3
LECTURA DEL PRIMER LIBRO DE LOS REYES (1RE 19 9-15) Elías entró en la cueva, y pasó en ella la noche. Le fue dirigida la palabra de del Señor, que le dijo: « ¿Qué haces aquí Elías?» Él respondió: «Ardo de celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.» El Señor le dijo: «Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor.» Entonces el Señor pasó y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebrantaba las rocas ante el Señor; pero Dios no estaba en el huracán. Después del huracán, un temblor de tierra; y tampoco estaba en el temblor. Después del temblor, fuego, pero Dios no estaba en el fuego. Después del fuego, el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: « ¿Qué haces aquí, Elías?» El respondió: «Ardo de celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.» SALMO RESPONSORIAL 1, 1-4. 6 R. ¡Feliz el que pone su confianza en el Señor! Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.

Lecturas Para La Profesión Religiosa

Embed Size (px)

DESCRIPTION

religión

Citation preview

Page 1: Lecturas Para La Profesión Religiosa

LECTURA DEL PRIMER LIBRO DE LOS REYES (1RE 19 9-15)

Elías entró en la cueva, y pasó en ella la noche. Le fue dirigida la palabra de del

Señor, que le dijo: « ¿Qué haces aquí Elías?» Él respondió: «Ardo de celo por el

Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han

derribado tus altares y han pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y

buscan mi vida para quitármela.»

El Señor le dijo: «Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor.» Entonces el

Señor pasó y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y

quebrantaba las rocas ante el Señor; pero Dios no estaba en el huracán. Después

del huracán, un temblor de tierra; y tampoco estaba en el temblor. Después del

temblor, fuego, pero Dios no estaba en el fuego. Después del fuego, el susurro de

una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió y se puso a la

entrada de la cueva. Le fue dirigida una voz que le dijo: « ¿Qué haces aquí,

Elías?» El respondió: «Ardo de celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los

israelitas han abandonado tu alianza, han derribado tus altares y han pasado a

espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida para quitármela.»

SALMO RESPONSORIAL 1, 1-4. 6

R. ¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!  

Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. 

Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. 

No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. En el juicio los impíos no se levantarán, ni los pecadores en la asamblea de los justos; 

Page 2: Lecturas Para La Profesión Religiosa

porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. 

EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO SEGÚN SAN JUAN(JN 1 35-47)

Al día siguiente estaba allí de nuevo Juan y dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dijo: ´He aquí el Cordero de Dios'. Los dos discípulos, al oírle hablar así, siguieron a Jesús. Se volvió Jesús y, viendo que le seguían, les preguntó: ´ ¿Qué buscáis?'. Ellos le dijeron: ' Rabbí- que quiere decir Maestro´, ¿dónde vives?'. Les respondió: ´Venid y lo veréis'. Fueron y vieron dónde vivía, y permanecieron aquel día con él. Era alrededor de la hora décima.

Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y siguieron a Jesús. Encontró primero a su hermano Simón y le dijo: ´Hemos encontrado al Mesías que quiere decir, Cristo'. Y lo llevó a Jesús. Mirándolo Jesús le dijo: ´Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas, que quiere decir, Piedra'.

Al día siguiente determinó encaminarse hacia Galilea y encontró a Felipe. Y le dijo Jesús: ´Sígueme. Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Encontró Felipe a Natanael y le dijo: ´aquel de quien escribió Moisés y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús de Nazaret, el hijo de José'. Entonces le dijo Natanael:´ ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?'. Le respondió Felipe: ´Ven y lo verás'.

PALABRA DEL SEÑOR