Las talegas de Isluga

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remembranza

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  • Volumen 42, N 1, 2010. Pginas 111-112

    Chungara, Revista de Antropologa Chilena

    JOHN MURRA Y LAS TALEGAS DE ISLUGA

    Vernica Cereceda1

    1 Fundacin para la Investigacin Antropolgica y el Etnodesarrollo Antroplogos del Surandino, ASUR. Sucre, Bolivia. [email protected]

    Cuando recib la sugerencia de la Direccin del nmero de Chungara, dedicado a la memoria de John Murra, de incluir en esta publicacin una versin castellana de Semiologa de los textiles andinos: las talegas de Isluga, me sent muy conmovida, pero, al mismo tiempo, con gran pudor. Por qu sera este texto, tan antiguo ya, un homenaje a John? Record, sin embargo, de inmediato, la relacin directa que l tuvo con este artculo y me inund un profundo agradecimiento, sintiendo vivamente todo lo que le debo.

    En los aos setenta realizamos un largo trabajo de campo, con mi esposo Gabriel Martnez, en el ayllu Isluga. Estaba ya interesada en los diseos de los textiles, pero, al mismo tiempo, una cierta reticencia me impeda dar forma a los datos que iba obteniendo al observar tantos tejidos y conversar con las tejedoras. Cmo dar cuenta de la relacin que formas y colores establecan con otros significados de la cultura? Los estudios andinos no estaban, por ese entonces, muy desarrollados en Chile y menos sobre un tema tan preciso como el diseo de unas simples bolsas de almacenaje. La informacin era fuerte, sin embargo, y me decid a procesarla. El primer manuscrito recibi el estmulo de dos grandes amigos: Tristan Platt, que incluso redact una resea, y Jorge Hidalgo, que me comunic su entusiasmo desde Arica. Ellos me sugirieron que se lo enviase a John Murra.

    Con John nos habamos conocido en 1973, en el Primer Congreso del Hombre Andino realizado entre Arica e Iquique, muy poco antes del golpe de estado en Chile. Desde entonces, nos escri-bamos de vez en cuando. Cuando public Las etnocategoras de un khipu estatal me envi una nota breve, como acostumbraba muchas veces. Su pregunta era por qu, en el khipu de los seores de Jatun Xauxa, las cuerdas anotaban inmediatamente despus de los seres vivos (personas y ganado), a los tejidos dados en tributo? Los tejidos antes que el maz, antes que las papas. Mi respuesta fue, tres

    aos despus, el texto de las talegas. Y recib otra nota breve: De modo que las talegas son, tam-bin, animales!, es decir, son seres vivo. Y desde entonces, John decidi el destino de ese texto: no slo lo public en el nmero de Annales que dirigi junto a Nathan Wachtel, en 1978, sino que quiso hacer directamente l la traduccin del francs al ingls y se dio el trabajo de hacerlo para la edicin de Anthropological History of Andean Polities de Cambridge University Press.

    Esas ediciones, entre otros factores, y el apoyo de John, posibilitaron nuestra beca en la Pontificia Universidad Catlica de Lima para estudiar un Magster en Antropologa y posteriormente un doc-torado en la cole des Hautes tudes en Sciences Sociales, en Pars.

    Esos recuerdos me vinieron con la solicitud de publicar Semiologa de los textiles andinos: las talegas de Isluga, ahora por primera vez en castellano1. Sin embargo, lo que recuerdo con ms fuerza, y da a da, es su presencia encan-tadora y siempre estimulante, sea en Pars, en Lima, en Santiago, en Bolivia. Quizs no hay ya nadie como l hoy, tan dedicado a impulsar los estudios andinos no slo siendo un lector atento, sino a travs de gestiones, cartas, publicaciones, que l se daba la molestia de llevar adelante para desarrollar los trabajos de otros colegas. Muchos somos los que estamos en deuda con su pasin y su amistad calurosa.

    Hasta muy cerca de su muerte segu recibiendo pequeas notas, a veces la fotocopia de un artculo que le pareca interesante, a veces slo unas palabras sobre un trozo de papel. Lo ltimo que me lleg fue su escritura sobre una pgina de un peridico de Madrid, que hablaba sobre un fotgrafo. Con su letra firme me puso, en grandes caracteres: Sabas que en Espaa hay un fotgrafo que se llama Cerecedo? As, con o. Humor y cario, tan propios de l.

    Sucre, febrero, 2008

  • Vernica Cereceda112

    Nota

    1 Nota del Editor: Este manuscrito circul en forma de fotocopia, desde principios de la dcada de 1970, pero nunca tuvo una edicin e impresin formal, puesto que su publicacin fue censurada en la edicin del Volumen 8 de Chungara en 1981.