nisras ".

R ) LAS CARACTER~STICAS DE12 DISTRTTO

. .El . distrito industrial es una entidad socioterritorial caracterizada por la presencifi activa de una comunidad de personas y de una poblacihn de e'mpresas en un espacio geogrifico e hist6rico d a d o En el distrito, al 'r&b'de lo que pasa en otros ripos de ambientes, comb ]>or cjemplo en las ciudacles m~n~lfactureras, tientic n Iiaher rtna o&osis l ~ e r f c ~ ~ ~ entre co- 11i~111iciucl local y ernpres:~~.'

El I~echo J c que la activic.lncl dominsntc sea 1;1 i11cluslri;rl distingl.tc ;II distrito i1itlustri31 rlc 10 qitc se tlcncjlnilr;~ "t.r?:ii,~~ ccon~r11ic:1". T,n : ~ I I I O ~ I . I

ficier~cia rlna clivisiti~> dcl tl.al>ajcl catla Ire;! 111,is dcsarrol1;rcIe colitlttcen a un excr.(.lc~~re crecicntc tlc ~~roc l~ tc tos fit>;ilcs ( 1 1 1 ~ cs i ~ i i ~ ~ n s i l ~ l c vcnclcr ctl cl ititcrior clcl clistr.ito. S r k>l:lr!lcn cnlonccs el I>r.c~l~lcr~i:~ ( I t . I i r verlln (lo

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estos excedentes en 10s mercados exteriores, esencialmente internaciona- les. Una condici6n tan indispensable para la supewivencia deI distrito (la necesidad de hacer frente a1 problema cada vez mis crucial de la deman- da final) excluye la posibilidad de que el distrito coloque su producci6n en 10s mercados exteriores de forma ocasional, y requiere por el contrario la puesta en marcha de una red permanente de relaciones privilegiadas entre el distrito, sus abastecedores y sus clientes. Toda definici6n econ6- mica del distrito industrial que aspire a la exhaustividad debere pues tener en cuenta la existencia de tal red ,y de todas sus interacciones con 10s otros elementos, ademis de las condiciones llamadas "locales" ante- riormente citadas.

H e extraido muy libremente 10s diferentes aspectos y problemas que aparecen a continuaci6n de entre 10s estudios y algunos esbozos de teo- rias que han tratado hasta el momento 10s distritos industriales.

11. La co~nunzdad local

Su rasgo mis caracteristico es su relativamente homogtneo sistema de valores y de pensamiento, expresi6n de una cierta Ctica del trabajo y de la actividad, de la familia, de la reciprocidad, deI intercambio, que condicio- na de alguna manera 10s principales aspectos de la vida. El sistema de va- lores que prevalece en el distrito evoluciona rnis o menos ripidamente con el tiempo segiin pautas todavia inexplicadas y constituye una de las primeras condiciones de su desarrollo y de su reproduccion. Esto no im- plica que s610 una determinada combinaci6n de valores sea compatible con el nacimiento y desarrollo de un distrito, sin0 mis bien que, a1 pare- cer, son posibles determinadas combinaciones, mientras que algunas otras son excluidas. Sin embargo, este sistema de valores no debe de ninguna manera poner obsticulos a1 espiritu empresarial o a la introducci6n de in- novaciones tecnol6gicas. Si tal fuera el caso, el distrito no seria una enti- dad capaz de perdurar y tendriamos en su lugar un espacio en estanca- miento social.

8Paralelamente a este sistema de valores, se desarrolla un corpus de ins- tituciones y -ara propagar estos valores en todo e r m

ci~lcentivarlos v transmitirlos de neneraci6n en generaci6n. El mercado. la " " empresa, la familia, la iglesia y la escuela forman parte de estas institucio- nes, Dero es necesario aiiadir a ellas tambiCn las autoridades locales, las . organizaciones politicas y sindicales, asi como otras numerosas instancias piiblicas y privadas, econ6micas y politicas, culturales y caritativas, reli- giosas y artisticas.

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A f in de qrle el metalolismo social pueda funcionar sin mayores obs- thculos, las instituciones dcl distrito deben, en la n~etlida de lo posible, respetar el rnis~no sistenla de valores. Lo que no quiere decir que no haya conflictos de intereses entre 10s diferentes miembros del distrito ni con- ciencia de estos conflictos. Pero son vividos (y definidos) en tCrminos ana'logos, en un contexto que instituve el inter& comunitario superior como principio do l m e iriteriorizado por el conjunto de la poblaci6n dcl distrito.

Todo esto podria parecer la descripcihn de una conirlnidad cerrada, en el interior de la cual la vida de catla individuo estaria regida pnr una ~nillti[r~cl cle realas. El distrito inc.lustria1 es, en efecto, un espacio en el seno del cual la liistn~~ia ha tenido una influencia determinante svbre el comportamiento "niltural" de sus habitantes. Entre estos concliciona- mientos, potle~nns citar conio cjclnplo una buena dosis de resistencia frente u la aceptaci311 incondicional tle cier-tns valores ql.le prevalecen en "el esterior", asi cori~o [Inn trnclencia, clue participa tlcl niismn espiritu, a elnplear dos l a l a r ~ z ~ s , dus mcJiclas clilerentes, cuantio se trata con 10s propios concir~daclanos -inclr~so los n ~ e \ ~ o s n contlici6n tlc ~ l r ~ c est6n inte- !grades- Ir C I I : ~ I I I . I O sc t ~xtii c.011 " C S I ~.;ii~iei~os". Sin rli~l.);~~.g(>, c l 11cclio clc quc csros v:ilor.~.s cc~~lt l ic i (>~lc*~~ I:] nclivi(l;lti v el ;)tito econ6mico clcl clistri- to ilnpide que sus niicmbros vean estus especificidades colnn lirnitaciones. Por el contrario, son rnotivo de orgullo y de satisfaccibn personal. Si se adrnite que el comportamiento "natural" propio del medio exterior no esth rnenos influido por la historia qile el del distrito, se convendrh que es 16gicarnente imposible responder a la pregilnta de si 10s habitantes del clistrito esta'n 1nAs o menos Iimitaclos que Ins demis. No olstante, es posi- ble alir~nar que las Iilnitacioncs SOH diferentes, y que son l~c~rcil~iclns y eva- luadas de manera dikrcnte.

En raz6n de la actividad propia tlel tlistrito, la v i , l ; ~ alli sc caracteriza por un intercarnbio permanente de individuos con el rnundo que Ies rodea, lo que da lugar a rnigraciones a la vez temporales y perrnanentes. D e hecho, una publacicin que viviera estancada no podria proporcionar a1 distrito 10s comportan~icntos y 18s variadss capacidades que necesita para sir dcsfirrolln. T.,g cnrn~~niclacl clel clis~rito tiene riecesidad de sangre Iillcvn, pc~ ,o es ~iecesario no olvi~l:ir qile la Ilcgiicla dc pohlaciones exte- riores supone proh~rtn:as (Ic: integr~ci6r1 social quc son, rcr/t?~.i.r pnr.l%zrs, f11nci6n dirccr:i dcl luso T I I ~ ~ I I I . ; ~ ~ clltrc el excranjcro y el ar~tcictono. 131 h i t ( : , de. ciertos clisrri~os itali:inos ctcstlc 1;-i Scpuntlfi Guerra fvl~rncli:~l se ~lcl~c. CII 1,:11,tr :I st1 ~ L I ~ F ~ C : c :~p:~ci~l :~t l {CI(: g s i ~ l i i I < ~ c : i c ; ~ ~ y :il l i ~ ~ . l ~ ( > --:II 111e11os nl 111.i1icil-icr- tic c1~1c It>s in ln ipr :~~~~t . s J-i~crn~l cn rc:llicl;r~l vcriric-1s 1?16si- 111c1s.

EL DIST'RITO MARSHALLIANO

La expresi6n requiere algunas aclaraciones. Ante todo, es necesario comprender que no se refiere a una rnultiplicidad fortuita de empresas. Cada una de las numerosas empresas que constituyen la poblaci6n tiene tendencia a especializarse en tan s610 una o algunas de las fases de 10s procesos productivos especificos del distrito. En resumen, el distrito es un caso concreto de divisi6n del trabajo localizada, que no esta' ni diluida en un rnercado general ni concentrada en el interior de una o varias em- presas. El tirmino localizaci6n no significa aqui la concentraci6n acciden- tal de varios procesos productivos atraidos a1 mismo lugar por factores propios de la regi6n. Por el contrario, las empresas esthn arraigadas en el territorio y no es posible c~nce~ tua l i za r este fen6meno sin tener en cuen- ta su evoluci6n hist6rica.

De esto se deduce que el proceso de gestaci6n global de un distrito presentari caracterfsticas diferentes a1 de cualquier otro. Lo que significa igualmente que toda unidad de producci6n que opere en un distrito debe ser a la vez considerada como una entidad que posee su propia historia -en tanto que la red de interdependencias lo permita- en principio dis- cernible de la de su territorio de origen, y como un engranaje particular en un distrito particular. Es en consecuencia un error agrupar, tanto en el andisis estadistico como en 10s debates politicos y econ6micos, pequeiias empresas que pertenecen a distritos industriales junto con otras, de tama- iio similar, pero que operan en contextos diferentes. Seglin nuestro enfo- que, la categoria "pequeiias empresas", utilizada frecuentemente en el de- bate actual, no tiene sentido.

Las empresas del distrito Dertenecen aeneralmente a1 mismo sector in- dustria r s sobre distritos industriales, la expresi6n "sector textil" engloba igualmen- te la maquinaria y 10s productos quirnicos necesarios para la industrig textil, asi como diversas actividades de servicios de las que no puede pres- cindir. A este respecto, Marshall distinguia entre industria principal e in- dustria auxiliar; algunos otros expertos prefieren hablar de lineas o inclu- so de sectores integrados verticalrnente.

Para que se produzca la 6srnosis total seiialada anteriormente entre las actividades de producci6n y las de la vida cotidiana, es necesario que el sector est6 lo suficienternente diversificado corno para ofrecer empleos a toclas las categorias de la poblaci6n (hombres y mujeres, jbvenes, adultos y personas de edad); o incluso que el distrito misrno sea "apropiadamen- te" multisectorial. Numerosos sistemas de distritos vecinos entre si, e in-

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clilso ciertos distritos nislados, consiguen r e ~ ~ n i r parcialmente estas condi- cic)11es.

1x1s 1'1-ocesos l~l-ncirrc-~ivo~ in~c~~r : i t los cli I R ir~tlrrstrin t;11 cc,mc~ a c a l ~ ; ~ tle ser tlcCi~~ic.la clchen ser esp;icinl y tcmporalme~ite disoci:~lllcs. 1111 proceso productivo continuo 11 cuva producci6n no pcrdiera ser transport:~rla ni a1- macennda -como la f ~ ~ s i o n dcl acero- no cc~ncor~dal.ia con el desarrollo del tlistrito. Eli otros terrninos, digalnos que son necesarias ciertas condi- ciones ticnicas que puedan dar lugar a una red localizada de transaccio- nes espccializ;~d:ts cli tonto R Ins p~~oclucciones i~lterrnedias.

Entre 10s procesos protluct ivos tecnica~nen te compatibles con un de- sarrollo econ6mico que responda al lnodelo de distrito, prleden citarse aquellos que alimentan r.ln mercado final fluctuante, con fuertes conti-as- tes espaciales y tenlporales, es decir, no estandarizado ni regular.

Es irnposible definir de rlna rnanera precisa el tarnafio de la uniclad de produc(:i6n para c3rla lrna de las lases clel sistcrna, pcro es ol.~vio q11c su mul~ipliciilnd !I su subtlivisicin cada vez n16s acusada favorecen una di- mensicin 6pti1na relativamente redrrcitla. Lo qile sin embargo no excl11ir8 las grandes ernpresas. sobre todo si se considera qlle el distrito alimenta igiralrnente los rnercndos exteriores de procluctos intcrniedios. Unn c c n - petencia particularmente feroz obliga a csda empresa intcgracla en el pro- ceso productivo a aproximarse R su 6ptirno tcc1ic,l6~:ic.o.

N o faltan las relaciones person;lles (talcs coino 10s lazos tle pnrrntes- CO) entre los dirigentes cle I R S empresas implic;lcias en las difercntcs fascs del proceso proclr~ctivo. l .a exisrcncia cle estos vinculos estreclios repre- senta un obstliculo r r ~ l a l i ~ grnn flexibilidad tle r.cl~cic111es socioecontimi- cas que exige el dist~.ito, pcro por otra part(: se acornods mrly bicn a las profundas interacciones existentes entre la com~~n idad )I los procesos pro- ductivos. Tarr~LiCn existen entre las empresas del clistrito cleterminadas fornlas cje acrlerdos y de coaliciones. pero a p ~ r r i r del rnomento en que el peso de Ins rclacionrs finnncierns o cl taninfio dc cicrtas cnlpresas "sol~re- pass el gilibo" (por decir.lo cle alpunr~ rnanera), nos salin~os clc los cino- nes ((el dist.r.itn ~n;~~~s l i i~ l l i :~no .

Dc acuerclo con In 6tica dcl trab:~jo y de 12 activiclad que prevalece en el distrito, c:~tl;i rlno delw husc:~r I>ermnllcntcrliente el tipo clc activiclad prolcsion:ll ~ I I C uwjor se : icj ;~~~tr 3 "1s as~lirncioiies y/o c:l17:~cidades. En consecr.~cnci:i, cri t:11 : i~i i l~ic~i tc , cl q r ~ r sc q r~c~ lu sill e~tipleo o el clue acepta uno (111' 11~1 Ic prrrnir;~ pcuicr en ~x.:ic-tic.n tocl:~s srls cfil~:~citl:iclcs, cs cstig-

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rnatizado. Lo que quiere decir que 10s cambios de actividad, aunque sean frecuentes, no son de ninguna manera percibidos de manera negativa.

El distrito ofrece una gran variedad de actividades profesionales. Reina una especie de cadena ininterrurnpida que va desde el trabajo a do- micilio hasta el trabajo asalariado, a tiempo parcial o a tiernpo completo, hasta 10s trabajadores independientes y 10s dirigentes empresariales. Frente a tal diversidad, el individuo va cambiando constantemente de tip0 de actividad, y procura encontrar en cada momento un atractivo su- plementario. Se trata de un proceso secuencial puesto que, a partir del mornento en que ejerce una actividad nueva, se le van a ofrecer nuevas oportunidades hasta entonces inaccesibles. <Hay que deducir de ello que el distrito logra la adecuaci6n ideal entre el trabajador y su actividad pro- fesional? Si, en cierta rnedida, gracias a un rnecanismo de penalizaciones y de incentivos. No, si se considera que la naturaleza dinirnica del distrito -que no puede sobrevivir mis que desarrollindose- supone la permanen- cia de la contradiccibn entre el tip0 de actividad a la que el individuo esti adaptado y aquella a la que aspira.

Esta tendencia intrinseca del distrito a reorganizar constanternente sus recursos humanos es una de las condiciones sine qua non de su com- petitividad y de su productividad. Aqui entran en juego importantes fac- tores inmateriales como el binomio esperanza-insatisfacci6n, que se con- vierte en tangible y negociable en la accibn, contribuyendo asi a este aumento continuo de la productividad que se observa en el seno del dis- trito y que no es debido Gnicamente a1 progreso tecnol6gico. Desde el punto de vista del interes general del distrito, la especializaci6n del traba- jador -que puede ser particular de la empresa o del distrito- no se pierde totalmente cuando pasa de una empresa a otra, puesto que continua for- rnando parte de ese bien pliblico que Marshall califica de "atm6sfera in- dustrial". Cuando, por citar a Marshall, "10s secretos de la industria estin en el aire que se respira", la transmisi6n de las cornpetencias adquiridas de manera tradicional (escuelas profesionales y forrnaci6n en la empresa) se encuentra completarnente integrada en un proceso de intercambio y reorganizacih espontinea de 10s conocirnientos y de las opiniones, gra- cias a las relaciones personales y de convivencia que muy a menudo per- mite la vida cotidiana en el seno del distrito.

La evaluaci6n de las cualidades personales y profesionales de un tra- bajador con el fin de ofrecerle el ernpleo que rnejor se adapte a sus carac- teristicas, es mucho mhs ficil si la empresa esth bien integrada en el tejido social local que si, por el contrario, esth aislada o perdida en un ambiente urbano anbnirno. Las inforrnaciones que una empresa del distrito podrh procurarse facilrnente sobre un candidato a un empleo serhn mucho mis

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interesantes qlle las obtenidas mcdiante Ias rcdcs formales. Por tanto, se p~lr t lc s ~ ~ p c ~ i c ~ . qlle i r ic l r~s~ lax p-antles enlprcs:ls, a pcsgr dc t c d a s Iits tee- nicas cle reclutarnienro )I sofistic:rJos tcsrs cle qrlc d i spo~en , sc errellent !-:In a veces en tlesventaja respecto a las pequcti:~s cmpr-cs;ls tlel distl-iro.

Cada uno de 10s tnecanislnos anteriorrnente descrilos es por igual un lactor de atracci6n y clc estnbilixacicin dc los trabajadores mis competen- tes. Con uri c~piriru miry ~ii:~rshallinno, los tralx1j:1Oc71.cs m;is h ~ ~ s c ; ~ d o est6n ~nejor c!insicl:.r~cl(ls y rcconoci(los r n cl clistr.i[o q !~c c.il ~ I I : I ' , [ I I ~ ~ . I . otro luear, y en consecuencia tienen trr~tlcncia :I ;1!:1-!lp:lrsc \. ii Iicrrnanc- cer alli.

La otra catc~ol.ia cle agcntes Inuy representativos del distrito esti cons~ituida por lo qrlc yo llatiiaria u ~ i poco pomposamcnte 10s ''F

uros" Los i777pn7ztzatori de Prato son 10s que a mi juicio correspon- en mejor a este tipo ideal. El empresario ideal puro actlia rle la siguiente ?=--

rnanera: por una {larte, sigi~e rnuy de cerca 10s acontecimientos qite se produceti cn cl mereatlo rn r~~~d ia l cle los prodllctos fabricados en el distri- to; por cltra, intenta constantemente perfeccionar su propio conocimiento del distriro cn tnnro qlle cntidad productiva y sociocultural. Srl papel principal es trac111cir todas las potencialidades conteni~las en la herencia hist6rica dvI distrito en otros tatitos productos comercializahles. Conside- ra el distrito corno una especie de capitill Clexible, capaz cle producir nrl- nicrclsos protlucto difercntcs ;Illnqlle clcntro de unn rnisn~a g;llnn (In tipico dcl sector tal rorr~o I(.) I~:rl)in~i~cis tlcli~)icic, :~ntcs). Sir principal "in- rnovilizatlo" es no conoccr rnis que un unico distl.ito y, conio rnixinlo, SLIS anexos.

~ C 6 r n o puede el ernpresario puro ]legal. a conocer bien su propio dis- trito? No posee fhbrica ni empresa, ni otros asalariados que sus colahora- dores prciximos. Su ririico capital fijo es un dep6sito que 1.1tiliza parn al- macenar Ifis matcr.ins pr-itnas -qtle corn1-rr.n 61 niisnicl- y 10s prodr~ctos finales. (El iinAlisis cro~~rS~nico 110s clicle qrte Pste cs un c-asn cslvci:il. y cl~lc en gencriil rln cmpresaricl encrrcntra het~eficioso poseer en prupiccl;~tl [:11 o c u d rnedio de producci6n.) DespuCs de llevar a cabo un an6lisis de las tendencias de 10s mercados exteriores, pone en rnarcha, con sus diferen- tes fabricantes halituales y sus colaboradores, un "proyecto de producto" que incluye generalrnente roc.l:~ una gania de prodr~ctos diferentes. Ulia vez esti~cli;~d:is 121s posil)iliclad~s de Cxito clel producto en el mercadn, pe- dir6 a ; i lg~~nos ilc sus f :~ l~~ . i c~ r i t c s Iial;it~lnles -1,et.o 1 1 0 sicm~7r-e a los niis- rnos- qlle le c.xpclliyznii s l ~ s cn~~<licioncs 1):1r:i ilscl:tlri\r la I ~ ~ ~ I F ( ~ I . I ~ ; I ( : ~ ~ I I de las l-rin[er-ias liri~rl:~s y dcl proye(-tn c11 lwodr~cto fi11:11. :IS; c(lrl)(r, ~ O C O :I ~ ( J C O , el r:iiil\icq:~~.ic., :~ ( l (~ r~ ic rc !In mcjor co!ic>cimir~l~n tle ]:I cil ~.rtc- tllril sclciocco~itiriiic;~ clc 1:) capiicirlacl i,l.clclr~ctiva tlel distrito.

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Existe no obstante un peligro para el distrito: la tendencia creciente que tienen 10s ernpresarios puros a perder sus raices y a dejarse "cosmo- politizar". Una vez que un empresario ha tejido su red de clientes en el rnercado internacional, va a ser progresivamente conducido a comparar el increment0 de beneficios con que puede contar gracias a un mejor cono- cirniento de su distrito y el que estirna poder extraer en nuevas Lreas de producci6n. Si sigue esta dtima via, dejari de jugar el ~ a p e l de agente I-rilro del distrito para convertirse en intermediario puro. En la medida en que sus relaciones con el distrito se relajan, mientras que inversamente se refuerzan las que lo unen con 10s consurnidores del producto, se converti- r i en una simple "oficina de compras".

Este anilisis no seria completo si no se tuviera en cuenta la irnportan- te reserva de trabajadores a domicilio y a tiempo parcial. Estas dos cate- gorias sirven de enlace entre el sistema de empresas y la estructura fami- liar, es decir, entre la producci6n propiarnente dicha y la vida cotidiana del distrito. Estas "actividades secundarias" revisten un aspect0 muy dife- rente en el marco de un distrito que funcione bien. Nos limitarernos a decir que, junto con 10s trabajadores a tiempo cornpleto, estos trabajado- res a dornicilio y a tiernpo parcial contribuyen a aumentar las rentas rnis alli del minimo necesario.

Estas actividades juegan un papel esencial: por una parte, arnortiguan parcialrnente las fluctuaciones exteriores gracias a 10s ajustes presupuesta- rios internos propios de 10s individuos y de las familias, atenuando asi 10s efectos del ciclo econ6mico sobre la estructura industrial de base del dis- trito; por otra parte, mantienen y regeneran el proceso de reclutarniento de 10s pequeiios empresarios.

A pesar de la intensa cornpetencia que reina a la vez en el interior de 10s distritos y entre ellos, el rnercado que mejor se adeclia a ellos no es una vasta aglomeraci6n uniforme de compradores (o de vendedores) in- diferentes a 10s lugares de producci6n y solamente interesados por el pre- cio de las rnaterias primas, de la maquinaria, de 10s bienes y de 10s servi- cios cuya calidad estC reconocida. Por el contrario, en el rnercado del distrito industrial el precio no es un elernento deterrninante de la elec- cii,n, y de ahi la necesidad de p r o p o r c i o . n a r , j u ~ ~ q la mercancia, una iniorlnacicin complernentaria muy amplia. Esto s~gni Y' ica que:

R! CI ~-~I.OCCSO de lo que se denomina marketing deI producto final no viene a sobreaiiadirse a la actividad de transformaci6n del distrito, sino que, por el contrario, hay entre 10s dos una 6smosis perfecta,

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b) el \ )~ lcn f~i~icionai~lic.~it(~ tlc Icjs r~ic~.c:~cIos ir~ternos clc Ins clistritcls contlicionn la fisonomia y la evoluci6n de cada uno de cllos (tnniados conio sisternas de valores y tle instit~~ciones), y estc condicionamiento tjcne cotno ol~>jrtivo prnporcionar grat~~iramente llna p r t e tie esta infor- maci6n.

Si se cor~siciera c1 tlist~.ito incl~~stri:~l corno un factor esl~ccial en cl cilcrl- In de 10s agentes. J. 110 ccin~ci r r l i sinllllcr' indic-ntlol. clc or-i??cr-~ grcicr.:il'ic-o. iste no se carfictcriza ilnicamente por la existencia tle una red especi:~liza- da de agentes econ6rnicos cuyo papel es proporcionar inputs y colocar 10s productos finales en 10s mercados, sino tarnbiin por una imagen rnuy es- pecifica, distinta a la vez de la de las unidades que lo constituyen y de la de [as eriipresas de otros distritos. En otros tkrminos, la "rnercancia re- presentativ:~" de cntla tlistritn tlchc, para tlifel-enciarse cle sus cornpetido- res, presentar caracteristic:~~ l)nrticulares. sea a nivel c~~alit;itivo (rnateri;is primas utilizadas, tratnmientos tecilicos, etc.), scs a1 cle 1;1 comc~.ci;iliz;~- ci6n (plazos cle entrega, regularidad de las series, etc.). En resllnien, es nccesario qrle exista otra cow cletrhs del sinlbolo llnificador (como por ejernplo 10s nzillejos cle Sassuolo) para lnotivar la elecci6n.

Al ser tanibiPn r l l i grnn consumidor de niaterias primas, el distrito concentrari Iln nilniero relativfilnente itnportante de cornpradores espe- cializados. l?.sto pcrlni~e I-ealizar beneficios suplementarios sobre estas materias primas, qrle se nlintlen A Ins extr~iclos de Ins actividacles tle pro- di~ccicin. A1 liaccr sr~rfiir 1111 cliferc~~ci:~l progresivfimente lnBs ac~isaclo en favor de 10s distritos ~ n i s import;~ntes y inis dinimicos, estos factores fa- vorecen la bilsqi~etIa de econnmias de escala en cad8 uno dc cllos. Los lazos qrle 10s [Inen a 10s mrrcados que les aprovision;lii tlc t~iaterias pri- mas, o a 10s qile les proporcionan su tecnologia, plreclen ademhs consti- tiiir sfilidas para SII psopia prodrrccibn.

Por tanto, el oripcn y el desarrollo clel clistsito industrial no se basan s610 en un ensamblaje localizac~o (y fideniis no ficil de realizar) de ciertas caracteristicas socioculturales prnpias de una comunidad dada (sistema de v;tlorcs, de conlportamientos y tle instituciones), dc caracteristicas his- t6ricas )? naturales particulares cle una zona geogrifica (01-ografia, vias de coin~ir~icncicin y cetitros dc intercaml)io, mciclo de 11r11ariiz;lci6n, etc.) y de especificic.ladrs t6cnic;ls jnhcrentcs :I un proceso pr:clcl~ lctivo (prnccso cles- componible, series Iitnitadiis, etc.), sirlo t:~rnbii.n cn Lln I)roccso clc intcr- acci6n clin5niica ( i culo \~ i~ruoso) entre la d ivis ih~~ y 1:1 i l ~ t c g ~ : ~ ~ i ( \ t i dc1

+TY;~ 1 ,;I hlisq,~ccl;~ per 1~1i1ri(:ntt: el' riL1Evils mli- trabajo 131-acticaci;~~ e 1 cl c I ~ L I I o tlas para str procl~~cci6n, y la constitrrcibti tle un rctl clc sciliclns \;irlc~rlos con los rnercudos cxter-iorcs. 'Todos estos elemrntos se intcrpcnctl-:~n, ailn- que no sicmprc dc niaiicrfi fi11tc>m6tica, p ~ ~ c s t o q l ~ c , en c-n t l :~ ~list~.iro. c.1

EL DISTRITO MARSHALLIANO 49

rnecanisrno de expansi6n se enfrenta a1 doble irnperativo de la distri- buci6n de las rentas y de la cuota rnixirna del rnercado rnundial que un sector p ~ ~ e d e ocupar -en relaci6n a las necesidades fundamentales- en funci6n de una renta dada. Evidentemente, el volumen de las ventas reali- zadas de rnanera rentable por el conjunto de ernpresas, en el distrito o fuera de el, en la satisfacci6n de necesidades fundamentales, no es ilimita- do. Evoluciona en funci6n de las leyes de desarrollo del rnercado. Este es, de rnanera rnuy sucinta, el context0 de cornpetencia a que se enfrentan tanto las empresas de 10s distritos industriales corno las empresas que estLn fuera de ellos. El estudio de estos aspectos rnacroecon6rnicos del distrito est6 a h en estadio ernbrionario, pero ya existen ciertos elernentos te6ricos relativos a 10s paises y a 10s sectores industrializados que p ~ ~ e d e n por consiguiente ser adaptados a nuestro prop6sito.

VI. Cornpetencia y solidaridad

Lo que se ha dicho sobre el mercado de trabajo perrnite suponer que la poblaci6n del distrito est6 sometida a una especie de lucha hobbesiana despiadada e incesante de todos contra todos. Esto es cierto s61o en el sentido de que cada uno lucha constanternente para rnejorar su propia si- tuaci6n (y la de su familia), y en el de que nadie puede contentarse con condiciones econ6rnicas netarnente rnuy inferiores a las que predominan en el exterior del distrito. Si la vida en el seno del distrito fuera efectiva- rnente un cornbate de todos contra todos, sin ninguna solidaridad entre 10s contendientes, donde toda debilidad, incluso pasajera, entraiiara un castigo despiadado y donde toda desventaja seria fatal, reinaria tal incerti- dumbre que el perdedor no tendria jamis derecho a una segunda oportu- nidad. De hecho, el distrito postula la renovaci6n del juego de la compe- tencia, y el que pierde una partida habiendo respetado las reglas de la cornunidad esta autorizado a volverlo a intentar otra vez.

El mercado de la rniquina de ocasi6n es un mecanismo que permite aumentar la liquidez del capital en el seno de una estructura, corno el dis- trito, caracterizada por ernpresas que, por su situacihn, no tienen un acce- so f6cil a 10s rnercados financieros: les perrnite rnantenerse rn6s ficilmente en actividad. Si un pequefio ernpresario se encontrara en la imposibilidad total de revender, sin registrar fuertes perdidas, una rniquina que no le conviene, se produciria una desaceleraci6n de las inversiones en nuevos equipamientos (y por tanto de la introducci6n del progreso tkcnico incor- porado) y, de una rnanera mls general, la degradaci6n de la mentalidad cmpresarial. Por el contario, en el distrito, gracias a la variedad de las ne-

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