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Lectio Divina Comunitaria

Lectio 2

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Liturgia de las horas

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Lectio Divina Comunitaria

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Capítulo Inspectorial 2015

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Oración de inicio Dios mío, gracias por cuidar de mí. Porque no eres un Dios lejano, para quien mi vida no cuenta casi nada. Te pido que medite en estos momentos, lo mucho que me amas como Buen Pastor a su oveja. Amén.

Introducción Lucas en su evangelio de la parábola de la oveja perdida pone de relieve a qué extremos será capaz de llegar el pastor para recobrar a una oveja que se le ha descarriado del rebaño, y la enorme alegría cuando encuentra a la oveja perdida y esta vuelve a estar bajo sus cuidados y su protección.

Lectura. Lucas 15, 1-10.

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido’. Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”. Y les dijo también: “Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido’. Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte”.

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Meditación. Jesús es la llamada del amor, aquel que, tras haberla buscado, recoge con sus manos la vida de quien se ha perdido y se la echa a los hombros. Así encuentra al hombre afligido por el pecado y por la desesperación, y este reconoce al Señor como su salvador y su redentor. Nos vuelven a la mente y al corazón las palabras de la samaritana: Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho» (Jn. 4,29), como testimonio de la verdad de la experiencia de quien ha sido abrazado por la misericordia del Señor. Es tiempo de alegría, de fiesta, de admiración, de cosas encontradas, escondidas en los pliegues de la tierra; cosas antiguas, pero siempre nuevas, que tal vez un día lejano habíamos olvidado o perdido. Comienza el tiempo del retorno y del perdón, que nos hace correr al encuentro de los amigos, llevándoles la novedad y la belleza de un encuentro libre, gratuito y, sobre todo, necesario para la vida de cada día. Es el Señor quien realiza siempre el milagro de la vida, y cada uno de nosotros puede renacer de su mirada, de su abrazo y de su misericordia.

Reflexión personal Oración final 1. Jesús, Buen Pastor, queremos seguir tus pasos. Danos tu

Espíritu, para aprender a vivir en la misericordia. Ayúdanos a descubrir la gratuidad de tu amor en la entrega generosa, don de vida que se regala a los demás.

2. Jesús, Buen Pastor, queremos compartir tu sueño de construir un mundo justo, donde exista igualdad y una fraternidad real, donde haya pan para todos y la libertad sea una luz que ilumine a todas las personas.

Capítulo Inspectorial 2015

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3. Jesús, Buen pastor, danos tu Espíritu, para perseverar en

nuestra búsqueda, para seguir en camino… para animarnos a la esperanza activa de hacer un Reino de paz y de bondad para todos.

4. Jesús, Buen Pastor, que pasaste haciendo el bien, viviendo

la misericordia, danos tu Espíritu, para seguirte, para imitar tu entrega, para hacer el bien y buscar al que anda perdido.

5. Jesús, Buen Pastor, haznos confiados corderos de Tu

rebaño, danos el abrazo de Tu Voluntad. Que seas Tu quien nos guíe y nos enseñe a ser buenos pastores para nuestros jóvenes. Y que tu madre, María santísima nos proteja.