22
EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA

Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

EL TRÉBOL DE

KINSALE

Laura andújar LORCA

ELT

RÉB

OL

DE

KIN

SALE

Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan en Kinsale, al sur de Irlanda, para ayudar a los rebeldes ensu lucha contra la ocupación inglesa. Uno de esos soldadoses Rodrigo Vergara, que rápidamente conquista el corazónde una noble irlandesa. Ella, como prueba de su amor, le entrega una valiosa joya de oro, diamantes y esmeraldas,en forma de trébol de cuatro hojas: la suerte absoluta.

Cuatro siglos después, Alicia tiene todo el verano pordelante antes de comenzar la universidad. Su premio por las buenas notas en Selectividad es un viaje a Irlandapara practicar inglés. Cuando llega a Kinsale, piensa que sus vacaciones en ese pueblecito pesquero serán muy apacibles. Pero pronto descubre que allí nada es loque parece. Un hombre desaparecido, un joven seductorllamado Vergara, muchos secretos, y la búsqueda de una joya que cambiará la vida de aquel que la encuentre.

Desde luego, para Alicia este no va a ser un verano como los demás...

I S B N 978-84-667-6405-6

9 7 8 8 4 6 6 7 6 4 0 5 6

1525034

www.anayainfantilyjuvenil.com

LAU

RA

AN

JAR

LOR

CA

IJ00216401_trebolkinsale 22/4/08 13:00 Página 1

Page 2: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

© Laura Andújar Lorca, 2007© De esta edición: Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2007

Juan Ignacio Luca de Tena, 15. 28027 Madridwww.anayainfantilyjuvenil.com

e-mail: [email protected]

1.ª edición: mayo de 2007

Cubierta de Pere Ginard

ISBN: 978-84-667-6405-6Depósito legal: B. 23.148/2007

Impreso en Romanyà Valls, S. A.Capellades (Barcelona)

Impreso en España - Printed in Spain

Las normas ortográficas seguidas en este libro son las establecidas por la Real Academia Española en su última edición de la Ortografía, del año 1999.

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece penas de prisión y/o multas, además de las correspondientes

indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria,

artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio,

sin la preceptiva autorización.

Page 3: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

PRÓLOGO

la batalla de kinsale

En octubre del año 1602, unos tres mil hombres dela Armada Española desembarcaron en Kinsale, a lasórdenes de don Juan de Águila. Su propósito era ayu-dar a los rebeldes irlandeses en su lucha contra lastropas inglesas.

El día de su llegada, un gran número de habitantesde Kinsale salió a recibirles ondeando banderas yagradeciendo con vítores y abrazos la ayuda que ofre-cían a la causa católica. Entre ellos se encontraba Co-lette Callaghan, viuda reciente e importante miem-bro de la nobleza de Kinsale. Aunque la mayoríapensaba que la noble estaba allí prestando apoyocomo cualquier otro ciudadano, su propósito no eratan noble. Colette siempre se había sentido atraídapor los hombres del sur de Europa y la llegada de unatropa de tres mil españoles era la mejor manera deponer fin al luto que soportaba desde hacía varios

7

Page 4: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

meses. Cómodamente reclinada en su carroza podíacontemplar el paso de los oficiales mientras daba in-dicaciones a sus asistentes. Debieron de pasar unosdos mil o dos mil quinientos antes de que aparecieraRodrigo Vergara, un joven capitán que destacaba delresto por sus casi dos metros de altura, su melena des-greñada y sus ojos negros, que se clavaron desafiantesen Colette. Nada más verlo, la viuda Callaghan gol-peó a un asistente en el hombro:

—Quiero al alto de pelo largo —le ordenó.Un par de hombres de su séquito apartaron a Ro-

drigo de los demás soldados y lo llevaron en presenciade Colette. Con aquel golpe de suerte, Rodrigo habíafirmado su salvación.

Además de su atractivo y potencia física, que ha-brían bastado para contentar a la viuda (y a cualquiermujer, independientemente de su estado marital),Rodrigo tenía don de lenguas, y fue capaz de aprendergaélico en menos de un mes. Aquello acabó de derro-tar a Colette, que se enamoró perdidamente de él yempezó a urdir un plan para retener a Rodrigo másallá de lo que durara la batalla. Mientras sus compa-ñeros de la Armada combatían penosamente contralos ingleses y contra el frío y la lluvia de Irlanda, Ro-drigo comía caliente y dormía más caliente aún, es-condido en la mansión de la noble.

8

Page 5: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

Mas a pesar de la resistencia de los bravos irlande-ses y sus aliados, la batalla de Kinsale se perdió triste-mente en enero de 1602, con lo que sucumbió el úl-timo bastión de la Irlanda católica para pasar a manosde la reina de Inglaterra y sus nobles. Las tropas espa-ñolas firmaron su rendición y se prepararon para em-barcar de vuelta a España a principios de año. Cuan-do Colette se enteró, intentó por todos los mediosque Rodrigo rechazara volver a su tierra. Rodrigoquizás había sido un cobarde, pero no era estúpido, yhabía omitido explicar a Colette que tenía una mujer,dos hijos y otro en camino, esperándole en España.La viuda intentó convencerle describiendo la vida deriquezas y placer que podrían disfrutar juntos, y unosdías antes de marchar, le mostró su joya más precia-da: un trébol del tamaño de un puño, con tallo escul-pido en oro y diamantes y adornado con cuatro es-meraldas en forma de hojas.

—El valor de este trébol es incalculable. Es el Tré-bol de las Cuatro Sagas, el de la suerte absoluta —ex-plicó Colette, mientras depositaba la joya en las ma-nos de Rodrigo—. ¡Podríamos vivir como reyes encualquier rincón de Irlanda el resto de nuestras vidas!

Rodrigo no cambió de opinión, a pesar del brillotentador del oro en sus pupilas. Ella contaba aún conun último cartucho antes de dejarle marchar: el díaprevio a la partida de Rodrigo le confesó que estaba

9

Page 6: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

embarazada de dos meses y le pidió en matrimonio.Ni aun así consiguió convencer al capitán, que se dis-culpó por su falta de sinceridad y se justificó diciendoque no podía abandonar a su familia. Colette Callag-han finalmente lo comprendió, y se resignó:

—Me has rechazado, pero al menos me contentocon saber que una parte de ti se queda conmigo —Co-lette puso sus manos sobre el vientre—. Sé que aquídentro llevo a un varón que se parecerá a ti. Su nombreserá Vergara, y de ahora en adelante, todos los varonesde mi estirpe deberán ser nombrados con tu apellido.

Dicho esto, se levantó y salió de la estancia. Fue laúltima vez que Rodrigo y Colette se vieron.

El capitán Vergara se disponía a salir de la man-sión de madrugada para embarcarse de vuelta a casa,pero antes hizo algo que le deshonró aún más que suaventura con Colette. Sigilosamente entró en la es-tancia donde la noble guardaba el trébol, lo sacó de lacaja dorada donde lo había visto el día anterior y loescondió entre sus ropas. A su llegada al puerto, lamayoría de compañeros de tropa se alegraron al verlede nuevo, ya que le habían dado por muerto en la ba-talla. El género masculino es inocente y noble por na-turaleza, aunque Rodrigo fuera una excepción.

Cuando atracaron de nuevo en tierras españolas,tras varias semanas de navegación, la familia de Ro-

10

Page 7: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

drigo le esperaba impaciente. Se abalanzaron sobre élentre llantos y abrazos. Les sorprendió su buen estadode salud, en comparación con los demás hombres,demacrados y envejecidos por la dureza de la batalla.Rodrigo tenía las mejillas rosadas y había engordadodiez kilos.

Sus hijos le preguntaban orgullosos cómo habíasido la lucha, y Rodrigo mentía diciendo que arriesgósu vida hasta tal punto que los irlandeses le habíancondecorado en reconocimiento a su bravura conuna joya en forma de trébol de cuatro hojas, de valorincalculable, que él regaló a su mujer como símbolode amor eterno.

11

Page 8: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,
Page 9: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

Capítulo 1

Hay algunos que viajan por placer y otros por obliga-ción. Yo soy de las que piensan que un viaje, además,es un buen premio, y en aquel momento, después dehaber hecho el examen de Selectividad y prediciendoque me tocaría soportar un largo verano sola en Ma-drid, ya que todos mis amigos emigraban en julio yagosto, se me ocurrió que me merecía pasar unos me-ses fuera, para relajarme después de las largas semanasde estudio y recuperar fuerzas para la entrada en launiversidad.

Y escogí Irlanda, por lo del verde esperanza, enparte, y sobre todo porque mi compañera Blanca mehabía facilitado el contacto con una pensión en laque podía trabajar durante los meses de verano. Pen-saba (si mis expectativas de nota se cumplían), co-menzar en octubre la carrera de Filología Inglesa, porlo que un trabajo en Irlanda, además, me ofrecía la

13

Page 10: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

posibilidad de invertir en mis estudios. Blanca siem-pre fue una alumna aventajada, ya que su madre erairlandesa, y su segunda lengua fue el inglés. La madrede Blanca conocía a una tal Mary Ryan, la mujer queregentaba la pensión de Kinsale —una pequeña ciu-dad costera del sur de Irlanda— donde iba a trabajaraquel verano.

El viaje en avión de Madrid a Cork fue algo tur-bulento. Parecía que Irlanda me daba la bienvenidacon su cara habitual, la de la lluvia y cielos nublados,para que no bajara la guardia pensando que aquellosmeses iban a ser unas vacaciones de placer, y que in-cluso podría volver bronceada. Nada de eso. Me topécon la verdad en forma de negros nubarrones a pocode divisar la isla desde la ventanilla del avión. El pilo-to, o quienquiera que fuese el que hablaba desde lacabina, nos instó a abrocharnos el cinturón de seguri-dad porque íbamos a entrar en una zona de fuertesturbulencias. Al mismo tiempo que se encendían laslucecitas de cinturones abrochados sobre nuestras ca-bezas, el avión dio un bajón brusco, que a mí me su-bió el estómago a la garganta y a mi compañero deasiento el zumo de naranja hasta las cejas. Me reí pordentro pensando que las turbulencias no son peligro-sas, son como olas suaves en el mar, y que según mivieja teoría uno no debe sentir miedo mientras lasazafatas se mantengan en pie y no vociferen agarradas

14

Page 11: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

a la puerta de emergencia, gritando «¡no salimos deesta!» o «¡nos estrellamos!», «¡ojalá yo hubiera medidosolo 1,50!» o cosas por el estilo. Esta creencia se con-firmó una vez más, ya que a pesar de las turbulenciasaterrizamos sin ningún problema.

Desde Cork tomé un autobús de línea hasta Kin-sale. Durante el trayecto, apoyada sobre la ventanilla,estudiaba el paisaje verde a ambos lados de la carrete-ra, que atravesaba unos cuantos pueblos de interiorhasta acercarnos a la costa. A mi lado había una mu-jer de unos cuarenta años, más bien gruesa y de bra-zos rollizos y blancos, que llevaba sobre las piernasuna cesta de mimbre con algo envuelto en un pañue-lo, y sobre este unas cuantas manzanas verdes. Sebajó en un pueblo anterior a Kinsale, y antes de ha-cerlo me ofreció una de sus manzanas, que aceptécon una sonrisa de agradecimiento y despedida. Miprimera impresión de los irlandeses fue que eran ge-nerosos y amables, y mastiqué la manzana hasta lle-gar a mi destino.

Llegué a la estación de autobuses de Kinsale pocoantes de las siete. Nadie me esperaba allí, Blanca mehabía escrito en un papel la dirección de la pensión ylas indicaciones básicas para encontrarla. Arrastré mimaleta gigante por las calles de Kinsale, y necesitécasi veinte minutos hasta llegar al Bed & Breakfast,una de esas pensiones de ambiente acogedor y precio

15

Page 12: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

razonable que abundan en Gran Bretaña e Irlanda.Su nombre era The Sea Gull, y era un edificio de cua-tro plantas, sin balcones. Estaba a punto de llamar altimbre cuando se abrió la puerta:

—¿Alice?, tú debes de ser Alice —una mujer mehizo pasar al interior y estrechó mi mano. No me im-portó que usara la versión inglesa de mi nombre, yaque no quería torturarla con la imposible tarea depronunciar la «c» española—. Yo soy Mary Ryan.

Era una mujer pequeña, recia, de pelo corto y al-borotado, entre anaranjado y rubio. Sus ojos eran deun azul apagado, su tez amarillenta, y en la sonrisamostraba unos dientes irregulares, demasiado peque-ños. Calculé que tendría algo más de sesenta años.

—¿Cómo ha ido el viaje? Debes de estar cansada—adivinó, cerrando la puerta tras de mí.

Me enseñó la planta baja; desde el vestíbulo, cu-bierto por una desgastada alfombra marrón, subíauna escalera que daba a las tres plantas superioresdonde se albergaban los huéspedes. A la izquierda ha-bía un salón bastante amplio, con un par de sofás,una gran mesa alargada y un televisor. Junto a estasala estaba la cocina, y enfrente se encontraba el co-medor, que contaba con una decena de mesas y seusaba para el desayuno. Me explicó que la cocina co-municaba con su vivienda, una planta baja pequeñacon un dormitorio que usaba también como despa-

16

Page 13: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

cho, un baño y un saloncito. Mi habitación iba a serla buhardilla del último piso. Mary me entregó la lla-ve, parecía impaciente.

—Lo siento, pero tengo que irme —anunció mien-tras se ponía una chaqueta que colgaba detrás de lapuerta—. Hoy es viernes, y el pub estará lleno de gen-te. Ponte cómoda, sírvete lo que quieras en la cocina, ypásate por el bar luego. Mañana te explicaré cómo fun-ciona todo esto con más calma.

Se despidió precipitadamente y se dirigió calle aba-jo hacia el bar. A unos doscientos metros se encontra-ba la Tap Tavern, un bar que Mary y su hijo Brian re-gentaban, y donde desde hacía más de quinientos añoslos lugareños se reunían para beber, cantar canciones,contar historias y, cómo no, criticar a los ingleses.

Miré alrededor y no vi rastro de ningún cliente,tampoco oí ningún ruido en el edificio. Un poco de-cepcionada por aquel recibimiento tan rápido, en elque apenas había podido presentarme, subí a mi ha-bitación cargando la maleta con dificultad. La estan-cia era pequeña pero confortable. En ella había unamesa de madera cuadrada y robusta, un armarioblanquecino, con rastros de pegatinas que alguien ha-bía intentado arrancar sin éxito, una cama y un parde sillas. El papel era bastante anticuado, con cenefasazul clarito. Si uno se quedaba mirándolo durantelargo rato sin desviar los ojos, se acababan teniendo

17

Page 14: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

alucinaciones tridimensionales, pero decidí que esano era la mejor manera de emplear mi tiempo. Labuhardilla se estrechaba diagonalmente hacia el ladode la cama, y sobre esta había una ventana grande.Me asomé a ella y vi a lo lejos, entre montones de an-tenas y ropa tendida, el puerto de Kinsale que se em-pezaba a iluminar. Por suerte, no debería compartirbaño, ya que mi habitación daba a uno privado. Meduché y me puse ropa de más abrigo. Junio en Irlan-da y junio en Madrid no son comparables.

Bajé de nuevo a la cocina para prepararme algo decomer. A pesar del escuálido menú del avión (un pa-necillo para gnomos y dos trocitos de jamón y quesoencogidos), no tenía demasiada hambre. Supuse queserían los nervios, cuando estoy tensa por algo nopuedo dormir ni comer. Había bastantes utensiliosen la cocina, un montón de cacharros alineados en laslargas estanterías y sobre la mesa de mármol, junto alos fogones, un par de ollas y sartenes, algunos cu-biertos, un gato... ¡un gato! De repente, apareció unanimal negro que saltó desde una de las estanteríashasta mi hombro y de ahí al suelo de la cocina. Mesenté a reponerme del susto y me preparé un par derebanadas de pan con un poco de paté que encontréen la nevera. Era una nevera enorme, en ella cabríahasta un cadáver... Decidí dejar los pensamientosmacabros a un lado y me encaminé hacia el bar.

18

Page 15: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

Al poco de entrar, Mary me hizo una señal paraque me acercara a la barra y sin preguntar me dejó unrefresco y un platito de cacahuetes sobre el mostra-dor. Se giró hacia un lado y gritó:

—¡Briaaaannnn!Un grupo de personas que se encontraba cerca, y

que tenía la alegría del alcohol pintada en sus mejillascomo tomates de huerta, levantó sus copas y gritó:

—¡Briaaaaannn!—Estos irlandeses están como cabras —bromeó

Mary, mientras alguien aparecía a su lado—. Este esmi hijo, Brian.

Era un hombre de unos treinta y pocos años, bas-tante corpulento, de pelo moreno y tez blanquecina.Me estrechó la mano y ofreció su ayuda para lo quefuera necesario.

Me dediqué a observar el local más detenidamen-te. La Tap Tavern estaba dividida en dos ambientes:en la parte posterior había una habitación con un bi-llar y unos dardos, que daba a una pequeña terrazaexterior ocupada por algunas mesas que supuse seusarían durante el verano, si la lluvia lo permitía. Elbar en sí se concentraba alrededor de la barra semi-circular desde donde Mary y Brian servían a los clien-tes. Alrededor de esta se esparcían desordenadamentevarias mesas y sillas y dos o tres sofás pequeños. Lasparedes eran de color amarillento, como envejecido,

19

Page 16: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

y estaban cubiertas por abundantes cuadros y foto-grafías. Mary aparecía en muchas de ellas: con Briany un hombre que supuse que sería su marido cuandose inauguró la pensión, Brian sujetando un trofeo depesca, Mary luciendo un dorsal de alguna carrera po-pular... Había también mapas de Kinsale y de Irlan-da, y algo parecido a un escudo con un trébol de cua-tro hojas, sobre una inscripción en gaélico y otra eninglés, que decía: «Do well, Kinsale».

El ambiente del bar estaba bastante cargado, oíaporciones de conversación por todas partes y el con-junto de voces y el cansancio acumulado empezabana adormecerme. Reparé entonces en un grupo, doschicos y una chica que conversaban sentados en unode los sofás. Uno de los chicos me miraba intermiten-temente. Me fijé en él especialmente porque llevabaun jersey de lana precioso, verde clarito. Mi fijaciónpor los jerséis es herencia de mi abuela materna, laeterna tejedora, que desde pequeña me inculcó estaafición. Me decía: «Si quieres crecer, debes tejer», yyo, que a esa edad me lo creía todo, me lo tomé de-masiado en serio. Crecer no crecí demasiado, perotengo una buena cantidad de prendas hechas a manoen casa. El chico del jersey me sonrió, pero yo apartéla mirada. Mi atención pasó entonces a otro chico,americano a juzgar por el acento, que hablaba conuna anciana. La mujer asentía sin decir palabra.

20

Page 17: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

—¿Habla en serio, abuela? —preguntó él, abrien-do los ojos, sorprendido—. ¿Me está retando a jugara los dardos, y si gana quiere que le dé mi gorra de losYankees?

La mujer volvió a asentir, y al sonreír me recordó auna castaña asada. El joven miró a sus amigos, incré-dulo, y se volvió a la anciana:

—¿Pero usted ha visto bien este bíceps? —inqui-rió con orgullo, levantándose la camiseta y mostran-do músculo—. Además, no se ofenda, pero tengouna vista de lince, ¡ni una dioptría!

La mujer se reafirmó en su propósito y le tendió lamano, que el joven estrechó con una suavidad exage-rada, por miedo a estrujar aquellos dedos enclenquesen apariencia.

La ancianita hizo una señal a Mary, que gritó des-de la barra:

—¡Apuestaaaa!Al momento, el grupo alegre de antes volvió a

brindar en alto gritando:—¡Apuestaaaa!Deduje entonces que las apuestas eran costumbre

en el bar, pero no me parecía demasiado normal queuna de las participantes fuera una anciana.

La gente se agolpó alrededor de la pareja, que sehabía desplazado a la zona de juegos, a unos tres me-tros de la diana. Mary anunció las reglas del juego: a

21

Page 18: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

diez tiradas, el ganador sería aquel que sumara máspuntos.

—Las damas primero —dijo el americano contono de sorna.

La abuelita tomó el dardo entre la punta de los de-dos y lo lanzó con tan poca destreza que casi dejótuerto a un espectador temerario, que estaba dema-siado cerca de la diana.

—Uy, perdón —rio la dama, y reculó hacia dondeestaba su contrincante—. Mala suerte...

El joven lanzó después y clavó el dardo en un cua-drante que le otorgaba veinte puntos, no era mal co-mienzo. La gente aplaudió mientras esperaba impa-ciente el turno de la anciana. Ella tomó el dardo denuevo, guiñó un ojo y lo lanzó con tal decisión ypuntería que hizo un blanco perfecto. El bar estallóen una ovación, y a partir de ahí se acabó la competi-ción. El chico erraba sus tiros, cada vez más sudorosoe incómodo, mientras que la abuela clavaba dianas entodos sus turnos, e incluso se permitió la frivolidadde lanzar los dos últimos de espaldas, con el mismoresultado.

El americano finalmente se resignó, entregó la go-rra de los Yankees a su oponente y salió del bar cabiz-bajo. Ella se colocó la gorra con orgullo e invitó a unaronda a sus acompañantes, otras dos abuelitas, apa-rentemente inofensivas.

22

Page 19: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

—Estos turistas caen como moscas —sentencióMary—, ¿tú tampoco sabes quién es esta mujer?

Negué con la cabeza, algo sorprendida.—¡Es Hillary Águila Taylor!, campeona de jabali-

na en las olimpiadas de 1950 y 1954, y poseedora delrécord absoluto de dianas consecutivas en una parti-da de dardos: 2 578 —se acercó un poco a mí comosi fuera a contarme un secreto—. Cuentan que supuntería es tal, que hasta la jabalina la pinchaba en ladiana, a más de cien metros de distancia. Cuando sele pasó la edad de competir, se dedicó a los dardos,que aunque aún no son olímpicos, se prestan más ajugar en cualquier lugar. Increíble, ¿verdad? La gentedebería leer más el libro Guinness...

Aquello me pareció bastante surrealista, y apenaspude contener la risa. Mary continuó:

—Hillary es muy buena cliente, cuando hayapuestas nuestra recaudación se dispara, como tepuedes imaginar. Así que ya sabes, Alice, si tienesalguna habilidad y te gustan las apuestas, ¡estás enel lugar indicado! Eso sí, en la Tap Tavern no seapuesta dinero, solo pretendemos que la clienteladisfrute...

Decidí que había tenido bastante por esa noche,me despedí de Mary y me dispuse a dejar al bar. Unpoco antes de llegar a la puerta, el chico del jerseyverde se cruzó en mi camino.

23

Page 20: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

—Hola, ¿cómo te llamas? Tú eres la chica que va atrabajar con Mary, ¿no es así?

Me miraba con una sonrisa que dibujaba dos sur-cos en sus mejillas. Tenía el pelo muy negro, ondula-do y un poco largo sobre la nuca, y los ojos claros debuen irlandés.

—Me llamo Alice, he llegado hoy y trabajaré en lapensión durante el verano.

—Yo me llamo Vergara, pero puedes llamarmeVerga, que es más corto.

Por suerte, pude contenerme de hacer un chistefácil.

—Prefiero Vergara... Es un nombre bastante cu-rioso para un irlandés.

—Sí, bueno —sonrió dejándome pasar—, puesentonces espero que nos veamos por aquí. Yo tam-bién soy de Kinsale.

Me abrió la puerta y le dije adiós. Llegué a la pen-sión y en la escalera me crucé con un par de chicasque me preguntaron por alguna discoteca en Kinsale.Les respondí que era mi primer día y que no conocíademasiado la ciudad, pero que podían preguntar enel pub de Mary, porque seguro que allí había alguienque las pudiera ayudar.

Entré en la buhardilla y me metí en la cama. Nobajé la persiana, me quedé un rato mirando el cieloestrellado de Kinsale, que supe después que no se

24

Page 21: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

deja ver demasiado, mientras pensaba en aquella no-che un poco irreal, con Mary y Brian, la lanzadora dejabalinas y Vergara, y me dormí sonriendo.

25

Page 22: Laura andújar LORCA SA RÉBOL DE KIN KINSALE L T · EL TRÉBOL DE KINSALE Laura andújar LORCA E L T RÉBOL DE KIN SA Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan LE en Kinsale,

EL TRÉBOL DE

KINSALE

Laura andújar LORCA

ELT

RÉB

OL

DE

KIN

SALE

Año 1602. Tres mil soldados españoles desembarcan en Kinsale, al sur de Irlanda, para ayudar a los rebeldes ensu lucha contra la ocupación inglesa. Uno de esos soldadoses Rodrigo Vergara, que rápidamente conquista el corazónde una noble irlandesa. Ella, como prueba de su amor, le entrega una valiosa joya de oro, diamantes y esmeraldas,en forma de trébol de cuatro hojas: la suerte absoluta.

Cuatro siglos después, Alicia tiene todo el verano pordelante antes de comenzar la universidad. Su premio por las buenas notas en Selectividad es un viaje a Irlandapara practicar inglés. Cuando llega a Kinsale, piensa que sus vacaciones en ese pueblecito pesquero serán muy apacibles. Pero pronto descubre que allí nada es loque parece. Un hombre desaparecido, un joven seductorllamado Vergara, muchos secretos, y la búsqueda de una joya que cambiará la vida de aquel que la encuentre.

Desde luego, para Alicia este no va a ser un verano como los demás...

I S B N 978-84-667-6405-6

9 7 8 8 4 6 6 7 6 4 0 5 6

1525034

www.anayainfantilyjuvenil.com

LAU

RA

AN

JAR

LOR

CA

IJ00216401_trebolkinsale 22/4/08 13:00 Página 1