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Primer mandamiento de estilo: la parisina huye de los excesos (less is more) y sobretodo de la ropa conjuntada. La buena parisina practica el arte del "décalage", de dífil traduccion al español, sería algo así como desajustar o desfasar un look. Por ejemplo: collar de diamantes sobre una camisa vaquera en pleno día (y no sobre un vestido de noche). Por supuesto tiene que parecer que no te has pasado tres horas enfrente del espejo y que has salido de casa con lo primero que encontraste.

Los cinco modelos que hay que tener: un bolso grande para todos los días, una bandolera, un bolso cuadrado tipo lady, una pochette para la noche (cuanto más lujosa sea y menos arreglada vayas tú mejor! ok, Inès, hemos aprendido la lección...) y una cesta (para el verano o para calmar un look demasiado arreglado).

En cuanto a zapatos, la autora no es amiga de los tacones altos ni de tener el zapatero lleno "más vale tener solo un par, pero que sea un buen par!". Los cinco básicos de armario son: unas bailarinas, unos mocasines, un par de escarpins negros clásicos y unas botas de montar negras o marrones (afirma que las parisinas más avistadas las compran en tiendas de ropa ecuestre, ahí queda dicho).