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[ LATOMUS EXTRAIT REVUE , D'ETUDES LATINES FONDÉE EN 1937 PAR M.-A. KUGENER, L. HERRMANN ET M. RENARD PUBLlÉE SOUS LA DlRECTION DE Carl DEROUX PROFESSEUR A L'UNIVERSITÉ DE BRUXELLES AVEC L'AIDE FINANCIERE DE LA DIRECfION GÉNÉRALE DE L'ENSEIGNEMENT SUPÉRIEUR ET DE LA RECHERCHE SCIENTIFlQUE AINSI QUE DE LA FONDATION UNIVERSITAIRE DE BELGIQUE TOME 58, FASCICULE 3 JUILLET-SEPTEMBRE1999

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LATOMUSEXTRAIT

REVUE,

D'ETUDES LATINES

FONDÉE EN 1937 PAR

M.-A. KUGENER, L. HERRMANN ET M. RENARD

PUBLlÉE SOUS LA DlRECTION DE

Carl DEROUXPROFESSEUR A L'UNIVERSITÉ DE BRUXELLES

AVEC L'AIDE FINANCIEREDE LA DIRECfION GÉNÉRALE DE L'ENSEIGNEMENT SUPÉRIEUR

ET DE LA RECHERCHE SCIENTIFlQUEAINSI QUE DE LA FONDATION UNIVERSITAIRE DE BELGIQUE

TOME 58, FASCICULE 3 JUILLET-SEPTEMBRE1999

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Vinculaciones entre Apulia y el área de influenciade Carthago Nova en época tardorrepublicana

Frecuentemente vemos cómo las conclusiones de importantes trabajoshistóricos quedan pendientes de las matizaciones que futuros estudios puedanaportar. Y es demasiado habitual ver cómo sucesivos análisis sobre un mismotema evolucionan construyéndose, como es lógico, sobre los datos y trabajosque se han publicado, quedando en la sombra áreas y argumentos funda-mentales. Éste es el caso de los estudios que se han ocupado de la comer-cialización de las producciones agrícolas apulas durante los siglos II y 1a.c.,que necesariamente no han podido considerar los datos referidos a Hispaniadada la escasa intensidad con que la investigación española ha tratado estetema (').

Es por ello que, hasta el momento, no se ha podido calibrar convenien-temente la importancia que, para la producción agrícola-comercial apula deépoca tardorrepublicana pudo tener el mercado hispano. Nuestras recientesinvestigaciones en distintas áreas del litoral mediterráneo de la PenínsulaIbérica han mostrado un nuevo panorama que nos obliga a reconsideraralgunos plantemnientos ya tradicionales sobre este tema. Este será, pues, elobjetivo de este trabajo: redimensionar el papel que los mercados occidentalesdesempeñaron en la dinámica comercial tardorrepublicana reinterpretando,

(1) Entre los trabajos dedicados a este tema cabe destacar las investigaciones deM. BELTRÁNLLORIS,Las ánforas romanas en España, Zaragoza, 1970; D. CERDÁ,La nave romano- republicana de la Colonia de Sant Jordi, Palma de Mallorca, 1980;C. FABIAO,Ánforas romanas republicanas de un depósito de Mértola no AfuseuNacional de Arqueologia e Etnologia en O Arqueólogo Portugues, Serie IV-5, 1987,p. 125-148; C. FABIAO,Sobre as ánforas do acampamento romano da Lomba doCanho (Arganil), Lisboa, 1989; A. FERNÁNDEZIZQUIERDO,Las ánforas romanas deValentiay de su entorno, Valencia, 1984; M. COMASI SOLA,Baetulo, les amfores,Badalona, 1985; J. MAs, La nave de Punta de Algas en NAH XIII-XIV, p. 402-427,1971; J. MAS, El polígono submarino de Cabo de Palos. Sus aportaciones al estudiodel tráfico marítimo antiguo en VI Congreso Internacional de Arqueología Submarina,p. 153-171, 1985; J. MAs, Excavaciones en el yacimiento de «San Ferreob>(Costade Cartagena) en VI Congreso Internacional de Arqueología Submarina, p. 189-223,1985; A. MANTILLACOLLANTES,Marcas y ánforas encontradas en Saguntum enSaguntum 21, p. 379-416, 1987-88; J. MoLINA VIDAL,Las ánforas y el comercioexterior de El Tossal de Manises (Alicante) durante las épocas ibérica y romana,Alicante, (en prensa).

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a la luz de los nuevos datos, los elementos que intervienen en el desarrollode la agricultura apula.

Será imposible contestar a todas las cuestiones que nos han llevado aacercamos a la investigación de estos temas. Nos conformaremos con aportarpropuestas o interpretaciones coherentes que permitan en futuros trabajosprofundizar el estudio no sólo de una realidad concreta de la evolucióncomercial de una región, como pueda ser la apula, sino del conjunto delsistema de comercio mercantil de base esclavista y expansionista que sedesarrolló entre las Guerras Púnicas y la época de los Antoninos.

Pretendemos, pues, acercamos a cuestiones concretas como qué factorespermitieron el desarrollo de las producciones apulas, o en qué medida pudieronestar relacionados los desarrollos económico-comerciales de los distintosnúcleos periféricos. Pero al mismo tiempo, partiendo de los análisis concretosdebemos, aunque sea de forma inicial, aproximamos al estudio de algunasde las cuestiones fundamentales. Aquéllas que sustentan las actuales y futurasinvestigaciones sobre la naturaleza del comercio romano, es decir, de laeconomía y la sociedad romana. Un trabajo de este tipo no puede ser ajenoa las corrientes de interpretación de la economía antigua, desde sus plan-teamientos iniciales hasta los resultados que ofrezca.

1. IMPORTACIONESAPULASEN HISPANIA. - Los debates sobre las con-secuencias más o menos desastrosas de la Segunda Guerra Púnica sobre laagricultura apula han sido largos y apasionantes. No en vano, la visión quelas fuentes escritas nos han transmitido sobre la agricultura apula en la primeramitad del siglo II a.e. es desoladora: despoblación, miseria (2), conflictossociales (3).Sin embargo, esta visión, sobre la que A. J. Toynbee (4)construyósu interpretación de la Italia postanibálica, contrasta con la imagen proyectadapor fuentes posteriores como De re rustica de Varrón (5).De todas las regionesitálicas Apulia es la que aparece con mayor frecuencia en esta obra varroniana,señal del destacado papel que jugaba en la economía rural de Italia de suépoca. Entre Estrabón (6, 3), que mayoritariamente utiliza a Artemidoro(finales del siglo II a.e.), y el libro primero De re rustica de Varrón, escritoantes de la Guerra Civil en tomo a los años sesenta a.e. (6) hay más de

(2) ESTRABÓNVI, 3,5 ; 3,9 ; 3,1l.(3) LIVIOXXXIX, 28, 8-9 ; 41, 6-7.(4) A. J. TOYNBEE,L'ereditil di Anibale. Le conseguenze della guerra annibalica

nella vita romana, vol. 11,Roma e !'Italia dopo Anibale, Turín, 1965[1983].(5) Sobre el significado e interpretación de la agricultura apula en De re rustica

de Varrón cabe destacar, sobre todo, los trabajos de P. BALDAccI, Importazionicisalpine e produzione apula en Recherches sur les amphores romaines, Roma, 1972,p. 7-28. Ph. DESY,Recherches sur l'économie apulienne au 11"et au ¡e, siecle avantnarre ?!re,Bruselas, 1993(Col. Latomus).

(6) Ph. DESY,Recherches [no5], p. 174.

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medio siglo en el que la agricultura apula se ha transformado totalmente,como por otra parte queda documentado por las fuentes materiales.

Presumiblemente, las consecuencias perniciosas de la Segunda GuerraPúnica sobre Apulia provocaron a lo largo del siglo II a.e. la metamorfosisde las estructuras económicas. La transformación de este territorio en agerpublicus, las políticas de colonización, la apertura de los mercados orientalesy, sobre todo, la afluencia de propietarios y capitales centroitálicos (1)fueronalgunos de los factores que provocaron la recuperación económica a lo largodel siglo II a.e. (8) Asistimos, pues, entre las décadas finales del siglo II a.e.y mediados del siglo 1a.e. a la extensión de formas de agricultura mercantil,que tendrán su expresión material en la distribución de los vinos y aceitesapulos por los mercados mediterráneos.

Ahora bien, ¿ qué dimensiones alcanzó la comercialÍzación de los vinosy aceites apulos ?, ¿ qué factores permitieron su desarrollo ?, ¿ sobre qué rutasmarítimas se construye su sistema de transporte? y, sobre todo, ¿ cuáles sonlos mercados que sustentan la expansión comercial apula ?

Para contestar estas cuestiones debemos empezar definiendo el alcance que,hasta el momento, se creía que podria tener la expansión comercial apula.Las primeras exportaciones masivas de vinos y aceites apulos se producena finales del siglo II a.e., como evolución de las anteriores envasadas en ánforasdel tipo grecoitálico, y es en la primera mitad del siglo 1 a.e. cuando seregistra la comercialÍzación más importante de productos apulos. Por tantoes muy posible que los procesos de concentración de la propiedad yla llegadade capitales centroitálicos, posteriores a los intentos de colonización graquiana,jueguen un papel fundamental en el desarrollo de estas producciones. Porotra parte, la presencia masiva de negotiatores itálicos, especialmente apulos,en Delos sería otro factor importante para el desarrollo de contactoscomerciales exteriores (9). Estos agentes ponían en relación territorios poten-cialmente ricos, capitales dispuestos a implicarse en producciones de caráctermercantil y una de las fuentes de mano de obra esclava más importante desu época, como era el Mediterráneo Oriental.

Desde el punto de vista de las exportaciones, el hilo conductor de estasrelaciones es la difusión de los vinos y aceites apulos, que se pueden seguira través de la difusión de las ánforas del Tipo Brindisi y las Lamboglia 2.Precisamente en la ciudad de Delos, puerto franco desde el 167 a.e., se han

(7) Por ejemplo, las marcas PILBETILM., que llegan a la Península Ibérica entremuchas otras, atestiguan la presencia de familias centroitálicas (Aletrium, en este caso)en Apulia.

(8) P. BALDACCI,Importazioni [no5], p. 9-18.(9) T. HOMOLLE,Les Romains a Délos en BCH 8, p. 75-184, 1884; J. HATZFELD,

Les trafiquants italiens dans l'Orient hellénique, París, 1919; Ph. DESY,Recherches[no5], p. 252.

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encontrado importantes proporciones de ánforas Lamboglia 2 (lO)Y aunqueuna parte pudiera servir para el abastecimiento de sus habitantes itálicos (11),está claro que otra parte era redistribuida por el Egeo (12).

La clave es saber qué función cumplió el vino apulo en Oriente. A. Tcher-nia (13)ha propuesto una interesante hipótesis para responder a esta cuestión.Según este investigador, el vino apulo serviría como moneda de intercambioen los mercados de esclavos de Oriente como, por otra parte, algunas fuentesescritas señalan que se realizaba en la Antigüedad (14).En ese sentido esespecialmente llamativo el hallazgo de un pecio cargado de ánforas Lamboglia2 en Thasos (15),lugar donde se trafica con los esclavos tracios (16).

En consecuencia, y partiendo de las investigaciones disponibles, se hapostulado una comercialización preferente de los vinos y aceites apulos haciael Adriático y el Mediterráneo oriental, vinculada al comercio de esclavosy al abastecimientos de los negotiatores y demás poblaciones itálicas queoperaban en esta zona. En cambio, para el Mediterráneo Occidental lainvestigación tradicional ha postulado un abastecimiento preferente de vinostirrénicos dependiente de las poblaciones itálicas que allí desarrollaban susactividades. La llegada de producciones apulas a las costas occidentales seha considerado tradicionalmente como marginal en relación a las tirrénicas.Se apunta, no obstante, una mayor concentración de contenedores tirrénicosen el sur de Francia (17). Como hemos advertido anteriormente, estas

(10) G. WEINBERGet al., The Antikythera Shipwreck reconsidered. Transactionsof the American Philosophical Society, Filadelfia, 1965; E. L. WILL, Les timbresamphoriques latins en Lílot de la Maison des Comédiens, Expl. Arch. De Délos,XXVII, París, 1970, p. 383- 386; T. HOMOLLE,Les Romains [no 9], p. 75-184 ; J. HATZ-FELD, Les trafiquants [no 9], p. 214; A. TCHERNIA, Le vin de [,Italíe romaine. Essaid'histoire économique d'apres les amphores, Roma, 1986 (BEFAR 261), p. 70-73.

(11) M. RosTovTzEFF, Historia social y económica del Imperio Romano, Madrid,1957 [1972] ; A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 72.

(12) J. HATZFELD, Les trafiquants [no 9], p. 143-144; A. TCHERNIA, Le vin [no 10],p.72.

(13) A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 70-74.(14) POLIBIO IV, 38, 4-5 ; ESTRABÓNXI, 2-3 ; PS-DEMÓSTENES, Contra Lacritos;

A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 72-73.(15) J. HATZFELD, Les trafiquants [no 9]; A. J. N. WILSON, Emigrationfrom Italy

in the Republícan Age of Rome, Manchester-New York, 1966; A. TCHERNIA, Levin [n. 10], p. 72.

(16) M. I. FIN LEY, The Black Sea and Danubian Regions and the Slave Tradein Antiquity en Klío 40, 1962, p. 51-59 ; A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 73.

(17) A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 69, afirma que «les Lamboglia 2 ne sontpas des raretés en Occident, mais il n'y a, comme nous le verrons un peu plus loin,aucune commune mesure entre le nombre de leurs découvertes et celui des Dr. 1.La situation s'inverse en Adriatique et, pour autant qu'on puisse le savoir, en roerEgée» ; A. CARANDINI, La villa romana e la piantagione schiavistica en Storia di Roma,Iv. Caratteri e morfologie, Turín, 1989, p. 114; Ph. DESY, Les timbres amphoriques

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conclusiones son lógicas dada la escasezde datos disponibles hasta el momentosobre la Península Ibérica.

Partiendo de esta tesis tradicional sobre la exportación preferente de vinosy aceites apulos hacia Oriente, hemos construido y analizado series de datosextraidas de nuestras investigaciones sobre la dinámica comercial republicanaen la Hispania Citerior (Fig. 1) (18).Hemos realizado el análisis de conjuntosanfóricos de distintos yacimientos de la costa mediterránea española sobrelos que aplicamos un simple análisis estadístico de recuento de bordes, deesta forma vamos a ver cuál es la relación entre las importaciones de vinostirrénicos (ánforas Dressel 1) y vinos apulos (ánforas Lamboglia 2) (Fig. 1).

Como vemos, el análisis de estos datos vienen a completar o matizar lainterpretación tradicional sobre la circulación de vinos en el siglo I a.e. porlas costas hispanas. Después de comparar las proporciones relativas de bordesde ánforas Dressel 1 y Lamboglia 2, que aparecen en los yacimientosestudiados, podemos observar que el vino tirrénico no es hegemónico en todaslas regiones de la Península Ibérica. En la Hispania Citerior tenemos dosáreas diferenciadas que tendrían su zona de confluencia en torno al Cabode la Nao. En la mitad septentrional del litoral hispánico, entre todas las

de l'Apulie républicaine. Documents pour une histoire économique et sociale, Oxford,1989, (BAR Int. Series 554), p. 190 destaca la falta de datos sobre España, aunquehace hincapié en las exportaciones adriáticas y orientales.

(18) Considerenado un conjunto general de 8.915 ánforas (5.430 bordes) de losyacimientos de Loma de Herrerías (LH) (Mazarrón, Cartagena) ; El Molinete (EM)(Carthago Nova, Cartagena); Portus Illicitanus (PI) (Santa Pola, Alicante); LaAlcudia (LA) (Ilici, Elche, Alicante) ; El Tossal de Manises (TM) (Lucentum, Alicante) ;El Monastil (MON) (Elda, Alicante); Duanes (DU) (Xabia, Alicante); Valentia yentorno (Valencia) (partiendo del estudio de A. FERNÁNDEZIZQUIERDO,Las ánforasromanas de Valentía y de su entorno, Valencia, 1984); Valentia-CjRoc Chabas(Valencia) ; Saguntum (SG) (a partir del estudio de A. MANTILLACOLLANTES,Marcasy ánforas romanas encontradas en Saguntum en Saguntum 21, 1987-1988,p. 379-416) ;Torre de la Sal (TS) (Ribera de Cabanes, Castellón) (a partir del estudio de A.FERNÁNDEZIZQUIERDO,El poblado ibérico de Torre La Sal (Ribera de Cabanes,Castellón): campaña de excavaciones 1985-1988 en Cuadernos de Prehistoria yArqueología Castellonense 13, 1987-1988, p. 227-273), Burriac (BU) (El Maresme,Barcelona) (a partir del estudio de J. MIRÓi CANALS-J.PUJOLi DELHORNO-J.GARCÍARosELLÓ,El depósit del sector occidental del poblat ibéric de Búrriac (Cabre ra deMar, Maresme). Una aportació al coneiximent de l'época ibérica tardana al Maresme(S. 1a.c.) en Laietania 4, 1988,p. 1-182; Baetulo (BA) (Badalona, Barcelona) (a partirdel estudio de M. COMASI SOLA, Baetulo, les amfores, Badalona, 1985; Vilassary Cabrera de Mar (VCM) y Mataró Nord (MN) (El Maresme, Barcelona) (a partirdel estudio de D. MATAMOROSAPARICIO,Els ancoratges antics de Vilassar de Mar-Cabrera de Mar i Mataró (El Maresme) en Laietania 6, 1991, p. 85-97). El estudiocompleto de estos conjuntos se encuentran publicados en J. MOLINAViDAL, Ladinámica comercial romana entre Italia e Hispania Citerior (Siglos Il a.C-Il d.Cj,Alicante, 1997.

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HISPANIA CITERIOR

Vino tirrénico/apulo100 -r------

90

80

70

80

% 50

40

30

20

10

oDU VAL-RC VAL so

YACIMIENTOS. VINO TIRRÉNICO (Dr-l) D VINO APULO (L-2)

FIG. 1. - Relación entre las importacionesde vino Tirrénico (Dressell) y Apuloj adriático (Lamboglia 2).

YacImiento Vino Tirrénico (Dr 1) Vino Apulo (L-2)

Bordes Porcentaje Bordes Porcentaje

Loma De Herrerías 124 47.7% 136 52.3%El Molinete- CarthagoNova 225 54.3% 190 45.7%La Alcudia- Ilíd 43 55.8% 34 44.2%TossalDe Manises- Lucentum 6 42.9% 8 57.1%El Monastil 27 66.6% 12 33.3%Duanes 15 86.7% 2 13.3%Valentía- Roc Chabas 25 86.2% 4 13.8%Valentía 116 91.1% 11 8.9%Saguntum 33 89.1% 4 10.9%Torre De La Sal 20 90.9% 2 9.1%Burriac 67 84.8% 12 15.2%Baetulo 41 97.6% 1 2.4%Vil.- CaboDe Mar 44 100% O OMataró Nord 21 100% O O

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importaciones anfóricas procedentes de Italia, las Dressell suponen el 85-95%,mientras que en la mitad meridional tan sólo representan el 45-50%. Lasimportaciones de vinos adriáticos son especialmente elevadas en Loma deHerrerías (52%), El Tossal de Manises (57%), La Alcudia (44%) o El Molinete(45%) (19),mostrando una dinámica comercial distinta a la que se observaen la zona septentrional.

Esta distribución no es casual, está en directa relación con la nuevaorganización comercial de la época tardorrepublicana. Después de la SegundaGuerra Púnica, la producción y la comercialización de productos agrícolaselaborados (aceite, salazones y, sobre todo, vino) deben cubrir las necesidadesde un número mucho mayor de consumidores (población de las grandesciudades, ejército, administración, publicani e incluso poblaciones indígenasconquistadas). Es por ello que no sólo observamos transformaciones en laproducción con el desarrollo de las villas esclavistas, sino también en ladistribución. A partir de este momento, (:omo demuestra el aumento deltamaño y de la cantidad de pecios encontrados, el tonelaje de las naves esmuy superior al de épocas anteriores y, frecuentemente, presentan cargamentoshomogéneos (2°). Grandes barcos transportaban grandes cargamentos paraabastecer a importantes grupos de consumidores en Italia y en las provincias.Estos barcos sólo navegaban entre puertos capaces de albergarlos, por sucalado, y con los servicios administrativos y de descarga necesarios (personal,grúas, funcionarios, etc.). Posteriormente, por vía terrestre o con naves demenor calado a través de la costa y sus circuitos de cabotaje o los cursosfluviales se redistribuirían los productos, formándose así las periferias de losgrandes puertos.

Una ulterior confirmación la tendríamos en el análisis del barco de Puntade Algas, hundido en la primera mitad del siglo 1a.e. en las costas de Murciacuando, probablemente, iba hacia el puerto de Carthaga Nava. Esta navepresenta un cargamento homogéneo de vino apulo (ánforas Lamboglia 2)y de grandes dimensiones (2'). Estaríamos ante una nave que difícilmente se

(19) Cabe destacar la alta fiabilidad de los datos ofrecidos por estos yacimientos(El Molinete, Loma de Herrerías, La Alcudia o El Tossal de Manises), como hemosindicado en capítulos anteriores, al igual que ocurre con los datos extraídos de otrosyacimientos de la mitad septentrional, estudiados personalmente (Valencia-RocChabás),o a través de publicaciones específicas (Saguntum o Baetulo, por ejemplo).

(20) La nave de Albenga (N. LAMBOGLIA,La nave romana di Albenga en RSLXXII, 1952,p. 131-236)de principios del siglo 1 a.C., según las estimaciones de (P. Po-MEYet A. TCHERNIA,Le tonnage maximum des navires de commerce romains enArchaeonautica 2, 1978, p. 134) tendría una capacidad de unas 11-13.500ánforas conuna capacidad de 500-600 Tm. Mientras que el barco de Madrague Giens' segúnP. Pomey y A. Tchemia pudo transportar 6-7.800 ánforas con una capacidad de380-475Tm.

(21) P. POMEY et A. TCHERNIA, Le tonnage [no 20], p. 134.

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adaptaría a una distribución al detalle de su cargamento, entre otras razonesporque supondría prolongar los riesgos del viaje que debía ser lo más cortoposible.

Los sistemas de distribución, por tanto, han cambiado. Las relacionescomerciales son mucho más complejas que en los siglos anteriores y obligana establecer una jerarquización de las entidades portuarias, como por otraparte se observa en la misma terminología latina que distingue entre portus,statio y salum, a partir del tamaño y la función de los enclaves costeros.Buena prueba de esta jerarquización de puertos, vinculada a una utilizaciónselectiva de las rutas comerciales, sería la distribución selectiva de los vinosapulos en el área de influencia del puerto de Carthago Nova, como hemosvisto anteriormente. Encontramos una nueva (22)racionalidad comercial quees imprescindible entender para poder entender el desarrollo socioeconómico.El problema es que nuestros argumentos explican y a la vez son explicadospor esa racionalidad vinculada a un nuevo sistema comercial, hecho que hemosde tener en cuenta en todo momento.

En conclusión, los datos anteriormente referidos muestran la existencia decircuitos comerciales diferenciados para distintas partes del Mediterráneo, nosólo dividiendo los ámbitos de distribución en dos partes, oriental y occidental,sino también señalando una utilización selectiva de las rutas en función delas distancias geográficas que establecen. Este hecho nos obliga a determinarlas rutas sin considerar las distancias lineales, ya que prevalecen los parámetrosmarítimos (vientos, corrientes, puertos principales, etc.) y, sobre todo, eco-nómicos (unión de rutas tradicionales, confluencia de producciones, influenciade los viajes de retorno, etc.). Tendremos, por tanto, que explicar estasvariaciones comerciales en función de la utilización de distintas rutas y deltipo de tráfico marítimo que conlleva un sistema de comercio mercantil, basadoen el establecimiento de líneas directas de circulación entre grandes puertosrecorridas por barcos de gran tonelaje y cargamentos homogéneos.

2. LA VINCULACIÓN ENTRE ApULIA y EL SURESTE HISPANO. - Partiendo

del cambio radical que opera en las estructuras comerciales a partir de laSegunda Guerra Púnica vamos a entrar en la nueva lógica que determinasu funcionamiento. La finalidad no será otra que ver los elementos quevinculaban dos regiones, periféricas respecto a Roma, como Apulia y el Surestehispano. Se trata de hacer una interpretación partiendo del hecho anteriormentedemostrado: la estrecha relación comercial entre estas regiones en la época

(22) Partimos, obviamente, no sólo de que la racionalidad no es un absoluto ypor tanto que la actual no es universalmente aplicable a otros periodos de la Historia,sino que además en el propio mundo antiguo existieran distintas «racionalidades» enfunción de las condiciones sociopoJíticas existentes.

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tardorrepublicana. Los elementos que caracterizan esta relación son de caráctergeográfico, histórico y económico, pero su peso no será igual a la hora deestablecer redes comerciales estables como las que estamos estudiando.

Factoresgeográficos.- Los condicionantesnaturales de la navegaciónmediterránea pueden influir en el trazado de los circuitos comerciales, aunqueen economías mínimamente complejas, como la romana tardorrepublicanay altoimperial, sólo son factores accesorios para la elección de las rutas yaque éstas dependen más de factores económicos. Además hay que señalarque tratándose de movimientos marítimos en el ámbito mediterráneo lainfluencia de los factores geográficos se atenúa. En el Mediterráneo al serun mar pequeño la incidencia de las corrientes es menor, siendo los vientoslos que condicionan de manera preferente la circulación marítima.

Para analizar la influencia de los agentes físicos sobre la navegación espreciso recurrir al estudio de los derroteros, que acumulan la experiencia delos marineros durante siglos. Este trabajo ha sido realizado recientemente porJ. Ruiz de Arbulo (23) que ha analizado el Derrotero de las Costas delMediterráneo (n. 3, S. Fernando, 1945), permitiéndole definir las líneas oderrotas más adecuadas para recorrer el Mediterráneo en distintas direcciones.

Según este estudio, en la navegación de oeste a este los vientos son muyfavorables a los trayectos que enlazan el Estrecho de Gibraltar y el sur dela Península Itálica o el Mediterráneo Oriental pasando por el norte de Áfricao los canales de Cerdeña y Sicilia. La otra posibilidad, por el norte, presentados probables dificultades con las que se debe tener precaución, la travesíadel Golfo de León y del Estrecho de Bonifacio. Tanto por el norte comopor el sur puede hacerse el recorrido, pero enlazar ambas rutas, desde elEstrecho de Gibraltar hasta Italia pasando por el Golfo de León, alargaríainútilmente el viaje, por lo que no sería utilizado con frecuencia por las navescomerciales, sobre todo las que navegaban por el Mediterráneo meridional.En dirección opuesta, de este a oeste, también se pueden dar todas lasposibilidades, siempre que se evite la acción de la Corriente General.

La navegación por las costas de la Península Ibérica encuentra un escolloen el litoral valenciano y catalán, que aconseja desviar el tráfico marítimodesde las costas catalanas hacia Ibiza (si el trayecto va de este a oeste) odesde las costas alicantinas (si va de oeste a este), con el fin de salvar elGolfo de Valencia. Llama la atención el especial hincapié que se hace en evitarla navegación por el cabo de San Antonio si el trayecto se dirige a la mitadmeridional de la Península Ibérica. De esta forma se remarca la zona deseparación marítima que comportan las costas valencianas, al norte de loscabos de La Nao y San Antonio, tal y como se observa en nuestro análisis

(23) J. Rurz DEARBULO,Rutas marítimas y colonizaciones en la Península Ibérica.Una aproximación náutica a algunos problemas en Itálica 18, 1990,p. 79-115.

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de distribución de ánforas Dressel 1 y Lamboglia 2. Este hecho remarca,además, el papel fundamental que desempeña Ibiza en la circulación marítimade la zona, como punto de encuentro de las rutas que, recorriendo las costashispanas, tratan de enlazar las costas alicantina y murcianas con las valencianasy catalanas.

Otro hecho a destacar es que en la circulación por las costas norteafricanasen dirección al Estrecho de Gibraltar la unión de los vientos de ponientey la acción de la Corriente General dificulta y llega a impedir el paso másallá de Orán, desde donde se debe tomar rumbo hacia las Baleares o el litoralpeninsular (Alicante, Murcia o Almería), para retomar el viaje hacia elEstrecho. Este factor explica las estrechas y tradicionales relaciones de Argelia,especialmente Orán, con las costas alicantinas y murcianas, que se ha man-tenido hasta nuestros días. De esta forma el tráfico que, utilizando los canalesde Sicilia y Cerdeña, circulara por el norte de África, en años de ponientese vería abocado a las costas del sureste peninsular.

Vemos, pues, que las condiciones naturales de la navegación mediterráneano sólo no impiden sino que favorecen el contacto marítimo entre Apuliay la parte meridional de la Península Ibérica. De hecho, es la propia influenciade los vientos la que nos ayuda a entender las razones que explican algunosde los elementos regionales del trazado de las rutas comerciales.

Factoreshistórico-culturales.- Otros factoresque favorecenlas relacionescomerciales entre Apulia y el sur-sureste hispano en la época tardorrepublicanosencontramos el peso de la tradición o la historia. La posición y los factoresgeográficos anteriormente mencionados vinculan la mitad meridional de laPenínsula Ibérica con las corrientes culturales y comerciales del norte de Áfricay del centro y oriente mediterráneos. Esta vinculación puede remontarse ala época de navegación fenicia, quizás antes. Pero a partir de la caída deTiro, la consecuente y progresiva extensión de la hegemonía púnica por lamitad meridional del Mediterráneo centro-occidental, que culmina en el sigloIV y el primer tercio del III a.c., coloca al mundo púnico como principalintermediario comercial entre Oriente y Occidente. En este ambiente esfundamental el papel desempeñado por Ibiza, la Sicilia oriental y la propiaCartago, como puntos de apoyo de las rutas marítimas que comunicabanOriente y Occidente.

El mundo púnico, por tanto, estrecha lazos entre las distintas partes delMediterráneo meridional, mientras que las áreas septentrionales se vinculana influencias más heterogéneas (itálico-romanas, magno grecas, etruscas,púnicas, massaliotas, etc.). De hecho, las importaciones de productos púnicosen el S-SE de la Península Ibérica son mucho más abundantes que en lamitad septentrional, donde de todas formas son frecuentes (24).Este papel

(24) J. SANMARTf et J. SANTACANA, Intercanvi, producció agraria i models

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central del mundo púnico en las relaciones comerciales del siglo IVa.e. vienesiendo ratificado por las más recientes interpretaciones de los tratados romano-cartagineses (25)y por los últimos trabajos sobre la difusión de cerámicasmagnogrecas en Occidente.

En esta línea, las recientes investigaciones sobre la difusión occidental delas cerámicas de Gnathia (26),producidas en Apulia, señalan un área preferentede comercialización en la Península Ibérica que coincide con la que, paraépoca tardorrepublicana, hemos descrito anteriormente con el estudio estadí-stico de las ánforas. Es un producto extraño en la Galia, mientras que enla Península Ibérica la mayoría de los hallazgos se localizan al sur del Ebro(Ibiza, Solaig de Betxí en Castellón, Sagunto y Grau Vell, Albufereta deAlicante o Cartagena), en áreas preferentemente vinculadas a la influenciahegemónica púnica del siglo IVa.e. y el primer tercio del IIIa.e.

Estamos, pues, ante dos regiones que antes de la presencia romana yaestuvieron en contacto a través del mundo púnico. La hegemonía púnica sirvió,entre otras cosas, para acelerar la inserción de amplias regiones ibéricas, almenos aquéllas vinculadas al mar o los cursos fluviales, en la Koine culturalmediterránea. Este hecho determina procesos de adaptación cultural ycomercial que influirán decisivamente en la formación de los mercados deproductos itálicos en Hispania ya en el siglo 11a.e. Estos factores no serán

comercials a la costa del Penedes en El vi a l'Antiguitat. Economia, producció icomerr,:almediterrani occidental, Badalona, 1987,p. 31-40; J. SANMARTí,El comerciofenicio y púnico en Cataluña en 1-V Jornadas de arqueología fenicio-púnica (Ibiza1986-1989),Ibiza, 1991, p. 124-128.

(25) B. SCARDIGLI,1 trattati romano-cartaginesi (Relazioni interstatali nel mondoantico. Fonti e studi, 5), Pisa, 1991 ; J. L. LóPEZ CASTRO,Cartago y la PenínsulaIbérica: ¿ imperialismo o hegemonía? en La caída de Tiro y el auge de Cartago.V Jornadas de arqueología fenicio-púnica (Ibiza 1990), Ibiza, 1990, p. 73-86;J. L. LóPEZCASTRO,El imperialismo cartaginésy las ciudadesfenicias de la PenínsulaIbérica entre los siglos VI-llI a.C. en Studi di egittologia e di antichita puniche 9,Pisa, 1991, p. 87-107; C. R. WHITTAKER,Carthaginian Imperialism in the Fifth andFourth Centuries en Imperialism in the Ancient World, Cambridge, 1978, p. 59-90 ;C. GONZÁLEZWAGNER,El comercio púnico en el Mediterraneo a la luz de una nuevainterpretación de los tratados concluidos entre Cartago y Roma en MHA VI, 1984,p. 211-224.

(26) L. FORT!,La ceramica de Gnathia. Monumenti Antichi delta Magna Grecia,11, Nápoles, 1965; J. PÉREZBALLESTER,La cuestión de las importaciones itálicasal sur del Ebro anteriores a las Guerras Púnicas. A propósito de un vaso de Gnathiaprocedente de Ibiza en Saguntum 27, 1994, p. 189-196; J. PÉREZ BALLESTER,Asociaciones de Laginos, Boles Helenísticos de Relievas y Ánforas Rodias en contextosmediterráneos (Siglos II-l a.c.) en Iberos y Griegos: Lecturas desde la diversidad.Symposio Internacional celebrado en Ampurias (3-5abril 1991),en Huelva ArqueológicaXIII, 2, 1994, p. 345-366; J. PÉREZBALLESTER,El artesanado cerámico de épocahelenística en Historia de Cartagena IV, (en prensa).

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de distribución de ánforas Dressel 1 y Lamboglia 2. Este hecho remarca,además, el papel fundamental que desempeña Ibiza en la circulación marítimade la zona, como punto de encuentro de las rutas que, recorriendo las costashispanas, tratan de enlazar las costas alicantina y murcianas con las valencianasy catalanas.

Otro hecho a destacar es que en la circulación por las costas norteafricanasen dirección al Estrecho de Gibraltar la unión de los vientos de ponientey la acción de la Corriente General dificulta y llega a impedir el paso másallá de Orán, desde donde se debe tomar rumbo hacia las Baleares o el litoralpeninsular (Alicante, Murcia o Almería), para retomar el viaje hacia elEstrecho. Este factor explica las estrechas y tradicionales relaciones de Argelia,especialmente Orán, con las costas alicantinas y murcianas, que se ha man-tenido hasta nuestros días. De esta forma el tráfico que, utilizando los canalesde Sicilia y Cerdeña, circulara por el norte de África, en años de ponientese vería abocado a las costas del sureste peninsular.

Vemos, pues, que las condiciones naturales de la navegación mediterráneano sólo no impiden sino que favorecen el contacto marítimo entre Apuliay la parte meridional de la Península Ibérica. De hecho, es la propia influenciade los vientos la que nos ayuda a entender las razones que explican algunosde los elementos regionales del trazado de las rutas comerciales.

Factoreshistórico-culturales.- Otros factoresque favorecenlas relacionescomerciales entre Apulia y el sur-sureste hispano en la época tardorrepublicanosencontramos el peso de la tradición o la historia. La posición y los factoresgeográficos anteriormente mencionados vinculan la mitad meridional de laPenínsula Ibérica con las corrientes culturales y comerciales del norte de Áfricay del centro y oriente mediterráneos. Esta vinculación puede remontarse ala época de navegación fenicia, quizás antes. Pero a partir de la caída deTiro, la consecuente y progresiva extensión de la hegemonía púnica por lamitad meridional del Mediterráneo centro-occidental, que culmina en el sigloIV y el primer tercio del III a.c., coloca al mundo púnico como principalintermediario comercial entre Oriente y Occidente. En este ambiente esfundamental el papel desempeñado por Ibiza, la Sicilia oriental y la propiaCartago, como puntos de apoyo de las rutas marítimas que comunicabanOriente y Occidente.

El mundo púnico, por tanto, estrecha lazos entre las distintas partes delMediterráneo meridional, mientras que las áreas septentrionales se vinculana influencias más heterogéneas (itálico-romanas, magno grecas, etruscas,púnicas, massaliotas, etc.). De hecho, las importaciones de productos púnicosen el S-SE de la Península Ibérica son mucho más abundantes que en lamitad septentrional, donde de todas formas son frecuentes (24).Este papel

(24) J. SANMARTÍ et J. SANTACANA, lntercanvi, producció agraria i models

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ajenos, aunque tampoco determinantes, al desarrollo tardorrepublicano de lacomercialización de los productos apulos (vinos contenidos en las ánforasLamboglia 2) e incluso orientales (vinos rodios, boles helenísticos de relievesde las costas jónicas de Asia Menor, o lagynoi de Pérgamo, Corinto y Ate-nas (27))en la mitad meridional de la Península Ibérica, de forma preferente.

Factores comerciales. - A pesar de todo, un sistema económico tancomplejo como el tardorrepublicano no definiría sus rutas comerciales sóloen función de motivaciones geográficas, históricas o culturales. Fue la propiadinámica mercantil la que influyó de forma preferente sobre el establecimientode rutas comerciales y la apertura de mercados. Bastaba con que los factoressecundarios no dificultaran demasiado el desarrollo comercial. Y entre Apuliae Hispania Citerior, en todo caso, los potenciaba.

No vamos a entrar en la irresoluble discusión sobre si es la demanda la

que potencia la oferta o ésta última la que abre nuevos mercados. Lo queestá claro es que oferta y demanda a partir de la Segunda Guerra Púnicason componentes fundamentales para entender las relaciones comerciales enel espacio controlado por Roma. Nos encontramos con un sistema comercialque se apoya en el trazado de líneas directas de comunicación entre grandespuertos capaces de albergar enormes naves, con cargamentos muy homogéneos.Dadas las dimensiones del comercio y la vinculación del principal sector dela producción, la agricultura esclavista, a estos circuitos de distribuciónpodemos afirmar, sin temor a equivocamos, que nos encontramos ante unsistema de comercio mercantil.

Así pues, lo primero que hay que definir son los elementos que participanen estas relaciones: la oferta y la demanda. La oferta está clara, pues esel indicio que hemos detectado en nuestro estudio: el vino apulo. De lo quese trata es de postular los motivos mercantiles que hacen especialmenteventajosa la exportación de vinos apulos hacia el puerto de Carthago Navay su área de influencia.

Para Roma, la región de Carthago Nava es una de las áreas de Hispaniaque despiertan un interés inmediato: se trataba de la antigua capital bárquidaen la Península Ibérica; un núcleo de población muy vinculado a los hábitosde consumo mediterráneo, y por tanto muy receptivo a la oferta de productos

(27) La mayor concentración de Lagynoi de la Península Ibérica se da en Cartagena.J. PÉREZ BALLESTER-P. CABRERA BONET-N. PELÁEZ, Noticia sobre cerámicas helenís-

ticas de engobe blanco del tipo «lagynos» halladas en Cartagena en MDAI(M) 21,1980, p. 155-164; J. PÉREZ BALLESTER,Cerámicas helenísticas del MediterráneoOriental en Cartagena en XVI CNA, 1983, p. 519-532; J. PÉREZ BALLESTER,Testimonio de tráfico marítimo con el Mediterraneo Oriental en Cartagena enCeramiques greques i helenistiques a la Peninsula Iberica. Empuries, 18-20 marr;o1983.Monografies Emporitanes VII, Barcelona, 1985,p. 143-150.

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romanos; un puerto natural magnífico, capaz de albergar cualquier tipo denave, y, sobre todo, con una enorme riqueza minera en su entorno, cercanoa los veinte stadia (28).Todas estas condiciones hicieron de Carthaga Navaun núcleo de atracción no sólo de población (romana, itálica, ibérica, etc.),sino también de flujos comerciales, íntimamente vinculados a las grandesconcentraciones de consumidores.

Entre los potenciales consumidores de vino itálico, en este caso apulo, nosólo hay que contar, como tradicionalmente se hace, a la población de origenitálico (ejército,publicani, personal vinculado a la administración, etc.). Existe,además, una enorme demanda potencial en el propio mundo ibérico, no envano son abundantísimos los hallazgos de contenedores vinarios (ánforasgrecoitálicas primero, Dressel 1 y Lamboglia 2 después) en poblados ibéricos,sobre todo del ámbito litoral. Una vez más no sabemos si este hecho se debea sus necesidades de consumo o a la gran oferta que existió en la zona.

En cualquier caso, nos encontramos con una región que se presenta comoun gran mercado de consumidores, al menos de vino, entre los que no habríaque descartar a los propios esclavos que trabajaban en las minas. Losabundantísimos hallazgos de ánforas vinarias en las zonas mineras no puedenexplicarse únicamente por el consumo de los publicani y el resto de poblaciónlibre que administraba las minas. Tampoco es aceptable la hipótesis de quese tratara de contenedores reutilizados para la evacuación del agua de lasminas (29).Entre otras cosas porque hemos de desechar la idea de que elvino es un producto de lujo a partir del siglo II a.c., y sobre todo determinadasvariedades de vino de baja calidad, como el que se daba a los ejércitos y,seguramente, a los esclavos. Además las ingentes cantidades de ánforas vinariasencontradas en las áreas mineras de Carthaga Nava llegarían cargadas devino, y tal cantidad no puede explicarse sólo por el consumo de los quedirigían las minas. Se trata simplemente de una fuente de energía imprescindiblepara que los esclavos puedan trabajar y producir los cien mil sextercios diariosde los que nos hablan Polibio (XXXIV, 9, 8-9) y Estrabón (3, 2, 10). Losabundantes restos de ánforas vinarias tardorrepublicanas, mayoritariamentede origen apulo, encontrados en el poblado minero de Loma de Herreríasson buena prueba de ello.

En consecuencia, tenemos una importante demanda potencial pero que escubierta de una forma distinta que las regiones nororientales de la PenínsulaIbérica, ¿ cuál es la razón económico-comercial que provoca esta disimetría ?Para contestar esta cuestión vamos a plantear una hipótesis que sólo en partepuede ser demostrada: la conexión entre los mercados orientales de esclavos,

(28) POLIBIO XXXIV, 9, 8 ; ESTRABÓN3, 2, 10.(29) P. DOMERGE, Les mines de la Péninsule Ibérique dans l'antiquité ramaine,

Roma, 1990, p. 356-357.

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sobre todo Delos (3°), y las áreas mineras hispanas donde parte de ellosterminaóa trabajando. Esta hipótesis sólo puede verificarse parcialmente, puesde momento, tan sólo puede apoyarse en el hilo conductor del comercio deproductos agócolas. Difícilmente encontraremos pruebas del transporte ycomercialización de esclavos entre Delos y las regiones mineras de Hispania.Aunque es posible que, partiendo de esta idea y desarrollando estas inves-tigaciones, dentro de unos años podamos tener más datos sobre las complicadasredes de intermediarios, directos o interpuestos, que existían en los distintosniveles de intercambio.

Las fuentes escritas (31)nos hablan de enormes cantidades de trabajadores,en torno a los 40.000 casi todos esclavos, empleados para la explotación delas minas de Carthago Nova. De su origen no comentan nada pero es pocoprobable que bastara, ni siquiera al comienzo, con los esclavos obtenidoscon el sometimiento de tropas y poblaciones púnicas o contrarias a Romaen los años posteriores a la Segunda Guerra Púnica. Se habóa de recurrira los grandes mercados de esclavospara obtener la mano de obra que explotaralas minas de Carthago Nova y del resto de Hispania. El hecho fundamentales que nos encontramos en una vasta región, como mínimo (32)la zona minerade Carthago Nova y el área de influencia de su puerto, cuyo límite septentrionalestaóa marcado por los cabos de La Nao-San Antonio, en la que las fuentesescritas nos aseguran la existencia de miles de esclavos y las fuentes materialesdemuestran la existencia de un importante flujo de importaciones de origenapulo.

Para otras partes del Mediterráneo son las propias fuentes escritas las queseñalan una relación entre comercio de esclavos y de vino (33).Por lo queque distintas investigaciones (34) han relacionado la distribución de vinosapulos por el Mediterráneo oriental con la presencia en esas regiones depoblaciones itálicas (publicani, negotiatores, mercatores, etc.) muy vinculadas,sobre todo al principio, con el comercio de esclavos. Habría que profundizar,

(30) Donde según Estrabón (14, 5,2) se llegaban a vender 10.000 esclavos al día.(31) POLIBIO XXXIV, 9, 8-9 ; ESTRABÓN 3, 2, 10.

(32) Los estudios en curso sobre La Bética nos permitirán determinar la posibleextensión de estas relaciones al área meridional de la Península Ibérica.

(33) POLIBIO IV, 38, 4-5 ; ESTRABÓNXI, 2-3 ; Ps-DEMÓSTENES,Contre Lacritos 34-35

(34) J. HALTZFELD,Les Italiens résidant a De/os en BCH XXXVI, 1912, p. 143-144, señala a Delos como el principal punto de descarga de vinos itálicos, puertodesde el que se redistribuirían por el mar Egeo y Oriente. F. CASSOLA,Roma e Italiaen Oriente en DArch IV-V, n° 2-3, 1971, p. 307-310, también relaciona la acciónde los mercaderes (negotiatores) itálicos en Oriente con la exportación de vinos yla compra de esclavos, grano obras de arte y otros vinos. A. TCHERNIA,Le vin [no 10],p. 74 va más allá señalando que el vino pudo servir de moneda de intercambio paraadquirir los productos orientales y del mundo bárbaro.

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pues, en las investigaciones sobre las redes comerciales que se crean en tornoal comercio y la distribución de vinos apulos en Oriente y la compra deesclavos.

La producción agrícola apula en la época de mayor expansión, finales delsiglo 11a.c. y primera mitad del 1 a.c., estaba relacionada con familias denivel social elevado (35)y en muchos casos de origen centroitálico. A lo largodel periodo de entreguerras y, especialmente, a partir de la Segunda GuerraPúnica se fueron creando las grandes fortunas itálicas a partir de lasexplotaciones agrícolas esclavistas, la comercialización directa o indirecta desus producciones y el aprovechamiento de los privilegios oligárquicos queel estado romano ponía a su disposición (botines de guerra, privilegiospolíticos, poderes municipales, etc.). Y parte de estas fortunas se dedicarona la extensión de sus actividades agrícolas y comerciales en otras regiones,de forma directa o a través de intermediarios. Entre estas inversiones nosinteresan las realizadas en nuevas explotaciones agrícolas en Apulia queproducen vinos y aceites exportables; la participación en empresas comerciales(tráfico de esclavos, exportación de vinos y aceites) y la intervención enconcesiones de servicios estatales (recaudación de impuestos, explotación deminas e incluso transporte de la producción minera hacia Italia). Serían estasgrandes fortunas las que dinamizarían la circulación mercantil en épocatardorrepublicana y sería lógico pensar en la vinculación de estos capitalescon la producción y exportación de vino y aceiteen Apulia ; su comercializaciónen Oriente relacionada con el tráfico de esclavos; su transporte hacia Italiay las minas occidentales; la concesión estatal sobre la explotación de éstasy el transporte de los metales hacia Italia.

Es decir, el circuito comercial en torno a las minas hispanas estaríarelacionado con los del resto de la mitad meridional del Mediterráneo, desdeOriente hasta Occidente. Las naves podrían partir de Italia cargadas deproductos agrícolas (vino y aceite) hacia el Mediterráneo oriental dondeembarcarían los esclavos. Muchos barcos sólo harían el viaje de retorno haciaItalia. Pero otros partirían hacia el Mediterráneo occidental, directamente orecalando de nuevo en las costas apulas para recargar sus bodegas de vinos.En Hispania descargarían vinos y esclavos, para volver a Italia con laproducción minera. No queremos decir que este fuera el sistema fijo utilizadoen los movimientos de estos productos, se trata tan sólo de una de las posiblesmanifestaciones de un fenómeno que parece razonable: la vinculación entrecomercio de esclavos, vinos apulos y explotación y tráfico de los productosmineros hispanos. Dejamos para próximos estudios la posible presencia

(35) Senadores, caballeros y elites urbanas o municipales que se comportan de formaparecida ante el proceso de comercialización de productos, como señala D. MANA-CORDA,Le anfore dell'ltalia repubblicana.. aspetti economici e sociali en Amphoresromaines et histoire économique. Dix ans de recherche, Roma, 1989,p. 443-467.

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efectiva de los mismos personajes o de sus capitales en distintos niveles deesta red productiva y comercial. No hemos de olvidar que en esta época seamasan fortunas enormes, capaces de romper el equilibrio socioeconómicoy, en último término, político del sistema oligárquico republicano. En con-secuencia, no es extraño postular redes económicas tan enriquecedoras comocomplejas.

3. MERCADOSINTERDEPENDIENTES : ApULIA E HISPANIA.- En definitiva,nos encontramos con un nuevo factor en la articulación de las relacioneseconómicas de la época tardorrepublicana a escala maditerránea. Dejandoa un lado las hipótesis sobre las causas económicas que pudieron relacionarlos flujos comerciales entre el Mediterráneo oriental y el occidental quepasaban por Apulia, hemos de destacar, al menos, que la influencia de losmercados hispanos en el desarrollo de las producciones apulas hubo de serde gran importancia. El hecho de que las importaciones de origen apulo-adriático llegasen a igualar las de origen tirrénico en el área de influenciadel puerto de Carthaga Nava nos indica que estos productos no sóloabastecerían de forma hegemónica los mercados orientales, como tradicio-nalmente se acepta, sino que además compartirían, e incluso competirían,con los vinos envasados en ánforas Dressel 1, en los mercados occidentales.

Por tanto, a partir de ahora habremos de tener en cuenta la evoluciónde los mercados y los flujos occidentales a la hora de analizar el desarrollode las producciones apulo-adriáticas. Esto quiere decir que importantes áreasde la Pemnsula Ibérica fomentarán el desarrollo de estas producciones, peroa la vez influirán en su declive. La aparición de las primeras produccionesvÍIÚcolashispanas a lo largo del siglo 1 a.e. se constituye, en consecuencia,como un nuevo elemento en el complicado entramado de causas que se utilizanpara explicar la decadencia de las producciones apulas. Así pues, al lado delas interpretaciones tradicionales sobre los factores que provocan dichadecadencia (crisis económica (36),competencia económico-política de la GaliaCisalpina (3'7)y bloqueo marítimo entre el 50 y el 30 a.e. (38))habremosde colocar el desarrollo de las producciones hispanas. Sin embargo, encontrarel origen geográfico, cronológico y social de las producciones hispanas queentran en competencia con las apulas en los mercados occidentales es unatarea que merece un estudio aparte. En el presente trabajo presentamos, pues,una importatísima novedad en el panorama comercial tardorrepublicano delMediterráneo occidental que futuras investigaciones podrán desarrollar.

Universidad de Alicante. Jaime MOLINA VIDAL.

(36) A. TCHERNIA, Le vin [no 10], p. 166-167.(37) P. BALDACCI,Importazioni cisalpine [no 5], p. 17-18.(38) Ph. DESY,Recherches [no 5], p. 252-261.