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Lección 12 para el 21 de diciembre de 2013
“Si el velo que separa el mundo visible del invisible pudiera alzarse, y los
hijos de Dios pudiesen contemplar la gran controversia que se riñe entre
Cristo y los ángeles santos y Satanás y sus huestes perversas a propósito de la
redención del hombre; si pudiesen comprender la admirable obra de Dios
para rescatar las almas de la servidumbre del pecado, y el constante ejercicio
de su poder para protegerlas de la malicia del maligno, estarían mejor
preparadas para resistir los designios de Satanás. Su mente se llenaría de
solemnidad en vista de la vasta extensión e importancia del plan de la
redención y la magnitud de la obra que tienen delante de sí como
colaboradores de Cristo. Quedarían humillados aunque estimulados,
sabiendo que todo el cielo se interesa en su salvación”
E.G.W. (Consejos para la iglesia, cp. 65, pg. 637)
La gran controversia.
La rebelión de Lucifer.
Acusaciones contra Dios.
La vindicación de Dios.
Vindicación en la cruz.
Vindicación en el juicio.
Testigos del conflicto.
“Sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura” (Ez. 28:12)
“En Edén, en el huerto de Dios estuviste” (Ez. 28:13)
“De toda piedra preciosa era tu vestidura” (Ez. 28:13)
“Los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti” (Ez. 28:13)
“Querubín grande, protector” (Ez. 28:14)
“Te puse en el santo monte de Dios” (Ez. 28:14)
En Ezequiel 28:12-17 e Isaías 14:12-15 se nos revelan los detalles sobre Lucifer y su rebelión en el Cielo.
Dios creó a Lucifer como un ser perfecto, sumamente hermoso y experto en música.
Le asignó un lugar en el Santuario Celestial como querubín protector, junto al Trono, para dirigir las alabanzas celestiales.
Inexplicablemente, Lucifer quiso ser como su Creador y sustituir el gobierno divino por el suyo propio.
Dios tuvo que quitarle su puesto en el Santuario Celestial y expulsarlo del Cielo mismo. Finalmente, Lucifer será destruido por sus pecados.
LA REBELIÓN
• “Perfecto eras… hasta que se halló en ti maldad” (Ez. 28:15)
• “A causa… de tus contrataciones… pecaste” (Ez. 28:16)
• “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura” (Ez. 28:17)
• “Profanaste tu santuario” (Ez. 28:18)
• “levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré” (Is. 14:13)
• “Seré semejante al Altísimo” (Is. 14:14)
EXPULSADO DEL CIELO
• “Te eché del monte de Dios” (Ez. 28:16)
• “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!” (Is. 14:12)
LA DESTRUCCIÓN FUTURA
• “Saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió” (Ez. 28:18)
• “Derribado eres hasta el Seol” (Is. 14:15)
En el Cielo, Satanás (“adversario”) acusó a Dios de injusticia y atacó su Ley. En la Tierra, sus acusaciones siguen siendo un ataque a Dios.
En el Edén (Gn. 3:1-5)Acusó a Dios de ser arbitrario en sus
leyes para evitar que otros pudieran ser como Él.
En el caso de Job (Job 1:6-12; 2:1-7)Acusó a Dios de sobornar a los
hombres para que le obedezcan por interés y no por amor.
En el caso de Josué (Zac. 3:1-2)Acusó a Dios de ser injusto al
perdonar a los hombres sus pecados.
Tanto en la visión del sumo sacerdote Josué como en la resurrección de Moisés, Jesús no enfrentó las acusaciones de Satanás. Simplemente dijo: “El Señor te reprenda” (Judas 9)
Dios no se defendió de las acusaciones, sino que esperó el momento oportuno para ser vindicado.
La vindicación es la defensa de la persona a la que se halla injuriado o calumniado, y el proceso por el cual puede ésta recuperar lo que le pertenece.
El primer acto de defensa de Dios fue la muerte de Jesús en la cruz, donde demostró su amor y su justicia.
“Justo es Jehová en todos sus caminos, y misericordioso en todas
sus obras” (Salmo 145:17)
“El hecho de que el unigénito Hijo de Dios dio su vida a causa de la
transgresión del hombre para satisfacer la justicia y vindicar el
honor de la ley de Dios, debiera mantenerse constantemente ante la
mente de niños y jóvenes. El objeto de este gran sacrificio debiera
asimismo mantenerse ante ellos, porque fue hecho para levantar al
hombre caído y degradado por el pecado. Cristo sufrió para que
mediante la fe en él nuestros pecados fuesen perdonados”E.G.W. (La educación cristiana, pg. 57)
“Pero el plan de redención tenía un propósito todavía más
amplio y profundo que el de salvar al hombre. Cristo no
vino a la tierra únicamente por este motivo; no vino
meramente para que los habitantes de este pequeño
mundo acataran la ley de Dios como debe ser acatada; sino
que vino para vindicar el carácter de Dios ante el
universo. A este resultado de su gran sacrificio, a su
influencia sobre los seres de otros mundos, así como sobre
el hombre, se refirió el Salvador cuando poco antes de su
crucifixión dijo: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora
el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, cuando
sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”.
Juan 12:31, 32. El acto de Cristo, de morir por la salvación
del hombre, no solo haría accesible el cielo para los
hombres, sino que ante todo el universo justificaría a Dios
y a su Hijo en su trato con la rebelión de Satanás.
Demostraría la perpetuidad de la ley de Dios, y revelaría
la naturaleza y las consecuencias del pecado”
E.G.W. (Patriarcas y profetas, pg. 49)
“Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:25)
La Biblia enseña claramente que Dios es justo cuando juzga(Sal. 96:10; 2Tim. 4:8; Ap. 19:2). Esto es algo inherente a Su carácter (Sal. 98:14)
El Juicio no se realiza solamente para saber quién será salvo y quién no. En el Juicio se vindica el carácter de Dios y se limpia su Nombre de las mentiras de las que le acusó Satanás.
Una vez finalizado el Juicio, Dios declara que “ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios” (Romanos 14:11)
Durante el Juicio investigador, todo el Cielo (ángeles y mundos no caídos) reconocerán la justicia de Dios y su carácter quedará vindicado.
Durante el milenio, los salvados tendremos la oportunidad de examinar ese Juicio y reconocer también el carácter y la justicia de Dios.
Al final del mileno, Satanás y sus ángeles, junto a los impíos, reconocerán también la justicia de su condenación.
De este modo, el carácter de Dios quedará vindicado ante todas y cada una de sus criaturas.
“Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos” (Ezequiel 36:23)
“Satanás ve que su rebelión voluntaria le incapacitó para el
cielo. Ejercitó su poder guerreando contra Dios; la pureza, la
paz y la armonía del cielo serían para él suprema tortura. Sus
acusaciones contra la misericordia y justicia de Dios están ya
acalladas. Los vituperios que procuró lanzar contra Jehová
recaen enteramente sobre él. Y ahora Satanás se inclina y
reconoce la justicia de su sentencia”E.G.W. (El conflicto de los siglos, cp. 43, pg. 650)
“Al perdonar la vida al primer asesino, Dios dio al universo entero
una lección concerniente al gran conflicto... Se propuso no sólo
aplastar la rebelión, sino también demostrar a todo el universo la
naturaleza de ésta... Los santos habitantes de los otros mundos
observaban con profundo interés los acontecimientos que ocurrían en
la tierra... El acto de Cristo, de morir por la salvación del hombre, no
sólo haría accesible el cielo para los hombres, sino que ante todo el
universo justificaría a Dios y a su Hijo en su trato con la rebelión de
Satanás. Todo el universo contempla con interés indecible las escenas
finales de la gran controversia entre el bien y el mal. Nuestro pequeño
mundo es un libro de texto para el universo”
E.G.W. (Eventos de los últimos días, cp. 2, pg. 30-31)